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Participación de los llaneros en el proceso independentista, en la historia militar de Fidel Betancourt (página 2)



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Es importante destacar la especial importancia que
tienen algunos de sus trabajos, como lo es el Plano de la Batalla
de Santa Inés, el cual elaboró teniendo como base
el croquis trazado por su abuelo Damián Betancourt, "el
mapa de Barinas". Este croquis quedó en poder de su esposa
Francisca María Rangel de Betancourt, quien a su vez lo
pasó a Fidel, su nieto, tomando en cuenta sus tempranas
inquietudes por la historia. Es el plano levantado por este autor
el que nos ofrece una descripción exacta de todos los
movimientos que tuvieron lugar en esta batalla y una
versión exacta, confiable y bastante completa acerca de
este importante hecho militar de nuestra historia patria. Es por
eso que hemos considerado este plano como una fuente secundaria
la cual posee el valor e importancia de una fuente primaria,
puesto que el triunfo de ella obedeció a la presencia en
el campo de batalla de trincheras, que en vez de ser hechas con
barricadas, aprovechaban hondonadas en el terreno y
fortificaciones (fabricadas con guaduas) que ya para esa
época habían desaparecido, pero que el croquis del
Gral. Federal Damián Betancourt le permitió
ubicar.

Así mismo, quiero destacar que en muchas
oportunidades Fidel Betancourt, estuvo por estos predios,
organizando complots o en el exilio y dejó la marca de su
huella y su presencia, junto con otros revolucionarios. Dice
Fidel Betancourt, en el Tomo VI de su Historia Militar de
Venezuela, lo siguiente: "Estoy como sembrado en Colombia; con
hijos, nietos por docenas y bisnietos; con el nombre que di de
PUERTO RONDON a un desierto en Casanare; a otro lugar fundado EL
SOL…" Eso fue en el año 1927 cuando junto a otros
venezolanos se dirigía a Pisba y pasan por un lugar
llamado El Padre. Fue precisamente en esa época cuando
establece el fundo El Sol y se queda allí hasta el
año 1935, dedicándose a la actividad comercial y a
sus investigaciones. No es casualidad entonces, que estemos hoy
aquí, en estos llanos de Casanare, pues fue en este lugar,
precisamente, en donde Fidel Betancourt escribe sus "Reflexiones
Revolucionarias", que cubren la época Castro-Gómez
y narra todos esos hechos en los cuales había participado,
fueron estos llanos de Casanare el semillero en donde se
germinaron las ideas y las investigaciones que condujeron a Fidel
Betancourt a escribir una obra monumental, valiosa no sólo
para la historia de Venezuela sino para toda América, pues
parte importante de ella, en su segundo tomo, son las
descripciones de los hechos militares más notables
ocurridos en la época gran colombiana.

Fue esta bendita tierra la que lo recibió cuando
venía ya de vuelta de tantas luchas y tribulaciones,
convencido ya que la tiranía gomecista no caería
con ninguna de estas "revoluciones" y le inspiró para
comenzar su monumental trabajo que es una joya histórica
no sólo para Venezuela sino también para toda
América y el mundo. Ha sido toda una vida dedicada a la
historia y la investigación, sin recibir retribuciones a
cambio, con el sólo interés de reconstruir la
verdad histórica de los hechos, utilizando una
metodología en la cuál no sólo hizo
comprobaciones bibliográficas sino también
usó los testimonios orales de ancianos de su época,
quienes participaron en la federación o habían
conocido al Gral. Páez, como es el caso del anciano Gral.
Juan Navarrete Romero.

Para su labor, contó siempre con la
colaboración de su esposa, Cándida Quiroz de
Betancourt y con su propio trabajo, nunca tuvo financiamiento del
estado y fueron pocos los particulares que en algún
momento aportaron su colaboración monetaria para que
pudiera salir adelante con su trabajo investigativo, sin embargo
esto no fue motivo para desmayar, siempre estuvo muy consciente
de la magna misión que la vida le había
encomendado. Mención especial para su sobrino, José
Esteban Ruiz-Guevara, también destacado historiador
barinés, quien desempeñó una labor
importante en el levantamiento de los planos de esta Historia
Militar de Venezuela.

Pasamos ahora a realizar un rastreo de los llanos, los
llaneros y las fuerzas llaneras en el tomo II de la Historia
Militar de Venezuela de Fidel Betancourt, aún
inédito y próximo a salir en el marco de la
celebración del año bicentenario de la
emancipación con respecto al poder español en
Venezuela y América.

Partiremos por exponer el criterio del autor, con
respecto al carácter de la Guerra de
Independencia:

"A nuestro juicio, estudio y observación, la
lucha de independencia tuvo un carácter mixto,
el cual
se desarrolla en tres fases o caracterizaciones:

– De 1811 – 1815, cuando tuvo carácter
civil o fratricida, hasta el desembarco en Margarita del
Gral. Pablo Morillo en 1815, con tropas de la Península
Ibérica.

-De 1816 a 1820 de carácter interno o
intestino
con los acontecimientos del primer gobierno de
Angostura – Bogotá, el cual representa el comienzo
de la destrucción de los españoles de Nueva
Granada; El Armisticio. Regulación y derogación de
la guerra a muerte, hasta el 25 – 27 de noviembre de 1820
en Santa Ana de Trujillo.

-De 1821 a 1826 de carácter internacional,
desde el rompimiento de las hostilidades en abril de 1821,
pasando por la Batalla de Carabobo, el 24 de junio de 1821, la
caída y toma de Puerto Cabello, la capitulación
final del resto del poderío español en Maracaibo y
Coro, últimos baluartes del poderío español
en Venezuela y de aquí hasta la Batalla de Ayacucho el 9
de diciembre de 1824, la cual terminó con el
poderío español en el Sur, no obstante la heroica o
inútil resistencia del Comandante Rodil en el Callao,
hasta el 23 de enero de1826 en el Perú."

Este autor considera que las ideas independentistas
nacen no sólo por causa de la independencia de los Estados
Unidos y de la Revolución Francesa, como plantean algunos
autores; sino que, se germinaron en Burya de
Varyquecemeto en 1553 y fueron sostenidas por caudillos
aborígenes, en la Batalla de Curduvare, por el
Negro Miguel, por Guaycaypuro, Araco,
Guaycamacuto y tantos jefes más, combatientes,
hasta Yaracuy y Apacuana. Reavivada
además, por los movimientos de los Comuneros en Nueva
Granada y en Mérida, por la conspiración de
José María España y Manuel Gual en 1797 y
por la doble invasión independentista del Gral. Francisco
de Miranda. Todos aquellos, aunque fracasados ponían en el
tapete la cuestión, como si fuera "dando punto" el paso de
una a otra, para la debida acción, en el ánimo y
pensamiento de los hombres más notables de la
Oligarquía Criolla, quienes serían, los que
promoverían la Revolución, en defecto de un pueblo
incapaz, inhábil para luchar y menos aún para
pensar en su libertad, por lo cual al principio, tuvo que ser un
pueblo arreado, hasta hacerle entender sus derechos y su
necesidad de ser libres e independientes. De aquí que
fueran las gentes ilustradas y los hombres de las urbes; los que
primero se enfrentaron a la lucha en los campos de batalla;
mientras campesinos, llaneros y gentes suburbanas, se
acogían a la monarquía y se disponían a
defender a Fernando VII, tanto en Venezuela como en Nueva
Granada, bajo el disfraz de "Defensa de los Derechos de Nuestro
Señor Fernando VII."

El autor Betancourt hace una referencia a las gentes de
los llanos cuando reseña el Combate de Pedregal el 14
de Noviembre de 1810
, catalogándolo como el Primer
combate, la primera acción de guerra en la Guerra
Civil-Internacional de la Independencia
y expresa lo
siguiente: "Las gentes de las urbes en su mayoría, eran
patriotas, de aquí saldrían las fuerzas
principales; las gentes de los campos, montañas y llanos,
en su mayoría, por años, darían soldados al
Rey…

Ciertamente, durante los primeros años de la
gesta emancipadora se pusieron de manifiesto las marcadas
diferencias sociales que habían existido durante la
colonia y las fuerzas realistas supieron sacar provecho de estas
rivalidades de clase y especialmente de los resentimientos de los
pardos, quienes aunque tuvieran posición económica,
no tenían acceso a muchos de los privilegios sociales que
tenían los criollos mediante el pago de impuestos, como
eran por ejemplo los pagos por títulos de nobleza y mucho
menos a privilegios de carácter político, que ni
los mismos criollos tenían, como era el de ocupar cargos
públicos e institucionales de importancia. De allí
el carácter civil de la Guerra de Independencia durante
sus primeros años (1811-1815). Así fue por ejemplo
el 28 de febrero de 1814 en la Batalla de San Mateo. La
Victoria.
Cuando se enfrentaron por primera vez, combatiendo
frente a frente, Boves y Bolívar y también el 28
de mayo en la Primera Batalla de Carabobo.

Encontramos otra referencia a las tierras llaneras
cuando describe la Batalla de Araure, la cual tuvo como
escenario los llanos de Portuguesa y ocurrió el 5 de
diciembre de 1813
. Para este autor, la Batalla de Araure fue
una consecuencia de la Batalla de Cabudare – Barquisimeto,
ocurrida el 10 de noviembre anterior. Como resultado de ella el
Batallón sin Nombre se cubrió de gloria; desarmado
como iba, con algunas lanzas y palos con puyas, se
intercaló en el ataque de Urdaneta, tomó armas de
los que iban cayendo e iban armándose las
compañías, con su jefe Palacios a la cabeza y antes
de media hora en carga arrolladora, heroica, serena y victoriosa,
se habían apoderado de varias banderas de batallones
vencidos y del aniquilado Pabellón del Numancia,…
gloria española y enseña militar de la
Monarquía. Con justicia pues, el Batallón sin
Nombre recibió honores, luego y fue distinguido con el
nombre de "Vencedor de los Dragones en Araure".

Por otra parte es de hacer notar que las
características topográficas del llano, donde
existen inmensas sabanas y pequeñas colinas, las cuales
permiten avistar a distancia, extensas porciones de terreno;
permitieron la realización de batallas, que movilizaron
grandes contingentes de ejércitos que planificaron y
ejecutaron movimientos militares de gran magnitud, como el
Movimiento Giratorio Envolvente, realizado por el
ejército realista, el cual aniquiló al
batallón de vanguardia patriota, al mando del Cnel.
Manrique, durante esta batalla; razón por la cual
Bolívar fue duramente censurado. Al respecto, el autor
Betancourt opina:

"Ha habido críticos, o censuradores que
imputan a Bolívar responsabilidad por el sacrificio de la
vanguardia que llevaba Manrique, cuando se señala que
debido a una mala disposición pereció esta fuerza,
sin embargo no se ha tomado en cuenta que tal decisión la
toma Bolívar percibido del cambio de posiciones enemigas,
por lo que consideró, había un plan de ataque
distinto al que se preveía. Si Bolívar no manda a
Manrique a sondear, hubiera sido todo el ejército el
copado en este preparado Movimiento Envolvente Giratorio,
por lo cual pudo a tiempo, ya conociendo las verdaderas
posiciones contrarias, abrir con serenidad, seguridad y acierto
los movimientos de la batalla a ganar. Ganar lo que estuvo a
punto de perderse, si el 5 hubiera marchado todo el
ejército unido al campo de Batalla. Tales fueron las
causas y caso de la Batalla de Araure."

Se incluye aquí una referencia a esta batalla,
del oidor Heredia (1895): "Los oficiales españoles
inteligentes, me aseguraron que los insurgentes habían
hecho prodigios de valor, y maniobras con tanta celeridad y
bizarría como las tropas europeas mas
aguerridas".

También hace referencia el autor a que durante
años, el campo de batalla de Araure estuvo cubierto de
esqueletos y todavía para 1833, se recogían
montones de osamentas, cabezas, vértebra, costillas,
fémures, húmeros e iliacos y en 1859, 26
años después, se repetiría la recogida de
osamentas humanas…

A raíz de la batalla y victoria de Araure, al
recibir felicitaciones Bolívar, por tan brillante
victoria, contesta:

"Es cierto, nuestras armas libertadoras han vengado a
Venezuela; el mayor ejército que ha intentado subyugarnos
yace tendido en el campo; pero no podemos descansar aun; otras
glorias nos esperan; y cuando el suelo de la patria este
completamente libre, iremos a combatir a los españoles en
cualquier punto de la América que dominen y los
arrojaremos al mar. La libertad vivirá al abrigo de
nuestras espadas"

Diez años después estaría en el
Perú preparando la Campaña N° 41, la cual se
produce como consecuencia de la victoria de la Batalla de
Junín, y ésta a su vez como consecuencia de
anteriores campañas fuera de Venezuela. Todas vienen a
culminar en la Campaña y Batalla de Ayacucho, con la cual
al arrojar de América a los españoles, "al mar",
como dijera en 1813; cumplía con las palabras dichas en la
euforia de la Batalla de Araure, ganada para la libertad, que
entraba a vivir "al abrigo de nuestras espadas"… desde la
Campaña N° 24 y luego con Ayacucho ganada por Sucre,
cancelados todos los peligros de revancha española para
las naciones del extremo Sur: Argentina y Chile."

El suelo apureño también fue testigo el
29 de enero de 1814 del Combate de Guadualito,
cuando el granadino, Cnel. Francisco de Paula Santander libra
combate en esta plaza y sus alrededores, contra fuerzas realistas
al mando del Cnel. N. Pacheco Briceño, saliendo vencedor
Santander, luego de casi dos horas de combate. Santander
había organizado sus fuerzas entre Arauca y
Apure.

Se hace mención en la obra que para el 14-15
de junio de 1814
tiene lugar la Tercera Batalla de La
Puerta.
Narrando este hecho reseña Betancourt, lo
siguiente:

"En realidad, el ataque de hora y media fue
irresistible; los llaneros peleaban al mando de Boves,
frenéticos, heroicos, indiferentes a la muerte, así
como pelearían años luego bajo las órdenes
de Páez… Si ahora los llaneros del Guárico y
parte de Apure ahogaban en sangre la libertad e independencia de
Venezuela bajo las banderas del Rey y bajo las órdenes de
Boves, Morales y Remigio Ramos, como poco antes bajo las
órdenes de Yáñez, de Puig y de Tiscar..;
así luego darían hechos de heroísmo
increíble bajo las órdenes de Páez, de
Miguel Guerrero, de Juan Galea, de J. J. Rondón, de Genaro
Vásquez, de Aramendi, de Muñoz y de Infante..;
cuando éstos atrapan estas tropas y las llevan a entender
mejor el sentimiento de patria..; convirtiéndose
así en soldados de la patria y no en esbirros del Rey
…"

Destaca Betancourt, que fue a partir de 1817
cuando se inició la verdadera concepción de Patria
en los venezolanos, luego que Bolívar buscó la
fuerza llanera y trató de identificarse con ellos,
empezando por sembrar en Páez un mejor concepto del
móvil de lucha.

En ese mismo año, el 28-30 de enero se
reseña el Combate o Batalla de Mucuritas,
allí se enfrentaron Páez, quien se encontraba en
Guadualito-Apure y el Gral. Miguel de la Torre, quien deja
fuerzas en la población y avanza hacia centro Apure
buscando frente a Nutrias para incorporar las fuerzas de Calzada.
Páez ha asumido el mando de las tropas, formadas por 1.250
a 1.350 hombres, jinetes en su mayoría. La Torre, avanza
sobre Achaguas y Setenta, sabe que Páez viene, dispone
esperarlo en las Mucuritas. A su izquierda tiene la costa selvosa
del río Apure, y el Paso del Samán, paso ganadero,
ahora un pueblo muy adelantado. De este poblado a Mucuritas,
escasamente hay una legua.

Para ilustrar la astucia del llanero personificada en
Páez, haremos la descripción del hecho
anteriormente nombrado: Al amanecer del día 28 de enero,
está Páez al sur-este de Mucuritas; comienza a
planificar sus maniobras de acomodamiento de cuerpos, de manera
que no estuvieran a tiro de fusil. Necesita que levante bien el
sol y que comience la brisa llanera, para iniciar el ataque. La
estrategia consistía en esperar que se conjugaran tres
elementos; a) la culminación del relente con la llegada
del reflejo del sol, b) el levantamiento de tierra ocasionado por
la fuerte brisa y las pisadas de los caballos y c) el humo de la
quema de los bajos pastizales secos que ordenaría; todo
esto, enceguecerían a los contrarios y no podrían
apuntar bien. Así las cargas de caballerías
podrían repetirse y ser más efectivas… Todo
resultó de acuerdo a lo esperado y el resultado final fue
la re ocupación de Apure y como consecuencia, de Casanare,
por parte de las fuerzas de Páez y una estrepitosa derrota
para los realistas. Enterado Morillo de todas las fases de la
batalla y necesitando dar excusas al rey por esta derrota, le
dice en una carta: "Catorce cargas de caballería
consecutivas sobre mis cansados batallones, me hicieron ver que
aquellos hombres no eran una gavilla de cobardes poco numerosa,
como me habían informado, sino tropas capaces de competir
con las mejores de S. Majestad, el rey. Pero a pesar de su valor,
los soldados de mi ejército, como buenos españoles,
los rechazaron constantemente…".

Continuando con la descripción, el autor refiere
que entre los patriotas se destaca J. G. Iribarren. En cuanto a
las fuerzas de Páez, eran unos 1.200 jinetes, porque la
escasa infantería no peleó, estuvo fraccionada en
pequeños Cuerpos, casi pelotones, como de Media
Compañía. Por eso se sucedían las Cargas
(embestida o ataque resuelto al enemigo) tan terribles, porque
cada Carga en verdad representaba un doble ataque. Con el zigzag
de la marcha de ataque o de regreso, eludían el fuego,
favorecidos por el polvo y el humo. Sus bajas eran
ínfimas, por eso cuando replegaban, como en desorden,
daban la impresión a La Torre de que iban derrotados,
sacándolos de su error los ataques de frente y de costado
o por los flancos.

En su análisis de este hecho, don Fidel, opina
que lo interesante del caso, es que Páez pudo haber
atacado a La Torre desde el oeste-norte al sur-este,
posición en que era mucho más vulnerable, sin
embargo, el 26, Páez había abandonado esta
posición, por la brillante perspectiva que le daba su
ataque a sol, viento, polvo, cenizas y candela. Mas adelante
expresa, que así era la estrategia y táctica de
Páez, a corta distancia y tiempo; porque nunca fue un
militar de estrategia técnica, lucubrada, estudiada,
sembrando hoy para recoger en meses la gran cosecha de victorias,
de una sabia estrategia militar, como lo hacía
Bolívar. Así mismo puntualiza Betancourt, que la
táctica de "volver grupas" era muy de los llaneros
venezolanos y fue expresada repetidas veces en muchos años
por los discípulos de Páez en Apure.

Así mismo, es importante destacar la estrategia
de Páez en la Batalla de El Yagual, en octubre
de 1816
, cuando gracias a que durmieron dentro de un estero
lleno de agua, se salvaron él y su ejército de un
seguro ataque de Torrellas, quien lo buscó toda la noche
para aniquilarlo.

En el año 1818, los días 24, 26
y 29 de marzo
, se refieren los Combates de Ortiz y
Chocolate
, los cuales tuvieron resultados indecisos por lo
que, Bolívar dispone replegar a Calabozo y luego acercarse
vía Guayana-Apure, a buscar comunicaciones y da a
Páez el mando de parte del ejército. Se va con
Cedeño a reorganizarse y repliega al Rincón de Los
Toros.

En el año 1819 el 17 de enero se
hace referencia a la Revista Militar de Bolívar y
Páez en Payara
. Según ésta, contó
con 2.400 hombres de infantería, bien armada y bien
equipada, 2.200 hombres de caballería y 400 de los Cuerpos
de Artillería, transporte, Comisaría de Guerra y
Hospital. En total, 5.000 a 5.100 hombres. El armamento formaba
parte de más de 6.000 fusiles traídos del exterior,
de los cuales 1.000 habían sido para que el Gral.
Santander armara a los casanareños; 1.000 para Páez
y sus infanterías y 1.000 para sus caballerías;
aunque los cuerpos especializados en lanza no aceptaron el cambio
de arma y era mejor así, porque estos ataques a lanza eran
certeros y decisivos.

En el marco de estos hechos, el día 29 de enero,
Bolívar da una Proclama a los Apureños y dice, en
breves frases: "Vosotros seréis independientes, aunque se
oponga el mundo todo. Vuestros desiertos y vuestras lanzas os
libran de la tiranía… Páez os
conducirá a la victoria…Llaneros ¡Sois
invencibles!… Bolívar."

En cuanto a la Batalla de las Queseras del Medio,
acción militar librada el 2 de abril de 1819,
Betancourt considera que merece el calificativo de Batalla, no
por la magnitud de la lucha en tiempo, ni por la cantidad de
fuerza patriota, si no por las consecuencias inmensurables e
imprevistas derivadas de esta victoria;

  • "La retirada del Gral. Morillo al Guárico y
    al interior de Venezuela, luego.

  • La retirada de los cuerpos de Barinas de la costa
    del Río Apure y por consiguiente el dominio del
    mismo.

  • Queda campo abierto a Bolívar para utilizar
    su tiempo en La Campaña Apure-Nueva
    Granada.

  • Afirmación del dominio del Río
    Orinoco, ruta de entrada de hombres y de elementos de guerra
    del exterior.

  • Solidificación de la actuación de La
    Armada mandada por Brión.

  • Afirmación segura y consolidación del
    Gobierno de Angostura ya funcionando desde 1818.

  • Ampliación de relaciones con el extranjero,
    de la naciente República, en lo diplomático y
    comercial.

  • Conduce a los resultados de Pantano de
    Vargas-Boyacá y ocupación de Bogotá y a
    la constitución de La República de
    Colombia."

Es ineludible citar la proeza de "la primera lanza de
los llanos" José Antonio Páez y su ejército,
en esta batalla, cuando al atravesar el Rio Arauca, atacar
ferozmente al ejército realista, fingirse en derrota y
huida; lanza su famoso "vuelvan caras", para provocar
desconcierto y confusión en el enemigo.

El 27 de mayo de 1819, el autor reseña la
Organización del Ejército Libertador en
Caño Setenta
. Precisa que éste llevaba como
Jefe de Estado Mayor General, al Gral. Carlos Soublette. Los
granadinos eran: Santander, José María
Córdoba, Antonio Obando, Antonio Plaza, Joaquín
París, Antonio París y otros. En el Cuerpo de
Estado Mayor iban los Generales. Jacinto Lara y Justo
Briceño como jefes auxiliares de Cuerpos. Secretario de
Bolívar el irlandés Daniel Florencio O´Leary.
Se cita la descripción de los hechos que hace el
historiador Etanislao León en su obra, Historia Patria
cuando dice:

"Bolívar organizó entonces las tropas que
debían marchar con todos los elementos disponibles y el 27
de mayo salió de Mantecal (costa de Caño Setenta)
con los Batallones Rifles, Barcelona, Bravos de Apure (o de
Páez) y La Legión Británica, los cuales
formaban la infantería; con los escuadrones
Húsares, Llano Arriba y Guías que
constituían la caballería. La oficialidad era
joven, valerosa y muy apreciada por los 3.900 soldados que
sumaban todos los cuerpos del Ejército
Libertador.

El 4 de junio el ejército libertador,
atravesó el Arauca, penetró en Casanare, y diez
días después acampó en Tame, donde se
reunió con los 1.200 hombres que formaban la vanguardia
organizada por Santander…" pág. 154.

En cuanto al Combate de La Cruz, en Barinas el
20 de julio 1819 refiere el autor que Páez sale de
Apure, hacia Barinas para no alejarse mucho de su "patriecita",
los llanos de Apure, a raíz de la partida de
Bolívar para Nueva Granada, contraviniendo las
instrucciones que éste le había encomendado para
que asistiera la vigilancia sobre su retaguardia por el
Táchira y libra combate en este día contra el Cnel.
Juan Durán quien lo resistió, pero logra
derrotarlo.

Es de todos conocida la importancia de la Batalla de
Carabobo
ocurrida el 24 de junio de 1821, brillante
acción militar que otorgó a las fuerzas patriotas
el triunfo definitivo sobre las fuerzas españolas, en
territorio venezolano. Nos limitaremos a describir la
organización para la batalla, del ejército
libertador, presentada por el autor que reseñamos, con lo
cual se evidencia la participación de los llaneros en esta
gesta libertadora y definitiva para el futuro de la patria y de
América:

  • 1ª División: Jefe, Gral.
    José Antonio Páez.

Jefe de Estado Mayor General, Miguel A.
Vásquez.

Cuerpos: Bravos de Apure

Batallón de infantería

Legión Británica al mando del Cnel.
Farriar

Batallón Cazadores

Caballería de Páez con 1.500
hombres

Batallón Regimientos.

  • 2ª. División: Jefe, Gral.
    Manuel Cedeño.

Jefe de Estado Mayor, Judas Tadeo
Piñango

Cuerpos: Batallón Tiradores

Batallón Vargas;

Batallón Boyacá

Segunda Brigada La Guardia

Escuadrón de Jinetes El Sagrado, Jefe, Gral.
Aramendi.

  • 3ª. División: Jefe,
    Coronel Ambrosio Plaza.

Jefe de Estado Mayor General: Gral. Santiago
Mariño.

Cuerpos: Primera Brigada La Guardia

Batallón Rifles, al mando de A. Sandes,
inglés

Granaderos

Escuadrones de Húsares y Dragones, vencedores
de

Boyacá

Batallón Anzoátegui y

Regimiento de caballería al mando de J. J.
Rondón.

Estado Mayor: Tnte. Crnl. Jorge
Wooberry.

En el mismo campo de la Batalla de Carabobo, el Gral.
Páez, quien comandaba los batallones conformados por
llaneros fue ascendido a General en Jefe, lo cual es
demostración elocuente de la brillante actuación de
ellos en este triunfo decisivo para Venezuela y para
América.

Posteriormente a estos hechos ocurre el Sitio y Toma
de Puerto Cabello,
los días 7 y 8 de noviembre de
1823,
también reseñada por Betancourt. J. A.
Páez con tropas desnudas escogidas entre hombres
resistentes y nadadores; en la oscuridad de una madrugada, cruza
improvisadamente un estrecho mini-brazo de mar que separaba al
Castillo de San Felipe en la costa por entre unos
manglares… Durante 12 años estuvo dominada La Plaza
por los españoles y sirviendo de baluarte a la defensa
realista. Por esto Bolívar y Páez consagraron
esfuerzos para la recuperación de Puerto Cabello y muy
especialmente de la Fortaleza de San Felipe. El castillo fue
tomado en formidable asalto adánico al arma blanca, caen
en manos de los patriotas, la artillería y luego los
depósitos de fusiles.

GRAN COLOMBIA

En su estudio sobre Gran Colombia, el autor Betancourt
refiere los siguientes hechos: la Invasión de Casanare
y el Combate de Paso Real, Lipa, Chire y Pore,
ocurridos de
marzo a mayo de 1817. Narra lo siguiente:

"Una vez que el Gral. Páez se erige victorioso
ante La Torre, dispuso operaciones sobre Barinas y Casanare, para
limpiar las regiones de tropas realistas dejadas por La Torre y
Calzadas, que están en Nueva Granada. Iribarren se
encargó de Barinas desde Nutrias y el Capitán Juan
Galea, de Casanare. De esta manera, queda hecha la
liberación de Casanare, por tropas de Páez y
gracias a estas acciones, este territorio quedó apto para
ulteriores operaciones de los patriotas, por lo cual pudo luego
el Gral. Santander entrar a preparar y organizar a los
casanareños, para la Campaña Libertadora de 1819 y
pudo ejecutar Bolívar su brillante Campaña Apure
– Nueva Granada."

Con respecto a la Campaña de Cundinamarca,
la cual se realizó entre el 27 de mayo y el 7 y 10 de
agosto de 1819
, ha sido clasificada por este autor como
Campaña Bolivariana N° 15 y realiza los
siguientes cómputos: "Desde las costas del Orinoco
a Queseras del Medio, al arruinado pueblo de Setenta, Venezuela,
Apure por Casanare y el Páramo del Pisba, en combates y
batallas, hasta Bogotá: 2.000 Km."

En su descripción de este hecho, don Fidel,
basándose en sus investigaciones y contrastaciones de
datos, nos informa que todas las tropas patriotas estaban
concentradas en el Bajo Apure entre el pueblo de Mantecal y el
caño de Setenta, tanto las que vienen de Las Queseras del
Medio como las de Angostura, incluso la Legión
Británica, compuesta de ingleses, alemanes, franceses,
polacos, irlandeses y de otras nacionalidades en menor cantidad.
Quedando así dispuesta, la marcha de Bolívar para
el 27 de mayo, cuando salen de Mantecal 2.900 hombres,
organizados en una división al mando del Gral. José
Antonio Anzoategui y en escuadrones de caballería.
Aprovecha aquí el autor para comentar, que Anzoategui, fue
una de las más preclaras glorias militares que ha dado
Venezuela no obstante su corta actuación. Continuando con
la descripción, nos dice que el 4 de junio el
ejército libertador atravesó el Arauca,
penetró en Casanare, y diez días después
acampó en Tame, donde se reunió con los 1.200
hombres que formaban la vanguardia organizada por Santander,
constituyéndose así la Segunda División, con
lo cual no pasaba el ejército de 4.100 hombres. El 14
están en Chire, por la vía del pueblecito de la
Capilla y es entonces, cuando las tropas comienzan a citarse o a
ser llamadas, "tropas colombianas", es decir, de venezolanos y
granadinos, lo que luego se generaliza, a partir del triunfo de
esta campaña y la creación, en Angostura, de la
República de Colombia.

Cuando hace la descripción del Paso de
Pisba,
Betancourt nos informa que a los 110 años de
pasar el ejército bolivariano por este sitio, él
logró cruzarlo, en marzo de 1929, en muy buenas mulas y
bien abrigado, acompañado por tres amigos: Alejandro
Espinel de Guadualito, Gregorio Gámez, guariqueño y
el colombiano ganadero, Gentil Rodríguez y comprobó
que la ruta estaba aun peor, mas perdida, porque ya nadie la
usaba. Transcribe una breve frase de lo que D. F. O"Leary narra
en sus Memorias: "las tropas estaban casi desnudas la mayor parte
de ellas eran naturales de los ardientes llanos de
Venezuela".

La travesía realizada por Betancourt por el Paso
de Pisba en 1929, le permite hacer el siguiente comentario: "El
Ejército Libertador arriba, hacia el 22 de junio, frente
al imponente Pisba, el cual desde su lejanía
constriñe el corazón de aquellos patriotas llaneros
acostumbrados a no ver límites a la tierra con sus miradas
de águila. Habían hecho tremenda travesía de
los Llanos inundados, pues los ríos, caños, esteros
y raudales estaban desbordados y las tropas, reses y bestias
tanto de silla como de carga estaban
ahogándose."

Continuando con la descripción de esta
campaña, se reseña el 27 de junio de 1819,
el Combate de Paya, durante el cual los realistas son
batidos en horas de la mañana. Ya para el dos de julio el
ejército, formado en su mayoría por llaneros,
empieza a bajar y llega a Socha y el día cinco termina de
llegar a la provincia de Tunja.

El 11 de julio, de ese mismo año, hace
referencia al Combate de Gámeza y Tópaga,
cuando chocan las fuerzas patriotas con las realistas y cruzando
el río, luego de combatir siete horas, los realistas
repliegan sobre el pueblo de Tópaga apoyándose
definitivamente en los llamados Molinos de Tópaga, o
Peñas de Tópaga.

En cuanto a la Batalla de Pantano de Vargas,
ocurrida el 25 de julio de 1819, este autor considera que
ésta fue el producto de la dominación de Guayana
por Bolívar y refiere que durante los siguientes
días de, la acción en Gámeza y
Tópaga, los patriotas logran reponer completamente sus
adoloridos pies y las restantes caballerías llaneras
descansar sus cascos, ya que Barreiro no se atreve a atacar.
Así mismo, Bolívar con su ejército,
aprovecha para recoger todas las armas y Parques abandonados,
quedando así en condiciones de dar una batalla. La
acción duró 10 horas, los patriotas ganan la
batalla, gracias a la intervención de Juan José
Rondón quien salva la batalla, que estuvo perdida unas
horas antes. Al felicitar Bolívar a Rondón,
éste le contesta: "S.E. Así pelean los hijos del
Alto Llano…" que son las regiones llanas altas, hacia Caracas.
Dice Betancourt en su obra: "Hemos recorrido varias veces esta
escena de batalla y levantado el único plano que
existe sobre el lugar de los hechos de la Batalla de Pantano de
Vargas, predecesora de Carabobo y por encima de la acción
de Boyacá, la que ha cargado con todos los
honores!"

Betancourt considera que la Batalla de
Boyacá
librada el 7 de agosto de 1819, viene a
ser el derrumbe del poderío español en Nueva
Granada y el comienzo del deterioro de su poderío en
América; no por lo que significó Boyacá como
Batalla, sino por que habiendo sido ésta el epílogo
o consecuencia de la Batalla de Pantano de Vargas, verdadera
batalla; vino a tener enseguida, su corolario en Carabobo,
así como su repercusión en Cartagena, Maracaibo y
Puerto Cabello, dejando la atención y las manos libres a
Colombia para triunfar en el Sur.

Revisando el año 1821, concretamente el
día 10 de enero, encontramos una referencia del autor
acerca de una comisión encomendada por Bolívar al
Gral. Mires, español al servicio de la causa
patriótica, para llevar mil fusiles y municiones al
Gobierno de Guayaquil. Acerca de este patriota expresa,
José Mires es un hombre, un patriota que lo hallamos, como
Santinelli y Valdés desde 1810 y 1811, al servicio de
Venezuela, en el oriente, en los llanos, en occidente, en el Sur
de América.

Encuentra aquí Betancourt un espacio propicio
para hablar de los españoles al servicio de la
independencia
y expresa que después de tanto
escudriñar, tanto la Historia de Venezuela, como la de
Nueva Granada o Colombia actual, éstas no han hecho
justicia ni han reconocido los meritos, a los españoles,
que como tales, prescindieron de su calidad de españoles,
para servirle a la causa de la Independencia. "Que se
sacrificaran los criollos, venezolanos y granadinos, estaba bien,
no sólo era su necesidad, sino su deber, el de luchar y
sacrificarlo todo; pero españoles, como Villapol, Campo
Elías, Campomanes, Mires y tantos otros, que como jefes u
oficiales se sacrificaron en la lucha por la independencia,
cuanto merecen? Y que les ha dado la historia? Donde están
sus meritos esculpidos en bronce? En las páginas de esta
Historia Militar se hallará a cada paso un español
defendiendo con su vida, con sus conocimientos militares y con su
tranquilidad, tanto la libertad como la independencia de
América!" Hoy nos reconocemos como hijos de España,
sin odios y como naciones iguales,
respetándonos.

Así mismo, llegado a este punto, encuentra
propicio hacer un comentario acerca del Gral. Pablo Morillo,
quien en carta al Rey, en donde demuestra sentir gran
admiración por el Libertador y reconocerle sus meritos,
capacidades militares y políticas, éste expresa:
"…Bolívar es mucho mas peligroso vencido que
triunfante… y cuando consigue una victoria se
adueña de provincias enteras…Dadme 50.000 llaneros
de los que maneja Bolívar y yo me comprometo a barrer la
Europa entera…" Pablo Morillo.

Para finalizar esta ponencia es necesario aclarar que
sólo se ha hecho referencia a las acciones militares
más resaltantes ocurridas en el llano durante este
periodo, lo cual implica que seguramente existen otras de
importancia que no han sido nombradas en este resumen. Así
mismo que de las 42 campañas bolivarianas clasificadas por
el autor en su obra, desde la campaña 37 a la 42 se
desarrollaron en el sur de Colombia y en el Sur de
América, Ecuador, Perú y Bolivia.

Según la opinión de las ponentes, el llano
venezolano vivió, durante la Época de la
Independencia (1810-1830), acontecimientos muy importantes que
han quedado para la historia de nuestro país y de Colombia
y los cuales puede afirmarse, se confunden en la historia de
ambos países, ya que la frontera entre los dos, ha sido
siempre muy transitada, pues lo que separa a ambos países,
en el tramo llanero, es el Río Arauca, el cual es
navegable; a diferencia de las características de la
frontera en la parte de la Cordillera Andina y la Sierra de
Perijá, donde existen altas y escarpadas formaciones
montañosas, difíciles de transitar. Es por esto que
el autor Betancourt considera al Llano, como un territorio de
especial importancia estratégica para los acontecimientos
históricos que allí se han desarrollado a
través de los tiempos. Esta importancia estratégica
radica fundamentalmente en la ventaja que ofrece la
topografía llanera, la cual favorece la
comunicación entre el Llano venezolano y el Llano
colombiano, especialmente en épocas de sequía o
verano, cuando el tránsito por esta zona es más
fácil. Sin embargo es de hacer notar que para la
movilización en esta zona, se ha requerido siempre de los
"baquianos", conocedores del llano y de sus fenómenos;
quienes aprendieron a orientarse desde pequeños, en
aquellas extensas sabanas, ubicándose, ayudados por la
posición del sol (ya sea invierno o verano), por
pequeños caños, matas o matales, y por las
importantes indicaciones del color de la sabana, para distinguir
lo que es terreno firme de los lodazales o pantanos cubiertos de
verdor, que aparentan ser terreno firme, donde por
desconocimiento es muy fácil caer y atascarse.

Los caudalosos ríos navegables de los Llanos,
también permitieron la movilización de
ejércitos, armamentos y provisiones de ganado y
bastimentos, a través de ellos; por lo cual pueblos
llaneros como Puerto de nutrias, San Fernando de Apure, Arauca,
la región de Casanare y otros, fueron escenarios de
importantes acontecimientos de nuestra gesta libertadora y
así mismo sufrieron los estragos de la guerra, tales como
incendios, violaciones de sus mujeres, asedios y toda la serie de
grotescos acontecimientos que trae la guerra consigo.

Para concluir, damos gracias a los ilustres pobladores
de esta "Provincia Libertadora de Colombia", como fue conocida
durante la gesta libertadora, esta región de Casanare, por
ser semillero de patriotas que se destacaron en las gloriosas
batallas de Pantano de Vargas y del Puente de Boyacá,
cuyos espíritus seguramente fueron guía y sendero
para la tarea que en estas tierras inició el historiador
Fidel Betancourt, cuando decide emprender la monumental obra que
hoy hemos presentado ante ustedes.

XI SIMPOSIO INTERNACIONAL DE HISTORIA DE
LOS LLANOS COLOMBO-VENEZOLANOS: BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA
DE COLOMBIA.

Támara-Casanare República
de Colombia

Julio 17 al 20 de 2010

 

 

Autor:

Prof. Msc. Italia J. Cámpora
Betancourt

Prof. Msc. Sonia C. Cámpora
Betancourt

FUNDACIÓN FIDEL
BETANCOURT

-FUNDAFIBE-

Urb. Patarata II, Av. Las Turas, Transv. 1
N° 589

Telf. 0582517157749 y
0584145018092

Partes: 1, 2
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