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Perfil ideal del político cristiano (página 2)




Enviado por JUAN TEVES CAMARGO



Partes: 1, 2, 3

Uno de los primeros obstáculos insalvables con
que tropieza el investigador, al hacer su proyecto de
investigación, es la necesidad del marco teórico,
definiendo el mismo, como aquella teoría básica
doctrina o filosofía que orienta nuestro trabajo
científico, ya sea a nivel de la elaboración del
proyecto de investigación.

La presente investigación nos muestra una
alternativa, la creación de centro de capacitación
e investigación para la participación de los
políticos cristianos en el país, para poder mejorar
la calidad de vida de las personas en una nación por eso
es que la investigación se orienta a través del
estudio de la concepción de pastores y de la Iglesia
evangélicas cristianas , para de esta manera poder
elaborar el perfil ideal que deben tener los políticos
cristianos haciendo las correcciones necesarias incentivando la
participación de los políticos cristianos en todo
tipo de elecciones gubernamentales, mejorando la calidad de vida
económica del país y la moral de sus
habitantes.

1.2.3. Marco Conceptual

Política.- Es la participación de un
ciudadano en el gobierno para lograr cumplir con los objetivos
nacionales

País.- Es una nación donde se habla el
mismo idioma y se tienen un propósito
común

Gobierno.- Son las personas encargadas de lograr los
objetivos nacionales y supervisarlos para que se
cumplan

Cristianos.- Son todos aquellos que han aceptado a
Jesucristo como único salvador

Iglesia.- Son el conjunto de cristianos que se unen con
el propósito de tener una relación plena y
comunión con Dios

Pastores.- Son aquellas personas que guía a la
grey de la iglesia hacia el camino de la santidad

Concordato.- Acuerdo entre la santo sede y la
república del perú.

Caos.- Cuando la gente se desvía de los
principios divinos

Prójimo.- Persona que nos rodea

1.3. FINANALIDAD IMPORTANCIA Y OBJETIVO DE LA

INVESTIGACION

1.3.1. Finalidad e importancia de la
Investigación.

1.3.1.2. Importancia

Esta investigación al lograr los objetivos
propuestos tendrá su importancia y relevancia en la
prosperidad económica mejorando la calidad de vida y la
aplicación de los principios morales no solo de los
gobernantes sino de toda la nación.

Por cuanto incrementaremos el saber de la ciencia en
materia política económica, moral al señalar
cuales fueron los errores cometidos en los gobiernos pasados, los
pastores y la Iglesia cristiana evangélica hasta el
año 2000 y como influyeron en la economía del
país, el diseño del perfil ideal de los
políticos cristianos y la creación de centro de
investigación y capacitación de los futuros
políticos cristianos, con la finalidad de tener
gobernantes con sólido carácter cristiano y
principios morales por lo que tiende a mejorar la visión
sobre la participación política de los cristianos
evangélicos en la economía del
país.

1.3.2. Objetivo General

DISEÑAR, EL PERFIL IDEAL QUE DEBE DE TENER LOS
POLITICOS CRISTIANOS PARA LOGRAR LA FELICIDAD Y EL BIENESTAR
ECONOMICO DE UNA NACION.

  • Objetivo Específico

  • Diseñar , El perfil de la capacitación
    teológica que debe tener los políticos
    cristianos para lograr la felicidad y el bienestar
    económico de una nación.

  • Diseñar. El perfil de la capacitación
    profesional que deben tener los políticos cristianos
    para lograr la felicidad y el bienestar económica de
    una nación.

  • Diseñar. El perfil del carácter que
    deben tener los políticos cristianos para lograr la
    felicidad y el bienestar económico de una
    nación.

1.4. FORMULACION DE HIPOTESIS

1.4.1. Hipótesis General.

LA APLICACIÓN DEL PERFIL IDEAL EN LOS POLITICOS
GOBERNANTES LOGRA LA FELICIDAD Y EL BIENESTAR ECONOMICVO DE UNA
NACION

1.4.2. Hipótesis Secundario:

1.4.2.1 La aplicación del perfil de la
capacitación Teológica en

los políticos gobernantes logra la felicidad y el
bienestar económico de una nación.

1.4.2.2. La aplicación del perfil de la
capacitación profesional en los políticos
gobernantes logra la felicidad y el bienestar
económico.

1.4.2.3. La aplicación del perfil del
carácter en los políticos gobernantes logra la
felicidad y el bienestar económico de la
nación.

1.5. VARIABLES

1.5.1. Identificación de variables en
Hipótesis General

Variable independiente (P)

El perfil Ideal del político cristiano

Variable Dependiente (Q)

Felicidad y bienestar económica de una
nación.

1.5.2. Identificación y Variables en
Hipótesis Secundarias

1.5.2.1. Primera Hipótesis

Variable Independiente ( P)

P1 El perfil de la capacitación
teológica

Variable Dependiente ( Q )

Q1 Logra la felicidad y bienestar económica de
una nación.

1.5.2.2. Segunda Hipótesis

Variable Independiente (p)

P1 El perfil de la capacitación
profesional

Variable Dependiente (Q)

Q1 Logra felicidad y bienestar económica de una
nación.

1.5.2.3.Tercera Hipótesis

Variable Independiente (p)

P1 El perfil del carácter

Variable Dependiente (Q)

Q1 Logra la felicidad y bienestar económico de
una nación

1.5.3. Operacionalización de Variables e
Indicadores

1.5.3.1. Indicadores de las variables
Independientes

P0 El perfil Ideal del político
cristiano

  • Prosperidad económica

  • Inestabilidad económica

P1 El perfil de la capacitación
teológica

  • Bastante

  • Poca

P2 El perfil de la capacitación
profesional

– Eficaz

– Eficiente

P3 El perfil del carácter

  • Moralidad

  • Inmoralidad

1.5.3.2. Indicadores de las Variables
Dependientes

Q Logra la felicidad y bienestar económica de una
nación

  • Total

  • Parcial

Q1 Logra la felicidad y bienestar económica de
una nación

  • Total

  • Parcial

Q2Logra la felicidad y bienestar económica de una
nación

  • Total

  • Parcial

Q3 Logra la felicidad y bienestar económica de
una nación

  • Total

  • Parcial

1.6. DESCRIPCION DEL METODO Y DISEÑO

1.6.1. Método

La investigación empleara básicamente el
método

INDUCTIVO – DEDUCTIVA por cuanto se hace partiendo
de aspectos particulares con la finalidad de llegar hasta la
generalización de la conclusión, la forma operativa
del método es el ANALITICO – SINTETICO, con la
finalidad de aplicar las relaciones existentes entre las
variables identificadas en esta investigación

1.6.2. Diseño de la
Investigación

El diseño de la investigación, viene a
estar conformado por el plan, estructura y estrategia de la labor
estrictamente científica, es decir, por los aspectos mas
importantes del estudio, como son: La metodología a
servirse, las hipótesis a comprobarse los métodos y
técnicas a emplearse, el cronograma a cumplirse, los
recursos humanos y financieros necesarios.

El diseño específico, a emplearse en este
proyecto es el DESCRIPTIVO – CORRELACIONAL, por que su
objetivo es verificar si existe una relación determinada
entre dos o más aspectos a través de una muestra, y
que otras circunstancias se observan
simultáneamente.

1.6.3. Tipo y Nivel de Investigación

Por función principal a cumplir en el desarrollo
de la investigación, esta será de carácter
EXPLORTIVA Y DESCRIPTIVA – EXPLICATIVA, por cuanto se esta
examinando " La evaluación de la participacion politica de
los cristinaos hasta el año 2000

1.7.UNIVERSO Y TECNICAS DE INVESTIGACION

1.7.1. Universo

1.7.1.1. Universo Físico

Esta investigación se ejecutará
geográficamente en la ciudad de Lima.

1.7.1.2. Universo Social

La población materia del estudio se circunscribe
a las siguientes unidades de observación, teniendo en
cuenta sus conocimientos sobre el tema:

  • 03 Partidos Políticos

  • 05 Teólogos

  • 05 Políticos

  • 02 Economista

1.7.2. TECNICAS DE INVESTIGACIÓN

1.7.2.1.Técnica de recolección de
Datos

Para esta investigación utilizaremos las
técnicas más típicas que son aplicables en
la investigación Teológica – Política
– Económica

a)Entrevista

Se va ha realizar en forma verbal que tienen las mismas
características de la población en estudio, como
por ejemplo políticos, teólogos sociólogos,
previamente se seleccionara las preguntas adecuadas.

b)Encuesta

Este instrumento se va ha elaborar en función al
problema planteado, la hipótesis y las variables
identificadas: para lo cual previamente se va ha formular el
cuestionario de preguntas teniendo en cuenta en cuanto al tipo de
población a afectos de recoger adecuadamente

esta información.

c) Análisis documentário

Se analizara todo tipo de información que se
tenga los cuales nos van ha servir para formular y desarrollar
nuestra investigación

Historia de la
participación política del cristiano

2.1.1 En el antiguo testamento

2.1.1.1 Abraham

Capítulo 12

1

EMPERO Jehová había dicho
á Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa
de tu padre, á la tierra que te
mostraré;

2

Y haré de ti una nación
grande, y bendecirte he, y engrandeceré tu nombre, y
serás bendición:

3

Y bendeciré á los que te
bendijeren, y á los que te maldijeren maldeciré: y
serán benditas en ti todas las familias de la
tierra.

4

Y fuése Abram, como Jehová le
dijo; y fué con él Lot: y era Abram de edad de
setenta y cinco años cuando salió de
Harán.

5

Y tomó Abram á Sarai su
mujer, y á Lot hijo de su hermano, y toda su hacienda que
habían ganado, y las almas que habían adquirido en
Harán, y salieron para ir á tierra de
Canaán; y á tierra de Canaán
llegaron.

6

Y pasó Abram por aquella tierra
hasta el lugar de Sichêm, hasta el valle de Moreh: y el
Cananeo estaba entonces en la tierra.

7

Y apareció Jehová á
Abram, y le dijo: A tu simiente daré esta tierra. Y
edificó allí un altar á Jehová, que
le había aparecido.

8

Y pasóse de allí á un
monte al oriente de Bethel, y tendió su tienda, teniendo
á Bethel al occidente y Hai al oriente: y edificó
allí altar á Jehová é invocó
el nombre de Jehová.

9

Y movió Abram de allí,
caminando y yendo hacia el Mediodía.

10

Y hubo hambre en la tierra, y
descendió Abram á Egipto para peregrinar
allá; porque era grande el hambre en la tierra.

11

Y aconteció que cuando estaba para
entrar en Egipto, dijo á Sarai su mujer: He aquí,
ahora conozco que eres mujer hermosa de vista;

12

Y será que cuando te habrán
visto los Egipcios, dirán: Su mujer es: y me
matarán á mí, y á ti te
reservarán la vida.

13

Ahora pues, di que eres mi hermana, para
que yo haya bien por causa tuya, y viva mi alma por amor de
ti.

14

Y aconteció que, como entró
Abram en Egipto, los Egipcios vieron la mujer que era hermosa en
gran manera.

15

Viéronla también los
príncipes de Faraón, y se la alabaron; y fué
llevada la mujer á casa de Faraón:

16

E hizo bien á Abram por causa de
ella; y tuvo ovejas, y vacas, y asnos, y siervos, y criadas, y
asnas y camellos.

17

Mas Jehová hirió á
Faraón y á su casa con grandes plagas, por causa de
Sarai mujer de Abram.

18

Entonces Faraón llamó
á Abram y le dijo: ¿Qué es esto que has
hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que era tu
mujer?

19

¿Por qué dijiste: Es mi
hermana? poniéndome en ocasión de tomarla para
mí por mujer? Ahora pues, he aquí tu mujer,
tómala y vete.

20

Entonces Faraón dió orden
á sus gentes acerca de Abram; y le acompañaron, y
á su mujer con todo lo que tenía.

Capítulo 13

1

SUBIO, pues, Abram de Egipto hacia el
Mediodía, él y su mujer, con todo lo que
tenía, y con él Lot.

2

Y Abram era riquísimo en ganado, en
plata y oro.

3

Y volvió por sus jornadas de la
parte del Mediodía hacia Bethel, hasta el lugar donde
había estado antes su tienda entre Bethel y
Hai;

4

Al lugar del altar que había hecho
allí antes: é invocó allí Abram el
nombre de Jehová.

5

Y asimismo Lot, que andaba con Abram,
tenía ovejas, y vacas, y tiendas.

6

Y la tierra no podía darles para que
habitasen juntos: porque su hacienda era mucha, y no
podían morar en un mismo lugar.

7

Y hubo contienda entre los pastores del
ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot: y el Cananeo y
el Pherezeo habitaban entonces en la tierra.

8

Entonces Abram dijo á Lot: No haya
ahora altercado entre mí y ti, entre mis pastores y los
tuyos, porque somos hermanos.

9

¿No está toda la tierra
delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres
á la mano izquierda, yo iré á la derecha: y
si tú á la derecha, yo iré á la
izquierda.

10

Y alzó Lot sus ojos, y vió
toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego,
antes que destruyese Jehová á Sodoma y á
Gomorra, como el huerto de Jehová, como la tierra de
Egipto entrando en Zoar.

11

Entonces Lot escogió para sí
toda la llanura del Jordán: y partióse Lot de
Oriente, y apartáronse el uno del otro.

12

Abram asentó en la tierra de
Canaán, y Lot asentó en las ciudades de la llanura,
y fué poniendo sus tiendas hasta Sodoma.

13

Mas los hombres de Sodoma eran malos y
pecadores para con Jehová en gran manera.

14

Y Jehová dijo á Abram,
después que Lot se apartó de él: Alza ahora
tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el
Aquilón, y al Mediodía, y al Oriente y al
Occidente;

15

Porque toda la tierra que ves, la
daré á ti y á tu simiente para
siempre.

16

Y haré tu simiente como el polvo de
la tierra: que si alguno podrá contar el polvo de la
tierra, también tu simiente será
contada.

17

Levántate, ve por la tierra á
lo largo de ella y á su ancho; porque á ti la tengo
de dar.

18

Abram, pues, removiendo su tienda, vino y
moró en el alcornocal de Mamre, que es en Hebrón, y
edificó allí altar á
Jehová.

Capítulo 14

1

Y ACONTECIO en los días de Amraphel,
rey de Shinar, Arioch, rey de Elazar, Chêdorlaomer, rey de
Elá, y Tidal, rey de naciones,

2

Que éstos hicieron guerra contra
Bera, rey de Sodoma, y contra Birsha, rey de Gomorra, y contra
Shinab, rey de Adma, y contra Shemeber, rey de Zeboim, y contra
el rey de Bela, la cual es Zoar.

3

Todos estos se juntaron en el valle de
Siddim, que es el mar salado.

4

Doce años habían servido
á Chêdorlaomer, y al décimotercio año
se rebelaron.

5

Y en el año décimocuarto vino
Chêdorlaomer, y los reyes que estaban de su parte, y
derrotaron á los Raphaitas en Ashteroth-carnaim, á
los Zuzitas en Ham, y á los Emitas en
Shave-Kiriataim.

6

Y á los Horeos en el monte de Seir,
hasta la llanura de Parán, que está junto al
desierto.

7

Y volvieron y vinieron á Emmisphat,
que es Cades, y devastaron todas las haciendas de los Amalacitas,
y también al Amorrheo, que habitaba en
Hazezón-tamar.

8

Y salió el rey de Sodoma, y el rey
de Gomorra, y el rey de Adma, y el rey de Zeboim, y el rey de
Bela, que es Zoar, y ordenaron contra ellos batalla en el valle
de Siddim;

9

Es á saber, contra
Chêdorlaomer, rey de Elam, y Tidal, rey de naciones, y
Amraphel, rey de Shinar, y Arioch, rey de Elasar; cuatro reyes
contra cinco.

10

Y el valle de Siddim estaba lleno de pozos
de betún: y huyeron el rey de Sodoma y el de Gomorra, y
cayeron allí; y los demás huyeron al
monte.

11

Y tomaron toda la riqueza de Sodoma y de
Gomorra, y todas sus vituallas, y se fueron.

12

Tomaron también á Lot, hijo
del hermano de Abram, que moraba en Sodoma, y su hacienda, y se
fueron.

13

Y vino uno de los que escaparon, y
denunciólo á Abram el Hebreo, que habitaba en el
valle de Mamre Amorrheo, hermano de Eschôl y hermano de
Aner, los cuales estaban confederados con Abram.

14

Y oyó Abram que su hermano estaba
prisionero, y armó sus criados, los criados de su casa,
trescientos dieciocho, y siguiólos hasta Dan.

15

Y derramóse sobre ellos de noche
él y sus siervos, é hiriólos, y
fuélos siguiendo hasta Hobah, que está á la
izquierda de Damasco.

16

Y recobró todos los bienes, y
también á Lot su hermano y su hacienda, y
también las mujeres y gente.

17

Y salió el rey de Sodoma á
recibirlo, cuando volvía de la derrota de
Chêdorlaomer y de los reyes que con él estaban, al
valle de Shave, que es el valle del Rey.

18

Entonces Melchîsedec, rey de Salem,
sacó pan y vino; el cual era sacerdote del Dios
alto;

19

Y bendíjole, y dijo: Bendito sea
Abram del Dios alto, poseedor de los cielos y de la
tierra;

20

Y bendito sea el Dios alto, que
entregó tus enemigos en tu mano. Y dióle Abram los
diezmos de todo.

21

Entonces el rey de Sodoma dijo á
Abram: Dame las personas, y toma para ti la hacienda.

22

Y respondió Abram al rey de Sodoma:
He alzado mi mano á Jehová Dios alto, poseedor de
los cielos y de la tierra,

23

Que desde un hilo hasta la correa de un
calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, porque no
digas: Yo enriquecí á Abram:

24

Sacando solamente lo que comieron los
mancebos, y la porción de los varones que fueron conmigo,
Aner, Eschôl, y Mamre; los cuales tomarán su
parte.

Capítulo 15

1

DESPUÉS de estas cosas fué la
palabra de Jehová á Abram en visión,
diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón
sobremanera grande.

2

Y respondió Abram: Señor
Jehová ¿qué me has de dar, siendo así
que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese Damasceno
Eliezer?

3

Dijo más Abram: Mira que no me has
dado prole, y he aquí que es mi heredero uno nacido en mi
casa.

4

Y luego la palabra de Jehová
fué á él diciendo: No te heredará
éste, sino el que saldrá de tus entrañas
será el que te herede.

5

Y sacóle fuera, y dijo: Mira ahora
á los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes
contar. Y le dijo: Así será tu simiente.

6

Y creyó á Jehová, y
contóselo por justicia.

7

Y díjole: Yo soy Jehová, que
te saqué de Ur de los Caldeos, para darte á heredar
esta tierra.

8

Y él respondió: Señor
Jehová ¿en qué conoceré que la tengo
de heredar?

9

Y le dijo: Apártame una becerra de
tres años, y una cabra de tres años, y un carnero
de tres años, una tórtola también, y un
palomino.

10

Y tomó él todas estas cosas,
y partiólas por la mitad, y puso cada mitad una enfrente
de otra; mas no partió las aves.

11

Y descendían aves sobre los cuerpos
muertos, y ojeábalas Abram.

12

Mas á la caída del sol
sobrecogió el sueño á Abram, y he
aquí que el pavor de una grande obscuridad cayó
sobre él.

13

Entonces dijo á Abram: Ten por
cierto que tu simiente será peregrina en tierra no suya, y
servirá á los de allí, y serán por
ellos afligidos cuatrocientos años.

14

Mas también á la gente
á quien servirán, juzgaré yo; y
después de esto saldrán con grande
riqueza.

15

Y tú vendrás á tus
padres en paz, y serás sepultado en buena
vejez.

16

Y en la cuarta generación
volverán acá: porque aun no está cumplida la
maldad del Amorrheo hasta aquí.

17

Y sucedió que puesto el sol, y ya
obscurecido, dejóse ver un horno humeando, y una antorcha
de fuego que pasó por entre los animales
divididos.

18

En aquel día hizo Jehová un
pacto con Abram diciendo: A tu simiente daré esta tierra
desde el río de Egipto hasta el río grande, el
río Eufrates;

19

Los Cineos, y los Ceneceos, y los
Cedmoneos,

20

Y los Hetheos, y los Pherezeos, y los
Raphaitas,

21

Y los Amorrheos, y los Cananeos, y los
Gergeseos, y los Jebuseos.

2.1.1.2 José Gobernador de Egipto

Capítulo 41

1

Y ACONTECIO que pasados dos años
tuvo Faraón un sueño: Parecíale que estaba
junto al río;

2

Y que del río subían siete
vacas, hermosas á la vista, y muy gordas, y pacían
en el prado:

3

Y que otras siete vacas subían tras
ellas del río, de fea vista, y enjutas de carne, y se
pararon cerca de las vacas hermosas á la orilla del
río:

4

Y que las vacas de fea vista y enjutas de
carne devoraban á las siete vacas hermosas y muy gordas. Y
despertó Faraón.

5

Durmióse de nuevo, y
soñó la segunda vez: Que siete espigas llenas y
hermosas subían de una sola caña:

6

Y que otras siete espigas menudas y
abatidas del Solano, salían después de
ellas:

7

Y las siete espigas menudas devoraban
á las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó
Faraón, y he aquí que era sueño.

8

Y acaeció que á la
mañana estaba agitado su espíritu; y envió
é hizo llamar á todos los magos de Egipto, y
á todos sus sabios: y contóles Faraón sus
sueños, mas no había quien á Faraón
los declarase.

9

Entonces el principal de los coperos
habló á Faraón, diciendo: Acuérdome
hoy de mis faltas:

10

Faraón se enojó contra sus
siervos, y á mí me echó á la
prisión de la casa del capitán de los de la
guardia, á mí y al principal de los
panaderos:

11

Y yo y él vimos un sueño una
misma noche: cada uno soñó conforme á la
declaración de su sueño.

12

Y estaba allí con nosotros un mozo
Hebreo, sirviente del capitán de los de la guardia; y se
lo contamos, y él nos declaró nuestros
sueños, y declaró á cada uno conforme
á su sueño.

13

Y aconteció que como él nos
declaró, así fué: á mí me hizo
volver á mi puesto, é hizo colgar al
otro.

14

Entonces Faraón envió y
llamó á José; é hiciéronle
salir corriendo de la cárcel, y le cortaron el pelo, y
mudaron sus vestidos, y vino á Faraón.

15

Y dijo Faraón á José:
Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo declare; mas he
oído decir de ti, que oyes sueños para
declararlos.

16

Y respondió José á
Faraón, diciendo: No está en mí; Dios
será el que responda paz á
Faraón.

17

Entonces Faraón dijo á
José: En mi sueño parecíame que estaba
á la orilla del río:

18

Y que del río subían siete
vacas de gruesas carnes y hermosa apariencia, que pacían
en el prado:

19

Y que otras siete vacas subían
después de ellas, flacas y de muy fea traza; tan
extenuadas, que no he visto otras semejantes en toda la tierra de
Egipto en fealdad:

20

Y las vacas flacas y feas devoraban
á las siete primeras vacas gruesas:

21

Y entraban en sus entrañas, mas no
se conocía que hubiese entrado en ellas, porque su parecer
era aún malo, como de primero. Y yo
desperté.

22

Vi también soñando, que siete
espigas subían en una misma caña llenas y
hermosas;

23

Y que otras siete espigas menudas,
marchitas, abatidas del Solano, subían después de
ellas:

24

Y las espigas menudas devoraban á
las siete espigas hermosas: y helo dicho á los magos, mas
no hay quien me lo declare.

25

Entonces respondió José
á Faraón: El sueño de Faraón es uno
mismo: Dios ha mostrado á Faraón lo que va á
hacer.

26

Las siete vacas hermosas siete años
son; y las espigas hermosas son siete años: el
sueño es uno mismo.

27

También las siete vacas flacas y
feas que subían tras ellas, son siete años; y las
siete espigas menudas y marchitas del Solano, siete años
serán de hambre.

28

Esto es lo que respondo á
Faraón. Lo que Dios va á hacer, halo mostrado
á Faraón.

29

He aquí vienen siete años de
grande hartura en toda la tierra de Egipto:

30

Y levantarse han tras ellos siete
años de hambre; y toda la hartura será olvidada en
la tierra de Egipto; y el hambre consumirá la
tierra;

31

Y aquella abundancia no se echará de
ver á causa del hambre siguiente, la cual será
gravísima.

32

Y el suceder el sueño á
Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte
de Dios, y que Dios se apresura á hacerla.

33

Por tanto, provéase ahora
Faraón de un varón prudente y sabio, y
póngalo sobre la tierra de Egipto.

34

Haga esto Faraón, y ponga
gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto
en los siete años de la hartura;

35

Y junten toda la provisión de estos
buenos años que vienen, y alleguen el trigo bajo la mano
de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y
guárdenlo.

36

Y esté aquella provisión en
depósito para el país, para los siete años
del hambre que serán en la tierra de Egipto; y el
país no perecerá de hambre.

37

Y el negocio pareció bien á
Faraón, y á sus siervos.

38

Y dijo Faraón á sus siervos:
¿Hemos de hallar otro hombre como éste, en quien
haya espíritu de Dios?

39

Y dijo Faraón á José:
Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni
sabio como tú:

40

Tú serás sobre mi casa, y por
tu dicho se gobernará todo mi pueblo: solamente en el
trono seré yo mayor que tú.

41

Dijo más Faraón á
José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra
de Egipto.

42

Entonces Faraón quitó su
anillo de su mano, y púsolo en la mano de José,
é hízole vestir de ropas de lino finísimo, y
puso un collar de oro en su cuello;

43

E hízolo subir en su segundo carro,
y pregonaron delante de él: Doblad la rodilla: y
púsole sobre toda la tierra de Egipto.

44

Y dijo Faraón á José:
Yo Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su
pie en toda la tierra de Egipto.

45

Y llamó Faraón el nombre de
José, Zaphnath-paaneah; y dióle por mujer á
Asenath, hija de Potipherah, sacerdote de On. Y salió
José por toda la tierra de Egipto.

46

Y era José de edad de treinta
años cuando fué presentado delante de
Faraón, rey de Egipto: y salió José de
delante de Faraón, y transitó por toda la tierra de
Egipto.

47

E hizo la tierra en aquellos siete
años de hartura á montones.

48

Y él juntó todo el
mantenimiento de los siete años que fueron en la tierra de
Egipto, y guardó mantenimiento en las ciudades, poniendo
en cada ciudad el mantenimiento del campo de sus
alrededores.

49

Y acopió José trigo como
arena de la mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar,
porque no tenía número.

50

Y nacieron á José dos hijos
antes que viniese el primer año del hambre, los cuales le
parió Asenath, hija de Potipherah, sacerdote de
On.

51

Y llamó José el nombre del
primogénito Manasés; porque Dios (dijo) me hizo
olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre.

52

Y el nombre del segundo llamólo
Ephraim; porque Dios (dijo) me hizo fértil en la tierra de
mi aflicción.

53

Y cumpliéronse los siete años
de la hartura, que hubo en la tierra de Egipto.

54

Y comenzaron á venir los siete
años del hambre, como José había dicho: y
hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de
Egipto había pan.

55

Y cuando se sintió el hambre en toda
la tierra de Egipto, el pueblo clamó á
Faraón por pan. Y dijo Faraón á todos los
Egipcios: Id á José, y haced lo que él os
dijere.

56

Y el hambre estaba por toda la
extensión del país. Entonces abrió
José todo granero donde había, y vendía
á los Egipcios; porque había crecido el hambre en
la tierra de Egipto.

57

Y toda la tierra venía á
Egipto para comprar de José, porque por toda la tierra
había crecido el hambre.

2.1.1.3 Rey Saúl

1

Y HABIA un varón de Benjamín,
hombre valeroso, el cual se llamaba Cis, hijo de Abiel, hijo de
Seor, hijo de Bechôra, hijo de Aphia, hijo de un hombre de
Benjamín.

2

Y tenía él un hijo que se
llamaba Saúl, mancebo y hermoso, que entre los hijos de
Israel no había otro más hermoso que él; del
hombro arriba sobrepujaba á cualquiera del
pueblo.

3

Y habíanse perdido las asnas de Cis,
padre de Saúl; por lo que dijo Cis á Saúl su
hijo: Toma ahora contigo alguno de los criados, y
levántate, y ve á buscar las asnas.

4

Y él pasó al monte de
Ephraim, y de allí á la tierra de Salisa, y no las
hallaron. Pasaron luego por la tierra de Saalim, y tampoco.
Después pasaron por la tierra de Benjamín, y no las
encontraron.

5

Y cuando vinieron á la tierra de
Suph, Saúl dijo á su criado que tenía
consigo: Ven, volvámonos; porque quizá mi padre,
dejado el cuidado de las asnas, estará congojado por
nosotros.

6

Y él le respondió: He
aquí ahora hay en esta ciudad un hombre de Dios, que es
varón insigne: todas las cosas que él dijere, sin
duda vendrán. Vamos pues allá: quizá nos
enseñará nuestro camino por donde hayamos de
ir.

7

Y Saúl respondió á su
criado: Vamos ahora: ¿mas qué llevaremos al
varón? Porque el pan de nuestras alforjas se ha acabado, y
no tenemos qué presentar al varón de Dios:
¿qué tenemos?

8

Entonces tornó el criado á
responder á Saúl, diciendo: He aquí se halla
en mi mano la cuarta parte de un siclo de plata: esto daré
al varón de Dios, porque nos declare nuestro
camino.

9

(Antiguamente en Israel cualquiera que iba
á consultar á Dios, decía así: Venid
y vamos hasta el vidente: porque el que ahora se llama profeta,
antiguamente era llamado vidente).

10

Dijo entonces Saúl á su
criado: Bien dices; ea pues, vamos. Y fueron á la ciudad
donde estaba el varón de Dios.

11

Y cuando subían por la cuesta de la
ciudad, hallaron unas mozas que salían por agua, á
las cuales dijeron: ¿Está en este lugar el
vidente?

12

Y ellas respondiéndoles, dijeron:
Sí; helo aquí delante de ti: date pues priesa,
porque hoy ha venido á la ciudad en atención
á que el pueblo tiene hoy sacrificio en el
alto.

13

Y cuando entrareis en la ciudad, le
encontraréis luego, antes que suba al alto á comer;
pues el pueblo no comerá hasta que él haya venido,
por cuanto él haya de bendecir el sacrificio, y
después comerán los convidados. Subid pues ahora,
porque ahora le hallaréis.

14

Ellos entonces subieron á la ciudad;
y cuando en medio de la ciudad estuvieron, he aquí Samuel
que delante de ellos salía para subir al alto.

15

Y un día antes que Saúl
viniese, Jehová había revelado al oído de
Samuel, diciendo:

16

Mañana á esta misma hora yo
enviaré á ti un varón de la tierra de
Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre
mi pueblo Israel, y salvará mi pueblo de mano de los
Filisteos: pues yo he mirado á mi pueblo, porque su clamor
ha llegado hasta mí.

17

Y luego que Samuel vió á
Saúl, Jehová le dijo: He aquí éste es
el varón del cual te hablé; éste
señoreará á mi pueblo.

18

Y llegando Saúl á Samuel en
medio de la puerta, díjole: Ruégote que me
enseñes dónde está la casa del
vidente.

19

Y Samuel respondió á
Saúl, y dijo: Yo soy el vidente: sube delante de mí
al alto, y comed hoy conmigo, y por la mañana te
despacharé, y te descubriré todo lo que está
en tu corazón.

20

Y de las asnas que se te perdieron hoy ha
tres días, pierde cuidado de ellas, porque se han hallado.
Mas ¿por quién es todo el deseo de Israel, sino por
ti y por toda la casa de tu padre?

21

Y Saúl respondió, y dijo:
¿No soy yo hijo de Benjamín, de las más
pequeñas tribus de Israel? y mi familia ¿no es la
más pequeña de todas las familias de la tribu de
Benjamín? ¿por qué pues me has dicho cosa
semejante?

22

Y trabando Samuel de Saúl y de su
criado, metiólos en la sala, y dióles lugar
á la cabecera de los convidados, que eran como unos
treinta hombres.

23

Y dijo Samuel al cocinero: Trae acá
la porción que te dí, la cual te dije que guardases
aparte.

24

Entonces alzó el cocinero una
espaldilla, con lo que estaba sobre ella, y púsola delante
de Saúl. Y Samuel dijo: He aquí lo que estaba
reservado: ponlo delante de ti, y come; porque de industria se
guardó para ti, cuando dije: Yo he convidado al pueblo. Y
Saúl comió aquel día con Samuel.

25

Y cuando hubieron descendido de lo alto
á la ciudad, él habló con Saúl en el
terrado.

26

Y al otro día madrugaron: y como al
apuntar del alba, Samuel llamó á Saúl, que
estaba en el terrado; y dijo: Levántate, para que te
despache. Levantóse luego Saúl, y salieron fuera
ambos, él y Samuel.

27

Y descendiendo ellos al cabo de la ciudad,
dijo Samuel á Saúl: Di al mozo que vaya delante, (y
adelantóse el mozo); mas espera tú un poco para que
te declare palabra de Dios.

2.1.1.4 Rey David

1

Y DIJO Jehová á Samuel:
¿Hasta cuándo has tú de llorar á
Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine
sobre Israel? Hinche tu cuerno de aceite, y ven, te
enviaré á Isaí de Beth-lehem: porque de sus
hijos me he provisto de rey.

2

Y dijo Samuel: ¿Cómo
iré? Si Saúl lo entendiere, me matará.
Jehová respondió: Toma contigo una becerra de la
vacada, y di: A sacrificar á Jehová he
venido.

3

Y llama á Isaí al sacrificio,
y yo te enseñaré lo que has de hacer; y ungirme has
al que yo te dijere.

4

Hizo pues Samuel como le dijo
Jehová: y luego que él llegó á
Beth-lehem, los ancianos de la ciudad le salieron á
recibir con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu
venida?

5

Y él respondió: Sí,
vengo á sacrificar á Jehová; santificaos, y
venid conmigo al sacrificio. Y santificando él á
Isaí y á sus hijos, llamólos al
sacrificio.

6

Y aconteció que como ellos vinieron,
él vió á Eliab, y dijo: De cierto delante de
Jehová está su ungido.

7

Y Jehová respondió á
Samuel: No mires á su parecer, ni á lo grande de su
estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová mira no lo
que el hombre mira; pues que el hombre mira lo que está
delante de sus ojos, mas Jehová mira el
corazón.

8

Entonces llamó Isaí á
Abinadab, é hízole pasar delante de Samuel, el cual
dijo: Ni á éste ha elegido
Jehová.

9

Hizo luego pasar Isaí á
Samma. Y él dijo: Tampoco á éste ha elegido
Jehová.

10

E hizo pasar Isaí sus siete hijos
delante de Samuel; mas Samuel dijo á Isaí:
Jehová no ha elegido á éstos.

11

Entonces dijo Samuel á Isaí:
¿Hanse acabado los mozos? Y él respondió:
Aun queda el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel
á Isaí: Envía por él, porque no nos
asentaremos á la mesa hasta que él venga
aquí.

12

Envió pues por él, é
introdújolo; el cual era rubio, de hermoso parecer y de
bello aspecto. Entonces Jehová dijo: Levántate y
úngelo, que éste es.

13

Y Samuel tomó el cuerno del aceite,
y ungiólo de entre sus hermanos: y desde aquel día
en adelante el espíritu de Jehová tomó
á David. Levantóse luego Samuel, y volvióse
á Rama.

14

Y el espíritu de Jehová se
apartó de Saúl, y atormentábale el
espíritu malo de parte de Jehová.

15

Y los criados de Saúl le dijeron: He
aquí ahora, que el espíritu malo de parte de Dios
te atormenta.

16

Diga pues nuestro señor á tus
siervos que están delante de ti, que busquen alguno que
sepa tocar el arpa; para que cuando fuere sobre ti el
espíritu malo de parte de Dios, él taña con
su mano, y tengas alivio.

17

Y Saúl respondió á sus
criados: Buscadme pues ahora alguno que taña bien, y
traédmelo.

18

Entonces uno de los criados
respondió, diciendo: He aquí yo he visto á
un hijo de Isaí de Beth-lehem, que sabe tocar, y es
valiente y vigoroso, y hombre de guerra, prudente en sus
palabras, y hermoso, y Jehová es con él.

19

Y Saúl envió mensajeros
á Isaí, diciendo: Envíame á David tu
hijo, el que está con las ovejas.

20

Y tomó Isaí un asno cargado
de pan, y un vasija de vino y un cabrito, y enviólo
á Saúl por mano de David su hijo.

21

Y viniendo David á Saúl,
estuvo delante de él: y amólo él mucho, y
fué hecho su escudero.

22

Y Saúl envió á decir
á Isaí: Yo te ruego que esté David conmigo;
porque ha hallado gracia en mis ojos.

23

Y cuando el espíritu malo de parte
de Dios era sobre Saúl, David tomaba el arpa, y
tañía con su mano; y Saúl tenía
refrigerio, y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba
de él.

Capítulo 17

1

Y LOS Filisteos juntaron sus
ejércitos para la guerra, y congregáronse en
Sochô, que es de Judá, y asentaron el campo entre
Sochô y Azeca, en Ephes-dammim.

2

Y también Saúl y los hombres
de Israel se juntaron, y asentaron el campo en el valle del
Alcornoque, y ordenaron la batalla contra los
Filisteos.

3

Y los Filisteos estaban sobre el un monte
de la una parte, é Israel estaba sobre el otro monte de la
otra parte, y el valle entre ellos:

4

Salió entonces un varón del
campo de los Filisteos que se puso entre los dos campos, el cual
se llamaba Goliath, de Gath, y tenía de altura seis codos
y un palmo.

5

Y traía un almete de acero en su
cabeza, é iba vestido con corazas de planchas: y era el
peso de la coraza cinco mil siclos de metal:

6

Y sobre sus piernas traía grebas de
hierro, y escudo de acero á sus hombros.

7

El asta de su lanza era como un enjullo de
telar, y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de
hierro: é iba su escudero delante de él.

8

Y paróse, y dió voces
á los escuadrones de Israel, diciéndoles:
¿Para qué salís á dar batalla?
¿no soy yo el Filisteo, y vosotros los siervos de
Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra
mí:

9

Si él pudiere pelear conmigo, y me
venciere, nosotros seremos vuestros siervos: y si yo pudiere
más que él, y lo venciere, vosotros seréis
nuestros siervos y nos serviréis.

10

Y añadió el Filisteo: Hoy yo
he desafiado el campo de Israel; dadme un hombre que pelee
conmigo.

11

Y oyendo Saúl y todo Israel estas
palabras del Filisteo, conturbáronse, y tuvieron gran
miedo.

12

Y David era hijo de aquel hombre Ephrateo
de Beth-lehem de Judá, cuyo nombre era Isaí, el
cual tenía ocho hijos; y era este hombre en el tiempo de
Saúl, viejo, y de grande edad entre los
hombres.

13

Y los tres hijos mayores de Isaí
habían ido á seguir á Saúl en la
guerra. Y los nombres de sus tres hijos que habían ido
á la guerra, eran, Eliab el primogénito, el segundo
Abinadab, y el tercero Samma.

14

Y David era el menor. Siguieron pues los
tres mayores á Saúl.

15

Empero David había ido y vuelto de
con Saúl, para apacentar las ovejas de su padre en
Beth-lehem.

16

Venía pues aquel Filisteo por la
mañana y á la tarde, y presentóse por
cuarenta días.

17

Y dijo Isaí á David su hijo:
Toma ahora para tus hermanos un epha de este grano tostado, y
estos diez panes, y llévalo presto al campamento á
tus hermanos.

18

Llevarás asimismo estos diez quesos
de leche al capitán, y cuida de ver si tus hermanos
están buenos, y toma prendas de ellos.

19

Y Saúl y ellos y todos lo de Israel,
estaban en el valle del Alcornoque, peleando con los
Filisteos.

20

Levantóse pues David de
mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda,
fuése con su carga, como Isaí le había
mandado; y llegó al atrincheramiento del ejército,
el cual había salido en ordenanza, y tocaba alarma para la
pelea.

21

Porque así los Israelitas como los
Filisteos estaban en ordenanza, escuadrón contra
escuadrón.

22

Y David dejó de sobre sí la
carga en mano del que guardaba el bagaje, y corrió al
escuadrón; y llegado que hubo, preguntaba por sus
hermanos, si estaban buenos.

23

Y estando él hablando con ellos, he
aquí aquel varón que se ponía en medio de
los dos campos, que se llamaba Goliath, el Filisteo de Gath,
salió de los escuadrones de los Filisteos, y habló
las mismas palabras; las cuales oyó David.

24

Y todos los varones de Israel que
veían aquel hombre, huían de su presencia, y
tenían gran temor.

25

Y cada uno de los de Israel decía:
¿No habéis visto aquel hombre que ha salido?
él se adelanta para provocar á Israel. Al que le
venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le
dará su hija, y hará franca la casa de su padre en
Israel.

26

Entonces habló David á los
que junto á él estaban, diciendo:
¿Qué harán al hombre que venciere á
este Filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque
¿quién es este Filisteo incircunciso, para que
provoque á los escuadrones del Dios viviente?

27

Y el pueblo le respondió las mismas
palabras, diciendo: Así se hará al hombre que lo
venciere.

28

Y oyéndole hablar Eliab su hermano
mayor con aquellos hombres, Eliab se encendió en ira
contra David, y dijo: ¿Para qué has descendido
acá? ¿y á quién has dejado aquellas
pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia
de tu corazón, que para ver la batalla has
venido.

29

Y David respondió:
¿Qué he hecho yo ahora? Estas, ¿no son
palabras?

30

Y apartándose de él hacia
otros, habló lo mismo; y respondiéronle los del
pueblo como primero.

31

Y fueron oídas las palabras que
David había dicho, las cuales como refiriesen delante de
Saúl, él lo hizo venir.

32

Y dijo David á Saúl: No
desmaye ninguno á causa de él; tu siervo irá
y peleará con este Filisteo.

33

Y dijo Saúl á David: No
podrás tú ir contra aquel Filisteo, para pelear con
él; porque tú eres mozo, y él un hombre de
guerra desde su juventud.

34

Y David respondió á
Saúl: Tu siervo era pastor en las ovejas de su padre, y
venía un león, ó un oso, y tomaba
algún cordero de la manada,

35

Y salía yo tras él, y
heríalo, y librábale de su boca: y si se levantaba
contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo
hería y mataba.

36

Fuese león, fuese oso, tu siervo lo
mataba; pues este Filisteo incircunciso será como uno de
ellos, porque ha provocado al ejército del Dios
viviente.

37

Y añadió David: Jehová
que me ha librado de las garras del león y de las garras
del oso, él también me librará de la mano de
este Filisteo. Y dijo Saúl á David: Ve, y
Jehová sea contigo.

38

Y Saúl vistió á David
de sus ropas, y puso sobre su cabeza un almete de acero, y
armóle de coraza.

39

Y ciñó David su espada sobre
sus vestidos, y probó á andar, porque nunca
había probado. Y dijo David á Saúl: Yo no
puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y echando
de sí David aquellas cosas,

40

Tomó su cayado en su mano, y
escogióse cinco piedras lisas del arroyo, y púsolas
en el saco pastoril y en el zurrón que traía, y con
su honda en su mano vase hacia el Filisteo.

41

Y el Filisteo venía andando y
acercándose á David, y su escudero delante de
él.

42

Y como el Filisteo miró y vió
á David túvole en poco; porque era mancebo, y
rubio, y de hermoso parecer.

43

Y dijo el Filisteo á David:
¿Soy yo perro para que vengas á mí con
palos? Y maldijo á David por sus dioses.

44

Dijo luego el Filisteo á David: Ven
á mí, y daré tu carne á las aves del
cielo, y á las bestias del campo.

45

Entonces dijo David al Filisteo: Tú
vienes á mí con espada y lanza y escudo; mas yo
vengo á ti en el nombre de Jehová de los
ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, que
tú has provocado.

46

Jehová te entregará hoy en mi
mano, y yo te venceré, y quitaré tu cabeza de ti: y
daré hoy los cuerpos de los Filisteos á las aves
del cielo y á las bestias de la tierra: y sabrá la
tierra toda que hay Dios en Israel.

47

Y sabrá toda esta
congregación que Jehová no salva con espada y
lanza; porque de Jehová es la guerra, y él os
entregará en nuestras manos.

48

Y aconteció que, como el Filisteo se
levantó para ir y llegarse contra David, David se
dió priesa, y corrió al combate contra el
Filisteo.

49

Y metiendo David su mano en el saco,
tomó de allí una piedra, y tirósela con la
honda, é hirió al Filisteo en la frente: y la
piedra quedó hincada en la frente, y cayó en tierra
sobre su rostro.

50

Así venció David al Filisteo
con honda y piedra; é hirió al Filisteo y
matólo, sin tener David espada en su mano.

51

Mas corrió David y púsose
sobre el Filisteo, y tomando la espada de él,
sacándola de su vaina, matólo, y cortóle con
ella la cabeza. Y como los Filisteos vieron su gigante muerto,
huyeron.

52

Y levantándose los de Israel y de
Judá, dieron grita, y siguieron á los Filisteos
hasta llegar al valle, y hasta las puertas de Ecrón. Y
cayeron heridos de los Filisteos por el camino de Saraim, hasta
Gath y Ecrón.

53

Tornando luego los hijos de Israel de
seguir los Filisteos, despojaron su campamento.

54

Y David tomó la cabeza del Filisteo,
y trájola á Jerusalem, mas puso sus armas en su
tienda.

55

Y cuando Saúl vió á
David que salía á encontrarse con el Filisteo, dijo
á Abner general del ejército: Abner, ¿de
quién es hijo aquel mancebo? Y Abner
respondió:

56

Vive tu alma, oh rey, que no lo sé.
Y el rey dijo: Pregunta pues de quién es hijo aquel
mancebo.

57

Y cuando David volvía de matar al
Filisteo, Abner lo tomó, y llevólo delante de
Saúl, teniendo la cabeza del Filisteo en su
mano.

58

Y díjole Saúl: Mancebo,
¿de quién eres hijo? Y David respondió: Yo
soy hijo de tu siervo Isaí de Beth-lehem.

2.1.1.5 Rey Salomón

Y se sentó Salomón en el
trono de David su padre, y fué su reino firme en gran
manera.

13

Entonces Adonía hijo de Haggith vino
á Bath-sheba madre de Salomón; y ella dijo:
¿Es tu venida de paz? Y él respondió:
Sí, de paz.

14

En seguida dijo: Una palabra tengo que
decirte. Y ella dijo: Di.

15

Y él dijo: Tú sabes que el
reino era mío, y que todo Israel había puesto en
mí su rostro, para que yo reinara: mas el reino fué
traspasado, y vino á mi hermano; porque por Jehová
era suyo.

16

Y ahora yo te hago una petición: no
me hagas volver mi rostro. Y ella le dijo: Habla.

17

El entonces dijo: Yo te ruego que hables al
rey Salomón, (porque él no te hará volver tu
rostro,) para que me dé á Abisag Sunamita por
mujer.

18

Y Bath-sheba dijo: Bien; yo hablaré
por ti al rey.

19

Y vino Bath-sheba al rey Salomón
para hablarle por Adonía. Y el rey se levantó
á recibirla, é inclinóse á ella, y
volvió á sentarse en su trono, é hizo poner
una silla á la madre del rey, la cual se sentó
á su diestra.

20

Y ella dijo: Una pequeña
petición pretendo de ti; no me hagas volver mi rostro. Y
el rey le dijo: Pide, madre mía, que yo no te haré
volver el rostro.

21

Y ella dijo: Dése Abisag Sunamita
por mujer á tu hermano Adonía.

22

Y el rey Salomón respondió, y
dijo á su madre: ¿Por qué pides á
Abisag Sunamita para Adonía? Demanda también para
él el reino, porque él es mi hermano mayor; y tiene
también á Abiathar sacerdote, y á Joab hijo
de Sarvia.

23

Y el rey Salomón juró por
Jehová, diciendo: Así me haga Dios y así me
añada, que contra su vida ha hablado Adonía esta
palabra.

24

Ahora pues, vive Jehová, que me ha
confirmado y me ha puesto sobre el trono de David mi padre, y que
me ha hecho casa, como me había dicho, que Adonía
morirá hoy.

25

Entonces el rey Salomón envió
por mano de Benaía hijo de Joiada, el cual dió
sobre él, y murió.

26

Y á Abiathar sacerdote dijo el rey:
Vete á Anathoth á tus heredades, que tú eres
digno de muerte; mas no te mataré hoy, por cuanto has
llevado el arca del Señor Jehová delante de David
mi padre, y además has sido trabajado en todas las cosas
en que fué trabajado mi padre.

27

Así echó Salomón
á Abiathar del sacerdocio de Jehová, para que se
cumpliese la palabra de Jehová que había dicho
sobre la casa de Eli en Silo.

28

Y vino la noticia hasta Joab: porque
también Joab se había adherido á
Adonía, si bien no se había adherido á
Absalom. Y huyó Joab al tabernáculo de
Jehová, y asióse á los cornijales del
altar.

29

Y fué hecho saber á
Salomón que Joab había huído al
tabernáculo de Jehová, y que estaba junto al altar.
Entonces envió Salomón á Benaía hijo
de Joiada, diciendo: Ve, y da sobre él.

30

Y entró Benaía al
tabernáculo de Jehová, y díjole: El rey ha
dicho que salgas. Y él dijo: No, sino aquí
moriré. Y Benaía volvió con esta respuesta
al rey, diciendo: Así habló Joab, y así me
respondió.

31

Y el rey le dijo: Haz como él ha
dicho; mátale y entiérralo, y quita de mí y
de la casa de mi padre la sangre que Joab ha derramado
injustamente.

32

Y Jehová hará tornar su
sangre sobre su cabeza: que él ha muerto dos varones
más justos y mejores que él, á los cuales
mató á cuchillo sin que mi padre David supiese
nada: á Abner hijo de Ner, general del ejército de
Israel, y á Amasa hijo de Jether, general de
ejército de Judá.

33

La sangre pues de ellos recaerá
sobre la cabeza de Joab, y sobre la cabeza de su simiente para
siempre: mas sobre David y sobre su simiente, y sobre su casa y
sobre su trono, habrá perpetuamente paz de parte de
Jehová.

34

Entonces Benaía hijo de Joiada
subió, y dió sobre él, y matólo; y
fué sepultado en su casa en el desierto.

35

Y el rey puso en su lugar á
Benaía hijo de Joiada sobre el ejército: y á
Sadoc puso el rey por sacerdote en lugar de Abiathar.

36

Después envió el rey,
é hizo venir á Semei, y díjole:
Edifícate una casa en Jerusalem, y mora ahí, y no
salgas de allá á una parte ni á
otra;

37

Porque sabe de cierto que el día que
salieres, y pasares el torrente de Cedrón, sin duda
morirás, y tu sangre será sobre tu
cabeza.

38

Y Semei dijo al rey: La palabra es buena;
como el rey mi señor ha dicho, así lo hará
tu siervo. Y habitó Semei en Jerusalem muchos
días.

39

Pero pasados tres años,
aconteció que se le huyeron á Semei dos siervos
á Achîs, hijo de Maachâ, rey de Gath. Y dieron
aviso á Semei, diciendo: He aquí que tus siervos
están en Gath.

40

Levantóse entonces Semei, y
enalbardó su asno, y fué á Gath, á
Achîs, á procurar sus siervos. Fué pues
Semei, y volvió sus siervos de Gath.

41

Díjose luego á Salomón
como Semei había ido de Jerusalem hasta Gath, y que
había vuelto.

42

Entonces el rey envió, é hizo
venir á Semei, y díjole: ¿No te
conjuré yo por Jehová, y te protesté,
diciendo: El día que salieres, y fueres acá
ó acullá, sabe de cierto que has de morir? Y
tú me dijiste: La palabra es buena, yo la
obedezco.

43

¿Por qué pues no guardaste el
juramento de Jehová, y el mandamiento que yo te
impuse?

44

Dijo además el rey á Semei:
Tú sabes todo el mal, el cual tu corazón bien sabe,
que cometiste contra mi padre David; Jehová pues, ha
tornado el mal sobre tu cabeza.

45

Y el rey Salomón será
bendito, y el trono de David será firme perpetuamente
delante de Jehová.

46

Entonces el rey mandó á
Benaía hijo de Joiada, el cual salió é
hirióle; y murió. Y el reino fué confirmado
en la mano de Salomón.

2.1.1.6 Daniel Primer Ministro de Egipto (Daniel
2:47-3:30)

47

El rey habló á Daniel, y
dijo: Ciertamente que el Dios vuestro es Dios de dioses, y el
Señor de los reyes, y el descubridor de los misterios,
pues pudiste revelar este arcano.

48

Entonces el rey engrandeció á
Daniel, y le dió muchos y grandes dones, y púsolo
por gobernador de toda la provincia de Babilonia, y por
príncipe de los gobernadores sobre todos los sabios de
Babilonia.

49

Y Daniel solicitó del rey, y
él puso sobre los negocios de la provincia de Babilonia
á Sadrach, Mesach, y Abed-nego: y Daniel estaba á
la puerta del rey.

Capítulo 3

1

EL rey Nabucodonosor hizo una estatua de
oro, la altura de la cual era de sesenta codos, su anchura de
seis codos: levantóla en el campo de Dura, en la provincia
de Babilonia.

2

Y envió el rey Nabucodonosor
á juntar los grandes, los asistentes y capitanes, oidores,
receptores, los del consejo, presidentes, y á todos los
gobernadores de las provincias, para que viniesen á la
dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor
había levantado.

3

Fueron pues reunidos los grandes, los
asistentes y capitanes, los oidores, receptores, los del consejo,
los presidentes, y todos los gobernadores de las provincias,
á la dedicación de la estatua que el rey
Nabucodonosor había levantado: y estaban en pie delante de
la estatua que había levantado el rey
Nabucodonosor.

4

Y el pregonero pregonaba en alta voz:
Mándase á vosotros, oh pueblos, naciones, y
lenguas,

5

En oyendo el son de la bocina, del
pífano, del tamboril, del arpa, del salterio, de la
zampoña, y de todo instrumento músico, os
postraréis y adoraréis la estatua de oro que el rey
Nabucodonosor ha levantado:

6

Y cualquiera que no se postrare y adorare,
en la misma hora será echado dentro de un horno de fuego
ardiendo.

7

Por lo cual, en oyendo todos los pueblos el
son de la bocina, del pífano, del tamboril, del arpa, del
salterio, de la zampoña, y de todo instrumento
músico, todos los pueblos, naciones, y lenguas, se
postraron, y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor
había levantado.

8

Por esto en el mismo tiempo algunos varones
Caldeos se llegaron, y denunciaron de los
Judíos.

9

Hablando y diciendo al rey Nabucodonosor:
Rey, para siempre vive.

10

Tú, oh rey, pusiste ley que todo
hombre en oyendo el son de la bocina, del pífano, del
tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo
instrumento músico, se postrase y adorase la estatua de
oro:

11

Y el que no se postrase y adorase, fuese
echado dentro de un horno de fuego ardiendo.

12

Hay unos varones Judíos, los cuales
pusiste tú sobre los negocios de la provincia de
Babilonia; Sadrach, Mesach, y Abed-nego: estos varones, oh rey,
no han hecho cuenta de ti; no adoran tus dioses, no adoran la
estatua de oro que tú levantaste.

13

Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con
enojo que trajesen á Sadrach, Mesach, y Abed-nego. Al
punto fueron traídos estos varones delante del
rey.

14

Habló Nabucodonosor, y
díjoles: ¿Es verdad Sadrach, Mesach, y Abed-nego,
que vosotros no honráis á mi dios, ni
adoráis la estatua de oro que he levantado?

15

Ahora pues, ¿estáis prestos
para que en oyendo el son de la bocina, del pífano, del
tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo
instrumento músico, os postréis, y adoréis
la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma
hora seréis echados en medio de un horno de fuego
ardiendo: ¿y qué dios será aquel que os
libre de mis manos?

2.1.2. En el tiempo actual

La Declaración Universal de los Derechos Humanos
en su articulo 18, dice "Toda persona tiene derecho a la libertad
de pensamiento, de conciencia y de religión, este derecho
incluye la libertad de cambiar

2.1.3 El Concordato

Sin lugar a duda el Concordato suscrito por la Santa
Sede Romana y el Estado Peruano, significa el cuestionamiento de
la libertad religiosa en el país, y, por consiguiente, el
fortalecimiento de la discriminación confesional en
beneficios exclusivos de la Iglesia católica . Este
acuerdo fue firmado en las postrimerías del gobierno
militar que comandaba el general Francisco Morales
Bermúdez , concretamente el 19 de julio de 1980. No
olvidar que nueve días después el gobierno
dictatorial tuvo que entregar el poder al arquitecto Fernando
Belaunde .

Dicho " Acuerdo entre la Santa Sede y la
República del Perú ", para entrar en vigencia
debía ser aprobado por el congreso, pero como se
vivía un régimen de facto – sin parlamento- el
mismo gobierno expidió el decreto ley número 23211
que oficializó el referido acuerdo. Y lo hizo con prisa y
sin pausa, pues la norma legal fue expedida el 24 de julio y
publicada en el diario el oficial el 25 del mismo mes.
Resumiendo, el concordato fue suscrito, aprobado, y publicada su
ley, en tan solo siete días.

Ahora bien, el texto mismo del concordato nunca fue
publicado en el diario oficial, y era prácticamente
desconocido por la comunidad evangélica nacional. Parecia
un documento clandestino, hasta el periodo evangélico La
Verdad lo publicó bajo el titular " aquí esta la
madre del cordero ". El citado medio de comunicación, como
nadie lo había hecho antes, desde ediciones anteriores
estaba denunciando graves hechos en materia de
discriminación religiosa y lo sigue haciendo hasta
hoy.

Quienes estamparon su firma en el acuerdo discriminador
fueron el monseñor Mario Tagliaferri, nuncio
apostólico en el Perú y el embajador Arturo
García, ministro de Relaciones Exteriores del gobierno
militar, el primero de ellos fue nombrado por el papa Juan Pablo
II , y el segundo por el presidente Morales Bermúdez,
ambos firmantes tenía la calidad de
plenipoteciarios

El decreto ley número 23211, por su parte, fue
firmado por el presidente de la república, general
Francisco Morales Bermúdez, y por todos los militares que
desempeñaban el cargo de ministros en el régimen de
facto .

Acuerdo entre la Santa Sede y la República del
Perù:

La Santa Sede y la República del Perú,
deseosa de siguir garantizando de manera estable y más
conforme a las nuevas condiciones históricas la
tradicional y fecunda colaboración entre la Iglesia
Católica, Apostólica ,Romana y el Estado Peruano
para el bien mayor de la vida religiosa y civil de la
Nación , han determinado celebrar un Acuerdo sobre materia
de común interés.

A este fin su Santidad el Sumo Pontífice Juan
Pablo II y su Excelencia el General D. Francisco Morales
Bermúdez Cerrutti , presidente de la república del
Perú, han nombrado su Plenipotenciarios, respectivamente a
su Excelencia Reverendísima Monseñor Mario
Tagliaferri, Nuncio Apostólico en el Perú, y el
Excelentísimo señor Embajador Dr. Arturo
García , M INISTRO DE Relaciones Exteriores , quienes,
después de haber canjeado sus respectivos plenos poderes,
hallando en buena y debida forma han conbenido en los
siguientes.

ARTICULO I.

La Iglesia Católica en el Perú goza de
plena independencia y autonomía. Además, en
reconocimiento a la importante función ejercida en la
formación histórica , cultural y moral de
País la misma Iglesia recibe del Estado la
colaboración conveniente para mejor realización de
su servicio a la comunidad nacional.

ARTICULO II

La Iglesia en el Perú continua gozando de la
personería jurídica de carácter
público, con plena capacidad y libertad para la
adquisición y disposición de bienes, así
como para recibir ayudas de Exterior.

ARTICULO III.

Gozan también de tal personería y
capacidad jurídica, la Conferencia Episcopal Peruana, los
Arzobispados, Obispados, Prelaturas y Vicariatos
Apostólicos existentes,y los que posteriormente pueden
crear la Santa Sede.

ARTICULO IV.

La personería y capacidad jurídica de
tales jurisdicciones Eclesiásticas comprenden
también a los Cavildos Eclesiásticos, a los
seminarios Diocesanos, a las parroquias y misiones dependientes
de aquellas.

ARTICULO V.

Ninguna parte del territorio peruano dependerá de
diócesis cuya sede esté en el extranjero, y las
diócesis establecidas en territorio peruano no se
extenderán más allá de las fronteras
nacionales.

ARTICULO VI.

La Santa sede comunicará al presidente de la
república la creación de cualquier diócesis
o jurisdicción eclesiástica, sin cuya
notificación no gozarán de la situación
jurídica que le reconoce el numeral III de este acuerdo.
Trámite similar se realizará para la
supresión de jurisdicciones
eclesiásticas.

ARTICULO VII

Nombrado un eclesiástico por la Santa Sede para
ocupar algún cargo de Arzobispo u obispo o Coadjutor con
derecho a sucesión Prelado o Vicario Apostólico, o
para regir alguna diócesis temporalmente, la Nunciaturas
Apostólicas comunicará el nombre del mismo al
presidente de la república antes de su publicación
, producida ésta el gobierno le dará el
correspondiente reconocimiento para los efectos
civiles.

Los Arzobispos y Obispos residenciales serán
ciudadano peruanos .

ARTICULO VIII.

E l sistema de subvenciones para las personas , obras y
servicios de la Iglesia Católica seguirá como hasta
ahora . Las asignaciones personales no tienen de carácter
de sueldo y de honorarios , por tanto no constituyen renta sujeta
a tributación.

ARTICULO IX

Las Ordenes y Congregaciones Religiosa y los Institutos
Seculares podrán organizarse como asociaciones , conforme
al código civil peruano, respetándose su
régimen canónico interno.

ARTICULO X.

La Iglesia Católica y las jurisdicciones y
comunidades religiosas que la integran continuarán gozando
de las exoneraciones y beneficios y franquicias que le otorgan
las leyes y normas legales vigentes.

ARTICULO XI

Consideradas las creencias religiosas de la
mayoría nacional, el Estado continúa garantizando
que se preste por parte del Vicarioto Castrense las asistencia
religiosa a los miembros de la Fuerza Armada, Fuerza Policial y a
los servidores civiles de aquellos que sean católicos
.

ARTICULO XII

El presente Vicario Castrense, así como todos los
Capellanes actualmente en servicio , o en situaciones de retiro
conservan sus grados y prerrogativas.

ARTICULO XIII

En el futuro, ni el Vicario Castrense , ni los
Capellanes dependiente de él tendrán
asimilación o grado militar ni a la jerarquía
policial. Al Vicario Castrense le serán reconocidas las
prerrogativas propias de un General de Brigada, y a los
Capellanes las de un Capitán o su equivalente,
según el Instituto Armado o Policial en que él
sirviere.

ARTICULO XIV

Los Capellanes Castrenses tendrán derecho a
promociones similares al que tiene los empleados civiles de los
Institutos Armados o Policiales.

ARTICULO XV

El vicario Castrense , por los peculiares circunstancias
en que deberá ejercer su servicio, será peruano de
nacimiento y teniendo en cuenta su condición episcopal,
será nombrado por la Santa Sede, de acuerdo con el
Presidente de la República.

ARTICULO XVI

Los capellanes castrenses, de preferencia peruanos, por
su condición de sacerdotes, serán nombrados por el
vicario Castrense, y reconocido por los Comandos Generales de los
Institutos Armados y Direcciones Superiores de los Institutos
Policiales.

ARTICULO XVII

Los Capellanes Castrenses, en lo posible ,serán
tomados del Clero de la Diócesis en cuyo territorio se
encuentra la unidad Militar en la que prestarán servicios,
y los cambios de colocación se harán previo acuerdo
del Vicario Castrense con el Obispo del lugar , para sus
posterior presentación a los Comandos Generales o
Direcciones Superiores.

ARTICULO XVIII

El Estado garantiza que se preste asistencia religiosa a
los católicos internados en los centros sanitarios y de
tutela a su cargo, así como en los establecimientos
penitenciarios.

Para el ejercicio de la Capellanías de tales
obras y centros se requiere con nombramiento eclesiástico,
sin que sea exigible el requisito de nacionalidad , efectuando
éste, será presentado a la autoridad competente
para los efectos subsiguientes. Los Capellanes forman parte del
Servicio Civil de Estado, con todos los derechos y obligaciones,
incluida la Seguridad Social.

ARTICULO XIX

La Iglesia tiene plena libertad para establecer centros
educacionales de todo nivel, de conformidad con la
legislación nacional, en el ámbito de la
educación particular . Los eclesiásticos que
prestan servicio en la educación pública tienen ,
sin que sea exigible el requisito de nacionalidad, al amparo del
artículo 65 del decreto Ley Nro. 22875, los mismos
derechos que los demás maestros. Para el nombramiento
civil de los profesores de religión Católica de los
centros educacionales públicos , en los que
continuará impartiéndose, como materia ordinaria ,
la enseñanza religiosa , se requiere presentación
del Obispo respectivo. El profesor de religión
podrá ser mantenido en su cargo mientras goce de la
aprobación del Obispo.

ARTICULO XX

Partes: 1, 2, 3
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