Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Política Exterior Venezolana (página 2)




Enviado por Donkan Fenix Davila



Partes: 1, 2

Se basó además la política exterior
Calderista en la promoción de la unidad latinoamericana y
el nacionalismo democrático, promulgando a la vez la
defensa de la soberanía sobre los recursos naturales de
las naciones del Tercer Mundo, para asegurar que el producto de
su explotación fuese destinado a su propio
desarrollo.

Una vez consolidada la plataforma democrática en
lo interno, el gobierno se propuso ampliar los nexos con el
exterior, tratando de revertir los efectos causados por la
política exterior de Betancourt. Se establecieron entonces
relaciones diplomáticas con países de las
más variadas inclinaciones ideológicas, entre los
que destacan la República Popular de Hungría
(1969), la República Democrática y Popular de
Argelia (1971), Australia (31.5.1973); también se
reanudaron con países como Perú (1969), Argentina
(1969), la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (1970).

La política exterior de Caldera se centró
también en la búsqueda de una solución a la
controversia limítrofe mantenida con las Repúblicas
de Colombia y Guyana, por lo que se optó por continuar las
negociaciones sobre la delimitación de áreas
marinas y submarinas con Colombia y diferir las discusiones con
Guyana durante un lapso de 12 años, mediante la firma del
llamado Protocolo de Puerto España firmado en 1970 tras el
vencimiento del Acuerdo de Ginebra de 1966.

En marzo de 1974, Carlos Andrés Pérez
asumió la presidencia de la República bajo
condiciones internas que dieron a las relaciones exteriores de
Venezuela un nuevo rumbo. En general se trató de una
actitud de ampliación de las iniciativas adelantadas
durante el período de gobierno de Caldera.

Esta actitud obedeció primordialmente a hechos de
carácter económico entre los que destaca el
estallido de la guerra árabe-israelí de 1973, pues
dicho conflicto provocó un inesperado aumento en los
precios del petróleo. Este acontecimiento fue
complementado más tarde en Venezuela con la
nacionalización petrolera en 1974.

Desde el punto de vista institucional se fortalecieron
las relaciones con los países miembros de la OPEP y se
declaró abiertamente la importancia de la riqueza
petrolera como herramienta para establecer un nuevo orden
económico internacional que permitiera el desarrollo de
las naciones del Tercer Mundo.

La extensión de la política pluralista
iniciada por Rafael Caldera se expresó en el
restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba en
1974. Como nota negativa se destacó un incidente
diplomático que causó la suspensión de
relaciones con Uruguay en 1976.

El diálogo Norte-Sur propuesto también por
Caldera fue parcialmente sustituido por el entendimiento Sur-Sur.
Con este fin, el presidente Pérez visitó gran
número de países, entre los que se encuentran:
Perú (1974), Colombia (1975, 1977 y 1978), México
(1975), Panamá (1975 y1978), Argelia (1975),
República Dominicana (1976 y 1977), Brasil (1977), Reino
de Arabia Saudita (1977), Irak (1977) Irán. Visitó
además España (1976), la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (1976), Italia
(1976), Gran Bretaña (1976) y la Santa Sede, siendo el
primer mandatario venezolano que lo hizo (1976).

En 1979 llegó a la presidencia Luis Herrera
Campins inaugurándose otra etapa en la política
exterior venezolana. A la base doctrinal fundada por Rafael
Caldera se adicionó un nuevo principio: el de la
institucionalización de la libertad y la
democracia.

Esta orientación significó un paso
decisivo del gobierno para promocionar el ascenso al poder de
gobiernos demócrata-cristianos en el área de
Centroamérica y el Caribe. Esta política, apoyada
inicialmente por Estados Unidos, se abandonó tras la
derrota de José Napoleón Duarte y el triunfo de un
sector ultraderechista en El Salvador.

Un cambio circunstancial de orientación fue
evidente durante la guerra de las Malvinas, en 1982, cuando
Venezuela ofreció su apoyo absoluto a la dictadura militar
que gobernaba para ese momento en Argentina. Respecto a la
política de fronteras, el gobierno se vio en la
obligación de sortear el problema de la
delimitación marítima con Colombia, y la
reclamación del Esquivo. Sobre lo primero, se logró
en octubre de 1980 un proyecto de acuerdo, conocido como
Hipótesis de Caraballeda el cual fue rechazado por
considerarse que lesionaba la integridad territorial del
país en el área del golfo de Venezuela.

En cuanto a la reclamación del Esquivo, se
decidió no prorrogar el Protocolo de Puerto España.
En el plano diplomático, Herrera Campins visitó
Costa Rica (1980), Honduras (1980 y 1982), México (1981),
Nicaragua (1980 y 1982), Colombia (1983) y la República
Federativa de Yugoslavia (1983).

La grave crisis económica originada en 1983 como
consecuencia de la caída de los precios del
petróleo, unida a una fuerte devaluación del
Bolívar en relación al Dólar, llevó
al gobierno de Jaime Lusinchi a dejar en segundo plano el
desarrollo de una política exterior estructural, por lo
que el desarrollo fue coyuntural.

Aun cuando se preservaron los principios básicos
de la diplomacia desarrollada en la década de 1970,
reivindicados por la Cancillería de Herrera Campins en la
segunda mitad de su administración, la política
exterior no mantuvo la misma profundidad, debido a las
dificultades económicas ya señaladas.

Se intensificaron los viajes de las misiones
económicas que buscaban un acuerdo de refinanciamiento de
la deuda con la banca acreedora internacional. Las relaciones con
Uruguay se reanudaron en 1985. Las relaciones con Colombia
alcanzaron un punto crítico en agosto de l987, a
raíz del incidente causado por la corbeta OARC Caldas al
penetrar en aguas del golfo de Venezuela. Jaime Lusinchi
visitó distintos países como Colombia (1986),
Trinidad y Tobago (1986), España (1986), Portugal (1986),
México (1987), Guyana (1987) y Brasil (1988).

Carlos Andrés Pérez asumió
nuevamente la presidencia del país en 1989, reorientando
la política exterior venezolana de acuerdo con el nuevo
orden político mundial establecido tras el final de la
Guerra Fría. Casi desde el inicio de su gestión,
Pérez emprendió una serie de visitas oficiales a
distintos países, como Estados Unidos, Hungría ,
Bolivia, Argentina, Uruguay, Costa Rica, Colombia , Chile,
Brasil, España , Francia , la República Federal de
Alemania. Pese a este enorme esfuerzo diplomático, la
política exterior de Pérez no pudo desarrollar los
lineamientos planeados, que consistían en un nuevo enfoque
de la integración latinoamericana, el fortalecimiento de
la diplomacia comercial, la cooperación Sur-Sur, y el
diálogo Norte-Sur.

Los desórdenes públicos de febrero de
1989, y los intentos de golpe militar de febrero y noviembre de
1992, motivaron en 1993 la destitución de Carlos
Andrés Pérez y el ascenso a la Presidencia de la
República de Ramón J. Velásquez, a quien
correspondió la difícil tarea de dar marcha al
proceso de recuperación de la confianza internacional en
las instituciones venezolanas. Durante el lapso comprendido entre
1989 y 1993 fueron reconocidas las ex repúblicas que
conformaban la U.R.S.S.

(Estonia, Letonia, Lituania, la Federación de
Rusia, y la Comunidad de Estados Independientes), así como
las nuevas repúblicas de Croacia, Eslovenia,
Bosnia-Herzegovina, República Checa, República
Eslovaca, y se establecieron relaciones diplomáticas con
la República Socialista de Vietnam (1989), Namibia (1990),
Eslovenia (1991), así como con las ya mencionadas ex
repúblicas socialistas.

El segundo período de Gobierno de Caldera (1994 –
1999) estuvo marcado por la existencia de una difícil
situación económica y social donde los esfuerzos
diplomáticos se concentraron en la consecución de
acuerdos con distintos organismos económicos
internacionales, en especial con el Fondo Monetario Internacional
y con el Banco Mundial.

En materia ideológica, la política
exterior del segundo gobierno de Caldera promovió el
establecimiento de un nuevo orden internacional multipolar,
así como en la constitución de un espacio
económico integrado para toda América. En general
pude afirmarse que en el período 1994-1999, la
política exterior venezolana estuvo centrada en temas
económicos. En 1998, la victoria de Hugo Chávez
Frías en las elecciones, marcará el inicio de un
nuevo período en la evolución de la política
exterior venezolana. Tras la promulgación de la
Constitución de 1999, el gobierno Nacional ha intentado
llevar adelante una nueva política hacia el resto del
mundo, cuyos objetivos centrales se encuentran establecidos en la
propia Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela. Entre esos objetivos se cuentan:

  • Estimular la democratización de la sociedad
    internacional, con el fin de alentar la acción
    concertada de los países en desarrollo, al igual que
    la solidaridad y la cooperación entre los distintos
    actores del sistema internacional.

  • Promover la integración latinoamericana y
    caribeña, para afrontar con mayor empuje las
    desigualdades sociales y los profundos niveles de pobreza que
    afectan a los países de la región.

  • Consolidar y diversificar las relaciones
    internacionales, robusteciendo la cooperación Sur –
    Sur y ampliando las relaciones con otras regiones y
    países.

  • Fortalecer el posicionamiento de Venezuela en la
    economía internacional.

Al mismo tiempo, la participación de Venezuela en
mecanismos de cooperación tendientes a la
articulación de esfuerzos entre los países menos
desarrollados como el Grupo de Río, el Movimiento de
Países No Alineados, el Grupo de los 77 y el Grupo de los
15, ha dado un gran impulso a fin de conseguir las metas de la
política exterior venezolana.

La política Exterior del actual gobierno ha sido
tremendamente activa y en ocasiones, no libre de
polémicas; en el afán por ayudar a la
concreción de un orden económico Multipolar, se han
sostenido reuniones y tratados con gobiernos de los cinco
continentes, destacando el establecimiento de fuertes
vínculos políticos y comerciales con los miembros
de la OPEP, además de países como China , Brasil ,
Cuba y Argentina ; de forma paradójica, a medida que las
relaciones comerciales con los Estados Unidos han ido en aumento,
ha crecido también el enfrentamiento político entre
los gobiernos de Washington y Caracas.

Estrategias
actuales en materia social, económica, cultural y
política

La importancia que tiene el buen desempeño de las
relaciones internacionales en el desarrollo, político,
comercial, cultural es fundamental hoy en día para
alcanzar el desarrollo integral de las naciones. Actualmente, no
hay una nación en el mundo que pueda considerarse
autosuficiente y que no requiera del apoyo del resto de los
países incluso hasta las naciones más ricas
necesitan recursos de los cuales carecen y por medio del comercio
exterior y los acuerdos internacionales logran suplir sus
necesidades y carencias en otras zonas.

Al respecto, consideremos que el comercio entre las
naciones es un factor de progreso, no sólo en el orden
económico, sino también en lo social y cultural.
Junto con las mercancías se mueven las personas, se
comunican, se propagan la ideas, los modos de pensar y de vivir,
cualquier innovación productiva y tecnológica y las
informaciones diversas sobre lo que ocurre en cualquier parte del
mundo.

La nueva visión del entorno mundial caracterizado
por la evolución hacia el establecimiento de una sociedad
internacional cada vez mas estructurada en donde el
interés comunitario priva sobre los intereses individuales
de los estados, puede ser, una oportunidad para que las
autoridades de los países diseñen estrategias
diplomáticas coherentes.

En este sentido, los gobiernos de las distintas naciones
del mundo y en el caso particular de Venezuela, con el objeto de
mantener excelentes relaciones comerciales, deben adoptar
adecuadas políticas de comercio exterior que les permitan
mantener un buen funcionamiento de su servicio exterior y de esta
forma, oxigenar al país con relación a los
compromisos internacionales.

El régimen económico venezolano actual
puede definirse como capitalista, de iniciativa y propiedad
privada, aunque con un grado importante de participación
del Estado en la actividad económica, en especial a
través del absoluto control que se ejerce sobre la
industria petrolera, que sigue siendo hoy, el motor principal de
la economía venezolana.

En la actualidad, en Venezuela funcionan con relativa
libertad los mercados de productos, servicios y factores. Existe
movilidad interna e internacional del capital. El régimen
de salarios, bajo contratación colectiva o individual,
predomina en el empleo laboral, salvo la fijación por
decreto oficial salario mínimo, urbano y rural y bonos
compensatorios ante el alza del costo de la vida.

La suprema felicidad social es la visión de largo
plazo que tiene como punto de partida la construcción de
una estructura social incluyente, formando una nueva sociedad de
incluidos, un nuevo modelo social, productivo, socialista,
humanista, endógeno, donde todos vivamos en similares
condiciones rumbo a lo que decía Simón
Bolívar: "La Suprema Felicidad Social".

Las bases de las políticas de la
construcción de una nueva estructura económica y
social incluyente están contenidas en la
Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela
, en las tradiciones de lucha del pueblo venezolano
y en la voluntad política del actual gobierno de avanzar
hacia la construcción del Socialismo.

Las relaciones sociales de producción del
Socialismo están basadas en formas de propiedad social,
que comprenden la propiedad autogestionaria, asociativa y
comunitaria; permaneciendo formas de propiedad individual y
pública.

La estructura social está conformada por un
entramado de relaciones sociales permanentes y recurrentes que,
ordenadas jerárquicamente en cuanto al poder, la riqueza,
el conocimiento y el prestigio, determinan situaciones
diferenciadas en la satisfacción de las necesidades
sociales y en la distribución de la riqueza y del
ingreso.

La estructura social de Venezuela está en proceso
de transición hacia una formación económico
social más incluyente, porque el Gobierno está
ejecutando, especialmente con las Misiones, un proceso de
inclusión social masivo y acelerado, financiado por la
nueva forma de utilizar la renta petrolera, lo que ha permitido
avanzar en la cobertura y la universalización en la
satisfacción de necesidades de identidad,
alimentación, salud, educación, vivienda y
empleo.

A la diversidad biológica, de edad, étnica
y de género se le han sobrepuesto históricamente
desigualdades sociales, reproducidas por un Estado al servicio de
los intereses del capital en detrimento del trabajo, que han
contribuido al aumento de las limitaciones en las capacidades
individuales y colectivas, requeridas para el disfrute de los
derechos humanos y sociales.

La política de inclusión económica
y social forma parte del sistema de planificación,
producción y distribución orientado hacia el
Socialismo, donde lo relevante es el desarrollo progresivo de la
propiedad social sobre los medios de producción, la
implementación de sistemas de intercambios justos,
equitativos y solidarios contrarios al capitalismo, avanzar hacia
la superación de las diferencias y de la
discriminación entre el trabajo físico e
intelectual y reconocer al trabajo como única actividad
que genera valor y, por tanto, que legitima el derecho de
propiedad. Todo orientado por el principio de cada cual
según su capacidad, a cada quien según su
trabajo.

La satisfacción de las necesidades sociales
está vinculada con el sistema de
producción-distribución de bienes y servicios,
porque sólo en la medida en que los trabajadores en
Venezuela contribuyan con la producción de la riqueza
social según sus capacidades, con el desarrollo de sus
potencialidades creadoras, aumentan las probabilidades de
satisfacer las necesidades sociales. El principio "a cada quien
según sus necesidades" se basa en la calidad de la
satisfacción, comenzando por satisfacer las necesidades
sociales básicas y superar las brechas y déficit
persistentes.

La inclusión social adquiere su más
elevado desarrollo cuando el modo de atención es
personalizada para los grupos sociales en situación de
máxima exclusión social y está orientada
hacia el autodesarrollo de las personas, las comunidades y sus
organizaciones, lo cual implica prácticas
democráticas, responsables y autogestionarias por parte de
los involucrados.

El modo de producción capitalista no sólo
estratifica a los seres humanos en categorías sociales
irreconciliables, sino que impone un uso irracional y
ecológicamente insostenible de los recursos
naturales.

El capitalismo ha socavado las condiciones de la vida en
la Tierra. El impacto de las actividades humanas ha superado con
creces la capacidad de carga del planeta, y son precisamente los
pobres los que más se ven afectados por la
degradación ambiental.

El desarrollo del capitalismo ha generado una profunda
desigualdad entre el campo y la ciudad, impulsando la
concentración desordenada e insostenible de la mayor parte
de la población en grandes ciudades y el abandono del
campo. Es necesario equilibrar las relaciones urbano-rurales y
crear un nuevo modelo de ciudades socialistas planificadas e
integradas de manera sostenible con la naturaleza

Para Venezuela es imperante prestar atención al
calentamiento global, entre otros aspectos por sus extensas
costas y el incremento que eso representa para el nivel de sus
aguas.

La biodiversidad nacional es una de las diez más
altas del mundo. Contamos con abundantes recursos hídricos
y con un alto número de áreas naturales protegidas.
Éstas constituyen una gran riqueza y potencial para el
desarrollo del país.

La implementación de un modelo de desarrollo que
coloque al ser humano en el centro de su atención debe
reconciliar su relación con el medio ambiente, impulsando
un modelo de producción y de consumo que ponga
límites al crecimiento sin postergar los derechos de los
pobres.

La educación ambiental debe permear todos los
estratos sociales y todos los niveles educativos.

Objetivos

  • Reducir la miseria a cero y acelerar la
    disminución de la pobreza.

  • Transformar las relaciones sociales de
    producción construyendo unas de tipo socialistas
    basadas en la propiedad social.

  • Fortalecer las capacidades básicas para el
    trabajo productivo.

  • Promover una ética, cultura y
    educación liberadoras y solidarias.

  • Profundizar la solidaridad con los excluidos de
    América Latina y el Caribe.

Estrategias y Políticas

  • Superar la pobreza y atender integralmente a la
    población en situación de extrema pobreza y
    máxima exclusión social:

  • Prestar atención integral a niños,
    niñas y adolescentes.

  • Atender integralmente a adultos y adultas
    mayores.

  • Apoyar integralmente a la población
    indígena.

  • Promover el desarrollo humano familiar y
    socio-laboral.

  • Fortalecer la accesibilidad a los
    alimentos.

  • Brindar atención integral a la
    población con discapacidades.

  • Profundizar la atención integral en salud de
    forma universal:

  • Expandir y consolidar los servicios de salud de
    forma oportuna y gratuita.

  • Reducir la mortalidad materno-infantil y en
    niños menores de cinco años.

  • Fortalecer la prevención y el control de
    enfermedades.

  • Propiciar la seguridad y soberanía
    farmacéutica.

  • Incrementar la prevención de accidentes y de
    hechos violentos.

  • Optimizar la prevención del consumo de drogas
    y asegurar el tratamiento y la rehabilitación de la
    población afectada.

  • Garantizar el acceso a una vivienda
    digna:

  • Garantizar la tenencia de la tierra.

  • Promover el acceso a los servicios
    básicos.

  • Promover mayor acceso al crédito
    habitacional.

  • Fomentar y apoyar la participación y el
    compromiso para la construcción de
    viviendas.

  • Profundizar la universalización de la
    educación bolivariana.

  • Extender la cobertura de la matrícula escolar
    a toda la población, con énfasis en las
    poblaciones excluidas.

  • Garantizar la permanencia y prosecución en el
    sistema educativo.

  • Fortalecer la educación ambiental, la
    identidad cultural, la promoción de la salud y la
    participación comunitaria.

  • Ampliar la infraestructura y la dotación
    escolar y deportiva.

  • Adecuar el sistema educativo al modelo productivo
    socialista.

  • Fortalecer e incentivar la investigación en
    el proceso educativo.

  • Incorporar las tecnologías de la
    información y la comunicación al proceso
    educativo.

  • Desarrollar la educación intercultural
    bilingüe.

  • Garantizar los accesos al conocimiento para
    universalizar la educación superior con
    pertinencia.

  • Masificar una cultura que fortalezca la identidad
    nacional, latinoamericana y caribeña.

  • Salvaguardar y socializar el patrimonio
    cultural.

  • Insertar el movimiento cultural en los distintos
    espacios sociales.

  • Promover el potencial socio-cultural y
    económico de las diferentes manifestaciones del
    arte.

  • Promover el diálogo intercultural con los
    pueblos y culturas del mundo.

  • Fomentar la actualización permanente de
    nuestro pueblo en el entendimiento del mundo
    contemporáneo.

  • Garantizar una seguridad social universal y
    solidaria y los mecanismos institucionales del mercado de
    trabajo:

  • Avanzar en la garantía de prestaciones
    básicas universales.

  • Fortalecer los mecanismos institucionales del
    mercado de trabajo.

  • Apoyar la organización y participación
    de los trabajadores en la gestión de las
    empresas.

  • Garantizar la administración de la
    biósfera para producir beneficios
    sustentables.

  • Incentivar un modelo de producción y consumo
    ambientalmente sustentables.

  • Fomentar la gestión integral de los residuos,
    sustancias y desechos sólidos y peligrosos.

  • Garantizar la conservación y uso sustentable
    del recurso hídrico.

  • Propiciar la recuperación de áreas
    naturales.

  • Ordenar y reglamentar el uso de las Áreas
    bajo Régimen de Administración
    Especial.

  • Fomentar la participación organizada del
    pueblo en la planificación de la producción y
    la socialización equitativa de los
    excedentes:

  • Incrementar la participación de los Consejos
    Comunales en la planificación y control de la
    economía.

  • Establecer mecanismos administrativos y de control
    para la socialización de excedentes.

  • Apoyar el equilibrio entre productores, Poder
    Popular y el Estado en la planificación,
    gestión económica y distribución de
    excedentes.

Ideas
integracionistas.
Mercosur, Alba, Petrocaribe, Telesur, Gasoducto
Latinoamericano

Venezuela tiene una postura enérgica en
política exterior, haciendo especial hincapié en
las relaciones con sus vecinos de América Latina. Tiene
opiniones firmes sobre la integración regional
sudamericana y recientemente ha abandonado la Comunidad Andina
para adherirse a Mercosur. Se opone al Área de Libre
Comercio de las Américas (ALCA) y, junto con Cuba, ha
propuesto la Alternativa Bolivariana para América (ALBA).
Las relaciones con Colombia revisten especial importancia, debido
sobre todo a que los conflictos internos de este país
representan una amenaza para la seguridad de
Venezuela.

La guerrilla y los grupos rebeldes han utilizado la zona
fronteriza como refugio y han perpetrado delitos contra
ciudadanos venezolanos. A pesar de tensiones bilaterales
ocasionales, las relaciones entre los dos países son
generalmente buenas y el comercio aporta una nota
económica positiva. Gracias a las relaciones en materia de
energía, Venezuela ejerce una influencia política
notable en la región del Caribe, y el país mantiene
vínculos muy estrechos con Cuba.

Si bien las relaciones con los Estados Unidos se han
vuelto tensas en los últimos años, las relaciones
bilaterales en materia de energía siguen siendo
importantes, ya que Venezuela es el cuarto mayor suministrador de
petróleo a los Estados Unidos. Venezuela juega un papel de
liderazgo en los mercados mundiales de energía y, dentro
de la OPEP, sigue siendo favorable al sistema de bandas para
limitar las variaciones en los precios del petróleo,
impidiendo así una caída repentina de los precios
que pudiera perjudicar a su economía.

En esta línea, Caracas se ha esforzado por
mejorar sus relaciones con otras naciones productoras de
petróleo como Rusia, Irán y los Estados del Golfo.
El Gobierno ha dado también pasos importantes para
estrechar sus lazos con economías en desarrollo como China
y la India, y ha firmado en materia de energía con estos
países.

Las relaciones con la Unión Europea son buenas,
en general. El Presidente Chávez visitó Bruselas en
2001 y posteriormente hubo varios contactos de alto nivel con
motivo de las cumbres CE-América Latina de Madrid y
Guadalajara en 2002 y 2004 respectivamente y Viena, así
como de las reuniones ministeriales UE-Comunidad Andina y
UE-Grupo de Rió en Vouliagmeni en 2003 y en Luxemburgo en
2005. En febrero de 2005 diputados de la Delegación del
Parlamento Europeo para las relaciones con la Comunidad Andina
visitaron el país.

La política exterior de Venezuela ha supuesto
cambios de gran avance, señala Dugarte, observamos como
las relaciones internacionales han tenido un carácter
prioritario con Colombia, la Comunidad Andina, el Brasil, Caribe
y Centroamérica, y los estados del MERCOSUR; con la
República Federativa de Guyana ha poseído un
carácter de cooperación y solidaridad. Con Norte
América, la Unión Europea y Asia, ha supuesto un
carácter altamente estratégico. El esfuerzo
fundamental de la política exterior del gobierno es el de
la adecuada inserción de, Venezuela en la comunidad
internacional como un actor autónomo e independiente,
capaz de promover sus intereses nacionales.

El ministerio de Relaciones Exteriores se ha propuesto
redimensionar la política exterior de Venezuela, acorde
con los cambios políticos, jurídicos y de poder que
se suscitan en el país y frente a los que dicta una
dinámica mundial globalizada. Con el fin de atender a
estos desafíos la política externa venezolana ha
buscado ser más audaz y no ocuparse solamente de
lineamientos políticos y protocolares, sino que
esté adscrita a un esquema más realista, que sin
dejar de cumplir con la naturaleza de esas funciones, le permita
a Venezuela responder con propiedad a sus intereses
políticos y económicos y aferrarse a un espacio
más digno en el actual contexto internacional.

En este sentido, es fundamental para la política
exterior venezolana los procesos de integración en
Latinoamérica y el Caribe, con miras a la
constitución de un solo bloque regional que consolide la
Unión Latinoamericana; ya el programa de gobierno actual
tiene como eje axial el fortalecimiento de la soberanía en
pro de la integración multipolar.

Demostración de ese interés ha sido la
participación constante del gobierno venezolano en las
distintas reuniones que se llevan a cabo entre los países
miembros de los distintos bloques de integración. El
presidente de la república aboga por una mayor
integración regional y sostiene que los países en
desarrollo deben trabajar unidos para salir de las crisis que
afrontan.

Con la mira en la integración regional, Venezuela
ha dado importantes pasos en materia bilateral que están
arando el camino para la cristalización de importantes
proyectos de cooperación. Entre los más resaltantes
se pueden mencionar:

Los acuerdos efectuados con Guyana referentes a la
suscripción de un tratado de cooperación ambiental,
que permitirá la colaboración mutua para la
protección de la selva en la frontera así como un
acuerdo que establece la creación de un Consejo Binacional
Empresarial.

El acuerdo con los Estados Unidos de América para
evitar la doble tributación, tras un efectivo impulso en
las negociaciones, efectuado por el Ministerio de Relaciones
Exteriores.

Las relaciones con Colombia continúan en el
primer plano del interés nacional y no obstante algunos
escollos que han logrado subsanarse, a razón de buenos
entendidos, se destaca la voluntad de ambas partes en la
consecución de acuerdos en materia limítrofe,
económica y comercial. Parte de la política
emprendida por el Ministerio de Relaciones Exteriores, en cuanto
a Colombia, incluye un aspecto de gran relevancia, como lo es el
de sacar el tema del Golfo de la agenda
colombo-venezolana.

Animado por la necesidad de entendimiento y de paz en la
región, la Cancillería adversa totalmente el
bloqueo a Cuba, ya que en lugar de mejorar la situación en
la isla la empeora. En ese sentido, Venezuela se ha ofrecido a
ser factor para limar asperezas y alcanzar acuerdos, con miras al
bienestar de los cubanos.

El gobierno iraní anunció negociaciones
con el gobierno venezolano, para la firma de un acuerdo de
triangulación del suministro del crudo para que cada
país abastezca a sus respectivos clientes en Europa y
América Latina, con la consecuente reducción de
gastos de transporte.

Nos agrega Dugarte, que aún cuando para el
gobierno, la política de comercio exterior ha tenido como
objetivo promover, facilitar y consolidar la inserción de
Venezuela en la economía internacional y así
propiciar el desarrollo de la economía nacional. De esta
forma, ha tratado de profundizar la relación
económica y política latinoamericana y de promover
en el área de su competencia acuerdos para la
integración del Comunidad Andina y el MERCOSUR. Se ha
profundizado la política de cooperación fronteriza
y comercial con el Gobierno del Brasil.

La Cancillería ha favorecido escenarios de
encuentros entre países demandantes y oferentes de
energía. El gobierno ha desarrollado una
participación activa en la Cumbre Hemisférica, el
Grupo de Río, el Grupo de los Tres (Colombia,
México y Venezuela), el Grupo Latinoamericano de las
Naciones Unidas, en las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de
Estado y Gobierno, en el Movimiento de los No Alineados y en la
Organización Mundial de Comercio.

Una de las principales debilidades es que el actual
programa de gobierno se plantea la exigencia de crear un polo
alternativo de poder que desplacen la hegemonía
estadounidense lo que implica cambios importantes en el sistema
internacional prevaleciente y una confrontación constante.
Definitivamente el Mercado Común del Sur, Mercosur, ha
entrado en una nueva fase después del 4 de julio de 2006.
No se trata sólo del ingreso o adhesión de
Venezuela a este bloque subregional, se trata de un punto de
inflexión, de una etapa que se cierra y otra que se abre,
de brindarle el carácter estratégico real al
proceso de integración más importante de la
América del Sur.

Conformado en 1991, en plena década neoliberal,
como un esquema de integración comercial, economicista,
pragmático, fortalecedor de las relaciones entre las
élites económicas, el Mercosur ha venido
desarrollándose y tratando de superar ese defecto de
origen, intentando traspasar esos límites mercantiles y
económicos para convertirse en una verdadera herramienta
de integración de los pueblos. Sin embargo, a pesar de
algunas iniciativas puntuales, hasta ahora no se había
avanzado con firmeza hacia ese nuevo y trascendental
rumbo.

Entre 2003 y 2005 las sillas presidenciales del Mercosur
fueron girando hacia la izquierda, hacia los pueblos. Desmontar
las políticas neoliberales de la década pasada,
tratar de tomar el control político y contener la furia
económica globalizadora ha sido una tarea difícil a
la cual se han avocado los presidentes en estos últimos
años. En este sentido, los intentos para transformar el
Mercosur han sido neutralizados por la complejidad de las
transformaciones internas. La voluntad política y las
prioridades han estado concentradas en lo nacional y no en lo
regional. En consecuencia, 2006 constituye un nuevo impulso para
la transformación integral del Mercosur.

El verdadero aporte de Venezuela al bloque, más
que el energético o su buen momento económico, es
el inmenso contenido popular y la clara visión
política y estratégica de la integración
latinoamericana. El liderazgo del Presidente Chávez en el
sub continente es innegable. Se trata, sin duda, del líder
más conocido y seguido por las mayorías en
América Latina. La solidez del pensamiento bolivariano
originario y actualizado, serán los fundamentos
filosóficos que podrán abrirle paso a una
unión real de los estados y, sobretodo, de los pueblos
suramericanos.

A la vez, el Presidente Chávez le ha brindado
niveles de concreción muy importantes para poder darle
sentido práctico a las tesis de unificación
bolivariana y san Martiniana. Petrosur, Petroamérica, el
Banco del Sur, el Mega gasoducto del Sur, la Universidad del Sur,
Telesur, entre otras propuestas, ponen de manifiesto la
coherencia teórica y práctica del Gobierno
Bolivariano a la hora de entender y conducir el camino de la
integración. Bien se sabe en Caracas que los procesos de
integración en Suramérica pueden tener algunos
costos, no obstante, estos siempre serán insignificantes
al compararlos con los inexorables costos de la
desintegración. El presidente Hugo Chávez expone
constantemente desde hace casi 8 años, en todos los foros
latinoamericanos e internacionales a los que asiste,
cuáles son sus criterios, sus ideas y sus propuestas para
potenciar la integración regional.

Habiéndolo escuchado y habiéndolo
conversado con él en innumerables oportunidades, los
presidentes de Argentina, Paraguay, Brasil y Uruguay han apoyado
y apostado por el ingreso de Venezuela al Mercosur,
dándole así una clara señal al mundo de
hacia dónde consideran ellos que debe avanzar el proceso
unificador suramericano. De llevar a la práctica las ideas
integracionistas que cada uno de ellos expresó durante sus
discursos en el acto que selló la adhesión de
Venezuela al Mercosur el pasado 4 de Julio, el bloque se
estaría convirtiendo en la plataforma del ALBA, en la
concreción del ideal bolivariano, en la herramienta
más útil y solidaria para que los pueblos
suramericanos se encuentren, unan sus talentos y potencialidades
para juntos enfrentar y neutralizar los efectos devastadores de
la globalización.

Con las cartas sobre la mesa, el Presidente Hugo
Chávez llega a plantear que se asuma la estrategia
política del Mercosur a un punto tal, que podamos estar
hablando de un proyecto gran Nacional o de un eventual Mega
Estado.Tenemos pues en el Mercosur la oportunidad
histórica de conformar lo que es una necesidad para el
bienestar de nuestros pueblos: el polo de poder latinoamericano y
caribeño, contribuyendo así a darle forma y fomdo a
la multipolaridad del sistema internacional. Ya han sido
suficientes los siglos de dominación, de sumisión,
de dependencia.

Paradójicamente, aunque el cuatro de julio
celebran los estadounidenses su independencia, los países
del sur celebramos este año, ese mismo día, una
fecha que puede estar llena de historia, de pueblos, de voluntad,
de unión y de concreción de los sueños
comunes. Podemos estar, tal vez, poniendo la piedra fundacional
de un modelo alternativo de integración y, en
consecuencia, de ese nuevo modelo de sociedad humanista,
socialista, libre y justo que tanto ansían los pueblos del
mundo para garantizar su felicidad y su supervivencia.

La idea de utilizar Telesur para fomentar la
integración política y económica se basa
más en la suposición de que hay o puede haber una
esfera pública común, en la región, que
puede ser mejorada por los medios de comunicación
electrónicos.

Esto explica el porqué la idea de Al-Jazeera,
como un referente pan-árabe, es tan atractiva para los
organizadores de su contraparte latinoamericana. De acuerdo con
esta lógica, Telesur hará posible extender la
esfera pública a todos los rincones de América
Latina y articular un espacio político común. Sin
embargo, esta idea es tan manejable y justificable como en Europa
o en el Medio Oriente.

La esfera pública común transcontinental o
trans-regional no es más que una aspiración
romántica. No obstante, ha sido un anhelo constante en el
discurso político latinoamericano, revitalizado como
proyecto de desarrollo desde la redemocratización de la
región (Avritzer y Costa, 2004: 704).

Este ideal ha sido impulsado por la noción de que
las identidades, en esta parte del mundo, se construyeron de
formas parecidas. Esta concepción ya ha sido profundizada
por algunos autores, quienes no sólo han señalado
las profundas diferencias entre los Estados-Nación
emergentes en América Latina (López-Alves, 2003),
sino también la falta de similitudes en la creación
de sus identidades nacionales (Anderson, 1991).

 

 

Autor:

Alexander Villamizar

Jesús David
Dávila

Héctor Kenir Montoya
cano

Lilian Sanabria

Pedro Martínez

Enviado por:

Donkan Fénix

Facilitador

Abogado. Alejandro Rivas

U.C

Soberanía y Geopolítica
Venezolana

VI semestre. Fin de semana

Barinas Junio de 2010

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter