La Prisionalización. Efectos y medios para combatirlos

Introducción

Los Centros Penitenciarios se han caracterizado por su
complejidad desde su surgimiento. Resultando por ello necesario
fomentar el estudio del tema, al que no se le ha dado en
múltiples países la importancia que requiere.
Desarrollándose desde hace algunos años un
movimiento dirigido a incluir la disciplina de Derecho
Penitenciario como rama autónoma desgajada del Derecho
Penal, toda vez que como afirma el autor Garrido Guzmán
"la pena privativa de libertad pese a la crisis que atraviesa,
hoy por hoy, es cualitativa y cuantitativamente la más
importante de las penas previstas en el Derecho Penal
contemporáneo."

La prisionalización es un fenómeno que se
ha desarrollado a nivel mundial, como consecuencia de la
imposición de penas privativas de libertad, relativamente
largas, siendo de vital importancia analizar los efectos que
provoca en aquellas personas que directa o indirectamente lo
sufren; resultando preciso además valorar las acciones que
pudieran desarrollarse para combatirlos.

El problema de investigación que se aborda
con el presente trabajo se resume en la interrogante
¿Cómo contribuir a la resocialización de los
reclusos mediante el desarrollo de posibles vías que
permitan minimizar los efectos de la prisionalización;
favoreciendo así la efectiva reinserción de los
mismos a la sociedad?

Sus objetivos se definen como sigue:

• 1. Caracterización de las prisiones y la
  prisionalización, identificando los efectos negativos
  que producen en los sancionados, sus familiares y sociedad en
  general.

• 2. Proponer cambios en los sistemas penales y
  penitenciarios, partiendo de los programas establecidos en
  Cuba y China, encaminados a minimizar los efectos de la
  prisionalización.

La estructura de este trabajo se encuentra conformada
por la Introducción, donde se ubica al lector en las
generalidades de lo que tratará el mismo; el Desarrollo,
que contempla la caracterización de las prisiones y la
prisionalización, identificándose los efectos que
provocan en los sancionados y la sociedad, así como los
cambios que posibilitarían su minimización; las
Conclusiones, donde se exponen los resultados a que se arriban en
el desarrollo del trabajo y la Bibliografía
utilizada.

Desarrollo.

Evolución
histórica de las prisiones

Michel Foucault en su obra "Surveiller et
punir" (Vigilar y castigar) señala que la
utilización de la privación de libertad como pena
sancionadora de la delincuencia, es un fenómeno
relativamente reciente, instituido durante el siglo XIX. Con
anterioridad a ese período, la cárcel, como medio
de confinamiento, solo se concibió para retener a los
prisioneros que estaban a la espera de ser condenados (o no) de
una manera efectiva (castigo, ejecución o
desestimación). Los prisioneros permanecían
retenidos en un mismo espacio, sin que mediara distinción
entre los delitos cometidos por unos u otros y tenían que
pagar su manutención. La desorganización era de tal
magnitud que los sospechosos de un mismo delito podían,
con toda facilidad, cambiar la versión de los hechos antes
de ser procesados. La aplicación de la justicia de la
época era de dominio público, se mostraban los
suplicios a los que eran sometidos los acusados, así como
las ejecuciones de los mismos.

Contrariamente a los fines que deben lograrse con la
condena que establece una pena de prisión en
correspondencia con la falta cometida, las prisiones
servían como un medio de exclusión para todo tipo
de personas marginales (delincuentes, locos, enfermos,
huérfanos, vagabundos, prostitutas, etc.) quienes eran
encarcelados, sin discernirse entre los que requerían
tratamiento diferenciado y los que realmente debían
cumplir la condena, ello en pos de acallar las conciencias de las
personas "honradas", sin más aspiración que la de
hacerlas desaparecer, pues eran consideradas plagas humanas que
no podían vivir en sociedad.

El surgimiento de las cárceles tuvo lugar dada la
necesidad de mantener en secreto el tratamiento de la
delincuencia. Las ejecuciones, llevadas a cabo en público,
fueron cada vez más discretas hasta desaparecer, por
completo, de la vista pública. Las torturas, consideradas
como bárbaras, tenían que ser modificadas mediante
otros mecanismos. Se revelaba entonces la privación de
libertad como la técnica coercitiva más adecuada y
menos atroz que la tortura. El propio autor, Foucault,
afirmó que, desde sus principios, la eficacia de las
prisiones fue motivo de importantes debates.