Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Santeria – Manual del Oriaté (página 5)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17

Icú le contestó a Oyá: – "Con tal
de que tú me alimentes, estoy presto a
servirte".

Hecho el trato, Oyá le dijo a Icú:
-"Dentro de mi casa está Shangó, será un
buen manjar para ti".

Icú accede y se planta en la puerta de la casa de
Oyá, y cuando Shangó se disponía a salir,
tan pronto llega a la puerta, escucha el agudo silbido de la
muerte: "Fuliiiiiiiii…"

Amedrentado Shangó, vuelve hacia adentro, y
Oyá se satisface estrechando el cuerpo de su amo, limpio
de las huellas que antaño le dejaron los cálidos
brazos de sus rivales.

EL QUE NO SABE VIVIR AQUI, APRENDE A VIVIR EN EL OTRO
MUNDO

OSA SHE (9-5)

En cierta ocasión Oyá apresó a
Shangó, y en la puerta de la estancia donde lo
tenía preso, estaba la Muerte parada esperando, que
Shangó saliera para atraparlo. Hasta que Oshún,
mujer apuesta y decidida, determinó acabar con el martirio
del joven que, desde hacía mucho tiempo le gustaba;
conocedora de que Oyá, por apegarse a sus caprichos
egoístas, había apresado a Shangó usando de
carcelero a la Muerte, decide corromper la moral de ésta,
burlar la vigilancia y arrebatárselo, cogió una
botella de aguardiente, manteca de corojo, miel de abejas,
jutía y pescado ahumado, cascarilla, nueve ocará y
nueve pelotas de ñame amarillo y se dirigió hasta
donde estaba la Muerte acechando a Shangó; le
enseñó todo lo que traía y la invitó
a comer.

La Muerte acepta y se sienta amigablemente y comienzan a
comer y beber aguardiente, previamente preparado con Oñi
y, Oshún, valiéndose de su astucia, apenas
bebía y velando la ocasión que la Muerte
bebía a grandes sorbos, mientras que Oshún
bebía con moderación, hasta que por fin, la Muerte
se emborracha y le propone algo deshonesto a Oshún, que
indignada rechaza, dándole un puntapié y
lanzándola al suelo.

Luego penetra en el llé de Oyá y le unta
cascarilla a todo el cuerpo de Shangó hasta ponerlo todo
blanco, y tomándole por un brazo, lo saca de la casa.
Shangó al ver a la Muerte tendida en el suelo,
envalentonado por la acción de la cascarilla, le dio tres
patadas y sigue a su compañera. Ya lejos de aquel lugar,
Oshún pretendió que Shangó, en pago de su
actitud, le proporcionase una noche de placer, pero Shangó
escarmentado, le promete que si alguna vez lo encuentra en un
Tambor, le pagará esa deuda contraída con ella; por
ahora déjame descansar en los brazos de Oyá. Y
Oshún se resignó a esperar.

He aquí Osá-Shé (9-5), que dice:
"Si no sabes vivir en este Mundo, aprenderás a vivir en el
otro Mundo".

Y como usted ve, lo que ocurrió a Oshún,
el bien que le hizo a Shangó y sin embargo éste
seguía pensando en Oyá.

OSA OSHE: Falsedad, traición; persona que
no cumple su palabra.

OBBARA OJUANI

(6-11)

Obbara es muy dado a las obras de caridad, todo lo que
poseía, bien poco por cierto, lo repartía entre los
pobres; dándose el caso de que muchas veces cuando
sólo contaba con comida, con un mísero mendrugo de
pan, se lo quitaba de la boca para darlo a algún infeliz a
quien no tenía ninguna otra cosa que ofrecer.

Un día Eshú vio cuando una mujer llamada
Mamairorá, botaba el pan que Obbara le había dado,
y fue donde estaba Elegguá y se lo dijo y, éste a
su vez, vuela y se lo pone en antecedentes a Obbara, que la mujer
a quien él le daba frecuentemente su Oca, lo botaba al
doblar de la esquina. Obbara calló y se guardó muy
bien de no comentar este asunto.

Cuando días después, la referida
Namairorá acudió en busca de la limosna, Obbara se
la dio, y no sólo dio su Oca, sino también unos
centavos que traía consigo, y tan pronto la mujer se fue,
Obbara la siguió, y al doblar la esquina Namairorá
arrojó el pan al suelo. Obbara tomó aquel bocado y
enfrentándose a ella, le dijo: ¿Por qué lo
arrojaste? Porque no voy a comerlo -respondió
Namairorá.

– ¿Y por qué no botas las monedas? Porque
voy a comprar Oca. Y Obbara dijo, pobre mujer, si hubieras
guardado el Oca, las monedas te hubieran servido para comprar
Oñí, botas el Oca y vas a comprar nuevamente Oca, y
dijo, si no quieres Oca, dame las monedas, e irónicamente
le dijo: te vendo éste.

– Y Namairorá le respondió: yo no quiero
comprar.

Obbara dijo: Si no quieres Oca, ¿por qué
quereis comprarlo? Para darlo a mis hijos.

Y Obbara dijo: "Olú-osó, dijisteis no
ayudéis a levantar peso a persona alguna, porque ella
subirá y tú caerás de cierta manera con gran
perjuicio para ti".

OBBARA, ONIBBARA, ALABBARA, ELEBBARA, ICATE, CAMACATE,
JODDALALLACHO, OBBARA – ICURO, BBOGUO – TINCHE, OMOBBA –
LOLLO.

La demagogia de
los iguoros

En Osha no debiera existir la demagogia, sin embargo
existe. Pero… ¿por qué existe? Por la falta de
comprensión y de cultura en la mayor parte de los Iworos
que forman esta gran familia religiosa.

Estos administradores de Osha, que han tomado esta justa
y recta Institución Religiosa como vehículo
cómodo a sus fines comerciales, son los verdaderos
demagogos que abundan en el campo de Osha.

Ejemplo: ¿Cuál es la razón, de que
si una persona viene buscando Osha por su salud, el mayor de
éste, la madrina o padrino, no quieren ni dejan que los
caracoles del Santo lavado se tiren en el suelo, sabiendo ellos
que si un Santo se lava y no se tiran los caracoles en el suelo,
a este Santo no se le podrá dar animales de cuatro
patas?

Y únicamente el interesado en lo sucedido,
podrá darle animales de plumas. Pero es que este
señor vino a buscar a este Santo por su salud, y la
madrina, no teniendo en cuenta, que la salud de este sujeto puede
depender de un animal de cuatro patas, que se lo de a ese Santo,
y cuando no sea en el momento preciso del lavatorio, pudiera en
el futuro, pero si no se han tirado al suelo los caracoles, en su
oportunidad, para saber la letra que rige a ese Santo, ni se ha
hecho Ozuboruro para que ese Santo hable en el presente o en el
futuro, a la persona interesada por su salud o asuntos, etc., esa
persona queda impedida de los beneficios de ese Santo, el cual
adquirió para su bienestar, sea cual fuere.

¿Y sabéis, querido lector, cuál es
el motivo de esta demagogia? El comercio, como antes dije, porque
en un futuro no muy lejano, usted tendrá que darle, ya sea
por necesidad o por enfermedad, un animal dé cuatro patas
a ese Santo, pero no puede dárselo, porque no se hizo esto
ni lo otro, y por tal motivo, tenéis que dárselo al
Santo de su madrina o padrino. Esta es la causa.

Ahora bien, no crea el lector, que esto es solamente
cosa de los criollos, este es un mal que venimos padeciendo desde
la época de los africanos, porque ellos fueron los que le
dieron forma ritual a nuestra Religión.

OTRA DEMAGOGIA

Sí, es una verdad, que nosotros estamos de cierta
manera en Osha subordinados a nuestros mayores, ya sea madrina,
padrino u oyubona, pero esa subordinación, debe ser a una
persona responsable que en momentos dados responda al
cumplimiento de su deber, y tales momentos son en cualquiera de
los casos desesperados que se le presentan al ahijado en la
vida.

Y si dado el caso que un ahijado, siendo iworo, pero que
no ha hecho Ebbó, pero teniendo necesidad de que el Santo
de cabecera hable para su bien, porque ningún otro Santo
con más derechos que él, que fue el que le pusieron
en la cabeza como padre o madre para su defensa en esta vida, ya
sea por su enfermedad, tragedia, falta de trabajo o un bienestar
futuro que tuviera necesidad de aclarar algo incierto; entonces
también en esos precisos momentos, se usa la demagogia por
parte de nuestros mayores religiosos y responsables. Porque en
estos momentos, repito, alegan que el Santo no se puede sacar, ya
que esa persona no ha hecho Ebbó, y esa
determinación de esa madrina o padrino, no es más
que un acto de incapacidad.

Porque sacando el Santo, es un alivio para el ahijado,
puesto que de esa obra puede depender la tranquilidad y el
bienestar de él, y en cuanto al Santo, no es cierto que el
Santo reclame tal Ebbó, porque ello es potestativo a la
madrina o padrino y en su defecto de la oyubona, ya que de esta
manera pueden tener sujeto al menor, previéndole que no
haga esto ni lo otro, porque no ha hecho el
Ebbó.

Ahora bien, yo entiendo que esto no lo ha impuesto la
generación de criollos, que esta forma ritual la
impusieron los africanos, pero también estoy seguro, que
en ellos existían como en nosotros existen, Iworos
inspirados por la circunstancia del momento. Pero esta forma, no
puede aplicarse en todos los casos, porque las palabras de Osha,
que para sus creyentes son letras, serían retrospectivas
por cuanto que en Itá de un Iyawó, si Osha pide que
a los 7, 16 ó a los 21 días se le dé un
animal de cuatro patas, para salvar a esa persona, hay que
dárselo tenga o no hecho el Ebbó. Y como
éste, tiene que ser para los otros semejantes.

Entonces, el Iworo que no hizo Ebbó, para un caso
de necesidad imperiosa, puede sacar al Santo de cabecera, para
que le indique el camino a seguir, y pudiera ser, que de
ahí saliera para su Ebbó.

Teniendo en cuenta que estos Santos comieron y hablaron
en un Itá con mayor responsabilidad, porque en el
Itá donde hablaron es el índice de toda la
vida.

Otro pequeño caso de demagogia es, el prohibirle
a un Iworo que se siente a lavar un Santo porque no tiene hecho
su Ebbó de tres meses; ¿acaso ese Ebbó es
mayor que la ceremonia o consagración que hizo ese Iworo?
Como mayor que es su madrina o padrino, le pueden prohibir que no
eche collares, ni lave, ni haga santo a otra persona, si
él mismo no ha hecho tal Ebbó Meta (de tres
meses).

EL IWORO DEBE SABER LO QUE COMEN SUS ORISHAS.

Eleggua:

Chivo, Pollón que empiece a cantar, Gallo,
Jutía, Cerdo. Hay Elegguá, que se le da jicotea;
también lo hay que se le da palomas, pero los que comen
palomas son tres solamente, tres Elegguá me
refiero.

Addimú, para Elegguá son: pelotas de
harina de maíz cruda con manteca de corojo.
Quimbombó crudo, partido por el medio y untado de manteca
de corojo. Ecó, Oñí y Grajeas. Galletas de
harina de trigo, con o sin manteca de corojo. Bollito de frijoles
de carita; Cocos secos o de Agua. Maíz de rosita;
maíz tostado. Pescado y Jutía ahumada.
Ecrú-aró, Olele. En fin, hasta animales de cuatro
patas y un Tambor.

Oggun:

Chivo, Gallo, Jutía, Palomas y todos los animales
que hay en este mundo.

Addimú: todos los de Elegguá,
agregándole Frijoles de carita después de cocidos
con manteca. Animales de cuatro patas y un Tambor.

Oshosi:

Chivo, Palomas, Gallos y Guineos.

Addimú: el mismo de Oggún.

Orishaoko:

Chivo, Gallo blanco, Guineos, Palomas blancas,
Novillo.

Addimú: todo lo que produce la Tierra, cocido.
Tambor.

Inle:

Carnero, Palomas, Guineos, Pescados.

Addimú: los mismos de Elegguá, a
excepción de los cocos de agua.

Los Bellis:

No se le dan animales de cuatro patas, únicamente
Pollones, Pollonas y Palomas.

Addimú: los mismos de Elegguá. Un
Tambor.

Obbatala Oque:

Chiva, Gallina, Palomas, Guineos blancos.

Addimú: Pelotas de ñame, Merengues, Torre
de ñame, miga, Natilla blanca, Arroz con leche, Horchatas
de almendras, de anón, Chirimoya, Guanábana, Leche
de vaca, de Chiva, Ecrú, Ecó con manteca de cacao y
cascarilla. Pescado cocido o crudo, con manteca de cacao o
cascarilla, Pan, Pelotas de gofio de trigo, Arroz blanco con
babosas, Babosas, Pan de arroz y de Yuca. Tambor.

Obba Nani:

Chiva. Gallina, Palomas, Guineos; teniendo en cuenta que
hay lugares que le dan Chivo capón.

Addimú: lo mismo que a Oyá.

Oya:

Gallinas, Palomas y Guineos.

Addimú: Olelé, Bollito de frijoles de
carita, Aguidi, Ecó con manteca de corojo; Arroz con
frijoles, Harina cocida con quimbombó. Todos los granos
que hay cocidos; Cochinchin de guardarraya. Esta es una hierba
parecida al canutillo, pero hueca.

Yemaya:

Carnero, Gallo, Pato (menos Ocute), Guineos. Ocute,
Carnero, jicotea, Gallo, Guineos. También los
Yemayás comen Palomas según la costumbre de
origen.

Hay lugares que no se le dan Pato, ni a
Mayelegún, ni Asabba y esto es un error, porque la
única Yemayá que no come pato es Ocute, teniendo en
cuenta que en el interior los Yemayá comen patos, hay
lugares donde le dan Carneros y en otros Carneras.

En algunos lugares solamente le dan patos, alegando que
la referida Yemayá no come carnero, ni carnera.

Ahora bien, suponiendo que alegan que Yemayá nada
más come pato y las otras personas también alegan
que Yemayá también come carnera, ambas partes
tienen razón en lo que afirman, porque estos y los otros,
tuvieron sus mayores africanos, de los cuales vinieron y
aprendieron que los mencionados africanos, le daban a comer a
Yemayá, aunque muchas de estas personas no eran Iworos,
porque no tenían Santo hecho, pero se acostumbraron a
llevar aquellos actos ceremoniales, como una tradición en
la familia. Entonces no se duda que los africanos, sacrifican
carneras a Yemayá y en otras partes solamente
patos.

Ninguna de estas personas han sufrido percances, ni
contrariedades en su vida por ejemplo: un tío del autor de
este libro, el señor Secundino Angarica, que radica en el
pueblo de Cimarronés, hoy Carlos Rojas, prov. de Matanzas;
el padrino de él, que en aquellos contornos se
conocía con el mote de Regalao, era un gran Ozainista, por
cuya razón mi tío era un buen Ozainista, conocido
ampliamente en toda la República y por añadidura
Santero. A sus fiestas tradicionales asistían los
africanos que a continuación relaciono:

AMINA; Tía de él y de mi madre;

MAIBO, prima de AMINA;

Ña FELICIA, que no conocía o no hablaba el
castellano.

Y en esta casa todas las Yemayá comían
patos, gallos y guineos hasta hoy en día y estos Orishas,
están en manos de los hijos y siguen la misma
tradición.

ADDIMU: Eerú-aró, Olelé, Aeara,
Carne de cerdo, Mariquita de plátanos verdes, Carne de res
cocida, Maiz fino, Pelotas de Ñame, Fu-fú de
plátanos verdes con quimbombó, Harina con
azúcar prieta y Harina con sal, Cochinchin de acelgas, de
verdolaga, de bleo de hojas grandes, de cohollo de calabaza, de
cohollito de guía de boniato, guengueré de hierbas
de guardarraya, de llonllon, aqui-ollo, maíz fino ligado
con frijoles negros, Oca de frijoles de carita, Coco seco, Rosita
de maíz, Melado de caña.

Oshun:

Chivo capón, Gallina, Palomas, Guineos y cuando
lo pida o por causa mayor, Venado.

Addimu: Olelé, Gofio de pelotas, Pelotas de
Ñame, acará con epó de ochinchin de berros,
de lechuga, de hierba de cerraja tierna, arroz amarillo, Harina
de maíz con sal o con azúcar, Aguidi, Calabaza
cocida impregnada de miel de abejas, llena de huevos cocidos o
crudas, Ecó con manteea de corojo, Pescado crudo y cocido,
Miel de abejas.

Aggallu:

Chivo capón, Novillo, Palomas, Guineos, Gallo
blanco cuando lo pida.

Addimú: Fu-fú de plátanos verdes,
Plátanos verdes asados, Quimbombó con ternilla de
res, Costillas de res cocidas, Calacú de hojas de
quimbombó, de espinacas, cohollo de boniato, de calabaza,
de quimbombó, de verdolaga, de bleo de hojas grandes, de
lentejas de oca, de arroz, Ecó eon manteca de
corojo.

Shango:

Carnero, Novillo, Gallos, Palomas, Guineos,
Jicotea.

Addimú: Quimbombó, Acará,
Quimbombó partido por el medio y untado de manteca de
corojo, Oca de arroz, de Yuca, Fu-fú obeguña,
Harina de Maíz y todas las hierbas que se puedan hacer
ochinchin o calacú, Oca de frijoles de carita.

Todas las frutas sirven de Addimú para
todos los Santos, a excepción de los casos
específicos, que hay que seleccionar la fruta que le
corresponde a cada Santo.

La codorniz (Acuaro) se le da a todos los Santos,
porque ella viene a ser un Ashé y es la más fresca
de todas.

El Pan se le pone a todos los Santos.

El Chequeté viene a ser el vino de todos
los Santos.

El Sará-ecó es el refresco de todos
los Santos, inclusive de los muertos.

Todos los Iworos, deben tener especial cuidado, de no
echar pan con sangre en la sopera de OBBATALA y mucho menos de
Palomas, puesto que ello trae como consecuencia, trastornos,
enfermedades, etc.

Ruegos de
cabeza

Muchos Iworos neófitos e Iworos que han hecho un
análisis concienzudo, de las distintas formas que han
visto hacer la rogación de cabeza, con coco y agua, se
preguntan con mucha razón, ¿cómo
tratándose de una rogación de esta naturaleza,
todos los Iworos no la hacen igual?

Hay quienes comienzan, rogando por los pies, otros tiran
los cocos antes o después de comenzar el referido ruego, y
la única respuesta adecuada a esta lógica
interrogación, afirmaríamos que es, porque estos
Iworos, desconocen totalmente la labor material, que están
realizando, porque si tuviesen conciencia de ello, no
ignorarían que cuando se llega a una cabeza, con todos los
preparativos para rogarla, es porque previamente se le ha
preguntado a la referida cabeza, con qué quiere
alimentarse: cocos y agua, frutas, ellebale. En fin, con lo que
ella elija y si esto es así, es innecesario preguntar
cuándo se va a llevar a cabo la
rogación.

Y refiriéndome a los Iworos, que comienzan a
hacer la rogación de cabeza por los pies, diré: no,
no sólo los Iworos de ahora, son los que hacen en tal
forma las referidas rogaciones de cabeza. Esa costumbre
inexplicable, data de la época de sus antepasados
africanos o criollos, que son los verdaderos responsables de esa
anomalía, ya que ellos, precisamente, fueron los que nos
enseñaron que la cabeza es la que lleva a los pies. Pues
decían, muy acertadamente por cierto: quítele la
cabeza al cuerpo a ver si usted puede seguir andando,
viviendo.

¿Y por qué se cometen esos desatinos en
nuestra Religión Afro-cubana? Porque tanto en Africa, como
en Cuba, existían personas que veían hacer una
obra, y sin tener conciencia o conocimiento mejor de su origen,
la imitaban, y ello ha traído como consecuencia esos
yerros, que tantos trastornos han ocasionado a la
humanidad.

Sin embargo, no ignoro que existe una rogación
que, hay que comenzarla por los pies, y se realiza, cuando una
persona está muy atrasada y atravesando una
situación muy mala, para So Diddé.

Esta se hace, sentando a la persona en una silla
colocada bien alta, de manera que los pies le queden colgando y,
esta misma rogación se hace también, sentando a la
persona en una mesa, pero nunca con otro objetivo que no sea para
So Diddé. En caso, repito, de un gran atraso y es de un
resultado muy efímero, puesto que la acción
benefactora de esta rogación es brevísima en esta
vida, por la sencilla razón de que es hecha en el aire y
en el aire se queda.

El primer ruego de cabeza que se le hace a un Aleyo,
tiene que ser de coco y agua, aún en el caso de hacerle
Osha. Primeramente se le ruega la cabeza, como queda dicho, con
agua y coco y después en Oddó, se le da el Ellebale
indicado y, digo indicado, porque en Oddó a todos los
Omolo-Ochas no se les da Ellelé, como en el caso de
Elegguá, Shangó y Aggallú.

En Oddó, se le da a Elegguá Adieio, a
Shangó un animal de cuatro patas Allacuá y
después un Acuaro, y por tanto, a esa cabeza ya se le ha
dado mucho Ellé. Y a Aggallú, cuando sea directo,
se le dará Etú por la noche y en Oddó, coco
y agua con su Allacuá y Acuaro correspondientes. Y cuando
no sea directo, se hará en la forma indicada en
Shangó.

Elerí se puede rogar con muchas cosas,
según los casos, y siempre, de acuerdo con lo que ella
elija, entre estas cosas: Obí-omí tutu,
Ellelé, Addié, Etu, Acuaro, Ellá tutu,
Ellá aro, Eran malú, Pescado y Jutía
ahumada, Arenques, Babosas (indicando color y clase), Eru y
colá; todas las frutas comestibles, Almendras, Nuez
moscada, Pan, Ecó, Ñame crudo o cocinado, dos
pájaros cazados (palomas rabiches y tomeguines), seso
vegetal o de cualquier animal que haya comido Osha, según
los casos, como se trata de Asiguere o Asiere.

En esos casos, se ruega la cabeza con leche de vaca o de
chiva blanca y hay casos indicados, que tiene que ser con un poco
del Ashé del que le pusieron en la Erí, que para
eso y otras muchas cosas beneficiosas se guarda.

Grillelu

Al principio de la formación del Universo, cuando
apenas había algo hecho, Olofi llamó a todos los
sabios para que tomaran parte en la gran tarea de la vida, y los
pueblos se edificaron sobre la faz de la Tierra.

Y fue, cuando cada cual creía que, así
como estaba viviendo, vivía bien y cada uno le
ponía a Olofi, la dificultad que creía más
conveniente y todo eran obstáculos y problemas, para
llevar a vías de hecho la buena obra, que Olofi se
proponía realizar.

Entonces sucedió, que cuando ya todos los sabios
entendían que era imposible llevar a vías de hecho
toda aquella obra, Olofi, considerándose ya casi
derrotado, se le apareció un espíritu y le dijo: –
Olofi, para llevar su obra adelante, es necesario el sacrificio
de 101 palomas, como Ebbó, para purificar con su sangre a
los distintos fenómenos, que perturban la buena voluntad
de los otros buenos espíritus.

Olofi, cuando oyó las palabras advertidas por el
espiritu (GRILLELU), sus piernas se flaquearon, porque la vida de
las palomas estaba vinculada a la vida de El, y a la de
Oloddumare. Sin embargo, sentenció:

– "No queda más remedio para el bien de mis
hijos".

Y se sacrificó por primera vez las palomas. El
espíritu que le hizo la sugerencia a Olofi, lo iba guiando
por todos los lugares donde había que echar una gota de
sangre de las palomas, para purificarlo todo. Y así se
hiciera todo lo que quería Olofi, que no era otra cosa que
la voluntad de Oloddumare.

Y cuando terminó todo lo que Olofi quería,
llamó a ese gran espiritu GRILLELU y le dijo:

– "Tú me has ayudado y bendigo tu obra por los
siglos de los siglos y te reconocerán con el nombre de
GRILLELU".

Gri-lle-lú, sinónimo de: Gri, cabeza; lle,
mundo; lu, pueblo.

 Este Elegguá rige en los Oddun siguientes:
1 Ocana, (1-10) Ocana Ofun, (9-8) Osá Unle.

Al Elegguá que le salga este Oddu, debe llevar nn
nuñeco aparte, que se le debe de dar una paloma, solamente
una, porque esa paloma equivale a las 101 palomas.

Y, esas 101 palomas no se les dan, a no ser en casos de
enfermedad u otra cosa grave.

El Beello
(Maja)

(OCANA)

El Beello era un hombre, como todos los demás,
pero un día, se sintió enfermo y se fue a registrar
y le salió una rogación por una enfermedad mala que
le venía encima; más no hizo caso de tal
advertencia y no se hizo la referida rogación.

Al poco tiempo, le salió una erupción por
todo el cuerpo, y a consecuencia de la misma, se le cayeron los
brazos y las piernas. Entonces mandó a su mujer, a que lo
fuera a registrar otra vez, y entonces le salió que, para
que volviera a ponerse bien, tenía él mismo que
llevar a la orilla de un camino, por donde tenía que pasar
Obbatalá, dos racimos de cocos, cuatro palomas en cada
mano y así, se pondrá bien.

Pero, entendiendo que si ya él no tenía
manos ni piernas, no podía llevar tales cosas de la
rogación, tampoco lo hizo y se quedó
arrastrándose para toda la vida.

ELLIOCO OCA (2-2)

Ellioco y Oca eran dos amigos inseparables, eran como
hermanos y estaban muy mal de situación; ambos fueron
donde Obbatalá y le contaron su situación. Este le
mandó a hacer una rogación. Ocá hizo su
rogación, se rogó la cabeza y pintó dos
cocos de blanco y punzó y se los presentó cuatro
días a la cabeza cuando se levantaba y acostaba, y cuatro
días después, cogió los cocos y los
llevó a los cuatro caminos, por donde Obbatalá
tenía que pasar y tiró uno para acá y otro
para allá, a derecha e izquierda. Obbatalá vio que
Ocá hizo Ebbó, y entonces se anticipó
pasando por delante de Ocá y con disimulo, dejó
caer un saquito de dinero. Ocá lo vio y dijo:

– "Papá, mire lo que se le
cayó".

Y Obbatalá le dijo:

– "No hijo, eso no es mío, es tuyo".

Y Ocá dijo:

– "No papá, no es mío, es
suyo".

– "No hijo, es tuyo por cuanto el que anda bien, bien
acaba; tú hiciste Ebbó y Olofi te reservó
esto".

Viendo Ellioco que Ocá había cambiado de
situación, le llamó la atención y no dijo
nada y se fue a donde Obbatalá y se quejó.
Obbatalá le preguntó:

– "Ellioco, el Ebbó que te mandé a hacer,
¿ya lo hiciste?"

Ellioco le contestó negativamente.

Obbatalá le dijo:

– "Ocá lo hizo y ese es el bien que
tiene".

Entonces Ellioco empezó a cambiar de
situación, empezó a tener problemas, a pasar
trabajo, a tener pendencias, discusiones por su mala suerte y
muchas veces fue acusado injustamente. Donde volvió a
Obbatalá y éste le marcó
Ebbó:

2 pájaros cazados, dos cocos, ecú,
ellá, dos palomas, dos huevos y $2.40.

Después Ellioco decidió abandonar la
ciudad e ir al campo, dada su mala situación, se
llevó los 2 huevos y pidió trabajo en una finca. Un
día, ya cansado de trabajar, quiso hacer una fiesta y
enterró los dos huevos. El dueño de la finca se
incomodó porque Ellioco hacía fiesta siendo un
empleado de él, y viéndolo enterrar los dos huevos,
llamó a la justicia para discriminarlo, diciéndole
a la justicia que le había robado su dinero, que él
mismo vio cuando lo enterró en la finca.

Entonces vinieron y lo prendieron y Ellioco dijo que
registraran la finca y si no encontraban nada, que él
reclamaría daños y perjuicios. Así lo
hicieron las autoridades y no encontraron nada en el registro.
Ellioco reclamó daños y perjuicios, y no teniendo
el dueño de la finca dinero con que pagar, tuvo que perder
su finca y Ellioco se quedó con ella.

UNLE IROSO (8-4)

Unle es cabeza, el Oddu número 8 dice: "Si mi
cabeza no se vende, no hay quien me compre".

Unle se creyó que el era todo porque era cabeza,
el orgullo y la superioridad engañaron a Unle, cosa de
Olofi.

Olofi, viendo que Unle ya no era el hombre que él
había creado, un día mandó una tormenta y
derrumbó parte de su palacio, por tanto, Unle
empezó a pasar trabajo, dado a que él era un hombre
muy inteligente, pero ya un hombre de edad y le faltaba la
agilidad para hacer ciertas cosas, mucho menos los trabajos que
requerían la reconstrucción de su palacio, pero si
lo hacía, podría enfermarse.

Había en esa tribu un albañil ahijado de
Mofá, que por su situación desesperada fue donde
Mofá, y este le marcó Ebbó y él lo
hizo tal como lo indicaron. Y Mofá dijo, su
situación es desesperada, pero ya lo vendrán a
buscar para trabajar.

Resultó que Unle un día trajo a los sabios
para la reedificación del palacio, pero estos
tenían mucho conocimiento y muy poca práctica y en
la liga del material olvidaron la arena y cuando ponían
los ladrillos, como la mezcla no tenía arena, nunca
quedaban firmes y por eso, salió discusión entre
ellos y tuvieron que parar el trabajo. Entonces Unle reclama la
terminación del trabajo, pero ellos le dijeron que
hacía falta un albañil. Donde Unle tuvo que buscar
un albañil que era el único que había en el
pueblo y era precisamente el ahijado de Mofá, que
había hecho Ebbó.

Pero cuando fueron a buscarlo, él se niega,
alegando que él había sido maltratado, que de la
única manera que el iba era, garantizándole que
más nunca iba a quedarse sin trabajo, donde Unle tiene que
firmar dejándolo como Jefe de los albañiles de
palacio y con trabajos mientras viva.

Esto quiere decir que, al que le salga esta letra,
aunque esté pasando trabajo, que haga lo que se le manda y
lo que se le dice, al pie de la letra, que después
tendrá su recompensa, pero que nunca crea que él es
más que los demás, que ante Dios todos somos
iguales, pues si uno tiene la inteligencia, el otro tiene la
práctica y el otro la habilidad.

Oddi: sol, agua y
tierra

(CIELO, TIERRA Y AGUA: ESTO ES LO QUE SIGNIFICA
ODDI)

ODDI TONTI ODDI (7-7)

Era en el tiempo en que no se enterraba ningún
cadáver. En Oddí nunca se había abierto un
hoyo, los cadáveres se amortajaban y después los
llevaban al pie de la Ceiba.

Y aconteció que Mofá tenía su
señora y ésta decía que lo quería
mucho, que no sabía qué iba a hacer sin él,
que él era todo para ella en la vida, y eso no era la
verdad de la mujer de Mofá.

Ellos tenían un hijo, pero a ella no le gustaban
los muchachos y maltrataba a su único hijo, mientras
Mofá lo acariciaba y le daba buen trato.

Todo esto lo hacía la mujer de Mofá porque
tenía otro hombre, que no le daba nada, que no la
atendía y con todo lo que ella decía, no
quería mucho a Mofá, pues hasta su hijo le
estorbaba y cuando se encontraba con el otro hombre, siempre le
decía: ¡Qué aburrida y cansada estoy de
Mofá!

Pero cuando estaba con Mofá, le decía que
lo quería mucho.

Ya era tanto, lo que le había dicho a ese hombre,
que estaba aburrida de Mofá, que un día éste
le dijo:

– ¿Quieres deshacerte de Mofá?

Y ella le dijo que sí. ¿De qué
manera?

Y él le dijo:

– Tú sabes que aquí los cadáveres
se amarran y se llevan al pie de una ceiba y ella le dijo que
sí.

Y él le dijo:

– Tú hazte la muerta esta noche, entonces todos
vendrán a ver tu muerte y creerán que tú
estás muerta de verdad; te amarrán y te
llevarán al pie de la ceiba. Yo iré a ese lugar de
madrugada y te llevaré para mi casa.

Así lo hizo la mujer de Mofá, se
fingió muerta, la amarraron, la llevaron al pie de la
ceiba, de donde el otro hombre vino y se la llevó para su
casa. Pasaron varios días y este hombre vendía
quimbombó en la plaza, y entonces pensó que
teniendo la mujer en la casa, ésta se podía dedicar
a este comercio y él hacer otra cosa. Así lo hizo,
llevó a la mujer a la plaza y él se dedicó a
otro trabajo y como Mofá no tenía mujer y él
era el que tenía que hacer la comida para él y su
hijo, mandó un día al muchacho a la plaza a comprar
quimbombó y el único que vendía ese
producto, era precisamente el hombre que le había
arrebatado la mujer, de acuerdo con ella; fue un asombro para el
muchacho llegar a aquel lugar y ver que la mujer que le iba a
despachar era su mamá. Cuando el muchacho le llamó
mamá, ella le contestó: yo no soy tu
mamá.

Al llegar el muchacho donde estaba su papá, le
contó lo sucedido en la plaza, el padre no le creyó
y al siguiente día mandó al muchacho otra vez; esta
vez, el muchacho compró el mandado y no le dijo nada a su
mamá. El padre le dijo, muchacho tu mamá
está muerta.

El muchacho le dijo, papá ve para que tú
la veas. Y al tercer día fue el padre quien se
dirigió a la plaza y fue directamente a donde
vendían el quimbombó. La mujer de Mofá
estaba entretenida arreglando algo y no había visto la
llegada de éste.

Mofá, aunque de espaldas, conoció a su
mujer inmediatamente. La agarró enseguida y la mujer
gritaba. Mofá también gritaba y todos los que por
allí pasaban, por la bulla se acercaban. Entonces cuando
hubo bastante público, Mofá explicó la
traición de su mujer y el público pedía que
la matara y Mofá, propuso una muerte distinta a todas las
que se habían dado en ese pueblo.

Teniendo en cuenta una segunda traición,
preguntáronle cual era la muerte. Y él dijo que se
abriría un hoyo bien hondo, bien hondo y la
enterraría viva. El pueblo aceptó por cuanto que
allí no se acostumbraba a que una mujer traicionara a su
marido.

Después de decirle esta historia, al que se
está registrando, se le dice que quiera mucho a su marido,
si es mujer, y si es hombre, que quiera mucho a su mujer. Que
nunca tenga dos hombres al mismo tiempo, que se lleve bien con
los muchachos y que si tiene un vicio, que lo deje; que no
averigüe chismes, que no sea curiosa porque Oddi tonti Oddi,
es susto, enfermedad, muerte, tragedia, traición y
hablando Oddí por bien es cielo, agua y tierra.

Oddí es derivado de Yoddi, que quiere decir
día y tiene todo lo bueno que de este día se derive
y es por lo que en su rezo se dice:

Co dima Icú Co dima, Ano Co dima, Ello Co
dima,

Ofo que aricú babaaguá.

(Que dice: que pare la muerte, que pare la enfermedad,
que pare la tragedia, que pare cualquier bochorno y que venga el
bien por todas partes).

EN RESUMEN, ODDI TONTI ODDI ES:

Susto

Enfermedad

Muerte

Tragedia

Traición

HABLANDO POR BIEN ES:

Cielo

Agua

Tierra.

OSHE FUN (5-10)

Un hombre tenía una cría de cochinos muy
grande, se dedicaba nada más que a criar cochinos; todos
los días les llevaba comida una vez al día y cada
vez que llevaba la comida, cogía uno de los más
gordos que había en el corral, para matarlo.

Pero entre esos cochinos había uno, que se dio
cuenta que todos los días faltaba uno y era el más
gordo de todos. Entonces vio que era porque todos comían
mucho y engordaban y desde ese momento pensó no
alimentarse y en lugar de comer la comida buena que le
traían sus dueños, para engordarlo, lo que
hacía era comer tallos de plátanos machos y ristras
de ajos para no engordar.

Y todos los días se arrimaba al mismo lugar de la
cerca a rascarse y con el hocico abrió un hoyo en la cerca
y allí agrupó a toda su familia y por ese lugar se
escaparon él y toda su familia.

EN LA ROGACION: Tallos de plátanos y ristras de
ajos; he ahí en Oshé Fún, cuando le dice:
"La aguja que lleva el hilo, el uno preparó el agujero y
los demás salieron por el mismo agujero".

Donde se le pregunta: ¿Cuál de sus
antecedentes tenía Santo? Toda su familia tiene que
tenerlo, por cuanto que es hereditario todo lo relacionado con
sus antecesores, para con usted.

OFUN SHE (10-5)

Ofún era una persona que le gustaba criar hijos
de otro, porque él no tenía hijos; en su casa
había una señora con su esposo, que tenía
una hija. Esta se llamaba Ananagú. Se trataban hasta de
compadre.

Un día dijo Ofún:

– "Compadre, ¿por qué usted no me entrega
a Ananagú, para criarla?

Donde los padres accedieron y le entregaron a
Ananagú.

Ofún era un hombre muy menesteroso, su
religión era crear y tener fenómenos del otro
mundo, cosa muy seria, y los tenía en un rincón de
su casa tapados con una sábana.

Un día Ofún llamó a Ananagú
y le dijo:

– "Mira hija, en ese rincón tú nunca te
acerques, ni intentes ver lo que hay detrás de esa
sábana".

Pero un día la curiosidad tentó a
Ananagú y dijo:

– "Yo voy a ver lo que hay detrás de esa
sábana".

Cogió y puso una escalera y subió a ver lo
que había detrás de la sábana, pero cuando
lo vio, fue tan grande el susto, que cayó sin
conocimiento.

En ese mismo instante, entró Ofun y la madre de
Ananagú; que recogió a la niña del suelo muy
apenada pero, con toda su pena, la madre le dijo a
Ofún:

EGUANICOMIO (deme a mi hija, como yo se la
entregué)

IGUONI OROJUNJUN, que quiere decir: Usted me le
echó maldición.

EGUANICOMIO (démela como yo se la di).

 El canto dice:

OROJUNJUN ECUANICOMIO OROJUNJUN

OGGUNDA ELLEUNLE (3-8)

Una vez una persona atravesaba una situación
pésima, lo único que pensó para él
comer fue hacer un jamo y se fue a pescar, pero el lugar donde
él puso el jamo, era una laguna y esta laguna tenía
su dueño.

El dueño del terreno donde estaba la laguna, en
esa misma laguna, cuando Oggundá vino a poner el jamo,
había un hombre que desde por la mañana estaba
echando carnadas para pescar y no cogió ni un solo
pescado.

Entonces cuando Oggundá puso el jamo cogió
un pescado, un solo pescado en todo el día echando
carnada; cuando vio que Oggundá con su jamo cogió
un pescado y él no cogió nada, dijo:

– A mí me pertenece ese pescado por cuanto que la
carnada es mía, y si no es por la carnada, el pescado no
viene al jamo.

Y Oggundá dijo:

– Pero el jamo es mío y fue el jamo quien
cogió el pescado.

El dueño del terreno, que a la sazón
llegaba, dijo:

– El pescado es mío, porque esta laguna es
mía, y como no se ponían de acuerdo, surgió
una discusión entre ellos, se fueron a
cuchillos.

Eso es: CUILANCUI, dice el Lucumí; MALAAMA, dice
el Arará.

Olofi, viendo que entre esos personajes iba a salir algo
malo, cogió el pescado y dijo: que se acabe la tragedia,
la discusión, yo voy a partir la diferencia y dividiendo
el pescado en tres partes, dio a cada uno una parte, por cuanto
que los tres se consideraban con derecho al pescado.

ELLEUNLE OGGUNDA (8-3)

Unle era un Rey muy bueno, pero siempre resulta esto,
que por ser demasiado bueno, la gente abusaba de él hasta
el colmo de que hubo quien quería destronarlo y
éste era Omolocun.

Omolocun le reviró contra él, la mitad del
pueblo y Unle, viendo esta situación, se fue donde estaba
Mofá y éste le marcó rogación que
Unle hizo con Acucó, Oucó y un Asia bien grande
blanca.

Entonces, después, fue y se escondió con
la cabeza de su Ouco en el barco.

Entonces, Omolocun, viendo que tenía la mitad del
pueblo y que Unle no se le veía por ninguna parte, dijo al
pueblo, tenemos que hacer una fiesta para celebrar nuestro
triunfo.

Compraron entonces Ocuaron, un Oúco y
después que ocuaron el Oúco, cogieron la cabeza del
Oúco y la botaron al mar. Acto seguido dieron comienzo a
la fiesta y dado a la fuerte algarabía que formaron a
Olofi le llamo la atención y dijo:

– "¿Qué es lo que pasa que hay tanta
bulla?"

Olofi bajó diciendo:

– "¿Qué es lo que hay
aquí?"

Dijeron bada, que Unle se fue y nosotros estamos
celebrando fiestas para poner a otro, a Omolocun.

Olofi dijo:

– "¿Dónde está el animal que
ustedes sacrificaron para la fiesta?"

Y estos dijeron:

– "Ya lo hemos matado".

¿Dónde está?, replicó Olofi.
Aquí está su carne.

Dijo Olofi, enséñenmelo, y fueron
enseñándole parte, por parte de la carne del chivo
a Olofi.

Aquí está Elese Melli (las dos patas),
dijo Olofi, bien.

Aquí está Acua Melli (las dos manos),
Olofi dijo, está bien.

Aquí esta Ican, Nican, Nigarte, Egueñe o
Aboonu (las dos costillas divididas en cuatro partes), dijo
Olofi, está bien.

Aquí está Guenguere-alla, dijo Olofi,
está bien.

Guenguere oloni, Olofi dijo, está
bien.

Ida Otun, Ida Osi (falda izquierda y derecha), dijo
Olofi, está bien. Adofli, Adofa, Ocan (el bofe, el
hígado y el corazón); dijo Olofi, está
bien.

Allaguala (el collar de la barriga), dijo Olofi,
está bien.

También dijeron ellos, aquí está
Aguoreo (el cuero) y otros.

Dijo Olofi, ¿ya terminaron? Sí
señor, contestaron.

Y Olofi dijo, ¿dónde está la
cabeza?, y ellos dijeron, la botamos. Entonces dijo
Olofi:

– ¿Ustedes vieron un cuerpo que camine sin
cabeza?

Y Unle, que estaba en el barco izó su bandera
blanca, sacando la cabeza que decía:

ILLA MOILLE, ILLA MOILLE, ONA ONI CUA-CUA

Olofi dijo: La cabeza es la que lleva el cuerpo, quiere
decir, que, si ellos no pensaron que esa cabeza, en la hora
inesperada iba a ser reclamada y la botaron, ¿con
qué cabeza iban a gobernar? Y como Unle era la cabeza que
hizo rogación, pues él tenía que seguir
gobernando.

OBBARA OSA (6-9)

Dos personas que les gustaba porfiar, el hijo del
Babalawo y el hijo de la Muerte.

Un día estaban jugando, donde se le hizo tarde al
hijo del Babalawo y éste se acordó que su
papá le había dicho, que fuera antes que saliera la
Luna. Entonces deja irme, antes de que salga la Luna.

– Diciéndole entonces el hijo de la Muerte, no te
apures, ¿no ves que hoy no sale la Luna?

– ¿Cómo no va a salir?, contestó el
hijo del Babalawo, si es Luna Nueva y sale esta noche; y como el
hijo de la Muerte no le contestó, porque efectivamente la
Luna salía esa noche, él quería discutir y
hasta mentiras para discutir, volvió y dijo: – No, yo
jugaré un rato más, porque la Luna no saldrá
hasta el tercer día.

Donde el hijo de la Muerte le dijo: – no seas bobo, la
Luna sale el primer día.

Dijo el hijo del Babalawo: – tú vas a saber
más que mi papá que fue el que me lo
dijo.

Era mentira, entonces el hijo de la muerte dijo,
¿qué te juegas que la Luna no sale hasta el tercer
día? y dijo, la vida, a que la luna sale el tercer
día. Y el hijo de la Muerte dijo: trato hecho.

Entonces, cada uno fue por su camino y cuando el hijo
del Babalawo llegó a su casa, contó a su
papá lo sucedido en la discusión con el hijo de la
Muerte. Entonces el Babalawo le dijo: ¿muchacho qué
tú has hecho? ¿Tú no sabes que la Luna sale
el primer día? Y él le dijo: sí, pero ese
bobo no me puede ganar a mí, porque yo soy el hijo de un
Babalawo. Y el padre le dijo: por la discusión tú
vas a perder la vida.

Entonces el hijo hizo una rogación: Oúco,
Ecu, Ellá, Epó, bastante Epó y le untas al
cuero del Ouco bastante Epó y, todo eso lo mandas a una
loma bien alta y abres el cuero. Así se hizo, entonces un
perro vino a lamer el Epó y pisó el cuero y lo
manchó y cuando la Luna iba a salir ese día, se le
manchó un lado de la cara y ella se avergonzó y no
salió ese día; al otro día asomó la
otra parte de la cara y le pasó igual. Entonces el tercer
día asomó la cara, pero tarde.

Así el hijo del Babalao pudo ganar, gracias a la
rogación que se le hizo. MAFEREFUN ORUNMILA.

OSA UNLE (9-8)

Olofi tenía una hija y fue la muerte Icú y
se enamoró de ella, y éste se lo dijo a Olofi, que
estaba enamorado de su hija. Se la pidió para casarse con
ella, y éste se asombró que la muerte le pidiera la
hija para casarse con ella. Donde Olofi le dijo a éste,
está bien Icú, tú te comprometes a traerme
cien cabezas (estas cien cabezas eran fenómenos del otro
mundo). Y entonces tú podrás casarte con mi
hija.

Pero Icú, que era de pensamiento ligero, dijo
para sí, cien cabezas…, es mejor hacerle una
proposición a Olofi y es para mi ventajoso. Le dijo a
Olofi. ¿Para qué cien cabezas cuando usted sabe que
hay un hombre que vale más esa sola cabeza, que otras cien
cualquiera?

Dijo Olofi, ¿quién? Y contestó
Icú, ese hombre es Iggui (el palo). Entonces, como Olofi
sabía que Iggui era un hombre cumplidor de sus deberes y
hacía las rogaciones sin faltar, que le marcaba Osha.
Olofi accedió a la propuesta de Icú. Icú
salió en busca de Iggui y se encontró con el
carnero (Abbo), le contó a éste su entrevista con
Olofi y díjole al carnero, si tú me ayudas en esto,
yo te aseguro que nunca morirás.

Abbó aceptó y llamó a Oggá
(que así se llama a la soga) y le dijo: Oggá yo
necesito que tú me hagas un favor como amigo; Oggá
como era su íntimo amigo, le dijo, sí, como
no.

Bueno, dijo Abbó, vete a casa de Iggui y como es
nuestro amigo, traélo acá y así, tú
no trabajarás más, porque si logramos
llevárselo a Olofi, estamos salvos. Entonces Oggá
fue a casa de Iggui y cuando llegó ya éste estaba
acostado y Oggá tocó tres veces a su puerta, pero
como Iggui se había hecho rogación y en esa
rogación le advertían que a nadie le abriera la
puerta después que él se acostara. Oggá
tocó e Iggui contestó: – ¿Quién es?
dijo Oggá, – yo tu amigo Oggá, abre Iggui. – Dijo
Iggui, no puedo, ya estoy acostado.

Viendo Oggá que Iggui no abría la puerta,
se fue donde Abbo, éste se encolerizó al saber el
fracaso de Oggá.

Entonces Abbo sabía que Iggui le gustaba el coco
y cogió un coco y fue para la casa de Iggui y tocó
su puerta. Díjole Iggui, ya no puedo abrir, estoy
acostado. Abbo le dijo: – no me abras toda la puerta, para que
veas lo que traigo, mostrándole el coco.

Cuando Iggui abrió un poquito la puerta y
estiró la mano para coger el coco, Abbo lo cogió,
lo tumbó y lo echó en una caja; se la puso a la
cabeza y salió caminando para llevárselo a
Icú.

Pero Oyá, que sabía esto, se
escondió y cuando Iggui venía traído por
Abbo en la caja, mandó al viento y se formó un
remolino que cegó a Abbo. Entonces Oyá
aprovechó y sacó de la caja a Iggui y le
echó nueve manillas en la caja a Abbo. Pasado el remolino,
Abbo siguió. Icú esperaba en un lugar secreto
cuando oyó el silbido del viento, que era éste:
"ERI MODA, MODA, MODA, FITI, GUOO UNNNN".

Icú desapareció, que estaba escondido y
Abbo continuó su viaje hasta donde Olofi.

Pero ya Onibode, el guardián de Olofi, lo
esperaba. Abbo se presentía algo, no quería entrar
y daba pasos para atrás. Fediceñe (que quiere
decir, tercia); Olofi le decía, Guele (que quiere decir
entra), dijo: Abbo Fediceñe, terciaba; viendo Olofi que
Abbo no quería entrar, dijo: Múrele, múrele
gualeo (que quiere decir: apúrense, cójanlo) y los
demás contestaban, Abbo firolo gualo, Abbo
firolo.

Entonces Olofi dijo y maldijo a Abbo, Shangó que
te coma, Egun que te coma.

PERSONAJES DE ESTA HISTORIA:

Icú – la muerte.

Iggui – el palo

Oggá – la soga.

Abbo – el carnero.

ODDI IROSUN (7-4)

Olofi tenía tres hijos, uno se llamaba Achama, el
otro Achamaruma y el más chiquito Elloquile; como los tres
ya eran bastante crecidos y podían trabajar, un día
Olofi llamó a los tres y les dijo: Achama, Achamaruma,
Elloquile, ya ustedes pueden trabajar. Y a cada uno le
entregó un Addá (machete).

Lo único que sabían hacer estos muchachos,
era cortar guano de palma; eran desmochadores. Pero Elloquile,
con su machete hizo Ebbó. Así es que el primer
día que vinieron del trabajo, Elloquile se demoró
porque no tenía machete. El había hecho Ebbó
con su machete, como Mofá le había
indicado.

Al llegar los dos mayores a la casa, Olofi les
preguntó por su hermano chiquito y ellos, como le
tenían envidia, le dijeron: "Tu hijo, el vago ese,
allá lo dejamos durmiendo".

Elloquile llegó después, Olofi lo
interrogó y este, como había hecho Ebbó en
casa de Mofá, temía decirle la verdad a su
papá. Su papá lo regañó.

El segundo día pasó igual; al tercer
día, Olofi buscaba desde hacía tiempo una pluma de
loro que no la había por ninguna parte, entonces, como
Elloquile no tenía machete, arrancaba las pencas de guano
con las manos, se encontró con lo que Olofi estaba
buscando. Ya sus hermanos se habían retirado para su casa,
llegaron y Olofi les preguntó por su hermano menor, y
estos dijeron: "Tú no sabes que ese es un vago;
allá está durmiendo".

En ese mismo momento se presentó Elloquile, que
acababa de llegar y entonces Olofi vio que traía en la
mano un bulto. Elloquile dijo: No papá, yo no soy un vago,
lo que pasó es que el día que nos diste los
machetes, yo fui a casa de Mofá y éste me
registró y me dijo que tenía que hacer Ebbó
con mi Addá. Yo hice tal Ebbó con él y al no
tener Addá, yo tenía que trabajar con mis manos,
arrancaba las pencas de guano con mis propias manos y arrancando
tales pencas de guano, me encontré con lo que tú
buscabas y quieres tener desde hace tiempo.

Esto fue una sorpresa para Olofi, le sirvió de
gran regocijo encontrar lo que hacía mucho tiempo estaba
buscando. Esto era precisamente una virtud para
Elloquile.

Olofi comprendió que los hermanos mayores
envidiaban a Elloquile, agarró a Elloquile por la mano y
le dijo: "sal para la calle y grita con todas tus
fuerzas:

TANI LOBBA, LOGGUO MI ADDA OLOGGUO, ADDA ORICHA

(Que quiere decir: El machete que está en mis
manos fue quien me hizo Rey y este machete era Osha).

IROSO TONTI IROSO (4-4)

Era un tiempo en que el dinero eran caracoles,
había un Aguó, que se llamaba Obé y estaba
muy mal; llegaba el día y por dondequiera que se
metía le salía mal; llegaba la noche y
también mal. Entonces fue donde Mofá y le
salió "Iroso Melli", Maferefún
Shangó.

Mofá le dijo que él era hijo de
Shangó y que padecía del estómago; que
él estaba mal y la muerte lo perseguía.
También le dijo que tenía un amigo que siempre
andaba junto con él como si fueran hermanos y que se
vestían iguales; que no lo hiciera más porque la
muerte estaba buscando a ese amigo y podía tropezarse con
él.

Obé le contestó que sí, que todas
sus cosas estaban mal y Mofá le dijo que tenía que
hacer Ebbó con una lata de Epó, ellá, adiee,
acuco, para Shangó; la ropa que tenía puesta y seis
Esos (frutas) en cada mano. Y que ese Ebbó tenía
que ponerlo donde hubiera un árbol seco, que vaciara la
lata del Epó al pie de ese árbol y que así
encontraría su suerte. Que él tenía que
pasar un susto muy grande y que cuando se asustara, fuera a ver
por qué se había asustado.

Obé no tenía dinero para el Ebbó,
pero cogió todo lo suyo y lo vendió e hizo el
Ebbó y se puso a buscar el palacio en ruinas, hasta que
después de tanto andar lo encontró.

En ese palacio vivió un Rey muy rico que a su
muerte, no se encontró el dinero que tenía.
Miró y vio que detrás del palacio había un
árbol seco, fue y vació la lata de Epó al
pie de ese árbol seco, pero cuando ya estaba acabando, vio
que el palo se mueve y le viene encima.

Salió corriendo muy asustado, pero en eso se
acuerda que Mofá le había dicho que cuando se
asustara, volviera hacia atrás a ver por qué se
había asustado.

Retrocede Obé de nuevo a ese lugar y se
encontró con que debajo del agujero que había hecho
la caída del árbol, había muchísimo
dinero. Se va y se lo dice a Mofá, éste fue y
cogió también.

Fue y se lo dijo a sus amigos, los cuales también
fueron y se hicieron ricos.

Pasó el tiempo y Obé no se ocupaba de
nada, ni de hacer Ebbó, pues en este Oddun hay que estar
haciendo todos los meses Ebbó.

Y como ya él se veía muy rico, se
abandonó. Y en eso le viene la mala suerte y vuelve a
quedar como antes y todos los amigos suyos, en cambio, quedaron
ricos.

Y Obé, se quedó pobre.

Elleunle Tonti
Elleunle (8-8)

Había en un pueblo donde Obbatalá reinaba,
una divergencia entre mayores y menores porque Obbatalá
tenía confiado a los mayores el gobierno y
administración del referido pueblo, por sus experiencias y
prácticas, dado sus edades.

Todo marchaba perfectamente bien, hasta que un
día, los menores se reunieron y acordaron, entre otras
cosas, ir donde Olofi, ya que se consideraban relegados, en todas
las labores y trabajos que se realizaban en el reinado de
Obbatalá; para pedirle a Olofi, que les diesen
participación en todas esas funciones al igual que a los
mayores, porque ellos, sin dejar de ser cierto que eran menores,
pero se consideraban tener tanta capacidad e inteligencia como
los mayores. Y así lo hicieron.

Olofi esperó pacientemente, que acabaran de hacer
sus demandas o peticiones, y después les contestó:
"Hijos míos, es verdad que vosotros teneis bastante
capacidad y talento, pero les falta la práctica de los
mayores. Entonces los menores, le dijeron, que si no
ejercían, cómo iban a tener práctica. Por lo
que Olofi les prometió que ejercerían y
mandó a buscar a Obbatalá y a los mayores.
Explicándoles a estos la causa por la cual los
había mandado a buscar, que no era otra que, para
exponerles la petición que habían hecho los
menores, y como él entendía que ello era de
justicia, sin dejar de comprender la objeción a que se
refería Obbatalá, tocante a que les faltaba la
práctica.

A los mayores no les gustó la postura observada
por los menores ya que ellos siempre los condujeron por un buen
camino, no obstante, como mayores al fin, aceptaron la
petición de los menores, retirándose cada uno a sus
respectivas casas.

Y entonces sucedió, que Olofi tenía que
hacer un nuevo edificio para Obbatalá y les dijo a los
menores, pues bien: ahí tenéis el nuevo palacio que
vais a construir, así como los materiales y todos los
menesteres necesarios para la construcción de dicho
palacio; podéis empezar cuando queráis. Y los
menores, rebosados de alegría y satisfacción,
dieron comienzo a la obra, terminándola en poco tiempo. No
se podía negar que era una obra preciosa,
magnífica, regia en construcción; en fin, no le
faltaba nada.

Los menores, jóvenes arquitectos,
albañiles, mecánicos, carpinteros, etc., muy
contentos y satisfechos, le entregaron el palacio a Olofi y a su
vez le dijeron, "ya usted ve cómo teníamos
razón cuando le decíamos a usted que
podíamos hacer todo lo que hacían los mayores".
Olofi les respondió: "Está bien, hijos míos,
todo está muy bien, a simple vista. Ahora esperemos que
llueva para poder complementar vuestro éxito".

Y sucedió, que varios días después
llovió y todo el palacio se mojó. Entonces Olofi
mandó a buscar a los menores y les dijo, que todo el
palacio se había mojado. Entonces los menores arrancaron
todas las lozas de la azoteca y las volvieron a colocar por
segunda vez. A los pocos días llovió otra vez y el
palacio se volvió a mojar.

Olofi volvió a mandar a buscar a los menores y
les replicó que nuevamente el palacio se había
mojado. Entonces los menores quisieron otra vez levantar las
lozas y Olofi les dijo: "Esperad, por cuanto ustedes no saben el
motivo por el cual se moja el palacio". Y entonces Olofi
mandó a llamar a los mayores, que vinieron en
compañía de Obbatalá; explicándoles
el motivo por el cual los había mandado a llamar y al
mismo tiempo les pidió que averiguaran qué
ocurría que el palacio se mojaba cada vez que
llovía.

Todos partieron hacia el palacio y cuando llegaron a la
azotea, pudieron observar que las lozas tenían un gran
parecido tanto en la parte superior como en la inferior y que
todas, estaban mal colocadas, al revés. Los mayores
notaron la diferencia, pero no dijeron nada a Olofi, sólo
le dijeron que, si los menores se creían capacitados para
hacer la obra solos, ahora pedían que los dejaran actuar
solos a ellos. No obstante podían, si así lo
querían, quedarse los menores para que vieran cómo
ellos lo hacían. Los menores aceptaron y vieron como nada
más era una simpleza lo que había que hacer en la
azotea; las lozas estaban puestas al revés y no les
quedó más remedio que aceptar su
derrota.

Entonces Olofi sentenció: "Desde hoy en adelante,
hasta después de la muerte, necesitarán de los
mayores".

Pues bien, hasta hoy en día, usted puede
comprobar que sus mayores les hacen falta en el Itutu y
después del Itutu para refrescar los santos que se
quedan.

Ahora bien: Babbá Elliobe o séase Elleunle
Melli (8-8); Elló ya usted sabe que significa: tragedia,
dificultad, decepciones, pasar trabajo. Uón o un,
preposición; le, abreviativo de llé: casa. Y lo que
significa el vocablo Elleunle Melli: Dos Babbá (personas);
Elli: problema, acción y Obé: cortar.

Babbá Elliobe: Persona que corta los problemas y
acciones de esta vida, siempre que esto se derive de tragedia,
lucha, posesión y todo lo que tenga alguna
significación en esta vida.

Y por eso, la palabra Otonú es empleada muchas
veces en Unle, porque Oto significa acabar, Onú el
más allá. Al emplear este vocablo, está
significando que todo resultará con calma, con asiento, es
la palabra Otonú que muchas veces se le califica a Unle.
Otonú significa tronchar o cortar lo que viene del
más allá. A Unle Melli o Babbá Elliobe,
también se le puede dar el calificativo de Oggüe
Unle, porque Oggüe quiere decir acompañar. La palabra
Oggüe no importa que sean Elleunle Melli, para poder emplear
en Unle, por ejemplo: Oggüe bara ya usted está
diciendo Unle bara y así sucesivamente con todos los Unle
acompañados de otra letra.

Ahora bien, el que está registrando a una persona
y le salga Elleunle, tiene que tener en cuenta que Elleunle es
cabeza, por lo que hay que aconsejar calma y paciencia teniendo
en cuenta que esta cabeza tiene más pronto el
Ellilá que el Obbara y cualquiera otra letra menor porque
de ella se deriva y aquí tenemos el caso: Elleunle Obbara,
ahí habla Shangó a pesar de estar Elleunle delante,
por lo que usted puede comprobar que Elleunle le da fuerza a
Obbara para llevarlo a Ellí.

Ellí es derivado de Allee, que significa mundo.
Entonces Elleunle acompañado de cualquiera otra letra, hay
que tener en cuenta la potencialidad de este Oddun de cabeza, el
efecto que esta letra puede surtir lo mismo con Iré que
con Osobo.

Y si nos fijamos un poco, podemos ver a la persona que
le acompañe este Oddu, antes de llegar a la meta de su
vida, que la mayoría de las veces, es muy larga, por
cierto, cuántos trabajos, dolores, sacrificios y
penalidades, desengaños, no pasa en este mundo; pero en
cambio aunque sea en las postrimerías de su vida, Olofi le
concede un rasgo de felicidad como casa, familia, haciendas o
propiedades, etc.

Debo advertirle, que Elleunle Melli es el único
Oddun que puede acompañar a cualquier Osha que se haga,
por ejemplo: Si usted hace Elegguá, Oggún, Oshosi,
Inle, Orishaoko, Oyá, Oshún, Yemayá,
Shangó y Aggallú, saliendo (8-8) lo mismo en
Elegguá que en el Santo que se haya hecho, está
correcto porque Elleunle es cabeza y responde a una firmeza y
estabilidad de lo que se haya hecho.

Es aconsejable también a los Aleyos e Iworos, que
le salga Elleunle Melli, de cuidarse por todos los medios de la
separación de un ser querido, ya sea familia, esposo o
amigo: advirtiéndole que deben usar bien la cabeza a
menudo.

Hay Iworos que cuando sus ahijados traen esa letra le
temen a esa cabeza, sin reconocer que aquí cada cual tiene
que cumplir su destino, porque hay padre que es limpiabotas y su
hijo puede llegar a ser un alto personaje.

IROSO FUN (4-10)

Este es un hombre que era muy aficionado a la caza,
desde la niñez, por lo que no podía dejar de cazar
todos los días. Pero viendo Obbatalá que se estaban
acabando los pájaros, puesto que ya cazaba por gusto, fue
a la casa de ese individuo, que se llamaba Oshosi y le dijo: "Yo
no quiero que caces más por ahora, así es que dame
tu flecha para estar seguro que tú no vas a cazar
más", y se la llevo.

Pero el joven no podía estar sin cazar y se fue a
casa de un amigo y le dijo: "Estoy triste porque no tengo flecha,
la que tenía Obbatalá me la quitó". Y el
amigo le contestó: "Chico, yo tengo una flecha que dispara
sola, te la voy a prestar". Tú te pones en medio de la
selva y ella dispara sola, y así lo hizo, desobedeciendo a
Obbatalá. Pero resultó que cuando puso la flecha,
lo hizo en dirección de la ciudad y cuando se
disparó, fue a caer en medio de la plaza del mercado, en
el momento que su misma madre estaba de compras, y la mató
con su misma flecha por desobediente.

BARACOLLI Y ELLIGUEI (2-4)

Eran dos amigos que siempre estaban juntos, en la risa y
en el llanto, o sea, en la fiesta y en los momentos duros que
tiene el hombre en la vida.

Baracolli era un hombre práctico, un poco recto
en sus asuntos, jamás se preocupaba o se fijaba en los
asuntos ajenos; la envidia y el orgullo para él era algo
repugnante. En fin, la modestia era su personificación. En
cambio Elliquei, era todo lo contrario a su amigo, un hombre mal
humorado, pendenciero y egoísta, inconforme e
inmodesto.

Un día hablaban Baracolli y Elleguei, de la mala
situación que venían atravesando y parece cosa del
destino que los dos hombres no tenían más que diez
centavos cada uno en sus respectivos bolsillos y fue entonces que
a Baracolli se le ocurrió decirle a su amigo Elliguei que
tenía una idea y le preguntó a Elliguei que
cúal luminosa idea era esa, y Baracolli le dijo: hacer
Ebbó con el dinero que nos queda, tal vez, así
Olofi nos ayude, a lo que contestó Elliguei que a todo le
ponía obstáculo, pretexto, no chico porque
Mofá con diez centavos no me va a hacer Ebó y
Baracolli le dijo, probemos Elliguei, quién
sabe.

Elliguei dijo, bueno, hazlo tú, que yo
compraré algo de comer, pues tengo mucha hambre y
así lo hizo, compró cinco centavos de bollitos y se
los comió.

Baracolli se fue a casa de Mofá y habló
con él, y éste le dijo después de
oírlo, "sí te ayudaré Colli", y Colli hizo
Ebbó. Mofá le advirtió que tenía que
abandonar el pueblo para encontrar su bien, así lo hizo
Baracolli, inmediatamente salió sin rumbo fijo.
Mofá, cuando Baracolli salía, lo llamó y le
dio cinco centavos, y le dijo: para que tengas algo para el
camino y Baracolli salió despidiéndose de
Mofá que le echó la bendición (Omaré
omó, qui Oloddumare, ogueo, qui bogüo ocha
agüeo), y con estas palabras de Mofá salió
Baracolli sin saber dónde ir: anduvo todo el día y
parte de la noche y llegó a un lugar muy pintoresco, por
obra de la naturaleza, ya que el mismo se encontraba en una faja
de tierra, que por ambos lados había agua, de un lado el
río y del otro el mar.

Y como Baracolli estaba cansado y sediento, cogió
su sombrero para coger agua del río y beber, y cuando se
agachaba para hacerlo, se le caen en el agua los cinco centavos
que Mofá le dio para el camino.

Baracolli tomó el agua y cuando acabó de
tomar, dijo, se me cayeron los cinco centavos al río, pero
gracias a Dios y a los Santos que llegué a este lugar tan
divino para beber un poco de agua y descansar un rato. Y
Baracolli se durmió en ese lugar y soñó que
lo tiraban de los pies, lo echaban al mar e infinidad de
molestias que perturbaban su sueño.

Al romper el alba, Baracolli despertó, estaba
contento por haber descansado y fue cuando vio venir hacia
él a una vieja desgreñada, harapienta y cuando la
vieja se detuvo junto a él, le dijo: Buenos días,
señora. Y la vieja le contestó sonriéndole,
¿cómo estás hijo, dormiste bien? Baracolli
le contestó: perfectamente bien.

Entonces la vieja le preguntó: ¿No te
molestó nadie en este lugar tan solitario? El le dijo que
no. Entonces la vieja le dijo: Bueno hijo, yo voy a ayudarte:
¿Tú ves aquella mata de güiras que está
allí? Tú coges tres güiritas, la más
grande, cuando te vayas a ir las tiras y no miras para
atrás; la otra, cuando tú estés entrando en
el pueblo que encuentres y la última, en el lugar que
tú vayas a parar. Así lo hizo Baracolli y el
resultado fue que cuando tiró la última güira,
contenía una fortuna con gran asombro y admiración
para Baracolli. Recogió su fortuna y no tardó mucho
tiempo en hacerse uno de los hombres más grandes en nombre
y fortuna de esos contornos.

Pasado algún tiempo, Baracolli fue de paseo al
pueblo de donde él había salido pobre y con cinco
centavos en los bolsillos; llevó grandes regalos a
Mofá y procuró encontrar a su viejo amigo Elliguei
y lo encontró. Se abrazaron estos viejos amigos muy
contentos y comieron juntos. Elliguei le contó a su amigo
que él seguía igual de situación, entonces
Baracolli le contó la odisea a su amigo y le dijo que todo
se lo debía al Ebbó que había hecho;
ofreciéndole dinero y este lo rechazó por su
orgullo y envidia.

Queriendo imitar a Baracolli, le pidió diez
centavos y fue a casa de Mofá para hacerse Ebbó con
cinco centavos, y cuando éste le dijo que con cinco
centavos no se podía hacer un Ebbó, que él
tenía que pagar $4.20 por su Ebbó, él le
contestó a Mofá que si él tuviera $4.20 no
se hubiera gastado el trabajo de llegar hasta allí. Y acto
seguido se retiraba de la casa de Mofá sin despedirse
siquiera, y salió por el camino que le contara su buen
amigo Baracolli, llegó al lugar indicado por Baracolli
donde le hablara del río, el mar y la vieja y vio
también la mata de güira. Por todo esto que vio, se
dio cuenta que su amigo no lo había engañado y
entonces dijo, tengo sed y se agachó para beber el agua al
río y se acostó a dormir; diciendo antes, bueno,
vamos a ver cuándo llega la vieja hechicera. Se
durmió y los fenómenos no lo dejaron dormir, y
cuando despertó, al romper el alba, al poco rato
venía la vieja y cuando la vio, dijo, ahí viene la
hechicera.

Cuando la vieja llegó, ésta lo
saludó y él le contestó entre dientes. Hecho
esto, la vieja se dio cuenta inmediatamente, pero no dijo nada, y
le pregunto: Hijo mío, ¿qué te trae por
aquí? Elliguei le contestó: A usted qué le
importa. La vieja le dijo: Hijo, yo quiero ayudarte. Este
respondió: Pues ayúdame si me vas a ayudar y no
esté dando tanta conversación. La vieja dijo, bueno
hijo, ¿tú ves aquella mata de güira que
está allí? Cuando te vayas coges tres
güiritas, la grande la botas aquí, la tiras para
atrás y no mires a dónde cae; la mediana la tiras
cuando tú estés entrando en el pueblo y la
más chica la tiras cuando tú llegues a tu casa. Y
la vieja se retiró.

Acto seguido Elliguei salió y cogió las
tres güiritas, y en vez de hacer lo que la vieja le
indicó, hizo lo contrario y dijo: Esta se cree que yo soy
bobo. Voy a botar la más grande… Y botó la
más chiquita. A la entrada del pueblo botó la
mediana y cuando llegó a su casa, tiró la
güira más grande, saliendo de ésta una
serpiente que se le tiró al cuello y lo
mató.

En este Oddun hablan también los muertos; si no
tiene los Belli y Olocun, tiene que cogerlos. Si los tiene,
Maferefún Belli, Maferefún Olocun. Tiene que darle
comida y fiesta a los Bellis y comida al mar y al río. Y
para su suerte, si no tiene Ozaín,
búsquelo.

EL TIGRE Y EL GATO (3-7)

El tigre y el gato vivían juntos, en completa
armonía dentro de la casa; hasta un día que,
tratando cada uno de quedarse dueño de la casa, fueron
cada uno por su lado a mirarse. Y como los dos pretendían
lo mismo, les salió la misma rogación, que era, un
ratón y un pedazo de carne de venado. Salió cada
uno a buscar lo antes dicho, pero que el gato se puso de acuerdo
con Elegguá, y el tigre confiado de su fuerza y su valor,
se metió en el monte con la seguridad de que
cogería un venado entero.

El gato quería aunque fuera un pedazo y
Elegguá se encaramó encima de una mata, con una
gran piedra y cuando el tigre mató al venado, dejó
caer la piedra y lo derrengó. Entonces bajó y
ayudó al gato a sacarle un pernil al venado, y así
el gato pudo hacer la rogación.

Desde entonces el gato vive tranquilo, recibiendo las
caricias de su amo, mientras que el tigre tiene que seguir
buscándose por el monte la comida.

¿POR QUÉ SE MATA EL GALLO?
(3-3)

(De una discusión surgida entre tres personas,
se pierde una)

Era en la época que Elegguá y Oggún
andaban separados y no se llevaban bien; por tanto, Olofi no les
tenía confianza y siempre lo dejaban dormido.
Dándose cuenta de eso el Gallo, pensó que con su
voz podría ganarse la confianza de Olofi, como así
sucedió, y siempre alerta el Gallo, cada vez que llegaba
una hora cantaba, y así Olofi se despertaba.

Olofi se fijó en eso y le dio toda la confianza
al Gallo que, no tardó en hacer alardes de esa confianza.
Todos los días se paseaba por todos los rincones del
palacio y sabía todas las cosas que había en el
mismo.

Oggún, que le tenía odio al Gallo, le dijo
un día a Elegguá, para captarse la simpatía
de éste: – Oye, Elegguá, ¿tú sabes lo
que me dijo el Gallo?; que Olofi no era serio, que hacía y
deshacía con la virgen, allá adentro del cuarto y
que cuando salía se hacía el serio.

Tan pronto Oggún le dijo esto a Elegguá,
éste fue corriendo donde estaba Olofi y le dijo: – Olofi,
Oggún dice que el Gallo le dijo que, usted no era serio,
que nada más que hacía y deshacía con la
virgen, allá arriba en el aposento.

Como Elegguá había visto una momia que
Olofi tenía detrás del armario, él se
preparó para cuando comenzara el careo entre el Gallo y
Oggún.

Inmediatamente, Olofi llamó al Gallo y a
Oggún y le preguntó a éste: ¿Es
cierto que el Gallo dijo lo que acaba de manifestarme
Elegguá, que yo no soy serio y que hacía y
deshacía con la virgen en el aposento? – Sí, es
cierto, que el Gallo me lo dijo.

Entonces Olofi le preguntó al Gallo, si era
verdad lo que decía Oggún.

El Gallo negó los cargos que se le hacían
y a su vez acusó a Elegguá y a Oggún de
pendencieros y revolucionarios. Entonces, Elegguá le dijo:
– Bueno Olofi, usted sabe que nosotros no entramos al palacio y
en cambio el Gallo sí lo hace. Nosotros no podemos saber
que usted tiene detrás del armario una mujer desnuda
escondida.

Olofi al oír esta aclaración de
Elegguá, se estremeció ya que no era verdad que
detrás del armario hubiera una mujer desnuda alguna. Pero
sí era cierto que guardaba detrás del armario una
momia, nuestro origen.

Esto lo vio Elegguá en un descuido del Gallo y
fue lo suficiente para pensar en la forma que iba a traicionar al
Gallo.

Entonces Olofi, entendiendo que ni Elegguá, ni
Oggún nunca habían pasado por donde estaba la
momia, inmediatamente Olofi dijo:

– Bueno Acucó, por andar en
compañía de dos personas, desde hoy en lo sucesivo,
tú serás comida y alimento de los otros.
Ocuá Oggún comanselo.

Y desde entonces, desde ese momento, Oggún y
Elegguá andan y comen juntos hasta el sol de nuestros
días.

Sin embargo, el Gallo hasta el día de hoy, cuando
ve a otro Gallo, quiere fajarse porque desde aquel día,
siempre hubiera deseado andar solo; cosa ésta que no puede
ser, porque si anduviera solo no fuera Oggundá.

LA HIJA DE OLOFI

IROSO FUN (4-10)

Había una vez un Rey que tenía a su hija
gravemente enferma.

Era única hija y llamó a todos los mejores
médicos, a los hechiceros y adivinos más famosos de
su reino para curar a su hija. Y ninguno de estos sabios y
adivinadores dieron con la enfermedad de su hija.

Ya no tenía esperanza de salvarla, y el Rey
estaba muy triste y disgustado; cuando ocurrió que un
día, el Rey estaba sentado en su habitación
llorando, entró el lacayo del Rey y le preguntó
qué le ocurría, aunque éste ya lo
sabía. Le contestó que ya su hija no tenía
salvación.

El pobre Omo-odo le dijo, que si él se lo
permitía le iba a dar indicación de un curandero
que él conocía, que tal vez le curaría a su
hija. El Rey pensó que su hija ya no tenía
salvación, pero que mientras tenía vida,
había que hacer por ella, y le contestó al Omo-odo:
– Acepto, pero con una condición, que si mi hija no se
cura con los remedios que el curandero le recomiende, lo
mataré a él y a ti. Porque yo no puedo creer, que
si todos los sabios del mundo no han podido ni siquiera
diagnosticar la enfermedad que padece mi hija, cómo es
posible que un simple curandero vaya a lograr tal
milagro.

– Pues bien, tráelo.

Y Omo-oddo fue en busca del curandero, y lo trajo,
haciéndole saber todo lo que el Rey le había
advertido, y a pesar de todo eso, el curandero fue donde estaba
el Rey y éste le hizo la misma advertencia, al igual que a
Omo-oddo.

El curandero oyó la advertencia del Rey y le
contestó: – Yo salvaré a su hija de la muerte
haciéndole Ebbó, pero es con la camisa del hombre
más feliz que existe en su reino.

Con eso me basta, y le repitió: – con la camisa
del hombre más feliz que exista en su reino.

Y el Rey aceptó. El Rey puso en movimiento a todo
el poder del reino, y sucedió que ni entre los ricos, ni
entre los pobres de los pueblos de su reinado, se encontraba una
persona feliz. Porque el que tenía dinero o joyas, le
sucedía esto y lo otro, y los pobres eran incontables y
padecían de mil calamidades.

Y no encontrando en ninguno de los pueblos de su reino a
este singular hombre, salieron para los bosques y montes. Ya en
estos lugares, agotados y cansados, vieron a un hombre con un
taparrabo y sin más ropas puestas, que brincaba y saltaba
muy contento y alegre.

Entonces todos se le acercaron y le preguntaron si
él era feliz, y él contestó alegre y
sonriente: Claro que lo soy, ¿no me ven qué feliz
soy?

Inmediatamente apresaron al hombre y lo llevaron ante la
presencia del Rey, su corte y todos los habitantes del pueblo,
los sabios, los médicos que atendían en la
enfermedad a la hija del Rey. Cuando todos estuvieron reunidos,
trajeron al curandero y también a los verdugos que
matarían al curandero si fracasaba en su
empeño.

Entonces el Rey le dijo: – Ahí tienes al hombre
más feliz que hay en el reino, ahora mi hija se
curará. Y el curandero miró al hombre y vio que no
tenía camisa, y le dijo al Rey: – Recuerde que yo le dije,
que el Ebbó había que hacerlo con la camisa del
hombre más feliz, y este hombre no tiene
camisa.

La hija del Rey murió y el Rey no pudo matar a
nadie, pues el curandero pedía la camisa para el
Ebbó, que el hombre más feliz no
tenía.

Historia de Oggun
Y Oshosi (4-3)

Oggún, a pesar de manejar bien el machete, le
costaba mucho trabajo conseguir su comida, porque veía un
venado y empezaba rápidamente a cortar las malezas del
bosque para llegar a él y el ruido y el tiempo que
demoraba hacían que su presa se le fuera y se lamentaba
que nunca lograba cazar.

Igualmente le sucedía a Oshosi, que era un gran
cazador y tirador de fechas que lograba dar muerte al venado,
pero en cambio no podía ir a cogerlo dentro de las malezas
del monte.

Entre tanto, Eshú le decía a Oggún,
que había otro más poderoso que él e
igualmente le decía a Oshosi. Estando ambos intrigados y
enemistados, a pesar de no conocerse. Pero Oggún se
decidió a ir a ver a Motá y éste le
mandó a hacer Ebbó. Y a Oshosi lo mismo. Ambos
hicieron su limpieza y fueron a ponerla en el camino.

Oggún puso el suyo al pie de una mata y
siguió su camino hasta otra mata y allí se
sentó. Oshosi, sin ver a Oggún, dejó su
Ebbó y fue a tropezar con Oggún; lo cual fue motivo
para que tuvieran una discusión. Oshosi le dio una
satisfacción y entablaron una conversación sobre la
mala situación. Donde ambos se lamentaban que teniendo
comida no la podían alcanzar.

En eso Oshosi vio un venado a lo lejos, sacó su
flecha e hizo blanco, y le dijo a Oggún: – Usted ve, ahora
no puedo cogerlo, y Oggún contestó: – espera un
momento. Y con su machete abrió un trillo y llegó
donde estaba el venado y lo compartieron.

Desde entonces, ambos convinieron en que era necesario
ser él uno para el otro, pues ellos separados no eran
nadie. Por lo que se unieron para siempre haciendo el pacto en
casa de Motá.

Por esa causa son inseparables.

IROSO UNLE (4-8)

Había en un lugar un hombre, ya entrado en edad,
que era el único en aquella comarca que sabía hacer
zapatos, ya que en aquellos tiempos todo el mundo andaba
descalzo.

Hizo un par de zapatos para él y otro para sus
familiares, los cuales les gustaron mucho. Todos los vecinos de
aquel pueblo quisieron hacer zapatos, y fue tanto el trabajo que
tenía que hacer aquel hombre, que tuvo que emplear a un
muchacho para que lo ayudara.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter