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La trascendencia humana y la sociedad perfecta (página 4)




Enviado por Rodolfo Plata Coria



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Desde luego que por economía procesal podríamos iniciar la revisión del diferendo pontificio abordando la cuestión judía sin preámbulo alguno __es decir revisar a la luz de los hechos historicos, la conducta de Israel entre las naciones cristianas, para saber "si o no" ha habido un cambio de conducta que abrogue o rectifique las causales de la sentencia culposa dictada por Cristo en su diatriba contra el puritanismo hipócrita de los sacerdotes y escribas de la Sinagoga __ pero se trata de ir sustanciando la litis a medida que se debate el asunto relacionado con la sociedad perfecta boycoteada por el judaismo. Iniciando por expresar los agravios que no solo justifican sino que exigen el juicio crítico al profetismo judío y al judaísmo actual, a causa del severo daño moral a los creyentes, la sociedad y el Estado. Utilizando escenarios que sirvan de base a las consideraciones previas sobre la procedencia o no procedencia de la revisión del ad quem recurrido por Su Excelencia Juan Pablo II al opinar que los judíos son nuestros hermanos mayores en la fe, a fin de judaizar el cristianismo abrogando sutilmente la sentencia culposa dictada por Cristo señalando como reos de pena eterna a los seguidores de la doctrina y ejemplo de Israel. En razón a que es imposible alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta en ausencia de verdaderos valores espirituales, sustituyéndolos por los convencionalismos de lo que es sagrado para Israel. Enfatizando rotundamente que no se trata de un ataque insensato contra Cristo, la Iglesia o el cristianismo; sino de una disertación multidisciplinaria insertada en el dialogo paradigmático que se da entre "la fe y la razón" iniciado por San Pablo en el Areópago cuando fue a evangelizar a los helénicos. Retomando el debate entre "la fe y la razón" desde un punto histórico, lo mas cercano posible, que nos permita retroceder o avanzar según se necesite. Pretendiendo trasladar al presente la pasión del debate que a mediados del siglo IXX se daba entre hegelianos y neo hegelianos a causa del preámbulo original de la Ideología Alemana,{escrito en 1845 por Frederich Hegel y Karls Marx, donde se exponían las tesis fundamentales de la dialéctica hegeliana, el materialismo histórico, la filosofía de Feuerbach, el individualismo de Stirner, etc.}; lo cual causo gran conmoción en una Alemania donde el asunto religioso originó posiciones encontradas entre los interlocutores del debate que se dio entre hegelianos y neo hegelianos, tomando la religión como punto de partida, tal como se muestra en la historia y en la teología, con el fin de actualizar el helenismo cristiano.

Proemio:

  • "Las falsas certezas sobre Dios y su relación con los hombres, expresados en el Antiguo Testamento o Libro de Israel, son la base de los valores y derechos que aducen tener y defender imperios y potentados, en nombre de la cual sin escrúpulo alguno despojan y someten pueblos y naciones.

  • El proceso fantástico que se dan en la mente indoctrinada en fundamentalismos socioeconómicos o religiosos aberrantes, materializa demiurgos que exigen pleitesía y demonios que la atormentan, dando lugar a transformaciones y conductas horrendas entre sus seguidores.

  • ¡Liberemos a los hombres de los demiurgos y demonios que los agobian, cortando los eslabones de la ignorancia y la superstición que los enajena y esclaviza, sembrando valores trascendentales que cuadren con la esencia del hombre y desarrollen el espíritu critico, a fin de que disuelvan posiciones intransigentes y egoístas, fruto de los errores de la fe, que propician el abuso de las prerrogativas ciudadanas que dan derecho a ser egoístas!

  • El resultado anhelado de la aplicación del pensamiento crítico a las ideas prevalecientes, es la auto liberación; ya que los hombres que no perciben lo que son, ni lo que pueden llegar a ser, ni hasta donde llegan sus derechos y su libertad, dan por ciertas falsas creencias sobre Dios y su relación con los hombres, ajustando su vida y sus actos a las fantasías que les han inculcado los representantes de las organizaciones religiosas tendenciosas y los organismos neoliberales para mantenerlos confundidos y apartados de la realidad, y así someterlos sin que se den cuenta.

  • ¡Cristo látigo en mano desalojó del templo a los mercaderes, nosotros desalojaremos de las Iglesias y organizaciones religiosas a los fideístas renuentes a corregir el error fundamental que tanto daño hace a los creyentes, fincando responsabilidades a los envenenadores de almas!

Es lógico y conveniente que el análisis crítico que nos proponemos siga las huellas de los grandes pensadores que nos precedieron como interlocutores en el dialogo entre la fe y la razón, __ retomando como punto de partida la crítica a el cristianismo escrita por Erasmo de Rótterdam en El Elogio a la Locura cuya vida ejemplar y erudición indiscutible avalan su afirmación de que el cristianismo es el reino de la estulticia__ y fijando como meta el anhelo y reclamo de una sociedad perfecta esbozada por Tomas Moro en Utopía. Problemáticas que orientan el pensamiento crítico greco romano cristiano y, que siguen siendo actuales porque no se han trascendido. Por ello han sido abordadas por insignes pensadores que han ido enriqueciendo las ciencias humanas con una gama infinita de información y conocimientos aportados por cada generación de pensadores, desde los académicos del renacimiento italiano: [Francisco Petrarca y Poggio Bracciolini]; los post renacentistas: [Bacon, Copérnico, Erasmo, Fisher, Francis, Galileo, Grocyn, Hobbes Linacre, Montaigne, Moro, Paracelso, Server, Versalio, etc.]; los autores de la Ilustración: [Comte, Goethe, Gottlieb, Hegel Montesquieu, Russeau, Schelling, Schiller, Shopenhauer, Voltaire, etc.]; los precursores de la filosofía moderna: [George Berkeley, Rene Descartes, Emmanuel Kant: Herder, Leibnis, Locke, Malembrache, Spencer, Spinoza, Theilhad de Chardin, etc.]; los seguidores de las escuelas neotomistas de Lovaina [Balmes, Filayson Mercier, Maritain, Wilson]; los seguidores de la corriente vitalista seguida [Henri Bergson, Wilhelm Dilthey, David Hume, S沥n Kikergaad, etc.]; los seguidores de la escuela fenomenológica: [Martín Heidegger, Edmund Hursserl. Max Scheler]; los planteamientos del pensamiento crítico de Nikolai Hartman, Karl Marx, Fiedrich Nietzsche; la Ontología fenomenológica de Jean Paul Sastre; y las respuestas de la psicología expuestas por Adler, Freud, Jung; los planteamientos del desarrollo humano y de la psicoterapia expuestos por [Frankl, Fromm, Lefebvre, Lemercier, Maeder, Poner, Roger, Tourrier, Szondi,], etc.; cuyas obras se esbozarán sucintamente en el tercer capitulo como fundamento de la teoría de la trascendencia humana enraizada en la filosofía helénica de donde se extrajeron las ideas que estructuran el pensamiento existencial cristiano en un esfuerzo colegiado por abatir la ignorancia que es causa de la estulticia generalizada. La perpetuidad de esfuerzo colegiado es la mejor prueba de no se trata de una campaña personal que se emprenda buscando beneficios mezquinos tratando de perpetuar o arrebatar el poder o la riqueza al clero romano o luterano o despojarlos de su misión evangelizadora sino de una campaña de liberación para desatar al pueblo cristiano de las mordazas religiosas que nos mantienen atados a una moral de esclavos. Los opositores no son solo los esclavistas sino los propios cristianos acostumbrados a la esclavitud.

Abordaremos nuestra crítica expresando por boca de Friedrich Nietzsche los agravios o daño moral al Estado, la Iglesia, la sociedad y los creyentes, que fundamentan la crítica al judeo cristianismo anclados en el pensamiento de Hegel, Nietzsche, Max y Sastre para de este puerto partir hacia nuevos horizontes. Así como la filosofía helénica había alimentado el pensamiento escolástico, y este a su vez alimentó el pensamiento de René Descartes, Leibniz y Kant; el idealismo metafísico de Hegel alcanzó un fuerte impacto en la filosofía existencialista de fines siglo XIX y principios del XX, [Habermas: Aclaraciones a la ética del discurso, Heidegger: Ser, verdad y fundamento], dividiéndose en hegelianos de izquierda y derecha. Desde un punto de vista teológico y político los hegelianos de derecha siguieron una interpretación conservadora, subrayando la compatibilidad entre la filosofía Hegeliana y el cristianismo. Desde esta perspectiva el problema medular del asunto religioso, es el logro de la sociedad perfecta que planteara Cristo, a partir de lo cual, ante un planteamiento ético, jurídico, moral o político, los conservadores trataban de explicarlo teológicamente reduciéndolo a una categoría hegeliana pura. Situando la discusión en el plano metafísico para esclarecer primero la sustancia y la forma de la idea religiosa, fruto de la comprensión de las ideas que unen a Dios y los hombres, para después pasar a los asuntos mundanos. Entre los conservadores se destacaron: Benedetto Croce, S沥n Kierkegaard, Francis Herbert Bradley, Josiah Royce __La sentencia de Cristo condenando la opresión del pueblo por los potentados, aduciendo derecho divino, orientó a los hegelianos de izquierda hacia el comunismo, adoptando en el plano político posturas revolucionarias. En este grupo figuraron Ludwig Feuerbach, Bruno Bauer, Friedrich Engels y Karl Marx. El pensamiento de estos dos últimos estuvo muy influido por la idea hegeliana de que la historia se rige por un proceso dialéctico, sustituyendo el idealismo filosófico por el materialismo, pasaron a discutir las cuestiones sobre las que se finca el derecho que aducen tener y defender imperios y potentados para someter a los pueblos y naciones, abordando la discusión desde el punto de vista práctico designado las categorías hegelianas con nombres profanos. Debido a que el universo de ideas y la sociedad son un todo interrelacionando, relacionaron la esfera religiosa con las esferas del pensamiento secular, pasando de las ideas a los hechos y de los hechos a las ideas que el pensamiento únicamente puede abstraer como punto de partida de los planteamientos cuyas respuestas o explicaciones hipotéticas permiten la comprobación científica. Y a causa de las implicaciones sociales del asunto religioso, pudieron pasar de la religión a la sociología de la religión, transformando la crítica teológica en crítica secular; lo cual permitió a los críticos libre pensadores abordar los asuntos desde el punto de vista interdisciplinario, a fin de aterrizar los planteamientos metafísicos y las explicaciones teológicas en la realidad conformada por individuos, hechos, fenómenos y problemáticas reales, que permiten considerar al Estado como entidad real supra individual, fundada en el derecho natural y los derechos de hombre, con el fin de canalizar sus sinergias a complementar y trascender al hombre.

Nietzsche abordó los temas que han preocupado a otros pensadores, sin embargo frente a su crítica aparentemente anti cristiana, uno mismo se plantea una pregunta decisiva: ¿De dónde le viene esa hostilidad, y qué es lo que la incita? ¿Cuáles son los móviles, derivados de una determinada concepción crítica del mundo, que impulsaron a Nietzsche a rebelarse contra el cristianismo, y que se persigue con ese combate? La posición intransigente que Nietzsche asumió contra el judeo cristianismo, en virtud de cargos de conciencia cristiano helenistas, viene a ser representativa de todo un proceso histórico que coloca la cuestión judía en el centro de la polémica. Los acontecimientos históricos que giran en torno a la cuestión judía a lo largo de dos milenios, han alcanzado un punto que para el alma del hombre, para la verdad de sus juicios de valor y para la esencia misma de la condición humana, significa a la vez el colmo del riesgo y la más alta posibilidad. Paradójicamente es la moralidad misma la que se vuelve contra la forma que asumió hasta ahora el cristianismo. Lo cual hace evidente que la cáustica crítica de Nietzsche contra el cristianismo, no tenia por objeto destruirlo sino trascenderlo. Y su estilo crítico se transformó en demoledor y radical, porque que cuando nuestro suelo esta a punto de derrumbarse, es mejor empujarlo para evitar una catástrofe mayor. Ya que mas fácil y útil demoler para reconstruir que apuntalar lo insostenible; pero no criticó la teología, porque su misión fue mover conciencias para que sus predecesores se encargaran de criticar el profetismo judío al reiniciarse nuevamente el combate contra el cristianismo por el cristianismo, más radical y conciente que ningún otro debido a que esta por concluir la batalla final que significará la derrota o la victoria total de la Iglesia, el Estado y la sociedad cristiana en su lucha contra el imperialismo supremaciíta judío. La disyuntiva a seguir __es combatir o ignorar a Nietzsche__ porque el afán de verdad nos obliga a tomar una decisión moralmente correcta. En favor de Nietzsche (Karl Jaspers: Nietzsche contra el Cristianismo) diremos que su crítica nos permite introducirnos y participar como interlocutores en el debate de la "fe -VS- la razón", para comprender la nobleza de la defensa del helenismo cristiano en su lucha contra el judeo cristianismo, a causa de la exigencia cristiana de luchar por la verdad aun en cuestiones de fe, para liberarnos de error y la manipulación inducidos por los esbirros de la sinagoga, debido a que el fideísmo ha ensombrecido y posteriormente olvidado los límites entre la realidad y la imaginación. Es por ello, que abordamos los fundamentos éticos y filosóficos de la crítica de Nietzsche al cristianismo, aportando nuevos elementos supervenientes de juicio, para ampliar la perspectiva de su obra "Mas allá del bien y del mal", a efecto de establecer una dialéctica entre los hechos y las ideas que nos den la certidumbre no solo de que nuestras argumentos y conclusiones son ciertos sino sobre todo moralmente correctos. Y retomamos la lucha por el cambio de las ideas prevalecientes entre generaciones, para vencer las resistencias que nos impiden actualizar los dogmas de la fe. Ya que no obstante que los textos del Antiguo Testamento, expresan una concepción medieval del mundo que no corresponde al conocimiento científico desarrollado en los últimos cinco siglos. Instintivamente nos aferramos a los dogmas y tradiciones religiosas que demarcan nuestros parámetros interiores, aunque nuestro Yo interior las rechace y nos conflictue, a causa de las incongruencias de la fe con la razón.

El escepticismo neutro es el requisito sine quanon para abordar, comprender y discernir una problemática, evitando caer acriticamente en la credulidad o la incredulidad total, debido a las falsas certezas. Nietzsche tiene conciencia de que ha sido el impulso moral del cristianismo, lo que movió al hombre a querer una verdad sin límites. Por lo que exige que el cristianismo no sea rechazado acriticamente, sino trascendido estableciendo una cadena de argumentación, no solo para saber si nuestro rechazo o aceptación "son o no" correctos, sino descubrir el error o premisa falsa que nos lleva a conclusiones erróneas utilizando un criterio de verdad que sirva de tabla raza para separar la vedad de la mentira. Paradójicamente el desacuerdo entre el ideal cristiano y la realidad, ha sido al mismo tiempo un factor dinámico de tensión, escepticismo, frustración, oposición y resentimiento, que ha llevado a los afectados a caer en el nihilismo. En este sentido Nietzsche había observado que en Alemania se había desarrollado un escepticismo temerario precisamente entre los hijos de los clérigos que como él, habían vivido y presenciado la fe y el compromiso religioso de sus padres. Y como resultado de la experiencia en carne propia, ya no seguían la fe ciegamente sino que la criticaban abiertamente. Sin dejar de reconocer que la fuerza de las Iglesias reside en la fuerza de la fe de sus pastores y sacerdotes que se forjan una vida dura y grávida de sentido; pero que abundan clérigos y dignatarios eclesiásticos cuyas conductas son anti testimonios de la fe. De suerte que Nietzsche, no aprobó la lucha acrítica contra la Iglesia por tratarse de una organización religiosa cuyo fin justifica su existencia en el entramado social, aunque inevitablemente albergue en su seno una muestra representativa de lo malo y lo bueno de la sociedad, al igual que cualesquier otra organización humana. Evidenciando que no se trata de una institución divina, sino sacralizada y por lo tanto perfectible.

Y aunque Nietzsche reconocía la importancia de la iglesia en su papel de madre y maestra, preservadora y defensora del cristianismo, y del legado cultural greco romano de los primeros padres de la Iglesia que asegura su noble misión evangelizadora mediante la autoridad pontificia y su jerarquía organizacional. Y que en el fondo reconocía que el cristianismo había forjado las personalidades más ilustres de la sociedad y la cultura, gloria de las artes, las letras y el pensamiento humanista que daban sentido al cristianismo. Nietzsche se propuso desenmascarar a los embusteros que se entregaban cínicamente a al trafico de moneda falsa, enemiga mortal de todo lo que hay de bueno y noble en el mundo, propagadora de una moral de esclavos que promueven los teólogos fideístas, a fin de convertir las Iglesia en sinagogas, los pastores y sacerdotes en rabinos, y los creyentes cristianos en ciervos de los judíos (Romanos XIII, 1, 2). Su crítica ese convirtió en un rechazo de la fe chatarra que propagaban las Iglesias judeo cristianas, y al sentirse agraviado su lenguaje desbordaba indignación y resentimiento, etiquetando a los teólogos fideístas como traidores colaboracionistas que habían convertido su misión evangelizadora en misión judaizante entregando su rebaño a los depredadores judíos. Cuando afirma ¡Ya no somos cristianos!, agrega al punto, ¡Nuestra piedad misma, más severa y más exigente, nos impide hoy ser cristianos! Cuando opone a la falsa moral judeo cristiana, su "Más allá del bien y del mal", es porque quiere, por fidelidad a la moral, más que la moral, y exclama: ¡Queremos ser los herederos de la moral, cuando hayamos destruido la falsa moral! Nuestro sentido moral, es un noble legado de la humanidad que nos precedió. Para los helénicos la verdad se halla en el mismo mundo y el hombre puede descubrirla mediante la razón. Para los judíos el hombre no puede saber nada que no halla sido revelado por Yahvé por boca de los profetas. La búsqueda de la verdad, es en sí misma una de las más poderosas emanaciones del sentido moral que nos lleva a indagar que tan sólidos y actuales son los cimientos de la fe. Y por consiguiente representa para la falsa moral y la falsa fe, la cuerda que ella misma se ha puesto al cuello, y que amenaza con estrangularlas. Dudar de las certezas de la fe, no es una insensatez, sino un acto de sinceridad y auto preservación. Pero esa manera de pensar exige una esmerada formación humanista. El humanismo tiene su cuna en el pensamiento filosófico grecorromano, no en el anti humanismo judaico que entroniza la fe sobre la razón, a fin de impedir que se critique el profetismo judío y se descubra el engaño fideísta.

Remembrando al origen greco romano de nuestra cultura, Nietzsche señaló que las principales enseñanzas del cristianismo no enuncian más que las verdades esenciales del humanismo secular, valoradas como imperativos morales desde antes de Sócrates. El error del judeo cristianismo, es buscar en mitos su salvación. No es que no haya salvación, ni tampoco que ignoremos como salvarnos, sino que los gentiles cristianos hemos sido inducidos por los esbirros de la Sinagoga a olvidar las enseñanzas sapienciales de la filosofía clásica griega y Cristo sobre la trascendencia humana y la sociedad perfecta. Para Nietzsche el pueblo judío siempre ha sido enemigo acérrimo de la verdad y la razón; y por ello, siempre se ha opuesto a helenización del cristianismo. A lo largo de la historia de Israel entre las naciones cristianas, se encuentran innumerables ejemplos de falsificación de la verdad, los hechos, la historia o la religión para manipular a las multitudes. El falso testimonio presentado por los príncipes de la Sinagoga para condenar a Cristo, es una muestra de su perversidad y astucia; ya que sin escrúpulo alguno utilizaron la mentira, el soborno, los falsos testigos y la manipulación para asesinarlo legalmente. Y posteriormente promovieron diferentes herejías para suplantar o desprestigiar a Cristo y su doctrina trascendente que dejaron perplejos a los creyentes, no solo helenistas sino también judíos {vgr. Maimonides (1190 d. C.): Guía de perplejos, Nachman Krochmal (1851d.C.): Guía para los perplejos de nuestro tiempo}. Afirmaba Nietzsche: Quién pude negar que los cristianos de hoy en día, tengan sentimientos encontrados acerca del origen helénico de nuestra cultura, y nieguen o desconozcan el valor de las enseñanzas filosóficas que fundamentan el helenismo cristiano, a causa de haberse judaizado el cristianismo, y por ello están perplejos ante la controversia entre la fe y la razón iniciada en el Areópago. No es posible negar que el juicio crítico al judeo cristianismo es un asunto sumamente delicado, complejo y apasionante (J. Meinvielle: Los judíos en el misterio de la historia). Delicado porque interpela uno de los fundamentos de la fe "el profetismo judío", y complejo por aborda la cuestión judía a lo largo de la historia cristiana y el revisionismo histórico. El misterio de Cristo y el profetismo judío, son los dos enigmas que han propiciado la impunidad del pueblo judío a lo largo de la historia, debido a que juntos se han convertido en un paradigma imposible de resolver con las ideas prevalecientes en las generaciones adoctrinadas por las escuelas Bíblicas. Apasionante, porque ¿quién puede sin ocuparse del judío sin un sentimiento de admiración o de desprecio, o de ambos a la vez? Pueblo donde nació Cristo; pueblo que lo rechazó, persiguió, asesinó; pueblo que ha perseguido, sometido, despojado, dominado y exterminado a los pueblos cristianos, e infiltrado y subvertido a sus instituciones, siguiendo las directrices genocidas de las Leyes de guerra promulgas por Moisés en el Deuteronomio. Ya que aduciendo mandato divino, se infiltrado en la sociedad y las instituciones cristianas, no para convivir con los cristianos, sino para saquearlos y someterlos. Más apasionante aún, porque el saqueo y sometimiento de los pueblos cristianos perpetrado por el judaísmo internacional, cada día es más efectivo y descarado. Porque los judíos dominan a nuestros gobiernos como los acreedores a sus deudores. Y esta dominación se hace sentir en la política internacional de los pueblos, en la política interna de los partidos, en la orientación económica de los países. Esta dominación se hace sentir en los ministerios de Instrucción Pública, en los planes de enseñanza, en la formación de los maestros, en la mentalidad de los universitarios. El dominio judío se ejerce sobre la banca, la bolsa y los especuladores financieros, y todo el complicado mecanismo del oro, de las divisas, de los pagos, se desenvuelve irremediablemente bajo este poderoso dominio; los judíos dominan los medios informativos al ser propietarios de las principales agencias de información mundial, los rotativos, las revistas, las radio difusoras, las cadenas de televisión y los estudios cinematográficos, de suerte que la masa de gente va forjando su mentalidad de acuerdo a moldes judaicos. El dominio más perverso y pernicioso del judaísmo internacional, es sobre los movimientos religiosos cristianos, de tal modo que las creencias cristianas se van modelando de acuerdo a sus imposiciones. Son ellos quienes siembran y fomentan ideas disolventes contra Cristo, la Iglesia y sus representes (Monseñor I. B. Pranaitis: "Christianus in Talmude Judaerum, sive Rabbinicae doctrinae de christianis secreta", publicado originalmente en 1892, por la Academia de Ciencias de San Petesburgo. Edición traducida al italiano de Mario de Bugni (Ed. Tumminelli y Cia. Milán, 1939).

Son ellos quienes fomentan la estulticia generalizada, las falsas religiones, las falsas Iglesias la falsa moral y las divisiones internas y la lucha Inter.-eclesiástica. Son ellos quienes han exacerbando el conflicto educativo entre los creacionistas y los evolucionistas. Dale Mc Gowan: Educar sin dioses, azorado vislumbra casualmente un pálido resplandor del humanismo secular helénico. Y temeroso de ser etiquetado de amoral, solicitó la colaboración de varios autores, a fin de que expresaran sus puntos de vista en su libro. Debido a que muchos padres de familia alarmados le preguntan ¿como es posible educar a los hijos fuera de la religión, sin Dios, ni valores? Pues ignoran que los valores de la trascendencia humana y la sociedad perfecta que pregonó Cristo, son la finalidad de la paideía griega. Para Nietzsche, el cristianismo actual, es el producto nocivo de la judaización del cristianismo, llevado a sus últimas consecuencias (Iglesia de Pedro: Jerarquía rígida, canónica, visible). El judeo cristianismo termina por negar la dignidad humana, negando la realidad espiritual del hombre y la doctrina de Cristo; es decir, negando la realidad del mundo espiritual que sustenta todo principio, fenómeno, toda vida, todo ser o cosa existente, manifestado o in manifestado en el universo de lo real. Que está más allá de los edificios de madera o concreto (Iglesia de Juan: Mística, espiritual, trascendental). Y perplejos, miríadas de zombis leyendo el nefasto Libro de Israel, se sumergen cada día en el mundo de la fantasía judeo cristiana {Nietzsche: Como el mundo real terminó por convertirse en una fábula:(Crepúsculo de los ídolos)}.

Nietzsche describe con abundancia de pormenores ese proceso de enajenación y desviación continuo, que se acentúa sin cesar, y que a su juicio destruye los valores fundamentales del helenismo cristiano (el altruismo, misticismo social intensos a fin de alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta), por medio del autoritarismo, el moralismo y la mordaza (dogmas) __sustituyéndolos por piadosos placebos (el culto, el rito, el rezo, la lectura bíblica, las grandes ceremonias y gestos espectaculares)__ Y antivalores aduciendo que son valores dictados por Dios, a fin de gobernar a su pueblo e incitar la guerra santa en contra de los gentiles. A causa de ellos, los pueblos cristianos grecorromanos han terminado por extraviar el camino espiritual siguiendo a Israel acriticamente, por haber sido persuadidos perversamente por San Pablo que también somos judíos. Lo cual llevó a Nietzsche a señalar a los judíos como el pueblo más perverso de la historia universal, porque han convertido el odio racista en religión, falsificado: la palabra y voluntad de Dios, la dignidad humana, los verdaderos valores y la visión y significado del mundo. Adoran como Dios, el oro y el poder. Todo lo que tocan lo corrompen, y por ello han falsificado y pervertido la democracia y el comunismo. Ya que medida que el judeocristianismo se secularizó, dio lugar al paradigma de una religión y una sociedad carentes de espiritualidad, que no promueve la trascendencia humana sino que promueve los falsos valores judíos que deshumanizan la humanidad pervirtiéndola y cosificándola. Cambiando la espiritualidad por la santidad hipócrita, suplantando la triada preteológica con una teología fantástica. Suplantando los principios universales del conocimiento filosófico y espiritual que fundamentan la doctrina y la teoría de la trascendencia humana y la sociedad perfecta, con los convencionalismos sagrados de Israel que fundamentan la ideología supremaciíta que siguen imperios y potentados __Falsificando los hechos históricos manipulando los medios informativos, falsificando la democracia representativa instrumentando una democracia simulativa y una teoría política de la dominación. Para que sin escrúpulo alguno, los políticos al servicio de los imperios y los potentados, ávidos de riqueza y poder, disfrazados de representantes electos, puedan someter a sus semejantes en nombre de Dios, los derechos humanos, la democracia, la patria o la paz, a fin de ganar respetabilidad__ Utilizando el doble discurso, el doble pensamiento y la doble moral. Fomentando la idolatría, la ignorancia, el fanatismo, la hipocresía, la superficialidad y la superstición, para enajenar a los pueblos cristianos. Inhibiendo el estado de alerta, el instinto seguridad, el sentido común y la voluntad, e instrumentando como placebo la teología de la esperanza y el populismo para doblegarlos y someterlos fácilmente. Y después de pervertir a los pueblos cristianos y sus instituciones, jactanciosos se ufanan en señalar la aparente superioridad moral judía.

Nietzsche pregunta ¿No habrá sido extraviada la humanidad, durante dos mil años, por una quimera? Infiere ¡El profetismo judío y la infabilidad de la Biblia, incongruentes con la razón y el sentido común siempre seguirán siendo la fuente de muchos problemas! Concluye: ¡Grandes trastornos aún nos aguardan, cuando la muchedumbre haya comprendido que todo el cristianismo reposa en los convencionalismos de lo que es sagrado para Israel sin que tenga nada que ver con el conocimiento espiritual! Y replica: ¡Yo he tratado de negarlo todo porque es más fácil demoler, para reconstruir, que sostener lo insostenible! Es necesario que Cristo, la Iglesias judeo cristinas dejen de ser centro de contradicción apartando de su doctrina el perverso Libro de Israel, para que los no judíos sigamos a Cristo sin cortapisas, guiados por el faro luminoso del helenismo cristiano. Mientras tanto la vida trascurre futilmente sin compromiso y sin sentido, esta prohibido pensar, hablar con la verdad, debido a que han tipificado como delito grave diferir del pensamiento único que nos ha impuesto el imperialismo supremaciíta de Israel. Ante nuestra habitual indiferencia al sufrimiento ajeno, Cristo en diversas ocasiones exaltó la supremacía del acto misericordioso sobre el acto piadoso e ilustró en la narración del buen samaritano la relación de obligación con nuestro prójimo, En su diatriba contra la hipocresía de los sacerdotes y escribas de la ley condenó la injusticia los príncipes de la sinagoga por la pesada carga tributaria que imponían al pueblo. La práctica intensa del altruismo ilustrada en los Evangelios, es un desafío al utilitarismo y al pragmatismo característico de nuestro tiempo, que guarda una estrecha relación con la responsabilidad hacia la comunidad, especialmente a los que sufren. De lo que se trata es de romper la tendencia ego centrista del "Yo" que impide la experiencia espiritual de la común unión que relaciona a todos los seres y todas las cosas del universo del que formamos parte.

La tragedia de nuestro tiempo no solo se reduce a las desigualdades económicas, ni a la postración de moral de nuestra sociedad; sino a que vivimos ajenos a nuestras responsabilidades sociales y con el medio ambiente, debido a que el utilitarismo y el pragmatismo caracterizan nuestra cultura. El utilitarismo se remonta hasta los finales del siglo IV a.C de la antigua Grecia. En el utilitarismo la pregunta moral se identifica con la pregunta por la felicidad individual. Lo que mueve a cualquier ser humano a actuar es el deseo del placer y la huida del dolor. Felicidad y placer van aparejados. El deseo del placer y la huida del dolor son los móviles para la acción. La bondad se explica en términos de la felicidad que determinada acción pueda producir. En el siglo XVIII, el utilitarismo inglés nos pone de frente a una 릥acute;tica de satisfacción de la mayor satisfacción렣on respecto a deseos, necesidades, intereses y preferencias de una sociedad. Ello abre la puerta a un hedonismo social. Especialmente las sociedades más industrializadas tienden a identificar lo valioso con lo que procure mayores beneficios en cualquiera de los órdenes de la vida. De esta manera lo auténticamente "bueno" se entenderá como lo genuinamente útil, en detrimento de expresiones de la vida no necesariamente ligados a un goce directo. En consecuencia las sociedades de consumo se organizan con el fin de multiplicar artificialmente los deseos, a los cuales convierte en necesidades. Todas las bondades presentes en las propuestas utilitaristas y pragmatistas llegan a reducir al individuo a la categoría de productor/consumidor. El paradigma utilitarista cobija aspectos como el del conocimiento, en donde el saber se explica sólo en su aplicación práctica. En consecuencia la cultura pragmática resultante, invalida el componente trascendental al carecer del carácter utilitario esperado en todo conocimiento. Como resultado, el ser humano adopta una perspectiva inmediatista de la vida. Los valores ya no tienen valor en sí. Solamente se explican en virtud de su aplicación inmediata. Si esa aplicación da como resultado un dato de utilidad, de goce pragmático, dicho valor es convalidado. De esta manera desaparece del panorama el universo mayor de cosmovisiones con el cual se conectan los valores gozados y 밲agmatizados뮠La sociedad se cosifica y la moral se vuelve materialista. Una consecuencia de esta moralidad es la creciente sustitución del ser por el tener. El individuo pierde así su carácter de sujeto, y se convierte en una cifra estadística.

Los ámbitos público y privado de una sociedad cosificada ponen en conflicto intereses opuestos que ahogan la pregunta que debería regir en lo privado, a saber: ¿es el mayor bien posible para mí también el mayor bien posible para los demás? En esa confrontación crítica entre lo público y lo privado, la propuesta utilitarista-pragmatista desnuda su flaqueza: "la falta de justicia" característica de nuestro tiempo. Para la clase de hombres que sin escrúpulo alguno buscan el poder y la riqueza, utilizando la cualquier medio para someter a los pueblos en nombre de Dios, las ideologías o los ideales; de tal manera que sus seguidores aceptan doblegarse y tener sentimientos encontrados sobre su liderazgo sin darse cuenta que esta traicionado a su patria, su religión, la sociedad, su familia y asimismo, al convertirse en colaboracionista incondicional del poder mundial de la banca, la bolsa y los monopolios en su lucha por someter o exterminar a todas las naciones, a fin de establecer el gobierno mundial judío. Y que la falta de escrúpulos en su manera de ser, es una consecuencia de la sagacidad y perfidia judía que ha corrompido la religión, la Iglesia, el Estado, la sociedad, la democracia, el comunismo, el sindicalismo, la Banca, la Bolsa, la O.N.U., etc. Coadyuvado a entronizar el materialismo científico sobre el humanismo y la razón, dando lugar a una intelectualidad servil que somete los mecanismo secretos de la mente, del genoma humano, del ADN de las especies, así como las fuerzas de la materia y el cosmos, al servicio de los poderosos. Originando una serie de inquietantes interrogantes que hicieron a Nitzsche exclamar: ¡Pero! ¿cómo pudimos vaciar el mar? ¿quién nos dio la esponja para hacerlo? ¿Cómo pudimos borrar todo el horizonte? ¿qué hicimos al desatar esta tierra de su sol? ¿adonde vamos alejándonos de todos los soles?(La gaya ciencia).

Si el materialismo exacerbado por la excesiva acumulación de la riqueza y poder de los imperios y los potentados de la banca y la bolsa, tuviera un efecto benéfico inmediato en términos de progreso y bien estar genérico. No habría problemática humana imposible de resolver, ya que el progreso de la ciencia y la técnica harían retroceder lo incierto y lo aleatorio, y el tema de la esperanza y la in-completitud de la ciencia y del ser humano desaparecería. Pero no es así, porque en el egoísmo supremaciíta incrementa la probabilidades de hacer uso del poder el dinero, la ciencia y la tecnología para someter o exterminar a los pueblos y naciones enemigas (vgr..el holocausto nuclear de Hiroshima, Nagasaki y el uso intensivo de misiles sucios y misiles inteligentes para bombardear a Irak). Así disminuyen las posibilidades del genero humano de trascender y alcanzar la sociedad perfecta entronizado los postulados neoliberales de la globalización sobre el derecho natural, los derechos humanos y la justicia distributiva para esconder perversas intenciones imperial supremaciítas__transformando los imperios y potentados en depredadores y el resto de la humanidad en indefensos rebaños__ Y por consiguiente la esperanza de un mundo mejor (F. Morin: El pensamiento socialista en ruinas, Le Monde) se funda en las posibilidades humanas aún no exploradas, más que en la tecnología, la religión organizada, la acumulación del dinero y el poder de imperios y potentados; lo cual resalta la importancia genérica de reducir el paradigma de una religión y una sociedad carentes de espiritualidad, educando a los jóvenes en los valores humanos de la filosofía clásica y moderna, la doctrina y la teoría de la trascendencia humana, y desarrollando el espíritu crítico a fin de que despierten del hechizo enajenante de la mitología judeocristiana, para que se den cuenta que se comportan como un rebaño de reses listas para ser sacrificadas. Porque la inadvertencia nos lleva a perder los bienes más preciados sin darnos cuenta (la dignidad, la familia, la libertad, la patria, el patrimonio, la salud, la vida, el alma, el sentido común, etc), y tiempo después de perderlos, despertamos en la más amarga realidad; es decir, lo que está en riesgo no solo es la civilización la cultura, la democracia, la patria y la paz mundial, sino la preservación de la humanidad. Este peligro eminente __no solo nos lleva a luchar por el cambio de ideas entre generaciones, promoviendo verdaderos valores (Declaración de una ética mundial formulada por el Parlamento de las Religiones del Mundo, Chicago, 4,IX, 94), (J.J. Tamayo: Aportación de las religiones a una ética universal) que reviertan la tendencia de la sociedad a polarizarse en oprimidos y opresores__ sino alentar a los oprimidos a luchar contra la ignorancia y la opresión, a efecto de disolver la deshumanización y enajenación reinante y avocarnos a alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta.

Nietzsche señaló el hastío en el que nos aturdimos por la embriaguez y la sensación. Y las estridencias del seudo-espíritu, cuya esterilidad es irremisible. Señaló la futilidad de una vida que corre sin aliento tras el placer, el lucro y el afán de poder desmedidos, y sus repercusiones sociales causantes de la explotación de las masas, el materialismo, la sobre explotación y agotamiento de los recursos naturales, y la contaminación del ambiente. Pero todo ello, sólo constituye para Nietzsche un primer plano superficial. Y esbozó una imagen pavorosa del mundo moderno. Y a ella se refirió constantemente ¡la civilización declina! ¡ya no hay religión, ni cultura, sólo queda la información manipulada y el mercantilismo¡ Hasta la pérdida del sentido de la vida, se compensa por medio de una parodia universal, que nos conflictua ante el dilema ¡SER! o ¡NO SER! (Shakespeare:Hamblet).De allí, que el suelo huya bajo nuestros pies, que corramos hacia la catástrofe; que todo sea equívoco, mediocre y superficial; de ahí esa parodia y esa prisa inquieta, esa necesidad de aturdirse y de olvidar. ¡Tanta hipocresía, perversidad y engaño!, explica la acentuada la paranoia característica del pueblo judío, y la neurótica angustia existencial del pueblo cristiano, que es el gusano que nos carcome por dentro, que nos provoca nauseas, nos asquea (Sastre: La nausea). Hoy, cuando todo tambalea, cuando la tierra tiembla, sucede en realidad un fenómeno más profundo, consecuencia de un suceso que aún nadie observa, ¡parece ser que en nuestro tiempo todas las cuestiones graves han perdido su peso! El 30 de junio de 1968 al clausurar el Año de la Fe, S.S. Pablo VI ponía en guardia a todos los fieles contra los ataques dirigidos a la doctrina de la Iglesia, "para engendrar turbación y perplejidad en las almas de los fieles". El 6 de Febrero de 1981, S.S. Juan Pablo II, señaló a los fieles: "Los cristianos de hoy, en gran parte se sienten perdidos, confundidos, perplejos y hasta decepcionados". Con el pretexto de adecuar el discurso de la Iglesia a los tiempos modernos, se han difundido ideas que contradicen la doctrina milenaria de la Iglesia, de tal manera que la duda se ha aposentado en los espíritus de los fieles (Monseñor Marcel Lefebvre: Carta abierta a los católicos perplejos). En los dominios del dogma y de la moral se han divulgado verdaderas herejías que suscitan dudas, confusión, rebelión, en todas las Iglesias. Violando la constitución de la Iglesia, las leyes de Dios y aún las naturales. Las grandes cuestiones existenciales han perdido su gravedad. Los sacramentos han sido violentados. Permitiendo el aborto, el matrimonio entre parejas de un mismo sexo, la eutanasia, etc. Cambiando la doctrina, la liturgia, el rezo y el rito. Sustituyendo la iconografía sacra que ilustraba y exaltaba, la vida de Cristo, los apóstoles, los místicos y los mártires, por el diseño simbólico moderno. Hasta la música sacra de los grandes maestros y los cantos gregorianos, han sido sustituidos por ritmos de moda para amenizar los actos litúrgicos. Sumergidos en un "relativismo intelectual y moral", los cristianos se ven tentados por una ilustración vagamente moralista, por un cristianismo lite, superficial sin dogma definido ni moral objetiva. Esta superficialidad, perplejidad y relativismo, se advierte en todo momento en las conversaciones, en los escritos, en los periódicos, en las emisiones radiales o televisadas, en el comportamiento de los católicos; lo cual se traduce en una disminución considerable de la práctica piadosa, en una pérdida de devoción por la misa y los sacramentos, y en un relajamiento general de las costumbres, ante el incremento del nihilismo o actitud generalizada de negar todo principio, autoridad, dogma filosófico o religioso, debido a la intensa campaña por desprestigiar a Cristo, la Iglesia y su doctrina, promovida por los esbirros de la Sinagoga, coadyuvados por los escándalos de los pederastas consagrados.

Friedrich Nietzsche hablaba con verdadero espanto de ¡la indiferencia de la generación actual ante el nihilismo! Tan ocupada esta por satisfacer las necesidades de sus sentidos, que ni enterada esta de que también debe satisfacer sus necesidades espirituales. Ante nefasto suceso que lleva a la involución fatal del pueblo cristiano, Nietzsche no se contentaba con denunciarlo sino que quería provocar una reacción genérica contra el nihilismo. Nietzsche estaba conciente de estar señalando un hecho decisivo para el futuro de la humanidad. La falta de significado para la vida eterna del Libro de Israel para los que no somos judíos, llevó a Nietzsche a pregonar: ¡la muerte de Dios! Debido a que SU presencia ha sido opacada por la estulticia colectiva promovida por las alucinaciones de los teólogos fideístas que incesantemente manipulan Su Nombre y Su Palabra sin atender a la razón. Nietzsche no dijo: "No hay Dios", o "No creo en Dios", solo señaló el eclipse de Dios {Martin Buber lo reafirma: "Dios esta muy por encima de toda comprensión humana, al pronunciar reiteradamente la palabra Dios, hace descender lo inimaginable al plano de la conceptualización del hombre. ¡Que otra palabra humana ha sido tan corrompida, tan profanada! Toda la sangre inocente por ella derramada la ha despojado de todo su verdadero significado. A veces, cuando oigo pronunciar la palabra Dios, me parece oír una blasfemia"}. Nietzsche fue más lejos. Preguntó: ¿Por qué ha muerto Dios? Una de sus respuestas alcanza una formulación definitiva: ¡Dios ha muerto para los cristianos porque el judeo-cristianismo destruyó los valores humanistas de la cultura helénica y los sustituyó por anti valores aduciendo que son valores dictados por Dios¡ Mediante esta felonía el judeo cristianismo ¡Destruyó la hermandad, el pluralismo, el respeto y tolerancia de usos, costumbres y creencias de otros pueblos, pero sobre todo el amor por la sabiduría y el conocimiento, aquello de que se alimentaba el alma del hombre desde los griegos presocráticos hasta que los pueblos helénicos se convirtieron al judeo cristianismo! (American Humanist Asosiation, Dale Mc Gowan: Educar sin dioses,San Harris: La tercer cultura)

Nietzsche tampoco se limitó a señalar como un hecho psicológico, que la incredulidad genérica se acrecienta. Habló más bien, de un fenómeno que concierne al ser; porque una vez que la humanidad haya tomado conciencia de este hecho, descubrirá que todas las problemáticas de nuestra época se vinculan a este fenómeno espiritual. ¡El judeo cristianismo no opone a esa realidad más que ficciones: el cuento del Génesis, la escenografía del pacto del Sinaí, el profetismo judío, el fideísmo bíblico, etc! ¡Llegó por fin un momento en que la exigencia de sinceridad elevada al más alto grado suscita la repugnancia ante la falsedad y la mentira de toda interpretación judeo-cristiana del mundo del espíritu. Entonces el mundo ficticio del judeo cristianismo queda en descubierto, y sólo resta la nada¡ El nihilismo es la consecuencia lógica de que los rabinos hayan manipulado el nombre de Dios para gobernar a su pueblo e inducirlos a someter a los gentiles. Como la teología judeo-cristiana sólo se apoya sobre ficciones, el hombre al intuirlo debe ahogarse forzosamente en un nihilismo sin precedentes. Asistimos al recrudecimiento de esa etapa. El advenimiento del nihilismo, dice Nietzsche, será la historia de los dos próximos siglos. ¡Toda nuestra civilización se lanza desde hace tiempo, con una especie de atormentada tensión que crece de año en año, hacia una catástrofe: inquieta, violenta, precipitada, como un autómata que quiere auto destruirse, que no reflexiona o que tiene miedo de reflexionar¡ Si nos repreguntaran ¿cómo se puede hablar con Dios, para asegurarnos de que nos enseñan sobre la vida eterna es verdad? Solo atinaríamos a responder ¡con un soliloquio! (R.Bultmann: Glaude and Verstehen). El silencio de Dios es ocultado artificialmente con la teología de la esperanza (Roger Garundi: ¿Tenemos necesidad de Dios?).

La realidad, sobre la vida eterna o mundo del espíritu, solo podemos inferirla de las enseñanzas sobre la vida eterna enseñadas por Cristo (vg: las moradas celestiales, el juicio final, etc.). La creencia de que a través de los textos bíblicos del Antiguo Testamento, conocemos a Dios y el mundo del espíritu, es una falacia que nace de la manipulación del nombre de Dios para gobernar al pueblo judío e inducirlo a infiltrar, saquear y someter a los pueblos gentiles; lo cual es manifiesto en diversos paisajes bíblicos: "La tierra de Egipto y de Canaan desfallecía a consecuencia de la hambruna. Entonces José a cambio de trigo, se adueño todo el oro del pueblo. Cuando se agotó el oro del pueblo, se presentaron los egipcios ante José diciendo ¡Dadnos trigo!, José respondió, sino tenéis más dinero: ¡Os daré el trigo del Faraón a cambio de vuestro ganado!. Y durante todo el año José les proveyó el trigo a cambio de todo su ganado. Al año siguiente se presentaron ante José, solicitando más trigo, José respondió, sino tenéis más ganado ¡Os daré trigo todo el año a cambio de vuestras tierras!. Al año siguiente los representantes del pueblo egipcio se volvieron a presentar ante José diciendo: ¡no tenemos oro, ni ganado, ni tierras!, ¡a caso nos dejareis morir de hambre a todo el pueblo?.Y José respondió: ¡no tenéis más bienes que vuestras vidas, ¡Os daré del trigo del Faraón a cambio de vuestra esclavitud¡" La profecía de un reinado Dios en la Tierra o sociedad perfecta, la interpretan los judíos ortodoxos como la promesa de un reino y dominio mundial de Israel sobre todas las naciones, mediante el sometimiento o exterminio de todos los pueblos gentiles de la Tierra. Dando lugar en el devenir histórico a mitos ideológicos, planes y estrategias que tienen por objeto aprovechar o inducir las tensiones sociales para infiltrar sutilmente los gobiernos y sus instituciones, a fin de usurpar el poder gubernamental y perpetuar su dominio sobre los pueblos cristianos sin escrúpulo alguno. Engendrando sangrientas guerras o revoluciones, para inducir y encubrir el genocidio de los pueblos cristianos a manos de Israel. Genocidios que se han reiterado en el tiempo a través de la historia, pero que han quedado impunes debido al arte magistral de Israel para disfrazarse de victima siendo el victimario; hecho señalado por Cristo en su diatriba contra la santidad hipócrita de los sacerdotes y escribas de la Sinagoga: ¡Hay de vosotros escribas y fariseos, hipócritas! que sois semejantes a los sepulcros, blancos por fuera y llenos de inmundicia y corrupción por dentro. Así también os mostráis revestidos de santidad ante los hombres, más en el interior estáis repletos de hipocresía y soberbia. Asesinos! ¡Raza de víboras! ¡Imposible es que evitéis el ser condenados al fuego eterno! [Mateo XXIII,,35].

Los rasgos característicos del pueblo judío son los de los genocidas seriales. Por donde quiera que hayan pasado, ríos de sangre, terror y espanto marcan su huella. En el siglo I, asesinaron a Cristo y sus seguidores judíos. Popea esposa judía de Nerón, promovió la persecución y martirio de los cristianos aduciendo haber incendiado a Roma. En el siglo V, Conspiraron con alanos, godos y visigodos, suevos y vándalos la invasión de la provincia Ibérica Abriéndoles las puertas de las ciudades amuralladas propiciaron el saqueo y la matanza generalizada. En tiempos del emperador romano (Rómulo Augústulo), los judíos arrianos resentidos por haber perdido su influencia y privilegios en el Imperio romano, conspiraron con visigodos y vándalos, la toma de Roma. Financiando y guiando a los invasores nórdicos, les abrieron las puertas de Roma, e incitaron el saqueo y la matanza generalizada, violando a mujeres y niños, saqueando e incendiando la ciudad, sus foros, iglesias y templos, igualando en crueldad al genocidio perpetrado en la provincia Ibérica dos años antes. A finales del siglo VII, los judíos expulsados de España, convocados por el rabi de Constantinopla, promovieron la invasión musulmana a España desde el norte de África. En cada ciudad que conquistaban, los generales musulmanes no estaban en posibilidad de dejar sino una pequeña guarnición de sus propias tropas, ya que necesitaban de todos sus hombres para someter al país, por eso confiaban su custodia a los judíos. De esta manera los judíos, arribaron al poder en Córdoba, Granada, Málaga y muchas otras ciudades, aprovechando esta situación para someter, asesinar y despojar a los cristianos con una saña inaudita.

A finales del siglo XVIII, encabezaron las sociedades secretas judeo masónicas para promover sangrientas revueltas contra los reinos cristianos que culminaron con la Revolución francesa. A principios del siglo XIX, encabezaron la revolución bolchevique para derrocar al Zar. No solo los miembros de la realeza, el gobierno, el ejército, el alto y el bajo clero, intelectuales, profesionistas y terratenientes fueron exterminados durante la revolución (John Reed: Los diez días que conmovieron al mundo), sino posteriormente cientos de miles citadinos fueron asesinados por la cheka, y cientos de miles campesinos ucranianos fueron exterminados por hambre. No solo fosas comunes estaban repletas de cadáveres, sino también las calles y los caminos. Habiendo sojuzgado al pueblo ruso, el judaísmo internacional, promovió la PGM, a fin de saquear, someter y desmembrar a los Imperios Alemán y Austro Húngaro. El saldo de la PGM fue de 8.5 millones de muertos; 21.2 millones de mutilados o heridos; 7.75 millones de desaparecidos. Veinte años después promovieron la SGM, como represalia por el intento del pueblo alemán de liberarse del yugo judío. El saldo de la SGM fue de 52 millones de muertos, heridos y desparecidos. Terminada la SGM, la cifra de mujeres, niños y ancianos alemanes sobrevivientes y refugiados que fueron violados, masacrados y exterminados en los campos de concentración aliados y tras la cortina de Hierro a instancias de los judíos, fueron de 13.5 millones. En Medio Oriente, desde la fundación de Israel, el pueblo judío ha exterminado, saqueado y sometido a los pueblos vecinos con saña inaudita, convirtiendo los pueblos palestinos en campos de exterminio masivo. Habiendo llenado Israel en sus festines de sangre, hasta el borde la copa de la ignominia, es de justicia que se finquen responsabilidades al judaísmo internacional por los genocidios perpetrados a lo largo de la historia. Agravios que no solo justifican sino amerita la instrucción del breve juicio sumario al judeo cristianismo:

I: En razón de que el judaísmo ha impedido a la humanidad alcanzar la trascendencia humana; lo cual se dirime haciendo el deslinde objetivo del camino ecuménico en el primer volumen.

2: En razón de que el judaísmo tanto en la democracia como en el comunismo, ha impedido a la humanidad alcanzar la sociedad perfecta; lo cual se dirime reseñando la participación del pueblo judío en los complot, las revoluciones, el saqueo, el extermino de los pueblo s cristianos que les han dado albergue a sus colonias de la diáspora después de Cristo, en el segundo volumen o desglose de esta litis.

Addendum: Con el propósito de vencer resistencias que se oponen al uso de la razón en cuestiones de fe, convocamos a los jóvenes cristianos a: 1º- Liberarse de los fundamentalismos religiosos que impiden despejar el camino de la verdad: Dejando de seguir acriticamente el judeo cristianismo que perversamente nos ha extraviado del camino del desarrollo espiritual, y retomar la guía del helenismo cristiano para poder realizar la paideía; es decir alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta __Dado que el judaísmo es una religión supremaciíta que santifica el rasismo, el despojo el sometimiento de los pueblos que no son judíos; y no siendo judíos cristianos, sino gentiles cristianos, el no es una guía segura para llegar a ser, lo que queremos ser, siguiendo a Cristo__ 2º- Liberarse de los fundamentalismos socioeconómicos actuales, dado que solo favorecen a los potentados y los poderosos, y no han sido capaces de alcanzar la justicia social y el progreso sustentable necesarios para alcanzar la sociedad perfecta}. Para fundamentar nuestra convocatoria, señalaremos las doctrinas, las filosofías, y las ideologías, que han sido propuestas a lo largo de la historia de la humanidad, para revertir el proceso deshumanizante mediante la aplicación sapiencial del fenómeno espiritual de la transformación humana. Utilizando la razón para identificar y valorar las fuerzas y debilidades, existentes, tanto en nuestras creencias, doctrinas e ideologías socioeconómicas y valores tradicionales, como en las de la Nueva Era, a efecto de beneficiarnos con el intercambio; porque así como la practica del bien nos libera de nuestras imperfecciones, la verdad libera nuestra mente de los conflictos internos que nos impulsan ciegamente sin darnos cuenta, cuando hay incongruencias cognoscitivas en base de la estructura de nuestro pensamiento, que nos impiden aceptar la realidad, porque esta nos conflictua y hiere. La terapia de la realidad se inicia exponiendo la teología a la objetividad científica, a efecto de resolver la controversia que se da entre la fe y la razón, a causa de seguir acriticamente el perverso Libro de Israel, error fundamental el judeo cristianismo que nos confunde, conflictua, enajena pervierte y deshumaniza.

Primer considerando: Fundamento ético y filosófico del Estado

Las éticas ligadas a las grandes tradiciones religiosas y metafísicas de Oriente y Occidente, prescriben la tarea que compete a los individuos ante la comunidad a fin de alcanzar la sociedad perfecta y exponen los principios por los que el hombre se convierte en tutor de sí mismo y preceptor de este mundo, conforme al papel que en el les ha tocado desempeñar. Para la cultura helénica estos imperativos éticos cuya practica conduce a la sociedad perfecta se encuentran expuestos en la de Aristóteles. La cultura occidental heredó estos imperativos éticos que fueron abordados por los padres de la Iglesia San Agustín, Alberto Magnus, San Anselmo, Tomás de Aquino, San Buenaventura, acrisolando la ética cristiana que imperó hasta finales de la Edad Media. A partir del siglo XV, el pensamiento ético fue abordado por una Pléyada de los filósofos entre los que destacan: Pedro Abelardo, Roger Bacon, Poggio Bracciolini, Roscelino de Compiègne, Juan Duns, Grocyn de Escoto, Enrique de Gante, Fisher, Pedro Lombardo, Guillermo de Ocklam, Tomas Moro, Montaigne, Francisco Petrarca, Erasmo de Rotterdam,, etc. Entre los precursores de la filosofía moderna destacan las obras de George Berkeley, René Descartes, Emmanuel Kant, Gottfried Leibnis, John Locke, Nicolás Malembrache, Baruch Spinoza, etc. Basados en la confianza de la capacidad de la razón para llegar a la verdad, las ideas racionalistas y empiristas de los filósofos del siglo XVIII, dieron como fruto las obras de los autores de la Ilustración: Augusto Comte, Montesquieu, Juan Jacobo Russeau, y Francisco María Voltaire, etc. En Alemania destacaron los filósofos Johan Gottlieb Fichte, Goethe Friederich Wilhelm Schelling, Arthur Shopenhauer. Wilhelm Friederich Hegel.

1: El idealismo de Hegel– El pensamiento hegeliano continua el esfuerzo tendente a unificar la religión y la razón. Para los hegelianos la religión __no era ya una fe absoluta; una serie de creencias sin explicación convertidos en imperativos morales expresados en dogmas y símbolos de una fenomenología del espíritu de oculto significado__ sino un saber humano progresivo que investiga, descubre, explica y aplica la fenomenología espiritual del cosmos, la naturaleza y la intimidad humana. Los secretos del arcano no tienen en sí fuerza alguna con que oponerse al ardor del conocimiento; deben abrirse ante él y ofrecer a sus miradas su riqueza y su profundidad. La filosofía impulsa a la conciencia hacia la investigación de su propia esencia. La ciencia extrae el conocimiento de las experiencias sensibles del espíritu del mundo que lo rodea en su afán de conocerse y realizarse. El anuncio del advenimiento del espíritu, la convicción de que ese advenimiento proporciona una explicación exhaustiva de todo lo real, es lo que sitúa decididamente a Hegel entre esos anunciadores del espíritu que transforman los dogmas oscuros del cristianismo en pensamiento traslúcido: 댯 que antes había sido revelado como misterio y que sigue siendo un misterio para el pensamiento formal en las formas más puras, y más aún en las formas oscuras de la revelación, es revelado ahora por el pensamiento mismo que, en el derecho absoluto de su libertad, afirma su voluntad decidida de no reconciliarse con el contenido de lo real más que si sabe darse la forma más digna de él: la del concepto de la necesidad que vincula a todas las cosas y que, así, las libera.

La ambición hegeliana coincide con la ambición filosófica, con el más secreto deseo de la vida espiritual considerada como potencia y expansión: tratando de no excluir nada, no dejar nada fuera de la luz de la razón, abandonando y sobrepasando toda imposición dogmática. Está ligada a ese apetito fundamental del ser que debe mantenerse, purificado si es posible de magia, es decir, de ilusión. El hegelianismo afirma implícitamente que todos los conflictos pueden ser resueltos, sin mutilación y sin renunciamiento, en un desarrollo del ser; afirma que no hay opción, ni alternativa, ni sacrificio necesario en la vida del Espíritu. Innumerables conflictos son experimentados objetivamente: no existe la generación espontánea, todos los fenómenos tienen explicación natural en la relación causa efecto. Toda contradicción se desvanece de golpe delante del Espíritu. El hegelianismo se mantiene entonces como la única dirección en que pueden comprometerse y formularse un optimismo y un dinamismo espirituales. Como doctrina y método lógico, el hegelianismo representa un tipo de vida espiritual que se mantiene vigente. No niega el mundo del espíritu como causa primera de todas las cosas, ni se propone una aceptación prematura de la fatalidad ni de la desventura; no disimula las contradicciones del mundo, del hombre, del individuo; intenta, por el contrario, socavarlas, a pesar del sufrimiento, porque el dolor es fecundo y, aunque las contradicciones son intolerables, la exigencia de su superación se vuelve más fuerte que toda la resistencia de los elementos que mueren; tal es el principio de esta vida espiritual, a la vez jubilosa y desgarrada, sin confusión, toda lucidez. Ella dice "Sí" al mundo, pero no solamente "sí" en un éxtasis ciego; dice también "no" y rehúsa todo lo que se le revela estéril y moribundo. El conflicto y las escisiones internas del hombre moderno no son una invención de los filósofos. Hegel lo sabía. Como lo mostró al comienzo de su Estética, la cultura moderna obliga al hombre a vivir "en dos mundos que se contradicen. Por una parte vemos al hombre vivir en la actualidad insubstancial y en lo temporal de este mundo, abrumado por el deseo y la miseria, aferrado a la materia; por otro lado se eleva a las Ideas, a un reino del pensamiento y de la libertad; en tanto que voluntad, restringiendo su conducta, sujetándose a si mismo a imperativos morales y leyes"; pero por ello mismo "despoja al mundo de su actualidad viviente y lo resuelve en abstracciones". Así, la carne y espíritu, la realidad cotidiana y el pensamiento, la necesidad real y la libertad ideal, la esclavitud práctica y la potencia teórica de la inteligencia, la vida concreta pero miserable, y el reino espléndido pero imaginario de la Idea, están en conflicto. Después de un siglo, esta escisión, .esta conciencia desdichada del mundo moderno, no ha hecho más que multiplicarse y agravarse, hasta tornarse intolerable.

El propósito de Hegel fue elaborar un sistema filosófico que pudiera abarcar las ideas de sus predecesores y crear un marco conceptual bajo cuyos términos tanto el pasado como el futuro pudieran ser entendidos desde presupuestos teóricos racionales. Tal propósito requería tener en cuenta, primeramente, la realidad misma. Así, Hegel la concibió como un todo que, con un carácter global, constituía la materia de estudio de la filosofía. A esta realidad, o proceso de desarrollo total de todo aquello que existe, se refirió como lo absoluto, o espíritu absoluto. Para Hegel, el cometido de la filosofía es explicar el desarrollo del espíritu absoluto. Esto implicaba: 1) esclarecer la estructura racional interna de lo absoluto; 2) demostrar de qué forma lo absoluto se manifiesta en la naturaleza y en la historia humana; y 3) explicar la naturaleza teleológica de lo absoluto, es decir, mostrar el destino o el propósito hacia el que se dirige. La filosofía hegeliana se resume en la exposición de una vasta tríada: ser, naturaleza, espíritu, que se desarrolla siguiendo también un ritmo triádico que representa todas las formas posibles de lo real, desde las formas lógicas del pensamiento hasta las formas más elevadas de la vida espiritual, pasando por la naturaleza inorgánica y viva; en ellos reconocemos la cadena o serie de formas, cuya concepción había dominado, a partir de Leibniz, la filosofía del siglo XVIII que sirvió de base Hegel. La lógica que rige este proceso de desarrollo es la dialéctica. Por sí misma constituye un método de pensamiento.

Hegel realizó contribuciones fundamentales en una gran variedad de campos de la reflexión humana, que abarcan la filosofía de la historia, la estética y la ética social. En cuanto a la historia, sus dos categorías explicativas claves son la razón y la libertad. Mantenía que "el único pensamiento que aporta la filosofía al estudio de la historia es la idea de razón; porque la razón es la soberana del mundo, la historia del mundo se nos presenta, por tanto, como un proceso racional". Como proceso racional, la historia es el registro de la evolución de la libertad humana, porque la historia humana es una progresión desde una libertad menor hacia un estado de libertad máxima. Sus ideas sociales y políticas se muestran de forma más asequible en sus discusiones sobre moralidad y ética social. En cuanto a la moralidad, el bien y el mal son aspectos que conciernen la conciencia individual, desde los que se avanza hasta el nivel de la ética social ya que, según Hegel, el deber no es en esencia el producto de un juicio individual. Los individuos sólo son íntegros en la medida en que mantienen relaciones sociales, por ello el único contexto en el que el deber puede existir de hecho es en el plano social. Consideraba que la pertenencia al Estado es una de las mayores responsabilidades de los individuos; ya que el Estado es la manifestación de la voluntad general, que es la más alta expresión del espíritu ético; y por ello, el sometimiento a esa voluntad general es el acto propio de un individuo libre y racional, siempre y cuando el Estado no se desvié de la meta ideal de alcanzar la sociedad perfecta y la realización de los individuos; por ello afirmaba que la limitación de la libertad por parte del Estado totalitario es inaceptable en el orden moral.

Cuando Hegel estudia la riqueza, el poder estatal, como esencias devenidas extrañas a la naturaleza humana, no las toma más que en su forma abstracta; son seres de razón,) alienaciones del pensamiento puro … He aquí por qué toda la historia de la alienación y el movimiento inverso no son más que la historia de la producción del pensamiento abstracto, del pensamiento lógico, especulativo. Hegel pone justamente énfasis en la escisión interna de lo humano, en su desgarramiento y sus conflictos reales. Pero lo que se da en Hegel para caracterizar la esencia de esta escisión que debe ser abolida, no es el hecho de que la esencia humana se objetive inhumanamente, sino que se objetiva distinguiéndose del pensamiento abstracto. Hegel considera siempre el acto abstracto de postular alguna cosa, de formular una afirmación lógica. Lo define como el originar una serie de productos abstractos para alejarse luego de ellos. Formula el problema de la "apropiación de las fuerzas esenciales del hombre convertidas en objetos y en objetos extraños", pero esta apropiación no se da más que en la autoconciencia, en la abstracción. "La reivindicación del mundo objetivo para el hombre, el conocimiento del hecho de que… la religión, la riqueza, etc., no son más que la realidad alienada del hombre por lo tanto el camino hacia la verdadera realidad humana (toman) en Hegel una forma tal que la sensibilidad, la religión, el poder del Estado se presentan como manifestaciones espirituales". No se encuentra entonces en la Fenomenología más que un análisis crítico "enmascarado" y mistificado de esas manifestaciones y momentos del espíritu. En realidad, es comprensible que un ser vivo y natural posea los objetos de sus deseos y de su ser. Estos objetos no son su alienación. Por el contrario, él está "alienado" al no poder poseerlos. Se halla alienado si está dominado provisionalmente por un mundo "extraño" aunque nacido de él, e igualmente real por consecuencia. En esta alienación el hombre permanece como ser real y vivo que debe superar su alienación por una "acción objetiva". La crítica de la Fenomenología y de la teoría hegeliana de la alienación se orienta entonces sobre un humanismo positivo, que debe superar y unir el idealismo y el naturalismo o materialismo.

2: El materialismo marxista. La disertación de la paradoja que nace de las prerrogativas ciudadanas que dan derecho a ser egoístas, nos introduce al tercer escenario que sirve de base para nuestras consideraciones sobre la procedencia o no procedencia de la revisión del diferendo pontificio retomando la cuestión judía desde su perspectiva histórica. En 1844 la acalorada polémica surgida entre Karl Marx y Bruno Bauer por La Cuestión Judía, ya que Bauer sin dejar de observar la dimensión religiosa y cultural de la cuestión, difería de la emancipación de los judíos alemanes, en nombre de la emancipación política general. Y Marx opinando que el problema en su conjunto solo podía ser resuelto a través de la resolución del problema social general. Superando tanto la teología como el secularismo burgués apoyó el derecho de los judíos a la emancipación política introducida por la Revolución francesa, poniendo en el centro de la tensión social por la cuestión judía, la relación real entre la sociedad civil y el Estado moderno. Estableciendo la primacía de la sociedad en la esfera de los intereses materiales. Invirtiendo de forma materialista toda concepción hegeliana de la relación entre Estado y sociedad. Dejando entrever que el punto central de la controversia no era la cuestión judía como tal, sino los límites históricos de la democracia burguesa y la necesidad de romper con el liberalismo ante la necesidad filosófica de superar el límite alcanzado por la conclusión del sistema hegeliano. Ya que el Estado esconde tras sus fundamentos otros fundamentos sobre los que se apoya el derecho a ser egoístas, conclusión practica del judaísmo que transforma el Estado judeocristiano y a sus ciudadanos en opresores y oprimidos, homologando los designios supremaciítas de Israel, a los designios supremaciítas de los Imperios, los Estados fascistas y los potentados de la banca, la bolsa y las finanzas. Esta simbiosis genera conflictos internos y externos en el Estado judeocristiano que van más allá de las cuestiones específicamente religiosas provenientes del conflicto de "los intereses de las minorías privilegiadas -VS- los intereses de las mayorías agobiadas por la pobreza". Este conflicto de intereses intrínsico al Estado se convierte en el problema general de la época, que no ha sido resuelto porque la igualdad de los ciudadanos y sus derechos ante el Estado está limitada por las prerrogativas ciudadanas que nacen de los derechos humanos que amparan las garantías constitucionales que otorgan a los ciudadanos la libertad de profesar la religión que les convenza y dedicarse al oficio o profesión que más les convenga; por consiguiente arguyeron: "siendo los mitos inherentes a las convicciones religiosas la raíz que alimenta conflictos internos que dan lugar a la lucha de clases y actos de lesa patria, que generan posiciones opuestas e intransigentes que debido a la libertad de cultos imposibilitan al Estado laico derribar las barreras egoístas derogando las prerrogativas religiosas de los ciudadanos; lo que procede es disolver las posiciones fundamentalistas, intransigentes y radicales promoviendo el desarrollo del espíritu crítico de los ciudadanos inculcándoles principios universales, valores y teorías trascendentales que permitan ver a los ciudadanos los beneficios espirituales que obtienen al auto limitar sus prerrogativas ciudadanas anteponiendo el bien común a sus propios intereses económicos, de clase, raza o religión; es decir disolviendo su sentido de separación o egoísmo y practicando su sentido de unión"

El Manuscrito económico-filosófico, escrito por Marx en 1844 considera como esencial la pregunta: "Adónde conduce la lógica hegeliana?". El Manuscrito responde mediante una fórmula notable: "La lógica es la moneda del Espíritu". La lógica no es más que una parte de contenido, su aspecto más impersonal y el más elaborado por los intercambios intelectuales. Subsisten en las categorías lógicas algunas señales del contenido y de su movimiento, y hasta en esta abstracción se puede reconstruir el movimiento y hallar el contenido; pero la lógica no es sino el valor del hombre, expresado en pensamiento abstracto, su esencia vuelta indiferente e irreal. Forma, por lo tanto., parte de la "alienación" del hombre real, puesto que hace abstracción de éste, así como de la naturaleza y de la vida concreta. ¿Cómo se podría deducir de la lógica el mundo? ¿Y cómo resultaría ella la esencia del pensamiento humano? Hegel considera la creación del hombre por sí mismo como un proceso…". Examina la objetivación del hombre en un mundo de cosas externas y su desobjetivación (su toma de conciencia de sí) como una superación de esta alienación. Entrevé la esencia del trabajo como actividad creadora y comprende al hombre objetivo el único hombre real como resultante de esta potencia creadora. La transición de Hegel a Marx es, en ante todo, la transición a un orden de verdad esencialmente diferente, no susceptible de ser interpretado en términos filosóficos. Sabemos que todos los conceptos filosóficos de la teoría marxista son categorías sociales y económicas, mientras que las categorías sociales y económicas de Hegel son todas conceptos filosóficos. Ni siquiera los primeros escritos de Marx son filosóficos. Ellos expresan la negación de la filosofía, aunque todavía lo hacen con un lenguaje filosófico. Naturalmente, algunos de los conceptos fundamentales de Hegel se dejan ver en el desarrollo de Hegel a Feuerbach y a Marx; pero no es posible abordar la teoría marxista mostrando la metamorfosis de las viejas categorías filosóficas. Cada uno de los conceptos de la teoría marxista tiene una fundamentación materialmente diferente, así como la nueva teoría tiene un nuevo marco y una nueva estructura conceptual que no puede ser derivada de teorías anteriores. Para abordar el problema, diremos en primer lugar que en el sistema hegeliano todas las categorías culminan en el orden existente, mientras que en Marx se refieren a la negación de ese orden.

Paradójicamente el origen teórico y filosófico del materialismo dialéctico no se encuentra en la Lógica de Hegel, sino en su Fenomenología del espíritu. Esta es para Marx la llave del sistema hegeliano. Se encuentra en ella el contenido real de la vida humana, el movimiento ascendente que va "de la tierra al cielo". Contiene por lo tanto el aspecto positivo del idealismo hegeliano. Hegel resuelve el mundo en ideas, pero no se contenta con registrar pasivamente los objetos del pensamiento; busca exponer el acto de su producción (Cf. La ideología alemana, 1, 23 1) de forma tal que da "en el interior de la exposición especulativa" una exposición real que aprehende la cosa misma (La Sagrada Familia, L.N. 14 305). Según la Fenomenología, la relación del hombre consigo mismo y con la especie humana, la realización de sí mismo, no es posible más que gracias a la actividad de la humanidad entera, y supone la historia entera de la humanidad. La teoría de Marx es una "crítica" en el sentido de que todos los conceptos marxistas son una denuncia de la irracionalidad del orden existente. Marx consideraba la filosofía de Hegel como la declaración de principios burgueses más avanzada y comprensiva. Marx destaca particularmente las decisivas contribuciones del concepto hegeliano del trabajo. Hegel había dicho que la división del trabajo y la interdependencia general del trabajo individual en el sistema de las necesidades iguales, determinan el sistema del estado y de la sociedad. Además, el proceso del trabajo determina igualmente el desarrollo de la conciencia. La "lucha a vida o muerte" entre el amo y el esclavo abre el camino a la libertad auto consciente. Asimismo, es necesario recordar que la filosofía de Hegel se basa en una interpretación específica de la relación sujeto-objeto. Hegel convierte el antagonismo epistemológico tradicional entre sujeto (conciencia) y objeto, en la reflexión de un antagonismo histórico definido. El objeto aparece primero como objeto de deseo, algo que ha de ser configurado y apropiado con el fin de satisfacer una necesidad humana. En el curso de la apropiación, el objeto se manifiesta como la "otredad" del hombre. El hombre no está "consigo mismo" cuando trata con los objetos de sus deseos y de su trabajo, sino que depende de un poder externo. Tiene que vérselas con la naturaleza, el azar y los intereses de otros propietarios. El desarrollo más allá de este punto de la relación entre la conciencia y el mundo objetivo constituye un proceso social. Conduce primero al total "extrañamiento" de la conciencia; el hombre se ve abrumado por las cosas que él mismo ha hecho. Por lo tanto, la realización de la razón implica la superación de este extrañamiento, el establecimiento de una condición en la que el sujeto se conozca y posea a sí mismo en todos sus objetos.

Esta demostración del papel desempeñado por el trabajo y del proceso de la reificación y su abolición es, según Marx, la mayor realización de la Fenomenología del Espíritu. Pero en ésta se pierde toda la fuerza de la demostración, ya que Hegel afirma que la unidad del sujeto y del objeto ya había sido consumada, y el proceso de la reificación, superado. En el Estado monárquico, los antagonismos de la sociedad civil han sido relegados, y todas las contradicciones se reconcilian finalmente en el reino del pensamiento o del espíritu absoluto. ¿Coincidía efectivamente la "verdad" con el orden político y social dado? Entonces, ¿la historia había dispensado a la teoría de toda necesidad de trascender el sistema de vida dado en la sociedad? La respuesta afirmativa de Hegel se basaba en el supuesto de que las formas sociales y políticas habían llegado a adecuarse a los principios de la razón, de modo que las más altas potencialidades del hombre podían ser desarrolladas en el marco de las relaciones sociales existentes. Esta conclusión implicaba un cambio decisivo en la relación entre la realidad y la teoría; se sostenía que la realidad coincidía con la teoría. En la forma que finalmente le da Hegel, la teoría depositaria adecuada de la verdad, parece recibir los hechos tal como son y proclamarlos conformes a la razón. La verdad, según Hegel, es un todo que tiene que estar presente en cada uno de los elementos, de modo que si un elemento material o un hecho no pueden ser conectados con el proceso de la razón, la verdad del todo queda destruida.

Según Marx (Introducción a la crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel), tal elemento existía y era el proletariado. La paupérrima existencia del proletariado y su sufrimiento, contradice la supuesta realidad de la razón, ya que demuestra la negación misma de la razón. El destino del proletariado no es la realización de las potencialidades humanas, sino lo contrario. Si la propiedad constituye la principal dotación de una persona libre, el proletario no es libre ni tampoco es una persona, ya que no posee propiedad alguna al ser considerado como una cosa que puede ser sustituido fácilmente por otro sin costo alguno. Si el ejercicio del espíritu absoluto, el arte, la religión y la filosofía, constituyen la esencia del hombre, el proletario está excluido definitivamente de esta esencia, pues su existencia no le permite tener tiempo libre para dedicarse a esas actividades. Además, la existencia del proletariado vicia no sólo la sociedad racional de la Filosofía del Derecho de Hegel; vicia también toda la sociedad burguesa. El proletariado se origina en el proceso del trabajo, y es el ejecutor efectivo o el sujeto del trabajo en esta sociedad. No obstante, el trabajo, como lo mostró el mismo Hegel, determina la esencia del hombre y la forma social que ésta adopta. Entonces, si la existencia del trabajo testimonia "la pérdida completa del hombre", y esta pérdida es el resultado de la forma de trabajo en que se basa la sociedad civil, la sociedad está totalmente viciada y el proletariado expresa una negatividad total: "el sufrimiento universal" y "la injusticia universal". La realidad de la razón, del derecho y de la libertad se convierte entonces en la realidad de la falsedad, la injusticia y la esclavitud. La existencia del proletariado ofrece así un vivo testimonio del hecho de que la verdad no ha sido aún realizada. La historia y la realidad social mismas "niegan" así la filosofía.

Segundo considerando: La lucha intestina entre los críticos y los dogmáticos marxistas

La lucha intestina entre los críticos y los dogmáticos marxistas (Henri Lefrebve: El Materialismo Dialéctico), es semejante a la lucha que se da dentro de la Iglesia entre los conservadores y los modernistas. Esta lucha no ha terminado; continúa ásperamente. Hacia 1930, el marxismo oficial "institucional" se inclinaba ya hacia una filosofía sistemática de la naturaleza. En nombre de las ciencias "positivas", y especialmente de la física, se tendía a considerar a la filosofía como un cuadro para reunir los resultados de esas ciencias y para obtener una imagen definitiva del mundo. En los medios dirigentes, bajo el impulso de Stalin y de Zdanov, se quería así fusionar la filosofía con las ciencias naturales, "fundando" el método dialéctico sobre la dialéctica en la naturaleza. ¿Por qué esta sistematización? Comenzamos hoy a ver mejor y a saber mejor lo que sucedió, aun cuando no todo esté todavía claro:

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
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