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La Unión Europea llama a revisión al Euro la casa está en llamas II (página 10)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14

Según fuentes de la Presidencia
de turno española, la retirada de este punto del orden del
día se debe al deseo de reunir el mayor grado de acuerdo
sobre esta directiva clave para el sector financiero y a la que
se oponen Reino Unido y Estados Unidos. Londres se opone
prácticamente en solitario a la directiva por considerar
que perjudica a la City, donde se concentran entre el 70% y el
80% de los fondos europeos.

Esta directiva también ha
provocado ya un enfrentamiento entre la UE y EEUU. De hecho, el
secretario del Tesoro, Tim Geithner, ha escrito una carta a la
vicepresidenta económica del Gobierno y presidenta de
turno del Ecofin, Elena Salgado y al comisario de Mercado
Interior, Michel Barnier, en la que expresa su
"preocupación" por considerar que la norma de la UE sobre
"hedge funds" "discriminará a las empresas estadounidenses
y les denegará el acceso al mercado de la UE del que ahora
disfrutan".

Uno de los principales puntos de
discrepancia es el tratamiento que debe darse a los gestores de
fondos de alto riesgo basados fuera de la UE. Reino Unido reclama
que, si estos gestores son autorizados por el supervisor de un
Estado miembro, se beneficien de un pasaporte europeo que les
permita operar en todos los países de la UE. Ello
permitiría que los 'hedge funds' basados en territorios
dependientes de Reino Unido como Jersey o las islas Caimán
puedan trabajar en toda la UE si los aprueba la autoridad
británica.

El resto de estados miembros se opone a
dar un pasaporte europeo a los gestores de fondos extranjeros
porque no estarán sometidos a las mismas exigencias de
transparencia que impondrá la UE. Reclaman que se mantenga
la situación actual, es decir, que los gestores de fuera
de la UE tengan que pedir autorización en cada uno de los
países en los que quieran operar.

La norma sólo se aplicará
a los gestores de 'hedge funds' con una cartera de más de
100 millones de euros. Para los gestores que no recurran al
apalancamiento el límite para escapar a la
regulación será más alto, de 500 millones,
por considerarse que no plantean un riesgo
sistémico.

Para operar en la UE, los gestores de
fondos de alto riesgo deberán obtener la
autorización del supervisor del Estado miembro en el que
estén basados y estarán sujetos a
supervisión y a controles estrictos, así como a
duras exigencias de transparencia. Los supervisores
tendrán todos los poderes necesarios para intervenir en
caso de que el apalancamiento de los fondos suponga una amenaza
para la estabilidad del mercado financiero.

Los gestores que cumplan estos requisitos tendrán
derecho a gestionar y vender fondos no sólo en su propio
país sino en toda la UE, es decir, se beneficiarán
de un pasaporte europeo. La norma incluye además
restricciones a las primas salariales que cobran los gestores.
Francia considera insuficientes estos límites porque son
menos estrictos que los que la normativa europea prevé
para los directivos de bancos.

– Las exportaciones de Alemania, en el centro del debate
en la crisis europea (The Wall Street Journal –
16/3/10)

(Por Vanessa Fuhrmans) Lectura recomendada

Berlín.- Lo que pone en juego el gobierno
alemán al liderar un potencial rescate de Grecia a pesar
de la resistencia popular interna tiene menos que ver con salvar
al país heleno del colapso financiero que con proteger un
factor clave de la economía de la zona euro: las
exportaciones alemanas.

A la vez, los considerables
superávits comerciales de Alemania con sus vecinos del sur
están motivando llamados para que haga más para
ayudar a resolver los problemas de los atribulados estados
miembros en lugar de ofrecer consejos sobre medidas de
austeridad.

Alemania envía el 43% de sus
exportaciones a los países dentro de la eurozona de 16
miembros. Los envíos a países en la vulnerable
franja del sur de Europa -un grupo que incluye a Grecia,
España, Portugal e Italia– representan alrededor de un 12%
del total.

Eso significa que si los problemas de
crédito de Grecia se extienden a países más
grandes dentro del área de la moneda común, como
España, las repercusiones para la economía alemana
serían serias.

Alemania ha estado "financiando a gran
parte de Europa" afirma Nick Kounis, economista jefe europeo de
Fortis Bank, "pero también se beneficia mucho de la zona
de la moneda única".

Muchos economistas sostienen que el
desequilibrio comercial de Alemania con sus vecinos del sur de la
zona euro ha contribuido a sus problemas. La industria alemana
impulsó la competitividad de sus exportaciones durante la
última década en parte manteniendo los salarios sin
cambios.

Este factor ha ayudado a las
exportaciones alemanas, que representan alrededor del 40% de la
economía del país. Los críticos afirman que
la dinámica salarial también ha reducido el gasto
de los consumidores alemanes, lo que perjudicó las
exportaciones de otros países europeos a la mayor
economía de Europa.

El resultado es uno de los mayores
superávits comerciales del mundo, que alimenta al Producto
Interno Bruto de Alemania pero que se resta del de sus
vecinos.

"No estoy seguro de que sea un modelo
sustentable para todo el grupo", indicó la ministra de
Finanzas francesa, Christine Lagarde, en una entrevista con el
Financial Times el lunes, al referirse a la presión de
Alemania sobre sus costos laborales. "Claramente necesitamos una
convergencia mejor".

Una demanda más fuerte en
Alemania podría impulsar el crecimiento económico
en Grecia, España y otras economías con problemas,
lo que les facilitaría poner en orden sus finanzas
públicas. "Si los alemanes gastan más,
importarían más" del resto de la zona euro,
afirmó Howard Archer, economista europeo de IHS Global
Insight en Londres.

Alemania, como China, se ha visto sometida a la
presión internacional desde la crisis financiera de 2008
para reequilibrar su economía y hacerla menos dependiente
de las exportaciones, y para contribuir más a la demanda
global. "No podemos regresar a la era en la que los chinos o los
alemanes u otros países simplemente nos venden todo, y
nosotros nos endeudamos con tarjetas de crédito o
préstamos hipotecarios pero no les vendemos nada a ellos",
afirmó el presidente estadounidense Barack Obama en
septiembre.

Las autoridades alemanas rechazan las críticas
sobre la concentración del país en las
exportaciones. Durante una época de problemas
económicos, Alemania no ha estado dispuesta a adoptar
más medidas de estímulo porque aumentarían
su déficit presupuestario.

El gasto del consumidor alemán cayó un 1%
en el cuarto trimestre del año pasado, mientras las
exportaciones saltaron un 3%, al beneficiarse de la
recuperación de la demanda de otros
países.

"¿Rescate, qué rescate? La canciller
alemana, Angela Merkel, ha mostrado hoy su versión
más dura respecto a la crisis del euro dando a entender
que no habrá rescate de Grecia y que no se debe descartar
la expulsión de un miembro como "último recurso" si
éste incumple el Pacto de Estabilidad de manera reiterada.
Merkel dijo ante el Parlamento que el Pacto no funciona y que hay
que buscar soluciones a largo plazo. Grecia es una bomba
política en manos de Merkel: Alemania oriental no
perdonaría un rescate"…
Ángela Merkel saca
el dóberman a pasear para advertir sobre Grecia y la
Eurozona (El Economista – 17/3/10)

Cualquier decisión respecto a
Grecia debe ser tomada "con la vista puesta en la estabilidad del
euro a largo plazo. La solidaridad a corto plazo no es la
respuesta adecuada", explicó la canciller. "No necesitamos
una solución que ayude a corto plazo pero debilite a largo
plazo", añadió.

Esta idea contrasta con lo que dijo este lunes
Joaquín Almunia, comisario de Competencia, que aunque
valoró la idea de un Fondo Monetario Europeo a largo plazo
creía que era necesario resolver algunas cuestiones a
corto plazo.

También se pronunció a
favor de la posibilidad de excluir de la zona euro, "como
último recurso", a un país que "no cumpla las
condiciones una y otra vez". Esa postura ya había sido
defendida últimamente por su ministro de Finanzas,
Wolfgang Schäuble.

Merkel insistió en que Europa es
una comunidad solidaria en la que no se debe abandonar a nadie,
pero que "de nada sirven únicamente las manifestaciones de
amistad y las ayudas precipitadas". Lo que hace falta es que
Grecia "ataque el problema por la raíz y aplique
rigurosamente su plan de ahorro", dijo.

El Pacto de Estabilidad no funciona

"La situación de Grecia no es
producto de las embestidas de los especuladores, estos
sólo la han agravado, sino de una violación del
Pacto de Estabilidad Europeo que se prolongó durante
años", dijo Merkel durante el debate presupuestario
celebrado hoy en el Bundestag.

"Actualmente no tenemos los instrumentos
adecuados. Cuando se ideó el tratado (de Maastricht) se
planteó como sanción máxima para el
país que viole el Pacto de Estabilidad que tenga que pagar
una multa a la Comisión Europea. ¿Pero cómo
lo va a hacer un país que no tiene dinero?",
agregó.

Merkel no entró en más
detalles y tampoco se refirió a la propuesta de
Schäuble de crear en el futuro un Fondo Monetario Europeo
para evitar bancarrotas de socios, iniciativa que ella ha
calificado de "un buen enfoque", pero que, a su juicio debe
entenderse como un "último recurso", al final de "una
cadena de reacciones".

Dura respuesta a Francia

Angela Merkel también defendió la fuerza
exportadora de Alemania como uno de sus principales potenciales
de competitividad y rechazó con ello las críticas
de algunos socios que ven en el superávit comercial
alemán un problema para el equilibrio de la zona del
euro.

"No vamos a sacrificar nuestra fortaleza sólo
porque se compran más nuestros productos que los de otros
países", dijo Merkel durante el debate presupuestario, en
alusión a las críticas formuladas sobre todo por la
ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, que
instó a Berlín a impulsar la demanda interior para
ayudar a otros miembros.

La canciller reconoció que los elevados costes
laborales alemanes son efectivamente un problema, pero
insistió en que sería una política de
competitividad equivocada si Alemania sacrificara su potencia
exportadora.

Merkel subrayó que el gobierno
económico común que se plantea dentro de la
Unión Europea es una idea acertada, pero sólo "si
no se guía por el más lento, sino por el más
rápido". Sólo así, añadió,
Europa puede ser una región competitiva a escala
mundial.

"El dóberman no para de ladrar. Michael
Meister, portavoz de economía de la canciller alemana
Angela Merkel, ha señalado hoy que Grecia debería
dirigirse al FMI si necesita ayuda. Alemania, el país
más poderoso y locomotora de la Zona Euro, se distancia
definitivamente de la postura del BCE, de la Comisión
Europea y del presidente francés, Nicolas Sarkozy, que
prometieron ayudar al país y que descartaban acudir al
FMI. Martin Feldstein: "Las alternativas son algún tipo de
default o abandonar el euro, o las dos"…
¿La patada
final? Alemania deja claro que Grecia debe pedir ayuda al FMI (El
Economista – 18/3/10)

"Tenemos que pensar sobre quien tiene
los instrumentos para ayudar a que Grecia recupere el acceso a
los mercados de capital", explicó Meister, que es diputado
y miembro de la CDU, el partido de Merkel.

"Nadie más aparte del FMI tiene
esos instrumentos", sentenció el portavoz antes de
añadir que intentar un rescate de Grecia sin la ayuda del
FMI sería "un experimento muy osado".

Estas declaraciones están en
línea con lo que dijo ayer Angela Merkel ante al
Parlamento, que advirtió sobre la posibilidad de
expulsión de algún miembro si no cumplía con
el Pacto de Estabilidad de forma reiterada.

Además, la canciller descartó soluciones a
corto plazo aunque aseguró que Grecia no quedaría
abandonada. También dijo que la Eurozona, tal y como
está concebida ahora mismo, no funciona.

Holanda piensa igual que Alemania

Por otro lado, según el periódico Het
Financieele Dagbled, el parlamento holandés se opone a dar
préstamos a Grecia y también cree que el Gobierno
heleno debería pedir ayuda al FMI.

Grecia tiene vencimientos de deuda por unos 20.000
millones de euros hasta mayo. Sin embargo, los mercados dudan de
que pueda acceder a esa financiación.

Además de una posible expulsión de la
Eurozona, el default va tomando forma en el horizonte como una
opción para el país.

– ¿Quo Vadis Europa? (BBCMundo –
17/3/10)

(Por Marcelo Justo)

Lectura recomendada

Monografias.com

Una bandera, 27 miembros:
¿qué futuro?

TRATADOS DE LA UNIÓN EUROPEA

Tratado de Roma (1957): fundación de la Comunidad
Económica Europea con seis miembros.

Acta Única Europea (1986): firmada en 1986 con el
objetivo de crear para 1992 un mercado común europeo con
libre circulación de mercancías, capitales y
servicios.

Tratado de Maastricht (1992): cambia el nombre a
Unión Europea que cuenta ya con 12 miembros y añade
a la cooperación económica, una mayor
integración europea en defensa, justicia y
seguridad.

Tratado de Ámsterdam (1999): incorpora a la UE
principios de libertad, democracia y respeto a los derechos
humanos.

Tratado de Lisboa (2007): la Unión Europea cuenta
con 27 miembros tras la incorporación en 2004 de diez
países, la mayoría de Europa del Este y en 2007 de
los dos últimos miembros en sumarse a la UE (Bulgaria y
Rumania)

La economía estancada, el euro en
crisis, un presidente de la comisión europea que nadie
conoce, una responsable de Relaciones Exteriores igualmente
anónima… la Unión Europea parece sumida en una
crisis de identidad a más de 50 años del comienzo
del proyecto paneuropeo.

En un discurso ante el parlamento
alemán, la canciller Angela Merkel dijo este
miércoles que los 16 países de la eurozona
podían considerar la exclusión de uno de sus
miembros para salvaguardar la estabilidad del euro.

Las palabras de Merkel dejan en claro
las dudas que suscita la crisis griega. La eurozona no logra
ponerse de acuerdo para evitar la posible cesación de
pagos de Grecia y parece mirar la crisis que se perfila en el
horizonte de España, Portugal e Italia con la velocidad de
reflejos de un conejo encandilado por los faros de un coche en
medio de una carretera.

Este lunes, en Bruselas, los 16 países hablaron
de un plan de rescate, pero no precisaron cuánto dinero
pondría sobre la mesa y qué canales
adoptarían para la ayuda, datos esenciales para saber si
Grecia cuenta con el apoyo que necesita para hacer frente a los
20.000 millones de euros que requiere de acá a mayo para
evitar la cesación de pagos.

En el plano diplomático se
advierten más dudas que certezas. Mientras en las primeras
décadas el proyecto paneuropeo crecía de los 6
miembros originales del Tratado de Roma (1957) a los 12 del
Tratado de Maastricht (1992) y se convertía en la primera
década del siglo 21 en una fuerza de 27 naciones, hoy, en
medio de la debacle económica planetaria, está
mostrando una alarmante falta de iniciativa.

Piotr Kaczynsky, investigador del Centro para Estudios
Europeos de Bruselas, ve dos temas de fondo en esta
crisis.

"Una parte de esta crisis de identidad
es institucional. Otra histórica. Europa fue durante mucho
tiempo el centro del planeta. Ya no lo es, pero todavía
hay muchos países como el Reino Unido, Alemania o Francia
que no se dan cuenta que sólo son relevantes como parte de
una unidad superior", señaló a BBC Mundo

¿Alguien a cargo?

En lo institucional los críticos hablan de
arteriosclerosis de un cuerpo demasiado grande para tener la
vitalidad necesaria en un mundo que gira a una velocidad
demencial.

Según estos críticos un ejemplo de esta
lentitud es el borrador del programa económico de los 27
miembros de la Unión Europea, Europa 2020, presentado el
miércoles 3 de marzo.

"Mientras Grecia tiembla y sufre y los sospechosos
habituales especulan contra el euro, a Bruselas sólo se le
ocurre anunciar que fabricarán "un marco para afrontar las
inminentes amenazas a la estabilidad financiera del euro",
señala en una columna en "El País" de España
Xavier Vidal-Folch.

El Tratado de Lisboa, que entró
en vigor en diciembre, es un intento de oxigenar una
mecánica institucional que ha dado claras señales
de oxidación.

El Tratado otorgó más poder al Parlamento
Europeo, aceleró los mecanismos de voto y creó dos
nuevos puestos: presidente del Consejo Europeo y responsable de
la política exterior del bloque comunitario.

El problema es que debido a las
innumerables tensiones políticas que conviven en la UE
(estados chicos versus grandes, norte y sur, la dupla
Alemania-Francia frente al Reino Unido) no se eligieron figuras
con gravitación propia sino dos virtuales
desconocidos.

Ni el ex primer ministro belga Herman
Van Rompuy a cargo del ejecutivo ni la laborista británica
Catherine Ashton titular de relaciones exteriores de la UE
tienen, según los comentaristas, peso propio como para
sentarse a negociar con Barack Obama, Hilary Clinton o Wen Jiao
Bin.

Es la economía, estúpido

Estos vaivenes de la UE se hacen mucho
más difíciles en medio de una crisis
económica.

En los albores de la actual crisis, la
UE reaccionó con celeridad para aprobar paquetes de
estímulo fiscal que ayudaron a evitar una debacle como la
de los años 30.

Pero en la zona del euro la crisis ha
puesto al descubierto falencias, limitaciones y diferencias que,
para algunos comentaristas, pueden ser letales.

De la noche a la mañana se supo
que Grecia tenía un déficit fiscal de 12,7%
más de cuatro veces superior al techo del 3% que rige para
la eurozona.

Los críticos señalan que
desde el lanzamiento de la moneda única europea se hizo la
vista gorda sobre la "magia contable" que había en las
cuentas fiscales de Atenas.

Otros indican que el euro tenía
un pecado de origen: no se puede tener una misma moneda y
autoridad monetaria (el Banco Central Europeo) sin tener una
política fiscal común.

"Muchos economistas se opusieron a una creación
prematura del euro porque no teníamos un nivel de
integración política y económica que pudiera
sostener la moneda. Al euro le falta un mecanismo de
cohesión entre economías muy diferentes", dijo a
BBC Mundo Ansgar Belke, jefe de investigaciones del Instituto
Alemán de Investigación económica, y
observador del Banco Central Europeo.

Por el momento la crisis griega ha mostrado crecientes
divisiones entre Alemania, reticente a toda ayuda, Francia,
más negociadora, y países como España,
Portugal e Italia, alarmados por lo que perciben como falta de
"solidaridad", un principio de la UE.

Adiós a la guerra

Los defensores del proyecto pan europeo señalan
que la UE sigue funcionando como un foco de estabilidad en un
mundo sin brújula.

En sus más de 50 años de existencia este
proyecto, surgido de las cenizas de la segunda guerra mundial, ha
superado crisis económicas, la guerra fría y el fin
del comunismo sin derramamiento de sangre.

A este éxito le ha sumado la integración
de economías menos desarrolladas (como España y
Portugal en los 80) que dieron un gran salto gracias a su
incorporación al proyecto pan europeo y a la solidaridad
de los fondos de cohesión (ayuda presupuestaria para el
crecimiento de los menos desarrollados)

Estos dos pilares han sido un
imán para aspirantes a incorporarse a la UE. Para los
atribulados países balcánicos, por ejemplo, la
pertenencia al club europeo es una promesa de prosperidad y un
paraguas protector a los conflictos armados que sacudieron la
zona en los 90.

Pero muchos creen que la UE no
está en condiciones de seguir ampliando el número
de miembros.

"Hace tiempo que el dilema es entre expandirse o
profundizar. Mi opinión es que llegó el momento de
consolidar el actual proceso", indicó a BBC mundo Ansgar
Belke.

En medio de la actual incertidumbre mundial, no cabe
duda que la economía será fundamental para que la
UE recupere el ímpetu de otras épocas.

"La Comisión Europea alertó ayer del
riesgo de fracaso de los planes de ajuste fiscal de la
mayoría de las economías de la zona euro, incluida
España. Bruselas considera acertadas las medidas aprobadas
hasta ahora, pero duda de la viabilidad de los objetivos marcados
para el próximo trienio"…
La CE desconfía de
los planes de ajuste de todas las grandes economías de la
UE (Cinco Días – 18/3/10)

Previsiones de crecimiento demasiado
optimistas; ingresos fiscales exagerados; falta de medidas
concretas para volver a situar el déficit público
por debajo del 3% marcado por las normas comunitarias. Son las
tres preocupantes señas de identidad que dominan los
programas de estabilidad y de convergencia de 14 países
analizados ayer por la Comisión Europea.

Como consecuencia, Bruselas teme que
fracase de manera estrepitosa la estrategia de
consolidación fiscal puesta en marcha tras la crisis y que
en la mayoría de los casos debería completarse en
2013. Y esa lectura tiene visos de ser realidad porque los
programas analizados corresponden a las mayores economías
de la zona euro (Alemania, Francia, Italia, Holanda y
España, entre otras) y de la UE (como Reino Unido o
Suecia).

"Los principales riesgos para el proceso
de saneamiento radican en las hipótesis
macroeconómicas un tanto optimistas y en la falta de
precisión en las medidas de ajuste", señaló
en un comunicado el Comisario europeo de Asuntos
Económicos, Olli Rehn.

Sólo dos países tan
periféricos como Estonia y Bulgaria prevén mantener
sus números rojos por debajo del 3% durante todo el
periodo analizado (2010-2103). El resto, sólo aspira a ese
umbral sin concretar cómo lograrlo. Y en el caso
más grave, el del Reino Unido, el programa presentado ni
siquiera prevé cumplir el Pacto en el plazo más
largo que se concedió el año pasado (hasta
2014).

"Los Gobiernos no parecen ser conscientes de que la
recuperación no devolverá a la UE a tasas de
crecimiento como las anteriores a la crisis", señalaron
ayer fuentes del departamento de Asuntos Económicos y
Financieros de la CE, encargado de la revisión anual de
los programas de estabilidad. Las mismas fuentes creen que esa
falta de realismo ha llevado a la mayoría de las capitales
a sobrevalorar la capacidad de recaudación fiscal que
tendrán cuando regrese el crecimiento.

Dentro de la zona euro, la mayor divergencia para 2010
entre la previsión de crecimiento de la CE (de noviembre
de 2009) y la de los programas de estabilidad se encuentra en
Holanda y es de 120 puntos básicos. En 2011, la palma del
optimismo se la llevan España y Finlandia, que mejoran en
80 puntos básicos el pronóstico de la
CE.

En el conjunto de la UE destacan los datos del Gobierno
de Gordon Brown, que apuesta por un crecimiento que rebasa en 110
y 140 puntos básicos la previsión de la CE para
2010 y 2011.

El riesgo de un continuo descalabro
fiscal resulta especialmente alarmante en un momento en que la
deuda pública de la zona euro, según Bruselas, se
puede disparar hasta casi el 90% del PIB el año que viene
(71,9% en el caso de España).

Y puede colocar a los socios de la zona
euro en una situación presupuestaria difícilmente
sostenible por el impacto del envejecimiento de la
población y el creciente coste del servicio financiero de
la deuda.

Ningún país detalla las medidas fiscales
para 2011 y 2012

Bruselas ha evaluado los planes de estabilidad de este
año más a ciegas que nunca porque ningún
país ha detallado las medidas presupuestarias concretas
para 2011 y 2012. Algunos países, como Bélgica, ni
siquiera mencionan las del segundo ejercicio. Otros como Reino
Unido no han puesto ningún límite de gasto a los
ministerios. Berlín, París y Roma, al igual que
Madrid, sólo especifican las medidas a adoptar durante el
presente ejercicio.

Y las dudas de la CE aumentan en el caso de los
objetivos de déficits marcados por España, Alemania
o Italia, dada la importante descentralización de la
política fiscal en esos tres países. Bruselas
también se inquieta por la falta de margen de maniobra del
programa francés, cuyos objetivos pueden frustrase si el
crecimiento fuera menor de lo previsto. Aunque la CE acepta como
eximente la incertidumbre económica, quiere más
datos.

– La UE hace lo posible por alcanzar un acuerdo sobre
inversiones alternativas (Expansión –
18/3/10)

(Por Nikki Tait) Lectura recomendada

Afirmar que la UE está apurando
hasta el último momento para encontrar una solución
a sus planes de regular los hedge fund (inversión
alternativa) y las firmas de capital riesgo sería quedarse
corto.

Después de que las numerosas
gestiones no dieran los frutos esperados de alcanzar un
compromiso conjunto, la ministra española de
Economía Elena Salgado, ha propuesto a sus
homólogos de la UE ampliar varias semanas la ronda de
negociaciones. Hace casi un año que la Comisión
Europea dio a conocer por primera vez sus propuestas para regular
el sector de los hedge fund", iniciativa que ha sido objeto de
numerosas críticas.

Desde entonces, se han intensificado las
campañas de los activistas del sector y se ha conseguido
avanzar en muchos de los aspectos más polémicos,
desde cómo definir los límites de los
créditos a la normativa referente a la
remuneración. El aspecto que más
confrontación genera entre los ministros es el denominado
elemento de "tercer país", que definiría los
términos y condiciones según los cuales los fondos
no pertenecientes a la UE estarían obligados a cumplir con
las nuevas normas si desean operar dentro del
territorio.

Divergencias

La idea es que esta iniciativa se pueda
poner en práctica, dado que estas empresas ya están
"protegidas" por la normativa de sus países de origen,
equivalente a la de la UE.

Lo que más preocupa en Reino
Unido es cómo se define esa equivalencia; también
hay divergencias entre Reino Unido y otros estados miembros sobre
el grado de potestad que se otorgaría a la Comisión
Europea para imponer condiciones. Este aspecto enlaza con la
cuestión de si se debería otorgar el llamado
"pasaporte" de la UE a las gestoras de fondos autorizadas. Esta
idea se introdujo en la propuesta original de la Comisión
y tuvo una buena acogida en el sector, pero desde España
acabó rechazándose.

Las críticas

Para Reino Unido, que alberga el 80% del
sector europeo de hedge fund, estos aspectos son sumamente
importantes. La comunidad de gestoras de fondos ha criticado
duramente la solución "desprovista de pasaporte"
asegurando que es proteccionista, y que podría provocar
represalias por parte de otras jurisdicciones. Londres
también ha insistido ante las autoridades que, sin el
pasaporte, la nueva normativa aportaría sólo
inconvenientes, ya que durante la próxima década
los costes reguladores se dispararían.

No obstante, Francia y otros estados
miembros aseguran que se supone que el mercado único
está diseñado para beneficiar en primer lugar a los
miembros del bloque. "El pasaporte es una idea inconcebible para
algunos países", opinaba un alto cargo
público.

Aunque no esté completamente aislado, a Reino
Unido, casi con toda seguridad, le faltarán los votos
necesarios para bloquear la solución adoptada por
España. No obstante, Madrid ha optado por no intentar
imponer su solución, consciente de la importancia de
Londres en el sector de los servicios financieros y con la vista
puesta en las próximas elecciones generales que se
celebran en Gran Bretaña.

"Necesitamos el mayor grado de consenso posible…
Creemos que podemos conseguir más… Todavía quedan
algunas semanas", declaró Salgado. No obstante, la
ministra también dejó claro que España sigue
considerando "prioritaria" la firma de un acuerdo durante su
presidencia, lo que hace pensar es que el asunto volverá a
plantearse durante las próximas reuniones de los ministros
de Economía, en mayo o junio. Lo que está menos
claro es si para entonces habrá cambios de
opinión.

Al menos, las elecciones británicas se
habrán celebrado ya, por lo que habrá menos
obstáculos a que se aumente la presión para aprobar
la normativa. Otra posibilidad sería relegar el asunto a
la presidencia belga, alternativa que los observadores creen cada
vez más probable.

Aplazamiento

El aplazamiento hace que la atención se centre
ahora en el Parlamento Europeo, que deberá aprobar la
nueva normativa antes de que la ley entre en vigor. Allí,
un comité parlamentario analiza más de 1.600
enmiendas propuestas, por lo que resulta prácticamente
imposible saber cómo será el texto
definitivo.

Jean-Paul Gauzes, el influyente eurodiputado
francés que dirige el proceso, ha indicado que es
partidario de una solución intermedia al pasaporte, aunque
también cree que para ponerse en práctica
debería haber un periodo de transición. Puede que
la única certeza de esta batalla sobre la polémica
legislación de hedge funds sea que se prolongará
como poco durante meses.

Difícil trayectoria

Principios de 2008

Crece el entusiasmo por la
regulación de los hedge fund y de las firmas de capital
riesgo entre los parlamentarios europeos.

14 enero de 2009

José Manuel Durao Barroso, presidente de la
Comisión Europea, se dirige por escrito a los legisladores
socialistas prometiendo nuevas regulaciones.

29 abril de 2009

La Comisión Europea publica un
borrador que provoca una respuesta airada de la
industria.

2 septiembre de 2009

El Parlamento Europeo comienza a debatir
la propuesta. Suecia, recomienda introducir cambios y Reino Unido
intensifica su campaña de presiones.

7 diciembre de 2009

El Parlamento Europeo declara que las
propuestas son "prematuras", un duro golpe a la presidencia
sueca, que contaba con la aprobación de un acuerdo a
finales de año.

23 febrero de 2010

Jean Paul Gauzes, el europarlamentario
responsable de sacar adelante la propuesta, se muestra
"optimista" ante las perspectivas de llegar a un
acuerdo.

1 marzo de 2010

Tim Geithner, secretario del Tesoro
estadounidense, advierte de que la normativa podría
provocar una crisis entre EEUU y la UE por la presunta
discriminación a los grupos estadounidenses.

16 marzo de 2010

Los ministros de Finanzas de la UE
abandonan los esfuerzos de alcanzar una solución inmediata
después de que Gordon Brown rechazara aceptar el
acuerdo.

(The Financial Times Limited 2010. All Rights
Reserved)

– Crisis del euro – La hora de Alemania (Libertad
Digital – 17/3/10)

(Por GEES) Lectura recomendada

Alemania parece haber llegado a una
conclusión: o se cumplen los tratados o se hacen cumplir.
Sólo hay una salida: que permanezcan en el euro los que
puedan seguir en él.

Como en un chiste, va Merkel y le dice a Zapatero:
"Tengo dos noticias, una buena y una mala". Primero la buena,
responde éste. "Hemos decidido hacerte caso y adoptar las
sanciones que propusiste al empezar tu presidencia europea". Muy
bien; ¿y la mala? "Que tienes un año si no quieres
que te expulsemos del euro".

Mientras se volatiliza la UE, Alemania
surge como único defensor de la ortodoxia jurídica
y económica. Ya el Tratado de Lisboa, contrariamente a la
interpretación que se ha vendido, constata la
paralización de la UE y la renacionalización de las
políticas, pero la querencia a saltarse los tratados llega
hoy a niveles insospechados. Así, se lleva mes y pico
haciendo como que se discute el rescate de Grecia cuando el
artículo 123 del Tratado de Funcionamiento de la UE y el
21 del Estatuto del BCE lo prohíben. Cierto, los tratados
pueden cambiarse. Pero la modificación que se vislumbra es
otra, y viene determinada por la triple crisis
económica.

Hay una primera crisis financiera en los
Estados del euro -no sólo, también en
economías tan esenciales como la americana o la
británica- provocada por un exceso de deuda, causado por
el rescate de los bancos y los llamados planes de estímulo
que sustituyeron al debilitado crédito privado. Sobre esta
se superpone otra, la segunda, menos coyuntural, que es la del
Estado del bienestar, o del despilfarro público, generada
por las ineficiencias de innumerables sujetos públicos a
los que hay que añadir el decrecimiento demográfico
que afecta dramáticamente el gasto en pensiones. Lo que se
deduce de ambas es que la premisa de la espiral de gasto -que los
Estados no pueden quebrar-, era mentira.

Por fin, tercera calamidad, que no es
ocioso recordar: la burbuja económica estalló
porque los tipos, habiendo sido excesivamente bajos, generaron
inversiones ineficientes. Llámense derivados o ladrillos,
esto es secundario. Por razones políticas, se ha decidido
resolver la cosa manteniendo los tipos a un nivel cero en Estados
Unidos y al 1%, en la zona euro. Resulta que los tipos de
interés son como las manzanas, existen en la realidad, no
son una ficción. Son el precio que hay que pagarle al que
tiene el dinero por no gastárselo hoy, que es cuando le
apetece, para que demore su disfrute. Pero gracias a la simbiosis
política de los bancos centrales con los políticos,
no siempre coincide con lo que mandaría el mercado. Es
decir, no sólo nos hemos empeñado, sino que es
probable que lo hayamos hecho en gastos superfluos.

¿Qué hacer? Para algunos -no entre los
más tontos, pero sí los más descarados, la
ministra francesa de Economía- ha de prevalecer de nuevo
la política. Ha tenido el valor de decirle a los alemanes
que es su exceso de ahorro y la falta de demanda interna lo que
impide salir de la crisis. C"est magnifique, mais ce n"est pas de
l"économie!

Pero lo que esto evoca es que el
problema económico es una broma comparado con sus
consecuencias políticas: Alemania no quiere asumir el
gasto de un rescate y el mando que ello conlleva porque tiene
miedo de ejercer ese poder, y porque su lozanía tampoco es
tanta. Y es de suponer que no serán muchos los que quieran
entregar, mucho menos por la vía de hecho, la
soberanía presupuestaria, núcleo esencial
teórico de las democracias parlamentarias, en manos de un
directorio en Bruselas o Berlín. Esto tendría
repercusiones difíciles de evaluar. Algo de ello se ve ya
en Grecia.

Así que Alemania parece haber
llegado a una conclusión: o se cumplen los tratados o se
hacen cumplir. Sólo hay una salida: que permanezcan en el
euro los que puedan seguir en él, y lo demuestren habiendo
hecho sus reformas en un año, y que salgan los
demás. ¿Es esto lo que nadie está diciendo
pero todo el mundo ha asumido ya en Bruselas? Pues que salga el
presidente de turno y lo explique, si es que se ha enterado de
algo. Basta de despotismo.

Menudo viaje de dos años vulnerando todas las
reglas, económicas y jurídicas, para acabar
concluyendo que hay que seguirlas.

(GEES, Grupo de Estudios Estratégicos)

– ¿Un Fondo Monetario Europeo? España
sería uno de los primeros "rescatados" (Expansión –
19/3/10)

(Por Edward Hugh) Lectura recomendada

Una de las cosas más curiosas que
he observado últimamente mirando la televisión, es
que mientras ha habido muchos comentarios relacionados a
propósito de poner en marcha un Fondo Monetario Europeo,
parece que nadie ha sentido la necesidad de explicar
cuáles serán los primeros clientes de esta entidad,
ni mucho menos se ha atrevido a nombrar el país que tiene
muchos números de encabezar la lista de invitados a la
fiesta: el Reino de España.

Semejante lapsus ya lo voy a corregir yo, en este
espacio. Es evidente que el nombre de Grecia está en la
mente de todos, pero el de España no queda demasiado
atrás, ni tiene razones de sentir ningún tipo de
envidia por el tratamiento especial que Grecia está
recibiendo en estos momentos.

Según el ministro de Finanzas
alemán Wolfgang Schäuble, la propuesta de crear un
Fondo Monetario Europeo será respaldado por sanciones
bastante severas en el intento por hacer que los países
cumplan la disciplina presupuestaria y, de hecho, quien no cumpla
puede enfrentarse a la expulsión de la zona euro "como
último recurso".

Como el Financial Times señala en
un editorial, Wolfgang Schäuble, parece más
preocupado por la estabilidad que por el crecimiento, ya que
quiere crear la nueva estructura de supervisión
económica destinada a preservar el "equilibrio interno de
la zona euro", donde el énfasis se pone en la rectitud
fiscal, mientras que hay pocos indicios de cómo las
economías de la periferia de Europa van a encontrar su
camino de regreso al crecimiento.

La parte más importante de la
propuesta del señor Schäuble se encuentra en un
conjunto de nuevos instrumentos destinados a impedir que los
países de la zona euro acumulen grandes déficits
fiscales. De hecho, en su artículo el Ministro revela
hasta donde los halcones fiscales de Berlín están
dispuestos a llegar en su determinación de imponer el
rigor fiscal, amenazando incluso en negar el acceso a los fondos
de cohesión de la Unión Europea, la
eliminación de derechos de voto en las comisiones
ministeriales e incluso la suspensión, en el peor de los
casos, de la pertenencia a la zona del euro.

Gideon Rachman en su Blog del Financial Times va
directamente al grano de la cuestión, en un
artículo adecuadamente titulado "la cámara de
tortura de Wolfgang Schäuble", donde dice:

"¿Podría ser que el señor
Schäuble en realidad quisiera convencer a los griegos y a
otros posibles malhechores que el costo de permanecer en la zona
del euro es prohibitivamente alto? Porque mas allá de su
declaración de que "no hay alternativa a la unión
monetaria", el ministro de Finanzas alemán en realidad
plantea otra alternativa en la cual los países
débiles deberían ser expulsados del euro. Él
escribe – "Si un miembro de la zona del euro se encuentra
incapaz, en última instancia, de consolidar sus
presupuestos o restablecer su competitividad, el país
debería, como último recurso, salir de la
unión monetaria". Él no dice puede, dice
debería. Esto me parece decisivo. En esencia, el gobierno
alemán está proponiendo que se expulsen a los
débiles de la zona euro".

El verdadero problema con todo esto es
que el diagnóstico que se encuentra detrás de sus
propuestas es, con toda probabilidad, equivocado. No todos los
países de la periferia de Europa están sufriendo el
mismo problema, y no todos ellos han ido derrochando desde el
punto de vista fiscal en el pasado, y aunque todos los
países más vulnerables necesitan tomar medidas para
corregir su gran déficit fiscal, esto por sí solo
no restablecerá el crecimiento. Lo que sí que
hará es elevar sustancialmente la temperatura
política en los países afectados, y además
el proceso puede resultar bastante doloroso, y por eso, no sin
razón, el Señor Rachman nos habla del uso de los
instrumentos de tortura.

Entonces, ¿cuál es la alternativa? El
primer paso hacia un nuevo planteamiento sería que los
respectivos gobiernos dejan de negar la gravedad de los problemas
a los que se enfrentan sus países.

(Ver Primera Tabla en página
horizontal)

Por lo tanto, ellos deben aceptar el
hecho de que volver a los déficits dentro del
límite del 3% en el 2013 implicaría un crecimiento
negativo durante todo el periodo de ajuste, y no, como pasa
ahora, presentarnos cifras de crecimiento económico que
proceden más de los sueños de una Alicia perdida en
el país de las maravillas que de cualquier tipo de
análisis sensato de las posibilidades reales.

De hecho, Daniel Gros, uno de los economistas que ha
inspirado la propuesta de crear un fondo europeo, reconoce
claramente esta realidad. En un estudio donde explica la gravedad
de la crisis que espera a estos países, dice lo
siguiente:

"El impacto del ajuste fiscal sobre la
producción en todos los países implicados, a
excepción de Italia, es sin duda tan grande como para ser
políticamente inviable…. Para Grecia, por ejemplo, aun
suponiendo una tasa de crecimiento subyacente tendencial del 3%
anual, la caída prevista en el PIB seguiría siendo
alrededor del 15% " (ver última columna en "Table 1", 24.6
– 9 = 15, en el caso de un ajuste de 3
años).

Eso significaría, en el caso de España,
una bajada del PIB de un 16,5% (ver "Table 1") menos el
crecimiento tendencial, que en la actualidad, después de
la caída de la construcción, es muy difícil
de estimar pero en todo caso es muy inferior del 3% anual. Gros
basa sus argumentos en la aplicación de un multiplicador
keynesiano clásico (es decir, él intenta estimar el
impacto que la reducción del gasto puede tener en la
medida en que se propaga a través de toda la
economía).

(Ver Segunda Tabla en página
horizontal)

La realidad es que el sector privado de España
(hogares y empresas) se encuentra más endeudado aún
que el gobierno, y por lo tanto, una expansión
significativa en su deuda es altamente improbable, lo que
significa que unas tasas de crecimiento del consumo privado de
alrededor del 2% durante el ajuste (como se presenta en el
Programa de Estabilidad) son totalmente irreales.

Así que, como Daniel Gros pregunta,
¿qué pueden hacer Grecia, España, Portugal,
Irlanda, etc. para escapar del círculo vicioso – tipo
argentino – de mayores primas de riesgo y bajas perspectivas
económicas al que se enfrentan? La única manera de
hacerlo es hacer que estos países sean más
competitivos y así estimular las exportaciones. Como Gros
afirma:

"Esto sólo puede lograrse a
través de una reducción de los salarios (o de los
costos de producción) en el sector privado de entre 10 y
20%. Recortes en los salarios de este orden de magnitud se
encontrarán con una resistencia popular fuerte. Semejantes
cambios sólo podrían venir al final de un proceso
muy doloroso, cuando el desempleo haya alcanzado cotas nunca
antes vistas, o podrían llegar mucho antes, como resultado
de un pacto de estado en el que el gobierno, los partidos de la
oposición y los interlocutores sociales estén de
acuerdo en lo que se necesita en las circunstancias
actuales".

Así que existe, pues, una
alternativa. No todos tenemos que ir a visitar la cámara
de tortura. Lo que necesitamos hacer es tratar de simular una
devaluación externa a través de una vía
interna. Ésta seguramente no sería indolora del
todo (además, los bancos no estarían nada
contentos, debido al impacto en sus balances), pero es la
única manera razonable de salir adelante si España
quiere mantener su participación en la zona euro frente al
endurecimiento del discurso alemán.

Y en cuanto a Alemania, sólo
mirando la tabla siguiente, es fácil de ver que el
déficit por cuenta corriente en el sur de Europa tiene su
reflejo en el superávit alemán.
Conformándose con ejercer una presión fiscal
inaguantable sobre sus propios socios en la zona euro, Alemania
sólo conseguiría enviarse a sí mismo, una
vez más, a la recesión (y como sostengo
aquí, bien pudiera haber sucedido ya).

Y la propuesta alemana no ha permanecido sin respuesta
por mucho tiempo. Esta semana, y otra vez desde las
páginas del Financial Times, la Ministra de Financias
francesa Christine Lagarde lo deja claro, los superávits
de comercio alemán, edificados gracias a unos costes
laborales en un apretón hacen insostenible el ajuste por
parte de otros países de la zona euro.

"¿(Podrían) los que tienen
superávits hacer un poquito para ayudar? Se necesitan dos
para bailar un tango", dijo en una entrevista "No puede ser que
esto sólo se trate de la aplicación de unos
principios de déficit. Es evidente que Alemania ha hecho
un trabajo increíblemente bueno durante los últimos
10 años, una mejora de la competitividad y una
presión muy alta sobre sus costes laborales. Cuando
miramos los costes laborales unitarios a Alemania, vemos que han
hecho un gran trabajo en ese sentido. Pero no estoy seguro de que
este sea un modelo sostenible a largo plazo para el conjunto del
grupo. Es evidente que necesitamos una mejor convergencia entre
países.".

Monografias.com

Evidentemente, todas las partes tienen
un interés común aquí – tanto a nivel de
estado como a nivel de la Comunidad Europea. Podemos hacer este
ajuste de la manera más difícil, o entre todos
podemos hacerlo de la manera más fácil,
¿qué prefiere? Para poder hacer esa
elección, los españoles necesitan estar bien
informados sobre el alcance real de su situación, y para
poder tomar la decisión sabia necesitan "entrar en
razón" y asumir que la culpa y la responsabilidad
aquí la tenemos entre todos, ya que las fórmulas
para salir de la crisis sin dolor ahora han quedado atrás,
debido a los casi tres años de inactividad
total.

Monografias.com

Monografias.com

"El presidente de la Comisión Europea,
José Manuel Durao Barroso, subrayaba hoy que sacar a un
país de la zona euro es una hipótesis que no
contemplan los tratados europeos y no descarta que Grecia pueda
recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI)"…
Barroso
recuerda que sacar a un país del euro está
descartado con los tratados actuales (Expansión –
19/3/10)

La exclusión de uno de los
miembros de la zona euro "no se puede contemplar en el marco
actual. Iría incluso contra los tratados", ha afirmado
Barroso en una entrevista al canal de televisión "France
24".

En cuanto a la posibilidad de que Grecia
termine recurriendo al FMI, no la descarta en la medida en que
recuerda que ese país forma parte del fondo, al igual que
el resto de los Estados de la Unión Europea.

"De hecho, los Estados miembros son de
lejos la principal fuente de ingresos para el FMI", ha
añadido, antes de considerar que utilizar su dispositivo
para el salvamento financiero "no es una cuestión de
prestigio, es una cuestión de ver cuál es la mejor
manera de responder a la situación".

Ha insistido en que puesto que "Grecia ha tomado
decisiones muy valientes y muy difíciles que sin duda
tienen un costo para el pueblo griego, ahora los otros Estados
miembros tienen que asumir sus obligaciones, en particular en la
zona euro, para garantizar la estabilidad de la zona".

Barroso estima que la creación de
un fondo monetario europeo "es una idea interesante, pero a medio
o largo plazo" puesto que habría que modificar los
tratados, que como lo muestra la experiencia cuesta mucho
tiempo.

"No podemos esperar a un fondo monetario europeo para
dar una respuesta a la situación más urgente que
tenemos", ha comentado en una clara alusión a la deuda
griega.

"El Ministerio de Finanzas alemán calcula que
un eventual Fondo Monetario Europeo necesitaría un capital
de unos 200.000 millones de euros, según la
información que publicará el semanario "Der
Spiegel" en su próxima edición del lunes"…

Alemania calcula que un Fondo Monetario Europeo requeriría
200.000 millones (El Economista – 20/3/10)

Los expertos del Ministerio han elaborado varias
opciones sobre cómo podrían recaudarse estos
fondos, desde la aportación de divisas por parte de los
bancos centrales de la zona del euro, pasando por la
captación de créditos en el mercado para las
operaciones de rescate o incluso la aportación de fondos
de cada país dependiendo de su tamaño o de sus
necesidades presupuestarias.

El rotativo, señala que si se optara por hacer
aportaciones atendiendo al tamaño económico de cada
país, Alemania debería poner sobre la mesa unos
50.000 millones de euros.

– Cuidado con tanto optimismo (El País –
21/3/10)

Las críticas a los programas de estabilidad
ocultan la falta de credibilidad del pacto

(Por Alicia González) Lectura
recomendada

"La Comisión debería
pensárselo dos veces. Su análisis de los planes de
estabilidad es que todos los Gobiernos se equivocan en sus
previsiones. Lo mismo quien está equivocada es la propia
Comisión". Para José Carlos Díez, economista
jefe de Intermoney, no hay duda de quién yerra a la hora
de las estimaciones de crecimiento sobre las que se basan los
planes de estabilidad.

El mensaje de la oficina que dirige Olli Rehn ha sido
inequívoco y bastante generalizado: las previsiones de
crecimiento de la mayoría de los Estados miembros son
optimistas -y, por tanto, difícilmente se cumplirán
los programas de ajuste- y falta concreción sobre
cómo se implementarán esos planes. A día de
hoy, sólo Estonia y Letonia cumplen los criterios del
pacto, "pero sólo porque, dada su precaria
situación económica, nadie les prestó dinero
y eso evitó un endeudamiento excesivo", aclara
Díez.

Lo cierto es que las previsiones presentadas por las
mayores economías europeas (Alemania, Francia, Italia y
España) sí resultan más generosas que las
que les presumen otros organismos como el Fondo Monetario
Internacional (FMI) o la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). De
hecho, el FMI estima que el crecimiento español en 2011
será justo la mitad que lo que calcula el Gobierno
español (0,9% frente al 1,8%). "Es verdad que la
previsión de crecimiento del PIB es mayor que la nuestra
y, lo que es peor, la elasticidad de los ingresos (cómo
reaccionan los ingresos al crecimiento) es más alta que la
que ofrece la economía española en estos momentos.
Eso obligará al Gobierno a ajustar el plan a la realidad",
asegura Alfonso García Mora, director general de Analistas
Financieros Internacionales (AFI).

Y al igual que España, todas las grandes
economías de la Unión Europea. "Es verdad que se
han recortado muchas partidas, pero sin tocar los grandes
capítulos de gasto, la sanidad, las pensiones y el
desempleo; esos recortes son el chocolate del loro, llega un
momento en que no se puede reducir más", advierte
García Mora.

"Si en una recesión normal el Pacto de
Estabilidad y Crecimiento adolece de falta de flexibilidad y de
realismo, en una recesión de la magnitud de la que hemos
atravesado queda fuera de cualquier estándar", apunta
José Carlos Díez. "De hecho, si los Gobiernos se
hubieran atenido al pacto en 2009, en estos momentos
estaríamos hablando de una depresión en toda
regla", remata.

En todo caso, ¿es realista y sensato exigir el
cumplimiento del pacto, dada la debilidad de la
recuperación o ante la recesión de la que
aún no han salido países como
España?

Muchos analistas vienen alertando del riesgo de una
recaída en la recuperación, un escenario con forma
de W. Sobre todo en Estados Unidos y Reino Unido, donde el fin de
la recesión ha venido de la mano de la acumulación
de inventarios, de los stocks. Pero cuando ese proceso termine, y
no puede durar eternamente, no parece que la demanda interna,
golpeada por unos elevados niveles de desempleo, vaya a coger el
testigo del crecimiento.

"Ese mismo riesgo corre Europa si sigue al pie de la
letra las recomendaciones de la Comisión", advierte
García Mora. "Simultanear la retirada de estímulos
monetarios y fiscales puede provocar sin duda una
recaída". El Banco Central Europeo (BCE) mantiene los
tipos de interés en el 1%, pero ya ha empezado a retirar
parte del exceso de liquidez que inyectó al sistema en lo
peor de la crisis.

Además, las bases de la recuperación
europea son bastante endebles. Basta mirar la composición
del PIB de Alemania -la locomotora europea- en el cuarto
trimestre: la demanda interna vuelve a caer y sólo las
exportaciones tiran del crecimiento. Pero los datos del arranque
del año arrojan una sombra de duda mayor: las ventas al
exterior cayeron un 6,3% en enero respecto a diciembre. Los
analistas confían en que la tendencia se enderece a lo
largo del año, pero, como recordaba recientemente la
ministra de Economía francesa, Christine Lagarde, Alemania
no podría tener superávit comercial si el resto de
los países de la región no compraran sus productos,
lo que les lleva irremediablemente al déficit. "Hacen
falta dos para bailar un tango", remataba Lagarde.

Los abultados números rojos de las cuentas
públicas son fiel reflejo de la gravedad de la crisis y
ahora se exige a los países un ajuste de varios puntos del
PIB en corto plazo de tiempo, apenas tres años. Un
esfuerzo sin precedentes, según coinciden García
Mora y Díez, que por ambicioso corre el riesgo de ser
irrealizable y, con ello, sufrir una nueva pérdida de
credibilidad.

"Esas dudas sobre la credibilidad de la
eurozona se reflejan en la caída de la cotización
euro", que ha perdido casi un 10% frente al dólar desde
mediados de noviembre, apunta el director general de AFI. Buena
parte de esa caída está vinculada a la crisis de
Grecia, pero por los mismos motivos: la incapacidad de la
Unión Europea para resolver sus propios problemas. Y vista
la reacción de los líderes europeos, no parece que
sea algo que se vaya a recuperar a corto plazo.

¡Expulsado del euro!

Alemania ha vuelto a erigirse en el
supuesto guardián de las esencias europeas. Esta misma
semana, la propia canciller, Angela Merkel, apuntaba como una
posibilidad que se expulsara del euro a quienes incumplieran
"reiteradamente y a largo plazo" el Pacto de Estabilidad y
Crecimiento (PEC).

¡Qué pronto olvida
Berlín que la primera reforma del pacto vino motivada por
su propio incumplimiento! Fue en 2003 cuando se reformó el
pacto para evitar la aplicación de sanciones contra
Francia y Alemania por déficit excesivo durante cuatro
años consecutivos. "Tenemos un problema de inconsistencia
evidente", admite Alfonso García Mora, director general de
AFI.

Por si fuera poco, la crisis actual ha puesto
además de manifiesto que el PEC no sirve para monitorizar
la verdadera salud de las finanzas públicas y el
comportamiento que éstas tendrán ante una
hipotética crisis. Ya son muchos los expertos que, como
Jean Pisani-Ferry, director del think tank económico
Bruegel, apuestan por su reforma para incluir otros
parámetros, como la evolución del crédito o
la balanza por cuenta corriente.

Y, sobre todo, por la necesidad de
definir una hoja de ruta para abordar los episodios de crisis
dentro de una unión monetaria. El Tratado, tal y como
está redactado, no admite la posibilidad de que un
país tenga problemas. Simplemente, niega que vaya a darse
el caso, en contra de lo que la realidad ha demostrado con
Grecia.

Si bien es cierto que la bonanza
económica en estos años ha hecho posible la
convergencia dentro del euro, la crisis ha acentuado las
disparidades entre las economías y será con esa
divergencia con la que tendrá que lidiar la
política monetaria en los próximos
meses.

Y los líderes europeos, antes o
después.

– La competitiva economía alemana es la
migraña de Grecia, España e Irlanda (The Wall
Street Journal – 22/3/10)

(Por Brian Blackstone) Lectura recomendada

Grecia y el resto de las
economías europeas en la sala de cuidados intensivos
afrontan una amenaza que no pueden resolver mediante un recorte
del gasto público o un alza de los impuestos: la
pérdida de competitividad.

A los ojos de esos países, el villano es Alemania
-la mayor economía de la zona euro-, que en los
últimos años también se ha vuelto la
más competitiva. Alemania hace más difícil
que sus vecinos compitan para vender sus bienes y servicios tanto
en el mercado interno como en el exterior, un factor que, a su
vez, afecta su capacidad para reducir su
endeudamiento.

Es cierto que los salarios alemanes son
elevados, pero una productividad aun más alta significa
que es relativamente barato contratar empleados y producir bienes
manufacturados de alta calidad en Alemania, incluso comparada con
Grecia, Portugal o España, países que
tradicionalmente han tenido costos menores.

"La competitividad es el factor clave en
todo este debate" sobre las finanzas fiscales, afirma Peter
Jungen, presidente de la junta directiva de Peter Jungen Holding
GmbH, una firma especializada en inversiones en nuevas
compañías, y presidente del Centro sobre
Capitalismo y Sociedad de la Universidad de Columbia.

Christine Lagarde, la ministra de
Finanzas de Francia, causó revuelo en Europa la semana
pasada cuando cuestionó abiertamente el modelo exportador
alemán y sugirió que el país evaluara
políticas para fortalecer la demanda interna. "Es obvio
que Alemania ha hecho un trabajo excelente en los últimos
10 años más o menos, mejorando la competitividad,
poniendo mucha presión en sus costos laborales… No
estoy segura de que sea un modelo sostenible a largo plazo y para
todo el grupo de países", indicó Lagarde en una
entrevista con el periódico Financial Times.

Al mantener un estricto control sobre
los costos laborales, las exportaciones alemanas pueden competir
en precio a pesar de la fortaleza del euro. Pero esto se produce
a costa de la cuota de mercado de otros países de la zona
euro, afirman los críticos. Mientras Alemania logró
un excedente comercial de 136.000 millones de euros (US$ 185.000
millones) el año pasado, España, Grecia y Portugal
registraron déficits considerables.

La reacción de Alemania no se
hizo esperar. El ministro de Economía, Rainer Bruederle,
calificó de "injustas" las críticas en
circunstancias en que otros países habían "vivido
por encima de sus medios y descuidado su
competitividad".

Hay tres maneras para que los países aumenten el
atractivo internacional de sus productos: controlar el
crecimiento de los costos laborales, mejorar la productividad y
devaluar sus divisas. La última opción no
está disponible para la zona euro al tener una moneda
única que sigue estando, teniendo en cuenta varios
indicadores, sobrevaluada. Y las dos primeras, si bien ayudan con
el paso del tiempo, implican sacrificios económicos
durante años.

Alemania ya pasó por este proceso. Enfrentada al
colapso de la burbuja tecnológica hace diez años y
la competencia de los países de bajos costos de Europa del
Este, las empresas alemanas recortaron el crecimiento salarial
mientras el gobierno impuso estrictas políticas dirigidas
a reducir el desempleo a largo plazo.

La estrategia funcionó. Según la
Comisión Europa, desde el lanzamiento del euro en 1999,
los costos laborales por unidad de producción en Alemania
han caído alrededor de 15%. Por el contrario, estos costos
subieron 3,5% en Grecia, 10% en España y 13% en Irlanda y
Portugal durante el mismo período.

Esto no quiere decir que los trabajadores alemanes son
baratos. Los salarios y prestaciones en el sector manufacturero
están entre los más altos de Europa, a unos 34
euros (US$ 46) por hora, según el Instituto de
Economía Alemana. Los de Grecia son la mitad y los de
Portugal incluso inferiores. Pero estos países perdieron
terreno porque la productividad en Alemania subió mucho
más rápido que en la mayor parte de Europa del sur,
es decir, las compañías alemanas pueden producir
más por menos. "Hay que alinear los salarios con los
aumentos de productividad", afirma Michael Hesse, economista jefe
de Allianz SE.

Los países europeos en apuros
tienen que hacer mucho más que restringir los costos
laborales, afirman los economistas.

España debe encontrar nuevas fuentes de
crecimiento para reemplazar la burbuja de bienes raíces
que impulsó la economía -a la postre en forma
insostenible- en los últimos diez años. Irlanda se
las tendrá que arreglar con las menores contribuciones de
las industrias inmobiliaria y financiera. Por su parte, Grecia
tiene que recortar el número de puestos de trabajo y los
salarios del sector público. Hasta que esto ocurra, el
crecimiento será muy lento, como lo demuestran los altos
niveles de desempleo en los tres países.

Esto tiene un gran efecto en los presupuestos
gubernamentales. Las reducciones de gastos y las alzas de
impuestos, especialmente en Irlanda y Grecia, han recibido el
apoyo de funcionarios europeos. El objetivo es reducir los
déficits de dos dígitos como porcentaje del PIB a
un nivel inferior a 3% del PIB en sólo tres años.
Pero hay un problema: no servirán de mucho a menos que las
economías crezcan, lo que aportaría más
ingresos tributarios y reduciría la presión sobre
el gasto social.

Monografias.com

"Last minute" sobre el estado de la des-Unión
Europea (Semana de Pasión)

The Hall of Fame (con todas las principales estrellas
sobre el escenario): 25-26 de marzo de 2010 ¿Cumbre de
Jefes de Estado y de Gobierno, Reunión de "donantes", o
una vulgar "gracieta" en la capital mundial del
Comic?

Últimas "deposiciones" del Estado de
Descontrol Europeo: una vez evacuada la "gran responsabilidad" y
después de haber hecho uso del "papel importante", se
ruega "tirar de la cisterna". That"s it!

Dejo a ustedes una reseña de los
acontecimientos más recientes, previos al "cierre de
edición". Un presente europeo, plagado de contradicciones
y declaraciones cruzadas, en el cual, a esta altura del
espectáculo, lamentablemente, sólo es posible
constatar que la "gran cuestión" (exigir a los
países que viven por encima de sus posibilidades, que se
aten los machos y afronten los problemas que tienen: "que cada
palo aguante su vela", o una huída -generalizada- hacia
adelante: "café para todos", y hacer economías en
"el chocolate del loro"), sigue sin resolverse.

En medio de la mayor crisis económica europea
desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, los "grandes bonetes"
sólo han logrado pasar de la "inconsistencia" a la
"incontinencia" (y viceversa), lo que alimenta la sospecha que
todo pueda terminar como La Parrala: "como te digo esto te puedo
decir lo otro"…

El estribillo de La Parrala

Que sí, que sí, que sí, que
sí,

que a La Parrala le gusta el vino.

Que no, que no, que no, que no,

ni el aguardiente ni el marrasquino,

Que sí, que sí, que sí, que
sí,

que si no bebe no "pue" cantar,

que no, que no, que no, que no,

que sólo bebe para olvidar.

Frente a tanta "incompetencia perfecta", como
ciudadano europeo (contribuyente y elector), ¿sería
mucho pedir una postura única y coherente? Digo
yo…

– Merkel, la irritante (El País –
21/3/10)

La canciller alemana sorprende a sus aliados con una
retórica amenazante

(Por Pierre Briançon) Lectura
recomendada

¿Qué mosca le ha picado a Angela Merkel?
En las dos últimas semanas, la canciller alemana ha
sorprendido a sus aliados europeos con una retórica
amenazante que contradecía a veces la posición de
su Gobierno con respecto a Grecia, los desequilibrios mundiales,
la cooperación económica y la situación
general en la zona euro. No cabe duda de que su numerito de
policía malo es bien visto por la opinión
pública alemana, pero Alemania, como principal
beneficiario político y económico de la
creación de la zona euro, no se puede permitir estar en
desacuerdo con sus socios demasiado tiempo.

Los arrebatos de Merkel tienen una sencilla
explicación: la política nacional. Se enfrenta a
unas duras elecciones regionales que podrían provocar que
su coalición en el poder perdiese la mayoría en el
Bundesrat alemán, la Cámara alta del Parlamento.
Merkel también tiene que lidiar con sus díscolos
aliados en el Gobierno, el FDP. Este partido, que presta su apoyo
a los Gobiernos en minoría, encabeza una campaña en
contra del plan de rescate europeo para Grecia, la principal
fuente de discrepancia de Alemania con sus vecinos.

Por otro lado, esto arroja luz sobre la disparidad
existente entre las declaraciones de Merkel y las de su Gobierno.
Un funcionario alemán anónimo insinuó esta
semana que Berlín no se opondría a la
intervención del Fondo Monetario Internacional para ayudar
a Grecia. Esto contradice lo que manifestó claramente el
ministro de Economía alemán unas semanas
atrás, cuando parecía que se encontraba en
sintonía con otros miembros de la zona euro. Merkel
también ha pedido que la zona euro busque un mecanismo
para expulsar a un miembro fiscalmente indisciplinado. De
inmediato, y acertadamente, Jean-Claude Trichet, el presidente
del Banco Central Europeo, criticó con virulencia la idea
calificándola de absurda. Todo esto sucedía
mientras la canciller alemana afirmaba que no habría
rescate para Grecia, a la vez que firmaba comunicados de prensa
de la zona euro en los que se daba a entender todo lo
contrario.

Mientras tanto, Merkel, con su postura de no
arrepentimiento y de no compromiso en relación con el
superávit comercial de Alemania, se está ganando la
enemistad de sus socios europeos. Insinúa que la manera de
que el resto del mundo salga de la depresión mundial es
parecerse más a Alemania. Pero su modelo de exportaciones
en auge, crecimiento estancado y alto desempleo no es uno que los
demás deseen imitar. Y mientras Alemania insta a sus
socios a que se decanten por el camino de la deflación
hacia una prosperidad difícil de alcanzar, el país
debería plantearse por encima de todo que el resto de la
UE es algo más que un puñado de irresponsables
agoreros del déficit. También es, y con diferencia,
su mayor mercado.

"La canciller alemana Angela Merkel dijo que Grecia
no necesita apoyo financiero y que los líderes de la
Unión Europea no deberían convertir la pregunta de
si ayudar o no a Grecia en el centro de su cumbre en Bruselas a
finales de esta semana"…
Merkel asegura que Grecia no
necesita ayuda financiera (The Wall Street Journal –
21/3/10)

En una entrevista con Deutschlandfunk
radio, Merkel advirtió a otros líderes europeos que
no deberían perturbar a los mercados financieros al crear
"expectativas falsas" de que habrá una decisión
sobre si brindar o no ayuda a Grecia esta semana. Insistió
en que Grecia debería salir por si misma de sus problemas
de deuda, pese a los llamados de otros líderes europeos
para que Alemania respalde un mayor apoyo a Grecia.

Las tensiones entre Alemania y otros países de la
Unión Europea sobre cómo manejar la crisis de deuda
griega y las demás tensiones económicas del bloque
están creciendo antes de la cumbre de dos días de
la Unión Europea a iniciarse el jueves en Bruselas. Otros
líderes europeos se han mostrado cada vez más
frustrados con la decisión de Alemania de bloquear medidas
más fuertes al interior de la euro zona que buscan acabar
con la incertidumbre sobre la habilidad de Grecia para pagar sus
deudas.

El gobierno alemán enfrenta una fuerte
resistencia por parte de los votantes locales y de los
legisladores a cualquier rescate de miembros de la euro zona que,
a diferencia de Alemania, hayan seguido políticas
relajadas de gasto en los últimos años.

Los comentarios de Merkel fueron una contestación
implícita a los del presidente de la Comisión
Europea, José Manuel Barroso, quien pidió a los
miembros de la Unión Europea el viernes que acuerden un
paquete de ayuda de préstamos bilaterales para Grecia en
la reunión de esta semana, luego que Atenas dijera la
semana pasada que tendría que recurrir al Fondo Monetarios
Internacional para obtener ayuda.

"No hay una insolvencia en el
horizonte", dijo Merkel el 20/3. "No creo que Grecia tenga
necesidades financieras agudas de la comunicad europea y eso es
lo que el primer ministro griego me dice".

Funcionarios griegos dicen que no están pidiendo
dinero, pero el primer ministro Giorgios Papandreu dijo a
mediados de marzo que le gustaría que otros gobiernos
europeos pusieran una oferta de dinero sobre la mesa para que los
mercados financieros vean que Grecia tiene una malla de
seguridad.

Eso permitiría a Grecia el tomar prestado en los
mercados de bonos a tasas menos altas, dijo Papandreu.

– Alemania dice por primera vez las razones para no
rescatar a Grecia (Negocios.es – 22/3/10)

"Más tensión para Grecia, Bruselas,
Alemania y en el conjunto de la Eurozona. El país germano
alega razones jurídicas para no acudir al rescate del
país heleno"…
Alemania dice por primera vez las
razones para no rescatar a Grecia (Negocios.es –
22/3/10)

El secretario alemán de Asuntos
Exteriores, Werner Hoyer, ha alegado "cuestiones
jurídicas" domésticas para justificar el rechazo de
Berlín a apoyar un plan europeo de rescate a Grecia en la
cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará
el 25 y 26 de marzo en Bruselas.

Hoyer ha reconocido que Alemania tiene
"un papel muy importante que jugar" en la solución al
problema de la deuda griega pero advirtió de que
también tiene una "gran responsabilidad" con el Pacto de
Estabilidad y Crecimiento y con los alemanes.

"Tiene una gran responsabilidad con
Grecia y con el Pacto de Estabilidad (pero también) con el
propio país porque hay una cuestión jurídica
que resolver", dijo el responsable alemán a su llegada al
Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE que preparan
hoy la cumbre de líderes en la que el tema griego
protagonizará los debates.

El presidente de la Comisión Europea, José
Manuel Durao Barroso, ha pedido aprobar "lo antes posible" un
plan de "préstamos bilaterales coordinados" para rescatar
a Grecia si se agrava su crisis de endeudamiento.

No obstante, la canciller alemana, Angela Merkel, es
contraria a aprobar un mecanismo de rescate a Atenas alegando que
las autoridades griegas no han pedido esta ayuda a la
UE.

"En las puertas de la cumbre de Jefes de Estado y de
Gobierno que celebrará la Unión Europea los
próximos jueves y viernes para dar una solución al
"problema griego", los líderes europeos están
lanzando señales inequívocas de conflicto ante el
abordaje del rescate. Mientras Merkel cree que la agenda de
trabajo de la reunión no se debe focalizar en conceder
ayudas para el país heleno y que éste debe
concentrarse en consolidar su programa de austeridad, los
principales socios comunitarios consideran prioritario y urgente
instaurar un mecanismo comunitario que lo salve de la bancarrota
y ponga fin a creciente inseguridad del euro"…
Los socios
del euro, divididos ante el rescate a Grecia (Expansión –
22/3/10)

Los 16 socios del euro siguen divididos
respecto a la mejor forma de afrontar la crisis financiera de
Grecia para salvarla de la bancarrota, que ha llevado a la moneda
única a su primera gran crisis en sus once años de
existencia y a su cotización más baja en estas
últimas dos semanas.

Mientras algunos creen que la UE
está lista para proponer un instrumento de asistencia
coordinada a Grecia a través de préstamos
bilaterales, otros gobiernos no están tan seguros, pero
temen la reacción de los mercados si el paquete de ayudas
no se instaurara, y el motor de la economía comunitaria,
Alemania, condiciona su decisión a sus problemas
internos.

La oposición de la canciller alemana a la
insistencia del presidente de la Comisión Europea,
José Manuel Durão Barroso, de instaurar un
mecanismo comunitario de ayudas que dé tijeretazo a las
especulaciones en torno al euro, y que el 22/3 ha refrendado
Berlusconi, tiene su explicación en un inminente episodio
electoral de Alemania, cuyo resultado podría perjudicar a
la coalición de centro derecha que mantiene ahora a Merkel
en el poder con mayoría absoluta. Se trata de las
elecciones en mayo en Renania-Westfalia del Norte, el Länder
más poblado de Alemania. Con un electorado atenazado por
la crisis económica y contrario a instaurar un paquete de
ayudas para Grecia, una hipotética victoria contra Merkel
pondría su Gobierno entre las cuerdas y por tanto,
cualquier declaración y decisión sobre el rescate
griego está, por tanto, condicionada a esta fecha
clave.

Precisamente un sondeo FT/Harris publicado el 22/3
revela que un tercio de los alemanes cree que Grecia
debería dejar la moneda única. Es más,
cuatro de cada diez alemanes cree que a su país le
iría mucho mejor fuera del bloque europeo, informa
Reuters.

Por tanto, y mientras no se sepa el resultado de unas
elecciones que podrían perjudicar a sus planes
económicos, entre otros, la promesa electoral de bajar los
impuestos, la canciller se mantiene firme en su postura e insiste
en que actualmente no hay necesidad de aprobar un mecanismo de
ayudas financieras a Grecia, pese a la insistencia de otros
socios e insiste en entrevistas en cadenas de radio germanas que
Grecia no tiene "problemas financieros acuciantes" que hagan
necesario darle ayudas.

"No creo que Grecia tenga problemas
financieros acuciantes ni necesite dinero", ha declarado Merkel,
refrendada por una llamada telefónica del primer ministro
griego, Giorgios Papandreu, que insta a sus socios europeos a que
aprueben un instrumento de ayuda financiera para su país
sin que suponga, necesariamente uso del dinero: "Cuando tengamos
ese instrumento en marcha, será suficiente para
tranquilizar a los mercados, decirles que se ha terminado la
especulación. Podría ser que nunca
necesitáramos emplearlo", señaló el
líder griego el 18/3. Usando las declaraciones Papandreu
como acicate para las suyas propias, Merkel insiste en Grecia ha
adoptado unas medidas draconianas de austeridad y por tanto, de
momento "no hay urgencia para darle fondos (…) ni hay que crear
turbulencias en los mercados creando falsas expectativas ante el
debate", ha señalado el 22/3, en referencia la cumbre de
esa semana, en la emisora Deutschlandfunk.

Paralelamente a Merkel, Barroso insiste hoy en una
entrevista concedida al diario Handelsblatt que para la
Unión Europea es "urgente" resolver el problema heleno "a
pesar de los compromisos políticos internos de la agenda
de los países miembros", ha dicho, en clara alusión
a Merkel. "Asegurar la estabilidad del euro es también
prioritario para la propia Alemania", continúa en la
entrevista, "por tanto estoy seguro de que su aportación
para resolver la crisis será constructiva", añade,
impreciso en la entrevista.

Tras comentar que la solución
pasa por la concesión de créditos bilaterales de
los socios de la UE a Grecia en el caso de que Atenas pida ayuda,
Barroso señala que "tampoco habrá un automatismo.
Los jefes de Gobierno de la Eurozona decidirán si conceden
y la cuantía de los créditos. Grecia debe
además cumplir estrictas condiciones".

Mientras, el primer ministro Italiano, Silvio
Berlusconi, que hasta ahora se había mostrado como un
apoyo débil para la eurozona, ha declarado que está
"absolutamente a favor" de instaurar un mecanismo común de
ayudas, e incluso ha ido más allá afirmando que "la
Unión Europea no tendría razón de existir si
sus miembros no se mostraran firmes y unidos para ayudar a uno de
sus socios en problemas".

La opinión pública italiana también
se encuentra dividida al respecto, al igual que sucede en
Francia, pero ambos gobernantes se han mostrado partidarios al
rescate ya que se temen que un giro de los mercados ante la
eventualidad de que Grecia no obtuviera ayudas o fueran demasiado
imprecisas podría volverse contra ellos mismos, y lo mismo
ha hecho Austria.

En España, la mayoría de los sondeos son
partidarios al rescate, al igual que el Gobierno. El ministro
español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos se ha
mostrado "seguro" de que el 25 y 26/3 se acordará el apoyo
a Grecia, según informa Efe desde Bruselas, "La
Presidencia española va a trabajar para eso. Creemos que
es un momento importante para el futuro de la UE y para el futuro
del euro", señaló Moratinos a su llegada a la
reunión de ministros de Exteriores comunitarios que se
celebra el 22/3 en la capital belga. Moratinos aseguró que
España -junto al presidente del Consejo Europeo, Herman
Van Rompuy, y el resto de socios- hará "todos los
esfuerzos" para dar "confianza" y "solidaridad" a
Grecia.

"La perspectiva de que Grecia reciba un paquete de
ayudas de Europa se tornó más lejana el lunes,
después de que Alemania hiciera una sugerencia más
clara para que el Fondo Monetario Internacional cargue con el
peso del rescate en caso de que la insolvencia amenace a las
cuentas públicas griegas"…
Alemania sugiere que
Grecia acuda al FMI, alejando la posibilidad de un rescate
europeo (The Wall Street Journal – 22/3/10)

"En este caso, la ayuda financiera del
FMI es claramente un asunto para la canciller y el Gobierno
alemán", dijo el portavoz Ulrich Wilhelm durante una
conferencia en Berlín.

Ya el 14/3, la canciller alemana Angela Merkel
señaló que los líderes europeos en su cumbre
del jueves (25/3) y el viernes (26/3) no llegarían a un
acuerdo sobre los detalles de un plan de rescate para Grecia, a
pesar de la presión de la Comisión Europea para que
se elabore un plan de contingencia.

La negativa de Alemania a respaldar un
paquete de ayuda de la Unión Europea para Grecia y la
creciente perspectiva de que no habrá plan sin el FMI
(15/3) sumió a Atenas en la confusión.

Durante una conferencia, el viceprimer
ministro griego Theodore Pangalos advirtió de que los
líderes de la UE dañarán la integridad de
los dieciséis países que componen la zona euro si
no ayudan a Grecia para disipar los rumores sobre los bonos
griegos.

"Si no hay herramienta, ni un arma sobre
la mesa (…) si los especuladores no están preocupados
por perder nada, entonces el euro no tiene sentido", dijo
Pangalos. "Si eso sucede, el objetivo de la unificación
europea se retrasará muchas décadas".

Pangalos también acusó al Gobierno
alemán de permitir de manera implícita que los
bancos germanos ataquen a los mercados de un miembro de la zona
euro. "Algunos en Alemania están haciendo dinero",
dijo.

El euro se debilitó conforme parecían
ahondarse las divisiones sobre la crisis de deuda
griega.

El euro caía un 0,3% frente al dólar y
toca un mínimo diario de US$ 1,3463. Bajaba también
de forma similar hasta 0,8990 libras esterlinas, también
un mínimo diario.

"Las líneas de combate se
están endureciendo", señaló Simon Derrick,
analista de divisas de The Bank of New York Mellon en
Londres.

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