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La Unión Europea llama a revisión al Euro la casa está en llamas II (página 11)




Enviado por Ricardo Lomoro



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El primer ministro heleno, Giorgios Papandreu ha pedido
a los mandatarios de la UE que alcancen un acuerdo en la semana
del 25/3 sobre un respaldo financiero que permita apuntalar la
confianza de los inversores y rebajar los "brutales" intereses
que se ve obligada a pagar Grecia cuando emite nueva
deuda.

En un movimiento considerado como
política arriesgada, Atenas dijo que siempre podría
recurrir al FMI, una solución que muchos países de
la eurozona consideran una intrusión bochornosa en sus
asuntos propios.

Otros funcionarios griegos que hablaron el 22/3 en
condición de anonimato dijeron que las esperanzas de que
se llegue a un acuerdo en el seno de la UE en la semana del 25/3
son escasas por la oposición de Alemania.

Si los asuntos internos de Grecia pasan a estar
controlados por la sede del FMI en Washington, su Gobierno
podría entrar en una crisis política. Los
observadores creen que Papandreu podría verse aún
más presionado si el FMI exige más restricciones
además de las medidas de austeridad fiscal impuestas este
año.

"El FMI goza de muy poca popularidad
entre los griegos, que creen que ha condenado a la miseria a todo
país que le ha pedido que le rescate", dijo una fuente
cercana a la línea de pensamiento del Gobierno. "Si Grecia
se vuelve hacia el FMI el Gobierno podría terminar con
otro gran problema en sus manos".

Grecia está sometida a una intensa presión
por la UE y los mercados financieros para recortar su
déficit público, que según informó el
banco central alcanzó el 12,9% del producto interior bruto
el año pasado, algo por encima de la estimación
oficial del Gobierno del 12,7%.

Grecia necesita refinanciar una deuda que vence a
finales de mayo de más de 22.000 millones de euros. Desde
el comienzo del año, Grecia ha colocado con éxito
en dos ocasiones bonos a largo plazo, y ha recaudado fondos
mediante una colocación privada y algunas subastas de
letras a corto plazo.

Grecia tiene que recaudar otros 16.000 millones de euros
para cumplir con los plazos de reembolso, dijo el estratega de
Deutsche Bank Michael Gittler.

"Tras haber recaudado 5.000 millones de euros con la
reciente emisión de bonos ahora tienen que tener 7.000
millones de euros en efectivo, así que el país no
está desesperado todavía", señaló.
"Esta reunión (la cumbre de la UE) y las discusiones sobre
Grecia probablemente son el principal riesgo para los mercados
esta semana".

"El presidente del Banco Central Europeo (BCE),
Jean-Claude Trichet, ha advertido hoy de que sólo se
justificaría un apoyo financiero de los socios europeos a
Grecia, si la situación fuera "extraordinaria" y afectara
a la estabilidad del conjunto de la zona euro"…
Trichet
sólo contempla la ayuda a Grecia, si la Eurozona se viera
amenazada (Cinco Días – 22/3/10)

En una intervención ante el
Parlamento Europeo, Trichet ha puesto tres condiciones para que
un apoyo financiero de los gobiernos europeos al Estado heleno
sea aceptable para el BCE.

En primer lugar, ha explicado, "no
debemos confundir una transferencia o subvención con un
préstamo".

"Sólo podría tratarse de
préstamos no concesionarios, que no impliquen elementos de
subvención", según Trichet.

En segundo lugar, además de la
aplicación normal del Pacto de Estabilidad y Crecimiento,
que contiene exigencias y contempla sanciones, la
concesión de esas ayudas tendría que quedar sujeta
a una "condicionalidad especial muy rigurosa".

Por último, "la situación
tiene que ser realmente extraordinaria y crear un problema a toda
la zona euro". "Eso es lo que han dicho los líderes
europeos el pasado 11 de febrero".

Se trataría, pues, según
el presidente del BCE, de "un apoyo no concesionario, con
condiciones muy rigurosas, y con un elemento de
estabilización para toda la zona euro".

En otra intervención previa ante
la misma comisión del PE, el presidente del Eurogrupo, el
luxemburgués Jean-Claude Juncker, ha dejado abierta la
posibilidad de que el Fondo Monetario Internacional (FMI)
contribuya, con algo más que asesoramiento técnico,
al mecanismo que los dieciséis socios del euro
están estudiando.

Juncker ha enfriado, no obstante, las
expectativas de que dicho instrumento europeo, reclamado
insistentemente por Atenas para rebajar la presión de los
mercados, pudiera ser acordado por los jefes de Estado o Gobierno
en la cumbre que celebrarán el jueves y viernes
próximos en Bruselas.

En su opinión, "no es
imprescindible" que los líderes decidan esta semana (25 y
26/3). "Es prematuro cerrar este debate", ha afirmado el primer
ministro luxemburgués, quien ha indicado que
todavía se trabaja en detalles técnicos y Grecia
"no ha solicitado ayuda".

Juncker, como recientemente la
Comisión Europea (CE), se ha pronunciado a favor de un
mecanismo intergubernamental que consistiría en ayudas
bilaterales coordinadas, de estado a estado, al que podría
tal vez aportar recursos el FMI. Pero el presidente del Eurogrupo
(el foro que reúne a los dieciséis ministros de
Finanzas de la zona euro) se ha declarado en contra de que el
caso griego sea trasladado sin más al FMI.

Trichet, por su lado, ha vuelto a
considerar "absurda" la idea de expulsar a un estado de la
unión monetaria, porque nada así contemplan los
tratados, en contra de lo que ha llegado a sugerir la canciller
alemana, Angela Merkel. El presidente del BCE ha insistido en que
los países que han adoptado el euro comparten "un destino
común" y que la Unión, que "no es un estado federal
en absoluto", dispone de los instrumentos necesarios para salir
de la crisis actual.

Ha insistido con vehemencia, a este
respecto, en la aplicación "estricta" del Pacto de
estabilidad, que obliga a los estados de la UE a mantener las
finanzas públicas en equilibrio a medio plazo. Y a los
gobiernos les ha instado a asumir su responsabilidad y ejercer
"sin complacencias" la "presión de los pares" sobre los
países incumplidores.

Ha sido esa presión política, en el seno
del Eurogrupo, la que ha llevado al Gobierno griego, según
Trichet, a adoptar "valientes" medidas de ajuste que le deben
permitir reducir este año el déficit de un 12,7%
del PIB al 8,7%. El mensaje de la autoridad monetaria no ha
podido ser más claro: "que cada palo aguante su vela", ha
dicho Trichet.

Asimismo, ha urgido a los gobiernos a que concedan
inmediatamente poderes a Eurostat, la oficina estadística
de la Unión Europea (UE), para que pueda auditar sobre el
terreno las cuentas de los estados miembros, y no se repita la
falsificación reiterada de datos que ha agravado el caso
griego. Por otro lado, según Juncker, en el origen del
colapso de las finanzas griegas está la pérdida de
competitividad constante que ha registrado el país desde
su adhesión al euro.

También Trichet ha reconocido la necesidad de una
mayor vigilancia de estos desequilibrios macroeconómicos
dentro de la zona, pero ha rebatido las críticas que se
dirigen contra Alemania por su persistente superávit en la
balanza de pagos, que ahogaría las posibilidades de
recuperación de los socios deficitarios.

"Es legítimo ahorrar, crear reservas, cuando se
hace frente al problema de una población envejecida", ha
dicho el presidente del BCE. Antes bien, el responsable europeo
ha querido hacer un llamamiento a los "países rezagados"
para que aumenten su competitividad relativa respecto a Alemania
y sitúen su nivel de inflación en el entorno de la
media europea.

"El vicepresidente la Comisión Europa y
comisario de Competencia, Joaquín Almunia, apostó
hoy por utilizar los instrumentos que ofrece el Pacto de
Estabilidad y Crecimiento (PEC) para forzar a los países a
reducir su nivel de endeudamiento público porque, en caso
contrario, no va a funcionar bien el conjunto de políticas
fiscales y presupuestarias. En la presentación del libro
"El euro al rescate de Europa", Almunia insistió en que,
además de por el déficit, es necesario preocuparse
por la deuda pública, después de que el promedio de
endeudamiento en la zona euro haya aumentado en veinte puntos en
tres años y que, según las previsiones, se puede
tardar más de 10 años en absorber. Por ello,
incidió en que hay que hacer un esfuerzo por reformar el
PEC en esta parte con el objetivo de "cambiar la tendencia de
endeudamiento de estos países". Asimismo, Almunia
solicitó a los líderes políticos que apoyen
el pacto "tal cual es y no como lo interpretan algunos"…

Almunia quiere utilizar el PEC para forzar a los países a
reducir su deuda (Negocios.es – 22/3/10)

Además, recalcó que no sólo hay que
hacer frente a los desequilibrios de política fiscal y
presupuestaria, sino también a otros problemas
macroeconómicos estructurales como el déficit por
cuenta corriente o la evolución divergente de los costes
laborales unitarios que existen en algunos países con
respecto a la media. Esto está provocando, según
Almunia, una pérdida "continua y constante" de
competitividad precio, ligada a un endeudamiento "continuo y
constante" del sector privado.

El vicepresidente de la CE subrayó que la crisis
económica ha demostrado que "no basta con poder endeudarse
con la propia moneda", y alertó de que están
surgiendo nuevos desafíos, que se añaden a la
presión de tener las cuentas públicas en orden, y
que no pueden atajarse con el PEC, sino que requieren "más
coordinación" para establecer políticas
económicas.

Asimismo, Almunia afirmó que si
el debate sobre la ayuda a Grecia no se resuelve bien, la zona
euro puede entrar en una situación "muy difícil".
Por ello, incidió en la necesidad de afrontar los
problemas de fondo, pero no "como una huida hacia
adelante".

Almunia reconoció que los
países más competitivos deben contribuir a ayudar a
aquellos países con elevados déficit por cuenta
corriente, algo a lo que se niega Alemania, que tiene argumentos
"muy fuertes a su favor, pero no el cien por cien de la
razón", porque podría perder competitividad y
arriesgarse a un incremento de la demanda interna por ayudar "a
países que viven por encima de sus
posibilidades".

En este sentido, consideró que la
idea de crear un Fondo Monetario Europeo es "una huida hacia
adelante" y subrayó que no es viable en términos
políticos iniciar la reforma de los tratados con este
objetivo. Además, apuntó que probablemente
ningún país va a dar un paso en este sentido, algo
que consideró positivo. A pesar de todo, Almunia
reconoció que la situación de Grecia requiere el
apoyo y solidaridad en la medida en que todas la autoridades
griegas "se aten los machos y afronten los problemas que
tienen".

El comisario de Competencia
también criticó la sugerencia realizada por la
canciller alemana Angela Merkel de excluir de la zona euro a
aquellos países que no cumplan con el rigor presupuestario
y apliquen las reformas necesarias, al señalar que
sería "un debate penoso y difícil" y con unas
consecuencias inimaginables para toda la Unión Europea.
"Llevaría a riesgos de fractura no sólo de la zona
euro", alertó.

Por otra parte, reconoció que
existen "evidentes" problemas de gobernanza en la zona euro,
derivados del hecho de que el Eurogrupo sigue siendo "una
organización informal". Además, la crisis
económica ha puesto de manifiesto la débil
representación exterior de la moneda única, que no
cuenta con una "voz clara". Asimismo, resaltó que el PEC,
que ha funcionado bien desde que fue revisado en 2005,
está lastrado por una falta de credibilidad desde que en
el año 2003 Francia y Alemania se negaran a que se
aplicase la normativa en sus países. Sin embargo,
destacó que existe una opinión generalizada de que
la moneda única ha dado una estabilidad, no sólo a
los países miembros de la eurozona, sino también a
aquellos que pretenden formar parte de este grupo, y ha
demostrado ser una buena estrategia de avance en momentos "tan
duros y delicados como esta crisis".

"La campaña emprendida por el presidente del
Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, para que los
gobiernos de los diferentes países aprendan la
lección tras la crisis provocada por el déficit
fiscal griego puede provocar un conflicto transatlántico
con su homólogo estadounidense, Ben Bernanke y acabar
llevando al euro a sus mínimos de 2006, según
publica este martes Bloomberg.com"…
Grecia va camino de
provocar un conflicto entre Trichet y Bernanke que lleve al euro
a mínimos de 2006 (El Confidencial –
23/3/10)

Mientras los inversores están
forzando a Grecia, España, Portugal e Irlanda a acometer
importantes recortes presupuestarios, la retirada de los
estímulos puestos en marcha durante la crisis financiera
está aumentando el riesgo de una segunda inmersión
en recesión e, incluso, provocar un estado de
deflación en todos o casi todos los 16 países de la
zona euro. Así, la posibilidad de que la expansión
económica se produzca de forma más lenta ha llevado
a analistas de entidades como Deutsche Bank o HSBC a asegurar que
Trichet puede tardar más tiempo en subir los tipos de
interés de lo que pensaban.

Así, la política monetaria
de Trichet contrastaría con la del presidente de la
Reserva Federal, Ben Bernanke, si el banquero central de Estados
Unidos toma la batuta de la subida de tipos mientras que los
legisladores muestran pocos signos de atacar un déficit
presupuestario de más del 10% del Producto Interior Bruto
del país. Con esta situación, BlueGold Capital
Management se ha aventurado a predecir que el euro caerá
hasta los 1,2 dólares por primera vez desde marzo de
2006.

"La divergencia en materia de
política económica es uno de los pilares centrales
de mi visión de lo que va a ocurrir más adelante",
ha asegurado Stephen Jen, director del hedge fund en Bloomberg.
"Es una de las muchas razones por la que los inversores tienen
que ser cautos sobre el euro".

"Líderes de la zona euro trabajaban el martes
en un acuerdo que podría asegurar el respaldo de Alemania
a un rescate financiero de Grecia. A cambio, otro grupo de
países permitiría que el Fondo Monetario
Internacional juegue un papel predominante en la asistencia,
informaron funcionarios europeos de alto nivel"…
Los
líderes europeos buscan un compromiso para ayudar a Grecia
(The Wall Street Journal – 23/3/10)

De todos modos, Alemania, que ha estado
presionando para que el FMI sea parte de cualquier paquete de
rescate, está imponiendo duras condiciones: la canciller
Angela Merkel insiste en que Grecia sólo recibiría
la ayuda si una cesación de pago de su deuda se vuelve
inminente. Eso significa que Atenas debe agotar todas las
posibilidades de recaudación de fondos en los mercados de
capital, explican fuentes cercanas a Merkel.

Berlín insiste además en
que los gobiernos de la Unión Europea deben avanzar hacia
un control económico más centralizado con reglas
más estrictas que disciplinen a los miembros más
caprichosos.

En Alemania, la mayor economía de la zona euro,
los votantes y legisladores se oponen enérgicamente a
pagar el costo de un rescate de Grecia, en caso de que sea
necesario. Francia y otras potencias del continente, no obstante,
se resisten a dejar que un miembro de la zona euro acuda al FMI,
lo que consideran un paso humillante que pone en riesgo la
credibilidad de la moneda común.

Sin embargo, ante la cercanía de nuevas emisiones
de deuda por parte del gobierno griego y las altas expectativas
generadas por la cumbre en Bruselas del 25 y 26 de marzo, se
estaría formando un consenso, dijeron autoridades. Una
aseguró que el bloque está cerca de "alcanzar un
acuerdo". Los líderes de la Unión Europea
intensificaron su presión para que los problemas de Grecia
sean abordados en la cumbre de Bruselas y dieron muestras claras
de de que permitirían la intervención del FMI si
eso es lo que los alemanes piden a cambio de su apoyo.

Aunque el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude
Juncker, no descarta que al final el FMI participe del rescate,
el 22/3 dejó claro que esa no es su primera opción.
Juncker, quien es también director del concejo de
ministros de Finanzas de la zona euro, ha sido por largo tiempo
un defensor de que el grupo afronte sus problemas de manera
interna.

"Necesitamos un compromiso de parte de Grecia",
señaló el 23/3 el ministro italiano de Relaciones
Exteriores, Franco Frattini, según AFP. "Cuando un
país de la zona euro atraviesa una etapa difícil,
tenemos el deber moral e institucional de intervenir".

Pero alcanzar un acuerdo el 25 y 26/3 es
muy complicado. Las autoridades europeas advirtieron que los
líderes de la UE no tienen que tomar una decisión
sobre Grecia en la anticipada cumbre de Bruselas. En cambio, el
debate se centra en cómo y bajo qué condiciones
podría suministrarse ayuda más adelante.

Según fuentes cercanas, Alemania
y otros países discrepan en varios puntos. Entre las
diferencias: qué o quién provocaría un
paquete de ayuda, quién dirigiría su
implementación y qué tanta información
deberían revelar los líderes de la UE a los
nerviosos mercados de capital a los que Grecia ha estado
acudiendo en busca de dinero.

En este momento, Alemania sólo está
dispuesta a aceptar un mecanismo de ayuda, pero no a dar la luz
verde para un rescate. Berlín teme que ofrecer un plan
detallado animará a Grecia a usarlo en vez de implementar
primero severos recortes presupuestarios, dijeron fuentes al
tanto.

Queda por ver cuánta
participación Francia y otros países están
dispuestos a permitirle al FMI. El presidente francés,
Nicolas Sarkozy, ha dicho en las últimas semanas que
quiere que la UE, no el FMI, asuma el liderazgo en la
elaboración de las medidas de ayuda. Hasta el momento, la
mayoría de los líderes de la zona euro se han
opuesto a préstamos del organismo
internacional.

No obstante, el 22/3 el ministro de Relaciones
Exteriores francés, Bernard Kouchner, dijo que no se
descarta una solución que involucre al FMI. El brazo
ejecutivo de la UE, la Comisión Europea, también ha
indicado que está abierto a la participación del
FMI.

El primer ministro de Grecia, Giorgios Papandreu, ha
indicado en repetidas ocasiones que en este momento su
país no necesita dinero de la zona euro, pero ha pedido
que los gobiernos europeos declaren que Grecia tiene la
opción de acudir a ellos en última instancia, con
el fin de garantizar a los mercados de bonos que Grecia no
caerá en una cesación de pagos y así reducir
los costos de la deuda.

El 21/3, Merkel reconoció en la radio alemana que
"a Grecia le gustaría tener cierta claridad sobre una
eventualidad que aún no ha descartado del todo" y
recalcó que Atenas no ha solicitado ayuda. También
afirmó que Grecia debe resolver su crisis fiscal mediante
la implementación de las medidas de austeridad que
prometió.

Los negociadores trabajan en el lenguaje
de un mecanismo de rescate que le daría a Grecia las
garantías que busca y, al mismo tiempo, satisfaría
el deseo de Alemania de que se recurra al mecanismo sólo
en última instancia.

Alemania también quiere un acuerdo que promueva
la inclusión de nuevas medidas al pacto de estabilidad
fiscal de la zona euro para evitar que sus miembros caigan en
déficits excesivos así como la adopción de
nuevas sanciones para quienes no cumplan las reglas.

"Los gobiernos alemán y francés han
llegado a una solución de compromiso para la
aprobación de un mecanismo de ayuda a Grecia, ante la
reunión de los líderes de la zona euro convocada
por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy,
según la edición digital del diario
"Süddeutsche Zeitung"…
Berlín y París
acuerdan una solución para las ayudas a Grecia
(Negocios.es – 23/3/10)

De acuerdo con ese medio, la canciller
Angela Merkel y el presidente Nicolas Sarkozy habrían
pactado el establecimiento de ese mecanismo de ayuda, en que se
recurriría como último extremo al Fondo Monetario
Internacional (FMI), si a Grecia se le agotan las vías de
financiación del mercado, y que tal crédito
sería complementado de forma voluntaria por algunos
países de la UE.

Con ello se resolvería el disenso latente entre
París y Berlín, ya que hasta ahora Merkel ha
insistido en que no habría ayudas más que como
solución de emergencia, mientras que Sarkozy rehuía
la vía del FMI.

Según el diario, que cita a fuentes del grupo
parlamentario cristianodemócrata (CDU), Merkel considera
que "en caso de urgencia" se celebraría una reunión
del FMI para abordar esa cuestión, un extremo que tampoco
descartó el presidente de la Comisión Europea,
José Manuel Durao Barroso (23/3).

Para la canciller, las ayudas por parte europea a Grecia
deberían hacerse a través de aportaciones
"voluntarias y bilaterales" de algunos estados miembros con
Atenas.

El rotativo, señala que ese nuevo compromiso
entre Francia y Alemania, del que falta por concretar detalles,
se ultimará antes de abrirse el Consejo Europeo que se
celebrará del jueves 25 al viernes 26 de marzo en
Bruselas. De ser así, Merkel habría rectificado en
el firme rechazo mostrado hasta ahora a que en esa cumbre pueda
aprobarse ningún mecanismo de ayuda económica a
Grecia.

La canciller había afirmado estos días que
de la cita no iba a salir ninguna decisión definitiva
relativa al caso griego, cuestión que la había
colocado en una posición de confrontación no
sólo respecto a París, sino también de otros
socios de la eurozona, partidarios de establecer tales
mecanismos.

Entre otras cosas, Merkel apostaba por la
implicación del FMI por el temor a que una
intervención meramente europea en apoyo de Grecia
vulnerara las normas comunitarias.

Tras vencer la resistencia de Alemania,
la Unión Europea podría cerrar pronto un acuerdo
para rescatar a Grecia, si se agrava su crisis de endeudamiento,
según informa Europa Press. El plan incluiría
préstamos bilaterales coordinados de los países de
la eurozona (como pidió Bruselas) -probablemente en
función de su PIB- así como una contribución
del Fondo Monetario Internacional (FMI). El principio de acuerdo
ha sido responsabilidad del gobierno germano y del
galo.

La mayor parte de la asistencia a
Grecia, alrededor de dos tercios del total, será
suministrada por los países de la eurozona en forma de los
citados préstamos. El resto lo suministrará el FMI
después de que su intervención haya sido reclamada
por Alemania y otros países como Italia, Países
Bajos o Finlandia. El montante de la ayuda se situará
alrededor de 22.000 millones de euros y el tipo de interés
que deberá pagar el Gobierno de Atenas "será la
media de la eurozona", según fuentes europeas.

El principal escollo es cómo
responder a la exigencia de Alemania de endurecer en el futuro
las sanciones a los países que no respeten los
límites de déficit y deuda. Berlín ha
llegado a proponer que se expulse de la eurozona a los
incumplidores, pero el resto de países ve con reservas
esta propuesta y no quiere iniciar una nueva reforma del
Tratado.

El endurecimiento de las sanciones es
una de las condiciones que ha fijado Alemania para aprobar el
rescate de Grecia, según asegura la prensa alemana. Hasta
ahora, la canciller Angela Merkel se había opuesto a
cualquier asistencia financiera alegando que Grecia no lo
necesita y que el plan de ajuste aprobado por el Gobierno de
Atenas será suficiente para hacer frente a su crisis de
endeudamiento.

El otro requisito que ha fijado Alemania
es la participación del Fondo Monetario Internacional,
algo que ni la Comisión ni la mayoría de los
países de la eurozona veían con buenos ojos por
considerar que podría dañar la credibilidad de la
moneda única.

– Europa y el rescate de Grecia: cómo
están las negociaciones (Expansión –
24/3/10)

(Publicado por Financial Times) Lectura
recomendada

Los líderes políticos de los 16 miembros
de la eurozona se encontraban enfrascados el martes por la noche
en negociaciones urgentes para resolver sus diferencias sobre la
asistencia financiera a Grecia, después de que Alemania
haya desvelado sus condiciones para llegar a un
acuerdo.

Francia y España han pedido una reunión de
los dieciséis jefes de Estado y de Gobierno para el
próximo jueves, justo después de la cumbre que se
celebrará entre los 27 miembros de la Unión
Europea. Pero ni Bruselas ni Berlín querían
convocar tal reunión a menos que hubiera acuerdo a la
vista.

El Gobierno alemán dijo el martes
que no había posibilidad de llegar a un acuerdo al
respecto esta semana, y aseguró que Grecia debería
demostrar que es incapaz de captar dinero en el mercado
internacional de capitales para que la ayuda sea
justificada.

Alemania también reclama que el
Fondo Monetario Internacional haga una "contribución
sustancial" en un posible rescate a Grecia, y pide que las
negociaciones empiecen con un endurecimiento de las medidas para
reforzar la disciplina presupuestaria de la eurozona, incluso si
eso supone una renegociación del Tratado de
Lisboa.

Los diplomáticos franceses todavía creen
que es posible llegar a un acuerdo marco de ayuda a Grecia entre
los miembros de la Unión Europea el mismo jueves, o, al
menos, entre los miembros de la eurozona. Pero Angela Merkel,
canciller alemana, está empeñada en que la ayuda
financiera a Grecia debe ser un "mecanismo de último
recurso".

José Manuel Barroso, presidente de la
Unión Europa, ha pedido un acuerdo para establecer un
mecanismo de emergencia bajo el que Grecia pudiera recibir
créditos bilaterales de otros miembros de la
eurozona.

Un diplomático senior alemán ha advertido
que tal acuerdo no debe verse como un compromiso de que se vaya a
dar dinero. Afirmó que si hubiera un acuerdo en este
sentido, sólo se activaría si Grecia no pudiera
emitir deuda en el mercado internacional.

Hubo indicios de que París y
Berlín podrían llegar a un acuerdo sobre la
participación del FMI, gracias a las cesiones del
presidente francés Nicolas Sarkozy. La postura alemana
emergió como respuesta a la creciente presión por
parte de la Comisión Europea y de otros estados miembros
de la UE para alcanzar un acuerdo en la cumbre de esta
semana.

En una entrevista concedida el lunes al Financial Times,
Barroso dijo que un acuerdo rápido sobre un mecanismo de
ayuda era necesario para dar seguridad a los mercados financieros
y asegurar la estabilidad del euro. Barroso aseguró que
Angela Merkel respaldaría un acuerdo ya que es una
"europea comprometida".

La respuesta alemana ha sido que el Gobierno de
Berlín está "negociando en el interés de
Europa, y demostrando su compromiso con Europa al defender la
estabilidad del euro".

La petición alemana que puede
recibir más oposición por parte de sus socios es la
insistencia en que hay que negociar nuevas reglas para reforzar
la disciplina presupuestaria, incluso si eso supone cambios en
los tratados.

La participación del FMI en el
paquete de rescate griego es un debate mucho más abierto.
Ha habido claras divisiones en la propia Alemania sobre este
asunto, pero los asesores de Merkel han ganado finalmente el
debate al ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, que se
oponía a ello.

Aunque Alemania ha aparecido cada vez
más aislada en la eurozona al rechazar un rescate formal
para Grecia, no parece probable que se llegue a ningún
acuerdo sin el consentimiento de Berlín.

Es posible no obstante que haya un principio de acuerdo
esta semana -si se incluyen las condiciones en las que se
implementaría un rescate-, siempre que no se establezca
una conexión directa con la crisis de Grecia, y
sólo si no implica un rescate automático de su
economía.

"Alemania apoya una salida a Grecia siempre y cuando
se apruebe una sustancial inyección de liquidez por parte
del Fondo Monetario Internacional. Además, Merkel asegura
que su país es solidario"…
Merkel, a favor del
rescate griego si hay "ayuda sustancial del FMI" (Negocios.es –
24/3/10)

La canciller alemana, Angela Merkel, acude a la cumbre
de Bruselas (25 y 26/3) sintiéndose abanderada de la
estabilidad del euro y por ello dirá "no" a todo lo que
implique una ayuda "precipitada" a Grecia.

En contra de lo que ha señalado estos días
uno de sus aliados tradicionales, el presidente de la
Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, Merkel
no ve que la solidaridad deba anteponerse a la estabilidad de la
moneda única.

Alemania no es insolidaria, y mantiene el compromiso
alcanzado en el Consejo del pasado 11 de febrero, en el que los
jefes de Estado o Gobierno se comprometieron a respaldar a Grecia
si surge esa necesidad.

En tal caso, Alemania apoyaría la idea de que las
ayudas se realicen "con una aportación sustancial del
FMI", a la que "todos los países de la Eurozona"
podrían sumar una cantidad voluntaria.

Esas ayudas bilaterales, insistieron las fuentes, "en
ningún caso" deben interpretarse como subvenciones, es
decir, no deberían darse a un interés
reducido.

En cualquier caso, todo este debate, sobre el que
todavía no hay consenso entre todos los socios, no
será tema oficial del Consejo Europeo, pues "sólo
atañe en principio al Eurogrupo", y por tanto es
improbable que quede incluido en las conclusiones de la cumbre,
insistieron esas fuentes.

"¿Quién dice que es mejor
europeo? el que ofrece ayudas rápidas poniendo así
en peligro la estabilidad y no el que piensa a largo plazo y da
prioridad a ésta", dijeron el 24/3 fuentes del Gobierno de
Merkel que hablaron bajo condición de
anonimato.

Con ello, las citadas fuentes reaccionaron a las
crecientes críticas que se oyen desde varias capitales y
que ven un cambio de rumbo en la política alemana, y temen
que el Gobierno de Berlín abandone su tradicional postura
como guardián del europeísmo y se convierta en un
nacionalista que sólo vela por sus intereses.

El diario "Frankfurter Allgemeine" sostenía el
24/3 en su editorial que la crisis de la deuda de Grecia ha
puesto de manifiesto una evolución en la política
alemana que se aleja de la línea de anteponer los
intereses europeos a los nacionales.

Merkel sabe que tiene el respaldo de la población
en esta cuestión, no sólo por el temor
histórico que existe en Alemania a toda devaluación
monetaria, sino porque la mayoría no entiende por
qué haya que salir en rescate de un país que no ha
cuidado sus cuentas, sentimiento que se ha alimentado desde la
prensa populista.

Consciente de que cuenta con el apoyo
popular y con unas importantes elecciones regionales en puertas,
Merkel ha preferido así apostar por mantener un pulso
contra otros socios europeos.

Otro de los argumentos que se esgrimen entre los
círculos gubernamentales es el temor a que cualquier
indicio que apunte a una posible violación de las reglas
de los tratados europeos, concretamente la cláusula que
impide salir en rescate de un socio, pueda llevar nuevamente a
demandas ante el Tribunal Constitucional.

Por ese motivo, fuentes del Gobierno que hablaron bajo
condición de anonimato volvieron a insistir en que
Alemania no ve todavía llegado el momento para actuar en
la causa Grecia, y es por eso que tampoco ve sentido en convocar
una reunión del Eurogrupo.

Las citadas fuentes sostuvieron el 24/3 que dicha
reunión sólo tendría sentido si hubiera algo
que decidir, lo que, desde la postura alemana, "no es el
caso".

Oficialmente, Merkel se mantiene firme
en su postura de que no hay motivo alguno para activar
ningún mecanismo de ayuda para Grecia, en primer lugar
"porque Grecia no lo ha pedido", y en segundo porque "no es
necesario" mientras el país heleno pueda refinanciar su
deuda en el mercado.

Las citadas fuentes no quisieron confirmar tampoco que
Francia y Alemania hayan llegado a un acuerdo respecto a una
posible inclusión del Fondo Monetario Internacional (FMI)
en el mecanismo de ayudas, pero afirmaron que "ahora son muchos
más socios los que apoyan esta idea que hace unas
semanas".

El Gobierno alemán no descarta
una operación de ayuda a Grecia, pero sólo la ve
como "ultima ratio" para el caso de que el país heleno no
logre colocar ya sus bonos de deuda en el mercado.

"Las negociaciones sobre el recate griego siguen en
el mismo punto que ayer, pero el Banco Central Europeo (BCE) ha
dado un toque de atención a la canciller alemana, Angela
Merkel. La institución le ha mandado el siguiente mensaje
a Merkel: el coste de la inacción podría ser mayor
que ofrecer ayudas temporales a Grecia"…
El BCE reprocha a
Merkel que no hacer nada es peor aún que prestar dinero a
Grecia (Expansión – 24/3/10)

"Si Grecia sucumbe, Alemania y otros
líderes europeos acabarán pagando incluso
más que si hubieran dado apoyo financiero de forma
temporal", asegura Bini Smaghi, miembro del comité
ejecutivo del BCE, en una entrevista que se publicará el
25/3 en el diario Die Zeit.

Bini también ha repetido que la
feroz oposición del BCE a la asistencia del FMI en el
rescate griego va más allá de una cuestión
técnica. "Si el FMI participa, la imagen del euro
sería la de una moneda que sólo es capaz de
sobrevivir con la ayuda externa de una organización
internacional. La reacción de los mercados en los
últimos días ha mostrado que el apoyo del FMI puede
ser perjudicial para la estabilidad del euro".

Estas palabras llegan en mitad del
estancamiento de las negociaciones. Los líderes europeos
de los 16 miembros de la eurozona están enfrascados
intentando resolver sus diferencias sobre la asistencia
financiera a Grecia, después de que Alemania haya
desvelado sus condiciones para llegar a un acuerdo.

Francia y España han pedido una reunión de
los dieciséis jefes de Estado y de Gobierno para el
próximo jueves, pero ni Bruselas ni Berlín
querían convocar tal reunión a menos que hubiera
acuerdo a la vista.

El Gobierno alemán ya ha dicho que no hay
posibilidad de llegar a un acuerdo al respecto esta semana, y
aseguró que Grecia debería demostrar que es incapaz
de captar dinero en el mercado internacional de capitales para
que la ayuda sea justificada. Merkel quiere que la ayuda a Grecia
sea "un mecanismo de último recurso".

Alemania también reclama que el FMI haga una
"contribución sustancial" en un posible rescate a Grecia,
y pide que las negociaciones empiecen con un endurecimiento de
las medidas para reforzar la disciplina presupuestaria de la
eurozona, incluso si eso supone una renegociación del
Tratado de Lisboa. Este último punto se presenta como el
más polémico entre los socios europeos.

A pesar de las discrepancias (sobre todo por parte de
Alemania) parece posible no obstante que haya un principio de
acuerdo, siempre que no se establezca una conexión directa
entre las medidas que se adopten y la crisis de Grecia, y
sólo si no implica un rescate automático de su
economía.

"La CE urge a los líderes de la zona del euro
a tomar una decisión política rápida sobre
un mecanismo europeo de ayuda financiera al país heleno.
Bruselas siembra el pánico, aunque se produzca el rescate,
"ni Grecia ni la zona euro están fuera de peligro
todavía"…
Bruselas siembra el pánico: aunque
se rescate a Grecia la eurozona está en peligro (Libertad
Digital – 24/3/10)

La Comisión Europea ha urgido el
24/3 a los líderes de la zona del euro a tomar una
decisión política rápida sobre un mecanismo
europeo de ayuda financiera a Grecia, que contribuya a
estabilizar la Eurozona.

El comisario europeo de Asuntos
económicos y monetarios, Olli Rehn, ha afirmado en rueda
de prensa que, pese a las medidas de ajuste adoptadas por el
Gobierno griego, "ni Grecia ni la zona euro están fuera de
peligro" todavía. El Colegio de comisarios ha celebrado el
24/3 un debate "muy serio y sustancial", según Rehn, sobre
la crisis presupuestaria en Grecia y sus efectos en el conjunto
de la zona.

El comisario ha aprovechado una comparecencia prevista
ante los medios de comunicación para leer un comunicado,
en nombre del Ejecutivo de la UE, en el que se insta a los
dieciséis líderes de la Eurozona a decidir sobre
Grecia en las próximas horas. La Comisión, ha
afirmado Rehn, "anima a los estados miembros de la zona euro a
tomar una decisión política sobre un mecanismo que
asegure la estabilidad dentro de la zona euro en su
conjunto".

El comisario no ha querido pronunciarse sobre si
habrá o no finalmente una reunión de los
dieciséis miembros del euro, antes de que comience el 25/3
por la tarde la cumbre trimestral de todos los jefes de estado o
gobierno de la Unión Europea.

La organización de ese encuentro al máximo
nivel corresponde, ha indicado Rehn, al presidente del Consejo
Europeo, Herman Van Rompuy, y al del propio Eurogrupo,
Jean-Claude Juncker. Pero la CE considera, según el
responsable económico, que "si hay posibilidad de tener
una decisión política, una reunión de ese
tipo sería útil".

"Hoy (24/3) hemos tenido un debate muy serio y
sustancial sobre Grecia en el Colegio de comisarios", y en la
discusión ha quedado claro, según el resumen
ofrecido por Rehn, que Grecia está ahora "en la vía
para lograr la reducción del déficit" exigida para
2010, tras las medidas aprobadas por el parlamento griego a
principios de mes. Ese drástico plan de ajuste
"supondrá un antes y un después en la historia
fiscal de Grecia".

Ahora bien, ha advertido Rehn, "ni
Grecia ni la zona euro están fuera de peligro
todavía", porque sigue existiendo preocupación por
la estabilidad financiera en la zona. Por este motivo, el
Ejecutivo comunitario "anima a los estados de la Eurozona a tomar
una decisión política sobre un mecanismo que
asegure la estabilidad de la zona en su conjunto".

Dicho mecanismo "debería poder
ser activado rápidamente, en caso de necesidad" y
sería conforme con las disposiciones del tratado,
especialmente con la cláusula que prohíbe el
rescate puro y simple de un estado excesivamente endeudado. La
Comisión "está lista para poner en marcha ese marco
europeo de coordinación" de una asistencia que
sería "condicional" y "sin ningún
automatismo".

Rehn ha explicado que la CE trabaja estrechamente con
todos los miembros de la zona y con los presidentes del Consejo
Europeo y del Eurogrupo para llegar a esa solución "esta
semana", en el contexto de la cumbre que comienza el
25/3.

Preguntado por la opinión de la
CE acerca de una hipotética participación del Fondo
Monetario Internacional (FMI), el comisario ha destacado que
Bruselas "prefiere una facilidad financiera europea para un
problema europeo". Esa facilidad deberá tener,
según la Comisión, una dirección europea e
ir ligada a condiciones decididas por los europeos, en este caso
por los miembros de la Eurozona.

"Dicho esto", ha añadido Rehn,
"no queremos entrar en ningún debate teológico
sobre el FMI. Concibo al FMI como un socio, y ya estamos
cooperando estrechamente con él; confiamos en su
experiencia". "Tenemos sentido de la urgencia y buscamos un
solución que esté basada claramente en la UE y en
condiciones definidas por la Unión", ha
insistido.

Rehn no ha querido comentar qué pasaría si
los europeos no logran ponerse de acuerdo en la próxima
reunión, para no "adelantarse a los acontecimientos" ni
"poner a nadie contra la pared". Pero ha garantizado que el
presidente del Consejo Europeo "está trabajando a marchas
forzadas" en un mecanismo que pueda garantizar la estabilidad
financiera de la zona euro.

– La disyuntiva de Europa: privilegiar el crecimiento o
la red de protección (The Wall Street Journal –
25/3/10)

(Por Marcus Walker y Alessandra Galloni) Lectura
recomendada

Los líderes europeos que se reunirán hoy
en Bruselas corren contra el reloj para resolver la crisis de
Grecia. Sin embargo, para muchos expertos el auténtico
remedio para los problemas de confianza que aquejan a la zona
euro va mucho más allá: una muy necesitada
reconfiguración de las economías más
importantes del bloque, empezando por las de Alemania y
Francia.

Los temores de que los gobiernos del
bloque no logren zanjar sus diferencias sobre un posible paquete
de rescate para Grecia arrastró ayer al euro a su nivel
más bajo en 10 meses. La calificación de la deuda
de Portugal fue rebajada por Fitch Ratings, lo que pone de
relieve el riesgo de que la crisis fiscal de Grecia se contagie a
otras economías en apuros.

Se trata de un panorama diametralmente
opuesto a la visión que acompañó el
lanzamiento de la moneda común en 1999.

En aquel entonces, los promotores del euro auguraron un
renacimiento del viejo continente impulsado por la
modernización de estados de bienestar poco eficientes y la
liberalización de mercados excesivamente regulados. Diez
años después, la zona euro lucha por apuntarse a la
recuperación económica global que arrancó en
Asia y se ha propagado a EE.UU. y parte de América
Latina.

Monografias.com

La hora de las reformas

Los miembros del bloque de 16
países afrontan un dilema: o estimulan la economía
mediante el cumplimiento de viejas promesas para recortar las
prestaciones y flexibilizar los mercados laborales o, como
advierten muchos economistas, lidian con una década de
estancamiento económico.

La zona euro ha perdido dinamismo durante los primeros
10 años de la moneda común, con un crecimiento
anualizado de 1,7% de 2000 a 2008, una caída frente al 2%
de los años 90. La próxima década
podría ser peor. El mayor endeudamiento de los gobiernos y
una mayor población de jubilados forzarán un alza
de impuestos, que pesará tanto sobre empresas como
consumidores.

"La verdadera pregunta que esta crisis
nos plantea a todos es: ¿en qué medida
podrán los países aceptar una auténtica
reforma?", señala Thierry Breton, ex ministro
francés de Finanzas que ahora se desempeña como
presidente ejecutivo de la firma de tecnología de la
información Atos Origin SA.

Las decisiones que se adopten tienen
ramificaciones globales. La zona euro es la mayor economía
unificada del mundo después de Estados Unidos y una fuente
primordial de demanda global de bienes y servicios. Una Europa
alicaída pone en peligro el crecimiento equilibrado y
sostenible del resto del mundo.

Sin embargo, la predisposición
hacia profundos cambios estructurales es muy baja en un
continente acostumbrado a las generosas prestaciones del Estado y
las fuertes protecciones laborales.

Incluso en las épocas de vacas
gordas, los europeos se resisten a adoptar un modelo de
capitalismo estadounidense, donde estiman que a menudo impera la
ley del más fuerte. En los momentos de vacas flacas, los
electores tienden a priorizar la seguridad económica
frente al cambio.

La clara derrota del partido conservador francés
en las elecciones regionales del fin de semana pasado fue
interpretada como un aviso de que muchos votantes encuentran que
los intentos del presidente Nicolas Sarkozy de abrir Francia a
los negocios y reducir algunos beneficios públicos son una
medicina difícil de tomar.

"Se suponía que el euro
sería un trampolín para lograr una mayor
productividad y crecimiento al promover una mayor
integración entre las economías (europeas)", afirma
Simon Tilford, economista jefe del Centro para la Reforma
Europea, un centro de estudios en Londres. "En su lugar, la
integración está perdiendo vigor. La falta de
flexibilidad en los mercados de trabajo y productos genera serias
preguntas sobre las posibilidades que tiene el euro de cumplir
con su potencial".

Seguridad y cambio

Las reformas estructurales parecen ser
la última gran esperanza, en parte debido a que los
países de la zona euro disponen de pocas alternativas para
reactivar sus economías. No pueden, por ejemplo, modificar
las tasas de interés para estimular el crédito, ya
que la política monetaria está en manos del Banco
Central Europeo. La moneda común, asimismo, implica que
los países carecen de una divisa nacional que puedan
devaluar, una medida que abarataría sus
exportaciones.

La alternativa restante, según
numerosos economistas, pasa por la reforma del querido "modelo
social".

Eso significa limitar las pensiones y
los beneficios a quienes realmente los necesiten, en vez de
mantener a personas perfectamente capacitadas para trabajar pero
a las que les resulta más cómodo vivir del Estado,
y eliminar leyes laborales y empresariales que disuaden el
emprendimiento y la creación de empleos.

Este es el camino que prefiere Carlos Bock. El graduado
alemán con un título de administración de
empresas pasó meses, inmerso en la densa burocracia del
país, antes de instalar un negocio de computadoras y
cibercafé en 2004. Antes de ofrecer una taza de
café, cuenta, tuvo que obtener una licencia para regentar
una "empresa gastronómica". Uno de los 38 requisitos le
exigía asistir a un curso de manejo higiénico de
carne picada.

Bock cerró el negocio en 2008. Las estrictas
regulaciones y protecciones sociales alemanas favorecen a las
empresas establecidas y trabajadores veteranos frente a los
proyectos nuevos y emprendedores, lamenta el empresario.
También tuvo que hacer frente a la renuencia de los
consumidores a abrir sus billeteras, un problema que los
economistas atribuyen en parte a los altos impuestos sobre las
empresas, que reducen el salario neto de los
trabajadores.

"Si los mercados fueran más libres, habría
más caos al principio, pero con el tiempo
alcanzaríamos un mejor nivel económico",
sostiene.

Políticos en toda Europa afirman que la causa de
la reforma no está perdida. Xavier Musca, subsecretario
general de Sarkozy, dice que el ánimo a favor de la
reforma ha recobrado impulso a partir de 2007. "El gobierno
está estimulando a los empleados a trabajar más y
buscando una mayor competencia en el sector minorista… Ahora,
también vamos a acelerar la reforma del sistema de
pensiones", explica.

En última instancia, algunos gobiernos no
tendrán otra alternativa. Alemania acaba de aprobar una
ley que garantiza a los jubilados de la tercera edad que sus
pensiones no van a disminuir, una promesa costosa que, en la
opinión de varios economistas, pesará sobre futuros
empleados y las empresas a menos que se reforme el
sistema.

"Ahora no nos quedará otra opción que
emprender reformas", señala Michael Fuchs, un legislador
de la Unión Demócrata Cristina, el partido de la
canciller alemana Angela Merkel.

"El rescate de Grecia seguía anoche en el
aire. Berlín no acepta una intervención de la zona
euro y prefiere préstamos bilaterales y voluntarios como
complemento a un plan del FMI"…
Berlín deja a
Grecia al albur de ayudas voluntarias y bilaterales (Cinco
Días – 25/3/10)

La suerte de Grecia se jugaba anoche
entre Berlín y París. En la noche del 24/3,
Alemania mantenía su negativa a respaldar una
intervención de la zona euro y se decantaba por dejar el
posible rescate de Grecia a la aportación bilateral de
préstamos por parte de los socios de la Unión
Monetaria que acepten colaborar. El grueso de la
operación, en todo caso, correría a cargo del Fondo
Monetario Internacional.

El Gobierno de Angela Merkel
evitaría así la creación de un mecanismo de
rescate comunitario que podría servir de precedente para
futuras crisis. Una amenaza que ayer ganó fuerza con la
creciente atención de los mercados a la situación
de la deuda pública portuguesa.

A pesar de la resistencia alemana, la
mayoría de los socios de la Unión Monetaria y de
las instituciones europeas desean zanjar hoy mismo la
inestabilidad generada por la desconfianza hacia la deuda
pública griega.

El presidente de la Comisión Europea, José
Manuel Barroso, urgió "a crear dentro de la zona euro un
instrumento para una acción coordinada que podría
utilizarse para facilitar asistencia a Grecia en caso de
necesidad". Los principales grupos del Parlamento Europeo
(populares, socialistas y liberales) también pidieron una
respuesta sin más dilación. "Es absolutamente
necesario que se encuentre de una solución para la crisis
griega", señaló el eurodiputado francés
Joseph Daul, presidente del grupo Popular.

Pero entre los partidarios del rescate tampoco hay
unanimidad. Mientras Barroso y el PP aceptan la
intervención del FMI, el Banco Central Europeo
arremetió contra esa posibilidad. "El euro daría la
imagen de que sólo puede sobrevivir con apoyo externo",
advirtió Lorenzo Bini Smaghi, del comité ejecutivo
del BCE.

El empeño de Alemania en impedir cualquier medida
de apoyo comunitario a Grecia está causando un serio
malestar entre buena parte de los socios de la Unión
Monetaria. En Bruselas, las fuentes más benignas atribuyen
la actitud de la canciller Angela Merkel a su alianza
gubernamental con los liberales, que ha resultado más
incómoda y euroescéptica de lo esperado. Otros
acusan a la presidenta del Gobierno alemán de
electoralismo y de rendirse ante las opiniones más
populistas y nacionalistas de su país.

"En Alemania se ha instalado la falsa
tesis de que en la UE todo lo pagan ellos", lamenta un alto cargo
comunitario. Otra fuente subraya que el posible rescate de Grecia
"lo pagaríamos todos, no sólo Alemania".

Aun así, parece evidente que a Berlín le
correspondería la mayor aportación si el reparto de
la carga se hace en relación con el PIB o con la cuota de
participación en el BCE (los dos baremos manejados hasta
ahora). El PIB alemán es el 27% de la zona euro, frene al
11,7% de España. En el BCE, el Bundesbank tiene el 18% del
capital y el Banco de España, 8,3%.

– Merkel contra Europa: cita clave en Bruselas para
definir el rescate griego (El Confidencial – 25/3/10)
Lectura recomendada

La canciller alemana, Angela Merkel, resistió
ayer, a pocas horas del comienzo de una cumbre europea decisiva
en Bruselas, la presión de sus principales socios europeos
en favor de un mecanismo de ayuda a la endeudada Grecia. En los
mercados cambiarios, la moneda única europea volvió
a caer acosada por la incertidumbre en torno al destino de las
finanzas públicas griegas y la noticia de la
devaluación de la deuda portuguesa. Hoy ha llegado a
perder los 1,33 dólares y se mueve en mínimos de
diez meses frente a la moneda estadounidense.

Pese a los llamamientos de la Comisión Europea,
del presidente de turno de la UE, José Luis
Rodríguez Zapatero, y del presidente francés,
Nicolas Sarkozy, la canciller alemana seguía ayer por la
tarde sin dar su visto bueno a una reunión de los
dieciséis líderes de la zona euro para dar un
respiro a Grecia.

Aunque el martes se daba por seguro el encuentro de
jefes de Estado y de Gobierno de los países de la moneda
única antes de la cumbre de los Veintisiete, la tardanza
en convocar la reunión y las dudas expresadas de nuevo
desde Berlín han elevado la incertidumbre al
máximo. Fuentes del Gobierno alemán volvieron a
insistir hoy en que no ha llegado el momento de actuar en la
causa de Grecia porque el Gobierno heleno "no lo ha pedido" y
puede seguir financiándose en el mercado.

Mientras, los contactos y las llamadas a la
acción se han redoblado en las últimas horas entre
los responsables europeos, para intentar vencer la resistencia de
Merkel. El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy,
viajó ayer a París para tratar el tema con el
presidente francés, Nicolas Sarkozy, durante un almuerzo
de trabajo del que sólo ha trascendido la "completa
coincidencia de puntos de vista, así como su
determinación común de llegar a un
acuerdo".

El día anterior, Sarkozy departió con el
jefe de Gobierno español, José Luis
Rodríguez Zapatero, y ambos pidieron públicamente
la celebración de la reunión de líderes de
la Eurozona hoy, antes del inicio del Consejo Europeo de
primavera. Por otro lado, desde Bruselas, el presidente de la
Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso,
volvió a instar hoy a los gobiernos a pactar cuanto antes
un instrumento financiero con el que asistir a Grecia en caso de
que el país lo necesite porque no pueda seguir
financiándose a precios razonables.

El presidente del Ejecutivo comunitario apeló a
la "responsabilidad" y "solidaridad" de los líderes
europeos e insistió en que ese mecanismo sería una
suerte de "red de seguridad" que sólo sería
utilizado "en caso de que se agotaran otras soluciones". El
mensaje de Barroso en el Parlamento Europeo, que le brindó
su apoyo, insistía en la línea expresada horas
antes por el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli
Rehn, quien también animó a los líderes
comunitarios a ponerse de acuerdo sobre una fórmula de
apoyo a Atenas, con objeto de eliminar la incertidumbre que
alimenta la especulación, y proteger la estabilidad de
toda la zona euro.

Pese al duro ajuste aprobado por Atenas, "ni Grecia ni
la zona euro están fuera de peligro" todavía,
alertó Rehn. Las incógnitas sobre la modalidad y
cantidad de la ayuda, así como sobre la eventual
participación del Fondo Monetario Internacional (FMI)
también siguen sin despejarse y fuentes
diplomáticas aseguran que el tema "está aún
muy abierto".

Se estudiará la participación del
FMI

Las mismas fuentes explicaron en Bruselas que el encaje
de la participación del FMI en la modalidad de ayuda a
Grecia es uno de los temas que están discutiendo Van
Rompuy, Merkel, Sarkozy, Papandreu y el resto de los "actores
principales" de la negociación. El Gobierno de Alemania ha
presionado para que la ayuda, en caso de que finalmente sea
habilitada, contenga "una aportación sustancial del Fondo
Monetario Internacional", a la que "todos los países de la
Eurozona" podrían sumar una cantidad voluntaria,
según informaciones aparecidas en la prensa
local.

La participación del FMI es una opción que
en principio fue descartada pero que ha ido sumando adeptos en la
última semana aunque la Comisión Europea, el Banco
Central Europeo, Sarkozy y el propio gobierno griego han apostado
en todo momento por un apoyo de los Dieciséis.

Sin embargo, fuentes diplomáticas aseguran que
"nadie desea" que la "solución europea" sea arrancada a
costa de poner en peligro la supervivencia de la coalición
de Gobierno en Alemania, donde los liberales se muestran
extremadamente reacios a cualquier operación que se
asemeje a un rescate prohibido por el Tratado europeo. La
proximidad de las elecciones regionales en el estado federado de
Renania del Norte-Westfalia, crucial para la coalición
democristiano-liberal, explicaría la resistencia de la
canciller a zanjar ya la operación en apoyo de
Grecia.

"El presidente del Banco Central Europeo,
Jean-Claude Trichet, ofreció el jueves socorro al
atribulado Gobierno griego al decir que el organismo
seguirá aceptando el próximo año bonos con
calificaciones de hasta BBB- como garantía"…

Trichet le ofrece la pipa de la paz al gobierno de Grecia (The
Wall Street Journal – 25/3/10)

No obstante, el BCE no dará préstamos tan
altos a los títulos de menor calificación como a
los que tengan una calificación de AAA.

Este anuncio es muy tranquilizador para los tenedores de
deuda estatal griega, que se habría vuelto inservible como
garantía para el BCE si el banco hubiera mantenido sus
planes de aumentar el rating mínimo aceptable al nivel
previo a la crisis financiera.

El BCE redujo el límite de rating
crediticio aceptable a BBB- desde A- para luchar contra la crisis
financiera. Esta medida estaba pensada para garantizar a los
bancos el acceso a cantidades suficientes de crédito del
BCE tras el cierre de los mercados crediticios interbancarios a
todas las entidades excepto las más solventes.

Grecia, cuyo déficit público casi
alcanzó el pasado año el 13% del Producto Interno
Bruto y cuya deuda supera con creces el 100% del PIB, es el
ejemplo más claro del deterioro generalizado de las
cuentas públicas en la eurozona, que ha lastrado
fuertemente al euro este año.

El propio Trichet ha indicado que el BCE considera
"valiente y convincente" el plan de recorte del déficit
del primer ministro heleno, Giorgios Papandreu.

El grado de preocupación
internacional por el tema quedó claro el jueves cuando Zhu
Min, vicegobernador del Banco Popular de China, calificó
el problema de deuda de Grecia de "punta del iceberg".

"No vemos acciones decididas que digan
al mercado: 'podemos solucionarlo, podemos cerrarlo'",
indicó Zhu, que añadió que las "mayores
preocupaciones hoy son obviamente España e
Italia".

Sus comentarios llevaron al euro a un nuevo
mínimo de 10 meses de US$ 1,3283.

"Si la zona euro no acuerda un plan de ayuda a
Grecia se corre el riesgo de "un tsunami" financiero en otros
países de la UE como España, Portugal, Reino Unido
o Francia, ha advertido Viviane Reding, comisaria europea de
Justicia
– Bruselas alerta del riesgo de un "tsunami"
financiero si no se ayuda a Grecia (Cinco Días –
25/3/10)

"Hay que ayudarle, porque no hacerlo
tendrá una influencia sobre todos los demás que no
van tan bien, como España y Portugal, como Reino Unido,
como Francia", afirmó Reding en unas declaraciones a la
cadena de radio Bel RTL.

Preguntada sobre el caso
británico, Reding precisó que la situación
presupuestaria del Gobierno de Londres está "muy, muy
mal", ya que tiene "un presupuesto de austeridad muy
duro".

A pesar de que Grecia ha cometido
"bastantes errores" es un miembro de la familia de la zona euro.
"Hay un país que está en dificultades y hay que
ayudarle porque si no lo hacemos habrá un "tsunami" en
otros países. Hagámoslo",
recalcó.

La comisaria luxemburguesa dijo que ha hablado "varias
veces" de esta cuestión con la canciller alemana, Angela
Merkel, cuyo Gobierno se opone en solitario en la UE a un
mecanismo de ayuda europea a Grecia.

Merkel "tiene un grave problema político en
casa", ya que "todo su pueblo está en contra" de la ayuda
a Grecia después de que los medios de comunicación
alemanes han tratado la cuestión "con un populismo
extraordinario", añadió la comisaria europea.
"Pensaba que habíamos dejado esta fase, si alguien hace
algo mal hay que decirlo y luego corregirlo, pero lanzar a un
pueblo contra el otro… no es bueno, no es mi Europa",
lamentó.

En todo caso, Viviane Reding
insistió en que "Grecia puede ser el debut de un
"tsunami". Debemos ayudar a Grecia simplemente para mantener la
coherencia en Europa".

Trichet pide "responsabilidad" a los países del
euro

Por otro lado, el presidente del Banco
Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, reclamó hoy
"responsabilidad" a los países de la eurozona para adoptar
las "decisiones fundamentales" que exige la actual
situación de inestabilidad provocada por los problemas de
endeudamiento de Grecia porque comparten un "destino
común".

Por su parte, el primer ministro griego, Giorgios
Papandreu, aseguró hoy que su país "saldrá
adelante sean cuales sean las decisiones que se tomen hoy (25/3)"
en Bruselas.

– Francia y Alemania llegan a un acuerdo de ayuda para
Grecia (The Wall Street Journal – 25/3/10)

(Por Charles Forelle y Marcus Walker) Lectura
recomendada

Francia y Alemania respaldaron un acuerdo bajo el cual
los países de la unión Europea y el Fondo Monetario
Internacional tendrían un papel conjunto en un rescate
griego que ascendería a 23.000 millones de euros (US$
30.734 millones)

La solución que logró el
apoyo de los reacios alemanes para un posible paquete de rescate
griego también pone al bloque en una posición que
algunos consideran como vergonzosa: el tener que acudir a una
organización que usualmente organiza rescate para
países en desarrollo.

El presidente francés Nicolas Sarkozy y la
canciller alemana Angela Merkel, se reunieron en esta ciudad
antes de la cumbre de los 27 líderes de la unión
Europea y llegaron a un acuerdo bajo el cual los países de
la UE dirigirían un posible rescate de Grecia y
contribuirían con la mayoría de su
financiación, mientras que el FMI tendría un rol de
apoyo, dijeron fuentes al tanto.

La ayuda no sería
automática, dijo una fuente y sólo se daría
si Grecia la necesita y la pide. No se tiene claro exactamente
qué condiciones activarían el paquete de ayuda. La
fuente dijo que Grecia pagaría "tasas de mercado" de
interés sobre préstamos de los países de la
UE, pero con la expectativa de que los rendimientos exigidos por
los inversionistas caigan tras el anuncio de la posible ayuda. El
FMI, que presta con sus propios fondos, muy probablemente
proveería mejores términos.

El acuerdo sobre los términos de ayuda, incluso
sin un pacto final, es un gran avance para la zona euro, la cual
ha sufrido por más de un mes para determinar la forma de
proveer ayuda a Grecia, luego de decir vagamente en febrero que
haría algo de ser necesario. No hay un manual de
instrucciones para rescatar a un país de la euro zona que
esté cerca de una cesación de pagos y los tratados
de la UE contienen cláusulas que evitan que los
países asuman las obligaciones de sus pares en
problemas.

Estas cláusulas fueron principalmente el
resultado de la resistencia alemana al momento de la
creación del euro, quienes no querían tener que
usar su fortaleza económica para ayudar a un vecino menos
frugal.

Esa precisamente fue la situación que se
presentó este año, cuando quedó claro que
Grecia, agobiada por una creciente deuda y déficit, no
podría refinanciar sus préstamos a las altas tasas
que los mercados, actualmente sensibles al riesgo, están
cobrando.

Alemania, reacia a cargar con un peso
sustancial en un rescate griego, se pronunció en contra de
la ayuda. Sin embargo, indicó esta semana que le
daría apoyo a un sistema de préstamos de
países más fuertes a Grecia, como último
recurso. Su precio fue que el FMI también estuviera
involucrado.

El déficit del gobierno griego alcanzó
cerca del 13% del producto interno bruto el año pasado,
muy por encima del límite de 3% prescrito por las reglas
de la zona euro. Su deuda era 113% del PIB, frente a un
límite de 60%. Años de esfuerzos de funcionarios de
la UE para presionar a Grecia para que cambiara sus
políticas de gasto tuvieron poco efecto.

Merkel dijo que apoya la propuesta del
ministro de finanzas alemán Wolfgang Schäuble de un
Fondo Monetario Europeo y el poder de excluir a países del
bloque que no cumplan con lo pactado, ambas medidas radicales que
requerirán un largo proceso de ratificación y la
aprobación de los 27 estados miembros de la UE.

"Respaldaré los cambios
necesarios al tratado", dijo Merkel.

– La UE llega a un acuerdo de rescate para Grecia (The
Wall Street Journal – 26/3/10)

(Por Charles Forelle y Marcus Walker) Lectura
recomendada

Los líderes de los 16 gobiernos de la zona euro
accedieron a apoyar un acuerdo de rescate para Grecia bajo el
cual los países del bloque y el Fondo Monetario
Internacional jugarán un papel conjunto en cualquier tipo
de asistencia.

Un consenso sobre los términos de
la ayuda representa un gran avance para el grupo, que ha estado
dividido por semanas sobre cómo lidiar con los problemas
de deuda de los griegos.

El compromiso alcanzado, que incluye el
apoyo del renuente gobierno alemán, pone al bloque
económico en la vergonzosa situación de acudir a
una organización (el FMI) que usualmente orquesta rescates
para países en desarrollo.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la
canciller alemana, Angela Merkel, se reunieron en esta ciudad
antes de la cumbre de los líderes de la Unión
Europea y llegaron a un acuerdo bajo el cual los países de
la UE dirigirían un posible rescate de Grecia y
contribuirían con la mayoría de la
financiación, mientras que el FMI tendría un rol de
apoyo.

La ayuda no sería
automática, dijo una fuente, y sólo se
concedería si Grecia la necesita. El compromiso
franco-alemán le otorga a Grecia la seguridad de que
será ayudada por el resto de Europa, pero también
le confiere a Merkel la potestad de tener la última
palabra para decidir si poner en marcha el rescate. Los
países de la zona euro deben estar de acuerdo de forma
unánime antes de desembolsar cualquier ayuda, según
el acuerdo.

El texto final no deja muy claro
qué constituiría una necesidad de ayuda, y
sólo especifica que la asistencia se extendería
como recurso de última instancia, como insistió
Merkel, y si los mercados financieros resultan ser
"insuficiente".

Al final, la necesidad de unanimidad
significa que Alemania tendrá la última palabra
para decidir si Grecia recibe los fondos.

Atenas ha argumentado por semanas que la tasa de
interés de más de 6% que actualmente debe aceptar
para pedir dinero prestado en los mercados de bonos es
inaceptable. El primer ministro del país, Giorgios
Papandreu, ha estado presionando a los otros miembros de la UE
para que reduzcan los costos de deuda de Grecia.

Pero un alto funcionario alemán dijo que los
altos costos de crédito no serían "ciertamente"
suficientes para activar el paquete de rescate. "'Insuficiente'
no debería entenderse como 'incómodo' u 'oneroso'",
dijo el funcionario.

Los países de la zona euro han tratado por
más de un mes de encontrar la forma de ayudar a Grecia,
después de haber asegurado en febrero que harían
algo, si era necesario. No hay un manual de instrucciones para
rescatar a un país de la zona euro que esté al
borde de una cesación de pagos y los tratados del bloque
contienen cláusulas que evitan que los países
asuman las obligaciones de sus pares en problemas.

Estas cláusulas fueron principalmente el
resultado de la resistencia alemana en el momento de la
creación del euro, ya que el país no quería
tener que usar su fortaleza económica (ganada a pulso)
para ayudar a un vecino menos frugal.

Precisamente esa fue la situación que se
presentó este año, cuando quedó claro que
Grecia, agobiada por una creciente deuda y déficit, no
podría refinanciar sus préstamos a las altas tasas
que los mercados, de nuevo sensibles al riesgo, están
cobrando.

Alemania, reacia a cargar con un peso sustancial en un
rescate griego, se pronunció en contra de la ayuda. Sin
embargo, esta semana indicó que, como última
instancia, le daría apoyo a un sistema de préstamos
de países más fuertes a Grecia. Su condición
fue que el FMI también estuviera involucrado.

– Alemania se impone en la crisis del eurogrupo: el FMI
asumirá hasta el 50% de un rescate a Grecia
(Expansión – 26/5/10)

(Por Ramón R. Lavín – Bruselas) Lectura
recomendada

Sarkozy y Merkel concretaron ayer un acuerdo que
sólo se aplicará en casos de extrema necesidad.
España compromete unos 2.500 millones en préstamos
bilaterales al Ejecutivo heleno.

Francia y Alemania lograron ayer un
principio de acuerdo sobre un plan europeo para rescatar a Grecia
en una reunión que celebraron los mandatarios de ambos
países, Nicolas Sarkozy y Angela Merkel, previa a la
cumbre de la Unión Europea en Bruselas. Al cierre de esta
edición, no había todavía acuerdo
definitivo, pero el compromiso franco-alemán, base de las
negociaciones, prevé un instrumento conjunto de
financiación con una parte importante del FMI y
préstamos voluntarios bilaterales, entre los socios del
Eurogrupo.

La parte del FMI se destinaría a
financiar los problemas de balanza de pagos y, aunque el borrador
no contenía cifras, se hablaba ayer de que esa parte de la
ayuda podría estar entre el 33% y el 50% del total. Los
europeos se encargarían del resto. España
aportaría el 12% –más de 2.000
millones–, según fuentes de la delegación
española, a la espera de lo que aporten los demás,
ya que no todos estaban dispuestos a colaborar.

La solución pasaba, al cierre de
esta edición, por un anuncio de colaboración entre
los países europeos y el FMI, en la que la parte europea
serían préstamos bilaterales, aunque los
países de la UE siguen confiados en que el plan de
consolidación griego hará innecesario este
mecanismo de ayuda a Grecia. La clave de reparto de los
préstamos bilaterales seguía ayer en
discusión. El tipo de interés se calculará
según la media de los mercados.

Sería la primera vez que el FMI
interviniese en los asuntos de la eurozona, muy a pesar de la
gran mayoría de socios. El montante total de los prestamos
sería de alrededor de 22.000 millones de euros, de los que
España aportaría el 12%.

Endurecimiento

A cambio, Alemania obtendría un
refuerzo futuro de la disciplina presupuestaria en la zona euro,
con la posibilidad de imponer sanciones para los países
que no cumplan esos requisitos. La canciller alemana, Angela
Merkel, fue tajante en cuanto al momento en el que se
pondría en marcha el mecanismo, "solo como último
recurso".

El presidente de la Comisión Europea (CE),
José Manuel Durao Barroso, consideraba "impensable", que
los líderes de la Unión Europea (UE), no alcanzasen
un acuerdo para responder a la grave crisis presupuestaria en
Grecia. En la misma línea el presidente del gobierno,
José Luis Rodríguez Zapatero, calificó de
"razonable" la propuesta sobre la mesa, en la que las
aportaciones de los países de la zona euro se
completarían con la participación del FMI, aunque
Zapatero insistió en que la solución debería
ser básicamente europea.

Angela Merkel advirtió antes de llegar a
Bruselas, de que "este plan solo se activará en el
último momento, si Grecia acusa problemas de insolvencia",
ya que, según el Gobierno alemán, el plan de choque
adoptado por el Gobierno griego será suficiente para
tranquilizar a los mercados, lo que la realidad ha
desmentido.

La activación del mecanismo de ayuda a Grecia se
deberá adoptar con el apoyo unánime de todos los
países miembros de la eurozona, por lo que Alemania
conserva el derecho a veto en la concesión de esas
ayudas.

– Angela Merkel impone su criterio: será el FMI
el que salga al rescate de Grecia (El Confidencial –
26/3/10) Lectura recomendada

La canciller alemana, Angela Merkel, se salió
ayer finalmente con la suya. Los países de la zona euro
han acordado que sea el Fondo Monetario Internacional (FMI)
quien, en caso de ser necesario, salga al rescate de Grecia para
evitar su caída. Esperan que el anuncio desanime a los
especuladores y este socio de la Eurozona pueda refinanciar su
enorme deuda a un coste razonable.

Después de semanas de
incertidumbre y declaraciones contradictorias, los
Dieciséis llegaron anoche a un compromiso que proporciona
a Grecia un respiro, para seguir adelante con su draconiano plan
de ajuste. Finalmente, los socios más reacios a una
intervención del FMI, empezando por Francia, han tenido
que aceptar que la institución con sede en Washington
lidere el rescate eventual de un miembro de la
Eurozona.

A la idea de ver desembarcar en la zona
euro a los especialistas del Fondo se oponían nada menos
que el Banco Central Europeo (BCE), guardián de la
política monetaria europea, y la Comisión de la
UE.

Pero el compromiso, fraguado en un
encuentro bilateral entre el presidente Nicolas Sarkozy y la
canciller prevé que los europeos activarán, si
llega el caso, un mecanismo propio en favor de Grecia que
consistirá en préstamos bilaterales de los miembros
de la Eurozona y en "sustanciales" créditos del
FMI.

La ayuda europea, última opción

El apoyo europeo "complementa la
financiación del FMI", y será considerado "ultima
ratio", es decir, un recurso utilizable sólo si la
financiación del mercado resultara insuficiente para
evitar la quiebra del Estado griego.

Según la declaración
aprobada, "cualquier desembolso de créditos bilaterales
será decidido por los países miembros del
área euro por unanimidad", lo que equivale a conceder a
Alemania, el socio más reticente, un derecho de veto.
Estará "sujeto a estrictas condiciones" y se basará
en una evaluación por parte de la Comisión Europea
y del Banco Central Europeo, lo que garantiza que el control del
proceso queda en Europa.

"El objetivo de este mecanismo no
será ofrecer financiación a tipos medios de
interés de la zona euro, sino crear incentivos para volver
a la financiación del mercado lo antes posible con precios
adecuados al riesgo", puntualiza la declaración. Aunque no
se precisa a qué tipos de interés prestarían
dinero a Grecia sus socios, sí se aclara que no
serán "concesionales", esto es, que "no tendrán
ningún elemento de subsidio".

Además, se promete que las
decisiones que se tomen de acuerdo con este mecanismo "se
ajustarán plenamente al marco del Tratado y a las
legislaciones nacionales", lo que debería tranquilizar a
Alemania. El Gobierno de la canciller Merkel puso innumerables
objeciones a cualquier operación que se asemejase a un
rescate, por razones de principio y también de coyuntura
política interna.

Grecia, opina Berlín, es la
única responsable del castigo de los mercados, por sus
políticas presupuestarias insanas y por haber falsificado
reiteradamente las cuentas públicas, y engañado a
Bruselas. Pero el pulso librado por los especuladores
financieros, que han apostado a que lograrían la quiebra
del Estado heleno, amenazaba ya con contagiarse a otros miembros
de la zona y desestabilizar al euro.

La declaración trata de levantar
un muro frente a la especulación, como ha asegurado a las
claras el primer ministro portugués, José
Sócrates, quien ha visto también esta semana
cómo las agencias rebajaban la calificación de la
deuda soberana de su país. Y abre la vía a un
fortalecimiento de los instrumentos de la unión monetaria
europea para hacer frente a crisis de solvencia futuras, para las
que no estaba preparada según todos los
analistas.

"Nos comprometemos", han afirmado los
Dieciséis, "a promover una coordinación fuerte de
las políticas económicas en Europa". "La
situación actual demuestra la necesidad de fortalecer y
complementar el marco actual para garantizar la sostenibilidad
fiscal en la zona euro y aumentar su capacidad para actuar en
tiempos de crisis", añaden.

Para el futuro, los gobiernos de la
Eurozona creen que "debe fortalecerse la vigilancia de los
riesgos económicos y presupuestarios y los instrumentos
para su prevención, incluido el Procedimiento de
Déficit Excesivo". Dicho procedimiento, contenido en el
llamado Pacto de estabilidad, no ha servido manifiestamente para
evitar el derrapaje de las finanzas públicas
griegas.

Bajo la presión de Merkel, los
miembros del euro han encargado al presidente de Consejo Europeo,
Herman Van Rompuy, que abra la vía a un reforzamiento "del
marco jurídico" de manera que no vuelva a repetirse una
crisis como ésta.

"El mecanismo de ayuda financiera para Grecia
acordado el jueves por los líderes de la eurozona resulta
factible, pero es poco probable que sea activado, indicó
el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude
Trichet, quien se mostró confiado en que "el mecanismo
decidido hoy no necesitará ser activado y que Grecia
recobrará progresivamente la confianza del mercado",
manifestó"…
Trichet confía en que el plan de
rescate no tenga que ser activado (El Economista –
26/3/10)

"Estoy muy feliz de que el Gobierno de
la Eurozona haya encontrado una solución factible",
señaló. "Considero que esta solución
preserva, lo que para nosotros es decisivo, las responsabilidades
de los gobiernos de la eurozona", agregó, después
de que los periodistas le preguntaran tras una sesión
informativa del presidente de la Unión Europea, Herman Van
Rompuy, y el presidente de la Comisión Europea,
José Manuel Durao Barroso.

Según destacó, la
credibilidad de Grecia está mejorando, por lo que el
mecanismo acordado por los líderes, que combina dinero del
Fondo Monetario Internacional (FMI) y préstamos
bilaterales de la eurozona, no será necesario. "Confiado
de que el mecanismo decidido hoy (25/3) no necesitará ser
activado y que Grecia recobrará progresivamente la
confianza el mercado", manifestó.

En su opinión, la
participación del FMI en el mecanismo de ayuda no infringe
la independencia del BCE y deja sin alteraciones las
responsabilidades de gobierno de la eurozona. "La independencia
del banco central es sacrosanta y nadie está poniendo eso
en duda por un segundo", dijo Trichet, quién previamente
había expresado su oposición a la
participación del FMI en la ayuda para Grecia.

"Tenemos gran respeto por la habilidad
del FMI, trabajamos con el FMI en Atenas (…) Nunca dije que la
intervención del FMI fuera esto o aquello. Siempre he
dicho que debemos tener la máxima responsabilidad por los
gobiernos de la eurozona", declaró.

Los líderes de la eurozona acordaron que el
mecanismo de ayuda sólo sería activado como
último recurso, si la financiación del mercado
resulta insuficiente, y que el desembolso de préstamos
dependería de la evaluación de la Comisión
Europea y el BCE. En este sentido, explicó que el BCE
observará "la situación y haces una
evaluación sobre la inestabilidad financiera que se
derivaría de esto para el país y la eurozona (…)
ese es el criterio, pero reitero que para trabajar nosotros no
asumimos que esto empezará a funcionar".

Trichet recibió con
beneplácito un llamamiento de los líderes de la
eurozona para fortalecer las reglas de presupuesto de la UE para
que una crisis de deuda en Grecia no vuelva a ocurrir. "Estoy
complacido de ver que los jefes de Estado y Gobierno acordaron
que necesitamos incrementar nuestra vigilancia y que necesitamos
reforzar nuestra capacidad para vigilar (políticas
fiscales)", expresó.

"El presidente permanente del Consejo Europeo,
Herman Van Rompuy, afirmó que los problemas
económicos de España y Portugal son "completamente
diferentes" a los de Grecia y que los mercados "se darán
cuenta" de esto en días. En su opinión, que el
Eurogrupo y el FMI se conviertan en garantes de que no se
dejará caer al país heleno bastará para
reducir los spreads y hacer la situación
"soportable"…
Rompuy: la situación de
España y Portugal es "completamente diferente" a la de
Grecia (El Economista – 26/3/10)

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