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La Unión Europea llama a revisión al Euro la casa está en llamas II (página 5)




Enviado por Ricardo Lomoro



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Un alto ejecutivo de uno de los bancos comerciales
chinos, consultado por el autor del estudio, explica que "la
principal función de la moneda ancla es estabilizar el
sistema". Sin embargo, "el problema viene cuando el ancla empieza
a moverse demasiado y los que están anclados a ella (en
este caso el gobierno chino y los exportadores tanto de China
como de Brasil) empiezan a sacudirse con ella". Esto,
según el entrevistado chino, es "una situación
insostenible y no queda más remedio que buscar mejores
alternativas".

El dólar ya estaba siendo muy volátil
antes de la crisis actual, pero esta volatilidad se ha hecho
mayor después de la bancarrota del banco de
inversión Lehman Brothers en septiembre de 2008. Al
principio el dólar subió repentinamente por la
aversión al riesgo de los inversores (demostrando, por
otra parte, que sigue siendo la moneda que más confianza
ofrece a los inversores), pero una vez que el momento
álgido de la crisis pasó, la moneda estadounidense
ha vuelto a caer en picado frente a otras monedas, explica el
informe.

Muchos de los participantes brasileños, y la gran
mayoría de los entrevistados chinos, hacen referencia al
Dilema de Triffin en relación con la moneda americana.
Según este dilema, el país que emite la moneda
internacional no puede al mismo tiempo ofrecer la necesaria
liquidez al mundo sin, por otra parte, debilitar su
posición en la balanza de pagos. Es decir, la centralidad
del dólar en el sistema hace que EEUU tenga que aumentar
continuamente su déficit. Llega un momento, sin embargo,
en el que este déficit es insostenible y los inversores
pierden confianza en el dólar.

El documento señala que este
escenario no sería malo para EEUU, que así
podría devaluar rápidamente su deuda externa. Pero
"sí que es un problema para China, que tiene 2,4 billones
de dólares en reservas en los cofres de su banco
central".

El gran temor de las elites financieras
chinas es que EEUU reduzca su deuda a través de la
inflación generada por la inyección de enormes
cantidades de dólares, lo que se conoce como Quantitative
Easing (QE), medida puesta en marcha por la FED al llegar los
tipos de interés cercanos a cero. Los chinos, por lo
tanto, reconocen que están en lo que Paul Krugman ha
llamado la "Trampa del Dólar". Pero, ¿puede el euro
convertirse en una alternativa?

Para el autor el euro presenta dos
fortalezas claras. Por un lado, en los últimos diez
años ha demostrado ser una moneda con un tipo de cambio
más fuerte y una inflación más estable que
el dólar. Por otro, la UE es el mayor socio comercial
tanto de China como de Brasil. Entonces, ¿por qué
no sustituye al dólar?

"La idea en sí es atractiva pero
su ejecución es más que improbable", comentan las
elites entrevistadas. Desde el punto de vista de los emergentes,
el gran problema del euro es que no tiene un mercado de deuda
pública común y lo suficientemente líquido
para competir con la deuda pública estadounidense. Un alto
funcionario próximo al Banco Central Chino explica que "si
China empieza a invertir agresivamente en cualquiera de los
mercados de deuda pública europeos, ese mercado se
colapsaría en cuestión de días. El precio de
los bonos se pondría por las nubes y los intereses se
quedarían por los suelos. Los mercados del euro son
simplemente demasiado pequeños para un jugador del calibre
de China".

Sin embargo, muchos de los entrevistados
muestran su decepción por la falta de integración
política de la UE y, sobre todo, la falta de una
estrategia fiscal común. Para el autor, "sólo si se
logra esa integración, que por otra parte
implicaría la creación de un Ministerio de Finanzas
paneuropeo (un paso improbable por el momento por las reticencias
de Alemania) podrá el euro competir con el
dólar".

Los problemas económicos que están
sufriendo los miembros de la zona euro, con Grecia a la cabeza,
están poniendo a prueba a la Unión Europea. Ahora,
que se empiezan a escuchar propuestas de crear un eurobono y se
valora la necesidad de una estrategia única frente a la
crisis, ¿será el momento de dar un paso más
en el proceso de integración europeo?

"El mes pasado, Santander organizó una
recepción en Londres para celebrar el cambio de imagen de
sus 1.300 sucursales en Reino Unido. Hace tres años, no
hubieran venido ni 30 personas a este acto. Hoy esperamos a 300
autoridades, reguladores y políticos
británicos», decía un directivo del banco
español.

La renovada atención a Santander es una
consecuencia más del tsunami que el sector financiero
británico ha sufrido desde septiembre de 2007, el mes en
que Northern Rock tuvo que pedir ayuda de emergencia al Banco de
Inglaterra para no ir a la quiebra. Desde entonces, cinco bancos
han sido nacionalizados total o parcialmente: el citado Northern
Rock, Royal Bank of Scotland, Lloyds y HBOS (ahora fusionados), y
Bradford & Bingley.

La orgullosa City, que durante dos décadas
fue el motor de la economía de Reino Unido, ha necesitado
un rescate del Gobierno y el Banco de Inglaterra valorado en
800.000 millones de libras (920.000 millones de euros),
según datos de la Oficina Nacional de
Auditoría"…
La crisis deja la banca
británica "patas arriba" (Expansión –
21/2/10)

Los dos grandes bancos británicos que siguen en
manos privadas (HSBC y Barclays), también acumulan fuertes
pérdidas en algunas de sus divisiones, y sólo han
resistido el embate de la crisis gracias a su
diversificación de negocios y a las ayudas indirectas de
los reguladores.

"El casi colapso de varias entidades ha
dañado seriamente la reputación del sistema
financiero de Reino Unido", asegura Nigel Greenwood, analista de
Standard & Poor"s.

Mientras las entidades británicas luchaban por su
salvación, Santander ha aprovechado para duplicar su
tamaño en las islas. Tras comprar Abbey National en 2004,
el banco español adquirió Alliance & Leicester
y parte de los activos de Bradford & Bingley en
2008.

Los dos grandes bancos británicos que siguen en
manos privadas (HSBC y Barclays), también acumulan fuertes
pérdidas en algunas de sus divisiones, y sólo han
resistido el embate de la crisis gracias a su
diversificación de negocios y a las ayudas indirectas de
los reguladores.

Monografias.com

La entidad, que hasta la crisis era una mera comparsa en
el mercado británico, ha pasado a ser la segunda firma de
banca minorista, acaba de implantar la marca Santander en sus
1.300 sucursales y es una referencia para los reguladores que
buscan soluciones a la crisis.

Como prueba de ello, el Parlamento británico ha
pedido a Alfredo Sáenz, consejero delegado de Santander,
que comparezca en la Comisión de Economía de la
Cámara de los Comunes para dar sus ideas sobre el futuro
del sistema financiero.

Reflejo de esa bifurcación de caminos son los
resultados de 2009 que las entidades están presentando
estas semanas. La filial británica de Santander
ganó 1.564 millones de libras el año pasado, un 55%
más. Esta cifra duplica los 612 millones que
alcanzó el negocio minorista de Barclays en Reino Unido,
un 55% menos. Esta semana, se espera que Royal Bank of Scotland
(RBS) y Lloyds anuncien pérdidas de varios miles de
millones de libras.

Un toque de suerte

El ascenso de Santander a los altares de
la City, reconocido por los analistas y los periodistas
económicos más exigentes, puede ser atribuido en
parte a la suerte, y no sólo a su gestión de
riesgos o a su visión estratégica. Entre 2004 y
2007, el banco que preside Emilio Botín tuvo que dedicarse
a limpiar el balance de Abbey National y reducir costes,
perdiendo cuota de mercado. En el mismo periodo, sus competidores
británicos aprovecharon la entrada masiva de
financiación en la City para expandir de forma acelerada
sus créditos a clientes nacionales e internacionales, y
para comprar títulos cada vez más
exóticos.

Como resultado de ese crecimiento, el
volumen de los activos de la banca británica llegó
a multiplicar por cinco el Producto Interior Bruto (PIB) del
país. Royal Bank of Scotland se hizo más grande que
la economía británica.

Todo cambió en el verano de 2007.
Primero se secó el caudal de financiación,
provocando la crisis de Northern Rock (que dependía de los
mercados mayoristas para sostener su negocio, al tener pocos
depósitos de ahorradores) y de Alliance & Leicester.
Luego, el desplome de valor de los títulos ligados al
sector inmobiliario estadounidense y el posterior contagio de la
crisis financiera a la economía real, hicieron aflorar
grandes pérdidas en los activos de los bancos, poniendo
contra la pared a Royal Bank of Scotland y HBOS. La caída
de Lehman Brothers en septiembre de 2008 acabó con la
escasa confianza de los inversores privados y exigió la
intervención de Downing Street y la ola
nacionalizadora.

El Fondo Monetario Internacional (FMI)
calcula que los bancos británicos podrían perder
604.000 millones de dólares (465.000 millones de euros)
entre 2007 y 2010 (un 7,2% de su balance), por el deterioro de
sus activos y créditos. La mitad de esa cifra ya ha sido
reconocida en las cuentas.

Para algunos analistas, lo peor ha pasado. Leigh
Goodwin, de Citigroup, indica que "la recuperación del
sector bancario británico va más rápido de
lo esperado, y la evolución de la economía (Reino
Unido acaba de salir de la recesión) va a contener la
aparición de créditos dudosos".

Otros son más pesimistas. Según Nigel
Greenwood, de Standard & Poor"s, "la deuda doméstica
en Reino Unido es particularmente alta. Las provisiones por
créditos domésticos tocarán techo en 2010 y
seguirán elevadas en 2011. Además, la demanda de
crédito seguirá plana, por lo que la industria
tendrá pocas oportunidades esos dos años para
aumentar sus beneficios y absorber las
pérdidas".

El Banco de Inglaterra, autoridad
monetaria de Reino Unido, avisó el 10 de febrero de que
"la posibilidad de sufrir significativas pérdidas en el
mercado inmobiliario comercial (préstamos a propiedades
como oficinas, hoteles, locales industriales y centros de
distribución) es el riesgo más importante para las
entidades". El FMI calcula que el sector podría perder
39.000 millones de dólares en ese tipo de
créditos.

Los inversores creen que los bancos británicos
resistirán ese último coletazo de la crisis, y sus
acciones han subido desde los mínimos de marzo de 2009.
Pero a medio plazo, el sector afronta varios retos estructurales.
"Uno de los mayores desafíos para la industria es que
reguladores e inversores van a requerir a las entidades que
operen con mayores niveles de capital para absorber
pérdidas", indica el Banco de Inglaterra. Según
Greenwood, «los mayores requisitos de capital y liquidez
limitarán la rentabilidad de los bancos a medio
plazo».

Esos cambios regulatorios no sólo
afectarán a la fortaleza del balance: el Gobierno
británico ya ha empezado a poner nuevos impuestos al
sector y a limitar los bonus.

Otro de los cambios que se están produciendo es
la llegada de nuevos competidores, que quieren aprovechar el
desprestigio de algunas entidades y los huecos dejados por otras.
La cadena de supermercados Tesco, el empresario Richard Branson,
la firma de capital riesgo Blackstone y la entidad extranjera
National Australia Bank quieren crecer de forma orgánica o
mediante adquisiciones en el sector financiero. Leigh Goodwin, de
Citi, cree que «la industria seguirá dominada por
cinco bancos (Lloyds, Santander, Barclays, Royal Bank y HSBC) y
los nuevos entrantes no arañarán mucha cuota de
mercado». Pero sí podrían forzar una rebaja
en los márgenes del sector, indican otros
analistas.

La última clave para el futuro de la City es la
evolución de los bancos nacionalizados. El Gobierno quiere
venderlos cuanto antes, pero es posible que no pueda hacerlo en
varios años si quiere recuperar con plusvalías los
117.000 millones de libras invertidos en el capital de RBS,
Lloyds-HBOS, Northern Rock y Bradford. Por el momento, estas
entidades van a vender parte de sus activos por exigencia de la
Comisión Europea, mientras que Downing Street quiere
utilizarlas para impulsar la economía dando más
créditos a sus clientes.

– Temores sobre las operaciones carry trade en
dólares (Expansión – 24/2/10)

(Por Peter Garnham) Lectura recomendada

El mes pasado, durante el Foro Económico de
Davos, Zhu Min, subgobernador del Banco Popular de China,
habló abiertamente de su mayor temor con respecto a los
mercados financieros en 2010.

"En mi opinión, el mayor riesgo
de este año está en los movimientos especulativos
de carry trade en dólares, que ya ascienden al
billón y medio de dólares, cifra que supera con
creces el récord de Japón",
aseguró.

El temor de Min es que haya un cambio de tendencia, lo
que provocaría una revalorización del dólar,
paralizando la recuperación de los mercados de activos que
ha acompañado a la salida de la economía global de
la crisis financiera. Es una sensación que comparten otros
inversores, sobre todo ahora que el dólar se fortalece,
después de su devaluación durante buena parte del
año pasado.

El dólar se convirtió en la moneda de
financiación cuando los mercados de activos globales
comenzaron a recuperarse a partir de marzo del año pasado.
El fenómeno se produjo por los bajos tipos de
interés de EEUU, que incentivaron la venta de
dólares por parte de los inversores para financiar la
compra de activos más arriesgados que ofrecían
mayor rentabilidad. El resultado fue que, entre el marzo y
diciembre de 2009, el dólar ponderado según la
balanza comercial cayó más de un 17%.

Sin embargo, con la recuperación del
dólar, llegan los temores de un descenso de las
operaciones carry trade. Desde septiembre, la moneda
estadounidense ha aumentado más del 8% en términos
ponderados y la semana pasada se acercó al máximo
de los últimos ocho meses. No obstante, pensar que estamos
ante el final de la era del dólar como divisa de
referencia mundial es prematuro, en opinión de los
analistas.

La primera parte de la recuperación de la divisa
pareció estar relacionada con los ajustes de finales de
año. A principios de 2010 surgieron ciertos imprevistos
que ayudaron a ampliar las ganancias del dólar. En primer
lugar, a principios de enero, China respondió a una
explosión de préstamos bancarios permitiendo el
aumento de las tasas de interés de bonos del tesoro y los
requisitos de las reservas bancarias. Esto despertó una
oleada de beneficios derivados de las materias primas y en los
fondos de renta variable emergente lo que, a su vez,
propició la recompra de dólares.

En segundo lugar, al conocerse la grave situación
de Grecia, se llegó a cuestionar la viabilidad de la
Unión Monetaria Europea y del euro. La situación ha
propiciado de nuevo una revalorización del dólar.
La semana pasada, después de que la Reserva Federal
anunciara que elevaba su tasa de descuento, la tasa a la que
presta a los bancos, aumentaron los temores de que EEUU aplicara
una subida de tipos de interés antes de lo
esperado.

En realidad, la medición del carry trade no es,
ni mucho menos, una ciencia exacta. Incluso la
preocupación de China sobre el tamaño de las
operaciones de carry trade en dólares y del consiguiente
repunte del dólar, ha de analizarse en el contexto de su
propia política monetaria.

Después de las presiones de sus socios
comerciales para que China desvincule su moneda del dólar
y revalorice el renminbi, no sorprendería que la potencia
asiática anunciara un descenso de sus actividades de carry
trade. Marc Chandler, de Brown Brothers Harriman, cree que hay
indicios de que los inversores están cambiando
posiciones.

En primer lugar, según los datos del Chicago
Mercantile Exchange, que suele marcar la actividad de los hedge
fund, los especuladores han reducido sus apuestas bajistas contra
el dólar, aumentando sus posiciones cortas en euros. En
segundo lugar, los fondos de renta variable de los mercados
emergentes se han visto afectados por los temores sobre un
posible ajuste de las políticas monetarias de China,
Brasil e India.

No obstante, Chandler opina que, a más largo
plazo, el mercado no parece haber cambiado sus posiciones de
carry trade de forma significativa; al parecer, la reciente
recuperación del dólar es más bien producto
de lo que ocurre fuera de EEUU. En su opinión, "aunque los
especuladores del mercado de futuros hayan recortado sus
posiciones cortas en dólares, creemos que los inversores a
medio y largo plazo actúan con más calma a la hora
de modificar sus posiciones".

Los analistas creen que es poco probable que el
dólar acabe perdiendo su estatus de moneda de
financiación, a pesar de la decisión de la Reserva
Federal de aumentar su tasa de descuento. En este sentido, la Fed
está haciendo todo lo posible por explicar que la medida
no implica que EEUU vaya a comenzar a aumentar sus tipos de
interés. El Banco Central insiste en que estos
podrían permanecer bajos durante un tiempo.

(The Financial Times Limited 2010. All Rights
Reserved)

"Financial Times reseña que el diferencial
entre los intereses que deben pagar Gran Bretaña y
Alemania ha aumentado de 0,35 a 0,90 puntos. Los intereses que
debe abonar Gran Bretaña a quienes invierten en su deuda
pública son sólo algo inferiores a los de
Portugal"…
Los inversores no confían en la ' triple
A' de la deuda británica (Negocios.es –
1/3/10)

Los inversores parecen desconfiar ya de
la calificación de triple A para la deuda pública
soberana del Reino Unido, según informa el diario
Financial Times. Desde finales de noviembre, señala el
periódico, ha aumentado de 0,35 a 0,90 puntos la
diferencia entre los intereses que deben pagar Gran
Bretaña y Alemania a quienes han invertido en sus
títulos de la deuda con vencimiento a diez
años.

Los intereses que debe pagar el Reino
Unido a los titulares de sus "gilts" están por encima de
los que paga Italia por primera vez desde mediados del año
2008.

El Reino Unido tiene que pagar mucho
más por el dinero que consigue en los mercados de
capitales que otros países que tienen también la
máxima calificación crediticia – AAA- como
Alemania, Francia o Estados Unidos.

Sólo por encima de Portugal

Los intereses que debe abonar Gran
Bretaña a quienes invierten en su deuda pública son
sólo algo inferiores a los de Portugal, la economía
más débil de la zona del euro después de la
griega.

El ministerio de Economía insiste en que no se va
a bajar, sin embargo, la calificación crediticia del
país cuando hay unas elecciones generales previstas para
dentro de un par de meses.

Sin embargo, es bien sabido que los movimientos del
mercado preceden muchas veces a una eventual rebaja de
calificación por las agencias especializadas.

Si bien Standard & Poor's, Fitch y Moody's han
indicado que no tienen prisa para recalificar a la baja la deuda
soberana británica, las tres agencias han dejado claro que
el Reino Unido tiene que tomar medidas urgentes para evitar esa
posibilidad.

Según el periódico, hay
varias razones por las que Gran Bretaña ha logrado
mantener hasta ahora su máxima calificación
crediticia pese a la desconfianza de los mercados. La principal
es que la deuda pública soberana de este país tiene
un vencimiento mucho más largo que la de otros
países.

Así, por ejemplo, Alemania tiene que refinanciar
anualmente más o menos uno de cada seis euros de deuda
pública mientras que Gran Bretaña tiene que
refinanciar sólo una de cada catorce libras.

Eso significa que cuando se produce un incremento de los
tipos de interés, los costos del servicio de la deuda
británica aumentan más lentamente que en otros
países.

La carga que supone el servicio de la deuda en
relación con sus ingresos fiscales es también
inferior a la de otros países europeos con menor
calificación crediticia y la magnitud de la deuda
pública británica está alineada con la de
otras economías calificadas asimismo como triple
A.

Medios de información financiera
tan destacados como "The Wall Street Journal" y Bloomberg
coinciden en lanzar sendos mensajes de alerta sobe la
evolución de la divisa británica. El resultado en
el mercado de divisas es un desplome del 2% frente al
dólar, hasta perder justo los 1,50, sus cotas más
bajas en 10 meses.

Los dos medios estadounidenses comparten
también una idea de fondo. En ambos casos se plantea la
posibilidad de que Reino Unido (y no sólo España o
Portugal, como se ha comentado en las últimas semanas) se
convierta en la "próxima Grecia".

Desde Bloomberg citan a analistas de
banca privada en Escocia que no descartan un desplome de entre el
20% y el 30% en la cotización de la divisa
británica. La emisión a ritmo récord de
deuda pública por parte del Gobierno británico, y
las dudas sobre su elevado endeudamiento, fomentan este
pesimismo.

La caída de la libra a mínimos de diez
meses frente al dólar ha coincidido además con un
nuevo cambio de giro en la política monetaria del Banco de
Inglaterra. Después de congelar su multimillonario
programa de compra de activos, una vez alcanzados los 200.000
millones de libras, las dudas sobre la recuperación de la
economía británica han llevado en las
últimas fechas a los responsables de Banco de Inglaterra a
matizar su posición, y a abrir la puerta a una
reactivación de este programa.

La delicada situación económica del Reino
Unido se ve agravada por el contexto político. A medida
que se acercan las elecciones, crece la incertidumbre sobre la
composición, y el apoyo, del próximo
Gobierno.

Esta incertidumbre política,
junto a la política monetaria del Banco de Inglaterra y a
la debilidad de la recuperación de su economía son
precisamente los tres factores que argumenta "The Wall Street
Journal" en un análisis sobre la "crisis de la
libra".

Los inversores internacionales acaparan
cerca de la mitad de la deuda emitida por Reino Unido,
según datos de RAB Capital recogidos por el diario
estadounidense. Y en los últimos tiempos, el mercado
británico no ha podido ni siquiera rivalizar frente a
otros grandes mercados, como Estados Unidos, Japón o
incluso Alemania, en la percepción de menor
riesgo.

La libra se ha convertido en una "divisa
muy vulnerable", destaca Bruce Stout, uno de los gestores de
fondos citados por Bloomberg. El riesgo de un desplome,
añade, es "mayor que nunca", al tiempo que puntualiza que
los activos que gestiona están centrados fuera del mercado
británico, preferentemente en emergentes.

– ¿Ha llegado el fin de la hegemonía del
dólar? (Libertad Digital – 1/3/10)

La reciente recuperación de la divisa
estadounidense ha frenado las advertencias del fin del billete
verde como moneda internacional. Su estabilidad es necesaria para
cualquier economía.

(Por PRELUM) Lectura recomendada

¿Estaba muerto o sólo
inmerso en un largo y profundo letargo? Nos referimos al
dólar, por supuesto. Una moneda que en las últimas
dos semanas ha roto con los vaticinios más agoreros contra
su hegemonía internacional. La moneda estadounidense ha
recuperado posiciones respecto al euro a una velocidad mucho
más rápida de lo que cabía esperar. De
hecho, más que hablar de la fortaleza de una u otra
divisa, tal vez habría que explicar cómo la
debilidad de una impulsa a sus contrarias.

Porque lo que ahora está
ocurriendo es que el euro ha perdido fuelle y credibilidad entre
los inversores extranjeros, preocupados por unas señales
más que evidentes de fatiga en algunas economías de
la unión monetaria. El cambio entre ambas divisas de
referencia se sitúa actualmente cerca de las 1,45 unidades
a favor de la moneda europea, cuando hace sólo dos semanas
la proporción era de 1,50 dólares por cada
euro.

No hace tanto de eso, pero las
perspectivas en el mercado de divisas han cambiado radicalmente.
Claro que entre medias Grecia ha registrado la primera rebaja de
rating de un país europeo por debajo de "A" y
España ha sufrido un duro informe por parte de
Standard&Poor"s en el que se advierte de un posible recorte
de su calificación crediticia si no se toman medidas
estructurales.

Muchos factores

Por detrás de cualquier oscilación en el
mercado de divisas hay una larga lista de factores que influyen
en él, desde la pura especulación hasta las
perspectivas de crecimiento en una determinada región.
Así que antes de explicar porqué el dólar
empieza a recuperarse, habría que dar primero con las
causas de su desplome previo.

Desde comienzos de 2009 la economía
estadounidense apuntaba a una recuperación más
sólida que la europea. Así lo justificaban los
datos de producción industrial, PIB y confianza de los
consumidores, entre otros. Sin embargo, la realidad
resultó ser más complicada al otro lado del
Atlántico después del verano. La Reserva Federal
(Fed) advirtió de que la recuperación sería
más lenta de lo esperado y los datos del desempleo
mantenían aún retrasado el consumo, principal motor
de su economía.

Mientras la economía se mantenga
débil, la Fed no subirá los tipos de
interés, y esa expectativa es la que provocó el
desplome del dólar. Los inversores llegaron a pensar que
EE.UU. mantendría el precio del dinero más bajo que
el BCE en 2010, por lo que el dólar cayó con fuerza
respecto a la moneda comunitaria.

Esto responde a la estrategia de
inversión denominada carry trade, según la cual un
inversor acude a financiarse a una economía con los tipos
muy bajos (moneda de financiación, es decir, el
dólar en este caso) e invierte ese préstamo en
zonas geográficas con mayor remuneración (moneda de
inversión).

O sea, que los flujos de dinero
acudían a financiarse a EEUU e invertían en Europa,
ante la expectativa de que los tipos de interés subieran
antes y, por tanto, hubiese mayor remuneración en activos
como la renta fija o productos monetarios. Dicha práctica
ayudaba a revalorizar cada vez más el euro en contra de un
dólar más débil que nunca.

Otro aspecto que ha contribuido a hundir al dólar
en la segunda mitad de 2009 ha sido su supuesta pérdida de
credibilidad internacional. El debate comenzó cuando los
países emergentes, especialmente los asiáticos,
empezaron a desprenderse de la divisa estadounidense para
denominar sus reservas en otras monedas, como el yuan
chino.

En aquel momento el gurú Nouriel
Roubini, prestigioso economista que vaticinó la crisis
subprime, se apuntó a las teorías negacionistas del
dólar, alegando que lo que convierte a una moneda en
referencia mundial es el flujo entre acreedores y deudores a
nivel internacional, una situación que está cayendo
ahora con respecto a las operaciones referenciadas a otras
divisas.

Sin embargo, esas teorías parecen haber
caído por su propio peso en cuestión de semanas.
Recientemente Jesús Sánchez Quiñones,
director general de Renta 4, declaró en un artículo
que "el dólar sigue siendo la moneda refugio en momentos
de incertidumbre. Adicionalmente, las operaciones de carry trade
(financiación en dólares para invertir en otras
divisas con mayores tipos de interés) puede provocar una
exacerbación de los movimientos de recuperación del
dólar en caso de turbulencias en los mercados".

En otras palabras, lo que este experto estaba diciendo
era que las inversiones en dólares en 2010 actuarán
como cobertura de las posiciones en mercados de renta fija y
renta variable: si los mercados corrigen, el dólar se
recuperará.

Intereses comunes

La hegemonía del dólar como moneda de
referencia internacional comenzó en los acuerdos de
Bretton Woods en 1944, cuando se decidió dar estabilidad a
las operaciones comerciales con un tipo de cambio estable basado
en el dominio del dólar. Para ello, se estableció
un patrón oro-dólar por el que una onza
debía mantenerse en el precio fijo de 35 billetes verdes.
Eso hacía estable a la moneda estadounidense, sobre la que
fluctuaban el resto de divisas internacionales.

Aún cuando el oro dejó de ser un
patrón de cambio, el dólar continuó siendo
la moneda de referencia sobre la que se denominaban las
operaciones comerciales y financieras internacionales. Y
así sigue siendo por interés no sólo de
EEUU, sino del resto de países.

Recientemente, con la caída del dólar,
algunos bancos centrales asiáticos tuvieron que acudir al
mercado a comprar esta moneda para contener su desplome. El
motivo es que una sobrevaloración de sus divisas respecto
a la estadounidense perjudica las exportaciones y por tanto la
competitividad de estas economías. Lo mismo que le ocurre
a los países europeos, como advirtió recientemente
Jean-Claude Trichet: "Un dólar fuerte es interés de
toda la comunidad internacional, no sólo de
EEUU".

¿Y qué hay de España? La
caída del dólar le ha permitido abaratar la factura
energética, pero a su vez ha restado competitividad a sus
exportaciones. José Carlos Díez, de Intermoney,
sostiene que un cambio equilibrado y bueno para los intereses
europeos rondaría los 1,30 dólares por cada
euro.

El peso emergente

El dólar ha perdido protagonismo en el segundo
semestre del año en parte por la política
financiera de los países emergentes. Sus bancos centrales
han ido reduciendo su exposición a esta divisa frente a
otras monedas de mayor pujanza internacional, como el yuan chino
o la rupia india. La venta de dólares en el mercado
llegó a tumbar su cotización frente a una cesta de
las diez principales divisas internacionales, entre las que se
encuentran estas dos citadas.

Sin embargo, los emergentes han tenido que recular ante
la caída mayor de lo esperada del dólar. Si esta
moneda cae mucho, las exportaciones de su economía se
encarecen respecto a los productos fabricados en dólares.
Por eso han tenido que lanzar órdenes conjuntas de compra
de dólares para contener su precio. Brasil optó
además por penalizar fiscalmente las inversiones
extranjeras en su país con la finalidad de contener la
apreciación del real y evitar así que se perjudique
a su sector exterior. Esta práctica evidencia la necesidad
de todas las economías de que el dólar se mantenga
estable. Incluso el BCE está dispuesto a comprar
dólares si fuera necesario.

Factores de debilidad

1. Tipos de interés. Las divisas fluctúan
en gran medida en función de las expectativas de
política monetaria. Si los tipos de interés suben,
la moneda de esa región subirá, ya que la hace
más atractiva para recibir el flujo de inversiones
financiadas en países con tipos más bajos. Es lo
que se denomina carry trade.

2. Reservas internacionales. Hasta ahora, los bancos
centrales de todo el mundo denominaban sus reservas en
dólares, mayoritariamente. Un cambio en esta
política podría llevar a vender muchos billetes
verdes en el mercado, lo que terminar por desplomar su
cotización en favor de otras divisas.

3. Materias primas. Las commodities se negocian en
dólares. Por eso, si esta divisa cae, el precio se rebaja
para quienes compramos en euros. Sin embargo, la caída del
dólar puede encarecer el precio de estas materias primas.
¿Por qué? Los países productores
recortarían la producción para compensar sus
menores ingresos por la caída del dólar.

4. Aversión al riesgo. Otro de los factores que
explican la reciente caída del dólar es la menor
aversión al riesgo de los inversores internacionales, que
han movido sus flujos de dinero a economías menos estables
que EE.UU. Si vuelve el miedo, las inversiones volverán a
este país y, por tanto, el dólar se
recuperará.

– Short view – Libra esterlina en caída libre
(Expansión – The Financial Times –
2/3/10)

(Por Por John Authers) Lectura recomendada

Es hora de repasar la historia política
británica más reciente. La libra esterlina
está en caída libre; el mejor paralelismo que se
puede establecer de la situación de la moneda es con su
época más gris, a principios de 1985, cuando la
libra casi alcanzó la paridad con el
dólar.

Ayer, en cuestión de horas, la
libra cayó un 3% frente al dólar. Antes de
recuperarse, hubo un momento en el que la moneda llegó a
valer 1,47 dólares, lo que supone un nivel un 12,5%
inferior al registrado en noviembre, una evolución
sorprendente, tratándose de una de las monedas de
referencia.

El desencadenante fue el anuncio de la compra por parte
de la aseguradora británica Prudential de la filial
asiática de AIG, ya que la operación implica un
importante cambio de libras por dólares. Sin embargo, la
noticia sólo sirvió para acentuar una tendencia ya
marcada.

Al igual que ocurre con la periferia de
la eurozona, a los mercados les preocupa la capacidad de Reino
Unido de financiar su déficit. La rentabilidad de los
bonos a diez años está ahora 97,6 puntos
básicos por encima de la de los bonos alemanes. En el caso
de los bonos a diez años español e italiano, el
diferencial se sitúa en 72,5 y 82,7 puntos básicos
respectivamente. La política proporciona el elemento
crítico adicional.

Hasta hace poco, las encuestas realizadas con motivo de
las elecciones generales británicas otorgaban una holgada
victoria a los conservadores, pero, según los
últimos sondeos, los laboristas recortan distancia.
Así las cosas, no se descarta una composición
parlamentaria postelectoral sin mayorías absolutas. A
diferencia de otros países, Reino Unido no cuenta con un
buen mecanismo para gestionar una situación de estas
características, ya que no es habitual. Existe el temor de
que el nuevo Gobierno sea incapaz de expresarse de forma
unánime.

En enero de 1985 se produjo una situación
parecida. Margaret Thatcher ganó por mayoría
aplastante, pero la comunicación de su Ejecutivo
resultó un fracaso. Un portavoz puso en duda la defensa de
la libra frente a una venta masiva, y los mercados reaccionaron
en contra de la moneda.

El incidente provocó una subida de los tipos y un
acuerdo internacional para devaluar el dólar, pero en este
momento, sería imposible aplicar una de esas dos
alternativas. Es, por tanto, poco probable que la libra gane
posiciones hasta después de las elecciones.

(The Financial Times Limited 2010. All Rights
Reserved)

… "Anteriormente, se pensaba que el Banco
Central Europeo iba a retrasar sensiblemente el aumento de las
tipos de interés ante la preocupación por algunas
de las economías más débiles de Europa. Pero
con la economía alemana estancada, los expertos
están retrasando las expectativas de nuevas subidas de
tipos del BCE hasta finales de este año, o incluso hasta
mediados del 2011. La perspectiva de un ajuste fiscal
considerable en muchas economías de la Unión
Monetaria también actuará como una fuerza
deflacionista en muchos de estos países durante los
próximos meses, presionando al euro y forzando al BCE a
mantener en suspenso la salida de sus medidas excepcionales hasta
al menos el último trimestre de este año, y
posiblemente bastante más tiempo"…
El Silencio de
los Banqueros: la retirada de medidas del BCE va a tardar
más de lo que se cree (Expansión –
2/3/10)

Se teme que los ajustes fiscales agresivos por parte de
Grecia, España y Portugal pueden hundir estas
economías en una recesión de larga duración.
Quedando todo lo demás igual, esto requiere una
política monetaria mucho más flexible, tanto en la
inyección de liquidez como en los tipos de
interés.

Como dice el estratega de divisas
londinense Stephen Jen "existe una gran discrepancia entre la Fed
y el calendario del BCE…. Esto dará apoyo al
dólar frente al euro".El euro cayó a 1,34
dólares el 26/2, su nivel más bajo desde  mayo
del año pasado, un día después de que la
Reserva Federal aumentase  la tasa cobrada a los bancos para
los préstamos directos por primera vez en más de
tres años. El euro ha bajado un 5 % frente al dólar
en lo que llevamos de año.

Si nos fijamos en el siguiente grafico del Banco de
España podemos ver porqué los inversores
están cada vez más convencidos de que el BCE
tendrá bastante trabajo para salir airoso.

Monografias.com

Una política monetaria de
"café para todos" para países con diferentes
perfiles económicos, culturales y demográficos,
simplemente no ha servido para producir una convergencia
económica entre los principales países de la zona
Euro. El gráfico muestra la posición neta de la
inversión externa (PII -o deuda externa-) de estos
países (en comparación con el Reino Unido y los
Estados Unidos), y está claro que mientras la
mayoría del grupo se sitúan con un saldo negativo
pequeño, excepto Alemania, que ha venido ejecutando un
importante superávit, el trío del sur de Europa,
España, Grecia y Portugal, simplemente han ido
hundiéndose cada vez más en el endeudamiento. Y hay
una cierta simetría en todo eso, ya que la economía
alemana sigue estancada porque sus anteriores clientes ya no
pueden pedir prestado para comprar más  sus
productos.Está por ver cómo las instituciones
europeas van a arreglar este lío, y esto es lo que
preocupa más a los mercados y explica el hecho de que cada
vez existen más apuestas en favor de la idea de que los
países del euro no volverán a un fuerte crecimiento
en un futuro inmediato. De hecho, existen pocos precedentes
históricos para los problemas a que se enfrentan los
países del sur de Europa, como Ray Dalio de Bridgewater
Finance ha señalado en su último
informe:

"La deuda externa
española se ha incrementado en gran medida, sin
contrapartida en activos externos. De manera neta, España
debe al mundo aproximadamente un 80% de su PIB. Como marco de
referencia, el grado al cual España ha ido acumulando
deuda neta externa (en una moneda que no controla) tiene pocos
precedentes históricos entre países de un cierto
nivel, y es similar al nivel que Alemania tuvo que pagar tras la
Primera Guerra Mundial en concepto de reparación. No
conocemos precedentes de este tipo de desequilibrios externos que
hayan sido pagados en términos reales".Por otra parte,
como Dominic Konstam, jefe de estrategia de tipos de
interés para el Credit Suisse Group en Nueva York dice:
"Los europeos serían tontos si permitieran que todo esto
explotara. El BCE tendrá que ser relativamente permisivo y
flexibilizar su plan de retirada de liquidez". Me apuesto mi
cabeza que va a ser así.

"Puede que Reino Unido no forme parte de los pigs
(acrónimo en inglés de Portugal, Italia, Grecia y
España), pero sí está entre los stupid
(España, Turquía, Reino Unido, Portugal, Italia y
Dubái)".

Así presentó ayer Hugo Dixon,
ejecutivo de la firma de información financiera Thomson
Reuters, un debate sobre la situación de la
economía británica, celebrado en la City
londinense.

Los presentes sonrieron al escuchar el juego de
palabras sobre los países con mayor riesgo soberano, pero
sin mucho entusiasmo. El temor a que Reino Unido sufra una crisis
fiscal similar a la de Grecia pesa en el ánimo de los
inversores, que en los últimos días han asistido a
fuertes caídas de la libra frente al euro y el
dólar"…
Reino Unido, en el club de los
países con más riesgo soberano (Expansión –
2/3/10

Al mismo tiempo, la prima de riesgo de la deuda
pública británica (diferencia de rentabilidad
frente al bono alemán) ha subido y el coste de los bonos
en el mercado ya es superior al de los
españoles.

El coste para asegurarse ante el riesgo de impago del
Gobierno británico (mediante la compra de credit default
swaps, o CDS) también se acerca rápidamente al
español. El 8 de febrero, los CDS españoles eran 72
puntos básicos más caros que los de Reino Unido.
Ayer, la diferencia era sólo de 18 puntos.

Cuestión política

David Cameron, líder de la oposición
conservadora, manifestó en el citado debate las razones de
la presión de los mercados sobre Reino Unido. "El gran
déficit público es una nube negra sobre la
economía británica, y la posibilidad de que el
actual Gobierno laborista de Gordon Brown siga cinco años
más tiene aterrados a los inversores", dijo Cameron en la
City.

En realidad, lo que asusta a los mercados (más
que una victoria laborista o conservadora) es el espectro de un
resultado ajustado en las elecciones parlamentarias que Reino
Unido celebrará, probablemente, el 6 de mayo. Si
ningún partido consigue una mayoría absoluta, la
necesidad de formar coaliciones podría dificultar la
puesta en marcha de medidas para recortar el déficit
público, que asciende al 12% del PIB (porcentaje similar
al español y el griego).

El 28 de febrero, una encuesta indicó que la
diferencia de conservadores sobre laboristas es del 2%, lo que
arrojaría un Parlamento sin mayoría por primera vez
desde 1974. "Estas encuestas preocupan a los inversores, que
quieren acciones decisivas para atajar el déficit
presupuestario", indica Gavan Nolan, analista de crédito
de Markit.

Las agencias de calificación de
deuda Moody´s y Standard & Poor´s han dado una
tregua a la triple A de Reino Unido hasta las elecciones. Si el
nuevo Gobierno no pone en marcha un plan creíble de
austeridad, podrían rebajar la calificación del
país. Pero algunos inversores creen que Reino Unido sufre
problemas estructurales que no van a cambiar con unas
elecciones.

Bill Gross, director general de Pimco
(una de las principales gestoras), considera que los bonos
públicos británicos están asentados en una
base de "nitroglicerina", por la mezcla de "una elevada deuda con
una progresiva devaluación de la moneda" y compara la
situación fiscal de Reino Unido con la de Grecia, Portugal
y España.

Mervyn King, gobernador del Banco de Inglaterra, ha
salido al paso. "Reino Unido tiene varias ventajas sobre Grecia y
otros países: Tenemos un consenso político sobre la
necesidad de realizar ajustes para reducir el déficit
público; el plazo de vencimiento de la deuda del Estado es
más cómodo; la trayectoria histórica del
país da confianza a los inversores; y al tener una moneda
propia (la libra) hemos podido ajustar la
economía".

Sin embargo, el mismo admite que los ajustes en el
déficit público podrían tener que esperar a
que la recuperación económica esté
más asentada. El PIB británico, tras desplomarse un
6% en la crisis, recuperó un tímido 0,3% en el
último trimestre de 2009.

Algunos analistas creen que Reino Unido podría
volver a la recesión en los primeros meses de 2010. Esta
perspectiva también ha roto el consenso político.
Gordon Brown dice que no habrá recortes duros del gasto
público hasta el próximo año para no frenar
la economía, mientras que Cameron promete iniciarlos en
cuanto llegue al Gobierno.

Ante esa incertidumbre, Bill Gross
reitera que "no hay que confiar en ningún Gobierno y hay
que verificar donde se invierte. La capacidad o impotencia de los
políticos para reducir el déficit se está
convirtiendo en un asunto de vida o muerte para los países
más débiles, con consecuencias para los mercados de
crédito y para el valor de los activos en todo el
mundo".

En esa batalla, los británicos
quisieran estar en la lista de los avanzados de la clase. Pero
los inversores están empujando cada vez más a Reino
Unido hacia el reino de los pigs.

"James Dimon, presidente de JP Morgan Chase, ha dado
un toque de atención a Estados Unidos, su problema no
está en Grecia, sino en California. Con todas las miradas
puestas en el futuro de Grecia, las complicaciones que
podría tener la Unión Europea si el país
heleno es incapaz de pagar su deuda, las consecuencias de un
posible rescate y la situación en la que se
quedaría el euro, Wall Street ha estado bailando al son de
las idas y venidas en el Viejo Continente, olvidándose de
que la verdadera bomba de relojería la tienen en
casa"…
Dimon advierte: el problema no es Grecia, es
California (El Confidencial – 2/3/10)

En este sentido, Dimon ha sido muy claro
con los inversores en la reunión anual del banco:
"podría haber contagio si un Estado del tamaño de
California, el mayor de EEUU, tiene problemas para hacer frente
al pago de su deuda".

Según ha explicado el
máximo responsable de JP Morgan, "Grecia en sí no
sería un problema para esta compañía, ni
ningún otro país" y ha añadido que
"realmente no prevemos que la Unión Europea se esté
desintegrando". Así, Dimon considera que tanto su banco
como el resto de sus rivales son completamente inmunes a la
crisis de deuda que se está desarrollando en
Europa.

Y es que, con 20.000 millones de dólares de
déficit, California supone mucho más riesgo para el
sistema financiero de Estados Unidos, del que pueda suponer
Grecia, del que asegura Dimon que están más que
cubiertos. Según publicaba The Telegraph la semana pasada,
el Gobernador del Estado, Arnold Schwarzenegger está
buscando a la desesperada soluciones para reducir su
deuda.

Además, no ha sido muy buena noticia para el
actor convertido en político que la administración
central aprobara a principio de la semana pasada un proyecto de
ley destinado a reducir el déficit de 2.800 millones de
dólares mediante recortes de presupuesto y otras medidas.
Más teniendo en cuenta que espera conseguir 7.000 millones
de las arcas del Estado y llevar a cabo recortes por valor de
8.900 millones de dólares.

– La libra esterlina (Expansión –
3/3/10)

(Por Lex Column) Lectura recomendada

¿Quién gobierna Reino
Unido? Probablemente, pronto lo harán los mercados de
bonos. Es posible que el indeciso votante medio sea incapaz de
distinguir un rating crediticio AAA de un andouillette AAAAA,
pero cuando los tabloides claman "la crisis de la libra", algo se
revuelve en los estómagos de los
británicos.

Es el persistente temor a que el país esté
cayendo nuevamente en el ranking de naciones; a que los
días de sexo, sol y sangría pronto sean un lujo
inalcanzable; y a que el alto coste de las hipotecas ponga en
peligro las finanzas familiares.

Reino Unido no se encuentra aún
en esta situación. Es cierto, los mercados se han asustado
ante los comentarios sobre un Parlamento bloqueado. La libra ha
caído a un mínimo de nueve meses frente al
dólar, mientras que el margen de los títulos del
Estado a 10 años sobre los bonos alemanes ha aumentado 21
puntos básicos desde el comienzo del año, llegando
a los 94 puntos básicos. Sin embargo, si analizamos la
situación con más detenimiento, hay pocos motivos
para el pánico.

La libra opera con libertad, por lo que no estamos ante
una situación similar a la crisis del ERM (Mecanismo de
Tipos de Cambio Europeos) de 1992. De hecho, una pequeña
devaluación ayudaría a los exportadores.
Además, el coste real de los créditos es menor
ahora que el uno de enero. Los bonos a 10 años rinden un
4,05%, frente al 4,11% de entonces. Difícilmente pueda
considerarse una catástrofe.

Dicho esto, una fuerte e inesperada devaluación
de la libra podría elevar la inflación y dificultar
la consecución del equilibrio entre una política
fiscal severa y una política monetaria flexible. Las
verosímiles promesas sobre un ajuste fiscal -que
podría retrasar un Parlamento bloqueado- deberían
estimular la economía rebajando los tipos de
interés a largo plazo.

Sin la confianza de los mercados, los
tipos de interés a largo plazo se dispararán,
elevando el coste de los préstamos públicos y
privados y forzando un ritmo mucho más rápido de
consolidación fiscal. Esto no ha pasado aún. Pero
la lección que se extrae de Grecia es que será
terriblemente caro si llega a suceder.

(The Financial Times Limited 2010. All Rights
Reserved)

– El BCE, ¿una agencia de rating?
(Expansión – 4/3/10)

(Por C. Alva) Lectura recomendada

Financial Times Deutschland hace un
llamado a la reflexión, después de que se hiciera
pública la propuesta de otorgar al Banco Central Europeo
el papel de una agencia de rating. En otros temas, Le Monde opina
sobre algunas fallas que existen en la zona euro, develadas tras
la crisis griega, y pide a Alemania se solidarice con lo que
denomina el "Club Med" (los países deficitarios), por el
bien de toda Europa.

La "candidatura" del BCE como agencia de
rating, propuesta por varios gobiernos europeos y algunos
funcionarios de los Bancos Centrales, surge como una especie de
estrategia para contrarrestar el poder recuperado por agencias
como Moody"s y compañía. Y es que al parecer "los
mercados ya han olvidado que varias de estas agencias tuvieron
alguna responsabilidad en la crisis financiera", recuerda el
diario alemán.

Si bien es cierto que se debe hacer algo
para frenar el poder de estas agencias, el nombrar al BCE una de
ellas es, según FTD, una decisión "absurda", que
sólo politizaría a la institución y la
haría vulnerable.

El rotativo plantea el siguiente
escenario: Suponiendo que el BCE se dedicara a calificar la
solvencia de un Estado europeo y le otorgara un resultado
negativo, su decisión podría ocasionar el
pánico entre los inversores y desestabilizar la
economía de un país. ¿Es este el papel que
queremos que juegue el BCE? Además, ¿quién
puede garantizar que un Estado no influirá en sus
decisiones?

Estos dos aspectos de cumplirse
pondrían en tela de juicio la credibilidad de la
política monetaria del Banco Central.

Queda claro que es necesario imponer mayores reglas a
las agencias de rating y acotar el poder de las mismas, pero
"reemplazarlas por el BCE no es el camino correcto", insiste el
diario germano.

Al contrario, esta institución, en vez de
calificar, debería dedicarse a reunir la mayor
información posible sobre la solvencia de los
participantes del mercado para así prevenir futuras crisis
financieras…

– Razones para el optimismo sobre los bonos
británicos (Expansión – 5/3/10)

(Por Gillian Tett) Lectura recomendada

Esta semana el drama fiscal de Grecia ha
vuelto a cobrar protagonismo, mientras Atenas intentaba hacer
frente a la crisis con recortes presupuestarios y una
emisión de bonos de 5.000 millones de euros.

No obstante, hay otro país cuyo
mercado de bonos ha generado ahora un intenso debate: Reino
Unido. Por el momento no ha habido ninguna catástrofe en
los mercados de bonos. Al contrario, en las últimas
semanas, los precios de los bonos del Tesoro británico,
han permanecido relativa y sorprendentemente estables, aunque el
Banco de Inglaterra dejara de comprar deuda y los datos fiscales
fueran alarmantes.

El jueves, por ejemplo, la rentabilidad de los bonos a
diez años apenas se movió del 4,02%, aunque el
Banco mantuvo la suspensión de su programa de compra de
bonos. Sin embargo, un cierto ambiente de tensión comienza
a respirarse en Londres, al menos, en la mente de muchos
inversores. Hace seis semanas, el gurú Bill Gross, de
Pimco, llegó a afirmar que Reino Unido "descansaba sobre
un lecho de nitroglicerina", en relación al enorme
endeudamiento acumulado, y advirtió del riesgo de una
fuerte devaluación de la moneda, lo que provocó los
recelos de los inversores. La semana pasada, el grupo de
gestión de fondos Schroders indicó que la
calificación de Reino Unido corría el peligro de
sufrir una rebaja debido a su situación fiscal. Por si
fuera poco, los numerosos foros de inversores manejan cifras nada
halagüeñas. El déficit presupuestario
británico, por ejemplo, se sitúa en el 12% del PIB,
un nivel que no dista mucho del de Grecia. Además, la
deuda bruta del sector público podría alcanzar en
los próximos años el 100% del PIB.

Y, lo más preocupante de todo, según los
últimos sondeos de opinión, ningún partido
alcanzaría una mayoría holgada en las elecciones de
este año, lo que restaría capacidad al
próximo Ejecutivo para abordar problemas como el de la
deuda. En opinión de un gurú de los hedge funds,
"dada nuestra posición fiscal y la situación
política, Reino Unido podría relegar a Grecia a un
segundo plano".

¿Llevará razón? En
algunos aspectos, es posible. Después de todo, Reino Unido
ha cometido numerosos errores en los últimos años y
la situación política parece ahora mismo
desmoralizante. Dicho lo cual, no se descartan más
caídas de la libra. No obstante, antes de que los
inversores se vuelvan demasiado pesimistas, hay un dato que
deberían tener en cuenta, y que prácticamente se ha
ignorado durante todos estos años. Me refiero al
vencimiento medio de la deuda soberana británica. En la
mayoría de los países europeos, la cifra oscila
entre los cinco y los nueve años. En Grecia, por ejemplo,
está en casi ocho años y en Alemania, en seis. En
EEUU, en cambio, la cifra es inferior a los cinco años, lo
que sitúa al país ante uno de los mayores
desafíos de refinanciación del mundo. Reino Unido,
sería, por tanto, un caso atípico.

El vencimiento medio del mercado de bonos se
sitúa actualmente en 14 años, el mayor del mundo.
Es pura casualidad. El Gobierno británico tiene la suerte
de contar con un amplio sistema de pensiones que necesita activos
en libras a muy largo plazo, de ahí la compra de bonos con
altas duraciones. No obstante, la política también
juega un papel importante en este aspecto. En EEUU, las
autoridades del Tesoro han prestado en los últimos
años poca atención a la gestión de la deuda,
al no tener hasta ahora dificultad en vender bonos.

En cambio, sometidas a la presión del FMI, las
autoridades del Banco de Inglaterra y del Tesoro británico
siempre han realizado un exhaustivo seguimiento de la
gestión de la deuda. Y, en los últimos años,
han hecho lo posible para prolongar el vencimiento de la deuda
británica. También han introducido otras novedades
como los bonos vinculados a los índices. Aunque esas
medidas no parecían prioritarias durante el boom
crediticio, en la última década, las autoridades
británicas se dedicaron a emitir deuda a largo plazo
(incluidos bonos a 50 años).

Esta realidad no garantiza que Reino
Unido sea capaz de evitar una crisis. El país necesita
vender 550.000 millones de libras de nuevos bonos en los
próximos tres años, operación que
podría resultar difícil a menos que el Banco de
Inglaterra interviniera y comprara más bonos. Al menos, el
prolongado vencimiento de la deuda británica le concede al
país un respiro. La conclusión que podría
extraerse de esta situación es que, las medidas sensatas
suelen aplicarse, como siempre, después de haber sufrido
una crisis reciente, en este caso relacionada con la venta de
bonos estatales. Las autoridades del Tesoro de EEUU
deberían tomar nota.

(The Financial Times Limited 2010. All Rights
Reserved)

"El déficit público de Estados Unidos
llegó en febrero a los 221.000 millones de dólares.
Se trata de un valor récord que no tiene precedentes en la
historia del país. Este agujero entre ingresos y gastos es
"altamente insostenible", según el Tesoro"…
Saltan
las alarmas en EEUU: el déficit llega a 221.000 millones
(Libertad Digital – 11/3/10)

"Es todo un récord, una cifra a
la que no se había llegado antes", dijo una portavoz de
dicho departamento. A comienzos del año pasado el
Ejecutivo del presidente Barack Obama anunció un plan de
recuperación económica que asignó a esta
tarea un total de 787.000 millones de dólares.

Durante el mes pasado, el gasto
gubernamental fue de 328.400 millones de dólares en tanto
que los ingresos llegaron a 107.500 millones de dólares,
según el informe del Tesoro.

Como resultado, el déficit superó en un 14
por ciento al de 193.800 millones de dólares, registrado
en febrero del año pasado,
señaló.

En un informe emitido la semana pasada, la Oficina de
Presupuesto del Congreso había anticipado que el
déficit fiscal correspondiente a febrero sería de
223.000 millones de dólares. Añadió que ese
ritmo deficitario se mantendrá en el futuro sobre un 4 por
ciento del producto interno bruto (PIB) del
país.

La revista BusinessWeek indicó
que las cifras demuestran que el déficit fiscal de 2010
superará al de 1,4 billones de dólares, registrado
en el año fiscal que terminó en septiembre
pasado.

Por otra parte, el déficit correspondiente a los
cinco primeros meses del actual año fiscal ascendió
a 651.600 millones de dólares, cifra que se compara con el
saldo negativo de 328.400 millones de dólares en el mismo
período del año anterior.

En una declaración ante un
Comité de Asignaciones de la Cámara de
Representantes, el secretario del Tesoro, Timothy Geithner,
manifestó que el déficit es "altamente
insostenible", pero agregó que está ayudando en la
recuperación de la economía.

Según el informe gubernamental, la
recaudación de impuestos y otros ingresos aumentaron en un
23 por ciento en comparación con la de hace un año,
en tanto que los intereses pagados por valores del Tesoro
llegaron a 16.900 millones de dólares. En febrero del
año pasado el pago de esos intereses fue de 10.300
millones de dólares.

La máxima calificación crediticia de
Estados Unidos, la triple "A" corre peligro a menos que el
país adopte un plan creíble a medio plazo para
frenar el elevado gasto fiscal, según informaciones del
Financial Times. La advertencia proviene de la agencia Standard
& Poor's quien ha dicho que existe riesgo a que "acreedores
externos puedan reducir su holdings en dólares,
especialmente si concluyen que los miembros de la zona europea
están adoptando políticas económicas
más duras"… La triple "A" de EEUU, en peligro, si no
adopta medidas fiscales contundentes (El Economista –
11/3/10)

Según el diario, si esto sucede
podría socavar el estatus del dólar como reserva
mundial de divisas, lo que pesaría sobre máxima
calificación crediticia del país, sin que ello
derive irremediablemente en la pérdida de la triple
"A".

"China vendió deuda soberana estadounidense
en enero por tercer mes consecutivo, aunque mantuvo su puesto
como el país que más títulos acumula,
informó hoy el departamento del Tesoro"…
China
vende deuda soberana de EE UU por tercer mes consecutivo
(Negocios.es – 15/3/10)

El país asiático
vendió papel por valor de 5.800 millones de dólares
en el primer mes del año, con lo que sus reservas de
"Treasurys", como se conoce a los títulos de deuda del
gobierno estadounidense, quedaron en 889.000 millones.

En diciembre China también se
deshizo de bonos por 34.000 millones de dólares, una
cantidad muy alta, lo que hizo concluir inicialmente al
departamento del Tesoro que ese país había cedido a
Japón el puesto como el principal tenedor de
títulos estadounidenses. No obstante, unos días
después el gobierno revisó las cifras, tras contar
títulos estadounidenses adquiridos por China en terceros
países y dijo que seguía siendo el principal
comprador de sus títulos.

El asunto es delicado en Estados Unidos
por las tensiones comerciales con China, que se han agudizado en
los últimos días. El domingo su primer ministro,
Wen Jiabao, rechazó las peticiones de Washington de que
China permita la apreciación del yuan.

Los analistas temen que los intereses de
la deuda de Estados Unidos se eleven si China decide continuar
con las ventas de bonos del Tesoro y otros países o
particulares no ocupan su lugar, lo que haría más
pesada su deuda pública. Según los datos publicados
hoy, Japón también vendió bonos en enero,
aunque menos que China, y sus reservas se redujeron a 765.700
millones de dólares.

"Las posiciones netas de los inversores
especuladores contra la libra y el euro están en
récord histórico. Los constantes problemas de la UE
y la incertidumbre política en Reino Unido, con las
elecciones a la vuelta de la esquina, gravitan sobre la
cotización de las monedas europeas: la divisa
británica cedió ayer un 1,1% contra el dólar
y el euro perdió un 0,8%"…
Los especuladores
apuestan al máximo contra el euro y la libra (Cinco
Días – 16/3/10)

La Reserva Federal, el banco central de
EEUU, celebrará hoy su segunda reunión del
año en un entorno de creciente nerviosismo en los mercados
financieros. La agencia de calificación Moody's
publicó ayer un informe en el que señalaba que EEUU
y Reino Unido afrontan dificultades para mantener su
categoría de triple A, la máxima
calificación.

En definitiva, nadie está libre
de problemas. Así, Grecia volverá a centrar la
reunión del Ecofin, los ministros de Finanzas y
Economía de la UE, que se celebra hoy en Bruselas,
después de que ayer ocurriese otro tanto de lo mismo en el
Eurogrupo. Moody's insiste en que todas las grandes
economías han de afrontar "un ajuste fiscal sin
precedentes". El que todos los Gobiernos sean capaces de lograrlo
no está claro y la incertidumbre es algo que no gusta a
los mercados. Los especuladores han olfateado el rastro de los
problemas y han centrado el punto de mira en la libra y el euro:
las posiciones bajistas contra ambas monedas están en
niveles récord.

El saldo neto (la diferencia entre apuestas bajistas y
alcistas) de contratos cortos contra el euro por parte de
inversores no comerciales alcanzó la semana pasada
-último dato publicado- la suma de 74.550 contratos en el
Chicago Mercantil Exchange, una especie de gran bazar de los
futuros, donde se negocian contratos financieros basados en toda
suerte de activos: aves, ganado, cereales, metales,
petróleo, carbón, oro y, por supuesto, divisas. En
dinero, el saldo neto bajista supone un monto de 9.320 millones
de euros. Es una cantidad limitada, el grueso de la cobertura de
divisas transcurre en los mercados OTC (Over The Counter), sin
difusión pública de información. Pero lo
significativo es que en el mercado de Chicago participan las
grandes firmas mundiales de inversión y la señal es
que ven al euro débil.

"El principal riesgo para el mercado es
que el compromiso de la UE respecto a Grecia sea demasiado vago",
avisan desde Barclays Bank. El euro cotiza ahora a 1,367
dólares por unidad, un 5,8% menos que a comienzos de
enero, cuando alcanzó máximos. La previsión
a 12 meses vista de Goldman Sachs es que el tipo de cambio se
mantenga en 1,36 dólares.

El escepticismo teñido de pesimismo
también se deja sentir sobre la libra. Reino Unido
arrastra un déficit público espectacular, que
podría superar este año el 13% del PIB según
los cálculos del FMI.

En estos tiempos tan difíciles,
Reino Unido cuenta con una clara ventaja sobre países como
Grecia o la misma España, que es la capacidad de imprimir
su propio dinero. El Banco de Inglaterra ha dejado abierta esa
posibilidad, que de hacerse efectiva implicará más
debilidad para la libra, al incrementar la oferta. Las posiciones
netas bajistas contra la libra suman 63.473 contratos, cuyo valor
asciende a unos 3.970 millones de libras. En cuestión de
dos meses, la libra ha cedido un 8% frente al
dólar.

"Los gestores han vuelto a recuperar su gusto por la
renta variable… pero con cortapisas. Así, la
mayoría de los 207 expertos de más de 50
países que han participado en marzo en la encuesta que
realiza mensualmente Bank of America-Merrill Lynch han dejado o
pretenden dejar de lado Europa, después de todo lo
sucedido en la eurozona, y centran ahora su interés en
Estados Unidos y Japón"…
Los gestores le dan la
espalda a Europa y dudan de la solidez de la recuperación
económica (El Economista – 16/3/10)

La pérdida de confianza en Europa se debe a dos
causas fundamentales. Por un lado, la mayoría de los
gestores considera que las perspectivas de beneficio empresarial
de las compañías de la zona es la peor de todas las
regiones. Y por otro, aunque "las preocupaciones sobre el futuro
de Grecia están bastante más calmadas, el riesgo
que rodea a otros países sigue siendo uno de los
principales obstáculos para el optimismo en la
recuperación económica", señala Gary Baker,
estratega jefe de renta variable europea de BoA
Merrill.

Así, "los inversores están más
dispuestos a asumir riesgo corporativo, vía acciones, que
riesgo soberano", sentencia Michael Hartnett, estratega jefe de
renta variable global del banco. Las dudas sobre la estabilidad
de los miembros de la euro zona también ha hecho que los
inversores institucionales se muestren más negativos con
las perspectivas macroeconómicas, pero más
positivos con el sector privado.

– La política de Obama acrecienta las dudas sobre
la solvencia de EEUU (Libertad Digital –
23/3/10)

Como toda familia o empresa sabe, gastar por encima de
tus posibilidades es una práctica peligrosa e imprudente
que inevitablemente suele traer problemas. Y hacer esto durante
un periodo de tiempo relativamente largo es la receta perfecta
para el desastre financiero.

(Por Ángel Martín) Lectura
recomendada

El sector privado tiene estos acontecimientos muy
recientes, y debería grabar estas lecciones con fuego,
porque es precisamente lo que sucedió en la fase expansiva
del ciclo.

Ahora, y ya desde que la crisis económica se
hiciera realidad, empresas y familias tratan de ajustarse como
pueden a las circunstancias financieras reales, que estaban
bastante lejos de las expectativas y ficciones sobre las que
actuaban, consumiendo y endeudándose
masivamente.

Sin embargo, las cosas con las finanzas
gubernamentales son un poco diferentes, al menos para
países como Estados Unidos, como muestra el hecho de que
pueda tener una deuda creciente año a año y
déficits públicos casi permanentes en las
últimas décadas (ver gráficos).

Evolución de la Deuda del
gobierno federal estadounidense bruta desde 1970 hasta 2000, en
miles de millones de dólares

Monografias.com

Deuda pública total, incluida
la de las agencias federales, hasta 2010

Monografias.com

Pero en última instancia, las
restricciones sobre la expansión de la deuda y los
desmanes fiscales existen, y éstos se manifiestan en los
riesgos de impago de la deuda soberana. La capacidad que los
gobernantes tienen para endeudar masivamente a una
economía parece ser menor de la que les gustaría a
ellos.

Aunque, indudablemente, el sistema
fiduciario actual amplía notablemente esta capacidad,
permitiéndoles una manga ancha que otros sistemas como el
patrón oro no permiten. Con todo, lo cierto es que los
estados también quiebran, como se ha analizado desde este
periódico.

Esta es la realidad que transmiten
Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart en un estudio del National
Bureau of Economic Research, donde se muestra que las crisis
financieras más importantes de los últimos ocho
siglos se han llevado por delante a países enteros. En
otras palabras, que las quiebras bancarias suelen derivar,
históricamente, en suspensión de pagos por parte de
Estados y elevada inflación.

Russell Roberts, economista y profesor
de la Universidad George Mason, afirmaba en una conferencia del
pasado diciembre que Estados Unidos ya no puede afirmar que su
riesgo de default (impago) sea nulo, si bien éste sigue
siendo muy bajo.

Nouriel Roubini, profesor de la
Universidad de Nueva York y director del prestigioso portal
Roubini.com, ha alertado en más de una ocasión
acerca del enorme aumento de la deuda pública
norteamericana, y habla de riesgos en la deuda soberana e
insostenibilidad. Aunque su punto de mira está en los
países más débiles de la periferia Europea
(obviamente Grecia, junto a Irlanda y España), advierte
sobre países como Reino Unido e, incluso, la primera
potencia mundial.

Y estas advertencias no son para menos, dado que la
Administración Obama parece empeñada en superar
todos los records históricos referentes al gasto y
déficit públicos. No en vano, ante los
últimos datos de déficit conocidos en EEUU, el
mismo secretario del Tesoro, Tim Geithner, ha reconocido que son
"altamente insostenibles". El siguiente gráfico ilustra
bien esta realidad, con una línea que parece no encontrar
suelo.

Monografias.com

En este contexto se sitúan las
advertencias del Servicio de Inversores de Moody"s, una de las
tres agencias de calificación (rating) a nivel mundial.
Esta entidad, según informa Christian Sciente Monitor, ha
alertado a EEUU de que si no acomete reducciones significativas
en su gasto público, existirán riesgos de perder la
máxima calificación de su deuda (triple A);
calificación que ha permitido en primer lugar su masivo
endeudamiento y su posición de país más
seguro y fiable del mundo.

Estas calificaciones crediticias, que emiten las
agencias Moody"s, Fitch y Standard & Poor"s, se basan en la
seguridad y desempeño de una economía, e indican a
los prestamistas y acreedores cuán probable es que el
deudor o quien pide prestado, como en este caso el Gobierno
norteamericano, vaya a devolver el préstamo. A pesar de
los flagrantes errores en relación a las hipotecas
subprime, infravalorando los riesgos, la opinión de estas
agencias sigue teniendo gran relevancia para los
inversores.

El máximo estatus y seguridad de la deuda
pública norteamericana podría estar en duda si
Obama mantiene su actual política fiscal. La alerta de
Moody"s supone una importante señal para los inversores.
Lo que pocos años atrás sólo habían
podido llegar a imaginar lunáticos y catastrofistas
económicos, ahora ya no se descarta. La crisis actual ha
traído consigo cambios de una magnitud que pocos
podían prever. Para algunos analistas, el mundo
económico y financiero que ha perdurado después de
la Segunda Guerra Mundial ha tocado a su fin.

Efectos de la degradación de EEUU

Las consecuencias que podría
generar una degradación de la calidad de los bonos del
Tesoro norteamericano serían serias e importantes. En
primer lugar, sería una señal inequívoca de
que EEUU ya no es el país más seguro para invertir
el dinero, lo que minaría su capacidad para atraer
capitales y recibir la financiación exterior que tanto
necesita. A buen seguro limitaría su capacidad de
endeudamiento público, obligando a recortes
drásticos en el gasto.

En segundo lugar, muy probablemente, los
inversores, por el aumento del riesgo, exigirían mayores
tipos de interés para los bonos, lo que
incrementaría el coste de la deuda pública,
generando así mayores impuestos futuros y, en el peor de
los casos, una espiral alcista de la deuda pública -debido
a sus mayores intereses- que sería muy difícil
frenar. Ello podría generar el incentivo al Gobierno de
tratar de rebajar de cualquier forma disponible la deuda
pública. Una de estas formas es la de recurrir a la
inflación, lo que traería importantes
riesgos.

No obstante, Moody"s matizó que su alerta no
significa que vaya a rebajar la calidad de la deuda americana, o
que tenga perspectivas de hacerlo. La calificación de
triple A de todos los gobiernos está bien asentada,
aseguraban. Por ello, aún puede ser pronto para caer en
escenarios demasiado pesimistas.

Pero el toque de atención de la agencia de
calificación al Gobierno de Obama es claro: cuidado con lo
que hacéis con las cuentas públicas. De seguir
así, podemos llegar a rebajaros la calificación.
Queda por ver qué es lo que hará la
Administración norteamericana para calmar estas
preocupaciones. De momento, no parecen encaminados a reducciones
sustanciales del gasto, y siguen prometiendo mejoras y aumentos
en los "gastos sociales" relacionados con el Estado del
Bienestar.

El caso de la reforma sanitaria es uno de los más
importantes. De hecho, en parte ha sido concebida por sus
defensores como una reforma que contribuirá a reducir los
costes de la sanidad, y así aliviar las dificultades de
las finanzas públicas. Pero lo cierto es que existen dudas
acerca de que realmente vayan a conseguirlo, como sostiene
William Anderson.

En efecto, este economista afirma que "dado que esta
medida impone nuevos mandatos y requerimientos, va a aumentar los
subsidios de los servicios médicos y ordena a las
compañías de seguros a cubrir a los solicitantes
independientemente de su estado de salud a uno se le hace
difícil encontrar los ahorros en costes".

Está por ver si el Gobierno Obama será
capaz de poner bajo control la deuda pública
estadounidense, implementando los recortes de gasto y reformas
que sean necesarias. Para Bill Bonner, editor del newsletter
financiero The Daily Reckoning, esto se presenta muy complicado.
La razón principal es que "la mayor parte del
déficit no viene por las reacciones de emergencia a la
crisis financiera", sino que se debe a "programas
(públicos característicos del Estado del Bienestar,
como el Medicare y Medicaid en el cuidado sanitario) que ya
estaban funcionando antes de que sucediera la crisis".

Es decir, a pesar de las políticas fiscales
discrecionales de Obama, una parte importante de este
déficit ya venía de atrás, pero era
camuflado por unos boyantes ingresos fiscales
característicos de una fase expansiva. Una parte de la
responsabilidad también habría que
buscársela a la expansión del Estado que ha llevado
a cabo el ex presidente George W. Bush.

Y este tipo de programas públicos a los que se
refiere Bonner "son difíciles de recortar, dado que
requiere importantes acciones de voluntad política para
deshacerse de ellos". Por tanto, la realidad es, según
este analista, que "EEUU necesita pedir prestado cantidades
enormes de dinero simplemente para continuar yendo a la deriva de
la manera como ha llegado a acostumbrarse". Y concluye: "No hay
un final a la vista a los déficits… no hay manera
práctica para reducirlos… y no hay salida para la
espiral de deuda".

La insolvencia de la mayor potencia
económica del mundo ya no sólo es una pesadilla
improbable sino que, se seguir por esta senda, podría
llegar a hacerse realidad.

– Crisis de deuda – ¿Aguantará Estados
Unidos? (Libertad Digital – 24/3/10)

(Por Ángel Martín Oro) Lectura
recomendada

Lo que sí parece cierto es que la probabilidad de
default de la deuda norteamericana ya no es cero.

Esta misma pregunta se formulaba el profesor del IESE
Antonio Argandoña, allá por el 18 de enero de 2003
en La Gaceta del Sábado. Obviamente, la situación
actual, aunque herencia de ese año, no se asemeja
demasiado a la de 2003. Si en esa ocasión tenía
sentido formularse tal pregunta, ahora mucho
más.

A lo largo de los dos últimos años, desde
que comenzó la crisis, se han sucedido las reflexiones en
torno a la fortaleza de la economía norteamericana. Las
respuestas han sido variadas, desde los más optimistas (o
menos pesimistas) que ven una recuperación inminente
más o menos sólida, a los más
catastrofistas, quienes llegan a prever hiperinflación o
colapsos monetarios de primer orden -cayendo en la sensata
crítica que Robert Higgs dedicaba a los agoreros, quien
hace notar que en sus análisis nunca aborden el qué
pasará después.

En el artículo de 2003, el profesor
Argandoña advertía de ciertos fenómenos
preocupantes dentro de la economía norteamericana, como el
hecho de que los norteamericanos estaban viviendo muy por encima
de sus posibilidades -con un gasto muy elevado y un ahorro
ridículo-, endeudándose masivamente con el exterior
y dependiendo totalmente del crédito. Pero esta
práctica tenía un límite: "En cualquier
momento (los países extranjeros, especialmente los
asiáticos y emergentes) pueden decidir reducir su flujo de
fondos hacia Estados Unidos".

Unos años después podemos constatar la
insostenibilidad del crecimiento económico estadounidense
de la última década, basado en una burbuja de
crédito que alimentó y sostuvo una fase de
artificial auge económico. Y unos años más
tarde, no podría ser de mayor relevancia la advertencia
que apuntaba el profesor Argandoña, referida en este caso
a la deuda pública: en cualquier momento los acreedores
del Tesoro de Estados Unidos pueden decidir reducir su flujo de
fondos, o exigir tipos de interés sensiblemente más
elevados.

Las políticas de la administración de
Obama han disparado la deuda pública hasta niveles sin
precedentes, como se muestra en este gráfico. El
déficit público también está
disparado, y las cuentas públicas empiezan a preocupar al
establishment norteamericano, que alerta de un nivel de
déficit "altamente insostenible". Pero puede que lleguen
un poco tarde: la agencia de calificación de deuda Moody"s
lanzó una importante advertencia al Gobierno
estadounidense de que deben recortar gastos y controlar
urgentemente el déficit, si no quieren que acaben
rebajando la calidad de la deuda pública.

Si bien esto parecía impensable hace muy poco
tiempo -y quizás lo siga siendo ahora-, los recientes
acontecimientos nos están enseñando a no descartar
escenarios posibles, por improbables que parezcan
(¿quién hubiera previsto el colapso de Islandia?).
Este toque de atención sugiere que nadie, por muy potencia
económica que se sea, debe confiarse y permitirse el lujo
de gastar y endeudarse -todavía más- como si no
existiera mañana, ni intereses que pagar.

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