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La Unión Europea llama a revisión al Euro la casa está en llamas II (página 8)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14

Al igual que varias instituciones financieras alemanas,
Hypo Real Estate planea transferir unos 210.000 millones de euros
(US$ 284.900 millones) en activos problemáticos a un
"banco de activos tóxicos" para eliminarlos de su balance.
Sin embargo, un portavoz de la división de Deutsche
Pfandbriefbank dijo que no se ha decidido si los activos griegos
serán incluidos en esa estructura.

Los bancos alemanes, que tienen unos US$ 240.000
millones a recibir de prestatarios españoles, están
más expuestos a España que cualquier otro
país europeo, además de Gran Bretaña.
Algunos de los mayores acreedores son los bancos alemanes del
sector público, o Landesbanken, y las entidades que
trabajan con prestatarios del sector público, afirman
analistas.

Si bien los bancos europeos han estado presionando en
privado a los gobiernos para que ayuden a Grecia, representantes
de la banca han tratado públicamente de restar importancia
a la crisis crediticia de la zona euro. Baoudoin Prot, presidente
ejecutivo de BNP Paribas y presidente de la Federación
Bancaria francesa, dijo la semana pasada que los bancos de su
país no tenían problemas con estos activos. "La
exposición de los bancos franceses a varios países
de la zona euro es completamente razonable", dijo Prost a
periodistas."Me gustaría recordar que, en conjunto, los
grandes bancos franceses continúan activos en
países de la eurozona que son, de lejos, los más
sólidos, por lo que no es un tema relevante para las
entidades bancarias francesas".

Los analistas afirman que, probablemente, los bancos
franceses más expuestos son los que poseen bancos griegos,
principalmente Crédit Agricole, que controla Emporiki, y
Société Générale, dueño de
Geniki.

Société Générale
declinó hacer comentarios, mientras que una portavoz de
Crédit Agricole dijo que su exposición no "era
significativa".

– España, ¿aliada de China en su lucha
contra Estados Unidos? (El Confidencial –
23/2/10)

(Por J. Jacks) Lectura recomendada

Estamos en guerra. Algún ministro español
oye campanas cuando observa sus consecuencias pero no sabe
dónde. No se trata de una guerra militar tradicional.
Supone una contienda comercial entre Estados Unidos y China de la
que, por el momento, no se sabe quién resultará
ganador.

Como en toda guerra, la contienda se libra en diferentes
áreas, entre ellas:

a) Inversiones exteriores: desde julio del 2009, China
admite que destina parte de sus reservas a controlar empresas
energéticas extranjeras (Petrobras, Addax, Blackstone, los
intentos en Río Tinto con ACH), del sector de materias
primas o en el de las líneas de distribución
petrolíferas y del gas.

El futuro son los metales raros y China ya ha dado los
primeros pasos para posicionarse: no se conforma con producir en
95% de la producción mundial sino que posee el 25% de
Arafura y el 50% de Lynas. La nueva generación de
productos electrónicos necesita de estos
metales…incluidos los misiles para defensa
aérea.

El gigante asiático diversifica
geográficamente sus inversiones. No invierte igual en
Oceanía (68% en materias primas) que en Hong Kong (35% en
el sector financiero).

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b) Proteccionismo y WTO: el Gobierno Bush impuso tarifas
selectivas a productos chinos (700% al acero, 106% a productos
manufacturados) y el actual presidente ha aumentado la
práctica (impuesto del 210% en neumáticos). En
2009, Estados Unidos "persuadió" a la WTO para que
sancionara a China por incumplir con las leyes sobre propiedad
intelectual. Como respuesta, China incrementa sus
aranceles.

c) Tipo de Cambio. Existen múltiples frentes
abiertos en este mercado, pero entre ellos destacan tres: China
pide el fin del dólar como moneda de reserva
internacional, presiona con el fin de la compra de deuda EEUU y
usa las reservas de su balanza comercial con Estados Unidos para
comprar activos denominados en euros. (1) El Banco Central Chino
"recicla" esos dólares a cambio de euros para sus compras
en Europa. (Nota: el proceso de reconversión de
dólares en yuanes por el Banco Central Chino para evitar
problemas inflacionarios domésticos tendrá una
explicación futura más detallada).

d) Financiero: para algunos, China pudo tener algo que
ver en la presente crisis (2) y los frutos están a la
vista. Del mismo modo, Estados Unidos "aconseja" a sus entidades
la no participación en el Qualified Foreign Institutional
Investor.

Cuatro frentes de batalla que se desarrollan en dos
escenarios distintos.

Como en toda guerra, la batalla se libra en diferentes
escenarios. A los efectos que interesan a nuestro país,
principalmente en dos: la Unión Europea y el
ASEAN.

a) Para China, el ASEAN es "su patio trasero". Su idea
es la de usarla para internacionalizar su moneda de modo gradual
de modo que en 2015 su divisa sea convertible dentro de este
área. Mientras, Estados Unidos trata de dificultar ese
proceso con acuerdos bilaterales del tipo FTA y con la venta de
armas, la ultima $6.400 millones a Taiwán.

b) Del mismo modo, Estados Unidos siempre ha supervisado
la Unión Europea. El euro fue el resultado de un programa
diseñado en varias etapas: primero, la recuperación
alemana de 1945 y, posteriormente, la creación de una
Unión en torno a su economía, el Buba y la nueva
moneda germana. Con un objetivo claro: hacer frente al enemigo de
aquel entonces, Rusia.

Esa recuperación alemana, Wirtschaftswunder, se
basaba en ayuda entregada por Estados Unidos, estabilidad
financiera fijada por el Bundesbank y control de precios a
través del Deutsche Mark (DM). Para los norteamericanos,
la primera prioridad era establecer el Buba y el sistema
financiero hasta el punto de que crearon el DM antes incluso que
la bandera alemana.

Alemania sustentó su desarrollo en la estabilidad
del marco gracias al control interno de la inflación en
vez de recurrir a ajustes del tipo de cambio. Con el tiempo, y
para completar la construcción de la nueva Europa, Francia
se encargaría del presupuesto (PAC). Para crecer, cada
cierto tiempo nuevos países se tenían que adherir.
Mano de obra barata y nuevos mercados para productos del
norte.

El papel de España

¿Y qué tiene esto que ver con nuestra
crisis? Pues mucho. China empieza a interferir en la Unión
cada vez más hasta el punto que es el segundo mayor socio
de la UE y la UE es el mayor socio comercial de China. Una
cooperación que no sólo opera en términos
comerciales sino a través de su inversión en deuda
soberana europea de los $ 2 trillones de sus reservas de modo
selectivo. No compra cualquier deuda.

Y es aquí donde entra España en juego.
China ya es el segundo mayor comprador de deuda pública
soberana española (3). Su presencia no deja de crecer,
sobre todo desde el 2008 (Nota: interesante la evolución
de Alemania y Luxemburgo deshaciendo posiciones y Francia
ganándolas. ¿Se acuerdan del cambio de Primary
Dealers del Tesoro?).

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¿Por qué iba China a comprar deuda
soberana española? ¿Cómo podría China
ayudar a España a salir de sus crisis? ¿Y a cambio
de qué? Porque España tiene algo valioso que
ofrecer a China en esta guerra, el derecho de "veto" sobre tres
materias cruciales en la Unión: política exterior,
defensa y fiscalidad (sobre todo de cara a las Perspectivas
Financieras 2014-2021) lo que de facto le facilitaría la
capacidad de influir en decisiones claves de la política
comunitaria.

España podría "poner una vela a Dios y
otra al diablo" a fin de recibir ayuda del mejor postor para
salir de la crisis. Un euro con problemas afecta a las
exportaciones de China y favorece al dólar. Hace parecer a
la economía americana y a su deuda como "saludable"
(Indonesia y su reciente decisión sobre la deuda
estadounidense) en relación con el quimérico euro y
la frágil Unión.

España por sí sola no tiene capacidad para
salir de la crisis (aun acometiendo las reformas que
pedirá la Comisión) y necesitará ayuda
exterior. Si de Alemania nada se puede esperar, solo hay dos
fuentes capaces de proporcionarla, el FMI y el SAFE (el
CIC).

Por ahora, no se está haciendo tan mal. No quedan
más soluciones ni mucho más tiempo.

(1) En diciembre pasado, China vendió $ 34.000
millones de deuda EEUU lo que hizo que por primera vez desde el
2005 ya no sea el principal poseedor de su deuda. A título
anecdótico, la FED contempla un caso que permite al
Gobierno EEUU no tener que pagar las deudas con un país
exterior…y que aún está vigente.

(2) China podría haber creado la crisis en EEUU a
través de David Li. Algunos creen que es "curioso" que el
más brillante matemático chino saliera libremente
de China para acabar en JP Morgan donde crearía el soporte
que permitió la burbuja de derivados. Creen "curioso" que
después de la explosión de la crisis retornara a
China para trabajar para el Gobierno. Curiosidades de las
finanzas.

(3) Incluyendo las compras de terceros y privados y
sobre los no residentes.

"La banca alemana y francesa es, junto a la
británica y la suiza en menor medida, la más
expuesta a una hipotética quiebra de los denominados PIGS
(Portugal, Irlanda, Grecia y España). Los bancos europeos
tienen 185.000 millones de euros en Grecia y más de 1,5
billones en los cuatro países"…
La quiebra de los
PIGS causaría un agujero de 1,5 billones a la banca
europea (Libertad Digital – 26/2/10)

Los bancos alemanes y franceses tienen
una "enorme" exposición a la deuda pública de
Portugal, Irlanda, Grecia y España, según un
reciente informe de la entidad francesa Société
Générale. El dinero que se juega la banca europea
en estos cuatro países no es cuestión
baladí, de ahí la profunda preocupación que
reina en Bruselas acerca de los graves desequilibrios fiscales
que presentan sus respectivos gobiernos.

En concreto, la exposición
crediticia de la banca alemana y francesa supera los 87.000
millones de euros en Grecia y 667.000 millones en el conjunto de
los PIGS, según datos del Banco Internacional de
Pagos.

Si suma la exposición de la banca
británica y suiza, la quiebra de Grecia podría
causar una agujero de 185.700 millones de euros a estas
entidades, mientras que la factura ascendería a algo
más de 1,5 billones en caso de que los cuatro
países citados suspendieran pagos.

En el caso concreto de Grecia la exposición de la
banca internacional es la siguiente:

Francia: 55.500 millones de euros.

Suiza: 47.000 millones.

Alemania: 31.700 millones.

EEUU: 12.000 millones.

Reino Unido: 9.000 millones.

Países Bajos: 8.600 millones.

Otros países: 58.200 millones.

"La exposición es enorme", según Klaus
Baader, co-economista jefe de Société
Générale en Londres, informa Bloomberg. De
ahí que "la crisis en Grecia no sea sólo un
problema aislado, sino un problema concreto para el sector
bancario de Europa. Esto explica el interés de los
ministros de finanzas (de la zona euro) en la tratar de
estabilizar la situación".

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Desde hace meses, los líderes de
la zona euro, encabezados por Francia y Alemania, vienen
discutiendo a puerta cerrada cómo afrontar la crisis de
deuda soberana que se ha desatado en el seno de la Unión
Europea, tras el profundo deterioro que sufren las cuentas
públicas griegas y el temido efecto contagio que
podría arrastrar a otros países con altos
déficits fiscales, como es el caso de Irlanda,
España y Portugal.

Hasta el momento, Bruselas tan sólo ha acordado
prestar todo su "apoyo político" al Gobierno de Atenas
para tratar de paliar la situación, pero entre bambalinas
los distintos gobiernos siguen estudiando la posibilidad de
prestar ayuda financiera a Grecia para calmar a los mercados de
deuda pública.

El déficit oficial griego asciende al 12,7% del
PIB, y Atenas se ha comprometido a disminuir este desequilibrio
fiscal hasta el 8,7% en 2010, y situarlo por debajo del 3% como
muy tarde en 2012. De hecho, la UE ha intervenido la
economía griega, algo que carece de precedentes en el seno
de la Unión.

El país está siendo asolado por una oleada
de huelgas generales en protesta por las drásticas medidas
de austeridad en el gasto público y el aumento de
impuestos por Bruselas al Ejecutivo heleno con el objetivo de
reducir la brecha fiscal.

Pero no es el único.
España, Portugal e Irlanda también registran un
déficit público disparatado, próximo al 10%
del PIB, lo que se ha traducido en un creciente aumento de las
primas de riesgo y del diferencial con respecto al bono
alemán. Es decir, los inversores no se fían y, por
ello, han disparado la compra de derivados o credit default swaps
(CDS) para cubrirse las espaldas ante un posible default (impago)
y exigen un mayor tipo de interés para seguir comprando
deuda pública. Todo ello implica un mayor coste de
financiación para estos países a la hora de emitir
bonos o letras del Tesoro.

Los CDS (seguro para garantizar la inversión en
caso de quiebra) de la deuda soberana griega cotizan en el
entorno de los 400 puntos básicos en febrero frente a los
280 puntos en enero. Es decir, un inversor tiene que pagar unos
400.000 dólares para garantizar la compra de bonos por
valor de 10 millones.

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La agencia de calificación de riesgos
internacional Standard & Poor's (S&P) anunció esta
semana que el rating (nota de calidad crediticia) de la deuda
pública de Grecia podría ser reducido nuevamente al
largo de las próximas cuatro semanas. Según un
comunicado emitido en Londres, los analistas de S&P mantienen
por ahora la calificación de Grecia en el 'BBB+ para la
deuda a largo plazo y en el A-2 a corto plazo. Sin embargo, las
expectativas negativas de los bonos griegos "reflejan la
posibilidad de una nueva reducción en una o dos notas en
cuestión de un mes".

De hecho, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la
Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE)
afirman que el plan de austeridad del Gobierno de Grecia no es
suficiente para frenar la crisis financiera y recomiendan medidas
adicionales de reajuste presupuestario por un total de 5.000
millones de euros.

Según publica el 26/2 el diario Elefeterotipia,
que tuvo acceso al contenido de las negociaciones, ése es
el principal resultado de la misión de supervisión
de cinco días efectuada esta semana en Grecia por un
equipo de 12 expertos del FMI, la CE y el BCE.

Aunque los expertos no hicieron públicas sus
conclusiones tras finalizar anoche su misión, el Gobierno
griego filtró a la prensa local detalles del
informe.

Las medidas adicionales al plan de austeridad anunciado
por el primer ministro griego, Giorgios Papandreu, corresponden
al 1,5-2 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
Según los medios, fuentes del ministerio de Finanzas
afirman que los servicios estadísticos comunitarios
pronostican que la economía griega sufrirá un
receso del 1 al 2% en 2010.

– Wall Street no tiene la culpa; Europa, sí (El
Mundo – 16/3/10)

(Por Pablo Pardo) Lectura recomendada

¿Quién es responsable de
la crisis de la deuda de Grecia? ¿Y de la de
España? Los políticos de la UE parecen haber
encontrado el culpable perfecto: los hedge funds y los bancos de
inversión de Wall Street. ¿Por qué? Porque
especulan contra la deuda griega, y la española.
¿Cómo? Comprando "naked" ("desnudos") Credit
Default Swaps", es decir, un seguro contra los eventuales
problemas que puede sufrir un bono, pero sin tener el bono.
Vamos, como si usted asegura algo que no tiene. Lo mejor que le
puede pasar es que ese "algo" sufra un daño. El
dueño se fastidia, y lo pierde todo. Y la aseguradora le
paga a usted.

Ahora bien ¿no hace falta ser, con todos mis
respetos, idiota para comprar algo y dejar que otro lo asegure?
¿Es que a usted, hombre de Dios, nunca se le ha ocurrido
que su casa, su coche o lo que sea pueden sufrir un
percance?

Al parecer, eso nunca se les
ocurrió a los bancos alemanes y franceses que han
concedido créditos de dimensiones surreales a Grecia,
España, Italia, Irlanda y Portugal. Como
explicábamos ayer, lunes, en la edición impresa de
EL MUNDO, desde diciembre de 2001, la deuda externa griega con
Francia se ha multiplicado por 8. Y España ha visto como
su deuda externa con Francia se multiplicaba por 7; con Alemania,
por 4 y medio; con Países Bajos por 15, y con Reino Unido
por 6.

Ése es el problema. Los bancos
franceses no han tenido problemas en conceder créditos a
un país como España que básicamente lleva
casi una década viviendo de la construcción, o a
otro como Grecia del que todo el mundo sabía que
hacía trampas contables. Si hay que buscar un culpable de
la actual crisis, hay que ir a Commerzbank, a Deutsche Bank, a
BNP Paribas o a Société Générale. No
a Goldmans Sachs, Soros ni Paulson. Ellos sólo han
comprados los seguros que otros no quisieron.

Es cierto que los Credit Default Swaps
(CDS) no ayudan a estabilizar un mercado, porque son derivados
que se negocian "over the counter", o sea, en contratos directos
entre comprador y vendedor y no en mercados abiertos. Eso
significa que nadie sabe quién los tiene. Lo que a su vez
genera la histeria de los tenedores de deuda griega,
española, portuguesa, irlandesa o italiana. Pero sí
se sabe que hay muy pocos CDS en comparación con el
volumen de deuda emitido. En otras palabras, que los bancos
alemanes y franceses están más desnudos que los
naked CDS. Más bien, están con el culo al
aire.

Hay algunos otros responsables de la
actual crisis. Se me ocurren, de buenas a primeras, dos:
François Mitterrand y Helmut Kohl. Los dos se
empeñaron, en un ataque de egolatría (otros lo
llaman "ser un estadista") en crear el euro. Sus opiniones
públicas lo rechazaron. Maastricht fue aprobado en
referéndum en Francia por el 51% de los votos. Un
año antes de que el euro entrara en vigor, dos tercios de
los alemanes se oponían a la nueva divisa.

Cuando la moneda única ya llevaba cinco meses
funcionando, el 58% de los alemanes seguían
rechazándola. Fue un ejemplo formidable de desprecio al
sentimiento popular por parte de la élite política
y económica, con los medios de comunicación
actuando de banda de música de la verbena.

Entretanto, Eurostat miraba hacia el
otro lado cada vez que Grecia presentaba estadísticas
cuestionables. Pero también lo hacía con Francia,
que aprovechó la privatización de France
Télécom para maquillar sus cuentas públicas
y cumplir los criterios de Maastricht. Mientras, Alemania
trató, sin éxito, de apreciar (al estilo
mark-to-market) las reservas de oro del Bundesbank con el mismo
objetivo. Fue algo tan descarado que no lo pudo llevar a la
práctica.

Así que, si queremos culpables,
no vayamos a Wall Street. Basta con mirarnos en el
espejo.

– La posición de suspensión de pagos de la
eurozona (Expansión – 18/3/10)

(Por Simon Johnson y Peter Boone) Lectura
recomendada

Kazajistán puede estar muy lejos de la eurozona,
pero sus experiencias económicas recientes son altamente
relevantes para las tribulaciones actuales del euro. Mientras los
países de la moneda única luchan contra las crisis
de deuda y por la austeridad de sus miembros más
débiles, Kazajistán está surgiendo de un
colapso generalizado del sistema bancario con una
recuperación económica sólida.

Durante gran parte de la década pasada, un
despilfarro de préstamos se apoderó de
Kazajistán, por cortesía de los bancos globales
-como sucedió en gran parte del sur de Europa-. La toma de
crédito en el exterior por parte de los bancos kazajos
llegó a representar cerca del 50% del PIB, y muchos de
estos fondos se utilizaron para proyectos de
construcción.

Mientras entraba dinero a raudales, los salarios
subían, los precios de los bienes raíces alcanzaban
niveles próximos a los parisinos y la gente se
engañaba a sí misma pensando que Kazajistán
se había convertido en el último "tigre" de
Asia.

La fiesta llegó a un fin estrepitoso en 2009,
cuando dos bancos de inversión globales muy sagaces
aceleraron los aplazamientos de pago -con la esperanza de
recuperar su dinero-.

El gobierno kazajo, que venía pugnando por
respaldar a sus bancos privados, ya sobredimensionados, con
inyecciones de capital y nacionalizaciones, tiró la toalla
y cortó el chorro. Estas entidades financieras dejaron de
pagar sus créditos y los acreedores aceptaron importantes
"recortes" (reducción en el valor principal).

Ahora bien -y aquí está la clave-, una vez
canceladas sus deudas, hoy el sistema bancario está
recapitalizado y en condiciones de respaldar el crecimiento
económico. A pesar de una cesación de pago
desordenada, este nuevo arranque ha generado un cambio de rumbo
notable.

El caso irlandés

La estrategia de Europa occidental para
lidiar con sus bancos resquebrajados es totalmente diferente.
Irlanda, el "tigre celta" de Europa durante la década
pasada, creció en parte debido a grandes flujos de
crédito que ingresaban a su "Complejo de Banca y Bienes
Raíces". La toma de crédito en el exterior por
parte del sistema bancario irlandés alcanzó
aproximadamente el 100% del PIB -el doble que Kazajistán-.
Cuando la economía mundial se desplomó en
2008-2009, la fiesta en Irlanda ya se había
terminado.

Pero es aquí donde las historias
divergen, al menos hasta ahora. En lugar de hacer que los
acreedores de los bancos privados aceptaran recortes, el Gobierno
irlandés optó por transferir toda la carga de la
deuda a los contribuyentes. Irlanda tiene un déficit
presupuestario del 10% del PIB en la actualidad, a pesar de haber
recortado los salarios del sector público, y planea nuevos
cortes para honrar la deuda de los bancos quebrados.

Grecia se encuentra hoy en una
encrucijada similar a la de Kazajistán e Irlanda: el
Gobierno tomó mucho crédito en la última
década y despilfarró el dinero en un sector
público inflado (y sindicalizado), y no en bienes
raíces modernos -y disponibles-, mientras que la deuda del
Gobierno está próxima al 150% del PIB.

La aritmética es sencillamente
calamitosa. Si Grecia debiera empezar a pagar sólo el
interés de su deuda -en lugar de reconvertirla en nuevos
créditos-, para 2011 su Gobierno necesitaría tener
un excedente del presupuesto primario (o sea, sin contar los
pagos de intereses) de casi el 10% del PIB. Esto
requeriría, aproximadamente, otro 14% del PIB en recortes
del gasto e impulsar medidas para aumentar los ingresos, lo que
representaría uno de los mayores ajustes fiscales que se
hayan intentado hasta el momento.

Peor aún, estos voluminosos pagos
de intereses muy probablemente irían a parar a Alemania y
Francia, con lo cual la economía griega se vería
aún más privada de ingresos. Si Grecia alguna vez
ha de pagar parte de su deuda, necesitará un programa
drástico de austeridad, que se prolongue durante
décadas. Un programa de este tipo haría que el PIB
griego se desplomara mucho más que la marcada caída
registrada por Irlanda hasta la fecha. Es más, los
trabajadores públicos griegos deberían atenerse a
recortes masivos de sus salarios, lo cual, en el tóxico
clima político actual de Grecia, sería un camino
seguro hacia niveles peligrosos de disturbios y
violencia.

Los líderes europeos se equivocan
si creen que Grecia puede alcanzar una solución a sus
problemas recurriendo de nuevo al mercado crediticio. La
economía griega simplemente no puede permitirse pagar su
deuda a tasas de interés que reflejan el riesgo inherente.
La única manera de refinanciar su deuda a un nivel
asumible sería mediante préstamos subsidiados a
largo plazo que, en definitiva, cubrirían una
porción importante de las obligaciones que vencen entre
los próximos 3 y 5 años. Y, incluso en condiciones
tan generosas, Grecia probablemente necesitaría un ajuste
fiscal abrumador del 10% del PIB para retornar a un sendero de
deuda más estable.

La alternativa para Grecia sería
administrar una suspensión de pagos de manera ordenada. El
préstamo imprudente al Estado griego se basó en la
atroz toma de decisiones de los acreedores europeos. La
suspensión de pagos les enseñaría a los
acreedores -y a sus gobiernos- una lección, y
también a los deudores: los errores cuestan dinero y los
errores propios sólo le pertenecen a uno.

Reestructuración inevitable

Cada día que pasa se hace
más evidente que una reestructuración de la deuda
griega es inevitable. Seguramente Grecia podrá forzar
alguna forma de suspensión de pagos, y tal vez ésta
sea la mejor alternativa. Incumplir el pago de la deuda
sería doloroso, pero lo mismo sucedería con
cualquier otra solución. Y una suspensión de pagos
con una reestructuración "ordenada" inmediatamente
situaría a las finanzas de Grecia en un escenario
sostenible.

Tras arduas negociaciones, el Gobierno y
sus acreedores probablemente terminen reduciendo la deuda de
Grecia hasta la mitad. Los bancos griegos tendrían que
recapitalizarse, pero luego podrían volver a generar
nuevos préstamos.

Una suspensión de pagos
también transferiría parte de los costes del
excesivo endeudamiento de Grecia a sus acreedores. Los alemanes y
los franceses necesitarían inyectar más capital en
sus bancos (quizá, finalmente, se mostrarían
más abiertos a una mayor regulación para impedir
que esto vuelva a suceder) y todo el mundo se volvería
más cauteloso a la hora de prestar a Estados soberanos
derrochadores.

A fin de cuentas, al enseñarle a los acreedores
una lección necesaria, una suspensión de pagos
dentro de la eurozona, en honor a la verdad, podría
terminar siendo un paso elemental para crear un sistema
financiero europeo -y global- más saludable.

¿Y a partir de
ahora, qué? (de Eurolandia a los Estados Unidos de
Europa)

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"La elite de Bruselas aprovecha el estallido de la
deuda pública para crear un auténtico "gobierno
económico" europeo, encargado de supervisar y dirigir las
cuentas y reformas de los países miembros. Un mecanismo
similar al aplicado en Grecia, país intervenido y que
está a punto de ser rescatado"…
Bruselas quiere un
"Gobierno económico" europeo y centralizado (Libertad
Digital – 10/2/10)

El nuevo presidente del Consejo Europeo, Herman Van
Rompuy, pretende que los gobiernos de los Veintisiete presenten
sus planes presupuestarios y programas de reforma
económica simultáneamente a la Comisión
Europea.

Así lo señala el 10 de febrero un anexo
secreto a una carta enviada por el político belga a los
jefes de Gobierno de la Unión Europea a los que ha
invitado a una cumbre, para el día siguiente, en Bruselas,
y que se ha filtrado al diario británico The
Independent.

"Los miembros del Consejo Europeo son
responsables de la estrategia económica en el marco de sus
gobiernos y deberían serlo también a nivel europeo.
Llámese coordinación de políticas o gobierno
económico, sólo el Consejo Europeo es capaz de
cumplir y mantener una estrategia europea común de mayor
crecimiento y empleo", dice el anexo.

Según Van Rumpuy, "la crisis ha
puesto de relieve nuestros puntos débiles", por lo que
"los planes presupuestarios y los programas de reforma
estructural y de cambio climático deberían
presentarse simultáneamente a la Comisión, lo cual
permitirá tener una idea completa de todos
ellos".

El presidente permanente del Consejo Europeo considera
en su carta que "el ritmo de crecimiento estructural" de los
Veintisiete es insuficiente para "crear nuevo empleo y financiar
nuestros sistemas sociales".

Refiriéndose al hecho de que la
Unión Europea no tiene actualmente forma alguna de
resolver una crisis presupuestaria que afecte a otros Estados
miembros, Van Rumpuy señala que lo ocurrido
últimamente en la zona del euro "pone de relieve la
urgencia de reforzar nuestra gobernanza
económica".

"Dada la interrelación de
nuestras economías, es preciso coordinar las reformas para
que tengan el máximo impacto", agrega Van Rompuy,
según el cual en el futuro "nos centraremos en el impacto
de las políticas nacionales sobre el resto de la
Unión Europea, prestando especial atención a los
desequilibrios macroeconómicos y las diferencias de
competitividad".

Una fuente comunitaria explicó al
periódico que "todo el mundo tiene ya claro que esta
crisis económica no pueden resolverla los Estados miembros
a título individual, por ejemplo, Alemania ayudando a
Grecia".

"Lo que necesitamos, agregó la
fuente, es el mismo tipo de mecanismo que hemos impuesto a Grecia
a fin de supervisar las economías de la zona del euro.
Así que la idea es que todas las economías europeas
estén supervisadas. Este fin de semana deberían
adoptarse (en Bruselas) decisiones muy importantes".

"Grecia no está sola. Es el mensaje que la
Unión Europea, y la zona euro en particular, quiere dejar
claro a los mercados. Y a la vista de los resultados de los
primeros gestos de apoyo hacia Atenas -revalorización de
la divisa europea y caída del rendimiento del bono
griego-, ha quedado de manifiesto que los tiburones financieros,
que no responden a ninguna conspiración sino a la
lógica búsqueda de beneficios, disolverán el
cerco a la deuda griega y a la zona euro tan pronto como irrumpan
Bruselas o Berlín"…
Un Gobierno económico
para la UE (Cinco Días – 11/2/10)

El 10 de febrero los ministros de Economía de la
zona euro, el Eurogrupo, celebraron una teleconferencia sin
precedentes en 11 años de historia de la moneda
única. Objetivo: delimitar las medidas que se pueden
establecer en apoyo de Grecia. La contraofensiva debe continuar
hoy en la cumbre de primeros ministros, en la que se espera una
contundente declaración de apoyo a la solidez de la zona
euro para calmar a los mercados.

Pero la Unión Europea no puede
conformarse esta vez sólo con espantar a los posibles
predadores y seguir navegando con la misma nave que antes de la
tormenta. Los coletazos de la crisis financiera en el mercado de
renta fija han recordado, por si a alguien se le había
olvidado, que un número importante de inversores,
analistas y académicos mantienen intactas sus dudas sobre
la viabilidad de una unión monetaria sin
integración política. Lo plantearon en
vísperas del estreno del euro en 1999 y lo
continúan repitiendo 11 años
después.

Y para despejar esas dudas no basta con
demostrar que la zona euro puede rescatar a un país que
sólo supone el 3% de su economía, como es el caso
de Grecia. Ese ejercicio demuestra el músculo financiero
de Berlín o París, pero eso nadie lo había
cuestionado. Lo que deben demostrar los 16 socios de la
Unión Monetaria es la voluntad política para
estrechar de manera irreversible la coordinación de sus
políticas macroeconómicas y fiscales y superar de
una vez por todas las posibles resistencias a esa cesión
de soberanía.

La primera gran prueba de fuego para
calibrar si existe esa voluntad tendrá lugar hoy en la
cumbre europea informal que se celebra en Bruselas. El nuevo
presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, llega a la
cita con propuestas que sientan las bases para un futuro Gobierno
económico europeo. Los términos son negociables
-parece que la palabra Gobierno molesta en Berlín porque
se percibe como una amenaza a la independencia del BCE-. Pero el
objetivo, dotar a la zona euro de una verdadera autoridad
económica, resulta realmente imprescindible. Si se logra,
los mercados entenderán, sin necesidad de aspavientos, que
ningún socio de la zona euro afrontará los ataques
en solitario.

"La mayor recesión de la posguerra se ha
cebado con las cuentas públicas europeas. La caída
de la recaudación asociada al deterioro económico,
el coste de las prestaciones por el creciente desempleo y los
ingentes programas de gasto para contener la caída, han
llevado a una situación cercana a la emergencia en un buen
número de países. Las cuentas cerradas de 2009
arrojan en la mayoría de los casos niveles récord
de déficit presupuestario. Son especialmente sonados los
casos de Grecia, España e Irlanda, con desfases superiores
al 11% del PIB, que, entre otros factores, les han llevado al
foco de los ataques de los mercados. Pero igualmente lacerante es
el 12,6% que sufre Reino Unido, otrora guardián de la
estabilidad. Con esas referencias, el descuadre de Francia (7,9%)
parece casi una situación desahogada, pero refleja un
deterioro financiero preocupante"…
Europa se aprieta el
cinturón para cuadrar las cuentas (Cinco Días –
11/2/10)

La Comisión Europea se ha mostrado comprensiva
con lo extraordinario de la situación y ha extendido hasta
2013 el plazo máximo para regresar al umbral del 3% del
PIB que marca el Plan de Estabilidad y Crecimiento. Conscientes
de las consecuencias financieras asociadas a la falta de
credibilidad (extremo en el que Grecia ofrece un triste ejemplo),
los Gobiernos europeos se han apresurado a presentar severos
programas de ajuste encaminados a volver a la ortodoxia marcada
por Maastricht.

En términos de ambición, el caso de
España es paradigmático: el plan de
reducción de gasto asciende a 50.000 millones de euros en
cuatro años, que afectará a todos los ministerios.
En paralelo, la subida del IVA, prevista para julio, supone el
puntal de una reforma fiscal que también afecta al ahorro,
la deducción por vivienda y los impuestos especiales. El
objetivo: dividir el déficit por cuatro en otros tantos
años, en los que para más inri la economía
española convivirá con una tasa de paro que
difícilmente bajará del 15%.

La combinación de contención de gasto y
subida de impuestos es también la vía escogida por
Irlanda, otra de las grandes víctimas de la crisis.
Protagonista de un milagro económico que la llevó a
la máxima renta per cápita de la UE, la isla sufre,
como España, la peligrosa combinación de paro
galopante y cuentas descontroladas. Dublín plantea una
severa reducción salarial para los funcionarios, por un
lado, y la supresión de la deducción por vivienda y
la creación de nuevos impuestos sobre las emisiones de CO2
y sobre el patrimonio, por el otro. Sus vecinos del Reino Unido,
ajenos a la zona euro, no tienen que recuperar la disciplina de
forma tan perentoria, motivo por el que Londres aún
prevé un déficit del 5,7% del PIB en 2013. Aun
así, será menos de la mitad del actual, y para
lograrlo ya ha anunciado la supresión de diversos
beneficios fiscales y el incremento de medio punto en las
cotizaciones sociales.

Exacciones especiales

La oveja negra del euro, Grecia, ha planteado un severo
recorte salarial para sus funcionarios y subidas generalizadas de
impuestos. Consciente de la gravedad de la situación, el
nuevo Gobierno prevé además una exacción
extraordinaria para las empresas con beneficios y los titulares
de inmuebles de alto valor. Aunque está saliendo mejor
parada de los ataques de los mercados, Italia también
sufre de un déficit elevado y, sobre todo, de un
asfixiante nivel de deuda pública, que alcanza el 115% del
PIB (el doble de la española). La receta de Roma afecta
también al empleo público, con una menor
renovación de plazas y una reforma global destinada a
elevar la productividad.

El país que está afrontando las tensiones
sobre las cuentas públicas de la forma más
atípica es Alemania: la locomotora europea fía su
futuro al mantenimiento de estímulos fiscales que
potencien el consumo y la actividad empresarial, para incrementar
de ese modo el crecimiento económico. El Gobierno de la
democristiana Angela Merkel, en coalición con los
liberales, ha optado por diferir el inicio del ajuste fiscal a
2011 y consolidar de ese modo la recuperación.

EE UU difiere el ajuste a 2011

Tampoco la primera potencia del planeta se
librará de un plan de ajuste severo, aunque la
Administración Obama apurará todavía este
año los impulsos presupuestarios. El objetivo: apuntalar
la recuperación económica de un país en el
que el paro se ha doblado desde el inicio de la crisis y ya ronda
el 10% de la población activa.

El proyecto de presupuestos para el año fiscal
que comienza en octubre, presentado la primera semana de febrero,
incluye un incremento del gasto público del 5,7%, hasta
alcanzar los 2,7 billones de euros. Por su parte, el
déficit presupuestado alcanzaría el nivel
récord del 10,6% del PIB. Obama pretende recortar esa
cifra hasta el 4% en 2013, mediante la eliminación de
programas de gasto público obsoletos y por la mayor
recaudación esperada de la recuperación
económica. De momento, la prioridad es el paro.

"Nadie dijo que fuera fácil. Sobre todo,
porque el euro constituye la mayor aventura monetaria y cambiaria
de la historia. ¿Cómo, si no, podría
definirse un proyecto en el que primero 11, luego 12,
posteriormente 13, más tarde 15 y ahora 16 naciones
europeas pasan a compartir tipos de interés y una misma
moneda?"…
La "moneda única" debe hacerse mayor
(El Economista – 11/2/10)

Su advenimiento en los mercados en 1999 fue acogido con
recelo. Europa luchaba contra su historia de desencuentros,
guerras, disputas y luchas de fronteras y poderes con la
acuñación de una divisa común, bautizada en
una cumbre en Madrid con el nombre de euro.

Monografias.com

"Precisamente por el escepticismo previo es remarcable
que las razones que esgrimíamos quienes creíamos en
el euro se han visto confirmadas incluso por añadidura.
Nadie pone hoy en duda con seriedad que el euro es un
éxito", sostenía el español José
Manuel González-Páramo, uno de los seis miembros
del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), para
valorar el décimo aniversario de la "moneda
única".

Y así es. El barco del euro no sólo
zarpó, sino que se mantuvo a flote e incluso se ha
discutido la posibilidad de que releve al dólar
estadounidense como la divisa de referencia mundial. Para ello,
los protectores de la credibilidad del euro se apoyaron en la
férrea escuela del Bundesbank (el banco central de
Alemania). "No sorprende que, tras un inicio débil, los
inversores pasaran a ver al euro con los mismos ojos con los que
miraban al marco alemán hace 20 años", comentan los
expertos de la gestora BNY Mellon.

Crisis de madurez

Pero, cuidado, el Titánic también se
hundió. Y los problemas de Grecia, salpicados a otros
"eurosocios" como Portugal o España, amenazan con
convertirse en el iceberg de la eurozona. Las dudas que estos
desequilibrios ciernen sobre el euro se observan en su
evolución reciente. Desde los 1,51 dólares a los
que escaló a finales de noviembre, la divisa europea se ha
depreciado un 9,4% contra el "billete verde", hasta los 1,369
dólares (10/2).

A lo que se enfrenta la región es
a un problema que, tarde o temprano, tenía que llegar: el
de afrontar una crisis. Lo que está en juego en estos
momentos son los resortes, las bisagras y la maquinaria de la
Unión Económica y Monetaria (UEM). O, de forma
más castiza, la Europa del euro.

En este sentido, la reunión del 11 de febrero en
Bruselas resulta determinante. Está claro que los
líderes europeos no poseen una poción mágica
para disipar todos los problemas. Pero sí deben entender
la trascendencia de la cita. "No parece sensato que no hagan
nada. Por las implicaciones que tendría para el conjunto
de la Eurozona, resulta necesario un esfuerzo multilateral que
ayude a restaurar la confianza", reclama Pablo Guijarro, de
AFI.

Se trata, en el fondo, de que los "eurosocios" y los que
no comparten moneda común demuestren su altura de miras,
su madurez. La cooperación internacional se ha revelado
clave para luchar contra la crisis, un requisito que vuelve a ser
fundamental. Los líderes europeos no lo tienen
fácil. Pero es que nada ha sido sencillo en el proceso de
la construcción europea. Y ahí sigue.

"El presidente de la Unión, Herman Van
Rompuy, ha citado a los Veintisiete a una reunión informal
hoy jueves en Bruselas con el objetivo de marcar respuestas
políticas inmediatas a la proclive situación
socioeconómica que vive Europa. Los apuros
económicos de Grecia, España y Portugal
marcarán el centro del debate, por temores al "contagio".
Además, las sugerencias para dar al Pacto de Estabilidad y
Crecimiento una nueva dimensión, auguran la reapertura del
tema de las sanciones del Gobierno"…
Van Rompuy se estrena
con una cumbre crucial para la deuda pública
española (El Confidencial – 11/2/10)

Van Rompuy considera que los Veintisiete deberían
ser tan responsables de la estrategia económica a nivel
europeo como lo son a nivel nacional. Por ello, apela a una
estrategia común para impulsar el crecimiento y el empleo.
Y para más indicios de que la cumbre del 11 de febrero
será crucial, la reunión contará con la
presencia del presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude
Trichet, que para asistir ha tenido que adelantar su vuelta de
Australia.

Como respuesta a la situación económica,
el belga propone un acuerdo que marque un máximo de cinco
objetivos a corto y medio plazo. Además, su cumplimiento
estaría sujeto a supervisión, una idea que recuerda
a las polémicas sanciones comunitarias que planteó
hace unas semanas el Gobierno español. Con todo, se
prevé que acepten un margen de maniobra para que cada
país miembro afronte su situación
particular.

La capacidad de los gobiernos griegos, español y
portugués para hacer frente a sus deudas públicas
genera gran preocupación dentro de la eurozona y para Van
Rompuy es una evidencia de que la crisis ha puesto de manifiesto
la fragilidad de Europa. En este sentido, considera que "nuestra
tasa de crecimiento estructural es demasiado baja como para crear
nuevos empleos y mantener el modelo social europeo".

La convocatoria arrancará en la Biblioteca
Solvay, un lugar prestigioso conocido por dar cita a los padres
del proyecto europeo. Más tarde, los jefes de Estado y de
Gobierno se dirigirán a la sede habitual del Consejo
Europeo, un traslado criticado por la prensa internacional por
quedar vetado a los medios e incrementar los costes de la
reunión.

Negociaciones pendientes

Por el momento, Van Rompuy no ha hecho referencia en su
convocatoria de este encuentro a la Estrategia 2020. Esta nueva
apuesta sustituirá en junio a la fallida Estrategia de
Lisboa que apostaba porque en el 2010 la Unión se
convertiría en la economía más competitiva
del mundo. Uno de los principales defensores de esta nueva
estrategia es el portugués José Manuel Durão
Barroso, presidente de la Comisión Europea, con quien Van
Rompuy comparte el liderazgo de la Unión.

Por otro lado, Van Rompuy, además de apelar a la
coordinación económica y política, ha
rescato el concepto de "gobernanza económica" de Nicolas
Sarkozy, con la esperanza de extenderla a los Veintisiete. Pero
más allá de las resoluciones políticas,
persiste el malestar social por las crecientes cifras del
desempleo y queda pendiente la negociación con los
sindicatos para gestionar el gasto público necesario para
relanzar el empleo.

– El euro no se rompe (Expansión –
11/2/10)

(Por Federico Steinberg – RIE) Lectura
recomendada

Grecia tiene problemas. Sus elevados
niveles de deuda y déficit público, y la limitada
credibilidad de su programa de reformas, han hecho que su coste
de financiación suba más de 300 puntos
básicos en las últimas semanas, lo que aumenta el
riesgo de impago de su deuda.

Esta situación ha generado un
efecto contagio hacia otros países de la periferia de la
zona euro (cuyo coste de financiación también ha
aumentado, aunque mucho menos), así como una gran
confusión sobre el futuro del euro. De hecho, Financial
Times titulaba de forma algo sensacionalista: "Los mercados hacen
una apuesta de 8.000 millones (de dólares) contra el
euro", lo que ha llevado a los tradicionales escépticos de
la moneda única a afirmar que el euro se rompe.

¿Qué hay de cierto en todo
esto? Más allá de que existan varios escenarios
posibles, la probabilidad de que el euro se rompa es casi
inexistente. Lo que los inversores están haciendo es
apostar por su depreciación. Ante los problemas internos
de algunos de sus estados miembros y la confusión que
rodea el rescate a Grecia, ven la posibilidad de conseguir
beneficios endeudándose en euros, vendiéndolos
luego por otras monedas fuertes, esperando a que la
depreciación del euro se materialice y devolviendo luego
los préstamos en euros depreciados.

De hecho, si muchos inversores hacen
esto al mismo tiempo, habrán provocado ellos mismos la
depreciación, en lo que se conoce, en el argot
económico, como una profecía auto-cumplida. Pero,
al igual que cuando el dólar se deprecia Estados Unidos no
se rompe, una pérdida de valor del euro no tiene por
qué implicar el fin del proyecto de la Unión
Monetaria, y, además, hasta podría venir bien para
dinamizar las exportaciones de la eurozona.

El fin del euro sólo
llegaría si Grecia no pagara su deuda y se produjera un
efecto contagio hacia otras economías con problemas que
diera lugar a una crisis financiera como la del Sistema Monetario
Europeo en 1992. Pero esto no ocurrirá. Ya hemos visto
como Alemania y el resto de los miembros del euro han asegurado
que rescatarán a Grecia. Y lo harán porque la
ruptura del euro sería mucho peor que tener que sufragar
el coste del rescate, que, además, es perfectamente
asumible (Grecia representa el 2,3% de la zona euro).

La discusión gira en torno a cómo se
hará el rescate, qué tipo de condiciones se le
impondrán a Grecia y cómo se conseguirá que
las cumpla, ya que hasta ahora no se ha tomado suficientemente en
serio las recomendaciones que le hacía la Comisión
Europea. Una posibilidad es que los países europeos
instrumenten el rescate a través del FMI, lo que
evitaría incurrir en un coste adicional, y además
alejaría la delicada negociación de la
condicionalidad de Bruselas.

Esta solución es cómoda, pero presenta un
problema fundamental: pondría de manifiesto que la
Unión Europea no es capaz de poner su casa en orden sin
ayuda externa, lo cual obligaría a plantear preguntas
sobre el sentido de la Unión Económica y Monetaria.
Por lo tanto, es más probable que el rescate se produzca
dentro de la zona euro, bien con ayudas bilaterales de todos los
países a Grecia, bien mediante el aval alemán a
nuevas emisiones de deuda griega, bien mediante la
creación de un nuevo Fondo Monetario Europeo.

Débil gobernanza

Más allá de que habrá que esperar
para conocer los detalles de la opción que finalmente se
imponga, la actual crisis está poniendo de manifiesto, una
vez más, las debilidades de la gobernanza económica
de la eurozona. En buena medida, la incertidumbre de los mercados
procede de la falta de reglas para hacer frente a este tipo de
situaciones, que provienen de que, al crearse el euro, no se
contempló la posibilidad de que una crisis tan severa
pudiera materializarse.

Por lo tanto, la tormenta griega, al menos,
debería servir para establecer un protocolo de rescates.
Además, la crisis ha mostrado que la Unión
Monetaria funcionaría mejor si se fortaleciese el poder de
la Comisión, tanto en lo relativo a la coordinación
fiscal entre los países europeos como en el ámbito
de las reformas estructurales.

Si Grecia hubiera hecho reformas para aumentar la
competitividad de sus exportaciones, o si Alemania hubiera
realizado un mayor estímulo fiscal al inicio de la crisis,
seguramente nunca hubiéramos llegado a esta
situación. Como por el momento los países del euro
no parecen dispuestos a ceder tanta soberanía, la
Unión Monetaria seguirá siendo imperfecta, pero
también sólida.

– El euro del futuro (El País –
14/2/10)

(Por Ángel Ubide) Lectura recomendada

En las últimas semanas, los
mercados han mandado un mensaje muy claro a las autoridades
europeas: el futuro del euro está en duda. La divisa se ha
depreciado un 10% desde diciembre y los spreads de la deuda
soberana de varios países europeos han aumentado
rápidamente. El razonamiento de los mercados es conocido:
la situación fiscal de varios países europeos es
muy frágil, y las pérdidas de competitividad
acumuladas en los últimos años, muy importantes; y,
por tanto, la única alternativa a un largo periodo de
estagnación es la reestructuración de la deuda o la
devaluación. Lo cual implicaría abandonar el
euro.

La situación es mucho más compleja que
este simple análisis, sin duda, pero no por ello la
gravedad es menor. Los países identificados por los
mercados como más vulnerables (Grecia, España,
Portugal e Irlanda) tienen grandes problemas estructurales;
problemas conocidos que las autoridades de los respectivos
países no han afrontado a tiempo. Es notorio que Italia,
país tradicionalmente asociado con la incertidumbre fiscal
debido a su elevada deuda, o Bélgica, que a la elevada
deuda une una tremenda fragilidad institucional, sean
considerados por los inversores países más seguros
que los mencionados. La razón es similar: estos
países acometieron reformas estructurales de manera
preventiva en lugar de dejarlo todo para más adelante. Por
ejemplo, Italia reformó las pensiones y solucionó
el problema del desgaste fiscal de largo plazo asociado a la
evolución demográfica, y ahora tiene un perfil de
deuda pública relativamente estable.

Los casos de Grecia y España son
sintomáticos de los problemas a los que se enfrenta la
unión monetaria. Grecia tiene el futuro más
complejo. Al deterioro de su competitividad se une un nivel de
deuda muy elevado, una tasa de ahorro nacional muy baja -y, por
tanto, una alta dependencia de los flujos de capital extranjeros-
y un sistema institucional de bajísima credibilidad debido
a un pasado plagado de sorpresas. Son ya tres veces en los
últimos 10 años que Grecia descubre que sus cuentas
fiscales no son correctas. Ante tal tradición de opacidad,
no es extraño que los inversores duden de la solvencia del
país.

El caso español es diferente, ya que se enfrenta
a un problema que se ha discutido hasta la saciedad: la ausencia
de reformas estructurales que ponen en seria duda la
competitividad y el crecimiento económico futuro. Es
triste que, tras muchos años de advertencias de la
profesión económica y de las instituciones
internacionales, haya hecho falta la presión de los
mercados para que las autoridades españolas hayan tenido
el coraje de poner en marcha las reformas necesarias. Más
vale tarde que nunca.

Pero más allá de la
turbulencia financiera inmediata, lo que está en juego es
el futuro de la unión monetaria. El marco de
política económica que se creó para la
eurozona, con una política monetaria común y
políticas fiscales nacionales supervisadas por el Pacto de
Estabilidad y Crecimiento (PEC), no consideraba la posibilidad de
que la política fiscal tuviera que ser usada de manera
activa. De ahí el requisito de presupuesto equilibrado,
que debería proporcionar espacio fiscal para el uso de los
estabilizadores automáticos (el aumento del déficit
durante las recesiones debido a la caída de los ingresos
fiscales y el aumento de las prestaciones de desempleo). Tampoco
consideró la posibilidad de una recesión tan
profunda como para desestabilizar el equilibrio fiscal de la
eurozona, o la emergencia de desequilibrios internos tan
amplios.

La decisión de esta semana de las
autoridades europeas de mostrar su apoyo al Gobierno griego y
dejar implícitamente claro que saldrán al rescate
si los mercados dificultan la refinanciación de la deuda
es una decisión histórica, ya que contradice el
espíritu de la cláusula de no rescate de los
tratados. La arquitectura original de la unión monetaria
quería evitar precisamente esta situación, donde
algún país se hubiera aprovechado de la falta de
disciplina de mercado que proporcionaba la moneda única y
adoptara una política económica irresponsable. Esta
preocupación fue la razón fundamental para no
adoptar una política fiscal común, privando a la
zona euro de uno de los elementos necesarios de un área
monetaria óptima.

Visto en perspectiva, el fiasco del PEC
en 2004, cuando el Ecofin tomó la decisión
política de ignorar la petición de sanciones contra
Alemania por su incumplimiento del PEC, fue una llamada de
atención sobre las ineficiencias del marco de
política fiscal europeo. Ahora estas ineficiencias se han
hecho mucho más visibles y generan varias cuestiones:
¿necesita la eurozona una política fiscal
centralizada que facilite el ajuste durante periodos de
recesión intensa o cuando ciertos países se
enfrenten a shocks económicos asimétricos, privados
éstos de la alternativa de la devaluación?
¿Es necesario vigilar los déficits (y
superávits) por cuenta corriente de los países de
la eurozona y corregir los excesos de manera preventiva? En otras
palabras, ¿es necesaria una mayor coordinación de
las políticas económicas europeas?
¿Habría que obligar a Alemania a adoptar una
política mucho más expansiva para compensar el
ajuste fiscal de los países más
frágiles?

Es un debate similar al debate sobre el
riesgo moral en el sistema bancario. Si se concluye que cada
país de la eurozona presenta un riesgo sistémico
para el resto de los países miembros, entonces puede ser
óptimo organizar ex-ante un sistema de política
fiscal común, obligando por ley a los países a que
equilibren su presupuesto cada año (la soberanía
fiscal se limitaría a decidir la composición del
gasto, pero no el volumen) y usando el presupuesto común
para modular las fluctuaciones cíclicas.

El rescate anunciado el jueves sugiere
que un presupuesto europeo y una mayor coordinación
parecen necesarios. El euro del futuro se ha empezado a definir
esta semana.

(Ángel Ubide es investigador visitante del
Peterson Institute for International Economics en
Washington)

– Ésta es la Europa que se necesita (El Confidencial –
16/2/10)

(Por J. Jacks) Lectura recomendada

Esta crisis debería servir para no repetir
errores. En 1999, esta Unión era inviable a medio plazo
para algunos países, entre ellos, España. Se estaba
a favor de una Unión que considerara los diferentes puntos
de partida de cada economía (déficits,
competitividad, niveles de empleo…) pero no a favor de
cualquier tipo de Unión. No obstante, se
entró. 

 Sus negativas consecuencias ya eran evidentes
antes del comienzo de la actual crisis. Así lo
exponía el grupo de trabajo de la Unión encargado
de "hacer de la Unión Europea la economía
más competitiva del mundo y alcanzar el pleno empleo antes
de 2010
". Alcanzar el pleno empleo antes del
2010…

En el 2004, el grupo de trabajo del Sr. Kok hablaba de
que "have not helped achieving the objectives (…).
This disappointing delivery is due to poor coordination and
conflicting priorities".
No sorprende. Eichengreen y Frieden
decían ya en 1994 que"the decision to create a single
currency is not made by a beneficent social planner to the
participating nations. It is the outcome of a political
process". 
Si la decisión sobre euro no se hizo
en base al beneficio social, ¿por qué se
decidió así entonces?

Ronald McKinnon en 1994, repetimos, en 1994,
decía que "because it respects the fiscal need to keep
national central banks and national currencies in highly
indebted European countries, a common monetary standard is
preferable to a common currency."

Y en 1998, 150 profesores de economía de
Alemania, repito, de Alemania y en 1998, ya expresaron que el
proceso no era el correcto. No que una Unión fuera una
mala idea (repetimos para los que no quieren entender que no se
defiende esta postura) sino que "the pact cannot ensure the
stability of the euro
" y que "cannot guarantee budgetary
discipline
". ¿Que legitima a Alemania en el 2010 para
exigir equilibrio presupuestario a Grecia cuando sus economistas
sabían en 1998 que disciplina presupuestaria y euro eran
incompatibles para Grecia, Portugal o
España? 

Resultados mediocres, falta de planificación de
beneficios, imposibilidad de disciplina
presupuestaria…todo ello lo sabía la
Comisión Europea en 1998.

Una propuesta para una nueva Unión
Europea.

Pero en fin, agua pasada no mueve molinos. Se necesita
una mejor Unión para todos los países que la
componen, repito, para todos, no para cuatro. Aquí se
presenta sucintamente una posible idea para esa nueva
Unión.

El Objetivo es crear una autentica y efectiva
Unión Monetaria u Optimal Currency Area (OCA) según
Mundell, McKinnon y Kenen basada en 3 principios y 9
propuestas:

  • Transferencia automática de recursos
    monetarios entre países en caso de aparición de
    shock externos (crisis económicas).

  • Asimilación de condiciones laborales para
    favorecer la movilidad del factor trabajo entre países
    y regiones.

  • Reparto proporcional de shock externos por igual
    entre las economías.

Propuesta 1: nuevos criterios de convergencia.
Maastricht se estableció pensando en el interés de
algunos países miembros, no en el bienestar de todos.
Significativo fue la fijación del tope del 3%. Como
demostraron Muysken y Van Veen, esa cifra no
tenía (tiene) fundamento económico. ¿Por
qué se fijo el 3%? Mejor no entrar en detalles.

Propuesta 2: establecimiento de controles anuales
efectivos y periódicos sobre el incumplimiento de esos
criterios. El Gobierno que incumpla los criterios (excesivo
déficit, inflación…) estaría impedido
para continuar a cargo del país.

Propuesta 3: revisión del papel del Banco Central
Europeo (BCE) y la elección de su dirección. El BCE
no debe ser el Buba. Su política monetaria debe fijarse a
favor de todos los países. Orphanides ha expresado
opinión similar a este respecto.  

Propuesta 4: establecer un sistema de emisión de
deuda conjunta europea y un Fondo de Garantía que
aseguraría que todos los pagos serían atendidos. Se
evitaría el impago de un país, la necesidad de
ayudas ad-hoc (Grecia) e incertidumbre financiera, pero
cada país sería responsable del pago de su deuda
(la idea es más compleja, solo se esboza
aquí).

Propuesta 5: democratización efectiva de las
decisiones económicas. Consulta ciudadana de cada nuevo
paso de la construcción europea, no bastando el simple
refrendo de los Parlamentos nacionales.

Propuesta 6: establecimiento de un nuevo sistema fiscal
y tributario homogeneizado para toda la Unión. Como
Eichengreen ya explicó en 1990, el no establecimiento de
una provisión respecto al establecimiento de un sistema
fiscal federal uniforme en Maastricht incrementó la
posibilidad de fracaso de esta Unión.

Si la Unión Europea tenía (tiene) que
competir con los Estados Unidos en un mundo globalizado, el
volumen de las transferencias fiscales dentro de la UE
tendrían que exceder el de los EEUU para tener
éxito, ya que en caso de crisis, los shocks serían
más significativos para unos países que para
otros.

Propuesta 7: creación de un Fondo de Ayuda
Económica a los países miembros para momentos
puntuales de crisis económicas o de eventos inesperados.
Los países miembros tendrían una cuota en el fondo
dependiendo de su tamaño del que podrían disponer
previo acuerdo del resto de los socios para hacer frente a estos
eventos.

Actualmente, el único fondo de ayuda es el
existente para los países que desean entrar en el euro,
pero antes de ayudar a los de fuera, hay que ayudar a los que
están dentro. Para eso uno se adhiere a un club, para
recibir ayuda de sus socios. Este Fondo de Ayuda podría
forma parte del Plan de Recuperación Económica de
€200.000 millones vinculado a la Estrategia Lisboa. No todo
es negativo en la actual Unión.

Propuesta 8: reforma de los Fondos Estructurales. Se
necesitan fondos de acción efectiva, no limosnas. Se
reformarían el Fondo de Desarrollo Regional, el Fondo
Social Europeo, el Fondo de Orientación Agrícola y
el de Orientación de la Pesca.

Un único Fondo para proyectos específicos
en las zonas menos desarrolladas a través de
transferencias de patentes, conocimientos de mercado, centros de
innovación… No se necesitaría aumentar el
presupuesto de la Unión sino que se tramitaría a
través de la reforma de la Política Agraria
Común. El 40% del presupuesto de la Unión no puede
destinarse a ayudas agrícolas a Francia (entre
otros).

Propuesta 9: homogenización de la competitividad.
Una Unión verdadera no debería
permitir salarios manufactureros reales, como se muestra en
el gráfico inferior. (Nota: Dinamarca sirve para remarcar
que aun creciendo los salarios, la crisis no la ha afectado tanto
como a España. Dinamarca es igual ejemplo como Marruecos
de que supone estar fuera de la UME).

Monografias.com

Ni este otro (fuente BIS).

Monografias.com

Es la competitividad, es producir, no el pago de la
deuda de Grecia lo que nos debería preocupar. Este euro es
una ratonera que hace recaer todo el ajuste en el empleo. No es
opinión personal. El BCE ahora resulta que dice lo mismo.
En el 2010. No en 1999.

El modelo de crecimiento de la Unión no puede ser
Solow basado en "Un Mercado, Un Dinero". El modelo debe
proporcionar un crecimiento relativo similar para todos los
países, con coordinación de economías y de
políticas. No son aceptables discrepancias tan severas en
la Unión. O crecemos todos juntos uniformemente o esto no
es una Unión.

Con las reformas aquí presentadas (entre otras,
sólo es un resumen) sí tendríamos un
Área Económica Optima. Sí que se
evitarían impagos. Sí se evitaría el
despilfarro de los gobiernos. Sí se crecería con
relativa homogeneidad (si bien Grecia no será
Alemania).

Estas propuestas no son una panacea (no todos nuestros
desequilibrios tienen como causa el euro) pero propuestas como
estas sí hacen pensar que merece la pena pertenecer a una
Unión. Mientras esto no ocurra, mientras sigamos en una
Unión que múltiples estudios acertadamente dijeron
hace una década que sería perjudicial para
España, el futuro será desempleo y déficits,
se quiera ver o no.

Este debería ser nuestro debate. No si nos echan
o si Alemania se va o si se crea un euro fuerte y otro
débil…la pregunta es ¿le interesa a la
economía española y a sus ciudadanos pertenecer a
esta Unión? En 1999 no hubo debate. ¿Tendremos que
esperar al 2020?

Grecia pierde su soberanía económica.
La UE interviene la economía griega exigiendo reformas y
medidas adicionales. Atenas cuenta con 30 días para
empezar a reducir el déficit. Alemania avanza que si hay
rescate "Grecia perderá su derecho a voto en la
UE"…
Grecia pierde su soberanía y no tendrá
"derecho a voto en la UE" si hay rescate (Libertad Digital –
17/2/10)

El 16 de febrero tuvo lugar la tercera sesión
comunitaria dedicada en exclusiva a la crisis de la deuda griega.
¿Resultado? Sin novedad respecto a lo anunciado en las
últimas jornadas.

El Consejo Ecofin, bajo la presidencia de la ministra
española de Economía y Hacienda, Elena Salgado, ha
respaldado el compromiso del Gobierno griego de reducir en cuatro
puntos el déficit en 2010, desde el 12,75% del PIB hasta
el 8,7%, y de situarlo por debajo del 3% como muy tarde en
2012.

Sin embargo, los ministros de Economía y Finanzas
de la UE intensifican su presión sobre Grecia: exigen un
estrecho calendario de 30 días para que su Gobierno
empiece a reducir el déficit fiscal e imponen un amplio
plan de reformas fiscales y estructurales.

Medidas adicionales

Además de las medidas incluidas en el plan
actualizado de estabilidad 2010-13, negociado a mediados de enero
con Bruselas, Atenas deberá tener preparadas para el 16 de
marzo próximo, "medidas adicionales", en caso de que la
corrección del déficit no avance al ritmo adecuado.
Entre esas medidas, los europeos ya han señalado la
más que probable subida del IVA y tal vez una
congelación o recorte de los salarios del sector
público.

Reformas estructurales

Por otro lado, los socios europeos instan a Atenas la
aplicación de un "paquete global de reformas
estructurales", con medidas específicas en cuanto a
"salarios, reforma de las pensiones y del sistema sanitario, las
administraciones públicas, el mercado de productos, la
mejora del clima empresarial, y el aumento de la productividad y
el empleo".

Atenas, intervenida

De hecho, Bruselas enviará una
misión de expertos a Grecia, de la que formarán
también parte representantes del Banco Central Europeo
(BCE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), para asegurarse
de que el Gobierno de Atenas aplica las medidas de ajuste
anunciadas. De este modo, el presupuesto griego queda a partir de
ahora bajo la supervisión de las autoridades
comunitarias.

Es decir, por primera vez en la historia
de la Unión, un país miembro pierde su
soberanía económica. Grecia ha sido intervenida por
Bruselas. Y es que, si Atenas no cumple sus compromisos de
austeridad antes del 16 de marzo, perderá el control sobre
su política económica y su derecho a voto en la
próxima cumbre comunitaria. Bruselas adoptaría
entonces medidas draconianas en el ámbito presupuestario
sin el consentimiento del Gobierno heleno.

Se impone así el criterio
francés y, sobre todo, alemán, consistente en la
exigencia de medidas y reformas extra antes de detallar un plan
de rescate financiero. Por el momento, Bruselas se niega a
ofrecer ningún detalle sobre los instrumentos que
utilizaría para acudir en rescate de Grecia "si fuera
necesario", en contra de la petición de Atenas.

De hecho, en caso de rescate, Alemania avanza que Grecia
podría perder, de forma permanente, su derecho a voto en
el seno de la UE. Algo, también inédito en el seno
de la Unión. Kurt Lauk, el jefe en materia
económica del CDU, el partido en el Gobierno que preside
la canciller Ángela Merkel, indicó esta misma
semana que si Grecia es rescatada debería perder los
privilegios de voto en la UE.

"Si un país entra en quiebra,
creo que debemos introducir una norma para que no pueda votar
mientras se encuentre en situación de suspensión de
pagos". Grecia perdería así su derecho a voto en
los órganos comunitarios "sobre cualquier
cuestión", advirtió.

Rescate

Bruselas mantiene su compromiso de rescatar a Grecia,
aunque sin concretar cómo lo hará, pese a la
oposición de holandeses y alemanes. De hecho, el Partido
Liberal Demócrata (FDP), socio de gobierno del CDU en
Alemania, aboga por expulsar a Grecia de la UE llegado el caso,
para evitar así que los contribuyentes alemanes paguen la
factura.

Grecia precisa colocar 53.000 millones de euros de deuda
pública en 2010 -casi el 20% de su PIB-. Se enfrenta a dos
citas clave: emisión de bonos por valor próximo a
los 8.000 millones de euros tanto el 20 de abril como el 19 de
mayo.

"Un mercado de eurobonos "bien organizado"
contribuiría a restablecer la estabilidad financiera en
toda la eurozona, puesta en peligro por el fuerte endeudamiento
de Grecia y de otros países, según el financiero de
origen húngaro George Soros"…
George Soros propugna
por un mercado de eurobonos "bien organizado" (Cinco Días
22/2/10)

"La solución más eficaz consistiría
en una emisión de eurobonos garantizados de modo conjunto
y particular para refinanciar por ejemplo el 75% de la deuda
griega en fase de vencimiento a condición de que Grecia
cumpla sus objetivos, y dejando que el 25% restante lo financie
Grecia como pueda", escribe Soros en el Financial
Times.

"De esa forma se reduciría
sensiblemente el costo de la financiación y sería
el equivalente del desembolso en tramos de los préstamos
condicionales del Fondo Monetario Internacional", explica el
presidente del Soros Fund Management.

Soros admite, sin embargo, que eso es imposible en este
momento dado que Alemania se opone firmemente a financiar los
excesos en los que han incurrido otros socios derrochadores, lo
que hará necesario arreglos "provisionales" en el caso
griego.

Ese tipo de arreglos, dice el financiero, podrían
bastar en el caso de un solo país como Grecia, pero si se
tiene en cuenta a otros países con problemas como
España, Italia, Portugal o Irlanda, entre todos
constituyen una porción de la eurozona "demasiado grande
como para que se la pueda ayudar de esa forma".

La supervivencia de Grecia no
resolvería el problema que presenta el futuro del euro, y
si se logra resolver la actual crisis, ¿qué hay de
la siguiente?, se pregunta Soros. Está claro, dice, lo que
se necesita: "un proceso de "supervisión más
activo" así como mecanismos institucionales de ayuda
condicional".

"Un mercado de eurobonos bien organizado
sería deseable, la cuestión es si puede generarse
la voluntad política para adoptar esas medidas", concluye
Soros.

Según indica en el diario
británico, la Unión Europea necesita "claramente"
una "monitorización más intrusiva" y las
modificaciones institucionales necesarias para "establecer ayuda
condicionada". Además, defiende que sería deseable
crear un mercado bien organizado de eurobonos.

Sin embargo, Soros se cuestiona
también si es posible generar en el seno de la
Unión Europea "los pasos políticos necesarios para
avanzar en esta dirección".

"En los últimos meses hemos asistido a
ataques especulativos contra la deuda soberana de los
países periféricos de la zona euro, desencadenados
por la desconfianza en la capacidad de Grecia de hacer frente a
sus pagos. A diferencia de los países con moneda propia,
los miembros de la Unión Monetaria Europea (UME) no tienen
la capacidad de emitir dinero para pagar su deuda. La entrada en
el euro implica la eliminación del riesgo de
inflación (y de depreciación del tipo de cambio) a
cambio de un mayor riesgo de impago de la deuda. La clave de la
arquitectura del euro reside en que el riesgo total no
está dado, sino que disminuye como resultado de la mayor
estabilidad que supone el marco institucional de la UME"…

Plan "B" para el euro (Cinco Días –
23/2/10)

Los países periféricos se han beneficiado
enormemente de la adopción del euro, especialmente por la
caída de los tipos de interés reales (que para
España se estima del orden de cinco puntos). Una moneda
fuerte, que goza de credibilidad en los mercados internacionales,
supone además el privilegio de emitir deuda en la moneda
propia, con la consiguiente disminución del riesgo de
cambio.

La crisis actual se explica porque se
han incumplido dos reglas importantes de la unión
monetaria:

(i) La flexibilidad interna. Los países
más vulnerables de la UME no han desarrollado la
flexibilidad necesaria para compensar la pérdida del tipo
de cambio nominal como instrumento de ajuste. Esto, unido a una
dinámica de precios y salarios -en los años buenos-
sistemáticamente por encima de los países del
núcleo del euro, se ha traducido en pérdida de
competitividad y déficit por cuenta corriente.

(ii) Las normas de disciplina fiscal. El euro es una
experiencia única, como unión monetaria con
políticas fiscales casi totalmente descentralizadas. El
riesgo es que unos países paguen por la indisciplina de
otros, si la suma de las políticas fiscales es
excesivamente laxa e implica tipos de interés más
elevados para todos. Por eso la arquitectura de Maastricht impuso
dos pilares de disciplina fiscal: el Pacto de Estabilidad y la
regla de "no apoyo", por la cual cada país es responsable
de sus deudas. Ninguna de las dos ha funcionado: Francia y
Alemania transgredieron el Pacto de Estabilidad en 2004, y el
rescate de Grecia rompe ahora la regla de "no apoyo".

La ayuda a Grecia era obligada, ya que
en caso contrario la crisis del euro hubiera sido mucho
más grave. Pero la UME no está preparada para este
escenario, que requiere un grado de coordinación de las
políticas fiscales muy superior al contemplado en el
Tratado. La regla de "no apoyo" no era un aspecto secundario,
sino un pilar de la UME, cuyo incumplimiento exige el
diseño de un nuevo marco institucional para el euro y
avances en la dirección de mayor unión
política. Esperemos que los dirigentes europeos
estén a la altura.

"Los ministerios de Finanzas de Alemania y Francia
han elaborado un documento estratégico en el que definen
varios puntos para reforzar la cooperación
económica y llevar adelante el llamado gobierno
económico en el seno de la Unión Europea que
propugna la canciller federal, Angela Merkel.

Dichos planes contemplan que el Consejo y la
Comisión de la UE observen con mayor intensidad el
desarrollo de la capacidad competitiva de los distintos miembros
para "mantener la cohesión de la eurozona", revela el
semanario "Der Spiegel" en una información adelantada
hoy"…
Nuevo tratado – Berlín y París
elaboran documento estratégico para el gobierno
económico UE (Cinco Días –
27/2/10)

Tras comentar que las propuestas de Berlín y
París tienen como fin evitar en el futuro crisis como la
de Grecia, añade que ese control será extendido a
aquellos países que, como Dinamarca o las
repúblicas bálticas, no pertenecen a la zona del
euro, pero han ligado su divisa a la moneda
única.

Asimismo, destaca que la Comisión
de la UE podrá intervenir con mayor antelación y de
manera más efectiva que hasta ahora cuando se produzcan
desarrollos fallidos y los países miembros serán
advertidos por Bruselas "cuando su política
económica amenace la capacidad de funcionamiento de la
Unión Monetaria".

Además, la Comisión de la UE se
preocupará de fomentar una cultura de discusión sin
reservas "para que sus consejos sean asumidos por los
países miembros de manera máxima", mientras
actualmente sólo lanza advertencias cuando las finanzas
públicas de los países miembros pierden el
rumbo.

El documento exige sobre todo de los
ministros de Finanzas del Eurogrupo que "se tomen más
tiempo para discusiones honradas y serias sobre la meta de una
Unión Monetaria efectivas", incluyendo todas las
cuestiones que afectan a la estabilidad político
financiera.

El semanario destaca que los ministros de Finanzas de
Alemania y Francia, Wolfgang Schäuble y Christine Lagarde,
han presentado ya en una carta su concepto al presidente del
Eurogrupo y primer ministro luxemburgués, Jean Claude
Juncker, y que el documento será discutido durante la
próxima reunión con sus colegas de la
eurozona.

Agrega que, entre tanto, Merkel ha presionado por carta
al presidente del Consejo de la UE, Herman Van Rompuy, y al
presidente de la Comisión de la UE, José Manuel
Durao Barroso, para que en la próxima cumbre de la
Unión en marzo se llegue a un acuerdo sobre metas
alcanzables para una política económica
común.

La canciller hace referencia concretamente a la
estrategia de la UE planteada en el Tratado de Lisboa, en el que
se marcó la meta de que Europa se convierta en la
región más competitiva del planeta.

Hay que marcar metas que la UE pueda alcanzar en su
totalidad, señala la carta de Merkel a la que ha tenido
acceso "Der Spiegel", en la que plantea que se tenga en cuenta a
los distintos parlamentos nacionales y se subraya que una
estrategia de crecimiento europea no puede llevarse a cabo a
costa del Pacto de Estabilidad.

– Los "hedge funds" estudian a Darwin (El País –
7/3/10)

Muchos fondos especulativos se hacen más
líquidos y transparentes para sobrevivir

(Por David Fernández) Lectura
recomendada

Ya lo dijo Charles Darwin: las especies con mayor
capacidad de adaptación al medio son las que se
multiplican, mientras que el resto, se encaminan hacia su
desaparición. En 2008 la crisis financiera tuvo un impacto
en los mercados similar al que desempeñaron las
glaciaciones en el ecosistema hace miles de años. Muchos
productos quedaron tocados y por encima de todos los hedge funds.
Los problemas para responder a las solicitudes de reembolso de
los partícipes, las pésimas rentabilidades y
algunos escándalos como el de Bernard Madoff infringieron
un duro castigo a la imagen de los fondos de alto
riesgo.

Desde entonces el miedo se ha hecho hueco en el bolsillo
de los inversores. El conservadurismo de los clientes se ha
traducido en una mayor demanda de fondos regulados -no
domiciliados en paraísos fiscales-, con una frecuencia de
liquidez elevada, mayor transparencia y menor apalancamiento. La
mutación en las preferencias ponía a muchas
gestoras ante la tesitura de renovarse o morir. La
solución se escondía detrás de unas siglas:
UCIT III.

Los fondos de inversión en
formato UCIT III están regulados y supervisados y gozan de
pasaporte europeo. La directiva que regula estos productos exige
que los gestores eviten la concentración en pocos activos
y tengan con una cartera diversificada, además
prohíbe el apalancamiento a través de derivados y
el endeudamiento utilizando como prenda los activos. Tampoco se
puede vender a corto con títulos físicos ni
invertir en materias primas -sí en índices sobre
commodities-.

Esta normativa fue implantada en 2001.
Desde entonces, la inmensa mayoría de los fondos que se
han registrado ha cumplido sus exigencias. Sólo han
quedado al margen los hedge funds. Dentro del universo UCIT lo
más parecido a los fondos de alto riesgo son los fondos de
retorno absoluto. En los últimos dos años, sin
embargo, los cambios en la demanda de los inversores han
provocado una reacción en la industria de los hedge funds.
Estas gestoras han retocado las estrategias de algunos de sus
fondos para que puedan cumplir con UCIT III o directamente han
lanzado nuevos productos bajo este formato.

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