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La Unión Europea llama a revisión al Euro la casa está en llamas II (página 9)




Enviado por Ricardo Lomoro



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Esta tendencia parece que va más allá de
constituir una moda pasajera. En tan sólo dos años
el número de hedge funds en Europa bajo el paraguas UCIT
III ha pasado de cero a 200 y la industria espera un crecimiento
de los activos bajo gestión hasta los 8.000 millones de
euros en 2012.

Los expertos señalan que esta
tendencia abrirá el mundo de la gestión alternativa
a los inversores minoristas. No obstante, también
advierten que a cambio de mayor regulación y
transparencia, el ahorrador deberá renunciar en estos
hedge funds descafeinados a una parte de la rentabilidad
potencial de los hedge funds originales.

Ander López, responsable de gestión
alternativa de Lyxor AM, cree que estos nuevos fondos
reúnen una serie de ventajas como disfrutar de un entorno
regulado con un formato conocido, mejores condiciones de
liquidez, mayor transparencia y una percepción de mayor
calidad. Entre las desventajas, López apunta que apenas
hay patrimonio, que de momento el número de productos
aún es limitado, que no cuentan con un historial de
rentabilidad y que existe una falsa percepción de mayor
seguridad. "La gente cree que el sello UCIT III mitiga los
posibles fraudes. Eso no es así. Algunos fondos de Madoff
eran productos regulados. Lo que te puede proporcionar seguridad
no es que el fondo sea UCIT sino que tenga detrás una
gestora seria y solvente", avisa.

En su teoría de la
evolución, Darwin señalaba que para sobrevivir
muchas especies tenían que renunciar a algunas de sus
características. En el caso de los fondos especulativos,
abrazar la fe de los productos regulados les supone desprenderse
de sus estrategias ilíquidas o apalancadas, circunstancia
que sin duda limitará su rendimiento. Entre los hedge
funds con formato UCIT III que se ha lanzado las estrategias
más utilizadas son las conocidas como long-short que
consiste en ponerse largo -comprar- en determinados activos y
cortos -vender- en otros- y las CTA -rastrean tendencias
utilizando patrones cuantitativos-.

"El paso de gestionar un hedge fund a gestionar con las
limitaciones de la normativa comunitaria no es sencillo. A la
hora de comprar un producto el partícipe debe comparar
sólo aquello que es comparable", aconseja Javier Ruiz,
responsable de Dexia AM para España y Portugal.

Valórica, una de las gestoras españolas de
fondos de inversión libre (como se conoce en nuestro
país a los hedge funds) con mejor historial, ha registrado
varios fondos UCIT en Irlanda. "Nuestros hedge son muy
líquidos por lo que la transición al mundo regulado
no nos ha costado mucho. Creo que hay mercado para ambos
productos. Los fondos de inversión libre quedarán
más para los inversores cualificados mientras que los
fondos UCIT III ocuparán el lugar de los fondos de fondos
de inversión libre", explica Víctor Manuel
García Romero, director general de
Valórica.

Otra gestora que apuesta por los hedge bajo formato UCIT
III es

Schroders. Ha creado la plataforma GAIA que
albergará fondos de gestión alternativa de firmas
especializadas. De momento, cuenta con el fondo Egerton European
Equity. "Tratamos de dar respuesta a las peticiones de los
clientes. Desde 2008 éstos quieren productos transparentes
que pueden utilizar estrategias distintas de las tradicionales
pero ofreciendo la misma seguridad", señala Carla
Bergareche, subdirectora de Schroders España y
Portugal…

"El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang
Schaeuble, ha señalado al semanario Welt am Sonntag que la
zona del euro necesita una institución con la experiencia
y la autoridad del Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin
embargo, el ministro descartó que la alianza monetaria
pueda aceptar ayuda del FMI más allá de la
asistencia técnica. Schaeuble considera que "la eurozona
apunta a resolver sus problemas por su cuenta", y pidió
reforzar la cooperación entre los 16
países"…
Alemania propone crear un FMI europeo
(Cinco Días – 8/3/10)

"Estamos trabajando muy estrechamente con Alemania,
Francia y otros países de la UE (…) y la Comisión
está preparada para proponer un instrumento europeo del
estilo del Fondo Monetario Internacional (FMI) que sería
apoyado por los Estados de la UE. Pero la ayuda proveniente de
este fondo se vincularía a condiciones estrictas", ha
asegurado este fin de semana el liberal finlandés Olli
Rehn, a través de un artículo firmado este lunes 8
de marzo en el rotativo alemán Financial Times
Deutschland"…
Bruselas confirma que trabaja en la
creación de un Fondo Monetario Europeo (El Economista –
8/3/10)

El Financial Times, en su edición
británica, adelantó ayer la noticia a última
hora, y añadió que la intención es crear las
normas y las herramientas para evitar que los problemas de
endeudamiento de un miembro provoquen la inestabilidad del
conjunto de la Eurozona.

El primero en hablar de manera
pública y abierta en defensa de esta posibilidad este fin
de semana fue Wolfgang Schäuble, ministro alemán de
Finanzas.

"Esta idea sólo es un parte de lo
que se está discutiendo", aseguraron a elEconomista
fuentes de la Comisión Europea. Bruselas insiste en que no
se trata sólo de intervenir a posteriori para resolver
crisis como la griega si finalmente el Estado heleno quebrara,
sino también de prevenir a priori estas situaciones
vía la coordinación de las políticas
presupuestarias y macroeconómicas de los Gobiernos
europeos.

El mayor cambio desde la entrada del euro

En Francia, el ex primer ministro conservador Edouard
Balladur, una personalidad muy cercana al presidente galo Nicolas
Sarkozy, ha propuesto que los Gobiernos de la zona euro sometan
sus planes presupuestarios al Eurogrupo -la reunión de los
16 ministros de Economía y Finanzas de la zona euro- antes
de presentarlos ante sus propios parlamentos nacionales. La
propuesta pone en cuestión la soberanía de los
Estados sobre sus presupuestos, y el control
parlamentario.

Schäuble, en declaraciones al
diario Welt am Sonntag, explicó respecto al Fondo
Monetario Europeo que "no estamos planeando un competidor del
FMI… pero necesitamos una institución para el equilibrio
interno de la Eurozona que tenga a su disposición tanto la
experiencia del FMI como mecanismos de intervención
comparables".

Según el FT, el plan
incluiría capacidad para sancionar duramente a los
países de la Eurozona que no controlaran el déficit
público o tuvieran una deuda excesiva. Entre las ideas
propuestas estarían desde quitar fondos de
cohesión, retirar temporalmente la capacidad de voto en
las reuniones ministeriales o incluso suspenderles de la
Eurozona.

Si se llega a un acuerdo en los
términos que se está negociando, supondría
la mayor reforma de la zona euro desde que se estableció
la moneda única, según el diario
británico.

"El economista jefe del Banco Central Europeo (BCE),
Jürgen Stark, rechaza categóricamente la propuesta de
creación de Fondo Monetario Europeo que expondrán
próximamente Francia y Alemania a sus socios
comunitarios"…
El economista jefe del BCE rechaza la
creación de un Fondo Monetario Europeo (Expansión –
8/3/10)

En declaraciones que publica
mañana el diario "Handelsblatt", Stark opinó que un
Fondo Monetario Europeo sería incompatible con la
Unión Monetaria, crearía un estímulo falso y
dañaría los países con finanzas
públicas sólidas.

Un Fondo Monetario Europeo
"minaría la aceptación pública del euro y de
la Unión Europea", advirtió Stark, miembro del
comité ejecutivo del BCE.

Según medios de comunicación alemanes, el
titular de Finanzas, Wolfgang Schäuble, está
elaborando junto con Francia propuestas concretas para crear un
Fondo Monetario Europeo cuyo objetivo sería evitar en el
futuro crisis como la actual de Grecia.

Un portavoz del Ministerio alemán de Finanzas
informó hoy de que el ministro presentará
"próximamente" sus ideas, que pretende coordinar sobre
todo con Francia, "el principal socio en la UE".

La misma fuente subrayó que la idea de
Schäuble es crear una institución con la experiencia
del Fondo Monetario Internacional (FMI) y con una capacidad de
actuación analógica.

– Un FMI para la eurozona (Expansión –
8/3/10)

(Por Lex – Financial Times) Lectura
recomendada

La creación de un Fondo Monetario
Europeo (FME) sería una solución para la
próxima crisis de deuda de la eurozona, no a los actuales
problemas de Grecia. Pero es un proyecto que merece la pena
desarrollar -sobre todo porque, si se diseña de forma
adecuada, una institución como esta podría ayudar a
prevenir futuras crisis-.

Los problemas de Grecia han puesto de
relieve no sólo la ausencia de mecanismos para abordar la
situación de un miembro de la eurozona en riesgo de
impago, sino también el fracaso del pacto de estabilidad a
la hora de poner freno a la deuda y el déficit.

El Centro de Estudios de Política
Europea propone un FME modelado sobre el esquema del Fondo
Monetario Internacional, que inicialmente obtendría
financiación de los mercados financieros. A partir de
ahí, sólo los países que excedieran los
límites fiscales de Maastricht realizarían
aportaciones, lo que sería un importante motivo para hacer
respetar las reglas fiscales. También seguiría
siendo coherente con la "prohibición de rescates" del
Tratado de Maastricht -ya que los estados que recibieran en
última instancia los fondos del FME estarían
recuperando el dinero que habían entregado-.

Lejos de generar riesgo moral,
podría reducirlo -estableciendo procedimientos
metódicos para gestionar un impago soberano europeo, "un
Capítulo 11 soberano"-. Ningún estado miembro
podría entonces tomar como rehenes a otros países
amenazando con desencadenar una crisis sistémica de
negársele la ayuda financiera.

¿Es posible un proyecto así desde el punto
de vista político? En teoría, podría
lograrse mediante el Procedimiento de Cooperación
Mejorada, que permite a nueve o más estados miembros de la
UE cooperar más estrechamente en determinadas áreas
políticas. Ahora que Alemania, y también Francia,
respaldan el mecanismo del FME, a los estados más
pequeños de la eurozona no les quedaría otra
opción que aceptar políticas y multas
económicas más fuertes.

Sin embargo, los estados que no son miembros del euro
podrían insistir en que ese proyecto debe basarse en
cambios en el tratado de la UE, algo que podría ser
imposible de aceptar. Los líderes europeos
afrontarían entonces un dilema. Si intentan, y no
consiguen, crear un FME, podrían dañar aquello que
intentan mejorar -la credibilidad del proyecto del
euro-.

– La dinámica franco-alemana convierte al FME en
un objetivo lejano (Expansión – 9/3/10)

(Por Quentin Peel) Lectura recomendada

Que un ministro de Finanzas
alemán refrendara en público la idea de un Fondo
Monetario Europeo (FME) con recursos para rescatar a los miembros
de la eurozona con problemas financieros resulta bastante
sorprendente. Parece atentar -o al menos modificar- contra las
reglas básicas alemanas que prohíben los rescates y
muestran tolerancia cero a una disciplina financiera poco
estricta dentro de la eurozona.

Sin duda, la idea sugerida este fin de semana por
Wolfgang Schäuble es un arma de doble filo. Daría a
ese fondo las mismas herramientas para imponer condiciones e
intervenir en las políticas fiscales de los países
de las que dispone el Fondo Monetario Internacional. Desde el
punto de vista alemán, sería su principal
propósito.

Pero igual de sorprendente resulta el hecho de que la
iniciativa, que incluye la promesa de otras medidas sin
especificar para reforzar la coordinación política
en la eurozona, haya surgido antes de Berlín que de
París.

Normalmente, las propuestas más
espectaculares en la UE son una prerrogativa francesa. La
tradición alemana es mucho más prudente. Las
"huidas hacia adelante" francesas provocan irritación.
Pero, en general, sólo si Berlín apoya la idea se
alcanza alguna solución.

Al final, las grandes iniciativas europeas raramente se
aprueban a menos que los dos mayores estados fundadores entierren
sus diferencias y lleguen a un acuerdo. Eso era sin duda lo que
sucedía cuando el club europeo contaba con menos miembros.
En una UE ampliada, la cooperación franco-alemana es una
condición necesaria, aunque no siempre suficiente, para el
progreso.

Aquellos fuera del círculo mágico
-especialmente en Reino Unido- desconfían con frecuencia
de la estrecha relación entre Berlín y
París. Tradicionalmente se los ha considerado
empeñados en la integración europea, como en los
días de Helmut Kohl y François Mitterrand. La
tendencia británica a hablar de un "eje
franco-alemán" -una frase muy ofensiva en Alemania por
recordar el eje germano-italo-japonés de la Segunda Guerra
Mundial, de infausto recuerdo- pone de relieve la instintiva
hostilidad, al menos en Londres.

La realidad es mucho más
compleja, ya que en la mayoría de las ocasiones
París y Berlín muestran posturas distintas. De
seguir así, no habrá posibilidad de acuerdo en
Bruselas.

Ese es el caso en el área fundamental de la
política económica -y especialmente de la
política fiscal– de la eurozona. Francia siempre ha
expuesto que los ministros de Finanzas que se sientan en el
Ecofin, y en el eurogrupo de miembros de la eurozona,
deberían tener mayores poderes para coordinar la
política. Alemania ha considerado tradicionalmente esta
idea como una estrategia para reducir la independencia del Banco
Central Europeo (BCE) y, potencialmente, no sólo para
interferir en las políticas presupuestarias de los estados
miembros endeudados, sino también para obligar a los
defensores de una firme disciplina presupuestaria -tal y como se
considera a sí misma Alemania- a relajar y expandir la
demanda doméstica a través del Tesoro.

La pregunta ahora es si los dos pueden
encontrar intereses comunes para diseñar un paquete de
medidas, inspirado por la crisis griega (aunque no se
acordarían a tiempo para ayudar a Atenas).

La entrevista a Schäuble en un dominical
alemán ha provocado un gran revuelo. Parece ser que fue
aprobada por Angela Merkel, la canciller, pero no se
comunicó a París. Por este motivo, el lunes las
autoridades de Berlín trataron por todos los medios de
hacer hincapié en que "tenemos que consultar a nuestros
socios, y en especial a París".

A primer vista, Schäuble y Merkel han hecho un gran
avance para cumplir el deseo francés de crear algún
tipo de "gobierno económico" para la eurozona. Merkel
incluso ha usado esa frase -aunque deliberadamente al referirse a
los 27 estados miembros, y no sólo a los 16 miembros de la
eurozona-.

Sin embargo, es probable que las propuestas alemanas se
centren principalmente en la disciplina presupuestaria y que
incluyan severas reglas y multas para aquellos que infrinjan las
"normas de Maastricht", fijando un techo del 3% del PIB para los
déficit presupuestarios, y un límite sobre los
préstamos gubernamentales del 60%. No habrá nada en
el paquete que pudiera fomentar la negligencia fiscal, sobre todo
no por parte de Berlín.

Al hacer pública la idea del FME, es posible que
Schäble intente poner en evidencia a París. No parece
haber analizado cómo podría crearse sin una nueva
negociación del tratado de la UE -algo que otros estados
miembros contemplarían con pavor, teniendo en cuenta su
experiencia con el tratado de Lisboa-.

Así que el resultado final quedará
determinado por lo que pueda hacerse sin un cambio en el tratado,
y conseguirse con París y Berlín del mismo lado.
Sin duda llevará tiempo.

(The Financial Times Limited 2010. All Rights
Reserved)

"Un movimiento para prohibir el uso de seguros
contra cesaciones de pagos (CDS, por sus siglas en
inglés), uno de los instrumentos predilectos de los
inversionistas para especular contra la deuda de empresas y
gobiernos, cobra nuevos bríos en Europa"…
Europa
quiere bajar el calibre de un arma financiera clave: los CDS (The
Wall Street Journal – 10/3/10)

La canciller alemana, Angela Merkel,
afirmó el martes (9/3) que su gobierno respalda una
iniciativa para limitar el mercado de CDS, junto con Francia,
Grecia y Luxemburgo, y sugirió que Europa actuaría
por cuenta propia si EEUU no estaba de acuerdo con la
medida.

José Manuel Barroso, presidente
de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la
Unión Europea, indicó que la entidad
analizará la posibilidad de prohibir por completo el
corretaje "puramente especulativo" de estos derivados.

Los comentarios de Merkel y Barroso
constituyen la postura más radical hasta ahora contra los
CDS y alimentaron el debate sobre su papel en las dificultades
financieras por las que han atravesado varios países
europeos.

Por su parte, Gary Gensler, presidente de la Commodity
Futures Trading Commission de EEUU manifestó en un
discurso cuyo texto fue divulgado el martes (9/3) que EEUU
podría adoptar normas para regular la transacción
de CDS, a los que se considera uno de los principales culpables
del virtual colapso de la aseguradora American Internationl Group
Inc. (AIG), que tuvo que ser rescatada por el gobierno en medio
de la crisis financiera en 2008. Gensler, no obstante, no
indicó que EEUU estuviera dispuesto a prohibir los usos
más especulativos de estos instrumentos.

Monografias.com

Los CDS protegen contra la
cesación en el pago de un bono. Si eso ocurre, el tenedor
de un CDS recibe un pago por parte del vendedor del seguro. Pero
los corredores no necesitan poseer los bonos para comprar la
protección.

Cuando se deterioró la
situación fiscal de Grecia y otros países europeos,
como España y Portugal, los precios de los CDS que
protegían contra una cesación de pagos de esos
países se fueron a las nubes y los políticos
lanzaron sus dardos contra los fondos de cobertura y otros
inversionistas que se beneficiaban del derrumbe en los precios de
los bonos.

Un estudio divulgado el lunes (8/3) por Bafin, el
regulador financiero de Alemania, no halló evidencia de
que CDS hayan sido usados para especular contra la deuda soberana
griega.

El estudio mostró que el volumen neto circulante
de CDS ligados a la deuda soberana de Grecia bordea los US$ 9.000
millones, cifra que no registra grandes variaciones desde enero.
Esto se compara con una deuda total del gobierno griego de
alrededor de US$ 400.000 millones. "Los datos del mercado no
muestran una especulación masiva en los CDS",
concluyó el regulador.

¿Manos a la obra?

La prohibición que se
evalúa en Europa les permitiría a los
inversionistas usar CDS para protegerse contra posibles
cesaciones de pagos de deuda soberana, pero les impediría
adoptar posturas puramente especulativas. "Es difícil
justificar por qué los jugadores del mercado
deberían comprar seguros contra riesgos a los que no
están expuestos", manifestó Barroso.

Los líderes europeos alentaron el
martes (9/3) el emprendimiento de medidas globales de EEUU y
otros países pero dejaron en claro que no
esperarían a que se produjeran antes de actuar. "Es
importante que esto también se haga del lado
estadounidense, pero creemos que un paso adelante de nuestro
lado, de la Unión Europea, nos ayudaría",
afirmó Merkel.

Los contratos de CDS han sido el blanco de duras
críticas debido a su presencia en numerosas crisis
financieras. Aparte del caso de AIG, algunos señalan que
los inversionistas compraron estos instrumentos para atacar a
Lehman Brothers y Bear Stearns en 2008. Lehman se declaró
en bancarrota y Bear Stearns fue adquirida por J.P. Morgan
Chase.

El mercado experimentó un auge.
Hace siete años, los contratos de CDS ascendían a
los US$ 3 billones (millones de millones); hoy la cifra supera
los US$ 25 billones, según la Asociación
Internacional de Seguros y Derivados. Debido a la escasa
información disponible sobre quién compra y vende
estos instrumentos, que generalmente se negocian en forma privada
fuera de una bolsa, es difícil monitorear quién
corre el riesgo de perder cuantiosas sumas de dinero y quien
estaría ejerciendo presión contra la deuda de un
país o una empresa.

Estos contratos pueden ofrecer protección
útil para las distintas partes involucradas. Como tal,
cualquier intento de restringirlos puede provocar una serie de
consecuencias indeseadas, como un mayor riesgo para el sistema
financiero y costos más altos de financiamiento para una
variedad de países y empresas, advierten algunos
observadores.

Restringir el uso de los CDS podría aumentar los
costos de endeudamiento de varios países si los
inversionistas sienten que tienen menos formas de protegerse
contra un descenso en los precios de los bonos.

Se espera que el tema sea analizado en
una reunión de ministros de Finanzas de la UE que
tendrá lugar la tercera semana de marzo en Bruselas.
Cualquier ley para restringir el uso de CDS debe atravesar los
procedimientos a menudo intrincados de la UE y funcionarios de la
comisión afirmaron que los abogados analizan la legalidad
de una prohibición total.

"La Comisión Europea sopesa prohibir las
operaciones financieras utilizadas para especular contra la deuda
de un país por considerar que han sido un "factor
agravante" en la crisis de Grecia, según anunció
este martes ante el pleno de la Eurocámara el presidente
del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao
Barroso"…
La UE sopesa prohibir las operaciones
financieras para especular contra la deuda (Negocios.es –
9/3/10)

En concreto, el Ejecutivo comunitario se
plantea declarar ilegales las operaciones al descubierto con
seguros contra el impago de la deuda de un país (credit
default swaps o CDS, por sus siglas en inglés). En este
tipo de operaciones, los agentes adquieren seguros para cubrir
unos bonos soberanos que no poseen y los utilizan para apostar
por la quiebra del país en cuestión.

"La Comisión examinará
atentamente la pertinencia de prohibir las ventas al descubierto
puramente especulativas de CDS de deuda soberana", anunció
Durao Barroso a los eurodiputados. Además, el Ejecutivo
comunitario buscará una "coordinación
internacional" sobre esta prohibición en el G-20 porque
"estos mercados son tan móviles como opacos".

El presidente de la Comisión
abogó también por "realizar un análisis en
profundidad sobre los mercados de CDS para determinar mejor
cómo funcionan y si realizan prácticas
cuestionables". Bruselas tiene previsto presentar antes de verano
una propuesta para regular por ley el mercado de derivados con el
objetivo de aumentar la transparencia y limitar los
riesgos.

"Si bien es cierto que los actuales
problemas en Grecia no los causó la especulación en
los mercados financieros, también es verdad que esta
especulación fue un factor agravante", dijo
Barroso.

Rescate de Grecia

El presidente de la Comisión reiteró que
"Grecia ha tomado las medidas necesarias para reducir su
déficit público este año" y alejar el riesgo
de quiebra. Pero al mismo tiempo insistió en que la UE
está haciendo lo necesario para "garantizar la estabilidad
financiera de la eurozona en su conjunto".

"La Comisión ha trabajado activamente con los
Estados miembros de la eurozona para diseñar un mecanismo
que Grecia podría usar en caso de necesidad. Este
mecanismo se ajustará al actual Tratado de Lisboa, en
particular a la cláusula que impide un rescate (en la
eurozona). E incluirá duras condiciones", anunció
Barroso sin dar ningún detalle más.

Se refirió también a la creación de
un Fondo Monetario Europeo que pueda rescatar en el futuro a
países amenazados por una crisis de endeudamiento como la
de Grecia. "La Comisión está dispuesta a proponer
un marco europeo para una asistencia coordinada, que
requeriría el apoyo de los países de la eurozona",
dijo.

Además, el Ejecutivo comunitario
presentará iniciativas con las que "reforzar la
cooperación económica y financiera". Barroso
también dijo que son "evidentes" las diferencias entre
Estados miembros y que Bruselas "respeta la diversidad" entre
ellos, pero insistió en la necesidad de una
"cooperación creciente". En su opinión, si se
mantienen 27 políticas "independientes" no será
posible afrontar los retos globales "en pie de igualdad" con
actores como China o Estados Unidos.

– Dilema en la UE: ¿Es necesario un Fondo
Monetario Europeo? (Libertad Digital – 10/3/10)

Desde que hace dos días apareciese la noticia de
que Francia y Alemania estaban en conversaciones para crear un
Fondo Monetario Europeo (FME), se han sucedido las reacciones,
unas a favor y otras en contra. Pero, ¿cuáles son
los argumentos de uno y otro lado?

(Por D. Soriano) Lectura recomendada

En una esquina de este hipotético
ring económico están Ángela Merkel,
Nicolás Sarkozy y las autoridades comunitarias. En la
contraria, los responsables del Banco Central Europeo y del
Bundesbank.

Y en medio, un puñado de
economistas que discuten sobre los posibles beneficios de la
institución, con argumentos que parecen contrarios pero
que tienen en común un mismo aspecto: haya o no FME, hay
que mejorar la credibilidad de la zona euro y el cumplimiento de
las normas que afectan a los países miembros (y
ésas debería ser la razón última de
este nuevo invento).

A favor: tal y como explicaba Alberto Recarte (en
Libertad Digital Televisión) un organismo de estas
características podría ser beneficioso si impusiera
disciplina a los países con unas cuentas menos
sólidas de la zona euro. Los argumentos más
importantes de los partidarios del FME son:

•El objetivo es ayudar a los países en
situación comprometida, pero a cambio de que realicen
reformas en profundidad y cambios estructurales.

•Ya se debía haber previsto en Maastricht:
si se crea una moneda única, también es necesaria
una institución de este tipo que imponga
disciplina.

•Podría servir para avanzar hacia una
unión económica completa.

•Se impondrían las medidas más
ortodoxas, que serían de obligado cumplimiento para todos
los países.

•Lanzaría el mensaje de que la eurozona es
seria y mandaría un aviso a los que no están
haciendo los deberes.

En contra: también el lunes, el profesor Barea,
(en esRadio) se mostraba algo menos entusiasta ante la idea, y
mostraba su miedo a que el FME supusiese una especie de segunda
oportunidad para los países miembros y que los gobiernos
irresponsables lo interpretasen como una red de seguridad en la
que caer en el caso de que todo fuera mal. En este sentido,
comparte los argumentos que llegan desde el BCE y que
podrían resumirse en la siguiente lista:

•Podría ser el inicio de un desequilibrio
financiero muy costoso, daría falsos incentivos para los
países que quisieran saltarse los criterios de
convergencia de la eurozona.

•Su coste recaería en los países
cumplidores.

•Dañaría la credibilidad del euro en
los mercados internacionales.

•Los gobiernos actuarían con menos cuidado,
al saber que podrían ser rescatados.

•Los mercados podrían sobre-prestar a
gobiernos insolventes a sabiendas de que el FME
respondería en su nombre.

La tercera vía: sin embargo, el problema
podría ser que hay otro camino, que ninguno de los
economistas citados anteriormente defiende pero que podría
estar detrás de las declaraciones de los políticos
europeos; una perspectiva que atemorizaría tanto a los
partidarios como a los detractores del FME puesto que
cogería lo peor de sus planteamientos. Esta supuesta
solución implica la creación de un organismo que
salve a los gobiernos irresponsables a costa de los
contribuyentes, pero no les imponga ninguna
obligación.

Esta tercera opción sería el resultado
más político pero menos económico… Y
la pregunta que muchos se hacen es ¿en una de esas
interminables reuniones bruselenses en busca de una foto de
familia y un pacto de mínimos, cuál de las tres se
impondrá?

– Largo me lo fiáis (Expansión –
11/3/10)

(Por Juan Pedro Marín Arrese) Lectura
recomendada

La idea alemana de un Fondo Monetario
Europeo, aderezado de una serie de condiciones de imposible
cumplimiento, como la reforma de los Tratados o penalizaciones
draconianas para los infractores, nace muerta, pero le permite
sacudirse la creciente presión para extender cheques a los
más necesitados.

Es un mensaje de "vuelva Usted mañana", o mejor
dentro de unos años, cuando se produzca una nueva crisis
sistémica, avisando a los socios europeos de que no
cuenten con su dinero para resolver los problemas del
presente.

Si se mira bien, un FME carece de
razón de ser si, como se anuncia, viene acompañado
de una batería de medidas preventivas para cumplir con los
compromisos de estabilidad presupuestaria. ¿Si todos
cumplen el Pacto, díganme para qué sirve un
Fondo?

Se nos dice que estaría inspirado en el FMI, pero
este último ejerce una función de último
recurso ante la ausencia de mecanismos de disciplina para evitar
que los países en uso de su soberanía se embarquen
en aventuras que desembocan en crisis de balanza de pagos y de
liquidez. La zona euro no requiere de tales muletas para asegurar
la liquidez a sus socios, siempre que resulten solventes. Para
ello se basta el BCE.

Si se persigue constituir un fondo de
contingencia ante situaciones sistémicas excepcionales,
bastaría con un acuerdo intergubernamental sin necesidad
de institucionalizar un FME. Pero el riesgo de un acuerdo de esta
naturaleza sería la evaporación de todo el sentido
de la responsabilidad fiscal que debe presidir la
eurozona.

Si existe la certeza de un rescate, se
producirá una tendencia a la relajación en las
costumbres presupuestarias, pese a la dureza en las condiciones
para acceder a este instrumento. Para todo Gobierno siempre
resulta más fácil culpar a Bruselas de los platos
rotos que adoptar unilateralmente medidas de
austeridad.

Equilibrio

Lo peor es el daño a la
economía productiva. La lógica del Pacto de
Estabilidad no se circunscribe a las bondades del equilibrio
presupuestario. Permite evitar que se ahogue la iniciativa
privada con un excesivo déficit y deuda públicos.
Cuando se produce un "shock" como el actual y se encoge el
balance privado, el Estado debe ampliar el suyo para
compensar.

De lo contrario, el equilibrio se alcanza a menores
niveles de renta y empleo. ¿Qué hubiera ocurrido en
España si se hubiera impuesto una férrea disciplina
como la propugnada por Alemania? Pues un ajuste todavía
más brutal del que hemos experimentado.

No cabe engañarse. La asignatura
pendiente no es cómo resolver el rescate de un improbable
Estado quebrado en la eurozona. Si se trata de aliviar de verdad
los problemas de endeudamiento, que aquejarán más
tarde que temprano al conjunto de los socios, la única
respuesta viable consiste en crear las condiciones para un
sólido crecimiento duradero.

Esto exige coordinación de las
políticas económicas, eufemismo para decir que
Alemania debe expandir con mayor vigor su demanda para un mayor
equilibrio en Europa. Por eso la idea del FME sustrae este debate
fundamental y lo sustituye por un ejercicio de auditoría
de las cuentas públicas. Quienes, como España,
necesitan una urgente recuperación que sólo puede
venir impulsada por la demanda europea, no deberían
desaprovechar la ocasión para plantear el problema en sus
justos términos.

– No a un fondo monetario europeo (El Economista –
11/3/10)

(Por Lorenzo B. de Quirós) Lectura
recomendada

La delicada posición fiscal de
Grecia y el riesgo de una crisis de deuda con un potencial
desestabilizador para el conjunto de la eurozona han puesto de
relieve las debilidades de la arquitectura institucional de la
UEM para lidiar con escenarios a la griega.

Esta hipótesis ha sido el factor
determinante para el lanzamiento de una iniciativa del eje
franco-alemán de crear una especie de Fondo Monetario
Europeo (FME) destinado a prevenir y combatir la génesis
de posiciones presupuestarias insostenibles que puedan conducir a
una suspensión de pagos a los países integrados en
el área monetaria del euro.

Por desgracia, esa idea, lejos de
favorecer la prosecución de políticas fiscales y
presupuestarias rigurosas y sensatas, genera incentivos para todo
lo contrario; es decir, para estimular la irresponsabilidad con
la convicción de que, si las cosas van mal, el FME o
cualquier instrumento parecido correrá en su socorro y los
salvará de la quiebra.

Pacto de Estabilidad y Crecimiento

Curiosamente, evitar este tipo de cuestiones fue el
elemento clave para establecer el conjunto de reglas monetarias y
presupuestarias que acompañaron al nacimiento del euro. El
primer pilar para evitar ese tipo de peligros fue el Pacto de
Estabilidad y Crecimiento que establecía un marco
normativo para impedir la generación de déficit y
deudas excesivas.

Su debilitamiento a partir de 2005 está en los
orígenes de buena parte de los problemas de las finanzas
públicas griegas y su efectiva suspensión a
raíz de la crisis económico-financiera
internacional iniciada en el verano de 2007 sólo
sirvió para agudizar la tendencia a desplegar estrategias
fiscales insostenibles en Grecia y en otros países de la
eurozona.

La experiencia demuestra que esa actuación no ha
servido para sacar a ningún Estado miembro de la
recesión y sólo ha servido para generar niveles de
endeudamiento público inmanejables. Desde esta
óptica, no han fallado las reglas de disciplina impuestas
por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento por la sencilla
razón de que han sido vulneradas de manera
sistemática.

El segundo pilar de la
constitución económica de la eurozona es la
cláusula según la cual se prohíbe al BCE
monetizar los déficit/deuda de cualquier Estado. De este
modo, se pretendía impedir el recurso a la máquina
de fabricar billetes del banco central para financiar los
desequilibrios de las finanzas públicas de los
países integrados en la UEM. Éste era un criterio
básico para fortalecer la credibilidad del instituto
emisor en su compromiso con la estabilidad de precios y para
lanzar una señal a los mercados y a los Estados de que
éstos habrían de soportar los costes de sus
políticas fiscales.

Aunque en teoría esta cautela ha sido respetada,
en la práctica se ha visto debilitada por las medidas
extraordinarias de liquidez aplicadas por el BCE para evitar el
desplome del sistema de pagos de la UEM. Buena parte de esos
recursos han sido empleados por las instituciones financieras
para comprar deuda pública, lo que supone una
monetización indirecta de la misma.

En este contexto, los mercados financieros han castigado
a los países con posiciones fiscales insostenibles. Unos
han optado por hacer los deberes, léase Irlanda; otros no
los han hecho, caso de España, y algunos están en
trance de hacerlos, parece que Grecia.

Quienes se han embarcado en una estrategia de ajuste
presupuestario creíble han recuperado la confianza de los
mercados, de nuevo los irlandeses, y quienes no han emprendido
esa senda tienen problemas y los seguirán teniendo
mientras no restauren la confianza en la solidez de sus finanzas
públicas.

Irresponsabilidad presupuestaria

Esto significa que no es necesario arbitrar
ningún mecanismo extraordinario de ayuda ni crear un FME
para que un Estado evite una crisis de deuda, un default, como
dirían los argentinos. Es más, el potencial rescate
de Grecia por procedimientos ajenos al marco institucional de la
UEM supondría premiar a quienes lo hacen mal frente a
quienes lo hacen bien. Sería subvencionar a los
irresponsables frente a los prudentes. Esto no parece justo y,
además, tiene consecuencias indeseadas y, en buena medida,
perversas.

Si se crea un FME o algo parecido, se
fomentará la irresponsabilidad presupuestaria.
¿Para qué va a incurrir un país en los
costes políticos de la austeridad si no existe la
posibilidad de que quiebre, si al final Mamá Europa
evitará su colapso fiscal?

Se produce así una situación de riesgo
moral que estimula sin duda alguna el despliegue de
políticas fiscales insostenibles y, por tanto, aumenta en
lugar de reducir la emergencia de entornos de riesgo
sistémico generalizados. Si se socorre a Grecia, por
ejemplo, es evidente que se hará lo mismo con cualquier
otra economía de la eurozona que llegue a estar en una
situación parecida.

Ayudar a unos es ayudar a otros

De nada sirve proclamar "es la primera y
última vez", porque nadie se lo creerá, sobre todo
si la amenaza de bancarrota afecta a una o a varias
economías de mayor tamaño. Es impensable que no se
permita hundirse a Grecia por su impacto desestabilizador sobre
la UEM y, por ejemplo, se dejase caer a España, que es la
cuarta economía de la región, si se viese abocada a
una crisis de deuda. Es un caso de libro de inconsistencia
temporal.

Hay un mecanismo de ajuste más poderoso que
cualquier arreglo normativo, que no puede ser burlado y ha
funcionado con extraordinaria precisión: la disciplina de
los mercados.

Éstos han puesto en su punto de mira, y con
razón, a los países inmersos en escenarios
presupuestarios insostenibles y que no hacen nada o poco para
corregirlos. A esas economías indisciplinadas, y
sólo a ellas, les corresponde restaurar su solvencia y
credibilidad. De lo contrario, pagarán las
consecuencias.

"Alemania y Francia lanzaron una propuesta el jueves
que hace un llamado para que el corretaje europeo de seguros
contra cesación de pagos, o CDS, sea llevado a cabo en
bolsas transparentes y que se impongan períodos
mínimos de tenencia de estos valores"…

Líderes de la Unión Europea proponen
regulación para los CDS (The Wall Street Journal –
11/3/10)

Las medidas están
diseñadas para regular mejor un mercado que los dirigentes
han culpado de sumar presión especulativa sobre el euro, a
causa de la crisis de deuda griega.

La canciller alemana Angela Merkel, el
presidente francés Nicolas Sarkozy y los líderes de
Luxemburgo y Grecia enviaron una carta al presidente de la
Comisión Europea, José Manuel Barroso pidiendo una
investigación sobre el rol de los seguros contra
cesación de pagos en el corretaje de bonos soberanos en
los países europeos.

"Proponemos que la…
comisión inicie lo más pronto posible una
investigación a nivel europeo sobre el papel y el impacto
de las prácticas especulativas en conexión con el
corretaje de CDS en los bonos soberanos de los países
europeos", escribieron los líderes en su carta.

El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude
Juncker, quien representa a los 16 países de la zona euro
y el primer ministro griego George Papandreu también
firmaron el documento.

Los líderes pidieron que la
comisión, el brazo ejecutivo de la Unión Europea,
examine la introducción de periodos mínimos de
tenencia para las transacciones de CDS y que prohíba la
adquisición de CDS que no sean usados como
cobertura.

"Debemos prevenir que las acciones especulativas causen
tanta incertidumbre en el mercado que los precios dejen de
proveer una información certera y la financiación
estatal alcance un nivel injustificablemente alto", dijo la
carta.

Algunos dirigentes han sugerido que los especuladores
han usado los CDS para apostar a que Grecia pasará apuros
o no podrá pagar su deuda y esta especulación ha
creado altos niveles de volatilidad que han hecho más
complicado que el gobierno griego recaude la nueva deuda que
necesita.

Los defensores de los CDS dicen que estos sirven un
propósito útil, ya que permiten que los
inversionistas en bonos compren protección en contra de
una cesación de pagos.

"Es muy difícil el distinguir entre los
especuladores y los tenedores de deuda que buscan asegurar su
inversión", dijo Jean-Francois Robin, un estratega de la
firma francesa Natixis.

Las autoridades regulatorias
deberían tener acceso al portafolio actual de corretaje,
incluyendo las transacciones de CDS, a través del reporte
obligatorio de todas las transacciones de derivados a una
cámara de comercio ubicada en Europa, una medida que
permitirá que los reguladores identifiquen a los
principales operadores y monitoreen su actividad, indicó
la carta.

Los reguladores deberían tener acceso ilimitado a
los datos del mercado y deberían recibir la
información detallada relevante de cámaras de
comercio fuera de Europa, escribieron en la carta.

Los líderes también prometieron mejorar la
seguridad de los mercados de derivados al exigir que todos los
derivados elegibles coticen en bolsas o plataformas
electrónicas, además de pasar por cámaras de
compensación.

"El ministro de Finanzas germano dice que si un
país no controla sus finanzas no puede tener derecho a
voto sobre las decisiones de otros miembros de la Unión y
pide, en casos extremos, la expulsión del Eurogrupo si no
cumple con sus compromisos"…
Alemania es partidaria de
limitar el voto de los países que no controlen sus
finanzas (Negocios.es – 12/3/10)

El ministro alemán de Finanzas,
Wolfgang Schäuble, se ha mostrado partidario de que en casos
extremos y si un país no cumple con sus compromisos dentro
del Eurogrupo se vea obligado a abandonar la Unión
Monetaria.

"Si un Estado del Eurogrupo no es capaz
de recuperar la capacidad de competencia de su economía ni
de sanear sus presupuestos públicos, como "última
ratio" debería abandonar la Unión Monetaria, aunque
podría continuar siendo miembro de la UE", afirma
Schäuble en un artículo que publica el 12/3 en el
diario Financial Times Deutschland.

Pide suspender el voto de un país "no
cooperativo"

"Un Estado que no controle sus finanzas
no puede decidir sobre las finanzas de otros miembros del
Eurogrupo", señala el ministro alemán, quien exige
que, para que la unión Monetaria continúe siendo
operativa, "se debe poder suspender el derecho de voto de un
país miembro no cooperativo en el Eurogrupo".

Primeros detalles del "FME"

Schäuble ofrece además los
primeros detalles de su iniciativa para la creación de un
Fondo Monetario Europeo, del que debería hacerse uso solo
en situaciones extremas y casos inevitables para rescatar a
miembros de la Eurozona altamente endeudados.

"Ayudas de emergencia para garantizar la
liquidez podrían ser concedidas por un 'Fondo Monetario
europeo' con el fin de limitar el peligro de una incapacidad de
pago", explica Schäuble en un artículo que escribe en
el rotativo Financial Times Deutschland.

Añade que esas ayudas financieras
solo deberían concederse en "casos de emergencia
inevitables" que trajeran consigo un peligro para la estabilidad
financiera de la totalidad del espacio del euro.

Las ayudas serían la "ultima
ratio", señala Schäuble, quien las liga además
a estrictas condiciones.

Asimismo señala que "la
decisión política sobre la concesión de esas
ayudas debería tomarse en el seno del Eurogrupo de acuerdo
con el Banco Central Europeo" y comenta que esas ayudas
podrían verse obligatoriamente vinculadas a severas
sanciones dentro del marco del procedimiento sobre los
déficits presupuestarios.

"Se aplicarían y
ejecutarían multas contra el país miembro
inmediatamente después de aplicado el programa de ayuda y
tras un tiempo de carencia", añade el político
cristianodemócrata.

El FME reforzaría la confianza de los
mercados

La posibilidad de conceder ayudas ligadas a severas
medidas de corrección político financieras
reforzaría la confianza de los mercados, evitaría
que se agudizara una crisis y haría superfluo para los
países del Eurogrupo acudir al FMI, considera el
ministro.

"Sin embargo no se debe dar por hecha la
concesión de ayudas de emergencia para garantizar la
liquidez. Debe mantenerse la posibilidad de que un estado caiga
en la insolvencia", afirma el jefe del tesoro
alemán.

"Gordon Brown y Nicolas Sarkozy han concluido su
reunión de hoy en Londres sin llegar a acuerdos sobre los
próximos pasos en la reforma de la regulación
financiera internacional"…
Londres y París chocan
por la regulación financiera (Expansión –
12/3/10)

En una rueda de prensa posterior al
encuentro, el primer ministro británico y el presidente
francés han reconocido sus diferencias sobre la directiva
europea para regular los hedge funds y las firmas de capital
riesgo. Tampoco hay acercamiento sobre la creación de un
fondo monetario europeo, que Sarkozy apoya y Brown rechaza. Y han
salido a flote diferencias sobre la fórmula de
implantación de una tasa global a los bancos.

Pese al cruce de elogios y buenas
palabras entre los dos mandatarios, las principales cuestiones de
la agenda de la cumbre siguen abiertas. Sarkozy ha insistido en
su deseo de promulgar una dura legislación europea contra
los hedge funds, a quienes considera "culpables en buena parte de
la crisis financiera". Brown, por su parte, insiste en que su
prioridad es "defender la fortaleza de la City", distrito
financiero londinense desde donde operan muchas firmas de
inversión alternativa. El primer ministro se ha limitado a
pedir que la directiva sea "equilibrada y fomente la
transparencia" de hedge funds y firmas de capital
riesgo.

Los gobernantes esperan que sus equipos de finanzas sean
capaces de llegar a un consenso sobre esa directiva en los
próximos días.

En el asunto de la creación de un
fondo monetario europeo, Gordon Brown ha dejado claro que "las
actuales estructuras institucionales son las adecuadas para
afrontar crisis como la de Grecia", por lo que no sería
necesaria la creación del nuevo organismo que promueve
Sarkozy. Éste ha admitido implícitamente que este
asunto debe ser lidiado por la Eurozona (a la que no pertenece
Reino Unido), al indicar que "es normal que si se comparte una
moneda, se muestre solidaridad hacia los países que lo
pasan mal".

– Tres franceses protagonizan una tragedia griega (The
Wall Street Journal – 14/3/10)

Nicolas Sarkozy, Jean-Claude Trichet y Dominique
Strauss-Kahn intentan contener la crisis fiscal de
Atenas

(Por Alessandra Galloni, en París, Bob Davis, en
Washington, y Brian Blackstone, en Fráncfort) Lectura
recomendada

Tres franceses figuran entre los grandes protagonistas
de la crisis griega, pero a menudo van en direcciones
distintas.

El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude
Trichet; el presidente francés, Nicolas Sarkozy; y el jefe
del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Khan,
están involucrados en el intento por impedir una
cesación de pagos que tuviera repercusiones negativas en
la economía mundial.

Pero cada uno interviene de un modo que
refuerce la institución que lidera.

Esto ha revelado diferencias que
podrían afectar no sólo las políticas del
rescate griego, sino también otros temas cómo
cuáles son las mejores formas de impulsar el crecimiento y
valorar las monedas.

"En última instancia, los tres
tienen interés en que Grecia salga de esto de la mejor
forma posible", afirma Michel Camdessus, ex director gerente del
FMI y gobernador honorario del banco central de Francia. "Pero
también tienen roles diferentes que jugar".

Sarkozy y Trichet coinciden en que la
Unión Europea debería entablar negociaciones con
Atenas y que el FMI debería conservar un papel más
secundario, el de brindar asistencia técnica.

Ambos, sin embargo, tienen preocupaciones un tanto
diferentes.

La prioridad de Trichet es la
credibilidad del euro y el bloque de 16 países que
comparten la moneda. Durante una conferencia de prensa realizada
hace una semana, el presidente del BCE cerró la puerta a
cualquier participación del FMI en un eventual rescate
griego, al afirmar que no sería "apropiado".

Sarkozy, al igual que otros
líderes europeos, comparte esa opinión. Pero el
mandatario de 55 años tiene un motivo adicional para
mantener alejado al FMI. Strauss-Khan, de 60 años,
podría ser un rival en las elecciones presidenciales de
Francia en 2012.

Cuando Sarkozy apoyó a Strauss-Khan para ser
elegido al frente del FMI en 2007, se consideró
ampliamente como una forma de exiliar un rival
político.

En ese entonces, el FMI era una institución sin
una misión clara. La economía global estaba en auge
y pocos países necesitaban sus préstamos. Una de
las primeras tareas de Strauss-Khan fue implementar los primeros
despidos a gran escala de la entidad.

Pero dos años en Washington elevaron el perfil
internacional de Strauss-Khan, y su percepción entre los
electores franceses, donde ya tenía credibilidad por
preparar la entrada del país a la moneda única
europea en 1999.

Strauss-Khan indicó hace poco que podría
regresar a Francia para presentarse como candidato a la
presidencia antes del fin de su mandato en el FMI, que se
extiende hasta 2012.

El titular del Fondo "forjó una reputación
que no hubiera tenido en épocas normales" debido al rol
prominente del FMI en combatir la crisis global, afirma Jean
Pisani-Ferry, director de Bruegel, un centro de estudios
económico en Bruselas. "También es visto como el
que habla y trabaja con los poderosos jefes de
Estado".

Un portavoz de Sarkozy, al igual que uno de sus
asesores, no respondió llamados en busca de
comentarios.

Una vocera de Strauss-Khan señaló que las
ambiciones políticas del jefe del FMI son "meras
especulaciones, quizás naturales cuando se trata de
alguien de la estatura del director gerente".

Strauss-Khan se ha enfrentado al
gobierno de Sarkozy. En medio de la crisis global, exhortó
a Francia y a otros países europeos a expandir los
paquetes de estímulo fiscal, mientras Sarkozy se
concentró más en la necesidad de implementar una
reforma regulatoria y controlar a los fondos de
cobertura.

En otros temas económicos, sin embargo, tal vez
no estén tan distantes. Sarkozy ha criticado la fortaleza
del euro, que dificultó que empresas francesas vendieran
sus productos en el extranjero. Strauss-Khan ha intentado
numerosas tácticas -hasta ahora infructuosas- para que
China devalúe su moneda.

Las políticas económicas
que siguieron ambos, a su vez, los pusieron en conflicto con
Trichet, cuyo mandato como presidente del BCE es controlar la
inflación en la zona euro, sin interferencia de gobiernos
deseosos de estimular el crecimiento interno.

"Los ministros de Economía y Finanzas de la
zona euro (Eurogrupo) acudirán al rescate de Grecia el
próximo lunes. El Eurogrupo está dispuesto a avalar
la deuda pública griega para reducir los costes de
emisión que soporta el Gobierno de Papandreu"…
La
zona euro avalará la deuda griega si se dispara su coste
(Cinco Días – 13/3/10)

Tras varias semanas de trabajo sobre el
posible rescate de Grecia, los expertos comunitarios han
concluido que la solución más viable y
políticamente digerible es la de avalar la deuda
pública griega para permitir al Gobierno de Giorgios
Papandreu que obtenga mejores condiciones en los mercados
financieros.

La decisión política sobre ese aval
podría tomarse el mismo lunes (15/3) en Bruselas, durante
la reunión del Consejo de Ministros de Economía y
Finanzas de la zona euro (Eurogrupo), aunque las fuentes
consultadas no descartan que se intente mantener en secreto hasta
que sea necesario activarla.

El aval sería bilateral, aunque
algunos socios siguen defendiendo que sea colectivo. El respaldo
de países tan solventes como Alemania o Francia
permitirá a Atenas obtener hasta 25.000 millones de euros
en los próximos meses a un tipo de interés
más asequible que el exigido por los mercados al Estado
griego.

A principios de marzo, Grecia tuvo que prometer un
rendimiento del 6,25% para colocar 5.000 millones de euros a 10
años. Si se mantiene ese nivel en las próximas
emisiones, el servicio de la deuda podría absorber todos
los esfuerzos de saneamiento fiscal puestos en marcha por
Papandreu.

El aval de los países de la zona euro, en cambio,
permitiría a Grecia acercarse a los costes de
financiación que disfrutaba desde el comienzo de la zona
euro, situados en torno al 4,5%, sólo muy ligeramente por
encima de lo que paga Alemania.

Las fuentes consultadas destacan que la
fórmula de los avales permitirá ayudar a Grecia sin
un desembolso monetario por parte de países como Alemania,
donde la opinión pública se resiste a contemplar
esa posibilidad. Los avales sólo se ejecutarían en
caso de quiebra del Estado griego, una hipótesis
descartada por casi todos los analistas.

La solución contemplada otorga a
la Comisión Europea las labores de vigilancia para
garantizar que Grecia cumple los planes de austeridad con los que
espera rebajar el déficit público este año
hasta el 8,7% del PIB desde el 12,7% de 2009.

Amenazas

Berlín ha acabado
resignándose a la necesidad de ayudar a Grecia para evitar
un contagio en el resto de la zona euro y un daño a los
bancos alemanes que figuran entre los principales acreedores de
Atenas.

A cambio, el ministro alemán de
Finanzas, Wolfgang Schäuble, pidió el viernes un
brutal endurecimiento de las normas del euro hasta el punto de
expulsar a los países "que sean incapaces por sí
mismos de consolidar sus presupuestos o recuperar la
competitividad".

Primer rescate en 11 años de Unión
Monetaria

La primera crisis soportada por la zona
euro hizo saltar por los aires el Pacto de Estabilidad en 2003.
La segunda, mucho mayor, se ha cargado el tabú de que
ningún socio puede acudir al rescate de otro.

Grecia se convertirá el
próximo lunes en el primer socio que recibe ayuda del
resto de la Unión Monetaria para poder seguir a flote. El
Consejo de Ministros de Economía de la euro zona, con la
significativa ausencia del titular alemán (por enfermedad)
concretará los planes de apoyo por los que ha venido
clamando el Gobierno de Giorgios Papandreu desde principios de
año.

Se acerca así al final la primera
operación de rescate orquestada por la zona euro, para la
que no había modelo ni guión a seguir. Bruselas,
Fráncfort y el resto de capitales europeas han tenido que
improvisar, como ocurrió en 2008 cuando se desplomaron
varios bancos europeos por culpa de la caída de Lehman
Brothers. La inyección de capital público fue
entonces inmediata y las normas sobre ayudas de Estado quedaron
en suspenso sin necesidad de discusión.

Ahora, los socios de la Unión han
sido más precavidos. Primero, porque querían dar un
escarmiento a Atenas para que empiece a respetar, por primera
vez, las normas de un club al que se sumó de manera
voluntaria hace nueve años. Y segundo, porque el caso
griego sentará un precedente para el futuro de toda la
Unión Monetaria.

Alemania y el Banco Central Europeo
(BCE) quieren dejar claro que cualquier apoyo a Grecia respeta la
cláusula de "no rescate" prevista en el Tratado de
Maastricht. Al final parece que se ha buscado un artificio para
que la ayuda no sea directa y así se respeten las normas,
al menos sobre el papel, en el primer rescate en 11 años
de historia del euro.

"Los países de la zona euro han mantenido
intensas reuniones con representantes de la Comisión
Europea para concretar un plan de ayudas a Grecia y poner fin a
la actual situación de incertidumbre. Una propuesta con
una amplia gama de soluciones y mecanismos será presentada
por la Comisión Europea en la reunión del eurogrupo
del próximo 15 de marzo. Fuentes comunitarias reconocieron
que desde hace semanas se están estudiando distintos
mecanismos que puedan ser compatibles con el Tratado de
Lisboa"…
Los países del euro ultiman un plan para
dar soporte financiero a Grecia (El País –
13/3/10)

Entre las medidas que se barajan figuran
un préstamo otorgado por los países de la zona
euro, similar a los que la UE ha concedido a los países
que no tienen la moneda única; una segunda opción
sería una emisión de bonos de la UE garantizada por
los países de la zona euro. Una tercera posibilidad
sería la de avalar las emisiones de la deuda griega por
parte de los miembros del eurogrupo. Fuentes comunitarias
insistieron en que todas las iniciativas presentan serios
problemas técnicos y de compatibilidad con el Tratado, lo
que dificulta una solución rápida.

Fuentes consultadas indican que el volumen de recursos
que se manejan podría ascender a 25.000 millones de euros.
Grecia tiene todavía necesidad de emitir en torno a unos
50.000 millones de euros este año tanto para renovar las
emisiones que vencen durante este ejercicio, así como por
las nuevas necesidades de financiación.

En todo caso, el objetivo de estos
mecanismos no es conceder dinero a Grecia sino facilitar a este
país la financiación de su deuda a un precio
más barato, que el que tiene que pagar por la
actuación de los especuladores. Para ello se
utilizaría la máxima garantía de la
Unión o la de los países de la zona euro,
según fuentes comunitarias.

El presidente de la Comisión Europea, José
Manuel Barroso, confirmó el pasado martes que la
Comisión estaba trabajando "activamente con los miembros
de la zona euro para diseñar un mecanismo que Grecia
podría utilizar en caso de necesidad". Sin embargo, hasta
el momento el primer ministro griego, Giorgios Papandreu, no ha
solicitado públicamente ayuda financiera
alguna.

Barroso señaló que tal mecanismo
"estaría en conformidad con el actual Tratado de Lisboa, y
en particular con la cláusula de rescate e
incluiría condiciones muy severas". Las cláusulas
de no rescate impiden a los países de la zona euro asumir
la deuda de otros países del grupo.

La primera medida, la de los llamados
préstamos back to back que la UE ha utilizado para
rescatar a Letonia, Hungría y Rumania, fue una de las
primeras medidas que se consideraron para Grecia. En estos tres
casos, la Comisión, amparándose en la
calificación AAA de la UE, obtiene financiación del
mercado de capitales a precios más baratos y transfiere
los fondos a los Estados necesitados. Los expertos encuentran
dificultades en la aplicación de esta medida cuando la
emisión no es de los Veintisiete, sino de 15
países. La emisión de eurobonos requiere un
mecanismo muy complejo técnicamente y los avales presentan
muchos problemas con el Tratado, por su proximidad con la
prohibición del rescate, según fuentes
jurídicas.

– Europa ensaya el gobierno económico (El
País – 14/3/10)

La idea de crear un Fondo Monetario Europeo reaviva el
debate sobre la integración fiscal – El giro de
Berlín, que quiere repartir la factura del fiasco griego,
es crucial

(Por Andreu Missé / Claudi Pérez –
Bruselas) Lectura recomendada

"Lo importante no es que Alemania proponga un Fondo
Monetario Europeo (FME) sino que desee una mayor
integración de la zona euro", señalaba el pasado
viernes una alta fuente diplomática en Bruselas. "Esto
habría sido impensable", añadía, "hace
sólo unos meses". En ese tiempo, la crisis griega ha
puesto al descubierto el talón de Aquiles de la zona euro:
la falta de un mecanismo de defensa que proteja a sus miembros
cuando se vean sacudidos por la crisis.

El giro de Alemania y su interés
por crear un FME para rescatar a los países con
dificultades hay que entenderlo como un intento de evitar pagar
toda la factura de sus socios. La búsqueda de soluciones a
la crisis se convierte así en un revulsivo a la
integración de la zona euro.

El FME es la más llamativa de las
iniciativas surgidas al calor de la crisis para cimentar un nuevo
gobierno económico europeo. En la misma línea, el
primer ministro belga, Yves Leterme, ha planteado crear un
Ministerio Europeo de Finanzas y una Agencia Europea de la
Deuda.

No es un debate nuevo. Hace casi dos años, en el
décimo aniversario de la moneda única, el entonces
comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia,
ya abogó por "reforzar la coordinación de las
políticas presupuestarias y económicas" y promover
"un gobierno eficaz" de la Unión Económica y
Monetaria.

Pero hasta hace muy pocas semanas la
referencia a un gobierno económico de la zona euro,
abanderada por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, era
instintivamente rechazada por Berlín. La crisis griega ha
trastocado los poderes en la Unión. Ahora es Alemania la
que sugiere un mecanismo de ayudas. Y son los pesos pesados del
Banco Central Europeo, Jürgen Stark y Axel Weber,
también alemanes, quienes se muestran radicalmente en
contra de la idea del FME. Temen que interfiera en el creciente
poder de la autoridad monetaria, que eclipsa a la Comisión
y demás instituciones europeas. El presidente del BCE,
Jean Claude Trichet, con más perspectiva política,
ha insinuado su apoyo al Fondo.

Un FMI europeo sería el primer
paso para coordinar mejor las políticas fiscales, la pata
coja de la zona euro. Sus valedores replican a los halcones
alemanes del BCE que impondría disciplina financiera.
Además, terminaría con las dudas respecto a la
solidaridad financiera entre europeos, que han permitido a los
especuladores ganar dinero a espuertas, atacando la deuda
griega.

La financiación y funcionamiento
del FME presentan serias dudas, pero constituiría un paso
decisivo hacia una política económica común.
Sus promotores saben que no es una idea para mañana pues
precisa la reforma del Tratado. Poul Nyrup Rasmussen,
líder de los socialistas europeos, que atribuye la
propuesta a "un plan original" de su partido, teme que el FME "se
centre demasiado en el aspecto monetario en lugar de promover el
crecimiento y el empleo".

"Cuando una idea importante se pone sobre la mesa
siempre surge una cacofonía de comentarios", apunta el
economista Daniel Gros, del Centro de Estudios sobre
Política Europea, que hace unas semanas lanzó una
propuesta de diseño del Fondo. "El FMI europeo
sería muy positivo, tanto para resolver problemas fiscales
como para prevenirlos, si se hace bien", asegura Gros, que cree
que 120.000 millones de euros serían suficientes para
ayudar a países de tamaño medio.

Pero algunos expertos no tienen claro las ventajas. "Un
FME sería más caro que el actual FMI para el mismo
nivel de protección: cualquier sistema de seguro es
más barato cuanto más diversificados estén
los riesgos cubiertos. Además, puede ser difícil
para países de la misma zona euro imponerse medidas los
unos a los otros: pueden reverdecer las viejas animosidades entre
vecinos, como ya ha sucedido entre Grecia y Alemania", asegura
Tomás Baliño, ex subdirector del FMI. "Pero",
admite, "puede servir para coordinar políticas
fiscales".

Luis Servén, economista del Banco Mundial, cree
que el hecho de que un país de la eurozona acuda al FMI
"suena a vergonzante fracaso". "Esto, tomado literalmente,
haría del FME una hoja de parra para cubrir las
vergüenzas de la Unión". Charles Wyplosz, del
Graduate Institute de Ginebra, va un paso más allá.
"El FME es otra mala idea, que nace la vacuidad del Plan de
Estabilidad, y lo más probable es que falle. La
política fiscal es un elemento de la soberanía
nacional, y la creación de un nuevo fondo que imponga
políticas a los Gobiernos indisciplinados es un error. La
disciplina, en nuestras democracias, las deben imponer los
ciudadanos, no los burócratas de Bruselas".

"El ministro alemán de finanzas, Wolfgang
Schäuble, afirma que su iniciativa para la creación
de un Fondo Monetario Europeo (FME) tiene justificación,
ya que "necesitamos reglas más severas. El Pacto de
Estabilidad no es suficiente"…
Alemania: "Necesitamos
reglas más severas" en la Eurozona (El Economista –
15/3/10)

"Entonces (cuando fue aprobado) no se
pensó en la posibilidad de que un país del euro se
volviera insolvente", comenta Schäúble en una
entrevista exclusiva (15/3) que publica el tabloide Bild, que le
ha visitado en el hospital donde se recupera de una
operación quirúrgica.

Agrega que "el FME no ha sido concebido
para Grecia. Esto hay que dejarlo claro. La crisis actual hay que
resolverla con los instrumentos actuales y el gobierno griego
merece todo el respeto por sus esfuerzos de ahorro".

"Quien moviliza ahora la calle en contra
(de dichos esfuerzos) es un irresponsable", afirma Schäuble,
quien desmiente los rumores sobre la posible concesión de
créditos a Grecia para superar la crisis con el argumento
de que "no hay una nueva situación".

"Los ministros de Economía de la eurozona
discuten este lunes 15 de marzo la crisis de endeudamiento de
Grecia y el mecanismo que se está diseñando para
rescatar al país de la quiebra si es necesario. Este
mecanismo estaría dotado con entre 20.000 y 30.000
millones de euros en forma de garantías y créditos
bilaterales y podría hacerse público este mismo
lunes, según diversas informaciones
periodísticas"…
El Ecofin podría hacer
públicas hoy las medidas concretas del rescate a Grecia
(Expansión – 15/3/10)

El propio presidente de la
Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso,
confirmó el pasado martes (9/3) en la Eurocámara la
existencia de este fondo para rescatar a Grecia. "La
Comisión ha trabajado activamente con los Estados miembros
de la eurozona para diseñar un mecanismo que Grecia
podría usar en caso de necesidad. Este mecanismo se
ajustará al actual Tratado de Lisboa, en particular a la
cláusula que impide un rescate [en la eurozona] e
incluirá duras condiciones", anunció Barroso sin
dar ningún detalle más.

Se trataría de la contrapartida que ofrece la UE
tras el último paquete de medidas de ajuste anunciado por
el Gobierno griego para reducir su déficit del 12,7% al
8,7% del PIB este año y alejar el riesgo de quiebra. Entre
ellas, se incluye la subida del IVA y los impuestos especiales
sobre el alcohol y el tabaco, así como la reducción
de las pagas extra de los funcionarios. Bruselas considera que
estas medidas, que están provocando una fuerte
contestación social, son de momento suficientes, aunque
seguirá vigilando las cuentas griegas y presentará
un nuevo informe en mayo.

Fondos de alto riesgo

Los ministros de Economía de la
eurozona hablarán también de la propuesta
más a largo plazo de Alemania de crear un Fondo Monetario
Europeo (FME), cuyo objetivo sería permitir en el futuro
rescatar a países amenazados por crisis de endeudamiento
como Grecia. La puesta en marcha de este Fondo se
acompañará de un endurecimiento de las sanciones
contra los países que incumplan los límites de
déficit y deuda, hasta llegar a la expulsión de la
eurozona. Ello exigiría una reforma de los Tratados,
según ha dicho la canciller Angela Merkel.

La crisis de endeudamiento griega será
también abordada en la reunión de todos los
ministros de Economía de la UE que se celebra el martes y
que estará presidida por la vicepresidenta
económica, Elena Salgado. La presidencia española
tratará de lograr un acuerdo sobre la norma que
regulará los fondos de alto riesgo pese a la resistencia
de Reino Unido y las críticas de Estados Unidos, que
considera que la directiva es proteccionista.

De hecho, el secretario del Tesoro, Tim
Geithner, ha escrito una carta a Salgado y al comisario de
Mercado Interior, Michel Barnier, en la que expresa su
"preocupación" por considerar que la norma de la UE sobre
"hedge funds" "discriminará a las empresas estadounidenses
y les denegará el acceso al mercado de la UE del que ahora
disfrutan".

La presidencia española no se ha pronunciado,
pero la Comisión asegura que esta norma no es
proteccionista sino que se limita a cumplir los acuerdos del G-20
para que ningún instrumento financiero escape a la
regulación.

De hecho, uno de los principales puntos
de discrepancia que llega sin acuerdo a la reunión del
martes (16/3) es el tratamiento que debe darse a los gestores de
fondos de alto riesgo basados fuera de la UE. Reino Unido reclama
que, si estos gestores son autorizados por el supervisor de un
Estado miembro, se beneficien de un pasaporte europeo que les
permita operar en todos los países de la UE. Ello
permitiría que los 'hedge funds' basados en territorios
dependientes de Reino Unido como Jersey o las islas Caimán
puedan trabajar en toda la UE si los aprueba la autoridad
británica.

El resto de Estados miembros se oponen a dar un
pasaporte europeo a los gestores de fondos extranjeros porque no
estarán sometidos a las mismas exigencias de transparencia
que impondrá la UE. Reclaman que se mantenga la
situación actual, es decir, que los gestores de fuera de
la UE tengan que pedir autorización en cada uno de los
países en los que quieran operar.

La presidencia española no descarta aprobar la
directiva incluso con el voto en contra de Reino Unido, pese a
que en la City de Londres es donde se concentran la
mayoría de los "hedge funds" europeos.

La norma sólo se aplicará a los gestores
de "hedge funds" con una cartera de más de 100 millones de
euros. Para los gestores que no recurran al apalancamiento el
límite para escapar a la regulación será
más alto, de 500 millones, por considerarse que no
plantean un riesgo sistémico.

Para operar en la UE, los gestores de
fondos de alto riesgo deberán obtener la
autorización del supervisor del Estado miembro en el que
estén basados y estarán sujetos a
supervisión y a controles estrictos, así como a
duras exigencias de transparencia. Los supervisores
tendrán todos los poderes necesarios para intervenir en
caso de que el apalancamiento de los fondos suponga una amenaza
para la estabilidad del mercado financiero.

Los gestores que cumplan estos requisitos tendrán
derecho a gestionar y vender fondos no sólo en su propio
país sino en toda la UE, es decir, se beneficiarán
de un pasaporte europeo. La norma incluye además
restricciones a las primas salariales que cobran los gestores.
Francia considera insuficientes estos límites porque son
menos estrictos que los que la normativa europea prevé
para los directivos de bancos.

"Los ministros de Economía y Finanzas de la
zona euro analizaron ayer qué medidas podrían
adoptar en apoyo a los países con problemas de
desequilibrios presupuestarios, sobre todo,
Grecia.

El Eurogrupo descartó la posibilidad de
conceder avales, por lo que se especula que la solución
consista en conceder préstamos a esos países. El
presidente del Ecofin, Jean Claude Juncker, solo adelantó
que "todos los Estados van a participar" y dejó la
adopción definitiva de ese mecanismo en manos de los Jefes
de Estado o de Gobierno de la Unión"…
El
eurogrupo decide que no se garantizarán préstamos
para sanear la deuda de Grecia (Expansión –
16/3/10)

Alemania, en particular, exige que se
respete escrupulosamente la cláusula del tratado europeo
que prohíbe asumir la deuda de un socio de la Eurozona, o
financiar directamente su déficit, para que la
decisión no pueda ser recurrida como inconstitucional ante
los tribunales alemanes.

– Alemania, la carga del líder (Cinco Días
16/3/10)

(Por Pierre Briançon) Lectura
recomendada

Por fin alguien dice en voz alta lo que
otros muchos están pensando: es un problema alemán
en Europa. Christine Lagarde dice que el superávit
comercial de Alemania, y la persistente desgana a impulsar
significativamente la demanda interna, son una carga para el
resto de la Unión Europea. La ministra de Finanzas
francesa puede ser criticada por su lenguaje contundente y su
falta de habilidades diplomáticas. Pero tiene una
razón. Es hora de que Alemania acepte que su liderazgo en
la eurozona supone también una responsabilidad.

Desde el principio, Alemania ha ejercido una fuerte
influencia en el sistema monetario europeo. El BCE se inspira en
el Bundesbank. Su misión oficial es combatir la
inflación y mantener la estabilidad monetaria. La Reserva
Federal de EEUU, por ejemplo, debe preocuparse por el crecimiento
económico. El euro le ha proporcionado a Alemania una
moneda que sin duda es más débil de lo que el marco
podría haber sido, lo que impulsa sus exportaciones a todo
el mundo. También ha permitido a los productos alemanes
ganar cuota de mercado en la zona euro, especialmente en los
países que no tienen la misma disciplina de costes y
fiscal y donde de pronto han sido privados de la herramienta de
la devaluación de la moneda.

La ironía es que Alemania predica
por que se aplique su modelo de disciplina fiscal en toda la UE
y, al mismo tiempo, es el principal beneficiario de los paquetes
de estímulo que sus socios han aplicado para evitar la
recesión mundial. En ninguna parte es más visible
que con la crisis de Grecia, donde Berlín insiste que no
quiere ayudar a Atenas, a pesar de que tiene un interés
creado en mantener el euro saludable.

Es cierto que el éxito de las exportaciones
alemanas se debe a la fuerte disciplina de los costes laborales a
la que se ha sometido a sí misma en los últimos
diez años. Otros países deberían emular eso,
al menos en parte. Pero el éxito del euro en el largo
plazo -o, para el caso, de toda la UE- no puede descansar en todo
el mundo que se vuelve más como Alemania. En algún
momento, Alemania debe darse cuenta de que tiene que empezar a
gastar, y convertirse un poco más como los
demás.

"El Gobierno español, que este semestre
ejerce la presidencia semestral de la UE, ha anunciado este
martes que queda aplazada la aprobación de una directiva
que encorsete a los instrumentos alternativos de inversión
como los hedge funds. Las presiones del secretario del Tesoro de
Estados Unidos, Tim Geithner, para influir en la redacción
de la futura directiva europea sobre gestores de fondos de
inversión alternativos han surtido efecto"…

Bruselas aplazada la directiva sobre hedge funds tras las
advertencias de EEUU (El Economista – 16/3/10)

Elena Salgado, vicepresidenta
española y titular de las carteras de Economía y
Hacienda, acudió este lunes a Bruselas con la
intención de fraguar un acuerdo definitivo que fuera
aceptable tanto para Reino Unido como para Francia.

Pero en vísperas de la
reunión fue pública y notoria la presión
ejercida por el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Tim
Geithner, sobre Salgado y sobre el francés Michel Barnier,
comisario europeo de Mercado Interior y Servicios Financieros. Y
es que el estadounidense se posicionaba a favor de las tesis
británicas y advertía a los europeos de que no
discriminaran a los hedge funds norteamericanos.

Francia y Alemania quieren mantener la
situación actual con respecto a los fondos de alto riesgo
que son gestionados desde fuera de la UE o que aún,
estando gestionado desde centros financieros europeos como
Londres, están implantados en paraísos fiscales
como las Islas Caimán o las Islas británicas del
Canal de la Mancha.

Es decir, que para captar fondos en los
diferentes países de la UE tienen que pedir permiso a
todas y cada una de las autoridades de regulación y
supervisión financiera de los Veintisiete.

Caballo de Troya

Reino Unido y Estados Unidos defienden
que la UE les conceda un pasaporte para que una vez que reciban
la autorización en uno de los países del club,
puedan operar con total libertad a lo largo y ancho de todo el
mercado único continental.

París y Berlín consideran
que ese pasaporte sería como un caballo de Troya a
través del que se infiltrarían en la UE los
tiburones de la especulación internacional. Los
anglosajones acusan a franceses y alemanes de proteccionistas, y
de boicotear la City de Londres en beneficio de Fráncfort
y París.

La futura directiva sobre gestores de instrumentos de
inversión alternativa pretende arrojar más
transparencia sobre este mercado opaco.

Los responsables de la UE reconocen que no hay pruebas
para acusar a este sector de la crisis financiera pero, dado el
tamaño que están adquiriendo estos fondos, exigen
que sean más transparentes para evitar que planteen
riesgos sobre el conjunto del sistema financiero
internacional.

"Los ministros de Finanzas de la Unión
Europea no consiguieron el martes alcanzar un acuerdo sobre una
nueva normativa para los fondos de cobertura y las firmas de
capital riesgo, dijeron funcionarios de la UE"…
Los
ministros de finanzas de la Unión Europea no llegan a
acuerdo sobre regulación de fondos de cobertura (The Wall
Street Journal – 16/3/10)

Los miembros del bloque han estado
discutiendo sobre los así llamados fondos de
inversión alternativa desde el año pasado, pero hay
grandes divergencias entre los países.

Reino Unido, cuya capital, Londres, es
el mayor centro financiero de la UE, se opone a una
regulación estricta que teme que haga que los
inversionistas se marchen a otros lugares. Francia y Alemania,
por contra, están a favor de unas normas más firmes
sobre estos fondos, al considerar que conllevan un riesgo y
provocan volatilidad en los mercados.

Uno de los puntos calientes es
cómo trataría la nueva legislación a los
fondos que tienen su sede fuera del bloque. Reino Unido quiere
asegurarse de que esos fondos tienen acceso a inversionistas de
la UE, mientras que Francia quiere limitar la obtención de
recursos de esos fondos.

La aprobación de la nueva legislación
requiere una mayoría cualificada. Los diplomáticos
de la UE dicen que hay suficiente apoyo entre los 27 miembros de
la Unión para aprobar las regulaciones en su forma actual,
pese a las objeciones del Reino Unido. Sin embargo, el gobierno
español insiste en que desea obtener "un consenso" antes
de seguir adelante. Las medidas también necesitan la
aprobación del parlamento europeo, que actualmente discute
enmiendas a la legislación propuesta.

Un funcionario del Tesoro
británico describió la demora en las negociaciones
legislativas como "un buen resultado para el Reino Unido".
"Debemos mantener nuestra posición. Otros son dados a
mostrarnos como antireformistas. Eso es equivocado. Lo que
queremos es obtener un acuerdo que fortalezca al sistema sin
sacrificar la competitividad", dijo el funcionario.

Una propuesta que se encuentra bajo discusión es
un sistema de "pasaportes" que le permitiría a los fondos
extranjeros cooperar con un regulador de un estado de la
Unión, permitiéndoles atraer inversiones a lo largo
del bloque. Francia se opone vehementemente a esta idea,
según un diplomático de la Unión
Europea.

"La Unión Europea ha aplazado una
decisión sobre la nueva regulación prevista para
los fondos de inversión especulativos, que hoy
debían tomar los ministros de Economía y Finanzas
de la UE"…
La UE aplaza decisión sobre la nueva
regulación de los fondos especulativos (El Confidencial –
16/3/10)

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