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La Unión Europea llama a revisión al Euro la casa está en llamas I (página 3)




Enviado por Ricardo Lomoro



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En concreto, el documento del BCE señala que "los
acontecimientos recientes han, quizá, aumentado el riesgo
de secesión (modestamente), así como la urgencia de
abordar esta cuestión como un escenario posible". El
estudio concluye que el abandono de la zona euro supondría
también la expulsión de la UE, ya que todos los
miembros de la Unión deben ir integrándose, de
forma progresiva, a la Unión Monetaria, a excepción
de Gran Bretaña y Dinamarca, cuya adhesión a la UE
establece explícitamente una cláusula para no
adoptar el euro en sustitución de su moneda
nacional.

En la actualidad, abandonar la Unión Monetaria
(UEM) "sin una retirada paralela de la UE sería legalmente
imposible". Pese a ello, "si bien esto puede suceder en la
práctica, la expulsión de la UE o de la UEM
sería tan difícil, desde el punto de vista
conceptual y jurídico, que su probabilidad es cercana a
cero". La clave, sin embargo, es que el BCE ya no descarta algo
que hasta hace poco era, simplemente, inconcebible.

Por ello, el BCE aboga por dotar de mayor transparencia
y seguridad jurídica a los preceptos relativos a la
expulsión o abandono voluntario de la zona euro en los
tratados comunitarios, y propone una revisión de este tipo
de normas. Es preferible que se "aclare" jurídicamente el
"silencio" que hasta ahora ha imperado en este tipo de
cuestiones.

"El recién nombrado economista jefe de Deutsche
Bank, Thomas Mayer, advierte que "el euro puede romperse" a causa
de la situación de Grecia y otras "economías
frágiles" entre las que se incluye
España.

En una entrevista que el diario "Die Welt" publica en su
tercera página, llama a la Unión Europea a
establecer mecanismos de gestión de crisis como estas en
los países miembros "que sólo pueden desembocar en
una ruptura de la unión monetaria o en su
conversión en una unión inflacionista"… . "El
euro puede romperse" por la "fragilidad" de países como
España, Irlanda y Portugal (El Mundo –
22/1/10)

Sugiere la creación urgente de un Fondo Monetario
Europeo con amplios poderes ya que "ni el Banco Central Europeo
ni la Comisión Europea pueden obligar a nadie en la UE, en
este caso a los griegos, a llevar a cabo las reformas necesarias
a cambio de ayuda".

En caso de que no se ponga remedio, considera muy
posible que España, Irlanda y Portugal se vean en la misma
situación en la que hoy encontramos a Grecia.

"¿Abandonarán estos países
problemáticos el euro por sí mismos?", se pregunta
Mayer, ofreciendo la respuesta a renglón seguido:
"¿Por qué iban a abandonar este paraguas de
protección? Serán otros, los países
estables, los que vean el euro tan arruinado que no quieran estar
más ahí. Eso en teoría es posible.
Según jurisprudencia del Tribunal Constitucional Federal,
si la Unión Monetaria deja de ser un elemento de
estabilidad, Alemania puede escapar, aunque en la práctica
no podamos ni imaginarlo. Y ese es el auténtico
dilema".

Deutsche Bank mantiene desde hace ya tiempo una
posición muy crítica respecto a la situación
en Grecia y recientemente ha recomendado también a sus
inversores vender la deuda pública española a favor
de la deuda de Irlanda.

"Los inversores están retirando efectivo de
Europa a un ritmo récord al tiempo que los bancos
centrales reducen sus compras del euro, una situación que
hace peligrar el estatus de la divisa comunitaria como un
sustituto del dólar como la moneda de reserva del
mundo"… El mercado duda del euro: pierde terreno como moneda de
reserva (El Economista – 2/2/10)

De acuerdo con los datos que semanalmente publica la
Comisión de Negociación de Futuros y Materias
Primas (CTFC en sus siglas en inglés), las posiciones
netas bajistas de inversores no comerciales -los especuladores
financieros- alcanzaron un volumen de 43.741 contratos, lo que
devuelve al mercado a parámetros no vistos desde el
colapso de Lehman Brothers y supone el nivel más alto
desde que se hacen contratos de futuros sobre el euro.

Conviene señalar que el mercado de futuros
representa sólo una fracción y muy pequeña
de la negociación real sobre el euro, que se mueve sobre
todo al contado y en mercados OTC (over the counter), sin
información pública. Se trata en cualquier caso, de
un síntoma preocupante para la evolución de la
moneda europea durante los próximos meses. "Es una
señal muy fuerte. En este mercado sólo entran los
grandes operadores, y están indicando que ven al euro muy
débil", confirma José Carlos Díez,
economista jefe de Intermoney.

La agencia de calificación crediticia Fitch
Ratings tildó ayer de "inquietante" la situación de
las cuentas públicas de Grecia, España y Portugal y
recordó que Grecia "no ha seguido nunca las directivas
europeas".

Dado que no hay otra unión monetaria en el mundo
con la que comparar la marcha del proyecto europeo, hay quienes
argumentan que estos son los contornos propios de una
unión monetaria sin más, que no se trata de que las
reglas impuestas por Bruselas hayan sido equivocadas o
insuficientes sino que, en ausencia de una unión
política, estos son los elementos con los que hay que
trabajar y convivir.

"Los actuales problemas están en el origen mismo
del euro. Es su pecado original porque se unifica la
política monetaria de los estados miembros pero cada uno
de ellos mantiene su soberanía fiscal", asegura Gerardo
della Paolera, profesor de Economía de la Universidad
Americana de París.

Sin embargo, las cosas se podían haber hecho de
otra forma, se podían haber fijado otros límites y
las herramientas elegidas podían haber sido también
distintas. "Los niveles de vigilancia establecidos, a
través del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC),
claramente no son suficientes. No se tienen en cuenta
desequilibrios que ahora se han probado tan graves para la
eurozona como los déficits comercial y por cuenta
corriente, la evolución de los salarios, del
crédito, la política prudencial…. No hay duda de
que hace falta mayor supervisión", asegura Jean
Pisani-Ferry, director del think tank Bruegel, con sede en
Bruselas.

Las críticas al Pacto de Estabilidad son un
episodio habitual para los expertos. Y la verdad es que no parece
que un límite del 3% del PIB, en el caso del
déficit, y del 60%, en el de la deuda pública,
basten para dotar de estabilidad a una unión monetaria en
un mundo tan complejo como el actual y en el que están
tantos elementos en juego.

Precisamente, el PEC fue el origen de otra
pequeña crisis de la moneda única en estos 11
años de existencia. En 2004, la Comisión Europea
dejó en suspenso la aplicación de sanciones a
Francia y Alemania por haber superado el límite del 3% de
déficit el ejercicio anterior. Entonces se apostó
por una reforma del Pacto que flexibilizara su cumplimiento para
los países ricos, algo que algunos auguraron como una
carga de debilidad permanente para el euro. No fue así.
Pero ya entonces ese episodio permitió intuir algunos
problemas estructurales de la Unión: la dificultad de
acomodar unas reglas comunes a países con momentos del
ciclo muy dispares y con trayectorias económicas muy
diferentes. "El euro ha funcionado bien porque el 85% del
comercio se desarrollaba dentro de la UEM", apunta Della
Paolera.

Sólo que hay desequilibrios que no se pueden
mantener de forma indefinida. "La estructura del crecimiento en
Europa está desequilibrada de forma peligrosa, con un gran
superávit por cuenta corriente en Alemania que tiene su
reflejo en los grandes déficits que soportan otros
países de la Unión. Esos países sufren
entonces una pérdida de competitividad que no pueden
aliviar mediante una devaluación del tipo de cambio",
afirma Marco Annunziata, economista jefe de Unicredit desde
Milán. "Al mismo tiempo, Europa no cuenta con un mecanismo
lo suficientemente fuerte como para redistribuir recursos de
forma efectiva entre países y cuenta con una movilidad
laboral limitada. Una unión monetaria en esas
circunstancias, sin mayor integración fiscal y
política, no puede funcionar", sentencia.

Con todo, mientras las cosas han ido razonablemente bien
-fuerte crecimiento, liquidez, optimismo- el euro ha funcionado.
Los problemas de verdad surgen cuando la economía se
deteriora. "Es la primera vez que las economías en
dificultades tienen que lidiar con el rigor desde dentro de una
unión monetaria y todo ello en medio de una enorme crisis
fiscal", recuerda desde su despacho de Londres Peter Westaway,
economista jefe para Europa de Nomura.

Aunque la magnitud de la crisis actual ha superado
cualquier previsión, algunos escenarios sí que se
podían anticipar, al menos en parte. Las crisis
financieras suelen venir acompañadas de una
reducción de la deuda -desapalancamiento, según la
jerga económica- del sector privado y ésta, a su
vez, de un aumento de la deuda pública. La historia
concluye entonces que las suspensiones de pagos por parte de los
Estados aumentan considerablemente después de las crisis
financieras, como recogen Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff en su
libro Esta vez es diferente: ocho siglos de locura financiera. Si
bien "las posibilidades de una suspensión de pagos son muy
bajas, especialmente dentro de la eurozona, las incertidumbres
que (esta situación) conlleva son considerables", admiten
Ben Broadbent y Nock Kojucharov, de Goldman Sachs, en un reciente
informe. Es decir, que los problemas por los que atraviesan
economías como Irlanda, Grecia, Portugal o España,
por poner un ejemplo, no eran tan difíciles de prever. Y
menos después de la suspensión de pagos de
Dubái.

Los mercados están castigando con un aumento de
la prima de riesgo -medida por el diferencial de rentabilidad
frente a la deuda alemana que hay que pagar para financiarse o
por el coste de asegurar la deuda, los CDS- a los países
con peor desempeño fiscal "y en este punto entra en juego
la credibilidad, conseguida a lo largo del tiempo", como recuerda
Citigroup en una nota a clientes. Porque hay un poco de todo.
Desde luego en el caso de Grecia.

No hay duda de que la inestabilidad se ha cebado con los
países del Sur de Europa más Irlanda, aunque el
gobierno de Dublín ha acometido un plan de ajuste tan
severo -incluyendo recortes del 15% del salario de los
funcionarios- que parece haber recuperado la calma. Una
coincidencia geográfica que ha llevado a los analistas a
rescatar para sus informes el despectivo acrónimo PIGS,
que significa cerdos, en inglés, y las iniciales en ese
idioma de Portugal, Italia, Grecia y España. Una
denominación que tuvo cierto éxito en los
años previos a la entrada en vigor de la moneda
única pero que la convergencia y el buen desempeño
económico habían hecho caer en el
olvido.

Claro que, si nos atenemos a las economías que
pueden verse arrastradas en caso de una suspensión de
pagos de Grecia, el nuevo acrónimo de moda entre los
analistas es STUPID, las siglas en inglés de
España, Turquía, Reino Unido, Portugal, Italia y
Dubái. Algunos añaden otra U para incluir a Estados
Unidos. La referencia del acrónimo en este caso es
innecesaria.

Ante el alcance y la extensión que está
cobrando la crisis, la Unión Europea se ha visto obligada
a plantearse un escenario que había querido ignorar desde
su creación: la posibilidad de un rescate financiero a un
miembro de la unión monetaria. Es más, los
estatutos fundacionales del Banco Central Europeo excluyen
explícitamente la posibilidad de un rescate por parte de
la autoridad monetaria. Sólo dejan la puerta vagamente
abierta a que lo hagan los Estados miembros, pero bajo
circunstancias muy concretas.

"No hay un mecanismo de gestión de crisis,
estamos en proceso de inventarlo", reconoce Jean Pisani-Ferry. En
algunos ámbitos ya ha habido avances. La Unión
Europea estableció una línea de ayuda junto al
Fondo Monetario Internacional (FMI) para acudir al rescate de
Hungría, Rumanía y Letonia, países miembros
de la unión pero no de la moneda única. Una
opción que, sin embargo, parece descartada de plano cuando
afecta a los países del euro.

No sólo por la humillación que puede
suponer para los europeos que sean otros los que le resuelvan la
crisis sino porque, además, el Fondo nunca ha aplicado sus
programa en países que carecen de control sobre el tipo de
cambio o sobre los tipos de interés. Y eso
comprometería en buena medida la independencia del propio
banco central

"Europa quizá necesite desembolsar hasta 320.000
millones de euros si decide rescatar a Grecia, porque
abriría la puerta al salvamento de otros países con
problemas financieros, según BNP Paribas"… El coste
del rescate de Grecia para la UE podría ascender a 320.000
millones de euros (Cinco Días – 17/2/10)

"Un plan de rescate que tenga posibilidades razonables
de éxito debería cubrir a todos los candidatos
más probables, y tendría que ser grande", dijo Paul
Mortimier-Lee, director mundial de economía de mercado
para BNP en Londres. "El tamaño importa cuando se intenta
ahuyentar a los especuladores y confortar a los bonistas
nerviosos".

Para hacer el cálculo, Mortimier-Lee
utilizó el 20% del producto interno bruto como regla
general, basándose en los paquetes recientes del Fondo
Monetario Internacional. Y también tiene en cuenta la
ayuda proporcionada a la aseguradora American International Group
Inc., el mayor rescate de Estados Unidos, que costó
182.000 millones de dólares.

La semana pasada, los líderes europeos se
comprometieron a garantizar la estabilidad de la eurozona, aunque
no nombraron medidas específicas para ayudar a Grecia. Los
bonos de España y Portugal han caído por temor a
que esos países también tengan problemas para
reducir sus déficits. "No es de sorprender que el apoyo
dado hasta ahora a los países europeos periféricos
haya sido principalmente moral", dijo Mortimier-Lee. "Como dicen,
prometer no empobrece, pero un rescate convincente sí que
costará".

Los PIGS "vuelan"… (lo que pocos se animan a
decir, pero muchos piensan)

Opción "amputación" (guste o
no)

Estoy casi seguro que no es lo que se va a hacer (hay
demasiados bancos europeos, en especial franceses y alemanes, con
mucha deuda soberana de los PIGS atragantada), pero por la
"salud" del euro y la "credibilidad" de la UE, creo que lo mejor
(aunque resulte muy duro) sería "expulsar temporalmente"
del euro a los incumplidores. Aplicar una especie de "opt out"
obligatoria, mientras dure su situación deficitaria,
comprometedora con la estabilidad de la moneda
única.

Durante ese período de expulsión, el
FMI trataría a los "fiscalmente recalcitrantes" como a los
países subdesarrollados (la única verdad, es la
realidad). Una vez resuelta su problemática financiera,
podrían reintegrase nuevamente (si lo desean). Mientras
pagan los excesos, los "gorrinos" pasarían a formar parte
del grupo de países miembros de la UE que -aún- no
se han integrado en la moneda única y de aquellos que,
estando en condiciones, no desean hacerlo.

En el proceso de "desintoxicación"
volverían la peseta, la lira, el escudo, la libra…
las devaluaciones, la fuga de depósitos y una
"argentinización" de las economías
"periféricas", en el caso que los gobiernos populistas
insistieran con "más de lo mismo", de final imprevisible.
En las manos de sus dirigentes (vaya eufemismo) quedará la
responsabilidad (histórica) de "sanear sus balances" para
poder retornar al club del euro o el "suicidio social" del "nunca
más"… En las manos de sus pueblos
(¿aborregados, pastueños, subsidio-dependientes,
anestesiados?) quedará la decisión de cómo
afrontar los acontecimientos que
vendrán…

… o dejan el nido (una "intervención"
en toda regla por "incapacidad" manifiesta)

Opción "trasplante" (esto es lo que
hay)

La otra opción (tan desagradable para los
populistas "deficitarios habituales", como la anterior, pero
menos peligrosa para sus ciudadanos, tal vez) podría ser
la de facilitar los "apoyos financieros" necesarios para que
resuelvan su situación deficitaria, a cambio de aceptar
formalmente una "intervención", total y absoluta, en el
manejo presupuestario, como para asegurarse el cumplimiento de
las metas establecidas. Para esta alternativa, sería
conveniente crear un Fondo Monetario Europeo, con capacidad para
captar recursos en el mercado internacional, autoridad suficiente
para facilitar créditos de emergencia, e "intervenir" y
auditar el presupuesto nacional del país fracasado. De ser
conveniente (y necesario) se podría acudir a una forma de
Derechos Especiales de Giro, emitidos por el FME, o
créditos "stand by", para cubrir los desfases financieros,
con una tasa de interés equivalente a la que cobre el FMI,
para similar operación y circunstancia, pagadera en euros
por el país solicitante, una vez saneado su
balance.

La deuda externa (es de esperar, que no eterna) se
debería garantizar con suficientes bienes públicos
tangibles (valuados a precio de mercado), y temporalmente
inalienables, especificados en el contrato de préstamo
temporal. Una declaración de "incapacidad" manifiesta del
país deudor (aceptada y aprobada por el Parlamento), y el
nombramiento de un "curador" en toda regla, incluyendo su
"capacidad de obrar" (refrendada por el Poder
Legislativo)…

Aunque siempre quedará, la "solución
políticamente correcta" (PIGS en la granja)

Opción "respiración asistida"
(maquillar al muerto)

Probablemente, al mejor estilo europeo, se
optará por aplicar paños calientes, distraer al
personal y esperar que pase la tormenta ("El euro no tiene
sentido si no somos solidarios" -Sarkozy, 6/3-; "Frente a esta
situación difícil, los principales actores de la
escena europea estamos dispuestos a hacer lo que haga falta para
que Grecia no quede aislada" -Sarkozy, 7/3- ). En una palabra:
"Al que Alemania se la dé, Francia se la bendiga"…
Entre tanto, es posible que los especuladores den por concluida
su faena o se vayan a otro lado a buscar nuevas presas. El
peligro es que con un "euro sangrante", los predadores siempre
vuelven. El "buenismo" puede poner al euro y a la Unión
Europea al borde del desastre.

Con cada obstáculo salvado el proyecto europeo
se alejará cada vez más de su objetivo inicial. Lo
que los políticos "de cabotaje" no dicen (y tampoco
quieren reconocer para no asumir su responsabilidad en el "pecado
original" de la UME), es que para tener una moneda única
hay que tener un tesoro común. Difícil… pero
real.

Mientras se espera a los líderes capaces (esos
grandes hombres de Estado)

("Diré a la Cámara lo que he dicho a
quienes se han incorporado al Gobierno: no puedo ofrecer
más que sangre, esfuerzo, sudor y
lágrimas"…)

(En mi humilde opinión) Después que los
bancos usaron a los Estados cual clínex (y se dejaron) y
ahora son sus rehenes (y se dejan), las opciones son: dejar morir
a los (países) más débiles de la manada,
defender a los más débiles pero transformarse en el
macho dominante, o correr más que el león (si
tú corres más que el león, comes; si el
león corre más que tú, te come). Creo
(aunque no lo deseo) que la Unión Europea (rosácea
y risácea) intentará esto último…
Ojalá que corra más que Usain Bolt. De no ser
así (que es lo más probable), sólo
quedará rezar…

A estas alturas del espectáculo, el dilema
europeo, podría resumirse de la siguiente manera: un
debate entre unos países que escatiman en gastos
(fundamentalmente Alemania) y otros muchos que se comportan como
despilfarradores patológicos (fundamentalmente los PIGS).
Quién resultará a la larga una mayor carga para el
euro, es algo que está por verse. De un modo u otro
(lamentablemente) los euroescépticos, así como
quienes se benefician de la esclerosis múltiple de la
Unión Europea, siempre hablarán de "un error
fatal". De lo que probablemente no hablen (eso me temo) es de la
gestión de la escases, una ciencia olvidada. Por ahora,
todo queda en una caricatura. Esta discusión se deja
pendiente hasta la Segunda parte del Paper.

(Anhelando que alguna vez los hechos sean mejores que
los sueños, tomen todo esto, como un mensaje en una
botella, no más…)

P.D.: Mira tú por dónde (En
opinión de Nouriel Roubini, un gurú muy de moda):
"El dilema del salvamento de Grecia es el del riesgo moral y la
legitimidad política en el marco de la unión
monetaria. La historia demuestra que las reformas estructurales
deben ser acompañadas por una larga cantidad adelantada de
fondos extendida bajo las más estrictas condiciones. Eso
eliminaría el miedo a la refinanciación, al mismo
tiempo que las reformas son desarrolladas bajo una
supervisión cercana.

Dado el riesgo de contagio a otros países
europeos a través del sector bancario, la UE y el BCE no
se encuentran en la mejor posición para imponer
condiciones una vez se aplique el rescate. Y la
financiación sin exigencias duras es la menos deseable de
las soluciones.

Ésa es la razón por la que un programa
creíble del FMI, que aúna apoyo monetario con el
logro progresivo de reformas, es la solución apropiada,
aunque resulte arriesgada. El FMI puede minimizar el problema del
riesgo moral mejor que unas garantías a préstamos".
(El Economista – 10/3/10)

Es muy pronto aún para calibrar los efectos del
posible rescate de Grecia por parte de Bruselas pero, si
éste se confirma, supondrá sin duda un peligroso
precedente para los países miembros de la Unión
Monetaria e, incluso, para la futura viabilidad de toda la
Unión Europea. El edificio de la moneda única, que
vio la luz hace apenas una década, se sustenta sobre el
Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que impone un déficit
público máximo del 3% del PIB y una deuda que, en
ningún caso, debe superar el 60%.

Si "mamá" Europa acude al rescate, para
qué intentar cumplir los criterios de
Maastricht.

Por el otro lado, dejar caer a Grecia podría
tener un efecto dominó en otros países y llevar a
la Unión Europea a una crisis sin precedentes.

(15/3/10) No sabemos todavía cuál
va a ser la solución final, por ahora vemos a Alemania y
Francia apoyando a Grecia, pero sin comprometerse al cien por
cien. La última declaración de Merkel ha sido
referente a una posible prohibición de los CDS
especulativos para intentar eliminar la presión a la baja
que sufren los bonos griegos.

No sabemos qué va a pasar, pero la Unión
Europea que salga de esta crisis va a parecerse poco a la actual,
ya que los mecanismos actuales para evitar situaciones de este
tipo no han funcionado y habrá que poner otros en marcha
en el futuro.

En las próximas páginas se presenta
información pormenorizada de cada uno de los temas
abordados. Para abreviar la lectura (en su caso) se han subrayado
los párrafos más importantes y destacado en rojo
los más significativos. La redacción se ha
efectuado en tiempo real, por lo que sabrán disculpar
algunos fallos gramaticales (tiempo de los verbos, entre otros).
Ustedes leerán en tiempo pasado lo que, en alguna medida,
hemeroteca mediante, ha sido redactado en tiempo presente. Son
los problemas que plantea escribir sobre historia del presente
(crónicas de guerra). Nuevamente disculpas.

Pasen y lean (como diría mi admirado Cesar
Vidal: "sin el ánimo de agotar el tema, los hechos son los
siguientes")…

En la Segunda parte de este Paper (que se
publicará un mes después que la Primera) se
abordaran los siguientes aspectos:

– La batalla de la triple "A": los sospechosos
habituales (¿quiénes se benefician del ataque al
euro?)

– La Europa invertebrada (¿quo
vadis?)

– La verdad de la milanesa (víctimas
colaterales: no hagan olas, muchachos…)

– ¿Y a partir de ahora, qué? (de
Eurolandia a los Estados Unidos de Europa)

– Conclusión (o anhelo) preliminar: Más
Europa

– Anexo: El rincón de los gurús (la
dictadura intelectual)

La tragedia griega
(con los nervios de punta)

Monografias.com

"Con una deuda superior al 100% del PIB y un
déficit del 12%, el país heleno se enfrenta a su
peor crisis. El Gobierno de Atenas busca medidas para recuperar
la credibilidad en los mercados"…
La economía
griega sigue los mismos pasos de Islandia (El Mundo –
6/12/09)

Citius, altius, fortius. El famoso lema
olímpico (más rápido, más alto,
más fuerte) se ha vuelto de una forma completamente
inesperada contra el país que, irónicamente, dio
origen a los Juegos. Grecia, cuna de civilizaciones, se encuentra
en estos momentos en una situación económica
límite, y, en cierto modo, el mayor evento deportivo es el
síntoma más evidente de un planteamiento
erróneo y demasiado ambicioso.

El desproporcionado coste de las Olimpiadas de Atenas,
en 2004, que sigue pasando factura un lustro después,
representa el cenit de un espiral de gasto y descontrol que se
propagó por toda Europa, pero cuyas consecuencias
más severas se sienten ahora en el
Mediterráneo.

En los últimos tiempos, los rumores sobre la
posible bancarrota del país heleno han hecho salir a la
palestra a los máximos responsables del Gobierno -y de la
UE- para tranquilizar los ánimos. Pero sin demasiado
éxito.

El 26 de noviembre de 2009, la Bolsa griega cayó
un 6,2%, acumulando un retroceso de más del 20% en todo el
mes. Sin embargo, el principal problema son los datos
macroeconómicos. Algunos de los más llamativos: un
déficit del sector público superior al 12%, (cuatro
veces más que el máximo aceptado por el Pacto de
Estabilidad de la UE), una deuda que ya es la más alta de
la Unión -y que en 2011 ascenderá nada menos que al
135% del PIB- y un desempleo que se acerca peligrosamente a los
dos dígitos.

Con el miedo por Dubái todavía en el
cuerpo, los más de 200 puntos del diferencial del bono
griego a 10 años respecto al alemán (el
español era 56 y ya parecía dramático) es la
guinda del pastel. Por ello, de inmediato el ministro de
finanzas, George Papaconstantinou, tuvo que reconocer que el
nuevo Gobierno estaba "trabajando para corregir su problema de
credibilidad en los mercados financieros", si bien
insistió en que Grecia "no iba a necesitar un
rescate".

En un artículo publicado en The Wall Street
Journal, Papaconstantinou reconocía también que
tenía que hacer frente "a una economía en
recesión, a una grave situación fiscal y a
problemas estructurales profundos". El peor, de largo, el
déficit, que definió como
"dramático".

Mientras tanto, la pelota está en las manos de
los responsables de la banca privada alemana. Serán ellos
los que deban conservar la calma, pues son los que tienen
comprometidos y expuestos más de 200.000 millones de euros
en el país heleno.

De momento, el británico The Guardian ha dicho en
voz alta lo que todos en Europa se preguntan: ¿será
Grecia la próxima Islandia?

"El miembro alemán del comité
ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), Jürgen Stark,
asegura que la Unión Europea (UE) no ayudará a
Grecia a salir de sus problemas fiscales y arrastró al
euro a la baja. El FMI, por el contrario, está "preparado"
para acudir al rescate si es necesario"…
El FMI
está "listo" para rescatar a Grecia ante la negativa del
BCE (Libertad Digital – 6/1/10)

En una entrevista publicada en el diario italiano Il
Sole 24 Ore, Stark señalaba que "quien cree que los
países miembros de la UE al final se sacudirán el
bolsillo para salvar a Grecia, se equivoca".

Ante este anuncio, el euro se depreciaba hasta 1,4282
dólares, frente a los 1,4412 dólares del día
anterior, según una valoración del diario
británico Financial Times.

El ministro de Finanzas griego, Giorgios
Papaconstantinos, anunciaba que el Gobierno acelerará el
programa para la recuperación económica del
país y tratará de reducir el déficit
público a menos del 3% del Producto Interior Bruto (PIB)
en tres años, en vez de en cuatro. Papaconstantinos
calificó los comentarios de Stark como innecesarios y
ratificó el Gobierno griego no necesitará ayuda
exterior para reducir su déficit
presupuestario.

"No necesitamos esa aclaración. No esperamos ser
rescatados por nadie. Está perfectamente claro que hacemos
lo necesario para reducir el déficit y controlar la deuda
pública", informaba Efe.

Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) se
postulaba como posible rescatador del Gobierno griego en caso de
que fuera necesario. En una entrevista publicada por la agencia
Reuters, el director del FMI para Europa, Marek Belka,
señalaba que el Fondo estaba "listo para ayudar a Grecia"
si la UE requiere asistencia financiera, aunque la UE
debería crear su "propio mecanismo de ayuda" para rescatar
países miembros que atraviesen dificultades similares a
las de Grecia.

Preguntado por si el FMI estaría dispuesto a
ayudar a Grecia, Belka afirmó o siguiente: "Sí,
estamos listos. Pero depende de si la UE o Grecia lo
solicitan".

El FMI ya ha acudido al rescate de numerosos
países del Este de Europa, pero el riesgo de quiebra se
extiende ahora a algunos miembros de la zona euro, debido al
elevado déficit público. Es el caso de Grecia, que
presenta un déficit superior al 12% del PIB, y cuyos bonos
a cinco años con respecto a la deuda alemana han superado
el diferencial de los 250 puntos básicos en las
últimas jornadas, encareciendo así el coste de
financiación de sus cuentas públicas.

"Grecia no saldrá "en ningún caso" de
la zona euro y no recurrirá a un préstamo del FMI,
afirmó el miércoles el primer ministro heleno,
Georgios Papandreu, en medio de la grave crisis de las finanzas
públicas de su país"…
Grecia asegura que no
saldrá de la Eurozona ni recurrirá al FMI (El
Economista – 13/1/10)

"En ningún caso saldremos de la
zona euro. No necesitaremos recurrir al FMI (Fondo Monetario
Internacional), no tenemos ninguna necesidad de ellos",
declaró Papandreu, al presentar el balance de los cien
primeros días de gobierno socialista en Grecia.

El estado de las finanzas públicas griegas dejado
por el anterior gobierno "superaba toda imaginación",
agregó Papandreu. Las finanzas de Grecia se encuentran en
una situación más que complicada, a raíz de
la explosión de su déficit, estimado en 12,7% del
PIB (Producto Interior Bruto) en 2009, y su deuda pública
(113% del PIB).

"El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean
Claude Trichet, advirtió hoy a Grecia y al resto de
países de la zona euro de que ningún miembro del
bloque del euro debe esperar ningún tratamiento especial
en ningún caso y afirmó que son los gobiernos los
que deben cumplir su deber y tomar las decisiones
necesarias"…
Trichet advierte a Grecia de que no
recibirá ninguna ayuda especial y que su Gobierno debe
tomar decisiones (El Economista – 14/1/10)

"Tenemos nuestras reglas, ningún
gobierno debe esperar un tratamiento especial en ningún
caso. Ayudar no es el problema, de hecho pertenecer a la zona
euro ya supone una ayuda, el problema es hacer el trabajo y tomar
las decisiones que hay que tomar", afirmó el banquero
francés, quien subrayó que "la cuestión no
es recibir ayuda, sino ayudarse a uno mismo".

A este respecto, el presidente del BCE indicó que
la entidad no cambiará por un país en particular el
marco que regula las garantías aceptadas por la
institución en sus operaciones de financiación en
el Eurosistema, después de que la deuda pública
helena haya sufrido sucesivas rebajas de rating que sitúan
sus bonos al borde de perder la elegibilidad como garantía
en las operaciones con el BCE.

Sin embargo, el máximo responsable de la
política monetaria de la Eurozona admitió que la
institución "hará lo que pueda" para ayudar
"técnicamente" a Grecia, aunque reiteró que es el
Gobierno heleno el que tiene la responsabilidad de actuar.
Asimismo, Trichet calificó de "hipótesis absurda"
la posibilidad de que Grecia abandone el euro.

Asimismo, Trichet recordó la importancia
"crucial" de que los datos estadísticos sean
"creíbles", después de que Bruselas censurara la
mala calidad de las estadísticas presupuestarias
suministradas por Grecia y avisara de que, dada la falta de
fiabilidad de los datos, el déficit y la deuda griegos
podrían ser incluso más elevados de lo confesado
por el nuevo Gobierno heleno en su última
revisión.

De este modo, el banquero francés indicó
que el Consejo de Gobierno del BCE analizará el plan del
Gobierno griego para reducir el déficit y
señaló que Grecia, Irlanda y otros países de
la zona euro deben "comprometerse con una estrategia para
incrementar su competitividad", que resulta esencial para crecer
y crear empleo, una cuestión en la que felicitó a
Irlanda al considerar "impresionante" lo propuesto hasta la
fecha.

"¿Se creen los inversores la disciplina
fiscal que quiere aplicar Grecia para salir de la profunda crisis
en la que se encuentra? La semana que viene, el gobierno pone a
prueba su credibilidad con una emisión de al menos 3.000
millones a un plazo de entre cinco y diez años, anunciada
ayer por el responsable de la agencia de deuda pública del
país heleno"…
Grecia pone a prueba al mercado con
una emisión de bonos de 3.000 millones (Expansión –
23/1/10)

"¿Habrá demanda a un precio tan elevado?
¿Se pedirá más? Es complicado responder a
estas preguntas en estos momentos, con un mercado de
financiación "roto" para Grecia. La emisión, si
finalmente se produce y en función del precio al que se
haga, puede ser un buen indicador de la tensión real
existente en los mercados", explicaba José Luis
Martínez, estratega en España de Citi. Y es que
Grecia tiene que empezar a poner en marcha la máquina de
endeudamiento "no ha emitido todavía en 2010" para cubrir
en parte los vencimientos de hasta 22.500 millones entre abril y
mayo.

El primer ministro griego, George Papandreu, pretende
reducir el déficit, actualmente en el 12,7% del PIB, para
lo que requiere 53.000 millones de deuda este año (20% del
PIB).

Pese a su anuncio, el riesgo país ha mantenido su
tendencia al alza desde que las agencias le recortaron el rating
en diciembre. El 22 de enero alcanzó nuevos máximos
de 11 años, hasta los 304,89 puntos básicos (ver
gráfico).

"La escasa credibilidad que los mercados otorgan a los
planes del gobierno griego, el tono mixto de los últimos
indicadores del área del euro y, en general, la mayor
aversión al riesgo que se ha observado durante la semana
está detrás de esta tendencia negativa", apuntaban
en el Servicio de Estudios de BBVA.

El miembro del consejo del BCE, González
Páramo, quiso dejar claro también que "lo que queda
por hacer en este momento en materia de disciplina fiscal
está en manos del Ejecutivo griego".

Monografias.com

"La Comisión Europea endurece el plan de
austeridad ideado por el Gobierno de Atenas para regresar a un
déficit público del 3% del PIB. En concreto,
recomienda a Grecia reducir los salarios a los funcionarios e
implantar nuevos impuestos a los artículos de
lujo"…
Bruselas toma las riendas: Grecia deberá
recortar el sueldo a los funcionarios (Libertad Digital –
1/2/10)

Las cosas se ponen cada vez más serias para el
Gobierno de Atenas. La Comisión Europea (CE) pedirá
a Grecia más medidas para reducir su déficit y su
deuda y sortear así el riesgo de suspensión de
pagos y someterá sus cuentas públicas a una
vigilancia reforzada. Además, el Ejecutivo comunitario
expedientará al Gobierno de Atenas por la mala calidad de
las estadísticas presupuestarias que ha enviado a Bruselas
los últimos años.

El, entonces, comisario de Asuntos Económicos,
Joaquín Almunia, consideró que el último
plan de austeridad elaborado por Grecia a mediados de enero para
sanear sus cuentas públicas -y que prevé reducir el
déficit desde el 12,7% en 2009 hasta el 2,8% en 2012- fija
"objetivos ambiciosos", pero considera que existen "riesgos" que
podrían frustrar el logro de estos objetivos, de
ahí que instó a Atenas a adoptar medidas
adicionales de consolidación presupuestaria, informa
Europa Press.

¿Pero cuáles son estas medidas? El plan
adicional de recorte presupuestario ideado por Bruselas sigue la
línea marcada por Irlanda y Letonia. En concreto, la CE
quiere que el Gobierno griego "reduzca el salario nominal" a los
funcionarios, tanto de la Administración central como de
los gobiernos locales, agencias, empresas e instituciones
públicas, según el documento Medidas urgentes para
ser adoptadas el 15 de mayo de 2010.

De este modo, Bruselas establece un plazo de cuatro
meses para imponer un plan mucho más rígido de
recorte presupuestario. Además, recomendaba el
establecimiento de nuevos impuestos sobre artículos de
lujo, así como acelerar y mejorar la recaudación
fiscal que afecta a los trabajadores autónomos.

El primer ministro griego, George Papandreu, que
llegó al poder el pasado año, ya anunció una
congelación salarial para todos los funcionarios con
sueldos superiores a los 2.000 euros al mes, así como la
reducción de terminados subsidios especiales que, en la
práctica, constituyen una gran parte de los ingresos
totales que perciben los funcionarios griegos. Sin embargo, no
contemplaba el recorte del salario en términos nominales,
algo por lo que ahora sí aboga la CE, en la línea
con lo aplicado por Irlanda y Letonia.

El mayor sindicato del sector público griego
(ADEDY) respondía con la convocatoria de una huelga de 24
horas para el 10 de febrero en protesta por las medidas de
austeridad anunciadas. El propio Papandreu señalaba en el
Foro Económico Mundial celebrado en Davos que su Gobierno
estaba acelerando la aprobación de una profunda reforma
tributaria para finales de febrero, y que también se
introducirán cambios en el sistema de pensiones a finales
abril.

Desde hace algún tiempo, la burocracia de
Bruselas -tanto la CE como el Banco Central Europeo- estudian,
entre otras medidas, que los países con graves
desequilibrios presupuestarios aumenten el IVA en uno o dos
puntos porcentuales, retrasen la edad de jubilación y
congelen e, incluso, reduzcan, el salario a los funcionarios
hasta que el déficit regrese al límite
máximo del 3% del PIB que impone el Pacto de
Estabilidad.

"Las autoridades griegas han culpado a los
especuladores del mercado de la caída en picado que se ha
visto en el precio de los bonos helenos en los últimos
días. Esta afirmación, si se tiene en cuenta
además la creciente preocupación de los inversores,
puede ser cierta en parte. Pero sólo es una parte de la
historia"…
¿Serán los bonos griegos las
nuevas subprime? (El Economista – 2/2/10)

Muchos inversores, especialmente los bancos, que son
grandes compradores de deuda gubernamental, ya no apuestan por
que las perspectivas del sistema financiero griego puedan
mejorar, y van deshaciendo posiciones en este papel sin defender
su valor, apunta el portal financiero MarketWatch.

Estas entidades se han dado cuenta de que los bonos
públicos de Grecia y otras naciones son activos en
realidad más arriesgados de lo que en un principio
parecía.

Para cubrirse, estos inversores institucionales
están o bien recurriendo a esas ventas de papel, o bien
comprando CDS (Credit Default Swaps, seguros contra el riesgo de
impago de activos de renta fija), lo que además
está provocando que se dispare el precio de estos
títulos.

El jueves 28 de enero, el precio del CDS griego
alcanzó un máximo histórico de 4.225 puntos
porcentuales, según datos del proveedor CMA DataVision.
Esto significa que el coste de asegurar, por ejemplo, deuda
helena por valor de 10 millones de dólares, asciende a
422.500 dólares por año, frente a los 338.000 de
hace sólo una semana.

Por si fuera poco, esto tiene una doble lectura. Y es
que algunas entidades pueden estar comprando CDS simplemente para
compensar los seguros que vendieron a otros inversores, con toda
probabilidad hedge funds, cuando los tiempos eran buenos y las
preocupaciones por la estabilidad de la zona euro parecían
de risa.

Ahora, que muchas de esas operaciones están
siendo desveladas, el mercado de CDS se ha vuelto inusualmente
volátil.

¿Por qué están estos grandes
inversores actuando justo ahora? Quizá porque tienen miedo
de las bajadas de rating soberano que pueden avecinarse,
especialmente en Portugal, que la semana pasada sorprendió
al mercado presentando una cifra de déficit público
a cierre de 2009 mucho mayor de lo esperado.

Si la calificación de un país baja
demasiado, los bonistas se pueden ver obligados a vender. Y si el
bonista es un banco, la venta puede hacer que tenga que
provisionar más capital para aplacar las preocupaciones y
exigencias de los reguladores, explica MarketWatch.

También hay que tener en cuenta que no es
necesariamente fácil vender cuando uno quiere. La
última semana de enero es un ejemplo claro y reciente:
como los inversores no podían vender sus bonos, porque no
había demanda, se dedicaron a comprar CDS sobre la deuda
griega, haciendo que el precio de estos contratos perforara su
techo.

Dejá vù de alto riesgo

Todo esto recuerda, y mucho, a lo sucedido con el
mercado de las hipotecas subprime (de alto riesgo) en Estados
Unidos y sus CDO (Collateralized Debt Obligations).

Entonces, las entidades y los grandes inversores
empezaron a mostrarse pesimistas con los ratings y optaron o bien
por tratar de vender, o por cubrirse con seguros sobre sus
inversiones.

"Esto ya lo hemos visto. Estamos viendo un revival de lo
que pasó con los CDO", alerta Brian Yelvington, estratega
de renta fija de la firma Knight Libertas.

Está bien que los bancos traten de reducir sus
riesgos, pero este proceso puede implicar que trasladen esos
riesgos a los gobiernos. Si los inversores presionan muy al alza
el precio de los CDS de países europeos, todo el mundo
saldrá perdiendo, ya que desestabilizarán el
mercado de deuda soberana de la región.

Eso significaría una repentina crisis de
financiación para naciones que se enfrentan a grandes
desafíos fiscales, como es el caso de Grecia y Portugal.
Al final, no es más que cortar las maltrechas alas a unas
naciones a las que esta vía puede ser la única para
volver a ser lo que fueron.

"El presidente del Banco Central Europeo (BCE)
Jean-Claude Trichet realizó una apasionada defensa de la
divisa común europea, mientras los mercados continuaron
poniendo en duda la capacidad de Grecia y otros países de
la zona euro con altos niveles de endeudamiento para arreglar sus
finanzas"…
La crisis fiscal de Grecia infecta a los
mercados, del euro al Dow Jones (The Wall Street Journal –
5/2/10)

Los comentarios de Trichet se produjeron en un
día en el que los temores de que los problemas fiscales de
Grecia se contagien a Portugal, España y otros
países derrumbaron a los mercados. El costo de asegurar la
deuda soberana de los miembros de la zona euro con un alto
déficit fiscal se disparó el jueves y abatió
al euro y las bolsas.

La moneda común europea cedió más
de 1% frente al dólar y alcanzó su menor nivel en
ocho meses. Los indicadores líderes de las bolsas de
Madrid y Lisboa cayeron 5,9% y 5%, respectivamente, mientras que
un índice que abarca a las 600 mayores empresas de Europa,
perdió 2,7%.

El Promedio Industrial Dow Jones cayó 268 puntos,
su mayor declive en puntos desde el 20 de abril de 2009, y estuvo
a un tris de cerrar por debajo de la barrera psicológica
de las 10.000 unidades. Las pérdidas fueron aún
más devastadoras entre las materias primas. Los futuros de
crudo para entrega en marzo descendieron 4,9% a US$ 73,23 por
barril al paso que el oro para abril -el contrato más
transado- retrocedió 4,4% a US$ 1.062 la onza.

En una aparición inusualmente animada durante la
conferencia de prensa mensual del BCE, Trichet enfatizó
que pese a las tribulaciones fiscales de algunos países
miembros, el déficit fiscal promedio para toda la zona
euro llega al 6% del Producto Interno Bruto (PIB), una cifra muy
por debajo de las brechas de dos dígitos que exhiben EEUU
y Japón.

Los problemas de las economías más
débiles de Europa han generado interrogantes sobre la
naturaleza de la zona euro, cuyos miembros comparten una moneda,
pero no sus políticas financieras. "Hace un año, se
asumía que todos estos países eran lo mismo",
señaló Brian Yelvington, estratega de la corredora
de renta fija Knight Libertas. "Ahora, los inversionistas tratan
de determinar la diferencia que debe haber entre la deuda de
Grecia y la de Portugal".

Los problemas en Grecia y otros países de la
eurozona han llevado a muchos economistas a cuestionar la
viabilidad a largo plazo del euro. Trichet, que en anteriores
ocasiones calificó de "absurda" esta especulación,
trató no obstante de responder a las dudas sobre la divisa
europea y subrayó las ventajas de ser miembro de la
Unión Europea. También reiteró las
advertencias a Grecia y otros países europeos de que no
tendrán libertad de acción en lo que se refiere a
cumplir sus ambiciosas promesas de reducción de sus
déficits.

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De todas maneras, la posibilidad de que los problemas de
Grecia se transmitan a países como España genera
nuevos y mayores problemas. Grecia, por ejemplo, sólo
representa 2,5% de la economía de la zona euro. Un
eventual rescate de economías más grandes como
España o Italia sería mucho más
complicado.

"Siempre hemos sido muy inflexibles en nuestro apoyo al
pacto de la estabilidad y el crecimiento", aseveró
Trichet, en alusión al acuerdo que regula a los miembros
de la eurozona. El pacto de estabilidad y crecimiento exige a los
miembros de la UE que mantengan sus déficits
presupuestarios por debajo de 3% del PIB. Sin embargo, varios
países de Europa del Sur e Irlanda tienen déficits
fiscales de dos dígitos en relación a su PIB.
Grecia ha prometido reducir su déficit de casi 13% del PIB
a menos de 3% para 2012.

La Comisión Europea aceptó los planes
fiscales de Grecia el 3 de febrero, pero advirtió que el
país necesitará más recortes de gastos y
aumentos de impuestos.

El costo de un seguro por cinco años contra una
cesación de pagos de US$ 10 millones de deuda soberana
griega llegó a US$ 429.000, un nuevo récord,
según la firma CMA DataVision. Los seguros contra la deuda
de Portugal y España también se
dispararon.

Los precios de los seguros, conocidos como
credit-default swaps (CDS), vinculados a las empresas europeas
con mejor calificación de crédito, incluyendo los
bancos, también subieron el jueves. El alza en el costo de
los seguros contra la deuda de los bancos españoles y
portugueses fue particularmente pronunciada.

"Hace algunos años, Warren Buffet hizo el
famoso comentario de que sólo cuando baja la marea, puede
verse quién nada desnudo.

Es posible que esta observación pueda
aplicarse ahora. En los últimos meses se ha especulado
mucho con lo que podría suceder cuando los bancos
centrales comiencen a implementar las "estrategias de
salida"…
La carrera ya ha comenzado para Grecia
(Expansión – 5/2/10)

A los observadores ocasionales, podría parecerles
que el principal motivo de la reciente caída del precio de
los bonos griegos es que los inversores se han dado cuenta de
forma súbita, y tardía, de la gravedad de los
problemas fiscales de Grecia.

Pero esto sólo explica la situación en
parte: otro factor que también ha afectado al precio de
los bonos griegos es el sutil debate que se está
desarrollando discretamente en el Banco Central Europeo en
relación a su actual política.

En otoño de 2008, tras la quiebra de Lehman
Brothers, el BCE relajó las normas que rigen la
obtención de los bancos de fondos de la institución
central. En particular, permitió a las entidades usar los
bonos gubernamentales con calificación BBB o superior en
las operaciones del mercado monetario del BCE, en lugar de
aceptar sólo bonos con rating A-, o superior.

Esto se presentó en un principio como una
política "temporal", que tendría que durar hasta
finales de 2009. Pero el año pasado, el BCE
prolongó las medidas hasta finales de 2010. Así,
durante 2009, los bancos en posesión de bonos griegos los
cambiaron tranquilamente por otros activos a través del
BCE. Esto, a su vez, contribuyó a mantener el precio de
los bonos griegos (y, por extensión, ayudó a los
bancos helenos con grandes cantidades de bonos griegos en
circulación).

Hasta hace poco, muchos observadores pensaban -o
esperaban- que esta política se ampliase de nuevo, tal vez
hasta 2011 o más allá. Pero, pese a que la deuda
griega cuenta actualmente con un rating crediticio que cumple con
las normas del BCE, existen muchas probabilidades de que ese
rating se reduzca este año. Esto plantea el riesgo de que
los bonos griegos queden excluidos si el BCE realiza nuevos
ajustes.

A principios de este año, altas autoridades del
BCE indicaron que pretendían "normalizar" la
política, tal y como estaba previsto, a finales de 2010,
como parte de su estrategia de salida. Con ello, ha desaparecido
una importante fuente de apoyo para la deuda griega (y para
inversores, como las aseguradoras alemanas, que también
poseen importantes cantidades de bonos).

Probablemente este debate no sea la única
razón de los problemas de los bonos griegos:
también existen claros motivos macroeconómicos para
la alarma. Además, no quedan dudas de que el ingente
volumen de dinero especulativo que los hedge fund tienen
actualmente en circulación ha acentuado los giros del
mercado.

Y en las próximas semanas,
será interesante observar qué sucede con esos hedge
fund, ya que existe una fascinante línea divisoria
trasatlántica en el mundo de inversión. A los ojos
de muchos participantes de Wall Street parece lógico, si
no inevitable, que Grecia termine cometiendo impago sobre sus
bonos o que abandone el euro, teniendo en cuenta las
matemáticas fiscales subyacentes.

Para muchos banqueros y políticos europeos, sin
embargo, el enfoque sobre los números olvida importantes
aspectos. Para ellos, la situación no guarda
relación sólo con la economía, sino con la
política y la determinación de una
generación de líderes traumatizados por la Segunda
Guerra Mundial a mantener la unidad de Europa, casi a cualquier
coste. Y, ante la caída de la deuda griega, y el aumento
de los rendimientos, cada vez son más las aguerridas
figuras del corazón de Europa que vinculan estos hechos a
un "ataque" contra el euro, similar, digamos, a la ofensiva
lanzada por George Soros hace dos décadas contra la libra
esterlina. Las probabilidades de que se produzca algún
tipo de reacción política son altas.

Sin embargo, la clave reside en que, teniendo en cuenta
la tendencia de los hedge fund a obtener beneficios detectando y
explotando los fallos del sistema, el problema de la deuda griega
ha dejado al descubierto no sólo uno, sino dos fallos: el
nivel concreto de la deuda gubernamental, y el debate sobre la
estrategia de salida. O, por decirlo de otro modo, pese a que las
dificultades de Grecia permanecieran ocultas durante gran parte
del año pasado, la hora de la verdad se
aproxima.

Quizás Grecia consiga poner en orden su
situación fiscal lo suficientemente rápido para
defenderse, como diría Buffet, ante la bajada de la
"marea" del banco central. Tal vez países como
España y Reino Unido también lo logren. Pero
algunos poderosos inversores apuestan claramente por lo
contrario.

"¿Deberían los problemas de un
país con menos habitantes que el área metropolitana
de Los Ángeles causar estragos en los enormes mercados
financieros de Estados Unidos?"…
¿Una tragedia
griega o una tempestad en un vaso de agua? (The Wall Street
Journal – 8/2/10)

Esta es un tema acaloradamente debatido después
de que los temores sobre la deuda de Grecia desataran marcadas
oscilaciones en los mercados bursátiles en la primera
semana de febrero. Las señales de que la crisis fiscal
griega infectaba a otros mercados de Europa, contribuyó a
la violenta caída del Promedio Industrial Dow Jones el
jueves (4/2) y la mayor parte del viernes (5/2), antes de que un
repunte a fin del día lo devolviera a terreno
positivo.

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Para algunos, los temores del mercado de
bonos que afligen a Grecia y otros países europeos brindan
un motivo real para preocuparse. Sostienen que mientras los
problemas de deuda ahora parecen contenidos, puede extenderse con
facilidad. Grecia es sólo una de muchas economías
-incluida la de EEUU- que soportan fuertes cargas de deuda como
legado de la crisis financiera.

Incluso si los problemas de deuda soberana en
países de la zona euro no causan un contagio global a gran
escala, los pesimistas afirman que de todos modos el resultado
probablemente serán costos más altos para los
préstamos en Europa. Esto le restaría bríos
a la recuperación económica tanto en el continente
como en el resto del mundo.

Grecia "es un llamado de
atención", afirmaba Henry McVey, director de
macroeconomía y asignación global de activos en
Morgan Stanley Investment Management. Ahora que las instituciones
financieras han reducido sus deudas, "los inversionistas se
concentran en qué gobiernos están
sobreapalancados", señalaba.

Independientemente de si la reacción a Grecia se
justifica, el revuelo de la primera semana de febrero refleja la
naturaleza tenue del sentimiento alcista del mercado
bursátil. Los inversionistas empezaron este año en
general con optimismo, según las expectativas de una
recuperación global "equilibrada" en la que el crecimiento
mejoraría, pero a un ritmo lento que permitiría que
las tasas de interés se mantuvieran bajas.

El primer problema surgió a
mediados de enero, cuando China se movió con mayor rapidez
de lo previsto para restringir los préstamos bancarios.
Ahora, la crisis de deuda en Europa, que se viene gestando desde
hace tiempo, dificulta aún más el
proceso.

"Lo que hace un par de semanas
parecía un escenario perfecto de recuperación
económica ha desaparecido", escribieron analistas de
divisas de BNP Paribas.

Los inversionistas se apresuraron a
volver a deshacerse de activos de riesgo, incluyendo materias
primas y bonos corporativos. En tanto, el dólar se
fortaleció a medida que los inversionistas abandonaban el
euro. Para muchos inversionistas, el destino elegido fueron los
bonos del Tesoro estadounidense.

Hay una amplia gama de temores, desde
una simple desaceleración económica hasta
escenarios más extremos como una nueva crisis de
crédito en Europa en momentos en que los bancos afrontan
pérdidas ligadas a su exposición a la deuda
gubernamental, o un retiro de países como Grecia de la
Unión Europea. El mayor temor es el contagio, que los
problemas de las economías atribuladas se diseminen a
medida que los inversionistas se apresuran a vender sus
inversiones en mercados aún saludables más
accesibles para compensar pérdidas en lugares como
Grecia.

Sin embargo, para algunos, no pasa de
una tempestad en un vaso de agua. Aunque no desestiman los
desafíos que enfrentan esos países, algunos afirman
que simplemente no es un problema material para otros mercados
como EEUU, en especial los de acciones. Afirman que el tumulto de
la primera semana de febrero fue impulsado por una histeria a
corto plazo sobre un minúsculo mercado de bonos al cual
las empresas estadounidenses, en especial los bancos y otras
firmas financieras cuyas acciones se vieron perjudicadas en esa
semana, tienen poca exposición directa.

"Lo que vemos es ruido", afirmaba Aaron Gurwitz,
director de estrategia de inversión global de Barclays
Wealth.

McVey, de Morgan Stanley, admite que con
unos US$ 350.000 millones, el mercado de bonos de Grecia es muy
pequeño, pero afirma que ese no es el punto. Lo que ocurre
en Europa "no es diferente a lo que se vio en los bancos de
inversión: el mercado no quiere hacer negocios con
entidades sobreapalancadas", sostenía.

"La huelga, de 24 horas de duración,
llevará a la suspensión de vuelos, el cierre de
oficinas gubernamentales y escuelas y dejará a hospitales
públicos sólo con personal de emergencia"…

El sector público griego, a la huelga (Intereconomia –
10/2/10)

Los trabajadores del sector público de Grecia
efectuaron una huelga el 10 de febrero en la que pusieron a
prueba, por primera vez, el compromiso del Gobierno de cumplir
con sus planes de austeridad para controlar la deuda que afecta a
la zona euro.

La huelga, de 24 horas de duración, llevó
a la suspensión de vuelos, el cierre de oficinas
gubernamentales y escuelas y dejó a hospitales
públicos sólo con personal de emergencia, un
día antes de que los líderes de la UE discutieran
el tema griego en una cumbre económica especial en
Bruselas.

Inversores, agencias clasificadoras de riesgo y expertos
en política de la Unión Europea observaron la
huelga y la respuesta del Gobierno. Los convocantes han advertido
de que Grecia no recibirá ningún apoyo gratis y han
instado al Gobierno a mantenerse firme.

Los sindicatos se oponen a los planes
para congelar los sueldos del sector público, reducir los
bonos adicionales que muchos griegos reciben además de su
sueldo base y reemplazar sólo a uno de cada dos
funcionarios que dejen el servicio civil. Además, dicen
que las reformas tributarias, que también forman parte del
plan apoyado por la UE para fortalecer las finanzas griegas,
perjudicarán a los pobres.

La huelga se dio un día después de que el
Gobierno socialista anunciase nuevas medidas para reducir
aún más los gastos en sueldos en el sector
público y aumentar los impuestos, desafiando a los
sindicatos con planes que permitirán al Estado ahorrar
cerca de 800 millones de euros (unos 1.100 millones de
dólares) este año.

"Habían prometido que pagarían los ricos,
pero en cambio le están quitando el dinero a los pobres",
dijo Ilias Iliopoulos, secretario general del sindicato del
sector público ADEDY. "Ésta es la política
contra la que estamos luchando, no el esfuerzo por salir de la
crisis", agregó.

Los Gobiernos europeos habían acordado, en
principio, apoyar a Grecia y estaban considerando diversas
opciones, incluida la ayuda bilateral, según informaba el
9 de febrero una fuente de alto nivel de la coalición
gubernamental alemana.

No obstante, muchos griegos no están dispuestos a
pagar el precio. "Las medidas relativas a los servidores
públicos son sencillamente injustas", dijo Panayotis
Daskalakos, un funcionario público de 65 años.
"Hacemos la huelga aún cuando creamos que no podemos ganar
la batalla", declaró. "Sabemos que el Gobierno está
tomando estas medidas para satisfacer a Bruselas, pero ellos no
están pensando en nosotros", agregó.

ADEDY, que representa a medio millón de
trabajadores, afirmó que posiblemente se sumaría a
una huelga del sector público del 24 de febrero o que
realizaría otro paro en marzo. Los funcionarios de aduanas
y el servicio de recogida de impuestos han convocado huelgas para
febrero y los agricultores han estado bloqueando caminos y la
frontera con Bulgaria desde mediados de enero, aumentando con
ello la presión sobre el Gobierno.

"El rescate de Grecia está a punto. Este
rumor atravesó ayer como un rayo toda Europa, azuzando
cuantos mercados se cruzaron en su camino.

A mitad de la tarde llegaba lo que parecía la
confirmación: un teletipo de Reuters aseguraba que los
gobiernos europeos habían acordado, "en principio", apoyar
al miembro de la eurozona más azotado por la crisis. La
agencia citaba a una fuente del Gobierno alemán y
añadía que ya se consideran, además, varias
opciones, incluyendo la ayuda bilateral. "La decisión de
ayudar a Grecia se ha tomado, en principio, en la eurozona",
apuntaba la citada fuente"…
Almunia abre la puerta a un
plan de rescate para Grecia (Expansión –
10/2/10)

Pero el Ejecutivo germano desmintió de manera
contundente que se estuviera preparando un rescate para Grecia,
como habían publicado algunos medios alemanes en sus
ediciones digitales. En concreto el diario Financial Times
Deutschland aseguraba que se planean ayudas bilaterales de los
grandes países, se supone que Francia y Alemania, pero
también se acordará una actuación coordinada
de la Unión Europea. El mismo rotativo asegura que la
intención era aprobar un plan europeo, aunque no se
descarta "una solución que provenga sólo de
Alemania".

Las expectativas de un respaldo financiero a Grecia
sirvieron para relajar la tensión en los mercados de deuda
pública. La prima de riesgo y los seguros antiquiebra
(CDS) de Grecia se redujeron. Y también los de
España, que vio reducida, igualmente, su prima de riesgo
con respecto al bono alemán a 10 años. El euro
pegó un respingo que empujó un 2,88% al barril de
crudo Brent, pero tras el desmentido volvió a
bajar.

El propio Almunia alimentó el
runrún de rescate: "Quisiera que los líderes de
Europa dijeran a las autoridades griegas que a cambio de los
esfuerzos que están haciendo, van a obtener ayuda
nuestra".

Y descartó la intervención
del Fondo Monetario Internacional (FMI). "No necesitamos llamar
al FMI. Lo podemos y debemos hacer nosotros", declaró
Almunia, casi dando por hecho el rescate. El flamante comisario
de Competencia añadió: "Tenemos instrumentos para
afrontar situaciones difíciles como la de Grecia". Y
pidió un compromiso "claro", informa Efe.

"Tienen que estudiarse todas las opciones incluyendo la
de cooperar con el FMI", le respondió la eurodiputada
holandesa del PP Europeo Corien Wortmann-Kool.

En la otra cara del euro, en Alemania,
los expertos creen que la solución más plausible
para ayudar a Grecia y detener la espiral de castigo de los
mercados al flanco sur de la eurozona sería que el
país germano y Francia o incluso un banco de la UE avalara
los bonos griegos, tal como se ha hecho con los bancos a lo largo
de todo el planeta.

Los países europeos que no comparten el euro se
muestran reticentes a salvar a Grecia. Fuentes oficiales suecas
consultadas por Financial Times (FT) prefieren que el rescate lo
asuma el FMI, que tiene los "conocimientos técnicos sobre
cómo hacerlo". Y fuentes del Gobierno londinense
sugirieron que el riesgo de que Grecia contagie a otras
economías hace que el problema no deba ser abordado
sólo por los países de la eurozona.

"Todos a la espera de los detalles del plan de
rescate europeo para Grecia, que en principio será
liderado por Alemania. La idea es construir un muro o cortafuegos
para evitar que la crisis de la deuda griega acabe
convirtiéndose en una espiral fuera de control"…
El
rescate de Grecia: Alemania levantará un muro para aislar
la crisis de deuda (El Economista – 10/2/10)

El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang
Schaeuble, comparece hoy ante el Parlamento para dar unas
guías sobre los pasos que seguirá su Gobierno para
ayudar a Grecia. Ayer se sucedieron los rumores y desmentidos,
aunque el portavoz para asuntos financieros de Angela Merkel,
Michael Meister, anunció que "estamos considerando una
ayuda".

Al final, como era lógico, la
Eurozona reconoce que el problema no sólo es de Grecia,
sino que salpica a todos los países.

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No en vano, en el hipotético caso
de que Grecia se declarara insolvente, los grandes bancos
sufrirían un fuerte golpe por la depreciación de
sus carteras de bonos y por la reacción en cadena que se
provocaría. Y eso, sin duda, repercutiría en las
economías domésticas.

Que habrá un paquete de ayuda financiera para
Grecia es algo que a estas alturas parece evidente. Así lo
confirman las reacciones de los mercados y noticias cruzadas que
se llevan sucediendo sin parar durante todo el día. Ahora
bien, el cómo se articulará la operación
promete emociones fuertes habida cuenta de que hay partidarios de
que la Unión Europea actúe sola y partidarios que
opinan que el FMI es la institución más indicada y
preparada. Nunca mejor dicho, la tragedia griega está
servida.

Dos países que no pertenecen a la zona del euro,
Reino Unido y Suecia, se oponen al eje franco-alemán y sus
satélites porque son partidarios de que el FMI lleve la
voz cantante en la operación.

Y puesto que ninguno de los dos son socios del euro
porque conservan sus libras y coronas, el argumento para levantar
la voz es que el riesgo de contagio no es un asunto exclusivo
para los 16 países que comparten moneda, sino que es una
amenaza para los 27 miembros de la Unión
Europea.

Para los más europeístas
la intervención del FMI sería un revés
estratégico dadas las ambiciones de Eurolandia por asentar
su poder económico en el mundo a través del euro.
Además, se teme que el FMI fuera más duro que
Bruselas en sus condiciones y se rechaza su implicación
porque significaría una renuncia parcial de
soberanía por parte de Grecia. Además, EEUU tiene
mucho mando en la institución aunque esté gobernada
por un francés.

Como si fuera una maratón, ha
comenzado una prueba de resistencia para los mercados y para los
nervios de los inversores. Jean Claude Trichet, cual moderno
Filípides, saldrá corriendo de Sidney para llegar a
la Cumbre de la UE (11/2), ya que se encontraba en Australia
participando en un simposio de política monetaria
organizado por el banco central del país de las
antípodas. La distancia que hay que recorrer para anunciar
medidas que signifiquen la victoria de la Eurozona sobre los
problemas griegos y sobre la horda especuladora es
larga.

El artículo 122 permite el rescate

Hasta el momento, la UE había
puesto en marcha un plan de rescate financiero de 50.000 millones
de euros, en colaboración con el FMI, para ayudar a varios
países del Este de Europa, tales como Hungría,
Letonia o Rumanía, entre otros. Ahora se estudia el
rescate de un país miembro de la zona euro y, tal y como
se preveía, en este caso Bruselas quiere evitar la
intervención del Fondo Monetario.

La Comisión podría hacer
uso del Tratado de Lisboa para amparar legalmente el rescate de
Grecia. En concreto, el artículo 122 señala que
Bruselas puede adoptar medidas de ayuda económica y
financiera de carácter extraordinario en caso de que
"algún país miembro se encuentre en serias
dificultades causadas por desastres naturales o acontecimientos
de carácter excepcional que escapen a su
control".

"Los jefes de Estado y de Gobierno de la
Unión Europea celebran una cumbre informal extraordinaria
en la que buscarán soluciones a la crisis de deuda de
Grecia con el objetivo de evitar la quiebra del país y el
contagio a otros Estados de la eurozona que han sido atacados por
los mercados como España o Portugal"…
Según
"Le Monde" – Alemania y Francia sopesan presentar un plan
conjunto de rescate de Grecia (Gaceta.es –
10/2/10)

La cumbre extraordinaria, la primera convocada y
presidida por el presidente permanente de la UE, Herman Van
Rompuy, no se celebrará en la sede del Consejo Europeo
sino en la biblioteca Solvay. El objetivo es lograr que los
líderes, que sólo estarán acompañados
por un asesor, discutan de forma más libre en un entorno
íntimo, según explicaron fuentes
diplomáticas.

El Consejo Europeo se ha visto precedido por dos
días de intensos rumores que apuntan que los países
de la eurozona están diseñando un plan de rescate
para Grecia, unas especulaciones que han aplacado el nerviosismo
de los mercados y las caídas de las bolsas.

Los líderes europeos reiterarán este
jueves su apoyo "claro" a Grecia para hacer frente a su crisis de
deuda. Pero a cambio pedirán al primer ministro griego,
Giorgios Papandreu, nuevas garantías de que va a aplicar
estrictamente su riguroso plan de ajuste presupuestario, que
prevé recortar el déficit 4 puntos este año
y pasar del 12,7% del PIB en 2009 hasta el 2,8% en 2012. Y le
advertirán de que la UE someterá a una vigilancia
reforzada las cuentas públicas griegas, según las
fuentes consultadas.

"El apoyo no puede ser gratis. Eso crearía las
condiciones para futuros desequilibrios y futuras crisis. El
apoyo tiene que ser un apoyo claro, y tenemos instrumentos para
ello, a cambio de un compromiso claro de asumir las
responsabilidades, cada cual las que le corresponden", dijo el
comisario de Competencia, Joaquín Almunia. El mensaje no
se dirigirá únicamente a Grecia, sino que
también se advertirá al resto de países de
la eurozona, y especialmente a los que tienen más
problemas de déficit como España y Portugal, que
"el retorno a unas finanzas públicas equilibradas es
fundamental".

El contenido concreto del plan -si
incluirá préstamos, compromisos de
préstamos, avales o promesas de suscribir las emisiones
del Tesoro griego- todavía se está ultimando,
aunque se descarta la emisión de eurobonos, afirmaba "Le
Monde", que citaba una fuente próxima a
Sarkozy.

"No podemos dejar caer a Grecia", afirmaba la fuente.
"La idea es que haya un compromiso franco-alemán fuerte,
lo que no impide que después se produzcan decisiones a 27.
El problema es que, entre los 27, están también
Grecia, Portugal o España, países que han sido
atacados. Sería curioso que estos países financien
el salvamento de Grecia", proseguía.

Francia no quiere que el Fondo Monetario
Internacional (FMI) participe en el plan de rescate, aunque no
excluye su asistencia técnica. También Almunia ha
rechazado la intervención del FMI.

"El primer ministro griego, Giorgios Papandreu,
reconoció ayer que su país está pidiendo
apoyo político de parte de la Unión Europea para
defenderse de los especuladores, pero destacó que su
gobierno no quiere ayudas económicas. "No hemos pedido
dinero" de los contribuyentes, afirmó.

"No hemos pedido dinero de Alemania, Francia, Italia
o de cualquier otro contribuyente", afirmó el primer
ministro en una reunión de gabinete. "Lo que queremos es
apoyo político para acabar con la especulación y la
difamación de nuestro país",
añadió…
Grecia asegura que no ha pedido
dinero de los contribuyentes europeos (El Economista –
18/2/10)

Papandreu, quien lucha por equilibrar duras medidas de
austeridad con una amenaza de disturbios sociales, les dijo a sus
ministros que la crisis financiera no es sólo griega, sino
un problema europeo que necesitaba una acción coordinada
de la Unión Europea.

En efecto, los problemas financieros de Grecia han
sacudido a la zona euro y los dirigentes de la UE han
comprometido su apoyo al plan de reducción de gastos de
Atenas, pero no han garantizado ayudas económicas. Las
encuestas en algunos países miembros han mostrado que la
opinión pública es generalmente contraria a un
rescate del país heleno.

Por ahora, Grecia está concentrada en cumplir el
programa de ajuste presupuestario con el que pretende hacer
frente al elevado déficit del país. Dicho plan ya
ha recibido el visto bueno de Bruselas, aunque su avance
será sometido a examen en el plazo de un mes.

En este sentido, el mandatario afirmó que estaba
decidido a resolver los problemas del pasado y a ayudar a Grecia
a superar la crisis, pero que necesita margen de maniobra para
que las medidas proyectadas funcionen. "Lo que pedimos es el
tiempo necesario para aplicar nuestro programa, lo que nos
dará credibilidad y nos permitirá obtener
financiación en condiciones normales",
manifestó.

"Vapuleada por los grandes déficits del
sector público y dudosas prácticas contables,
Grecia deberá volver pronto al mercado de deuda para
cubrir sus necesidad de financiamiento.

La siguiente emisión de bonos incluso
podría realizarse la próxima semana, y los
observadores la examinarán con lupa para determinar la
facilidad con la que Grecia puede refinanciar su deuda a punto de
vencer"…
La colocación de un bono es la
próxima prueba de fuego de Grecia (The Wall Street Journal
19/2/10)

Grecia necesita obtener 20.000 millones
de euros (US$ 27.210 millones) para pagar deudas que vencen en
abril y mayo, de un total de más de 54.000 millones de
euros (US$ 73.260 millones) que tiene que emitir este año.
Otros integrantes de la zona euro se han comprometido a apoyar a
Atenas pero hasta ahora no han puesto el dinero sobre la
mesa.

Grecia tiene hasta el 16 de marzo para comenzar a
recortar su déficit fiscal, estimado en 12,7% del Producto
Interno Bruto del año pasado, y la Unión Europea ha
amenazado con intervenir si Atenas no cumple sus
promesas.

"La UE quiere mostrar que apoya a (los
países periféricos) sin tener que meterse la mano
al bolsillo", dijo Jim Reid, estratega de crédito de
Deustche Bank. "Tal compromiso parece ser suficiente para
estabilizar la situación a corto plazo, ¿pero
bastará cuando surja la próxima necesidad de
financiamiento? Tememos que esto no ocurra",
añadió.

En el primer mes y medio del año 2010, Grecia ha
recaudado 13.600 millones de euros (US$ 18.450 millones) mediante
la venta de bonos del Tesoro, según la Agencia de
Administración de Deuda Pública.

El país heleno planea vender hasta 5.000 millones
de euros (US$ 6.780 millones) en bonos a 10 años en una
operación que podría realizarse en la tercer semana
de febrero, dijeron fuentes cercanas. La oferta
confirmaría los comentarios de Spyros Papanikolaou,
director de la Agencia de Administración de la Deuda
Pública, quien manifestó en enero que Atenas planea
emitir bonos a 10 años en febrero.

Los banqueros afirman que los inversionistas se
mostrarán probablemente cautelosos después del
flojo rendimiento de una emisión de bonos en enero. Los
papeles perdieron en poco tiempo hasta 2,5% de su valor, en parte
debido a la decisión de incrementar la emisión a
8.000 millones de euros, frente a un monto original de entre
3.000 millones y 5.000 millones de la divisa europea.

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Algunos banqueros coinciden en afirmar que Grecia
debería captar toda la financiación que pueda
durante este mes, ya que tendrá que hacer frente al pago
de 20.000 millones de euros entre abril y mayo por el vencimiento
de parte de su deuda. "Cuanto antes lo hagan mejor. No pueden
aplazar la decisión hasta el último momento",
opinaba un banquero.

Ahora aumentan los rumores sobre los bancos que
gestionarán la venta de bonos, tras la polémica
surgida sobre el acuerdo a cinco años alcanzado el mes
pasado en los mercados secundarios, después de que Atenas
negara la noticia publicada en Financial Times según la
cual, habría recurrido a China para venderle 25.000 euros
de su deuda pública.

Grecia necesita recortar costos donde sea para reducir
su déficit presupuestario y dejarlo dentro del
límite del 3% del PIB establecido por la Unión
Europea. Se espera que Atenas presente a la UE su primer plan de
reducción del déficit fiscal el 16 de
marzo.

La UE pretende que Grecia imponga recortes de gastos por
al menos 2.000 millones de euros (US$ 2.713 millones) y aumente
los impuestos para reducir su déficit. Grecia, sin
embargo, teme que nuevas medidas de austeridad generen malestar
en la población, según personas cercanas a los
planes del gobierno. "La presión por parte de la UE es
tremenda", aseveró una fuente. "Grecia podría
sufrir fácilmente disturbios sociales si el gobierno
adopta más medidas a corto plazo. Es una situación
muy difícil".

En Grecia ya hay quienes piensan que el plan actual -que
incluye reducir el déficit en cuatro puntos porcentuales
del PIB este año por medio de congelamientos o recortes
salariales, alzas de impuestos y la captura de evasores fiscales-
ya es demasiado drástico.

Funcionarios del Ministerio de Finanzas abandonaron sus
puestos en protesta por los recortes. Empleados del servicio de
aduanas declararon una huelga de tres días, mientras que
funcionarios del servicio de impuestos, conductores de taxi y
transportistas amenazan con ir a la huelga.

Hasta ahora, no obstante, Bruselas sólo ha
otorgado un tibio apoyo al plan, y algunos funcionarios europeos
afirman que los recortes deberían ser mayores. Si el
progreso de Grecia en relación a los recortes fiscales no
satisface a la UE, el bloque de 27 países se reserva el
derecho de imponer a Atenas medidas adicionales. La UE puede
asumir el control del presupuesto de Grecia bajo el
artículo 126-9 del Tratado de Lisboa.

"Las inyecciones se llevarían a cabo en base
al porcentaje que cada país tiene en la
financiación del BCE. Alemania tendría que aportar,
de este modo, cerca de un 20%. Las inyecciones estarían
sujetas a condiciones muy estrictas para Grecia.

Las ayudas del Eurogrupo a Grecia podrían
alcanzar entre 20.000 y 25.000 millones de euros, según un
informe elaborado en el ministerio alemán de Finanzas, que
cita el semanario "Der Spiegel". El reparto de estas inyecciones,
que estarían compuestas por créditos y avales, se
haría en base al porcentaje que cada país tiene en
la financiación del Banco Central Europeo"…
Las
ayudas del Eurogrupo a Grecia podrían alcanzar los 25.000
millones (Intereconomia – 20/2/10)

En el caso de Alemania, esto significaría en
torno al veinte por ciento, es decir entre 4.000 y 5.000 millones
de euros, ayudas que por parte de este país serían
gestionadas a través del Banco de Reconstrucción
(KfW).

Las inyecciones estarían sujetas a condiciones
muy estrictas y tan sólo se entregarían una vez que
Grecia hubiera cumplido estas premisas, según los
expertos.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11
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