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Monografía sobre Capital Humano y Crecimiento Económico (página 2)




Enviado por Yisel Rojas Treto



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Según Herman Daly[14]a los Maltusianos y neo maltusianos los economistas responden que los países ricos tienen tasa de natalidad más bajas que los pobres, por lo tanto el problema demográfico se resolvería automáticamente mediante un mayor crecimiento económico en los países en desarrollo a partir de que los ricos les proporcionen mercados más grandes para la exportación y mayor capital para la inversión. En lo anterior está contenida la idea de desarrollo y demografía, las inversiones significan crecimiento y mayor capacidad productiva a futuro, lo cual resulta beneficioso, pues el crecimiento es un aliento para consumir e invertir más, fomenta la demanda total y el empleo. Pero no siempre un crecimiento económico va aparejado con desarrollo, habría que analizar las condiciones de ese crecimiento para no confundirlo, pues puede ser "antieconómico".

Los economistas dedican tanta atención al PIB, que lo confunden con crecimiento económico; sin admitir la posibilidad de que este pudiera ser no económico, ya que: sus costos marginales derivados de los sacrificios ambientales y sociales podrían ser mayores que su valor en términos de beneficios de la producción (CMg.>BMg.). Este costo aumenta y se transfiere a las generaciones futuras, así como a las demás especies.

Manfred Max Neef, analiza que existen pruebas empíricas convincentes de que algunos países del Norte entraron ya a una etapa de crecimiento "antieconómico", pero plantea a la vez: ¿cómo se puede eliminar la pobreza sino a través del crecimiento?, aunque resulte desagradable para muchos economistas burgueses contemporáneos la respuesta es evidente: mejor y más equitativa distribución de la renta, aumento de la productividad y conservación de los recursos naturales, y en sentido general, el mejoramiento de los indicadores que miden el nivel de vida de los hombres, contribuyendo al logro de niveles equitativos desde el punto de vista social. Mientras no se vea al hombre, como ser social y centro de este análisis y no como un factor más; no se comenzará a pensar en solucionar la disyuntiva entre crecimiento y desarrollo.

La "manía por el crecimiento", como se le ha dado en llamar, representa el intento por circundar problemas que en realidad son sociales mediante soluciones técnicas, cuantitativas sin dar importancia al hombre como ser social y los aspectos que lo califican. El subsistema económico, a medida que crece físicamente, también debe desarrollarse en relación con el ecosistema del cual forma parte. La orientación del progreso económico debería cambiar del crecimiento cuantitativo al cualitativo e iniciar una etapa del desarrollo sostenible.

"Habría tantas oportunidades, para todo tipo de mentalidades culturales, para el progreso moral, social, para perfeccionar el arte de vivir si las mentes dejasen de enfrascarse en el arte de medrar."[15]

Luego el desarrollo no es un proceso que deba ser visto como crecimiento económico y que sólo implique satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las generaciones futuras, sino que además implica: un desarrollo humano, cultural; que incluye temas asociados a la pobreza, la alimentación, el crecimiento de la población, los recursos humanos, el ecosistema y las especies, la energía, la industria etc. De ahí la vital importancia que tiene, la transformación de los niveles de consumo internacional, para poder contribuir a la sostenibilidad no sólo de los países en vías de desarrollo, sino también de los desarrollados. De manera general: "Las personas no deben reducirse a una sola dimensión como criaturas económicas".[16]

Lo anterior tiene que ver con el bienestar y la forma de potenciar aquellas facultades inherentes a los hombres, como la libertad de expresión, sin diferencias de raza o sexo; pero además este concepto debe incluir el aspecto cultural, como: "… dimensión fundamental del proceso de desarrollo que contribuye a fortalecer la independencia, la soberanía y la identidad de las naciones …" [17]

De forma tal que "… el concepto de desarrollo humano, cada vez más integral y completo, resulte un aporte decisivo frente a la Teoría del Desarrollo, frente a la del crecimiento económico y a las anteriores concepciones sobre el desarrollo." [18]

Modelos empíricos que sustentan el análisis del factor educación dentro de la teoría del capital humano

Los modelos económicos contemporáneos sobre el crecimiento se refieren, en lo fundamental al crecimiento de la producción potencial o nivel de producción de pleno empleo.[19]

La opinión clásica burguesa hoy, suele dar tres tipos de respuestas con respecto a las causas del crecimiento económico: la primera expresa que la economía crece porque los trabajadores tienen cada vez más instrumentos para sus tareas, más máquinas, es decir más capital; para los defensores de esta idea la clave del crecimiento económico está en la inversión.

La segunda respuesta es que los trabajadores con un mayor stock de conocimientos son más productivos y con la misma cantidad de insumos son capaces de obtener una mayor producción. Entonces la clave del crecimiento sería la educación, que incrementaría el capital humano o trabajo efectivo.

La tercera respuesta explica que la clave está en obtener mejores formas de combinar insumos, máquinas superiores y conocimientos más avanzados. Los defensores de esta respuesta afirman que la clave del crecimiento económico se encuentra en el progreso tecnológico.

Las teorías del crecimiento explican sus causas utilizando modelos de crecimiento económico que, aunque son simplificadores de la realidad y sí permiten aislar algunos fenómenos de lo que se desea estudiar. Estos modelos de crecimiento económico casi nunca se refieren a una economía en particular y son contrastados empíricamente. En este apartado se analizarán las aportaciones realizadas por diferentes autores y escuelas del pensamiento económico sobre el crecimiento económico, considerando una diversidad de factores que intentan explicar, más allá de la llamada teoría clásica burguesa, cómo y por qué crecen en la actualidad las economías.

El análisis postkeynesiano y el análisis desde la perspectiva de las instituciones. Su visión sobre el efecto de la educación en el crecimiento económico.

El análisis postkeynesiano es anterior al marco neoclásico, incluso los modelos de Harrod y Domar sirvieron de base para que Solow pudiera elaborar su modelo de crecimiento económico. Resulta difícil agrupar a todos los autores de este apartado en una misma corriente, debido en gran medida a la diversidad de sus aportaciones, a pesar de la existencia de una serie de elementos comunes. Los postkeynesianos indican la existencia de ciclos económicos de manera que consideran que debe realizarse un análisis diferenciado de los determinantes del crecimiento económico a corto y largo plazo.

En concreto, estos autores destacan la importancia de la inversión y el progreso técnico como elementos determinantes del crecimiento económico, así como el efecto de la demanda sobre la inversión, destacando la inestabilidad de dicho crecimiento al depender la inversión, en buena medida, de las expectativas empresariales. Se destacan las aportaciones de Harrod (1939) y Domar (1946, 1947), estos autores indican que, a largo plazo, puede existir crecimiento sostenido (e incluso con pleno empleo) pero esta situación es sólo una de las posibilidades que pueden darse, debido a que también puede existir un crecimiento sin pleno empleo o incluso, períodos de recesión económica. El motivo es que un aumento de la inversión incrementa la demanda y la capacidad productiva simultáneamente, pero no tienen porqué coincidir ambas en magnitud, pudiendo darse un exceso de demanda (crecimiento con inflación), un exceso de capacidad productiva (que lleva a una recesión) o que, aunque ambas coincidan (la denominada por Harrod tasa de crecimiento garantizada) no sean iguales a la tasa de crecimiento de la población y exista crecimiento sin pleno empleo. De este modo, el sistema capitalista es intrínsecamente inestable.[20]

Del análisis anterior, los autores postkeynesianos indican que pueden existir distintas tasas de crecimiento para países diferentes, así como distintas tasas de crecimiento, en el tiempo, para un país determinado, descartando la idea de convergencia hacia una situación estacionaria del modelo de crecimiento neoclásico tradicional que será analizado posteriormente. En referencia al análisis de la educación como determinante del crecimiento económico, podemos indicar que su tratamiento ha sido limitado por parte de los autores de esta corriente de pensamiento, centrándose el análisis en el efecto que un incremento de la educación tiene sobre el progreso tecnológico.

Dentro del análisis institucionalista, existen diferentes aportaciones sobre el papel de la educación en el crecimiento económico. Unos autores se muestran más escépticos que otros respecto a la existencia de dicha relación pero todos indican que deben darse unas determinadas circunstancias para que la educación incida sobre la productividad y el crecimiento económico.

De entre el grupo de autores más escépticos se destacan los institucionalistas Doeringer (1971, 1975) con su teoría de los mercados internos y el dualismo y Piore (1975) con la teoría de los mercados segmentados, ambos indican que la productividad proviene fundamentalmente del puesto de trabajo y, de este modo, aunque no niegan que pueda existir una relación positiva entre educación y productividad, sí niegan el fuerte vínculo que establece la teoría del capital humano al respecto. La productividad en el puesto de trabajo depende, para estos autores, de la tecnología existente y de las características del mercado para el que se produce.

Otro grupo de autores más recientes (como Boyer y Caroli, Appelbaum y Batt (1994), Ashton y Green (1996), etc.) sí aceptan, de un modo generalizado, la relación causal educación-productividad (o crecimiento económico), si bien destacan que deben darse una serie de circunstancias para que dicha relación suceda. De este modo, estos autores indican que la estructura del sector educativo y el productivo, así como las relaciones existentes entre ambos y la actuación del gobierno para fomentar el crecimiento económico pueden determinar que las inversiones en educación y formación permitan un mayor crecimiento económico. De manera general todos los autores tratados con anterioridad coinciden en que la educación tiene un determinado efecto sobre el progreso económico.

El modelo de crecimiento económico neoclásico tradicional (Robert Solow). Primeras evidencias empíricas sobre los determinantes del crecimiento económico.

El modelo de Solow (1956), está basado en una función de producción continua, con dos factores, capital y trabajo y rendimientos constantes a escala.

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Siendo:

Y: Producción agregada en la economía

K: stock de capital

L: Cantidad del factor trabajo aplicado

El supuesto de rendimientos constantes de escala, permite afirmar que:

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La A simboliza en ambas expresiones la variable del progreso técnico (conocida como productividad total de los factores) de tal modo que si A aumenta a lo largo del tiempo permaneciendo constantes la relación entre capital y trabajo se obtendrá expansión productiva, representando un factor exógeno o tercera fuente de crecimiento económico.

Desglosadamente se tiene que la tasa de crecimiento económico del producto en el tiempo que se denomina por g se representa por la siguiente función:

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Siendo:

a::Participación del capital en el PIB

(1- a:): Participación del factor trabajo en el PIB

?K, ?L: Incremento del capital y el trabajo.

Del análisis de la ecuación anterior se comprende que el crecimiento económico se descompone en tres partes esenciales: el progreso técnico, recogida como la tasa de crecimiento de la productividad total de los factores, la acumulación de capital, en proporción a la participación de sus rentas en el PIB denotada por a y por último, los aumentos del factor trabajo en proporción a su participación en el PIB (1- a).

Indica que las economías establecen una trayectoria de crecimiento hasta llegar a un estado estacionario, determinado por una relación capital-trabajo de equilibrio, donde ya no se dará crecimiento a largo plazo a no ser en virtud de factores exógenos (el crecimiento de la población y el progreso técnico que será incorporado al modelo posteriormente).

En consecuencia, dicho modelo prevé que cada país convergerá a una situación estacionaria que puede ser común para los diferentes países si las tasas de crecimiento de la población son las mismas y la tecnología es igualmente accesible para todos. Asimismo, el nivel de renta del estado estacionario alcanzado por las diversas economías será el mismo si las tasas de ahorro se igualan entre ellas. Dicho modelo no da opción a la intervención del estado, ya que los factores del crecimiento económico se determinan de manera exógena y el ahorro no influye en la tasa de crecimiento a largo plazo de la producción.

En 1957, Solow calculó qué parte de la evolución del producto per cápita podía explicarse por la evolución de los factores (capital y trabajo) y que parte era "residual" o adscrito al progreso técnico. En su estudio sobre el crecimiento económico de Estados Unidos entre los años 1909 -1949 obtuvo que el 87,5 % del crecimiento del producto per cápita fuera debido al progreso técnico, generando una activa investigación para conocer los factores que lo determinaban.[21]

Aportaciones de Abramowitz (1956) al modelo de Robert Solow:

Esta constatación empírica indicó que la definición de progreso técnico de Solow era excesivamente vaga y amplia, ya que el progreso técnico o factor residual no era más que una medida de la ignorancia sobre las causas del crecimiento económico. De este modo, surgió una "necesidad" por conocer el contenido del factor residual, proporcionando la teoría del capital humano uno de los elementos que teóricamente podían constituirlo: la acumulación de capital humano (fundamentalmente educación). Así, se iniciaron una serie de estudios empíricos para determinar la importancia de este "tercer factor" (la educación), siguiendo el modelo de crecimiento económico neoclásico de Solow y la teoría del capital humano.

Los modelos empíricos de Denison (1962) y Schulz (1961):

Dentro de los primeros estudios que incluyeron al capital humano como el factor residual que no incluyó Solow, se destacan los trabajos realizados por: Denison (1962) y Schultz (1961). Denison calcula la contribución de los factores capital y trabajo al crecimiento de la renta y para conocer el efecto de la educación sobre dicho crecimiento supone (siguiendo la teoría del capital humano) que una parte de las diferencias salariales de los trabajadores con distintos niveles educativos se deben a la educación.[22] En su estudio observó que la influencia directa de la educación sobre el crecimiento de la renta nacional, en Estados Unidos, era del 23%, y un 43% al considerar también una parte del factor residual, al que define como "avances en el conocimiento" y del que supone que la educación es un destacado elemento constituyente.[23] Schultz (1961) también realiza un trabajo parecido al de Denison pero basándose en el cálculo del stock de capital humano (educación) de la fuerza de trabajo y su rendimiento para conocer cómo contribuye el incremento de la educación al crecimiento de la renta nacional. Schultz sugirió, como Denison, que una proporción substancial de la tasa de crecimiento del producto se debía a la inversión en educación.

Modelos de George Psacharopoulos (1984) y Haveman y Wolf (1984):

George Psacharopoulos (1984) y Haveman y Wolf (1984) indican que estos efectos positivos de la educación sobre el crecimiento económico que se observan en los trabajos anteriormente analizados están subestimados ya que dichos estudios no incluyen ciertos elementos importantes como son la formación en el trabajo, el efecto de la educación sobre la migración (reasignando el trabajo en usos más productivos), el efecto de la educación sobre la fecundidad y la salud, la calidad de la educación, etc., factores todos ellos que favorecen el crecimiento económico. Por este motivo, Psacharopoulos indica que los estudios sobre los tipos de rendimiento de la inversión en educación realizados posteriormente suelen dar un valor mayor que el supuesto por Denison.[24]

De este modo, desde la aparición de la teoría del capital humano, y tras las constataciones empíricas sobre la importancia de la incidencia de la educación en el crecimiento económico, se desprende que una política de desarrollo y fomento de la educación permite incrementar la tasa de crecimiento de la renta. Esta visión de la educación como elemento determinante del crecimiento económico se vio reforzada, además, con las aportaciones realizadas por los historiadores económicos (ver, entre otros, Cipolla, 1969).

Crecimiento endógeno y educación. Modelo de Barro (1991) y (1997):

En los diferentes trabajos de Barro además de incluir el capital humano como factor productivo, presenta la posibilidad de interacción entre el capital físico y humano, explicando el primero a través de una serie de variables entre las que se incluye el capital humano. En 1991 trabajo Barro analiza el efecto positivo del stock de capital inicial sobre el incremento de la inversión. Además, en las regresiones efectuadas donde se incluye el factor tasa de fertilidad, se observa como ésta se mueve de forma inversa a lo que sucede con el capital humano. Este doble efecto del capital humano es estimado a través de modelos que explican la evolución de las tasas de fertilidad, así como una regresión para explicar la inversión.

En línea con trabajos anteriores, Barro (1997) analiza un ratio de inversión y su relación con el capital humano. El positivo efecto que el ahorro ejerce en las funciones de producción estimadas por varios autores, implicaría un crecimiento económico importante dado por el mayor ratio de ahorro, que aumenta el ouput por trabajador y por lo tanto el crecimiento de las economías.

Según el autor, un coeficiente positivo de la inversión contemporánea en la regresión puede reflejar una positiva relación entre las oportunidades de crecimiento y el ratio de inversión. Esto afectaría de modo muy importante a las economías abiertas, ya que si las diferencias entre países en las tasas de ahorro son exógenas con respecto al crecimiento, la decisión de una inversión nacional mayor que la exterior, podría reflejar una visión nacional de beneficios de esa inversión, que podrían reflejar oportunidades de crecimiento interior.

Los resultados de las estimaciones efectuadas por Barro sobre el crecimiento económico, indican un positivo efecto del ratio de inversión de períodos pasados sobre el crecimiento económico, pero no se refleja esta situación el las inversiones presentes, por lo que se plantea un efecto inverso, es decir, la inversión vendría dada por el crecimiento económico, así como por un conjunto de factores que trata de estimar para el mismo conjunto de países en los que analizaba el crecimiento económico. Por otra parte en relación con el capital humano tan solo las expectativas de vida que serían indicativas según el autor de una mayor calidad educativa, contribuyen al aumento de la inversión, ya que el efecto de la escolarización secundaria varía según el tipo de estimación analizada.

El progreso científico técnico y su importancia dentro de las aportaciones teóricas del crecimiento económico

El progreso técnico, considerado como importante factor para el crecimiento económico dentro de todas las teorías económicas que han explicado el crecimiento y el desarrollo de los países, constituye un aspecto que también es observado con mucha importancia dentro de los partidarios de la teoría marxista. En esto se puede definir cierta coincidencia en términos de la importancia que se le concede al papel de la tecnología y del progreso científico técnico para el desarrollo de las economías.

A pesar de vivir contextos históricos diferentes, las concepciones de Marx y Robert Solow en torno al progreso científico técnico son similares. Este factor, añadido a los factores clásicos de capital (K) y de trabajo (L) descrito como el parafraseado "residuo" de Solow, es a lo que Marx denominara: "servicios gratuitos" que prestan los fondos producidos por las diferencias en las escalas de la producción, las cuales crecen en la misma medida en que se incrementa el progreso científico técnico.

La ciencia y la técnica al decir de Carlos Marx, "constituyen una potencia de expansión del capital independiente del volumen concreto del capital en funciones." [25]Al igual que Solow, en la modelización de las teorías clásicas burguesas, le concede C. Marx una gran importancia a este "residuo", aunque "no puede afirmarse que un incremento de la tasa de acumulación productiva siempre promoverá la elevación de la eficiencia económica de las nuevas inversiones"[26], lo que se quiere resaltar es que el crecimiento para el desarrollo y dentro de este contexto, el papel del progreso científico técnico es un fenómeno que debe ser analizado desde diferentes aristas (también las sociales) y no solo desde el punto de vista de la inversión en los llamados factores productivos y el progreso científico técnico. El analizar solo una de sus aristas, como pretenden las teorías burguesas, por supuesto, que no ofrecerá ningún resultado. El desarrollo económico alcanza una dimensión más amplia, más integral, histórica y estratégica.

Ernesto Ché Guevara (Ché), marxista en su esencia misma, tanto en: ideas, pensamiento, como en acción; definió muy bien el papel del desarrollo científico técnico para el desarrollo económico de un país. "En el aspecto económico, necesitamos vencer el camino del desarrollo con la técnica más avanzada posible. […] La técnica hay que tomarla donde esté; hay que dar el gran salto técnico para ir disminuyendo la diferencia que hoy existe entre los países más desarrollados y nosotros"[27]. La visión Guevariana de este aspecto está más acorde con lo que necesitan las economías, sobre todo tercermundistas. El Ché concibe la ciencia y la técnica creada por el hombre, en función y a favor de los propios hombres, desde: la mecanización y diversificación industrial, la creatividad e inventiva, la calidad hasta la adquisición de conocimientos básicos, la superación y capacitación para el desarrollo y socialización de una cultura técnica e ideológica.

Consideraciones parciales

Hasta principios de la década del sesenta los economistas burgueses intentaban explicar la realidad circundante mediante las diferentes teorías que se desarrollaron y modelaron acerca del crecimiento y del desarrollo económico .Se insistía en lo fundamental en la contribución al producto (la renta y otros índices cuantitativos) de factores como el capital, el trabajo y el progreso tecnológico en el proceso de crecimiento y de desarrollo de las economías y los diferentes países. El análisis de aspectos sociales cualificables como el de la elevación de los niveles de vida de la población, donde se incluyeran desde aspectos educacionales, de salud, culturales hasta de desarrollo sostenible, que garantizaran la perdurabilidad de la vida planetaria; permanecían intocables.

Solo la teoría marxista destacaba al hombre, visto como ser social y no como un factor productivo más. Además incluía análisis que destacaban la importancia de la relación necesaria entre el hombre y la naturaleza.

El propio comportamiento de la realidad dado el crecimiento en las economías mundiales demostró que había algo erróneo y limitado en la conceptualización y el análisis de las teorías acerca del desarrollo hasta entonces. Así, las nuevas preocupaciones girarían entorno a garantizar un desarrollo sostenible para pretender enfrentar el doble desafío que enfrenta la humanidad en la actualidad: la acentuación de la polarización de la pobreza en la que vive gran parte de la población mundial y de países enteros y los problemas medioambientales, que afectan la continuidad de la propia existencia humana. Se abre entonces, dada la propia evolución histórica la necesidad de explicar y sustentar nuevas teorías, nuevas concepciones que expliquen la evolución económica de los países, teorías que enfatizan más en la necesidad de calificar y cualificar más al hombre.

Dentro de los factores que enfatizan la necesidad de explicar la realidad económica se destaca Robert Solow que trata de explicar que existe un residuo (el llamado residuo de Solow) que no es explicado, en el crecimiento y desarrollo de las economías del mundo, por los factores tradicionales. Esto provoca que, fundamentalmente a partir de los años noventa, comience un gran período de actividad en la publicación de estudios de capital humano, donde se destacan los modelos de Barro y Lee y otros autores, que ponen de relieve la importancia esencial que tiene la incidencia de cualificar al hombre como factor que incide directamente en los procesos de crecimiento y desarrollo económico. Esta incidencia que debe ser analizada y medida a través de indicadores de salud y educación básicamente, para que de modo general garantizar un mejor nivel de vida de la especie humana. En esta nueva etapa se abre puertas sobre todo al análisis sobre el papel de la educación como nuevo determinante del crecimiento económico.

 

 

 

Autor:

Yisel Rojas Treto

[1] Marx, Carlos, El Capital, tomo I, p.512, Ed. 1965.

[2] Idem.

[3] Figueroa, Victor, La ley de la acumulaci?n socialista y los modelos de crecimiento econ?mico en el socialismo, p.5

[4] Idem.

[5] Marx, Carlos, El Capital, Tomo I, p. 540, Ed. 1965.

[6] Figueroa, Victor, La ley de la acumulaci?n socialista y los modelos de crecimiento econ?mico en el socialismo, p.37.

[7] Ver sobre estos autores a Pablo Bustelo en Teor?as, pp.115-118

[8] Albert Hirschman citado en John Martinussen, Ob.Cit, p. 59.

[9] Ver a Kuznetz, S, Economic Chance: Selected Essays in Bussines Cydes, National Income, and Economic Growth, N, Y,W,W,Norton, 1953.

[10] Ver John Martinussen, p.61.

[11] Ver en Desarrollo Econ?mico del Tercer Mundo de M. Todaro, Op, Cit., p.100-103.

[12] Mart?nez Osvaldo, en ?Econom?a Mundial los ?ltimos veinte a?os?, Ed. Ciencias Sociales, 2002.

[13] Figueroa, Victor Universidad de Guayaquil, Mayo de 2006.

[14] Herman Daly, autor estadounidense, acad?mico de School of Public Affairs, Universidad de Maryland.

[15] Seg?n John Stuart Mill.

[16] PNDU, Desarrollo Humano Informe 1990, p.13.

[17] Conferencia Mundial sobre Pol?ticas Culturales (MONDIACULT), M?xico 1982, convocada por la UNESCO.

[18] Figueroa, V?ctor Universidad de Guayaquil, Mayo de 2006.

[19] Anzil Federico, Crecimiento econ?mico.
http:// www.ecolink.com.ar

[20] En el caso de que las tres tasas coincidan, es decir, exista un crecimiento sostenido con pleno empleo, estar?amos en una situaci?n que Joan Robinson (1962) denomin? ?Edad de Oro?.

[21] Debe destacarse que ya a finales de la d?cada de 1940 y a principios de la siguiente se realizaban estudios para conocer el valor del residuo mencionado anteriormente (ver Griliches, 1996 y Sweetland, 1996). Estos indicaban que dicho factor residual hab?a generado entre el 86 y el 92 % del crecimiento de la productividad de Estados Unidos. (siendo el per?odo considerado, aproximadamente, entre finales del siglo pasado y mediados del presente).

[22] Este supuesto surge de considerar que dichas diferencias salariales reflejan, en buena medida, la productividad a?adida de la educaci?n. En concreto, Denison supuso que 3/5 partes de las diferencias salariales se deb?an a las diferencias de niveles educativos de los trabajadores. Este criterio, aunque arbitrario, es generalmente aceptado por quienes practican la contabilizaci?n del crecimiento como una estimaci?n razonable.

[23] En un estudio posterior de 1974, para los Estados Unidos (per?odo de 1929-1969), indic? que el efecto directo de la educaci?n sobre el crecimiento de la renta nacional era del 12 %, siendo el efecto directo e indirecto del 41 %.

[24] Asimismo Psacharopoulos y Woodhall, han calculado para distintos pa?ses, los tipos de rendimiento de los diferentes niveles educativos, intentando conocer que tipo de educaci?n contribuye m?s al crecimiento econ?mico. Para ellos, los rendimientos medios de la inversi?n son mayores a nivel de educaci?n primaria que secundaria y en ?sta que en la superior siendo, adem?s, mayores los rendimientos de los estudios de tipo general que los espec?ficos (formaci?n profesional, por ejemplo). Destacan tambi?n, que los rendimientos de la educaci?n son mayores en los pa?ses menos desarrollados que en los desarrollados y para las mujeres que para los hombres (ver Psacharopoulos y Woodhall, 1996 entre otros).

[25] Marx, Carlos, El Capital, tomo I, p.552, Ed. 1965.

[26] Idem.

[27] Tomado de Editora Pol?tica, ?Ch?. Pensamiento Pol?tico?, La Habana, 1988.

Partes: 1, 2
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