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La era de la austeridad (Parte II) (página 2)




Enviado por Ricardo Lomoro



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El encuentro de Corea del Sur, que preside este año este foro de naciones, ha analizado durante dos días cómo conseguir un crecimiento económico y un sistema financiero más estable, y se ha visto marcado por la crisis de deuda en la eurozona. El G20 está integrado por los miembros del G8 (Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Japón y Rusia, los países más ricos del mundo), además de por la Unión Europea (UE), Corea del Sur, Argentina, Australia, Brasil, China, la India, Indonesia, México, Arabia Saudí, Sudáfrica y Turquía.

Bruselas podrá auditar cuentas públicas y revisar presupuestos nacionales

Eurostat podrá auditar las cuentas públicas de los Estados miembros para evitar que se falsifiquen datos. Además, la UE revisará los presupuestos nacionales de los Estados miembros antes de su aprobación parlamentaria. (Libertad Digital – 8/6/10)

Los ministros de Economía de los Veintisiete aprobaron el 8 de junio (2010) reforzar los poderes de la oficina estadística de la UE, Eurostat, que depende de la Comisión, para que pueda auditar las cuentas públicas de los Estados miembros con el fin de evitar que se reproduzcan escándalos de falsificación de estadísticas como el de Grecia.

La nueva norma impone visitas más frecuentes de funcionarios de Eurostat a los países sometidos a un procedimiento sancionador por déficit excesivo.

De este modo, cuando haya dudas razonables sobre la exactitud de las cifras de déficit y deuda enviadas por un Gobierno a Bruselas, el Ejecutivo comunitario podrá enviar a sus funcionarios al país en cuestión y revisar de primera mano los datos del Gobierno central, regiones, ayuntamientos y seguridad social. Además, los Estados miembros deberán dar a Eurostat la información que requiera para examinar la calidad de las estadísticas fiscales.

Por otra parte, la Unión Europea revisará los presupuestos nacionales de los Estados miembros antes de su aprobación parlamentaria para verificar que las hipótesis de crecimiento e inflación en que se basan son realistas y evitar así que se repitan crisis de déficit y deuda como la de Grecia, según el acuerdo preliminar alcanzado el lunes por los ministros de Economía de los Veintisiete.

Cada primavera, los Gobiernos deberán presentar sus planes presupuestarios a la Comisión y al resto de Estados miembros. "No se trata de verificarlos en detalle o de que sean decididos por las instituciones europeas. Esto es una prerrogativa de los parlamentos nacionales", dijo el presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, al término de la reunión.

La UE se limitará a examinar las principales hipótesis que sostienen las cuentas públicas, como la previsión de crecimiento o inflación, así como los principales agregados, como el total de ingresos y de gastos y los objetivos de déficit. "Un Gobierno que presente un plan presupuestario con un alto déficit tendrá que justificarse ante sus pares, los ministros de Economía", destacó Van Rompuy. Y al ser en primavera, "todavía habrá tiempo para ajustar los planes antes de que se presente el presupuesto final".

Los sacrificios se imponen en Europa – Los Gobiernos se copian recetas en tiempos "difíciles"

Los mandatarios europeos aparcan los mensajes de optimismo. Toca defender medidas dolorosas e impopulares que afectan a toda la población. (Negocios.es – 14/6/10)

Los países europeos se han embarcado en una carrera por sanear sus cuentas de la que muy pocos escapan. Todos anuncian ajustes "dolorosos" y tiempos "difíciles". Ya nadie minimiza el impacto de la crisis ni habla de los brotes verdes. En la vieja Europa, los Estados se miran unos a otros y se "copian" las recetas para dejar atrás la crisis del déficit y la deuda. Irlanda fue la primera en apretarse el cinturón y anunciar medidas que, entonces, parecían impensables en el resto de países, pero que han terminado por imponerse en casi todos: recorte del sueldo de los funcionarios, tijeretazo a las políticas sociales, descenso del gasto gubernamental… Le siguió Grecia, espoleada por la amenaza de la suspensión de pagos y las exigencias del plan de rescate diseñado por la UE y el FMI. El ajuste anunciado, calificado por el primer ministro griego como "una nueva Odisea" diseñado para sacar a flote "un barco a punto de hundirse", ha provocado cinco huelgas generales. En la cuarta jornada de paros murieron tres personas.

El Sur se aprieta el cinturón

Tras Grecia, les llegó el turno a España y Portugal, situados en la diana de los mercados, y considerado por muchos como los Estados con más papeletas para seguir los pasos de Atenas. Se repitieron las subidas de impuestos, el recorte de gastos, la rebaja de salarios de empleados públicos. El plan español recibirá la evaluación oficial de la Comisión Europea el martes y podría incluir la exigencia de una mayor concreción de las medidas previstas a partir de 2011.

Los grandes "dan ejemplo"

La oleada de austeridad llegó más tarde a los "grandes" de la UE: Italia anunció un recorte de gastos de 24.000 millones de euros; el nuevo Gobierno británico calentó motores con el anuncio de una reducción del presupuesto de 7.200 millones que será sólo el aperitivo de un drástico conjunto de medidas de ajuste para el que el Gobierno de Cameron ha empezado a preparar a los británicos. Los últimos en mostrar sus cartas han sido los dos pilares de la UE. Merkel sacudió los mercados la pasada semana al anunciar un tijeretazo de gasto de 80.000 millones hasta 2014. Francia aprovechó el fin de semana para anunciar un descenso del presupuesto de 45.000 millones.

Los menos presionados

La presión es menor en países que, como Holanda o Austria, disfrutan de unas cuentas mucho más saneadas. En Holanda, el nuevo Gobierno tendrá que responder a la petición de los expertos, que reclaman un recorte de gasto de 10.000 millones. No obstante, su situación de partida es envidiable, con un déficit del 5,3% en 2009, una deuda pública del 60,9% y una tasa de paro del 4,1% en el primer trimestre. Austria también puede acometer el ajuste con la relajación que le da haber cerrado el pasado año con unos números rojos del 3,4% del PIB y una deuda del 66,5%.

El ahorro llega al Este

Los países del Este tampoco están a salvo del tijeretazo. El nuevo Gobierno húngaro saltó todas las alarmas hace unos días al afirmar que el anterior Ejecutivo había falseado los datos económicos y sugerir que el país estaba al borde de la suspensión de pagos, aunque rebajó la alarma en cuestión de horas. Las cuentas búlgaras están también bajo sospecha y Rumanía está ya inmersa en la cuenta atrás para la huelga general del martes (15/6) ante lo que los sindicatos y la oposición han calificado como un "genocidio social", un plan que recorta los salarios de los funcionarios hasta en un 25% y las pensiones en un 15%.

El recorte fiscal alemán, todo un planazo (El Confidencial – 14/6/10)

(Por José I. Bescós) Lectura recomendada

Ea, ea, ea… Que Krugman se enfade no es nada fuera de lo común. En su rol de sumo pontífice de la Iglesia de los Neokeynesianos del Perpetuo Socorro, nos ha acostumbrado a sus jeremiadas. Pródigo en la queja, suele pasarse de frenada, como en aquella defensa de Edwards, el candidato demócrata al que comparaba con Roosevelt y que tres años después es el político más odiado de todos los tiempos. Eso cuando la crítica no esconde el ventajismo de quien busca cubrirse las espaldas ante el posible fracaso de las políticas que uno mismo ha impulsado (véanse sus argumentos diabólicos sobre cómo si el estímulo fiscal en EEUU falla no va a ser porque la receta es equivocada, sino porque la dosis no va a ser suficiente alta).

Tan acostumbrados estamos a los sermones sesgados del Nobel guay que han dejado de llamar la atención del personal. Dicho esto, y sin que sirva de precedente, creo que en la penúltima homilía lleva su parte de razón. En ella se hace cruces (es un decir) el bueno (es un decir) de Paul viendo la carrera de recortes presupuestarios emprendida en Europa. No hace distingos, pero cabe suponer que sus iras no se centran en la pobre periferia. Ya nos gustaría a nosotros poder jugar a estimular la economía a lo Keynes. Desgraciadamente, esa bala ya la disparamos (nos la disparamos en un pie con el infausto Plan E). Ahora, como no somos EEUU, aunque mirando a los déficits gemelos lo parecemos, como no gozamos de una moneda con carácter de reserva universal ni nos dejan acceso a la máquina de imprimir billetes, toca ajustarse el cinturón sí o sí. Así pues, digo yo que a quien Krugman dirige sus dardos es a los incongruentes alemanes.

Ha habido, hay y habrá muchas discusiones sobre distintos elementos de política económica necesarios para que el mundo salga de la peor crisis desde la Gran Depresión, pero donde desde el principio hubo acuerdo entre los economistas de diversa laya fue en la necesidad de corregir alguno de los desequilibrios internacionales que han proporcionado combustible al gran incendio. En particular, el juego de "te compro tus muy baratos y bonitos productos y tú me compras la deuda que necesito emitir" se ha acabado. Por eso, el clamor para que China y Alemania potencien el desarrollo de su demanda interna es universal. Sólo cambiando el sentido de los flujos podrán los países endeudados salir de un agujero que acabará engullendo a los exportadores vía depreciación del trillón de papelitos que les dieron por sus reproductores MP3. Y en vista de eso, van los alemanes y se marcan un recorte de 80.000 millones de euros en cuatro años, con despidos de funcionarios y bajadas de sueldo incluidos. Un precioso ejercicio de exhibición de la propia virtud de cara a los pecadores a los que se nos exige propósito de enmienda y dolor de billetero, un ejercicio absolutamente contraproducente.

En casa, han sido curiosas las reacciones tanto de Tigres como de Leones (todos quieren ser los campeones). Reasimilado por ambos bandos el complejo de español bajito, unos sacan pecho (si los alemanes han hecho como nosotros, será que lo nuestro está bien) y otros, en su línea, callan. Y nadie se plantea que si hemos quedado en que nuestro gran problema es la pérdida de competitividad con respecto al núcleo europeo, competitividad que hemos de recuperar décima a décima a base de dolorosos recortes de precios y salarios, no nos ayuda ni un poquito que los alemanes se conviertan en blanco móvil haciendo lo que nos toca hacer a nosotros, pero a lo bestia.

Los americanos lo tienen más claro. Toman el movimiento alemán como lo que es: una devaluación competitiva por lo fiscal y una exportación mundial del ajuste. Y agitan el fantasma del factor que convirtió la crisis de los 30 en lo que llegó a ser. Atentos a la última frase del artículo de Krugman, que traduzco libremente en forma de involuntario pareado: "Amigos, esto se está poniendo feo. Y los EEUU tienen que estar pensando en cómo aislarse del masoquismo europeo".

Estamos avisados.

Esto es algo que ha rechazado el Gobierno británico, que insiste en que el primero en ver su proyecto debe ser su propio Parlamento.

En la entrevista, Van Rompuy se pronuncia a favor de una mayor regulación de los mercados financieros, especialmente en lo que respecta a las agencias de calificación de riesgo y los mercados de derivados.

Reino Unido: el recorte más drástico en 60 años

El Reino Unido se sumó a la ola de austeridad que sacude a Europa al anunciar este martes el mayor ajuste fiscal de la posguerra. (BBCMundo – 22/6/10)

El ministro de Finanzas George Osborne presentó ante el Parlamento un presupuesto que incluye fuertes recortes del gasto público y aumentos impositivos. Osborne dijo que la situación fiscal es tan grave que el Reino Unido seguiría los pasos de Grecia si no adoptaba medidas drásticas.

"El país está viviendo más allá de sus medios. No hay otro camino. El gobierno reducirá su gasto en 17.000 millones de libras (unos US$ 25.000 millones) para 2014-2015", afirmó el ministro de Finanzas.

Entre las medidas anunciadas figura el congelamiento de salarios públicos, una reducción del 25% en el gasto de la mayoría de los ministerios y un incremento del impuesto al consumo del 17,5% al 20%

El Reino Unido no está solo en esta elección del camino de la austeridad para salir de la crisis. Grecia, España, Portugal, Italia, Francia y Alemania han anunciado fuertes ajustes y el nuevo gobierno de Japón ha dicho que seguirá esa ruta.

El dilema fiscal

Nadie pone en duda la gravedad del problema. Según la Oficina de Responsabilidad Fiscal, una entidad autónoma creada por el nuevo gobierno conservador-liberal del Reino Unido, el déficit fiscal será de unos US$ 230.000 millones el año próximo o 10,5% del Producto Interno Bruto (PIB).

Otras proyecciones indican que, si no se reduce el déficit, la deuda total será de unos dos millones de millones de dólares en 2015 -unas cinco veces el PIB de un país como Argentina- y sólo los intereses que se pagarán a los acreedores serán más del doble de lo que se paga ahora: unos US$ 100.000 millones anuales.

La cuestión es si el mejor remedio para esta enfermedad es un mega ajuste en momentos en que la economía empieza a mostrar débiles señales de recuperación. En el Parlamento la oposición laborista cuestionó precisamente este punto. "Este presupuesto conservador va a frenar la recuperación económica y cortar servicios públicos indispensables", dijo la líder interina del Partido Laborista, Harriet Harman.

El ajuste sustraerá miles de millones de libras a la economía, afectando el consumo justo en momentos en los que se necesita estimular por todos los medios la actividad.

El gran debate

Muchas veces se olvida que la situación fiscal de un país no depende únicamente del gasto: depende en igual medida de la recaudación fiscal. Si hay menos consumo, disminuye la recaudación y, por lo tanto, se agrava el déficit. Este olvido no es casual.

Cuando no se habla de la recaudación fiscal y se pone el acento en el gasto y el "despilfarro" estatal, se está diciendo que la crisis actual se debe al estado y no al mercado, una manera sutil de reescribir una debacle que estalló con la caída del Lehman Brothers y el derrumbe de la ruleta financiera.

En este sentido, el ajuste británico forma parte de un gran debate de fondo.

En la Unión Europea (UE), la canciller de Alemania, Angela Merkel, se puso a la cabeza de los que exigen un ajuste fiscal anunciando a principios de junio recortes por unos 80.000 millones de euros.

Junto al primer ministro británico, el conservador David Cameron, Merkel ha formado una nueva alianza que impulsa la austeridad como el mejor camino para calmar a los mercados financieros y salir de la crisis.

Estados Unidos es hoy el único país desarrollado que se opone a este tipo de ajuste fiscal, diciendo que va a afectar la frágil recuperación económica mundial.

El gobierno de Barack Obama tiene razones históricas para preocuparse.

La historia

En la gran debacle de los años 30, Franklin Delano Roosevelt lanzó un programa "keynesiano" de recuperación económica basado en la inversión del Estado.

En 1937, el gobierno -preocupado por el déficit fiscal- decidió restringir el gasto y cayó en una nueva crisis económica de la que sólo se salió con el paradójico impulso que le dio la Segunda Guerra Mundial de la mano de la inversión estatal.

Pero en la actual crisis, Estados Unidos aparece aislado. Hasta China -máximo acreedor del país- ha advertido esta semana que está muy preocupada por el rojo fiscal de las naciones desarrolladas.

Según Lord Robert Skidelsky, autor de "Keynes: el regreso del maestro", ha llegado la hora de la verdad para la crisis que estalló en septiembre de 2008.

"Estamos a punto de embarcarnos en un extraordinario experimento para averiguar cuál de estas dos explicaciones es verdad. Si la reducción del déficit es el camino para la recuperación económica, deberíamos enterrar a Keynes. Si por el contrario no lo es, tendremos que adoptar serias medidas para que los mercados financieros no nos sigan gobernando", escribió Skidelsky esta semana en el Financial Times.

Principales medidas del gobierno británico

•Aumento del impuesto al consumo del 17,5% al 20%

•Se congela el impuesto municipal en Inglaterra

•Tributo a los bancos por unos 2.000 millones de libras

•Impuestos al capital subirán en posesiones no empresariales, tales como segundas casas

•Recorte del subsidio a la vivienda

•Reducción de un 25% del gasto ministerial, salvo en Salud y Desarrollo Internacional

Japón se suma a la ola de ajustes fiscales

Japón anunció este martes un plan de ajuste fiscal para tratar de reducir su deuda pública, que representa cerca del 200% de su Producto Interno Bruto (PIB) y es la más abultada de los países industrializados. (BBCMundo – 22/6/10)

El nuevo primer ministro, Naoto Kan, ha hecho de la reforma de las cuentas públicas la prioridad de su gestión. Planea congelar los gastos durante al menos tres años en un intento de evitar un colapso similar al griego, según el propio gobierno.

Kan se comprometió a mantener las emisiones de bonos del Tesoro por debajo de los US$ 486.000 millones hasta 2013. Igualmente, el primer ministro japonés está considerando un significativo aumento del impuesto sobre el consumo, aunque esto no ocurriría de manera inmediata, como explica el corresponsal de la BBC en Tokio, Roland Buerk.

Si Japón se ve en la necesidad de seguir endeudándose, podría precipitarse a una crisis, añade Buerk. Sin embargo, explica el corresponsal, la situación podría no ser tan crítica como aparenta, debido a que el país tiene un superávit comercial y aún puede recibir préstamos con algunos de los intereses más bajos del mercado.

Además, los analistas apuntan que la mayor parte de los bonos japoneses están en poder de inversores locales, lo que reduce el riesgo de bancarrota del Estado.

El plan de ajuste fiscal se anunció antes de las elecciones parciales para el Senado del 11 de julio, que son vistas como el primer examen para el gobierno de Kan, quien asumió su cargo a principios de mes. (Esas elecciones no resultaron favorables para el partido en el gobierno, por lo que ha perdido la mayoría en el Senado 13/7/10).

EEUU advierte: no se puede reducir el déficit a costa del crecimiento a corto plazo

El Grupo de los 20 países industrializados y en desarrollo debería tener cuidado en establecer medidas para controlar los déficits tan rápidamente que pongan en riesgo la recuperación de la economía, dijeron el martes líderes económicos de Estados Unidos. (El Economista – 23/6/10)

"Debemos demostrar un compromiso para reducir los déficits a largo plazo, pero no a costa del crecimiento a corto plazo", escribieron el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, y el asesor económico de la Casa Blanca Lawrence Summers en un artículo en el diario The Wall Street Journal en el que dan a conocer su agenda para la reunión del G20 (26 y 27de junio).

"Sin crecimiento ahora, los déficits crecerán más y socavarán el futuro crecimiento", afirmaron, destacando lo que se espera que sea un punto central de discrepancia entre Estados Unidos y otros miembros del G20 cuando se reúnan sus jefes políticos a finales de junio (2010).

Además, destacan el papel de las economías emergentes. "Las economías emergentes pueden ayudar a reforzar la recuperación global fortaleciendo las fuentes domésticas de crecimiento y permitiendo más flexibilidad en sus tasas de intercambio", dijo Geithner en un artículo conjunto en el Wall Street Journal con el asesor económico de la Casa Blanca, Lawrence Summers. "Saludamos la reciente decisión de China en hacerlo y esperamos su enérgica implementación", agregó.

Reforma financiera

Por otro lado, Geithner y Summers advierten de que es necesario acelerar los esfuerzos para establecer una nueva regulación financiera global. La reforma tendría que acabar con el exceso del riesgo, reducir el apalancamiento, reformar los salarios de los banqueros, proteger a los consumidores, traer transparencia y más competitividad a los mercados de derivados, afrontar el problema de las firmas demasiado grandes para caer y asegurar que el contribuyente no acarree con los costes de un rescate cuando alguna firma caiga.

En este sentido, creen que el mundo debe aplaudir el anuncio de Europa de hacer más transparente su sistema bancario. Además piensan que es "crítico" que se llegue a un acuerdo internacional para reducir el apalancamiento y elevar los requerimientos de capital, mejorando tanto la cantidad como la calidad del mismo.

La UE replica a Obama que la prioridad es reducir el déficit y la deuda y no los planes de estímulo

El presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, enviaron el 23 de junio (2010) una carta a los países del G-20 en la que defienden que lo prioritario en estos momentos es acelerar la consolidación fiscal para reducir el déficit y la deuda y alertan de los "graves riesgos" que supondría para las cuentas públicas continuar con las políticas de estímulo fiscal. (Expansión – 23/6/10)

La UE rechaza así la petición del presidente estadounidense, Barack Obama, que en la semana anterior reclamó que la cumbre del G-20 que se celebrará los días 26 y 27 de junio (2010) en Toronto mantenga los planes de estímulo económico que se pusieron en marcha al inicio de la crisis financiera para no poner en riesgo la recuperación.

"Teniendo en cuenta los graves riesgos que supondría para la sostenibilidad de las cuentas públicas una salida tardía de las medidas extraordinarias de estímulo fiscal, en la cumbre de Toronto el G-20 debería acordar una estrategia de salida coordinada y diferenciada para garantizar unas finanzas públicas sostenibles", afirman Barroso y Van Rompuy en su misiva.

Los dos mandatarios explican que "el calendario, las etapas y el alcance" de la retirada de las medidas de estímulo "debe adaptarse a las condiciones existentes en los miembros del G-20", pero reclaman una "coordinación" entre los Gobiernos. En todo caso, la UE cree que la consolidación debe empezar "como muy tarde en 2011" y debe ir acompañada de reformas estructurales para impulsar el crecimiento.

"Europa está determinada a garantizar la sostenibilidad fiscal y a alcanzar los objetivos presupuestarios sin demora", resalta la carta. Barroso y Van Rompuy recuerdan que varios países han adoptado recientemente planes de ajuste para adelantar la consolidación y subrayan que "todos los Estados miembros de la UE están dispuestos, si es necesario, a tomar medidas adicionales para acelerar la consolidación fiscal". Estas medidas deben centrarse en recortar el gasto y aumentar el crecimiento.

La UE ve también prioritario profundizar en las reformas estructurales para aumentar la utilización de la mano de obra y la productividad y favorecer así la demanda doméstica. La carta defiende también "más flexibilidad en los tipos de cambio" y celebra la decisión de las autoridades chinas de permitir una mayor apreciación de su divisa, el yuan.

Los presidentes del Consejo y de la Comisión reclaman además que la cumbre de Toronto sirva para que el G-20 "reafirme su compromiso de reformar los mercados financieros". En este sentido, recuerdan que la UE ya ha puesto en marcha algunas de las reformas y "está actuando para restaurar la solidez y la estabilidad del sistema financiero europeo" con medidas como la decisión de publicar en julio (2010) los resultados de las pruebas de estrés a los bancos comunitarios.

Van Rompuy y Barroso piden también que se alcance un acuerdo internacional en 2010 sobre los nuevos requisitos de capital y de liquidez para las entidades financieras y que se mejoren los mecanismos de gestión y resolución de crisis. La UE apoyará una mayor transparencia en los mercados de derivados, y para ello prepara nuevas normas en septiembre. Asimismo, quiere que las restricciones a las remuneraciones de los ejecutivos se apliquen "de forma uniforme" en los países del G-20.

Barroso y Van Rompuy resaltan que los países de la UE han acordado introducir tasas bancarias para que las entidades paguen el coste de futuras crisis y solicitan al G-20 que prosiga su trabajo sobre este tema para garantizar la "igualdad de trato". Los Veintisiete defenderán también que se aplique una tasa a las transacciones financieras inspirada por la tasa Tobin.

Finalmente, en la misiva se insiste en la necesidad de publicar a finales de 2010 una nueva lista de paraísos fiscales y de aplicarles, si es necesario, medidas sancionadoras.

Ellos ya presentaron sus recortes (un repaso al tijeretazo europeo a fines de junio 2010)

La regresión del bienestar británica es la enésima en el Viejo Continente. Antes llegaron los planes de ajuste de Grecia, España, Italia, Alemania, Francia, Portugal… (El País – 22/6/10)

El Gobierno de tories y liberal-demócratas ha presentado el 22/6 en el Parlamento su prometido plan de ajuste. Otro más en Europa. Se trata de recortes en el gasto público que estos días, que estos meses, han aplicado casi sin excepción todos los Gobiernos para presuntamente equilibrar sus balanzas fiscales, so pena de retrasar la salida de la recesión.

En este debate entre la austeridad y el crecimiento vence, de momento pero por goleada, la austeridad. En las últimas semanas, Alemania y Francia, cuyo ahorro iba a ser mucho menor, han anunciado planes de ajuste para dejar de gastar 80.000 y 45.000 millones de euros, respectivamente. Así van algunos de los recortes en la Unión Europea.

Francia

El Gobierno congelará el gasto público para los tres próximos años. También ha anunciado que retrasará la jubilación de 60 a 63 años a largo plazo. Retirada de estímulos fiscales este año. Ahora bien, los franceses dejarán de contar con muchas de las 400 exenciones existentes en Francia. Sarkozy se ha mostrado, al menos en principio, partidario de gravar a las rentas más altas y a los rendimientos de capital.

Para alcanzar el 3% del déficit que exige Bruselas (en Francia es del 8% actualmente), París reveló hace dos semanas la cifra que piensa ahorrar: 45.000 millones de euros. Estas medidas las anunció el primer ministro François Fillon, martillo de Sarkozy, tras una reunión de este último con Merkel.

Alemania

Las medidas de Berlín son las más temidas, ya que amenazan con lastrar el crecimiento en todo el continente: Angela Merkel quiere ahorrar 80.000 millones entre 2011 y 2014., el mayor plan de ajuste de la historia de la República Federal. 30.000 millones afectarán a la política social del Gobierno de centro-derecha, mediante el recorte de ayudas a las familias y la eliminación de diversas subvenciones para los parados crónicos. Las Fuerzas Armadas perderán 40.000 de sus 250.000 efectivos. También se suprimirán 15.000 empleos en la Administración.

Además, la propia coalición gubernamental (democristianos y liberales) se resquebraja cada día más. Los liberales del FDP condicionaron a Merkel su participación en el Ejecutivo a una rebaja fiscal. Ésta no sólo no ha llegado (muchos barones de la gobernante CDU se oponen), sino que el FDP se ha desplomado en las encuestas. La UE calcula que el déficit teutón llegará este año al 5%. Es uno de los más bajos de la UE.

Italia

Italia espera cerrar este ejercicio con el mismo déficit que en el año anterior, un 5,3%. Aun así, Silvio Berlusconi quiere ahorrar 24.000 millones en dos años: congelará tres años los salarios de los funcionarios, el mismo tiempo que estará sin contratar a nuevo personal.

En los altos cargos, rebaja los sueldos entre un 5% y un 10%. Se reducen, de cuatro a una, las ventanas que dan acceso a las pensiones, lo que obligará a miles de ciudadanos a aplazar al menos seis meses su retiro. Habrá restricciones en las ayudas a los discapacitados. Para la clase política también hay recortes, ya que reduce la subvención a los partidos de un euro a 50 céntimos por elector. Los ayuntamientos, que sufrirán más control de las pérdidas de sus empresas asociadas, no podrán patrocinar a clubes deportivos.

En principio, el Gobierno de centro-derecha no sube impuestos, menos para las cuotas fiscales de las opciones por acciones y los bonos variables en el sector privado, que suben un 10%. Sí tiene previsto incorporar algunas medidas fiscales. Se trata de redoblar la lucha contra la evasión (aunque el otoño pasado se aprobó una amnistía para los capitales fugados). Para ello, se obliga a los profesionales a facturar todos los servicios por encima de los 3.000 euros y se restringen los pagos en metálico hasta los 5.000 euros. También obliga a regularizar los dos millones de inmuebles no registrados, y endurecer el control sobre las loterías y apuestas.

Grecia

El Gobierno socialista de Yorgos Papandreu reducirá en un 16% los salarios públicos mediante la eliminación total de dos pagas extraordinarias. También reducirá las pensiones, incrementará el periodo de cotización y elevará la edad de jubilación a partir de 2011 hasta los 67 años para los hombres, (en la actualidad, la retirada está en 65 años para los hombres, 60 para las mujeres).

Yorgos Papandreu quiere que su país, el hombre enfermo de Europa en 2010, ahorre 30.000 millones. El socialista panhelénico también pretende reducir el déficit de Grecia del 13,6% del PIB con el que cerró 2009, al 9,3% este ejercicio.

España

La cosa comenzó a principios de 2010 con un borrador de plan de austeridad que preveía ahorrar 50.000 millones; continuó con las pensiones (de 65 a 67 años, aumento en las cotizaciones sociales); derivó en un plan de ajuste (en el que se prevén ahorrar, definitivamente, 65.000 millones) que Zapatero presentó en 120 segundos y que su grupo parlamentario aprobó por un solo voto y acabó en una reforma laboral contra la que los sindicatos mayoritarios han convocado una huelga general. Ver para creer.

España cuenta con uno de los déficits más altos de la UE (11,2% en 2009). Prevé rebajarlo aproximadamente dos puntos para este año. Otras medidas para lograrlo, incluidas o no en el plan de ajuste, son: reducir una media del 5% el sueldo a los funcionarios, congelar las pensiones, una cualitativa menor inversión en infraestructuras, desinversión en autonomías o Ley de dependencia…

El IVA sube dos puntos con lo que su tipo general pasa del 16 al 18%. El tipo unificado de los impuestos al ahorro aumenta del 18% al 19%, y al 21% para los rendimientos que superen los 6.000 euros.

Portugal.

Reprendida, al alimón con España, por Bruselas, que anima a ambas a proseguir con los ajustes en 2011. A España, concretamente, se la pide ahorrar otros 8.000 millones.

Portugal, como el resto, ya aprobó su plan, con el que pretende salvaguardar 2.100 millones de los presupuestos generales. Bruselas estima que este país cerrará 2010 con un déficit del 7%.

¿A quién afectan los recortes? El Ejecutivo del socialista, José Sócrates (que, como Zapatero, naufraga en su segunda legislatura) ha dado su visto bueno a la congelación de los salarios de los funcionarios; también a la rebaja del 5% de los sueldos de los políticos. Así, ha paralizado algunas de las inversiones en infraestructuras más emblemáticas como la conexión por AVE con España.

El IVA aumentará un 1% en todos los escalones y el tipo normal pasará del 20% al 21%. El nuevo impuesto del rendimiento de las personas físicas (IRS) se incrementará en un 1% para los salarios de hasta 2.375 euros mensuales y un 1,5% para los que estén por encima de ese valor. El impuesto a las empresas tendrá una tributación autónoma del 2,5% para las más grandes, sobre todo las instituciones financieras. Por último, el impuesto sobre el capital aumentará un 1,5% para los tipos de interés de los depósitos a plazo, lo que afectará también a los dividendos.

Merkel rechaza los llamados a que Alemania gaste más y exporte menos

La canciller alemana Angela Merkel rechazó tajantemente las sugerencias del presidente estadounidense Barack Obama para que los alemanes contribuyan a la recuperación de la economía global al gastar más y depender menos de las exportaciones, a pesar de advertir que la crisis europea está lejos de terminar. (The Wall Street Journal – 24/6/10)

En una entrevista con The Wall Street Journal en Berlín, Merkel dijo que los países que comparten el euro apenas han ganado un respiro para reparar las fallas en su unión monetaria. La canciller hizo un llamado a los países del Grupo de los 20 (G-20) que se reunirán en Toronto (26 y 27 de junio 2010) a enviar una señal de que se avecina una regulación más estricta de los mercados financieros para disipar la impresión de que el ímpetu se está desvaneciendo en medio de la resistencia de los grandes bancos.

Merkel apuntó sus dardos contra una idea articulada por Francia, Estados Unidos y otros países que han pedido que Alemania ayude a la economía global apuntalando la demanda interna, que ha sido persistentemente débil. El llamado más reciente se produjo en una carta de Obama al G-20, en la cual pedía a los grandes exportadores -Alemania, China y Japón- que reequilibren la demanda global fortaleciendo el consumo interno en lugar de las exportaciones.

Merkel respondió que el crecimiento y el empleo en Alemania están en alza y, por lo tanto, la cuarta economía del mundo no tiene motivos para examinar su dependencia del poderoso sector industrial y su amplio superávit comercial. "Los éxitos de las exportaciones alemanas reflejan la alta competitividad y fortaleza innovadora de nuestras compañías", manifestó. "Reducir artificialmente la competitividad no sería beneficioso para nadie", dijo.

La defensa de Merkel del modelo exportador alemán constituye el segundo rechazo de Berlín a las demandas internacionales en los últimos días. A principios de semana, Merkel también desoyó los llamados para que Alemania prolongara las medidas de estímulo fiscal a corto plazo.

Alemania ha enfrentando un creciente coro de críticas de países que quieren que ponga fin a su dependencia del gasto insostenible en otros países y se convierta en una fuente de crecimiento. La renuencia de Berlín amenaza con aislar al país dentro del G-20, haciendo más difícil que logre el apoyo que necesita para endurecer la regulación de los mercados financieros así como otras prioridades.

Alemania ha pasado a ser el foco de atención después de que China, cuyo crecimiento también depende en gran medida de los superávit comerciales, puso en marcha una política más flexible de tipo de cambio.

Un informe divulgado el 23 de junio (2010) como "manual" para los gobiernos del G-20 por el Centro de Estudios de Política Económica, una red europea de prestigiosos economistas, acusó a Alemania de hacer menos que China para corregir los desequilibrios globales, que el reporte calificó de amenaza para la estabilidad de la economía mundial.

Merkel negó que Alemania estuviera bajo presión para modificar sus políticas, prediciendo "una discusión muy relajada sobre este tema en Toronto". Además, sugirió que la teoría económica imperante sobre el estímulo -que el creciente gasto fiscal deficitario promueve el crecimiento- no se aplica a Alemania.

La acumulación de déficits fiscales sería contraproducente, recalcó, debido a la inquietud de los alemanes por una sociedad que envejece y a la creciente deuda pública. El temor a que el Estado de bienestar se quede sin dinero en el futuro lleva a los individuos a ahorrar sus ingresos como medida de precaución, aseveró. Si Alemania reduce el déficit fiscal, "entonces el ciudadano está más dispuesto a gastar dinero", dijo Merkel, "porque sabe que puede contar con los sistemas de pensiones, de salud y de cuidados a la tercera edad".

La canciller, no obstante, reconoció algunas de las críticas y dijo que Alemania necesita más "reformas estructurales", especialmente "para mejorar los incentivos para aumentar el empleo y fortalecer el sector de servicios". Muchos economistas dicen que las industrias de servicios alemanas están sobre reguladas y subdesarrolladas comparadas con las de EEUU y otras economías avanzadas.

En la entrevista, Merkel subrayó que Alemania ha realizado "una importante contribución para superar la crisis económica global en los dos últimos años" e hizo hincapié en las continuas medidas de estímulo fiscal del país, que superaron el 2% del PIB en 2010, según el Fondo Monetario Internacional.

"Es más que en muchos otros países", donde las políticas de estímulo están terminando antes, dijo. Pero con una economía alemana que se espera crezca cerca de 2% este año, ha llegado el momento de eliminar el estímulo "paso a paso" a partir del 2011, resaltó.

Merkel, asimismo, negó que sus compatriotas se estuvieran volviendo euro escépticos. "Los alemanes conocen el valor de todas las cosas europeas", insistió. "Todas las discusiones actuales sobre el euro están teniendo lugar sobre la base de que queremos fortalecer el euro, no cuestionarlo". Merkel también se defendió de las críticas que la acusan de demorar demasiado antes de acudir al rescate de Grecia. "Fue correcto que no siguiéramos el camino supuestamente fácil de apoyar a Grecia financieramente sin condiciones claras, sin reflexionar sobre las causas de esta crisis", indicó. "Ahora, en cambio, estamos atacando las causas, es decir la falta de competitividad" en Grecia y otras economías.

La Comisión Europea quiere que la deuda privada se tenga en cuenta en los procedimientos anti-déficit

La Comisión Europea (CE) propondrá el 30 de junio (2010) que el nivel de endeudamiento privado sea tenido en cuenta en el procedimiento sancionador que el Ejecutivo comunitario abre contra los países que han incurrido en un déficit excesivo, según informaron hoy fuentes comunitarias. El endeudamiento del sector privado español se eleva a 1,8 billones de euros, lo que supone un 173% del PIB, más de 61 puntos por encima a la media de la zona euro. (Expansión – 26/6/10)

Bruselas incluirá esta idea dentro de la propuesta que presentará para endurecer la vigilancia presupuestaria en la Unión Europea, reclamada con insistencia por países como Alemania para evitar la repetición de una crisis de deuda como la iniciada en Grecia.

Actualmente, la legislación europea fija en el 60% del PIB el nivel máximo de deuda pública en que pueden incurrir los Gobiernos, pero este factor no es vinculante a la hora de abrir un procedimiento o sancionar a un país.

Sin embargo, Bruselas desea aprovechar la concienciación sembrada a raíz de la crisis del euro para incluirlo como un elemento decisivo junto al nivel máximo de déficit, establecido en el 3% del PIB.

La deuda privada no sería un componente vinculante a la hora de sancionar, pero sí sería tenida en cuenta, según fuentes comunitarias, lo que afectaría negativamente a países como España, con un nivel de endeudamiento del sector privado (hogares y empresas) 61 puntos porcentuales superior a la media de la zona euro, según un informe publicado ayer.

Los líderes europeos reunidos en la tercer semana de junio (2010) en Bruselas ya respaldaron la posibilidad de dar "un papel mucho más destacado a los niveles de deuda" en el proceso de vigilancia presupuestaria.

Sin embargo, el planteamiento barajado hasta ahora por el grupo de trabajo liderado por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, excluye poner en marcha un procedimiento para la "deuda excesiva" y prefiere la opción de "iniciar el procedimiento de déficit excesivo más pronto para los países que no reduzcan la deuda con suficiente rapidez".

Por otro lado, la propuesta que presentará el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, también abordará el endurecimiento de las sanciones para los países infractores.

Fuentes comunitarias explicaron que el planteamiento de la Comisión descarta castigos políticos como la retirada del derecho de voto a los países que violen la disciplina presupuestaria de forma recurrente.

Esta posibilidad es defendida por el Gobierno alemán pero requeriría una reforma del Tratado de Lisboa, a la que se oponen numerosas delegaciones y que también es descartada por la Comisión Europea.

Bruselas prefiere que los castigos consistan en la suspensión de ciertas ayudas europeas a los países infractores reincidentes, una posibilidad que ya está contemplada en la reglamentación comunitaria, pero que Bruselas quiere ampliar para que no afecte sólo a los países que reciben fondos de cohesión (económicamente más atrasados).

La "comunicación" (informe no legislativo) que será presentada el 30 de junio (2010) desarrolla las ideas adelantadas el 12 de mayo, en las que también se enunciaba la posibilidad de instaurar un "semestre europeo" dedicado a la sincronización de las políticas económicas, en el que la CE examinaría las grandes líneas de los presupuestos nacionales antes de que éstos fueran aprobados por los respectivos parlamentos.

Barroso se comprometió a tener lista una propuesta legislativa en septiembre próximo, que pueda ser aprobada antes de final de año por los Veintisiete y la Eurocámara, con idea de que la Comisión pueda examinar los primeros proyectos presupuestarios en la primavera de 2011.

Sin embargo, la cumbre celebrada en Bruselas dejó al descubierto que esta idea despierta el escepticismo de algunos países, en especial del Reino Unido, lo que ha obligado a Van Rompuy a desmentir que Bruselas pretenda invadir competencias de los parlamentos nacionales.

Por otro lado, la Comisión también precisará sus propuestas para evaluar las divergencias de competitividad entre las distintas economías europeas, que se han acentuado durante la crisis, aunque volverá sobre ellas en septiembre.

La prensa alemana contraataca: "EEUU puede ser la próxima Grecia, a lo grande"

La prensa alemana se pregunta hoy si EEUU no será la próxima Grecia "a lo grande", dado su elevado nivel de endeudamiento (la suma de la deuda pública y privada supone el 360% del PIB). (Expansión – 25/6/10)

El Gobierno alemán y la propia canciller Angela Merkel defienden desde hace tiempo (segundo trimestre de 2010) la cultura de estabilidad y los ajustes en Alemania y Europa porque "la reducción del endeudamiento es imprescindible para lograr un crecimiento sostenible". En su opinión "Alemania hará mucho más que otros países por impulsar el crecimiento europeo en 2011" pues dedicará el 2,1% del PIB a medidas de estímulo al consumo, según Merkel. El 25 de junio (2010) ha sido la prensa la que ha dedicado grandes espacios a contraatacar los reproches procedentes del otro lado del Atlántico, que sugieren que el mayor país de la eurozona va a ahogar el crecimiento mundial con sus medidas de ahorro.

Si el influyente Süddeutsche Zeitung (el de mayor tirada entre la prensa considerada seria) rechaza las críticas de Soros, pues parte de su fortuna la ha hecho apostando contra el euro, Handelsblatt se pregunta si EEUU no será "la próxima Grecia, a lo Grande". Porque la suma de la deuda pública y privada en EEUU es del 360% del PIB (sólo el endeudamiento público asciende a 13 billones de dólares). "El mundo no acepta ya a EEUU como alumno modelo": el país de las posibilidades sin límites es ya el del endeudamiento sin fronteras. "Ni siquiera su mejor aliado, Reino Unido, sigue sus pasos, pues acaba de aprobar un plan de ajuste sin precedentes".

El rotativo económico presenta a EEUU "sin maquillaje": los bonos de sus estados federados, California, entre otros, valen tanto como los de Kazajistán o Bulgaria; uno de cada 8 estadounidenses, 40 millones en total, subsisten con las cartillas públicas de comida; la brecha entre ricos y pobres sigue ampliándose y el paro, aunque oficialmente es del 9,7% (contra el 8% de Alemania) es en la realidad del 18,4%, según Gallup. Según el National Employment Law Projet, 33 de los 50 Estados federados no pueden ya pagar subsidios de paro porque los fondos se han agotado y en el primer trimestre de 2010 hubo 388.000 insolvencias privadas (el mayor nivel desde que se aprobó la ley en 2005).

Südeutschezeitung se rebela en un editorial sobre "la leyenda de los malos europeos", sobre la etiqueta colgada a Alemania de que es la que frena, es tacaña y ahorradora. "No se puede sostener que un ridículo paquete de 28.000 millones (lo que supone el recorte previsto por Berlín) vaya a ahogar el crecimiento de la gigantesca economía estadounidense". Tampoco "las economías del sur de Europa van a mejorar su capacidad exportadora con ayuda alemana, sino sólo con reformas incómodas". Y añade: "en tiempos normales Alemania se ha hecho más pequeña, ha pagado más o ha renunciado a votos en la Eurocámara, en grandes crisis como esta no funcionaría sin que Alemania sufriera grandes daños y renunciara a sus principios económicos", dice el rotativo.

El G-20 acuerda recortar la mitad de sus déficits en 2013

Los líderes de las 20 mayores economías del mundo (G-20) reunidos en Toronto acordaron recortar a la mitad los déficit de los Gobiernos para el 2013, de acuerdo al borrador del comunicado que será emitido tras la cumbre. Merkel: "Ha pasado la época de los estímulos económicos". (El Economista – 26/6/10)

El borrador también indicó que los países acordaron estabilizar o reducir la deuda gubernamental en proporción al Producto Interno Bruto (PIB) para el 2016.

"Por una parte necesitamos cumplir los planes existentes de estímulo (…) al tiempo que los eventos recientes destacan la importancia de las finanzas públicas sostenibles", dijo el comunicado.

"Es necesario que todos los países creen planes creíbles, en fases adecuadas y amigables con el crecimiento para generar sostenibilidad fiscal y adaptarse a las circunstancias nacionales", recoge el documento que se ha filtrado a la prensa.

Un G-20 de dos direcciones (El País – 27/6/10)

Lectura recomendada

Los drásticos planes de ajuste en la Unión Europea chocan en Toronto con el objetivo de afianzar la recuperación económica que abandera EEUU – El foco de tensión ha pasado de Grecia a Portugal, y ahora, a España – La UE aboga por una aplicación gradual de la reforma financiera. La lista de paraísos fiscales está vacía. Es un éxito de la cumbre de Londres

(Por Alejandro Bolaños)

Los bancos, origen de la mayor crisis económica en décadas, vuelven a acumular beneficios, si es que alguna vez dejaron de tenerlos. Las compensaciones multimillonarias a los ejecutivos del sector financiero apenas se resienten. Los Gobiernos aplican severos ajustes y promueven reformas impopulares. Los paraísos fiscales siguen captando miles de millones de euros. Los especuladores hacen su agosto con la deuda pública, desorbitada por los rescates financieros y las consecuencias de la crisis. El paro crece en todas las economías avanzadas. La mirada, cada vez más escéptica, se vuelve al G-20, el foro que se refundó en otoño de 2008 para lidiar con la recesión y acabar con "una era de irresponsabilidad". La cuarta cumbre de líderes de países ricos y emergentes, que culmina hoy en Toronto (Canadá), está llamada a dar respuestas, pero lo que abundan son las dudas. Y, esta vez, casi todas empiezan y acaban en Europa.

"La economía mundial se recupera más rápido de lo previsto, aunque a un ritmo desigual". Esta frase o una similar preside el arranque de los comunicados del G-20 desde la cumbre de Londres (abril de 2009). Entonces, el Fondo Monetario Internacional (FMI) anticipaba un crecimiento mundial del 2% para este año; en Pittsburgh (septiembre de 2009), el vaticinio se elevó al 3%. Y ahora, cuando Toronto alberga la cuarta cita de los líderes de países avanzados y emergentes, el pronóstico del Fondo para 2010 ronda ya el 4%. Así que, tras la abrupta recesión de 2009, buena parte del objetivo fijado en Washington hace menos de dos años –"restablecer el crecimiento económico"- se ha logrado. Para llegar hasta aquí se desplegó una batería de estímulos fiscales sin precedentes y se relajó la política monetaria, con tipos de interés en zona cero, hasta niveles históricos. Pero lo que hace unos meses en Pittsburgh se planteaba como una "retirada gradual" de la intervención pública, en Europa es ya una vertiginosa carrera contrarreloj.

¿Qué ha ocurrido en estos nueve meses? Los mercados y el deterioro de las cuentas públicas se han combinado para gestar un nuevo foco de tensión: primero se le llamó Grecia; luego, Portugal, y últimamente, España. Todos los expertos, con los estadounidenses Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart a la cabeza, habían anticipado que una crisis de origen financiero, como esta, desembocaría en un intenso repunte de la deuda pública: los rescates de la banca, los incentivos a la demanda para paliar la sequía de crédito privado y el aumento de la protección social (como las prestaciones por desempleo) conducen a un enorme desfase presupuestario. Resultado: el endeudamiento de los Estados avanzados ha pasado en tres años de poco más del 70% del PIB conjunto a cerca del 100%. Un matiz: los inversores, con el susto de la debacle de las Bolsas aún en el cuerpo, recibieron con los brazos abiertos las emisiones de deuda pública y aceptaron rentabilidades bajísimas (financiación barata para los Estados) a cambio de seguridad. Hasta que llegó el fiasco de Grecia.

Desde que se confirmó en enero que las cuentas públicas griegas se habían falseado y que la capacidad del país de afrontar la deuda quedaba en entredicho, los especuladores hincaron el diente en Europa. Se podía elegir presa: Grecia lo había dejado fácil, pero también los países afectados por el estallido de burbujas inmobiliarias y con sectores privados muy endeudados (España o Irlanda), países con tasas de crecimiento anémicas (Portugal), niveles de deuda pública ya muy altos (Italia) o emergentes con pies de barro (Lituania, Hungría). Son argumentos que se agigantaron al hacerse patentes las dificultades y dudas de la zona euro para respaldar a Grecia -salvadas in extremis con un fondo de rescate de 750.000 millones para países con problemas-. De paso, ponían en evidencia también a la banca europea, cuyos balances se habían llenado de títulos de deuda pública que perdían valor a toda pastilla. Una voz unánime se levantó entonces en las cancillerías del Viejo Continente: llegó la hora del ajuste del sector público. Cuanto más rápido e intenso, mejor.

Recortes al salario de los funcionarios, recortes a la inversión pública, recortes a los subsidios sociales, cancelación de los programas de estímulo fiscal, subidas de impuestos… La receta se extiende por todos los Gobiernos europeos, y es esa unanimidad la que plantea dudas. El tijeretazo en Grecia, España o Irlanda, como línea de defensa ante la presión de los mercados, se extiende a Francia, Alemania o Reino Unido, pese a que el coste de endeudarse para estos países sigue siendo muy bajo, y el sector privado crece aún a un ritmo muy débil.

"Nuestra mayor prioridad en Toronto tiene que ser salvaguardar el crecimiento; no podemos perder vitalidad ahora", fue la advertencia que lanzó el presidente de EEUU, Barack Obama, antes de viajar a la ciudad canadiense. En la Administración estadounidense ha calado la idea de que el ajuste concertado de Europa se parece mucho a una "retirada prematura de los estímulos fiscales", precisamente lo que se pactó evitar en Pittsburgh. La prensa estadounidense lo ha bautizado como un "momento Hoover", en recuerdo del presidente estadounidense al que se atribuye el error de reducir el gasto público demasiado pronto y prolongar así la Gran Depresión de 1929. En el horizonte, el riesgo de una recaída.

EEUU ha hecho bandera de graduar la retirada de los estímulos fiscales. La Administración Obama pelea en el Congreso estadounidense por prorrogar las ayudas a los parados o los beneficios fiscales para las empresas, pese a acumular también elevados niveles de déficit (11% del PIB) y deuda pública (más del 92%). Pero, aunque en el comunicado que se publique hoy se brindará de nuevo por salvaguardar la recuperación económica, la presión europea para dar más relevancia a la consolidación fiscal es enorme. Por la vía de los hechos -ajustes presupuestarios ya en marcha- y de las palabras. "Para la inmensa mayoría, reequilibrar las finanzas públicas es la prioridad; para una minoría, la prioridad es el apoyo público al crecimiento", sintetizó la ministra de Economía francesa, Christine Lagarde, en la reunión preparatoria de la cumbre, hace tres semanas, en Corea del Sur.

El Gobierno británico, que hasta ahora compartía la óptica de EEUU, acaba de echar el freno al gasto público con un plan que promete nuevos ajustes. La UE, además, ha sumado como aliado a Japón -el recién elegido primer ministro, Naoto Kan, anunció que limitará los incentivos a la demanda privada y congelará el presupuesto- y a Canadá, que pretende incluso fijar objetivos de déficit y deuda pública para los próximos años. Enfrente, además de EEUU, se sitúan potencias emergentes como China y Brasil, que creen que los Gobiernos de algunos países avanzados (y de forma singular, Alemania) deben hacer más por reactivar la demanda interna para favorecer el comercio internacional.

La reforma financiera pasa de largo

Los líderes del G-20 redoblarán su compromiso de culminar la amplia reforma financiera que se pactó en Londres. Pero el propio calendario establecido por el club de países ricos y emergentes limita los posibles logros de la cumbre canadiense. El Consejo de Estabilidad Financiera hará público un informe sobre los cambios regulatorios que se están adoptando para afrontar, en caso de crisis, la liquidación ordenada de grandes entidades, determinantes en el sistema financiero internacional. Y sobre cómo endurecer el control sobre estas entidades (con más poderes a los supervisores y mayores requerimientos de capital). Pero el examen definitivo tendrá que aguardar a la cumbre de noviembre, en Corea del Sur. También se analizará entonces el trabajo del comité de Basilea (que aúna a los bancos centrales) para elevar la calidad del capital exigible a las entidades financieras, promover la acumulación de activos que sirvan como colchón de liquidez o establecer una medida homogénea del nivel de endeudamiento admisible. En Pittsburgh se acordó que el desarrollo de estas medidas, que persiguen limitar la apuesta de la banca por inversiones excesivamente arriesgadas, se haría de forma gradual entre 2011 y 2012, para evitar que el aumento de las exigencias de capital se traduzca en menos préstamos a empresas y familias, justo cuando el crédito privado escasea. Varios Gobiernos europeos, con Alemania y Francia en vanguardia, sostienen que ese periodo puede ser incluso demasiado corto y defienden una aplicación a la carta para evitar recaídas económicas. Una hipótesis que también se abrió paso en la reunión preparatoria de la cumbre de Toronto. Es un argumento similar al que emplea la banca, que teme un drástico recorte de beneficios y presiona para limitar los daños. El Instituto de Finanzas Internacionales, que reúne a las principales entidades de los países avanzados, sostiene que las nuevas normas reducirían el PIB de Europa, Japón y EEUU hasta un 3% entre 2011 y 2015 por el descenso del crédito, lo que destruiría 10 millones de puestos de trabajo. Nout Wellink, que dirige el comité de Basilea, cree que esos cálculos son "una locura" y limita el impacto a un 0,5% del PIB mundial.

Otras áreas de la reforma financiera, como la equiparación de las normas contables, el registro y supervisión de los hedge funds (fondos de alto riesgo) o el desarrollo de normas para dar más transparencia al mercado de los derivados financieros, siguen su curso en el seno de los organismos reguladores internacionales, el Senado de EEUU (Obama cuenta con sacar adelante sus propuestas en julio) o en las instituciones europeas.

Obama lo vuelve a hacer

La cumbre del G-20 en Londres, en marzo del año pasado, fue el estreno internacional del nuevo presidente estadounidense. Y Barack Obama lo hizo a lo grande, con el anuncio de una amplia reforma de la supervisión del sector financiero en Estados Unidos, cuando apenas llevaba tres meses en la Casa Blanca. Ahora, cuando el G-20 evidencia las dificultades para acordar nuevas normas de regulación y garantizar su aplicación universal, Obama vuelve a lograr una posición ventajosa en el debate tras lograr que la Cámara de Representantes y el Senado se pusieran de acuerdo, apenas 48 horas antes de la cumbre, para aprobar la reforma que anunció en 2009.

La nueva, y muy compleja, normativa estadounidense, debe pasar aún por la votación definitiva del Senado y el Congreso. Y durante su tramitación parlamentaria se ha dejado pelos en la gatera, como los resquicios abiertos para que la banca pueda seguir invirtiendo en derivados. Pero la maratoniana jornada legislativa del pasado viernes permite de nuevo a Obama predicar con el ejemplo, un valor al alza en las cumbres del G-20, donde abundan las palabras huecas. Buena parte de la reforma internacional sigue pendiente aún, pero el presidente estadounidense afrontará el debate definitivo, de aquí a final de año, con el aval de que cumple con los compromisos. Y la constatación de que se mueve más rápido que los líderes europeos.

China se sacude la presión

La incorporación de los países emergentes al puesto de mando mundial, y sobre todo, del gigante asiático, trastoca la marcha de las grandes cumbres, antaño cocinadas a fuego lento desde ambos lados del Atlántico. Cuando el G-20 apostó por los incentivos fiscales, China dejó atrás a Europa y EEUU al poner en marcha el paquete de medidas más ambicioso, con un multimillonario plan de inversiones públicas. Cuando el G-20 abordó la lucha contra los paraísos fiscales, fue China la que presionó para limitar las exigencias de transparencia (el abuso del secreto bancario cunde en Hong Kong y Macao) y estuvo a punto de dar al traste con las negociaciones. Cuando el G-20 anunció que iba a triplicar los recursos a disposición del FMI, China se apresuró a ofrecer 100 millones de euros -la cantidad final fue luego menor-, reforzando así su exigencia de más poder en el Fondo. Ahora, con la apreciación del renminbi, vuelve a marcar el ritmo.

En Toronto se pone la primera piedra de lo que EEUU dio en llamar Marco para un Crecimiento Sostenible. Desde la cumbre de Pittsburgh, el Fondo Monetario Internacional ha recabado información de los países del G-20 para aconsejar cambios en los modelos de crecimiento y mitigar así los desequilibrios que potenciaron la crisis económica. El ejemplo más claro es, precisamente, la relación EEUU-China. El tradicional consumismo estadounidense creció en paralelo a las exportaciones chinas. Y China reinvirtió buena parte del superávit comercial en el mercado financiero estadounidense, lo que contribuyó a abaratar el crédito y, entre otras cosas, a elevar de nuevo el consumo y facilitar las apuestas financieras arriesgadas.

El estudio del FMI tenía las cartas marcadas. La crisis ha hecho parte del trabajo que se le exige a EEUU, al forzar a las familias y empresas estadounidenses a aumentar sus tasas de ahorro. Todo estaba preparado para elevar la presión sobre China: debía apreciar su moneda, devaluada de forma artificial, para encarecer sus exportaciones y favorecer las importaciones. Pero Pekín, al desanclar la cotización del renminbi del dólar y permitir una ligera apreciación, desbarató la estrategia. La medida le viene bien para reactivar el consumo, pero sobre todo para mantenerse al timón. No hay ningún compromiso sobre hasta cuándo permanecerá abierta la banda de fluctuación (0,5% sobre el valor de cierre), pero el paso ha sido suficiente para ganarse el unánime aplauso internacional, justo cuando el Congreso estadounidense debatía medidas de represalia.

Berlín, tenemos un problema

La nueva doctrina para mitigar los desequilibrios dicta que países con superávit comercial persistente (como Alemania) y altas tasas de ahorro (como Alemania) deben hacer lo posible por animar su demanda interna. Que es justo lo que el Gobierno de Angela Merkel ha decidido no hacer. "Alemania debería mantener sus estímulos fiscales y ampliarlos hasta 2011, en lugar de comenzar ahora con su mal concebida austeridad", preconiza el economista estadounidense Nouriel Roubini en un reciente artículo. Y, sin embargo, el Ejecutivo de Merkel se ha puesto a la cabeza de la procesión del tijeretazo, con un ajuste fiscal valorado en 80.000 millones de euros a partir de 2011.

En un imposible ejercicio de equilibrio, el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, mantuvo hace una semana durante su visita a Madrid que Alemania cumplía con la máxima de la retirada gradual de los estímulos fiscales. Pero lo cierto es que, con su decisión, Alemania obliga a otros países europeos con peores perspectivas económicas a hacer ajustes más severos aun para que el coste de su deuda pública no se dispare en los mercados, volcados ahora en comprar títulos alemanes.

Merkel insiste en las últimas semanas en extender el culto a la austeridad fiscal, recogido incluso en la Constitución alemana, a todos los países avanzados. "No hay que continuar con los estímulos cuando ya se ha afianzado la recuperación económica", sostuvo esta semana. Su celo por la contención del gasto público, que le llevó a retrasar el fondo de rescate a Grecia hasta asegurarse de que el Gobierno heleno tomaba drásticas medidas de ajuste, contrasta con su resistencia a publicar y extender las pruebas de fortaleza financiera hechas a las principales entidades europeas.

El impuesto a la banca, en el laberinto

Un nuevo indicio de que el poder combinado de EEUU y Europa ya no es lo que era. La Administración Obama ultima un impuesto que gravará con un 0,15% los activos de las principales entidades estadounidenses para conseguir más de 70.000 millones de euros en los próximos 10 años. Y el Consejo de la UE acaba de aprobar el establecimiento de una tasa a la banca, amén de defender que el G-20 "estudie y desarrolle" una tasa a todas las transacciones financieras. Pero ni los países emergentes, que no se sienten responsables de la crisis financiera, ni algunos países avanzados, como Canadá o Australia, cuyas entidades no incurrieron en excesos, están por la labor. Tampoco lo está el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Y la posición europea, ahora hegemónica, puede agrietarse cuando se ponga negro sobre blanco. Alemania y la Comisión Europea defienden que el nuevo impuesto a la banca nutra fondos nacionales que sirvan para reestructurar a las entidades en futuras crisis, mientras que Francia y Reino Unido quieren que se trate como un ingreso más del presupuesto de cada país.

España entra en escena

Ha estado en boca de todos en las últimas semanas. El permanente castigo de los inversores a los títulos del Tesoro, pese a que el Gobierno anunció un cuantioso plan de ajuste y una amplia reforma laboral, se retroalimentaba con rumores sobre la solvencia del Estado español, y sobre todo, de la banca, golpeada por el estallido de la burbuja inmobiliaria y muy endeudada con entidades alemanas y francesas. El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero negó desde el principio que España necesitara acudir al fondo de rescate de la UE, pero lo que sí hubo fue una suerte de rescate moral, con encendidas muestras de apoyo de Strauss-Kahn y Obama, en contraste con la calculada ambigüedad de Merkel. Pero fue la decisión de publicar las pruebas de resistencia hechas a la banca española, antesala de una iniciativa similar en toda la UE, lo que permitió aflojar la presión. "¡Dios salve a Zapatero!", llegó a proclamar Wolfgang Münchau, editorialista de cabecera del diario británico Financial Times. EEUU y Reino Unido echan en cara a la zona euro falta de transparencia sobre la situación real de la banca.

Paraísos fiscales, bonus y otros olvidos

La lista negra de paraísos fiscales, uno de los principales éxitos de la cumbre de Londres, está ya vacía. La mayoría de los centros financieros implicados se limitó a cumplir con la exigencia mínima impuesta por la OCDE (firma de acuerdos de intercambio de información con 12 países), lo que ha llevado al Parlamento europeo a plantear nuevos requisitos, como obligar a las multinacionales a publicar la información económica y fiscal de todas sus filiales o a generalizar el intercambio de información. No ha habido sanciones, como no las hay en el caso de las remuneraciones de los ejecutivos.

Los impuestos a los bonus en Reino Unido o Francia han aumentado la recaudación, pero no han limitado las compensaciones. Y aunque se extiende la petición de información más detallada, a los supervisores solo les queda la opción de exigir a las entidades que eleven su capital en caso de que el pago de esos bonus incentive el riesgo. En el fondo de la agenda queda también la negociación para un nuevo acuerdo de comercio internacional: el compromiso es cerrar la llamada Ronda de Doha este año, aunque una promesa similar quedó incumplida ya en 2009.

El mensaje del G-20: llegó la hora de empezar a sacar el pie del acelerador

Los países más ricos del Grupo de los 20 se comprometieron a reducir a la mitad sus déficits fiscales para 2013 y "estabilizar" sus niveles para 2016 en lo que constituye una señal a los mercados internacionales, así como a sus respectivos electorados, de que están tomando en serio la posibilidad de empezar a retirar las políticas de estímulo. (The Wall Street Journal – 28/6/10)

La reunión del último fin de semana de junio (2010) sugirió que la economía mundial ha entrado en una nueva etapa desde el apogeo de la crisis financiera. En ese entonces, los países industrializados y en desarrollo se abocaron a promover el gasto fiscal. Ahora, al menos retóricamente, parecen más preocupados por controlar los déficits y la deuda.

El comunicado final, que representa un compromiso entre dos distintas posturas acerca de la economía mundial, ocultó las divisiones entre las delegaciones de Europa y Estados Unidos que afloraron en los preparativos de la cumbre. EEUU advirtió que un retiro acelerado del estímulo fiscal podría propiciar una recaída global. Los europeos, liderados por Alemania, enfatizaron que un exceso de cautela podría producir cargas de deuda insostenible, alzas en las tasas de interés y posibles cesaciones de pagos de deuda soberana.

Al fin de cuentas, EEUU acordó respaldar el compromiso de reducir el déficit a la mitad a cambio de un lenguaje que aclarara que el crecimiento es la prioridad principal, dijo un funcionario europeo.

EEUU estima que reducirá su déficit a 4,2% de su Producto Interno Bruto para 2013 frente al 10,1% actual, mientras que Alemania busca un déficit de 3% del PIB en 2013, frente al 5,5% de 2010. EEUU, sin embargo, depende más del crecimiento económico para alcanzar este objetivo que Alemania, que se espera se expanda a un ritmo más pausado.

El FMI prepara rescates de países "anónimos" para evitar ataques especulativos

El Fondo Monetario Internacional está desarrollando dos posibles "Líneas de Crédito", una de carácter preventivo y otra de carácter regional, según anunció este martes (30/6) el director gerente de la institución, Dominique Strauss-Kahn. (El Confidencial – 30/6/10)

La novedad de este nuevo programa de ayudas reside en el anonimato de los países receptores. Y es que los mercados no sabrían quién ha tenido que ser rescatado con lo que se evitaría las reacciones derivadas de una intervención del FMI y los costos que ello supone a la hora de buscar financiación, según explicó el máximo responsable de la institución.

Por otro lado, Strauss-Kahn espera que la línea de créditos preventivos, hermana de la de préstamos flexibles y regionales, sea completamente desarrollada en la próxima reunión del G-20 prevista en otoño.

De esta manera, el FMI quiere devolver cierta calma a los mercados que, desde que comenzó el año (2010) con el estallido de la crisis de la deuda griega, están con los nervios a flor de piel y son varios los países en el punto de mira. De hecho, estos dos programas estarían dirigidos en especial a los llamados periféricos europeos, España, Irlanda, Italia, Grecia y Portugal, con serios problemas de déficit que están haciendo tambalearse a toda la Unión Europea.

Así, según Strauss-Kahn, el programa de créditos busca centrarse en aquellos países víctimas de los "shock externos" y del nerviosismo del mercado que les lleva a no poder acogerse a una línea de crédito flexible, pero que todavía tienen buenas políticas fiscales. "Hay un gran número de países que pueden necesitar estos créditos como medida de precaución", aseguró en el Instituto Peterson de Economía Internacional, según publica Foxbusiness.

Durante su intervención también explicó que este nuevo fondo está desarrollando un marco para hacer frente a crisis sistémicas. "Es una especie de mecanismo de coordinación, para canalizar de forma proactiva la liquidez a los países que se encuentran bajo presión", afirmó.

Con esta medida, desde la institución buscan también solventar las dificultades que encuentran los países a la hora de pedir ayuda al FMI, ya que ello es interpretado como una señal de problemas en el mercado, dónde aumenta la presión y acaba siendo peor el remedio que la enfermedad.

Por ello, la financiación múltiple y anónima busca evitar que un país se convierta en objetivo para la especulación como se viene denunciando desde que estalló la crisis de deuda en Europa en relación a algunos países entre los que destaca España.

El FMI tiene un plan para rescatar países por la puerta de atrás

Fue negado por activa y por pasiva hace apenas unos días (cuarta semana de junio), pero el nuevo rescate de países, en el que se incluiría a España ya está aquí. El Fondo Monetario Internacional (FMI) está desarrollando dos nuevas líneas de crédito, una de carácter "preventivo", con mayores facilidades de financiación, y otro que se aplicaría a nivel regional, según informó el director del organismo Dominique Strauss-Kahn en un acto celebrado por el Peterson Institute for International Economics.

Lobos con piel de cordero. El Fondo Monetario Internacional (FMI) desarrolla nuevos instrumentos de crédito para ayudar a aquellas economías destartaladas por la crisis de deuda soberana que se extiende en Europa y que causa estragos en las bolsas de todo el mundo.

El nuevo crédito "regional" serviría así para evitar la estigmatización de los países que acudan al Fondo, ya que garantizaría el anonimato de los posibles gobiernos beneficiarios. De este modo, el FMI pretende que los nuevos países que sean rescatados no sean castigados de forma directa por los inversores en el mercado de deuda pública (encareciendo el coste de financiación), ya que la reacción sería compartida a nivel regional, informa la cadena estadounidense Foxbusiness.

Por su parte, la línea de créditos preventivos, diseñada a semejanza de la de préstamos flexibles y regionales, iría destinada a aquellos países que sufran "shocks externos" y tensiones bursátiles, pero que todavía cuentan con buenas políticas fiscales para reducir sus déficits públicos. "Hay un gran número de países que pueden necesitar estos créditos como medida de precaución", indicó. Kahn espera que esta nueva línea de créditos preventivos sea aprobada en la próxima reunión del G-20, que se celebra en otoño (2010).

Con este plan el FMI pretende paliar los riesgos de una crisis sistémica: "Una especie de mecanismo coordinado para inyectar liquidez a los países que se encuentren bajo presión", afirmó. Y todo ello, guardando el anonimato de los posibles beneficiarios ya que, según Kahn, los países raramente quieren pedir ayuda de forma oficial porque "ello demuestra que tiene problemas, y luego la presión del mercado aumenta sobre ellos".

En las últimas semanas (junio 2010), diversas informaciones apuntaban al rescate de España por parte del FMI. El plan ascendería, en principio, a 250.000 millones de euros y se activaría cuando el coste de la emisión de deuda pública en el mercado sea inasumible. El bono español a diez años cotiza en la actualidad (última semana de junio) con un diferencial próximo a los 200 puntos básicos respecto al bono alemán (el más seguro de Europa).

Hungría pedirá un "crédito precautorio" al FMI (el primero de la fila)

Hungría planea solicitar un crédito adicional "precautorio" al Fondo Monetario Internacional (FMI) para fortalecer la confianza de los mercados, dijo este miércoles György Szapáry, asesor económico del primer ministro, Viktor Orbán. (Libertad Digital – 30/6/10)

Hungría planea solicitar un "crédito precautorio" al Fondo Monetario Internacional (FMI) para fortalecer la confianza de los mercados, dijo György Szapáry, asesor económico del primer ministro, Viktor Orbán.

Hungría no utilizaría ese préstamo, que de esta manera serviría de reserva para fortalecer la confianza de los mercados y por otra parte funcionaría como un indicador de que el país sigue siendo solvente, informa este miércoles la prensa económica local.

El "préstamo precautorio" tendría como objeto que Hungría pudiera acceder a otros créditos con mejores condiciones, dijo Szapáry, quien no precisó el monto de la operación con el FMI. Hungría se vio obligada en octubre de 2008 a acudir a préstamos internacionales del FMI, de la Unión Europea y del Banco Mundial por 20.000 millones de euros para salvarse de la bancarrota, que vencen a finales de octubre de este año.

En este sentido, el economista explicó que Hungría también quiere prolongar el plazo de estos préstamos hasta finales del año y acudir al "crédito de precautorio" del FMI a partir de 2011, de ser necesario. Szapáry agregó que por ahora el Estado húngaro no tiene intención de obtener más dinero del crédito del FMI y de la UE, del que ha utilizado hasta ahora 14.000 millones de euros.

A principios de junio el nuevo Gobierno húngaro reconoció que la situación económica del país es muy grave y que habría que evitar el camino de Grecia. El nuevo portavoz del Gobierno húngaro declaró entonces que la "economía (del país) está en una situación muy grave".

Bruselas presiona para retrasar la edad de jubilación en toda la UE

La Comisión Europea atacará en la segunda semana de julio (2010) la abultada factura de las pensiones que amenaza las cuentas públicas de la Unión, para lo que el 7 de julio emplazará a los socios a elevar la edad de jubilación y convertirá este asunto en el eje del debate sobre la viabilidad de las finanzas públicas. (Expansión – 5/7/10)

"A menos que la gente, cada vez más longeva, no alargue también su vida laboral, no será posible mantener la nómina actual de las pensiones, o habría que elevar el gasto hasta hacerlo insostenible", señala la edición del lunes 5 de julio (2010) del diario Financial Times.

El preocupante ratio de la población activa y la jubilada, dado el envejecimiento demográfico en el continente hace necesario plantearse la necesidad de una reforma en profundidad del sistema de pensiones: Actualmente, por cada por cada ciudadano retirado de más de 65 años sólo hay cuatro personas trabajando, y se calcula que en el 2060 esta proporción se reducirá a la peligrosa proporción de uno de cada dos. "Sólo se podrían sostener los sistemas públicos de pensiones asegurando que el tiempo de la jubilación no aumente en comparación con el tiempo que se dedica al trabajo", señala el documento citado por FT, "lo que significa que la solución es elevar la edad de jubilación".

Las pensiones europeas son las más generosas en cualquier otro lugar del mundo, dado que los trabajadores tienden a retirarse cada vez más pronto: en Francia los trabajadores se jubilan antes de los 59 años, comparados con los 65 años de Estados Unidos y los casi 70 de Japón, a pesar de que la esperanza de vida es similar en los tres países, de acuerdo con informes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

En parte por las tendencias demográficas adversas -baja natalidad y pensiones masivas en la generación del "baby-boom"- y en parte por la crisis financiera, los fondos para pagar la jubilación de los europeos se están agotando, por lo que todos los países se están viendo obligados a instaurar políticas a largo plazo para asegurar la sostenibilidad de estos pagos.

Todos por igual

Así, en Francia, el presidente Nicolas Sarkozy quiere aumentar dos años la edad de jubilación legal, al igual que España, que además ha congelado la nómina de las pensiones contributivas para el año que viene como parte de su programa de austeridad para contener el déficit, mientras Grecia ha tomado medidas similares que han provocado la furia de los sindicatos de trabajadores.

El documento que se presentará el 7 de julio (2010) reconoce que los miembros de la UE están al cargo de sus políticas públicas en materia de pensiones, aunque recuerda que la crisis de la eurozona ha otorgado a Bruselas nuevas competencias en "gobernanza económica" y tiene más capacidad y poderes para imponer leyes que afecten a todos los socios.

Asimismo, la CE critica que el marco legal que supervisa las pensiones está "fragmentado e incompleto", lo que abre la posibilidad de desarrollar e imponer una nueva legislación más homogénea que armonice todas las políticas del bloque en esta materia.

Finale: Volver a empezar: Una economía de base cero (dando vuelta el calcetín)

Perdonen cierta alteración cronológica de la Hemeroteca, pero la "historia" de la crisis financiera-económica-financiera (y fundamentalmente, moral) se lo merece. En este tiempo de requiebros, mitos y mentiras… es saludable intentar conocer la realidad (¿a alguno le interesa?). Una forma, tal vez, de comenzar a "dar vuelta el calcetín".

La FED en 2007: la burbuja inmobiliaria no causará ningún problema en EEUU

No hay nada como las hemerotecas para dejar al descubierto a los poderes públicos. Bernanke afirmó en 2005 y 2006 que EEUU no sufría una burbuja inmobiliaria. Cuando estalló, los responsables de la FED indicaron que las hipotecas subprime no causarían problemas. Sus previsiones han fallado estrepitosamente. (Libertad Digital – 11/5/10)

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