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El gas y su importancia en la defensa nacional




Enviado por Wilson Mercado



  1. Introducción
  2. Desarrollo
  3. Conclusiones

Introducción

Han pasado más de cien años desde que
perdimos nuestra condición marítima, lo que para
todos los bolivianos significa una herida que no nos deja crecer
y desarrollar en paz como pueblo, como nación, como
sociedad, y mientras subsista esta herida no nos sentiremos
tranquilos o tan iguales a los otros pueblos.

Es esta situación, la que en primera instancia
debe llevarnos a reflexionar sobre el hecho de negociar el gas a
través del país que es el causante de este
sentimiento de frustración: Chile

El querer tratar de ver esta situación
sólo como un negocio, sin considerar el sentimiento de la
nación al respecto, buscando sólo un supuesto
beneficio para el país, a mi parecer, es tratar de ver
sólo un lado de la moneda, porque si de beneficios
hablamos, también debemos saber que el país por
donde saquemos nuestro gas será uno de los más
beneficiados

Si es por Chile, por las tan mentadas facilidades que
ofrecen sus puertos, en especial el de Mejillones, en el que
prácticamente ya no se tendría que construir casi
nada, no es menos importante también, considerar que con
el tiempo acabaríamos pagando más de lo que
supuestamente se ahorraría ya que no debemos dejar de
considerar que el gas una vez que sale de puerto chileno, debe
subir hacia el Perú, significando con el tiempo mayores
gastos para el país.

Sin embargo el aspecto más importante a
considerar si construimos el gasoducto hacia Chile, es que
estaríamos ayudando al potenciamiento de ese país
lo que con el tiempo influiría aún más en su
geopolítica expansionista hacia nuestro país y al
Perú, significando una amenaza para la integridad nacional
y un problema a ser analizado desde el punto de vista de la
defensa, que es el tema que se desarrollará en este ensayo
por considerar que es de gran interés nacional y
geopolítico, aunque mucha gente, por satisfacer sus
intereses económicos mezquinos, presiona para que la
exportación del gas sea considerada sólo como un
negocio, renunciando a nuestras legítimas aspiraciones
marítimas.

El ensayo tratará en una primera parte de
aspectos teóricos sobre geopolítica, defensa y
seguridad nacional, y enseguida se hace una explicación de
las negociaciones que nuestro gobierno se encuentra realizando
con Chile, el Perú y el consorcio encargado del proyecto
de exportación de gas, Pacific LNG.

La segunda parte expone algunas posiciones contrapuestas
de grupos cívicos nacionales que no aceptan negociar la
exportación del gas a través de puertos
chilenos.

En la tercera parte se tratará de los costos y
beneficios de exportar por uno u otro puerto, así como de
las consideraciones geopolíticas y de defensa
nacional.

Por último, se expondrán las conclusiones
a las que se arribaron como producto del análisis del
trabajo.

Desarrollo

Para comenzar el trabajo, es necesario indicar lo que se
entiende por Geopolítica y por Defensa y Seguridad
Nacional.

De acuerdo al texto de consulta de Geopolítica
"es el estudio de las condiciones geográficas,
históricas, económicas y sociales de un Estado,
así como la promoción de sus recursos naturales y
de sus valores culturales, para hacer que juegue un papel acorde
a sus intereses en el campo internacional."

El Diccionario Militar, Estratégico y
Político la define como "ciencia que pretende fundir la
política nacional e internacional en el estudio
sistemático de los factores geográficos,
económicos y étnicos."

Asimismo, el Reglamento de Operaciones 02-02 del
Ejercito de Bolivia, define a la Defensa Nacional como "el
conjunto de medidas que el estado adopta para lograr la seguridad
nacional", entendida esta última en el mismo reglamento
como "la situación en la cual los intereses vitales de la
nación se hallan a cubierto de interferencias y
perturbaciones sustanciales."

A partir de estas definiciones se puede claramente
entender y relacionar la importancia de elegir el país por
el cual Bolivia debería exportar su gas.

Mientras la cuestión relativa a si
un puerto chileno u otro peruano será el indicado para
permitir la exportación del gas boliviano, hacia
México y Estados Unidos, toma su tiempo, en el seno de las
conversaciones entre los gobiernos de Santiago, Lima y La Paz, el
nuestro continua dando señales claras de respaldo al
millonario proyecto concebido por un consorcio de empresas
petroleras en atención a la importancia económica y
estratégica que tiene para la nación.

Su concreción dependerá de una serie de
negociaciones económicas, políticas y
jurídicas entre los gobiernos involucrados, las que en un
futuro cercano tendrán que confluir con las empresas
privadas que se proponen invertir sus capitales en el tendido de
un gasoducto, la instalación de una planta de
licuefacción sobre el océano y de otra que
restituya la condición original del producto,
probablemente en México.

Para Bolivia, sin lugar a dudas, la perspectiva es
enorme, porque el mercado previsto hasta hoy, podría
ampliarse de cara a las naciones asiáticas, una vez que el
gas sea puesto en el Pacífico, sumándose la
operación comercial a las ya concertadas con el Brasil, y
la Argentina, así como a las posibilidades latentes de
hallar otros compradores en el continente.

Es en este punto donde emerge el problema del acceso del
producto a un puerto y su correspondiente tratamiento, mecanismos
en los que tanto Perú como Chile, vienen expresando su
interés de participar.

En junio de 2001, las petroleras Repsol-YPF, British
Gas, British Petroleum, y Total Fina Elf, conformaron el
consorcio "Pacific LNG." que sería el encargado de bombear
gas natural a un puerto del Pacífico, licuarlo, embarcarlo
en barcos especiales, llevarlo a México, reconvertirlo a
su estado gaseoso y bombearlo a California.

El costo total estimado será de 5.000 a 7.000
millones de dólares. El proyecto consta de la
construcción de un gasoducto de 42 pulgadas de
diámetro con un costo de 1.000 millones de dólares,
desde los pozos gasíferos de Tarija, hasta un puerto en el
Pacífico. La explotación de los mantos
gasíferos demandará unos 1.200 millones de
dólares. En el puerto, una planta de licuefacción
de gas de aproximadamente 2.500 millones de dólares, con
capacidad de manejo de 30 millones de metros cúbicos
diarios, más una suma desconocida en mejoras del puerto
para el manejo del gas licuado. La construcción y compra
de barcos – tanque especiales para el transporte de gas licuado a
México, a un costo de 1.000 millones de
dólares.

Para ejecutar el diseño, financiamiento y
construcción, también tienen interés en
participar la Empresa Nacional de Petróleo de Chile y su
consorcio Internacional del Petróleo.

Hasta el momento, las empresas interesadas en el
proyecto han realizado estudios de factibilidad que determinaron
la rentabilidad de la empresa, siendo una de las variables
más importantes, para ellos, el costo total de la
operación que exige una maximización de recursos y
el ahorro de gastos para llevar adelante el propósito. En
ese sentido, la construcción y el tendido del gasoducto
es, sin duda, una de las variables centrales del proyecto de
exportación de gas, siendo por tanto fundamental la
elección del puerto donde se instalaría la planta
de licuefacción y la distancia que habría con
respecto a los yacimientos de Tarija.

Chile ofreció de principio el puerto de
Mejillones y ahora ofrece Iquique, Arica y Tocopilla, como
puertos y terrenos para la planta de licuefacción.
Mejillones, de acuerdo a los primeros resultados emitidos por el
consorcio Pacific LNG. sería el puerto más viable
por ser la línea recta más corta que une Tarija con
el mencionado puerto, lo que les permitiría ahorrar tramos
en tuberías.

El gobierno peruano ofreció sus puertos de
Matarani y de Ilo, este último enmarcado en la
disposición de Perú de conceder a Bolivia una zona
económica especial por 99 años renovables, de
carácter industrial, comercial y de servicios, destinada a
la recepción, procesamiento, industrialización y
comercialización del gas, los proyectos
petroquímicos y otras actividades industriales bajo un
régimen tributario, administrativo y laboral
bolivianos

Ahora bien, todos sabemos que en la decisión
final sobre el puerto por donde saldrá el gas boliviano,
el Estado boliviano decidirá muy poco, pues son las
empresas transnacionales las encargadas de hacer realidad este
multimillonario negocio, tomando responsabilidades incluso de
carácter geopolítico, y es ahí donde radica
el problema, porque en el Pacific LNG. están los actores
principales de 1879, Inglaterra incluida, y de la perfidia
cometida contra nuestro país 50 años más
tarde, en la que un 3 de junio de 1929, Chile y Perú
firmaron el Tratado de Amistad y Límites, que desoyendo la
iniciativa estadounidense de que se ceda Arica y Tacna a Bolivia,
fue Arica para uno y Tacna para el otro, con la injusta
cláusula de no ceder territorios a Bolivia.

Entonces, es una ilusión pedir que la British Gas
y la British Petroleum inglesas, la francesa Total Fina Elf y la
hispano-argentina R-YPF, integrantes del consorcio, tengan en
mente primero el desarrollo de nuestro país, por el
contrario ellos están en el negocio para obtener la mayor
cantidad de ganancia que se pueda. No olvidemos tampoco que entre
una de las causas que originaron la guerra del Pacífico,
fue que afectamos los intereses de la Compañía
Inglesa de Salitres de Antofagasta, que fue la que rehusó
pagar la tasa de 10 centavos de impuesto que Bolivia le impuso en
1879, pidiendo ayuda a los chilenos y a sus barcos blindados de
industria inglesa, que ocuparon nuestro Litoral aquel
fatídico 14 de febrero de 1879.

Es este el motivo que debe preocuparnos a todos los
bolivianos en general y a las Fuerzas Armadas en particular, ya
que esta pérdida de poder de decisión a favor de
intereses que sabemos que no respaldan nuestro desarrollo,
defensa y seguridad nacional, sino que por el contrario buscan
tan solo su propio beneficio, podría ser una vez mas, la
razón para ser postergados, favoreciendo a un país
como Chile, que de por sí ya tiene una balanza comercial
ampliamente ventajosa con relación a Bolivia, porque
nuestros mercados se encuentran saturados de toda clase de
productos chilenos, mientras que raramente se encuentra un
producto de fabricación boliviana en el mercado chileno, y
no porque los nuestros sean más caros, de menor calidad o
no cumplan las normas, sino porque pese a las políticas de
libre comercio, nuestros pocos productos competitivos tienen
acceso restringido.

Otras razones para preocuparnos, las sostienen con
acertado tino un grupo de ciudadanos, entre ellos varios
militares del servicio pasivo, que en un manifiesto a la
nación entre las partes que considero más
importantes dicen:[1]

"Un gasoducto tendido hacia un puerto detentado por
Chile, implicaría una nueva infiltración de
inmigrantes a territorio boliviano que podrían convertirse
en potenciales combatientes."

"Es sabido que desde 1879, Arica e Iquique sobreviven
con el movimiento económico que genera la carga
boliviana."

"Los intereses económicos gubernamentales y
fuerzas armadas chilenas, sustentan que la proyectada terminal
del gasoducto llegue preferentemente a Mejillones, destino que no
admiten que carece de recursos naturales propios, y que
podría progresar gracias al gasoducto y la
construcción de la planta de
licuefacción."

"La pretensión de la oligarquía chilena es
que sean sus capitalistas quienes obtengan el contrato de tendido
del gasoducto desde Tarija y que significaría para sus
constructores, ingresos entre los 3.500 a 5.000 millones de
dólares, fuera de disfrutar además de una fuente de
empleo en la planta de licuefacción que se calcula, pero,
en especial desde ese puerto se comercializaría el gas a
terceros países por más de 50 años, no
siendo raro que planeen que su marina mercante se convierta en
propietaria de un "tren de barcos transportadores" del gas
comprimido.

"Advertimos que la construcción del gasoducto en
puerto chileno, significaría que con esa servidumbre se
daría a Chile un futuro potencial, pretexto para afectar y
desconocer la soberanía boliviana de Potosí, Tarija
y Santa Cruz, cumpliendo su anhelado objetivo geopolítico
de penetrar geográficamente por el altiplano minero y
valles para convertirse en país platense y
amazónico, maniobra que practicaron en 1879 cuando se
apoderaron del litoral de nuestra República y se
convirtieron en fronterizos con Perú."

"Conminamos al gobierno de Bolivia que para cualquier
decisión que se tenga que tomar dentro del proyecto antes
analizado, se convoque previamente a un plebiscito nacional, y
que sea el pueblo, soberano, según el Art. 2do. de la
Constitución, el que rechace o apruebe este peligroso
objetivo geopolítico chileno con nuestros recursos
gasíferos. Si así se actuara se incurriría
en delito de traición a la Patria, al estar conscientes de
que nuestro retorno soberano al océano Pacífico no
se resuelve con un simple comodato que carece de soberanía
territorial y de un mar adyacente."

"Exigimos que se inicie de inmediato negociaciones con
el Perú, al nivel de presidentes o cancilleres, sobre la
base del proyecto Ilo o Matarani, para que puedan ser estos
puertos la terminal del gasoducto, entregándosenos
allá un enclave o puerto libre y poder ser ampliable este
beneficio en favor de la Argentina, Brasil y Paraguay a fin de
hacer realidad la ruta interoceánica."

"Sugerimos la organización de una empresa
marítima conjunta boliviano-peruana para el transporte del
gas licuado a México y otros destinos."

"… si este o el futuro gobierno boliviano admite las
argucias chilenas, está dando paso a una potencial nueva
agresión territorial y económica de parte de
Chile."

Así también considero importante referirme
a un documento emitido por el Centro de Diplomados en Altos
Estudios Nacionales y el Comité Pro Mar Boliviano filial
Santa Cruz que en sus partes más importantes
dice:[2]

"Nuestras Instituciones ven alarmadas y con suma
preocupación el curso que siguen y pretenden seguir
importantes y trascendentales negociaciones comerciales con el
usurpador de nuestro Litoral, Chile; las mismas que se
efectuarían sin antes haber establecido una
política y estrategia de estado marítima global,
consecuente, coordinada, continua, coherente y condensada;
aspecto sugerido en forma reiterada y sostenida por la
opinión pública y representantes de cientos de
instituciones. Estas negociaciones comerciales se refieren
a:

1ro. Importación de electricidad desde Chile de
"Gas Atacama", subsidiaria de ENDESA. Chile, para la mina San
Cristóbal, en el departamento de Potosí, luego que
APEX MINES, que explota esa mina, la adjudicó mediante una
licitación, donde el gobierno boliviano tendría que
olear y sacramentar dicha operación al parecer con
sólo un Decreto Supremo, sin pasar por el análisis
y aprobación de las cámaras legislativas y el aval
de instituciones colegiadas, descartando de esta forma el uso de
nuestra electricidad, la misma que además serviría
para la iluminación, en su recorrido, de muchos pueblos
aledaños. ¿Qué espera el gobierno boliviano
para promulgar una ley que proteja los recursos y la
producción boliviana, principalmente si de intereses
geopolíticos nacionales se trata?. Además, la
exportación de minerales tendría que salir por
puertos peruanos como Ilo y no chilenos, aunque los costos sean
un poco mayores.

2do. Proyecto de arrendamiento de una franja costera de
82 kilómetros de largo, entre los puertos que fueron
bolivianos: Mejillones y Cobija. Franja que no sería
cedida gratuitamente ya que Bolivia tendría que pagar un
alto precio por utilizar esta franja que se encuentra en
territorios que le fueron usurpados, además comprometiendo
posiblemente otros recursos como el gas boliviano y lo peor,
forzándonos a reanudar relaciones diplomáticas con
Chile. No necesitamos un puerto alquilado por Chile, porque ya
contamos con el puerto de Ilo cedido gratuitamente por un
período de 99 años por el país amigo:
Perú.

3ro. Construcción de un gasoducto de Bolivia
hacia Chile, una planta para la licuefacción del gas en
Chile para su exportación a ultramar y la provisión
indefinida de gas boliviano a Chile. Bolivia está
moralmente obligada, primero a agotar esfuerzos conjuntos con la
República del Perú para exportar e importar carga y
desarrollar el puerto de Ilo y otros del sur del Perú,
para recién pensar en potenciar a nuestro agresor. Hasta
ahora no conocemos sobre alguna consulta que el gobierno actual
haya hecho a instituciones profesionales de prestigio, para
obtener su aval, en ausencia del tan esperado Consejo Nacional de
Política y Estrategia Marítima, cuyo proyecto de
creación, después de ser aprobado en la
Cámara de Diputados, se encuentra estacionado en la
Cámara de Senadores. Las experiencias que se tienen con
Chile en estos 122 años de enclaustramiento
geográfico son negativas, porque cuando se les antoja
suben aranceles, crean nuevas disposiciones legales que nos
perjudican, en otras palabras hacen lo que quieren con la carga
boliviana, humillándonos siempre."

Sin embargo, debemos, en contrapartida, considerar
también que la globalización y las políticas
de privatización y estímulo a la inversión
extranjera que la acompañan, traen la pérdida de la
soberanía en beneficio de los que invierten en el
país, quienes para la protección de sus intereses
cuentan con el respaldo de sus gobiernos y ejércitos si
fuera necesario.

Además, en los últimos años,
nuestro país se ha venido destacando en el ámbito
internacional por su velocidad para implementar las
recomendaciones de organismos internacionales, cada vez que una
idea, por supuesto elaborada por ellos, pueda expresarse como una
política; pero en la adopción de esta idea, se han
considerado apenas costos y beneficios económicos y
además de corto plazo.

Existen muchos ejemplos que dan cuenta de más
perjuicios que beneficios en otros ámbitos como ser, la
inevitable pérdida de control sobre este recurso natural
no renovable; desde el punto de vista energético, la
reducción de flujo de energía acumulada en la
naturaleza, sobre cuyo aprovechamiento y racional
explotación radica el desarrollo equilibrado y
autónomo de todo sistema social.

En los últimos meses se ha escrito mucho sobre
las ventajas y desventajas de exportar el gas boliviano por
Perú y por Chile, y son varios los que opinan que el
proyecto no debe politizarse y que este debe decidirse solamente
basado en un análisis de costo y beneficio, dentro de un
período de tiempo que tome en cuenta la vida útil
de los pozos gasíferos a explotarse.

Para hacerlo así, tomemos en cuenta 50
años, más o menos, como punto de partida, al cabo
de los cuales no habrá mas gas en el campo gasífero
de Margarita.

Las ventajas económicas que los
chilenófilos atribuyen a la exportación de gas por
Mejillones son discutibles y las analizaremos desde tres puntos
de vista, el desarrollo, la construcción, la
exportación en sí misma y las estrategias de
desarrollo, con relación al costo y
beneficio.[3]

Se estima que el desarrollo del campo gasífero
Margarita será de 1.200 millones de dólares, este
costo es el mismo, cualquiera que fuese el puerto que se utilice
para la exportación del gas, lo que nos permite concluir
que Bolivia se beneficiará de esta actividad, porque
durante esta parte del proyecto se crearán trabajos y
otras actividades económicas que beneficiarán
principalmente al departamento de Tarija. La desventaja es que
éste campo gasífero se agotará
después de un determinado tiempo.

La construcción del gasoducto Margarita –
Ilo será de aproximadamente 1.320 kilómetros, 540
kilómetros más que en la alternativa Margarita
– Mejillones. A primera vista el costo de
construcción parece mayor, pero si el gasoducto se
construye hacia Mejillones, el tramo entre Margarita y la
frontera es de 500 kms. aproximadamente. El beneficio para
Bolivia está sólo en la utilización de la
mano de obra y otras actividades afines a la construcción,
ya que la tubería tendrá que ser comprada fuera del
país. La construcción de 280 kms. de tubería
en territorio chileno beneficiará únicamente a
Chile.

Por otra parte, el ducto entre Margarita y Mejillones
tendría que trasponer dos cordilleras, lo que implica que
en algunos sectores debería subir hasta 5.000 metros de
altura. Además entre Bolivia y Mejillones no existen
vías de acceso para el transporte de la tubería,
tampoco hay poblaciones para la utilización de mano de
obra o el acceso a servicios. Si el ducto va hacia Ilo,
seguirá la ruta del altiplano, sector por donde Bolivia ya
cuenta con algunos gasoductos y poliductos, además de
existir a lo largo, zonas densamente pobladas que cuentan con
carreteras, y Perú acaba de inaugurar la mejor carretera
de penetración entre Ilo y Desaguadero.

Si el gasoducto se construye hacia Ilo (Margarita
– Cerro Lipez – Uyuni – Oruro – Santiago
de Macha), la longitud de tubería en territorio boliviano
es de aproximadamente 1.070 kms. con un costo estimado de 1.605
millones. Un mayor costo de construcción
beneficiará a Bolivia y reducirá el desempleo, por
lo menos durante el proceso de construcción. Es importante
notar que proporcionará a Bolivia una oportunidad de
desarrollo a largo plazo en la zona más empobrecida del
país. Es aún más importante resaltar que la
construcción de un gasoducto de esta magnitud en el
altiplano boliviano, proporcionará una estrategia de
desarrollo sin precedentes, permitiendo la creación de
polos de desarrollo en Uyuni, Oruro y La Paz.

Veamos ahora el costo y beneficio entre la alternativa
de exportar gas por Perú y la de hacerlo por
Chile.

La diferencia aparente de costo entre Ilo y Mejillones
es de 810 millones de dólares más hacia Ilo. Este
costo ha sido estimado utilizando un precio unitario de 1.5
millones de dólares por kilómetro de
tubería. Sin embargo, construir un gasoducto en el
altiplano puede resultar más económico, ya que se
puede utilizar el derecho de vía del ferrocarril para el
transporte de la tubería y para su instalación. Por
ejemplo, Petrobras Bolivia S.A. construirá el gasoducto
Yacuiba – Río Grande por un precio unitario de
aproximadamente 700 mil dólares por kilómetro. Si
fuera posible construir un gasoducto en el altiplano por un costo
similar, el costo adicional del proyecto sería sólo
de 378 millones de dólares. De cualquier manera, este
gasto beneficiará a Bolivia, ya que se utilizaría
mano de obra boliviana para su construcción, resultando
mayor el beneficio que el costo de
construcción.

Es de hacer resaltar antes de continuar, que las
únicas actividades de implementación de este
proyecto, que beneficiarán a Bolivia, son los trabajos en
el desarrollo del campo gasífero en Margarita y la
construcción de la tubería. Las demás
actividades beneficiarán directamente al Perú o a
Chile.

Analicemos ahora la estrategia de desarrollo. La
disponibilidad de energía barata en Uyuni,
facilitará la creación de un polo de desarrollo que
permitirá el abaratamiento de la explotación minera
en el sud del país. También permitirá el
desarrollo de la infraestructura caminera, turística y
comunicaciones de la región. Al tiempo de tender la
tubería de gas, se construirán ductos para fibra
óptica que se utilizan en las telecomunicaciones al nivel
mundial.

El desarrollo de una minería barata y un turismo
competitivo reducirían el desempleo y crearían
trabajos permanentes. Una vez que los problemas más
apremiantes hayan sido resueltos en unos diez años y
cuando se haya recaudado suficiente dinero en forma de
regalías o impuestos, se puede pensar en invertir en
proyectos de desarrollo más ambiciosos en provecho del
país.

Todas las situaciones planteadas muestran por si solas
que las tan mentadas ventajas de exportar el gas por Chile, no
habían sido tantas, y que en bien del país debemos
sacar el mejor y mayor provecho de las ventajas
geopolíticas emergentes, y por sobre todo debemos velar
por estas mismas consideraciones geopolíticas, el lograr
independizarnos de los puertos chilenos para nuestro comercio
exterior, quienes constantemente nos imponen condiciones
arbitrarias y desventajosas para el país con las
siguientes consecuencias: [4]

  • Sentimiento de frustración nacional, con
    menoscabo de nuestros valores cívicos y
    morales.

  • Dependencia y sujeción a las decisiones
    unilaterales de Chile respecto a cuestiones de índole
    comercial por el uso de sus puertos y almacenes.

  • Conformación de una burguesía
    boliviana sociopolítica comercial con fuerte
    influencia mapocha, que por su participación en los
    círculos políticos y económicos del
    país, responden más a los intereses ajenos a
    nuestra nación.

  • Permanente amenaza militar.

El actual presidente de Bolivia, Jorge Quiroga, sostiene
que el gas se convertirá en nuestro mejor embajador y en
nuestra llave para abrir las puertas que históricamente
han estado cerradas para nuestro país, lo que significa
que este gobierno y los restantes, aprovecharán ese poder
y esa ventaja para obtener otras concesiones, haciendo prevalecer
el derecho que tenemos como nación a administrar nuestros
recursos naturales de tal forma que se orienten a favorecer al
desarrollo nacional y no al contrario, evitando que una vez mas,
por falta de visión y por falta de sentido
histórico de patria, Bolivia pueda perder lo que con
seguridad constituye su última posibilidad
histórica de lograr un acceso soberano al Pacífico,
por eso, si algo debe estar mezclado de manera indisoluble e
indiscutible es el tema del gas con el mar, sin dar brazo a
torcer como quiere el presidente chileno Ricardo Lagos que pide
"no mezclar la política con los negocios", sin acordarse,
porque ahora les conviene, que ellos hicieron lo propio cuando
tuvimos el problema de las aguas del Silala, que hasta ahora se
encuentran explotando sin pagarnos un solo centavo por su
uso.

Conclusiones

1.- Es imprescindible contar con una sólida
política nacional sobre este tema, que se formule en
conjunción con las capacidades y potencialidades
geográficas y de recursos humanos, naturales e
institucionales, para evitar fracasos y / o errores que
podríamos lamentar posteriormente.

2.- Si el gobierno chileno no acepta cedernos con plena
soberanía una franja costera, la decisión de
exportar nuestro gas debe ser por los puertos peruanos de
Matarani o de Ilo.

3.- Sin tener plena soberanía sobre una franja
costera, ningún gobierno, ya sea actual o futuro, debe
aceptar que nuestro gas sea exportado por puertos chilenos, por
la consideración geopolítica y de defensa de que
estaríamos potenciando a una nación que desde
siempre nos ha sometido al despojo, al enclaustramiento y nos ha
condenado al subdesarrollo, y que en cualquier momento puede
convertirse otra vez en nuestro agresor, tomando en cuenta sobre
todo sus actuales adquisiciones de material
bélico.

4.- Desde el punto de vista geopolítico y de
defensa, tampoco sería inteligente contribuir a
industrializar y modernizar el deprimido norte chileno, para que
nuestro enemigo potencial se haga más fuerte y emplee
contra nosotros su tradicional geopolítica
expansionista.

5.- Es más lógico pensar, si lo hacemos
como verdaderos bolivianos, en exportar nuestro gas por
territorio peruano, sobre todo si tomamos en cuenta que en
él contamos ya con el puerto de Ilo que nos fue cedido por
99 años.

6.- La decisión, resultado del análisis de
costos y beneficios, se inclina más hacia la
exportación del gas por el Perú, por ser más
ventajosas desde el punto de vista de que la construcción
de un mayor tramo de tubería se quedaría en
territorio boliviano.

7.- La construcción de un mayor tramo de
tuberías en nuestro territorio, para exportar el gas por
el Perú, generará una gran cantidad de empleos,
logrando la reactivación económica de las zonas por
donde se tenderá el gasoducto, lo que ocurriría en
mucha menor proporción si se decide exportar por
Chile.

8.- Al construir el gasoducto hacia el Perú, se
crearán polos de desarrollo a lo largo de su trayecto,
beneficiando al país en su conjunto.

9.- La seguridad y la defensa nacional deben ser
imperativos para el interés nacional, al que deben
subordinarse intereses foráneos o de grupos sociales que
sólo buscan su beneficio personal.

10.- El Estado boliviano no debe dejar de escuchar y de
percibir el sentimiento de su población que no ve con
buenos ojos las negociaciones con Chile.

11.- El hecho de exportar nuestro gas por el
Perú, conlleva el mejoramiento del puerto de Ilo, lo que
permitirá en un futuro cercano, independizarnos de los
puertos chilenos para la carga de nuestros productos y por lo
tanto independizarnos de sus arbitrariedades y abusos.

Queda poco tiempo para resolver este dilema y muchas
dudas que resolver, ¿ será que el gobierno
tendrá la capacidad y la fuerza necesaria para imponer los
intereses nacionales sobre los de los consorcios
internacionales?, ¿ el nuevo gobierno boliviano
tendrá en cuenta que primero están los intereses de
la nación antes que los intereses de grupos privados ?, y
si por mala suerte y por decisión de los grandes
consorcios internacionales y lógicamente en función
a sus intereses económicos, se decide exportar por Chile,
sin recuperar nuestra cualidad marítima ¿
qué ocurrirá si alguna vez tenemos que aumentarles
los impuestos ?. Las respuestas las dejo a consideración
del lector.

 

 

Autor:

Tcnl. DEM. Wilson Mercado
Vargas

 

[1] PUBLICACIÓN DE “EL
DIARIO” DEL 24 DE NOVIEMBRE DE 2001

[2] COMUNICADO EMITIDO POR COMITÉ
PROMAR BOLIVIANO Y CDAEN (Noviembre 201)

[3] PUBLICACIÓN “APORTES”
– Santa Cruz (Diciembre 17 – 2001)

[4] APUNTES EXTRAIDOS DE LA CONFERENCIA
REALIZADA POR EL Gral. Brig. Gonzalo Block Melgar SOBRE LA
EXPORTACIÓN DE GAS A NORTE AMÉRICA.

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