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Marx: El materialismo histórico




Enviado por Carolina



  1. Crítica de la filosofía
  2. Existencia del proletariado – praxis
  3. Idea del hombre
  4. El hombre alienado
  5. Formas derivadas de alienación
  6. El materialismo histórico
  7. La marcha de la historia
  8. Las etapas de la historia

Crítica de la filosofía

Como filósofo hegeliano que era, estaba convencido de que la filosofía de Hegel era la expresión más acabada de la sociedad burguesa; estaba convencido que la filosofía de Hegel era la filosofía perfecta y que filosóficamente no se podía ir más allá de ella. Por lo tanto, Marx dice "ya no debiéramos ocuparnos más de la filosofía sino realizarla, llevarla a la práctica.

Para Marx la realidad –cuando él habla de realidad se refiere generalmente a la realidad histórico-social, al mundo del hombre– tiene una estructura dialéctica que se encamina a la perfecta realidad consciente.

Hegel creía que las formas sociales y políticas de su época eran adecuadas para el pleno cumplimiento de las exigencias racionales; que mediante el mero desarrollo gradual del sistema socio-político vigente se llegaría se llegaría a la realización de las supremas capacidades del hombre, pero entonces las dialéctica quedaba detenida y se consagraban los hechos e instituciones políticos y sociales ya existentes como si fueran perfectamente adecuados a la razón.

Existencia del proletariado – praxis

Con el sistema de Hegel la dialéctica había llegado a su cumplimiento final, la filosofía llegó a su final. Pero, la dialéctica por ser el movimiento de la realidad misma, no puede detenerse sin que la realidad misma se detenga y desaparezca; por lo tanto, la dialéctica debe ser abierta y "revolucionaria".

Marx sostiene que las contradicciones están lejos de haber quedado conciliadas. La verdad, los principios de la razón, no coinciden con el orden social y político existente. Hay en el mundo humano un elemento irracional, inadecuado respecto de la idea, desajustado o inarmónico respecto de la totalidad, y que es señal de que la verdad todavía no se ha realizado plenamente, ese elemento irracional es la existencia del proletariado. La sola presencia de éste contradice la supuesta realidad de la razón, porque la existencia del proletariado significa la existencia de una clase social entera que representa la negación de la razón. El proletariado es la clase totalmente desposeída, la que carece de toda propiedad, y por eso no es libre ni es persona, si es que la libertad y la persona se objetivan y apoyan en la propiedad. Hegel enseño que "el hombre es hombre gracias a su espíritu", es decir, mediante las actividades espirituales, como el arte y la filosofía, es donde se encontraría la forma más perfecta de vida humana. Pero el proletariado está completamente separado de esa esencia, porque las condiciones de su existencia no le permiten ocuparse de ello, agobiado por su trabajo, por sus necesidades puramente animales que a duras penas logra calmar, el proletariado carece de posibilidad de acceder a las formas de vida propiamente humanas, ala cultura. El proletariado es entonces "un hombre que no puede realizarse como hombre". Escribe Marx: "el hombre (el obrero) solo se siente obrando libremente en sus funciones animales, en el comer, beber y engendrar, y todo lo relacionado a la habitación y la vestimenta, y en cambio en sus funciones humanas se siente solo como animal. Lo animal se convierte en humano y lo humano en lo animal."

La existencia del proletariado es el testimonio de que la razón no está plenamente realizada. Según Marx, las reconciliaciones hegelianas están logradas solamente en el reino del pensamiento, pero no en la realidad, porque el suyo es "un superar pensante que deja intacto su objeto en la realidad".

Según Marx, se trata de hacer coincidir los hechos y la razón, pero no en el plano abstracto del pensamiento sino en el plano social y político. Esta tarea no puede cumplirse solo teoréticamente mediante la teoría filosófica, sino que debe consistir en la praxis socio-política y revolucionaria.

Marx sostiene que lo que importa ya no es propiamente filosofar sino modificar el mundo (el mundo humano, que conlleva la transformación del mundo natural), niega la filosofía (como pura teoría) y pretende reemplazarla por la praxis. Porque la filosofía es pura teoría y la teoría deja las cosas tal como están, y la teoría en su forma más perfecta ha declarado que todo lo real es racional a pesar de que un aspecto muy importante de la realidad, el proletario, está excluido de la racionalidad, por esto hay que sustituirla por la praxis:

"la solución de las mismas oposiciones teóricas solo es posible de modo práctico, solo es `posible mediante la energía practica del hombre y por eso su solución no es tarea exclusiva del conocimiento, sino una verdadera tarea vital que la filosofía no pudo resolver porque la entendía únicamente como tarea teórica."

La solución de los problemas del hombre solo se alcanzará mediante la praxis revolucionaria, la acción críticamente dirigida.

Idea del hombre

Qué es el hombre no puede determinarse a partir del espíritu ni de la Idea, sino a partir del hombre mismo, de lo que es concretamente, el hombre de que se debe hablar es:

"el hombre real, corpóreo, en pie sobre la tierra firme y aspirando y exhalando todas las fuerzas naturales"

Anteriormente la esencia del hombre pero solo se llego a una determinación de autoconciencia abstracta, pero el hombre no es un ser abstracto, agazapado fuera del mundo; el hombre es el mundo del hombre: Estado, sociedad. (Hegel)

El hombre no se el "ego" del ego cogito sino que el hombre es su mundo humano. Marx, en lugar de buscar la esencia del hombre como determinación interior, la busca en las relaciones exteriores que cada hombre tiene con la naturaleza y con los otros hombres en conjunto con sus relaciones sociales, "con el mundo del hombre".

"el hombre no es algo abstracto e inherente a cada individuo. Es en su realidad un conjunto de las relaciones sociales."

Las relaciones sociales, la sociedad y la naturaleza Marx no las piensa como algo dado y estático, como objeto de pura contemplación, como algo teórico, sino que las piensa como realizaciones del hombre mismo, como creaciones suyas e históricamente cambiantes. Marx concibe al hombre como el ente que se produce a si mismo. Y ese acto autogenerador del hombre es el trabajo: "el trabajo es el acto de autoproducción del hombre".

Para Marx el trabajo es una relación real del hombre con las cosas mismas, con la naturaleza y con los demás hombre, praxis histórico-social: "el hombre mismo se diferencia de los animales en el preciso momento en que comienza a producir sus medios de vida. Lo que el hombre es coincide con su producción, tanto con lo que produce como con el como lo produce.

El trabajo constituye entonces la esencia del hombre, el modo cómo es concretamente, el medio para su realización y para el desarrollo completo de sus posibilidades, para su satisfacción y felicidad.

Producir: la acción mediante la cual el hombre hace algo sacándolo de si y poniéndolo fuera de sí, en la naturaleza. El trabajo es la traducción en realidad objetiva de lo que en primera instancia es una representación. Por ejemplo, el carpintero va a fabricar una mesa, para ello ha de tener primero una idea o representación de lo que quiere hacer, y precisa un material donde esa idea se objetive (se plasme), la madera. La operación del trabajo se basa en que el carpintero transforma la madera con sus herramientas hasta el momento en que la mesa esté lista: ha objetivado plenamente lo que en primera instancia era solamente una idea.

"lo que de antemano distingue al peor arquitecto de la abeja es que, el arquitecto ha construido la célula en cabeza antes de construirla en la cera. Al fin del proceso del trabajo surge un resultado que ya al comienzo estaba en la representación del obrero, ya existía idealmente. No es solo que éste opera un cambio en la materia prima, sino que también realiza en ésta su finalidad, que él conoce y, determina como ley, el modo de su obrar y a la cual tiene que subordinar su voluntad".

El animal también trabaja, pero a diferencia de éste, el trabajo humano está acompañado de conciencia, es un trabajo social y realiza un proceso histórico. La diferencia entre el trabajo humano y el "trabajo animal" consiste en que el trabajo humano esta siempre procedido o dirigido por una idea o representación, por la conciencia. Marx señala la finalidad como categoría fundamental del trabajo, forma de causalidad donde lo primero es el "efecto", pero no ya realizado sino como meta a la que tiene un proceso.

El trabajo consistirá en la objetivación o exteriorización en la naturaleza de la representación que el hombre tenga, una objetivación de sí mismo. Esto produce en el hombre un desdoblamiento donde es a la vez sujeto y objeto, no solo intelectualmente, como en la conciencia, sino que además se desdobla "activa y realmente " y se contempla a sí mismo en un mundo creado por él.

El proceso de autoproducción del hombre mediante el trabajo es un proceso dialéctico: un salir de sí del hombre, una exteriorización suya en la naturaleza. El trabajo significa una humanización de la naturaleza, porque en ella el hombre va dejando su huella, sus ideas, en definitiva, su propia esencia. La transformación introducida en la naturaleza trae como consecuencia la transformación de la vida humana:

"La sociedad es la plena unión del hombre con la naturaleza, la verdadera resurrección de la naturaleza, el naturalismo realizado del hombre y el humanismo realizado de la naturaleza"

La ciencia moderna, la técnica y la industria con ellas relacionada tiene suma importancia sobre la vida humana:

"La producción práctica de un modo objetivo, la elaboración de la naturaleza inorgánica, es la afirmación del hombre como un ser genérico conciente, la afirmación de un ser que se relaciona con el género como con su propia esencia o se relaciona consigo mismo como ser genérico."

En el trabajo el hombre es hombre porque allí se afirma como tal según su esencia, en el trabajo, y no en el medio abstracto de la conciencia, muestra su ser. Lo propio del hombre consiste en su referencia a lo universal: está referido a la naturaleza en su totalidad, su pensamiento capta los conceptos universales, y es solidario con la totalidad del género humano, por eso su trabajo es consciente y social, el animal en cambio vive encerrado en su particularidad.

"es cierto que el animal también produce, se construye un nido, viviendas, como los pájaros, las abejas, las hormigas, los castores, etc. Pero produce únicamente lo que necesita inmediatamente para sí o para su prole; mientras que el hombre produce universalmente; el animal produce bajo la necesidad física inmediata."

El animal solo produce lo que necesita para vivir, produce según sus necesidades biológicas, porque lleva una vida aislada que está solo determinada por aquellas necesidades, una vida que es "cerrada".

"el animal es inmediatamente uno con actividad vital, no se distingue de ella sino que es ella; en cambio el hombre hace de su actividad vital un objeto de su voluntad y de su conciencia, tiene actividad vital consciente. La actividad vital consciente distingue al hombre de la actividad vital animal."

El hombre, en cambio, está abierto a la totalidad, su verdadera esencia es la universalidad; el hombre no se deja arrastrar por los impulsos y necesidades orgánicas, sino que es capaz de mediatizarlos: interpone entre el impulso y la necesidad, la idea o representación, el fin que quiere realizar.

"el hombre produce libre de la necesidad física y solo liberado de ella produce verdaderamente"

El trabajo verdadero es el que realiza al liberarse de la necesidad física, es un trabajo libre. Por esto el trabajo no puede considerarse solo como una actividad económica para mantener la vida orgánica, sino que es en su forma plena una actividad libre y consciente como desarrollo del "ser genérico". Si el trabajo se rebaja a un simple medio para la vida, la esencia del hombre se invierte, el hombre se aliena.

El hombre alienado

El ser del hombre consiste en el trabajo, el hombre es histórico y por eso su esencia depende de las condiciones concretas del trabajo en cada circunstancia histórica. En la sociedad en que Marx vive el hombre está alienado, se encuentra ajeno, desconoce su propia esencia. Está alienado en todos los planos de la existencia humana – social, político, religioso, filosófico-, pero todas las formas de enajenación se fundamentan en el trabajo porque en él se basa la esencia del hombre.

El trabajo es la actividad propia del hombre, pero el hombre lo desconoce: "sólo se siente obrando libremente en sus funciones animales, pero en sus funciones humanas se siente como un animal". Ignora su propia esencia y asume la animal. El trabajo, en vez de significar la realización espontánea, plena y gozosa de su humanidad, paraliza las actividades propias del hombre e impide cualquier tipo de satisfacción que esté relacionada con el trabajo.

"el trabajo no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz sino desgraciado; no se desarrolla con libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador solo se siente cómodo fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es voluntario sino forzado, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de una necesidad sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo…"

El trabajador se siente cómodo, se siente en su lugar cuando no trabaja, cuando no se encuentra cumpliendo su verdadera esencia, huye del trabajo como de la peste. Solo trabaja bajo la presión del hambre, pero en cuanto esa presión desaparece, abandona el trabajo porque éste no le da ninguna satisfacción. El trabajo se le ofrece al obrero como trabajo forzado, forzado por sus necesidades biológicas. En lugar de constituir una finalidad (la satisfacción de su necesidad de ser hombre), el trabajo (y el hombre mismo) queda rebajado a un simple medio para satisfacer necesidades puramente animales (comida, habitación, etc.)

El hombre está alienado en varios aspectos:

  • El hombre siente que es el trabajo es una actividad que no le pertenece. Esta actividad que debería experimentarla como propia, como la expansión de si mismo, la experimenta como un sufrimiento. Por eso el obrero niega el trabajo, pero al negarlo está negando su esencia, se está negando a sí mismo. Se da una contradicción, una relación dialéctica; el hombre es dialéctico en su raíz. Es una contradicción real.

  • El trabajador está alienado respecto del producto de su trabajo, y en ese producto está el obrero mismo, está su objetivación, algo en lo que ha puesto su propia persona, pero este producto no le pertenece a él sino al capitalista, al dueño de los medio de producción: "el objeto que el trabajo produce, su producto, se enfrenta al hombre como un ser extraño, como un poder independiente del productor."

El trabajador sabe que el producto le pertenece a otro, a pesar de que él se ha puesto en el producto, no pude reapropiárselo, no puede reasumir se esencia que ha volcado en el producto.

  • El hombre está alienado porque no puede elegir su trabajo, no puede elegir la forma de realizarse, no puede elegirlo libremente como quisiera sino como lo prescribe el lugar que ocupe dentro del proceso social de producción, un lugar que está predeterminado por el sistema de producción, la forma de distribución de la riqueza y el poder.

"si él se relaciona con su actividad como con una actividad no libre, se está relacionando con ella como con la actividad al servicio de otro, bajo las ordenes, la compulsión y el dominio de otro"

La sociedad existente está dividida en clases, y la existencia de estas clases contradice la libertad, o la convierte en una idea abstracta; porque la libertad de cada uno está fijada por la clase a la que pertenece y por la relativa libertad que posea esta clase, sin tener en cuenta las capacidades o necesidades de cada uno: no es la misma del proletariado y la de la burgués. "La clase es la verdadera unidad social y económica, no el individuo"

"la clase es sustantiva frente a los individuos que la forman, de tal modo que éstos se encuentran ya con sus condiciones de vida predeterminadas; se encuentran con que la clase les asigna su posición en la vida y su desarrollo personal; se ven absorbidos por ella"

Formas derivadas de alienación

La alienación que tiene lugar en el trabajo es la forma fundamental de enajenamiento, porque afecta el fundamento mismo del hombre. De ellas dependen otras formas suyas: en lo social, en lo político, en la religión y en la filosofía.

Alienación social: La primera alienación opera de forma tal de que las relaciones sociales se deformen o pervierten, porque en lugar de ser relaciones entre personas, se convierten en relaciones entre cosas, en algo inhumano. Como al actividad humana –el trabajo- en lugar de constituir un fin ha pasado a ser solo un medio para producir mercancías, ella misma se ofrece como mercancía más, es decir que el hombre mismo se convierte en mercancía.

"la desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas. El trabajo no sólo produce mercancías, se produce también a si mismo y al trabajador como mercancía."

Tanto el trabajo como el trabajador pasan a ser nada más que mercancías en un mundo en el cual, cuanto más se valoran las cosas más se olvida la humanidad del hombre. En lugar de estar las mercancías al servicio del hombre es el hombre quien está al servicio de ellas. Al hombre no se lo comprende como lo que en verdad es, como persona, como fin en si mismo, sino como un simple medio, como un instrumento para alcanzar el fin, comparable a una maquina o a una herramienta de trabajo. Y ello afecta todos los estratos de la sociedad.

Alienación política: una división entre la vida pública y los intereses generales, y la vida del individuo y sus intereses privados. El estado debería conciliar ambos aspectos, el individual y el universal; pero no lo hace, y por eso la sociedad se encuentra dividida en clases y el Estado expresa el dominio de una determinada clase, que es la de los que poseen mayor poder económico sobre las demás.

Alienación religiosa: la religión es la alienación y desconocimiento de la verdadera esencia del hombre, porque el ente divino, Dios, es el hombre ideal objetivado. El hombre individual se siente limitado, finito y cree que toda la humanidad lo es; entonces creyéndose incapaz de realizar plenamente la verdad, el bien, etc., proyecta estos atributos a un ente superior, a Dios.

Es el hombre mismo el que ha forjado la imagen de Dios, ya que ésta no es más que la expresión inconsciente de sus propios ideales o aspiraciones de infinitud.

"la religión es la autoconciencia y autosentimiento del hombre que aún no se ha encontrado, a sí mismo o que ha vuelto a perderse. Pero el hombre es el mundo del hombre: Estado y sociedad. Este Estado y esta sociedad producen la religión, que es una conciencia invertida del mundo, porque ellos mundos son un mundo invertido."

En un mundo alienado la religión representa el consuelo que el hombre imagina un ilusorio "más allá", consuelo para los males que aquí, en el estado de cosas existentes no tienen remedio.

"La religión es la realización fantástica de la esencia humana, porque la esencia humana carece de verdadera realidad. La miseria religiosa es a la vez la expresión de la miseria real y la protesta contra la miseria real."

La esencia del hombre no está realizada en la sociedad y en el Estado, en la verdadera realidad; pero el hombre "alienado" la realiza en el mundo de la fantasía, en un "más allá". La religión expresa la existencia miserable que el hombre está obligado a llevar, y es a la vez la protesta contra ella, el deseo de un mundo mejor. Y en la medida en que la religión le permite al hombre a paliar su dolor y sus desdichas, obra a la manera de un analgésico: la religión es el opio del pueblo.

Alienación filosófica: el filósofo se mueve en una contradicción, porque pretende actuar sobre la realidad solo mediante el pensamiento, y éste será forzosamente ineficaz –es la contradicción entre la vida y el pensamiento abstracto-.

No puede considerarse al sujeto solo como actividad teorética sino también como actividad práctica que se objetiva y reconoce en el objeto, y a este como realidad humanizada, ya que refleja algo que el hombre ha proyectado. Esta síntesis entre el idealismo y el materialismo es la praxis de la que es inseparable la teoría. Y la filosofía será la comprensión relativa a la praxis histórico-social.

Habiendo eliminado la pura teoría, la verdad habrá que entenderla como el proceso por el cual el pensamiento es prueba y acredita a la práctica, se hace verdadero; porque solo en la práctica, no en un más allá, en este mundo concreto histórico-social podrá demostrar su eficacia como poder de transformación.

"los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de
diversas maneras, lo que hay que hacer es transformarlo"

El materialismo histórico

El hombre es un ente histórico, tal como el mundo social es su obra y que a la vez constituye al hombre. Para Marx el sujeto de la historia es el hombre concreto en su mundo social y económico, el conjunto de las relaciones sociales, el hombre que se crea así mismo en el trabajo:

"toda la llamada historia universal no es otra cosa que la producción del hombre por el trabajo humano."

Según Hegel, la Idea dominaba la historia y su dialéctica, y por ende constituía la clave de la historia, para Marx se trataría de leer la historia por sí misma y no en función de algo trascendente de ella, según la Idea hegeliana. Hegel vio que la historia es un proceso dialéctico pero la consideró como dialéctica de ideas sin percatarse que se trata de una dialéctica "real". Para Marx "lo ideal no es más que lo material traducido y transpuesto en la cabeza del hombre"

El verdadero basamento de la vida humana, y por tanto de la historia, está en la actividad práctica de los hombres. Por ello esta teoría se llama "materialismo histórico", no porque el hombre sea materia sino porque no es primariamente "conciencia", según el idealismo, sino que es un ente ante todo práctico social en viva relación con la sociedad y la naturaleza.

"No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia"; la vida concreta y real de los hombres tal como éstos la llevan a cabo en un "determinado desarrollo de sus fuerzas productivas" y según "el intercambio que a él corresponde", esto es lo que determina sus ideas. Pero esto no significa que el hombre sea solo un producto de la sociedad, su naturaleza activa y práctica impide que caiga en esta consecuencia, sino que reactúa constantemente: "las circunstancias hacen al hombre como el hombre hace a las circunstancias". Esa transformación incluye a la naturaleza, que se va humanizando por obra del trabajo y se convierte en un producto histórico más.

"El mundo sensible que rodea al hombre no es algo dado desde toda la eternidad y constantemente igual a sí mismo, sino que es el producto de la industria y del estado social, en el sentido de que es un producto histórico, el resultado de la actividad de una serie de generaciones"

La marcha de la historia

La dialéctica entre el hombre y su mundo, entre el hombre y la naturaleza, representa una transformación continua, y por lo tanto de acuerdo a las formas de trabajo y de producción, también se transforman las determinaciones del hombre, que son cambiantes e históricas. La dialéctica es la marcha de la historia misma cuya motor lo constituyen las contradicciones, porque en cada momento histórico los contrastes y oposiciones que le son propios obran como factores impulsores del desarrollo: la burguesía dentro del mundo feudal, el proletariado dentro de la sociedad burguesa, sus respectivos modos de producción en oposición al sistema vigente en cada caso, constituyen las fuerzas que mueven la historia.

Según se trate de una sociedad primitiva, en la cual sus miembros solo se dedican a la caza; o una sociedad más desarrollada en la que haya fábricas y acumulación de capitales: en cada caso –en diferentes épocas históricas- las relaciones entre los hombres serán diferentes y serán también diferentes los hombres mismos.

"el conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la cual se levanta la superestructura jurídica y política, y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social."

Marx entiende por relaciones de producción al conjunto de técnicas de que se dispone en cada caso y la manera en como de adquieren y distribuyen los productos. Estas relaciones constituyen el suelo del que dependen todas las demás formas de vida humana. La base económica es el factor decisivo, por eso Marx dice que no son el Derecho ni la política lo que determina el modo de ser de una sociedad determinada, sino que son las condiciones económicas las que producen ciertas formas jurídicas y políticas como estructuras secundarias suyas, las cuales Marx llama "superestructuras" por estar apoyadas sobre las condiciones fundamentales que son las relaciones de producción

"el modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política e intelectual en general. No es su la conciencia del hombre lo que determina su ser sino es su sr social lo que determina u conciencia."

La forma en que la producción se desenvuelve en cada momento histórico determina la respectiva estructura social, las formas políticas vigentes y el carácter del arte, la religión, la filosofía, etc., de esa sociedad. Del mismo modo, no es la conciencia como entidad abstracta y aislada, la que determina el ser del hombre, sino que es el ser pleno del hombre, su actividad práctica social, lo que lo determina en cada caso.

"en una determinada fase del desarrollo, las fuerzas productivas materiales entran en contradicción con las relaciones de producción existentes"

Aquí Marx se refiere a la dinámica histórica misma: la historia se mueve impulsada por las contradicciones. Cuando se produce una de esas conmociones llamadas "revoluciones" ocurre por un desajuste.

Las etapas de la historia

Cada uno de estos modos de producción representa en su época un momento necesario y perfectamente justificado. Cada etapa queda justificada en sí misma y por más extraña que sea una determinada forma de organización, representa sin embargo un progreso respecto de los anteriores. Y un ninguna de esas formas puede ceder el paso a la siguiente hasta haber agotado todas las posibilidades.

Cada momento histórico es más que él mismo, lleva en si su propia negación, como semilla que habrá de germinar en el momento oportuno; esta oposición se manifiesta en la lucha de clases. Pero este proceso tiene fin, llegará un momento decisivo y último:

"las relaciones burguesas de producción son la ultima forma antagónica del proceso social de producción; un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los individuos"

El mundo burgués representa para Marx "la última forma antagónica" de la vida humana en su proceso de producción; un antagonismo que se expresa en las formas de alieneación política, religiosa, filosófica, social). En el momento en que se supere la forma burguesa de producción se habrán superado todas las escisiones, se habrá llegado a la sociedad perfecta. Etsa superación marx la coloca en el plano de la praxis histórico-social y reserva para el futuro.

El modo de producción burgués deberá dejar paso a una nueva estructura de relaciones de producción: el comunismo: movimiento real que anula y supera a estado de cosas actual. En esta nueva sociedad comunista, desaparecerán las clases, el hombre habrá superad la alienación, y solo en ella el hombre podrá cumplir cabalente su esencia; por eso, dice Marx, que solo en este momento comenzará la verdadera historia del hombre, el reino de la libertad respecto de la cual todo lo anterior debiera llamarse "prehistoria". Y en la sociedad burguesa, señala Marx, se encuentran las condiciones materiales para su superación, con lo que se refiere al gran desarrollo de las máquinas, mediante cuya utilización social el hombre podrá realizarse plenamente.

El mundo burgues es un mundo traspasado por contradicciones y entre ellas se destaca la división entre las dos clases sociales fundamentales: la burguesía y el proletariado. El proletariado tiene la especial función de redimir a la humanidad entera, porque burguesía y proletariado no son clases en el mismo sentido. "El proletariado se distingue por el hecho de que, cómo clase, significa la relación de todas las clases. Los intereses de todas las demás clases son esencialmente unilaterales", intereses válidos en función de esa clase solamente, mientras que el del proletariado es universal, ya que como no tiene nada que perder ni posee nada, su interés es el mismo para todos. "El proletariado no tiene propiedad ni beneficios que defender, su única preocupación, a abolición del modo vigente de trabajo, es el interés de la sociedad como totalidad. Esto se expresa en el hecho de que la revolución comunista, en contraste con las otras revoluciones, no puede dejar en la servidumbre a ningún grupo social, porque no hay ninguna clase por debajo del proletariado", esto es lo que debería ser el comunismo según Marx. La sociedad comunista es aquella sociedad que crea "la base real para hacer imposible cuanto existe independientemente de los individuos".

"En la sociedad comunista cada individuo no tiene acotado un circulo exclusivo de actividades, sino que puede desarrollar sus aptitudes en la rama que mejor le parezca, la sociedad se encarga de regular la producción general, con lo que hace cabalmente que yo pueda dedicarme hoy a esto y mañana a aquello, que pueda por la mañana cazar, ´por la tarde pescar y por la noche apacentar el ganado y después de comer, si me place, dedicarme a criticar sin ser pescador ni cazador pastor o crítico, según los casos, entonces, esta comunidad no es otra cosa que la asociación de los individuos que entrega a su control las condiciones del libre desarrollo y movimiento de los individuos, condiciones que hasta ahora estaban a merced del izar y habrían cobrado existencia propia e independiente frente a los diferentes individuos, precisamente por la separación de estos como individuos y que luego, con su necesaria asociación y por medio de la división del trabajo, se habían convertido en un vinculo ajeno a ellos."

La historia tiene para Marx un desarrollo dialéctico, resulta de las contradicciones inherentes al curso histórico mismo; y tiene también una meta hacia la que se orienta, está pensada ideológicamente, según un telos o fin que puede decirse es el mismo: que el hombre llegue al conocimiento de su propia esencia y a la libertad. La causa eficiente y final es la racionalización de lo real. En marx ese conocimiento de si es el conocimiento del hombre como autoproducción de si mismo que se logrará en libertad plena con el advenimiento de la sociedad sin clases: la historia es el proceso de alienación y marcha hacia su supresión, el proceso cuya meta es la organización racional de la vida humana en plena libertad.

 

 

Autor:

Carolina Gioffre

 

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