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PROYECTO VALORES




Enviado por Dra. ENEIDA CHIRINOS



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Contextualización del
    proyecto
  3. Compilación
    de los valores y las biografías
  4. Referencias
    bibliográficas

"Moral y luces son nuestras primeras
necesidades"

Simón
Bolívar.

El proyecto Valores, en el marco del sistema educativo
Bolivariano, pretende instaurar los valores del ser humano,
consustanciados con el contexto y la realidad sociocultural en
donde se inscribe la institución y en la que socializan
Directivos, Docentes, administrativos, obreros, estudiantes,
comunidad en general y los Padres y Representantes. La propuesta
corresponde a un proyecto, en el que el diagnóstico
determina la necesidad de implementar una propuesta
pedagógica en la que los valores, se conviertan en un eje
directriz. La propuesta se plantea desde el plano personal con
los valores del ser humano, luego privilegia la relación
del hombre con la naturaleza con los valores y conciencia
ambientalista, pasando por la concepción del contacto del
hombre con la ciencia y la tecnología, y la cultural como
patrimonio y acervo que nos distingue con los grandes escritores
y finalmente los valores que tienen que ver con la
enseñanza y los grandes "maestros", como concepción
esencial de la sabiduría y asiento primigenio de la
teoría de valores desarrollada en la propuesta.

Palabras Claves: Valores, Ambiente, Cultura,
Pedagogía, Ciencia y Tecnología. Teoría de
Valores. Contexto Institucional. Socialización y
convivencia.

Valores… ¿Patrones de
conducta individual y social?

Son muchas las definiciones que se han dado para
explicar este concepto, pero en sentido amplio se considera como
valor, todo aquello que favorece la plena realización del
hombre como persona, Los valores influyen decisivamente en la
existencia, son nuestra autodefinición como personas,
ocupan el primer lugar en nuestras prioridades, orientan las
decisiones y configura la personalidad. Los valores se adquieren
y consolidan a lo largo de toda la vida, es así como en
una determinada etapa se actúa de acuerdo a un conjunto de
valores que en definitiva expresan la concepción de la
realidad que tengamos, sin embargo a medida que las
circunstancias van cambiando e interpretamos a profundidad la
percepción de la realidad, a tono con la de los
demás, también se experimenta cambios en nuestra
escala de valores, en esta dinámica social, los valores
representan la orientación de la conducta como norma
social, desde la entramada concepción psicológica
de las actitudes, considerando además el componente
emocional y la condición del plano de las relaciones.
La instauración de los valores, como hecho inminente
social, es peculiar, contextual e histórica, cada
sociedad, configura su estructura axiológica y mantiene
mecanismos de proyección y transmisión a
través de todas las generaciones.

Los valores, personales, tipifican las cualidades que
reflejan la autonomía, persistencia, y la
autorealización de uno mismo, en el plano intrapersonal,
mientras que en la esfera social, los valores permiten valorar
nuestra relación con la realidad, y con nuestros
semejantes, en actitud cónsona con la responsabilidad y
sensibilidad social en pro del bien común y la sana
convivencia. Por consiguiente, la fuente fundamental de los
valores reside en la individualidad como eslabón
primigenio y en la concepción que se tiene del mundo, de
igual manera, es importante considerar la formación que se
le imparta al sujeto, y es allí donde la sociedad juega un
papel primordial, pero la familia, como eje nuclear de la
sociedad, esta destinada a sembrar la semilla del valor, para que
esta crezca, se consolide y se arraigue, porque frente a la
realidad que nos arropa, y de la cual se puede decir que es
interdependiente y consumista que modela, que manipula las
actitudes básicas y los valores de las personas en
relación con la sociedad, el trabajo y la moral, los
padres, somos sin duda alguna los que debemos inculcar valores a
nuestros hijos, Con actitudes ejemplarizantes, que se puedan
emular, con la disposición a cambiar para ser cada
día mejores personas. Los valores no se enseñan con
palabras, ni con la asignación de lectura de textos, por
supuesto sin descalificar la función social y reproductora
de la educación, que en ningún caso debe limitarse
a la instrucción de habilidades y saberes, si no que debe
profundizar y fortalecer los valores de una sociedad
democrática.

Pero de plano en la realidad, los docentes en los
recintos educativos, están desarrollando temas acerca de
la solidaridad, respeto, responsabilidad, y participación
con niveles de justicia, libertad y equidad, y el trasfondo de
las aulas, es una sociedad cargada de antivalores, con un inmenso
vacío ético y moral. ¿Cómo
enseñar a un niño a ser solidario y respetuoso de
las virtudes de los demás? En una sociedad donde se
privilegia el poder, de ascender en cualquier ámbito "pase
lo que pase, caiga quien caiga" con un egoísmo e
insolidaridad absoluto, con esta moral que caracteriza al hombre
de negocios, al político partidista y al sectarismo basado
en la competitividad y el triunfo del más fuerte por
encima de los méritos de los demás, en donde el fin
justifica los medios y todas las mañas y artimañas
son posibles para lograr el objetivo. Y en un contexto donde
cobra significatividad ¿Cuánto hay para eso? Como
condición para estar a la disposición para hacer o
colaborar con algo.

¿Cómo establecer en las aulas, una
discusión acerca de la autenticidad? En dónde los
valores del status y la apariencia se han convertido en una
obsesión, donde "la pantallería" el chismorreo, la
mediocridad y la banalidad, campea y llena los espacios del
profesionalismo, ¿Y podemos hablar de justicia? Cuando la
inseguridad ahoga nuestra sociedad y aniquila a miles de
venezolanos prósperos, y los victimarios tienen más
derechos y privilegios que las víctimas. Y me pregunto es
posible ¿Educar en valores?

Mi respuesta a esta reflexión es que
definitivamente hay que romper los esquemas tradicionales, de
trasladar la responsabilidad de educar a los docentes. Educar
a nuestros hijos es tarea de todos, de padres, docentes, vecinos,
familiares, y de los medios de comunicación, en fin toda
la sociedad,
porque resulta imposible traspasar los
límites de la realidad. Los niños pasan más
tiempo en el hogar, en el barrio, compartiendo con su comunidad,
que en un aula, y los contextos son diferentes, y la
comprensión e interpretación también. Los
valores son ideales, que le dan forma y consistencia a la
sociedad, por eso son relativos y particulares. Y en definitiva,
los valores que se enseñan en las escuelas chocan con los
valores instituidos en la conciencia colectiva del ámbito
donde se desenvuelven los niños, niñas y
adolescentes. Educar en valores sí, claro que
sí, pero desde el hogar, de cualquier remoto barrio o
urbanización, desde las aulas, y de los espacios
destinados por la radio, la televisión y la prensa con el
ejemplo, conjugando las palabras y las acciones para convertirlas
en actitudes que favorezcan la convivencia.
Así que
padres, docentes, políticos, profesionales en todas las
ramas del saber, seamos honestos, auténticos,
responsables, justos y el noble ejemplo a seguir por nuestros
hijos y los hijos de los demás, para instaurar "valores
de vida para vivir". La mejor lección de moral se da en
casa, con amor. Y recordemos el sublime pensamiento de
Simón Bolívar "Moral y luces son nuestras primeras
necesidades". FUENTE: Chirinos E. (2007) Artículo de
opinión Publicado en la columna "Aquí y Ahora"
Diario "Ultima Hora" Portuguesa. Venezuela.

Objetivo General:

Fortalecer los valores personales, científicos,
tecnológicos, de identidad cultural y de enseñanza
dentro del contexto familiar, institucional y local en la
comunidad bolivariana Iribarrense.

Objetivos Específicos:

  • Reconocer la aplicación de los valores
    morales a situaciones de la vida diaria.

  • Apreciar los valores personales, científicos,
    tecnológicos, de identidad cultural y de
    enseñanza dentro del contexto familiar, institucional
    y local

  • Manifestar actitudes que conlleven al respeto y
    afecto por los valores que deben prevalecer en el grupo
    familiar, en el contexto institucional y en la
    comunidad.

Estructura:

Se aborda desde la concepción de los valores
fundamentales del hombre como ser social, los mismos que
propician la convivencia y conforman la personalidad de los
alumnos. En primer año estos valores son: Amistad,
Patriotismo, Empatía, Responsabilidad, Respeto,
Solidaridad y Generosidad. Luego en segundo año los
valores ambientalistas, teniendo como representantes los
personajes que con su empeño y dedicación han
dedicado parte de sus acciones en pro del ambiente y la
naturaleza. Son ellos. Alejandro Humboldt. Ricardo Montilla,
Antonio Jelambi, Francisco Tamayo, César González.
"Gonzalito", Henri Pittier; y Mitar Nakichenovich. En tercer se
año comienza a desarrollar las experiencias
científicas con el área de Ciencias Naturales que
abarca las asignaturas Biología, Matemáticas,
Química y Física, aquí entonces los valores
Científicos y Tecnológicos, las acciones del hombre
por mejorar la calidad de vida de la humanidad, se privilegia
aquí los científicos y médicos venezolanos
cuyos aportes a la ciencia y la tecnología han sido
meritorios, Estos Médicos y Científicos son:
Jacinto Convit, Rafael Rangel, Humberto Fernández, Miguel
Pérez Carreño, Juan Manuel Cajigal.

En cuarto año los estudiantes se inician en el
estudio de la literatura, En este año se propician los
valores de la Identidad Cultural, desde la proyección del
lenguaje escrito, Venezuela cuenta con escritores
prolíferos, cuya extensa obra ha traspaso los umbrales del
territorio. Escritores que han plasmado las vivencias de las
diferentes épocas de nuestra historiografía con una
excelente muestra de creatividad, talento poético y
narrativo. Esta gama de escritores esta conformada por
Andrés Bello, Andrés Eloy Blanco. Miguel Otero
Silva y Rómulo Gallegos, Finalmente Quinto año, se
privilegia el valor de la enseñanza y la pedagogía
en Venezuela con la semblanza de dos grandes maestros.
Simón Rodríguez, Luís Beltrán Prieto
Figueroa, Belén Sanjuan y Antonio Luis Cardenas
Colmenter.

Proceso de Implementación de la
Propuesta.

  • Asignar a cada Sección de 1º a 5º
    Año, el valor o personaje correspondiente.

  • En cada una de las carpetas de identificación
    de la sección aparecerá la información
    básica referente al valor y/o al personaje.

  • El Personal Directivo, los Docentes Coordinadores,
    Tutores y Docentes de las demás áreas
    académicas y el personal Bibliotecario, deben
    consecuentemente, recalcar al estudiantes estos valores.
    Propiciando actividades como: Lecturas Dirigidas. Talleres.
    Asignando trabajos e investigaciones. Promover la
    discusión grupal. Establecer la importancia el
    fortalecimiento de estos valores y su relación con la
    convivencia.

  • Realizar actividades (Periódicos Murales,
    Trípticos, Pancartas, y afiches entre otros) que
    permitan desarrollar la creatividad de los alumnos y
    propiciar el aprendizaje significativo de los
    contenidos.

  • Estas actividades forman parte de la
    planificación programática de la fase o lapso y
    debe registrarse en los diarios, y en la planificación
    del Docente que la realice. Estas actividades se les debe,
    realizar el acompañamiento pedagógico
    respectivo y deben reflejarse en los informes de
    Gestión de cada una de las Coordinaciones (1º a
    5º).

  • Las actividades realizadas con este proyecto, deben
    ser evaluadas, en forma cualitativa, con los literales
    Consolidado, Avanzado, En proceso e Iniciado.
    (Evaluación Descriptiva según el Sistema
    Educativo Bolivariano y Cuantitativo en la escala de 1 a 20
    puntos)

  • Cada Docente Tutor deberá presentar un
    Informe Final de las actividades realizadas, durante la
    ejecución de este proyecto, las cuales deben
    registrarse en un formato diseñado para tal fin, con
    la finalidad de determinar las fortalezas, logros,
    debilidades y contingencias que puedan minimizar el impacto
    del proyecto en el contexto institucional, y tomarlas en
    cuenta para la reestructuración de las actividades
    para el próximo año escolar.

SIGNIFICACIÓN DE LA PROPUESTA.
IMPLEMENTACIÓN DEL PROYECTO VALORES.

VALORES DEL HOMBRE COMO SER SOCIAL.
1º AÑO.

1º Año Sección "A"
AMISTAD.

Amistad: Afecto, cariño y comprensión que
demostramos a las demás personas, implica
valoración de la lealtad y los sentimientos.

El hombre es un hombre social, vive rodeado de personas
y necesita de ellas para su realización y crecimiento.
Difícilmente podemos vivir en soledad y aislamiento. Esta
claro, que de esta convivencia con los otros surge lo que
llamamos amistad. En este sentido, la amistad es un valor
universal: necesitamos tener en quien confiar, a quien llamar
cuando tenemos problemas y también con quien compartir
actividades como ver una película, disfrutar de un parque,
entre otros.

Ahora bien, ¿Qué es la amistad? ¿De
qué se compone? ¿Cómo tener amistades que
duren toda la vida?

*Caerse bien. A medida que vamos creciendo y
desarrollándonos, encontramos de imprevisto amistades,
muchas veces comienzan sin buscarlas: alguien "nos cae bien" y
comenzamos a relacionarnos con esa persona. Convicciones,
sentimientos, gustos, aficiones, opiniones, ideas
políticas, creencias, religión son algunos de las
cosas en común, que pueden hacer que nos hagamos amigos de
alguien. Es importante sentirnos a gusto con una persona,
conversar y compartir sentimientos, es el principio de lo que
llamamos amistad.

*Algo en Común. Es necesario tener algo en
común para que la amistad sea verdadera y estable. Es
decir, una misma profesión, una misma carrera, un
pasatiempo en común, y la misma vida, nos va dando amigos.
Dice el refrán "aficiones y caminos hacen amigos". En otro
sentido, la amistad es un cariño que se profesa por el
otro, un apreciarse que promueve un dar, un darse y para eso es
necesario encontrarse y conversar. Con el tiempo la amistad se
profundiza mediante el trato, el conocimiento y el afecto mutuo.
A su vez, la amistad no puede desarrollarse sin constancia y
estabilidad. Por eso, cuando dejamos de ver durante muchos
años a nuestros amigos, nos enfrentamos a personas
totalmente diferentes, o simplemente, nuestro diálogo no
supera la superficialidad.

*Tratarse. Ser amigo de alguien es conocerlo bien, saber
sobre su historia pasada, sus quehaceres actuales y de sus planes
futuros; y del sentido que da a su vida, de sus convicciones; y
de sus gustos y aficiones, y de sus defectos y virtudes. Es saber
de su vida, de su forma de ser, de comprenderse; es…
comprenderle. Comprender al amigo es ponerse en su lugar,
"meterse en su piel" y hacerse cargo.

*Desinterés. No basta con caerse bien, para tener
una amistad verdadera, hay que ayudarse desinteresadamente, sin
esperar nada a cambio. Al amigo se lo quiere tal como es, porque
él es él y porque yo soy yo. La amistad se orienta
hacia el tú y consiste más en un servir que en un
sentir. La amistad no es un comercio de beneficios, la verdadera
amistad es un servicio afectuoso y desinteresado. Además,
no es amigo ni el compañero ni el camarada, tampoco el que
busca aprovecharse del otro.

*Vale la pena. Ser amigo de verdad no es fácil,
pero vale la pena el esfuerzo. Tener amigos de verdad nos llena
de alegría, nos proporciona fortaleza: estar con ellos,
charlar, ayudarle o ser ayudado y disfrutar y alegrase con ellos
¡poder contar con ellos! Aunque cueste, vale la pena el
esfuerzo que requiere ser un amigo.

*Tenerse confianza. La amistad consiste en creer lo que
nuestro amigo nos dice y también creer en él.
Significa que tenemos una seguridad y confianza depositada en esa
persona, la que responderá a nuestras expectativas y
esperanzas que pusimos sobre ella. A su vez, la confianza mutua
hace posible la autenticidad.

*Dar. Darse. Si somos generosos nos facilita y ayuda a
desarrollar ese dar necesario y esencial de toda relación
de amistad. El dar y el darse es esencial en la amistad. El amigo
de verdad es generoso y da. Da sus cualidades, su tiempo, sus
posesiones, sus energías, sus saberes. Y lo hace para
procurar ayudar eficazmente al amigo. Así, debemos mirar
generosamente, con respeto y con cariño. El egoísmo
se opone radicalmente a la amistad. Ahora bien, muchas veces
perdonar se torna un acto de generosidad especialmente
difícil. Frente a esto, debemos comprender y saber los
motivos de una acción que nos ha hecho daño. Saber
perdonar es propio de almas sabias y generosas.

*Ser leales. Un amigo leal, es una de las riquezas
más valiosas. La lealtad implica ser una persona de
palabra, que responda con fidelidad a los compromiso que la
amistad lleva consigo. Leales son los amigos que son nobles y no
critican, ni murmuran, que no traicionan una confidencia
personal, que son veraces. Además, la lealtad se expresa
en quien habla claro, de forma directa y sincera. Son verdaderos
amigos quienes defienden los intereses y el buen nombre de sus
amigos. A su vez, un amigo leal es aquel que nos advierte cuando
cometemos una equivocación.

*Ser agradecidos. Dice un refrán que "El
agradecimiento es el más efímero de los
sentimientos humanos" y con mucha frecuencia parece tener
razón. La gratitud es propia de los verdaderos amigos.
¿Cuántas veces nos hemos sentido mal con un amigo
porque no ha sido agradecido del tiempo que le damos? Nosotros
debemos agradecerle su tiempo, los buenos ratos que nos hace
pasar, su ayuda cuando nos sentimos mal. A nosotros nos
gustaría que una amistad nos dijera "gracias", demos
entonces nosotros el primer paso.

*Un enemigo mortal. El egoísmo es un enemigo
mortal de cualquier amistad, que muchas veces se presenta en el
Yo. El orgullo y el egoísmo no caben en la amistad. El
orgulloso no mira más allá de su persona, de sus
propias cualidades y de sus intereses. Una persona egoísta
no puede ayudar a nadie.

*Mantener las amistades. Una amistad como toda
relación social, se construye, se cultiva a diario.
Quizás hacer amigos nos resulte una tarea fácil,
sin embargo, conservarlos o mantenerlos es dificultoso.
Constantemente, la vida pone a prueba nuestra generosidad,
lealtad, o agradecimiento, y muchas veces no salimos airosos de
esa situación. Así, de aquellos amigos de la
universidad, progresivamente la lista se reducirá a un par
y quedarán para toda la vida, sólo unos
pocos.

*Hacer nuevos amigos. El hecho de tener pocos amigos no
debe considerarse como rotundo e inmodificable. Existen diversos
lugares donde conocer a nuevos amigos: en un parque, una
biblioteca, en alguna institución donde realicemos
deportes, etc. Una cosa maravillosa de la amistad, es que incluso
la gente más tímida puede hacer amistad ¡Con
otros tan tímidos como ellos mismos! Hacer nuevos amigos
es abrir horizontes, descubrir nuevas facetas de nuestra vida. Lo
que no debemos hacer es cerrarnos, si alguna vez algún
amigo nos ha pagado mal, no significa que ocurra así con
todo el mundo.

*Las amistades cambian. Una cuestión central para
comprender acabadamente la amistad, es que las personas no somos
perfectas y cambiamos todo el tiempo, porque ello forma parte del
crecer y madurar, es decir, de la vida misma. En este sentido, no
siempre encontraremos un "solo mejor amigo", aquel que nunca
cambia y siempre se mantiene en sus posiciones y actitudes. Al
contrario, existirán aquellas personas que compartan con
nosotros nuestras aficciones, otras quizás nuestros
problemas, otras nuestros sueños. Querer buscar que una
sola persona llene todas nuestras necesidades de amistad, es algo
que podría llegar a ser una utopía. Además
¿Quién dijo que no se pueden tener varios
amigos?

*¿Amistad o complicidad?. Así como la
amistad sana es un valor esencial para nuestras vidas, el tener
una amistad con la persona equivocada puede ser la fuente de
muchos dolores de cabeza. La amistad es compartir, pero no es
complicidad. También es importante recordar que somos
personas individuales, con una conciencia individual. El hecho de
que tal o cual amistad "lo haga", no significa que nosotros
debemos hacerlo. Tampoco podemos esconder nuestra conciencia
individual en una conciencia "compartida". Es el caso
típico de alguien que se mete en problemas serios porque
salió con los amigos y perdió el control.
"Más vale solo que mal acompañado" es un adagio
que, de haber sido practicado a tiempo, podría haber
evitado muchos problemas. La amistad constituye un valor
verdadero que debemos cuidar y fomentar, incluso es crucial para
el desarrollo humano, su estabilidad y el mejoramiento de la
sociedad donde permanentemente convivimos.

1º Año Sección "B"
PATRIOTISMO.

Defensa y respeto de los elementos históricos,
sociales y culturales que fortalecen la identidad nacional para
rescatar la convivencia ciudadana y el sentimiento de pertenencia
la nación. El valor que nos hace vivir plenamente nuestro
compromiso como ciudadanos y fomentar el respeto que debemos a
nuestra nación.

En varias ocasiones nos damos tiempo para
reflexionar sobre el camino por el que va nuestra vida:
trabajo, familia y amigos son la constante necesaria e
indispensable para medirnos; pero rara vez o nunca,
pensamos en nuestro actuar como ciudadanos, en lo que
significa haber nacido en un país y la
responsabilidad que se desprende de este hecho. El
Patriotismo es el valor que procura cultivar el respeto y
amor que debemos a la patria, mediante nuestro trabajo
honesto y la contribución personal al bienestar
común. Tal vez para muchos, el ser patriota consiste
en el orgullo de haber nacido en un país rico en
recursos o de gran tradición cultural; para otros
significa portar los colores nacionales en un evento
deportivo o en el viaje al extranjero; algunos más
sólo sienten pertenecer a su país en la fecha
de una celebración nacional y sólo como
pretexto para organizar una fiesta con sus amigos… Cabe
cuestionarnos si el verdadero patriotismo se vive o es un
sentimiento ocasional y por tanto pasajero. La conciencia
parece despertarse cuando aparecen los desastres, las
guerras y otros sucesos extraordinarios resaltando el
patriotismo y la solidaridad, pero el todo pasa y volvemos
al ritmo de vida habitual. No es posible esperar la
aparición de calamidades para darnos cuenta de
nuestra capacidad de entrega y trabajo gustoso por los
demás.

¿Pero cómo lograr ser patriota en un
país que sólo tiene problemas de toda
índole? Son muchos los argumentos que podemos
enunciar para absolvernos de esta responsabilidad:
economía, seguridad, desarrollo, conflictos
internos, decadencia cultural, falta de valores… pero
debemos asumir que el desarrollo y construcción de
un país se logra con el esfuerzo y trabajo personal,
sumado al de todos los compatriotas. En lo cotidiano las
personas tienden a compararse con otras naciones "en las
que se vive mejor", y tal vez deberíamos comenzar
por adquirir las cualidades que admiramos y elogiamos en
los habitantes de otras latitudes y colaborar positivamente
al enriquecimiento de nuestra cultura, reconociendo que la
patria nos ha proporcionado las condiciones indispensables
para lograr nuestro desarrollo intelectual, social, moral y
económico.

Debemos tener cuidado de no caer en el
nacionalismo que propone un sentimiento de exclusividad y
superioridad; no importa cual sea la cualidad más
destacada del país, contribuir productivamente,
cultivar los valores cívicos, respetar y amar a la
patria es un bien que garantiza la seguridad y estabilidad
de vida que las personas necesitan para desarrollarse.
Cuando los valores cívicos están bien
cimentados, nace la preocupación por ayudar a los
demás, no sólo a nivel comunitario, sino como
una extensión que traspasa las fronteras.El
patriotismo se manifiesta por los valores que transmitimos
como ciudadanos conscientes: trabajo, conducta, modales,
respeto a las normas y costumbres, pero podemos suponer que
de poco sirve tener una actitud recta cuando se transige
con la trampa, el abuso y la pereza. El verdadero patriota
puede quejarse de su nación observando su errores y
deficiencias, pero al mismo tiempo busca y propone los
medios para poder solventarlos, pues no es correcto
contemplar como el país se hunde cada día
más sin que hagamos algo al respecto. El problema de
enseñar los valores cívicos en la escuela, es
que fuera del aula los estudiantes no cuentan con el
ejemplo y respaldo debido por parte de los adultos,
entrando en un ciclo de indiferencia y rechazo hacía
los símbolos patrios y todos los actos de la misma
índole. ¿Es esta la forma de enseñar a
los jóvenes el amor a la patria? La manera de
comenzar a vivir y transmitir a los demás la
importancia de vivir este valor, no se logra necesariamente
con grandes campañas, todas son muy buenas e
indispensables, pero se necesita del trabajo y esfuerzo
diario de cada uno de nosotros. ¿Cómo
adquirir esa conciencia de unidad y pertenencia?

– Realiza tu trabajo con dedicación y
esmero, es lo más justo y necesario para ser
productivos.- Preocúpate por el cuidado del medio
ambiente; pagar tus impuestos, si te corresponde; acude a
las urnas cuando sean elecciones para cargos
públicos.

– No menosprecies todo aquello que tu país
te facilita: escuela, comunidad, servicios, costumbres…
Si no eres capaz de respetar tu entorno, jamás se
despertará en ti el amor a la patria.- Participa en
actividades de servicio comunitario atendiendo enfermos,
ancianos, niños discapacitados… que es una forma
de colaborar al desarrollo social.- Visita museos, asiste o
participa en la promoción de actividades culturales
que tengan como finalidad el dar a conocer los valores,
costumbres y tradiciones nacionales.- Procura conocer la
historia, pues nos descubre el esfuerzo por construir una
nación, el verdadero sentido de las tradiciones y
los hechos que han conformado la situación actual.
De esta forma estamos en condiciones de descubrir la
raíz de los males, comprenderlos y tomar decisiones
para corregirlos y prevenir en la medida posible su
repetición.¿Cumples con todo esto y
más? Excelente, pero no olvides que además de
vivirlo personalmente y con tu familia, debemos mostrar y
enseñar a la gente a realizarlo con ilusión,
demostrando que somos capaces de vivir en paz y de ser
felices construyendo el país que nos
pertenece.

1º Año Sección "C"
EMPATÍA.

El valor de la empatía nos ayuda a recuperar el
interés por las personas que nos rodean y a consolidar la
relación que con cada una de ellas tenemos.

En nuestras relaciones interpersonales exigimos que los
demás nos traten con respeto y comprensión, sin
embargo, nunca nos detuvimos a pensar si nosotros procuramos
actuar bajo esos parámetros de conducta. Quizás
envueltos en nuestras obligaciones, apurados y acelerados por el
trabajo o la escuela, nos volvemos egoístas, olvidando que
los demás pueden decirnos o comunicarnos cosas importantes
para nuestra vida y crecimiento personal. El valor de la
empatía nos ayuda a recuperar el interés por las
personas que nos rodean y a consolidar la relación que
tenemos con cada una de ellas.

La empatía supone un esfuerzo, aquel que
realizamos para reconocer y comprender los sentimientos y
actitudes de las personas, así como las circunstancias que
los afectan en un momento determinado. Sin embargo, la
empatía no es el producto del buen humor con que
despertamos, ni del afecto que nos une a las personas. Si esta
combinación fuera común, siempre estaríamos
disponibles para escuchar a los demás y dejaríamos
momentáneamente nuestras ocupaciones, pensamientos y
preocupaciones para atender a quienes nos rodean.

A su vez, escuchamos a menudo que la empatía es
la tendencia o actitud que tenemos para ponernos en el lugar de
los demás e identificarnos plenamente con sus
sentimientos. Sin embargo, esto tiene el riesgo de dejar a la
empatía en un nivel meramente emocional: "si siento lo
mismo que el otro, entonces hay verdadera
empatía".

Por eso la empatía es un valor que se vive
habitualmente, totalmente independiente de nuestro estado de
ánimo y disposición interior. Se facilita en la
medida que conocemos a las personas, la relación frecuente
nos permite descubrir los motivos de enojo, alegría o
desánimo de nuestros semejantes y su modo de actuar. Por
ejemplo, esto se puede evidenciar claramente entre padres e
hijos, en las parejas y con los amigos donde la relación
es muy estrecha, quienes parecen haber adquirido el "poder de
adivinar" que sucede antes de haber escuchado una palabra,
teniendo siempre a la mano la respuesta y el consejo adecuados
para la ocasión.

Existen a su vez, obstáculos que debemos superar
como el cansancio, el mal humor, el dolor de cabeza y las
preocupaciones propias del trabajo y el estudio. Incluso, puede
ocurrir que en casa los padres presten poca atención a los
problemas o alegrías de sus hijos por considerarlos
pequeños o sin importancia, lo cierto es que, con su
actitud -y muchas veces sin querer- procuran evadir esa molestia
e inoportunidad para encerrarse en sí mismos. Otro
ejemplo, lo encontramos cuando en la pareja alguno da
monosílabos, gestos o sonidos guturales como respuesta
evidenciando la falta de comunicación entre ellos; cuando
tenemos tantos problemas, y lo que menos deseamos es escuchar lo
bien o lo mal que les sucede a los demás.

En estas situaciones claramente nuestro estado de animo
determina nuestras relaciones, obstinados permanecemos en nuestro
mundo, damos a todo lo que ocupa nuestra mente la máxima
importancia, comportándonos indiferentes y poco amables;
queremos ser entendidos, sin intentar comprender a los
demás. Por tanto, la empatía necesita de nuestra
generosidad y genuina comprensión: para olvidarnos de
nosotros mismos y hacer el esfuerzo por considerar los asuntos y
sentimientos que los demás quieren participarnos. La
empatía como valor -y al igual que todos los valores- no
hace diferencias entre personas, es una actitud propia de la
personalidad, siempre abierta y dispuesta a las necesidades de
los demás: este esfuerzo es mayor cuando ante nosotros
está el empleado, el alumno, el vecino, la empleada
doméstica o el vecino, pues sin darnos cuenta, podemos
limitar nuestra atención e interés, o peor
aún, menospreciarlos por considerarlos en una
posición inferior.

Además, este valor nos proporciona posibilidades
infinitas, primero hacia nuestros semejantes con quienes podemos
compartir y confiar problemas, alegrías, triunfos y
fracasos, ser escuchados y comprendidos. De esta forma, tenemos
la inmejorable oportunidad de procurar el bienestar, desarrollo y
perfeccionamiento de las personas, lo cual manifiesta el profundo
respeto que les debemos. El valor de la empatía desarrolla
en nosotros la capacidad de motivar y encauzar positivamente a
las personas; enseñar a tener ese interés por los
demás y vivirlo habitualmente, es la mejor forma de
transmitir empatía e identificarnos plenamente con los
demás, cambiando radicalmente el entorno social en el que
vivimos.

Para nosotros, la empatía nos permite conocer y
comprender mejor a los que nos rodean, a través del trato
cotidiano, trasladando estas actitudes hacia el seno familiar,
logrando una colaboración y entendimiento entre todos: con
la pareja la relación es cada vez más estable y
alegre; con los amigos garantiza una amistad duradera; con los
conocidos abre la posibilidad a nuevas amistades; en la empresa
ayuda a conseguir una mayor productividad al interesarnos por los
empleados y compañeros; en la escuela se obtiene un mejor
rendimiento por la relación que se tiene con los alumnos y
entre ellos mismos. Vivir el valor de la empatía es algo
sencillo si nos detenemos a pensar un poco en los demás y
en consecuencia, aprenderemos a actuar favorablemente en todas
las circunstancias. Por eso, debemos estar pendientes y cuidar
los pequeños detalles que reafirmarán este valor en
nuestra persona:

– Procura sonreír siempre, esto genera un
ambiente de confianza y cordialidad. La serenidad que se
manifiesta desarma hasta el más exaltado.

– Primeramente considera como importantes los asuntos de
los demás y después los propios. Después de
haber escuchado, la persona que se ha acercado a ti seguramente
tendrá la capacidad de entender tu situación y
estado de ánimo, por lo cual estará dispuesta
ayudarte.

– No hagas un juicio prematuro de las personas porque te
hace cambiar tu disposición interior (no pienses: "ya
llego este molesto", "otra vez con lo mismo", "no me deja en
paz", "otra interrupción") Si alguien se acerca a ti, es
porque necesita con quien hablar… No los defraudes.

– Si no tienes tiempo o es un mal momento,
exprésalo con cortesía y delicadeza -que
también es empatía- y las personas se
sentirán igualmente atendidas. Importante: no dejes pasar
mucho tiempo para charlar con la persona.

– Evita demostrar prisa, aburrimiento, cansancio, dar
respuestas tajantes u distraerte en otras cosas; además de
ser una falta de respeto, logras autodominio y demuestras
interés por las personas. Aprende a escuchar.

– No olvides infundir ánimo con palabras, una
palmada en el hombro o un gesto amable, sobre todo si la persona
tiene problemas.

En conclusión, la empatía es un valor
indispensable en todos los aspectos de nuestra vida, sin
él, sería muy difícil enriquecer las
relaciones interpersonales. En este sentido, quien se preocupa
por vivir este valor, cultiva simultáneamente la
confianza, amistad, comprensión, generosidad, respeto y
comunicación. Sin embargo, no debemos olvidar que la
posmodernidad con su ritmo de vida actual, nos proporciona pocas
oportunidades de servir y comprender a los demás, de
conocerlos y de tratarlos como es debido. La herramienta
necesaria para acercarnos y tornar nuestras relaciones más
humanas es el valor de la empatía, pieza fundamental que
nos enriquece y nos identifica mejor como seres
humanos.

1º Año "D"
RESPONSABILIDAD.

Deber u obligación de asumir y cumplir las normas
y compromisos adquiridos para experimentar la sensación de
satisfacción y éxito.

Responsabilidad: No es algo sencillo, pero si es
factible de ser percibida en la vida cotidiana, especialmente en
su aspecto negativo. Puede definirse como una obligación,
moral o legal del cumplimiento de deberes. En otras palabras es
un signo de madurez, ya que el cumplimiento de una
obligación implica esfuerzos por realizarlos y el no
lograrlo genera consecuencias. De esta afirmación
podríamos testificar que, otro concepto fundamental tiene
una implicancia directa con la responsabilidad. Ella es la
confianza, debido a que somos leales y tenemos fe en aquellas
personas que cumplen con lo que han prometido. Gracias a la
responsabilidad, podemos convivir tranquilamente en una sociedad,
desde todos sus ámbitos: familiar, amistoso, profesional o
personal. Por todo esto decimos que ella es un valor.  Y
además debe ser algo estable. ¿Por qué? Por
que, el origen de su opuesto (la irresponsabilidad) se da
justamente en la falta de prioridades correctamente ordenadas.
Ocasionalmente podemos tolerar la irresponsabilidad de alguien,
pero cuando esta comienza a ser más continua, comenzamos a
perder confianza en la persona a la cual le asignamos los
deberes. El tema aquí es que posteriormente las
consecuencias de ellas son muy altas.

 Pero nos preguntaremos hasta aquí,
¿qué es ser responsables? Actuar con
responsabilidad implica asumir las consecuencias de nuestras
acciones y decisiones, tanto buenas como malas. Además es
tratar de que todos nuestros actos sean realizados de acuerdo a
una noción de justicia y de cumplimiento del deber en
todos sus sentidos, sin necesidad de que nos den una
orden. Sabemos que es difícil de alcanzar, pero la
responsabilidad vale la pena. Es un valor porque de ella depende
la estabilidad de nuestras relaciones. Y como todos los valores,
es un cimiento para fortalecer nuestra convivencia social y
personal. Siempre podemos hacer algo para mejorar nuestra
responsabilidad; como por ejemplo, reflexionar sobre todo lo que
hacemos y nos comprometemos, ya que debemos saber que las
consecuencias reales de ello influyen directamente sobre
nosotros. Además debemos alcanzar de manera estable y
habitual que nuestras acciones concuerden con las promesas y
obligaciones realizadas.  

Y algo fundamental a tener en cuenta, es ayudar o en
otras palabras educar a las personas que nos rodean, a que
adquieran también este valor de la responsabilidad para
que todo funcione mucho mejor. Pero, ojo!! No tomemos el camino
mas sencillo, el de dejar pasar las cosas, porque eso
sería justamente caer en la irresponsabilidad de no
cumplir con nuestro deber. Debemos hacer de la responsabilidad un
correcto aprendizaje. El desarrollo de la capacidad de
responder por los propios actos (incluyendo aquellos que han sido
involuntarios o accidentales), está vinculado al logro de
la autonomía personal que adquirimos desde niños, y
a la comprensión cabal de que existe una relación
entre causas y efectos. Esto se debe a que la maduración
afectiva e intelectual desde esa etapa de desarrollo, es en donde
uno comienza a abandonar las conductas impulsivas propias de la
infancia y adquirir la posibilidad de reflexionar antes de
actuar. 

Asegurarnos de que todos podamos convivir
armónicamente, es nuestro deber, solamente nos
obligamos  a realizar todo lo que este a nuestro alcance
para lograrlo. Ello es así, ya que vivir la
responsabilidad no es algo cómodo, pero tampoco lo es el
corregir a un irresponsable.  Sabemos que es difícil,
pero es algo que vale la pena intentarlo. ¿Te pusiste a
pensar? Te preguntaras que, pero es simple. Si todos
colaboraríamos con un pequeño granito de arena en
vivir y edificar la responsabilidad, nuestra sociedad, nuestros
países y nuestro mundo, serían totalmente
diferentes al que hoy poseemos. Las pequeñas
responsabilidades diarias, nos preparan de a poco para ir
asumiendo responsabilidades mayores. Si actuamos
responsablemente, logramos algo muy importante, que nos hace
crecer: la confianza en nosotros mismos, y la confianza de los
demás. Actuar de esta forma, además permite elegir
con libertad, y actuar cada vez con mayor independencia y
seguridad en nuestras propias decisiones.

1º Año Sección "E"
RESPETO.

Consideración, atención y
valoración de los deberes y derechos de nosotros mismos y
los demás.

La vida sociedad nos hace reflexionar sobre el valor del
respeto, esto trae aparejado la necesidad de establecer
algún tipo de certezas en torno a las ideas y la
tolerancia. Es decir: ¿Qué hay que saber sobre el
Respeto, la Pluralidad y la Tolerancia?

Respeto, Pluralismo y Tolerancia: Cuando hablamos
de respeto hablamos de los demás. De esta manera, el
respeto implica marcar los límites de las posibilidades de
hacer o no hacer de cada uno y donde comienzan las posibilidades
de acción los demás. Es la base de la convivencia
en sociedad. Las leyes y reglamentos establecen las reglas
básicas de lo que debemos respetar. Sin embargo, el
respeto no es sólo hacia las leyes o la conducta de las
personas. Por el contrario, se relaciona con la autoridad, como
sucede con los hijos y sus padres o los alumnos con sus maestros.
El respeto también es una forma de reconocimiento, de
aprecio y de valoración de las cualidades de los
demás, ya sea por su conocimiento, experiencia o valor
como personas. A su vez, el respeto tiene que ver con las
creencias religiosas: ya sea porque en nuestro hogar tuvimos una
determinada formación, o porque a lo largo de la vida,
hemos construido una convicción. En este sentido, todos
tenemos una posición respecto de la religión y de
la espiritualidad. Como la convicción religiosa es
íntima, resulta una de las fuentes de problemas más
comunes en la historia de la humanidad.

Partes: 1, 2

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