Monografias.com > Educación
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La lectura y la lectura jurídica




Enviado por Aurimar Vivas




    La lectura y la lectura jurídica –
    Monografias.com

    La lectura y la lectura
    jurídica

    La lectura es una actividad fundamental en el trabajo
    diario de muchas personas y, en especial, en la vida
    académica. Es una de las principales habilidades que se
    adquiere en la escuela y es el vehículo más
    importante para el desarrollo de una persona.

    El mundo en que vivimos está lleno de mensajes
    escritos. Podríamos decir que somos lectores en permanente
    actividad, lo que ocurre es que el hábito de la lectura
    esta tan enraizado en nosotros que, al ejercitarlo, ni siquiera
    lo advertimos; es decir, no somos conscientes de la actividad que
    realizamos.

    La lectura es una actividad compleja que exige la puesta
    en funcionamiento de una serie de habilidades que permiten
    convertir los símbolos (las letras) en significados. Es
    decir, la capacidad inmediata del significado de lo escrito. La
    lectura significa comprender de forma inmediata el significado de
    la palabra.

    Si hubiese que sintetizar que es la lectura se
    diría que es: Una conversación entre el lector y el
    autor, es la captación del significado de lo escrito, es
    una actividad compleja que exige por parte del que lee unas
    habilidades que le permiten convertir los símbolos (las
    palabras) en significados, es un medio para desarrollar el
    pensamiento y el aprendizaje.

    Se lee por múltiples motivos: para buscar
    información que interesa, para disfrutar, o incluso
    superficialmente, para saber el contenido de un texto. Por
    consiguiente, la forma de leer dependerá del material de
    lectura y de la tarea que se vaya a realizar. De ahí la
    importancia que tiene aprender técnicas diversas que
    permitan ajustar la velocidad y la comprensión lectora al
    tipo de material que se va a leer y a la finalidad de la
    lectura

    La lectura se nos presenta de manera oral, o en voz
    alta, que es la que se practica cuando se articula el texto en
    voz alta, sonoramente. Su objetivo es que otras personas oigan el
    contenido de lo que se lee. No es el tipo de lectura más
    frecuente, pero es el primero que se practica cuando se empieza a
    leer.

    En cambio la lectura silenciosa se capta mentalmente el
    mensaje escrito sin pronunciar palabras, siguiendo con la mirada
    las líneas del texto en silencio. Es el tipo de lectura
    más frecuente y su uso es siempre personal.

    La lectura superficial consiste en leer de forma
    rápida para saber de qué trata un texto. La
    finalidad de este tipo de lectura es captar la idea general de
    los contenidos fundamentales del texto, sin entrar en los
    detalles. Es un tipo de lectura que se realiza a bastante
    velocidad, forzando la mente a ceñirse a los conceptos
    más esenciales. La lectura superficial se utiliza por
    ejemplo, para forjarse una idea global de una disciplina con la
    que se toma contacto por primera vez.

    La lectura selectiva, es llamada también
    exploratoria o de reconocimiento, es la que permite buscar datos
    o aspectos muy específicos de interés para el
    lector, prescindiendo del resto. Se trata de una lectura de
    búsqueda, donde la vista pasa por el texto a gran
    velocidad, como barriéndolo, sin leerlo en su totalidad,
    en busca solo de uno o más detalles concretos que
    constituyen la información que interesa. Se realiza una
    lectura selectiva cuando, por ejemplo, se busca la fecha de
    nacimiento de un personaje en una enciclopedia, una formula en un
    libro de texto, el autor de una obra literaria en
    concreto.

    La lectura comprensiva es la que vuelve una y otra vez
    sobre los contenidos impresos, tratando de desvelar e interpretar
    su verdadero significado y de dar cumplida respuesta a los
    interrogantes del lector. Es el tipo de lectura indicado para
    entender perfectamente todos los mensajes. Esta lectura se
    interioriza y se realiza de una manera lenta, profunda, reposada,
    a fondo. Se emplea cuando, tras una lectura superficial y el
    correspondiente subrayado de un texto, hay que interiorizarlo
    para estudiarlo.

    La lectura reflexiva es la que realiza el pensador, el
    filósofo, la persona profunda. Más que una lectura
    lenta y reposada, es una meditación en la que no cuenta el
    número de páginas leídas sino la riqueza de
    las reflexiones realizadas y constituye el más alto grado
    de abstracción y reflexión del que se alimenta el
    pensamiento creativo.

    La lectura crítica es la que se realiza cuando se
    somete el contenido de un texto a un profundo análisis
    para probar la validez de sus afirmaciones o argumentaciones,
    detectando, si las hubiera, lagunas o errores. Con este tipo de
    lectura se intenta entender que es lo que quiere comunicar el
    autor del escrito y se contrasta con las ideas personales ya
    formadas al respecto sobre el mismo tema. De este contraste surge
    un reajuste en los propios conocimientos, pues la
    información recibida hace que los datos se vean con mayor
    claridad, precisión y riqueza. Este tipo de lectura se
    realiza leyendo despacio y, mientras se hace, hay que determinar
    si el texto y cada una de sus propuestas son adecuadas o
    auténticas, valorar las fuentes de información que
    aporta el autor, evaluar las conclusiones e intenciones de este,
    así como el uso de técnicas y artificios
    propagandísticos.

    La lectura recreativa es la que se utiliza cuando se lee
    un libro por placer. Se suele realizar a velocidad
    rápida-excepto cuando se trata de un texto poético
    y su propósito principal es entretenerse y dejar volar la
    información. Cuando se trata de un texto literario, el
    lector se recrea en analizar y descubrir la belleza del lenguaje,
    la calidad del estilo, la riqueza expresiva, el género
    literario a que pertenece.

    Lectura de estudio es un tipo de lectura lenta que
    requiere mucha concentración. No es fácil
    diferenciarla de la comprensiva, si bien puede considerarse la
    síntesis de todas las demás, en tanto que el buen
    estudiante comienza su estudio con una lectura superficial y,
    tras el subrayado, intenta comprender lo que lee adoptando una
    postura reflexiva y critica.

    En cuanto a las disfunciones que se cometen al leer, es
    importante que se conozcan y, si se tienen, se corrijan ya que
    pueden afectar a la capacidad lectora. Estas disfunciones son las
    siguientes: La vocalizaciones, que consiste en mover los labios
    cuando se lee silenciosamente. Se corrige colocando un
    lápiz u otra cosa entre los labios para evitar moverlos;
    el escaso campo visual, se trata de captar solo una palabra en
    cada fijación ocular. Es importante para la
    comprensión lectora que la vista base fije en más
    de una palabra o grupos de palabras en vez de letras o
    sílabas. Es decir, cuanto mayor sea el campo visual, mayor
    será el número de palabras que se lean y menor el
    número de fijación. Una vez que se consigue leer a
    una velocidad de 300 palabras por minuto, se tiende a captar la
    información a través de grupos de palabras; Las
    subvocalizaciones o repetición mental, la cual consiste en
    pronunciar mentalmente aquello que se lee. Su corrección
    es difícil pero se puede lograr si se mejora el
    vocabulario y la velocidad lectora; las regresiones, es
    retroceder en el texto conforme se va leyendo. La
    corrección se puede hacer poniendo una hoja de papel que
    se ira moviendo a medida que se avance en la lectura para evitar
    volver atrás.

    La velocidad lectora hace referencia al número de
    palabras que una persona es capaz de leer en un tiempo
    determinado. Matemáticamente, la velocidad lectora se
    calcula dividiendo el número de palabras leídas
    entre el número de segundos invertidos en realizar dicha
    lectura y multiplicando este resultado por sesenta para calcular
    la velocidad por minuto. Esta empíricamente comprobado que
    leer deprisa permite captar más significados y retener
    mejor y más cantidad de información. Este hecho se
    debe a que la mente procesa mucho más rápido de lo
    que se lee, por lo que cuando el ritmo de la lectura es lento la
    mente se evade en otros asuntos, el pensamiento se distrae y deja
    de estar atento al texto. Los lectores rápidos son, pues
    los que mejor captan el sentido de lo leído, ya que pueden
    hacerse más fácilmente con las relaciones internas
    del texto en el menor tiempo posible y así pueden sacar un
    mayor partido al tiempo dedicado a sus lecturas. Existen baremos
    que ayudan a conocer si la velocidad con la que se lee un texto
    es rápida, normal o lenta. Dichos baremos, expresados en
    números de palabras por minutos, se refieren a las
    lecturas silenciosa y comprensiva. Por tanto la velocidad y
    comprensión están tal ligadas que no es posible, en
    la mayoría de los casos, ganar en una sin mejorar en la
    otra.

    No obstante, es mejor ir aumentando gradualmente el
    ritmo lector, pero sin que descienda el nivel de
    comprensión de las ideas básicas; es decir, si el
    objetivo de la lectura es captar, entender y asimilar el
    contenido del texto, la velocidad no ha de ser jamás
    superior a la que nos permita asegurar una correcta
    comprensión de lo que leemos.

    La velocidad lectora está condicionada por
    factores como la dificultad del texto, ya que no puede leerse a
    igual velocidad un texto cuyo contenido, vocabulario o sintaxis
    resulten familiares que otro totalmente nuevo para el lector o de
    una temática desconocida por completo. La finalidad de la
    lectura, la superficial, selectiva y recreativa deben realizarse
    con rapidez, mientras que la lectura comprensiva, reflexiva y de
    estudio requieren una mayor lentitud por parte del lector. El
    lector posee unas posibilidades y limitaciones diferentes al
    resto de las personas, y es a esas características a las
    que necesita adaptar su velocidad. Las condiciones
    físicas. Los aspectos estéticos del texto (el tipo
    de letra, el tamaño, la longitud de los renglones, la
    separación interlineal, etc.), así como los
    factores externos que rodean al lector (la iluminación y
    la posición del texto respecto al lector, las condiciones
    ambientales, etc.), también condicionan la velocidad con
    la que se puede abordar un determinado texto.

    La comprensión de la lectura consiste en entender
    o interpretar un texto, en transformar en significados las
    grafías de las palabras y los signos de puntuación.
    Leer equivale a entender, es decir, a descubrir en el texto lo
    que el autor quiere comunicar basándose en los
    conocimientos previos que se posean acerca del contenido del
    texto.

    A medida que el lector obtiene información
    adicional del texto, puede relacionarla con la que esta
    almacenada en su memoria y, de ese modo, elaborar el significado.
    Pues bien, el resultado de relacionar la información nueva
    con la antigua es lo que verdaderamente constituye el proceso de
    la comprensión.

    Para entender un texto hay que tener en cuenta una serie
    de factores, que son principalmente, el tipo de texto; es decir,
    la complejidad del texto y su contenido, son los principales
    factores que influyen en la comprensión lectora, pero no
    hay que olvidar que estos aspectos dependen también de los
    conocimientos y de las ideas previas del lector. Al lector con un
    vocabulario limitado le cuesta entender el significado de un
    texto y por lo tanto, su nivel de comprensión lectora es
    muy escaso. El lector que mantiene una actitud negativa hacia la
    lectura pierde a menudo la concentración en lo que
    está leyendo, se distrae más y su
    comprensión es menor que la del lector que adopta una
    actitud positiva ante el ejercicio de leer.

    El propósito del lector al leer influye
    directamente en su forma de comprender lo leído y
    determinar aquello a lo que tendrá que atender. No es lo
    mismo leer un texto del que se va a ser examinador, que realizar
    una lectura para formarse una idea global del contenido del
    texto. En el primer caso se reparará minuciosamente en
    todo los detalles mientras que, en el segundo caso, se
    atenderá a las ideas generales. Los lectores con una buena
    salud, buena visión, sin cansancio, bien nutridos, que
    gozan de buena salud mental se concentran mejor ante la lectura,
    por lo que su comprensión es superior a la de aquellos
    lectores cuyas características constituyen la
    antítesis de lo que se acaba de señalar.

    El rendimiento lector es el índice que se obtiene
    a partir de la velocidad lectora y de la comprensión
    lectora. Sirve para controlar de forma conjunta ambas variables.
    Su cálculo es muy sencillo se multiplica la velocidad
    lectora por la comprensión lectora y luego se divide entre
    100. Al igual que ocurría con la velocidad y la
    comprensión lectoras, se pueden elaborar gráficas
    para controlar el rendimiento del lector. El objetivo primordial
    del lector es leer para comprender; por eso, si mejora la
    comprensión, mejora la calidad de su lectura por lo tanto
    existen técnicas y estrategias idóneas para
    profundizar en el texto y mejorar su
    comprensión.

    La localización de la idea principal es uno de
    los pasos más importantes para comprender un texto, y se
    puede conseguir mediante, la localización de la
    frase-resumen que algunos autores suelen incluir en los textos.
    También es importante tomar notas de los conceptos
    principales de un texto a medida que se vaya leyendo. Para de
    esta manera comprobar si se ha identificado la idea principal
    correctamente, lo mejor es transformarla en pregunta; si la frase
    o párrafo que se ha localizado responde a la pregunta, es
    seguro que se ha descubierto acertadamente. La lectura
    comprensiva es la más metódica y
    sistemática, y tiene aplicación no solo en el
    estudio sino también en numerosas tareas de la vida
    profesional. En torno a la idea secundaria, muchos autores suelen
    colocar las ideas o los detalles que la adornan; posiblemente no
    tengan la misma importancia que la primaria, pero la realza y la
    hace más comprensible. Estas ideas pueden ser presentadas
    en forma de descripciones, hechos y razonamientos.

    La identificación de la estructura de un texto
    puede sernos de gran utilidad a la hora de mejorar la
    comprensión y la retención de aquello que leemos.
    Desarrollar la habilidad de identificar la secuencia
    básica de un texto constituye, sin duda, el mejor modo de
    seguir la secuencia de pensamiento del autor.

    Las estrategias y técnicas para profundizar en el
    texto y mejorar la cantidad y calidad lectora es leer textos
    variados de ficción, revistas, libros técnicos,
    etc. Discutir sobre lo que se ha leído con otra persona.
    Comprobar lo que se ha comprendido y retenido, haciendo preguntas
    sobre el contenido y el mensaje de lo leído. Usar mapas
    conceptuales y escribir en los márgenes del
    libro.

    Ir más allá de las palabras escritas
    implica, por parte del lector, realizar dos tipos de tareas que
    son la interpretación de los significados que quiere
    transmitir el autor. La idea principal de un texto o
    párrafo puede ayudar a comprender el mensaje literal, pero
    también puede haber un mensaje implícito que el
    lector debe captar. Nunca se debe asumir que los autores son
    infalibles sobre lo que escribe y que es correcto todo lo que
    dice.

    La lectura permite transmitir información a una
    velocidad comparativamente mayor, y en mayor cantidad y variedad:
    fomenta el desarrollo de distintas habilidades del lenguaje,
    así como capacidades cerebrales, aprendizaje auto-didacta,
    conceptualización, si se realiza adecuadamente (es decir,
    enfocándose a la comprensión de las diversas
    facetas del tema).

    Los conceptos y características enfocados con
    anterioridad son el punto de apoyo para tratar la lectura
    jurídica
    . Está de sobra también decir,
    que un abogado debe poseer una refinada capacidad de lectura. La
    lectura jurídica es una forma especializada de
    lectura de comprensión (metódica, conceptual,
    basada en esquemas cognoscitivos, tipo estudio) cuya finalidad es
    la resolución de un problema jurídico. De
    aquí que el tema de la capacidad de lectura deberá
    resultar aun de mayor interés para los estudiosos del
    Derecho.

    En América Latina no diferencian las
    categorías de textos empleados para la enseñanza
    del estudio del Derecho, la importancia para diferenciar la
    tipología textual que se empleará durante nuestra
    vida profesional estriba en ahorrar tiempo. Los textos
    doctrinales
    son opiniones calificadas, generalmente, de
    juristas que exponen en forma sistemática, algún
    tópico jurídico en pocas palabras, es
    dogmática jurídica. Consisten en fuentes de
    información fácilmente disponibles que facilitan la
    comprensión de otras herramientas como leyes,
    jurisprudencias, actos administrativos, actos de gobierno,
    contratos, etc. La importancia de diferenciar la tipología
    textual que se emplearía, radica en el ahorro tiempo al
    momento de emplear estas herramientas. Una vez que se logre el
    objetivo de distinguir entre los diferentes libros
    jurídicos, se ampliaría la capacidad de
    análisis y lo más importante, se podrá
    escoger cual es la solución más adecuada al
    problema de Derecho que tengamos a la mano.

    Dentro de las clases de textos doctrinales se
    encuentran: el Manual que es una exposición
    sistemática de una asignatura más o menos completa
    y extensión poco profunda son denominados también
    libros iniciáticos donde se plantean las primeras nociones
    elementales del Derecho sin llenarse de información
    voluminosa y confusa. El Tratado, es el libro de mayor
    complejidad, son exposiciones completas y profundas de una
    disciplina, se caracteriza por su abundante documentación
    y citas de autores donde lo fundamental es la bibliografía
    consultada y están dirigidos para los cursos más
    avanzados en el postgrado o para ser consultados por los
    especialistas en determinadas materias. Las Monografías,
    son estudios sobre un tema concreto se identifica por la
    uniformidad temática y la exhaustiva bibliografía,
    generalmente son obras de textos más comunes en las
    ciencias jurídicas ya que los juristas plasman sus
    opiniones y criterios en un tema específico. Los
    Periódicos Jurídicos, son publicaciones de
    carácter periódico en forma de tabloide muy
    informal cuyo objetivo es el de suministrar las noticias y
    novedades jurídicas ocurridas día a día. Los
    Comentarios Jurídicos, son las interpretaciones
    realizadas, artículo por artículo en forma
    sistematizada de uno o varios instrumentos normativos. Las Obras
    de Referencia, son de recesiones generales de las diferentes
    publicaciones llevadas a cabo en determinadas ciencias, esta es
    la primera herramienta dentro de la profusión excesiva de
    textos jurídicos. Desde el punto de vista jurídico
    los Diccionarios Jurídicos son obras que contienen una
    indicación de las acepciones jurídicas de cada
    palabra; son los instrumentos más precisos para la
    formación del vocabulario jurídico. En cambio los
    Formularios Jurídicos, son modelos de redacción de
    distintos tipos de documentos que son para uso cotidiano del
    ejercicio de la profesión.

    Ahora bien, en otro orden de clasificación de la
    lectura jurídica se encuentran los textos no
    doctrinales
    , que son colecciones u órganos encargados
    de la publicidad de los más diversos documentos con valor
    oficial como las sentencias, decretos individuales, reglamentos
    etc. Las Gacetas Oficiales, son documentos oficiales donde se
    exteriorizan los distintos actos emanados del estado que por
    vía legal y conformidad, tiene la obligación de ser
    impresos en dichos documento. Son gacetas oficiales ordinarias
    los ejemplares publicados todos los días hábiles de
    la administración pública nacional en estas se
    insertan los actos emanados de los órganos públicos
    de la república y son extraordinarias, los ejemplares
    editados referentes a los actos de los diversos órganos de
    la república que por su extensión o circunstancia
    no pudieron ser incluidos en los números ordinarios. Los
    Boletines y Memorias Oficiales, son los elementos de primera mano
    al momento de ubicar algún dato, información o
    indicador. Estos son manejados por entes como el Estado o por
    funcionarios que deben rendir cuentas en el manejo de los
    caudales públicos. Las Directivas y Decisiones, son otras
    formas por las cuales el Estado o cualquier ente, fijan
    posición frente algún tópico
    jurídico, o bien resuelve una controversia que legalmente
    estaba atribuida su competencia. Las Directivas es una de las
    fuentes más comunes del Derecho Comunitario. Las
    Recomendaciones y Dictámenes, son las distintas opiniones
    o resultados sobre consultas solicitadas o procesadas por
    organismos públicos. Son elaboradas por
    consultorías jurídicas para la toma de decisiones y
    si son de mucha importancia son publicados para que el foro
    estudie el texto. El Repertorio Jurisprudencial, es la
    compilación comercial de sentencias más organizadas
    y sencilla del mercado, consultada por abogados, jueces y
    estudiantes, la popularidad de este repertorio jurisprudencial
    radica en su fácil organización de los extractos de
    las sentencias.

    Una de las razones por las cuales es importante la
    Lectura Jurídica es que nos permite conocer y en cierto
    modo usar los contenidos que sustentan el derecho, para manejar
    en la práctica profesional, léxicos y
    teorías actualizadas. Otra importancia es que nos sirve de
    potencializador del lenguaje y de la estructura del razonamiento
    jurídico. La lectura de textos jurídicos, como se
    creía anteriormente no riñe con la estética
    y enaltece la vida del contenido del Derecho. Un abogado con una
    amplia cultura general y lector del texto jurídico
    actualizado, ejercería la profesión de una manera
    más científica, con mayores perspectivas y menos
    empíricas. La lectura no solo proporciona
    información sino que forma creando hábitos de
    reflexión, análisis, concentración,
    elementos importantes a la hora del ejercicio profesional del
    derecho. Una persona con hábitos de lectura posee una
    autonomía cognitiva para comparar, argumentar, lo que le
    permite desarrollar la creatividad manifestada en la fluidez, la
    flexibilidad y la sensibilidad que debe tener el abogado al
    momento de la defensa o acusación de un caso
    determinado.

     

     

    Autor:

    Aurimar Vivas

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter