Adaptación de Magda Guarido para el colegio
José Luís Hidalgo (Torrelavega) –
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Adaptación de Magda Guarido
para el colegio José Luís Hidalgo
(Torrelavega)
Reparto
Quijote: Salvatore
Niño: Giuseppe
Madre: Nelson
Padre: Victor
Hermana: Paulo
Amigo 1: Aarón
Amigo 2: Giuseppe
Amigo 3: Javier
Amigo 4: jorge
Amigo 5: Carlos
Narrador: Carlos
El escenario es
una habitación infantil, al fondo la cama, en la parte
delantera izquierda una mesa de estudio y una silla, la entrada
es por la derecha.
(Se abre el telón y se ve a
un niño leyendo un libro con música muy suave de
fondo)
NIÑO: En un lugar de la
Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo
que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga
antigua, rocín flaco y galgo corredor… Es, pues, de
saber que este sobredicho hidalgo, se daba a leer libros de
caballerías, con tanta afición y gusto, que
olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza y aun la
administración de su hacienda; y llegó a tanto su
curiosidad y desatino, que vendió muchos acres de tierra
para comprar libros de caballería… Se
enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches
leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio;
y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó
el celebro de manera que vino a perder el juicio. Se le lleno la
fantasía de todo aquello que leía en los libros,
así de encantamientos como de batallas, desafíos,
heridas, amores, tormentas y disparates imposibles; y se le
grabó de tal modo en la imaginación que
terminó creyendo que era verdad… (Esto lo lee
de un libro, mientras se mueve por su habitación moviendo
los brazos y haciendo los gestos para representar el
texto)
MADRE: (Entrando
enfadada y quitándole el libro de las
manos)¡Sancho! ¿Qué haces?… Leyendo,
claro… ¡Como siempre! (Abre el libro y lee)
Del mucho leer, se le secó el celebro de manera que vino a
perder el juicio. (Cerrando el libro de golpe y
dejándolo sobre la cama) ¡Eso es lo que te
pasará a ti como no dejes los libros! Anda, ponte ha hacer
los deberes de una vez y déjate de aventuras…
(Se marcha)
NIÑO: (Coge
eL libro de encima de la cama y sigue leyendo mientras se sienta
en la mesa) Así quiso, como buen caballero llamarse
«don Quijote de la Mancha», con que a su parecer
declaraba muy al vivo su linaje y patria, y la honraba con tomar
el sobrenombre de ésta… (Se queda dormido
encima del libro, poco a poco resbala y cae el libro al suelo, al
agacharse para recogerlo, se asusta, echa la silla hacia
atrás y de debajo de la mesa de estudio sale Don
Quijote)
-
¿Pero…? ¿Tú de donde sales?
(Pregunta agitado, alejándose del personaje
rápidamente)
DON QUIJOTE: ¡Oh
tú, quienquiera que seas! ¡Mostradme algo más
de respeto!
NIÑO:
¿Pero qué dices?
DON QUIJOTE: Soy Don
Quijote… Don Quijote de la mancha. Valiente caballero
andante…
(El niño se
queda perplejo y de repente entra su madre)
MADRE: ¡Por dios!
¿Pero éste quién es?
DON QUIJOTE:
(Dándose aires de grandeza y poniéndose en el
centro del escenario) No teman vuestras mercedes desaguisado
alguno, a la orden de caballería que profeso no toca ni
atañe dañar a nadie, cuanto más a tan altas
doncellas como vuestras presencias demuestran…
MADRE: (Se pone a
reír a lo bestia) ¡Pero que estas diciendo
viejo loco!
NIÑO:
¡Mamá! A ver si va a ser peligroso…
(Escondiéndose detrás de su
madre)
DON QUIJOTE: Bien parece
la mesura en las hermosas, y es mucha sandez además la
risa que de leve causa procede… No vengo ha hacer el mal,
sino, a postrarme a los sus pies mi
señora…
MADRE: Si vuestra
merced, señor caballero, busca posada, sea bienvenido.
(Hace una burlona reverencia) Menos la cama, todo lo
demás se hallará en ella en mucha
abundancia… (Mirando de arriba abajo al caballero y
sonriendo pícaramente) -¡Vaya amigos te buscas
hijo! (Y se marcha)
DON QUIJOTE: (Se
agacha a los pies del niño) No me levantaré
hasta que me concedáis lo que pido…
NIÑO:
Dígame señor…
DON QUIJOTE: Me
habéis de armar caballero, y mañana, podré
ir por todas partes buscando aventuras, como hacen los
caballeros andantes.
NIÑO: ¡Ah!
Sólo es eso… Pues nada, a ver (se sube a la
silla) –Yo te nombro caballero
andante…
(Entra el padre
rápidamente e interrumpiendo, y coge la lanza y a su hijo
del brazo para bajarlo de la silla)
DON QUIJOTE: ¡Oh
tú, quienquiera que seas, atrevido caballero, que llegas a
tocar las armas del más valeroso andante que jamás
se ciñó espada. ! Mira lo que haces, y no las
toques, si no quieres dejar la vida en pago de tu
atrevimiento.
PADRE:
¡Déjate de tanta monserga! Soy el padre de
éste chico.
NIÑO: No pasa
nada, es buena gente…
PADRE: ¿Pero de
donde es? ¿Qué quiere?
NIÑO: Es el
caballero Don Quijote, acabo de nombrarlo caballero ¡yo
mismo!
PADRE:
Hijo…
DON QUIJOTE: Entonces,
vos debéis ser el alcalde de esta
fortaleza…
(Entra la
hermana)
HERMANA: A ver,
mamá dice que si se ha de quedar a cenar tu amigo que la
aviséis…
DON QUIJOTE: ¡Oh
señora de la hermosura y del debilitado corazón
mío! Ahora es tiempo que vuelvas los ojos de tu grandeza a
este tu cautivo caballero.
HERMANA: ¿Y a
éste que le pasa?
NIÑO: Creo que le
gustas…
HERMANA:
(Burlándose De Don Quijote) Dondequiera que me
encuentre le serviré y le tendré por señor.
(Se marcha riéndose)
PADRE: (Cogiendo por
el hombro a su hija) Vamos abajo…
DON QUIJOTE:
Descortés caballero, mal parece tomaros con quien defender
no se puede.
PADRE: ¿Pero
qué mal? ¿Ni qué mal?…
NIÑO: Mi
señor, éste hombre no pretende hacer daño a
la dama, es mi padre.
PADRE: Si eso, tú
síguele el juego.
DON QUIJOTE: Mi fiel,
pero despistado escudero… (Levantando la lanza)
¡Miente! Delante de mí ruin villano. Por el sol que
nos alumbra, que estoy por pasaros de parte a parte con esta
lanza.
NIÑO:
¿Escudero yo? (sonríe y continua)
¡No! Mi señor, por favor… Bajad la
lanza.
HERMANA:
(llevándose la mano al corazón) ¡Oh
que caballero…!
PADRE: Haré
muestra de mi gallardería… (Bajando la lanza de
Don Quijote y arreándole unas cuantas collejas) Te
voy a dar yo caballero… (Lo empuja fuera de escena y
detrás sale el niño)
NIÑO:
¡Basta papá, basta!…
(Entra la madre, el
padre y la hermana)
MADRE: Vamos a recoger
todos estos libros… (Mientras coge los libros que hay
desperdigados)
HERMANA:
Deberíamos quemarlos… (Cogiendo también
libros)
PADRE: Ya os
avisé, tanta lectura, tanta lectura… ¡Seguro
que no le haría ningún bien tanto libro!
(Cogiendo libros también)
HERMANA: (Leyendo de
un libro) Mirad que pone en éste: Con cien
cañones por banda, ciento en popa a toda
vela…
MADRE: (la corta
quitándole el libro) Con un tarado ya hay
bastante…
PADRE: Vamos antes de
que vuelvan…
(Se marchan y
se escucha detrás del decorado a Don
Quijote)
DON QUIJOTE (EN
OFF):
¿Dónde estás,
señora mía,que no te duele mi mal?O no lo sabes,
señora,o eres falsa y desleal
¡Oh noble marqués de Mantua,mi
tío y señor carnal
(Entra el
niño y detrás Don Quijote que se deja caer sobre
una rodilla)
NIÑO: ¿Pero qué le
pasa? ¿Cuál es su mal?
DON QUIJOTE:
(sentándose en la cama) Sepa vuestra merced, señor
don Rodrigo de Narváez, que esta hermosa Jarifa que he
dicho es ahora la linda Dulcinea del Toboso, por quien yo he
hecho, hago y haré los más famosos hechos de
caballerías que se han visto, vean ni verán en el
mundo.
(Entra el padre
acompañado por unas/os amigos/as del
niño)
PADRE: Sancho, han
venido más amigos a verte… Estos no son tan
raritos…
(Entran sus amigos,
en las manos llevan unos carteles con unas
letras)
AMIGO 1: ¡Hola
Sancho!
AMIGO 2: Hola
(levantando la manos para enseñarle los carteles)
Mira que chulos son…
AMIGO 3: Son para el
partido…
DON QUIJOTE: La ventura
va guiando nuestros pasos amigo Sancho Panza, donde se descubren
treinta o pocos más gigantes, con quien pienso hacer
batalla.
NIÑO:
¿Qué gigantes?
AMIGOS 1, 2 Y 3:
¿Gigantes? (Todos miran hacia todos los lados de la
habitación)
NIÑO: ¡Yo
qué se…! (Mirando a sus amigos) Si se
refiere usted a estos, son mis amigos del colegio
solamente
DON QUIJOTE: Bien parece
que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son
gigantes; y si tienes miedo quítate de
ahí.
(Sin
pensárselo dos veces, levanta su lanza y ataca a los
amigos del niño, éstos salen corriendo por la
habitación)
DON QUIJOTE: No
huyáis, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero
es el que os acomete…
AMIGO 2: Éste
tío está loco (saltando por la
habitación)
AMIGO 1: ¡Y
qué lo digas! (escapando como puede)
AMIGO 3:
¡¡Pero haz algo Pancho!!
NIÑO: ¡Mi
señor! Ya basta…
DON QUIJOTE: Juro por mi
amada Dulcinea que os venceré… (Levantando la
lanza y el escudo hacia el cielo)
(En ese momento los
tres amigos aprovechan y se lanzan encima de Don Quijote, lo
hacen caer y lo despojan de sus armas)
AMIGO 1: Ya te vale
¡eh! (Cruzándose de brazos
enfadado)
AMIGO 3: Yo me largo,
sólo quería enseñarte los carteles…
(Y los mueve delante del niño)
AMIGO 2: (Lo mira,
recoge sus carteles y luego se marcha con los
demás)
(Cuando se marchan,
Don Quijote está en el suelo mal herido y el niño
se sienta a su lado)
NIÑO:
¿Qué voy ha hacer con vos…? ¿No le
dije yo a vuestra merced que no eran molinos de
viento?
DON QUIJOTE: Calla,
amigo Sancho, que las cosas de la guerra más que otras
están sujetas a continua mudanza.
(Entra el padre con
una bandeja de fruta en la mano y una gorra
amarilla)
PADRE: Os traigo un poco
de fruta, a ver si así os bajan los pájaros de la
cabeza…
DON QUIJOTE: Dime,
¿no ves aquel caballero que hacia nosotros viene, sobre un
caballo rucio rodado, que trae puesto en la cabeza un yelmo de
oro?
NIÑO:
¿Qué es un yelmo? (mira a Don Quijote y luego a
su padre)
DON QUIJOTE:
Apártate a una parte y déjame con él a
solas…
NIÑO: Pero, esta
es mi habitación…
DON QUIJOTE:
¡Defiéndete, cautiva criatura, o entrégame de
tu voluntad lo que con tanta razón se me debe
(atacando al padre)
PADRE: (dejando caer
la bandeja con la fruta) Ya pensaba dársela
hombre… No hay pa tanto…
DON QUIJOTE: El yelmo de
oro que lleváis puesto sobre la cabeza, mío
es.
PADRE: ¿La gorra?
¿Eso quieres? (se la saca y se la tira a los
pies) Tómala también… (se
va)
(Don Quijote la recoge y
se la pone, pero le queda grande)
NIÑO: Le va
grande ¿no? Es que mi padre es algo
cabezón…
DON QUIJOTE:
¿Sabes qué imagino, Sancho? Que esta famosa pieza
de este encantado yelmo por algún extraño accidente
debió de venir a manos de quien no supo conocer su valor
y, viéndola de oro purísimo, debió de fundir
la mitad para venderla.
(Entran la madre, el
padre, amigos 4 y 5, y la hermana) (Los amigos llevan unas
cuerdas de saltar a la comba en las manos)
DON QUIJOTE: ¿Por
qué lleváis atada a esa gente mal
hombre?
PADRE:
¿Atada?
HERMANA: Esta es cadena
de galeotes, gente forzada del rey, que va a las galeras. (Y
se tira sobre la cama riendo)
MADRE:
¡Estás loca! No digas eso, que lo alteras
más… (riñendo a la hija)
DON QUIJOTE:
¿Cómo gente forzada? ¿Es posible que el rey
haga fuerza a ninguna gente?
PADRE: ¡¡Claro!!
(Poniéndose interesante) Fíjate
bien… Éste (cogiendo a uno de los amigos por la
nuca) Irá a galeras por enamorado…
DON QUIJOTE: ¿Enamorado?
PADRE: No es amor del que usted
piensa… (rodeándole mientras habla)
Enamorado de lo ajeno… Y éste otro (cogiendo al
otro niño) Por músico y
cantor…
DON QUIJOTE: ¿También se
va a galeras por cantar?
PADRE: A este pecador le dieron tormento y
confesó su delito, que era ser cuatrero, que es ser
ladrón de bestias, y por haber confesado le condenaron por
seis años a galeras.
MADRE: ¡¡Bueno ya esta bien de
tonterías!!
(Los dos amigos se sientan en la
cama)
HERMANA: (muy dulcemente) Gentil
caballero… ¿Haréis honor a mi familia y
cenareis aquí?
MADRE: ¡Niña!
HERMANA: ¿Qué he
hecho?
MADRE: (cogiéndola del brazo y
zarandeándola se la lleva)
(Sale el padre detrás de
ellas)
NIÑO: Gracias por venir…
Tenéis que ayudarme…
AMIGOS 4 Y 5: ¿A
qué?
NIÑO: (A Don Quijote) Usted
siéntese aquí… (indicando el
escritorio)
(Don Quijote se pone a escribir) (El
niño y sus amigos hacen una piña y se dicen un
secreto)
AMIGO 5: ¡Vale!
AMIGO 4: Vamos a buscarlo (se marchan
de escena corriendo)
DON QUIJOTE: He escrito una carta para
Dulcinea. Sancho Panza… (le da una hoja con el
poema) Irás al Toboso, donde dirás a la
incomparable señora mía Dulcinea que su cautivo
caballero murió por acometer cosas que le hiciesen digno
de poder llamarse suyo.
NIÑO: (lee en voz alta y
gesticulando o con una voz en off con fondo musical
suave)
Árboles, yerbas y plantasque en
aquel este sitio estáis,tan altos, verdes y tantas, si de
mi mal no os holgáis,escuchad mis quejas
santas. Mi dolor no os alborote,aunque
más terrible sea,pues por pagaros escoteaquí
lloró don Quijoteausencias de
Dulcinea del
Toboso.
Es
aquí el lugar adondeel amador más lealde su
señora se esconde,y ha venido a tanto malsin saber
cómo o por dónde. Tráele
amor al estricote, que es de muy mala ralea;y, así, hasta
henchir un pipote, aquí lloró don Quijoteausencias
de Dulcinea del
Toboso.
Buscando las aventuraspor entre las duras
peñas,maldiciendo entrañas duras,que entre riscos y
entre breñashalla el triste desventuras,
hirióle amor con su azote,no con su blanda correa,y en
tocándole el cogoteaquí lloró don
Quijoteausencias de Dulcinea
del Toboso.
-Se la llevaré
dentro de un rato, ahora debéis acostaros aquí a
descansar… Tanta aventura os tendrá
exhausto.
DON QUIJOTE: ¿Soy yo por ventura de
aquellos caballeros que toman reposo en los peligros?… (Se
acuesta en la cama) – Yo soy aquel para quien
están guardados los peligros, las grandes hazañas,
los valerosos hechos. (y se duerme)
(Entran sus 5 amigos de nuevo con un
paquete mediano)
AMIGO 1: Nos hemos encontrado a estos y nos
han puesto al corriente de todo…
AMIGO 3: Todo se
solucionará…
AMIGO 2: Vamos a ello…
(Los niños sacan del paquete unas
cuerdas u telas y envuelven a Don Quijote)
NIÑO: ¡Papá!
¡Mamá! ¡Ya está!
(Suben todos y entre todos levantan a Don
Quijote)
DON QUIJOTE: (Gritando y mirando hacia
el cielo) Hermano demonio, que no es posible que dejes de
serlo, pues has tenido valor y fuerzas para sujetar las
mías, te ruego que hagamos treguas, no más de por
una hora, porque el doloroso son de aquella trompeta que a
nuestros oídos llega me parece que a alguna nueva aventura
me llama.
PADRE: Pongámoslo en el coche, lo
llevaremos de regreso al manicomio… (Mientras cargan
con él la madre y la hermana)
MADRE: ¿Tú crees que se
habrá escapado?
PADRE: Puedes estar segura de
ello…
HERMANA: Daos prisa, que este tío
pesa mucho…
(Los amigos se asoman por la puerta y
alzan la voz como si hablasen a alguien muy
lejano)
AMIGO 3: No le hagan
daño…
NIÑO: ¡No es
peligroso!
AMIGO 2: Sólo es fruto de una
aventura literaria…
NIÑO: Hay miles de libros
interesantes, ¿os gustaría conocer más
historias?
AMIGOS 4 Y 5:
¡¡Siii!!
AMIGO 1: ¿Cómo? Te han
quitado todos los libros.
(sientan por la cama, el suelo, la
silla…)
NIÑO: Todos no…(Levanta
el colchón, se pone en pie sobre la cama, abre el libro y
empieza a leer de nuevo) – Pues, sepa vuestra merced ante
todas cosas, que a mi me llaman Lázaro de Tormes. Mi
nacimiento fue dentro del río Tormes, por eso tomé
el sobrenombre. Mi padre, que Dios perdone…
(Se cierra el
telón)
Autor:
Diego Saavedra