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Mitos del racismo



  1. Manipulación
    de personas y pueblos
  2. Caricatura de
    ciertos gobiernos
  3. Mitos
    racistas
  4. Supersticiones
    acerca de la sangre
  5. Supersticiones
    acerca de la existencia de grupos humanos
    superiores
  6. Cleptomanía
    y robo
  7. Supersticiones
    racistas
  8. El castigo no evita
    delitos, agrava el problema
  9. Creencias absurdas
    en las sociedades civilizadas
  10. Reglas para
    librarnos de errores absurdos
  11. Prácticas
    para librarnos de dogmatismos
  12. Maneras de evitar
    el miedo
  13. Efectos del
    temor

Manipulación de personas y
pueblos

Una causa del infortunio de la humanidad fue el
descubrimiento de cómo manipular a las personas y a los
pueblos, según la conveniencia de los gobiernos y los
poderosos. Entre ciudadanos mentalmente libres y comunidades
manipuladas por métodos modernos de propaganda existe
tanta diferencia como entre un montón de materias primas y
un buque de guerra.

La educación que se universalizó para que
todos supieran leer y escribir, está sirviendo a otros
objetivos: inculcar tonterías y generar entusiasmos
colectivos en las poblaciones. Si todos los gobiernos
enseñaran las mismas tonterías el daño a la
humanidad no sería tan grande, pero por desgracia cada
gobierno adopta sus propias doctrinas que provocan hostilidad
hacia pueblos con otros credos. Solo existirá paz en el
mundo cuando los gobiernos se pongan de acuerdo para no inculcar
en la población, o para inculcar en todos el mismo dogma.
El primer ideal parece utópico, el segundo, tal vez cuando
termine la última guerra, los políticos
sobrevivientes consideren prudente unirse para llevar a cabo algo
semejante a este programa.

Caricatura de
ciertos gobiernos

Dadme un ejército adecuado y recursos para
proporcionar mejor paga y mejor alimentación, al cabo de
treinta años habré logrado que la mayoría de
la población acepte: que dos más dos son tres, que
el agua se hiela al calentarla y se hierve al enfriarla, o
cualquiera otra de estas tonterías, siempre que se diga
que sirven a los intereses del estado. Toda negativa verbal a
estas verdades místicas serán declaras ilegales y
los herejes obstinados, condenados a la hoguera. A las personas
que no acepten con entusiasmo estas verdades no se les
permitirá enseñar, ni tener cargos oficiales. A los
militares de alta graduación, se les permitirá en
medio de sus borracheras susurrar la falsedad de estas verdades y
reírse de ellas.

Por supuesto que la gente que acepta estas creencias, no
colocará el agua en el frigorífico, cuando quiere
hervirla. Que el frío hace hervir el agua será una
verdad sagrada y mística, expresada en tono reverencial,
pero no se utilizará en la vida diaria.

Mitos
racistas

Los mitos sobre la raza y la sangre, muy populares, y
que los nazis involucraron oficialmente a su credo, no tienen
ninguna justificación objetiva. Su aceptación se
debe a que satisfacen el amor propio e incitan a la crueldad.
Estas creencias son tan antiguas como las civilizaciones, su
esencia permanece y lo que cambia es su forma. Relatos
relacionados con el dicho popular "la sangre habla" se encuentran
en todos los países indoeuropeos.

Herodoto, siglo I A.J.C., llamado el padre de la
historia, cuenta que los campesinos que criaron a Ciro, fundador
del Imperio Persa, reconocieron en él su sangre real desde
niño. Durante las guerras norteamericanas, estaba
prohibida la transfusión de sangre de negros a blancos. En
Alemania, durante la segunda guerra mundial, los soldados arios
eran protegidos cuidadosamente de contaminarlos con sangre de
judíos durante las transfusiones.

Las monarquías se establecieron bien en los
pueblos que aceptaban mejor el mito de que los reyes son de una
raza superior a la de los súbditos. Todavía no se
ha podido erradicar completamente la creencia universal de que
los hombres son congénitamente más inteligentes que
las mujeres. En las sociedades occidentales muchos siguen
sosteniendo que las personas blancas por naturaleza son
superiores a los de otros colores y esencialmente a los
negros.

Los griegos y los romanos se consideraban superiores a
los demás pueblos. Los primeros debían ser amos y
los segundos esclavos, entre ellos los pueblos persas y germanos.
Los legisladores norteamericanos que promulgaron las leyes de
inmigración, al igual que los nazis, consideraban a los
nórdicos, superiores a los eslavos y a los latinos o
blancos de otras procedencias. Pero apenas si existen
auténticos nórdicos. Los noruegos se han mezclado
con finlandeses, lapones y razas similares.

Toda la concepción de razas superiores no es
más que un mito generado por el presuntuoso amor propio de
quienes detentan el poder. "El nórdico
biológicamente puro ama a Hitler, si usted no lo ama es
prueba de que su sangre está contaminada".

Todo lo que se dice sobre las razas superiores, hasta
ahora no tiene pruebas científicas creíbles, son
sólo tonterías, que deben considerarse estupideces.
En todo grupo social existen coeficientes intelectuales en un
intervalo estadístico que se extiende desde niños
genios hasta niños estúpidos. Cuando el desarrollo
de los niños se lleva a cabo bajo la misma influencia
ambiental, no existe diferencia estadística clara en el
coeficiente intelectual de diferentes grupos raciales. Sin
embargo los niños de color en el mundo occidental no han
podido desarrollarse con el mismo éxito de los
niños blancos, debido al estigma social de inferioridad a
que están sometidos.

La aplicación de las teorías sociales es
absurda en las poblaciones europeas, porque en ninguna existe una
raza pura. Los rusos están mezclados con los
tártaros, los alemanes son en gran parte eslavos, los
franceses e italianos son una mezcla de celtas, alemanes y
mediterráneos; los ingleses son los más mezclados
de todos. No existe prueba alguna de que las razas puras tengan
ventajas. Las razas puras se han extinguido y no fueron las
culturas más brillantes. Los supuestos méritos de
las razas puras son totalmente imaginarios. Los griegos surgieron
como amalgama de bárbaros norteños y griegos
originarios. Los atenienses y jónicos, que fueron los
más civilizados, fueron también los más
mezclados. Parece inútil que los psicólogos
científicos insistan en que no existe diferencia entre las
sangres de las personas de distintas razas.

Supersticiones
acerca de la sangre

Las supersticiones acerca de la sangre no tienen nada
que ver con las razas. En las religiones judeocristianas un
versículo de la biblia "la sangre de tu hermano clama a mi
desde el suelo" dio origen al asesinato de Abel por
Caín.

Desde entonces cuando había algún
homicidio eran necesarios los ritos de la ablución y el
luto para lavar los efectos malignos de la sangre de la
víctima.

La creencia de que la sangre ensucia, ha impedido hasta
ahora que las mujeres se incorporen al sacerdocio y ha dado
origen a tabúes o prohibiciones religiosas relacionadas
con la menstruación. La discriminación de las
mujeres en favor de los hombres, se inició con la creencia
supersticiosa de que los niños nacían con la sangre
del padre y las niñas con la sangre de las madres. Esto a
pesar de la evidencia de que los hijos se forman en el vientre y
con sangre de las madres.

Supersticiones
acerca de la existencia de grupos humanos
superiores

En Alemania consideraban a los germanos como el
grupo más puro y superior de la raza blanca y por tanto
encargada de dominar a las razas inferiores.

En Rusia bajo el comunismo la gente era
clasificada por su origen económico, los proletarios
comunistas eran buenos, todos los demás eran
malos.

En Estados Unidos, ser inmigrante
anglosajón varón era un privilegio, ser inmigrante
de otra raza o mujer una desgracia. La peor de todas ser negro.
El mejor elogio para una mujer era decirle masculina y para un
negro, pero después de su muerte, que había tenido
alguna actitud de blanco.

Estas clases de absurdos aparecen siempre que se hacen
generalizaciones irracionales como suponer que un grupo de seres
humanos es intrínsecamente mejor que otro.

Cleptomanía y robo

Quienes creen saberlo todo acerca de la
naturaleza humana quedan desorientados cuando se enfrentan con
alguna anormalidad.

El robo es una apropiación racional
y premeditada de lo ajeno. Es un crimen o delito, o sea, una
acción u omisión voluntaria de la ley. La
cleptomanía es una enfermedad psíquica que consiste
en una propensión a tomar lo ajeno.

Supersticiones
racistas

Los crímenes o enfermedades maníacas a
veces se generalizan a nivel de naciones. En las gentes
involucradas en la segunda guerra mundial, se alzaron
sentimientos vengativos contra los alemanes y se exigió un
castigo severo después de su derrota. Se argumentaba que
el tratado de Versalles había sido ridículamente
benigno y los alemanes no habían corregido sus
pretensiones. Por ello la severidad del castigo ahora
debía ser ejemplar. A mi modo de ver, era más
probable evitar una repetición de la agresión
alemana, si se consideraba que los nazis en su gran
mayoría son maniacos y no criminales, si se les refrenaba
y no se les castigaba y se les mantenía desarmados. Pero
este refrenamiento debería permitirles que intentaran ser
felices en la medida que la prudencia lo permitiera.

Todo el mundo reconoce que si a un maníaco se le
hace desdichado, se le aumentan sus impulsos criminales. Los
castigados no suelen mantener sentimientos benevolentes hacia
quienes los castigan. Es evidente que entre los nazis aunque hay
muchos criminales, la mayoría son maníacos. No
propongo indulgencia para los dirigentes y es probable que el
grueso de la población alemana aprenda a cooperar con el
resto del mundo, si se somete a un tratamiento curativo firme y
no se le considera paria entre las naciones. Mientras los
alemanes continúen odiando al resto de la humanidad, la
paz será precaria.

El castigo no
evita
delitos, agrava el problema

La ciencia siempre ha tenido que abrirse paso contra
oposición de las creencias populares. Ahora está
librando una batalla difícil en la esfera de la
psicología. La creencia popular dice que quien no aprende
con razones aprende con golpes. Las personas intolerantes no
soportan ciertas actitudes y comportamientos y tratan de
corregirlos por medio del castigo. Los niños que irritan a
los mayores son golpeados y cuando repiten la falta los azotes
son más fuetes. Algunos delincuentes son castigados una y
otra vez, porque en cuanto salen de la cárcel repiten el
delito.

Los médicos y psicólogos que han estudiado
el problema afirman que el castigo solo agrava el problema.
Aunque las causas de algunas faltas sean físicas,
normalmente son psicológicas y solo pueden curarse
eliminando el motivo arraigado profundamente y probablemente en
el subconsciente. Aunque es posible curar estos trastornos con
procedimientos psíquicos sencillos, poco se usan porque no
satisfacen los impulsos negativos de la gente.

Creencias
absurdas en las sociedades civilizadas

Las creencias absurdas y caprichosas de pueblos salvajes
y antiguos, como egipcios o babilonios nos sorprenden. Pero el
asombro es mayor cuando comprobamos que algunas de estas
creencias continúan vigentes en las sociedades modernas
más civilizadas. En los Estados Unidos y los demás
países desarrollados, muchas personas creen aún
firmemente lo que medios informativos les dicen en
horóscopos o tarots de acuerdo de las fechas de
nacimiento, o a signos zodiacales.

Las creencias inician en los estratos sociales altos y
van descendiendo gradualmente según la escala educativa de
las personas. Los comentaristas de los grandes filósofos
ignoran por cortesía, sus observaciones absurdas, pero
ellas persisten y se adaptan en los estratos bajos. En estos
estratos se pueden oír afirmaciones que proceden
directamente de los filósofos como Platón que son
evidentes tonterías, como aquella de que los hombres que
no busquen la sabiduría en esta vida, volverán a
nacer como mujeres.

Reglas para
librarnos de errores absurdos

Unas pocas reglas sencillas pueden librarnos de muchos
errores absurdos, y de opiniones necias a las que es proclive la
humanidad. Anotémoslas:

  • En lo posible clarifiquemos el asunto mediante
    observación, realizada por uno mismo.

  • No creer que sabemos, lo que ignoramos. Ser cautos.
    Evitar afirmaciones dogmáticas, sobre lo que no hemos
    comprobado. Aristóteles habría evitado el error
    de decir que las mujeres tiene menos dientes que los hombres,
    si los hubiera contado a algunos de sus parientes o
    discípulos.

  • Creer que uno sabe algo, que en realidad ignora, es
    un error fatal que todos tendemos a cometer.

  • Cuando se sienta molesto o enojado por alguna
    opinión, póngase en guardia, examine la
    opinión y compruebe si se puede justificar con alguna
    evidencia. Son muchas las cosas que no se pueden someter con
    facilidad a la comprobación personal. La
    mayoría de los humanos tienen convicciones apasionadas
    sobre muchas cosas. Pero cuando alguna de ellas despierta
    pasión, molesta o enoja, es una señal
    inconsciente de que puede tratarse de un prejuicio, de alguna
    creencia que quiere imponerse como cierta, sin pruebas. Las
    creencias más peligrosas son aquellas sobre las que no
    existen pruebas fidedignas a favor o en contra, como las
    religiosas. Por ellas ha habido persecuciones religiosas,
    pero no por creencias en la aritmética, por ejemplo.
    Las religiones se arman sobre opiniones, mientras que la
    aritmética se fundamenta en conocimientos.

Prácticas
para librarnos de dogmatismos

Entrar en contactos con personas con quienes se
está en desacuerdo.

Viajar para disminuir la intensidad de nuestros
prejuicios, ser conscientes de opiniones sostenibles, conocer
culturas distintas, compartir en círculos sociables
distintos.

Leer periódicos o libros contrarios a
nuestras ideas y creencias religiosas y políticas. Si las
personas, los libros o los periódicos nos parecen locos,
malos, perversos o malvados; lo que yo pienso, leo y opino
causará la misma impresión en los oponentes. Esta
situación me obliga necesariamente a hacerme la siguiente
reflexión: No es posible que dos partes estén
simultáneamente equivocadas, o tengan la razón.
Esto me lleva a examinar con cuidado mis propias opiniones y la
de los contrarios, para saber realmente quien tiene la
razón.

Establecer diálogos imaginarios con
adversarios hipotéticos. Quienes no tengan los recursos o
el tiempo para viajes, o reuniones con contrarios en
ideología, pueden seleccionar escritores o comunicadores
que juzguen las cosas de un modo distinto, y adelantar con ellos
discusiones hipotéticas. Por ejemplo: Mahatma Gandhi
deploraba la tecnología, no estaba de acuerdo con la
existencia de ferrocarriles, barcos de vapor, ni maquinas.
Intentaba eliminar todo lo que había hecho la
revolución industrial. Si usted se encuentra entre quienes
sostienen una opinión contraria, le sería
útil encontrar y poner a prueba argumentos para refutar a
Mahatma Gandhi. Estos diálogos imaginarios a veces nos
hacen cambiar de ideas o reducen nuestro dogmatismo y exceso de
seguridad y en ciertas creencias, al darnos cuenta de que nuestro
adversario hipotético puede tener razón.

Ser cauteloso con las opiniones que alagan el
amor propio. Es difícil discutir sobre el engreimiento
sobre los terrícolas, porque no hemos encontrado otras
especies similares en otros planetas. Hasta ahora lo único
que frena ese engreimiento es saber que somos seres mortales, que
según el tiempo geológico, vivimos solo un instante
en el tiempo del universo. Los fundamentos del amor propio, del
engreimiento, de las superioridades son ridículos. Cuando
algunos varones creen ser superiores a las mujeres, porque la
mayoría de poetas y científicos han sido hombres,
ellas contra atacan aclarando que la mayoría de los
criminales también han sido hombres. Algunos países
para demostrar superioridad intentan establecer algún
sistema de valores en que los méritos sor realmente
importantes y los deméritos relativamente triviales. Para
las personas racionales estos intentos no son correctos ni
demostrables.

Vencer el temor. Vencer el temor es el inicio de
la sabiduría, de la búsqueda de la verdad y del
intento de vivir con dignidad. De las pasiones generadoras de
errores la más importante es el miedo. El temor
actúa directamente: Inventando rumores de desastres en
tiempo de guerra, o imaginando objetos terroríficos o
fantasmas en tiempo de peligro, haciendo creer en cosas
consoladoras en tiempos de desesperanzas, como en el
elíxir de la vida, el cielo para quienes compartimos la
misma fe y el infierno para nuestros enemigos en la
religión.

El temor se manifiesta de muchas formas: miedo a la
oscuridad, al servilismo, a la muerte y a muchas otras formas de
temores que tratamos de ocultar hasta a nosotros mismos. Para
poder pensar correctamente en cuestiones de importancia y en
creencias religiosas, es necesario reconocer los propios temores
y adoptar mediante un esfuerzo de voluntad un sistema de
protección contra los mitos generados por el miedo. El
temor es la principal fuente de crueldad y de superstición
que nos lleva a atribuirle un carácter oculto o
sobrenatural a los mitos o fábulas.

Maneras de evitar
el miedo

Hay dos maneras de evitar el miedo: Convencernos de que
somos inmunes al desastre, por ejemplo por medio de la magia y el
estoicismo; y practicando el valor.

La magia, es un pretendido arte o ciencia oculta,
mediante la cual se cree poder producir resultados contrarios a
las leyes
naturales conocidas, valiéndose de ciertos actos,
palabras u
objetos, o bien con la intervención de seres
fantásticos. Se originó en Babilonia, se
extendió por el imperio griego, fue adquirida por los
romanos y replanteada por cristianos y musulmanes.

Talismán es un objeto, generalmente una
piedra preciosa o semipreciosa, u objeto a veces de oro o plata
como cruces, medallas, escapularios, reliquias, agua, aceite,
fotos, imágenes, dibujos, estatuas, ramos, coronas,
diademas, hábitos, objetos todos bendecidos, con alguna
forma o figura especial o una inscripción, al que la
superstición atribuye un efecto especial.

Hechizo o conjuro es un acto mágico que
pretende producir efectos sobre la realidad, mediante
procedimientos de carácter litúrgico o
ritual, como
humos de colores o aromáticos, procesiones, misas,
rociados con agua bendita, fricciones con oleos
bendecidos.

Sortilegio, es un hechizo cuyo objetivo es
adivinar el futuro.

Encantamiento, es buscar someter la voluntad de
otra persona u objeto.

Los anteriores objetos y procedimientos son componentes
sustanciales de muchas religiones
paganas y también de algunas religiones monoteístas.
Con ellos se buscan protección y causar daño al
enemigo. La magia actúa en dos formas, eliminando o
causando temor.

Estoicismo. La doctrina estoica usó la
naturaleza humana como norma para evaluar las leyes e
instituciones sociales. Hoy en día se utiliza el
término estoico para referirse a la actitud de soportar
las adversidades de la vida con fortaleza y
resignación.

Esta otra manera para superar el miedo, está
basada en una creencia falsa, que conlleva el efecto perjudicial
de hacer a las personas indiferentes ante el sufrimiento propio y
ajeno.

Practicar el valor, es difícil y en
determinados momentos imposible para todas las personas. Las
personas valientes se enfrentan a todo hasta a la muerte. Muchas
veces sin pensar, ni decir que la causa por la que mueren es
indigna.

Mitos del cielo y del infierno. Platón
expresó la convicción de que en el próximo
mundo viviría en compañía de dioses y
héroes y rodeado de espíritus justos. Platón
también en su República, expuso que el estado
debía de imponer un punto de vista optimista acerca del
otro mundo, no por que fuese cierto, sino para que los soldados
estuvieran dispuestos a morir en combate. Además
negó el mito de Hades dios de los infiernos, por el efecto
contrario que causaban en los soldados los espíritus
desdichados de los condenados.

Durante los siglos XV a XVIII, quienes supuestamente
practicaban la magia eran quemados en hogueras por órdenes
eclesiásticas. Así murieron millares de personas
acusadas de herejía. El cristianismo retomó los
mitos de magia, cielo e infierno de Sócrates y
Platón y estableció las siguientes reglas muy
precisas para la salvación: Bautizarse, evitar errores
teológicos, y antes de morir arrepentirse de los pecados y
recibir la absolución. Más tarde afirmó que
para asegurar la salvación bastaba con murmurar con fe en
el lecho de muerte: "Creo todo cuanto la iglesia
cree".

Se esperaba que estas decisiones tan precisas
proporcionaran a los católicos la seguridad de mantenerse
en el camino al cielo. Sin embargo, el temor al infierno
persistió en sus vidas.

En tiempos recientes los dogmas sobre quienes
serán condenados han sufrido un fuerte debilitamiento y la
doctrina moderna de que todo mundo irá al cielo no ha
podido acabar con el temor a la muerte. A pesar de todo lo que la
teología ha hecho para convencer de que la mayoría
de gente irá al cielo, este tema sigue siendo desagradable
tratarlo, por el temor a la muerte, un miedo demasiado instintivo
para poder vencerlo fácilmente.

Efectos del
temor

Vuelve a las personas supersticiosas. En las
catástrofes naturales los líderes religiosos acusan
a los infieles de provocar la ira de sus dioses, que ocasiona el
castigo de muchos inocentes. Como expiación exigen el
exilio o desaparición de sus contradictores.

Estimula el instinto gregario y la ferocidad contra
personas
consideradas extrañas o enemigas de la
comunidad. El temor genera impulsos de crueldad y promueve
creencias supersticiosas para justificarla. Las personas y las
multitudes bajo la influencia de un gran temor no piensan con
sensatez ni actúan humanamente. Por esta razón los
cobardes son más proclives a las supersticiones y tienden
más a la crueldad que los valientes. El último
ejemplo aterrador fue el del nazismo. Entre más
acrecentaban los temores en el pueblo, mas arreciaban las
campañas de exterminio a los judíos. En tiempos de
excitación colectiva son escasos los hombres valientes,
que se aventuran a disentir de la opinión general. Para
ellos la infamia es más dolorosa que la muerte.

Fuente bibliográfica:

Bertrand Russel, Compendio de pacotilla intelectual, del
libro Dios no existe de Christopher Hitchens.

 

 

Autor:

Rafael Bolívar Grimaldos

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