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Apuntes para un análisis axiológico desde la perspectiva de hombre común



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. La
    situación venezolana ante
    España
  4. Llegada al mundo del
    libertador
  5. Una
    personalidad humanista educada en el amor
  6. El
    consejo nunca olvidado
  7. La
    tragedia amorosa
  8. "Ruptura" de una promesa de
    amor
  9. La
    Bella Manuela
  10. A
    modo de conclusión
  11. Bibliografía

Resumen

El presente artículo se propone presentar un
abordaje panorámico de la vida del Libertador de
América, en tanto que no pretendemos con nuestro trabajo
incurrir en una confección biográfica del
distinguido prócer de la independencia de América
Latina, pues nuestro objetivo se enfoca hacia una
concepción pedagógica, con marcado carácter
axiológico a partir de presupuestos teóricos
basados en el ejemplo bolivariano, tratamos por demás,
hacer honor al bicentenario de las luchas por la independencia de
la América Latina gestos gloriosos que protagonizaron
miles de héroes anónimos o ya olvidados en alguna
medida por el transcurso de la historia, significar que esencia
de lo que presentamos, permitirá analizar desde una
perspectiva axiológica la obra del libertador.

Palabras claves: Carácter
axiológico, concepción
pedagógica.

Introducción

Breve genealogía
familiar

Caracas, capital de Venezuela, se encuentra
a escasa altura sobre el nivel del mar, en un valle al abrigo de
las cadenas montañosas que constituían por el
norte, una defensa contra los piratas del Caribe y por el sur,
contra los cálidos vientos de los llanos, la ciudad
sufrió varios terremotos, por lo cual sus edificios, y
hasta los de la clase más acomodadas, eran de un solo piso
con patio trasero, en una de esas viviendas residió Don
Vicente Bolívar y Ponte, cuyo antepasado el vasco
Simón Bolívar se estableció en Venezuela en
la segunda mitad del siglo XVI. El primer Simón
Bolívar de esta familia que comenzó a extenderse
fue administrador de los fondos de la Capitanía General y
al morir dejó una gran herencia de fincas y plantaciones,
las cuales se encargaron de multiplicar sus descendientes, de
esta familia nace Don Juan Vicente quien llevaría una vida
que correspondería a un clásico
mantuano[1]

Desarrollo

La
situación venezolana ante España

En el año 1728 la corona entregó todo el
comercio de Venezuela a la Compañía Quipozcoana de
origen vasco que a ínfimo precio adquiría el cacao
de la colonia. En 1749, la explotación de esta
compañía provocó una insurrección al
mando del criollo de apellido León, los rebeldes ocuparon
caracas y obligaron a las autoridades españolas a anular
el derecho de la compañía a ejercer el dominio
monopolista en Venezuela. Después de haberse apagado el
calor de los caraqueños, los españoles arrestaron
al los líderes del levantamiento y los
ajusticiaron.

Don Juan Vicente simpatizó con aquel
levantamiento que constituía una manifestación de
rebeldía, Juan Vicente, siguió muy de cerca los
acontecimientos que iban ocurriendo en las colonias de
América del Norte y no faltó momentos para expresar
su rechazo al ajusticiamiento de los líderes del
movimiento, inmerso posteriormente en estas luchas veremos a
Francisco de Miranda, quien en ese momento se encontraba de
ayudante del Capitán General de la Isla de Cuba. Don Juan
y otros mantuanos, abrazan la idea sublevarse contra el dominio
colonial y escriben senda carta a Miranda, negativo de este en su
respuesta, comunica a los conspiradores que aún no
había llegado el momento.

Llegada al mundo
del libertador

Ante la situación que atravesaba Venezuela de
forma particular y América de forma General, Don Juan
Vicente, ya casi solterón de 47 años, contrae
matrimonio con María Concepción Palacios y Blanco.
Esta premia a su esposo con un hijo, quien se le dará por
nombre Juan Vicente, en lo que luego le nacería una
hembra, que le daría por nombre, María Antonia y
Juana, pero en la noche del 24 de julio de 1783, precisamente en
el año que las trece colonias de Norteamérica
obtuvieron su independencia, nació José Antonio de
la Santísima Trinidad de Bolívar y Palacios. Al
nacer Bolívar ya su padre tenía 57 años y su
madre 24, al cumplir 3 años de edad, paralelamente muere
su padre, quedando muy prematuro de amor paternal y heredando una
suma conjuntamente con su familia de 10 millones de
dólares, a los 10 años de edad muere su madre y
quedando huérfano, la soledad unido a la necesidad de
educación hacen blanco el niño Bolívar,
elemento que lo hace transitar por los conocimientos de los
mejores maestros de la época, quiénes al igual que
Hipólita le entregaron el amor que demandó una vez
de sus ya fallecidos padres.

Una personalidad
humanista educada en el amor

Desde la perspectiva psicológica cada individuo
gradualmente va desarrollando su personalidad, adquiere
determinados patrones de conducta que son moldeados por la
familia y otros agentes socializadores dentro de ellos un papel
determinante lo juega la escuela.

En el caso de Bolívar su personalidad será
moldeada por otros factores, que en sustitución de sus
fallecidos padres, jugarían un rol protagónico en
su vida. Tal es el caso de la negra esclava Hipólita la
que se encargó hasta de amamantarlo en los primeros meses
de vida. A esta mujer Bolívar siempre la recordaba con
gran cariño y de ella decía:

"… Hipólita es mi madre (…) su
leche ha alimentado mi vida y no he conocido otros padres que
ella…"
[2]

Es posible que inspirado en el amor que sentía
por ella, realizara una de las labores más hermosas de su
vida, darle la libertad a los esclavos, pues veía que en
aquella clase humilde, desposeída, y discriminada una
fuerza motriz indispensable para lograr la independencia de
América, por ser los esclavos los que se batían
como leones y no había fuerza capaz de vencerlos, pues
luchaban por su propia libertad, relacionado con la
abolición de la esclavitud planteó:

"…yo imploro la libertad absoluta de los
esclavos…"
[3]

Como ya habíamos planteado de la educación
del Bolívar se encargaría los mejores maestros de
la época, por ejemplo, Andrés Bello, poeta y
filósofo, pero el que más influyó en su vida
fue su gran maestro Simón Rodríguez, quien en
años atrás había servido de secretario al
abuelo de Bolívar, Don Feliciano de Palacios.

Simón Rodríguez, pese a su juventud era un
hombre moderno, con grandes conocimientos era un gran admirador
de los enciclopedistas franceses, particularmente e Rousseau,
cuya obra "Emilio" , libro que propagaba nuevos métodos de
educación , el lo consideraba una suprema
revelación, estas ideas labrarían hondo en el
pensamiento del maestro y más tarde propondría la
enseñanza mixta de los niños y niñas,
también abogaba por l apretura de escuelas para los hijos
de los negros y mulatos.

Rodríguez era un profundo materialista, al punto
que su hermano era católico y entre ellos se
producía fervientes discusiones hasta llegar a romper
relaciones con él, El maestro quería hacer de
Bolívar un hombre parecido a "Emilio" a quién en el
libro se dota de todas las virtudes, casualmente Bolívar
al igual que "Emilio" era huérfano, rico, noble, fuerte y
sano.

Rodríguez se instaló junto a
Bolívar en la finca San Mateo, allí en madrugadas
muy frías, se despertaban para darse baños en los
ríos y correr por las madreras. La caza y el galope en
caballos semisalvajes eran otra de las diversiones. El joven
mantuano adquirió gracias a su segundo padre, temple
físico, se hizo caminante incansable y magnífico
jinete, además de excelente nadador.

El consejo nunca
olvidado

La Revolución Francesa fue objeto de
conversaciones entre Simón Rodríguez y su
discípulo, siguiendo la trayectoria histórica de
aquel hecho y marcando el camino que debían
seguir.

Rodríguez le engendró a Bolívar el
amor a su patria grande, América y sobre esta
expresaba:

"Cuando pienso abandonar América me ocurre lo
del enamorado que ha peleado con su amante, se aleja con una
falsa sonrisa, jurando que ya no quiere saber de ella (…)
se aleja con pies de plomo, esperando que ella le llame, seguro
de que a cada paso lo llamará…"

[4]

Estas palabras demuestran, que el llamado de la patria
para Rodríguez, era algo más que un compromiso
americano, era un sentimiento que salía de sus
entrañas y que trasmitió a su
discípulo.

No escaparía el momento de que el maestro
incitara al su pupilo a luchar por la independencia de la patria
grande oprimida durante siglos por el dominio español,
lamentablemente preceptor y discípulo tuvieron que
separarse, pero fue producto a un hecho que demuestra el amor que
sentía Rodríguez por la libertad. Dada la
repercusión de la Revolución Francesa se formaban
Logias con carácter secreto sus sesiones, en las que se
exhortaba al pueblo a seguir el ejemplo de los
franceses.

Esto se realizaba en países como España y
Haití, donde motivados por la Declaración de
Derechos del Hombre y del Ciudadano Francés, en el que
proclamaban que todos los hombres nacían libres y en
igualdad de derechos, de esta manera estallaría la primera
revolución de esclavos en América exigiendo justas
demandas, encabezada esta por Toussaint Louverture.

Venezuela no quedaba alejada de esta influencia,
allí Rodríguez dirigió un grupo de
partidarios de la Revolución Francesa la que fue delatada,
esto lo obligaba una vez descubierto a abandonar el país;
Al morir Bolívar, Simón Rodríguez
viajó a Chile donde fundó una fábrica de
velas, escribió en recordación a su gran amigo, un
artículo titulado "El Libertador de Suramérica y
sus compañeros de armas defendido por un amigo de la causa
social".

En este sentido compartimos la opinión del
escritor Lavretski, cuando plantea en su libro "Simón
Bolívar" que las ideas de Simón Rodríguez
empaparon el ideal democrático de Bolívar pero
además consideramos que su proyección
axiológica permitió hacer despertar en el
Libertador ese ideal independentista con el que había
nacido.

La tragedia
amorosa

Como todo hombre, Bolívar siempre tuvo
interés de casarse, irse por lo tanto a vivir con el
Marqués de Ustáriz le trajo esta alegría,
pues allí conoció a la que sería más
tarde su esposa, María Teresa del Toro, hija única
del noble mantuano Bernardo Rodríguez del Toro, la joven
contaba con 18 años y Bolívar con 16. Al contraer
nupcias viajaron a Caracas, pero al parecer el clima venezolano
le dañaba, pues siempre se mantuvo indispuesta.

La fiebre Amarilla invadió Caracas y la joven
cayó gravemente enferma, y más tarde murió
en brazos de su esposo, sólo duró el efímero
matrimonio 6 meses y a partir de aquel momento Bolívar
juró no volverse a casar.

Mucho tiempo después de morir su esposa
expresó:

"Si no hubiera enviudado quizás mi vida
hubiera sido otra cosa. No sería el General
Bolívar, ni el Libertador (…) no me habrían
nacido las ideas que adquirí en mis viajes y en
América. No hubiera formado aquella experiencia, ni hecho
aquel estudio del mundo, de los hombres y de las cosas, que tanto
me han servido en el curso de mi carrera política
(…) ya entonces iba tomando algún interés
por los asuntos políticos. La política me
atraía y seguía sus variados
moviemientos"[5]

Aunque Bolívar plantea que de no haber enviudado,
su vida hubiera sido diferente, a nuestro modo de ver
consideramos, atendiendo a la ley sociológica y
filosófica del papel de las personalidades en la historia
y analizando el momento histórico que le tocó
vivir, entendemos que a él, le correspondía
desempeñar el rol protagónico del Libertador de
América, sin ánimos de fanatismo, ni
marmolización de esta figura.

"Ruptura" de una
promesa de amor

Hay determinados autores como J. B Treno que cuestionan
la figura de Bolívar por tener nuevas relaciones amorosas
y no cumplir con la promesa hecha a Teresa en su lecho de muerte.
Nosotros como investigadores al fin, respetamos ese criterio pero
tomamos un partido contrario al suyo. Para ello realizamos un
análisis que queremos compartir con los
lectores.

Partimos de la edad que tenía Bolívar al
casarse, 16 años, una etapa difícil, plena
adolescencia, donde se tiende a la idealización de las
persona que se quieren y se tiende a confundir los sentimientos,
no negamos que bolívar a su esposa para hacer tal promesa,
sin embargo entendemos que la promesa se hace al calor del
momento del dolor ante la pérdida, en el tiempo que
duró el matrimonio Teresa mujer 2 años mayor que
Bolívar, supo darle al joven provinciano, el cariño
y el amor que el necesitaba desde hacía tiempo, no era
difícil imaginar que ante la pérdida tan lamentable
para él, se hiciera tal promesa, sin embargo el tiempo se
encargaría de curar la herida de la pérdida de su
primera esposa.

Ahora analicemos otro punto de vista, desde el punto de
vista jurídico, Bolívar no incumplió nunca
su promesa, pero además con el paso de los años
biológicamente el hombre como ser social necesita
interactuar con el otro sexo, y buscar ciertas satisfacciones, al
cabo de los años aquel amor de adolescentes se fue
aliviando, pues ya eran otras las prioridades, las condiciones,
las personas, la forma de pensar y físicamente
Bolívar era diferente. No podemos negar que aquel hombre
hostigado por noches enteras bajo la lluvia y otras adversidades
del terreno, esperando el encuentro con el enemigo, tenía
que buscar y sentir los placeres que por derecho natural le son
confereridos, en brazos de una mujer.

La Bella
Manuela

Muchos fueron los romances que tuvo el libertador; pero
como se ha planteado, detrás de un gran hombre, siempre
hay una gran mujer, y este papel lo va desempeñar en su
vida Manuela Sáenz, nacida en Quito, hija ilegítima
de Don Simón Sáenz y María Aexpuri, familia
muy acaudalada. Manuela era una mujer muy liberal: montaba a
horcajadas a caballo, odiaba las joyas y le gustaba usar roas de
varón, era muy bella, odiaba las mujeres sumisas, y le
gustaba la política elemento que presentaba restricciones
en esa época para las mujeres.

Su temperamento, la hacía sostener en momentos
acaloradas discusiones sobre España, lo que alarmó
a su madre y valoran la idea de enviarla a un convento,
allí aprendió a fumar y hasta se logró
escapar un día con un soldado español, de aquella
aventura no se obtuvo nada, solo discrepancias en torno
España, ante aquella actitud presentada la madre decide
casarla de inmediato con un médico inglés llamado
James Thornes, al que Manuela se negaba a amar, el médico
partió a Lima con su joven esposa, y allá en la
bella ciudad de las flores, Manuela se destacó
rápidamente por su hermosura e inteligencia,
conoció y estimó a la revolucionaria Rosita
Campuzano, que fue la única mujer que logró
ablandar el corazón del general San Martín, Junto a
Rosita, Manuela fomentó aún más el
sentimiento independentista y recibió de las manos de San
Martín la "Orden del Sol".

Un día llegó justo a tiempo a Quito,
cuando se le recibía a Bolívar, fueron presentados
por un amigo poeta y quedaron locamente enamorados, las
cualidades positivas que se iban descubriendo mutuamente hizo que
naciera un gran amor, elemento que constituyó el segundo
gran escándalo para la bella Manuela, ella por su parte no
quiso volver más al lado de su esposo que ya había
comenzado a persuadirla de su regreso mediante sendas cartas,
ella respondiendo escuetamente, escribió
así:

"hagamos una cosa, en el cielo nos volvemos a casar;
pero en la tierra estoy amando a otro"

[6]

Bolívar y Manuela vivieron unos cuantos
años juntos en Villa Magdalena, Lima, Perú, se
estima que fue la única vez que Bolívar
disfrutó de la paz de un hogar, de la comprensión y
de la compañía una mujer amada.

Esta mujer lo acompañó en sus
campañas como un soldado más, compartiendo los
peligros de la guerra, convirtiéndose en su mujer amada,
hembra deseada, compañera y amiga.

El 17 de diciembre de 1830, al morir Bolívar sus
enemigos la obligaron a salir de Bogotá, hasta Jamaica.
Allí vivió muchos años, quedó
inválida y sobrevivió vendiendo conservas de
frutas, antes había renunciado a la fortuna que su antiguo
esposo le había dejado, en sus años de
postración se dedicó a recoger perros vagabundos y
ponerles el nombre de los hombres que habían traicionado a
Bolívar: Páez, Santander,
Córdova.

Ene año 1859, muere producto a una difteria
(Infección en la garganta), antes había recibido la
visita del maestro y padre de Bolívar, Simón
Rodríguez, mostrando a este su única riqueza; un
cofrecito donde guardaba cuidadosamente las cartas de
Bolívar. Al morir su casa fue fumigada y el cofre de
cartas se perdió, por eso en la historia han quedado pocos
documentos históricos, de esta hermosa y patriótica
relación. También cuidó huérfanos los
que bautizaba con el nombre de simón, su cadáver
fue a parar a una fosa común, algunos biógrafos
reaccionarios han querido quitarle su parte de gloria y de
heroísmo a esta mujer, pero afortunadamente hay algunos
como Mary Ruiz de Zárate, que a través de un
estudio objetivo de su vida ha demostrado el verdadero valor de
aquella mujer que sembró el árbol del ejemplo de
las mujeres americanas.

A modo de
conclusión

Con la redacción de este artículo solo
pretendemos una aproximación a la figura de Simón
Bolívar, en tanto que revelamos elementos que refieren
como hombre común, a fin de acercar a estos héroes
a una realidad más próxima de nuestros estudiantes,
en este sentido nos hacemos portavoces de que mucho se ha hablado
en estos tiempos de contemporaneidad de revolucionar la
enseñanza de la Historia, sin embargo entendemos que la
citada revolución de dicha enseñanza debe centrarse
en no enseñar hechos, sino ideas, estructuras de
pensamiento, modos de pensar a partir de modos de
actuación profesional, para con los mismos estudiar e
interpretar los hechos. En la medida en que los nuevos estudios
históricos se adentran en temáticas menos
abordadas, pero necesarias para tener una percepción real
del devenir histórico universal y nacional, la escuela se
ha visto favorecida para utilizar todo el material
histórico disponible en función de revolucionar la
enseñanza de la Historia, es por ello que mediante la
personalidad de Bolívar proponemos un análisis
axiológico desde la perspectiva de hombre
común.

Bibliografía

FERNÁNDEZ, TONY.: "Simón
Bolívar
". En Revista Bohemia, No. 33, La Habana,
agosto. 1973

FRANK, WUALDO.: "Bolívar nacimiento de un
mundo
", Editorial Huracán, La Habana,
1974.

GREGULEVICH, José: "Simón
Bolívar: El Libertador
", En Casas de las
Américas. La Habana. 1983.

MARTÍ, JOSÉ.: "Los tres
Héroes
". En Libro La Edad de Oro, Editorial
Pueblo y Educación, La Habana. 1997.

LAVRESKI, I: "Simón Bolívar".
Editorial Progreso, Moscú. 1982.

PACHECO, MARÍA CARIDAD.: "Simón
Bolívar
". En Revista Bohemia, No. 39, La Habana,
octubre. 1993.

PIVIDAL, FRANCISCO.: "Simón
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". Editorial Casa de las Américas. La
Habana. 1989.

SUÁREZ, MARILIS.: "El libertador y su
pueblo
". En Revista Mujeres, No. 7, La Habana, julio.
1975

TRENO, J. B.: "Las mocedades de
Bolívar
". En Cuaderno Americano, No. 15,
México. 1974.

ZALAMEA, JORGE.: "Infancia y adolescencia de
Simón Bolívar
". Editorial Biblioteca Ayacucho.
Venezuela. 1983

 

 

Autor:

Lic. Elisa Pérez
Escobar.

PROFESORA ASISTENTE

Lic. Yonier Bernal
Velázquez.

PROFESOR INSTRUCTOR.

[1] Llamados así porque las mujeres
tenían derecho a usar unas mantas largas.

[2] LAVRESKI, I: Simón Bolívar.
Ed. Progreso, Moscú. 1982. p.16

[3] GREGULEVICH, José: Simón
Bolívar: El Libertador, En Casas de las Américas.
La Habana. 1983. p. 39

[4] GREGULEVICH, José: Simón
Bolívar: El Libertador, En Casas de las Américas.
La Habana. 1983. p. 28

[5] Frank, Wualdo.: Bolívar nacimiento
de un mundo, Editorial Huracán, La Habana, 1974. p.
82

[6] LAVRESKI, I: Simón Bolívar.
Ed. Progreso, Moscú. 1982. p.73

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