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Autoestima



  1. Introducción
  2. Autoestima
  3. Como
    se forma el Autoestima
  4. Por
    qué necesitamos Autoestima
  5. Fundamentos de la Autoestima
  6. Grado
    de Autoestima
  7. Conclusiones
  8. Bibliografía

Introducción

Toda persona tiene en su interior
sentimientos, que según su personalidad puede
manifestarlos de diferentes maneras. Muchas veces estas
manifestaciones dependen de otros factores, según el lugar
físico, sentimental y emocional, éstos pueden
influir positiva o negativamente en la formación de la
persona o sea en la Autoestima.

Este tema lo desarrollaremos debido a que estamos en una etapa
en la cual intentamos definir nuestra personalidad, tomando
diferentes modelos ya que nos relacionamos en distintos
ámbitos. A demás nos interesó ya que era un
tema en el cual teníamos escasos conocimientos. Esto nos
motivó a investigar a fondo el tema ya que lo consideramos
importante para el desarrollo y
la constitución de una buena vida.

El objetivo de esta investigación
científica, es responder a nuestras dudas planteadas
como hipótesis:¿Qué síntomas
manifiestan las personas que sufren un desfasaje en su
autoestima? ¿Cuáles son los factores que influyen
en la persona que haces que exista este desfasaje?
¿Cómo ayudar a la persona que posee baja
autoestima?.

Esperamos cumplir con nuestros objetivos y con las
expectativas del trabajo, obteniendo un buen resultado del
mismo.

Autoestima

La autoestima es un
conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones,
sentimientos y tendencias de comportamiento dirigidas hacia
nosotros mismos, hacia nuestra manera de ser y de comportarnos, y
hacia los rasgos de nuestro cuerpo y nuestro carácter. En
resumen, es la percepción evaluativa de uno
mismo.

La importancia de la autoestima estriba en que concierne
a nuestro ser, a nuestra manera de ser y al sentido de nuestra
valía personal. Por lo tanto, no puede menos de afectar a
nuestra manera de estar y actuar en el mundo y de relacionarnos
con los demás. Nada en nuestra manera de pensar, de
sentir, de decidir y de actuar escapa a la influencia de la
autoestima.

Abraham Maslow, en su jerarquía de las necesidades
humanas, describe la necesidad de aprecio, que se divide en dos
aspectos, el aprecio que se tiene uno mismo (amor propio,
confianza, pericia, suficiencia, etc.), y el respeto y
estimación que se recibe de otras personas
(reconocimiento, aceptación, etc.). La expresión de
aprecio más sana según Maslow es la que se
manifiesta «en el respeto que le merecemos a otros,
más que el renombre, la celebridad y la
adulación».

En virtud de este razonamiento, incluso los seres humanos
más viles merecen un trato humano y considerado. Esta
actitud, no obstante, no busca entrar en conflicto con los
mecanismos que la sociedad tenga a su
disposición para evitar que unos individuos causen
daño a otros—sea del tipo que
sea—.

Desde el punto de vista del psicoanálisis, radicalmente
opuesto, la autoestima está relacionada con el desarrollo
del ego; por otro lado, el conductismo se centra en
conceptos tales como «estímulo»,
«respuesta», «refuerzo»,
«aprendizaje», con lo cual el
concepto holístico de autoestima no tiene
sentido. La autoestima es además un concepto que ha
traspasado frecuentemente el ámbito
exclusivamente científico para formar parte del
lenguaje popular. El budismo considera
al ego una ilusión de la mente, de tal modo
que la autoestima, e incluso el alma, son también
ilusiones.

Como se forma el
Autoestima

Desde el momento mismo en que somos concebidos,
cuando el vínculo entre nuestros padres se consuma y
las células sexuales masculina y femenina se
funden para originarnos, ya comienza la carga de mensajes que
recibimos, primero de manera energética y luego
psicológica.

Debido a que los pensamientos y emociones son
manifestaciones de energía y en el organismo se presentan
en forma de reacciones eléctricas y químicas, cada
vez que una mujer embarazada piensa o siente algo con
respecto al niño en formación,
su cerebro produce una serie de químicos que se
esparcen por todo su cuerpo y que la criatura recibe y graba en
su naciente sistema nervioso, sin tener la suficiente
consciencia como para comprender o rechazar lo que recibe a
través de un lenguaje químico
intraorgánico.

El hecho de que alguno de los progenitores, por ejemplo, asuma
como un problema la llegada del niño, es captado por
éste emocionalmente, y su efecto formará parte
del archivo inconsciente del pequeño y
tendrá repercusiones más adelante, cuando reaccione
de diferentes formas y no logre comprender las causas generadoras
de sus conflictos. Igualmente, cuando ya se ha producido el
alumbramiento, todo estímulo externo influirá en el
recién nacido y le irá creando una impresión
emocional que influirá sus comportamientos futuros. Los
padres y otras figuras de autoridad, serán piezas
claves para el desarrollo de la Autoestima del niño, quien
dependiendo de los mensajes recibidos, reflejará como
espejo lo que piensan de él y se asumirá como un
ser apto, sano, atractivo, inteligente, valioso, capaz, digno,
respetado, amado y apoyado o, por el contrario, como alguien
enfermo, feo, ignorante, desvalorizado, incapaz, indigno,
irrespetado, odiado y abandonado. La forma como nos tratan define
la forma como nos trataremos, porque esa es la que consideraremos
como la más normal.

Por qué
necesitamos Autoestima

La relación
social, generalmente signada por cambios rápidos y
frecuentes, y por una elevada competitividad, nos obliga a
permanentes readaptaciones. En ciertas circunstancias, nuestro
sentido de valor personal y de confianza en las
propias capacidades pueden verse afectados y hacernos creer que
vivimos a merced de las contingencias. En esos momentos la
confusión, la impotencia y la frustración
producidas por el no logro, nos lleva a dudar de
nuestro poder creador, de la capacidad natural de
restablecernos, y es entonces cuando optamos por crear y a veces
sostener conductas autodestructivas, lejanas al bienestar
generado por la Autoestima, es decir, por la consciencia, el amor
incondicional y la confianza en uno mismo. Los seres humanos,
somos "la única especie capaz de traicionar y actuar
contra nuestros medios de supervivencia".
En estado de desequilibrio, el hombre opta
por manejarse de formas diversas aunque nocivas y elige,
generalmente, los siguientes caminos:

NEGACIÓN.

La impotencia induce un bloqueo perceptivo, un
autoengaño severo basado en el miedo al dolor. El adicto
que asegura no tener adicción, es una muestra de
este mecanismo.

EVASIÓN.

Aquí la estrategia es hacer todo lo que
nos impida ver la situación a la cara. Se conoce su
presencia pero se teme enfrentarla y se pospone. La
diversión compulsiva es una forma de evasión
bastante común.

ENFERMEDAD.

Aunque cualquiera de las manifestaciones anteriores
conduce, si se prolongan, a estados de desequilibrio
orgánico, en ocasiones se toma el camino corto y la
reacción a la frustración es violenta, y se
manifiesta en forma de enfermedad.

Todos estos modos de reacción, de manejo
inadecuado de la energía interior, reflejan ausencia de
Autoestima, de conciencia de la capacidad para
responder creativamente a las circunstancias.

Fundamentos de la
Autoestima

La capacidad de desarrollar
una confianza y
un respeto saludables por uno mismo [y por los
demás] es propia de la naturaleza de los seres
humanos, ya que el sólo hecho de
poder pensar constituye la base de su suficiencia, y el
único hecho de estar vivos es la base de su derecho a
esforzarse por conseguir felicidad. Así pues, el
estado natural del ser humano debería corresponder a
una autoestima alta. Sin embargo, la realidad es que existen
muchas personas que, lo reconozcan o no, lo admitan o no, tienen
un nivel de autoestima inferior al teóricamente
natural.4

Ello se debe a que, a lo largo del desarrollo, y a lo
largo de la vida en sí, las personas tienden a
apartarse de la auto conceptualización [y
conceptualización] positivas, o bien a no acercarse nunca
a ellas. Los motivos por los que esto ocurre son diversos, y
pueden encontrarse en la influencia negativa de otras personas,
en un autocastigo por haber faltado a
los valores propios [o a los valores de su grupo
social], o en un déficit de comprensión o
de compasión por las acciones que uno
realiza4 [y, por extensión, de las acciones que
realizan los demás].

Grado de
Autoestima

Tener una autoestima
alta 
equivale a sentirse confiadamente apto para la
vida, o, usando los términos de la definición
inicial, sentirse capaz y valioso; o sentirse acertado como
persona.4

Tener una baja
autoestima 
es cuando la persona no se siente en
disposición para la vida; sentirse equivocado como
persona.4

Tener un término medio de
autoestima 
es oscilar entre los dos estados anteriores,
es decir, sentirse apto e inútil, acertado y equivocado
como persona, y manifestar estas incongruencias en
la conducta —actuar, unas veces, con sensatez,
otras, con irreflexión, reforzando, así,
la inseguridad.

En la práctica, y según la
experiencia de Nathaniel Branden, todas las personas son
capaces de desarrollar la autoestima positiva, al tiempo que
nadie presenta una autoestima totalmente sin desarrollar. Cuanto
más flexible es la persona, tanto mejor resiste todo
aquello que, de otra forma, la haría caer en la derrota o
la desesperación.

Conclusiones

La Autoestima se forma desde la
gestación, durante el período prenatal y en los
años que siguen el nacimiento del niño, quien
aprenderá, de acuerdo con lo que perciba en su entorno, si
es apto para lograr objetivos y ser feliz, o si debe resignarse a
ser común; uno más en una sociedad en la que
vivirá posiblemente resentido, ansioso y funcionando muy
por debajo de su verdadera capacidad. Los niveles de salud,
éxito económico y calidad de relaciones,
están frecuentemente relacionadas con una Autoestima
fuerte. El desequilibrio, el caos en estas áreas, se puede
vincular a una baja, débil o escasamente desarrollada
autoestima.

La Autoestima es un recurso
psicológico que permite que las personas se orienten hacia
el bienestar y no hacia la autodestrucción. Sin embargo de
manera automática y poco consciente, acostumbramos
desarrollar comportamientos que afectan y reducen de manera
significativa nuestra calidad de vida.

Envidiar, criticar, maltratar, celar,
quejarse, negarse a aceptar las cosas como son, evitar los
cambios necesarios, trabajar compulsivamente, fumar o beber en
exceso y actuar tímidamente o con apatía, entre
otras conductas frecuentes, revelan desamor por uno mismo,
pérdida del equilibrio de la mente y del cuerpo y, por
consiguiente, la urgente necesidad de restablecer la Autoestima,
que es la pieza clave para todo tipo de relación en
nuestras vidas: paternal, amorosa, de trabajo o simplemente
social.

Bibliografía

http://www.monografias.com/trabajos5/autoest/autoest#

http://es.wikipedia.org/wiki/Autoestima

 

 

Autor:

Raffaele Antonio Fischietti
Benavente

República Bolivariana de
Venezuela

Ministerio Del Poder Popular Para La
Educación

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