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Cultura de Paz




    Cultura de paz – Monografias.com

    Cultura de paz

    A quien corresponda:

    La docencia no solamente es para impartir conocimientos,
    despertar talentos y hacernos a destrezas; también, ha de
    servir; para promocionar la verdad, las virtudes y las buenas
    actitudes, un ser humano virtuoso; es verídico en todas
    las circunstancias, recto en pensamiento, en palabra, en obra;
    además, es susceptible de ser imitado por sus actitudes
    siempre decorosas.

    La propuesta de educación para la paz y la
    resolución de conflictos que pongo a consideración,
    es un espacio para la reflexión, para el entendimiento, el
    sano razonamiento, para la modificación individual, para
    el intercambio y la difusión de prácticas de
    educación que nos permitan descubrir la responsabilidad
    que tenemos todos "educandos y educadores" frente al
    conflicto y el malestar que vivimos los colombianos, sin pasar
    por alto que existe la educación en voluntad y esta
    modalidad es la que nos falta a los colombianos y se evidencia
    cuando hacemos las cosas porque nos corresponde hacerlas, y no
    porque nos emerge de la voluntad propia, por solidaridad, por
    respeto al otro, porque lo encontramos valioso, importante, sano,
    elegante, saludable para el equilibrio personal y social,
    académico, familiar. Nuestras actitudes muchas veces son
    desobligantes, nos convertimos en bombas psicosociales y
    explotamos donde sea, y frente a quien sea, estas actitudes se
    evidencian cuando no solo no sabemos responder a un
    requerimiento, a un llamado de atención, a una solicitud,
    a un acuerdo, a una toma de dediciones adecuadas objetivas
    concertadas; donde se tenga en cuenta los intereses de los
    demás, esto en parte se debe a que no hemos sido formados
    o no hemos optado por reconocer al otro como interlocutor
    válido.

    La educación y la formación actual, han de
    estar soportando juicios y definiciones nuevas, el otro es una
    realidad importante, es una realidad trascendente, es otro yo,
    hoy día no podemos decir, (el o yo), debemos empezar a
    decir, (el y yo), tal cual.

    Otro de los aspectos que me parecen relevante en esta
    propuesta es aprender a reconocernos generadores de conflicto;
    todos indistintamente somos generadores de conflicto, en la
    familia, en la empresa, en la universidad, en la sociedad, etc.,
    la mayoría de nuestras actitudes son irresponsables,
    grotescas, agresivas, salidas de normas y además
    respondemos groseramente es que yo soy así, y punto; esta
    frase es un explosivo psicosocial (imagina un escenario donde dos
    entidades con esos presupuestos se encuentre, solo imagina el
    grado de intransigencia y si quieres mas realismo trágico,
    dales armas y dinamita)

    Para lograr una cultura de paz, debemos todos empezar a
    vernos como generadores de conflicto y decir con honradez y con
    genuino interés en Colombia; yo también soy
    responsable de lo que pasa en mi país, yo también
    soy responsable del conflicto, lo que pasa en Colombia, es
    responsabilidad de los colombianos y también yo soy un
    colombiano; quien tiene una gran responsabilidad con el
    país y con sus instituciones.

    Debemos reflexionar en torno al papel de víctimas
    que en muchos casos asumimos sin serlo, para a si obrar en
    consecuencia y legitimar los actos y las conductas propias siendo
    estas de cualquier naturaleza, (me hicieron, me dijeron, me
    insultaron, me quitaron, me irrespetaron, ¿y tú que
    existe para motivar esa conducta en los otros? También es
    muy importante hablar de lo que le hacemos a los demás,
    tal cual) la reflexión, debe ir más allá del
    reconocimiento de los hechos; se debe entrar en
    disposición de trasformar las actitudes y las realidades
    haciendo modificaciones individuales para asumir las
    responsabilidades pertinentes, no es el otro quien debe
    modificar, soy yo quien debo asumir el reto de transformarme para
    transformar la realidad que me asiste; debemos entender que no
    saldremos de la problemática y de las crisis si no
    asumimos el reto de transformar nuestras actitudes individuales,
    lo que yo hago cuenta y causa un impacto, yo elijo que impacto
    causar, tal cual.

    Todos debemos ser gestores de la educación para
    la paz; debido en parte a que, (todos enseñamos; incluso
    lo que no se debe hacer, ten cuidado con lo que enseñas) y
    hemos de tener en cuenta todos los aspectos que puedan mal formar
    las relaciones, las cuales se convierten en estados desobligantes
    permanentes, constituyéndose estos las mas de las veces
    en, formas "normales" de relación, las relaciones que no
    sean soportadas por una axiología aceptada socialmente, se
    colapsan y se pervierte; dando origen a malestares mayores, las
    sociedades se corrompen; cuando se corrompen los idearios de sus
    ciudadanos y cada uno opta por una axiología individual o
    una ética particular; y si, en base a esto se proponen
    metas, no queda mucho que escoger.

    La aceptación del otro es una realidad
    imperativa. El otro merece todo lo que yo merezco y
    además, son muy valiosos sus puntos de vista y sus
    reflexiones; debemos modificar las actitudes, las expresiones y
    los comportamientos que subvaloran y descalifican a otras
    personas. Si tenemos prejuicios de fondo y estigmas que parten de
    suponer que la identidad cultural y la forma de actuar propia es
    la auténtica y debe ser universal, debemos entender que
    estas expresiones y comportamientos son extremos y van
    acompañados de odio y agresión a personas que
    (consideramos) disminuidas e igualmente a grupos sociales
    marginados, pensar que lo mío, es lo verdaderamente
    importante es el gran error que cometemos a diario; aprendamos a
    decir, lo demás también es importante y valioso
    igualmente.

    La intolerancia, es uno de los grandes retos que la
    humanidad debe asumir; en estos comienzos siglo, es un problema
    social, académico, ético y político e
    individual, formado por elementos muy diversos como pueden ser
    (estructurales, económicos, ideológicos,
    culturales, psicosociales, religiosos, sexuales,
    ecológicos, éticos, bioéticos,
    psicobioeticos, morales, etc., etc.) no al rechazo, si al
    acercamiento entre los grupos humanos, todos somos de los mismos,
    somos todos hermanos de especié, que saber esto; nos
    basté para reconocer a los otros como iguales, es
    importante, creer en el valor supremo del individuo, en su
    derecho a la vida, a la libertad y a la felicidad como finalidad
    ultima, y apelando a la ética utilitarista; es importante
    buscar el mayor beneficio para el mayor numero de
    personas.

    En la educación para la paz, se deben transformar
    los conflictos, reconociendo sus orígenes, reconociendo
    que las manifestaciones de hechos violentos y las demás
    dimensiones de la violencia, son una respuesta equivocada al
    conflicto y las problemáticas y son la base, o son los
    motivos por los cuales se violan los derechos humanos, los
    derechos de las gentes. Los hechos barbáricos han de ser
    reconocidos en su dimensión real y alejar toda posibilidad
    de venganza, parque la venganza solo prolonga las barbaries en el
    tiempo y la violencia pasa de generación a
    generación y eso precisamente es lo que nos mantiene en
    conflicto permanente, no dejare por herencia a mis hijos, ni a
    las futuras generaciones, (el odio, la venganza, el delito, el
    trafico, la guerra sucia, las desproporciones, la mentira y el
    engaño, esos mostros bajaran con migo al sepulcro) como
    ciudadano responsable y además en ejerció de buenas
    actitudes, entenderé que la paz, se debe construir todos
    los días en lo cotidiano, en la actitud de cada uno de
    nosotros, en el hogar, en la academia, en la calle, en el cine,
    en el transporte, en el parque, en el lenguaje y en todos los
    escenarios que elegimos para funcionar como individuos y como
    parte de una sociedad que ha superado dificultades y que sigue
    adelante a pesar de los hechos trágicos que la enlutan y
    ensangrientan.

    Hoy los colombianos deseamos un mejor país para
    nuestros hijos, pero también debemos entender que esta
    responsabilidad la asumimos todos. Las sociedades se transforman
    cuando se transforman sus ciudadanos, no podemos seguir esperando
    "salvadores" alguien que venga y transforme nuestra realidad,
    somos todos quienes debemos procurarnos un mejor mañana,
    tal cual; no sigamos sentados esperando lo que no se nos debe,
    hagamos algo, todos podemos poner y sumar voluntades. Amigo
    lector, usted donde se encuentre, puede hacer algo, desde su
    casa, desde su profesión u oficio, empiece por respetar a
    los suyos y rechace todo aquello que no sea decoroso; con esto,
    ya ha empezado a hacer un mejor país, no lo olvides tu
    también cuentas, quieres un mejor país; empieza por
    ser una mejor persona.

    La democracia es la mejor forma de gobierno; es donde un
    ciudadano ejercita o ejerce su ciudadanía, en la que es
    menester tener una formación política para entender
    las realidades del país y sus hechos, la democracia le
    permite al ciudadano y a la ciudadana conocer los instrumentos
    legales de defensa y los mecanismos de protección a que
    tiene derecho. Todo ciudadano es objeto de protección por
    parte del estado democrático y nadie puede vulnerar su
    humanidad en tanto esta este sujeta a normas; es decir, el
    ciudadano que vulnere los principios democráticos, que
    vulnere la humanidad ajena, ha de responder ante el estado y las
    leyes y ha de ser sancionado y penado.

    Los colombianos debemos definir cosas; desde que yo
    nací, el país ha estado dividido y no he encontrado
    ni descubierto, ningún supuesto opcional a la democracia
    que represente los intereses de la mayoría de los
    colombianos; yo me sumo a la democracia, si a los votos, no a las
    balas, si a la vida, no a las barbaries, y los colombianos
    sí que sabemos de esto, hemos sido testigos de escenas de
    barbarie nunca vistas; pero no nos pronunciamos, no hacemos nada
    y saben por qué; porque estamos anestesiados, abobados,
    porque la realidad delirante de la Colombia que amamos; no la
    asumimos en primera persona y saben, no es nada del otro mundo,
    empecemos a mirar un poco de para dentro de cada uno de nosotros;
    a lo mejor descubrimos que tenemos una cuota importante en el
    conflicto, solo piensa un poco en esto; tu puedes ser una mejor
    persona; el cambio empieza con migo y con tigo; se una mejor
    gente, se un mejor colombiano, rechace la violencia, no se haga
    cómplice del delito, denuncie, no se preste para
    engaños, no a la cultura del facilismo y del dinero
    fácil, si al esfuerzo, al trabajo, a la justicia, a la
    democracia, al estudio y a la capacitación; es con
    esfuerzo que las cosas se hacen valiosas y se convierten en
    tesoros, yo me sumo al esfuerzo, yo me sumo a lo decoroso, yo me
    sumo a la elegancia que hay en el buen diálogo, a los
    acuerdos, a la mano amiga de todos los colombianos, yo me sumo a
    la construcción de un mejor país; y me sumo a la
    esperanza en un mejor mañana y al esfuerzo de hombres y
    mujeres que luchan por defender nuestras instituciones y nuestra
    democracia e incluso dan la vida por los colombianos, es decoroso
    y además ético reconocerlo, gracias Colombia,
    gracias por darme esperanza y democracia.

    Todos los colombianos, tenemos la obligación de
    recordar y de explicar los hechos violentos; pero una cosa muy
    distinta es el sufrimiento que ocasiona esto, el sufrimiento de
    las victimas es inexplicable, y muchas veces ni los mismos
    afectados lo pueden hacer o definir, no pueden siquiera; poner en
    palabras lo que el hecho les causo. El sufrimiento provocado en
    las personas afectadas es total, perdurable, irreversible,
    radical y en muchos casos irreparable por su misma naturaleza, el
    sufrimiento en algunos casos anula el principio creativo de las
    personas y las hace proclives a desarrollar sufrimientos de orden
    existencial como lo es la depresión y el estrés
    postraumático; los hechos violentos, son atentados
    legítimos contra la especie, son actos humanos condenables
    y muchas veces no se pueden catalogar por sus índices de
    crueldad y de barbarie, los mostros que se producen en la
    sociedad, han de tener cuatro destinos, (la extradición,
    la prisión, la muerte o la reinserción), es decir;
    cada uno ha de elegir su destino o hemos; de elegir nuestro
    destino.

    No podemos hablar de sectores vulnerables como, los
    colombianos y colombianas que se dedican a la noble tarea del
    campo, los niños, las niñas, los que eligieron
    habitar la calle, los enfermos, los discapacitados, las
    minorías sexuales, las minorías étnicas, los
    que tienen otras ideas; porque todos somos vulnerables y somos
    afectados; esto es una realidad, latente; a todos nos afectan los
    desplazamientos, todos resultamos afectados con las masacres, a
    todos nos aterran y nos ofenden las bombas, a todos nos lastima y
    ofende saber que un ciudadano colombiano es declarado objetivo
    militar, a todos nos afecta la violencia y por eso todos debemos
    asumir la responsabilidad de transformarnos en mejores
    ciudadanos, debemos empezar todos a vernos y sentirnos
    responsables de todos; lo que pasa en cualquier parte del
    país me afecta a mí y a los míos. Colombia
    somos todos (San Andrés, Guajira, Ipiales, Leticia,
    Cúcuta, Villavicencio, Boyacá, Cundinamarca,
    Antioquia, Cartagena, La macarena, Armenia, Pereira, Manizales,
    Cali, Buenaventura, Popayán, Neiva, Florencia, en
    fin…), ¿y tú de dónde eres?, solo dilo
    y veras, que en ese lugar también se han afectado por la
    violencia. Pero se, que como yo; hay un numero enorme de
    colombianos que tenemos fe en el futuro y en nuestras
    instituciones, y hemos empezado a hacernos mejores
    ciudadanos.

    En Colombia se hace necesario trabajar en la
    consolidación de una propuesta incluyente, plural y
    democrática, la educación, desde la primaria ha de
    ser el mejor vehículo para enseñar y comprender;
    que necesitamos un país donde quepamos todos, un
    país al cual lo construimos entre todos y a cada uno de
    nosotros nos corresponde responder por lo que hacemos, la
    educación ha de soportar nuevas definiciones y nuevas
    interpretaciones, la paz, también es cuestión de
    educación, es compromiso de la academia, la
    educación para la paz ha de ser una asignatura imperativa
    y sobre todo en estos momentos en los cuales se avecinan oleadas
    de desmovilizaciones. Para ello es muy importante la
    articulación de la academia para desarrollar un trabajo
    profesional y así, sumar esfuerzos desde diferentes
    escenarios y espacios que permitan la construcción de una
    nueva conciencia ciudadana donde estemos todos incluidos,
    valorados, reconocidos, los profesionales que entregamos a la
    sociedad, deben conocer formas de resolución de conflictos
    y normas de convivencia; deben ser ciudadanos y ciudadanas
    habilitados para asumir el reto de mediar ante situaciones y
    hechos catastróficos de convivencia, para esto es
    indispensable disponer de una cátedra donde aprendan a
    desarrollar habilidades de mediadores.

    La educación y la formación no debe estar
    alejada de la educación para la convivencia y la paz;
    tenemos que educar en voluntad a nuestros ciudadanos, que no
    hagan las cosas por que les toca hacerlas, sino mas bien, por que
    les nace del interior hacerlas, que sea decoroso obrar bien, que
    sea decoroso saludar, que sea decoroso cuidar los espacios, que
    sea elegante hablar bien, que sea elegante ser honrado, que sea
    elegante ser cortes, que sea elegante decir la verdad, que sea
    elegante reconocer y respetar al otro yo, que sea decoroso y
    elegante planear los hijos, que no sean producto de la mentira y
    el engaño porque eso también, genera desconfianza
    resentimientos y violencia, que no sean un medio; si no, un fin
    en sí mismos, si formamos una familia en base a
    engaños, nuestro proyectos se colapsan, todo lo que se
    construye con mentiras, se derrumba por las verdades.

    El estado, la academia y los ciudadanos todos, nos
    debemos comprometer frente al abandono, frente a la injusticia
    social, frente a la difícil situación en materia de
    libertad, democracia y justicia; es decir, es una tarea que todos
    como componentes activos del tejido social debemos asumir. Nada
    nos ha de ser ajeno, todo lo que tenga que ver con mi país
    es prioritario, es ético, es honorable.

    Desde todos los escenarios se puede trabajar en bien del
    estado y de sus ciudadanos, vuelvo a repetir todos somos el mismo
    país y es mi deber y tu deber, transformarnos para
    transformarlo, es necesario "hacer saber" (producir
    conocimiento); no te olvides del sufrimiento extremo que se ha
    expresado en personas y familias concretas, las cuales han pasado
    y siguen pasando por momentos de dolor y sufrimiento extremo y
    además catastrófico, no desconozcamos este dolor,
    ellos y ellas, no están esperando que tu o yo, les
    resolvamos la vida, ellos y ellas, solo esperan que los
    reconozcamos, que no los olvidemos, que recordemos que los hechos
    violentos se produjeron en personas concretas, ¿quieres
    hacer algo por ellos y ellas?, es fácil, solo condena el
    hecho, y con eso estás haciendo bastante, no a la
    neutralidad, estos hechos de dolor; necesitan de nuestra
    solidaridad y de nuestra condena.

    Reconozcamos que la extensión de la violencia es
    multidireccional y afecta a personas que han estado de nuestro
    lado y también a personas que han estado en posiciones
    radicalmente opuestas, pero bueno es saber, que la violencia nos
    afecta y nos duele a todos, eso lo debemos tener claro, lo que no
    tenemos claro es, porque permitimos actos violentos, porque
    muchas veces nos ocasionamos daño, porque nos permitimos
    tanto dolor y tanto sufrimiento, porque permitimos las matanzas,
    porque permitimos el robo, porque permitimos las violaciones de
    los derechos y también de la carne, que nos pasa, cuando
    perdimos el norte, cuando permitimos sectorizarnos, cuando nos
    hicimos contrarios, de cuando acá somos enemigos, desde
    cuando nos bestialisamos, porque sin saber nada del otro ya se
    destila odio, porque permitimos actos vengativos, crueles,
    abyectos, corruptos, falsos, faltos de respeto por la dignidad
    humana, porque a algunos les cuesta tanto trabajo hablar bien del
    otro, porque permitimos que se nos mida, porque nos tazamos,
    porque nos sentimos diferentes; en fin…, has tu lista.
    Sabes por que pasan estas cosas en Colombia; porque, nosotros;
    los colombianos no nos pronunciamos, no condenamos los hechos,
    por que; parecemos un país sin memoria, un país
    anestesiado, por que no somos solidarios, es por eso; que
    permitimos todos estos actos desobligantes y abyectos.

    Es importante hablar de todo esto, abierta y
    francamente, sin problemas, sin miedos, sin hipocresía y
    sin prejuicios así hemos sido los colombianos, no nos
    llamemos a engaños, no nos torturemos con la crueldad de
    la indiferencia, seamos solidarios, desarrollemos entre todos la
    ética de la solidaridad; eso es lo que necesita nuestra
    sociedad, nuestro país, es bello, enorme, rico; un
    país que esta a la altura de cualquier otro, los que no
    estamos a la altura somos nosotros, tal cual.

    No nos victimicemos, no nos hagamos victimas de hechos
    directos cuando no lo somos, hagamos claridad; para clasificar a
    las víctimas directas, el criterio debe ser amplio y
    aplicarse a nivel individual, familiar, sin olvidar que hay
    hechos de violencia que afectan a la sociedad y por ende a la
    colectividad, pero que la victima directa es la que tiene un
    sufrimiento profundo, incomparable con la preocupación y
    el dolor colectivo que el hecho violento pueda ocasionar; esto lo
    digo por que la mayoría de las personas se victimiza y
    arremete sin respeto por el otro, alegando que cualquier
    incompatibilidad ya de hecho supone una agresión, por que
    los colombianos; tenemos la horrorosa costumbre de personalizar
    todo lo que nos pasa, y cualquier hecho aislado nos parece un
    ataque directo, reflexionemos sobre esto, y vamos a descubrir que
    peleamos por nada o por cosas verdaderamente sin importancia, la
    paz es desarmar el corazón y liberar la emoción de
    tensiones, bienvenida la gente que se alza en almas; y desde su
    interior, siembran para las futuras generaciones, bienvenida la
    reconciliación, bienvenida la paz, bienvenidos los hombre
    y las mujeres de buenas intenciones, bienvenidos aquellos y
    aquellas que se suman a un mejor país, a una mejor
    convivencia, a unos mejores acuerdos.

    Tengamos en cuenta que en la convivencia se deben
    expresar, los egos, los desacuerdos, los sueños, las
    necesidades, las incompatibilidades, los desencuentros, los
    resentimientos y las dificultades, los inconformismos, las
    experiencias, el dolor de duelos no resueltos, en fin…,
    pero no por eso; debemos perder el sentido de convivencia,
    tenemos que seguir concretando cosas, amistades, acuerdos,
    trabajos, cooperación, sueños, planes, bienestares,
    desarrollo sostenible, proyectos, en fin…, solo tenemos que
    ponernos de acuerdo en algunos mínimos; que nos permitan
    hacer una convivencia pacifica, respetuosa, armónica y
    ante todo una convivencia propia de seres racionales, no
    desconozcamos las necesidades individuales; todos las tenemos;
    pero tengamos en cuenta que hay necesidades que son colectivas y
    son esas las prioritarias, al menos hablando en este caso, en
    cuanto a acuerdos de convivencia.

    Tratemos de definir algunos lineamientos que nos
    podrían permitir vivir en paz y además con algo de
    decoro. Quiero en este punto hacer una claridad, cuando hablo de
    paz, no me refiero a esa paz sin conflicto, me refiero a la paz,
    donde prima la justicia y los acuerdos de convivencia, esto lo
    digo porque por naturaleza el ser humano es conflictivo, y
    siempre desea ser la diferencia, esta condición es un
    legitimo acto del hombre, la violencia de las armas, de las
    bombas, de los desacuerdos, de las masacres y demás y
    actos desobligantes; son actos horriblemente humanos; respeto
    desde luego; cualquier otra opinión o
    posición.

    Pongámonos de acuerdo en algo:

    (1) Debemos sentar las bases de una convivencia
    reconciliada, lograda esta desde la conciliación interna
    para luego pretender llegar a una conciliación externa,
    esto quiere decir que, debemos ponernos de acuerdo primero con
    nosotros mismos (que es lo que quiero o pretendo) para luego
    ponernos de acuerdo con los demás, algo así como
    empezar en casa, tal cual; mis pretensiones, no pueden ser
    imposiciones colectivas, entiéndase que todos contamos y
    el beneficio es para todos, lo individual corresponde al fuero
    interno; en muchas ocasiones ceder es ganar, a veces; adoptamos
    posiciones que corresponden solo con nuestra conflictiva
    interna.

    (2) Desarrollemos habilidades y destrezas para la
    prevención de conflictos destructivos, primero internos es
    decir propios del individuo, debemos preguntarnos, como soy yo,
    como soy con mi familia, con mis hijos, con mi pareja, con mis
    vecinos, con el entorno, con los demás ciudadanos, con las
    personas que trato, con mis compañeros y mis pares; es de
    esta forma, que nos ponemos de acuerdo con nosotros mismos, una
    mente en desacuerdo interno; no va mas allá de sus propias
    alucinaciones y delirios.

    (3) Entendamos que el compromiso con una cultura de la
    paz; ha de ser cotidiano, permanente, seré un buen
    referente, primero en casa y luego fuera de ella, hare que esto
    se convierta en hábito, para que luego sea una norma para
    mí; en este caso seré yo quien haga la diferencia,
    todo el tiempo estaré en disposición de rechazar
    actos violentos y denigrantes, primero en mi persona y
    después en la persona de los demás, la paz es, y ha
    de ser coherencia.

    (4) No olvidemos las barbaries no las condenemos al
    olvido (los hechos violentos no se deben olvidar, máxime
    cuando se involucran personas, y grupos humanos) no seamos
    indiferentes recordemos siempre, eso de alguna forma garantiza
    que no se vuelvan a repetir, no nos fallara la memoria, por
    nuestro país y por nuestros hermanos de especie; siempre
    condenaremos los actos violentos, llámense como se llamen,
    la condena a la violencia será un imperativo, será
    mi imperativo, no seré cómplice del delito con mi
    silencio.

    (5) Exigiré verdad, justicia y paz y
    estaré en condiciones de responder exactamente de la misma
    forma, (tengo derechos pero también tengo obligaciones) no
    me sentare a esperar lo que no se me debe, responderé por
    mis hechos, entenderé como imperativo que si quiero
    (verdad, justicia y paz), pues, como consecuencia lógica
    seré, (sincero, justo, y pacifico) con los demás
    miembros de la especie, es así de sencillo.

    (6) Trabajemos desde nuestras disciplinas en la
    búsqueda de socorro, de atención médica, de
    atención social y psicológica para todas las
    personas que lo requieran, apoyemos todas las causas que
    promocionen el bienestar y los talentos de nuestros hermanos de
    especie. En el ejercicio de nuestras profesiones nos
    desempeñaremos con talento benefactor; no haremos nada que
    perjudique económica, social, psicológica a ninguna
    persona. Promocionaremos el bienestar y la salud de los
    ciudadanos, seremos decorosos; entenderemos que se espera mucho
    de nosotros como profesionales y como ciudadanos educados en
    voluntad y en convivencia para la paz. La paz, la construimos
    entre todos, es decir; es mi responsabilidad y es tu
    responsabilidad.

    (7) Creeremos en el horror que produce una tragedia y
    las consecuencias que esto conlleva, respetaremos el dolor ajeno,
    entenderemos el dolor y no lo aumentaremos en estas personas ni
    en ninguna otra. Desde nuestra profesión si esta el
    atenderles, lo haremos con decoro y genuino interés, son
    nuestros hermanos de especie, entenderemos que cualquier
    daño a uno de ellos, es un daño a la espacie,
    debemos obligarnos a sentir dolor de especie y a verlos como lo
    que son, otro yo, (el compromiso es sencillo; no necesitamos ser
    un mesías, vasta nuestro genuino interés y nuestra
    voluntad)

    (8) Condenaremos desde todo punto de vista los actos
    violentos, no seremos agentes violentos, seremos conciliadores,
    pondremos en práctica actitudes de convivencia,
    solidaridad y resolución, promocionaremos los acuerdos
    entre las personas, permitiremos que cada uno exprese sus
    inconformidades y haga público sus desacuerdos,
    "libera a las personas de tenciones emocionales y ellas
    liberaran las armas"

    (9) Trabajaremos siempre por la paz, formando, educando,
    transformando comprometiéndonos desde nuestra
    profesión; cualquiera que esta sea en la
    consecución de un mejor país, y de un mejor
    mañana, no seremos cómplices de tratos inhumanos,
    no seremos cómplices de las blasfemias, no seremos
    cómplice del engaño ni de condición alguna
    que degrade la especie.

    (10) El "nunca mas" no nos será ajeno; no al
    pasado, no a los hechos dolorosos y crueles, no a las
    violaciones, no a la barbarie, no al secuestro, no a la tortura,
    no a las desapariciones, no a las bombas, nunca mas dolor, nunca
    mas barbarie, nunca mas desplazados, nunca mas ataques
    terroristas, nunca más mentira, nunca más
    infelicidad, nunca más monstruosidades, etc., etc.,
    etc.

    La educación para la paz también se puede
    desarrollar fuera del las aulas, mediante actos públicos,
    intervenciones terapéuticas, atención
    medico-psiquiátricas, actividades lúdicas y dialogo
    con las personas en las comunidades, en los barrios, en los
    pueblos, en las iglesias, es decir; escenarios hay muchos para
    hacerlo, solo falta tu compromiso; se un
    transformador.

    El compromiso con la cultura de la paz, no sólo
    debe ser de víctimas, victimarios y facilitadores; es
    también cuestión de la sociedad en general, es
    decir, es cuestión que a todos nos corresponde; merece la
    pena recordar que siempre estamos a la espera de que alguien, nos
    resuelva nuestro problemas, y no; este problema es de todos los
    colombianos; no es del presidente, no es del alcalde, no es del
    ejercito, no es de la policía; el compromiso con la
    cultura de la paz, es un proyecto que solo le corresponde a seis
    personas, (yo, tu, el, nosotros, vosotros y ellos), tal
    cual.

    Empecemos a pensar diferente:

    (1) Es necesario desarrollar formas diferentes de
    pensar, de sentir, de actuar, de interpretar (el sentido de
    pertenencia y fidelidad a la patria, el sentido de
    responsabilidad, la vida, la muerte, la pobreza objetiva y
    subjetiva, Dios, el sexo, la familia, los hijos, el ser, el
    estar, el deber, el trabajo, el estudio, lo social, el concepto
    de propiedad, de privacidad, de colectividad, la democracia, de
    existir, de hablar, de exigir, etc.), muchas veces tomamos
    decisiones con un garrote y resolvemos problemas con un
    revólver, (espero no parecer mentiroso y
    antipático)

    (2) Hay que partir de la paz interior; de esa paz
    positiva, que hace posible que el ser humano se desarrolle con
    todas sus capacidades y talentos; tenemos que trabajar nuestros
    afanes belicosos, nuestras manías y nuestros conflictos
    internos, te juro; no es nada del otro mundo, vasta con un poco
    de voluntad y ganas de crecer como sociedad, tu puedes y eres
    indispensable además.

    (3) Hay que narrar los hechos tal como sucedieron en
    verdad; no aumentar las cosas desagradables, hay que asumirlas
    como fueron en realidad; o de lo contrario, nunca podremos
    apropiarlas y mucho menos transformarlas, no juguemos a ser la
    victima cuando no lo somos en realidad, todo la que se construye
    con mentiras; se colapsa por las verdades.

    (4) Desvincular la relación entre conflicto
    interno emocional y conflicto generado por las relaciones
    interpersonales; es en este ultimo, donde encontramos diferentes
    variables, muchas veces hacemos de algo sin importancia un hecho
    verdaderamente violento o catastrófico, es ahí,
    donde encontramos el verdadero reto, la valoración
    objetiva de lo que nos pasa, es de hecho la mejor opción y
    es esto; lo que nos habilita para entrar en disposición de
    hacer la paz. Los conflictos se asumen desde métodos
    serenos, creativos y solidarios, las imposiciones solo acarrean
    resentimientos y rencores. Los resentimientos y los rencores, se
    constituyen en la piedra angular de la violencia, una persona
    rencorosa y resentida; es una bomba inteligente.

    Habilidades que hemos de desarrollar y tener en
    claro:

    (1) Nada justifica la violencia, nada ni nadie puede
    legitimar el terror

    (2) Las respuestas violentas; solo agravan el conflicto
    y muchas veces, lo prolongan en el tiempo.

    (3) Lo que logramos con métodos violentos,
    mentirosos y mañosos; sólo lo podemos mantener con
    los mismos métodos, el que imita al malvado siempre lo
    supera.

    (4) Debemos entender que el fin no justifica los medios,
    ningún ser humano ha de ser visto como medio, el ser
    humano es un fin en sí mismo.

    (5) Lo bien logrado, lo decoroso, lo cristalino;
    llevará en su fin la paz y la nobleza, estos actos
    constituyen el honor de los hombres y la grandeza de las naciones
    es así, como empiezan las grandes trasformaciones, las
    naciones se hacen grandes primero en el corazón de sus
    ciudadanos; y luego son las manos de estos ciudadanos, las que
    hacen y modelan la grandeza.

    Recordemos (a riesgo de parecer fatigoso), que en
    nuestra sociedad parece ser; que a menudo, quien obtiene
    más, es quien más grita, mas pega, mas falsifica
    pruebas, mas roba, mas difama y mas mata inclusive, vamos a
    terminar con eso, todos los colombianos vamos a denunciar al
    corrupto, al matón, al ladrón, al que amenaza, los
    colombianos no vamos a comer más cuento, de ahora en
    adelante en Colombia, pierden los corruptos, los mañosos,
    los mafiosos y todas esas entidades que justifican su existencia,
    matando secuestrando, torturando, traficando y mintiéndole
    al país y aun a los vecinos, no mas mostros de esos, todos
    con el gobierno, todos con lo que hemos construido como
    democracia; si a nuestras instituciones, si a nuestro
    ejército, si a nuestra policía, si a nuestros
    jueces, si a nuestros fiscales y si, a todas las instancias que
    soportan nuestra democracia y la dan forma a nuestra
    libertad.

    (6) No debemos satanizar a las personas, ni a los
    actores del conflicto, por que ellos son eso precisamente,
    personas, solo que eligieron otro régimen para justificar
    su existencia, es conveniente no etiquetar a las personas por sus
    comportamientos, recordemos el principio de dignidad que tenemos
    todos como sujetos de derechos; esto es notable para la salud del
    dialogo y el proceso de conciliación nacional a la cual
    nos veremos evocados prontamente, lo hecho; ya fue hecho, no
    esperemos la hora de la venganza; esperemos la hora de la
    justicia para el bienestar de todos los colombianos, yo me sumo a
    la conciliación, yo me sumo a la paz, yo me sumo al
    perdón, yo me sumo a un país mejor, yo me sumo a la
    desmovilización y a la entrega, yo me sumo a la paz .
    Debemos condenar los hechos de barbarie desde todo punto de
    vista, pero también, debemos; ser compresivos con la
    personas; es la hora de la justicia y que sea ella, la que juzgue
    los hechos.

    (7) El otro es una realidad importante; se que tenemos
    puntos de vista distintos; pero es trascendental como yo; es otro
    yo, al que hay que reconocer, hay que tener sensibilidad ante sus
    necesidades. Sus alegrías, tristezas y sus sueños
    muchas veces se parecen a los míos, le rinde honores a la
    misma bandera y también sueña con un país
    mejor, el y yo, somos lo mismo, no desconozcamos eso; no
    olvidemos por un solo momento que es un colombiano, un hermano de
    especie y tenemos que acogerlo, los colombianos tenemos que
    aprender a perdonar, y empezar a vivir, sin esa carga emocional
    delirante que se hace tan pesada con el paso del tiempo, ya
    estamos cansados de barbaries, empecemos a educarnos para la paz,
    eduquémonos en voluntad por nuestros hijos, por un
    país mejor, por un mejor mañana aún estamos
    a tiempo, pensemos en la generaciones de colombianos y
    colombianas que aun no nacen, dejémosles un país
    prospero, no un país en ruinas; que bueno que puedan vivir
    en paz estos ciudadanos y ciudadanas, bienvenidas las
    generaciones futuras, bienvenidos los niños y las
    niñas que tienen la gracia de transformarlo todo con su
    encanto, inocencia y sonrisa, bienvenida la paz que hay en la
    sonrisa genuina, en la mirada sincera, en los acuerdos, en la
    elegancia, en el decoro, en la mano amiga, en el respeto que
    merecemos todas las personas, en el interés por el
    país; y en las instituciones que soportan nuestra
    democracia; las cuales, garantizan nuestras libertades, en
    fin…

    (8) Descubramos entre todos lo que nos une y lo que nos
    estimula; no busquemos lo que nos separa; sino aquello que nos
    une, busquemos aquello que nos permita entender que somos de los
    mismos, que somos colombianos y colombianas, y que todos tenemos
    una gran responsabilidad con la paz nacional, con la
    conciliación, con el perdón; tememos un gran
    compromiso con todos; porque todos, somos responsables de todos,
    ningún ciudadano colombiano se puede sustraer a este
    compromiso; la transformación y la toma de conciencia, es
    el imperativo nacional actual, es así de
    simple.

    Ya para terminar:

    Es importante que no te declares neutral ante la
    violencia o los actos violentos; la educación para la paz,
    exige un (rechazo) claro y valiente ante los hechos violentos e
    intolerantes; recuerda, en este proceso tu también
    cuentas, y eres definitivo y definitiva, sin importar en que
    lugar del mundo estés, y cual sea tu ocupación,
    solo se necesita que seas decoroso, decorosa, honrado, honrada,
    colombiano o colombiana; que quiera un mejor país para sus
    hijos y sus hermanos de especie, todos los colombianos que hoy
    vivimos; tenemos un compromiso con los colombianos que aun no
    nacen, es así de fácil; y así de serio el
    compromiso.

    No quiero oír, (nunca mas), a un colombiano
    decir, (me siento feliz de estar vivo, en medio de tanto
    muerto)

    (Nunca mas, nunca mas, nunca mas)

    Dios salve a Colombia y a los colombianos.

    Seamos, siempre decorosos y firmes en lo justo; no
    seamos cómplices del delito con nuestro silencio, no
    aumentemos los hechos para lograr beneficios, seamos decorosos,
    honrados, veraces; pero sobretodo; mejores ciudadanos, ese es el
    verdadero reto.

    (Un gran abrazo) donde quiera que estés;
    colombiano o colombiana.

    Sinceramente

    BIBLIOGRAFIA

    (1) Palladito Connie D Ph. D. Como desarrollar la
    autoestima ED Iberoamericana S.A. de. CV. México
    1999.

    (2) Lafarga, J. Violencia y Efectos Psicológicos
    "Las dos caras de la agresividad: violencia y salud", Revista
    Psicología Iberoamericana, Vol. 3 1995.

    (3) Rogers, C. (1986), El Proceso de Convertirse en
    Persona, Buenos Aires, Piados.

    (4) Erich Fromm. Ética y psicoanálisis. ED
    Fondo de cultura económica breviarios Bogota Colombia
    1997.

    (5) Diccionario de pedagogía. Autor. Ander
    Ezequiel. ED. Magisterio del rió de la plata. 1999.
    Argentina. 2da edición.

    (6) Pedagogía y Saberes. Universidad
    Pedagógica Nacional Facultad de Educación. Revista
    No 16. Bogota, D.C., Colombia, 2001.

    (7) Vélez Correa Luís Alfonso.
    Ética medica. Interrogantes a cerca de al medicina, la
    vida y la muerte. ED. CPIB. Medellín Colombia.
    1996.

    (8) Si… ¡de acuerdo! Como negociar sin
    ceder. Autor. Roger Fisher, William Ury y Bruce Patton. ED. Norma
    2003 2da impresión. Colombia.

    (9) El poder adaptativo Autor. Hugo Edgar Ruiz Monroy.
    Publicado en: Sitio Buenas tareas. 2009 Bogota
    Colombia

    (10) Personalidad y mecanismos de defensa y o
    agresión. Autor. Hugo Edgar Ruiz Monroy. Publicado en:
    Sitio Buenas tareas. 2008 Bogota Colombia

     

     

    Autor:

    Hugo Edgar Ruiz Monroy

    Terapeuta Psicosocial

    Psicoterapeuta

    Eticista

    Bioeticista

    Docente

    Bogota Colombia

    Breviarios para un mejor entendimiento (HERM)

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