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Explotación indígena durante el desarrollo económico de las encomiendas de la región de Barquisimeto



Partes: 1, 2, 3

  1. Introducción
  2. Desde
    el principio de la conquista y la
    colonización
  3. Delimitación historiográfica de
    la región Barquisimeto durante los siglos XVII y
    XVII
  4. La
    encomienda y sus dimensiones política, social,
    económica y cultural
  5. Institucionalidad jurídica de la
    encomienda
  6. Las
    relaciones de producción en las formaciones
    económicas y sociales
  7. El
    trabajo
  8. Análisis de material documental sobre la
    explotación indígena durante el desarrollo
    económico de las encomiendas de la región
    Barquisimeto durante los siglos XVII y
    XVIII
  9. Referencias
    bibliográficas

Introducción

El objeto de estudio de esta investigación se
ocupó del análisis de la explotación
indígena durante el desarrollo económico de las
encomiendas de la Región Barquisimeto, desplegado en el
campo de estudio de la antropología.

De hecho se entiende a la antropología, como el
estudio de los seres humanos desde una perspectiva
biológica, social y humanista. Se divide en dos grandes
campos a saber: la antropología física que trata de
la evolución biológica y la adaptación
fisiológica de los seres humanos y la antropología
social o cultural que se ocupa de las formas en que las personas
viven en sociedad, es decir, las formas de evolución de su
lengua, cultura y costumbres.

Dícese, que la antropología es
multicultural, ya que sus primeros estudios se ocupan de analizar
los pueblos y culturas no occidentales, siendo que hoy día
su labor se centra en las modernas culturas, es decir el estudio
de las aglomeraciones urbanas y la sociedad
industrial.

Se tiene entonces, que la antropología para
Kaplan y Manners (1981)

… es, con seguridad la más ambiciosa de
todas las ciencias sociales, no solamente porque considera a las
culturas de todos los lugares y épocas como su campo
legítimo, sino porque comprende tópicos como el
parentesco, la organización social, la política, la
tecnología, la economía, la religión, el
arte y la mitología (…). Y además, es la
única de las ciencias sociales que intenta hablar sobre
los dos aspectos de la naturaleza humana, tanto biológico
(antropología física) como el cultural
(antropología social). (p.19)

De allí, que la antropología cultural o
social se circunscribe al estudio de los pueblos, entre ellos,
para Malinowski (1973) "… la antropología social en
1906, es la rama de la sociología que se ocupa de los
pueblos primitivos."
(p.16) Mair (1981) también
comparte esta definición o calificación al decir
que la antropología social "… constituye una rama de
la sociología y que sus vecinas más inmediatas son
las restantes ciencias sociales."
(p.19) Igualmente
Radcliffe-Brawn citado por Mair (op.cit.) señala
que la antropología social es sociología comparada.
Si bien es cierto que entonces Radcliffe- Brawn (1975) cita a
Tylor al señalar que la antropología social estudia
a la cultura y de ella "… el saber, las ciencias, el arte,
la moral, el derecho, las costumbres y, cualquier otra clase de
aptitudes y hábitos adquiridos por el hombre como miembro
de una sociedad."
(pp. 25-26)

Ahora bien, en el marco de la especialidad de este
objeto de estudio como es la etnología, se puede decir que
ésta es una de las divisiones de la antropología
social, ocupándose del estudio de los pueblos y sus
culturas, en cuanto a su poblamiento, formas tradicionales de
vida y su adaptación a las condiciones del
habitad.

Utiliza para su estudio el auxilio de la historia, la
lingüística y la antropología física,
siendo que al etnólogo le corresponde realizar un estudio
comparativo entre los pueblos interpretando sus modos de vida. Se
tiene entonces que, etnología, tal como lo señalan
Beals y Hoijer (1973)

… tiene que ver con la descripción de las
características culturales de grupos humanos
diversos…

La etnología en su aspecto teórico
(…) se dedica muy ampliamente al problema de explicar las
semejanzas y diferencias que se encuentran en las culturas
humanas. Este problema puede abordarse históricamente,
tratando de hallar en la historia de un pueblo, y particularmente
en sus contactos o falta de contactos con otros, las razones de
sus semejanzas y divergencias… (pp.13-14)

En vista de lo anterior, esta investigación en su
aspecto metodológico orientó su análisis en
el paradigma de investigación cualitativa, la cual
consiste en la interpretación de las cosas de la realidad
observable en la que se dan eventos sucesivos de
interpretación Holística, es decir en su conjunto,
representando un contexto dinámico en el que convergen los
valores, creencias, actitudes intereses comunes, costumbres,
patrones culturales conductuales de la población sujeto de
estudio en su hábitat, en el cual el antropólogo
debe interpretar el dinamismo de los eventos desde el punto de
vista epistemológico y ontológico.

Desde el punto de vista epistemológico, porque se
interpreta el conocimiento, es

decir el saber natural de la población y desde el
punto de vista ontológico, es decir del ser humano, porque
el objeto de estudio, en el caso que se ocupa la
explotación de la mano de obra en las encomiendas de
indios es observada endógenamente, desde su propio
contexto.

Se tiene entonces que para Martínez (1998) la
investigación cualitativa trata de identificar la
naturaleza profunda de las realidades, su estructura
dinámica, aquella que da razón plena de su
comportamiento y manifestaciones. Insiste en señalar que
este paradigma busca la verdad basándose en las relaciones
que existen entre los fenómenos sociales y su contexto
histórico, utilizando para ello las posiciones
filosóficas de la dialéctica y la
hermenéutica.

Así mismo, señala el autor en
cuestión (2001, p.117) que este binomio filosófico
busca el descubrimiento del significado de la cosa que se
investiga, es decir, del objeto de estudio que es observado en la
realidad por el sujeto cognoscente, en este caso el investigador,
así como la interpretación epistemológica a
través de la teoría escrita realizando un
análisis crítico de conceptos y postulados
hipotéticos sobre la población de
estudio.

En lo que se refiere a la dialéctica Kosik (1982)
interpreta que el pensamiento dialéctico distingue entre
representación y concepto de las cosas y por ello,
entiende que no sólo son dos formas y grados de
conocimiento de la realidad, sino dos cualidades de la praxis
humana, la realidad no se presenta originariamente al hombre en
forma de objeto de intención, de análisis y
comprensión teórica; se presenta como el campo en
que se ejerce su actividad práctica sensible y sobre cuya
base surge la intuición práctica inmediata a la
realidad.

Por su parte, la hermenéutica fue la herramienta
metodológica utilizada, consiste según
Martínez (2001) en distinguir que el objeto de una
investigación presenta dos problemas de diferente grado de
dificultad. El primero es de fondo filosófico y
ético y necesita una justificación:
¿Qué se va a estudiar y por qué? El segundo
se relaciona con las estrategias metodológicas, es decir,
determinar de manera clara lo que se quiere investigar. El
objetivo a lograr o el problema a resolver debe poderse reducir a
una pregunta directa, es decir a sus dimensiones más
concretas y explicitas.

En atención a la naturaleza
metodológica de este proceso investigativo, el tipo de
investigación que lo atañe es el documental,
fundamentado en un estudio historiográfico.

En este orden, asegura Sabino (1992) que
una investigación documental "…es un estudio
histórico donde se registran los hechos pasados en
documentos pre-establecidos"
(p.91). Para este caso el
investigador recopila, revisa, analiza, selecciona y extrae
información con el propósito de llegar a un buen
conocimiento del mismo, constituyendo así una herramienta
fundamental para el análisis de cada punto.

Finalmente, el estudio
historiográfico representa una herramienta
metodológica indispensable para el abordaje de este objeto
de estudio, la cual se ocupa de tratar con

las fuentes intermedias, es decir, testimonio de los
testigos contemporáneos de los sucesos; documentos
históricos preservados en los archivos públicos o
registros principales, relatos escritos como memorias, cartas,
literatura y cualquier otro; archivos de tribunales, asambleas
legislativas, instituciones religiosas o mercantiles y la
información no escrita que se obtiene de restos materiales
de civilizaciones desaparecidas, tales como los elementos
arquitectónicos, artes menores o decorativas, ajuares
funerarios, entre otros. Todas éstas y muchas otras
fuentes proporcionan las pruebas con las que el historiador
descifra los hechos históricos.

Desde el
Principio de la
Conquista y la
Colonización

Durante la época colonial venezolana se
emprendió el proceso de parcelamiento de tierras y su
administración, la cual eran entregadas a los
españoles como recompensa a los servicios que prestaban a
la Corona de manera intransferible e inalienable, sin
considerarla, en ningún momento una propiedad.

Ahora bien, este acto tenía en
esencia la finalidad de ser poblado y explotadas las riquezas
naturales habidas en ellas, por lo que surge la figura de la
encomienda para institucionalizar ese propósito. Se
entiende entonces, que la encomienda es un derecho concedido por
Merced Real a los colonizadores con dos finalidades: por una
parte, poblar y organizar a la civilización y, por la
otra, explotar el trabajo de los indígenas por la
vía tributaria, sin derecho al otorgamiento de un salario,
sin considerársele esclavo y no ser objeto de maltratos
corporales.

Así mismo, la encomienda tuvo como misión
la cristianización del indígena, la
enseñanza de la lectura y escritura y algunos rudimentos
de agricultura y artes manuales. Estaba encaminada a convertirse
en un núcleo social y religioso de la sociedad
colonial.

En este sentido, Rojas (1992) destaca, en
análisis sustentado por varios autores, la
concepción que sobre la encomienda ofrecen, destacando que
el tratadista español

Juan de Solórzano y Pereira,

… un derecho concedido por Merced Real a los
beneméritos de las indias para percibir y cobrar para
sí los tributos de los indios, que se les encomendaren por
su vida, y la de un heredero, conforme a la ley de
sucesión, con cargo de cuidar del bien de los indios en lo
espiritual, temporal, y de habilitar y defender las provincias
donde fueren encomenderos… (p. 38)

Igualmente, el autor reseñado cita a Ambrosio
Perera resaltando que, "… la encomienda tiene efectos
sociales y culturales determinantes con relación a
nuestras comunidades indígenas ya que éstas (…)
estaban llamadas a dar un golpe mortal a los pueblos establecidos
bajo las bases naturales que regían la civilización
indiana."
(op.cit. p.43).

Por su parte, Marco Aurelio Vila, le atribuye a la
encomienda un carácter de unidad agraria de
explotación económica, mientras que Emilia Troconis
de Verachochea indica que la encomienda forma el lazo de
unión entre el indio y el cura doctrinero, responsable de
la catequización y enseñanza
indígena.

Cabe destacar además que Eduardo Arcila
Farías, señala que la función de la
encomienda según la legislación indiana se
enmarcaba sencillamente en la enseñanza de la fe
católica a los indios con el objeto de "… apartarlos
de los vicios; instruirlos en los buenos usos y costumbres,
enseñarles la religión cristiana, enseñarles
a vivir en policía (sic) y obligarlos a servir a los
españoles."
(p. 136)

Ahora bien, para Malamud (1995) en América la
encomienda representaba una institución de
inspiración feudal la cual establecía la
servidumbre de los indios para con los señores a cambio de
protección y manutención; esto significaba entonces
que

… la encomienda de indios era una comunidad
entregada a los señores españoles como recompensa a
los servicios prestados a la Corona con el compromiso de
retribuirle esta bondad con cantidades anuales de oro y especies
tales como maíz, algodón, entre
otros.

Sin embargo, en la práctica la encomienda se
convirtió en un ente explotador del indio por parte de los
colonos encomenderos, debido a la presión laboral, la mala
alimentación y las epidemias endémicas importadas
por los colonos y esclavos.

De lo anterior se desprende, que la encomienda se
convierte en una institución compleja que confluía
simultáneamente aspectos de índole político
y jurídico además del económico. Como
instrumento político la encomienda se ocupó de
sustituir el poder de las jerarquías aborígenes por
el de los conquistadores europeos. En cuanto al factor
económico estaba representado en el tributo, el cual era
un símbolo de sujeción.

Ahora bien, el sistema político colonial local se
constituyó a partir de la monarquía
española, que fue la gran beneficiaria de los tributos, de
la explotación minera, de los ingresos de aduana y del
monopolio comercial. Esta dominación colonial trajo como
consecuencia la formación social capitalista.

Esta formación concretó la forma de
intercambio mercantil como factor nuevo de acumulación y
estableció una organización social de trabajo
servil, esclava y cuasi salarial. La formación social
colonial dominó a la formación social nativa
indígena apropiándose de la tierra y de la fuerza
de trabajo. Ella prefiguró tres modos diferenciados y
yuxtapuestos, tales como el modo servil tributario, el esclavista
y el mercantil.

El modo servil tributario se basó en la
explotación de los indios integrándolo de manera
violenta como fuerza de trabajo. Impuso formas de intercambio
monetario, ejerció un sistema compulsivo de tributos y se
apropió de las tierras. El modo esclavista colonial
sirvió entonces para dinamizar la economía en
actividades mineras, ganaderas y agrícolas. El modo
mercantil puso énfasis en las actividades artesanales y la
pequeña explotación agraria, cuya fuerza de trabajo
era la base de la producción, orientada al consumo local.
Este modo, presentó nuevas relaciones sociales bajo la
forma de contrato salarial, pago de especies y salario en
dinero.

De allí que, la producción regional fue
básicamente organizada por el sistema de encomiendas. Los
encomenderos usaron la fuerza de trabajo indígena como
servidumbre doméstica, en la construcción de
viviendas, el transporte de bienes y las tareas agrícolas
y ganaderas.

La extracción de la fuerza de trabajo local
indígena influyó entonces para que aparecieran los
primeros esclavos en la región y por ende sus rebeliones.
En vista de ello, las encomiendas pretendían ser
privatizadas por los encomenderos convirtiéndose en un
conflicto para la Corona, la cual se vio en la necesidad de
legislar a fin de proteger a las tierras y a los indios,
atenuando los abusos en cuanto al cobro de tributos y de la
explotación de la mano de obra.

De ello surgen entre ellas las leyes de Burgos y las
Leyes Nuevas. Las Leyes De Burgos ordenaban que se debía
establecer a los indígenas cerca de los asentamientos
españoles. De esta forma se intentaba lograr el trato
efectivo y permanente con el español ara lograr la
evangelización, una adaptación más estrecha
a los modos de vida europeos y un mejor aprovechamiento de su
fuerza de trabajo, además señala
enfáticamente que los indios son libres y como tales deben
ser tratados.

Por su parte Las Leyes Nuevas, fueron redactadas en
1542, reiterando la disposición de prohibición de
la esclavitud y el trabajo forzado para los indígenas.
Así mismo establecieron el monto de los tributos a ser
pagados por éstos como vasallos de la Corona. Cabe
destacar que estas leyes tuvieron una fuerte resistencia por
parte de los encomenderos siendo entonces muy tardía la
asunción de su cumplimiento.

Ahora bien, según publicación de la
Fundación Polar la encomienda,

… fue, una institución establecida en
América por los españoles, a imitación del
régimen de señorío de la Edad Media
peninsular. Su objetivo teórico evitar la esclavitud de
los indígenas y colocar a éstos bajo la
protección de encomenderos, que no eran otros sino los
primeros conquistadores y pobladores. Se otorgaban las
encomiendas según los méritos de los solicitantes,
quienes debían demostrar los títulos y servicios
prestados a la Corona

por ellos mismos y sus antecesores. Al comienzo se
dieron a perpetuidad, pero después sólo por 2 o 3
vidas, o sea la propia y la de 1 o 2 de sus herederos. Los indios
encomendados estaban obligados a trabajar para su señor 2
o 3 días a la semana, sin salario. El señor o
encomendero, por su parte, estaba obligado a proteger y a velar
por la seguridad y derechos territoriales de sus encomendados y a
prestarle servicios militares a la Corona. Debido a los abusos
cometidos por encomenderos y a la intervención de los
padres Antonio de Montesinos y Bartolomé de Las Casas,
quienes promovieron una polémica de carácter
teológico y político sobre el tratamiento de los
indios y los derechos del monarca para encomendar a sus vasallos,
la institución fue abolida por las Leyes Nuevas de 1542.
Surgió entonces el régimen de encomienda de tributo
que eliminó la prestación de servicios sustituyendo
éstos por el pago de una cierta cantidad de dinero o su
equivalente en frutos; este tributo se fijaba según el
salario correspondiente a los días de trabajo que
debían darse al encomendero. En Venezuela el
régimen de la encomienda se inició en 1545, 3
años después de haberse dictado las leyes
mencionadas, aplicándose por tanto el sistema de la
tributación. La primera ordenanza local fue dictada en
1552, por la cual los indios quedaron bajo la tutela del
encomendero y en situación similar a la de los menores. En
ella quedó prohibido el trabajo en las minas y en la pesca
de perlas, pero consagró el tributo en servicios
personales que habría de perdurar hasta la definitiva
extinción del sistema. Los únicos indios que
escaparon a esta prestación de servicios, fueron los
salineros, o sea aquellos en cuyas tierras había minas de
sal, como una concesión especial atendiendo al particular
interés y necesidad de este producto y la
conservación de sus yacimientos, por lo cual los indios
salineros quedaron obligados sólo a darle al encomendero
la cantidad de sal necesaria para el consumo de su casa. Deducida
esta corta porción, gozaban de entera libertad para
venderla a cualquier persona sin que nadie pudiera molestarles en
su negocio ni causarles vejaciones. Los indígenas
jamás aceptaron resignadamente la encomienda en cualquiera
de sus formas, por lo que se produjeron en algunos territorios de
la América española levantamientos muy graves. En
Venezuela, se registraron algunas acciones violentas: en 1569 los
caciques de Mamo mataron a su encomendero Julián de
Mendoza, cuando éste quiso obligar a sus indios a trabajar
en sus labranzas; los de Garci González de Silva se
sublevaron en 1577 y estuvieron a punto de matar a éste y
a muchas otras personas que le acompañaban; los Tomusas
formaron un levantamiento general que fue preciso dominar con
gran dureza tras muchas dificultades y largos años de
lucha; los Gayones, en la región de Barquisimeto,
jamás fueron sometidos ni sus encomenderos pudieron
aprovecharse de sus servicios; los indios de la
jurisdicción de San Sebastián mataron a muchos
españoles, destruyeron las estancias vecinas y la ciudad
tuvo que ser casi abandonada por causa de los ataques
indígenas. La fuga de los indios fue común, por
cuya causa muchos territorios quedaron despoblados; estos
naturales, como se les llamaba en el lenguaje de la época,
al abandonar sus predios se unieron a los negros prófugos
y ocasionaron muchos daños. Los motilones tampoco pudieron
ser sometidos, batiéndose en retirada desde La Grita hasta
la sierra de Perijá, donde se refugiaron tras muchos
años de lucha y de donde no pudieron ser desalojados. Los
indios rebeldes quedaban sometidos a un régimen especial,
pues eran entregados individualmente a personas que podían
separarlos de sus tribus y de sus tierras, y aprovecharse de su
trabajo ilimitadamente durante toda la vida de esa persona que lo
poseyera más la vida de un heredero. Era una
condición que se aproximaba más a la esclavitud que
a la encomienda; sólo que el indio sometido a esta
condición no podía ser objeto de venta o traspaso,
pero no gozaba de ninguna libertad o remuneración, y
aunque por derecho recuperaba aquélla, a la muerte del
heredero del primer encomendero, era muy difícil que
sobreviviera al segundo. De conformidad con un censo de
encomiendas realizado entre 1660 y 1662, había en la sola
provincia de Venezuela, 97 encomenderos con 2.099 indios
tributarios; sin embargo, como las mujeres también
prestaban servicios y éstas sumaban 2.094, resulta que los
encomenderos disponían de 4.193 personas que ocupaban en
diferentes labores: siembra, recolección y servicio
doméstico. La mayoría de estas encomiendas contaban
apenas de uno a 10 tributarios; sin embargo, había 14
encomiendas que agrupaban 1.109 tributarios con 1.133 mujeres.
Aun así, resultaba corto el número de indios por
encomienda, si se compara con las de otros territorios
españoles en América. La población total
agrupada en esas encomiendas, hombres, mujeres y niños,
alcanzaba a 6.936 personas. En la provincia de Mérida
funcionó un régimen de trabajo diferente al de la
provincia de Venezuela, y según una visita efectuada por
las jurisdicciones de las ciudades de Mérida, Gibraltar,
Barinas y Pedraza, correspondientes a aquella provincia,
había en ella 3.114 indios útiles que con sus
familias reunían una población total de 10.750
personas dispersas por los montes y sin reducir a poblado
ninguno, todas reducidas a prestación de servicio
incluyendo mujeres y niños. La encomienda de servicio, que
fue la establecida en todas las provincias o gobernaciones de
Venezuela, se llamó encomienda de repartimiento, pues
reunió las 2 formas de servicio y tributo, sólo que
en este caso el tributo se tasaba en salarios y estos a su vez en
días de trabajo para el encomendero. Esta encomienda se
extinguió en 1687, imponiéndose la
tributación en dinero efectivo o su equivalente en frutos,
pagado directamente al encomendero, pero surgieron dificultades
para la aplicación de esta orden y de hecho
continuó la prestación de servicios. Fue entonces
cuando se dispuso que el tributo se entregase en las Cajas Reales
y de ellas a los encomenderos, perdiendo éstos toda
relación directa con los indios. En adelante el tributo
quedó convertido en una renta que recibían los
encomenderos hasta la extinción de las «vidas»
por las que se hubiese otorgado la encomienda. Es por esto que se
encuentran aun hasta mediados del siglo XVIII, pues ese proceso
fue lento.

La delimitación de este objeto de estudio, se
circunscribe a las encomiendas establecidas en la Región
de Barquisimeto durante los siglos XVII y XVIII, en lo que
respecta a la explotación de la mano de obra de donde se
puede decir que los encomenderos disponían de su libre
albedrío de la fuerza de trabajo de los naturales,
estableciéndose entre ambos una relación temporal
de trabajo la cual consistía en una labor estacional, sin
especialización e implicaciones salariales. (Flores Cano,
1990 p.101)

Los naturales fueron sometidos a las encomiendas y que
para los españoles, eran pensantes infantiles, no siendo
responsables de sus actos, lo que justificó el
sometimiento los encomenderos, quieres se valieron de esta
presunta debilidad, organizándolos para el trabajo y su
conllevada explotación.

En este orden, para Gibson (1990)

Desde el principio, la corona consideró la
parte laboral de la encomienda como un expediente temporal e
insatisfactorio, pendiente del establecimiento de una mano de
obra asalariada libre; fue esta posición real la que tuvo
como resultado la supresión del control de los
encomenderos sobre la mano de obra indígena…
(p.174)

Asegura el autor referido que el trabajo en la
encomienda raramente difería de la esclavitud y los indios
continuaban sobrecargados de trabajo e igualmente maltratados
desde los primeros años de la conquista. En contra de la
ley, a veces, los indios de encomienda eran vendidos o alquilados
por sus encomenderos, trayendo como consecuencia su
extinción al cabo de dos generaciones.

Toda esta problemática descrita, será
estudiada en la Región de Barquisimeto, considerando que
Rojas (1995) la denomina Región Barquisimeto desde una
perspectiva histórica, resaltando de ello los aspectos
geográfico, demográfico, económico y
político. Señala además que para 1605, en la
ciudad de Barquisimeto, fueron registradas cuarenta (40)
encomenderos teniendo bajo su custodia la cantidad de un mil
cuatrocientos (1.400) indios, o naturales siendo que para el
siglo XVIII fueron reducidos a once (11) encomiendas con un total
de ocho mil setecientos setenta y seis (1.776) indígenas
de lo cual puede evidenciarse el reduccionismo como producto de
la explotación de la mano de obra (Rojas. 1995,
p.57)

Entiéndase que la encomienda fue una
institución cuya base fundamental consistió en la
fuerza de trabajo indígena la cual constituía un
medio de producción económica, ligada esencialmente
a la formación social.

A propósito, señala Arcila Farías
(1966, p.119) que los indígenas de la Región
Barquisimeto, entre otras, servían a sus encomenderos
durante un mes, luego trabajarían en sus propias labranzas
durante dos meses y transcurridos éstos, volverían
a darle prestación de servicios a aquellos; de manera que
los indios deberían servirle a los encomenderos cuatro
meses de trabajo al año. Asegura Rojas (1995, p.251) que
esta disposición cambió según ordenanza del
30 de noviembre de

1609, de Sancho de Alquiza y Fray Antonio de Alcega,
teniendo entonces que trabajar para el encomendero tres
días a la semana obligatoriamente durante todo el
año, así como la cancelación del obligatorio
tributo, es decir, el impuesto que debe pagar el indio al
encomendero por protegerlo y evangelizarlo, exceptuando los
indios salineros quienes tenían un trato especial siendo
exentos del pago del tributo debido al simple hecho de trabajar
en las minas de sal, las cuales constituían una
institución de gran productividad y ganancia para los
encomenderos.

Así mismo, señala Rojas (1992, p.187) que
la Región de Barquisimeto, para la época del siglo
XVIII era muy productiva desde el punto de vista agrícola
destacándose los cultivos de maíz y papelón,
levantados económicamente sobre la base de la
"explotación del trabajo indígena"
encomendado.

Por otra parte, la producción del tabaco,
también pasa a engrosar la economía de la
región sin contar la de cacao con explotación de
mano de obra negra, todo ello sobre puesto a la actividad minera
desarrollada grandemente a principios del siglo XVII.

Una vez expuesta esta situación inicial me
pregunto entonces: ¿Hasta qué punto puede
considerarse al trabajo indígena como explotación
de mano de obra? ¿En qué se destaca la encomienda
de la Región de Barquisimeto? ¿Las encomiendas
cumplían realmente su función? ¿Las leyes
promulgadas para los encomiendas realmente amparaban a los
naturales? ¿Hasta qué punto los encomenderos
cumplían las leyes establecidas? ¿Puede hacerse una
interpretación histórica y objetiva de la
explotación de la mano de obra indígena?

Para cristalizar el análisis de la
explotación indígena durante el desarrollo
económico de las encomiendas de la Región
Barquisimeto durante los siglos XVII y XVIII se desarrollaron
hermenéutica y analíticamente, un conjunto de
variables tales como las encomiendas de la región y la
explotación de la mano de obra en el marco de un relato
teórico y jurídico.

Delimitación Historiográfica de
la Región Barquisimeto Durante los Siglos XVII y
XVIII

La cultura aborigen que existía en el área
perteneciente a la Región de Barquisimeto, durante los
siglos XVII y XVIII ha sido mencionada por varios autores; en
este capítulo se han querido aprovechar los datos
obtenidos para la reconstrucción de los antiguos
pobladores de esta región.

En tal sentido, los grupos aborígenes que
poblaron a la Región de Barquisimeto, al juzgar por los
relatos, eran individuos que hablaban distintas lenguas y
pertenecientes a varios grupos culturales que coexistían
en un mismo espacio, pero con diferentes modos de
vida.

Destaca Salazar (2003) que "…los modos de
organización social, política y económica de
los antiguos pobladores de los valles Vararida y Variquicimeto.
Entre ellos tenemos (sic.) las etnias Caquetíos, Ayamanes,
Gallones, Jirajaras, Chipas, Nogaras, Camagos." (p.58).
Para
Rojas (1992:99) las culturas prevalecientes en la Región
Barquisimeto fueron los Jirajaras y los Ayamanes según
testimonio de Miguel Acosta Saignes. Sin embargo, enfatiza
Salazar (op.cit,) que los primeros datos
etnográficos de la región es lo aportado por
Federman quien describe por ejemplo acerca de la economía
de los Caquetíos, señalando:

… La información aportada por Federman,
deja claro que una de las bases fundamentales de la
economía Caquetía es la agricultura intensiva, no
obstante, encontramos datos que indican una marcada
división social del trabajo reflejado en los distintos
renglones que componen su actividad productiva…"
(p.52)

Entre otros datos arrojados por Federman, citados
así mismo por el autor en cuestión son los rangos
que conciernen a la organización política, social y
económica de los pueblos Caquetíos de Vararida y
los Caquetíos de Variquicimeto; los cuales los describe
como:

… barrios con casas comunales de familias
extendidas que unidas entre si forman las aldeas que sujetas bajo
un cacique o jefe conforman un cacicazgo a través de la
confederación de estos pueblos… (p.56)

En este sentido, se puede visualizar que posiblemente
existiría para la Región de Barquisimeto un modo de
vida jerárquico donde estaba al mando un eje o cacique del
pueblo.

Además de los datos de Federman, se obtiene la
descripción de Juan Pérez de

Tolosa, citado igualmente por Salazar
(op.cit.) en donde puntualiza los aspectos
económicos de los pueblos Caquetíos,
señalando que,

…el valle de Barquisimeto está medianamente
poblado el que llaman valle es un río mediano y los indios
habitan de una banda y de otra de dicho río, el agua de
este río lo siembran de riego, son grandes labradores de
maíz, solían estar muchos de ellos en los llanos,
en sabanas que conforman con el valle (…) es gente de
nación Caquetía (… de maíz muy
abundante… (p.57)

En este sentido, los pueblos Caquetíos se ubican
en las orillas de los ríos, es allí, en las
márgenes donde cultivaban el maíz, sacándole
provecho así el agua proveniente de los mismos.

Simultáneo a esto, se puede destacar que gracias
el cultivo, los pueblos de indígenas de la región
se organizaron en sociedades jerárquicas con gran
diferencias culturales entre los grupos que lo
habitaban.

Igualmente se puede indicar que gracias al cultivo
intensivo de las sociedades pre- hispánicas lograron
establecer el control de las masas productivas e incluyeron la
fuerza de trabajo indígena para el beneficio de las
comunidades y así poder comercializar con pueblos
adyacentes. En tal sentido, expone Salazar
(op.cit.)

… la agricultura como una actividad que permite:
producir eficazmente alimentos a través de un instrumental
adecuado, la acumulación de conocimientos, sobre el
componentes de las plantas, los ciclos de reproducción y
los factores hidrometeorológicos…
(p.119)

Tal información sobre la agricultura intensiva de
los indios Caquetíos hace pensar que las comunidades
realizaban los trabajos en colectivo para favorecer a los grupos
que constituyen las aldeas. Y al mismo tiempo se le colocaban un
oficio a cada uno de los miembros de las aldeas
Caquetías.

Los poblados Caquetíos habían desarrollado
una fuerza de producción en lo que respecta a la
economía y las relaciones sociales con otros grupos de
individuos que habitaban en la región.

Ahora bien, la Región de Barquisimeto,
caracterizada por Rojas (1995 p.57) como región,
considerando para ello factores de carácter
histórico, económico, social y político en
sus inicios tuvo cuatro sentamientos aproximadamente. El primero
a orillas de los ríos Buría y Cayuare para los
días del año de 1552, un segundo intento en el
sitio de Carabalí en el año de 1556, un tercero
ubicándola entre los ríos Claro y Turbio y,
finalmente, en la meseta que actualmente ocupa desde el
año de 1563.

En este sentido, Garmendia (1972) señaló
que,

… en el primer asentamiento de Buría los
pobladores vivieron cuatro años. Luego la masa poblacional
se desplazó al sitio de Carabalí (1556). Cinco
años después (1561) se inició otro
éxodo hacia un lugar formado por la confluencia de Rio
Claro y Rio Turbio. Dos años después (1563) aquel
azariento y movedizo núcleo humano, enfila hacia la amplia
y fresca terraza aluvial que hoy ocupa la capital del Estado
Lara…(p.11)

Obedece su nombre, Nueva Segovia de Barquisimeto a dos
elementos: Segovia por ser la ciudad española de donde
proviene Juan de Villegas su fundador, y Barquisimeto, debido a
que los indios de la región denominaban Barici al
río de aguas turbias o cenizas.

Por la época, geográficamente
Barquisimeto, está asentada a una altura de quinientos
sesenta y seis (566) metros sobre el nivel del mar, formando
parte del sistema depresivo Carora-Barquisimeto, Turbio-Yaracuy,
situada entre los terminales de la Cordillera Andina y el Sistema
Montañoso Coriano.

Limita al sur con el Río Turbio, al norte las
Serranías de Baragua y Parupano, hacia el oeste con
orientación este las Serranías de Barbacoas y
Portuguesa y en dirección suroeste-norte la
Serranía de Duaca.

Entre las características orográficas de
la Región de Barquisimeto, los ríos que la
circundan entre ellos el Turbio, Tocuyo, Morere, Aroa y Yaracuy
enmarcaron un valle de gran riqueza agrícola aún
desde tiempos pre-hispánicos, favorecidos por la gran
afluencia de agua.

En este sentido destaca Rojas (1992)

…que todos los ríos se han caracterizado
por los extensos aluviones formados en los cursos medio y bajo de
su trayecto, producto del acarreo de materiales procedentes de
las montañas y valles altos donde se han transformado en
fértiles tierras de cultivos; sin embargo, el caso de
aluviones que se han concentrado como playones de cantos rodados
y arenas completamente estériles. No obstante no es el
caso de los valles aluviales del río Turbio en el sector
que se corresponde a su contacto con la terraza barquisimetana.
(pp.

84-85)

Con relación a la flora de la región entre
las especies cultivadas por los indios señala Federman,
citado por Rojas (op.cit. p.90) se tienen maíz,
batata, yuca, auyama sin contar la flora silvestre propia de la
región tales como cactus y algunas frutas cítricas
entre ellas mangos, aguacates, jabillos, siendo que la
caña sólo crecía en las márgenes de
los ríos.

Por su parte, los españoles introdujeron otros
cultivos tales como el trigo y la viña. Nuevamente, cita
Rojas (op.cit.) a Pérez de Tolosa en este caso,
señalando que,

… hay higueras, granados, naranjos, limas y
limones (y) se dan bien guayabos y plátano (…). En 1607,
Diego Villanueva y Gibaja destacan la existencia de sementeras de
maíz, trigo y tabaco e ingenios de azúcar, dato que
nos lleva a pensar en una significativa explotación del
cultivo de la caña de azúcar.
(p.90)

En cuanto a la fauna se remonta la historia al
señalar que se destaca la cría del venado y la
danta, aves de corral y ganado vacuno, caballar, porcino, ovino y
cabrío, siendo que los tres (3) primeros eran de origen
autóctono y los restantes traídos por los
conquistadores españoles.

Económicamente hablando, desde la época de
los siglos XVII y XVIII, la Región de

Barquisimeto se caracterizó por
tener una economía de mercado en la que su posición
geográfica calificada como estratégica
representó un gran centro de transacciones entre los
mercados de Yaracuy, Carora y Puerto Cabello.

Su riqueza se fundamentó en la posesión de
las tierras de donde se destacaron las encomiendas como
símbolo productivo bajo el régimen de sometimiento
indígena y esclavitud para la cultura negra importada del
África.

En este orden, Brito Figueroa (1978) "…sintetiza
de la economía dos elementos fundamentales para el
desarrollo económico; siendo que las mercedes justifican
jurídicamente la posesión de la tierra con
carácter de propiedad privada y así su
ocupación fraudulenta."

(p.270)

A esto, Rojas (1995) le agrega que la
organización del espacio económico de la
Región de Barquisimeto es vinculante con la estructura
nacional calificándola de pre capitalista, con signos de
modo de producción esclavista y feudal,
institucionalizadas bajo la figura de encomienda.

Así mismo, indica el autor en cuestión que
el proceso de encomiendas, en la

Región de Barquisimeto fue un factor
de dispersión poblacional y de concentración de la
población aborigen sometida al pago de tributo como
producto de la reducción.

El proceso de encomienda, se divide en varias
etapas; de 1545 a 1620 donde se encuentra un despoblamiento y
caída del volumen de la población aborigen regional
como el resultado de la implantación de la encomienda de
servicios, en el contexto hasta 1580, aproximadamente de una
economía eminentemente minera extractiva de
oro.

De 1620 hasta 1687, se conjugan con la inestabilidad
de los pueblos de doctrina fundados en 1620, con la resistencia
indígena al dominio español y un tipo de encomienda
que al permitir el pago de tributo en servicios en las haciendas
y hatos de los encomenderos determinó la permanencia de la
explotación esclavista de la mano de obra indígena
y por ende, un algo grado de alejamiento indígena de los
pueblos.

Esta segunda fase se mantiene hasta 1718, cuando la
Corona decide abolir definitivamente la encomienda, dando paso a
la recaudación tributaria directamente por

la real hacienda. Los pueblos de doctrina se
mantienen ahora como pueblos tributarios, tal como se denomina en
los documentos del siglo XVIII. (pp.97-98)

Ahora bien, en el sentido de registrar a las encomiendas
de indios como unidades económicas, de los historiadores,
tales como Troconis de Veracochea (1981) y Rojas (1995) las
refieren como centros poblacionales fundados para efectos de su
evangelización.

En cuanto al papel de los misioneros capuchinos en el
poblamiento de la región, puntualiza Rojas (1995 p.116)
que en el tercer período correspondiente al 1650 y 1750 no
solo juega un papel de evangelizador, sino también de
organizadores de los pueblos refundados, tales como: Santa Rosa,
San Javier del Agua de Culebra en

Yaracuy, San Nicolás de Bari de Sarare y nuestra
Señora del Carmen de Buría en las cercanías
de Barquisimeto. Estas poblaciones pasarán progresivamente
al fuero diocesano en el siglo XVIII, en especial después
de 1720.

Para la jurisdicción de
Barquisimeto, los capuchinos llegan en 1958, con el objeto de
realizar actividades de reducción de los indígenas
rebeldes. Así lo señala la certificación que
expiden en octubre de 1658, los misioneros Lorenzo de
Marallón, Rodrigo de Granada y Antonio de Antequera. Su
tarea primordial es la conversión de los indios de
nación guamonteyes y de las demás naciones a la
Nueva Segovia de Barquisimeto.

Ahora bien, para la época de 1776 a
1781, la Región de Barquisimeto, estaba conformada por los
centros poblados de Barquisimeto, Santa Inés del Altar,
Sarare, Buría, Santa Rosa, Duaca, Valle de Aroa, Bobare,
Yaritagua, Urachiche, Cuara y Chivacoa. (Rojas 1995 p.57).
Evidentemente se induce que en cada uno de estos pueblos
había unidades económicas denominadas encomiendas,
sometidas además al proceso de adoctrinamiento.

De lo anterior se deduce entonces que en el proceso
histórico de la formación de la organización
del poblamiento y la política colonizadora de
España, existió una división entre las
comunidades o la república de los españoles y la
comunidad o república de los indios, esto llevó a
la Corona a legislar en función de la denominada
separación residencial de raza. De esta idea es que nacen
dos tipos fundamentales de pueblos coloniales: los pueblos villas
o ciudades de los blancos españoles por un lado y los
pueblos de indios; sean estos de doctrinas o de
misiones.

La Corona legisló en función de obligar a
los encomenderos a reducir a los pueblos a todos los
indígenas bajo su control.

Partes: 1, 2, 3

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