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Implementación de las tecnologías para Producciones Más Limpias



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Materiales y métodos
  4. Resultados y
    discusión
  5. Evolución histórica de las
    Producciones Más Limpias
  6. Incentivos para la implementación de
    Producciones Más Limpias
  7. Dificultades para la implementación de
    las Producciones Más Limpias
  8. Producción Más Limpia,
    Tecnología y Gestión
  9. Conclusión
  10. Referencias
    bibliográficas

Resumen

La Producción Más Limpia no niega el
crecimiento económico, insiste simplemente en que este sea
ambientalmente sostenible. No debe ser considerada solamente como
una estrategia ambiental, ya que también está
relacionada con las consideraciones económicas. La
aplicación de prácticas de Producción
Más Limpia conduce a la producción de bienes y
servicios con el óptimo uso de los recursos naturales y
materiales bajo los actuales límites tecnológicos y
económicos. Cada acción que se realice con el fin
de reducir el consumo de materias primas, agua y energía y
para prevenir o reducir la generación de residuos, puede
aumentar la productividad y traer ventajas económicas a la
empresa. La Producción Más Limpia es una estrategia
de "ganar- ganar", con su aplicación se protege el
medioambiente, al consumidor y al trabajador, mientras que mejora
la eficiencia industrial y eleva la competitividad. Es una
filosofía de mirar hacia delante, "anticipar y
prevenir".

PALABRAS CLAVES: Tecnología;
Producciones Más Limpias; Eficiencia
empresarial

Introducción

El desarrollo industrial tuvo lugar en un marco
económico y social en que los problemas ambientales
raramente se tenían en cuenta. Las razones que lo explican
son diversas: en un mundo menos poblado había otros
factores de supervivencia más importantes; se
desconocía la relación que existe entre
polución y salud; los primeros conflictos tenían
carácter local y podían resolverse también
localmente, sin necesidad de parar las actividades; y
también porque desde el inicio de la revolución
industrial siempre se consideró que el beneficio que se
obtenía de la industria era netamente superior a los
inconvenientes que podía ocasionar.

Por mucho tiempo se ha visto como un ideal el hecho de
que la producción de bienes y servicios no tenga una
producción simultánea de residuos y desechos, pero
no es algo que los planificadores tomen muy en serio. Siempre se
consideró la idea como antieconómica y
existía suficiente espacio disponible donde depositar los
materiales no deseables.

Esta situación empezó a cambiar cuando la
industrialización se hizo masiva y los problemas
ambientales fueron mucho más evidentes al producirse los
impactos dentro del perímetro de las aglomeraciones
urbanas. Con el paso del tiempo, se ha tomado conciencia,
paulatinamente, de la presión que ejerce la
contaminación sobre los recursos naturales y la salud
(Martínez et al, 2005; Fernández,
2008).

Los grandes grupos económicos, después de
algunos accidentes singulares y espectaculares, como los de
Bophal y el del petrolero Exxon Valdez reaccionaron conjuntamente
y asumieron que nadie estaba exento de tales peligros.
Además de las vidas humanas y el ecoambiente, estaban en
juego sus responsabilidades penales y civiles y la imagen del
grupo. Para las medianas y pequeñas empresas (las PYMES),
la cosa no es tan simple. Un cambio siempre introduce
incertidumbre hasta que la nueva situación no está
completamente asimilada por la empresa. Solamente las empresas
que se encuentran en condiciones favorables (buena
tecnología y buena gestión en un mercado apropiado)
pueden afrontar positivamente, e incluso sacar ventaja de la
nueva situación (Ochoa, 2007).

Cálculos sencillos del valor mercantil de los
químicos que se han vertido en los desagües, apoyan
la idea que tanto han sostenido los ecologistas sobre el hecho de
que las emisiones, las aguas residuales y otros residuos, aparte
de ser contaminantes, son un recurso no aprovechable. De pronto,
la minimización de desechos, la prevención de la
contaminación, y el reciclaje están presentes en
las actividades cotidianas. En otras palabras, por fin se
está razonando de manera más seria en producir sin
desperdicios. Ya se piensa en una producción más
limpia.

Este cambio de actitud se volvió más
evidente durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) en 1992. En la Agenda
21,
la CNUMAD le dio prioridad a la introducción de
los métodos de producción más
limpia
y a las tecnologías de prevención y
reciclaje, con el fin de alcanzar un desarrollo sostenible. Esta
prioridad se enfatizó en los Capítulos 20,
22
y 30 de la Agenda 21(Hoyt, 2000; INTI,
2002; CITMA, 2002; Yassi et al, 2002; Ochoa, 2007;
Fernández, 2008).

En el artículo se aborda precisamente la utilidad
de dichas tecnologías para el logro de una adecuada
eficiencia empresarial.

Materiales y
métodos

Métodos teóricos:

Histórico – Lógico: Se aplica con el
objetivo de estudiar la evolución del concepto de
Producción Más Limpias y las tecnologías
asociadas a ellas. Para valorar los factores que han condicionado
el estado actual del empleo de las tecnologías para las
Producciones Más Limpias y su efecto en la eficiencia
empresarial.

Sistémico: Se utiliza para obtener una
visión sistémica de la empresa y la
determinación del papel de las tecnologías para las
Producciones Más Limpias.

Resultados y
discusión

Producciones Más Limpias: el
concepto

El concepto de Producciones Más Limpias, fue
lanzado por vez primera en el año 1989, por el Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), quien ha
actuado como su promotor y ha incidido en la divulgación
de la información relacionada con este tema. Así,
en el año 1994, surge el Programa Internacional de
Producciones Más Limpias creado bajo la iniciativa
conjunta del PNUMA y el ONUDI, con el objetivo de desarrollar
capacidades nacionales en Producciones Más Limpias y
fomentar el desarrollo industrial sostenible en países
subdesarrollados.

En 1998 el PNUMA lanza la Declaración
Internacional de Producciones Más Limpias, firmada por un
importante número de países, organizaciones
empresariales e instituciones de todo el mundo.

El PNUMA define la Producción Más Limpia
como: « […] aplicación continua de una
estrategia integrada de prevención a los procesos,
productos y servicios, para aumentar la eficiencia y reducirlos
riesgos a la vida humana y al medio ambiente».

Este concepto fue definido sobre la base de cuatro
criterios:

  • puesta en práctica de una estrategia
    ambiental preventiva;

  • conservación de materias primas y
    energía, la eliminación de los materiales
    tóxicos, y la reducción de la cantidad y
    toxicidad de todas las emisiones y residuos antes de que se
    concluya el proceso productivo;

  • reducción de los impactos en todo el ciclo de
    vida del producto, es decir desde que se extraen las materias
    primas hasta su destino final;

  • así como la constante aplicación de
    conocimientos, mejoramiento de la tecnología y cambio
    de actitudes.

La Producción Más Limpia está
dirigida fundamentalmente a evitar la generación de
residuos y emisiones y a disminuir el consumo de materias primas,
materiales auxiliares, agua y energía para contribuir
así a la elevación del desempeño ambiental y
económico de una organización (Rivera et
al
, 2002; Martínez et al 2005; Ochoa,
2007).

Producciones Más Limpias
según Castillo (2004) y Ochoa (2007),
significa:

Para los procesos de producción:

  • Ahorro de materias primas, agua y
    energía.

  • Eliminación de materiales
    tóxicos.

  • Reducción en cantidad y toxicidad de residuos
    y emisiones.

Para el diseño y desarrollo de
productos

  • Reducción de impactos negativos a lo largo
    del ciclo de vida del producto: desde la extracción de
    la materia prima hasta su disposición
    final.

Para los servicios

  • Incorporación de consideraciones ambientales
    en el diseño y entrega de los servicios.

Los beneficios de las Producciones Más Limpias se
centran según Rivera et al (2002) y Ochoa (2007)
en:

Para la empresa

  • Incrementa sus beneficios
    económicos.

  • Posibilita el acceso a nuevos mercados.

  • Reduce el riesgo de sanciones de la autoridad
    ambiental.

  • Permite la incorporación del concepto de
    mejoramiento continuo.

  • Mejora el control de los costos y la
    satisfacción de criterios de
    inversión.

Para los clientes

  • Muestra mayor confianza con una gestión de la
    calidad y ambiental demostrable.

  • Incrementa la sustentabilidad del producto y su
    aceptación por el cliente.

  • Aumento de la vida útil del
    producto.

  • Mayores cuidados en la disposición final del
    producto.

  • Existe un estímulo para que la empresa piense
    más en el cliente y reduce el riesgo de esta de no
    satisfacer a sus clientes.

Para el medio ambiente

  • Uso racional de materias primas y otros
    insumos.

  • Conservación de los recursos
    naturales.

  • Disminución y control de los
    contaminantes

  • Armonización de las actividades con el
    ecosistema.

Para llevar a cabo un buen programa de Producciones
Más Limpias es necesario la participación de todos
los actores y niveles de la organización: consejo de
dirección y los trabajadores. La dirección aprueba
el programa y es la máxima responsable que este se ejecute
adecuadamente. (GTZ, 2004; Ochoa, 2007).

Para este objetivo es necesario que participen
representantes de las diferentes áreas. En dependencia de
la complejidad del proceso, un grupo puede estar formado
por:

  • El coordinador ambiental.

  • El responsable de seguridad y salud
    laboral.

  • Un especialista de la dirección
    técnica (tecnólogo preferiblemente).

  • Un especialista del área de
    mantenimiento.

  • Un especialista de la dirección de
    investigación y desarrollo.

  • Un operador de cada área con amplia
    experiencia en el proceso.

  • Un especialista del área de contabilidad y
    economía

  • El comprador de la empresa.

De forma general, la Producción más Limpia
es un término general que describe un enfoque de medidas
preventivas para la actividad industrial. Este se aplica de igual
manera al sector de servicio, a los sistemas de transporte y a la
agricultura. No se trata de una definición legal ni
científica que pueda ser sometida a exámenes
minuciosos, análisis o disputas sin sentido.

Es un término muy amplio que abarca lo que
algunos países llaman minimización de desechos,
elución de desechos, prevención de
contaminación y otros nombres parecidos, pero
también incluye algo más.

La Producción Más Limpia hace referencia a
una mentalidad que enfatiza la producción de nuestros
bienes y servicios con el mínimo impacto ambiental bajo la
tecnología actual y límites económicos.
Reconoce que la producción no puede ser absolutamente
limpia. La realidad práctica asegura que habrá
residuos de algún tipo, de varios procesos y productos
obsoletos. Sin embargo, podemos y debemos, esforzarnos para hacer
las cosas mejor que en el pasado, si es que queremos que nuestro
planeta siga siendo habitable.

La Producción Más Limpia no desconoce el
progreso, sólo insiste en que el crecimiento es
ecológicamente sostenible en un periodo más largo
que aquél que han estado utilizando los economistas.
También es importante tener una visión más
clara de lo que no es la producción más limpia.
Algunos conceptos erróneos populares como que el reciclaje
y el tratamiento de efluentes constituyen en sí una
producción más limpia, deben refutarse
constantemente, puesto que muchos intereses establecidos tratan
de reclasificar los programas existentes bajo un nuevo
título más popular (Van Berkel, 2000; Orcés
et al, 2004; Jaramillo et al, 2006 y Ochoa,
2007).

Evolución
histórica de las Producciones Más
Limpias

Desde hace años, algunas empresas están
llevando a cabo programas de reducción de la
contaminación tanto por razones económicas, como
para recuperar su imagen. Al principio, la presión externa
para controlar los residuos industriales se concentró en
los efluentes biológicos de cervecerías,
destilerías, tenerías y lavado de lanas por el
riesgo sanitario y las molestias que representaban para la
población. Sin embargo, ya las primeras normas de
legislación ambiental impulsaban los tratamientos antes
que la reducción de la contaminación. Esta
política ambiental se mantuvo durante muchos
años.

Los precedentes más inmediatos de las
Producciones Más Limpias son la minimización de
residuos y la prevención de la polución, con los
cuales tiene muchos puntos en común. Sin embargo, desde
los inicios de la revolución industrial se pueden
encontrar antecedentes por motivos simplemente económicos.
Siempre han existido industriales que han tenido claro que
reducción de desechos y mejora de los rendimientos
económicos suelen ir asociados.

La industria del hierro y el acero, una de las primeras
desarrolladas con la industrialización, ofrece diversos
ejemplos de reducción de residuos, tales como la
recuperación del polvo y la reutilización de la
chatarra. Estos avances se consiguieron en asociación con
la introducción de nuevas tecnologías de hornos. El
horno Siemens, desarrollado en 1857, recuperaba calor residual y
lo reutilizaba para precalentar aire, ahorrando combustible y el
costo correspondiente (INHEM, 1992; INE, 1999; CITMA, 2005;
Colectivo de Autores, 2010).

Pero el impulso definitivo a las Producciones Más
Limpias se han debido principalmente a la promulgación de
una creciente legislación destinada a detener el proceso
de degradación ambiental y la desventaja económica
que representa utilizar solamente procesos de tratamiento, los
que desde el punto de vista de su preferencia respecto al impacto
ambiental que provocan, se jerarquizan como sigue:

• Reducción en el origen como la forma
más deseable de gestión

• Reciclado y reutilización

• Tratamiento

• Acudir al depósito controlado, solo si no
hay más remedio

Mientras tanto que la industria es la que al final debe
poner en práctica las Producciones Más Limpias, el
papel que tiene el gobierno es el de proveer un ambiente que
acelere el proceso y que apoye a la industria para que inicie su
propio programa de Producciones Más Limpias.

El rango de herramientas disponibles que intentan
catalizar a la industria para que adopten las Producciones
Más Limpias es grande, y varios países
seleccionarán las combinaciones de herramientas que
consideren más adecuadas a sus necesidades (INE, 1999;
Yassi et al, 2002; PNUMA/IMA, 2002; CITMA, 2005;
Cárdenas, 2010).

En la publicación Estrategias y políticas
gubernamentales para la producción más limpia del
PNUMA/IMA (2002), se analizaron las herramientas disponibles de
acuerdo a cuatro diferentes categorías:

1. Regulaciones aplicables

2. Utilización de instrumentos
económicos

3. Provisión de medidas de apoyo

4. Obtención de asistencia externa.

En los países industrializados, se han aplicado
las primeras de estas tres herramientas, de manera general en el
mismo orden que se muestra. La última herramienta, la cual
se refiere a obtener asistencia externa, es especialmente
relevante para los países en desarrollo y para aquellos
que pasan por una transición económica. En otras
palabras, los gobiernos han establecido, primero las regulaciones
diseñadas para limitar las emisiones en el aire, agua y
suelo; después han introducido instrumentos
económicos que alientan la práctica de estas
regulaciones y penalizan su violación; por último,
han dado apoyo a las industrias para hacer que las regulaciones
se cumplan más fácilmente. En el proceso, los
países desarrollados han adquirido extensos y complicados
sistemas de regulación.

La búsqueda de soluciones lo más
integradas posible para reducir los problemas asociados a todo
tipo de corrientes residuales y proteger los distintos medios
ambientales (aire, agua y suelo) llevó a ampliar el
concepto de minimización de residuos hasta la
prevención de la contaminación (CNMA, 1999;
Castillo et al, 2000; Van Berkel, 2000; Hoyt, 2000;
Ashton et al, 2000; Catálogo Europeo de Residuos,
2002; Martínez et al, 2005).

Incentivos para
la implementación de Producciones Más
Limpias

El primer argumento para aplicar una gestión que
incluya las Producciones Más Limpias es de tipo
legislativo. Pero mientras otras medidas ambientales implican un
crecimiento de los costos, las Producciones Más Limpias se
justifican por si sola porque representa un beneficio
empresarial, ya que sus acciones están encaminadas a la
reducción de las corrientes residuales y al aumento de la
productividad material y/o la seguridad del proceso.

Este beneficio se puede lograr incluso en países
donde no exista legislación ambiental o, de existir, no se
aplique suficientemente. Pero las oportunidades para emprender
las Producciones Más Limpias son mucho mayores cuando las
empresas tienen que realizar, por obligación, tratamiento
de sus corrientes residuales o cuando, siguiendo el principio
"quien contamina paga", están sometidas bien al pago de un
permiso o tasa, antes de liberarlas al medio externo, o bien al
pago por un depósito controlado.

Los motivos económicos van acompañados
cada vez más por otros, como la necesidad de conservar la
imagen empresarial o las responsabilidades legales que se pueden
derivar de un daño humano o ambiental provocado por una
contaminación de origen identificable con la empresa (Van
Berkel, 2000; PNUMA/IMA, 2002; Yassi et al,
2002).

Algunos de los incentivos que una empresa tiene para
aplicar las Producciones Más Limpias son:

• El cumplimiento de la legislación presente
o previsible en un futuro próximo.

• Obtener ventajas adicionales en la
obtención de renovaciones de los permisos de
fabricación cuando la Administración sigue una
política incentivadora de Producciones Más Limpias
y aplica medidas tales como poder acogerse a trámites
más simplificados.

• Lograr beneficios en la explotación y
aumento de la competitividad.

• Mejora de la imagen empresarial y, asociada con
ella, establecimiento de mejores relaciones con los clientes,
vecinos y sociedad en general.

• Una reducción de las posibles
responsabilidades civiles y penales.

• Asegurar mejores condiciones de trabajo en cuanto
a higiene y seguridad.

• La reducción de la necesidad de
tratamiento de efluentes, dejando capacidad disponible en las
instalaciones para futuros proyectos de ampliación y
reduciendo la inversión que sería
necesaria.

• Las mejoras se benefician de ventajas de las
compañías aseguradoras.

• La empresa tiene un valor más seguro para
los accionistas.

Dificultades para
la implementación de las Producciones Más
Limpias

Frente a los incentivos mencionados, en ocasiones, la
adopción de las Producciones Más Limpias puede
presentar algunas dificultades, entre las cuales se
destacan:

• La falta de conciencia ambiental.

• Una típica resistencia burocrática
a introducir cualquier tipo de cambio.

• La falta de soporte empresarial por parte de los
altos niveles de gestión.

• La falta de consenso dentro de la
organización.

• La falta de información sobre las
posibilidades y ventajas existentes en las Producciones
Más Limpias.

• La falta de una tecnología
apropiada.

• Aún existiendo y siendo asequibles, el
desconocimiento de las tecnologías que se podrían
aplicar.

• La falta de una tecnología adaptada a las
necesidades y circunstancias específicas.

• El desconocimiento de las ventajas que las
Producciones Más Limpias pueden representar para asegurar
la continuidad empresarial.

• Incomprensión de la
reglamentación.

• Prevención por parte de los responsables
de investigación, desarrollo, ingeniería o
producción.

• Un incorrecto control del programa una vez en
ejecución y la falta de información sobre las
ventajas que se van consiguiendo.

• Incorrecta asignación de los costos de
tratamiento o disposición final que no permiten reflejar
las ventajas económicas.

• Políticas de precios o subsidios para el
agua, la energía, el vertido de residuos, etc. que
distorsionan la situación comparativa.

• La falta de recursos financieros.

• La falta de internalización de los costos
ambientales.

Producción
Más Limpia, Tecnología y
Gestión

La experiencia compartida por diversos programas de
minimización y Producción Más Limpia
demuestran que se pueden introducir muchas mejoras en los
procesos industriales con beneficio simultáneo para el
medio ambiente y la economía de la producción, sin
tener que realizar inversión alguna, o recuperable en un
período inferior a un año. Las oportunidades son
mucho mayores cuando se internalizan los costos ambientales, y se
añaden a los costos de tratamiento o a las tasas de
contaminación. La mejor alternativa, desde el punto de
vista económico, resulta de aplicar las Producciones
Más Limpias hasta alcanzar un mínimo en los costos
de producción (Hoyt, 2000; Ashton et al, 2000;
Wagner, 2007).

La Producción Más Limpia se aplica a la
industria, aunque también es útil en otros sistemas
productivos, como por ejemplo el agrícola, al buscar los
mismos objetivos de menor consumo de materias primas y limitar
los efectos residuales derivados de la utilización de
fertilizantes y pesticidas, o bien a usar residuos naturales
reciclados desde el propio sistema productivo para el
enriquecimiento de los suelos. Dentro del sistema de
producción industrial, se incluyen procesos de
transformación física o química tan
distintos como la minería, la elaboración de
alimentos, de componentes mecánicos o eléctricos,
de maquinaria o los procesos químicos. Aunque la
tecnología es un factor crítico para la industria,
la producción óptima de cualquier sistema
industrial raramente se consigue con una óptima
tecnología. Para que la fabricación sea efectiva y
eficiente se han de conjugar dos factores fundamentales:
tecnología y gestión.

En todos los casos los sistemas de producción
tienen un objetivo económico. El beneficio es la medida de
la eficiencia de cualquier industria. El ecoambiente no es su
objetivo, sino parte del marco de referencia, dentro del cual
actúa.

Aunque la situación actual en ciertas
localizaciones industriales puede ignorar el marco ambiental, al
analizar opciones de Producciones Más Limpias hay que
tener en cuenta todos los costos, presentes y previsibles,
incluyendo los que resultan de la internalización de
costos ambientales, para tomar decisiones útiles a largo
plazo, por lo que las opciones de Producciones Más Limpias
siempre se someten a un análisis
económico.

La evolución industrial aporta continuamente
nuevas posibilidades en cuanto a materiales, equipos y
diseños, a los que el sistema productivo ha de responder
dinámicamente. La necesidad de cambio también
alcanza a las formas de gestión adaptándose a las
circunstancias del entorno, a nuevas metodologías, a
cambios legislativos o a las nuevas imposiciones comerciales. Un
programa de Producciones Más Limpias facilita una
respuesta continua a las nuevas situaciones y por esta
razón se describe como una actividad sistemática y
permanente.

Las evaluaciones de Producciones Más Limpia son
actividades intensivas de ejecución periódica
dentro de un programa, pero que también pueden ejecutarse
aisladamente. Aunque la ejecución de evaluaciones es
fundamental para conseguir avances importantes, es difícil
poder mantener la misma intensidad de evaluación de forma
permanente. La forma más conveniente de proceder es
establecer un programa de Producciones Más Limpias entre
sucesivas evaluaciones realizadas cada dos o tres años,
pero sin olvidarse de las Producciones Más Limpias entre
sucesivas evaluaciones, ejecutando las opciones de menor
prioridad y prestando atención a cualquier nueva
circunstancia que requiera una intervención puntual (Van
Berkel, 1999; Hoyt, 2000; Ashton et al, 2000; Wagner,
2007; Ochoa, 2007; Rizzo, 2008; Colectivo de Autores,
2010).

El programa de la Producción Más Limpia,
que engloba las evaluaciones, debe incluirse a su vez dentro del
sistema de gestión ambiental más amplio de la
empresa. El sistema de gestión ambiental abarca el resto
de las actividades, tales como los tratamientos de aguas
residuales o la gestión de residuos tóxicos. El
programa de Producciones Más Limpias debe tener una
prioridad clara dentro de este sistema de gestión
ambiental. Debido principalmente a razones históricas, a
la Producción Más Limpia no siempre se le da este
grado de prioridad. Conseguir esta prioridad ha de ser uno de los
objetivos del programa.

El sistema de gestión ambiental está
destinado a cumplir los objetivos marcados por la alta
dirección en materia ambiental y de forma particular, a
cumplir la legislación ambiental. Incorporado dentro del
sistema de gestión ambiental se realiza según un
criterio multiobjetivo, con el fin de compatibilizar los
objetivos ambientales con los objetivos económicos de las
empresas. La Producción Más Limpia ofrece una
ventaja inmediata al conseguir beneficios simultáneamente
para ambos objetivos: ambiental y económico, facilitando
la total incorporación del sistema de gestión
ambiental dentro del sistema general de
gestión.

El programa de Producción Más Limpia debe
conseguir la utilización óptima de los recursos
incluyendo las materias primas auxiliares; cómo conservar
y hacer uso eficaz del agua y la energía; cómo
llegar a minimizar las corrientes residuales. Además, debe
tratar de eliminar, en tanto que sea posible, las sustancias
tóxicas ó peligrosas que intervienen en el proceso
o que son incorporadas al producto (Harvey, 1999; Hoyt, 2000;
Orcés et al, 2004; Castillo, 2004; Ochoa,
2007).

En el mercado competitivo, la supervivencia de la
empresa depende del incremento o reducción de los costos.
En muchos aspectos, la eficiencia de la empresa debe ser
maximizada para que esta prospere en el futuro. Las tendencias
del rechazo de productos, quejas de los clientes, costos de la
mano de obra y la utilización de los materiales son
continuamente monitoreados y la eficiencia en estas áreas
son universalmente reconocidas como importantes objetivos. Muy
pocos directores de empresas monitorean los desperdicios, ni
trabajan sistemáticamente para identificarlos o reducirlos
como un medio para reducir los costos.

Conclusión

La gestión de la Producción Más
Limpia es un proceso dirigido fundamentalmente a la
elevación del desempeño ambiental y
económico del sector empresarial en la
actualidad.

Referencias
bibliográficas

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  • 14- Wagner, R. (2007). El futuro verde de la
    Industria Gráfica. Extraído el 19 de junio de
    2010 desde: http://greenprinters.org.

 

 

Autor:

Ing. Carlos Alberto Moreno
Linares

Dr C. Raúl Ricardo
Fernández Concepción

MSc. Angie Fernández
Lorenzo

MSc. Luis Lutgardo Díaz
Crespo

Universidad de Pinar del Río

Calle Martí Final 270, Esquina Ignacio Agramonte

Pinar del Río, Cuba.

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