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El Método Positivista



  1. Introducción
  2. Reseña
    biográfica
  3. Definición del
    positivismo
  4. Características del
    positivismo
  5. Historia del positivismo
    (antecedentes)
  6. Importancia del positivismo en las ciencias
    sociales
  7. Bibliografía

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Introducción

Este ensayo es el primero de este tipo, que nos fue asignado
al grupo por el profesor de la asignatura. El tema fue expuesto
magistralmente en clase, en forma de conferencia, con parcas y
ocasionales intervenciones de los estudiantes del curso.

El tema trata de una corriente filosófica denominada
"Positivismo", enmarcada en un contexto histórico
y filosófico de la historia de la humanidad, que
surgió en el siglo XIX, en contraposición al
pensamiento feudalista; en el cual la Iglesia y Dios
tenían un carácter de supremacía y la
contemplación religiosa y dogmática, eran
principios y valores ineludibles de los individuos de la
sociedad.

Esta filosofía acompaña el nacimiento y
afirmación de la organización
técnico-industrial de donde se refundan los principios y
valores burgueses; es interesante conocerla y tomar
posición, en tanto que estamos inmersos en una sociedad
cuyos integrantes pugnan por conseguir una forma de vida
más equitativa y con una concepción social de mayor
armonía.

Esta investigación nos va a permitir (en forma muy
somera) comparar, comprender y evaluar, con respecto a otras
corrientes del pensamiento humano, la diversidad de criterios
ideológicos y racionales, que pueden privar de manera
subyacente algunas veces y otras con una marcada
imposición cultural, en las sociedades a través de
la historia.

Entre las fuentes utilizadas contamos con apuntes
tomados en la clase del profesor, además de obras
bibliográficas propuestas por el mismo, otras buscadas por
cuenta propia, y de Internet, entre otros.

Los criterios utilizados para su selección son
obvios: todos los contenidos tienen explicaciones conexas con la
esencia de esta teoría del pensamiento positivista
decimonónico, que aun dos siglos después se
mantiene vigente en gran parte del mundo.

Quedará de nuestra iniciativa y albedrío
seguir indagando sobre los problemas filosóficos que
circundan esta teoría del conocimiento y seguir mejorando
los conocimientos sociales que ya iniciamos en "La casa que vence
las sombras".

Reseña
biográfica

Hace más de dos siglos nació en
Montpellier Francia, Isidoro Augusto María
Francisco Javier Comte, el 18 de Enero del 1798, en el
seno de una familia humilde de un funcionario menor. Desde muy
chico fue reacio a la religión católica tradicional
y también rechazaba las doctrinas
monárquicas.

Desde joven demostró excelentes habilidades
matemáticas (siendo tan solo un adolescente de 16
años enseñaba a otros coetáneos suyos);
luego ingresa a la elitista Escuela Politécnica, en la
capital francesa (1814-1816), y fue expulsado con otros
estudiantes al participar en un revuelta (al proporcionar una
calurosa bienvenida a Napoleón Bonaparte, a raíz de
la Batalla de los Cien días), acusándosele de
republicanismo e indisciplina.

Regresa a su ciudad natal y cursa medicina; va de nuevo
a París para seguir sus estudios, haciendo traducciones
mientras tanto para subsistir. Por 1817 conoce al teórico
socialista Claude Henri de Rouvoy, Conde de Saint-Simon,
de quien sería, un año después, secretario y
colaborador hasta el año 1824, cuando rompen por
diferencias de criterios ideológicos; sin embargo las
ideas reformadoras de Saint-Simon dejarían su huella en
Comte, lo cual se nota en algunas de sus obras.

A partir de ese momento dedica su vida a estructurar un
pensamiento particular, procurando ganar adeptos en su entorno
social. Durante dos años se dedica a dar lecciones
privadas para sobrevivir a las condiciones deplorables de vida
que tenía a nivel económico.

En el año 1826 comenzó a dar cursos
privados de su filosofía positiva al público en
general pero prominentemente a personas preclaras en el saber.
Desajustes mentales le impiden seguir impartiendo dichos cursos,
que continúa luego de tres años; un año
después (1830) sale a la luz el primer volumen de su
Curso de filosofía positiva (la obra completa
consta de seis tomos y toda su publicación tardó
doce años).

Además de los emolumentos que recibía por
los cursos de filosofía que dictaba, también
instruía en astronomía, aunado al importe que le
podían devengar sus publicaciones, sin embargo, todo ello
era insuficiente para mantener unas condiciones mínimas de
vida decorosa, por lo que acepta el puesto de examinador en la
Escuela Politécnica (donde había estudiado
anteriormente), al no lograr ingresar como docente en la
universidad.

John Stuart Mill, un amigo suyo, lo beneficiaba con
subsidios que recogía desde Inglaterra. Una infeliz
unión conyugal terminó, como era de esperar, en
separación. Luego, en 1845, se enamora
platónicamente de Clotilde de Vaux, quien
fallecería un año después. Éste
efímero amor lo marcó de tal manera, que el culto a
la mujer amada se reflejó en sus obras
posteriores.

En 1842 publicó su Tratado elemental de
geometría analítica;
en 1844 su Tratado
filosófico sobre la astronomía popular
y su
Ensayo sobre el espíritu positivo; de 1851 a 1854
su Sistema de política positiva; el 1854 sale el
Catecismo positivista; en el 1856 La síntesis
subjetiva o el sistema universal de las ideas relativas al estado
normal de la humanidad.

Aun cuando esta gran cantidad de escritos no le
granjeó un escalafón social, si le consiguió
cierto renombre, principalmente del célebre sabio Emile
Littré, quien acogió con beneplácito y
difundió ampliamente los preceptos e ideas de este
movimiento positivista.

Hacia finales de los 40 se funda la sociedad
positivista. Más personas adoptaban sus ideas
filosóficas, llegando a constituirse casi en un
religión irreverente, una especie de culto (no a una
deidad) hacia el hombre histórico: la humanidad,
con sus santos y todo (científicos, pensadores, etc.), lo
que Comte observaba con buenos ojos; sus ritos subsisten
todavía en Francia y Brasil.

Fue un genio (que literalmente, rayaba en la demencia)
huraño, de arduo trato; tal como son la generalidad de
pensadores que se toman a pecho el cometido de transformar un
orden establecido en la sociedad, inclusive a nivel
global.

Muere muy pobre en París, donde vivió el
mayor tiempo de su vida, el 5 de Septiembre de 1857.

Definición
del positivismo

Es una teoría del conocimiento que sostiene que
la verdadera fuente del saber son los hechos, la experiencia y la
observación: detallada, continua, objetiva, predictiva y
causal de esos fenómenos experienciales, mediante la
aplicación de los pasos del método
científico
(lo cual se considera universal), guiado
por la razón analítica.

Es el nombre dado a una corriente filosófica,
cuyo rasgo primordial es el ideal de una fundamentación en
el conocimiento científico (sin elementos
teológicos o metafísicos), basada únicamente
en el análisis hipotético-deductivo de los datos
empíricos del mundo físico.

Conocimiento Científico

Es un saber sistemático, racional,
metódico, lógico, objetivo, autocrítico,
empírico y se basa en los pasos del método
científico
.

Método Científico

El método científico, es una
reflexión metódica sobre el proceso de
producción del conocimiento científico y es:
empírico, analítico, hipotético y
deductivo.

Pasos del Método
Científico

  • Elección del tema o problema. Puede
    ser libre o impuesto:

  • Libre. Si es espontáneo, Que le
    parezca importante o que toque sus fibras.

  • Impuesto. Cuando ha sido asignado por un
    profesor, un superior o un tercero.

  • Delimitación del problema. En esta
    etapa, ya el problema resulta ser un objeto de la
    investigación científica, en la cual es
    necesario delimitar:

  • La ubicación espacial o
    geográfica.

  • En el tiempo.

  • Su precisión
    epistemológica.

Debemos ser concretos, específicos y precisos al
circunscribir el tema escogido.

  • Referencia al marco
    teórico

Se debe investigar la esencia y el contexto del tema, en
un conjunto de conceptos, categorías y nociones que
permitan pensar la situación planteada o el problema. Para
ello es necesario apoyarse en una buena bibliografía, con
argumentos relacionados con la esencia de lo que se
indaga.

  • Hipótesis

Es un enunciado o planteamiento de solución
posible y debe ser consecuencia directa de un adecuado marco
teórico.

Junto a los datos contrastados se va hilando
metodológicamente, aferrándose a una verdad
lógica, que va guiando la investigación hasta tener
una conclusión.

  • Recolección de datos

Es posterior a la hipótesis, en la cual se va
elaborando un esquema provisional y una programación de lo
que se inquiere, permitiendo ahora una referencia
empírica.

  • Contrastabilidad de datos

En esta fase se confrontan los datos recogidos con la
hipótesis formulada, para verificarla e ir redactando lo
que será la parte conclusiva o final.

  • Conclusión. Esta debe ser abierta y
    temporal:

  • Abierta, porque debe ser sometida a toda
    crítica, inclusive la propia.

  • Temporal, porque debe ser susceptible de
    modificarse posteriormente.

Al positivismo, sus detractores, le critican que sus
principios niegan todo lo ideal, abstracto o metafísico,
lo que permite ir mas allá de las experiencias. Que trunca
la inteligencia del hombre, reduciendo la ciencia a pura
nomenclatura, colección de hechos, observación y
formulación, sin ningún espíritu.

Asimismo afirman, quienes mantienen posiciones
distintas, que no todas las experiencias son reales, aun cuando
nuestros sentidos así lo aprecien (ilusiones
ópticas, trucos de magia, confusión mental, etc.) y
por el contrario, muchos científicos han llegado a
conclusiones concretas utilizando, a veces, la abstracción
y/o métodos no verificables o "medibles".

Características del
positivismo

En general, la ciencia positiva, se puede caracterizar
por:

  • Empirismo: la experiencia, la
    observación de los fenómenos
    intersubjetivamente controlables, de fuente de conocimientos
    objetivos. El empirismo constituye una actitud
    científica relativamente pasiva, moderadamente abierta
    al experimentalismo, es decir, a la invención, la
    provocación, construcción de experiencias que
    suponen, en general, técnica, mediante una vigorosa
    interacción con la naturaleza.

  • Descriptivismo: el saber positivo es
    fundamentalmente comprobante: una ley sólo es la
    fórmula general de una regularidad natural, pues la
    observación permite comprobar que hasta el presente,
    un acontecimiento o un hecho de tipo y sigue siempre a un
    acontecimiento o un hecho. La ciencia positivista no pretende
    tanto explicar los fenómenos naturales (lo que implica
    el recurso a la noción discutible de "causa") como
    describirlos.

  • Abanderamiento
    antimetafísico
    : la formulación
    nomológica de regularidades fenomenales no va
    más allá de una hipótesis prudente a
    propósito de lo observable. No da intervención
    a nociones metafísicas relativas a la naturaleza
    profunda de las cosas o a sustancias que estén
    "detrás" de los fenómenos o los hechos
    observables y ni siquiera a la noción de causalidad.
    El positivismo es nominalista, rechaza la hipóstasis
    de abstracción o de entidades no observables
    empíricamente.

  • Relativismo: no se puede extrapolar
    (en todo caso, sólo con gran prudencia y a modo de
    hipótesis), ni mucho menos absolutizar. Nada permite
    afirmar que en el futuro se verificarán las
    regularidades naturales que se ha comprobado hasta ahora, ni
    que las leyes astronómicas que se han enunciado a
    partir de la observación del sistema solar sean
    válidas más allá de
    éste.

  • Pragmatismo: «Saber para poder con el
    fin de proveer». El valor del saber científico,
    positivo, consiste en su eficacia y en su utilidad social.
    Las "creencias científicas", aun cuando, en
    términos absolutos, no sean más verdaderas que
    las otras (en el sentido de conformidad a la naturaleza
    profunda de las cosas), son, por el momento, las mejores en
    lo que concierne a la supervivencia y a la
    organización de la vida de los hombres en
    sociedad.

  • Consensualismo: la organización
    social y el mejoramiento de las condiciones de existencia
    exigen la paz. Ahora bien, las ciencias que han llegado al
    estado positivo y se caracterizan por un método no
    violento para regular los conflictos de opinión que,
    en la mentalidad religiosa y metafísica, son
    interminables o se dirimen de manera dogmática y hasta
    con violencia física. El espíritu positivo
    permite regular los diferendos de manera pacífica y
    consensuada por todos los que aceptan someterse a la regla de
    la observación empírica, objetiva, es decir,
    repetible y compartida. Lo que ha de poner fin a las
    discusiones es la comprobación de los hechos y no la
    ley del más fuerte ni del más hábil. Ese
    consensualismo pacífico es un modelo para regular los
    conflictos entre los seres humanos, sean los que
    fueren.

  • Estatismo: es mitigado y se refiere
    sobre todo a las ciencias que han llegado al estado positivo,
    para las cuales Comte no espera ya ninguna revolución.
    Estas ciencias se contentan con acrecentar o precisar un
    conjunto de leyes del que ya se ha adquirido lo esencial. Por
    tanto, todas las transformaciones profundas que ocurran en
    matemáticas, en lógica o en física
    quedan al margen de la perspectiva del positivismo. Su
    concepción de la ciencia positiva es cerrada,
    doctrinaria: sólo requiere una exposición
    sistemática en un tratado enciclopédico.
    Únicamente algunas ciencias –como la
    biología o la sociología– tienen
    todavía mucho que evolucionar hacia el estado
    positivo, que es el estado superior o adulto
    final.

Historia del
positivismo (antecedentes)

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, el
romanticismo que caracterizaba al idealismo alemán
comienza a perder vigencia. El positivismo pretende "atenerse a
los hechos" y toma a la ciencia experimental como modelo de toda
racionalidad.

Paradójicamente, muchos positivistas, que bien
pudieran ser considerados románticos, han exaltado a la
ciencia y a la humanidad en su capacidad de producir ciencia. Hay
quienes incluso, afirman que el positivismo es una suerte de
"romanticismo de la ciencia".

La forma más antigua de positivismo se
basa en el pensamiento filosófico del francés
Augusto Comte. Es posible que sea él quien mejor
represente esa corriente de pensamiento, tanto que podría
ser considerado su fundador; aunque hay conceptos comunes que
también manejan pensadores de la talla de: Bacon, Hume,
Kant y Saint-Simon, entre otros.

Hay en esta filosofía una relación notable
con el empirismo, en tanto valoran la información
que proviene de la experiencia; pero también hay una clara
diferencia: el positivismo lo considera, sin lugar a dudas, un
realismo (los sentidos toman contacto con la realidad, y
las leyes de la naturaleza expresan con conexiones "reales" y no
simplemente abstracciones subjetivas).

Para Comte esta filosofía de vida es una respuesta al
pensamiento medieval (que se centraba en Dios), su
intención principal consistía en liberar al hombre
de las "estorbos" del mito y la tradición y en este
aspecto concordaba parcialmente con Francis Bacon, quien
intentó recoger los primeros resultados de la
revolución industrial.

Pero el positivismo fue también un intento para
remediar los conflictos sociales de esa época tan
convulsionada. Era necesario para lograr tal reforma una nueva
organización del saber y una nueva epistemología,
que llevase al hombre a una ilustración guiada por la
razón.

Comte consideraba necesaria la desaparición de
una visión cósmica tradicional, de corte
teológico, en beneficio de la racionalización de
todos los procesos relacionados con la vida del
hombre.

Orden y progreso

Éstas son premisas de la filosofía
Comtiana, las cuales poseen una clara intención de reforma
social en el contexto de las secuelas de la Revolución
Francesa. Comte afirma que la reforma de la sociedad no se puede
realizar exitosamente sin una reforma teórica.

Augusto Comte contrapone el orden a la
revolución, lo cual lo aproxima a los
filósofos del movimiento Restaurador; pero se separa de
ellos a buscar el orden en el progreso y no de
regreso al pasado.

Ley de los tres estados

"Consiste esta ley que en cada una de nuestras
concepciones principales, cada rama de nuestros conocimientos,
pasa sucesivamente por tres estados teóricos diversos: el
estado teológico o ficticio; el estado
metafísico
o abstracto; el estado positivo o
científico. (…) En el estado teológico,
el espíritu humano, la dirigir esencialmente sus
investigaciones hacia la naturaleza íntima de los seres,
las causas primeras y finales de todos los efectos que percibe,
es una palabra, hacia los conocimientos absolutos, se representa
los fenómenos como producidos por la acción directa
y continuada de agentes sobrenaturales, más o menos
numerosos, cuya intervención arbitraria explica todas las
aparentes anomalías del universo. En el estado
metafísico
, que no es en el fondo sino una simple
modificación general del primero, se substituyen los
agentes sobrenaturales por fuerzas abstractas… En fin, en el
estado positivo, es espíritu humano, reconociendo
la imposibilidad de obtener nociones absolutas, renuncia a buscar
el origen y el destino del universo y a conocer las causas
íntimas de los fenómenos, para dedicarse
únicamente a descubrir, mediante el empleo bien combinado
del razonamiento y de la observación, sus leyes
efectivas." [1]

El positivismo ha ejercido una gran influencia en el
pensamiento después del siglo 19. Los grandes creadores de
la ciencia natural han transitado por rumbos positivos. En la
historia de la cultura Venezolana, el positivismo clásico
está notablemente presente. Se puede hablar de dos
generaciones de pensadores genuinamente positivas. La primera se
inicia con Adolfo Ernst (1848-1928) y A. Rojas
(1826-1894).

La segunda generación la constituyen los
discípulos de Ernst y de Villavicencio. En la actualidad
ya no podemos ser positivistas clásicos, la experiencia de
dos grandes guerras nos han enseñado que el progreso de la
ciencia y la tecnología de por si no hace feliz ni
moralmente bien a nadie. Nuestro problema consiste en la
creación de una nueva moral que sea aceptable para la
mentalidad científica y de consenso universal.

Importancia del
positivismo en las ciencias sociales

El término positivo es una manera
especial de filosofar, examinar las teorías de cualquier
orden, es decir, la filosofía positiva se ocupa del
estudio de los fenómenos sociales considerando los
resultados de la actividad de nuestras facultades intelectuales,
nos proporciona el único medio verdadero y racional. La
doctrina positivista se interesa por la reorganización de
la vida social para el bien de la humanidad a través del
conocimiento científico y a su vez el control y dominio de
las fuerzas naturales. Los componentes principales del
positivismo son la filosofía y el programa en conductas
individual y social, la cual se traduce en una fusión bajo
el concepto de una religión, siendo en realidad la
humanidad el objeto del culto.

El positivismo, científicamente, no admite otros
conocimientos como válido, sino los que proceden de la
fenomenología, rechazando toda noción previa y todo
concepto total y absoluto.

Es la única realidad científica, y la
experiencia y la inducción, los métodos exclusivos
de la ciencia. Es una teoría de historia y un intento de
construir una teoría de la sociedad humana, es decir una
Sociología. Cada ciencia pasa inevitablemente por esta
fase que de ningún modo hace falta representar como un
conjunto de prejuicios estériles, sino precisamente como
la forma embrionaria del saber. La mente humana cae en
interrogantes sobre la naturaleza oculta de las cosas, saber el
por qué de las cosas; es un estado de intermedio entre el
teológico y el positivo, en él se siguen buscando
los conocimientos absolutos, intenta explicar la naturaleza de
los seres, su esencia, sus causas, en el estado positivo, a
través de él se explica la realidad mediante la
observación y la experimentación, busca la
explicación de los hechos por medio de la
formulación de las leyes y prescinde de la
metafísica.

El espíritu positivo tiene que fundar un orden
social. La constitución de un saber positivo es la
condición de que hay una autoridad social suficiente y
esto refuerza el carácter histórico del
positivismo.

Comte, fundador de la Sociología, intenta llevar
al estado positivo el estudio de la humanidad colectiva, es
decir, convertirlo en ciencia positiva. Él valora
altamente el papel organizador de la iglesia católica, en
la época metafísica, corresponde la influencia
social a los legistas, es la época de la irrupción
de las clases medias, el paso de la sociedad militar a la
sociedad económica, es un período de
transición, crítico y disolvente, el protestantismo
contribuye a esta disolución. Por último, al estado
positivo corresponde la época industrial, regida por los
intereses económicos y en ella se ha de restablecer el
orden social, y este ha de fundarse en un poder mental y
social.

La idea de la reforma social

Comte, reflexiona sobre la Francia contemporánea
y le lleva a la convicción de que era indispensable una
reforma de la organización social y que era necesaria una
reforma de las ciencias; reformada permite fundar las ciencias no
existentes de la sociedad, sin la cual es imposible reconstruir
unificadamente la vida social.

Durante las épocas de organización de las
sociedades estaban orientadas hacia la conservación de las
cosas; la sociedad era considerada como una entidad
supra-individual que posee valores propios con respectos a los
individuos; la sociedad era considerada como la totalidad que no
poseía autonomía ya que estaba regida por otros
valores que eran muy escasos, pero que fueron superados a medida
que se fueron afianzando en su identidad hasta llegar a un
progreso justo.

Comte, desea el rescate de la naturaleza orgánica
que cambias los modos del pensamiento y su desarrollo
intelectual, con el fin de que la humanidad se insertase a una
sociedad positiva, para así poder restaurar todo aquello
que se venía arrastrando desde la sociedad feudal, para
así centrarse en el individuo, es decir, con una
organización espiritual que tendría fundamentos no
sólo en los dogmas teológicos y creencias
cristianas, sino precisamente en la ciencia.

Bibliografía

BURK I., Filosofía, Ediciones Insula,
Caracas-Venezuela 1985

COMTE A., Curso de Filosofía Positiva,
Editorial Aguilar Argentina S.A., Buenos Aires-Argentina
1973

KOLAKOWTSKI L., Filosofía
Positivista,

MARCUSSE H., Razón y Revolución,
Editorial Alianza, MadridEspaña 19848

MARÍN M., El Positivismo y las Ciencias
Sociales,
Argentina 1998

http://www.cibernous.com/autores/comte/teoría/biografía.htm
[15/07/2005]


https://www.monografías.com/trabajos/positivismo/positivismo

[15/07/2005]

http://www.caminantes.metropoloiglobal.com/web/filosofía/positivismo.htm
[18/07/2005]

http://www.catedras.fsoc.uba.ar/rubinich/biblioteca/biografia.hml
[19/7/2005]

 

 

Autor:

Hernán Antonio
Nuñez

 

[1] Augusto Comte, Curso de filosofía
positiva, 1830

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