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La orientación sexual




Enviado por danyervik



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. El
    desarrollo desde los 4 hasta los 25
  3. La
    adultez
  4. La
    ancianidad
  5. Los
    peligros de la adolescencia

Introducción

La sexualidad constituye una importante dimensión
psicológica de la personalidad, de tal
significación que determina y condiciona la naturaleza del
ser humano a través de su desarrollo. Al respecto La
sexualidad no es la vida toda, pero sí una parte
importante de la vida, que se manifiesta en todas las esferas de
la actividad humana".

La sociedad basada en la explotación del hombre
por el hombre y se inició la construcción de una
sociedad, la sociedad socialista; esta crea las condiciones para
una moral sexual libre y más digna del ser humano; ya no
hay razón para que exista el sometimiento de la mujer, la
censura y los prejuicios de tiempos pasados, ni los dogmas que
restringen la sexualidad a la procreación. La moral sexual
de esta sociedad ha de constituir fuente de felicidad y placer
para la pareja humana, la sexualidad impregna arte, encanto y
magia a la vida.

Considerar la sexualidad como atributo de la
personalidad en su evolución, compromete asumir su
expresión en dependencia del momento de desarrollo del
individuo y la necesidad de su orientación, lo que se
concreta en la educación sexual como proceso de
preparación del ser humano para el amor, acorde con
principios éticos y morales basados en la responsabilidad,
la equidad, la diversidad, las relaciones de pareja y la
preparación del hombre y la mujer para la
constitución de la familia, célula básica de
la sociedad.

Para la política educacional cubana, la
educación sexual de las actuales y futuras generaciones ha
sido siempre objetivo prioritario. Se concibe como parte de la
formación integral de los niños, adolescentes y
jóvenes, acorde con el desafío que enfrenta el
mundo actual, la lucha por elevar la calidad de vida de la
humanidad, en correspondencia con el desarrollo de una
población sana y plena, física y
mentalmente.

Al emerger la educación sexual como objetivo
priorizado y eje transversal, se estimula el desarrollo de
investigaciones y experiencias pedagógicas de avanzada que
abordan desde diferentes aristas la problemática, con
énfasis en adolescentes, jóvenes y familia. En
consecuencia se organizan diferentes proyectos, centros y grupos
de estudio en relación con este asunto, aportando
importantes antecedentes que la autora de este trabajo ha
reconocido.

La creación de estos cursos constituye un
programa de la Revolución y una prioridad en la escuela
cubana. Los estudiantes que lo integran han sufrido, en mayor o
menor escala consecuencias negativas de su alejamiento del
sistema educativo, expresadas en el deterioro de su sistema de
valores, el desconocimiento de contenidos relacionados con la
esfera de la sexualidad y la manifestación de conductas
sexuales inapropiadas, contradicción importante en
correspondencia con el joven que pretende formar esta sociedad
socialista, impregnada de la ideología marxista-leninista
y martiana.

En correspondencia con lo anteriormente planteado surge
la necesidad de revertir esa problemática, orientando la
educación de la sexualidad de los estudiantes de manera
transformadora, que se traduzca en modos de actuación
responsables, acorde con el modelo que se espera.

DESARROLLO

El desarrollo
desde los 4 hasta los 25

El desarrollo y, en general, la vida del ser humano se
desenvuelve a través de sucesivas etapas que tienen
características muy especiales. Cada una de ellas se funde
gradualmente en la etapa siguiente. Sin embargo, no hay un
acuerdo unánime para determinar cuántas y
cuáles son esas etapas. Tampoco se puede decir
cuándo comienza exactamente y cuándo termina cada
etapa, pues en el desarrollo influyen diversos factores
individuales, sociales y culturales. Por eso se dice que cada ser
humano tiene su propio ritmo de desarrollo.

En general, se considera que las etapas del desarrollo
humano son las siguientes:

  • Pre-natal

  • Infancia

  • Niñez

  • Adolescencia

  • Juventud

  • Adultez

  • Ancianidad

La etapa pre-natal

Se desarrolla en el vientre materno, desde la
concepción del nuevo ser hasta su nacimiento. Pasa por
tres periodos:

  • Periodo sicótico: Se inicia en el momento de
    la concepción, cuando el espermatozoide fecunda al
    óvulo y se forma el huevo o zigoto. Este comienza
    entonces a dividirse y subdividirse en células y
    aumenta de tamaño hasta formar el embrión, que
    al final de la segunda semana se arraiga en el
    útero.

  • Periodo embrionario: Dura unas 6 semanas, en las
    cuales el embrión se divide en tres capas que se van
    diferenciando hasta formar el esbozo de los diversos sistemas
    y aparatos corporales.

  • Periodo fetal: Es la culminación del
    embrión. El feto ya tiene la definida forma de un ser
    humano, que después de desarrollarse aceleradamente
    durante 7 meses, abandona el claustro materno en el acto del
    nacimiento.

La Infancia

Es la etapa comprendida entre el nacimiento y los seis o
siete años.

Desarrollo físico y motor: El neonato pesa
normalmente entre 2.5 a 3 kgs y tiene una estatura promedio de
0.50 m. Tiene una cabeza desproporcionada en relación con
su cuerpo y duerme la mayor parte del tiempo. Pero no es un ser
completamente pasivo ya que gradualmente va reaccionando a la
variedad e intensidad de los estímulos de su nuevo
ambiente.

  • Aparecen los primeros actos reflejos:

  • Succión del pecho materno

  • Contracción pupilar.

  • Reacción ante sonidos fuertes y ante diversos
    sabores.

  • Realiza movimientos espontáneos e
    indiferenciados:

  • Agita y retuerce su cuerpo

  • Mueve los brazos y piernas (pedalea)

  • Reacciones emocionales indiscriminadas de
    agitación y excitación que acompañan a
    los movimientos espontáneos y que se producen ante
    estímulos agradables o desagradables.

  • En el desarrollo motor observamos lo
    siguiente:

    • A las 15 semanas: Puede coger un objeto
      perfectamente.

    • A las 25 semanas: Se sienta solo.

    • A las 45 semanas: Gatea

    • A los 15 meses: Ya camina solo.

    • A los 2 años: Sube las escaleras
      solo.

    • A los 3 años: Corre de una manera
      más uniforme, puede lavarse y secarse las manos
      solo, alimentarse con una cuchara sin ensuciar demasiado,
      ir al baño, responder a instrucciones.

    Desarrollo cognoscitivo: Según Piaget, el
    infante, hasta los 6 o 7 años, pasa por los siguientes
    periodos de desarrollo de la inteligencia:

    • 1. Periodo de inteligencia senso –
      motora: El infante se interesa en ejercitar sus
      órganos sensoriales, sus movimientos y su lenguaje
      que le van permitiendo el ir

    • 5. afrontando determinados problemas.
      Así, entre los 5 y 9 meses, el bebé
      moverá su sonaja para escuchar el
      ruido.

    2. Periodo de la inteligencia concreta:

    A. Fase del pensamiento simbólico (2 – 4
    años) Aquí el niño lleva a cabo sus
    primeros tentativos relativamente desorganizados e inciertos
    de tomar contacto con el mundo nuevo y desconocido de los
    símbolos. Comienza la adquisición
    sistemática del lenguaje gracias a la aparición
    de una función simbólica que se manifiesta
    también en los juegos imaginativos. Por ejemplo, el
    niño que le regaló una pelota grande y de
    colores que está colocada como un adorno. Sus hermanos
    salen a jugar (sin llevar la pelota de siempre, sucia y
    pequeña) y le dicen al niño que traiga la
    pelota; él llevará la que está de adorno
    porque para él no hay más pelota que la que le
    regalaron.

    B. Fase del pensamiento intuitivo (4 – 7
    años) Se basa en los datos perceptivos. Así dos
    vasos llenos de la misma cantidad de bolitas, el niño
    dirá que hay más en el vaso largo. En este
    periodo el desarrollo del niño va consiguiendo
    estabilidad poco a poco, esto lo consigue creando una
    estructura llamada agrupación. El niño comienza
    a razonar y a realizar operaciones lógicas de modo
    concreto y sobre cosas manipulables. Encuentra caminos
    diversos para llegar al mismo punto (sabe armar
    rompecabezas).

    En la infancia se produce el egocentrismo, es decir, todo
    gira entorno al "yo" del infante y es incapaz de distinguir
    entre su propio punto de vista y el de los demás.
    También en este periodo predomina el juego y la
    fantasía, por lo que el infante gusta de cuentos,
    fábulas y leyendas. Mediante su exaltada
    fantasía dota de vida a los objetos y se crea un mundo
    psicológico especial.

    Desarrollo afectivo, sexual y social: Se distinguen tres
    fases:

    Fase oral: El niño nace preparado a conservar la
    vida mamando, y mientras se nutre tiene las primeras
    relaciones con los demás, creando de este modo un nexo
    entre afecto y nutrición y entre necesidad de los
    otros y actividad oral. El niño llevará
    – para experimentar y comunicar con los
    demás: todo a la boca, (siente placer).

    La relación oral incluye la comunicación a
    través del tacto, el olor, la posición del
    cuerpo, el calor, los nexos visuales, el rostro de la madre,
    etc.

    Esta etapa se supera, pero siempre nos quedan rezagos
    tales como mascar chicle, fumar, llevar objetos a la
    boca.

    Fase elíptica: El infante desarrolla un intenso
    amor por el progenitor del sexo opuesto. El niño se
    apega a la madre y la niña al padre.

    El niño es posesivo, de aquí que el padre es
    sentido un intruso y un rival (complejo de Edipo). En esta
    rivalidad frente al padre, el niño teme ser destruido
    por el padre (complejo de castración). Al mismo tiempo
    nace una angustia en el niño o por el temor confirmado
    de poder ser destruido por el padre o por su hostilidad
    frente a un padre que, pese a todo, lo quiere (sentimiento de
    culpa). Finalmente el niño descubre que para llegar a
    poseer a su madre tiene que llegar a ser todo un hombre como
    su padre (principio de identificación). Aquí es
    cuando el niño comienza a interiorizar las normas de
    los padres conformándose el "super yo".
    Analógicamente se llega a la identificación de
    la niña con su madre.

    La mayoría de los problemas en las etapas
    posteriores tienen su origen en un Edipo no resuelto. Son
    manifestaciones de una fijación en esta etapa cuando
    hay falta de identificación con su propio sexo.
    Concluimos afirmando que, en esta etapa, el niño
    aprende a ser varón y la niña a ser mujer.

    La Niñez

    Se sitúa entre los 6 y 12 años. Corresponde
    al ingreso del niño a la escuela, acontecimiento que
    significa la convivencia con seres de su misma edad. Se
    denomina también "periodo de la latencia", porque
    está caracterizada por una especie de reposo de los
    impulsos institucionales para concentrarnos en la conquista
    de la socialidad.

    Las socializad que comienza a desarrollar es
    "egocéntrica": "Todo sale de mí y vuelve a
    mí", "Te doy para que me des". Sus mejores amigos son
    los que le hacen jugar, le invitan al cine o un helado".

    El niño, al entrar en la escuela da pie al
    desarrollo de sus funciones cognoscitivas, afectivas y
    sociales.

    F. Cognoscitivas: El niño desarrolla la
    percepción, la memoria, razonamiento, etc.

    F. Afectivas: En cuanto que el niño sale del
    ambiente familiar donde es el centro del cariño de
    todos para ir a otro ambiente donde es un número en la
    masa; donde aprende y desarrolla el sentimiento del deber,
    respeto al derecho ajeno amor propio, estima de sí,
    etc.

    F. Social: La escuela contribuye a extender las
    relaciones sociales que son más incidentes sobre la
    personalidad.

    Características principales en esta
    etapa:

    • Aprende a no exteriorizar todo, aflora,
      entonces, la interioridad.

    • Son tremendamente imitativos, de aquí que
      necesiten el buen ejemplo de sus padres.

    • El niño se vuelve más objetivo y
      es capaz de ver la realidad tal como es.

    • Suma, resta, multiplica y divide cosas, no
      números.

    • Adquiere un comportamiento más firme
      sobre sus realidades emocionales.

    La Adolescencia

    Es la etapa en que el individuo deja de ser un
    niño, pero sin haber alcanzado aún la madurez
    del adulto. Sin embargo, es un tránsito complicado y
    difícil que normalmente debe superar para llegar a la
    edad adulta. Se considera que la adolescencia se inicia
    aproximadamente a los 12 años promedio, en las mujeres
    y a los 13 años en los varones. Este es el momento en
    que aparece el periodo de la pubertad, que cambia al
    individuo con respecto a lo que hasta entonces era su
    niñez.

    En la adolescencia se distinguen dos
    etapas:

    1) Pre-adolescencia (fenómeno de la
    pubertad)

    2) Adolescencia propiamente dicha.

    1. La Pre adolescencia:

    • Desarrollo físico: Se produce una intensa
      actividad hormonal. Se inicia a los 11 o 12 años
      en las mujeres y a los 13 o 14 años en los
      varones. En las mujeres aparece la primera
      menstruación y en los varones la primera
      eyaculación; pero en ambos todavía sin
      aptitud para la procreación. En ambos sexos
      aparece el vello púbico.

    Se da también un rápido aumento de
    estatura, incremento en el peso, aparición de
    caracteres sexuales secundarios; en las mujeres: senos,
    caderas, etc. En los varones: Mayor desarrollo muscular,
    fuerza física, aumenta el ancho de la espalda, cambio
    de voz, pilosidad en el rostro, etc.

    • Desarrollo cognoscitivo:

    • No confunde lo real con lo imaginario y por
      tanto puede imaginar lo que podría ser.

    • Usa con mayor facilidad los procedimientos
      lógicos: análisis, síntesis
      Descubre el juego del pensamiento.

    • Desarrollo su espíritu
      crítico.

    • Discute para probar su capacidad y la seguridad
      del adulto.

    • En ocasiones es fantasioso, pero con poca
      frecuencia. Hay una proyección de sí en el
      porvenir; pero también a veces evade lo
      real.

    • Desarrollo tendencial:

    • Tiene necesidad de seguridad pero a la vez una
      necesidad de independencia de sus padres.

    • Esto hace que despierte la necesidad de
      libertad, de ser independiente y libre; para ello emplea
      la desobediencia como una necesidad.

    • Desarrollo afectivo:

    • Gran intensidad de emociones y
      sentimientos.

    • Hay desproporción entre el sentimiento y
      su expresión.

    • Las manifestaciones externas son poco
      controladas y se traducen en tics nerviosos, muecas,
      refunfuños, gestos bruscos, gritos
      extemporáneos.

    • Pasa con facilidad de la agresividad a la
      timidez.

    • Desarrollo social:

    • Creciente emancipación de los
      padres.

    • Busca la independencia pero a la vez busca
      protección en ellos.

    • Se da mutua falta de comprensión (con sus
      padres)

    • Tiene necesidad de valorarse, de afirmarse, de
      afiliación y de sentirse aceptado y reconocido por
      los de su entorno.

    • Su principal interés son las diversiones,
      el deporte, etc.

    • Desarrollo sexual:

    • Tendencia a la separación entre chicos y
      chicas.

    • Gran curiosidad por todo lo relacionado con la
      sexualidad

    • Desarrollo social:

    • Va pasando de la heteronomía a la
      autonomía.

    • Aquí influye mucho la moral de la familia
      como testimonio. Así el adolescente será
      capaz de:

    • Fijar metas y objetivos propios.

    • Organizar su actividad en conformidad con sus
      proyectos.

    • Organizar mejor y eficientemente su tiempo
      libre.

    • Desarrollo religioso:

    El desarrollo religioso puede ser
    problemático cuando:

    • Los padres no dan testimonio, usan la
      religión como disciplina y no son
      estables.

    • Cuando el muchacho encuentra serias dificultades
      en el ramo de la sexualidad.

    • Cuando la religión, en el ambiente
      social, es considerado como "cosa de mujeres",
      "pueril".

    • Cuando la catequesis recibida en la infancia ha
      sido formalista y separada de la vida.

    De lo contrario el desarrollo religioso es
    satisfactorio.

    2. La Adolescencia propiamente dicha:

    • Desarrollo Cognoscitivo: La adolescencia es la
      etapa donde madura el pensamiento lógico formal.
      Así su pensamiento es más objetivo y
      racional. El adolescente empieza a pensar abstrayendo de
      las circunstancias presentes, y a elaborar teorías
      de todas las cosas. Es capaz de raciocinar de un modo
      hipotético deductivo, es decir, a partir de
      hipótesis gratuitas y, procediendo
      únicamente por al fuerza del mismo raciocinio,
      llegar a conclusiones que pueden contradecir los datos de
      la experiencia.

    La adolescencia es también la edad de la
    fantasía, sueña con los ojos abiertos ya que el
    mundo real no ofrece bastante campo ni proporciona suficiente
    materia a las desmedidas apetencias de sentir y así se
    refugia en u mundo fantasmagórico donde se mueve a sus
    anchas.

    Es también la edad de los ideales. El ideal
    es un sistema de valores al cual tiende por su extraordinaria
    importancia. El adolescente descubre estos valores y trata de
    conquistarlos para sí y para los demás. Aunque
    este hecho no afecta a todos los adolescentes. Depende de la
    formación recibida.

    • Desarrollo motivacional: Según Schneiders
      , en el adolescente sobresalen los siguientes
      motivos:

    • Necesidad de seguridad: Se funda en un
      sentimiento de certeza en el mundo interno (estima de
      sí, de sus habilidades, de su valor
      intrínseco, de su equilibrio emocional, de su
      integridad física) y externo (económica, su
      statuts en la familia y en el grupo). El adolescente
      puede sufrir inseguridad por los cambios
      fisiológicos, la incoherencia emotiva o por la
      falta de confianza en los propios juicios y
      decisiones.

    • Necesidad de independencia: Más que una
      existencia separada y suficiencia económica,
      significa, sobre todo, independencia emocional,
      intelectual, volitiva y libertad de acción. Se
      trata de una afirmación de sí.

    • Necesidad de experiencia: Fruto del desarrollo y
      la maduración que en todos sus aspectos son
      dependientes de la experiencia. Este deseo de experiencia
      se manifiesta claramente en las actividades "vicarias"
      (TV, radio, conversación, cine, lecturas, juegos,
      deportes). Por esto mismo se meten en actividades poco
      recomendables: alcohol, drogas, etc.

    • Necesidad de integración (de identidad):
      Que es un deseo inviolable y de valor
      personal.

    • Necesidad de afecto: Sentir y demostrar ternura,
      admiración, aprobación).

    • Desarrollo afectivo: Es difícil
      establecer si la adolescencia es o no un periodo de mayor
      inestabilidad emotiva . Pero nada impide reconocer la
      riqueza emotiva de la vida del adolescente y su
      originalidad.

    La sensibilidad avanza en intensidad, amplitud y
    profundidad. Mil cosas hay ante las que ayer
    permanecía indiferente y, hoy, patentizará su
    afectividad. Las circunstancias del adolescente, como la
    dependencia de la escuela, del hogar, le obligan a rechazar
    hacia el interior las emociones que le dominan. De ahí
    la viveza de su sensibilidad: al menor reproche se le
    verá frecuentemente rebelde, colérico. Por el
    contrario, una manifestación de simpatía, un
    cumplido que recibe, le pondrán radiante,
    entusiasmado, gozoso. El adolescente es variado en su
    humor.

    • Desarrollo social: Tanto el desarrollo
      cognoscitivo, como el motivacional y afectivo agilizan el
      proceso de socialización. El adolescente tiene en
      su comportamiento social algunas tendencias que conviene
      reseñar:

    • A medida que crece, son mayores y más
      variadas sus experiencias sociales.

    • Este mayor contacto con la sociedad favorece un
      conocimiento más real de la sociedad.

    • Mayor conciencia de los demás, así
      como una progresiva conciencia de pertenencia a una clase
      social

    • Otras tendencias importantes son la madurez de
      la adaptación heterosexual, la búsqueda de
      status en el grupo de compañeros de la misma edad
      y la emancipación de la familia.

    En este proceso de socialización encontramos
    en el adolescente una serie de oscilaciones tales
    como:

    • Oscilación entre excitación y
      depresión: trabajo y ocio, buen humor y
      llanto.

    • Oscilación entre sociabilidad e
      insociabilidad: delicados e hirientes, tratables e
      intratables.

    • Oscilaciones entre confianza y desconfianza de
      sí mismos.

    • Oscilaciones entre vida heroica y
      sensualidad.

    En esta época aparecen rivalidades y luchas
    para obtener el poder y ejercerlo sobre lso demás.
    Prueba sus fuerzas físicas y así se convierte
    en agresivo, lo que se manifiesta con ciertos actos
    exteriores (se golpean unos a otros), palabras agresivas (se
    insultan), manifestaciones reprimidas y ocultas, agresividad
    contra sí mismos, agresividad contra las
    cosas.

    La situación del adolescente frente a la
    familia es ambivalente: Por una parte está la
    emancipación progresiva de la familia, lo que implica
    un riesgo; y por otra, el adolescente percibe que su familia
    es fuente de seguridad y ayuda, con miedo a
    perderla.

    Esta situación puede o no ser conflictiva.
    Depende cómo los hijos son educados. Será
    entonces, conflictiva:

    • Por las relaciones personales precedentes
      defectuosas.

    • Por el sentido de inutilidad por parte de los
      padres.

    • Por sobreprotección parental o por
      abandono.

    • Por dudas de parte de los padres en torno a la
      responsabilidad de sus hijos.

    • Por el fenómeno de la constancia
      perceptiva, a través de la cual a los hijos se les
      ve siempre "niños".

    • Por las frustraciones de los padres proyectadas
      a sus hijos que llevan a una identificación a la
      inversa y a una mala interpretación.

    • Los padres afrontan los problemas de hoy en
      contexto de ayer.

    • Por el hecho de que los padres son adultos y
      representan a la clase privilegiada, que niega al
      adolescente el "status" del mismo
      género.

    • Por el "conflicto de generaciones" debido a los
      contrastes que pueden surgir por la diferencia de edad
      entre dos generaciones.

    Una línea de solución está en
    la comprensión, en un gradual proceso decisional
    comunitario. Durante la adolescencia, la escuela favorece la
    reorganización de la personalidad sobre la base de la
    independencia. La escuela facilita:

    • La emancipación de los padres

    • Un status autónomo fundado sobre su
      propia acción.

    • La constitución de grupos

    • Una mayor independencia volitiva al tratar con
      los adultos.

    Pero también la escuela puede presentar los
    siguientes obstáculos:

    • Puede desatender problemas vitales (si se limita
      a lo intelectual)

    • Ignora al estudiante como individuo (sólo
      exige rendimiento)

    • Prolonga las relaciones adulto –
      niño.

    • Algunas escuelas son el campo de batalla de
      contiendas ideológicas y
      políticas.

    Hemos de ver también las relaciones entre
    adolescentes: La amistad entre adolescentes se caracteriza
    por la sinceridad, el altruismo, la delicadeza. Se precian de
    tener los mismos gustos y opiniones, se imitan, se tienen
    mutua confianza, se quieren con exclusividad, se sacrifican
    unos por otros.

    Entre ellos predominan los grupos primarios, se
    reúnen con frecuencia, participan de las mismas
    diversiones, peligros y emociones. El grupo proporciona a los
    adolescentes
    bienes diversos:

    • Les da sentimiento de seguridad,
      protección y solidaridad.

    • Facilita las amistades

    • Es una escuela de formación
      social

    • Ayuda a emanciparse de sus padres

    • Reduce el conjunto de frustraciones.

    – Desarrollo sexual: La sexualidad del adolescente
    no es sólo un fenómeno psico –
    fisiológico, sino también socio –
    cultural. Los valores, costumbres y controles sexuales de la
    sociedad en que vive el adolescente determinan en gran parte
    su actitud y comportamiento psicosexual.

    Todos los adolescentes en un momento dado se
    preocupan más o menos de su desarrollo sexual pero de
    ello no hablan espontáneamente sino en un clima de
    gran confianza. La tensión sexual que tiene todo
    adolescente es el resultado de tres tipos de estimulantes que
    operan de forma compleja: La acción de mundo exterior,
    la influencia de la vida psíquica y la acción
    del organismo.

    En la adolescencia comienzas las primeras
    atracciones heterosexuales, la chica es más
    corazón y el chico es más cuerpo. La chica es
    más exhibicionista que el chico.

    – Desarrollo moral: La moral para los adolescentes
    no es una exposición de principios, ni un conjunto de
    convenciones sociales; es, ante todo, un comprometer todo su
    ser a la búsqueda de la imagen ideal de sí
    mismo, donde pone a prueba la fuerza de la voluntad, la
    solidez de las posibilidades y cualidades personales. Hay
    algunos valores morales que ellos prefieren por ser
    más brillantes, más nobles y porque exigen un
    don de sí más absoluto.

    • El sentido del honor: sentimiento de la nobleza
      y de la dignidad del hombre frente al hombre.

    • La sinceridad, signo de una personalidad que se
      afirma.

    • La valentía, motor de muchos
      actos.

    • La lealtad.

    – Desarrollo religioso: En la adolescencia se pone
    en movimiento exigencias particulares como el encuadramiento
    del propio yo en un mundo que tiene un sentido absoluto;
    estas exigencias hallan respuesta sólo en una
    específica dimensión religiosa. En esta edad,
    lo trascendente son afirmados como tales. Sin duda que para
    esto influye la educación dada por los padres, la
    ecuación de la escuela y el medio ambiente.

    El grupo de compromiso en la fe ahonda la
    religiosidad del adolescente y lo abre a los
    demás.

    La juventud

    Es la etapa comprendida aproximadamente de los 18 a
    los 25 años. Es la etapa en la que el individuo se
    encuentra más tranquilo con respecto a lo que fue su
    adolescencia, aunque todavía no ha llegado al
    equilibrio de la adultez. El joven es capaz de orientar su
    vida y de ir llegando a la progresiva integración de
    todos los aspectos de su personalidad.

    En el campo del conocimiento: El joven es más
    reflexivo y más analítico. Es la mejor
    época para el aprendizaje intelectual, porque el
    pensamiento ha logrado frenar cada vez más los excesos
    de la fantasía y es capaz de dirigirse más
    objetivamente a la realidad. Tiene ideas e iniciativas
    propias, pero no deja de ser un idealista; sus ideales
    comienzan a clarificarse. De ahí nace el deseo de
    comprometerse.

    En el aspecto moral: Los valores empiezan a tener
    jerarquía en la que predomina la justicia y es capaz
    de distinguir lo prioritario y lo urgente. Rechaza la
    imposición, no con agresividad sino con una sana
    rebeldía. Asume una conciencia propia de sus actos y
    les da el valor moral que les corresponde.

    Su desarrollo puede desembocar en la
    autonomía y entonces sabrá integrar a sus
    convicciones personales los valores presentados por la
    sociedad, la religión, el grupo y el ambiente de
    trabajo o de estudio.

    Pero también puede desembocar en la
    dependencia, entonces será arrastrado por lo que los
    otros, será como un barco sin anclas en el que las
    olas le harán bailar hasta que la primera tempestad le
    haga naufragar.

    Nace en el joven el concepto de bien y de
    mal.

    En el ámbito vocacional: Es el momento en el
    que el joven se orienta hacia una profesión, hacia el
    mundo del trabajo, todo se concretiza en el PROYECTO DE LA
    EXISTENCIA. Ese proyecto es el conjunto de valores en el que
    el joven crece, le da una orientación a la propia vida
    y lo orienta dinámicamente hacia el futuro.

    Puede el joven desviarse escogiendo un proyecto
    consumístico, egocéntrico; un proyecto
    válido ha de tener en cuenta el hecho fundamental de
    la existencia, las convicciones religiosas, el
    compromiso…

    Todo esto supone una opción inteligente y
    libre. En esa medida será una opción que
    responda al hecho fundamental de la existencia: "ser para el
    otro" será una opción de amor.

    En la vida afectiva y sexual: Mirando hacia
    atrás, un joven se ríe de sus fracasos
    sentimentales, porque empieza a descubrir lo que es realmente
    el amor. El joven varón, luego de sentirse
    atraído por el físico de las chicas y por las
    chicas que llenaban determinadas cualidades, ahora necesita
    amar a una sola persona con quien proyectar posteriormente
    una comunidad de vida.

    La joven deja de soñar en su príncipe
    azul, para aceptar un muchacho como es, e iniciar un
    diálogo de amor auténtico.

    El amor ya no es para él o para ella un
    simple pasatiempo, una necesidad social, un escape, una
    compensación, sino un compromiso serio y respetuoso
    con la persona a quien ama. Todo esto implica que el joven es
    ya dueño de sí, controla sus impulsos y
    así se desempeña oportunamente.

    Su socialización: Frente a los demás,
    el joven actúa responsablemente, es decir, haciendo
    uso de su libertad es capaz de responder de cada uno de sus
    actos, de tener conciencia de lo que dice y hace en orden a
    la realización del proyecto de vida. Esto significa
    que el joven:

    • Asume la vida como tarea

    • Es consciente de su solidaridad con los
      demás

    • Está convencido que su vida es para los
      demás

    • Está abierto a nuevas
      responsabilidades

    El joven va concluyendo la emancipación de la
    familia mientras que se abre cada vez más a
    múltiples relaciones sociales. Descubre las
    ideologías y se orienta por un ideario
    político, pero también entra en conflicto ante
    diversas pretensiones totalizantes que lo llevan a
    relativizar todo (para él vale tanto Julio
    César, como Mao, Jesucristo o Mahoma). Otro peligro es
    caer en la politiquería.

    Desarrollo religioso del joven: En el joven se
    verifican profundas transformaciones en el pensamiento
    religioso. Así, el joven fundamenta
    críticamente la religión con mayor base
    motivacional, pero también puede acentuar su
    crítica sobre determinadas formas institucionales que
    se oponen al ideal de un pueblo de Dios en marcha.

    Para algunos jóvenes la visión
    religiosa del hombre y del mundo puede servir de soporte a la
    autonomía moral. A las antiguas motivaciones de origen
    parental (es malo porque está prohibido por los
    padres) o de rigen social (es malo porque está
    prohibido por el grupo o la sociedad) se sustituye la mueva
    motivación racional y religiosa (es malo porque
    está contra el orden establecido por Dios para la
    realización del hombre).

    En esta época se presentan las dudas
    religiosas. Aquí hemos de distinguir entre una duda
    positiva y otra negativa. La duda positiva es de la persona
    que busca una más grande verdad, desarrollando una
    función de ulterior maduración. La duda
    negativa, en cambio, es síntoma de una personalidad
    religiosa en crisis fruto de un pasado religioso harto de
    dificultades.

    El joven al ingresar a la universidad o a un centro
    de estudios superiores, se encuentra con una serie de
    ideologías que pretenden dar una explicación
    exhaustiva del hombre y del mundo. Frente a este
    fenómeno el peligro es el de querer relativizar
    todo.

    La
    adultez

    Es la etapa comprendida entre los 25 a los 60
    años aproximadamente, aunque como es sabido, su
    comienzo y su término dependen de muchos factores
    personales y ambientales.

    En esta etapa de la vida el individuo normalmente
    alcanza la plenitud de su desarrollo biológico y
    psíquico. Su personalidad y su carácter se
    presentan relativamente firmes y seguros, con todas las
    diferencias individuales que pueden darse en la
    realidad.

    Así, hay adultos de firme y segura
    personalidad capaces de una conducta eficaz en su
    desempeño en la vida; hay otros de una personalidad no
    tan firme ni segura; finalmente existen los que adolecen de
    una pobre y deficiente manera de ser (personalidad) que los
    lleva a comportamientos ineficaces y hasta
    anormales.

    El adulto maduro se distingue por las siguientes
    características:

    • Controla adecuadamente su vida emocional, lo que
      le permite afrontar los problemas con mayor serenidad y
      seguridad que en las etapas anteriores.

    • Se adapta por completo a la vida social y
      cultural. Forma su propia familia. Ejerce plenamente su
      actividad profesional, cívica y cultural. Es la
      etapa de mayor rendimiento en la actividad.

    • Es capaz de reconocer y valorar sus propias
      posibilidades y limitaciones. Esto lo hace sentirse con
      capacidad para realizar unas cosas e incapaz para otras.
      Condición básica para una conducta
      eficaz.

    • Normalmente tiene una percepción correcta
      de la realidad (objetividad), lo cual lo capacita para
      comportarse con mayor eficacia y sentido de
      responsabilidad.

    El adulto inmaduro presenta características
    completamente opuestas:

    • Es contradictorio en su comportamiento
      (incoherente) y no controla sus reacciones
      emocionales.

    • No percibe la realidad tal como ésta es
      (falta de objetividad).

    • Menos consciente, responsable y tolerante (falla
      en el trabajo)

    • No se adapta adecuadamente a la vida social
      (inadaptado)

    La
    ancianidad

    La etapa final de la vida, conocida también
    como tercera edad, se inicia aproximadamente a los 60
    años. Se caracteriza por una creciente
    disminución de las fuerzas físicas, lo que, a
    su vez, ocasiona en la mayoría una sensible y
    progresiva baja de las cualidades de su actividad
    mental.

    La declinación biológica se manifiesta
    por una creciente disminución de las capacidades
    sensoriales y motrices y de la fuerza física; las
    crecientes dificultades circulatorias, ocasionadas por el
    endurecimiento de las arterias; y en general, el progresivo
    deterioro del funcionamiento de los diversos órganos
    internos.

    El anciano va perdiendo el interés por las
    cosas de la vida, y viviendo cada vez más en
    función del pasado, el mismo que evoca constantemente,
    ya que el presente y el futuro le ofrecen pocas perspectivas.
    Por eso es predominantemente conservador y opuesto a los
    cambios, pues así se siente seguro.

    Como consecuencia de la declinación
    biológica, y por factores ambientales, también
    se van deteriorando las funciones intelectuales
    (inteligencia, memoria, pensamiento, etc). Pero este
    deterioro es muy distinto en las diversas personas,
    dándose el caso de ancianos de avanzada edad que se
    conservan en excelente forma.

    Los rasgos de la personalidad y del carácter
    se van modificando. Los ancianos que han tenido una adultez
    inmadura no saben adaptarse con facilidad a sus nuevas
    condiciones de vida. Manifiestan entonces una marcada
    tendencia a la desconfianza, el egoísmo, la
    crítica aguda (especialmente a los jóvenes) y
    reaccionan agriamente contra sus familiares y el ambiente
    social.

    En cambio, otros ancianos, que fueron adultos
    maduros, se adaptan mejor a su nueva situación y
    muchos hasta parecen exagerar el optimismo, buen humor y
    generosidad. Esto se deba a que, en el fondo, en la vejez se
    acentúan los rasgos que distinguieron el
    carácter en la adultez, por lo mismo que el individuo
    ya no es capaz de ejercer un completo control y dominio de
    sus manifestaciones psicológicas.

    En los individuos especialmente dotados, la
    ancianidad es una etapa de gran comprensión,
    equilibrio y productividad. Tal es el caso de personalidades
    ilustres que siguieron contribuyendo activamente a la vida
    social y cultural de su época cuando ya la mayor parte
    de sus coetáneos descansaban en sus cuarteles de
    invierno.

    La ancianidad es la etapa final de la vida y debe
    merecer el más grande respeto, consideración y
    protección.

    Partes: 1, 2

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