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Puertos bolivianos sobre el Océano Pacifico




Enviado por Wilson Mercado



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Definiciones y Conceptos acerca de la
    Geopolítica
  3. Antecedentes
  4. Causas
    y consecuencias del enclaustramiento
  5. Conclusiones
  6. Material de referencia

Introducción

La cuestión vital para nuestra Patria, cual es su
integración marítima a través de un Puerto
Libre y Soberano sobre el Océano Pacífico sin
compensaciones territoriales, es un asunto de interés
nacional permanente. Ante esta circunstancia surge una
interrogante:

¿Volveremos al mar?

Es la pregunta que todos nos hacemos, pero para la cual
nadie tiene respuesta cabal porque a medida que pasan los
años parece que esta posibilidad se hace más remota
y que la usurpación no solamente se consolida más
aún, sino alienta la soberbia y prepotencia del ganador,
que con actitudes cada vez más insolentes hace pensar que
la fuerza brutal no solamente otorga derechos, sino
también permite modificar caprichosamente la historia con
tanta desfachatez que una cobarde conquista se pretende hacer
aparecer como justa reivindicación.

La ética en el empleo de la fuerza corona con el
laurel de la victoria a quien abrazando una causa justa,
después de agotar todos los caminos pacíficos hace
saber a su futuro contendor que ha decidido dilucidar sus
diferencias mediante el empleo de las armas; cumpliendo este
requisito ético y legal, emplea su poder representado en
medios humanos y materiales racionalmente superiores a los de su
adversario y haciendo gala de la habilidad de sus mandos somete
al enemigo como fruto de la superioridad del hombre contra el
hombre. No puede llamarse victoria al sometimiento de un
país conseguido con desprecio de las normas
internacionales y mediante la aplicación de una fuerza
desmedida, logrando que la abrumadora cantidad de medios humanos
y materiales avasalle al débil que solo atinó a
defenderse heroicamente.

Desde ese fatídico año 1879, donde Bolivia
pierde uno de los territorios más importantes, nuestro
país tendría la denominación de
"MEDITERRANEO", desde ese año hasta hoy ha sido una
prioridad permanente, sustancial e irrenunciable en la
política exterior de nuestro país la
búsqueda de una solución definitiva que nos permita
gozar del derecho legítimo de acceso libre, directo y
soberano a las costas del Pacífico
.

El asunto de la reivindicación marítima
que debió preocupar permanentemente a Bolivia hasta que
fuese lograda una solución definitiva, ha sido tratado,
por diferentes gobiernos, con total indiferencia y
dejadez.

La incapacidad para abordar este problema y encontrar
soluciones tangibles y reales, propicia a muchos autores y
diplomáticos a presentar propuestas a veces ilusorias, en
otras inclusive absurdas, sin embargo existen las soluciones
reales tangibles y coherentes.

Ese precisamente es el objetivo del presente ensayo:
Determinar las modalidades de presencia y participación
boliviana en la ribera y aguas del Océano Pacífico,
así como establecer los derechos marítimos
emergentes de esta situación mediante estrategias sobre
las opciones jurídico – políticas que se
pueden ofrecer para la reinserción marítima de
Bolivia, tomando como base sustentable los diferentes sucesos que
tuvieron lugar antes y después de la guerra del
Pacífico de 1879.

DESARROLLO.

Definiciones y
Conceptos acerca de la Geopolítica

1.- Geopolítica.

Es la ciencia que estudia cuál es la influencia
ejercida por los factores geográficos e históricos
de la vida y evolución de los estados, a fin de extraer
conclusiones de carácter político.

Sirve de guía al estadista en la
conducción de la política interna y externa del
Estado y orienta al militar en la preparación de la
Defensa Nacional y en la conducción estratégica al
facilitar la previsión del futuro, y establecer la forma
en que pueden ser alcanzados los objetivos y, en consecuencia
deducir las medidas para la conducción política o
estratégica más conveniente.

2.- Karl Haushofer.

Geopolítica es la base científica del arte
de la actuación política en la lucha a vida o
muerte de los organismos estatales por el espacio
vital.

3.- Kjellen.

La Geopolítica es la teoría del estado
como organismo geografísico fenómeno en el espacio,
es decir, el estado como tierra (país), territorio,
dominio o más distintamente como reino. Como ciencia
política tiene siempre en vista la Unidad del Estado y
contribuirá a contribuirá a comprobar la naturaleza
del Estado. Mientras que la Geografía Política
estudia la tierra como el hogar de las comunidades humanas en su
relación con los atributos restantes de la
tierra.

4.- Jorge Edmundo Jassen y Luís
Perlinger.

La geopolítica es la parte de la ciencia del
estado que estudia su territorio, relacionando sus factores
geográficos con la conducción de su
política.

5.- Dr. J. Vicens Vives.

Geopolítica es la doctrina del espacio vital.
Resume los resultados de la Geografía Histórica y
de la Geografía Política en una síntesis
explicativa, que intenta aplicar a la consideración de los
sucesos políticos y diplomáticos
contemporáneos. No pertenece propiamente a la ciencia
geográfica.

En cada una de las definiciones se concuerda que es una
rama de las ciencias políticas, no siendo una ciencia que
sea similar a la Geografía política, la misma tiene
diferencia por estar a un nivel más amplio.

Tiene como objeto de estudio las influencias entre el
hombre y el suelo y su reciprocidad entre ambos.

Hace la conjugación de los factores
geográficos, humanos, históricos,
sociológicos, económicos y estratégicos.
Saca conclusiones para el futuro, señala los posibles
objetivos del Estado y la forma cómo se piensa alcanzar
para dar mayor bienestar al pueblo.

Mediante esta contrastación y a manera de
definición, obtenemos el siguiente criterio:

Geopolítica es una rama de las ciencias
políticas que, basada en los conocimientos
geográficos, históricos, sociológicos,
económicos, estratégicos y políticos,
pasados y presentes, estudia en conjunto la vida y desarrollo de
una masa humana organizada en un espacio terrestre, analizando
sus múltiples y recíprocas influencias, para
deducir sus objetivos y estudiar sus proyecciones, con el fin de
lograr en el futuro un mayor bienestar y felicidad para el
pueblo[1]

Bolivia, por la actual situación de
mediterraneidad a la que está sometida tiene una
conceptualización de la Geopolítica muy importante
por los diferentes campos que abarca esta ciencia.

Si nos referimos a los conocimientos geográficos,
son necesarios para determinar las reales limitaciones
geográficas que tiene nuestro país, es decir los
límites específicos que debe tener como
demarcación territorial.

Los conocimientos históricos coadyuvan en el
conocimiento de los hechos luctuosos que ocurrieron antes,
durante y después de la guerra del Pacífico y
sirven de derechos inalienables de reivindicación
marítima.

El estudio de los conocimientos sociológicos,
económicos, estratégicos y políticos,
pasados y presentes, permiten vislumbrar soluciones futuras para
solucionar este problema de más de un siglo de
enclaustramiento, analizando sus múltiples y
recíprocas influencias y soluciones tentativas.

Antecedentes

La preocupación por normar las competencias de
los Estados en los diferentes espacios marítimos es de
larga data. Ya después de ser descubierto el Continente
americano, la Bula del Papa Alejandro VI dictada el año
1493, a fin de evitar conflictos entre castellanos y lusitanos en
sus viajes de conquista, estableció una línea de
polo a polo, la cual pasando las cien leguas al oeste de las
Islas de Cabo Verde dividía en dos el campo de los nuevos
descubrimientos, dejando el Este para Portugal y lo que quedaba
al Oeste para España, pero esta solución no tuvo
aplicación práctica, quedando prácticamente
sin efecto, de igual forma ocurrió con El Tratado de
TORDESILLAS, finalmente para evitar nuevos litigios entre
España y Portugal se firma el Tratado de SAN ILDEFONSO, el
1 de octubre de 1777, este tratado, además, sirvió
de base para la fundación de la
República.

Perú, Bolivia y Chile; países que lograron
su independencia a comienzos del siglo XIX, tuvieron de igual
forma serias diferencias ideológicas con respecto al
espacio marítimo que -según cada uno de ellos-
tenían derecho.

Los límites a los que debían resguardarse
estaban claramente especificados, inclusive aceptados por sus
respectivos gobiernos, obedeciendo las siguientes demarcaciones
administrativas:

  • La frontera sur de Bolivia y Norte de Chile estaba
    fijado por el río Salado o Paposo, a 25º 2" de
    latitud sur.

  • Al norte del río Salado o Paposo y hasta el
    río Loa se extendía la provincia boliviana de
    Atacama o Antofagasta. Al norte del río Loa estaba
    situada la provincia peruana de Tarapacá. (Ver Figura
    Nº 1)

Las nuevas naciones no respetaron la antigua
división colonial por causas de orden geográfico,
económico y grandes regiones deshabitadas sin recursos,
trayendo consigo consecuencias de mucha importancia como los
problemas de límites entre dichos Estados.

En 1879 la incursión chilena en nuestro
territorio se hizo patente, antes de ello sucedieron acciones y
se hicieron tratados que afectaban directamente a la
soberanía de nuestro país. Entre ellos cuentan los
hechos del año 1842 donde el gobierno chileno envió
una comisión al norte de su territorio en busca de los
depósitos de guano que aseguraban que existían en
las costas de la región entre Caldera y Bolivia y que
podían ser fuentes de riquezas para el erario
chileno.

Debido a que Mariano Melgarejo había realizado
concesiones territoriales a Chile, específicamente entre
los paralelos 24 y 25 grados, motivo por el cual, desde 1842
hasta 1857, Chile tomó posesión de todas las
guaneras del Litoral boliviano, concediendo por intermedio de su
Aduana de Valparaíso licencias para extraer guano de la
provincia boliviana, siendo este suceso una traición a los
intereses nacionales. Estos acontecimientos y la ley chilena del
31 de octubre de 1843 y el decreto correspondiente del presidente
chileno Gral. Bulnes bastaron para convencer a los chilenos la
legitimidad de pertenencia del territorio comprendido entre los
paralelos arriba mencionados.

De ahí en más, abundaron los decretos y
convenios entre Chilenos, Peruanos como Bolivianos; el más
importante quizás y que se convierte en una frontera
infranqueable para recuperar la soberanía sobre el
territorio boliviano es el firmado por los gobiernos de Bolivia y
Chile y que es conocido como el TRATADO DE PAZ Y AMISTAD (20
de octubre de 1904).

1.- Tratados Bilaterales con
Chile.

Ya se mencionó acerca del tratado de 1904, la
cual tendrá un análisis complementario más
adelante. Cronológicamente se hará mención a
continuación de aquellos tratados que tienen efectos
importantes en las relaciones con Chile.

a.- Tratado de Paz y amistad.

Los derechos bolivianos de libre acceso al mar se
remontan al tratado de Paz y Amistad suscrito entre Bolivia y
Chile el 20 de octubre de 1904.[2]

Mediante este tratado Bolivia reconoce "el dominio
absoluto y perpetuo de Chile" sobre los territorios ocupados por
este, en virtud del pacto de Tregua de 1884, que dio fin a la
Guerra del Pacífico, cediendo 158.000 Km2 de territorio y
una costa de 400 Km de largo sobre el Litoral.

Asimismo, este instrumento establece algunas medidas
compensatorias destinadas a evitar la interrupción de la
presencia boliviana en el Océano
Pacífico.

Bolivia cedió su costa marítima a cambio
de cuatro obligaciones principales por parte de Chile:

1) Construcción del ferrocarril Arica – La
Paz.

2) Garantizar la construcción de ciertos
tramos ferroviarios en Bolivia.

3) Entrega a Bolivia de trescientas mil libras
esterlinas.

4) Reconocimiento a favor de Bolivia de libre
tránsito por territorios y puertos
chilenos.[3]

Así Bolivia, ante su situación de
enclaustramiento derivada de la guerra de 1879, ha tratado de
mantener una efectiva vinculación con las aguas del
Pacífico mediante líneas ferroviarias. La
conexión Antofagasta – Oruro (1892) y Arica – La Paz
(1918) han sido las principales vías de acceso al mar y
por ende de salida al mundo de las exportaciones de minerales,
satisfaciendo de esa manera las necesidades e intereses de los
grupos mineros, en una situación virtual de asfixia
económica y aislamiento geográfico
externo.

El tratado de 1904 también otorga a Bolivia el
libre tránsito y facilidades aduaneras en
compensación a su cesión territorial que lo alejaba
del mar.

El artículo 6 del mencionado tratado, dispone,
que la República de Chile reconoce a favor de la
República de Bolivia, y a perpetuidad, el más
amplio y libre derecho de tránsito comercial por su
territorio y puertos del Pacífico. Ambos Gobiernos
acordarán, en actos especiales, la reglamentación
correspondiente para asegurar, sin perjuicio para sus respectivos
intereses fiscales, el propósito arriba
expresado.

Por esta disposición Chile concede no solo un
amplio derecho de tránsito por su territorio, sino
además, un completo usufructo de todos los puertos que
existen en el litoral chileno.[4]

Con este Tratado, Bolivia ante la pérdida de su
salida soberana al mar, adquiere un amplio derecho de libre
tránsito hacia y desde el mar, con carácter de
perpetuidad y no-reciprocidad, además de gozar del derecho
de administrar sus operaciones aduaneras en los puertos chilenos
que le sean más convenientes.

El ejercicio de estos derechos no es una liberalidad de
tipo unilateral que otorga Chile, ya que constituye más
bien una compensación por la cesión del Litoral
Boliviano acordada bilateralmente.

Pero no se puede ignorar que el tratado de 1904 entre
Bolivia y Chile fue rubricado por nuestro gobierno con todo tipo
de presiones, especialmente mediante una estrategia de
disuasión bien apoyada por el potencial militar araucano
multiplicado desde 1879; lo que desalentó la
intención boliviana de recuperar sus territorios cautivos
mediante la guerra.

Este tratado según la diplomacia chilena tiene
todo el valor legal en la comunidad internacional y su texto
expresa propósitos de paz y amistad, lo que a su vez
aparenta; y es oficial de que se lo ha firmado en forma libre y
espontánea; esta supuesta característica de
legalidad, desde entonces es el principal apoyo jurídico
chileno ante la comunidad internacional, principalmente para
negar toda demanda de nuestro país de pedir una salida al
océano Pacífico.

Chile como argumento favorable invoca la inmutabilidad
de este tratado. Mas, no siempre puede mantenerse la
inmutabilidad ya que pueden variar las condiciones estipuladas o
los factores geopolíticos de las partes que imponen
cambios inmediatos.

b.- Convención sobre tráfico
Comercial.

A objeto de adoptar la reglamentación necesaria
para efectivizar el derecho de libre tránsito comercial
establecido en el art. 6 del Tratado de Paz y Amistad de 1904, en
fecha 6 de Agosto de 1912 se firma en Santiago de Chile la
convención de Tráfico Comercial, que en su art.
1º dispone que "El gobierno de Chile garantiza el libre
tránsito por su territorio de las mercaderías
extranjeras que se embarquen para el extranjero por todos los
Puertos mayores de la
República"[5]

Por otra parte, esta convención además de
reglamentar una serie de aspectos positivos operativos que hacen
a las actividades del comercio exterior y transporte de
mercaderías en tránsito de o hacia Bolivia,
establece que estas están sometidas a las autoridades
aduaneras y leyes bolivianas de la materia, excepto en los casos
que afecten a Chile. Se establece también que las
mercaderías en tránsito desde o hacia Bolivia
estarán exentas de todo reconocimiento interior; por
tanto, Chile no fiscaliza el contenido de las mercaderías
bolivianas en tránsito por puertos chilenos.

c.- Convención sobre libre tránsito.
(1937)

Bolivia, durante la guerra del Chaco con el Paraguay,
confrontó las restricciones y limitaciones del
régimen de libre tránsito con Chile, ya que no pudo
importar armas por los puertos chilenos debido a una
prohibición dictada por el gobierno de ese país en
1933 con el supuesto fin de contribuir a la paz, siendo que la
vía de importación de armamento para el Paraguay
era la Argentina, esta medida estaba directamente destinada a
afectar los intereses bolivianos.

Dos años después de concluida la guerra
del Chaco, con el propósito de ampliar el régimen
de libre tránsito establecido y evitar sus restricciones,
el 16 de agosto de 1937 Bolivia y Chile suscriben un nuevo
Convenio sobre Tránsito, que reglamenta el ejercicio de
este derecho y sostiene que el gobierno de Chile reconoce y
garantiza el más amplio y libre tránsito a
través de su territorio y puertos mayores para las
personas y cargas que crucen por su territorio de y para Bolivia.
El libre tránsito comprende toda clase de carga y en todo
tiempo sin excepción alguna.

Con este Convenio se amplía el ámbito de
validez del derecho de libertad de tránsito de y hacia
Bolivia, al abarcar toda clase de carga y en todo sin
excepción, incluye armamento y municiones, en tiempo de
paz o en tiempo de guerra, lo que constituye un avance respecto a
la situación original.

d.- Declaración de Arica.
(1953)

En 1953, luego de la nacionalización de las
minas, las autoridades judiciales chilenas instruyeron el embargo
de implementos y equipos de trabajo, así como de otros
insumos que se encontraban en tránsito por territorio
chileno y con destino a las minas bolivianas bajo control del
Estado, en atención a una demanda interpuesta en
Antofagasta por las empresas mineras Patiño, Hochschild y
Aramayo.

A fin de evitar este tipo de contingencias que
obstruían el derecho de libre tránsito, ambos
países firmaron el 25 de enero de 1953 la llamada
"Declaración de Arica", que establece en su
cláusula primera que "toda clase de carga, sin
excepción alguna, en tránsito por territorio
chileno de o para Bolivia, se halla sujeta a la
jurisdicción y competencia exclusiva de las autoridades
aduaneras bolivianas, cualquiera que sea el recinto en que se
deposite la carga, se considerará también recinto
aduanero boliviano.

Este convenio, al establecer la inmunidad de
jurisdicción sobre las mercaderías bolivianas en
tránsito reconoce la competencia soberana de Bolivia de
aplicar su ley extraterritorialmente; vale decir, en
circunstancias especiales y específicas Bolivia ejerce
soberanía sobre territorio chileno, como si estuviere en
territorio boliviano. ( Ver Figura Nº 2)

2.- Tratados bilaterales con
Perú.

El acceso al Océano Pacífico está
sujeto a trasponer fronteras con Chile y Perú, debido a
las similitudes ideológicas y de intereses con respecto a
territorios perdidos a manos de Chile, a continuación
consideramos algunos de los convenios suscritos con el
Perú.

a.- Tratados de comercio de aduanas. (1878, 1881 y
1905)

Durante la guerra del Pacífico y a su
finalización, con el objeto de dotar a Bolivia de una
vía de acceso al mar que superara las limitaciones
derivadas de esta conflagración, se acordo con el
Perú los tratados de Comercio y Aduanas del 26 de Octubre
de 1878, 7 de junio de 1881 y del 27 de noviembre de 1905, en los
que se disponía el libre tránsito comercial entre
ambos países, de y hacia Bolivia por el Puerto de
Mollendo.

Estos tratados bien permitían a los productos
bolivianos una salida al mar por las costas peruanas,
adolecía de muchas limitaciones; su carácter
estrictamente comercial restringía el tránsito de
equipo bélico y la definición y habilitación
del Puerto de Mollendo como la principal vía de
tránsito limitaba el desarrollo competitivo de otras
alternativas de acceso al Mar.

b.- Convenio de tránsito.
(1948)

Los gobierno de Bolivia y Perú con el fin de
mejorar y ampliar el régimen de libre tránsito
existente entre ambos países y superar las limitaciones
existentes, suscribieron en la ciudad de Lima, el Convenio de
Tránsito del 15 de Junio de 1948, cuyo convenio establece
que ambos países se otorgan libre tránsito por sus
respectivos territorios en forma irrestricta, en todo tiempo y
circunstancias, para toda clase de cargas.

Esta libertad de tránsito se ejerce por las
vías habilitadas entre los dos países y por las que
habiliten en el futuro. De esta manera se diversifica las
posibilidades de tránsito para Bolivia, surgiendo
además Matarani e Ilo. ( Ver Figuras Nº 3
-11)

Este convenio consagra recíprocamente un amplio e
irrestricto derecho de libre tránsito, para todo tipo de
bienes, tanto mercaderías como armamentos; sin embargo su
carácter irrestricto tiene una limitación de tipo
geográfico, no se aplica mutuamente a todas las
vías del país, sino únicamente a las
vías especificadas entre ambos países.
Posteriormente, en la década de los setenta se
acordó conceder a Bolivia facilidades portuarias y zonas
francas en los Puertos de Matarani e Ilo. Sin embargo, en los
hechos el impacto de estas iniciativas no fue relevante, debido a
su alcance restringido y la alta competencia de los puertos
chilenos.

c.- Convenio Marco Gran Mariscal Andrés de
Santa Cruz. (Ilo, 24 de enero de 1992)

Mediante el convenio Marco Gran Mariscal Andrés
de Santa Cruz, suscrito en Ilo, 24 de enero de 1992 entre los
Presidentes de Bolivia y Perú, Jaime paz Zamora y Alberto
Fujimori, se acuerda la ejecución del Proyecto de Amistad,
Integración, Complementación y Desarrollo que
presenta los siguientes componentes.

  • El Perú concede a Bolivia el libre uso de sus
    instalaciones portuarias en ILO.

  • Desarrollo de una Zona Franca Industrial para uso de
    empresas de Bolivia, bajo el régimen jurisdiccional y
    legislación del Perú, concediendo a sus
    usuarios exenciones aduaneras y tributarias, eliminando de
    todo tipo de medidas arancelarias y un régimen laboral
    flexible con libertad de contratación de personal y
    mediante esta cesión pasa la administración a
    una empresa promotora, de carácter privado,
    mayoritariamente boliviana, por el tiempo de 50 años
    (Mediante notas reversales, ambos países acordaron
    ampliar ese período a 99 años), renovables por
    iguales períodos, que operará sobre una
    extensión de 163,5 Has., sin efectivisar transferencia
    de propiedad.

  • Desarrollo de una zona Franca Turística, con
    una longitud de 5 Km. sobre 200 Has. En la playa del litoral
    de Ilo, cediendo la administración a una empresa
    promotora, de carácter privado, mayoritariamente
    boliviana, por el tiempo de 99 años, renovables por
    iguales periodos.

  • Libre tránsito de personas entre los
    territorios de Bolivia y Perú, así como
    facilidades portuarias, de transporte terrestre, libertad de
    circulación de ferrocarriles y libertad de carga entre
    ambos países.

  • Integración física (Corredor vial
    Desaguadero – La Paz – Puerto Suárez) y enlace de
    sistemas de telecomunicaciones en ambos
    países.

  • Bolivia concede a favor del Perú iguales
    facilidades en Puerto Suárez.

Con la firma de los acuerdos de Ilo, Bolivia adquiere
las más amplias facilidades de acceso al mar, libre
tránsito, operaciones portuarias, desarrollo comercial,
industrial, turístico y pesquero en las costas del
Pacífico, estos acuerdos permiten vislumbrar que con estos
elementos de integración se pueden lograr efectos
económicos mucho más dinámicos para el
desarrollo de los respectivos países.

Desde una perspectiva jurídica, cabe aclarar que
tales derechos bolivianos no constituyen componentes de
soberanía, ni implican grado alguno de
jurisdicción, ya que las citadas facilidades portuarias,
así como las zonas francas acordadas, están
sometidas a la soberanía territorial peruana y a la
jurisdicción de sus leyes.

Desde un ángulo comparativo, cabe precisar que
estas facilidades que otorga Perú a Bolivia
cualitativamente son más amplias que las recibidas de
Chile, sin embargo tienen en contrapartida la
característica de ser recíprocas.

Causas y
consecuencias del enclaustramiento

1.- Efectos de políticas chilenas agresivas y
políticas tímidas bolivianas.

Retrospectivamente en el desarrollo del presente ensayo
y enfocando nuevamente las consecuencias de los convenios y
tratados que se realizaron antes y después de la guerra
del Pacífico enfocamos los siguientes aspectos que a
criterio del investigador son las más
importantes:

Como consecuencia del tratado de 1874, la zona
comprendida entre el río Loa y el paralelo 24, desde el
mar hasta la cordillera, junto con sus inmensos yacimientos de
salitre, bórax y de azufre, pasan a manos de Chile, las
mismas que fueron y son una fuente de riqueza fiscal para Chile
en el pasado, presente y también para el futuro. La
explotación del cobre es una de las mayores riquezas
bolivianas explotadas por los chilenos en los territorios
usurpados por los chilenos.

Bolivia se vio totalmente privada de toda
comunicación directa con el mar y reducida a una
condición tributaria de los puertos vecinos de Chile,
Perú y Argentina, llámese Antofagasta, Arica,
Matarani, Mollendo, Ilo y Rosario.

Bolivia ha sido dotada de inmensas riquezas naturales y
está llamada para ser un centro de población, de
industrias y de progresos excepcionales, la mediterraneidad
obliga sin embargo a que este hecho sea ignorado y pase
desapercibido, sumándose a todas las controversias que
dividen ahora a las naciones sudamericanas.

Sistemáticamente, estas naciones son invadidas
por intereses chilenos a nombre de la mal llamada
integración latinoamericana o la famosa
globalización, que para los chilenos es un argumento para
introducirse en países que inclusive, no son bien
recibidos. La política expansionista de este país
es sumamente notoria.

La guerra del pacífico dejó como saldo
otras consecuencias, persisten problemas en pie, cuya
solución reclaman los intereses permanentes de paz y de
justicia en este continente: Antofagasta – Arica –
Iquique.

Si bien es cierto que son problemas que no han cesado de
ser pronunciadas en labios de diplomáticos de los tres
países, también es cierto que no se han aplicado
políticas adecuadas para que estos tres territorios
cautivos pasen a formar parte de sus naciones legítimas,
la reivindicación de Antofagasta es un anhelo permanente
de los bolivianos, pero Arica e Iquique no tienen los mismos
reclamos para ser devueltos a su territorio, existe poco
interés y entusiasmo por parte de los peruanos para
consolidar una posición junto a Bolivia de hacer frente a
un país que mantiene su hegemonía en el lado
occidental de Sudamérica: CHILE.

El despojo del Litoral boliviano, producto de una brutal
agresión armada, ha sido una de las pérdidas
más graves y negativas para la Patria, cuyos resultados se
los percibe cada día en todos los aspectos de la vida
nacional.

Para enfocar la dirección del análisis
hacia Chile, por ser el país de mayor riesgo, es necesario
recordar que siempre actuó con poca sinceridad. En el
presente nadie puede demostrarnos que su conducta haya cambiado,
más aún si esa conducta está respaldada por
su poderío militar y económico.

Para minimizar ante la opinión internacional el
lacerante daño que nos ha causado con el enclaustramiento
marítimo al que nos tiene sometidos, Chile ha difundido la
incalificable mentira de que Bolivia nunca tuvo costa
marítima y que con la guerra de 1879 solo buscó
recuperar territorios que fueron suyos.

Los juicios emitidos por el General Pinochet en su libro
Geopolítica y de la que hicimos mención en el
párrafo precedente provocan consideraciones que es
necesario puntualizar para rectificar opiniones falsas que se
deslizan en su trabajo interesado en faltar a la
verdad.

Pinochet, con una frase lapidaria ha intentado poner de
relieve, a su modo, la actual mediterraneidad de Bolivia. En la
página 95 de su libro se lee: "Bolivia, país
mediterráneo desde su nacimiento a la vida
independiente".

Sin embargo hay detalles que muestran flagrante
contradicción en este punto o quizás se trate
simplemente de cierto grado de amnesia. Mientras por un lado el
Gral. Chileno, pregona la supuesta mediterraneidad boliviana; en
otro capítulo dice: "Chile, el año 1879,
tenía una mejor consistencia interior que Perú y
Bolivia, por cuanto se había organizado
políticamente con mayor solidez que sus adversarios desde
la época de Portales; en cambio sus contendores aún
pasaban períodos de golpes de Estado y revoluciones: el
resultado de la guerra le fue favorable y amplió con ello
sus fronteras
"[6].

Esta ampliación, ese aumento que menciona
Pinochet, se produjo con las costas peruanas y bolivianas
arrebatadas por Chile. En consecuencia, Bolivia no fue un
país mediterráneo.
No pudo serlo. Tuvo su
costa, la misma que ayudó al estado chileno a extenderse y
alargarse debido a las favorables circunstancias de la guerra.
Esa "mayor consistencia" y la preparación desde la
época portaliana, fueron ciertas; con ellas Chile se
lanzó a la aventura de conquistar litorales de Perú
y Bolivia.

La falta de contacto con el mar ocasiona a Bolivia un
rompimiento de relaciones con otras culturas y Estados a
través del agua. Bien es sabido que las grandes culturas
antiguas, han desarrollado sus actividades a orillas de los
ríos, y en las costas, con este antecedente Bolivia se
queda enclaustrada y AISLADA en medio de los Andes y la
Amazonía. La globalización de la economía y
las nuevas relaciones internacionales están creando en los
pueblos, intereses materiales mucho más importantes que
los que crea el nacionalismo natural, pues por el afán de
encontrar nuevas perspectivas económicas en cada uno de
los sectores, se olvidan las heridas que tanta sangre costaron a
nuestros antepasados y que los únicos causantes de
pérdidas territoriales y datos ontológicos del
pueblo son los políticos que ven solamente los intereses
personales y partidarios como un camino más para conseguir
las reelecciones y así continuar con la depredación
económica del país.

Ya lo dijimos, la cuestión vital para nuestra
patria, es su reintegración marítima a
través de un Puerto Libre y Soberano sobre el
Océano Pacífico, sin compensaciones
territoriales.

En la medida que Bolivia recupere su soberanía al
O. Pacífico, afirmará su unidad nacional y
cumplirá su rol de nudo de conexión entre las
grandes cuencas, pero si este anhelo se retrasa, crecerán
los riesgos de una excesiva y riesgosa dependencia
económica. ( Ver Figura Nº 12 y 13)

Esta posición va debilitándose a medida
que pasa el tiempo, debido a una actitud contraria y arrogante de
Chile. Este país va en sentido contrario a la historia
contemporánea, frente a ejemplos tan extraordinarios y
aleccionadores como la devolución de la Franja de Gaza y
la Cisjordania a la OLP por parte de Israel y la
pacificación entre Perú y Ecuador.

Existe temor y demasiado respeto por parte de los
diplomáticos bolivianos frente a sus similares de Chile,
como ejemplo vamos a mencionar las palabras del Ex Presidente de
Bolivia Gonzalo Sánchez de Lozada antes de su viaje a
Río de Janeiro a la Reunión del Grupo de Río
en septiembre de 1994: "Sería inoportuno hacer un
planteamiento marítimo, porque cada vez que se habla de
ese tema se despierta una expectativa en el
país"[7].

Ejemplos como este han abundado en la historia de
nuestro país, los mismos que no ha hecho otra cosa que
consolidar más y más la hegemonía de Chile y
la subordinación boliviana a los intereses
chilenos.

2.- Estrategias y políticas inadecuadas para
volver al mar: Abrazo de Charaña.

El histórico encuentro de los presidentes de
Bolivia Gral. Hugo Banzer Suárez y de Chile Gral. Augusto
Pinochet en Charaña (Población boliviana
fronteriza), se produjo el 8 de febrero de 1975, con el
propósito de solucionar puntos vitales para ambos
países, entre ellos el relativo a la mediterraneidad de
Bolivia.

Las negociaciones se formalizaron con la iniciativa del
gobierno boliviano que requería la concesión de una
franja territorial que partiendo de la costa comprendida entre la
línea de la concordia (Colindancia de Chile y Perú)
y el límite del radio urbano de la ciudad de Arica, se
prolongase hasta la frontera boliviana.

El Gobierno de Chile en su respuesta del 19 de diciembre
del año 1975, manifestó que "El territorio que se
entregue será en canje por una superficie compensatoria
equivalente como mínimo, al área de tierra y mar
cedida a Bolivia"

Quiere decir que en reemplazo de la cesión
territorial que se solicitaba, Chile propuso un canje territorial
que abarcaba un territorio de la misma dimensión del que
iba a entregar, más otro territorio equivalente a la
superficie de las aguas territoriales correspondiente a la costa
que debía cederse.

En esta forma, Chile aumentaría su área
territorial con la equivalencia de un terreno inexistente y
Bolivia reduciría en la misma proporción su propio
territorio.

En esta etapa de las negociaciones el Gral. Augusto
Pinochet se mostró irreflexivo e implacable con sus
exigencias y a esa actitud se debió el fracaso de la
negociación.

Asimismo como consecuencia del fracaso de la
negociación, Bolivia rompió relaciones con el
país vecino y el pueblo boliviano contrajo el compromiso
de no permitir la reanudación de relaciones mientras no se
restituye el Litoral marítimo o se solucione el
enclaustramiento de Bolivia.

Examinando las actividades de uno y otro país
vecino, durante ese lapso se observan notoriamente dos posiciones
claramente opuestas: Chile más interesado en retener
territorios ajenos, que Bolivia en recuperarlos.

3.- Bolivia, ¿aún aspira a una salida
soberana al Océano Pacífico?

Sin lugar a dudas la respuesta es un rotundo SI.
Sin embargo las políticas gubernamentales no han permitido
vislumbrar el camino correcto a seguir.

Para cumplir este objetivo es necesario resolver de
inmediato la contienda portuaria en lugar de postergarla
indefinidamente.
De este modo las partes ahorrarán
siglos de espera y sabrán de inmediato a qué
atenerse.

Es impostergable que el gobierno presione formalmente a
Chile la solución inmediata, sin más evasivas de la
mediterraneidad boliviana o en su defecto recurra a la
Organización de Estados Americanos en mérito de sus
propias atribuciones.

Debido a que la política expansionista de Chile
no ha culminado con la usurpación a nuestro Litoral y
pretende expandirse hacia otras latitudes con la estrategia
comercial, es necesario una concientización de la
población boliviana al no consumo de productos chilenos, y
más aún ahora que las autoridades chilenas han
aplicado salvaguardias a los productos bolivianos.

Debido a que la vinculación de nuestro
país con el mundo exterior debe desarrollarse
principalmente por los puertos de Arica y Antofagasta como rutas
obligadas, es necesario buscar políticas y estrategias
adecuadas para tener un acceso soberano al mar, sobre todo el de
Arica que por sus cualidades marítimas naturales es uno de
los más apropiados en esa latitud geográfica,
resulta difícil imaginar un reemplazo a esta
solución sin tener que realizar grandes inversiones en
otra latitud geográfica.

La estrategia inicial de Chile para usurpar nuestro
territorio ha sido la de poblar las fronteras, por lo que es
necesario fomentar a la población boliviana para que
paulatinamente aumente la densidad poblacional de nuestro
país en la región fronteriza
occidental.

También es de conocimiento público que los
beneficios económicos obtenidos por Chile gracias a la
explotación de los recursos naturales contenidos en
nuestro Litoral, han sido y son tan importantes que su
economía ha sido fortalecida con elevados índices
de progreso y desarrollo económico desde principios del
presente siglo, el cual constituye la base de su bienestar
económico y social, por lo que es necesario un esfuerzo
para consolidar política, económica, administrativa
y militarmente los territorios fronterizos con Chile y
Perú ejerciendo en la actualidad plena soberanía en
dichas regiones.

Por el curso de las negociaciones diplomáticas de
nuestros representantes y debido a la preocupante facilidad e
ingenuidad con que los representantes del gobierno nacional han
llegado a la formulación y definición de los
acuerdos bilaterales se ha demostrado la habilidad
diplomática de Chile para obtener ventajas siempre
perjudiciales a nuestros intereses nacionales a mediano y largo
plazo e inoperancia de conseguir logros para nuestro país,
por lo que es necesario que a partir de hoy las negociaciones
y acuerdos se realicen en el marco de la revisión del
tratado de 1904, y con un solo objetivo: el retorno libre,
soberano e incondicional al Océano
Pacífico.

Quizás resulte redundante mencionar aspectos que
son de dominio público, también puede resultar
redundante y hasta molesto saber de la incapacidad de nuestros
representantes, sin embargo no existe otra alternativa que
conocer nuestras limitaciones y defectos para superarlos y
avizorar tiempos mejores para nuestro país.

Conclusiones

De todo lo anterior, es necesario obtener una
concepción global que permita visualizar los hechos
históricos que han originado la pérdida de nuestro
territorio en las costas del pacífico, analizar la
situación actual para corregir los errores del pasado y
vislumbrar en el futuro una salida soberana con puertos propios
en las costas del Océano Pacífico que permita
integrarnos geopolíticamente con el mundo
entero.

Un Estado sin salida al mar, es un Estado avasallado, o
por lo menos incapaz de jugar un papel geopolítico
importante en el contexto internacional.

Por otro lado, un puerto soberano en el Océano
Pacífico nos reporta ventajas de desarrollo
geopolítico y seguridad, el primero en cuanto al
intercambio comercial a un costo inferior, la
diversificación de las posibilidades de comercio y la
explotación de la riqueza marítima; y seguridad por
que nos obliga a contar con un poder marítimo.

A.- Hechos históricos.

Los Convenios y Tratados realizados con los gobiernos de
Chile y Perú, han tenido matices que demuestran el claro
interés de los países vecinos por extender su
territorio, velar sus intereses, despojar a Bolivia de sus
riquezas y frenar nuestro desarrollo geopolítico evitando
un acceso a las aguas marítimas, las cuales aparte de
reportarnos riquezas de todo orden, nos permiten superar nuestra
cultura, por que solo el mar puede producir verdaderos
países potenciales.

Chile mantiene como instrumento para mostrar al mundo
que Bolivia no tiene derecho a las costas del Pacífico. En
este sentido la incapacidad de nuestros representantes
provocó que poco a poco se consolide esa posición
arbitraria y abusiva, alimentando el proceso de aislamiento y
postración económica.

B.- Situación actual.

La situación actual sobre el acceso al
Océano Pacífico con Puertos propios difiere en muy
poco de lo que fue un siglo atrás.

El único avance significativo, ha sido el
Convenio Gran Mariscal de Ayacucho, firmado por los gobiernos de
Bolivia y Perú, sin embargo, a pesar de la buena voluntad
mostrada por el gobierno del país vecino, no resulta muy
aleccionador el obtener una salida al Océano
Pacífico en un lugar cuya legislación tiene
vigencia sobre este territorio y el acceso requiere de grandes
inversiones, además no se puede omitir un detalle
importante: Perú no ha concedido en forma gratuita este
territorio, sino que tiene de reciprocidad la localidad de Puerto
Suárez. De todas maneras es la alternativa más real
para buscar la integración geopolítica con la
comunidad internacional, que permita el desarrollo y
potencialidad de nuestro Estado.

C.- Soluciones posibles.

No cabe duda que el acceso al Océano
Pacífico, se podrá hacer realidad solo cuando las
relaciones diplomáticas estén encaminadas a la
modificación o anulación del Tratado de Paz y
Amistad de 1904.

Todo Estado que, por ser mediterráneo, carece de
costas marítimas, orienta su política a
conseguirlas, o si este objetivo falla, crea las condiciones
favorables para neutralizar esta desventaja.

Partes: 1, 2

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