- La
Responsabilidad Social - La
Responsabilidad Social Universitaria - Reflexiones Finales
- Referencias
bibliográficas
En los últimos tiempos la
responsabilidad social es una dimensión ética que
toda organización o institución debería
tener como visión y promover en su actividad diaria. Hace
tiempo que el mundo educativo ha acogido y desarrollado la idea,
pero la reflexión acerca de la Responsabilidad Social
recién empieza a darse en el ámbito universitario.
La Universidad ha tardado tanto en poner la Responsabilidad
Social en su agenda, es por múltiples razones que no se
puede detallar aquí, pero si se sospecha por lo menos la
existencia de resistencias institucionales arraigadas con las
que, sin duda, la reforma de Responsabilidad Social Universitaria
tiene que liderar. En ese sentido, un diagnóstico
institucional para la Responsabilidad Social Universitaria es una
de las primeras tareas que se tiene que realizar, pensando
primero que ninguna organización, por su misma existencia
y modo de funcionar, es éticamente neutral sino que invita
a sus usuarios a legitimar una serie de comportamiento y
hábitos de vida, segundo que buena parte de estos valores
promovidos espontáneamente no lo son de modo consciente
sino oculto, sin relación necesaria con el discurso
público que las autoridades declaran.
En el texto siguiente se quiere aportar una
contribución al debate de la responsabilidad social
universitaria.
La
Responsabilidad Social
Parece interesante analizar primero el
concepto de Responsabilidad Social, lo primero que se afirma hoy
acerca de la Responsabilidad Social es que va más
allá del altruismo. No quiere ser filantropía pura,
la clásica donación caritativa que no tiene
relación alguna con la actividad empresarial. Desde luego,
la Responsabilidad Social es un conjunto de prácticas de
la organización que forman parte de su estrategia
empresarial, y que tienen como fin evitar daños y/o
producir beneficios para todas las partes interesadas en la
actividad empresarial.
Entonces, después de este breve
recuento de la noción de Responsabilidad Social, se puede
destacar varias características de mucha
utilidad:
La Responsabilidad Social se desarrolla
cuando una organización toma conciencia de sí
misma, de su entorno, y de su papel en su entorno. Presupone
la superación de un enfoque egocéntrico.
Además, esta conciencia organizacional trata de ser
global e integral, incluye tanto a las personas como al
ecosistema, tanto a los trabajadores como a los clientes y, a
la vez, contagiarse en todas las partes de la
organización.Esta toma de conciencia está
ligada a preocupaciones tanto éticas como interesadas.
Se trata de una voluntad ética e interesada a la vez
de hacer las cosas bien para que todos los beneficiarios
internos y externos de los servicios de la institución
estén bien. La ética, entonces, no aparece como
freno al interés egoísta de la
organización sino al contrario como empuje para su
provecho. Así se crea una articulación pocas
veces practicada entre ética y eficacia.En base a esta articulación, se
definen ciertos principios y valores como parámetros
de la buena acción para la
institución:Una ética del diálogo
y consenso entre todos los participantes y
afectados.Una ética democrática
y solidaria entre todos los participantes y afectados, en
igualdad de condición para reivindicar el respeto
de sus intereses propios.Una ética de la complejidad,
que necesita una visión holista y global de todos
los aspectos.
A partir de este marco general, se
puede tratar de pensar lo que debe ser la Responsabilidad
Social Universitaria.La
Responsabilidad Social UniversitariaAl igual que la Empresa que ha debido
superar el enfoque filantrópico de la inversión
social para entenderse a sí misma bajo el nuevo
paradigma de la Responsabilidad Social, la Universidad debe
tratar de superar el enfoque de la proyección social y
extensión universitaria como apéndices bien
intencionados a su función central de formación
estudiantil y producción de conocimientos, para poder
asumir la verdadera exigencia de la Responsabilidad Social
Universitaria.Partiendo de lo anterior, se requiere
de una reforma universitaria, sin olvidar que el proceso
puede ser gradual y empezar por cambios organizacionales
sencillos. Además, muchos de los elementos de la
reforma de responsabilización social están ya
presentes en la mayoría de nuestras Universidades como
por ejemplo la investigación interdisciplinaria, la
articulación en ciertos cursos de la docencia con la
proyección social, el desarrollo de los métodos
pedagógicos del Aprendizaje basado en Problemas y el
Aprendizaje Basado en Proyectos.Para tal fin se precisa orientaciones
estratégicas generales de responsabilización
social universitaria, de allí el enfoque de cuatro
líneas de acción institucional:1- En lo que concierne a la
Gestión interna de la Universidad: La meta es
orientarla hacia la transformación de la
Universidad en una pequeña comunidad ejemplar de
democracia, equidad transparencia y hacer de ella un
modelo de desarrollo sostenible. Hacer de la Universidad
una comunidad socialmente ejemplar, es beneficiarse de
una doble fuente de aprendizaje: el estudiante aprende en
la Universidad su carrera, pero también debe
aprender en la Universidad los hábitos y valores
ciudadanos.2- En lo que concierne la
docencia: La meta es de capacitar a los docentes en el
enfoque de la Responsabilidad Social Universitaria y
promover en las especialidades el Aprendizaje Basado en
Proyectos de carácter social, abriendo el
salón de clase hacia la comunidad social como
fuente de enseñanza significativa y
práctica aplicada a la solución de
problemas reales. Aquí se trata de ser creativos,
y de imaginar cómo el estudiante puede aprender lo
que tiene aprender haciendo cosas socialmente
útiles y formándose como ciudadano
informado y responsable.3- En lo que concierne a la
investigación: La meta es de promover la
investigación para el desarrollo, bajo todas las
formas posibles. Una estrategia posible es que la
Universidad firme convenios con otras instituciones para
desarrollar investigaciones interdisciplinarias.
Así, investigadores y docentes se encuentren
trabajando sobre la misma problemática en el mismo
lugar desde sus especialidades respectivas, creando una
sinergia de saberes, y la interdisciplinariedad deja por
fin de ser el elefante blanco del cual todos hablan pero
que nunca nadie ha podido domar y montar.4- En lo que concierne a la
proyección social: La meta es trabajar en interfaz
con los departamentos de investigación y los
docentes de las diversas facultades para implementar y
administrar proyectos de desarrollo que puedan ser fuente
de investigación aplicada y recursos
didácticos para la comunidad universitaria que
gestione las iniciativas estudiantiles y docentes, y
pueda controlar su calidad.
Para dibujar la visión a largo
plazo que se quiere instituir con la Responsabilidad Social
Universitaria, se indican algunas ideas que podrían
servir para diseñar un nuevo compromiso social entre
la Universidad y la sociedad. Los diversos puntos que se
plantean sólo pretenden estimular la propia
reflexión y nutrir el debate entre académicos,
responsables universitarios, estudiantes y la sociedad civil.
Conviene que cada Universidad y cada grupo docente
diseñen su propia política de acción en
relación con su propia identidad y contexto
social.Primero se tendría que hablar de
la Responsabilidad Social centrada en la Ciencia y la
Ética, la cual establece que no hay ninguna
disyunción entre ciencia, ética y
política, que nunca la hubo, y que por lo tanto, la
actividad científica es una actividad social como
cualquiera que, más que cualquier otra, necesita hoy
ser cuidadosamente pensada y decidida, porque afecta a todos
los ciudadanos del mundo y a la misma biosfera. Para eso, se
necesita el gigantesco esfuerzo de información
ciudadana acerca de los cambios, potencialidades y riesgos de
los inventos tecnocientífico, para que la vigilancia
ciudadana de la ciencia pueda ser real y racional. No es el
Estado él que puede realizar esta tarea directamente,
ni los medios de comunicación privados solos, sino la
Universidad tanto privada como pública, en su doble
papel de productora de ciencia y educadora del individuo
social científico, articulando sus esfuerzos con la
sociedad civil, las empresas, las instituciones educativas y
el sector público.La Universidad tiene la responsabilidad
social de promover el debate, facilitarlo, conducirlo y
enriquecerlo, dando al público ciudadano los medios
para informarse, reflexionar y juzgar y a las empresas los
conocimientos adecuados para aplicar su propia
Responsabilidad Social. El pluralismo y la racionalidad de
los académicos pueden servir de garantía para
que este debate sea todo lo transparente y libre posible. La
organización de conferencias, mesas redondas,
seminarios en donde se encuentran juntos científicos
comprometidos en difundir los resultados de sus
investigaciones de modo comprensible, estudiantes en
formación profesional y el público en general,
es la vía donde la Responsabilidad Social
Universitaria, a través de la ciencia y la
ética culturizan científicamente al ciudadano
con una formación sólida con ética y
principios morales haciendo de ellos hombres y mujeres aptos
para convivir en la sociedad actual.Segundo promover la educación a
la ciudadanía en la política institucional de
las universidades donde la información, capacidad de
juicio, diálogo, razonamiento, decisión, toda
una serie de actividades humanas propiamente racionales,
públicas y políticas que no son naturales sino
complejas y necesitan de un aprendizaje, y un aprendizaje a
la vez libre, el estudiante universitario tenga un espacio
privilegiado para la formación ciudadana, el
enriquecimiento de la capacidad de reflexión y
decisión juiciosa ciudadana. Obviamente, la tarea
específica de formar ciudadanos informados, capaces de
reflexión y diálogo, significa que la
Universidad debe abrirse mucho más a la
educación del adulto, la formación continua y
la facilitación de espacios de debate y
reflexión ciudadana, ilustrados sin ser
especializados.Ciertamente se podrá objetar que
confiar a la Universidad la tarea de formación
ciudadana de sus estudiantes y, más allá, de su
sociedad, es tomar el riesgo de hacerla caer en el activismo
político y el adoctrinamiento de sus estudiantes. Este
temor es legítimo, pero justamente es la
situación actual de pseudo neutralidad universitaria
que constituye, desde la perspectiva del currículo
oculto, el peor activismo político y el peor
adoctrinamiento. Al contrario, un espacio abierto y declarado
de debate ciudadano sobre los problemas sociales es una
estrategia responsable de la Universidad con la finalidad de
orientar y cuidar los procedimientos de la formación y
debates ciudadanos, es decir la implementación del
espacio público del debate.Tercero educar al estudiante como
agente de desarrollo de la democracia moderna, reducir las
grandes iniquidades y asegurar una calidad de vida decente y
autónomamente decidida para la mayoría de la
población, dentro del respeto de las diferencias
culturales. La democracia avanza, pero la pobreza y la
injusticia siguen presente. Sin embargo, los últimos
estudios sobre los procesos de desarrollo eficientes tienden
a resaltar la importancia del talento humano. Por lo tanto,
no es utópico pensar que el principal pilar de un
desarrollo sostenido y sostenible sea la formación de
los profesionales con un enfoque de desarrollo social. Todo
lo que falta es el sentimiento de urgencia para que esta meta
reoriente rápidamente la formación
académica actual centrada en una
profesionalización que instrumentaliza al estudiante y
al docente.La Universidad juega aquí otra
vez un papel central. Su Responsabilidad Social debe ser de
orientar la formación general y especializada del
estudiante hacia la promoción del desarrollo justo y
sostenible, creando así un nuevo perfil del egresado
universitario:Un estudiante preocupado por las
injusticias a su alrededor y con voluntad de
comprometerse en acciones concretas. Un estudiante que
haya podido desarrollar su propia capacidad solidaria en
acciones de voluntariado conducidas desde la
Universidad.Un estudiante informado, capaz de
contextualizar su saber especializado en vista a la
solución de los problemas cruciales de su
sociedad.Un estudiante capaz de escuchar,
intercambiar y entrar en empatía con el otro, es
decir que haya podido beneficiar de experiencias sociales
formativas a nivel emocional. Un estudiante formado a la
ética del diálogo.Un estudiante promotor de
democracia y participación, que sabe ser
ciudadano, es decir que sabe gobernar y ser
gobernado.
Esto obliga por supuesto la Universidad
a instituir la problemática del desarrollo como tema
transversal prioritario en todas las carreras y darse los
medios para formar a sus profesores en el enfoque,
reintegrando los saberes en el marco de la solución de
problemas de desarrollo. También obliga a una nueva
relación al saber:Integrar la cultura humanista con
la cultura científica, en cuanto es la primera la
que le da sentido, sintetiza, ubica y vigila a la
segunda.Formar equipos de docentes e
investigadores en comunidades de innovación
capaces de auto aprendizaje interactivo en base a
problemas complejos.El saber enseñar al
estudiante no sólo el dato informativo, sino
cómo se llegó a este dato, es decir
enseñándole a conocer el
conocimiento.Reconocer la diferencia entre
informar y formar: la información ya no es el
privilegio de los expertos y profesores, pero el Internet
no es una Universidad.
La Responsabilidad Social Universitaria
conduce a nuevas relaciones en el aula:Incentivar una cultura docente
más democrática, basada en la
mediación del aprendizaje.Promover nuevas técnicas
pedagógicas como el ABP (Aprendizaje Basado en
Problemas), el aprendizaje lúdico y el aprendizaje
basado en proyectos.Organizar el aula como un espacio
social que puede ser en gran medida confiado a los
estudiantes para la responsabilidad de su
autogestión.Combinar el trabajo presencial con
el uso de los TICs y el aula virtual, entre
otros.
Reflexiones
FinalesSi la sociedad no se enfoca en esta
dirección como es la Responsabilidad Social
Universitaria puede perder poco a poco la democracia en
beneficio del poder tecnocrático de los expertos. La
especialización y complejización de las
diversas esferas de la vida pública hace que es cada
vez más difícil para la población de
votantes entender cuáles son las soluciones razonables
y eficaces a los problemas sociales y políticos que se
presentan. Si la política se vuelve un asunto de
especialistas y expertos, es obvio que no podemos
racionalmente encomendar a un pueblo ignorante elegir a los
expertos que velaran por el bien público. Si no existe
una institución puente entre la sociedad civil y la
administración pública capaz de cubrir de
algún modo la brecha y educar al ciudadano, el mismo
paradigma de la democracia representativa está en
peligro.Si las Universidades no cumplen con la
Responsabilidad Social Universitaria y cambian la
dirección se podrían generar situaciones de
crisis, movimientos populares irracionales, y muy violentos,
que fácilmente derrumban a la democracia siempre
frágil. Por eso, las democracias actuales no pueden
comprarse el lujo inmoral de un pueblo ignorante en la era de
la tecnociencia y la globalización. No sólo
existen argumentos económicos en contra, sino
también políticos. Debe de existir una
institución y un lugar de formación y
autoaprendizaje al debate público y la
expresión, pacífica pero eficaz, de los
problemas sociales y políticos, un espacio de
formulación de propuestas de progreso social
consensual, que pueda jugar un papel fundamental de regulador
de las tensiones sociales mediante el razonamiento, la
argumentación y la invención de soluciones
adecuadas para el desarrollo equitativo y
sostenible.Esta nueva función social de la
Universidad le permitiría además reencontrar el
significado y la legitimidad sociales perdidos desde que
entró en crisis el paradigma actual. Así, puede
escapar del peligro de volverse una mera institución
mercantil de capacitación profesional, reencontrarse
con el interés estudiantil mediante nuevos enfoques y
métodos de enseñanza, reequilibrar su papel
político tendido entre la revolución y el
sometimiento, reequilibrar también su relación
con su entorno social, abriéndose ampliamente a la
sociedad civil, pero no para adaptarse a ella sino para
culturizarla según sus valores y principios
endógenos. Y quizás lo más importante,
reencontrar un ethos legítimo para seguir
inventándose en su segundo milenio de
existencia.Así es que se puede formular la
Responsabilidad Social Universitaria en la
Sociedad:Tú, Sociedad, me garantizas
autonomía y recursos.Yo, Universidad, te doy más
Democracia a través de la formación de
estudiantes y ciudadanos responsables, más Ciencia
responsable, lúcida y abierta a la solución de
los problemas sociales de la humanidad.También mejor desarrollo
equitativo, innovador y sostenible, con profesionales
competentes y comprometidos.REFERENCIAS
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Estrategias Pedagógicas: Ética Desde el Aula
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Colombia. Revista OEI.Autor:
María Isabel Nuñez de Martinez
Dra. en Ciencias de la
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