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Acercamiento a la vida y obra del mártir Fernando Álvarez



  1. Resumen
  2. Desarrollo
  3. El
    fatídico vuelo
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Resumen

Con el presente trabajo se pretende divulgar aspectos de
la vida y obra del mártir Fernando Álvarez
Pérez, en particular el hecho histórico
protagonizado por el mismo, el que no resulta lo suficientemente
conocido en la Cuba de hoy.

La vida y el hecho que se expone, es de gran importancia
para elevar la preparación política e
ideológica de nosotros, los jóvenes
revolucionarios.

Nos apoyamos en su desarrollo en el material
bibliográfico y periodístico que avala los sucesos
relacionados con el fallido y truncado secuestro del IL-18, en
fecha 27 de marzo de 1966.

Se revela el patriotismo, inteligencia,
valentía y sentido del sacrificio de este valioso
héroe. El heroico piloto que supo engañar a un
criminal y apátrida, quien al no poder materializar su
interés no vaciló en causarle la muerte.

El Capitán Fernando Álvarez
Pérez, inmortalizó la frase:" Avión que sale
conmigo, regresa conmigo,

Y para llevarme el avión que yo
esté piloteando

Hay que matarme"

Esta expresión convertida en forma de actuar y de
luchar, constituye un valioso legado a modo de ejemplo digno a
imitar por nuestro pueblo, y en especial por nuestra
juventud.

Desarrollo

Fernando Álvarez Pérez, nace el 20 de
junio de 1926, hijo de Ramón Álvarez y Emilia
Pérez, es el más pequeño de los cinco hijos
de este matrimonio; en medio de una República Neocolonial
porque aunque teníamos himno, escudo, bandera y gobierno
propio este respondía a los intereses de los E.U. y en
ningún momento se puso en práctica la
República con que soñó Martí "Con
todos y para el bien de todos".

Para enfrentar sus necesidades económicas trabaja
en un Bar cerca del aeropuerto donde, como siempre había
deseado, puede ver los aviones despegar y aterrizar. Nada a de
ser para él más maravilloso que el diario rugir de
los aviones que dieron alas a sus pensamientos.

Siempre se mostró como un hombre de izquierda,
siempre adoptó una posición cercana a la del
partido, verdaderamente era un militante sin carnet.

Después del asalto al Cuartel Moncada se suma a
aquellas actividades que le son asignadas como miembro del
Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo).

Es un efectivo colaborador del 26 de julio, y como tal,
aprovechando su condición de piloto, transporta armas en
su aeronave.

Las armas serían posteriormente utilizadas en los
distintos frentes de lucha, muchas de ellas venían
destinadas al ataque al Palacio Presidencial el 13 de marzo de
1957.

Utilizó su auto para transportar explosivos,
mimeógrafos, sténcils, papel, medicinas de
difícil adquisición para los alzados en la Sierra
de los Órganos.

El 28 de octubre de 1959, Fernando participa de manera
incansable en la búsqueda de Camilo Cienfuegos ante su
desaparición física.

Es seleccionado para realizar distintas misiones para
trasladar delegaciones de alto nivel. Forma parte de la
tripulación que conduce al Comandante Ernesto Che Guevara
a Punta del Este.

El 27 de marzo de 1966, a las 6.15 PM se inicia el
fatídico vuelo 905 el mismo fue objeto de un intento de
secuestro por el doblemente asesino Ángel María
Betancourt poniendo en juego la vida de numerosos pasajeros,
entre ellos las de 14 niños, ello junto al asesinato de
Edor Reyes, miembro de Ministerio del Interior, y del
Capitán Fernando Álvarez, conmocionaron a todo el
pueblo y la captura del asesino se convirtió en una
cuestión de honor, la búsqueda fue intensa, sin
precedente en la historia de la nación. No podía
escaparse, no podía salir del país, "esa era la
consigna general".

El Ministro de la FAR, Raúl Castro,
declaró "yo se que nunca como ahora ha sentido el pueblo
tantos deseo de que se capture a un prófugo de la justicia
revolucionaria".

Los estrechos lasos que unían al pueblo con el
MININT se hicieron más fuertes, se pusieron en movimientos
todos los hilos que conformaron la maya en que caería
Betancourt.

El
fatídico vuelo

Junto a Fernando en la estrecha cabina de mando, rodeado
por innumerables indicadores, instrumentos y luces
señalizadotas, cuatro hombres cumplen con su cotidiana
labor, con la diferencia de que uno de ellos es un traidor y
nadie lo sabe. Fernando se encuentra en el asiento delantero
izquierdo como Capitán, Bruno Evans casi junto a
él, a la derecha, es el copiloto, sólo los separa
el pedestal donde se encuentra los aceleradores, controlados por
Betancourt, que se acomoda en el asiento del ingeniero de vuelos,
detrás de ellos. Edor, el escolta, está sentado al
final de la cabina, en el puesto del radio-operador, vigila
atentamente….

El vuelo continúa normalmente, el Capitán
mantiene los parámetros requeridos: velocidad, altura,
rumbo…. Pues en esos momentos se ha desconectado el piloto
automático.

Trascurrido veinte minutos la velocidad es cercana a los
600 kilómetros por hora y el nivel del vuelo es de 21 000
pies de altura, nadie sabe que el ingeniero de vuelos, se prepara
para el zarpazo y espera su oportunidad. Quiere acercarse
aún más a La Habana para estar más
próximo a la Florida.

A tres minutos de Varadero, próximo punto de
chequeo, exactamente a la 7:42 p.m. el asesino, aparentando tomar
su maletín de vuelo, que intencionalmente ha dejado un
poco retirado hacia atrás como una fiera da un salto se
abalanza sobre la escolta. ¡Un golpe Seco! "El ruido de un
cuerpo que cae Edor "El Chino", yace en el suelo.

Un golpe terrible propinado por Betancourt con un Black
jack, le fractura el cráneo, esta vivo todavía, el
pequeño cuerpo yace en el metálico piso de la
cabina, tiembla convulsivamente, en medio de la agonía.
Fernando y Evans están paralizados por la sorpresa. Lo que
sucede es increíble… El asesino lo mira
fríamente, empuña la pistola y dispara una, dos,
tres veces… una última convulsión, la
víctima ya no se mueve. Sólo se oye el sordo rugir
de los motores.

Betancourt le pone la pistola en la cabeza a Fernando y
le ordena:

– Denle para Cayo Hueso, que ya maté a uno y si
nos tiramos aquí, me van a matar, así que no me
importa matarlos a ustedes.

Fernando ordena a Evans…

  • Dale para Cayo Hueso

En tanto Betancourt ordena:

  • No hablen con nadie, tomen altura.

En La Habana, el controlador Lázaro Amigo,
está en la Torre del "José Martí ", al
buscar por el receptor variable escucha que Fernando habla con el
centro de Miami y explica que tiene problemas políticos a
bordo. Después no lo oye más. Es el primero en
tierra que tiene noticias de lo que está sucediendo en el
fatídico vuelo 905.

Toma el teléfono de urgencia y llama al ATC
(Control de Tránsito Aéreo). Le informa la
situación para que este comunique al PUNTO A (Puesto de
Mando de la Defensa Antiaérea de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias). Ya los radares de nuestra defensa
antiaérea han confirmado por sus propios medios que el
IL-18, vuela hacia los Estados Unidos.

Figueroa, el sobrecargo mayor, desde la cabina de
pasajeros; entabla una conversación con
Fernando:

  • Capitán, Capitán ¿Qué
    Pasa?

  • Cuelga, cuelga, Tengo una situación
    política adentro, estoy tratando de
    controlarla.

La voz profundamente alterada del Capitán, le
confirma sus terribles sospechas.

En la cabina de mando el Capitán piensa, medita,
analiza vuelve ligeramente la cabeza, observa fugazmente al
asesino, quizás aprovechando ahora su
desesperación, pueda engañarlo…
Además no hay otra alternativa, aprovecha que Betancourt
mira con ansiedad por la ventanilla y con disimulo, levanta
lentamente la mano derecha y con toda naturalidad pasa a la
frecuencia de trabajo de la torre del Aeropuerto Internacional
"José Martí". El asesino no se ha dado cuenta,
Fernando está logrando engañarlo, hablando en
inglés, comienza a comunicar.

  • Torre Miami, aquí Cubana 905, tengo graves
    problemas políticos a bordo.

Lázaro Amigo, el operador de la torre del
Aeropuerto de La Habana, ya conoce lo que sucede y le contesta en
perfecto inglés también.

  • Cubana 905, enterado… Miami

El operador ha comprendido el plan de Fernando y le
sigue el juego.

Fernando intencionalmente entabla una
conversación en voz alta con el copiloto Evans, mientras
Betancourt escucha.

  • ¿Qué vas hacer? – pregunta
    Evans.

  • No nos podemos tirar en Cayo Hueso, tenemos que
    seguir para Miami.

Fernando jugándose la vida cada segundo que
pasaba dio un giro izquierdo rumbo sur, que lo llevaría
directamente en unos pocos minutos sobre La Habana, confundido
Betancourt, hasta la desesperación por tantas vueltas, le
ordena a Fernando que aterrice y el mismo se dispone a descender
y hace señales con las luces de aterrizaje
encendiéndolas y apagándolas varias veces. Esto
debía tomarse como una señal de peligro.

El asesino todavía está convencido de que
han aterrizado en la Florida, en la cabina de pasajeros todos
tienen también la certeza que se encuentran en territorio
enemigo. De pronto un pasajero lleno de alegría mira por
la ventanilla y sin poderse contener grita…

  • Es Boyero, es Boyero, estamos en Cuba, es
    Boyero.

En tierra todas las medidas se tomaron, y los
compañeros de Seguridad del Estado del Aeropuerto
están preparados para el momento oportuno. Se acercan a la
rampa. Ya casi se ha terminado el vuelo, ha logrado
engañar a Betancourt.

El asesino ve la cola de un TU-114, que está
estacionado frente al Departamento de Carga y exclama:

– ¿Un TU -114 en Miami?

– ¡Ustedes me han engañado! ¡Los voy
a matar a los dos!

Fernando hace ademán de abalanzarse hacia el
asesino. ¡Una explosión delante de sus ojos!
¡Una llamarada roja!. Un olor a pólvora. Un terrible
golpe en el pecho lo detiene. Después de una niebla hace
difusos los contornos, todo se va alejando, se desvanece…
30 segundos y llega la muerte, la bala le ha atravesado el
corazón y la aorta. Son 9.00 P. M. del vuelo
905.

Betancourt salta por la estrecha ventanilla de la cabina
de mando y se da a la fuga.

Tan pronto fueron conducidos los restos de Edor y
Fernando, se comienza a tomar las medidas tendientes a organizar
la captura del asesino.

Siendo las 10:40 de la mañana del 11 de abril
finalmente, después de múltiples esfuerzos a los
que se sumaron todas las fuerzas del país es atrapado el
asesino Betancourt en la Iglesia Convento de San Francisco, tan
pronto se conoció la captura, el pueblo se congrega en las
inmediaciones del lugar instando a que el mismo fuera conducido
al paredón, lo que aconteció en fecha
posterior.

Conclusiones

PRIMERA: Lo expresado por Fernando Álvarez
Pérez, y que ha modo de Pensamiento, se expone en el
presente trabajo, no constituyó una mera frase, sino una
forma de vivir, de crear, y de luchar, que va dirigida sin duda
alguna como un ejemplo a nuestro pueblo y muy en especial a
nuestra juventud.

SEGUNDA: Álvarez Pérez, con su
posición intransigente y de principio durante su
intervención en el proceso de la lucha revolucionaria, nos
dejó la presencia permanente de su ejemplo
patriótico y revolucionario.

Bibliografía

  • Rumbo Hacia el Deber. Comisión de Historia
    del Comité del Partido del Aeropuerto Internacional
    "José Martí" 1986.

  • OK ya puedes matarme. Thelvia Marin.

  • Lunes de Revolución. Enero de
    1961.

  • Periódico "Granma".

  • 7 de abril de 1966 3ra Edición No.
    90

  • 29 de marzo de 1966 3ra Edición No.
    87

  • 30 de marzo de 1966 3ra Edición No.
    88

  • 12 de abril de 1966 3ra Edición No.
    101

  • 13 de abril de 1966 3ra Edición
    No.102

  • 16 de junio de 1966 3ra Edición
    No.165

  • Revista Bohemia

  • No.14 8 IV 66 Pág.59

  • No.15 15 IV 66 Pág. 68

 

 

Autor:

Dunia Tamayo
Martínez.

UNIVERSIDAD JOSE MARTI PEREZ

SANCTI SPIRITUS

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