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Caudillos y nacionalismo durante la determinación nacional (1821-1841)



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Economía y sociedad peruana entre 1827 y
    1844
  3. Los
    caudillos como fenómeno social
  4. El
    caudillaje y su papel en la determinación
    nacional
  5. Conclusión
  6. Bibliografía

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Introducción

Los inicios de la república peruana es uno de los
períodos más decisivos de nuestra historia. Un
país desarticulado socialmente y quebrado
económicamente que contaba para garantizar su existencia
unitaria con frágiles instituciones y la fuerza de las
bayonetas de caudillos militares debió enfrentar el
desafío de afirmar su existencia.

Inmediatamente después de lograda la
independencia y cuando se esperaba que la promesa de la vida
peruana, como la llamaba Basadre, se cumpliera apareció
realmente el desafío peruano: su existencia
política. El Perú, un país con vieja
historia y con rico legado debió agregar a su existencia
milenaria la política.

¿Qué posibilitó que un país
estructuralmente fracturado evitara la balcanización? La
respuesta a ésta pregunta, tomando en consideración
la inexistencia de una clase o grupo social dirigente y de
instituciones orgánicas y viables, debemos encontrarla en
los actores políticos gravitantes durante las primeras
décadas de vida independiente. Estos actores fueron
fundamentalmente los caudillos militares.

El Perú, al independizarse vio la necesidad de
garantizar ante todo su existencia. Fuerzas internas y externas
amenazaron el curso de la vida peruana. Por un lado los intentos
separatistas al interior del Perú, y por el otro la
amenaza externa a nuestras fronteras por parte de la mayor parte
de nuestros vecinos. Frente a la inoperancia del estado peruano y
a su incapacidad para organizar el país dentro de los
cauces institucionales aparece el fenómeno del
caudillismo, que en la figura personalista del caudillo se
convierte en un canal de participación política y
en la fuerza de las armas, en una fuente de poder
real.

La historiografía ha visto el caudillismo militar
de las dos primeras décadas de vida independiente como
estructuralmente anárquico. Los enfoques sobre éste
fenómeno han puesto al acento en el papel que cumplieron
en la obstaculización de nuestras frágiles
instituciones republicanas y de la preeminencia de la
constitución. Las luchas encarnizadas que estos
sostuvieron para hacerse con el poder fueron destacadas muchas
veces con un ánimo inquisitivo. La presente
investigación, carente del ánimo de mostrar a
éstos personajes como individuos sin ambiciones por el
poder, trata de ofrecer otra visión sobre el papel
fundamental que cumplieron en la vida política peruana
entre 1827 y 1845.

Los caudillos tuvieron una fuente de poder eminentemente
regional y feudal; Sin embargo su fuente de legitimación,
el nacionalismo, permitió que emergieran como figuras de
amplitud nacional. Esta contradicción generó
finalmente la incapacidad estructural que tuvieron para
consolidarse en el poder, teniendo que enfrentar de manera
permanente golpes de estado, pero también la capacidad
para que como fenómeno social y político
contribuyeran a que el Perú no se fragmente.

CAPÍTULO I

Economía y
sociedad peruana entre 1827 y 1844

I.1 LA SOCIEDAD PERUANA EN LOS ALBORES DE LA
REPÚBLICA

Dada la extensión geográfica del
Perú a inicios de su vida independiente, nuestro
país era una república con una escasa
población, que apenas alcanzaba el millón y medio
de habitantes. A esto hay que agregar que la población
estaba dispersa por lo dilatado del territorio nacional y eran en
su mayoría indígenas (novecientos mil
aproximadamente), los cuales se comunicaban en lenguas distintas
al castellano. La proporción indígena era variable
a lo largo del territorio nacional. En el departamento de la
Libertad (que en aquel entonces incluía a los actuales de
Amazonas, Cajamarca, Piura y Lambayeque; mientras que en
departamento de Puno, el cual tenía la delimitación
actual, el 94 % de la población era
indígena.

Durante los inicios de la república se aprecia
una gran ambivalencia con respecto a la contribución
indígena ( Bonilla: 2001 ) , lo cual habría sido
una de las causas de las alzas y bajas en las sumas de la
contribución indígena recaudada por el Estado. El
caos administrativo y la falta de una política clara del
estado en materia de tributo o contribución
indígena llevo a la dación de una gran cantidad de
reglamentos referidos a esta materia. En efecto, hasta 1830 se
habían publicado 30 reglamentos.

El empobrecimiento generalizado del país, en
especial de los sectores indígenas llevó a que la
contribución de este grupo social se convirtiera en cada
vez una fuente de ingresos más insegura. Al respecto
Cotler (1978: 88 ) señala lo siguiente:

"Efectivamente, en el primer presupuesto elaborado
por Manuel del Río, Ministro de Castilla, mostró
que la contribución de los indios producía solo
pesos, descenso que se debía según el mismo
funcionario, al empobrecimiento creciente de la población
indígena (Dancuart-Rodríguez/ i IV:
36-37)."

El rompimiento de la estructura colonial de
posesión de la propiedad de la tierra produjo un notorio
descenso en las cantidades recaudadas provenientes de la
contribución. Históricamente este tributo
había estado ligado a la propiedad de la tierra y al
alterarse esta última ocurrió lo mismo con el
tributo. La independencia llegó de la mano con el
pensamiento liberal en términos económicos. Se
buscó permanentemente la más irrestricta libertad
en la circulación de los bienes. Esto último
tendría un impacto importante en el rumbo del tributo
indígena. En efecto, desde los primeros momentos de la
instauración del orden colonial, la corona buscó
asegurar el acceso a la tierra por parte de las comunidades de
indígenas, en las llamadas reducciones instauradas por el
Virrey Toledo. Este acceso a la tierra aseguró a las
comunidades de indígenas el contar con los recursos
necesarios para cumplir con la carga fiscal. La independencia al
desconocer la legislación colonial puso en
desprotección a muchas de estas comunidades, lo cual fue
reforzado con el intento de producir transformaciones al interior
de las estructuras económicas. Un ejemplo claro de ello
fue el proyecto Bolivariano de constituir una burguesía y
pequeña burguesía nacional peruana sustentada en la
propiedad de la tierra. Para ello el Libertador Simón
Bolívar auspició las relaciones liberales en el
acceso a la propiedad de la tierra, generando con ello, la
desprotección de las comunidades
indígenas.

Al respecto Cotler (1978: 69 ),menciona lo
siguiente:

"Fue la existencia misma de la comunidad que el
decreto de Bolívar del 8 de abril de 1824 amenazaba, al
declarar la propiedad de los indios sobre sus tierras, con el
consiguiente derecho de alienar las tierras a terceros. El
propósito implícito en esta decisión era la
de crear una clase de prósperos pequeños
propietarios independientes, dotados de la capacidad de
desarrollar un mercado nacional. Sin embargo, los resultados
fueron diferentes. Muy pronto las autoridades percibieron las
amenazas que se cernían sobre la población
indígena como resultado de esta decisión,
razón por la cual postergaron su aplicación por un
período de 50 años. Cualquiera que hayan sido las
vicisitudes de ambos decretos, el hecho concreto es que se
estableció de manera irreversible una brecha en el dique
de contención entre hacienda y comunidad,
preparándose el camino para expansión de los
grandes latifundios cuando nuevas fuerzas dinamizaran el conjunto
de la economía rural."

Los intentos de liberalizar la economía peruana
no conllevaron al desarrollo del comercio ni a la
formación de una burguesía nacional. El experimento
Bolivariano finalmente quedó abortado con la abrupta
salida de Bolívar del poder. El Perú, a partir de
esos momentos reforzará sus relaciones feudales a nivel de
propiedad agraria. Ello explica el porque la población
indígena estuvo en una situación de mayor
precariedad con la llegada de la independencia que antes de
ella.

En 1828, de acuerdo a la Guía de Forasteros, la
población fue estimada en 1.249.723 habitantes y estaba
regionalmente distribuida de la manera siguiente (Basadre,
1968-1970: 167) :

Departamentos

Habitantes

La Libertad

230.970

Cuzco

216.382

Junín

200.839

Ayacucho

159.608

Puno

156.000

Lima

149.112

Arequipa

136.812

Total

1.249.723

La sociedad peruana heredad de la colonia exhibía
enormes abismos y diferencias. Al respecto Peter Klaren ( 2005:
175), citando a Nugent ( 1997:15), sostiene que

"EI Perú colonial era, por el contrario, una
sociedad altamente estratificada, jerárquica y sumamente
desigual, creada sobre diferencias fundamentales entre sus
pobladores. «Las distinciones basadas fundamentalmente en
la raza (indios, mestizo, blanco), el género (femenino y
masculino), la ascendencia (hispana o nó) y la propiedad
de la tierra segregaban la población en (lo que en
teoría eran) categorías sociales fijas y heredadas
que prescribían en gran medida las posibilidades de vida
de las personas que las ocupaban»

La mano de obra esclava siguió siendo fundamental
en la economía agraria de la Costa peruana. La mayor parte
de esclavos vivía en el departamento de Lima, seguido de
Ancash e Ica. Pese a su importancia económica su
utilización fue decreciendo como consecuencia de la ley de
libertad de vientres. Hubo varios intentos de importar esclavos;
sin embargo, fueron impedidas por la oposición Inglesa,
que calificó dicho comercio de "infamante". Sin embargo
los cargamentos de esclavos africanos prosiguieron hacia el
Caribe y Brasil. La esclavitud adquirió las formas de
servidumbre. En as plantaciones generalmente el esclavo se
comportaba como un campesino. Pero la presencia esclava en el
Perú no se limitaba a su trabajo en las plantaciones. Era
mucha su contribución en las casas de los hacendados, en
residencias acomodadas y talleres urbanos, desarrollando una gran
gama de oficios, como fue el caso de la panadería,
zapatería, entre otras. Este les permitió a muchos
hacerse de ingresos extras que le posibilitaron comprar su propia
libertad.

Muchos de los afroperuanos que habitaban, incluso al
interior de las plantaciones era libres, laborando para conseguir
ingresos extras.

El advenimiento de la independencia si bien no
constituyó una auténtica revolución social
sí favoreció ciertos cambios que contribuyeron al
ascenso de los sectores medios. La eliminación de ciertos
exclusivismos que beneficiaban a la alta aristocracia colonial,
ya desaparecida, contribuyó a la conformación de un
nuevo orden social en el cual los nuevos terratenientes y los
comerciantes, junto con los militares pasaron a ser los nuevos
sectores dominantes en el Perú. Los dispositivos legales
que permitieron este ascenso se dieron al amparo de la corriente
anti-hispanista que imperó en los momentos inmediatamente
posteriores a la independencia. De igual forma el discurso
ideológico liberal y burgués tuvo u notable influjo
entre la inteligencia peruana de aquel entonces, que
acompañaba su idea de la igualdad con la del orden
republicano. Aunque es menester advertir que en el Perú no
hubo un balance entre el discurso liberal que estuvo en manos de
personalidades como Francisco Javier de Luna Pizarro y la
carencia de una clase burguesa capaz de conducir al
país.

La sociedad peruana eliminó muchas de las
estructuras que hacían posible la sociedad de castas y
estamental que había caracterizado al, mundo colonial.
Esto permitió que nuevos sectores criollos y mestizos
reemplazaran a los españoles en la propiedad de la tierra
principalmente. El hecho de que la propiedad de la tierra se
trasladara a manos nacionales no conllevó la
eliminación de los viejos mecanismo de explotación
indígena instaurados desde la colonia.

La realidad económica y social por la que
atravesaba nuestro país hizo imposible que se cumpliera
con la llamada promesa de la vida peruana. Pese a que los
liberales intentaron, a través de la legislación,
eliminar las desigualdades sociales restituyendo al
indígena el mismo estatus que otros sectores, en la
práctica esto no fue posible debido al proceso de
re-feudalización por el que atravesó en Perú
en aquellos momentos.

El sueño liberal terminó siendo la
pesadilla indígena. Los ideólogos y legisladores de
la naciente república creyeron que nuestra sociedad
podía ser transformada por decreto. La estructura
económica y social no pudo ser transformada desde la
subestructura estatal e ideológica.

En concordancia con el ánimo anti-español
que caracterizó a las guerras de la independencia, se
dictaron un conjunto de dispositivos tendientes a extinguir los
privilegios que había tenido el sector hispano en el
Perú. La igualdad de derechos y deberes, es decir, la
extinción de la sociedad de casta era condición
ineludible para la construcción del Estado republicano.
Todo ello posibilitó que nuevos sectores sociales,
criollos y mestizos que habían estado relegados del acceso
al poder encontraran espacios para reemplazar al viejo sector
español en las diferentes posiciones de poder
económico, político y social en el
Perú.

I. 2 Economía

La agricultura del Perú se había
distribuido y desarrollado de manera distinta. En la Costa se
desarrollaron, desde la época colonial, cultivos como el
arroz, el azúcar y la vid; mientras que en la Sierra se
imponían los cultivos tradicionales andinos.

El desarrollo de la agricultura de la Costa
influyó en las actitudes que los hacendados
costeños del norte tuvieron con respecto a la
independencia. El Perú, desde tiempos coloniales
había sido un exportador de azúcar a Chile y en
gran medida el ansia de no perder este rentable mercado
influyó en la aceptación de la
independencia.

La producción de azúcar se realizaba a
través del uso de mano de obra intensiva y el uso de
trapiches. La mano de obra era mayoritariamente esclava. La
producción de azúcar no fue privativa de la Costa,
aunque sí mayoritaria. En aquella época
existía producción azucarera en algunos valles
cálidos de Cajamarca y Cusco.

Uno de los factores que coadyuvaron a detener el
desarrollo de la producción azucarera de la sierra fue la
escasez de caminos y vías de acceso, lo cual
impedía el ingreso a los mercados.

Otros cultivos importantes de la costa, que
provenían desde los tiempos de la Colonia fueron la vid,
de la que se extraía en "pisco, los olivos y el
algodón.

El medio principal para realizar el transporte de carga
a lo largo del territorio del Perú, siguió siendo
la mula. Las mulas eran traídas desde el norte de
Argentina, como había venido ocurriendo desde la
época Colonial.

Muchas de las tierras que durante la época
colonial habían pertenecido a terratenientes
españoles o a conventos u órdenes religiosas, como
efecto de la emigración y de la nueva legislación
republicana pasaron a manos del Estado. Estas tierras
posteriormente fueron transferidas a comerciantes, los cuales
habían entregado dinero al estado en forma de
préstamos.

Desde el punto de vista económico Chile fue uno
de los países con los que mayor intercambio mercantil
mantuvimos desde la colonia hasta la república. A Chile se
exportaba azúcar y se recibía trigo de aquel
país. También se exportaba tabaco. El tabaco era
producido en algunas zonas de Chachapoyas y Jaén. El
Perú durante esta época también exportaba
algodón, cueros de ovinos y camélidos así
como la cas-fuñam, corteza medicinal muy apreciada en
Europa; aunque con valores muy inferiores al
azúcar.

La economía peruana en los albores de su vida
república tuvo como principal característica su
desarticulación. Esta permitió la
re-feudalización del Perú y posteriormente la
incapacidad para la emergencia de un sector dominante con
proyecciones nacionales. El país estaba en términos
económicos y sociales fragmentado. Un ejemplo de ello es
que la población indígena. La población
indígena estaba formada fundamentalmente por aquella que
era parte de las llamadas comunidades campesinas, las cuales
fueron creadas durante el siglo XVI por el Virrey Toledo. Muchas
de estas comunidades se mantuvieron y retuvieron a su
población; pero otras pasaron a formar parte de grandes
dominios agrícolas la mayor parte de las comunidades de
indígenas mantenían esporádicos contactos
con el mercado. Esto no sólo nos permite definir a su
población como campesina, sino además a pensar en
el mundo andino como un mundo socialmente fragmentado.

La economía agraria del Perú puede ser
vista como la de una completamente desarticulada en
términos nacionales, y articulada en espacios
restringidos, de carácter regional o local a través
de la presencia de complejos agrarios o mineros que le
imprimían un limitado dinamismo a la economía local
y familiar.

De acuerdo a Bonilla ( 2001), el Perú tuvo como
base económica fundamental, a inicios de su vida
independiente la exportación de plata, además de
lana, nitrato de soda, algodón y cortezas. Esta
situación se mantuvo hasta la llegada del boom
guanero

Exportaciones del Perú (en libras
esterlinas)

Productos

1825

1839

1840

moneda fraccionaria

600.000

1.310.828

1.562.149

lana

14.500

130.087

141.724

nitrato de soda

59.830

90.942

algodón

19.400

74.360

85.881

cortezas

29.600

10.066

23.600

Fuente: Mathew 1964: 77. Extraido de Bonilla,
Heraclio(2001)

Al respecto Bonilla ( 2001: 172 ) menciona:

"Dejando de lado las cortezas de quina y del nitrato
de soda cuya producción incorporaba también
regiones no peruanas, se observa que los productos dominantes en
el cuadro de las exportaciones peruanas eran la plata y el
algodón. La primera en 1825 representó el 90% del
valor total de las exportaciones, porcentaje que en 1840 era
aún del 82% (Bonilla, 1977: 96). En el caso de las lanas,
sus exportaciones en 1825 eran un 2,18% del total y en 1840
llegaron a un 7,44%. A propósito de la plata es importante
señalar, sin embargo, que el grueso de las exportaciones
de este metal no fue sólo bajo la forma de lingotes sino
que incorporó también circulante
monetario…"

Según Fisher (1977), la minería fue uno de
los sectores más seriamente afectados con la
extinción del sistema colonial, aunque este declive se
produjo de manera menos acentuada del que usualmente se ha
señalado.

Durante las primeras décadas de vida
independiente, previas al auge guanero, nuestra economía
exhibió una apreciable debilidad. Ello se hizo patente en
el hecho de que hasta 1840 aproximadamente el Perú tuvo
que exportar sus monedas de plata acuñada para hacer
frente a las necesidades de bienes importados.

La política de libre comercio mantenida por el
Perú con respecto al intercambio con Inglaterra
alentó la importación de bienes ingleses y
profundizó la desarticulación de la economía
peruana, aumentando con ello nuestra dependencia
económica.

Al respecto Bonilla sostiene lo siguiente (
2001:173)

"…Sin embargo, la profunda fragilidad de la
economía peruana hasta 1840 hizo que estas monedas
acuñadas a su vez fueran exportadas en pago de la
creciente importación de telas inglesas a que la
política de libre comercio alentara desde
1821…."

Un ejemplo de la dislocación económica por
la atravesaba el Perú en aquellos momentos fue el hecho de
que en zonas productoras de plata, como Cerro de Pasco existiera
permanente escasez de circulante para realizar las actividades
económicas habituales, por lo cual se recurrió
incluso al trueque o uso de monedas- mercancía de diverso
origen. (Bonilla, 1977).

No solo la Costa norte del Perú incorporó
al país en el comercio internacional. La lana
destacó como uno de los productos de exportación
más importantes de nuestro país. Flores Galindo
destaca el papel que cumplió en la economía
regional sur andina (Flores-Galindo, 1977). La oferta de lana
peruana era de dos orígenes: la lana de oveja por un lado
y la lana de camélidos por otro. La primera era producida
por ganaderos bancos y mestizos, en grandes estancias del
Altiplano; mientras que la de camélidos era producida por
comunidades en unidades domésticas.

El comercio lanero sur andino permitió la
articulación mercantil en torno a puertos como Islay y
Mollendo. Se constituyeron redes mercantiles que comunicaban
desde los grandes mercados internacionales europeos hasta el
interior de las comunidades altiplánicas. Ello
permitió la aparición de una élite regional
que posteriormente se traducirá en la búsqueda de
su autonomía política y económica, expresada
en el apoyo que brindó al proyecto de Confederación
Perú- Boliviana.

Con respecto al impacto que tuvo el auge del comercio
lanero en el sur y de las implicancias sociales que éste
tuvo Bonilla ( 2001: 173) sostiene lo siguiente:

"…En ambos casos, la comunidad mercantil
instalada en Arequipa o en puertos sureños como los de
Islay y Moliendo fue esencial como mecanismo de
intermediación entre la producción regional y los
mercados europeos, constituyéndose a partir de esta
actividad la base más significativa para la emergencia de
una élite regional que no tardará mucho en traducir
política e ideológicamente una capacidad
económica en constante expansión."

Sobre ala importancia económica del sur, Bonilla
( 2001: 174) señala:

"En 1824, según las estimaciones de Ch.
Ricketts, el cónsul inglés, existían en el
Perú cerca de 36 casa mercantiles inglesas, de las cuales
20 estaban ubicadas en Lima y el resto en la región de
Arequipa (Hum-phreys, 1940: 126-127). Sus actividades fueron
decisivas en el proceso de expansión comercial de
Inglaterra, cuya producción, especialmente la de textiles,
requería de manera incesante la expansión de
mercados ultramarinos como consecuencia del incremento de la
productividad industrial asociada a la serie de cambios
tecnológicos, producto de In revolución
industrial…"

Durante los primeros años de vida independiente
el Perú mostró una balanza comercial deficitaria.
Esta situación se mantuvo hasta 1840 en que nuestro
país inició la exportación del guano. El
déficit fiscal fue un tema preocupante en los primeros
años de la república a tal punto que nuestro
país debió recurrir a la exportación de
circulante monetario nacional.

La liberalización del comercio exterior peruano
permitió la importación de una gran cantidad de
bienes, especialmente ingleses, generando con ello un mayor
déficit fiscal que nuestro país no pudo afrontar
exitosamente hasta la llegada del guano. La importación de
productos ingleses, especialmente los textiles ahondaron la
desarticulación y paralización productiva en la que
yacía nuestro país.

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Bonilla (2001: 174 ) ha hecho hincapié en la
desarticulación estructural por la que atravesó la
economía peruana durante las primeras décadas de
vida independiente del Perú, como consecuencia de la
penetración del capital inglés en nuestro
país:

".A mediano plazo el impacto que tuvo la
exportación de mercancías inglesas a los diferentes
mercados regionales del Perú fue separar los mercados de
los centros locales de producción y supeditarlos a las
necesidades de expansión del capital mercantil
inglés, debilitando por lo mismo los incentivos locales al
mantenimiento o la expansión de la producción
fabril nativa. Ciertamente que este no es un proceso nuevo, en la
medida que los primeros indicios de perturbación de los
mercados se presentaron desde la segunda mitad del siglo XVIII.
Lo que era nuevo fue la intensidad y la irreversibilidad de los
resultados."

Las actividades económicas en general lucieron
bastante debilitadas en el Perú post 1821. Las
únicas actividades que mantuvieron cierto dinamismo y que
permitieron sostener la crítica situación de la
economía nacional fueron la minería, que
proveía del circulante que hacía posible la
importación de una gran cantidad de mercancías y la
producción lanera de la sierra sur del Perú (
Bonilla:173)

La independencia, en términos económicos,
significó para el Perú el ingreso en un nuevo orden
económico mundial: el capitalista. En cierto sentido, la
independencia de Hispanoamérica era la consecuencia del
triunfo del capitalismo sobre las relaciones feudales a nivel
internacional. Sin embargo, ello no significó en modo
alguno la extinción de las relaciones feudales en el
Perú; sino más bien su reforzamiento en
función de las necesidades de los mercados
internacionales.

Este hecho debe ser apreciado para determinar la forma
específica en que las relaciones feudales se articularon
al modelo capitalista internacional, configurando de este modo la
forma en que se entretejieron las relaciones de dependencia en
nuestro país.

Los obrajes, antiguos centros de producción
textil sucumbieron con el advenimiento de la independencia. Esto
acentuó la dependencia de nuestro país frente a la
producción textil europea principalmente.

Al respecto Bonilla (2001: 172 ) dice:

" Los obrajes fueron centros de producción jara
el consumo popular, que operaban con aparatos de madera y de obra
semejante a la de las haciendas, a las que los obrajes
solían estar integrados. Ubicábanse sobre todo en
Cuzco y Ayacucho, más unos en Cajamarca. No pudieron
competir frente a los textiles ingleses irnos. Las
"bretañas" de lana y algodón, las "cotonias" y el
''fustán" lido con mezcla de lino y algodón)
dominaron la demanda de la élite de antes de la
independencia; después llegó el turno del tocm'o y
las s ("franelas"), provenientes más bien de los Estados
Unidos, que se ron hacia el consumo popular. De modo que quince
años después de independencia los obrajes ya no
sobrevivían, lo que seguramente agra-an los
indígenas que durante siglos trabajaron hasta el
agotamiento s talleres rurales."

Si bien es cierto que la agricultura permitió la
generación de divisas, el principal producto de
exportación del Perú siguió siendo la plata.
Gracias a ello el Perú puso mantener la importación
de una variada cantidad de productos. Entre las importaciones
más importantes que el Perú pudo realizar gracias a
la exportación de la plata están los aceites,
papel, loza, harinas, textiles, entre otros.

Agotados los yacimientos de Potosí durante la
época colonial, Cerro de Pasco y Hualgayoc pasaron a
convertirse en los principales centros mineros. Sin embargo el
Perú perdió su independencia en cuanto a la
producción de mercurio se refiere. El azogue era
fundamental en el tratamiento de la plata y al agotarse los
yacimientos de Huancavelica nuestro país se vio obligado a
importarlo de Europa y de Estados Unidos desde la década
de 1850.

Otro de los problemas que agravó la
situación de la minería fue la escasez de mano de
obra. La mita, abolida por las Cortes de Cádiz de 1812
abolió definitivamente la mita en el Perú. Ante esa
situación se esperaba que el mercado pueda proveer de la
mano de obra necesaria para la producción minera, sin
embargo eso no se produjo.

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Mapa del Perú en 1825
http://es.5wk.com/viewtopic.php?f=9&t=876&start=100La
esclavitud en los inicios de la república

I.3 El Estado Republicano.

El estado republicano surgió de condiciones por
demás azarosas. El independencia peruana jugó un
papel preponderante la presencia de tripas extranjeras dirigidas
primero por San martí y luego por Bolívar. La
aristocracia peruana mantuvo durante la guerra una
posición ambivalente y temerosa. Si bien en un primer
momento pareció apoyar de manera resuelta la
separación de España cuando parecía que la
promesa de San martín de no alterar el orden social
colonial era viable; el advenimiento de Bolívar al poder
hizo que la aristocracia se sintiera más segura bajo la
batuta hispánica. Esto explica la actitud contradictoria
de Riva-Agüero, miembro de la aristocracia peruana, frente a
la independencia. Flores Galindo ha señalado que este
temor estuvo alimentado por el recuerdo que aún
existía de la revolución acaudillada por
Túpac Amaru II y por las terribles consecuencias sociales
que conllevó.

El Estado peruano republicano nació casi como el
producto del vacío de poder en una parte del territorio
peruano, como consecuencia de la presencia de los
ejércitos libertadores. Pese a esta precariedad
nació con la responsabilidad de construir una
nación peruana, sobre bases democráticas,
sustentada en el principio de la soberanía popular. El
reto de crear soberanía popular era en esencia el
desafío de formar ciudadanos, iguales en derechos y
deberes. Esta era una tarea de gran responsabilidad habida cuenta
que el Perú heredaba un país forjado en la
diferenciación de derechos y exclusivismos.

La ambivalencia existente frente al advenimiento de la
independencia no fue privativa de la aristocracia colonial y de
los sectores más poderosos de la naciente
república. Muchos indígenas habían apoyado
de manera resuelta al sistema colonial. Esta división en
el seno de la población indígena se pudo apreciar
desde la época de la revolución de Túpac
Amaru II. Las tropas conducidas por Pumacahua fueron decisivas en
el curso de la guerra y la derrota de José Gabriel
Condorcanqui y estuvo igualmente presente en los primeros
años de la República, como fue el caso de los
campesinos de Iquicha.

Al respecto Bonilla menciona (2001: 155 )

"El compromiso de esta población mayoritaria con
la nueva realidad política era ambiguo. Parece que era
algo más firme en el norte que en el sur. En los
años finales de la década de 1820 se produjeron
varias sublevaciones campesinas en contra del régimen
republicano, reclamando los rebeldes los fueros y
jerarquías que el régimen colonial, mal que bien,
les había concedido. La más prolongada fue la de
los indios iquichanos, quienes mantuvieron la zona norte del
departamento de Ayacucho fuera del control de lí
república hasta 1830 y episódicamente en ocasiones
posteriores, que -han prolongado hasta el siglo
veinte."

El estado nacional se asentó, en términos
económicos, sobre bases deleznables. La economía
peruana no era nacional debido a su desarticulación.
Durante la época colonial la minería cumplió
el papel de articulador de la economía; pero debido a la
crisis por la que atravesaba la minería peruana no pudo
cumplir esta función, limitándose a ser la bisagra
que permitía la articulación de nuestra
economía con el mercado internacional.

La precariedad material y administrativa en la que
surgió el estado republicano peruano llevó a que
hasta 1845 no tuvimos una idea precisa de los ingresos y gastos
del erario nacional

"En el caso de los tributos, el 27 de agosto de 1821 San
Martín, después de declarar peruanos a los indios,
procedió a la cancelación del tributo colonial.
Pero la insolvencia del Estado peruano no podía permitir
por mucho tiempo el mantenimiento de esta generosidad. Su
restablecimiento, el 11 de agosto de 1826, se impuso por la
necesidad de sustentar las finanzas de la República en la
extorsión de la población indígena, y como
resultado de la política social que prontamente adoptara
el Estado Peruano. Dancuart- Rodríguez ( 1902 – 1926: t.
II, 154- 171) sostienen lo siguiente:

"La experiencia de los siglos había demostrado
que la tasa de los indígenas había sido fijada con
prudencia y con perspicacia —dijo en 1830 el Ministro de
Finanzas José María de Pando—, y puesto que
ella esta profundamente arraigada por la costumbre, tan poderosa
en el espíritu de las gentes, toda innovación
sería peligrosa"

"El tributo indígena fue una de las principales
fuentes de ingresos fiscales hasta 1854, en que fue
definitivamente anulado por Castilla. Como una única
concesión al nuevo signo de los tiempos el tributo
colonial pasó a llamarse en adelante "contribución"
indígena. La recaudación de la
"contribución" hizo necesario dividir a la
población indígena en tres categorías
fiscales: (a) indios originarios, (b) indios forasteros, y (c)
indios sin tierra. Los primeros, que tenían acceso a la
tierra, pagaban entre 5 y 9 pesos por año, mientras que
los últimos pagaban una tasa que oscilaba entre 2,5 y 5
pesos por año. .."

CAPITULO II

Los caudillos
como fenómeno social

II.1 Feudalización, clientelas y
caudillos

Las características que cobró el
caudillismo en el Perú surgieron como consecuencia de la
desintegración del orden patrimonial,
característico del sistema colonial. Esto aunado a la
feudalización de la sociedad peruana, proveniente a su vez
de la ruptura de los principales mecanismos de integración
económica y de la desprotección en la que las
comunidades indígenas fueron sumidas. Luego de la
independencia, así como del ascenso político de los
sectores criollos y mestizos hicieron posible su aparición
como fenómeno social y político.

terratenientes y caudillos

Los caudillos militares surgieron junto con una compleja
red de relaciones de clientelaje, que agrupaba a terratenientes
locales. Ante la crisis y la inoperancia del Estado, la presencia
de los terratenientes en las filas de los caudillos se
convirtió en elemento indispensable. Los terratenientes
aportaban el dinero necesario para armar grupos de adherentes que
hacían posible a los caudillos la disputa del poder. El
poder de donde emergían los caudillos era generalmente de
carácter regional.

El caudillo pasó a reemplazar la
participación activa de una ciudadanía inexistente.
La población participaba como clientela del caudillo. El
caudillo era el único que permitía la
participación popular en la vida política del
país. Este sistema era estructuralmente inestable, por
ello no garantizó la paz social ni en orden en el
país. Entre los factores que influyeron en ellos
están la desintegración económica y social
del país que hizo imposible construir redes clientelistas
de dimensiones nacionales. Esta situación solo fue
superada cuando los abundantes recursos guaneros le permitieron
la construcción de redes clientelistas de dimensiones
nacionales durante el gobierno de Castilla. Al respecto Radiguet
(1971: 130-131), menciona:

"En el embrollo que se llama la Historia del
Perú, se ven suceder se de una manera tan rápida
los gobiernos y los partidos, los hombres y las ideas, que toda
idea sistemática parece borrarse de la conciencia
nacional. La permanencia de la anarquía, el triunfo de los
vencidos de ayer, la derrota de los vencedores de hoy, han
terminado por destruir el fundamento moral de todo orden y por
alejar de la autoridad establecida el apoyo de la opinión
pública. La fuerza se ha vuelto verdad; aquél que
puede disponer de ella llega al poder; siendo-el ejército
su instrumento, sus grados son perseguidos con una
ambición encarnizada. Los grandes partidos se han
subdividido en una serie de sectas políticas, que a su
turno, desgarrándose entre sí, no dejan subsistir
sino hombres, representaciones, mientras que la idea, el partido,
la secta, se personifican en el jefe. Cuando se llega a ese
triste extremo, en el cual el individuo lo es todo y el pueblo no
es tomado en cuenta para nada, la marcha de la sociedad, en lugar
de ser la ley del pensamiento común, no es sino el
capricho del hombre fuerte o afortunado"

Cotler (1978: 73 ) ha destacado las relaciones de
clientelaje que permitieron el ascenso de los caudillos militares
en el Perú

"Estas condiciones permitieron el ascenso social de
las capas medias, proporcionando a los caudillos soldados,
oficiales, funcionarios e ideólogos —los
célebres plumíferos — posiciones a partir de
las que se podían obtener las prebendas necesarias para
escalar en la jerarquía social. Esto significó el
reacondicionamiento de la relación patrón-cliente
como fundamento político de la organización social
de la naciente República."

El clientelismo se desarrolló favorecido por la
ausencia de instituciones que canalizaran la participación
popular. Ante esta situación la participación
popular fue canalizada por medio de la subordinación a un
caudillo. La relaciónes entre los jefes militares y sus
bases de apoyo giraron sobre la base de complejas redes de
intercambio en las cuales a cambio del apoyo al caudillo los
seguidores obtenían diversas prebendas.

Con respecto a las razones que permitieron la continua
recomposición de la redes clientelistas, Basadre
(1931: 39).
menciona:

"..Este continuo desplazamiento no era casual: la
relación de clientela entre caudillo y allegados reposaba
en el respaldo de sus seguidores en la medida que éste
fuera capaz de otorgarles favores personales. Así se
explica la contradanza de la vida política peruana durante
el siglo XIX, "en donde en poco tiempo se está al lado de
quien se tuvo al frente y viceversa…"

La precariedad social, como consecuencia de las
insalvables diferencias entre los diversos grupos sociales,
aunada a la ausencia de una burguesía capaz de estructurar
un proyecto político condujo a la precariedad del estado y
a su incapacidad aglutinadora. Al respecto Benito Lazo ( 1959:
118) , mencionó lo siguiente:

"La diversidad de castas de que abunda el
Perú es una especie de gangrena que prepara la
disolución, siempre que desde el principio no se sepa
neutralizar la ignorancia e ideas groseras de las unas, los
falsos conocimientos de las otras y los intereses encontrados de
todos… Todavía más: no se conoce en nuestras
gentes el espíritu nacional que es el fomento del amor
patrio y el nombre de Peruanos apenas tiene en el vulgo un vago e
indiferente significado…"

Partes: 1, 2

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