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Cultivo de orquídeas sanas




Enviado por América Couput C.



Partes: 1, 2

  1. Antecedentes
  2. Descripción de la
    familia
  3. Caracteres
    morfológicos
  4. Evolucion
  5. Raíces
  6. Tallos
  7. Hojas
  8. Flores
  9. ¿Cómo se cultivan
    orquídeas saludables?
  10. Detalles del cultivo
  11. Resumen de aspectos a
    considerar
  12. Referencias
    bibliográficas

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Cattleya gaskelliana var. alba B.S.
Williams

ANTECEDENTES

En Venezuela figura entre las plantas
ornamentales más apreciadas y coleccionadas por la belleza
característica de sus flores. En el mundo, se reporta el
uso de diversas especies como medicinales, para la
extracción de gomas y mucílagos, para hacer
adhesivos, aglutinantes, como condimento y aromatizante, entre
otros.

DESCRIPCIÓN DE LA
FAMILIA

Las orquídeas constituyen una de las
familias más numerosas del reino vegetal, que por su
diversidad y extraordinaria belleza de sus flores han cautivado a
muchas personas en el mundo. Son muy apreciadas en la
jardinería y su recolección extremada ha producido
un peligroso trasiego de plantas silvestres que ha puesto en
peligro la supervivencia de muchas de ellas en algunas regiones
del mundo. Considerada por muchos botánicos como la
familia de plantas con flores más rica en especies y en
continuo flujo taxonómico. Existen alrededor de 700
géneros con 28.000 especies, además de 100.000
híbridos en su mayoría de forma natural; diversidad
que hace de esta familia, la segunda en importancia entre las
Angiospermas.

Son plantas generalmente epífitas,
es decir, prosperan en su mayoría sobre los
árboles, nunca se nutren de ellos. Su sistema radicular
solamente se adhiere al hospedero para fijar la planta. Se
alimentan del medio ambiente al absorber el agua de lluvia,
rocío o humedad ambiental.

No son plantas que crezcan
comúnmente en Europa, a excepción de las
orquídeas terrestres cuyo sistema radical se encuentra
bajo tierra, éstas crecen en bosques abiertos, prados, o
incluso márgenes de riachuelos o lagos ricos en
humus.

CARACTERES
MORFOLÓGICOS

Además de epífitas, pueden
ser también litófilas o rupícolas,
terrestres y saprófitas que presentan aspectos exteriores
diferentes según pertenezcan a cualquiera de los tipos ya
mencionados.

Con un solo tallo, de gran altura como las
del género Vanilla Mill. o con más de uno como
ocurre en los géneros Cattleya Lindl. o Cymbidium
Sw.

Tienen raíces fibrosas, carnosas o
tuberosas. En su mayoría son autótrofas, si bien en
ocasiones carecen de clorofila y se comportan como
saprófitas, motivo por el cual es muy importante el papel
de los hongos que viven simbióticamente en sus
raíces (micorrizas). Tallos cortos o alargados,
frecuentemente engrosados en pseudobulbos. Hojas desde solitarias
hasta numerosas, membranáceas hasta carnosas, aplanadas
hasta teretes, simples radicales hasta caulinares, a veces
presentes de los dos tipos, a veces faltantes durante la antesis.
Inflorescencias terminales o laterales; unifloras hasta
paniculadas; de muy pequeño tamaño hasta grandes y
vistosas, zigomorfas, generalmente hermafroditas, raramente
unisexuales. Tres sépalos, libres o más o menos
unidos, especialmente los laterales, a veces muy diferentes del
tercer sépalo denominado dorsal. Tres pétalos de
los cuales el situado entre los sépalos laterales es por
lo general muy modificado y variable denominado labelo. Estambres
y pistilo soldados en un órgano más o menos
columnar situado en el centro de la flor y denominado columna.
Una a tres anteras situadas en su ápice, cerca o lateral
de la cara ventral; con estigmas confluentemente modificados en
un ápice o protuberancia llamada rostelo. Los granos de
polen frecuentemente reunidos en masas denominadas polinios,
fácilmente triturables a cartilaginosos, en cantidades de
dos a ocho.

EVOLUCION

Se cree que su evolución
comenzó desde las primeras plantas con flor siendo su
primer modelo un aproximado al lirio con reducción del
número de estambres que cambió de simetría
radial a bilateral y otras modificaciones del ovario y
tamaño de la semilla. Su desarrollo evolutivo ha sido muy
confuso y especulativo.

RAÍCES

Las raíces de las orquídeas,
tienen notables modificaciones del tipo normal de raíz.
Sin embargo, al igual que en el resto de las plantas es un
órgano vital para el anclaje de la planta y la
absorción de nutrientes. En las orquídeas
terrestres, las raíces son estructuras alargadas y
ramificantes, cubiertas de pelitos absorbentes y radicales,
asemejándose a cualquier otra planta. Están
cubiertas por hifas que son filamentos de los hongos asociados
que las penetran y forman dentro de las raíces unos
nódulos donde establecen una asociación
micorrícica que garantiza el abastecimiento de agua y
nutrientes.

Las raíces de las epífitas
son aún más especializadas que las de las
orquídeas terrestres. En ellas, muchos pelitos se han
sustituido por una funda de células muertas, esponjosas y
porosas que se llama "velamen", el cual facilita tomar el agua de
lluvia o de la superficie de los troncos donde crecen, así
como minerales y nutrientes del medio ambiente. Son gruesas y
blancas que se esparcen por la superficie de la corteza del
árbol que les proporciona apoyo. Estas células del
velamen se vuelven transparentes y los tejidos internos verdosos
llegan a ser visibles. El agua que absorben se transporta hasta
la parte viva y de allí hasta las hojas.

En las orquídeas epífitas,
las raíces pueden originarse en cualquier parte del tallo,
en todas las direcciones y no solo hacia abajo. Su tendencia
positiva a hacer contacto, les permite servir de soporte,
además, estas raíces pueden fotosintetizar, lo cual
explica la coloración verdosa de sus puntas.

Cuando las raíces se ven secas, las
células del velamen dispersan la luz y se ven blancas,
situación que ayuda a reducir la pérdida de agua
presente en las raíces.

TALLOS

Pseudobulbos: Muchas orquídeas
presentan tallos engrosados o pseudobulbos, llamados de esta
manera para diferenciarlos de los bulbos verdaderos de lirios y
cebollas. Pueden estar formados por un solo entrenudo (Oncidium
Sw. y Brassavola Adans.) o varios entrenudos (Dendrobium Sw.).
Pueden ser pequeños o grandes y de formas muy variadas:
esféricos, ovalados, comprimidos, lisos o acostillados,
etc. Desarrollan, una o más hojas finales o en su parte
media y los pedúnculos de inflorescencias se originan en
su base, parte media o extremo apical.

En las orquídeas epífitas,
los tallos aéreos almacenan agua y nutrientes y por eso
pueden aparecer abultados. En muchas especies terrestres, los
tallos se comprimen y se abultan a manera de
tubérculos.

Algunas especies carecen de pseudobulbos en
los cuales almacenar agua y nutrientes y por eso no pueden vivir
en zonas o regiones sujetas a sequías
periódicas.

HOJAS

Las hojas de las orquídeas son muy
simples, no tienen espinas ni son aserradas. Son casi siempre
angostas y alargadas; también ovaladas o lanceoladas,
ahuesadas, arrugadas como la Stanhopea Frost ex Hook.,
cilíndricas como la Vanda teres (Roxb.) Lindl.,
ligeramente caniculadas como la Oncidium cebolleta (Jacq.) Sw. y
Brassavola nodosa (L.) Lindl. A menudo sus hojas son
rígidas y duras con una capa ceruminosa y espesa que
limita la pérdida de agua, como ejemplo las
epífitas.

Bastantes orquídeas tienen hojas muy
gruesas que sirven para almacenar agua, con cutícula un
poquito espesa y encerada, lo cual permite resistir las plagas y
también los fuertes vientos del trópico y
subtrópico.

Muchas especies que se encuentran en
lugares insolados y calientes, tienen hojas casi
cilíndricas, lo que les permite reducir la relación
superficial del volumen y evitar así el sobre
calentamiento y la deshidratación.

En las especies terrestres por lo general
las hojas son membranosas y delgadas propensas al ataque de
insectos.

FLORES

Como sucede en la mayoría de las
monocotiledóneas, su flor está constituida por
verticilos de tres sépalos, desprovistos de clorofila, que
protegen la flor una vez que se abre; tres pétalos y una
columna central que sustenta las anteras y el pistilo llamada
ginostemo. Los dos pétalos superiores son
idénticos, pero el inferior, el labelo, se ha transformado
en la estructura más llamativa de la flor, con sus propios
colores, formas y tamaños que pueden ser muy diferentes en
función de la especie que se trate. Las flores pueden ser
aisladas o en inflorescencias laterales.

Sus órganos sexuales contienen los
filamentos que llevan los órganos de reproducción
que están parcial o totalmente soldados entre sí o
columna; antera o pequeños sacos cápsulas que
contienen entre dos a doce polinios blandos o duros en cuyo
interior se encuentran los millones de granos de polen que se
adhieren a los visitantes o insectos los cuales son sus agentes
polinizadores. Los estambres están a un lado de la flor y
generalmente nada más un estambre es fértil. Y por
último, el rostelo que es una curiosa derivación
del tejido propio del estigma o cavidad viscosa de la
columna.

La columna tiene una antera portadora de
polen y un estigma femenino que segrega un fluido pegajoso hacia
el interior de la flor. Los insectos son atraídos por ese
néctar, y al intentar salir de la flor quedan impregnados
con el polen de las anteras. Al visitar la siguiente flor de la
misma especie efectúan el mismo recorrido y el estigma
recibe el polen, efectuándose así la
polinización. Se trata de un mecanismo muy avanzado y que
implica una evolución paralela entre las orquídeas
y los insectos que visitan sus flores.

Las orquídeas más cultivadas
de todo el mundo gracias a su fácil cultivo y al gran
número de híbridos, son las del Género
Cymbidium, siendo Holanda y Francia los principales países
productores.

Una vez fecundada, la flor sufre un giro en
el transcurso de su desarrollo, el cual es conocido como
resupinación. Luego se transforma en fruto que produce una
gran cantidad de semillas muy pequeñas. Es interesante
hacer notar que de 3.000.000 aproximados de semillas que se
producen en cada fruto de orquídea, solo unas
cuántas son las que logran germinar de forma natural en la
naturaleza, pues casi no tienen sustancias de reserva y requieren
ser colonizadas por un hongo (como puede ser alguno del
género Rhizoctonia A.DC.) el cual, le proporciona los
nutrientes necesarios, sobre todo en las primeras fases de su
desarrollo.

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¿Cómo se cultivan
orquídeas saludables?

Para cultivar orquídeas saludables
se debe planificar un régimen de cultivo en el cual se
observe a las plantas con regularidad y que se dé en un
ambiente muy limpio. Las enfermedades deben ser detectadas lo
más pronto posible para que no se propaguen al resto de la
colección.

Al comenzar a cultivar orquídeas es
recomendable adquirir plantas fuertes y vigorosas. Es
recomendable escoger plantas de color verde claro, sin manchas
oscuras u hojas amarillentas. Las plantas deben estar firmemente
arraigadas en el medio, con raíces saludables. Si logra
acceder a las raíces estas deberán ser blancas o
verdes si están húmedas; las raíces negras u
oscuras indican podredumbre o una infección
bacteriana.

El mejor premio que podemos recibir al
cultivar una orquídea, es sin duda alguna cuando
ésta florece. Sus extravagantes flores son el principal
atractivo, la variedad de colores, formas, y aromas, la
caracterizan como la más elegante flor del reino vegetal.
Ninguna flor encanta con tal sensualidad a los insectos. Por eso
se le ha llamado también, La Dama Fatal de la
Naturaleza.

Sus flores vienen en muchos colores, con
excepción del negro, predominan los colores como el
rosado, lavanda, rojo, amarillo, y blanco. En azul real es raro
encontrarlas; en café y en verde son comunes, y muchas de
las especies tienen flores marcadas por dos o más colores
que hacen contraste. Algunas flores permanecen abiertas solo un
día y otras duran hasta más de tres
meses.

Un aspecto importante de la flor es la
variedad de fragancias que estas tienen; son mezclas de
sustancias químicas que se pueden producir en diferentes
partes de la flor, y en algunos casos, una misma flor puede
producir aromas diferentes en distintas horas del día y
noche.

DETALLES DEL
CULTIVO

EL SUELO O MEDIO

El suelo destinado a sus orquídeas
terrestres debe ser rico, pero con buen drenaje. Recuerde
plantarlas con suficiente espacio entre sí, lejos de
raíces de otras plantas y lejos de plantas liberadoras de
toxinas como los bambúes y los eucaliptos.

En macetas especialmente diseñadas
para orquídeas epífitas o preferiblemente escoger
como base la fibra de coco por su mayor durabilidad, resistencia
a bacterias y hongos.

– Riegue sus orquídeas
preferiblemente por la mañana: de esta forma le
dará tiempo al medio de cultivo de secarse,
aprovechará el mayor metabolismo matutino de la planta y
evitará quemaduras por la acción conjunta del agua
y el sol. Nunca exagere la cantidad de agua en el riego (riegue
hasta que todas las raíces cambien de blanco a verde
claro), un poco de agua en la periferia de la planta no es
perjudicial siempre y cuando el lugar no sea de por sí ya
muy húmedo para su orquídea. En días de
intenso calor se puede regar las orquídeas con mayor
frecuencia y reducir la temperatura regando alrededor de la
planta como anteriormente se indica; evidentemente, en
época de lluvia suspenda o minimice los riegos. Los riegos
también se deben disminuir gradualmente cuando una planta
evidencie entrar en reposo, esto se hace patente cuando su
orquídea no presenta crecimiento de nuevas raíces.
Lo ideal es comprar orquídeas que acoplen sus temporadas
de crecimiento y reposo a los determinantes ambientales de su
región (ver el apartado " tolerancia a la sequía").
Tome en cuenta que las orquídeas, según la especie,
van desde las que no poseen un reposo definido (es decir los
espacios entre riegos sólo se alargan, y el reposo puede
finalizar en apenas semanas), hasta las que necesitan de reposos
marcados (es decir, que los riegos se suspenden casi por completo
o por completo y que su reposo puede ser relativamente largo). Es
una regla primordial respetar el reposo de una orquídea
para que éste actúe como detonante de la
próxima floración. Recuerde que al regar sus
orquídeas, debe hacerlo de tal forma que imite a la
naturaleza (rociadores o sprays) y le dé al medio de
cultivo tiempo para secarse (no necesariamente por completo),
para evitar que la orquídea pase la noche muy
húmeda; ésta es la razón más
importante del por qué regar sus plantas por la
mañana.

– Si hay una clave para obtener buenas
floraciones, ella es usar fertilizantes para orquídeas que
existen en el mercado según la etapa en que se encuentren:
Crecimiento, Floración y Mantenimiento. Si usted no es una
persona constante despreocúpese, sus plantas no
morirán si descuida darle su abono. Lo más
práctico es comprar un fertilizante que favorezca tanto al
crecimiento como a la floración. Durante el reposo de una
planta, es aconsejable suspender el abonado o frecuencia del
mismo (Si no suspende el abonado, por lo menos deberá
reducir la concentración utilizada).

– Las orquídeas de nuestro
jardín, al igual que cualquier otra planta ornamental, no
están excentas de ataques de parásitos, hongos,
virus, bacterias e insectos dañinos, por lo que siempre
tenga a la mano productos para combatirlos (recuerde seguir al
pie de la letra las etiquetas de los productos utilizados siempre
especiales para este tipo de planta).

UBICACIÓN JUNTO A OTRAS
PLANTAS

– junto con bromelias, la clave es "juntos
pero no revueltos": generalmente las bromelias ocupan mucho
más espacio que las orquídeas, además de ser
más grandes.

– junto con coquetas: no es raro que
crezcan por sí solas con las orquídeas, pero
cuidado de que no crezcan demasiado, porque le quitan espacio y
acceso al sol.

– junto con helechos: lo mismo que con las
coquetas, con la situación agravante de ser refugio de
gusanos y cucarachas como también lo son las bromelias. Un
follaje demasiado denso no dejará que el medio de cultivo
seque.

– junto con otras orquídeas: no es
raro ver "monstruos" crecer al lado de "enanos", los primeros
seguramente opacarán a los segundos. Es preferible que
estén cerca pero no en una misma maceta o
recipiente.

– Bajo árboles:

a) Aclare la copa del árbol cuando
ésta dé un exceso de sombra. Una sombra muy densa
no sólo puede ser excesiva para sus plantas, sino que
también fomentará el exceso de humedad, que es
factor común de pudrición en raíces y
flores. Este problema es evitable si Usted escoge un árbol
que no tienda a un exceso de frondosidad, y depende de la
orquídea que escoja.

c) Colocar orquídeas bajo palmeras o
"pegadas" a ellas no siempre es buena idea, máxime si las
hojas de su palmera son pesadas, ya que al caer pueden
dañar sus plantas.

d) Si utiliza un árbol como "tutor"
para albergar orquídeas, colóquelas al alcance de
su mano. Posiblemente considere que esto no necesariamente es muy
estético, pero es lo más práctico para
cuidarlas. Además, si las coloca directamente sobre la
corteza, fíjelas con tiras de medias de nylon que ya no
use, de manera firme pero sin molestar las yemas incipientes que
serán los nuevos bulbos y poniendo, entre la corteza y la
planta, un pedazo de fibra de coco por ser ésta más
resistente al deterioro en el tiempo y a la proliferación
de hongos dañinos.

e) Tipo de corteza: algunas son más
susceptibles a un buen anclaje que otras.

f) Árboles caducifolios: algunos
árboles pierden sus hojas en época de sequía
o inmediatamente antes de su floración y
fructificación, lo que naturalmente dejará a sus
orquídeas desprotegidas de la acción de los rayos
solares. Esto no es necesariamente dañino, de hecho
algunas orquídeas se beneficiarán de este "extra"
lumínico, siempre y cuando la pérdida de las hojas
del árbol ocurra durante los meses de días
más cortos y fríos del año. Entre las
orquídeas que se benefician tenemos a todas aquellas que
en la naturaleza se enfrentan a la misma
situación.

g) Finalmente, si tiene árboles que
proporcionan buenas condiciones para el plantado de
Orquídeas, úselos.

PROPAGACION VEGETATIVA O CLONAL
(León, 1995)

Se han desarrollado distintos
métodos de propagación por meristemas dependiendo
del tipo de explante, brotes vegetativos en crecimiento, los
cuales deberán ser esterilizados en Hipoclorito de calcio
o de sodio al 4% por 20-30 minutos. Luego se enjuagan en agua
destilada estéril y se procede al aislamiento y siembra de
los meristemas o de las yemas.

Otro tipo de propagación es la
vegetativa, que se lleva a cabo utilizando las yemas de los
brotes de vara floral, esta técnica ha sido aplicada con
éxito en Cymbidium Sw. y Phalaenopsis Blume (Intuwong et
al., 1972). Consiste en el corte de nudos que contienen yemas
dormantes, su esterilización, enjuague y siembra en medios
de cultivo con hormonas que inducen la formación de nuevas
plántulas a partir de esas yemas.

Se ha usado también ápices
foliares jóvenes de plántulas cultivadas in vitro
para la obtención de protocormos en Cattleya con
éxito solo en el caso de utilizar como explante hojas muy
jóvenes (Churchill. et al., 1971). Los trabajos de
propagación de especies como Cattleya y

Phalaenopsis, abriendo la posibilidad de
propagar especies hortícolas importantes sin afectar los
órganos vegetativos de las mismas.

Y la división o replique foliar, que
consiste en dividir plantas muy extendidas en, mínimo, 4
bulbos que formarán otra planta independiente. Siempre
respetando las yemas incipientes que están en la base de
cada bulbo foliar para el buen desarrollo de la futura nueva
planta. Siendo este método muy seguro de
aplicar.

CONDICIONES DE CULTIVO

Existe una gran diversidad de condiciones y
medios usados en el cultivo in vitro de orquídeas. El
estado del medio de cultivo (líquido o sólido)
depende de la especie con la que se esté trabajando y debe
ser determinado empíricamente. Generalmente la
proliferación es mayor y más rápida en medio
líquido y la diferenciación se ve favorecida en
substratos o soportes sólidos.

Aún cuando es recomendable la
agitación del medio líquido, se han obtenido
éxitos con cultivos estacionarios (Kako, 1973; citado por
Arditti, 1993) y con otros medios líquido agitados solo
ocasionalmente (Arditti, 1993). Las tasas de agitación
rotatoria recomendadas varían desde 0.25 rpm. (Jasper,
1966) hasta 200 rpm. (Scully, 1966). Las condiciones apropiadas
deben ser determinadas experimentalmente y la agitación
del medio de cultivo favorece la proliferación de
protocormos debido a la eliminación de la polaridad,
retardo o prevención del desarrollo de raíces y
brotes (Scully, 1967; Wimber, 1963, 1965), mejor aireación
y dilución rápida de metabolitos tóxicos
(Arditti, 1993).

Las intensidades de luz usadas tanto para
cultivo de semillas como para cultivo de meristemas o yemas van
desde la oscuridad hasta los 300 Lux, generalmente obtenidos con
fluorescentes y algunas veces complementados con lamparas
incandescentes. Los fotoperiodos más adecuados para la
germinación de semillas y cultivo de tejido de
plántulas son también adecuados para el cultivo de
meristemas (Arditti, 1993).

Tanto para el cultivo de meristemas como
para el cultivo de semillas el rango de pH más adecuado
para el cultivo in vitro de orquídeas es de 4.8 a 5.5.
Cuando el pH del medio de cultivo es muy ácido antes del
autoclavado, puede ocurrir la hidrólisis de algunos
componentes del medio, lo que puede resultar en la
formación de soluciones semisólidas y la
producción de algunos compuestos tóxicos para el
explante (Arditti, 1993).

Las temperaturas apropiadas para el cultivo
varían desde 24 a 26°C. Aunque temperaturas superiores
también pueden ser toleradas por los cultivos. Algunas
especies pueden tener una menor tolerancia o requerimientos
específicos.

SUSTANCIAS ORGANICAS USADAS EN LA
GERMINACION ASIMBIOTICA DE SEMILLAS DE ORQUIDEAS

Un gran número de aditivos se usan
para favorecer la germinación asimbiótica de
semillas de orquídeas y el subsecuente desarrollo y
diferenciación de los protocormos (Arditti, 1967). Los
más frecuentemente usados son el endospermo líquido
de coco, el jugo de tomate y el fruto del plátano. Steward
and Simmonds (1954) reportaron que las capas formativas del fruto
del plátano poseen sustancias que estimulan la
división de las células de zanahoria; con solo esta
evidencia disponible, Khalifah llegó a la
conclusión de que estas sustancias responsables de la
división celular eran las citokininas.

Van y Steward (1975) encontarron que el
fruto del plátano contiene pequeñas cantidades de
compuestos inductores de la división celular [zeatina,
zeatin-ribosido y 6-( 2-isopentilamino) purina] pero que
comparados con el endosperma líquido del coco, su
actividad era extremadamente baja: 20 ml. de este aditivo daban
una respuesta similar a 500 g de plátano. Sin embargo,
existe evidencia de que el efecto del plátano sobre el
desarrollo de las orquídeas puede deberse a la presencia
de otros compuestos distintos a las citokininas, pues se ha
reportado la presencia de compuestos afines a giberelinas y
auxinas en el mismo (Khalifah, 1966).

Valmayor (1972) reportó que el
endosperma líquido del coco solamente permite una pobre
diferenciación en protocormos de Dendrobium, Vanda Jones
ex R. Br. y Cattleya, mientras que su combinación con
extractos de plátano resulta en un buen desarrollo de
raíces y tallos.

AL PLANTAR ORQUÍDEAS
EPÍFITAS

En primer lugar, lave y esterilice los
envases o macetas que va a utilizar. Deben estar bien preparados
para el drenaje, así que coloque una buena capa de
material de drenaje en la base. Utilice trozos de macetas rotas y
coloque los grandes sobre los agujeros de drenaje y los
más pequeños encima. En las macetas pequeñas
esta capa deberá medir por lo menos 1,5 cm de altura y, en
las grandes (de más de 15 cm de diámetro), 2,5
cm.

1. Quite cualquier hierba, bráctea u
hojas muertas antes de sacar la planta en su maceta. Extraiga la
Orquídea de su recipiente, quitando suavemente el compost
viejo hasta que se vea gran parte de las raíces; sumerja
la base en agua. Sáquela y déjela escurrir durante
media hora y luego quite ciudadosamente el compost que haya
quedado pegado a las raíces. Hágalo con sumo
cuidado ya que muchas Orquídeas tienen raíces muy
débiles, que se quiebran con facilidad. Corte los trozos
de raíz que vea en mal estado; es normal encontrar una o
dos raíces muertas. Además, puede cortar un poco
las raíces para que el trasplante sea más
sencillo.

2. Coloque una capa de compost sobre el
material de drenaje y apoye la planta de manera que la base de la
planta quede a la altura del borde de la maceta. Cuidadosamente,
trate de colocar un poco de compost entre las raíces,
antes de plantarla.

3. A continuación, añada
compost alrededor de la planta y sobre la masa de raíces,
reafirmándolo bien con los dedos entre
éstas.

Golpee suavemente la maceta un par de veces
para asegurarse de que quede uniforme y reafírmelo
ligeramente. Coloque la planta de manera tal que la parte
más antigua (el primer bulbo posterior) esté cerca
del borde de la maceta, con las partes más nuevas -los
pseudobulbos jóvenes- en el centro de la maceta. Esto
permite que haya espacio para crecer.

4. Los pseudobulbos deberán quedar a
la altura de la superficie del compost, con la mitad superior del
rizoma expuesta y la mitad inferior enterrada. No olvide dejar
espacio en la parte superior (de 13 a 19 mm) para el
riego.

5. Si el recipiente -especial para este
tipo de planta-, es de arcilla o plástico, coloque en el
fondo trozos de macetas rotas (explicado anteriormente); luego
envuelva con fibra de coco como base

escogida para soporte; ponga una capa
delgada de musgo esfagnáceo como base húmeda para
la planta, presionándolo suavemente. Distribuya las
raíces para sembrar o fijar luego la planta con restos de
corteza de árbol o amarrada (con tiras de medias de nylon
pasadas por el rizoma y sin dañar las yemas) a un trozo de
tallo de árbol que cubra el radio del matero ya
acondicionado, de manera que quede firme y no se
mueva.

RECIPIENTES ESPECIALES PARA
ORQUÍDEAS

Las Orquídeas epífitas se dan
mejor en recipientes especiales. Y conseguirlos es menos
problemático de lo que parece. Es probable que el centro
de jardinería más cercano, tenga una amplia gama de
macetas perforadas para Orquídeas o cestas de alambre o
tablillas de madera. Estos recipientes están especialmente
diseñados para las Orquídeas epífitas, ya
que permiten la circulación de aire alrededor de las
raíces, permitiéndoles además que salgan
hacia fuera.

CUANDO SE DEBE CAMBIAR LA
MACETA

Lo más probable es que las plantas
jóvenes deban ser transplantadas cada año, para
tener más lugar donde crecer. Pero no plante una
Orquídea en una maceta más grande sin que realmente
lo necesite, es decir, que la anterior le haya quedado demasiado
pequeña. La razón es que si hay mucho compost
alrededor de las raíces, la planta tendrá que
absorber mucha agua, a su vez, el exceso de agua podría
hacer que las raíces se pudrieran, a lo que las
Orquídeas son bastantes propensas.

Una forma sencilla de saber si una
Orquídea epífita ha crecido demasiado para su
recipiente, es ver si el último pseudolbulbo está
tocando el borde y no le queda espacio para crezcan
otros.

Las plantas maduras, aquellas que ya
están en las macetas definitivamente, por lo general, de
unos 20cm de diámetro, se pueden dejar durante uno o dos
años, luego necesitarán compost nuevo.

Vuelva a colocar la planta en una maceta
del mismo tamaño.

AL ESCOGER LA MACETA

Todas las Orquídeas, sean
epífitas o no, se pueden cultivar tanto en macetas de
barro como de plástico. Las de barro son más
pesadas y firmes, por lo general más indicadas para
plantas grandes. Existen macetas de barro especiales para
Orquídeas epífitas, aunque no son necesarias.
Éstas tienen agujeros a los lados para permitir que las
raíces respiren.

Tenga cuidado de no escoger una maceta
demasiado grande cuando trasplante las Orquídeas
pequeñas. Elija una maceta que proporcione a la planta
sólo el espacio necesario para el crecimiento de un
año (donde quepa un nuevo pseudobulbo y el rizoma). Lo que
debe hacerse es cambiar la planta a una maceta una medida mayor,
como por ejemplo de una de 13 cm de diámetro a una de 15
cm. No se preocupe si la ve demasiado apretada.

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COMPOST PARA
ORQUÍDEAS

El compost normal no es suficiente poroso
para las Orquídeas. Se puede comprar compost especial en
cualquier tienda, pero lo más fácil es que se lo
haga Ud. mismo(a).

Existen tantas fórmulas de compost
para Orquídeas, como libros sobre el tema, pero no hay
ningún secreto. Entre varias, hay dos "recetas" muy
simples pero muy eficientes y apropiadas tanto para las
orquídeas epífitas como las terrestres. El secreto
es lograr un compost que absorba mucha agua, pero que se deshaga
rápidamente de la sobrante. Lo más importante es
que permita que el aire circule libremente a través de
él.

Tradicionalmente, la fibra de Osmunda L.,
importado generalmente del Japón o del helecho
arbóreo: Cibotium spp; un material extremadamente poroso,
que ha sido el ingrediente "mágico" del compost para las
Orquídeas.

Se trata de las raíces desecadas
más o menos trituradas de estos helechos. Bastante caros,
escasos y además, en peligro de extinción.
Afortunadamente, existen otros materiales que los sustituyen y se
consiguen fácilmente.

La corteza de pino, por ejemplo, es muy
buena para mantener el medio de crecimiento bien aireado. Se la
combina con musgo esfagnáceo y turba, ambos materiales que
conservan la humedad. Cuando más turba tenga la mezcla,
más conservará la humedad; de modo que si tiende a
regar en exceso, más que a conservar seca la planta, lo
mejor será no mostrarse demasiado generoso a la hora de
incorporar la turba a la mezcla.

También se pueden agregar algunos
trocitos de carbón, que contribuirán a
contrarrestar la acidez natural de la turba y mantedrá la
mezcla " dulce " (algas verdes sobre la superficie del compost
indicarán que éste, está ácido) y
piedritas blancas de cementerio para un buen drenaje.

No hay necesidad de añadir
ningún fertilizante, ya que las Orquídeas no
soportan un medio de crecimiento muy rico. En cambio, es
aconsejable aplicar algún fertilizante foliar durante la
época de crecimiento.

COMPOST 1

  • Una medida: corteza de pino
    triturada

  • Una medida: turba

  • Una medida: vermiculita

  • Una medida: musgo
    esfagnáceo

  • Piedra molida o piedritas blancas para
    cementerio

COMPOST 2

  • Una medida: corteza
    triturada

  • Una medida: turba

  • Pedacitos de carbón

  • Piedra molida o piedritas blancas para
    cementerio

RESUMEN DE
ASPECTOS A CONSIDERAR

– Delimite su rango de escogencia:
concentre su elección en algunos géneros o tipos de
orquídeas, además de comprar primero las de
más fácil cultivo. De esta forma podrá
centrar mejor sus esfuerzos y perfeccionar su técnica.
Además, muchos géneros de orquídeas tienen
requerimientos y atenciones similares.

– Pertinencia climática: Recuerde
siempre que la garantía de éxito en el cultivo de
orquídeas es directamente proporcional al clima adecuado y
los requerimientos de su orquídea. Por lo que tome en
cuenta:

1-) No compre, una planta que no crezca en
el nivel de temperaturas de su región (en el
trópico la temperatura está muy relacionada a la
altitud), por ejemplo: es mejor cultivar Cymbidium a menos de
1.600 – 1.800 metros de altura o Anguloa Ruiz & Pav. al nivel
del mar. Estas plantas, aunque no mueran, no florecerán,
incluso con las mayores atenciones que les pueda suministrar. Si
desea con fervor una planta en particular, la familia de las
orquídeas es tan grande que podrá seguramente
sustituirla por otra que viva mejor en su
jardín.

2-) Considere que no necesariamente una
Orquídea adaptada a sus condiciones de temperatura sea
realmente la escogencia correcta, ya que, la humedad ambiental
influye, un clima puede ser caluroso, intermedio o frío,
pero también puede ser húmedo o seco. No
necesariamente una orquídea bien adaptada a un rango de
temperaturas "x" lo estará también si las
condiciones de humedad de su zona son extremamente contrarias a
las condiciones de humedad ideales a las de su especie, lo cual
no significa que no se puedan aplicar medidas correctivas para
que esta planta crezca en su jardín, pero ya la hace en
parte salir del rango de orquídeas de bajo mantenimiento
con alto rendimiento, el cual es el fin último de su
escogencia.

3-) De igual manera, considere la
tolerancia a la sequía de su orquídea: aunque usted
sea una de esas personas que no resisten la tentación de
regar y regar sus plantas, siempre habrá épocas del
año que por descuido, viaje, delegación de
responsabilidades, etc., sus plantas no recibirán
suficiente o ningún riego, a menos que la madre naturaleza
sea benévola en lluvias. Por lo tanto modere sus impulsos,
infórmese del correcto regado de sus plantas y escoja si
es posible, aquéllas que se acoplen a los
parámetros pluviales de su región. Si su zona es de
marcada época de sequía, le recomiendo: escoger
aquéllas que soporten o necesiten de periodos de menos
riegos. Soportar significa que dichas plantas pueden permanecer
sin recibir agua por periodos variables de tiempo sin que por
ello sufran de extrema deshidratación (por ejemplo, la
orquídea "Cattleya lueddemanniana Rchb. f. " generalmente
acepta más las épocas de sequías que las
demás Cattleyas tipo Labiatas); por el contrario,
necesitar de periodos de menor abundancia significa que las
plantas entran en reposo, lo que es igual a la estivación
que hacen algunos animales en épocas de escasez (en este
caso, el reposo de la planta escogida debe coincidir lo
más aproximadamente posible con la época de
sequía de su región). Si su región no es de
marcada época de sequía o la misma es
prácticamente inexistente, le recomiendo: comprar plantas
que se adapten a esta condición y evite las que requieran
reposo o poco riego. El truco en los dos casos es tratar de
recrear los mismos parámetros climáticos, lo que
significa tratar de que los riegos, en la medida de lo posible,
sean efectuados al propio ritmo de lluvias de su
región.

– Tolerancia a variaciones en el clima:
muchas de las orquídeas más resistentes se cuentan
entre las que pueden ser cultivadas bajo distintas condiciones;
éstas resisten mejor las variaciones climáticas. La
tolerancia a variaciones en el clima está estrechamente
relacionada al rango de hábitats diversos para que una
orquídea prospere en la naturaleza. Por ejemplo, si una
orquídea crece desde el nivel del mar hasta los bosques
nublados siempre verdes y posee un área de
distribución amplia en la naturaleza, nos encontramos ante
una planta con estas cualidades. Así mismo, es
generalmente aceptado que los híbridos muestran una mayor
adaptabilidad y resistencia climática (incluyendo el
vigor), a los especímenes originales.

– Fácil obtención y
reemplazo: aunque la paciencia es esencial para conseguir las
orquídeas que usted desea; no está de más
que trate de escoger plantas que pueda conseguir con relativa
seguridad y además sean fácilmente reemplazables en
caso de pérdida.

– Longevidad: generalmente las
orquídeas son plantas longevas, pero siempre se da el caso
de plantas de corta vida, como por ejemplo, los Sophronitis
Lindl. y sus híbridos.

– Espacio disponible: tome en
consideración el tamaño, y por lo tanto, el espacio
que ocupe la planta. En especial si el mismo, es
limitado.

– Asegúrese de comprar sólo
plantas sanas: El estado de salud de una planta es esencial a la
hora de comprarla, a pesar que en muchas ocasiones dicho estado
sea evidente no siempre es así. Ya que sobrepasa las
limitaciones de este artículo no hablaré del
reconocimiento de los mismos, el cual dejo a su propia
experiencia e investigación. Me limitaré a
mencionar que sólo en los Orquidearios, le dan seguridad
de comprar orquídeas sanas con mayor certeza que los no
especializados. Cualquiera sea el caso nunca olvide revisar las
orquídeas antes de adquirirlas. Igualmente no se deje
sorprender por una planta de gran esplendor en su florecimiento,
más bien busque señales de anteriores
florecimientos para de esta forma comprobar su capacidad de libre
floración (a menos que se trate de una planta
relativamente joven, por lo que se esperaría que
ésta fuera la primera).

Es recomendable aislar las plantas
recién compradas ya que pueden ser portadoras de plagas o
enfermedades. Si compra en un vivero reconocido tiene la
probabilidad de recibir un recambio o ser asesorado para resolver
el problema.

Mantenga la zona de cultivo impecable para
evitar la proliferación de hongos o insectos. Retire las
hojas y flores marchitas. Riegue temprano por la mañana
para asegurarse que las plantas y las flores estén ya
secas por la noche. Evite la acumulación de agua en los
platos o el piso de las macetas. De preferencia utilice material
poroso que absorba los excesos de agua cerca de las
macetas.

Cada planta tiene un régimen
particular de riego que depende de varios factores; como el
medio, la temperatura, la humedad relativa del ambiente, la
cantidad de viento que reciben, la estación del
año, hasta el color de las paredes que las
rodean.

Lo que se debe conocer al cultivar una
determinada orquídea es su ecosistema. Cada una
está acostumbrada a un determinado microclima basado en
aspectos como altitud, humedad, luz solar, etc. Además
muchas plantas requieren de periodos de descanso en los cuales
reponen sus fuerzas. Documéntese sobre la especie que
desea adquirir. Verifique que puede reproducir las condiciones
naturales a las que esta planta está acostumbrada si desea
obtener buenos resultados. Otro buen comienzo, es adquirir
plantas ya aclimatadas a su zona geográfica. Normalmente,
mediante el cultivo in vitro se logra este propósito ya
que la planta es aclimatada desde muy pequeña a las
condiciones del medio ambiente. Cuando una planta es
extraída de su ecosistema o habitat suele ser afectada y
puede perder hojas y raíces o hasta morir. Para evitar la
depredación y tener mejores resultados, sobre todo al
inicio de este hobby es mejor adquirir este tipo de plantas en
Orquidearios. Si detecta una infección o plaga
actúe de inmediato. No subestime este tipo de afecciones
ya que suelen ser sumamente dañinas. Aísle la
planta de inmediato y lleve una muestra de la infección a
un vivero especializado o a la sociedad de Orquideología
de su zona. Envuelva el espécimen enfermo en una bolsa de
plástico para evitar que propague la
enfermedad.

Partes: 1, 2

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