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Diagnóstico diferencial de los síndromes del sistema osteomioarticular (página 3)




Enviado por Julio Alberto



Partes: 1, 2, 3

Trastornos endocrinos. Se manifiestan
inicialmente con una fibromialgia, particularmente el
hipotiroidismo, cuyo diagnostico será confirmado por las
anomalías de los tests tiroideos, y la corrección
de las anomalias tiroideas mejorarán el síndrome
fibromiálgico.

Trastornos nerviosos. Las neuropatías
periféricas, los síndromes de atrapamiento,
principalmente del tunel carpiano, y las enfermedades
neurológicas (esclerosis multiple y la miastenia gravis)
hay que considerarlas, aunque el electromiograma y las
velocidades de conducción nerviosa son normales en la
fibromialgia.

Síndromes de uso excesivo. Se relacionan
con el aspecto laboral y económico, es decir, las
actividades que realizan la persona y las condiciones en que las
realiza;

Síndromes paraneoplásicos. Ya que
la presencia de un tumor puede manifestarse con alteraciones
musculoesqueléticas antes que los síntomas propios
del tumor.

Síndromes afines a fibromialgia. Merecen
mención aparte otros síndromes dolorosos que se han
desglosado del término inicial de fibrositis y
además pueden presentarse concomitantemente con el
síndrome fibromiálgico, por sus síntomas, de
etiología desconocida y que pueden tener un manejo
terapéutico similar, ver Tabla:

Trastornos del Afecto

S. Fatiga crónicaS. Depresivo
mayorS. Colon irritableS. Premenstrual

Transtornos Disfuncionales

Dolor facial antípicoS.
Miofascial

Trastornos
Neurosomáticos

Trastornos de
ansiedadDistimia

Síndromes de Fatiga y dolor
Crónico

MigrañaDolor Pélvico
crónicoS. de la Guerra del Golfo

Síndrome de fatiga crónica.
Más frecuentemente descrito en adultos, también se
presenta en niños y adolescentes, se diagnostica por la
presencia de criterios mayores y menores, con sus respectivas
combinaciones y se caracteriza por sensación de fatiga
difusa, generalmente precedida de un cuadro de naturaleza
infecciosa (por ejemplo, un estado gripal).

Distrofia simpaticorrefleja. Suele definirse
como dolor continuo en una zona de una extremidad después
de un traumatismo mínimo sin afectación de
ningún nervio principal, asociado a una hiperactividad
simpática. La clínica se caracteriza por un dolor
constante en la zona distal de la extremidad que se exacerba con
la actividad moderada, sensación de quemazón o
dolor a la palpación, alteraciones de la coloración
de la piel o hinchazón y alteraciones de la
sudoración. En los niños la radiología suele
mostrar osteopenia de la zona afecta con menor frecuencia que en
los adultos y la gammagrafía de esta zona muestra
alteración de la captación diferente que en
adultos.

Síndrome de disfunción
temporomandibular o dolor facial atípico.
Se
caracteriza por dolor muscular asociado a puntos de
tensión en los músculos masticatorios. Su
prevalencia es de un 6% con una frecuencia mayor en mujeres de
edad media; aunque el síntoma principal es el dolor, los
pacientes exhiben restricción de la movilidad mandibular y
ocasionalmente crepitus en articulación temporomandibular.
El curso de la enfermedad es altamente variable, caracterizado
por cronicidad y remisión en pocos casos19; algunos
pacientes refieren reactivación premenstrual del dolor y
el porcentaje de depresión en estos pacientes es
más alto que en la población general sin que por
esto se pueda proponer una relación de
causalidad.

Síndrome de dolor miofascial. Se reserva
para aquellos cuadros álgicos en un área
determinada del organismo, sin que pueda objetivarse una
patología concreta y definida en esa localización.
Algunos autores han considerado el síndrome miofascial
como formas localizadas de fibromialgia que antecede a la
aparición completa de la enfermedad, o bien etapas de
remisión parcial de ellas. El proceso es más
frecuente en mujeres de 30-60 años, aunque no hace
distinción entre sexo y edades y también ha sido
descrito en adolescentes.

Síndrome del colon irritable. Es
considerado el trastorno más común del tracto
gastrointestinal. Afecta el 15% de la población
especialmente a mujeres jóvenes. El diagnóstico
está basado en una constelación de síntomas
reunidos en los llamados Criterios de Roma: Dolor abdominal
continuo o recurrente que alivia con la defecación,
alteración en la consistencia y/o frecuencia de las heces
y distensión abdominal. La influencia hormonal parece ser
muy importante; en mujeres que lo padecen, puede haber una
exacerbación de los síntomas precediendo el
período menstrual.

SÍNDROMES
DOLOROSOS LOCALIZADOS:

HOMBRO, CODO, MUÑECA, MANO, CADERA, RODILLA Y
PIE.

Los reumatismos de partes blandas localizados incluyen
un amplio y variado grupo de enfermedades caracterizadas por
asentar en estructuras extraarticulares: bolsas serosas, vainas e
inserciones tendinosas, ligamentos, fascias y aponeurosis y sus
entesis (unidad funcional anatómica que incluye la
inserción de estas estructuras en el hueso
correspondiente). Aunque las manifestaciones clínicas de
estos reumatismos son muy diversas, en parte debido a su
diferente localización topográfica, tienen en
común los siguientes hechos:

1. Son trastornos regionales.

2. Producen un dolor mantenido, sordo, con
exacerbaciones relacionadas con algunos movimientos,
concretamente, los que comprometen la estructura lesionada. La
contracción voluntaria y resistida del músculo
correspondiente y el estiramiento del tendón en el
movimiento antagónico desencadenan dolor. Todo ello cursa
sin alteraciones de la movilidad articular pasiva.

3. El dolor es localizado (el paciente lo
señala con la punta de un dedo), aunque en los estadios
crónicos es frecuente su irradiación.

4. La sobrecarga mecánica de la
estructura afecta es el factor etiológico primordial. Con
menor frecuencia existen causas sistémicas responsables de
estos procesos, como infecciones, artritis microcristalinas o
reumatismos inflamatorios. Aun en estas últimas
circunstancias, la contribución patogénica del
factor mecánico es de gran importancia.

5. En ocasiones modifican notablemente la
exteriorización clínica de otras enfermedades
articulares.

6. Mejoran con tratamientos locales, en
especial las infiltraciones, y con la supresión de los
factores mecánicos que las producen.

7. Salvo excepciones, las pruebas de
laboratorio y los estudios radiológicos son
normales.

HOMBRO DOLOROSO

El dolor en el hombro es uno de los síntomas
más frecuentes del aparato locomotor. Puede estar causado
por múltiples procesos patológicos encuadrados en
dos grandes grupos: los que cursan con dolor en el propio hombro
y los que son referidos desde otras estructuras.

Más del 90% de los casos de hombro doloroso se
deben exclusivamente a alteraciones musculoligamentarias del
complejo articular del hombro: manguito de los rotadores,
cápsula articular y bolsas serosas.

Patología del manguito de los
rotadores

La degeneración del manguito de los rotadores
aparece tempranamente en el curso de la vida; su frecuencia
aumenta con la edad, sobre todo después de los 50
años. Comienza siempre con una alteración del
supraspinoso y de la porción larga del
bíceps.

Patología del supraspinoso

La tendinitis del supraspinoso provoca dolor en
la cara externa del brazo, que es desencadenado y aumenta con sus
movimientos. Es más frecuente en la mujer, predomina en el
hombro derecho y evoluciona por brotes episódicos y
recidivantes. No se acompaña de limitación de la
movilidad. En la exploración física, la
palpación del troquíter es dolorosa. En la
abducción activa aparece un arco doloroso entre
los 60º y los 120º. El movimiento pasivo en
abducción reproduce el arco doloroso.

Las roturas del supraspinoso pueden ser
incompletas o completas, pero en ambas suelen reconocerse
fenómenos degenerativos previos en pacientes de edad
avanzada y asociados a factores traumáticos en individuos
jóvenes (trabajadores manuales, deportistas). La rotura
incompleta produce los mismos síntomas que la tendinitis.
La rotura completa suele ir precedida de la sensación de
chasquido doloroso; el dolor se va atenuando progresivamente para
dejar paso a una impotencia funcional acusada. Con el paso del
tiempo se produce una pérdida de la estabilidad de la
articulación glenohumeral, con riesgo de
subluxación superior y degeneración
artrósica. En la exploración, la contracción
activa pone de manifiesto una limitación de la
abducción que no sobrepasa los 20-30º y se
acompaña de la elevación escapular por
compensación. La abducción pasiva está
completamente conservada, pero si se realiza contra resistencia,
existe una importante pérdida de fuerza que es
dolorosa.

Las calcificaciones del supraspinoso a veces
son asintomáticas. En otras ocasiones causan tendinitis
con rasgos clínicos idénticos a los de las no
calcificadas. En pocos casos sus grandes dimensiones originan un
bloqueo mecánico para la abducción del hombro. A
veces son responsables de tendinitis agudas, hiperálgicas,
de comienzo brusco, con tumefacción e hipertermia del
hombro y limitación dolorosa de todos los movimientos. La
palpación del hombro revela un punto doloroso selectivo
preacromial.

Patología de la porción larga del
bíceps

La tendinitis bicipital es la segunda en
frecuencia. Afecta a la porción larga, a su paso por la
corredera bicipital. Por lo general hay un factor predisponente
(de naturaleza degenerativa) y otros factores desencadenantes
(microtraumatismos de repetición o un traumatismo brusco y
único). El paciente refiere dolor en la cara anterior del
hombro y del brazo, especialmente provocado por los movimientos
de abducción y de rotación externa. En la
exploración, la palpación del tendón suele
ser dolorosa. Los movimientos pasivos no están limitados y
los activos sólo débilmente. Los movimientos
isométricos contra resistencia para la flexión del
codo y la supinación del antebrazo suelen reproducir el
dolor referido por el paciente.

Una complicación relativamente frecuente es la
rotura del tendón bicipital; se produce un
chasquido brusco, seguido de dolor de escasa duración y de
discreta impotencia funcional (es compensado por la
porción corta del bíceps). Su manifestación
más evidente es la aparición de una prominencia en
su masa muscular cuando se contrae, así como la
palpación de la solución de continuidad tendinosa
en la corredera bicipital.

Otra complicación, menos frecuente, es la
subluxación del tendón bicipital. Se
produce merced a la combinación de factores predisponentes
(corredera bicipital poco profunda) y desencadenantes
traumáticos (movimientos bruscos en extensión), que
provocan la rotura del ligamento humeral transverso que cierra
superficialmente la corredera. La exploración
clínica permite reproducir el chasquido y el dolor si se
coloca el brazo en abducción de 90º, con el codo
flexionado, y se provocan movimientos de rotación interna
y externa, comprobando la salida y entrada sucesiva del
tendón en su lecho natural.

Patología del infraspinoso

Las tendinitis del infraspinoso son mucho menos
frecuentes que las anteriores; se deben en general a una
sobrecarga funcional propia de algunos trabajos o deportes (tenis
o natación). El paciente experimenta dolor en la cara
posterior del hombro. La palpación del tendón es
dolorosa y la rotación externa activa reproduce el dolor.
La movilización pasiva en rotación externa es
dolorosa.

La complicación más frecuente es la
rotura, completa o incompleta, del tendón. En el
primer caso, hay una incapacidad absoluta para la rotación
externa activa, conservándose intacto el movimiento
pasivo.

Patología del subescapular

La tendinitis del subescapular es relativamente
frecuente y se produce en situaciones de sobrecarga funcional del
hombro en rotación interna. En la exploración se
comprueba dolor a la palpación del troquín y dolor
con la movilización activa en abducción y
rotación interna. El movimiento de rotación interna
contra resistencia reproduce el dolor selectivamente.

Bursitis del hombro

La clínica es difícil de diferenciar de
las tendinitis del manguito de los rotadores, con las que a
menudo coexisten. Puede desarrollarse en forma aguda o
crónica, y es mucho más frecuente la
afección de la bolsa subacromiodeltoidea. La bursitis
aguda
se caracteriza por dolor intenso, paroxístico,
irradiado al cuello y miembro superior, de predominio nocturno.
Alcanza su intensidad máxima al cabo de 1-3 días y
desaparece en el curso de 1-2 semanas. En la exploración
el hombro puede aparecer tumefacto e hipertérmico. El
movimiento más limitado es la abducción. La
etiología más frecuente de estas bursitis es la
precipitación de cristales de hidroxiapatita, que migran
desde el tendón del manguito de los rotadores.

Las bursitis crónicas son
difíciles de diferenciar de las tendinitis subyacentes que
las acompañan. El paciente experimenta dolor que persiste
de 6 semanas a varios meses y que se extiende por la cara externa
del brazo hacia el codo. En la exploración existe una
limitación de la abducción activa muy superior a la
limitación de la abducción pasiva, con arco
doloroso entre los 60º y los 120º.

Hombro bloqueado

Este término define los hombros dolorosos, casi o
completamente rígidos, por una retracción capsular.
En general es de etiología desconocida y afecta con mayor
frecuencia a mujeres mayores de 40 años; suele ser
unilateral y predomina en el hombro derecho. A menudo se asocia a
muchos otros trastornos localizados en el propio hombro
(traumatismos, necrosis isquémica de la cabeza humeral,
artritis escápulo-humeral, tendinitis repetidas) o fuera
de él (cardiopatía isquémica, alteraciones
neurológicas, afecciones pleuropulmonares). En raras
ocasiones es bilateral y se asocia al consumo crónico de
ciertos fármacos (barbitúricos, isoniazida, entre
otros).

Clínicamente se caracteriza por dolor y
limitación de todos los movimientos del hombro. El dolor
es mecánico e irradia desde el hombro al brazo y antebrazo
y puede llegar hasta la cara dorsal de la mano y de los dedos.
Pocas semanas después el dolor disminuye y progresivamente
se instaura una limitación más o menos completa de
todos los movimientos de la articulación, que
persistirá durante varios meses si no se aplica
tratamiento. La mayoría de los pacientes recuperan la
movilidad de forma espontánea en el plazo de 1-2
años.

CODO

Epicondilitis

Entidad muy frecuente, denominada clásicamente
codo de tenista por su elevada incidencia en personas
que practican este deporte o cualquier otro de pala, que implica
situaciones en las que se producen microtraumatismos repetidos
sobre los tendones extensores en su inserción
epicondílea. Por el mismo mecanismo se produce en ciertas
profesiones. Clínicamente existe un dolor
espontáneo en la región epicondílea, de
comienzo insidioso y curso progresivo, que cuando es más
intenso se acompaña de un déficit funcional
acusado. El dolor puede irradiarse por la cara dorsal del
antebrazo. La exploración pone de manifiesto un dolor
selectivo a la presión en el área más caudal
al epicóndilo o sobre éste. Las maniobras contra
resistencia del extensor común de los dedos empeoran
notablemente el dolor. Hay que hacer el diagnóstico
diferencial con la compresión de la rama profunda del
nervio radial, en la que el movimiento de extensión contra
resistencia del tercer dedo es sumamente doloroso. El tratamiento
requiere reposo y glucocorticoides locales. En los casos rebeldes
puede ser necesario el tratamiento quirúrgico.

Epitrocleítis

Origina un dolor localizado en la cara interna del codo,
sobre la epitróclea, irradiado por la cara interna del
antebrazo. La pronación contra resistencia es
especialmente dolorosa. Hay que practicar las infiltraciones con
pericia, pues el nervio cubital atraviesa el canal
retrolecraneano.

Bursitis retrolecraneana

Dependiendo de su etiología, la
presentación clínica es más o menos
explosiva, pero, en general, es de inicio violento y se
acompaña de un derrame abultado. Las formas cronificadas
tienen un curso insidioso, en el que se intercalan episodios de
reagudización con incremento del derrame y de la
tumefacción de la bolsa. Tanto en las bursitis de
etiología mecánica como en las inflamatorias hay
que eliminar el factor mecánico desencadenante. En las de
origen infeccioso se debe recurrir a la terapia
antibiótica correspondiente y, en ocasiones, al
desbridamiento quirúrgico.

MUÑECA

Ganglión sinovial

Es una tumoración quìsticas con un
contenido líquido, mucinoso, de aspecto gelatinoso,
transparente, que aparece en diferentes áreas de la
economía; especialmente frecuente en el dorso de la
muñeca. Los estudios anatomopatológicos indican la
existencia de una cavidad cuya cara interna está
constituida por varias capas celulares mesenquimales que
sintetizan el contenido del gangliòn.

En la muñeca se localizan con máxima
frecuencia en la cara dorsal entre el tendón del 2º
radial y el extensor del 2º dedo, en la zona media. En la
cara palmar una localización habitual es su borde radial,
junto a la arteria radial a la que desplaza. Aparece de forma
brusca muchas veces en relación con un esfuerzo en dos
grupos de población:

– Mujeres jóvenes con un desarrollo muscular
limitado.

– Mujeres entre 40-70 años que presentan
reumatismos inflamatorios o artrosis del carpo y de los
dedos.

Al comienzo el ganglión que tiene una
consistencia elástica y está anclado a los planos
profundos y con buen desplazamiento de la piel sobre el mismo es
ligeramente doloroso y los esfuerzos aumentan las molestias,
aunque por lo general son asintomáticos y no dolorosos a
la presión. La evolución es variable; en ocasiones
desaparecen espontáneamente y en otras sigue creciendo,
aún de forma intermitente y requieren tratamiento
local.

MANO

Enfermedad de Dupuytren (Fibromatosis palmar).
Contractura progresiva de la fascia palmar, que produce
deformidad de los dedos en flexión.

Se caracteriza por el engrosamiento y la
retracción de la aponeurosis palmar, lo que produce una
flexión irreductible de los dedos. A veces es bilateral.
Es más frecuente en los varones a partir de la quinta
década y en pacientes con diabetes, cirrosis
hepática, alcoholismo o epilepsia; en la mitad de los
casos es de origen familiar, es un trastorno autosómico
dominante, con penetrancia variable. Puede acompañarse de
afección de la fascia plantar (enfermedad de
Ledderhose
), induración de los cuerpos cavernosos
(enfermedad de La Peyronie) o de los cojinetes fibrosos
de las interfalángicas proximales (nódulos de
Garrod).
La palpación pone de manifiesto la
existencia de engrosamientos nodulares en la palma bajo el cuarto
metacarpiano y, con la evolución, bajo el quinto y el
tercero; es rara la afección del segundo y del primer
dedo.

Tenosinovitis crónica

Puede afectar a cualquiera de las vainas tendinosas de
la mano, tanto en la cara palmar como en la dorsal. El dolor
espontáneo o inducido por las maniobras exploratorias y la
tumefacción local dependerán, en su
localización anatómica, de la estructura afecta.
Múltiples artropatías crónicas son capaces
de producir tenosinovitis, fundamentalmente la artritis
reumatoide y, entre las infecciones, la tuberculosa.

Dedo en resorte

Es la consecuencia de una tenosinovitis estenosante de
los flexores que impide el deslizamiento libre del tendón
dentro de su vaina. Las manifestaciones clínicas se
caracterizan por el bloqueo en flexión de las
interfalángicas que es irreductible con la
extensión activa del dedo, aunque se consigue con la
extensión pasiva ejercida con la otra mano,
percibiéndose entonces una sensación de sacudida
acompañada en ocasiones de dolor. En la exploración
se palpa el nódulo en el lugar donde se produce el
resalte, generalmente en la cara palmar de las cabezas de los
metacarpianos. El tratamiento se basa en infiltraciones locales.
En los casos en los que no se produce mejoría hay que
recurrir a la cirugía liberadora del
tendón.

Tendonitis cálcica

Se trata de una reacción inflamatoria muy intensa
de la sinovial del tendón afecto, sobre todo de los
flexores, debida al depósito de microcristales de
hidroxiapatita. Las manifestaciones clínicas, que
recuerdan a las crisis gotosas, son de comienzo explosivo con
tumefacción local muy intensa, dolor e incapacidad
funcional total. En el estudio radiológico puede
apreciarse la existencia de depósitos cálcicos en
el tendón lesionado.

Tenosinovitis de De Quervain

Es una inflamación estenosante de la vaina
tendinosa común de los músculos abductor largo y
extensor corto del pulgar a su paso sobre la apófisis
estiloides radial. La abducción activa, la aducción
pasiva y la maniobra de Finkelstein, que consiste en flexionar el
pulgar y producir una desviación cubital de la
muñeca, desencadenan el dolor.

CADERA

Periartritis aguda de cadera

Produce dolor intenso de comienzo súbito,
acompañado de gran impotencia funcional y a veces fiebre
de unos días de duración. Su etiología es
probablemente microcristalina. Se controla con antiinflamatorios
no esteroideos.

Bursitis isquioglútea

Es la inflamación de la bolsa que separa la
tuberosidad isquiática del músculo glúteo
mayor. Afecta a personas que, por su trabajo, permanecen sentadas
durante tiempo prolongado en superficies duras.

Bursitis iliopectínea

Se manifiesta con dolor en la región inguinal. En
ocasiones genera un quiste sinovial que diseca hasta el ligamento
inguinal, originando una tumoración de
características similares a las de una hernia inguinal,
con la que debe hacerse el diagnóstico
diferencial.

Bursitis trocantérea

El dolor se localiza en la región
trocantérea y, en ocasiones, irradia por la cara externa
del muslo; aumenta por la noche con el decúbito lateral
sobre el lado afecto. El dolor se desencadena con la
presión, la abducción activa y la rotación
resistida.

Cadera en resorte

Se produce el resalte con los movimientos de la
articulación, que están limitados. Puede ser
unilateral o bilateral. Parece estar producida por el cruce de
una banda fibrosa ancha del tendón de la fascia lata sobre
el trocánter mayor.

RODILLA

Bursitis prerrotuliana

Determina la aparición de una tumoración
subcutánea en la cara anterior de la rótula, con
aumento de temperatura y derrame en su interior. En los casos
crónicos el tejido está endurecido. Puede ser de
origen postraumático, infeccioso o gotoso.

Tendonitis de la pata de ganso

Es la inflamación de la inserción
tendinosa de los músculos que constituyen la pata de
ganso, así como de sus bolsas serosas. Se produce dolor en
la cara superointerna de la tibia, que aumenta con la
flexión y la rotación externa del muslo.

Enfermedad de Pellegrini-Stieda

Es la calcificación postraumática dolorosa
del ligamento lateral interno de la rodilla. En ocasiones se
acompaña de limitación de la flexión de la
articulación.

PIE

Trastornos asociados al dolor en el talón
según la localización.

Localización del dolor

Trastorno asociado

Superficie plantar del talón

Síndrome del espolón calcáneo
(Fascitis plantar).

Márgenes medial y lateral del
talón

Epifisitis del calcáneo (Enfermedad de
Sever en niños, compresión del nervio plantar
medio).

Anterior al talón de Aquiles en el espacio
retromaleolar

Fractura del tubérculo astragalino
posterolateral, tendinosis del tibial posterior, bursitis
anterior al tendón de Aquiles (Enfermedad de
Albert), síndrome del túnel de
tarso.

Posterior al tendón de Aquiles

Bursitis posterior del tendón de Aquiles
(Deformidad de Haglund).

Inserción en el calcáneo del
tendón de Aquiles

Entesopatía del tendón de
Aquiles.

Síndrome del espolón
calcáneo
. Dolor en la cara plantar del
calcáneo producido por la tracción de la fascia
plantar sobre el periostio con presencia de espolón
calcáneo en las radiografías o sin ella.

El estiramiento puede producir dolor a lo largo del
borde interno de la fascia plantar (fascitis
plantar
). El pie plano y la contractura del
tendón de Aquiles pueden producir espolones
calcáneos por el aumento de la tensión en la fascia
plantar. Además del dolor espontáneo inducido por
el apoyo de la extremidad, aquél se desencadena con la
presión con la punta del dedo durante la
exploración. En varones jóvenes es, con frecuencia,
el síntoma de inicio de una espondiloartropatía. En
otros casos, es una consecuencia de la estática anormal
del pie. La radiografía revela espolones
calcáneos.

Epifisitis del calcáneo (Enfermedad de
Sever). Fragmentación dolorosa del cartílago del
talón que aparece en niños. El calcáneo se
desarrolla a partir de dos centros de osificación. Uno
está presente en el nacimiento y el otro suele aparecer
hacia los 8 años. Antes de la osificación completa
(por lo general hacia los 16 años), los dos huesos o las
fibras de la inserción tendinosa en las epífisis
están conectados por cartílago. La tracción
excesiva por actividades vigorosas fragmenta este
cartílago en ocasiones. El diagnóstico está
basado en la localización típica del dolor a lo
largo de los bordes del calcáneo (centros de crecimiento
del talón), la edad del paciente y los antecedentes de
práctica deportiva. En ocasiones existe calor y
tumefacción local. Las radiografías no son
útiles.

Bursitis anterior al tendón de Aquiles
(Enfermedad de Albert). Inflamación de la bolsa situada en
posición anterior a la inserción del tendón
de Aquiles en el calcáneo. La bursitis anterior del
tendón de Aquiles puede aparecer por traumatismo o
artritis inflamatoria (p. ej., AR). Cualquier situación
que aumente la tensión sobre el tendón o factores
como un zapato rígido o con contrafuerte elevado pueden
producirla.

Los síntomas de bursitis producidos por
traumatismo tienen un comienzo rápido; los de la bursitis
producida por enfermedad sistémica tienen un inicio
gradual. Son frecuentes el dolor, la tumefacción, el
aumento de temperatura en el espacio retrocalcáneo y la
dificultad para caminar o calzarse el zapato. Al principio la
inflamación se localiza anterior al tendón de
Aquiles, pero con el tiempo se extiende en dirección
medial y lateral. El calor y la tumefacción contiguos al
tendón, con dolor localizado fundamentalmente en los
tejidos blandos, diferencian este trastorno de la fractura de la
tuberosidad posterolateral. Son necesarias las
radiografías para descartar fracturas o cambios
reumatoides erosivos en el calcáneo.

Bursitis posterior del tendón de Aquiles
(Deformidad de Haglund). Inflamación de la bolsa situada
sobre el tendón de Aquiles, provocada por cambios en la
posición y función del talón. La bursitis
posterior del tendón de Aquiles aparece sobre todo en
mujeres jóvenes, pero puede existir en hombres. El
talón tiende a funcionar en posición de
inversión durante el ciclo de la marcha, comprimiendo
excesivamente los tejidos blandos entre la cara posterolateral
del calcáneo y el contrafuerte del calzado (la zona
rígida elevada que forma el talón del zapato). Esta
zona del calcáneo se hace prominente, se puede palpar con
facilidad y se confunde con frecuencia con una
exostosis.

En la fase inicial sólo se aprecia una
pequeña área eritematosa, ligeramente indurada y
sensible en la zona posterosuperior del talón. Los
pacientes suelen colocar cinta adhesiva sobre la zona para
reducir la presión del zapato. Cuando la bolsa inflamada
aumenta de tamaño, se convierte en un bulto eritematoso y
doloroso sobre el tendón. En ocasiones la
tumefacción sobrepasa ambos lados del tendón,
dependiendo del tipo de calzado. En los casos crónicos, la
bolsa se hace fibrosa de forma permanente.

Entesopatía del tendón de
Aquiles
. Es un dolor en la inserción del
tendón de Aquiles en la cara posterosuperior del
calcáneo. La causa es la tracción continua del
tendón de Aquiles sobre el calcáneo. Intervienen
los músculos de la pantorrilla contraídos o
acortados debido a un estilo de vida sedentario y a la obesidad o
a un uso excesivo. Es característico el dolor en la parte
posterior del talón por debajo del borde del zapato
durante la deambulación. La palpación del
tendón en su inserción es diagnóstica. La
flexión dorsal del tobillo con la mano durante la
palpación exacerba habitualmente el dolor.

TRASTORNOS ASOCIADOS CON METATARSALGIA

La metatarsalgia, un término general para
describir el dolor en la zona anterior de apoyo del pie, puede
deberse a lesión de los nervios interdigitales o a
alteraciones de las articulaciones
metatarsofalángicas.

Dolor del nervio interdigital

Se puede producir una neuralgia o formar un neuroma en
cualquier nervio interdigital. Los nervios interdigitales del pie
pasan a través de los metatarsianos y bajo ellos,
extendiéndose distalmente por el antepié para
inervar los dedos. El tercer nervio interdigital plantar es una
rama de los nervios plantar interno y externo, y suele ser
asiento de neuromas (neuroma de Morton).
La formación de un neuroma suele ser unilateral más
que bilateral y es más frecuente en mujeres que en
hombres.

La neuralgia interdigital se caracteriza por el inicio
súbito del dolor en el trayecto de uno o más
nervios del pie irradiado hacia el antepié y los dedos.
Esto se puede deber a pérdida de la almohadilla grasa que
protege los nervios interdigitales del pie, a traumatismos
repetidos de baja intensidad o a un calzado inadecuado. El
neuroma interdigital supone un engrosamiento benigno progresivo
con aumento de tamaño del perineuro de un nervio
interdigital del pie (o con menos frecuencia de dos o
más). En la fase inicial, los pacientes con neuroma
refieren sólo un dolor leve o malestar en el
antepié, con más frecuencia en la región
situada sobre la cabeza del cuarto metatarsiano. En ocasiones se
experimenta una sensación de quemazón o escozor.
Los pacientes notan como si tuvieran una piedrecilla o bolita en
el interior del antepié. Los síntomas suelen ser
más pronunciados con determinados tipos de calzado. Al
avanzar la enfermedad, las sensaciones son más
específicas, con quemazón constante que se irradia
hacia la punta de los dedos. Los pacientes pueden necesitar
quitarse los zapatos para seguir caminando.

La neuralgia o el neuroma interdigital se diagnostican
mediante una anamnesis característica y la
palpación plantar del espacio interdigital. La
presión con el pulgar aplicada entre las cabezas del
tercer y cuarto metatarsianos reproduce el dolor cuando existe un
neuroma.

Dolor en la articulación
metatarsofalángica.

El dolor en la articulación
metatarsofalángica es frecuente, siendo el resultado por
lo general de la alteración en el alineamiento de las
superficies articulares, con subluxación y atrapamiento
capsular y sinovial y destrucción final del
cartílago articular (enfermedad articular degenerativa).
Estas subluxaciones se producen en pacientes con rigidez del
antepié, deformidad de los dedos en martillo, pie cavo
(arco elevado), eversión excesiva de la
articulación subastragalina (desplazamiento de los
tobillos hacia adentro [pronación]) y hallux
valgus
(juanete). Como consecuencia del acabalgamiento del
dedo gordo, los pacientes con juanetes pueden desarrollar
subluxaciones traumáticas y dolor en la segunda
articulación metatarsofalángica. El dolor en las
articulaciones metatarsofalángicas de los dedos
pequeños puede estar causado también por
artropatías sistémicas (p. ej., AR).

La ausencia de calor y tumefacción intensos sobre
la articulación descarta por lo general una
artropatía inflamatoria, pero es útil descartar la
existencia de un trastorno reumático. Se debe diferenciar
el dolor de origen articular de una neuralgia o neuroma de los
nervios interdigitales por la ausencia de quemazón,
hormigueo y escozor. La palpación y movilización de
la articulación a lo largo de todo el arco de movilidad
suele poner de manifiesto la presencia de sensibilidad en su cara
plantar y dorsal, aunque los síntomas se limitan
generalmente a la superficie plantar.

Bursitis metatarsiana. El hallux
valgus
o el quinto dedo en varo producen inflamación
de las bolsas serosas interna y externa, respectivamente, de
dichas articulaciones.

Hallux rigidus. Artrosis de la primera
articulación metatarsofalángica. Este trastorno,
extremadamente frecuente, suele ser resultado de variaciones en
la posición del primer metatarsiano causadas por
desplazamiento anormal de los tobillos (pronación),
desviación lateral del dedo gordo (hallux valgus),
flexión dorsal del primer metatarsiano (metatarsiano
elevado) o aumento de longitud o desviación medial del
primer metatarsiano, aunque en ocasiones puede existir un
antecedente traumático.

Inicialmente, el único hallazgo puede ser el
dolor con la movilización y una tumefacción leve de
la articulación debida a engrosamiento capsular. La
articulación es sensible y el calzado agrava esta
situación. Al empeorar el trastorno, el dolor aumenta, la
formación de exostosis comienza a limitar la movilidad
articular y el paciente deja de flexionar la articulación
durante la deambulación. Aunque suele estar ausente, puede
existir un aumento de temperatura al final de la evolución
por irritación secundaria de la membrana
sinovial.

El diagnóstico se establece por la
demostración de una articulación
metatarsofalángica del primer dedo aumentada de
tamaño y con limitación de la movilidad, dolor a la
palpación de la cápsula articular (en especial en
su cara lateral) y aumento de la flexión dorsal de la
falange distal. Las radiografías dorsoplantar y lateral
pueden mostrar un estrechamiento articular y la presencia de
osteofitos en la cabeza del metatarsiano.

La anamnesis debe incluir preguntas sobre ataques de
artritis aguda, como ocurre en la gota, porque la gota
crónica puede producir dolor y aumento de tamaño de
la primera articulación
metatarsofalángica.

MANIFESTACIONES EN EL PIE DE LOS TRASTRONOS
SISTÉMICOS

Síntomas en el pie

Posible causa

Dolor en reposo (pies elevados), se alivia con
posición en declive

Enfermedad arterial periférica
Terminal

Pies fríos, rojos o
cianóticos

Isquemia arterial avanzada

Pies con episodios de enrojecimiento, calor y
dolor intenso

Eritromelalgia idiopática (más
común) o secundaria a varios trastornos
médicos.

Dolor en el pie que se agrava en segundos o
posiblemente minutos, en particular en pacientes con
fibrilación auricular

Oclusión arterial
embólica.

Cianosis de un sólo dedo (Síndrome
de dedo azul)

Tratamiento anticoagulante, enfermedad
tromboembólica debida a estenosis
aortoilíacas o embolia de colesterol (tras
derivación de arteria coronaria o
cateterismo)

Palidez y cianosis, episódica
bilateral

Enfermedad o fenómeno de Raynaud

Cianosis periférica bilateral en
reposo

Insuficiencia cardiaca, especialmente si los
pulsos periféricos son palpables

Cianosis indolora bilateral permanente (en mujer
joven)

Acrocianosis

Edema bilateral

Enfermedad renal, hepática o
cardíaca, fármacos (Ej.: antagonistas del
ca.)

Edema unilateral

Trombosis venosa profunda, obstrucción
linfática

Edema firme sin fóvea en pie y
pierna

Linfedema

Edema firme, habitualmente con fóvea,
sólo en la pierna

Lipedema, debido a grasa y
líquido

Edema firme sin fóvea de aspecto nodular
por encima de los maléolos

Mixedema pretibial

Edema con depósito de hemosiderina y color
marrón

Insuficiencia venosa

Edemas de pies y dedos, entumecimiento y dolor en
el tobillo y el talón (síndrome del
túnel del tarso), pies fríos

Hipotiroidismo; sinovitis simétrica
recidivante seronegativa (rara)

Placas rojas y oscuras en el dorso con ampollas
flácidas (eritema necrolítico
ACRO)

Hepatitis C

Tumefacción aislada y deformidad del dedo
con dolor (dedos en salchicha)

Artritis psoriásica; artritis
reactiva

Pies dolorosos con parestesias

Neuropatía periférica (local o
sistémica; ej: neuropatía
diabética)

Dolor o parestesia en el talón; dolor en el
pie cuando se extiende la pierna que se alivia cuando se
flexiona la rodilla

Ciática

Dolor en el dedo o el tobillo con calor y
eritema

Gota

Deambulación dolorosa después del
reposo (tras una discinesia estática)

Artritis

Almohadilla Del talón engrosada > 22
mm

Hiperfunción adenohipofisaria con
acromegalia

SÍNDROMES
NEUROVASCULARES POR COMPRESIÓN NERVIOSA

La compresión de los nervios causa a menudo
parestesias, estas parestesias pueden reproducirse a menudo
golpeando el nervio comprimido, habitualmente con la punta del
dedo del explorador (signo de Tinel). La sospecha puede
confirmarse estudiando la velocidad de conducción nerviosa
y las latencias tardías, que miden con precisión la
conducción nerviosa motora y sensitiva.

Síndrome del túnel del carpo. Es una
compresión del nervio mediano en su paso a través
del túnel del carpo en la muñeca.

Este síndrome puede ser idiopático (50% de
los casos) o secundario a compresión por un
ganglión o por tejido conjuntivo en la artritis
reumatoide, depósito de mucopolisacáridos en el
hipotiroidismo, infiltración local por amiloide en el
mieloma múltiple o crecimiento óseo en la
acromegalia. Se presenta frecuentemente en las embarazadas y
también puede estar asociado a neuropatías
periféricas secundarias a diabetes, lepra o vasculitis. El
síndrome clínico se inicia típicamente con
parestesias y dolor en la zona de distribución del nervio
mediano (cara palmar del pulgar, dedo índice y medio y
mitad radial del dedo anular) pero que en ocasiones afecta a toda
la mano en la mano, de predominio nocturno. El paciente se
despierta durante la noche con dolor quemante o punzante,
adormecimiento y hormigueo y sacude la mano para obtener alivio y
recuperar la sensibilidad. El déficit motor aparece
más tardíamente y se limita a debilidad y atrofia
de los músculos de la vertiente externa de la eminencia
tenar, típicamente el abductor corto del
pulgar.

El diagnóstico es clínico, pero debe
confirmarse con el electrodiagnóstico, ya que muchos otros
síndromes neurológicos y no neurológicos
pueden dar lugar a síntomas y signos parecidos:

  • Neurológicas: Lesión lacunar
    subcortical, enfermedades degenerativas de médula
    espinal cervical, radiculopatia cérvico-braquial,
    Síndrome del desfiladero costo-clavicular,
    Síndrome de atropamiento del nervio mediano en el codo
    (Síndrome de Kiloh-Nevin )

  • No neurológicas: Síndrome
    hombro-mano, rizartrosis del pulgar, dedo en martillo,
    retracción aponeurótica del palmar.

El diagnóstico se realiza por un signo de Tinel
positivo, en el que se reproduce la parestesia mediante
percusión con un martillo de reflejos en la cara volar de
la muñeca sobre la zona del nervio mediano y el
túnel carpiano. Otra prueba es la maniobra de
flexión de la muñeca (signo de Phalen). En casos
más avanzados puede existir atrofia tenar y debilidad para
la elevación del pulgar. El diagnóstico se confirma
mediante pruebas electrodiagnósticas de velocidad de
conducción del nervio mediano, que suponen un
índice fiable de la conducción nerviosa sensitiva y
motora.

Síndrome del túnel cubital.
(Neuropatía cubital). Compresión del nervio cubital
a nivel del codo, que produce quemazón y parestesia de los
dedos anular y meñique.

La lesión más frecuente ocurre en la
corredera epitrocantérea del codo (túnel cubital) y
puede ser debida a microtraumatismos repetidos al apoyar los
codos en una superficie dura. Las fracturas antiguas de codo dan
lugar a una estrechez progresiva del túnel cubital, que
llega a causar una lesión por atrapamiento
(parálisis cubital tardía).

El síndrome del túnel cubital es mucho
menos frecuente que el del túnel del carpo. Los lanzadores
de béisbol son propensos a padecerlo por el giro forzado
del brazo necesario para lanzar la bola. Los síntomas
consisten en entumecimiento y parestesia en la región
cubital de la mano y dolor en el codo. En los casos avanzados se
puede producir debilidad de los dedos anular y
meñique.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL.

Se diferencia del atrapamiento del nervio cubital en la
muñeca (canal de Guyon) y en la palma de la mano (arco
palmar). La lesión del nervio cubital provocará una
atrofia y debilidad de la musculatura interósea de la mano
y puede dar lugar a la denominada garra cubital. A causa
de la parálisis del aductor del pulgar, existe dificultad
en sostener una hoja de papel entre el dedo pulgar e
índice; para conseguirlo, el paciente debe recurrir a la
flexión del pulgar (signo de Froment).

Síndrome del túnel del radio.
(Síndrome del nervio interóseo
posterior).

Compresión de la rama superficial del nervio
radial en la región proximal del antebrazo o zona dorsal
del brazo, que provoca un dolor lacinante en el dorso del
antebrazo y mano.

La lesión del nervio radial ocurre frecuentemente
por compresión extrínseca en el canal de
torsión humeral, donde es relativamente vulnerable
(parálisis del sábado noche). Se produce
paresia o parálisis de los extensores del brazo, de los
supinadores del antebrazo y de los extensores de la muñeca
y de los dedos, y déficit sensitivo en la piel del primer
espacio interóseo dorsal. El reflejo tricipital acostumbra
a estar preservado si la lesión es distal a la emergencia
de la rama de inervación del músculo
tríceps. En lesiones más distales puede incluso
respetarse el supinador largo o la inervación sensitiva, a
pesar de observarse una parálisis completa de la
extensión de los dedos.

Las lesiones en el codo incluyen traumatismos,
gangliones, lipomas, tumores óseos y bursitis radial. El
dolor se desencadena por el intento de extensión de la
muñeca y los dedos. No existe alteración de la
sensibilidad porque el nervio radial es un nervio
fundamentalmente motor. Se debe distinguir el signo de Tinel
localizado y la sensibilidad en el trayecto del nervio radial de
la epicondilitis lateral. Evitar los movimientos de
supinación o flexión dorsal forzados o repetitivos
reduce la presión sobre el nervio y permite la
resolución de los síntomas. Si se produce una
incapacidad para la extensión de la muñeca, puede
ser necesaria la descompresión
quirúrgica.

Enfermedad de kienböck (Osteo) necrosis avascular
del hueso semilunar.

Esta enfermedad, bastante rara, es de causa desconocida.
Aparece con más frecuencia en la mano dominante de varones
entre 20 y 45 años.

Los síntomas suelen comenzar de manera insidiosa,
con dolor en la muñeca, localizado en la región del
hueso semilunar, y los pacientes no recuerdan un antecedente
traumático. Es bilateral en el 10% de los casos y afecta
con más frecuencia a los trabajadores con tareas manuales
pesadas.

El diagnóstico se puede realizar en fase inicial
mediante RM o TC y se confirma por el aspecto esclerótico
del semilunar que desarrolla progresivamente cambios
quísticos, fractura coronal y colapso.

Síndrome del túnel del tarso (neuralgia
del nervio tibial posterior).

Es un dolor a lo largo del trayecto del nervio tibial
posterior, habitualmente por un compresión del
nervio.

La sinovitis de los tendones flexores del tobillo debida
a una función anormal del pie, una artritis inflamatoria
(p ej., AR), una fractura y un edema en el tobillo por estasis
venoso son factores contribuyentes. Los pacientes con
hipotiroidismo pueden sufrir síntomas similares a los del
túnel de tarso como resultado de un depósito
perineural de mucina.

El dolor (en ocasiones quemante y con hormigueo) es
habitualmente retromaleolar y a veces en la parte medial plantar
del talón y pude extenderse a lo largo de la superficie
plantar hasta los dedos. Aunque el dolor empeora durante la
bipedestación y la marcha, puede haber dolor en reposo a
medida que el trastorno progresa. Los síntomas
recalcitrantes pueden deberse a una compresión
fibroósea.

El golpeteo del nervio tibial posterior por
detrás del maléolo medial en una zona de
compresión o lesión produce a menudo hormigueo
distal (signo de Tinel). Los falsos resultados negativos en las
pruebas electrodiagnósticos son comunes. Debe determinarse
la causa de cualquier tumefacción cerca del
nervio.

Ganglión (Quiste sinovial).

Tumoraciones quísticas que aparecen en las manos,
especialmente sobre la cara dorsal de la
muñeca.

Los gangliones representan aproximadamente el 60% de las
tumoraciones que afectan a la mano y muñeca. Suelen
desarrollarse de manera espontánea en adultos entre 20 y
50 años, con una relación mujer:hombre de 3:1. El
ganglión dorsal de muñeca nace de la
articulación escafosemilunar y supone aproximadamente el
65% de los gangliones de la muñeca y mano. El
ganglión volar de muñeca nace de la región
distal del radio y supone entre el 20 y el 25% de los gangliones.
Los gangliones de la vaina tendinosa representan el 10 a 15%
restante. En los pacientes con AR existen otro tipo de gangliones
en el dorso de la muñeca, pero se reconocen
fácilmente por su aspecto suavemente irregular
acompañado de otros signos de sinovitis de tendones
extensores.

Síndrome hombro-mano (Algodistrofia).

Dolor y limitación de la movilidad del hombro con
afectación de la mano homolateral.

Las causas son traumatismo, lesión
cardiovascular, ictus y ciertos fármacos (p. ej.,
barbitúricos). Se ha implicado una predisposición
genética, pero no se conoce por completo la
patogenia.

Existen tres fases.

  • 1. Se caracteriza por el inicio agudo de edema
    difuso y sensibilidad sobre el dorso de la mano y
    fenómenos vasomotores palmares con dolor en hombro y
    mano, especialmente con el movimiento. Al inicio, las
    radiografías de las manos muestran con frecuencia una
    osteoporosis moteada de la mano afectada.

  • 2. El edema y la sensibilidad local
    desaparecen, pero el dolor continúa, aunque es
    más leve.

  • 3. Se caracteriza por la resolución de
    la tumefacción, la sensibilidad y el dolor de la mano,
    aunque la movilidad de la mano está limitada por la
    rigidez de los dedos y las contracturas fibrosas palmares,
    que se asemejan a la contractura de Dupuytren. Las
    radiografías muestran una osteoporosis difusa en esta
    fase.

Síndromes de compresión del desfiladero
torácico.

Grupo de síndromes definidos, caracterizados por
dolor y parestesias en la mano, cuello, hombro o brazos. Incluyen
el síndrome de compresión neurovascular de la
cintura escapular, el síndrome del escaleno y el
síndrome de la costilla cervical.

  • Síndrome escapulocostal. Incluye
    molestias interescapulares por lesiones de anclaje de
    vértebras cervicales, las cuales ejercen su influencia
    hasta la tercera o cuarta vértebra torácica,
    donde producen irritaciones de raíces nerviosas y
    bloqueos. El punto de dolor se encuentra sobre la cabeza de
    la segunda, tercera y cuarta costillas.

  • Síndrome del escaleno anterior. Por
    el triángulo interescalénico pasan el plexo y
    la arteria subclavia. Dicho triángulo está
    delimitado por el músculo escaleno anterior por
    delante, el músculo escaleno medio por detrás y
    por la primera costilla por abajo, de ahí que todo
    cambio que cause disminución de este espacio puede
    traer como consecuencia la aparición de los
    síntomas.

  • Síndrome costoclavicular. Ya en este
    espacio se ven comprometidos los tres elementos del paquete
    vasculonervioso, por lo que aparecen los síntomas y
    signos venosos, turgencia venosa, edema del miembro superior
    y circulación colateral venosa a nivel del hombro. El
    diagnóstico se lleva a cabo mediante la maniobra
    costoclavicular I y II. Paso del paquete por el espacio
    costoclavicular.

Son más frecuentes en mujeres, generalmente entre
los 35 y 55 años. Su patogenia es desconocida. Las
alteraciones pueden ser secundarias a compresión de los
vasos subclavios y a veces del tronco inferior o medio del plexo
braquial contra una costilla cervical, una 1.ª; costilla
torácica anómala o una inserción o
posición anormal de los músculos escalenos. El
síndrome puede sospecharse por la distribución de
los síntomas. El dolor y las parestesias suelen
distribuirse por la cara interna de los brazos y a veces se
extienden hacia la pared torácica anterior adyacente.
Muchos pacientes presentan afectación sensitiva entre leve
y moderada en la distribución de C-8 a T-1 en el lado
doloroso y tienen alteraciones vasculares autonómicas
importantes en la mano, incluyendo cianosis, edema y (más
raramente) fenómeno de Raynaud o gangrena
distal.

Existen varias maniobras para demostrar la
compresión de estructuras vasculares (p. ej., al extender
el plexo braquial), pero no tienen un valor claramente
demostrado. Entre los datos de ayuda para el diagnóstico
se encuentran la auscultación de soplos en la
clavícula o el vértice de la axila y el hallazgo de
una costilla cervical mediante la Rx simple. La
obstrucción parcial o espasmo de las arterias o venas
axilares pueden demostrarse mediante angiografía, pero
tampoco proporcionan una evidencia incontrovertible del
trastorno.

SÍNDROME
COMPARTIMENTAL

El síndrome compartimental se produce cuando se
acumula líquido a alta presión dentro de un espacio
cerrado por fascias (compartimiento muscular), disminuyendo la
perfusión capilar por debajo del nivel necesario para la
viabilidad de los tejidos.

CLASIFICACIÓN:

  • Síndrome Compartimental Agudo (SCA)
    es el conjunto de signos y síntomas secundarios al
    aumento de la presión en una celda fascial de un
    miembro, lo cual provoca una disminución de la
    presión de perfusión capilar comprometiendo la
    viabilidad de los tejidos de dicha celda. Aunque se
    desarrolla con mayor frecuencia en los cuatro compartimientos
    de la pierna, también puede ocurrir en el antebrazo,
    la mano, el brazo, el hombro, el pie, el muslo, los
    glúteos y la espalda.

  • Síndrome Compartimental
    Crónico
    es el aumento transitorio de la
    presión intracompartimental como consecuencia de
    movimientos repetidos o ejercicios físicos. Se da
    fundamentalmente en el miembro inferior y es una enfermedad
    crónica. Se caracteriza por dolores tipo calambre que
    aparecen durante el ejercicio físico y ceden con el
    reposo.

Clínica

Es muy importante destacar que en estos pacientes hay un
antecedente de fractura o cirugía ortopédica
reciente, o bien de otra causa desencadenante del
cuadro.

Síntomas principales:

  • Dolor que aumenta con la extensión
    pasiva

  • Tensión

  • Hinchazón

  • Alteraciones sensitivas

  • Disminución de la motilidad

  • Cianosis

  • Disminución del pulso arteria
    principal

El síntoma más importante es el dolor, que
aparece pocas horas tras la lesión. Es un dolor intenso,
excesivo o mayor de lo que cabría esperar, y que se
incrementa con la extensión pasiva de los músculos
afectos. El dolor se acompaña de tensión en la
zona, hinchazón y alteraciones sensitivas distales. Sin
embargo el dolor puede estar ausente si también existe
algún trastorno del sistema nervioso central o
periférico

Para recordar los síntomas iniciales es
útil emplear la regla de las seis P del
síndrome compartimental:

1. Presión (Pressure). Es el
hallazgo más precoz en un compartimiento tumefacto y tenso
a la palpación.

2. Dolor a la extensión (Pain).
El movimiento pasivo de los dedos puede provocar dolor en los
músculos isquémicos involucrados. Debe tenerse en
cuenta el aspecto subjetivo del paciente.

3. Paresia (Paresis). La debilidad
muscular puede ser consecuencia de la afectación primaria
del nervio, de la isquemia muscular o de la defensa al
dolor.

4. Parestesia (Paresthesia). El hallazgo
físico más fiable en un paciente consciente y
cooperador es el déficit sensitivo. Inicialmente la
detección sensitiva se manifiesta como parestesia, pero si
el tratamiento se retrasa, puede progresar hacia hiperestesia y
anestesia. La exploración cuidadosa de la sensibilidad
ayuda a determinar cuáles son los compartimientos
involucrados.

5. Pulsos presentes (Pulse). Si no
existe una lesión, o una enfermedad arterial severa los
pulsos periféricos son palpables y la repleción
capilar está generalmente conservada.

6. Color rosado (Pink).

En la exploración física de la zona
podemos observar:

– Disminución de la movilidad

– Cianosis distal

– El pulso de la arteria principal del compartimento
está disminuido, pero presente.

Localización

Es más frecuente en miembros superiores. En
miembros superiores se da sobre todo en los compartimentos
volares y dorsales del antebrazo y en los intrínsecos de
la mano. En miembros inferiores lo más frecuente es el
compartimento anterior de la pierna seguido del lateral,
posterior profundo y superficial. Las fracturas más
frecuentemente asociadas son las de antebrazo,
supracondíleas humerales y diáfisis
tibiales

ETIOLOGIA

Las causas del SCA podemos englobarlas en dos grandes
grupos:

1 Las que provocan una disminución del
compartimento:

– Vendaje o yeso compresivo.

– Quemaduras y congelaciones: se producen unas escaras
duras, que no son elásticas que pueden llegar a ocasionar
un SCA. Para evitarlo se debe proceder a quitar las
escaras.

– Cierre incorrecto de celdas aponeuróticas, es
decir con excesiva tensión.

– Aplastamiento.

2. Las que provocan un aumento del contenido del
compartimento:

– Edema postisquemia (lesión arterial,
tromboembolismo arterial, cateterismo arterial…)

– Hematoma primitivo (hemofilia, tratamiento
anticoagulante…)

– Hemorragias intracompartimental (fracturas,
osteotomías…)

– Envenenamiento por mordedura.

DIAGNOSTICO

  • Clínica

  • Exploración física

  • Medir presión intracompartimental

Se hace básicamente por la clínica y la
exploración física. Pero como confirmación
debe medirse la presión intracompartimental, que hoy en
día se realiza mediante sensores electrónicos de
fácil manejo y gran precisión.

  • Una presión intracompartimental inferior a 10
    mmHg se considera normal.

  • Una presión intracompartimental mayor de
    35-40 mmHg puede ser indicación de faciotomía.
    Si esta presión se mantiene durante 8 horas se
    producen lesiones titulares irreversibles.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

No debemos confundir el SCA con la Contractura
Isquémica de Volkman. La segunda es una secuela de la
primera.

Podemos definir la Contractura Isquémica de
Volkman (CIV) como el conjunto de secuelas morfológicas y
funcionales de la necrosis muscular y nerviosa que sigue a un SCA
no tratado correctamente o de mala evolución. Las
características de la CIV son:

– Alteraciones neurológicas.

– Alteraciones cutáneas.

– Alteraciones articulares.

– Alteraciones musculares.

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salud_humana/textos/cervicalgias_definicion_causas_tratamientos_0019.htm

 

 

Autor:

Dr. Julio Alberto Robles
Martínez-Pinillo

Master en Educación. Especialista de I y II Grado
en Medicina Interna del Hospital General Docente "Héroes
del Baire". Profesor Auxiliar de Medicina Interna y
Farmacología de la Facultad de Ciencias Médicas de
la Isla de la Juventud. Cuba

Colaboradores:

  • 1 Dr. Francisco Luís Delgado Borrel.
    Especialista de I y II Grado en Ortopedia y
    Traumatología del Hospital General Docente
    "Héroes del Baire". Máster en Medicina
    Bioenergética. Profesor Auxiliar de Ortopedia y
    Traumatología de la Facultad de Ciencias
    Médicas de la Isla de la Juventud.

  • 2 Dr. Xidix René Toirac Cabrera.
    Especialista de I Grado en Reumatología del
    Policlínico Universitario "Juan Manuel Páez
    Inchausti". Profesor Asistente de Medicina Interna de la
    Facultad de Ciencias Médicas de la Isla de la
    Juventud.

  • 3 Dr. Roberto Hernández
    Hernández. Especialista de I y II Grado en Medicina
    Interna del Hospital General Docente "Héroes del
    Baire". Profesor Consultante y Profesor Auxiliar de Medicina
    Interna de la Facultad de Ciencias Médicas de la Isla
    de la Juventud.

  • 4 Dr. Jesús Quintero Casanova.
    Especialista de I y II Grado en Medicina Interna.
    Máster en Infectología Clínica. Profesor
    Auxiliar de Medicina Interna. Director Municipal de Salud en
    la Isla de la Juventud.

  • 5 Dr. Ismael Dranguet Bouly. Especialista de I
    y II Grado en Medicina Interna del Hospital General Docente
    "Héroes del Baire". (Verticalizado en Cuidados
    Intensivos). Máster en Infectología
    Clínica. Profesor Auxiliar de Medicina Interna de la
    Facultad de Ciencias Médicas de la Isla de la
    Juventud.

  • 6 Dr. Jorge Vázquez Cedeño.
    Especialista de I y II Grado en Medicina Interna del Hospital
    General Docente "Héroes del Baire". (Verticalizado en
    Cuidados Intensivos). Máster en Urgencias
    Médicas. Profesor Auxiliar de Medicina Interna de la
    Facultad de Ciencias Médicas de la Isla de la
    Juventud.

  • 7 Dr. Alejandro Cantalapiedra Torres.
    Especialista de I Grado en Pediatría. Máster en
    Enfermedades Infecciosas. Profesor Auxiliar de
    Pediatría. Vicedecano Primero de la Facultad de
    Ciencias Médicas de la Isla de la Juventud.

Partes: 1, 2, 3
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