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Homofobia



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Homosexualidad
  3. Homofobia
  4. Observaciones en
    casuística
  5. Conclusiones
  6. Bibliografía

Introducción

Putos. Trolos. Maricones. Mariquitas. Maricas.
Mariconas. Mariposas. Maricotas. Pasivas. Locas. Tortas.
Marimachos. Tortonas. Tortilleras. Carlitos. Marichongos.
Camioneros
. Estas, entre otras palabras, sirven para
designar a gays y lesbianas en nuestra sociedad
homofóbica.

¿Es acaso la heterosexualidad algo superior, un
ideal a alcanzar? ¿Lo mejor del mundo es ser heterosexual?
¿Se debe descalificar y denigrar, ofender y humillar a
aquellas personas que tienen una orientación sexual
diferente a la que propone la sociedad?

En el presente trabajo, investigaremos acerca de la
homofobia y su implicancia en la cultura y la sociedad. Se
realizará una breve descripción de lo que es la
homosexualidad. Luego se hablará de la homofobia en sus
amplias dimensiones. Por último, se plantea un caso
clínico y el análisis del mismo, en relación
a la homofobia. Para finalizar, se exponen las conclusiones de
esta investigación.

Capítulo I:

Homosexualidad

¿Qué podemos decir de la homosexualidad
que a esta altura ya no se sepa?

Vamos a hacer un resumen de los aspectos principales
referidos a la temática.

I. 1. Ser homosexual

¿Qué es ser homosexual? ¿Existen
aspectos comunes a todos los gays?

Castañeda (1999) explica que la identidad
homosexual está compuesta por aspectos biológicos,
sociales, familiares e individuales.

I. 1. 1. Aspectos biológicos y
sociales

Cuando alguien se pregunta si es homosexual, y responde
afirmativamente, su vida ya no será la misma. En algunos
casos puede ser mejor, y cambiar para bien. En otros, todo lo
contrario. Asumirse como homosexual para un "supuesto
heterosexual" es algo completamente nuevo, algo sobre lo que no
se tiene un modelo o ideal a seguir, ni una estructura a la que
aferrarse.

En general, en la adolescencia o ya en la adultez uno se
pregunta si es gay; pregunta difícil de responder ya que
pone en cuestionamiento la esencia misma de la
persona.

Algunos autores distinguen entre los actos, el deseo, el
amor y la identidad homosexual o gay.

Con respecto a los actos, no están claramente
definidos cuáles son homosexuales y cuáles no lo
son. Antes se pensaba que lo era el coito anal pero eso no es
así, ya que el sexo anal no es patrimonio de los
homosexuales. Los actos por sí mismos no son
válidos para definir la homosexualidad porque no
significan lo mismo en todos los lugares. Por ejemplo, las
relaciones sexuales con hombres que tienen los hombres en las
cárceles, no son un criterio válido para definir la
homosexualidad, sino que es una conducta con la que responden a
una situación de encierro.

Con respecto al amor y al deseo también se
presentan dificultades para saber si se es o no gay. No
necesariamente siempre somos conscientes de nuestros sentimientos
ni de nuestros deseos. Podemos amar o desear a alguien sin darnos
cuenta de ello, confundiéndolo con amistad, por
ejemplo.

Parece ser que algo determinante para muchos es la
presencia o ausencia de excitación sexual y genital frente
a la otra persona. Pero esto no siempre es válido, ya que
se puede estar enamorado de alguien sin sentir excitación
genital. Es decir, el amor puede tomar otras formas: dependencia,
celos, pensamientos obsesivos, odio, enojo.

Es decir, podemos tener una percepción de
nuestros sentimientos y deseos pero no necesariamente es
fidedigna. O sea, ni los actos, ni los deseos, ni los
sentimientos son suficientes para poder decir que alguien es
homosexual.

Podría pensarse que falta algo, y eso que falta
es la identidad homosexual, que está relacionada con poder
ser consciente y aceptar los elementos mencionados
precedentemente.

"La identidad implica, por consiguiente, una
coincidencia de deseos, sentimientos, actos y consciencia, que
culminan en la aceptación de uno como homosexual, en un
acto de autodefinición."

[1]

Es importante remarcar esto que la definición
plantea acerca de "un acto de autodefinición", es decir,
para empezar a considerar en una persona una identidad
homosexual, la misma persona tiene que definirse a sí
misma como tal.

Para poder llegar a la identidad, no se dan todos los
elementos mencionados (amor, deseo, actos, sentimientos) al mismo
tiempo ni en un orden preestablecido. De acuerdo a cada sujeto
particular será la aparición de estos factores que
van constituyendo la identidad. Deben ser coincidentes el sentir,
el desear, el actuar y el pensar.

Es importante aclarar que nadie nace con esta identidad
homosexual, sino que la misma se va construyendo de a poco, es
decir, no es un hecho en sí mismo, sino el resultado de un
proceso realizado a través del tiempo.

I. 1. 2. Aspectos familiares e
individuales

Existen dos grandes grupos de teorías que
intentan explicar la homosexualidad (ver I. 2.), pero
aún no se sabe a ciencia cierta cuál está en
lo correcto.

La homosexualidad puede tener componentes
biológicos aunque no se hayan encontrado aún, tiene
aspectos sociales y culturales, y por supuesto, tiene elementos
psicológicos, tanto individuales como
familiares.

En muchos casos la orientación sexual se da desde
la infancia. Pero la identidad no se forma antes de la
adolescencia y se desarrolla completamente (o no, en algunos
casos) en la adultez.

Desde los dos años el sujeto es capaz de darse
cuenta que pertenece a un sexo. Esto está relacionado con
ciertas conductas y roles. Cerca de los tres años, el nene
se identifica como nene y la nena como nena, y van aprendiendo
los roles que ya han sido prefijados a nivel cultural. Pero esto
no siempre es así (sería el caso de las/los
transgéneros).

La teoría psicoanalítica plantea que
alguien es gay porque se ha criado con una madre sobreprotectora
y un padre ausente o distante. Esto tendría que ver con el
Complejo de Edipo explicado por Freud (1915). Sin embargo,
él no dice que existe un sólo tipo de
homosexualidad y una única causa. Tampoco propone que la
heterosexualidad es algo "natural", sino que plantea que existe
la premisa de una "bisexualidad original en el
individuo".

La homosexualidad tiene muchas formas por lo que va a
ser muy difícil poder comprenderla considerando una sola
teoría.

I. 2. Concepciones de la
homosexualidad

Homosexual, ¿se nace o se hace?

Podemos decir que existen dos grupos de concepciones que
intentan explicar la homosexualidad. Una de ellas es la
teoría biológica, de índole esencialista. La
otra es la teoría social, de índole
constructivista.

I. 2. 1. Teoría
Biológica

Esta corriente afirma que la homosexualidad es
biológica y congénita, es decir "uno nace
homosexual" aunque el contexto puede facilitar o no la
"aparición de las conductas correspondientes".

Esta idea fue adoptada hace mucho tiempo, incluso en la
actualidad hay mucha gente que la sigue considerando
válida. Tiene que ver con el modelo médico, ya que
fue creada por el mismo.

A este argumento se le puede ver el lado opuesto, es
decir, si uno nace homosexual como plantean estos
teóricos, la homosexualidad es algo natural, porque ya se
nace con ella, y no algo antinatural como plantearon la Iglesia,
el Estado y la ciencia. Entonces, no es algo que se pueda
"curar", ya que es algo natural.

Este argumento se usa y ha sido usado tanto a favor como
en contra de los gays.

Desde esta perspectiva se plantea que existen rasgos
biológicos específicos y comunes a todos los
homosexuales, pero aún no se han encontrado.

También se decía que existe la influencia
de algunas hormonas, pero tampoco se ha comprobado tal
hipótesis.

Se han hecho experimentos genéticos con gemelos y
mellizos para ver la influencia de la biología en la
homosexualidad, pero no se ha llegado a conclusiones
válidas.

Considerando esto podemos decir que es muy importante
tener en cuenta el lugar central que ocupa factor
psicológico en relación a la sexualidad.

I. 2. 2. Teoría Social

Esta perspectiva plantea que los factores sociales,
familiares y psicológicos influyen en la
orientación sexual. Es decir, no se nace homosexual sino
que la orientación sexual se va construyendo a
través del tiempo y las experiencias.

No se da de una forma única o universal, sino que
va a variar de acuerdo a cada sujeto en particular, a sus
experiencias de vida, al contexto en el cual esté
inserto.

Es muy importante considerar entonces el factor
subjetivo, el deseo, la autodefinición.

Ser gay no tiene que ver solamente con conductas, sino
con sentimientos, deseos, maneras de pensar, actitudes, gustos;
no es sólo la conducta llevada a cabo en una
relación sexual con alguien del mismo sexo, sino que es
una vivencia completa, total, tanto hacia el interior como hacia
el exterior.

Muchos dicen que se elige ser homosexual. Vale la pena
aclarar que no es posible elegir la orientación sexual ni
tampoco cambiar la misma.

I. 3. La homosexualidad se construye

A rasgos generales, podemos decir que la
construcción de la homosexualidad puede ser de dos formas,
del exterior al interior, y viceversa, del interior al exterior.
En el primer caso, se realizan actos homosexuales y
después se es consciente de la homosexualidad. En el
segundo, primero se tiene la experiencia de los sentimientos y
deseos y después se realizan los actos (o no, ya que
alguien puede saberse y autodefinirse como homosexual sin nunca
haber mantenido relación sexual con alguien de su mismo
sexo biológico).

Para asumir la orientación sexual deben
integrarse ambas dimensiones, la interior y la
exterior.

Puede decirse que este proceso de construcción de
la identidad sexual comienza en la adolescencia, y dura por un
período generalmente largo de tiempo, que variará
dependiendo de cada persona.

Hablando del desarrollo del homosexual, podemos plantear
que, a nivel general, lo primero que sucede es un proceso de toma
de consciencia acerca de los deseos, gustos, sentimientos, que el
sujeto va percibiendo. Acá se hacen presentes la
vergüenza, la soledad, la confusión, la angustia, la
negación. Luego, el sujeto puede salir de esa
negación inicial y saber que lo que está
percibiendo es posible.

I. 3. 1. Duelo por la heterosexualidad
perdida

Desde el nacimiento, el sujeto ha sido creado en un
contexto que suponía que su orientación sexual
sería heterosexual, entonces, se le han brindado todas las
pautas y herramientas para que así sea. Se podría
decir que se lo "ha entrenado para ser heterosexual", ha
aprendido comportamientos, ha vivido en la
heterosexualidad.

Al darse cuenta de que es homosexual, todo lo
anteriormente mencionado no sirve, es inútil. Es decir, se
pierde la heterosexualidad. Y como toda pérdida, implica
un proceso de duelo para poder llegar a la
aceptación.

Luego, es posible poder preguntarse por qué se es
así, y hacerse este cuestionamiento es algo natural y
completamente entendible. Así es que comienza una
reconstrucción de la historia personal. Se da inicio a una
serie de interrogantes, dudas, preguntas que buscan respuestas.
Además, se empieza a conocer a otras personas que pasan
por la misma experiencia, se comparten vivencias, se empieza a
producir un entendimiento y una aceptación de sí
mismo; es decir, se construye la identidad (aunque es importante
aclarar que existen personas que nunca se aceptan a sí
mismas como son y viven en esa situación toda la
vida).

Nadie puede elegir ser o no ser gay, pero sí se
puede elegir la forma en la que se va a vivir esa
orientación sexual.

Capítulo II:

Homofobia

II. 1. Generalidades

Si bien existen amplias y variadas explicaciones del
término homofobia, siguiendo a Castañeda (1999)
podemos decir que homofobia es el miedo, temor, rechazo a la
homosexualidad. Esto no tiene nada que ver con algo innato o
instintivo, sino que varía de acuerdo a cada contexto, es
decir, es algo cultural.

En su trabajo monográfico sobre Homofobia, la
Lic. Iris Gastélum Gerardo (2006) plantea que por falta de
información, se puede confundir homofobia con miedo a los
hombres. Sin embargo, la homofobia consiste en un miedo
ilógico e irracional hacia la homosexualidad. Este miedo
se puede manifestar a través de repulsión,
agresión física y/o verbal.

La autora cita al Dr. Miguel Urbina, quien plantea que
este temor puede sustentarse en miedos o sospechas frente al
propio potencial homosexual. Es así que la forma de
intenso rechazo que se muestra hacia lo homosexual en el mundo
externo, disminuye y alivia los temores ante la homosexualidad
existente en el mundo interno.

En relación a esto podemos decir que en la
Universidad de Georgia se realizó un estudio con hombres
heterosexuales divididos en dos grupos, homofóbicos y no
homofóbicos. Se les pasaron videos eróticos
sexuales heterosexuales, homosexuales femeninos y homosexuales
masculinos. Se les colocó un aparato para ver la
reacción del pene frente a los estímulos. Frente a
los videos heterosexuales y lésbicos, ambos grupos
respondieron con excitación. Pero frente a videos gays,
quienes respondieron con excitación fueron los
homofóbicos; los no homofóbicos, no se
excitaron.

II. 2. Antecedentes de la homofobia

Gastélum hace un resumen de los antecedentes de
la homofobia. Los divide en culturales, ideológicos,
científicos y sociales.

II. 2. 1. Antecedentes culturales

La homosexualidad no es algo de nuestros tiempos, sino
que ha existido desde siempre, en algunas culturas se la aceptaba
y en otras se la castigaba.

En la cultura griega de antes de Cristo, se la
veía como un complemento al sexo con la mujer. Eran
comunes las relaciones homosexuales en los altos estratos de la
sociedad, no era correcto que los nobles mantuvieran relaciones
con hombres de su misma clase, entonces se tenían
relaciones con hombres de una clase inferior.

En la Antigua Roma estaba permitida la
utilización de esclavos con fines sexuales. Aquí,
el hombre que penetraba no se consideraba homosexual, era
homosexual aquel que era penetrado.

Dentro de un contexto religioso, los sitios, hititas y
sumerios realizaban ritos que implicaban contactos homosexuales.
En el año 1400 antes de Cristo, el matrimonio entre
hombres estaba autorizado por una ley vigente en el Código
Hitita.

En China, en los siglos II y I antes de Cristo, la
mayoría de los emperadores tenía relaciones
homosexuales.

En América, en la cultura azteca no estaba
permitida la homosexualidad y se mataba a quienes tuvieran
relaciones sexuales con personas de su mismo sexo. De todos
modos, la homosexualidad existía, sólo que se
practicaba en forma clandestina. En la cultura maya, la
homosexualidad era común y permisible. Además, se
la veneraba. Era practicada principalmente por las clases altas
(jefes, sacerdotes y guerreros).

II. 2. 2. Antecedentes ideológicos

Se considera que la homofobia tiene su origen en la
aceptación de postulados filosóficos con basamentos
cristianos como principios morales para regir la
sociedad.

Es a partir de la Edad Media que la influencia de la
Iglesia Católica creció de tal manera que se
pasó de la indiferencia que se tenía a la
homosexualidad en el 500 antes de Cristo, a considerarla algo
pecaminoso, un delito grave que requiere graves castigos, cerca
del año 1500.

Comenzó a imponerse una nueva forma moralista de
pensamiento (Tomás de Aquino, San Agustín) que
condenaba todos aquellos placeres sexuales que no tuvieran por
fin la reproducción (sexo oral, sexo anal, sexo con
personas del mismo sexo, masturbación, etc.), ya que se
consideraban prácticas antinaturales, pecaminosas
(sodomía).

Para "ejercer justicia" contra la "sodomía", la
Inquisición persiguió y mató a homosexuales,
se los relacionó con herejía. Y de paso, usaron
este criterio para perseguir y matar judíos.

En el siglo XIII, la legislación inglesa
planteaba que quienes hubieran tenido relaciones sexuales con
personas de su mismo sexo o con judíos, debían ser
enterrados vivos

El movimiento intelectual y artístico surgido a
fines de siglo XV trajo cierta apertura de ideas en
relación a la libertad sexual, pero a mitad del siglo XVI
la "Contrarreforma" trajo una tendencia de rigor y moral que
censuró, por ejemplo, el homoerotismo en el
arte.

En América, varias tribus practicaban la
"sodomía". Cuando llegaron los conquistadores europeos
empezaron a quemar vivos a quienes realizaban esas
prácticas, porque "eran pecadores".

Con la Ilustración y la Revolución
Francesa surgen los primeros rastros del movimiento de
Liberación Sexual en Occidente. A principios de siglo XIX
empieza a dejar de castigarse la sodomía en algunos
países europeos, pero continuaban las persecusiones por
"faltas a la moral".

En la actualidad, muchas personas siguen pensando que la
homosexualidad es una falta a la moral.

II. 2. 3. Antecedentes científicos

A mitad del siglo XIX, un grupo de psiquiatras (Michea,
Casper y Ulrichs) propuso que los homosexuales eran una especie.
Krafft-Ebing dijo que la homosexualidad era una categoría
degenerativa.

Este proceso por el que pasa de verse a la
homosexualidad como algo criminal, a verse como algo enfermo,
termina a finales de siglo, cuando se plantea que la
homosexualidad es una categoría clínica desviada y
se intenta explicar la orientación sexual desde el punto
de vista médico.

Si bien actualmente se sabe que la homosexualidad no es
una enfermedad, la falta de información y la ignorancia
fomentan la homofobia.

II. 2. 4. Antecedentes sociales

Es necesario tener presente que la sociedad en la que
vivimos ha estado (y en la mayoría de los lugares,
está) regida por el machismo.

Entonces, lo valorado es el hombre masculino, fuerte,
poderoso, aquel que tiene un gran pene, que está con
mujeres. Las mujeres deben ser sumisas, obedientes al hombre. Se
considera que el gay no es tan hombre, porque está
más para el lado de la mujer, busca ser penetrado. Y las
lesbianas, además de ser mujeres, son homosexuales
(sería como un doble castigo).

Podemos decir entonces que los parámetros
machistas y los prejuicios y conceptos erróneos y
equivocados mencionados en el párrafo anterior, son la
causa de una sociedad homofóbica.

II. 3. Homofobia social

La homofobia también está relacionada con
el miedo a la confusión de géneros, es decir, el
miedo a que una mujer vaya a dejar de ser mujer y a que un hombre
vaya a dejar de serlo.

Esto ocurre porque muchas veces se confunde sexo con
género. Podemos decir que sexo tiene que ver con algo
biológico y género con pautas
culturales.

Ser gay no implica que se sea más o menos hombre
o mujer, ya que el sexo biológico no depende de la
orientación sexual, y viceversa.

Todo esto tiene que ver con la ignorancia y los
prejuicios que tiene mucha gente en relación al
tema.

A esta altura del partido podemos estar llegando a la
conclusión de que la homofobia es el rechazo de los
heterosexuales a los homosexuales. Es importante recalcar que
esto no necesariamente es así, ya que existen muchos
homosexuales homofóbicos. ¿Por qué? Porque
los sujetos han sido criados en un contexto heterosexual, han
vivido en el mismo y han adquirido pautas, conductas,
comportamientos, ideas, ideales. Es decir, la mayoría de
los homosexuales han sido criados como heterosexuales por mucho
tiempo, por eso es que después pueden ser homosexuales
homofóbicos.

Esto tiene que ver con lo que se llama homofobia
internalizada, es decir, una homofobia que se ha ido adoptando
como propia a lo largo del tiempo, así como ciertas ideas,
ciertos valores. Llega a ser algo que se torna "natural" para el
sujeto, porque es así como lo ha aprendido.

A un heterosexual, la homofobia le hace legitimar la
orientación sexual, le hace sentir que sus ideas y valores
son los válidos, los verdaderos, los superiores. Es decir,
la homofobia produce una "normativización" de la
heterosexualidad y quizá la coloca en una posición
de superioridad.

Freud habló del mecanismo de la
proyección, que consiste en poner en un objeto externo
algo interno que no es agradable para el sujeto. De esa manera,
reconocer ciertos aspectos homosexuales a un heterosexual no le
es agradable, ya que es algo que no concuerda con sus principios
y valores morales, entonces coloca en un objeto homosexual eso
propio desagradable, no aceptable, feo, pecaminoso. Se detesta al
homosexual por eso propio proyectado.

II. 4. Homofobia internalizada

Cuando alguien se da cuenta de que siente
atracción sexual por personas de su mismo sexo, es muy
probable que se obligue a sí mismo a realizar conductas
heterosexuales para plantearse que es "normal" y que los otros lo
vean como "normal". Esto tiene que ver con la homofobia
internalizada.

La misma puede producir en la persona homosexual una
autoimagen desvalorizada, sentimientos de inferioridad,
sensación de desventaja con respecto a los heterosexuales.
Pero esta sensación de inferioridad suele ser el punto de
partida de un esfuerzo continuo que lleve a equilibrar ese
"defecto" que es la homosexualidad. Esta sobrecompensación
puede conducirlos al excesivo perfeccionismo y obligarlos a ser
exigentes en demasía consigo mismos; entonces,
buscarán ser los mejores: serán los mejores
estudiantes, los mejores profesionales, los mejores
compañeros, etc.; para de esta manera demostrarle a la
sociedad heterosexual que son aceptables "a pesar de ser
gays".

Otra manera de expresarse que tiene la homofobia
internalizada tiene que ver con una relativa falta de
límites. Muchos son "demasiado buenos", están
siempre pendientes de los deseos y necesidades de los
demás y dejan de lado los suyos, ya que "no son tan
importantes".

Otra forma en la que podemos ver la homofobia
internalizada guarda relación con una cierta
vulnerabilidad a la vergüenza. Muchos sienten o han sentido
vergüenza por ser homosexuales. También muchos,
objetos de burla en la adolescencia por parte de sus
pares.

Otro producto de esta homofobia internalizada es el
típico pensar "yo no soy gay como los demás".
Muchos homosexuales piensan acerca de cómo es la
homosexualidad del otro, hablan de los gays en general, como si
ellos no lo fueran.

II. 5. Homofobia en la familia

Podemos decir que la mayoría de las familias no
quiere que sus hijos sean homosexuales. Entonces, los
crían como heterosexuales. Y en esa crianza, obviamente,
se le transmiten al niño los prejuicios existentes en la
cultura con respecto a la homosexualidad.

Cuando esa hija plantea que es lesbiana, por ejemplo,
está rompiendo con toda esta serie de "valores" (es decir,
prejuicios) que sus padres han inculcado. La familia puede ser
completamente homofóbica y negar al hartazgo la
homosexualidad de la hija. "Está confundida", "nos lo hace
a propósito", "nos está mintiendo". También
puede entrar en un proceso de negación de la
homosexualidad y no querer ver lo que en realidad está
sucediendo.

Muchas veces, cuando se plantea que se es homosexual, se
escucha pero no se habla nunca más en la vida del tema.
Por ejemplo, todos en la casa saben que la hija mayor es lesbiana
pero nunca nadie le pregunta nada. Saben que vive en pareja pero
no le preguntan por su novia, porque "es una amiga".

En ocasiones, el homosexual plantea a la familia que es
gay pero la misma sigue actuando como si nunca hubiera dicho
nada. En este caso, el gay puede "seguir la corriente" y hacer de
cuenta que nunca dijo nada, o seguir insistiendo hasta ser
aceptado. Muchas veces, aunque se haga de cuenta que no se dijo
nada, se tiran indirectas al homosexual en forma de
críticas implícitas.

II. 6. Algunos prejuicios típicos de la
homofobia

"La homosexualidad es algo anormal, es una
enfermedad. Los gays son todos unos promiscuos. Cogen con
cualquiera, todo el tiempo. No les interesa mantener una pareja
estable. En lo único que piensan es en sexo y nada
más. Quieren estar con cualquier hombre que se les cruce.
Si les gusta un heterosexual, lo hacen puto. Y las tortas no se
quedan atrás. Son igual o peores que los trolos."

Esta es una forma de pensamiento presente en la cultura popular
típica de muchas personas heterosexuales, pero
también muchos homosexuales piensan igual. Decir que los
homosexuales son promiscuos por el mero hecho de ser homosexuales
es algo vago y sin sentido, es algo basado en el prejuicio y no
en la investigación. Es importante decir que hay gente
promiscua, tanto homosexual como heterosexual; y también
hay gente que no es promiscua, tanto homosexual como
heterosexual.

La "promiscuidad de todo homosexual" es un
estereotipo que forma parte de la homofobia internalizada. Muchos
homosexuales han internalizado este prejuicio y terminan creyendo
que como son homosexuales deben ser promiscuos, entonces
responden a esta idea con promiscuidad.

Se piensa que todas las lesbianas usan consoladores y
que todos los gays practican sexo anal. Esta es otra falsa
creencia vinculada con el estereotipo machista heterosexual que
pone al pene como centro de la escena y que plantea que en toda
relación sexual es necesario que haya penetración,
"sino no hay relación."

Otro prejuicio de la homofobia es pensar que los gays
son sadomasoquistas o pedófilos. Estudios
científicos han demostrado que esto no es así, ya
que tales conductas pueden estar presentes o no tanto en
homosexuales como en heterosexuales.

La cultura plantea que el hombre tiene que ser fuerte,
masculino, dominante. Por el contrario, la mujer es más
débil, sumisa, dependiente del hombre. Entonces, cuando un
gay es femenino o una lesbiana masculina, produce horror y
espanto, ya que "el gay es un hombre que quiere ser
mujer
" y "la lesbiana es una mujer que quiere ser
hombre
."

Además, el gay que penetra (activo) no es tan gay
como el que es penetrado (pasivo). Porque el penetrado se
está colocando en rol de mujer, entonces "el activo es
más hombre y no tan gay
"; en cambio "el pasivo es
más mujercita y más gay
."

Siguiendo el pensamiento de Castañeda (1999)
podemos decir entonces que "los homosexuales no sólo
aprenden el lenguaje corporal y el estilo que la sociedad les
asigna; también aprenden (…) que son promiscuos,
inestables, inmaduros, entre otros estereotipos originados en la
homofobia. Entonces, así como los heterosexuales aprenden
a representar los roles que de ellos se esperan como novios y
amantes, esposos y padres, y así como aspiran a alcanzar
los modelos del matrimonio feliz y la familia unida, del mismo
modo los homosexuales (…) aprenden a jugar a la conquista
múltiple, a la pareja infiel, al drama de los celos, etc.
Es decir, internalizan y actúan los roles y conductas que
la sociedad espera de ellos."
[2]

Es importante recordar que estos roles y estas conductas
no son innatas, son aprendidos. No son naturales, son imitados. Y
tampoco son individuales, son sociales.

Desprenderse de los estereotipos internalizados es una
tarea muy difícil pero también muy necesaria para
poder formar una identidad homosexual saludable. Es entonces
trascendental poder cuestionar los estereotipos y eliminar
etiquetas.

II. 7. Homofobia en homosexuales

Sea cual sea nuestra orientación sexual, todos
hemos nacido y hemos sido criados en una sociedad
homofóbica. Es por eso que, en mayor o menor grado, hemos
internalizado esa homofobia que nos ha sido transmitida.
Así como hay heterosexuales homofóbicos, hay
homosexuales que también lo son.

A continuación, veremos algunos ejemplos de
homosexuales homofóbicos. Los siguientes son perfiles
reales que existen en las páginas de encuentros
gays:

  • "Soy alto, delgado, buena onda. Afeminados y de
    ambiente abstenerse."

  • "Tengo ganas de conocer gente copada, masculina,
    para experimentar nuevas sensaciones, con buena onda, amistad
    y lo que tenga que ser. No busco locas ni afeminados ni con
    rollos raros."

  • "Soy un tipo tranqui, no me gusta joder ni que
    me jodan. Busco personas masculinas y discretas, y gente no
    vinculada con el medio gay. Si bien el chat es gay, prefiero
    ser espectador (no discrimino, es para protegerme). Si sos
    similar, escribime. No me van las mentiras. Me gusta el
    fútbol, asados con amigos."

  • "¡Hola! Creo que todo se charla,
    ¿te parece? Abstenerse plumas.

  • "Soy una persona sencilla, interesada en conocer
    gente copada y con onda. Cero plumas y nada de ambiente.
    Tengo para ofrecer discreción y mucho
    cariño."

  • "Busco gente masculina, cero plumas, cero
    ambiente, discretos."

  • "Me gustaría conocer gente más o
    menos de mi edad. Soy una persona tranquila. No estoy en el
    ambiente ni tampoco me gusta. Busco una relación de
    amistad más que nada. Soy masculino. No me van los
    afeminados."

  • "Sólo busco conocer hombres, pero hombres
    de cuerpo y mente, hombres de verdad más allá
    de la sexualidad. Deseo conocer hombres masculinos,
    reservados, con discreción y buena onda, eso mismo
    ofrezco yo. Soy reservado, muy masculino y me desagradan
    mucho los maricas y los que se mueven en ambiente
    gay."

  • "Soy un vago normal, machito en todo sentido,
    pero en la cama es otro mundo. Busco macho al que sólo
    le guste dar. Pido y doy absoluta discreción. Gente
    que está en la movida gay, la respeto pero no es lo
    que busco. Activos afeminados, tampoco. Versátiles,
    no."

  • "Todo más que bien con las maricas, todo
    más que bien con los que sólo buscan sexo, pero
    no ando en esa ni ahí. Busco conocer gente del palo,
    pero masculinos y hombrecitos, para ver qué se puede
    dar, con respeto, buena onda y siempre entre
    hombres."

  • "Esta es una página para conocer hombres
    y para eso estoy acá. (…) Si sos marica, no me
    hables ni mandes guiños. Y no olvidar que esto es para
    hombres con hombres en todo sentido."

En los perfiles citados anteriormente se ve claramente
la presencia de homofobia en la gente gay, respondiendo al
machismo vigente en la sociedad. Es como que responden a un
mandato interno que les dice: "Podés ser gay, pero no
podés ser mariquita ni loca femenina con plumas. Tampoco
podés salir a bares o boliches gays. Tenés que ser
masculino y discreto, nadie se tiene que dar cuenta de tu
homosexualidad
."

Uno de los perfiles citados, justifica la homofobia
diciendo "no discrimino, es para protegerme". Nos
preguntamos: ¿Protegerse de qué? Nos respondemos:
Protegerse de la homofobia que reina en la sociedad, protegerse
de ser discriminado, protegerse de las burlas, protegerse de la
agresión y los insultos; acaso también,
¿protegerse de ser gay?

Generalmente optan por conocerse personalmente en
algún lugar privado, como una casa o un departamento,
porque si se juntan en alguna plaza alguien los puede ver y darse
cuenta que andan en algo "medio raro". "No quiero que nadie
sepa que soy homosexual
". Ese pensamiento paranoide, de no
querer ser vistos ni descubiertos, los pone en peligro. Para que
nadie los vea, terminan yendo a conocer a un desconocido a su
casa, sin saber realmente dónde se están metiendo.
Quizá son violados, maltratados, obligados a hacer cosas
que no desean; capaz han ido a la casa de un asesino, todo para
que nadie los vea con esa persona en un lugar público,
siendo que en un lugar con gente no se corre ese riesgo que
existe al ir a una casa o departamento privado.

Modarelli (2011) plantea el caso de un hombre que ha
dicho en su casa que es gay, que vive con su pareja. Pero no
puede verse de esa manera a sí mismo, desde afuera. No se
ve visitando a sus abuelos con su pareja los Domingos, o yendo a
un asado familiar con su pareja. Dice en la carta: "Quiero
decirte que amo como puedo, y que no me duelen estos años
que pasamos juntos, y fui sincero cuando hablamos de un futuro en
común y en la unión civil. Lo que me duele es no
poder ser yo porque no sé quién soy yo. Escribo
esto con lágrimas, literalmente".

[3]

El clóset de esta persona en la actualidad, en la
época en la que es posible que se casen dos personas del
mismo sexo, puede resultar extraño, incluso por haber
estado en pareja durante varios años. Pero es posible en
una sociedad en la que existe la homofobia. Ser homosexual puede
empezar a ser aceptado, tolerado, pero nunca va a llegar a ser
como ser heterosexual. Al menos, durante varios años.
Aunque parezca algo que de a poco va quedando en el pasado, la
homofobia sigue presente en nuestros días.

II. 8. El clóset

II. 8. 1. Consideraciones acerca del
clóset

Comenzamos este apartado afirmando lo siguiente: "El
clóset existe porque existe la homofobia. Si no hubiera
homofobia, no existiría el clóset".

La palabra clóset tiene muchos significados.
Tiene que ver con un lugar cerrado, privado, en el que se guarda
algo valioso. También puede ser un armario o un ropero. El
clóset es un lugar donde se guarda algo secreto a lo que
no todos tienen acceso. Es el límite entre lo oculto y lo
descubierto.

"Estar en el clóset" para un homosexual tiene que
ver con mantener oculta y escondida su orientación
sexual.

"Salir del clóset" guarda relación con
asumir plena y totalmente la homosexualidad, tanto frente a uno
mismo como ante los demás.

La sociedad en general da por hecho que todo el mundo es
heterosexual. Entonces, todo el mundo es heterosexual hasta que
se demuestre lo contrario. Tanto el gay como la lesbiana
están expuestos a situaciones sociales, al igual que los
heterosexuales. En ocasiones los homosexuales serán
considerados heterosexuales por más que no lo
sean.

Alguien puede decir que es gay o lesbiana y los
demás pueden no creerle. O sus familias pueden saber pero
seguir tratándolos como heterosexuales (esto
también tendría que ver con un proceso de
negación).

El clóset no es sólo un lugar en el que la
persona homosexual se esconde, sino también un lugar en el
que la sociedad esconde aquello de lo que no quiere hablar,
aquello que no quiere ver. O sea, clóset es la
homosexualidad que se oculta.

Reiteramos lo que planteamos anteriormente: Que exista
el clóset tiene que ver con la existencia de la homofobia.
Si no hubiera homofobia no sería necesario la existencia
de un clóset para mantenerse oculto.

Estar en el clóset implica para la persona cierto
aislamiento, ya que no puede ser en la vida tal cual es o desea
ser, sino que tiene que ocultar "algunas cosas" para que "los
otros no se den cuenta de que es gay", porque sino, puede ser mal
visto, discriminado. Poder estar fuera del clóset brinda
la posibilidad de integrarse a la sociedad, a la comunidad, la
posibilidad de ser aceptado como uno es.

Al principio, una lesbiana o un gay que se reconoce como
tal, y a la vez es una persona homofóbica, va a estar muy
encerrado en su clóset. No va a querer conocer a nadie con
su misma orientación sexual por miedo a que los otros se
den cuenta, ya que "es algo malo, algo pecaminoso." Quizá
se nieguen a sí mismos su homosexualidad y mantengan
relaciones heterosexuales para querer demostrarse que no son
lesbianas, que no son gays.

Algunas personas viven así toda su vida,
infelices por no poder ser quienes realmente son.

Otros, quizá, empiezan a "salir del clóset
inconscientemente". Se dan cuenta que les gustan personas de su
mismo sexo y empiezan a preguntarse, a cuestionarse. Quizá
se plantean que "son bisexuales", es decir, "soy homosexual, pero
también soy heterosexual." Es ahí quizá
cuando se producen las primeras experiencias con personas del
mismo sexo, se empieza a experimentar sexualmente con "otro igual
que yo". Dependiendo del grado de negación de la propia
orientación sexual y de la fuerza que tenga la homofobia
internalizada, es que algunos empezarán a aceptarse o no
tal cuál son. Entonces, se empieza a conocer más
gente como uno, se empieza a buscar gente para hacerse amigos,
para charlar, para compartir experiencias. Quizá empiezan
las primeras salidas a "lugares gay". Es decir, de a poco se
empieza a salir de clóset y se va aceptando la
orientación sexual.

Aunque por el sólo hecho de vivir en una sociedad
heterosexual, nunca va a ser posible una completa salida del
clóset, ya que habrá situaciones en las que es
necesario fingir ser heterosexual.

Esta alternancia entre fingir y no fingir exige al
sujeto mucho esfuerzo psíquico, lo que implica mucho gasto
de energía, lo cual puede provocar serios trastornos y
problemas al individuo.

El homosexual que permanece en el clóset
está pendiente del afuera todo el tiempo, de las miradas,
pensamientos y gestos de los demás, para que no vayan a
sospechar que le gustan personas de su mismo sexo.

Los estudiosos del tema plantean que así como un
heterosexual se vuelve plenamente adulto cuando se casa, el
homosexual no se vuelve plenamente adulto mientras permanezca en
el clóset.

Lo ideal sería que todos los homosexuales puedan
vivir libremente, pero el salir o no salir del clóset
depende de cada sujeto en particular y del contexto en el que se
encuentre inserto. Por ejemplo, no es lo mismo salir del
clóset para un homosexual perteneciente a una familia
católica ortodoxa que para uno que pertenece a una familia
que no es de ninguna religión. Tampoco es lo mismo en una
familia en la que hay comunicación y afectividad que en
una en la que no.

Es importante tener en cuenta el tipo de familia de cada
uno para ver la mejor manera de comunicar la orientación
sexual y poder salir del clóset. Pero si la
orientación sexual es algo íntimo y particular de
cada uno, ¿por qué contárselo a la familia?
Esa pregunta depende, como dijimos, de lo que quiera hacer cada
sujeto con su vida y con su familia, y del contexto en el que
vive. Hay casos en los que es mejor mantenerse en el
clóset hasta independizarse de la familia.

Cuando un homosexual sale de clóset, y habla con
su familia, sin darse cuenta está poniendo a su familia en
la situación en la que él estuvo antes. Ahora es la
familia la que tiene que pensar qué va a hacer con la
homosexualidad, a quién le va a contar, a quién no,
cómo, de qué forma, de qué
manera.

Por lo tanto, salir del clóset no es algo
individual, nadie sale del clóset solo, sino que la
familia está involucrada.

II. 8. 2. Cómo salir del
clóset

Se recomienda hacerlo de a poco y en forma paulatina,
hablando primero con aquellas personas que se sabe que aman y
aceptan al otro tal cual es, con aquellas personas en las que se
puede confiar. En este proceso de salida, es factible ir yendo de
lo más fácil a lo más difícil. Se
puede, por ejemplo, empezar hablando con un amigo, luego con
algún hermano, y después con los padres,
obviamente, si es necesario.

Nunca hay que hacer las cosas a las apuradas, sino que
se deben planear con cautela.

Es probable que al principio los padres se sientan
tristes, afligidos, nieguen lo que está pasando, hasta que
finalmente, habiendo hecho el "duelo por el hijo heterosexual
perdido", terminen aceptando la homosexualidad.

El "duelo por el hijo heterosexual perdido" tiene que
ver con que todo padre coloca en su hija mujer o en su hijo
varón, expectativas, ideales, proyectos de vida. Los
imagina casándose con alguna persona del sexo opuesto,
formando una familia, teniendo hijos. Entonces, al enterarse que
su hija o su hijo es homosexual, todo esto mencionado
anteriormente, se cae, se pierde, se muere. Es entonces necesario
realizar en proceso de duelo correspondiente a esa pérdida
para poder luego aceptar la homosexualidad de la hija o del
hijo.

II. 8. 3. Clóset y
contraclóset

"Ser homosexual es una maldición. Soy
horrible para el mundo, y un extraño para mí mismo.
¿Todavía puedo escapar a esta forma de vivir?
Porque yo no fui así al principio, ni cuando era un
adolescente. La vida de adulto me exige claridad y, sin embargo,
sigo fijo en la pregunta pendeja: ¿quién soy?"

[4]Este es otro fragmento tomado del caso que
plantea Alejandro Modarelli. Se trata de una nota que le
dejó un hombre gay a su pareja, con la cual vivieron un
tiempo juntos, al irse de la casa. Supuestamente había
salido del clóset, pero parece que no fue
así.

Es una persona que no está conforme con su
orientación sexual y que desearía que le gustaran
las mujeres. A través de la huída y el abandono de
su pareja, pretende alejarse de esta situación que se le
hace insoportable.

El clóset, además de sufrimiento
psíquico, provoca limitación en las actividades de
la vida cotidiana, en el supermercado, en la facultad, en el
curso de Inglés donde la profesora propone hablar de la
vida privada, en el trabajo.

Parece ser que la salida del clóset no se trata
sólo de sentirse homosexual, sino también de elegir
serlo implacablemente, porque sólo de esa manera el sujeto
podrá creerse con derechos.

Modarelli cita a Montero (2001) y dice:

"La homofobia social, si se junta con la homofobia
internalizada, resulta fatal. Ahora, cuando de la cárcel
del silencio pasamos a estar con salidas transitorias, es
difícil que el paciente que se cree asumido detecte su
propia homofobia".
[5]

Partes: 1, 2

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