PRESENTACIÓN
La obra del profesor Francisco Bautista Toledo es una
apuesta decidida por el valor de la educación. En otras
ocasiones, su afán se centró en el interés
por estudiar, partiendo siempre del contexto en el que trabaja y
desde una perspectiva humanista. Su propósito se revela
constante: describir la realidad de sus estudiantes, de las
familias y del medio en general para señalar caminos de
mejora.
Las sociedades crean las escuelas para dar respuesta a
la necesidad de comunicar a las generaciones nuevas su acervo
cultural más preciado. Este legado se compone de
técnicas, conocimientos y valores. Éstos, los
valores, son el más íntimo tesoro. La
educación en valores es la preocupación en la que
nos sumerge el texto que presentamos. Estamos ante el contenido
por excelencia, pues para los mayores los principios que rigen su
vida personal y pública constituyen su "mejor saber", su
joya más sensible; y, por ello, quieren
transmitirla.
Los valores se aprenden; y, por tanto, se enseñan
en la familia y en la escuela, mediante la explicitación
de normas de conducta y con el ejemplo. También lo
hacemos, explicando los principios y las razones de nuestro
código moral y a través del clima general que se
respira en nuestras casas y en las aulas. Sobre todo, los valores
calan si logramos coherencia entre lo que hacemos y lo que
decimos. La ética y la ciudadanía conforman las
mimbres de la educación con mayúscula.
El trabajo parte de un análisis
socioeconómico, que le sirve de marco. A
continuación, describe su finalidad. El saber y el
conocimiento son teoría y método. Desde la premisa
conceptual de la importancia de los valores, el diseño
metodológico se concreta en una encuesta que persigue
describir su presencia en los escolares de segundo de
educación primaria hasta cuarto de educación
secundaria obligatoria. Es importante señalar la validez
ecológica de los estudios de campo. En nuestro caso, sus
aportaciones sirven, especialmente, para la población en
la que han sido verificadas. Desde hace tiempo, el proceder
heurístico e investigador se centra en iluminar
situaciones. Dar respuesta a un caso significa comprenderlo.
«Curar a un enfermo» supone conocimiento y es un
logro. Y ésta es la contribución principal para
entender más casos y enfermedades. En efecto, otros
centros educativos pueden partir del análisis que
aquí se expone y comprobar en qué medida les sirven
las propuestas que se indican.
El presente libro tiene en el análisis de los
resultados su parte central. En una serie de apartados, se
exponen las tablas de datos y se comentan. Las variables
independientes son «el nivel de estudios»,
«repetición de cursos» y «te gusta
estudiar». Estas tres dimensiones se correlacionan con 18
valores, para lo cual se solicita a los sujetos de la muestra que
los ordenen, según la importancia que tienen en sus
vidas.
La lectura atenta de los distintos capítulos es
suficiente para su correcta comprensión. Voy a subrayar,
pues, tan sólo algunos aspectos. En primer lugar, he de
decir que la propia investigación ya es educativa en
sí misma. Ha supuesto elegir y determinar los valores; ha
implicado al equipo de docentes y ha consistido
también en explicar dichos conceptos (importancia del
sentido en la relación dialógica con nuestros hijos
y estudiantes), especialmente en los cursos primeros.
El estudio parece bajar en el lugar preferencial,
según se avanza en la escolaridad hasta tercero de
educación secundaria obligatoria. He aquí un
desafío para el profesorado. ¿Por qué
disminuye la necesidad de querer aprender? Las hipótesis
pueden ser diversas. Averiguar en cada estudiante las razones que
explican su circunstancia es un reto apasionante y saludable para
los educadores.
El individualismo también aumenta, según
se crece. Es importante diferenciar el proceso de
individuación o de personalización, que nos
robustece y nos sitúa en condiciones adecuadas para
establecer relaciones con los demás; del individualismo,
que levanta fuertes y «nos separa»: un tema que
incita a la reflexión crítica en las
aulas.
La libertad es un principio de bondades humanistas, que
no admite fisuras. Erich Fromm, en El miedo a la libertad, da
cuenta de su sentido esencial. Es un bien genuino de toda
persona. Pero su conjugación con la responsabilidad y el
esfuerzo es del todo necesaria. No existe la libertad en
abstracto. Me comprometo (esfuerzo) porque quiero (libertad).
Libertad y trabajo son dos conceptos solidarios e inseparables.
Pues bien, en el retrato de la realidad que aquí se nos
ofrece no forman un cóctel muy logrado. Tenemos de nuevo
otra lección apasionante, que se ha de programar y
preparar con sumo empeño. «… se queja la
paloma de Platón, de la resistencia que pone el aire a su
vuelo y no repara que es ese mismo aire el que le permite
volar…»
La familia es un valor seguro. Todas las publicaciones
de índole sociológica y educativa realizadas
durante los últimos años y desde paradigmas muy
diferentes convergen en considerar a la familia como el principal
valor para los jóvenes.
Y es que de ella dependen las aspiraciones personales,
los valores que nos adornan o traje de ideas, las motivaciones de
los individuos, la estabilidad emocional y la educación
misma, que es la clave esencial del éxito social. Como se
apunta en las conclusiones, los centros educativos deben fomentar
la tutoría y aproximarse y levantar puentes de
colaboración con las casas. Apunto también la
pertinencia de las escuelas de madres y padres por las bondades y
beneficios que entrañan y producen.
Las páginas que lees son una invitación
clara hacia la obra bien hecha y una apuesta por el valor de la
persona. Estamos ante una profecía positiva que quiere
cumplirse en el mismo sentido en que se enuncia. En efecto,
¿qué es ser maestro sino tener fe en las
posibilidades de sus discípulos?
Desde estas líneas expreso el bien que me ha
procurado sumergirme en la información que el profesor
Bautista ha buceado. En la medida en que la comunidad educativa
esté más imbuida e impregnada de valores; en
definitiva, en la medida en que seamos más ricos en
principios, podremos ofrecer modelos y horizontes más
estimulantes y más ricos a todos, especialmente a los
más pequeños. Es llamativa la conclusión que
se recoge sobre la importancia de la educación en valores
en los primeros años de vida.
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