Organización y programación de actividades para mejorar la práctica docente de un centro educativo
ÍNTRODUCCIÓN
La organización de la práctica docente es
fundamental para la vida académica de un Centro. Ha de
estar perfectamente estructurada y programada, basada en la
información obtenida de las pruebas iniciales pasadas a
los alumnos, para adaptar los objetivos y el proceso de
enseñanza impartida a sus carencias y necesidades,
mejorando el trabajo educativo y adaptarlo más fielmente a
sus demandas, y sobre todo hacerlo mejor, dando una repuesta
eficaz a todas las acciones llevadas a cabo para cumplir con la
misión que el Sistema Educativo tiene encomendada,
desarrollar la personalidad y potencialidades íntegramente
de nuestros alumnos y alumnas, prepararlos para que puedan
acceder con el perfil adecuado a sus puestos de trabajo y, sobre
todo, formar ciudadanos portadores de valores acordes con la
sociedad más perfecta que todos soñamos, solidaria,
justa y de mayor humanidad.
También es importante la planificación
docente de acuerdo con las características de los grupos
de alumnos, pues se mejora la actividad educativa,
desarrollándose según el estado de conocimientos,
singularidades y necesidades que un conjunto definido de alumnos
y alumnas presenta. Se concretiza el proceso de enseñanza
aún más. La programación de los
Departamentos, y de Centro, se completan con una
planificación de grupo de alumnos y alumnas, que recoge
una metodología, criterios de evaluación,
adaptación de espacios y actividades tutoriales propias,
de acuerdo con las singularidades que presentan.
La incorporación de alumnos extranjeros a nuestro
Sistema Educativo es un reto que supone un esfuerzo mayor para
cumplir con sus objetivos. Se ha de dar una respuesta eficaz a
las necesidades que estos alumnos y alumnas presentan. Es
necesaria su pronta integración, asimilándolos
desde su cultura a unos valores comunes a todos, contenidos en
nuestra Constitución. Sin perder de vista la base sobre la
cual descansa la idea de Europa, Libertad, Humanismo y
Solidaridad. Es por ello necesario que exista en cada Centro
educativo un Plan de Apoyo a la Integración, que posea los
mecanismos necesarios para dar una pronta respuesta a la
incorporación de alumnos y alumnas que desconocen nuestra
lengua y cultura. No ha de ser una medida extraordinaria, sino
contenida dentro de la programación normalizada, dirigida
a dar soluciones a nuevos planteamientos educativos, dentro del
ámbito de autonomía pedagógica que los
Centros tienen atribuidos.
El Plan de Apoyo a la Integración es una
respuesta educativa que surge desde la previsión
programada en los Centros para atender la recepción de
estos alumnos, siendo desarrollada y adaptada a sus
características y procedencia. Así la
recepción de nuevos alumnos y alumnas con desconocimiento
de nuestra lengua y costumbres, está homogeneizada para
todos los Centros y dentro de las medidas ordinarias previstas
por el Sistema Educativo.
Para desarrollar todas estas acciones de forma
satisfactoria es necesaria la existencia de un sistema evaluador
de la práctica docente, que perciba donde están
aquellas causas que impiden su correcta aplicación,
delimitarlas y conocer sus consecuencias, pudiendo, gracias a
todo ésto, elaborar correcciones que perfeccionen las
actividades planificadas. La evaluación no se
realiza para ir acumulando información, sino para
indicarnos si estamos trabajando por el buen camino y como fuente
de conocimiento, que sugiera continuas conclusiones de
cómo realizar mejor la tarea educativa que un Centro
docente tiene encomendada.
La evaluación de la práctica docente es un
mecanismo de reflexión, del Claustro en su conjunto, de un
Departamento, de cada profesor y de toda la Comunidad Educativa.
Es un instrumento que permite mejorar todas las actividades
pedagógicas desarrolladas.
La evaluación continua permitirá
adaptarnos a todos los cambios que surjan, pues no todos los
alumnos son iguales, ni los grupos, tampoco se incorporan al
Centro siempre el mismo tipo de alumnos, y la sociedad que nos
acoge está en un cambio de rapidez vertiginosa.
Si no queremos quedarnos desfasados, hemos de dar una
respuesta válida a cada momento cambiante y a las
situaciones varias que éstos nos deparan.
La finalidad última de la educación es
conseguir personas plenamente desarrolladas, aptas para asumir
sus responsabilidades en una sociedad libre, conscientes de sus
posibilidades y con ilusión en un futuro mejor, más
humano, es decir más libre, justo y solidario. Conocedores
además de sus derechos, que participen en la
construcción de una sociedad más
desarrollada.
Todo proceso educativo se hace estéril si no
asume la transmisión de valores, quedando en una
fría transmisión de conocimientos. Se
forman personas, ciudadanos, a la par que se capacita
profesionalmente. Es por lo que se hace necesaria una
metodología y organización en la educación
de valores que se pretende realizar.
Es necesaria por consiguiente una Programación en
Valores que acompañe al Plan Anual de Centro, y a todas
las iniciativas anteriores, pues contiene toda la esencia de la
labor educativa que se quiere desarrollar con los alumnos y
alumnas. En esta Programación se recogen los valores
considerados prioritarios, su definición,
secuenciación y proceso metodológico de
transmisión. La educación en el Centro ha de estar
en todo momento empapada de ellos.
El clima donde se desarrolle el proceso educativo es
fundamental para que obtenga éxito y cumpla con los
objetivos plenamente que tienen recogidos en sus Finalidades, o
Principios educativos. Se ha de posibilitar que exista en el
Centro un ambiente que posibilite la relación, el estudio,
y sobre todo la educación en valores. Es necesario que sea
prevista toda perturbación que pueda surgir en el futuro,
evaluar las presentes y proponer soluciones a las ya existentes.
Es un trabajo en el cual se ha de involucrar toda la Comunidad
Educativa, convirtiéndose en actores reales de un espacio
donde los auténticos valores que funcionan son los
contenidos en la Programación en Valores. Su
reproducción en el Centro educativo es el sistema a
través del cual será asimilados por los alumnos y
alumnas. Los valores han de ser puestos en práctica en
todo momento, por lo que se ha de observar que así sea, y
los factores e impedimentos que hacen no sea posible su presencia
en las relaciones educativas y en las actitudes diarias de los
alumnos, padres, madres y profesores/as.
Esté recogida o no en la nueva legislación
educativa, es necesaria la existencia de un órgano que
implique a toda la Comunidad Educativa, siendo útil la
continuidad de la Comisión de Convivencia, Junta de
Convivencia o como se le quiera llamar. En esta obra se
continúa denominando Comisión de Convivencia,
aunque su composición y funciones se adapten a las
características de cada Centro y esté supeditada a
la legislación presente. Las funciones y actividades
encomendadas en este trabajo completan a todas ellas, siendo
útiles en cualquier entorno legislativo, nacen de la
experiencia, la lógica y facilita el proceso
educativo.
Se hace referencias en esta obra a la Junta de Tutores.
Está constituida por los tutores de los distintos grupos
de alumnos, más el orientador. Es un órgano de
participación y planificación ideado por mí
para intervenir en la vida académica de los Centros
Educativos. Coordina la acción tutorial, participa en las
actividades extraescolares, y cualquiera de índole
organizativo donde intervengan los alumnos. Esta presidida por el
Director o el Jefe de Estudios, sirve para programar acciones
educativas para cada grupo, de acuerdo a sus singularidades, pero
manteniendo un principio común de actuación.
Interviene en todas las actividades anteriormente
descritas.
Es necesario, para que todas las estrategias
desarrolladas tengan éxito, que haya una gran
coordinación entre los departamentos. Todas las acciones
que se lleven a cabo se verán potenciadas si se
actúa conjuntamente.
Esta obra está pues estructurada en los apartados
que recogen las consideraciones arriba expresadas. Las Pruebas
Iniciales de Centro, Plan de Trabajo de los Equipos Educativos,
Plan de Apoyo para la integración de alumnos inmigrantes,
la Evaluación de la práctica docente,
la Convivencia Escolar y la previsión de conflictos, la
Programación en valores y la mejora en la
coordinación entre los departamentos didácticos,
son los capítulos que desarrollan la propuesta
pedagógica aquí contenida.
Espero que este libro sea útil para
todo aquel que quiera mejorar nuestro sistema
educativo.
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