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Proverbios con sabiduría




Enviado por Agustin Fabra



  1. Introducción
  2. Libro
    de los proverbios
  3. Recomendaciones de la
    sabiduría
  4. La
    gran colección salomónica
  5. Proverbios de los sabios
  6. Proverbios de sabios
    árabes
  7. Proverbios numéricos
    30:15-33
  8. La
    mujer ideal 31:10-31
  9. Conclusión
  10. Vocabulario

INTRODUCCION

Debido a una antigua tradición piadosa, durante
muchos Siglos, el llamado Cantar de los Cantares, así como
los Libros de los Proverbios, del Eclesiastés, de la
Sabiduría, y otros Libros de Salmos y de Odas, fueron
atribuidos a la autoría de Salomón, personaje a
quien cita la Biblia como hijo y sucesor del rey David, dotado de
una gran sabiduría, así como de una gran habilidad
para las relaciones diplomáticas. Fue el constructor del
primer gran templo de Yahvé en Jerusalén, y
también el último rey en común de todas las
tribus israelitas.

Sin embargo, en el caso de todas estas obras, los
estudiosos bíblicos ya han determinado que esta
atribución, casi seguramente, no es ninguna otra cosa sino
un artificio literario, destinado a exaltar, por una parte, la
gran inteligencia legendaria del mencionado rey, y, por otra,
tratar de aumentar la autoridad de los escritos, al atribuirlos a
un autor conocido, ilustre en razón de su realeza, y, por
añadidura, notable y destacado en el campo del
conocimiento.

Dado que a lo largo del texto aparecen algunas palabras,
nombres propios o conceptos antiguos o que no son frecuentes en
la actualidad, al final de este estudio, concretamente en la
página 13) aparece una lista con la definición de
cada una de esas palabras, las cuales aparecen subrayadas en el
texto general.

LIBRO DE LOS
PROVERBIOS

Presentación

El Libro de los proverbios toma su nombre de su primer
versículo: "Los proverbios de Salomón, hijo de
David
". Salomón no fue el verdadero autor de los
Proverbios, sino que es una compilación de sabios
proverbios de numerosas colecciones anteriores. Salomón
fue el "modelo" de la tradición sapiencial judía.
Tal atribución se debe a que la tradición israelita
consideraba a aquel célebre rey como el "sabio" por
excelencia. Según el primer libro de los Reyes, él
"pronunció tres mil máximas" (1 Rey. 5.
12) y su sabiduría "superaba la de todos los
Orientales y toda la sabiduría de Egipto"
(1 Rey. 5.
10).

Algunas partes del Libro de los Proverbios se remontan a
los antiguos proverbios de Egipto y de Mesopotamia que fueron
adaptados por los sabios judíos para instruir a los
jóvenes. Otras partes provienen de colecciones hechas por
maestros para educar a los estudiantes en la corte real o en sus
propias escuelas. Alrededor del año 440 A.C., estos y
otros refranes fueron editados en el Libro de los Proverbios por
un sabio cuyo nombre se desconoce.

Gran parte del libro consiste en recitar refranes y
proverbios que apenas se conectan entre sí. Hay algunas
secciones que desarrollan temas de una manera antigua, como el
"Poema Acróstico de la Mujer Perfecta"
(31:10-31). Muchos de los proverbios se refieren a la
sabiduría secular y detalles mundanos de la vida
cotidiana, pero se deja en claro que cada proverbio es la base de
la creencia religiosa: "El temor a Yahvé es el
principio de la sabiduría"
(1:7).

En los proverbios la expresión más
frecuente y característica es el aforismo o dicho breve y
agudo, que encierra una verdad útil para la vida. En
algunos pasajes del libro de los Proverbios, como en otros Libros
sapienciales del Antiguo Testamento, se perciben notables
influencias de la antigua sabiduría egipcia y oriental, e
incluso se encuentran en él varias sentencias de dos
sabios árabes: Agur (30:1-14) y Lemuel (31:1-9). Esto pone
de manifiesto el aprecio que tenia Israel por aquella
sabiduría ancestral y su capacidad para asimilarla
creativamente, haciéndola compatible con las exigencias de
su propia fe.

La visión teológica expresada en el Libro
es relativamente sencilla. El Señor es el creador del
mundo y todo lo ha hecho con sabiduría. Las huellas de esa
sabiduría divina han quedado grabadas en cada una de sus
obras. Por lo tanto, aquel que ponga todo su empeño en
abrir los ojos a la realidad que lo rodea, encontrará el
camino que lo lleva a la vida y lo libra de la muerte. Lo
importante es buscar el orden establecido por Dios en el mundo y
vivir en conformidad con él. Pero la adquisición de
la sabiduría presupone ciertas condiciones morales. Una
actitud específicamente sapiencial es prestar
atención a las advertencias y exhortaciones de los sabios,
que son los portadores de una experiencia acumulada a
través de los siglos.

El ideal de estos sabios es descubrir y enseñar
el arte de vivir bien. Lo que más les preocupa es guiar al
individuo hacia la felicidad y el éxito en esta vida.
Ningún aspecto de la actividad humana es indigno de su
atención. De ahí que las personas de toda
condición social encuentren en los Proverbios consejos
adecuados a su edad o profesión: reyes y gobernantes,
jueces y comerciantes, hombres y mujeres, pobres y ricos,
jóvenes y ancianos. Con frecuencia se alude a las
relaciones entre padres e hijos, entre marido y mujer, entre
patrones y servidores. Su reflexión se extiende al
ámbito religioso, moral, político y social, con el
fin de encontrar para cada circunstancia una norma
práctica fundada en la sabiduría.

Este Libro se abre y se cierra con una alusión al
"temor del Señor" (1:7 y 31:30), entendido como
una actitud a la vez filial y reverencial con respecto a Dios,
que no sólo es el creador del mundo, sino también
el Dios de la Promesa y de la Alianza. El "temor de
Dios
", es el principio y la coronación de la
sabiduría por la que debe regirse toda la conducta
humana.

Otro aspecto importante es el énfasis puesto en
el éxito personal como motivación del
comportamiento moral. Esta motivación, lo mismo que la
idea de una retribución meramente terrena de las acciones
humanas, ha quedado superada por el Evangelio. Pero hay otras
riquezas de los Proverbios que mantienen plena vigencia: el amor
a la sabiduría, la preocupación por encontrarla y
llevarla a la práctica en circunstancias concretas de la
vida, la fe en la justicia de Dios y en el gobierno divino del
mundo son valores permanentes y asumidos por el cristianismo. De
hecho, el Nuevo Testamento contiene numerosas citas del libro de
los Proverbios; entre ellas, merece destacarse la que se refiere
a la actitud paternal con que Dios corrige a sus hijos
(Heb.12:5-6 > Prov. 3:11-12).

La enseñanza de los proverbios sin duda ha sido
ya superada por la enseñanza de Cristo, Sabiduría
de Dios, pero algunas de las máximas anuncian ya la moral
del Evangelio. Debemos también recordar que la verdadera
religión únicamente se edifica sobre una base de
honradez humana, y el uso que el Nuevo Testamento hace del Libro
de los Proverbios (catorce citas y más de veinte
alusiones) impone a los cristianos el respeto al pensamiento de
esos antiguos sabios de Israel.

Finalidad del Libro de los
Proverbios

Desde el principio del Libro (1:1-7), su
autor nos deja muy en claro cuál es la finalidad de su
obra:

Autor: 1 Proverbios de
Salomón, hijo de David, rey de Israel.

Para:

2 Conocer la sabiduría y la
instrucción, para entender las palabras
profundas,

3 Obtener una instrucción
esmerada–justicia, equidad y rectitud,

4 Dar perspicacia a los incautos, y al
joven, ciencia y reflexión,

6 Entender los proverbios y sentencias
agudas, las palabras de los sabios y sus enigmas.

Recomendación:

5 Que escuche el sabio, y
acrecentará su saber, y el inteligente adquirirá el
arte de dirigir.

Advertencia:

7 El temor del Señor es el comienzo
de la sabiduría; los necios desprecian la sabiduría
y la instrucción.

División del Libro de los
Proverbios

Independientemente del título y del
propósito de la obra (1:1-7), las distintas secciones en
las que está dividido el Libro de los Proverbios son las
siguientes:

a.

Recomendaciones de la
Sabiduría

1:8

al

9:18

b.

Primera colección
salomónica

10:1

al

22:16

c.

Colección de los
sabios

22:17

al

24:22

d.

Otros proverbios de los
sabios

24:24

al

24:34

e.

Segunda colección
salomónica

25:1

al

29:27

f.

Palabras de Agur

30:1

al

30:14

g.

Proverbios
numéricos

30:15

al

30:33

h.

Palabras de Lemuel

31:1

al

31:9

i.

La mujer ideal

31:10

al

31:31

La explicación de cada una de las secciones es la
siguiente:

La primera y la segunda colección
salomónica son atribuidas a Salomón y son las
partes más antiguas del Libro. Sin embargo, los proverbios
de la segunda colección son más antiguos que las de
la primera colección y fueron recopiladas por los hombres
de Ezequías hacia el año 700 A.C. Se da por seguro
que los proverbios de la primera colección fueron escritos
en la época de Salomón. Sin embargo, como estas dos
colecciones formaban el núcleo del Libro, le dieron su
nombre: "Proverbios de Salomón". Pero no hay que
tomar al pie de la letra su título para todo el Libro ya
que también abarca la obra de sabios anónimos, que
se inspira en las máximas egipcias de Amenemope, escritas
al principio del primer milenio antes de nuestra era.

La parte central del Libro (10 al 29) está
escrita antes del Destierro, pero la fecha de los
capítulos 30 al 31 es dudosa. En cuanto al Prólogo
(1 al 9), seguramente es posterior; su contenido y sus conexiones
literarias con los escritos posteriores al Destierro permiten
fijar su composición en el siglo V a.c. Este parece haber
sido también el momento en que la obra adquirió su
forma definitiva.

Como el Libro representa varios siglos de
reflexión de los sabios, vemos en él un progreso
doctrinal. En las dos antiguas colecciones (salomónicas)
predomina un tono de sabiduría humana y profana que puede
desconcertar al lector cristiano. Aún así, ya en
ellas, uno de cada siete proverbios tiene carácter
religioso. Se trata de la exposición de una
teología práctica: Dios premia la verdad, la
caridad, la pureza de corazón y la humildad, y castiga los
vicios opuestos.

La fuente y resumen de todas esas virtudes es la
sabiduría, que es temor de Yahvé (15:16 y 33 / 16:6
/

22:4) y sólo en Yahvé se ha de confiar
(20:22 / 29:25). La primera parte ofrece idénticos
consejos de sabiduría humana y religiosa; insiste en
faltas que los antiguos sabios silenciaban: el adulterio y las
relaciones con la mujer ajena (2:16 s. / 5:15 s.). El
epílogo manifiesta igualmente un mayor respeto por la
mujer (31:10 s.). Y el prólogo da una enseñanza
ordenada sobre la sabiduría, su valor, su valor de
guía y moderador de las acciones (1:8 / 9:18). La
sabiduría misma toma la palabra, hace su propio elogio y
define su relación con Dios, en quien está desde la
eternidad y a quien asistió cuando Dios creó el
mundo (8:22-31). En resumen, los Proverbios deben aconsejarnos en
las decisiones que diariamente debamos tomar en nuestra
vida.

Seguidamente analizaremos los diferentes Proverbios,
agrupándolos por temas y tratando de aclarar aquellos
puntos que por su redacción puedan considerarse de
difícil interpretación.

RECOMENDACIONES
DE LA SABIDURIA

Las malas compañías
1:8-19

Estos proverbios son una advertencia de un padre a su
hijo acerca del peligro que representan las malas
compañías y su influencia. Es de destacar que el
versículo 16 ("porque sus pies corren hacia el mal y
se apresuran a derramar sangre")
ha sido tomado de
Isaías 59:7. El significado del versículo 17
("es inútil tender redes a la vista de los
pájaros")
es que las aves evitan la red si han visto
al cazador poniéndola; así también el joven,
avisado de los peligros que corre, sabrá
evitarlos.

Pregón de la sabiduría
1:20-33

Es una invitación a convertirse hoy; una
exaltación a la sabiduría y un llamado de Dios a
todas las personas para que abandonen su inexperiencia y su
pasividad y que actúen en base a la sabiduría. En
estos proverbios hay una advertencia de Dios a todos aquellos que
desprecien la sabiduría y que desprecien sus advertencias.
Pero también anuncia seguridad y tranquilidad para los que
oigan el llamado de Dios para basar su vida en la
sabiduría y en el temor de Dios. En los versículos
20 y 21 la sabiduría personificada recorre las calles y
busca a los habitantes para proponerles su enseñanza,
denunciando la despreocupación y la falsa
seguridad.

Beneficios de la sabiduría
2:1-22

El autor recomienda atender a la sabiduría y a la
prudencia y alejarse de lo mundano y de sus engaños y
peligros, ya que toda sabiduría procede de Dios. La
persona debe ser dócil al consejo y a las
enseñanzas de los mayores y así resistir al llamado
del pecado y de los vicios. Al final de este capítulo el
autor confirma la vida que le espera al que obedece la rectitud y
prudencia en su vida, fruto de la sabiduría, y la promesa
de que los malvados serán arrancados de la
tierra.

La adquisición de la sabiduría
3:1-12

En estos versículos se recuerdan las
disposiciones que conducen a la sabiduría: humildad, estar
dispuesto a sacrificar lo que Dios nos exija y no desanimarse
cuando Dios nos corrija; es decir, cuando vengan las pruebas.
Así nos lo recuerda después en Hebreos 12:5-6 al
decir: "Hijo mío, no menosprecies la corrección
del Señor, ni te desanimes al ser reprendido por El, pues
a quien ama el Señor le corrige y azota a todos los hijos
que reconoce
". Vivir a nuestro antojo o según nuestra
fantasía, trae toda clase de desgracias.

La felicidad del sabio 3:13-35

Después de que el autor alaba a quien ha
encontrado sabiduría y es prudente (3:13-18), le pide que
siga conservando esos dones ya que serán su tranquilidad
continua en su vida y Dios estará por siempre a su lado
librándole de cualquier trampa que quieran tenderle
(3:21-26). Hacia el final de este capítulo recomienda que
nunca se le niegue un favor a quien lo necesita (3:27-28) ni
trates de ganar tiempo hablándole del mañana al
necesitado; su necesidad es para aquel mismo momento. Estos
versículos son el primer paso hacia la ampliación
del precepto evangélico del amor cristiano que Mateo nos
describe en su Evangelio: "… pues yo os digo: amad a
vuestros enemigos y rogad por los que os persigan"
(5:44).
En los últimos versículos, del 29 al 35, nos
recalca que por ningún motivo queramos mal alguno ni
busquemos pleitos con nadie, y mucho menos envidiemos al que es
violento; incluso Dios les aborrece. Por impíos se
designaba a aquellos que eran violentos, perversos, malvados,
arrogantes o necios y para los israelitas siempre era motivo de
escándalo.

Elección de la sabiduría
4:1-27

Los versículos del 1 al 6 son nuevamente un
recordatorio de que a través de las enseñanzas
paternas se llega a la sabiduría y a la inteligencia, con
un énfasis especial en que mientras no la abandones, la
misma sabiduría velará por ti. El primer paso en la
práctica de la sabiduría es estar convencido de que
su adquisición se impone y exige sacrificios; hay que
trabajar para conseguirla, pero una vez la has adquirido y dejas
que ella se abra camino en tu propia personalidad, la propia
sabiduría te recompensará (4:7-9). Entre los
versículos 10 al 27 se repiten las advertencias para no
salirse de la sabiduría ya adquirida y actuar siempre de
manera franca, evitando la asociación con personas
impías, alejándose del mal.

La mujer extraña 5:1-14

El autor aconseja en estos versículos que se
evite a la mujer perversa pues con ardides y engaños los
llevará a una vida perdida, llena de libertinaje,
alejándole incluso de los caminos de Dios. Y cuando sea
viejo se dará cuenta de ello y se lamentará, pero
ya será tarde.

La mujer propia 5:15-23

En el primer versículo está la
recomendación del autor para el resto de este
capítulo: "Bebe el agua de tu aljibe, los raudales de
tu pozo
". Con ello se designa a la legítima esposa,
se condena el adulterio (5:16) y se contrapone aquí el
elogio de la fidelidad conyugal y de la legítima mujer. El
hombre debe responsabilizarse de su vida conyugal, sin
ningún tipo de desviaciones. El hombre debe aprender a
valorar la intimidad de su matrimonio y a ser capaz, al cabo de
muchos años, de seguir siendo el novio de su
esposa; estar siempre enamorado de ella.

La fianza imprudente 6:1-5

La fianza era una vieja costumbre en Israel. Los
proverbios más antiguos previenen contra sus abusos. Por
el contrario, más tarde Ben Sirá (autor del
Eclesiástico ó Sirácides) recomendará
la fianza como obra de caridad.

El perezoso y la hormiga 6:6-11

En los distintos escritos sapienciales la naturaleza
aparece frecuentemente como maestra de sabiduría o como
una de las fuentes más apreciadas. Por eso la
observación y el conocimiento de los fenómenos y
procesos naturales constituyen un componente esencial del bagaje
del sabio. En otras palabras, el autor pide que el observador se
acerque a la abeja y que observe su laboriosidad y la importancia
de su obra, de cuyo resultado tanto el Rey como el pueblo
disfrutarán para su salud. Aunque la abeja es débil
de fuerza, se distingue por su laboriosidad y sabiduría.
Por eso en los versículos 9 al 11 el autor critica al
perezoso y le advierte que de seguir así le llegará
la pobreza.

El insensato 6:12-15

En estos versículos podemos ver la manera de ser
de la persona que delinque y que su comportamiento no es el
correcto y finaliza diciendo cómo será su final, de
continuar con el camino que ha tomado.

Lo que Yahvé detesta 6:16-19

Parece que la ubicación de estos
versículos está fuera de lugar, ya que
deberían estar incluidos en los Proverbios
Numéricos (30:15 y siguientes). Se refiere a lo que
Yahvé aborrece en el comportamiento de cualquier
persona.

Advertencias sobre el adulterio
6:20-35

Estos versículos son continuación del
versículo 23 en el capítulo 5, ya que se trata de
nuevo del discurso paterno, esta vez como advertencia sobre el
adulterio y sus consecuencias, el cual trae consigo una vida de
mentiras y de mucha esclavitud. La mujer adúltera es
más peligrosa que la prostituta ya que ésta se
conforma con una remuneración, pero la adúltera va
en busca de alguien de valía y, cuando la encuentra y la
seduce, hay que sacrificarle a ella la vida entera. El autor
compara al adúltero con el ladrón, ya que
éste deberá restituir el doble de lo robado,
mientras que el adúltero no podrá enmendar su vida
bajo ninguna indemnización.

La seducción 7:1-27

Sigue en este capítulo entero el padre
advirtiendo al hijo, esta vez en cuanto a la seducción,
sus tentaciones, vanas ilusiones y amargas
consecuencias.

Discurso de la Sabiduría 8:1-11

Aquí la Sabiduría habla de nuevo como si
fuese un vendedor ambulante. Son las palabras contenidas en la
Biblia, llenas de sabiduría y que contienen mensajes de
Dios que dan vida al hombre si se saben cumplir. También
Jesús lo confirma después diciendo que la Palabra
de Dios es una semilla para nuestro recto proceder en esta
vida.

La Sabiduría se elogia a sí misma
8:12-21

La propia Sabiduría alaba su prudencia y
discreción, augurándoles además los
beneficios y el buen proceder de quienes la siguen.

La Sabiduría creadora 8:22-31

La idea de la sabiduría personificada se
desarrolló en Israel después del destierro, cuando
el politeísmo dejó de ser una amenaza para la
verdadera religión. Aquí la propia Sabiduría
se nos presenta como una persona y nos revela su origen (22-26) y
la parte activa que toma en la creación (27-30) y su
relación con Dios (30-31).

El término hebreo "amôn, que
identifica al artesano (y por extensión al
aprendiz), es tomado por algunos estudiosos
bíblicos, incluso por Justino, para identificar a Cristo
en el inicio de los tiempos.

Invitación apremiante 8:32-36

De nuevo la insistencia del autor en su llamado a seguir
una vida de sabiduría (32-35), y la advertencia a quien
opta por no seguirla (36).

Invitación de la sabiduría
9:1-6

En estos versículos se observa con mayor claridad
la figura de Cristo. En primer lugar tenemos la casa con siete
columnas, como la de una familia de la nobleza o incluso un
edificio sagrado (1). La invitación al banquete (2-6) la
encontramos en Mateo 22:4, cuando se llama a todos para que
cambien de vida. El banquete al que la Sabiduría invita a
compartir serán un día el Cuerpo y la Sangre de
Jesús (Juan 6).

Contra los cínicos 9:7-12

Son una serie de dichos que interrumpen el pretendido
contraste entre los banquetes de la señora
Sabiduría y la señora Necedad. En ellos comprobamos
que en lugar de intentar corregir al cínico, es preferible
encaminar al sabio y al justo, puesto que todos ellos
aumentarán aquello que llevan en sí mismos: el
sabio y el justo sus virtudes, mientras que el cínico su
propio cinismo.

Invitación de la necedad
9:13-18

Aquí se personifica la necedad y se contrapone su
actividad a la de la sabiduría. El sentido está muy
claro: así como hay dos caminos, el del bien y el del mal,
también hay dos llamamientos para el hombre; dos banquetes
al que se le invita, al de doña Sabiduría y al de
doña Necedad; es la propia persona llamada la que debe
elegir a cuál desea asistir.

LA GRAN
COLECCIÓN SALOMONICA

Los proverbios de Salomón (I) 10:1 al
22:16

Los proverbios de Salomón (II) 25:1 al
29:27

Esta es la parte más antigua del Libro de los
Proverbios, escrita antes del Destierro. No aparece orden alguno
en esta colección a no ser algunas afinidades, aunque a
veces sólo superficiales. Estos proverbios, por ser
Palabra de Dios tendrán siempre un valor de advertencia y
serán una gran fuerza pedagógica. Pero no debemos
olvidar que también son palabras de hombres; son granos de
sabiduría recogidos por un pueblo antiguo a raíz de
experiencias distintas a la nuestra.

A lo largo de los capítulos estos proverbios
señalan las cualidades propias del hombre
responsable:

? Previsor, dueño de sí mismo
y perseverante en su conducta

? Prudente y que no confía en
cualquiera

? Justo y que sabe perdonar.

? Dueño de su lengua.

? Sabe corregir a sus hijos.

La segunda parte de los proverbios salomónicos es
continuación de la primera, separadas ambas por proverbios
de los sabios (22:17 al 24:34). Sin embargo la segunda parte
incorpora diferencias sensibles, como las agrupaciones
temáticas y la profusión de símiles y
metáforas.

Aunque esos proverbios son atribuidos a Salomón,
quien compuso tres mil proverbios y su cancionero
contenía mil y cinco canciones
(1 Reyes 5:12) y que
fue siempre tenido por el sabio más grande de Israel, el
tono de los Proverbios es demasiado anónimo para que sea
posible atribuir con seguridad qué proverbios son
realmente suyos. Lo que sí es cierto es que no se puede
dudar que el conjunto de proverbios contenidos en este Libro se
remonta a su época. Como estas dos colecciones formaban el
núcleo del Libro, le dieron su nombre.

PROVERBIOS DE LOS
SABIOS

Primera Colección 22:17 al 24:22

Segunda Colección 24:23 al 24:34

Estas dos colecciones abarcan proverbios de sabios
anónimos y el autor o autores se inspiraron en las
máximas egipcias de Amenemope, escritas al comienzo del
primer milenio antes de nuestra era.

Esta primera colección se caracteriza por la
agrupación de proverbios en unidades temáticas y
por el predominio de la instrucción. Como se
mencionó en el párrafo anterior, este conjunto de
proverbios presenta notables semejanzas con la obra egipcia
Instrucción de Amenemope, e incluso hay quien
detecta también alguna dependencia en la obra aramea
Sabiduría de Ajícar.

La segunda colección empieza con el
versículo "también esto pertenece a los
sabios"
(24:1) lo cual significa que es el complemento de la
primera colección.

PROVERBIOS DE
SABIOS ARABES

La sabiduría extranjera era muy estimada en
Israel, como es el caso del texto de Agur y de Lemuel, a quienes
se tuvo en cuenta al momento de compilar el Libro de los
Proverbios.

Palabras de Agur 30:1-14

El propio autor se denomina como Agur, hijo de
Jaqué, de Masá. Sin embargo los traductores de la
Vulgata no vieron aquí muestras de nombres propios y por
ello interpretaron así el título: "Palabras del
que reúne, hijo del que vomita
". No existe ninguna
certeza de que Agur realmente hubiese sido alguien real y por
ello tradujeron las palabras del siguiente modo: Agur (el que
reúne
), Jaqué (el que vomita).
Masá era el nombre de una tribu ismaelita del norte de
Arabia.

Sin embargo la traducción presenta muchas
dificultades y el significado de las palabras puede variar en
función incluso de su pronunciación. Algunos
intérpretes sugieren que la traducción real es:
"Me he cansado, oh Dios, me he cansado y estoy agotado",
mientras que en la Vulgata se tradujo así:
"Visión que dijo el hombre con quien está Dios
y que, permaneciendo Dios con él, reconfortado
dijo
…". Pero el texto griego lo traduce de esta
forma: "Mira lo que dice el hombre a los que creen en Dios, y
yo me detengo
".

Palabras de Lemuel 31:1-9

Lemuel indica ser también de la tribu de
Masá, al igual que Agur. Ambos eran, por consiguiente
árabes y la sabiduría de los hijos de
Oriente
y de Egipto gozaba de fama entre los israelitas (1
Reyes 5:10), sólo superada por la de Salomón. Sus
enseñanzas provienen de su propia madre, tal como Lemuel
expresa.

PROVERBIOS
NUMERICOS 30:15-33

El proverbio numérico participa a la vez de la
máxima, del enigma y de la comparación. Este
procedimiento literario se halla atestiguado en la literatura
hebrea desde la época profética, y aparece a
través de toda la literatura sapiencial.

Aquí muestra un interés particular por las
maravillas de la naturaleza y las costumbres de los
animales.

LA MUJER IDEAL
31:10-31

Es un poema alfabético en el cual si se toma la
primera letra de cada verso y en algunos casos los de cada
estrofa, se tiene el alfabeto hebreo de la antigüedad
(álef, bet, yov, kad, sámek, etc.). La
expresión hebrea, que el griego y la Vulgata traducen
literalmente como "mujer fuerte", evoca a la vez la
eficacia y la virtud. El modelo que propone es el da eficaz
administradora de una hacienda rural, que desarrolla

con eficiencia ejemplar sus funciones y competencias,
tradicionalmente desempeñadas por el marido en la sociedad
israelita de la época.

Este final fue puesto como conclusión del Libro
como una alabanza a la mujer inteligente que, además,
respeta a Dios. Ella logra la paz espiritual y su propia
felicidad, dentro de sus numerosos quehaceres
materiales.

CONCLUSION

La enseñanza de los Proverbios está ya sin
duda superada por la de Cristo, Sabiduría de Dios, pero
algunas de las máximas anuncian ya la moral del Evangelio.
Debemos recordar también que la verdadera religión
únicamente se edifica sobre una base de honradez humana, y
el uso frecuente que el Nuevo Testamento hace de este libro
(catorce citas y una veintena de alusiones) impone a los
cristianos el respeto al pensamiento de esos antiguos sabios de
Israel.

"Escucha, hijo mío, la
instrucción de tu padre, no olvides la enseñanza de
tu madre; pues serán hermosa corona en tu cabeza y
gargantilla en tu cuello"

Proverbios 1:8-9

Monografias.com

Nota: En la siguiente página se
detalla el vocabulario.

VOCABULARIO

AFORISMO Sentencia breve o doctrinal. AGUR
Sabio árabe de Masá.

AMBAGES Rodeo de palabras. Caminos
intrincados. AMENEMOPE Faraón de la Dinastía
XXI

ANALOGIA Relación de semejanza entre
cosas distintas. COMPILACION Reunión de distintas partes
de un texto. DESTIERRO Salida de los judíos hacia
Babilonia (598 a.C.)

DEUTEROCANONICO Libros de la Segunda
Colección
o Canon Alejandrino. No estaban
incluidos en la Tanak judía.

EPITOME Resumen o compendio de una obra
extensa.

ESTOICO Fuerte ante la desgracia. EXEGETA
Intérprete de textos antiguos.

EXODO Salida de los judíos desde
Egipto (1,250 a.C.) EZEQUIAS Rey de Judá (hacia 716-687
a.C.)

HELENISTA Cultura de la Grecia antigua.
INDUCCION Efecto de instigar o persuadir. INTELECTIVO Que tiene
la virtud de entender. LEMUEL Rey de Masá, en
Arabia.

MAXIMAS Doctrina para dirigir las acciones
morales. PLATONICO Idealmente, con desinterés, de modo
honesto. PROSELITO Persona convertida a una determinada
religión o secta. PROVERBIOS Colección de
proverbios sapienciales (443 a.C.)

SABIDURIA Libro dedicado a Salomón,
por su sabiduría, aún cuando fue escrito alrededor
del año 50 a.C. por un judío residente
en

Alejandría. SAPIENCIAL Relativo a la
sabiduría. SECULAR Que dura desde hace siglos.

SEPTUAGINTA Antigua Biblia griega
alejandrina traducida del arameo y del hebreo por 72 traductores
(275 a.C.).

TANAK Recopilación de libros
judíos: Toráh (Ley), Nevi"im (Profetas)
y

Ketubím (Escrituras)

TEMOR En el Antiguo testamento tener temor
a Dios significaba tenerle un amor lleno de respeto.

 

 

Autor:

Agustin Fabra

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