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Las “externalidades” de la globalización: ¿Cuán peligrosa es la economía global? (página 5)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10

Esto refleja la ausencia de
instituciones políticas adecuadas en el centro. La
Unión Europea nos ha enseñado lecciones valiosas en
las últimas décadas: primero, que la
integración financiera requiere la eliminación de
la volatilidad entre monedas nacionales; después, que
acabar con los riesgos cambiarios exige eliminar las monedas
nacionales por completo; y ahora, que la unión monetaria
es imposible entre democracias si no hay una unión
política.

Se debió haber previsto que la parte
política de la ecuación llevaría tiempo para
adaptarse. Es fácil culpar a los políticos europeos
por falta de liderazgo. Sin embargo, no hay que subestimar la
magnitud del proyecto que los gobiernos europeos
emprendieron.

De hecho, el ejemplo análogo más cercano
es la propia experiencia de los Estados Unidos en la
creación de una República Federal. Como muestra
está la larga lucha de ese país por los "derechos
de sus estados" -y de hecho la propia Guerra Civil- construir una
unión política a partir de entidades autogobernadas
es un proceso difícil y lento.

Los Estados aprecian naturalmente su soberanía.
Peor aún, la propia unión económica puede
avivar la llama del nacionalismo y poner en riesgo la
integración política. Pone mucha presión en
las instituciones de cada país (por ejemplo la
presión en los Estados de bienestar de Europa), alimenta
el resentimiento contra los extranjeros (para muestra
obsérvese los buenos resultados recientes que han tenido
los partidos antiinmigrantes), y hace que las crisis desde el
exterior tengan más oportunidades de desarrollarse y sean
más costosas (como lo demuestra claramente la
situación de ahora).

Desafortunadamente, tal vez ya sea
demasiado tarde para la eurozona, Irlanda y los países del
sur de Europa deben reducir la carga de su deuda y mejorar mucho
la competitividad de sus economías. Es difícil
imaginar cómo pueden alcanzar ambos objetivos y permanecer
en la eurozona.

Los rescates de Grecia e Irlanda son
sólo paliativos temporales: no sirven para reducir el
endeudamiento y no han evitado el contagio. Además, la
austeridad fiscal que prescriben retrasa la recuperación
económica. La idea de que las reformas estructurales y del
mercado laboral pueden dar lugar a un crecimiento rápido
es únicamente un espejismo. Por ello, la necesidad de
reestructurar la deuda es una realidad inevitable.

Aun si los alemanes y otros acreedores
aceptan una reestructuración -no a partir de 2013, como ha
pedido la canciller alemana Angela Merkel, sino desde
ahora—existe el problema adicional de restablecer la
competitividad. Este es un problema que comparten todos los
países deficitarios, pero que se agudiza en el sur de
Europa. Estar en la misma zona monetaria que Alemania
condenará a estos países a años de
deflación, desempleo elevado y trastornos políticos
internos. A estas alturas, salir de la eurozona podría ser
la única opción realista para una
recuperación.

La fragmentación de la eurozona
podría no significar su fin. Los países
podrían volver a adherirse y hacerlo de manera
creíble una vez que cumplan los requisitos fiscales,
normativos y políticos. Por el momento, es probable que la
eurozona haya llegado al punto en el que un divorcio en buenos
términos es una mejor opción que años de
deterioro económico y aspereza política.

(Dani Rodrik es profesor de Economía
Política de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la
Universidad de Harvard y autor de One Economics, Many Recipes:
Globalization, Institutions, and Economic Growth. Copyright:
Project Syndicate, 2010)

– Una estrategia de supervivencia para la zona del euro
(Project Syndicate – 16/12/10)

(Por Nouriel Roubini)

NUEVA YORK – Después de la crisis griega e
irlandesa y la propagación del contagio financiero a
Portugal, España y posiblemente Italia incluso, la zona
del euro está inmersa ahora en una crisis grave. Hay tres
posibles situaciones hipotéticas: "un arreglárselas
mal que bien" mediante el actual planteamiento de "prestar y
rezar"; "una desintegración", con reestructuraciones de la
deuda desordenadas y posible salida de los miembros más
débiles; y "una mayor integración", que
entrañaría alguna forma de unión
fiscal.

La hipótesis de
arreglárselas mal que bien -con financiación
facilitada a los Estados miembros con dificultades (condicionada
al ajuste fiscal y las reformas estructurales), con la esperanza
de que carezcan de liquidez, pero no de solvencia-es un
desequilibrio inestable. De hecho, podría conducir a la
situación hipotética de la desintegración
desordenada, si no se aplican pronto las reformas institucionales
y otras políticas encaminadas a una integración
más estrecha y el restablecimiento del crecimiento en la
periferia de la zona del euro.

La crisis comenzó con demasiada
deuda privada y demasiado apalancamiento, que pasó a ser
deuda y déficits públicos cuando la crisis y la
recesión desencadenaron el deterioro fiscal y se
socializó la mayoría de las pérdidas
privadas mediante rescates de los sistemas financieros.
Después, el Fondo Monetario Internacional y la
Unión Europea rescataron a Estados con dificultades y que
ya habían perdido el acceso a los mercados: Grecia e
Irlanda.

Pero nadie rescatará a esas
entidades suprasoberanas, si los Estados resultan insolventes.
Así, pues, la estrategia actual de seguir por esta
vía no tardará en llegar a sus límites y
será necesario un plan diferente para salvar la zona del
euro.

La primera reforma institucional reviste
la forma de una mayor dotación de recursos oficiales, lo
que equivale casi a una unión fiscal. Actualmente, los
recursos oficiales son suficientes para rescatar a Grecia,
Irlanda y Portugal, pero no para prevenir un pánico que se
autoalimente respecto de la deuda soberana y las obligaciones
financieras a corto plazo de España y otros miembros de la
zona del euro que podrían tener dificultades.

De modo que, aun cuando esos
países llegaran a aplicar las necesarias reformas fiscales
y estructurales, no por ello dejaría de ser necesario un
aumento de los recursos oficiales. Como los inversores nerviosos
no quieren ser los últimos de la cola en caso de
pánico, cuando los recursos oficiales son insuficientes,
una carrera apresurada y desordenada hacia la salida resulta
probable.

Aparte de una unificación fiscal
completa -o una variante de ella en forma de bonos de la zona del
euro-, ese aumento de los recursos oficiales habría de
hacerse mediante un Fondo Europeo de Estabilización Fiscal
muy ampliado y un mayor compromiso del Banco Central Europeo con
las adquisiciones de bonos a largo plazo y las operaciones de
liquidez para apoyar a los bancos. Como una cuasi unión
fiscal entraña la posibilidad de que las economías
nucleares de la zona del euro acaben rescatando
sistemáticamente las de la periferia, sólo una
perdida reglamentaria de la soberanía fiscal -un
compromiso creíble por parte de los países
periféricos con la soberanía fiscal a medio y largo
plazo- podría vencer la actual resistencia política
de Alemania y otros.

Pero ni siquiera una mayor dotación de recursos
oficiales es suficiente para contener los problemas de
insolvencia de Grecia, Irlanda y, posiblemente, Portugal y
España. Así, pues, un segundo conjunto de
políticas y reformas institucionales requiere que se
"trate" a todos los acreedores de los bancos y otras entidades
financieras, es decir, que deben aceptar pérdidas (o
"recortes") de sus reclamaciones. Es necesario para prevenir que
se incluya aún más deuda privada en los balances
estatales, lo que causaría un colapso fiscal. Si un
tratamiento ordenado de los acreedores preferentes y no
asegurados requiere un nuevo régimen transfronterizo para
cerrar los bancos europeos insolventes, se debería
aplicarlo sin demora.

Asimismo, las entidades suprasoberanas
no pueden seguir rescatando a Estados con dificultades no ya
carentes de liquidez, sino insolventes. Así, además
de un régimen de resolución ordenada para los
bancos, Europa debe apresurarse a aplicar también
reestructuraciones ordenadas de la deuda pública de
Estados con dificultades. Esperar hasta 2013 para aplicarlas,
como propone la Canciller alemana, Angela Merkel,
destruirá la confianza, pues entraña un recorte
mucho mayor de las reclamaciones privadas residuales a los
prestadores de deuda soberana.

Así, pues, las reestructuraciones
ordenadas y basadas en el mercado mediante ofertas de intercambio
deben hacerse en 2011. Dichas ofertas de intercambio pueden
limitar las pérdidas de los acreedores privados, si se
hacen prontamente. De ese modo, se pueden evitar los recortes
oficiales del valor nominal de la deuda mediante nuevos bonos que
incluyan sólo una ampliación del vencimiento y un
límite al tipo de interés que se fije por debajo de
los actuales tipos insostenibles del mercado. Si se aplazara la
reestructuración de las deudas, lo único que se
conseguiría serían acuerdos desordenados para la
refinanciación de la deuda y recortes muy profundos para
algunos acreedores privados.

Por último, Europa necesita
políticas que restablezcan la competitividad y el
crecimiento en la periferia de la zona del euro, donde el PIB
está aún contrayéndose (Grecia,
España e Irlanda) o creciendo apenas (Italia y Portugal).
Sin crecimiento, será difícil estabilizar las
deudas y los déficits públicos y privados como
proporción del PIB, el indicador más importante de
la sostenibilidad fiscal. Además, sin crecimiento, la
violenta reacción social y política contra la
dolorosa apretura del cinturón acabará socavando la
austeridad y la reforma.

Lamentablemente, la austeridad fiscal y las reformas
estructurales son -al menos a corto plazo- recesivas y
deflacionarias. De modo que se necesitan otras políticas
para restablecer el crecimiento. El BCE debe aplicar una
política monetaria mucho más flexible para hacer
arrancar el crecimiento, con un euro más débil para
que contribuya a impulsar la competitividad de la periferia.
Además, Alemania debe retrasar su consolidación
fiscal; si acaso, debería reducir los impuestos durante un
par de años para impulsar su propio crecimiento y
-mediante el comercio– el de la periferia.

En los próximos meses,
quedará claro si las autoridades europeas pueden lograr
una avenencia y aplicar reformas que disipen la amenaza de una
desintegración de la zona del euro. O la UE avanza hacia
un equilibrio más estable con una más estrecha
integración o aumentará en gran medida el riesgo de
una hipotética desintegración inestable y
desordenada.

(Nouriel Roubini es presidente de Roubini Global
Economics (www.roubini.com), profesor de Economía en la
Escuela Stern de Administración de Empresas de la
Universidad de Nueva York y coautor de Crisis Economics
("Economía de crisis"). Copyright. Project Syndicate,
2010)

– Vale para todos (recuerdo cuando era casi el
único "antiglobalización")

(Coda: Aunque no sea así, con el
artículo que sigue, podría dar por terminado este
Apartado. Creo que el "mensaje" puede resultar suficiente.
Recomiendo leer con mucha atención la propuesta contenida
en el Punto 4. Es la mayor crítica a la
globalización que he leído de un "gran bonete".
¿Llegará algún día el
"arrepentimiento" del FMI? Dicen que está en ello…
Obviamente, la Unión Europea, si no muere en el intento,
según mi criterio, debe (¿debería?) ser
considerada como un solo país, o región
económica.)

– Nuevas reglas para la economía global (Project
Syndicate – 10/1/11)

(Por Dani Rodrik)

CAMBRIDGE – Supongamos que los principales estrategas
políticos del mundo se volvieran a reunir en Bretton
Woods, New Hampshire, para diseñar un nuevo orden
económico global. Naturalmente estarían preocupados
por los problemas de hoy: la crisis de la eurozona, la
recuperación global, la regulación financiera, los
desequilibrios macroeconómicos internacionales y
demás. Pero abordar estas cuestiones exigiría que
los líderes reunidos se elevaran por encima de ellas y
consideraran la solidez de los acuerdos económicos
globales en general.

He aquí siete principios
lógicos de gobernancia económica global sobre los
que podrían llegar a un acuerdo (los analizo con
más detalle en mi nuevo libro, The Globalization
Paradox).

1. Los mercados deben estar profundamente incorporados a
los sistemas de gobernancia. La idea de que los mercados se
autorregulan recibió un golpe mortal en la reciente crisis
financiera y se la debería enterrar de una vez por todas.
Los mercados requieren que otras instituciones sociales los
respalden. Se basan en tribunales, marcos legales y reguladores
para establecer e implementar reglas. Dependen de funciones
estabilizadoras que ofrecen los bancos centrales y la
política fiscal contracíclica. Necesitan el
compromiso político que la tributación
redistributiva, las redes de seguridad y el seguro social ayudan
a generar. Y todo esto es válido también para los
mercados globales.

2. Para el futuro previsible, la gobernancia
democrática quizá se organice básicamente
dentro de comunidades políticas nacionales. El estado
nacional vive, si no del todo bien, y sigue siendo esencialmente
la mejor alternativa. La búsqueda de gobernancia global es
algo absurdo. Es improbable que los gobiernos nacionales cedan un
control significativo a instituciones trasnacionales, y las
reglas armonizadoras no beneficiarían a sociedades con
necesidades y preferencias diversas. La Unión Europea
puede ser la única excepción para este axioma,
aunque su crisis actual tiende a demostrar que es
así.

Con demasiada frecuencia derrochamos la
cooperación internacional en objetivos excesivamente
ambiciosos, produciendo en definitiva resultados débiles
que son el denominador común más bajo entre los
principales estados. Cuando la cooperación internacional
sí "tiene éxito", genera reglas que o son
ineficaces o reflejan las preferencias sólo de los estados
más poderosos. Las reglas de Basilea sobre los
requerimientos de capital y las reglas de la Organización
Mundial del Comercio sobre los subsidios, la propiedad
intelectual y las medidas de inversión tipifican este tipo
de extralimitación. Podemos mejorar la eficiencia y
legitimidad de la globalización respaldando y no
entorpeciendo los procedimientos democráticos en
casa.

3. Prosperidad pluralista. Reconocer que la
infraestructura institucional medular de la economía
global debe construirse a nivel nacional libera a los
países para desarrollar las instituciones que más
les convienen. Estados Unidos, Europa y Japón produjeron
cantidades comparables de riqueza en el largo plazo. Sin embargo,
sus mercados laborales, la gobernancia corporativa, las leyes
antimonopólicas, la protección social y los
sistemas financieros difieren considerablemente, y siempre hubo
una sucesión de estos "modelos" -uno diferente cada
década- a los que se ungía con el gran éxito
a ser emulado.

Las sociedades más exitosas del futuro
dejarán espacio para la experimentación y
permitirán una mayor evolución de las
instituciones. Una economía global que reconoce la
necesidad y el valor de la diversidad institucional
alentaría y no sofocaría esa experimentación
y evolución.

4. Los países tienen derecho a proteger sus
propias regulaciones e instituciones. Los principios previos
pueden parecer inocuos. Pero conllevan fuertes implicancias que
chocan con la opinión general de los defensores de la
globalización. Una de esas implicancias es el derecho de
los países individuales a salvaguardar sus elecciones
institucionales internas. El reconocimiento de la diversidad
institucional no tendría sentido si los países no
tuvieran los instrumentos a su disposición para forjar y
mantener -en una palabra, "proteger"- a sus propias
instituciones.

Por lo tanto, deberíamos aceptar
que los países puedan propugnar reglas nacionales
-políticas fiscales, regulaciones financieras, normas
laborales o leyes de salud y seguridad de los consumidores- y que
puedan hacerlo levantando barreras en la frontera si fuera
necesario, cuando el comercio ostensiblemente amenaza las
prácticas domésticas que cuentan con un amplio
respaldo popular. Si los impulsores de la globalización
tienen razón, el clamor por protección no
cundirá por falta de evidencia o apoyo. Si están
equivocados, habrá una válvula de seguridad
destinada a asegurar que los valores en pugna -los beneficios de
economías abiertas frente a los réditos derivados
de implementar regulaciones domésticas- sean escuchados de
manera apropiada en los debates públicos.

5. Los países no tienen derecho a imponerles sus
instituciones a los demás. Utilizar restricciones al
comercio o a las finanzas transfronterizos para defender valores
y regulaciones en casa es muy diferente de usarlas para imponer
esos valores y regulaciones a otros países. Las reglas de
la globalización no deberían obligar a
norteamericanos o europeos a consumir bienes que son producidos
con métodos que la mayoría de los ciudadanos en
esos países consideran inaceptables. Pero tampoco
deberían permitirles a Estados Unidos o a la UE usar
sanciones comerciales u otras presiones para alterar las reglas
del mercado laboral, las políticas ambientales o las
regulaciones financieras de países extranjeros. Los
países tienen derecho a la diferencia, no a una
convergencia impuesta.

6. Los acuerdos económicos internacionales deben
establecer reglas para administrar la interacción entre
instituciones nacionales. Basarse en los estados nacionales para
que proporcionen las funciones de gobernancia esenciales de la
economía mundial no implica que debamos abandonar las
reglas internacionales. El régimen de Bretton Woods,
después de todo, tenía reglas claras, aunque eran
limitadas en su alcance y profundidad, Una discusión
general completamente descentralizada no beneficiaría a
nadie.

Lo que necesitamos son reglas de
tráfico para la economía global que ayuden a los
vehículos de diferente tamaño, forma y velocidad a
navegar uno junto al otro, en lugar de imponer un auto
idéntico o un límite de velocidad uniforme.
Deberíamos esforzarnos por alcanzar una máxima
globalización que sea coherente con un espacio para la
diversidad en los acuerdos institucionales nacionales.

7. Los países no democráticos no pueden
contar con los mismos derechos y privilegios en el orden
económico internacional que las democracias. Lo que les
otorga atractivo y legitimidad a los principios previos es que se
basan en una deliberación democrática -donde
ésta realmente ocurre, al interior de los estados
nacionales-. Cuando los estados no son democráticos, este
andamiaje colapsa. Ya no podemos suponer que sus acuerdos
institucionales reflejan las preferencias de sus ciudadanos. De
manera que las no democracias tienen que actuar con reglas
diferentes, menos permisivas.

Estos son los principios que los
arquitectos del próximo orden económico global
deben aceptar. Más importante aún, deben comprender
la máxima paradoja que cada uno de estos principios
resalta: la globalización funciona mejor cuando no se la
empuja demasiado lejos.

(Dani Rodrik es profesor de Economía
Política en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la
Universidad de Harvard y autor de One Economics, Many Recipes:
Globalization, Institutions, and Economic Growth. Copyright:
Project Syndicate, 2011)

No se puede decir
más, con menos palabras (lástima que el casino
sigue abierto)

– Los rescates a la banca fueron un fracaso del
capitalismo, dice vicegobernador del Banco de Inglaterra (The
Wall Street Journal – 18/1/11)

(Por Paul Hannon)

LONDRES (EFE Dow Jones).- Los rescates de los bancos por
parte de los contribuyentes fueron el resultado de un fracaso del
capitalismo que necesita repararse, dijo el martes el
vicegobernador del Banco de Inglaterra, Paul Tucker, en una
entrevista.

En declaraciones a la BBC, Tucker dijo que va a haber
"cambios a nivel internacional" en el caso de que los reguladores
aseguren de verdad que no vuelve a ocurrir.

"Si tenemos un sistema donde los bancos se aprovechan de
los buenos momentos y los contribuyentes pagan por los malos
tiempos, algo ha ido mal con el capitalismo y tenemos que
arreglar esto", dijo. "Queremos que los accionistas y los
gestores se aprovechen de la bonanza. Pero los malos tiempos
también deben pagarse".

– ¿Hechos de la naturaleza?: informe clave
para dogmáticos, crédulos, o
cómplices

La semilla de la catástrofe (en algo
más 600 páginas)

La Comisión de Investigación de la
Crisis Financiera de EEUU detalla los excesos y la
despreocupación que abrieron el abismo.

Al principio, Gary Crabtree sintió orgullo al
comprobar que su lugar de nacimiento, Bakersfield a unas 110
millas al norte de Los Ángeles "había sido
finalmente descubierta por otros californianos". "La ciudad
estaba renaciendo inmobiliariamente. No obstante, Crabtree, un
tasador durante los últimos 48 años empezó a
pensar que las cosas empezaban a no tener
sentido".

Esta es parte de la narración de la burbuja
inmobiliaria que se creaba en el horizonte, no tan lejano, de la
economía americana y ya se percibía a mediados de
la pasada década. Está incluida en un libro
recién hecho público (www.FCIC.gov) de más
de 600 páginas. Sus autores son la mayoría
demócrata de un panel, la Comisión de
Investigación de la crisis financiera, creada en 2010 por
el Gobierno y el Congreso de EEUU para buscar causas de uno de
los periodos más complicados de la historia financiera de
EEUU y el resto del mundo. O quizá el que
más.

Según dijo a esta Comisión Ben
Bernanke, presidente de la Fed, "septiembre y octubre de 2008 fue
la peor crisis financiera en la historia global, incluyendo la
Gran Depresión". Lo dice un académico especializado
en los inquietantes años treinta que también admite
que 12 de las 13 mayores entidades financieras del país,
incluida Goldman Sachs, estuvieron a punto del colapso en apenas
dos semanas. Morgan Stanley era entonces una de las más
vulnerables y los hedge funds drenaron la
liquidez.

El voluminoso informe presenta la crisis desde una
gran variedad de ángulos gracias a que los comisarios, la
mayoría de ellos elegidos por el partido demócrata
y la minoría por el republicano, han podido hacer desde
mayo más de 700 entrevistas a personas a las que se les ha
obligado a testificar y han examinado miles de correos
electrónicos. La primera de las conclusiones que ha sacado
esta Comisión, y en eso están de acuerdo todos, es
que la crisis podría haberse evitado. La segunda, y es
ahí, donde están las discrepancias que ha dividido
a la Comisión, es que esta tuvo muchos
padres.

Para los redactores del libro las culpas se pueden
empezar a asignar en los noventa al Gobierno de Bill Clinton, que
contribuyó a la desregulación de los mercados,
sobre todo en materia de banca y derivados. Pero la lista es
larga e incluye a altos cargos de Washington y Wall Street. Entre
ellos, a Bernanke, quien, pese a su bagaje, fracasó en su
misión de ver venir la crisis. Alan Greenspan, predecesor
de este en la Fed, también recibe el rapapolvo por su
afán desregulador y no vigilar ni ayudar a desarrollar
estándares hipotecarios que evitaran la entrada de
elementos tóxicos en el mercado. La Comisión cree
que decidió no actuar.

El informe describe una cultura permisiva, una
gestión en las altas esferas financieras que
confundió el riesgo con el juego, falta celo profesional o
suficiente competencia para ello. También hay fraude a
muchos niveles aunque no se menciona nunca la palabra "crimen".
En el capítulo en el que Crabtree da cuenta de su sorpresa
ante el fenómeno inmobiliario de Bakersfield se da cuenta
de que muchas transacciones eran un fraude piramidal que
involucraban a los mayores prestamistas del
país.

El informe ofrece nuevos detalles sobre la precaria
situación y despreocupada gestión de firmas como
AIG y Citi, las dos rescatadas con dinero público
además de la "debilidad con la que la Fed de Nueva York
supervisó a este último banco", a decir de la
propia Fed en 2009. El responsable de este regulador era Tim
Geithner, hoy secretario del Tesoro. Citi, uno de cuyos primeros
responsables era Robert Rubin, ex secretario del Tesoro con
Clinton, fue apercibido por un regulador de que estaba tomando
riesgos excesivos. Llegaron a oídos sordos.

El libro, supervisado por el presidente de la
comisión, Phil Angelides, destapa la connivencia con la
que algunos inversores y bancos, como el hedge fund Magnetar y
Merrill Lynch, crearon productos de inversión inmobiliaria
destinados al fracaso para apostar en su contra cuando el resto
del mercado, en el que se había perdido la transparencia,
no sabía de estos arreglos. Stanley O'Neill, consejero
delegado de Merrill admitió que había una ligera
idea de que las titulizaciones hipotecarias estaban causando
fuertes pérdidas, algo que no le impidió salir de
la firma con 161 millones de dólares como
compensación.

El entretenido informe, no obstante, no es producto
del consenso porque los republicanos no lo asumen y además
llega tarde pues no puede ayudar al proceso de reforma
regulatoria financiera ya que la ley se aprobó en verano.
Pese a todo se prevé que sea un superventas o un
éxito en descargas de internet.

La insalvable división
partidista

En los años treinta, el abogado Ferdinand
Pecora presidió una comisión para investigar
qué había pasado en el sistema financiero. Las
vistas orales de ese Panel costaron el puesto a varios altos
cargos de bancos de EEUU y sus conclusiones dieron lugar a la
creación de la SEC, el regulador de los mercados. En 2011,
será difícil que otra comisión creada a
imagen y semejanza de la de Pecora deje la huella que dejó
esta.

La comisión, con seis personas elegidas por
los demócratas y cuatro por los republicanos, se
dividió a finales de 2010 ante la imposibilidad de sacar
las mismas conclusiones de las evidencias que tenían ante
sí.

El informe de la minoría republicana, de
apenas 26 páginas, no carga las tintas contra Alan
Greenspan, aduciendo que los tipos bajos que mantuvo desde 2001
"podrían haber contribuido a crear la burbuja de
crédito pero no la causaron", y elimina las referencias a
Wall Street mientras carga las tintas contra las hipotecarias
semiestatales, Fannie Mae y Freddie Mac, por alimentar la burbuja
financiera.

– Dando la mancada: Lo que más bronca me da,
es haber sido tan gil (¿y ustedes?)

– La crisis financiera "podría haberse evitado",
según el Congreso de EEUU (Negocios.com –
26/1/11)

La crisis financiera que asoló la
economía en 2008 "podría haberse evitado" si no se
hubieran producido fallos generalizados en los reguladores,
así como una mala gestión en las empresas y la
irresponsable toma de riesgos de Wall Street, según
reflejan las conclusiones de un informe elaborado por la
Comisión Investigadora de la Crisis Financiera, formada
por el Congreso de EEUU en 2009.

"La mayor tragedia sería aceptar
la letanía de que nadie podía haber previsto lo
ocurrido y por lo tanto nada se podría haber hecho para
evitarlo", señalan los miembros de la Comisión en
un informe al que tuvo acceso 'The New York Times'. "Si aceptamos
esta idea, volverá a repetir", advierten.

El informe de 576 páginas que será
publicado este jueves, ha sido elaborado tras meses de
investigaciones en los que los miembros de la Comisión
dedicaron 19 días a entrevistar a 700 testigos de los
acontecimientos que colocaron al borde del colapso a la
economía de EEUU y el resto del mundo.

Respecto a las conclusiones más
destacadas de la investigación, los comisionados
señalan entre los responsables de la crisis a los dos
últimos presidentes de la Reserva Federal, Alan Greenspan,
quien permitió la expansión de la burbuja
inmobiliaria, y a su sucesor Ben Bernanke, quien no supo prever
la crisis, aunque haya desempeñado un papel "crucial" en
la lucha contra ella.

Así, el informe resulta especialmente duro con la
labor de Alan Greenspan, quien antes de la crisis era
reverenciado por los mercados y conocido por el apelativo de 'El
Maestro', pero al que los autores de la investigación
señalan como el responsable del proceso de
desregulación que no impidió el flujo de hipotecas
tóxicas, en un claro ejemplo de negligencia.

Por otro lado, los congresistas también reservan
buena parte de sus críticas para la Administración
Bush por su "respuesta inconsistente" a la crisis, que
permitió el colapso de Lehman Brothers en septiembre de
2008, "añadiendo incertidumbre y pánico a los
mercados".

Asimismo, el informe también reparte culpas entre
el partido Demócrata al señalar como "un momento
clave en la evolución hacia la crisis" la decisión
del presidente Clinton de blindar del control público a
los derivados financieros.

Por su parte, el actual secretario del Tesoro, Timothy
F. Geithner, quien entonces presidía la Reserva Federal de
Nueva York, tampoco sale indemne, ya que no se percató de
las dificultades en Citigroup y Lehman, aunque apunta que tampoco
era él el principal responsable de su
supervisión.

"La crisis fue el resultado de la
acción y la inacción de las personas, no fue
producto de la Madre Naturaleza ni de un error en los
ordenadores", señala el informe.

No obstante, el informe refleja también en
sí mismo las divisiones existentes en la política
estadounidense, ya que los seis miembros designados por los
demócratas han respaldado el documento, mientras tres
republicanos han incorporado observaciones al informe, y el
también republicano, Peter J. Wallison, expresó sus
propias salvedades de carácter personal.

– La crisis financiera pudo evitarse, concluye la
investigación en EEUU (El País –
27/1/11)

(Por Sandro Pozzi – Nueva York)

La autopsia de la mayor crisis
financiera desde la Gran Depresión está hecha. La
conclusión de la comisión del Congreso que
investigó las causas que provocaron el colapso del sistema
bancario en Estados Unidos, y que puso a la economía del
país y luego del resto del mundo al borde del precipicio,
es que "pudo evitarse". Decir lo contrario sería, dice,
"admitir que se repetirá".

La comisión atribuye la crisis al
apetito desmesurado de los bancos por el riesgo y la ineptitud de
las agencias de calificación, a los agujeros en la
regulación y la actuación laxa de los supervisores,
como la Reserva Federal, y a la falta de iniciativa
política para exigir responsabilidades a Wall
Street.

"Fue resultado de la acción y de la
inacción humana, no de la madre naturaleza o de un modelo
informático que se volvió loco", reza el informe,
que se publica hoy con un mes de retraso por la fricción
entre demócratas y republicanos. No solo se ignoraron las
alertas, explica el informe, sino que se erró al
preguntarse, entender y gestionar el riesgo excesivo que
dominó la cultura financiera del momento. La palabra
"avaricia" emerge al referirse a la conducta de entidades como
Goldman Sachs, Merrill Lynch, Lehman Brothers o Citigroup, de las
que dice que no contaban con el colchón de capital
necesario para asumir tal riesgo. Y mete el dedo en la llaga al
cuestionar la labor de Alan Greenspan al frente del banco
central, por su férrea defensa de la desregulación.
Alan Greenspan ya admitió que pecó al confiar en el
autocontrol de los bancos. Para el comité, los abusos en
el mercado hipotecario son ejemplo de un liderazgo "negligente"
por su parte. También carga contra su sucesor, Ben
Bernanke, al reiterar públicamente que las crisis de las
hipotecas basura estaba contenida, aunque le reconoce su
respuesta cuando las cosas se pusieron mal.

El comité no es tan agradecido con la primera
reacción del equipo del ex presidente George Bush, porque,
dice, fue inconsistente y alimentó la incertidumbre en los
mercados. Pero la crisis se gestaba de lejos. Y ahí
arremete contra la decisión ocho años antes del ex
presidente Bill Clinton de dejar al margen de la
supervisión instrumentos exóticos, como los
derivados. Aunque ese pudo ser el origen, el informe reitera que
la responsabilidad es compartida.

– La crisis financiera de 2008 en Estados Unidos
"habría podido evitarse" (BBCMundo –
27/1/11)

Funcionarios, políticos y
banqueros son los culpables del colapso económico
experimentado en 2008 en Estados Unidos, asegura un informe de la
Comisión Investigadora de la Crisis Financiera de
EEUU.

La Comisión, creada en mayo de
2009 para establecer las causas de la crisis, dijo que
ésta "habría podido evitarse".

En su informe destacó la toma
excesiva de riesgos por parte de los bancos y la negligencia los
reguladores financieros.

De los diez miembros de la comisión sólo
los seis representantes del partido demócrata apoyaron las
conclusiones del informe.

"La crisis fue el resultado de la
acción humana y la inacción, no de la Madre
-Naturaleza o modelos fuera de control", dijo el
informe.

"Los capitanes de las finanzas y los
administradores públicos de nuestro sistema financiero
ignoraron las advertencias y fallaron en cuestionar, entender y
gestionar los cambiantes riesgos dentro de un sistema esencial
para el bienestar del público estadounidense".

"La suya fue una gran falla, no un
tropiezo".

Violaciones éticas

El informe criticó la
reducción en la regulación financiera durante la
gestión del ex presidente de la Reserva Federal, Alan
Greenspan.

Llegó a la conclusión de
que la crisis fue causada por una serie de factores, incluyendo
fallas en la regulación financiera y la gestión
empresarial, así como la falta de entendimiento del
sistema financiero por parte de los diseñadores de
políticas.

Igualmente se quejó del
empaquetamiento de la deuda relacionada con hipotecas en
instrumentos de inversión, que "encendió y
propagó la llama del contagio".

Estos instrumentos financieros
complejos, que se comercializaron en grandes volúmenes por
bancos de inversión, "contribuyeron significativamente a
la crisis", cuando las hipotecas en las que se basaban cesaron
sus pagos.

El informe también destacó
las fallas "abismales" en las agencias de calificación
crediticia para reconocer los riesgos involucrados en estos y
otros productos.

Del mismo modo, advirtió de
violaciones éticas "a todos los niveles".

Responsables

Importantes figuras de los gobiernos de George W. Bush y
de Barack Obama no se quedaron fuera del informe.

El ex presidente de la Reserva Federal,
Alan Greenspan, fue acusado de "defender" la reducción de
la regulación financiera durante el boom crediticio que
"dejó de lado garantías fundamentales".

El ex funcionario también fue
criticado indirectamente por la política monetaria
demasiado flexible de la Fed y los pronunciamientos que
"fomentaron en vez de inhibir el crecimiento de la deuda
hipotecaria y la burbuja inmobiliaria".

El Banco de la Reserva Federal de Nueva
York -entonces bajo la tutela del actual Secretario del Tesoro,
Tim Geithner – "podría haber tomado medidas contra los
excesos de Citigroup en el período previo a la
crisis".

Del mismo modo, el documento sostuvo que
el manejo gubernamental de las principales instituciones
financieras durante la crisis -liderado por el ex secretario del
Tesoro, Henry Paulson- fue inconsistente y "aumentó la
incertidumbre y el pánico en el mercado".

Sin embargo, el informe suavizó las observaciones
diciendo: "Al hacer estas observaciones, respetamos profundamente
y apreciamos los esfuerzos realizados por el secretario Paulson,
el jefe (de la Reserva Federal) Bernanke y Timothy Geithner… y
tantos otros que trabajaron para estabilizar nuestro sistema
financiero y nuestra economía en la más
caótica y difícil de las
circunstancias".

Establecer culpas era esencial en la
prevención de futuras crisis, según el
informe.

"A pesar de la opinión de muchos
en Wall Street y en Washington de que la crisis no podía
haber sido prevista o evitada, había señales de
advertencia", dijo Phil Angelides, presidente de la
comisión.

"La mayor tragedia sería aceptar
que nadie vio que esto se avecinaba y por consiguiente, que no se
podía hacer nada", señaló el panel en las
conclusiones del informe de 576 páginas.

"Si aceptamos esta idea, volverá
a suceder".

La comisión entrevistó a más de 700
testigos y celebró 19 días de audiencias
públicas en EEUU.

Discrepancias

Los cuatro republicanos en la comisión anunciaron
varias semanas antes de la publicación del informe de que
no estarían de acuerdo con sus conclusiones.

Tres de ellos publicaron un informe independiente que
insistió en que la culpa debe atribuirse a la Reserva
Federal bajo la conducción de Greenspan.

El cuarto realizó su propio informe que se centra
en el papel del gobierno en la creación de la burbuja
inmobiliaria.

Los republicanos señalaron a las enormes agencias
hipotecarias patrocinadas por el gobierno, Freddie Mac y Fannie
Mae, alegando que sus préstamos subvencionados inflaron la
burbuja.

También argumentaron que la legislación
introducida por el ex presidente demócrata Bill Clinton
alentó los préstamos excesivos e imprudentes a los
hogares de bajos ingresos.

Por el contrario, el informe redactado por los seis
demócratas en el panel dice que la evidencia mostró
que dichas agencias no estuvieron al frente de los arriesgados
prestamos sub-prime, en cambio siguieron el ejemplo de firmas de
Wall Street.

Tampoco fue la "Ley de Reinversión Comunitaria"
del presidente Clinton un factor significativo en los
préstamos sub-prime, según el informe.

Mañana digo
basta… (el retorno de la exuberancia
irracional)

– El S&P 500 "cumple" un 100% de subida en dos
años para volver al nivel previo a Lehman (El Confidencial
17/2/11)

Los osos hace meses que están
hibernando y los escépticos comienzan a creer. Ayer, el
Standard & Poor´s 500 volvió a dar muestras de
la fortaleza del rally: sumó 8,31 puntos para alcanzar los
1.336,32 enteros o, lo que es lo mismo, ya se encuentra al doble
de sus mínimos de marzo de 2006, en los 666,79
enteros.

De esta manera, el índice ha
registrado la subida de un 100% más rápida desde
1936, cuando acumuló 501 días de rally alcista. En
esta ocasión el optimismo en los mercados viene durando
707 días, según publica The Wall Street
Journal.

Además, el último empujón
registrado en las primeras semanas de 2011 ha venido a desafiar
los augurios de inversores y analistas que aseguraban por
lógica se tenía que producir una corrección
tras un magnífico 2010.

Y es que los inversores minoritarios han venido
acumulando acciones cada vez con más entusiasmo, lo que,
bajo el prisma de los institucionales, puede ser una señal
de que el ascenso del Standard & Poor´s 500 ha tocado
techo.

De esta manera, el Investment Company Institute
informó este miércoles de que el capital que ha
entrado en fondos domésticos por quinta semana consecutiva
ha alcanzado los 4.900 millones de dólares, más del
triple que en los periodos anteriores.

A esto hay que sumar que la volatilidad ha ido
relajándose desde entonces: otra pista para esperar una
caída en el corto plazo.

"En menos de dos años, el
S&P500 ha doblado, algo estupendo para aquellos que fueron lo
suficientemente prudentes como para aguantar", asegura en The
Wall Street Journal Erik Davison, director de inversiones de
Wells Gargo Private Bank. "Pero tienen que ser cautelosos con la
sobreconfianza, sabemos que las correcciones ocurren con
regularidad".

En este sentido, el analista asegura que
cuando has subido un 100% y existe una exuberancia irracional, a
lo único que se debe tener miedo es, precisamente, a la
ausencia de miedo. Es lo mismo que ocurrió con las
acciones tecnológicas con el pinchazo de la burbuja
puntocom o con el mercado inmobiliario japonés

Monografias.com

Mientras WS vuelve a
sus días de vino y
rosas… la capacidad de pago de
los países desarrollados se acerca al límite
(¿podemos permitirnos otra crisis?)

"Las tensiones financieras creadas por las crisis en
Japón y Europa ponen de relieve un creciente problema: los
países desarrollados está acercándose al
punto en que no podrán afrontar los costos de un nuevo
desastre"…
¿Y si se desata una nueva crisis? (The
Wall Street Journal – 27/3/11)

Japón y Europa encaran crisis muy diferentes: una
causada por la naturaleza y la otra, por el hombre. Pero desde
una perspectiva financiera, son llamativamente similares. En
ambos casos, los costos de mitigar desastres están
tensando las cuentas ya abrumadas de los gobiernos. En
Japón, el gobierno más endeudado del mundo
desarrollado, el desenlace es aún incierto. Portugal, cuyo
primer ministro dimitió a mediados de mayo (2011),
podría ser el próximo país en recibir un
paquete de rescate.

Las tensiones en Tokio y Lisboa reflejan un problema
mayor. Conforme los gobiernos de países avanzados asumen
una creciente responsabilidad para proteger a sus ciudadanos,
inversionistas, bancos y compañías de las penurias
infligidas por los desastres, extreman sus recursos financieros
hasta cerca del límite. Ello, dicen economistas,
podría privarlos de los medios necesarios para responder
la próxima vez que ocurra una crisis de
proporciones.

"¿Podemos permitirnos otra crisis? Creo que la
respuesta es no", dice Raghuram Rajan, profesor de la Universidad
de Chicago quien se desempeñó como economista jefe
del Fondo Monetario Internacional entre 2003 y 2007. "Simplemente
no tenemos la capacidad fiscal en muchos países para
rescatar nuevamente el sistema".

Hasta 2010, el endeudamiento promedio del gobierno
central entre los países avanzados ascendía a 74%
del Producto Interno Bruto (PIB), tres veces más que en
1970, según los economistas Carmen Reinhart, del Instituto
Peterson para la Economía Internacional, y Kenneth Rogoff
de la Universidad de Harvard. Se trata del nivel más alto
desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

La acumulación de deuda ha coincidido con una
transformación en el papel de los gobiernos de los
países avanzados durante las crisis. Cada vez más,
han intervenido como el asegurador de última instancia,
asumiendo toda clase de costos, desde reconstruir comunidades
costeras hasta garantizar las deudas de bancos y
compañías privadas. Reinhart observa que los
aumentos en la deuda fiscal han sido particularmente marcados
después de las crisis financieras.

Mientras tanto, la capacidad de pago de los
países industrializados se está debilitando. Sus
economías maduras crecen a un ritmo más pausado que
el mundo emergente, el envejecimiento de la población les
resta potencial para obtener el dinero que necesitan para pagar
las pensiones y el cuidado de la salud de la población y
la clase de impuestos que financiarían sus ambiciones
encaran una férrea oposición
política."Existe la expectativa de que el gobierno siempre
estará allí para el rescate y la expectativa de que
las tasas impositivas siempre se mantendrán bajas", dice
Rogoff. Ambas "son incoherentes", asevera.

Es muy difícil saber exactamente cuánta
más deuda pueden asumir los gobiernos antes de que se
metan en problemas, pero los economistas del FMI han hecho un
intento por calcularlo. En un documento reciente, identificaron
el máximo nivel de deuda que 23 economías
industrializadas habían logrado gestionar sin caer en
cesación de pagos. Luego, usando los pronósticos
del FMI sobre tasas de interés y niveles de deuda real,
calcularon cuánto más deuda podía asumir
cada país antes de alcanzar su límite.

El resultado: Japón, Grecia, Italia, Portugal e
Islandia ya han llegado a sus límites, lo cual significa
que necesitan implementar medidas más severas que en el
pasado para poner sus deudas bajo control.

Monografias.com

Otros se están acercando a ese nivel. EEUU, por
ejemplo, puede acumular deuda equivalente a 51% del PIB antes de
alcanzar su límite, una brecha que podría cerrar en
unos 15 años a menos que tome medidas
correctivas.

Los economistas del FMI realizaron estas estimaciones
antes del terremoto y tsunami en Japón y de la
aprobación de un nuevo fondo de rescate en
Europa.

Los resultados del ejercicio no son tranquilizadores. En
la previsión más pesimista, las inquietudes de los
inversionistas acerca de los niveles de deuda podrían
desencadenar una crisis financiera y los gobiernos
carecerían de los recursos suficientes para
combatirla.

Alternativamente, los gobiernos tienen algunos medios
para reducir sus niveles de deuda a expensas de sus acreedores.
Los países que tienen sus propias monedas, como EE.UU. y
el Reino Unido, pueden devaluar sus deudas por medio de la
inflación.

Los gobiernos también pueden obligar o convencer
a los bancos, fondos de pensiones y otras instituciones
financieras a comprar deuda soberana de rendimiento relativamente
bajo, un fenómeno ya visible en Irlanda, que ha anunciado
un plan para vender bonos especiales de largo plazo a sus fondos
de pensiones.

Las medidas draconianas, empero, no surtirán
efecto a la larga a menos que los gobiernos empiecen a gastar
dentro de sus propios medios.

Basta para mí:
si hasta el FMI se "piantó" de la esquina…
(I)

(Triste, solitario y final: Viejas y queridas causas
perdidas o la amargura de la victoria. Pensar que hace pocos
años los críticos a la globalización
cabíamos en un Fiat 600. Ahora, hasta el FMI "entierra" el
Consenso de Washington y reclama una globalización
más justa. Aunque tarde y mal, después de tanta
hipocresía,… bienvenidos al club.)

– La teoría del FMI da un vuelco: "El consenso de
Washington ya es historia" (El Economista –
4/4/11)

El denominado "consenso de Washington",
que orientó la política económica de
países en vías de desarrollo durante décadas
"ya es historia". Los efectos de la crisis han sido tan
devastadores que todo lo que ha defendido el Fondo Monetario
Internacional durante los últimos 20 años ha dado
un vuelco, según ha denunciado hoy el director gerente del
FMI, Dominique Strauss-Kahn.

Juan Laborda, profesor del IEB explica que bajo el
Consenso de Washington se promueven políticas
económicas basadas en la austeridad, la
liberalización y las privatizaciones, con el objetivo de
eliminar la inflación, preservar el tipo de cambio,
incrementar la tasa de crecimiento de la productividad y crear
puestos de trabajo estables. "Todo esto se ha derrumbado con la
crisis", ha asegurado Strauss-Kahn durante un discurso
pronunciado en la universidad George Washington de la capital
estadounidense.

Tras la crisis financiera de 2008, el
FMI ve necesario ahora que el Estado ejerza un mayor papel y
controle los excesos del mercado. "Al designar un nuevo marco
macroeconómico para un nuevo mundo, el péndulo
oscilará -al menos un poco- del mercado al Estado, y de lo
relativamente simple a lo relativamente más complejo",
explica Strauss-Kahn.

Necesidad de una nueva política
económica

Ante la imposición de países emergentes
como nuevos motores del crecimiento mundial, ese consenso debe
ser superado, mediante una nueva política
económica, con acento en la cohesión social y el
multilateralismo, ha explicado.

"Claramente, la política
monetaria debe ir más allá de la estabilidad de
precios, y velar por la estabilidad financiera", propone
Strauss-Kahn. En su opinión, eso no debe hacerse mediante
el uso de los tipos de interés, sino con otros
instrumentos como liquidez.

"No me malinterpreten: la
mundialización dio muy buenos resultados, y sacó a
centenares de millones de la pobreza", ha indicado, "pero la
crisis y sus consecuencias han alterado fundamentalmente nuestra
percepción", ha advertido.

Una globalización más justa

"Necesitamos una nueva forma de
mundialización, una mundialización con un rostro
más humano", ha exigido. Los países ricos y
emergentes deben proseguir con su cooperación en el seno
del G20 para asegurar que se superan los intereses nacionales, ha
pedido Strauss-Kahn.

A su juicio, es necesaria una
globalización "más justa" en la que no haya "unos
pocos privilegiados" que acaparan los beneficios.

Los progresos en la recuperación "parciales y
poco sistemáticos"

Por otro lado, el director gerente del Fondo Monetario
Internacional, Dominique Strauss-Kahn, ha subrayado que el
progreso de recuperación de la crisis en Europa ha sido
"parcial y poco sistemático" hasta el momento, lo que
supone "un riesgo clave" tanto para los países en crisis
como para la recuperación general de Europa.

Respecto a la economía global,
afirma que continúa con su recuperación, aunque
sigue siendo "desequilibrada entre países y dentro de los
países", y advierte de que aún persiste la
incertidumbre y "hay numerosos cisnes negros nadando en el lago
de la economía global". "En general, la situación
económica es todavía frágil y desigual,
acosada por una gran incertidumbre", ha sentenciado.

– Basta para mí: si hasta el FMI se
"piantó" de la esquina… (II)

(Triste, solitario y final: Viejas y queridas causas
perdidas o la amargura de la victoria. Nunca creí que casi
al final de mi vida como analista económico (y no digamos
del uso "razonable" de la razón) podría tener
semejantes satisfacciones intelectuales (con esta, dos) brindadas
por uno de mis mayores "rivales imaginarios" (como aquellos con
los que los púgiles hacen "ejercicios de sombra"). Que el
FMI admita la posibilidad que pueda existir una
globalización "injusta", o que acepte los "controles de
capital", si ustedes me permiten la petulancia, puede representar
un gran triunfo moral sobre los libertarios del mercado. Por
ello, quiero compartirlo con ustedes, sufridos y pacientes
lectores. Por favor, pasen y lean…)

– El FMI "se cae del guindo"; los controles de capital
son aceptables (El Confidencial – 7/4/11)

(Por Kike Vázquez)

"Quién te ha visto y quién
te ve" pensarán algunos del cambio que estamos viendo en
el FMI. No sabemos si es fruto de la insostenibilidad de las
viejas recetas o de la conciencia, esa que dice que algo malo
pasa cuando los incentivos no se ponen al servicio de crear algo
mejor en este mundo. Y es que no vamos a negar que para muchas
personas, e independientemente de su ideología
económica y política, este organismo internacional
no ha conseguido solucionar todo lo bien que debería su
cometido. De hecho la crisis que atravesamos es la más
grave desde su creación allá por los años
cuarenta en el período final de la destructiva Segunda
Guerra Mundial y está directamente relacionada con algunos
de sus ámbitos de actuación, por lo que
podríamos dar rienda suelta a la crítica. No
obstante han sido tantos los errores, tantas las conductas
"grises" de muchos, que el FMI no deja de ser un velero en medio
de un tsunami.

Su pasado es como mínimo
controvertido, acusados de estar al servicio de Estados Unidos o
de aplicar medidas, especialmente en países pobres, que
difícilmente pueden calificarse de beneficiosas para el
porvenir del enfermo. ¿Confianza ciega en el dogma o
simples intermediarios de intereses más elevados?
Podrían darse buenos argumentos en ambos sentidos, pero
aún resultando muy interesante dicho debate hoy
quería fijarme en un pequeño pero importante matiz:
se perciben cambios. Y no lo digo por los cambios "oficiales",
dotar al fondo de más recursos por su evidente papel
protagonista en el medio plazo u otorgar más peso en las
decisiones a los países emergentes, sino por ciertos
mensajes que distan mucho de parecerse a lo que se escuchaba en
el pasado a través de sus miembros.

Un ejemplo claro de lo que comento son las directrices
que el organismo ha lanzado el martes para controlar los flujos
de capital por parte de los gobiernos, algo otrora impensable y
en donde se ha posicionado en contra durante casi setenta
años. Lo comenta el FT:

The guidelines -which are not yet official Fund policy-
say that countries can control capital inflows when their
currency is not undervalued, when they already have enough
foreign exchange reserves, and when they are unable to use
monetary or fiscal policy instead.

Los flujos internacionales pueden ser
muy beneficiosos y en muchos casos lo son, llevan fondos de donde
hay excedentes a donde son necesarios, si se invierten bien
crearán prosperidad y todo el mundo saldrá ganando.
En caso contrario, si el país receptor no consigue la
rentabilidad necesaria para pagar lo que debe, empezarán
los problemas ¿Pero han tenido la oportunidad y de eso se
trata, no? Esa idea era la mayoritaria y por tanto existía
una voz oficialista que defendía la libertad de flujos
como positiva y justa, voz que defendían entre otros
organismos como el FMI.

Es posible que fuese así, como tantas otras cosas
del liberalismo dogmático que fallan en la vida real, si
el sistema no estuviese de alguna forma "pervertido". En este
mundo real en el que vivimos las cosas no son idílicas, en
el caso que tratamos existe una cantidad inmensa de liquidez que
corre por el mundo adelante, una cantidad tan ingente y
volátil que en lugar de ayudar consigue empobrecer
aún más a quien la sufre.

Podría hacer un símil con esa persona a la
que le toca la lotería y nunca ha manejado dinero, lo que
fácil viene fácil se va, pero quizá en ese
caso no se ve el problema al completo del "hot money". Este tipo
de inversiones por ser normalmente volátiles "hoy
están y mañana no", por lo que si emprendes un gran
proyecto puede ser que en algún momento te lleves una
sorpresa de falta de financiación. Y por si fuese poco
suelen ser determinantes en países con desequilibrios en
la cuenta corriente, esto es, que invierten más de lo que
su ahorro permite para crecer y que por tanto acaban la jugada
endeudados. En resumen estamos ante cuantiosos fondos que se
mueven sin pensárselo demasiado, que provocan burbujas y
errores de inversión por su volumen e inmediatez y que un
día se van de repente dando la puntilla y dejando a la
economía endeudada y tocada.

Por si fuese poco tenemos la "Paradoja de Lucas" que ya
he mencionado en alguna ocasión, esa que dice que por
alguna extraña razón el dinero no se mueve de ricos
a pobres, y cuando esto pasa el pobre sale perdiendo según
algunos estudios.

La gráfica no es de ninguna web conspiracionista
sino del FMI, que lleva tiempo dándose cuenta de que algo
falla en la teoría porque no se ajusta a la
práctica. Quizá el mayor problema esté ahora
en determinar en qué casos existe un exceso de "hot money"
y en qué casos se produce una simple mala gestión
por parte del país (al igual que a ese que le tocó
la lotería y…)

Para poder aplicar controles de capital el FMI se centra
en tres condiciones, son países que: no tienen su divisa
devaluada, consiguen almacenar reservas y la política
monetaria o fiscal no funciona. Por supuesto las medidas deben
ser de corto plazo y no destinadas a bloquear fondos a largo
plazo. 

Monografias.com

El procedimiento sería el
siguiente, en un primer momento el país debe dejar su tipo
de cambio subir (que normalmente no funcionará casi nunca
bajo mi punto de vista) o expandir su política monetaria y
endurecer su política fiscal (lo que resulta "neutro" para
el país pero desincentivará a los inversores
foráneos por los menores tipos, luego creo que es la
opción adecuada). En caso de no funcionar se admiten los
controles de capital, siempre que no sean
discriminatorios.

Surge inmediatamente el debate sobre lo hecho por
Brasil, el imponer una tasa del 6% a la adquisición de
deuda por parte de extranjeros, lo que según el FMI "debe
ser la última línea de defensa". A
regañadientes pero parece que lo aceptan, lo comparto y
así lo manifesté en su momento. Más
controvertidas son aún sus nuevas medidas, idéntica
actuación pero ahora con préstamos foráneos,
y van más allá subiendo los aranceles a China.
¿Dónde acabarán?

Es difícil sobrevivir en un mundo
con quantitative easing, carry trade feroz y dumping comercial,
hemos tenido que llegar a esto para que el FMI se diese cuenta,
pero rectificar es de sabios. Por si alguien cree que van de
farol, lo cual es debatible como siempre, lean también su
última propuesta, Basilea III no es suficiente hay que
cobrar impuestos por los riesgos. Dará que hablar, o al
menos esperemos que así sea y no haga falta otro desastre
para darse cuenta que lo de ahora no puede seguir
así.

El FMI se va de la lengua (menta la "bicha", en la
casa de "Yes we can"… ¿can"t?)

"Las perspectivas presupuestarias de Estados Unidos
son "preocupantes" a pesar de los esfuerzos para contener el
déficit, ya que las finanzas públicas del
país se encuentran en una "trayectoria insostenible",
según advierte el Fondo Monetario Internacional (FMI) en
un informe"…
– El FMI advierte de que las cuentas
públicas de EEUU se encuentran en una trayectoria
"insostenible" (El Confidencial – 3/5/11)

De acuerdo con las proyecciones presupuestarias de las
autoridades, se prevé que la deuda pública
aumentará desde el 62% del PIB en 2010 a alrededor del 90%
en el ejercicio 2030, y que seguirá aumentando a partir de
entonces debido a las presiones crecientes por el envejecimiento
de la población y el incremento de los costes
sanitarios.

De hecho, "la dinámica de la
deuda presenta una perspectiva aún más
sombría según los supuestos macroeconómicos
más conservadores utilizados por el personal
técnico del FMI", que advierte de que el nivel de deuda
pública de EEUU podría alcanzar hasta el 95% del
PIB en diez años, un nivel similar al que siguió a
la Segunda Guerra Mundial, ejerciendo así una
"presión alcista sobre las tasas de interés tanto
en Estados Unidos como en el mundo".

De este modo, los cálculos del personal
técnico del FMI apuntan que las autoridades
estadounidenses necesitarían adoptar medidas de ahorro por
importe cercano al 2,5% del PIB para cumplir el objetivo de deuda
federal del 77% del PIB en el ejerció fiscal 2021. "Dichas
medidas deberían sumarse a los planes existentes, que
incluyen aumentos de impuestos para los contribuyentes de
ingresos más altos a partir de 2013 y menores concesiones
tributarias para ciertas industrias", recomienda la
institución.

El colmo del cinismo europeo: el BCE presta dinero
público a los bancos al 1% para que compren deuda
pública al 5,4% (y la nave va…)

"El sector apura los bajos tipos de interés y
las elevadas rentabilidades de la deuda española para
mejorar sus cuentas"…
La banca dispara la compra de
deuda para compensar la caída del negocio
(Expansión – 19/5/11)

Bancos y cajas han disparado la compra de deuda
pública en 2011. El saldo que mantienen en cartera
alcanzó un récord de 159.925 millones en febrero,
según los últimos datos del Tesoro Público,
un 12% más que a finales de año pasado.

Los directores financieros de entidades españolas
así como los analistas coinciden en las razones por las
que la banca vuelve a ser uno de los mayores prestamistas del
Estado. Por un lado, el sector está retomando una
estrategia que les ha permitido mejorar las cuentas de resultados
en uno de los momentos más convulsos de la
historia.

El objetivo que persiguen es compensar la caída
del margen de interés (que refleja la evolución del
negocio típicamente bancario, es decir, el de captar
fondos y dar créditos). Los bancos necesitan otra fuente
de ingresos y, cuando el negocio bancario se comporta peor, se
potencia la operativa de hacer cartera con deuda
pública.

En 2010, el margen financiero del sector ya
registró un descenso del 20% y, aunque se detectan visos
de mejora, la banca sigue mostrando esta tendencia en el primer
trimestre de 2011. Por ejemplo, el negocio típico de La
Caixa y el de Bankia, sufrió un descenso de más del
20%, pero no sólo es un problema particular de las cajas.
BBVA o Santander sufrieron una caída de la actividad en
España de en torno al 14%.

En contraste con el aumento de los gastos por intereses
de la banca, debido a que se han disparado los costes de
financiación como consecuencia del recelo hacia a
España y por la guerra del pasivo, los ingresos que
perciben las entidades por la cartera de créditos
evolucionan a la baja. Es por eso que intentan aprovecharse de un
entorno de tipos de interés muy bajos para captar
financiación a corto plazo en el mercado de repos
(compraventa con pacto de recompra), a poco más del 1%, y
comprar deuda pública española, que rinde entre un
2,546% y un 5,353% a plazos de entre un año y diez
años.

En definitiva, captan fondos a un tipo muy inferior al
que le prestan al Estado, lo que les permite sacar un margen
sustancioso superior al 1,5%. "Para combatir la bajada del margen
de intereses de la banca comercial, los bancos compramos deuda
pública que financiamos en repos, lo que nos genera margen
financiero", apunta el director financiero de una caja. "Hemos
apelado todavía más a esta estrategia desde que se
dispararon las rentabilidades de la deuda española porque,
además, no nos consume recursos propios", añade el
director financiero de otra entidad.

El sector financiero consigue financiación en las
cámaras europeas de contrapartida a un tipo ligeramente
superior al 1%, en LCH.Clearnet o en Eurex Repo, o con el Banco
Central Europeo (BCE), que actualmente presta a la banca al
1,25%. Tanto a través de estas cámaras, las
entidades deben ceder un activo que actúa como aval del
préstamo. La deuda pública se encuentra,
precisamente, entre los activos que más usa la banca con
este objetivo.

Anexo: El "Caso
Islandia" (un canario en una mina)

(Del Paper publicado el 15/5/2009)

Aclaratoria: Se incluye el "Caso Islandia" (un canario
en una mina), como ejemplo paradigmático del impacto, y
daño consiguiente, que puede producir la
globalización de las finanzas, el libre movimiento de
capitales, la especulación desenfrenada y la falta de
control macroprudencial. Tal vez haya sido el primero, pero,
lamentablemente, no ha sido el único.

Islandia: un país "subprime"- Historia de una
utopía

– De la fábula…

Una tormenta perfecta en la isla encantada. Este
país, que era catalogado hace 2 años por la UE como
el que mejor calidad de vida tenía en el viejo continente,
se ve sumido en una tremenda crisis financiera.

Islandia es una isla del Atlántico, cuya
economía estaba basada tradicionalmente en la pesca y el
turismo, hasta que el sistema bancario islandés vio la
oportunidad de aprovechar los altos tipos de interés
(necesarios para controlar la inflación, mal
endémico de este país) para atraer capital
extranjero. Resultaban muy apetitosos los intereses, que
oscilaban entre el 14% y el 18%, para los inversores extranjeros,
por lo que la demanda de Coronas islandesas crecía. Por su
parte, los bancos islandeses recomendaban a sus clientes
autóctonos que se endeudasen en euros, debido a los bajos
tipos del Euribor con respecto al tipo islandés. En esta
época, el tipo de cambio se presentaba en torno a 60
Corn/€.

Pero la falta de liquidez provocada por la crisis
financiera actual ha provocado un descenso de la demanda de
Coronas, lo que ha hecho que el tipo de cambio se triplique,
haciendo imposible a los islandeses pagar su deuda en euros. Para
un mayor agobio de los ciudadanos de la isla, el euro ha sido un
valor apreciado frente al dólar, por la consabida crisis
de hipotecas sub-prime.

Los análisis más pesimistas se temen un
nuevo "corralito" en Islandia y que los islandeses puedan
utilizar sus coronas para tener un original "papel pintado" en la
decoración de las paredes de sus casas. (Noviembre de
2008)

… a la
metáfora

Miles de islandeses se congregaron ayer ante el
edificio del Parlamento y lanzaron tomates, huevos y papel
higiénico para protestar por las consecuencias de la
crisis financiera, mientras que en Bruselas cientos de
manifestantes reclamaron garantías para sus
depósitos en entidades islandesas.

La policía de Reykjavik cifró en unos 6
mil los participantes en la reunión de protesta ante el
edificio del "Althing", una cifra desacostumbradamente elevada en
un país de sólo 320 mil habitantes.

Los manifestantes exigieron la dimisión del
primer ministro islandés, Geir Haarde, y elecciones
anticipadas. Simultáneamente, en Bruselas se manifestaron
cientos de ahorristas solicitando garantías estatales para
el dinero depositado en el banco islandés
Kaupthing.

Las protestas se congregaron delante de la embajada
de Luxemburgo y luego ante la sede diplomática de
Islandia. Según la policía, la manifestación
contó con la participación de 550 personas.
Según los organizadores la cifra ascendió a
750.

"Nosotros no somos ni especuladores ni inversores,
sino personas que han depositado sus ahorros como buenos padres
de familia en una cuenta de ahorros", señaló un
grupo de clientes del Kaupthinig. Se estima que la entidad
congeló un total de 20 mil cuentas de clientes belgas. Los
manifestantes acusan al Estado islandés de responder
únicamente por los fondos de los clientes islandeses de la
entidad bancaria que quebró y luego fue
nacionalizada.

Además, expresaron duras críticas
contra las revistas de inversores que, antes de la crisis
financiera, habían recomendado abrir cuentas de ahorro en
el banco fracasado. El Estado islandés está al
borde de la bancarrota tras el desplome de los tres mayores
bancos del país. Los ciudadanos se enfrentan ahora a una
inflación de 15%, tasas de referencia de 18% y un aumento
dramático del desempleo.

El principal desencadenante de la crisis es la
expansión internacional agresiva durante años de
los bancos del país con ayuda de créditos de
riesgo.

Ahora, las finanzas estatales sólo pueden
asegurarse con ayuda de créditos del extranjero y del
Fondo Monetario Internacional (FMI).

También en Washington hubo protestas, aunque
en ellas participó apenas un centenar de personas, que
realizaron una marcha fúnebre para declarar "muerto" al
capitalismo y pedir a los representantes de los países
reunidos en la cumbre del Grupo de los 20 (G-20) que fomenten la
creación de empleos y mejore la cobertura sanitaria.
(16/11/08)

Islandia está experimentando la más
profunda y más rápida crisis financiera registrada
en tiempos de paz desde que sus tres principales bancos se
derrumbaron debiendo ser rescatados por el gobierno. Los
depósitos a plazo, mayoritariamente británicos, se
han congelado lo que ha tensado las relaciones con el Reino
Unido, y Gordon Brown ha debido salir a defender a los
ahorradores. Es el primer país desarrollado que solicita
la ayuda del FMI en 30 años. Y para una economía
que depende fuertemente de las importaciones y exportaciones la
situación es catastrófica.

El PIB de Islandia ha caído un 65%, muchas
empresas han quebrado y un tercio de la población busca
emigrar a otros países. ¿Qué ocurrió
en Islandia para que la crisis adquiriera tales dimensiones?
Según un informe de Willem H. Buiter y Anne Siebert la
teoría monetaria seguida a rajatabla ha jugado una mala
pasada: las altas tasas de interés impuestas por el Banco
Central para controlar la inflación terminaron siendo
nefastas al generar una burbuja impulsada por la
interacción de las altas tasas de interés, la
apreciación de la moneda y la gran afluencia de capitales
externos.

El origen de estas políticas monetarias se
remonta a fines de la década pasada cuando el banco
central instauró las metas de inflación. El
objetivo de controlar la inflación vía incremento
de las tasas de interés obligó a las empresas
locales a recurrir al crédito externo, lo que
incentivó a los especuladores a apostar contra la paridad
de tasas de interés provocando una masiva entrada de
divisas. Resultado: el tipo de cambio se apreció y
creó en los islandeses la ilusión de
riqueza.

Esta burbuja alentó el crecimiento
económico y la presión inflacionaria, lo que
obligaba al banco central a elevar aún más la tasa
de interés, retroalimentando el círculo vicioso y
la nueva masiva entrada de capitales. En síntesis, el
banco central no pudo controlar la inflación pues la
pequeña economía de Islandia se veía
sacudida por los grandes flujos de divisas que alentaban a la
apreciación de su moneda.

La capacidad del gobierno islandés para hacer
frente a la crisis es muy limitada y la profundidad del
daño se ha visto acentuada por la drástica
caída del tipo de cambio. El PIB islandés ha
caído un 15%, pero en términos de euros la
caída es de 65%. Sólo las pérdidas de un
banco superan todo el PIB de Islandia. A modo comparativo las
pérdidas de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial
llegaron al 85% del PIB…

La burbuja de hielo
se funde

La isla ártica habitada por 300.000 personas
afronta una crisis financiera y monetaria tras tres años
de excesos. Todo empezó el 21 de febrero (2006) cuando
Fitch, la agencia de evaluación de los riesgos crediticios
y de valoración de la solvencia financiera de los
acreedores, decidió rebajar desde estable a negativa su
valoración respecto a la deuda pública de Islandia,
debido a un "insostenible" déficit exterior por cuenta
corriente (saldo de sus relaciones comerciales y financieras con
el exterior), equivalente a un 16,5% de la economía de
esta isla septentrional casi siempre helada en la que conviven
300.000 lugareños con una notable calidad de vida: son los
segundos del mundo en el índice de desarrollo humano, por
detrás de Noruega y por delante de Estados Unidos
(10º) y España (21º). Inmediatamente, inversores
y especuladores rechazaron suscribir más títulos de
deuda, con lo cual el Banco Central, con sede en Reykjavik,
capital histórica de negociaciones improbables durante la
guerra fría, se vio obligado a elevar tres cuartos de
punto su tipo de interés, hasta el 11,5%…

¿Qué pasa cuando un país se declara
en bancarrota?

El interrogante, aunque parezca sacado de una novela de
ficción, puede tener pronto una respuesta concreta a causa
de la crisis financiera que azota al planeta.

Por primera vez en la historia de la sociedad moderna,
la crisis puede provocar la bancarrota de Islandia, una
nación pequeña, pero moderna y
próspera.

La apacible isla enclavada en el Mar del Norte y cercana
al Circulo Ártico vivió hasta el lunes pasado una
aparente tranquilidad que fue perturbada por un dramático
mensaje a la nación dirigido por el primer ministro Geir
Haarde, quien anunció que la crisis podía llevar al
Estado islandés a la quiebra.

"Queridos compatriotas existe el peligro de que toda la
economía real sea arrastrada a las profundidades de la
crisis bancaria global cuyo resultado podría ser la
bancarrota del Estado", dijo el político durante un
mensaje difundido por la televisión.

No fue todo, Haarde anunció que el Ejecutivo
había aprobado una Ley de Emergencia que fue aprobada sin
discusión por el Parlamento en la noche del lunes
(6/10/08), mediante la cual el Gobierno aprobó una medida
que consternó a la nación.

En menos de tres días, el político
nacionalizó los tres principales bancos del país, a
los que hizo responsable de la catástrofe que viven estos
días los 320 mil habitantes de la isla.

El origen de la tragedia de Islandia, y esto ahora lo
saben todos los habitantes de la isla, hay que buscarlo en la
agresividad de los tres bancos más importantes del
país, que captaron clientes, por ejemplo en el Reino Unido
y Alemania, con altos intereses para depósitos a corto
plazo.

Después de vivir durante décadas bajo la
sombra real de la austeridad con una dependencia casi absoluta de
las exportaciones de la pesca. Islandia comenzó a vivir un
cambio extraordinario a causa de una extensa política de
privatizaciones, que incluyó al sector
bancario.

Gracias a una coyuntura favorable y a préstamos
obtenidos en el extranjero, los bancos islandeses pusieron en
práctica una agresiva política expansiva e hicieron
creer al país que la pequeña isla se había
convertido en una potencia capitalista del primer
mundo.

Los inmigrantes dicen adiós

El panorama es tan poco alentador en Islandia que muchos
de sus 30.000 inmigrantes se plantean abandonar el país,
si es que no lo han hecho ya. Polacos en su mayoría (40%),
seguidos de lituanos, tailandeses y filipinos, muchos trabajan en
la construcción, uno de los sectores más afectados
por la crisis. Otro factor es la depreciación de la corona
islandesa, sobre todo para los que mandan remesas a sus
países de origen. "Les recomendamos que se vayan.
Están perdiendo sus trabajos y no hay perspectivas de
recuperarlos", señala Kart Sigurdsson, jefe de
departamento de una oficina del Eures (servicio europeo de
empleo). Einar Skulasson, director del Centro Intercultural de
Reikiavik, que ofrece gratuitamente asesoría legal y
clases de islandés a los inmigrantes, alerta del
nacionalismo creciente en tiempos de crisis: "Me preocupa el
vocabulario del Gobierno, que sólo habla de ayudar a los
islandeses y no a los que viven en Islandia"…

¿Un
país en "vías" de
subdesarrollo? (El primer
país del mundo gestionado como un fondo de alto
riesgo)

Un caso paradigmático de contagio
económico (Acontecimientos /
interpretaciones)

– FMI – Finanzas & Desarrollo – Marzo de
2007

(Por Leslie Lipschitz)

Islandia sobrevive al nerviosismo del
mercado

A partir de 2003, la abundancia de energía barata
impulsó grandes proyectos de inversión en Islandia
que agudizaron el déficit en cuenta corriente, acapararon
la mano de obra local y estimularon una demanda global vigorosa,
aunque se esperaba que aceleraran el crecimiento y causaran
cierta apreciación de la moneda. A medida que la
política monetaria se fue endureciendo frente a la fuerza
de la demanda, las tasas de interés subieron y la corona
islandesa se apreció considerablemente ponderada
según el comercio exterior.

Los bancos islandeses aprovecharon el diferencial de las
tasas de interés captando préstamos en euros y
otorgando crédito en coronas, cuidándose de cubrir
su exposición. La combinación de una moneda en
alza, tasas de interés elevadas y crédito de buena
calidad -los bonos soberanos llevaban la calificación AAA-
atrajo también carteras de inversión extranjeras,
que financiaban sus posiciones largas de deudas en coronas con
crédito tomado en monedas menos redituables. (Esto se vio
exacerbado por la innovación financiera, como la
emisión offshore de eurobonos denominados en coronas por
parte de instituciones extranjeras que canjeaban sus pasivos en
coronas por los pasivos en euros de los bancos islandeses). Los
diferenciales de rendimiento después del ajuste del tipo
de cambio rondaron el 9¼% en 2003, el 7½% en 2004 y
el 18% en 2005.

Nadando en dinero y en busca de nuevas modalidades de
crédito, los bancos comerciales comenzaron a mediados de
2004 a competir directamente con el Estado en la oferta de
primeras hipotecas para la vivienda. Como proponían
condiciones más favorables, el crédito a los
hogares aumentó el 98% en 2004, alimentando el
rápido encarecimiento de la vivienda y la consiguiente
extracción de capital a través del
refinanciamiento. Eso, a su vez, aceleró el consumo
interno, agravando el déficit en cuenta
corriente.

Los cambios financieros en Islandia fueron enormes. La
deuda externa se disparó. El endeudamiento del sector
privado se triplicó entre 2003 y 2006, con aumentos
vertiginosos en la deuda de los hogares y de las empresas. Los
precios de las propiedades y de las acciones subieron con
rapidez; entre mediados de 2003 y fines de 2005, las valoraciones
bursátiles prácticamente se cuadruplicaron. Todo
esto terminó sembrando mucho nerviosismo en los mercados y
generando presiones sobre la moneda y las valoraciones
bursátiles en la primavera y el verano de
2006…

– Crisis. ¿Qué ocurrió en Islandia?
(Jack Smart – rebelion.org – 5/11/08)

"La economía islandesa es próspera y
flexible" (FMI, 4/7/2008).

"Existe un peligro muy real… que la economía
islandesa, en el peor de los casos, pueda ser absorbida con los
bancos en un remolino y que el resultado pudiese ser la
bancarrota nacional". (Discurso a la nación del primer
ministro de Islandia Gier Haarde, 6/10/2008).

¿Qué ocurrió en Islandia en ese
período de tres meses que pueda explicar este cambio? Por
supuesto en otras ocasiones hemos señalado la arrogancia y
estupidez de la burguesía y sus representantes en
instituciones como el FMI, que claramente cometieron un error en
su valoración de la economía islandesa. Pero
Islandia ha sido uno de los países más afectados
por la actual crisis mundial del sistema capitalista.

Para explicar la crisis particular de los bancos de
Islandia lo mejor que podemos hacer es remitirnos a un
artículo publicado por The Financial Times el 1 de julio
de 2008 escrito por Robert Wade, profesor de la London School of
Economics. El profesor Wade explica que antes del año 2000
la mayoría de los bancos islandeses eran de propiedad
pública y aplicaban una política conservadora en
cuestiones como los préstamos y el crédito. Los
tipos de interés reales, es decir, los tipos de
interés teniendo en cuenta la alta tasa de
inflación de Islandia, eran bajos e incluso negativos. No
se daba fácilmente crédito y era bastante
difícil conseguir préstamos individuales. Debido a
la presión de la clase capitalista, envidiosa de los
masivos beneficios que conseguían los bancos en otras
partes, en el año 2000 el sistema bancario islandés
se desreguló y privatizó.

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