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Algunos aspectos teóricos y prácticos sobre la habilidad de escribir en lengua inglesa




Enviado por Esperanza



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Resumen

 El presente trabajo tiene como objetivo compartir
con los profesores y maestros de inglés algunas
estrategias docentes que por una parte faciliten en el
estudiantado el desarrollo de una actitud positiva frente a la
escritura, es decir, promover el gusto por la misma, lo cual
sólo es posible promoviendo la producción textual a
partir de situaciones reales de comunicación y por otra
les permitan mejorar la misma.

 En tal sentido, se hace necesario trabajar una
didáctica de manera que la escritura, como
producción del pensamiento, incida favorablemente en la
producción textual de los alumnos de las carreras de la
salud de la Universidad de Ciencias Médicas de Sancti
Spíritus en los diferentes escenarios de estudio. Este
trabajo se refiere a tanto una producción en Inglés
General o Inglés con Fines Específicos, tanto en el
contexto nacional como otro contexto donde laboren por concepto
de misión internacionalista.

Abstract

The current work has the objective of sharing with
teachers and professors of English some teaching strategies
which, on one hand, supply in the students the development of a
positive attitude towards writing, that is, to promote the
pleasure for writing which is only possible by promoting the text
production from real communicative situations and to improve it
on the other.

 Thus, it is necessary to work on a didactics in
such a way that writing as a thinking production influences
favorably in the text production of the students of the health
careers of the University of Medical Sciences of Sancti
Spíritus in the different study scenarios. This work deals
with a production not only in General English but in Medical
English in national and international contexts as well.
 

Introducción

Para todo maestro, cuando se habla de la escritura en
lengua inglesa como proceso cognitivo, requiere un breve
recorrido por lo que ha sido su enseñanza en Cuba. Se
puede generalizar que hasta la década de los setenta esta
habilidad fue considerada como una habilidad determinada
esencialmente por variables motrices y espacio-temporales, donde
el pensamiento y el lenguaje eran concebidos sólo de
manera ambigua y tangencial, esta era solo propiciada bajo la
orden del profesor y estaba circunscripta a oraciones sin
relación alguna con la vida real donde se desarrollaba el
que aprendía.

 El modelo perceptivo-motriz de la escritura
inspiró una enseñanza mecánica y simplista
de esta habilidad. Es por ello, que el que aprende requiere de un
entrenamiento que propicie una extensa serie de actividades,
dirigidas a favorecer la destreza motriz, el manejo del tiempo y
el espacio, para luego someterlo a diferentes actividades de la
vida real que le rodea. La enseñanza de la escritura
hacía más énfasis en el aspecto
psicológico que en el saber específico de la
lengua, se pretendía verificar el nivel de "madurez" en el
que se encontraba el alumno para iniciar o continuar la
"enseñanza" de este saber. El objetivo del presente
trabajo es compartir con los profesores y maestros de
inglés algunas estrategias docentes que por una parte
faciliten en el estudiantado el desarrollo de una actitud
positiva frente a la escritura. 

Desarrollo

La didáctica de la enseñanza de lenguas al
ocuparse del proceso de escritura, ha investigado acerca de los
ciclos en los que dichos procesos de estructura y operaciones que
se realizan en cada uno de ellos. Estos son:

a) Ciclo senso-perceptual.

Percepción auditiva (sonidos) y visual
(símbolos gráficos). El buen receptor utiliza
índices perceptivos mínimos y no se detiene en
información irrelevante.

Reconocimiento de las palabras y signos auxiliares.
Supone captar lo que cada palabra significa en el contexto en que
se encuentra.

b) Ciclo sintáctico.

Reconocimiento de las relaciones que establecen las
palabras en la oración, y las oraciones entre sí,
teniendo en cuenta que "el texto es una unidad semántica
que se realiza en oraciones interrelacionadas".

c) Ciclo semántico.

Es el más importante de todos pues en él
se produce la comprensión de los significados, que
constituye la operación fundamental de todo el
proceso.

Todo texto, según apuntan diferentes autores
(Romeo, A. Concepción Villar y otros), es portador al
menos de tres significados:

a) Literal o explícito es lo que se expresa de
manera directa en el texto.

b) Intencional o implícito no se dice
literalmente, pero se descubre entre líneas, subyace en el
texto. Una vez descubierto, se hace también
explícito.

c) Complementario o cultural – tiene que ver con el
universo del saber y se expresa en la riqueza léxica,
profundidad del contenido, cultura general y experiencia del
autor reflejada en lo que el texto significa (riqueza y
profundidad en el tratamiento del tema, vocabulario, etc.). Al
escuchar a una persona o al leer un escrito, si poseemos un buen
nivel de comprensión, estaremos en condiciones de captar
tanto lo que el autor dice de manera explícita como
implícita, de acuerdo con nuestro universo del
saber.

Esta habilidad como acto simple, determinado por la
motricidad y no por el lenguaje y el pensamiento, hizo que se
perdiera en la educación de manera general, y en los
primeros momentos del aprendizaje del aprendiz una gran
posibilidad de desarrollar el pensamiento, la creatividad y la
capacidad de argumentar. 

Las investigaciones muestran cómo la escritura ha
sido fundamentalmente un proceso cognitivo, en el cual la
lógica que siguen los que aprenden para construir la
lengua escrita era diferente a la lógica de la lengua.
Estas investigaciones nos demuestran que si se estudian los
procesos de lectura y escritura se comprenderá mejor el
funcionamiento de los procesos mentales.

Desde esta perspectiva constructivista y
psicolingüística de la escritura, dicha habilidad es
ante todo una actividad simbólica, en la medida que
está determinada esencialmente por el lenguaje y el
pensamiento y no por funciones motrices y espacio temporales,
como tradicionalmente se consideró.

Las nuevas tendencias de la didáctica de la
enseñaza de lenguas permiten hacer una escritura vivida
como elemento de la comunicación de manera que el que
aprende descubre otra forma de relacionarse y expresarse,
además, le permite liberarse de las barreras del espacio y
del tiempo, y a su vez, encuentra una manera de evitar el olvidar
lo que ya ha aprendido. Es decir, aprender a escribir transforma
la mente del sujeto, el uso escrito de la lengua tiene algunas
propiedades que facilitan el desarrollo de nuevas capacidades
intelectuales, tales como el análisis, el razonamiento
lógico, la distinción entre datos e
interpretación o la adquisición del metalenguaje
que necesita el que aprende y en este caso el nuevo profesional
de la salud que egresa de estas universidades.

Sería bueno destacar que estas
características no son exclusivas de la escritura, las
nuevas tecnologías que han cosificado la oralidad creando
nuevos productos (grabaciones audio y vídeo) y contextos
(televisión, radio, contestador) el alumno también
desarrolla nuevas formas de pensamiento creador que le permite su
desarrollo con la ayuda de los demás alumnos y la
guía del profesor.

 La escritura, por tanto, es un proceso complejo en
el cual, se involucran diversas operaciones cognitivas que le
permiten al alumno no sólo representar y comunicar lo que
siente, piensa y conoce del mundo en que vive y se desarrolla
profesionalmente; sino comprender mejor lo que comunica, es
decir, movilizar y desarrollar su pensamiento.

 En efecto, cuando se habla de los procesos
cognitivos en la escritura, se hace referencia a las actividades
de pensamiento superior que realiza el alumno para escribir un
texto dado, en el periodo de tiempo que abarca desde que se crea
una circunstancia social que exige la escritura, hasta el momento
que se da por acabado, según las exigencias y la
guía del maestro.

 En el de escritura intervienen los conocimientos
previos que el alumno ha ido acumulando a través del
currículo, su competencia cognitiva,
lingüística y comunicativa. Competencias que le
permiten, en un conjunto diverso de ideas, seleccionar el
tópico central y alrededor de él, presentar en
forma coherente y cohesiva las ideas que la sustentan, con lo que
se crea, un texto con todos sus componentes (coherencia –
cohesión – adecuación – concisión –
precisión…) hasta construir la unidad textual necesaria
para que comunique con claridad la intención que se desea
o se exige. La práctica de la escritura en situaciones
comunicativas diferentes exige escribir diversos tipos de textos,
los cuales, a su vez, obligan al alumno a utilizar otros procesos
cognitivos; al respecto Liliana Tolchinsky considera lo
siguiente:

 No es la adquisición del sistema de
escritura en si lo que desarrolla el intelecto, si no su uso en
una multiplicidad de funciones. La escritura afecta nuestra
manera de pensar en los procesos de lectura, en la
interpretación en la discusión y producción
de textos. […] es precisamente la multiplicidad de funciones la
que promueve el desarrollo del pensamiento hacia niveles de
formalización más altos. Cuando un alumno pregunta
a cerca del significado de una palabra; cuando indica a su
compañero de clases "así no se dice"; cuando cita
lo que escucho decir a su compañero, está
ofreciendo diversas variantes la función
metalingüística. Está recortando una palabra o
una expresión del flujo comunicativo y trabajando sobre
este recorte: pregunta su significado, comenta su
adecuación o lo reproduce. La diferenciación de
funciones, incluyendo la función
metalingüística, es la que promueve formas superiores
de pensamiento.

 Escribir de acuerdo a las condiciones de una
determinada situación comunicativa orientada por el
profesor para el aula o fuera de ella supone, como mínimo,
la gestión de un conjunto de actividades complejas (la
activación del conocimiento lingüístico y
temático relevante o la organización de la
información según los objetivos y finalidades
discursivas) que se llevan a cabo de forma particular en
función del contexto social y cultural en el que cobra
sentido la producción de un escrito. 

De manera general, definir la escritura como un proceso
cognitivo, significa reconocer que esta habilidad exige del
sujeto un compromiso de sus facultades intelectuales más
complejas, desde la clasificación, la
jerarquización, la comparación, el análisis,
y la síntesis, entre otras. Ésta es una actividad
esencialmente cognitiva, el texto se produce primero en la mente
y luego se registra o se comunica en el papel, lo propio de la
escritura es el pensamiento y no la motricidad.

 La producción textual es ante todo un
proceso psicolingüístico que involucra lenguaje y
pensamiento, y no sólo elementos perceptivo-motrices; en
consecuencia, el texto se construye primero en la mente, por lo
que necesita de estímulo y ello se logra cuando a los
alumnos se les enfrenta a la escritura en contextos y situaciones
de uso, reales y efectivas, por tanto, el énfasis no debe
ser puesto en los aspectos gramaticales de la lengua, sino en el
pensamiento que se produce, obviamente sin abandonar aspectos
lingüísticos que faciliten la comunicación. A
continuación se presentan algunas sugerencias para mejorar
la producción textual en los jóvenes adultos de las
Ciencias Médicas, aunque pudieran generalizarse a otros
alumnos y contextos docentes educativos.

 La producción textual posee diferentes
fases tal como muestran Daniel Cassany (1993) y Pedro Díaz
(1995), que se repiten y recrean en el acto de
escribir.

Ellas consisten en:  

Planeación: esta es la fase previa al acto
de escribir y facilita la creación y organización
del texto donde el maestro tiene un papel fundamental. Es el
momento en que el alumno a partir de una situación
particular de comunicación, puede elaborar cuadros
sinópticos, mapas conceptuales o notas, con la ayuda de
sus compañeros y discutirlas sobre la base de lo que se
desea escribir, la orientación del profesor hacia lo que
se quiere es de vital importancia.

 Redacción: este es el punto de partida para
esta fase, se toman las estrategias utilizadas en la etapa
anterior, pero se pasa ya a la organización en palabras,
frases, ideas, de lo que se desea comunicar para que el texto
exprese en forma clara el mensaje que se requiere, es de gran
beneficio ofrecer al alumno indicios para el mejor ajuste al
tema.

Revisión: éste es uno de los momentos
más importantes en el proceso de la producción
escrita, een el, el alumno, a partir de la relectura y la
reescritura de su propio texto, toma conciencia de aquellos
aspectos lingüísticos y cognitivos que debe
considerar para mejorar su comunicación escrita, es decir,
el léxico, las estructuras gramaticales, los tiempos
verbales, etc, además de otras palabras, coordinantes y
subordinantes que le dan mucha belleza a la
escritura). 

El profesor puede promover diferentes estrategias
pedagógicas que faciliten la revisión y la
autocorrección; para esto es importante precisar
qué aspectos deben tenerse en cuenta para lograr un texto
"bien escrito", es decir, que comunique con claridad las ideas.
Dentro de estos componentes podemos mencionar: la superestructura
textual, la legibilidad, la precisión, la
concisión, la coherencia, la cohesión, la
corrección gramatical y la fluidez escritural. En esta
fase es esencial que los alumnos tomen conciencia de sus
dificultades y las posibilidades de superarlas, no se trata
simplemente de señalar o corregir las faltas que han
tenido en la escritura, este fase debe ser un instrumento eficaz
para el aprendizaje, debe concebirse como una técnica
didáctica más y no como una operación de
control obligatoria al final de cada texto, que vale la pena
hacerla en el aula, por los alumnos y al azar, de manera que cada
cual sea responsable del control de la actividad realizada por
sus propios compañeros.

Edición: cuando se logra comunicar con claridad
el orientado y se considera que éste responde a la
intención con que fue escrito, termina el proceso de
producción textual, entonces es el momento para que la
audiencia lo conozca. Es el momento de de hacer notar los mejores
trabajos y estimular aquellos que aun pueden hacer algo
mejor.

Una buena escritura debe estar provista de componentes
básicos necesarios para la mejor producción,
comprensión, intención, etc, entre ellos se
citan:

 1. La superestructura textual: este componente
hace referencia a la estructura organizativa de los textos, es
decir, al formato propio que los caracteriza: una noticia, una
composición, una escritura guiada (guided writing), un
reporte, un ensayo, etc.

2. Legibilidad: aspecto significa que el texto debe
llevar claridad en aspectos que hacen que el alumno se ajuste al
tema; consiste en que las ideas usadas se entiendan y tengan una
relación unas con las otras. En estos tiempos cuando tanto
se lucha por un buen idioma es meritorio referirse a la
ortografía, la caligrafía, aspectos que cada
día hará a los egresados mejores profesionales, no
importa la ciencia que hagan.

3. La economía y variedad en el lenguaje: ambas
son interdependientes; la economía, dentro de este
contexto de la escritura, se define como la capacidad de un
alumno para comunicar el máximo de ideas con el menor
número de palabras, y evitar los rodeos innecesarios en su
discurso para así ser directo y conciso. La variedad, por
su parte, se entiende como la riqueza lexical que permite llamar
a los objetos por su nombre y no caer en la
repetición.

4. La coherencia: esta está relacionada con el
orden lógico en el que se presentan las ideas, es decir,
se asocia con la manera como se introducen, desarrollan y
concluyen. Según Daniel Cassany, es la "propiedad del
texto que selecciona la información
(relevante/irrelevante) y organiza la estructura comunicativa de
una manera determinada¨(1993:30) 

De ahí que analizar la coherencia en un discurso
sea ver qué clase de acto comunicativo es realizado en la
expresión de proposiciones y cómo los diferentes
actos se relacionan en forma lineal y global para, finalmente,
formar piezas de lenguaje que se pueden determinar como
explicación, descripción, generalización o
hipótesis. Como se sabe, el escritor parte de un
conocimiento dado, de una conceptualización que desea
desarrollar en un escrito; su problema principal es cómo
organizar dicha información de base, de manera que impacte
y establezca una comunicación con el lector.

En síntesis, la coherencia tiene que ver con el
orden del discurso, es de naturaleza semántica y trata del
significado. Es un proceso cognitivo directamente proporcional al
conocimiento y a la claridad temática, es decir, a mayor
conocimiento y claridad del tema, mayor
coherencia. 

5. La cohesión: si la coherencia nos exige
presentar ordenadamente las ideas, una después de la otra
para facilitar la unidad de sentido, la cohesión nos dice
cómo conectarlas y enlazarlas para que no se pierda la
coherencia y se garantice el significado del texto. "La
cohesión se refiere al modo como los componentes de la
estructura superficial de un texto están
íntimamente conectados con la secuencia" (Alvaro
Díaz, 2005: 38).

 Dentro de esta gama de recursos que utiliza la
lengua para garantizar la cohesión de un texto, es preciso
detenerse en los signos de puntuación como elementos
cohesivos, y se focaliza la atención en el diseño
de estrategias de intervención pedagógica que
faciliten su aprendizaje significativo.

Conclusiones

  • 1. Para que se desarrolle una buena escritura
    es preciso que el alumno sea capaz de reconocer la
    función comunicativa que juegan los signos de
    puntuación para que esta sea clara y
    precisa.

  • 2. Para la descripción de un buen texto
    se hace necesario además de las estrategias que cada
    docente plantee para que esta escritura que esta se produzca
    según las pretensiones, que cada aspecto expuesto sea
    interdependiente y por tanto, se construyan
    simultáneamente.

  • 3. Es así que, las estrategias
    propuestas pueden ser retomadas igualmente para abordar cada
    uno de los componentes del buen escribir: superestructura,
    coherencia, cohesión, fluidez, economía,
    variedad, legibilidad, corrección
    gramatical.

  • 4. Cada docente pretende siempre producir
    avances o ratificar conocimientos, pero también debe
    tratar de colaborar para que los textos queden "lo mejor
    posible", cuando, en efecto, llegan a otros
    lectores.

Bibliografía

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Comunicativo y Sociocultural en la enseñanza de la lengua
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 Ferreiro, Emilia (1999). Cultura, escrita y
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 Teverofsky, Ana (1998). Más allá de
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 Tolchinsky, Liliana (1993). Aprendizaje del
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Vigotski L. S. Pensamiento y Lenguaje. 2da
edición. La Habana; 1934. (Edición
Revolucionaria).

Villar, Concepción (1981) English Composition,
Editorial Pueblo y Educación, La Habana,Cuba.

 

 

Autor:

Rafael Garcia
Rodríguez

Profesor de inglés de la Universidad
de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus,
Cuba.

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