Monografias.com > Lengua y Literatura
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Los cien mil hijos de Merkel y Sarkozy. Episodios nacionales de Angelillo de Uixó



Partes: 1, 2


    Los cien mil hijos de Merkel y Sarkozy. Episodios
    nacionales de Angelillo de Uixó – Monografias.com

    Los cien mil hijos de Merkel y
    Sarkozy. Episodios nacionales de Angelillo de
    Uixó

    Lector llora conmigo sobre nuestros
    emigrantes, ayuda a la patria como lo hacen lo héroes de
    ésta historia, no tengas miedo al racismo ni al
    autoritarismo (Angelillo de Uixó)

    Garroferales abandonados de Vall d'
    Uíxo, troncos cavernosos diseminados por bancales medio
    caídos, junto al señorial árbol malas
    hierbas cubren la tierra, el grillo chirriá gobernado, se
    suceden ribazos en hileras de piedra secas alzadas como
    fortalezas que albergan las grandes atalayas de tronco y ramas de
    los algarrobos, hoy comparten vida marchita con aliagas, avena
    silvestre y zarzales.

    Paraje de la de la balsa de cristal rodeado
    de garroferas, balsa de riego con goteras en las paredes de
    cemento, aguas verdosas, oscuras y medio podridas. Regaban hace
    años pequeñas huertas de miserables jornaleros; hoy
    sus hijos tan miserables como sus padres pasean por la heredad,
    no son hortelanos, no son jornaleros, se le conoce como parados.
    Hojas caídas se descomponen por la senda provocando que al
    pisar el pie se hunda en la hojarasca mojando los zapatos. Ha
    llovido hace dos dos días; el seco paisaje se ha
    transformado en barrizal de pequeñas charcas de un palmo
    de profundidad y un metro cuadrado de diámetro, la tierra
    ha adquirido un color acre; el sol se oculta entre nubes blancas
    sin que eso impida que caliente y tenga el ambiente una gran
    sensación de humedad asfixiante que seca la
    garganta.

    Pisan dos parados el camino esquivando los
    charcos, junto a ellos caminan unos perros.

    -La naranja no madurará con este
    calor – exclama uno de los parados, el Guiso, joven llegado
    a los 30, exhibe cabeza rapada que le da aspecto semejante a una
    foca, su cara es redonda de huertano valenciano, tiene aires de
    paleto de pueblo.

    • Que más da Guiso, no creo que
      nos cojan para trabajar con tanto moro suelto¿ y si
      nos vamos a Alemania o Francia? Allí dicen que
      están mejor las cosas- le responde el Penas,
      varón algo más alto, moreno, de mediana edad,
      en la cara avellanada, se ha dejado sin afeitar la perilla,
      su pelo es rizado, tiene todo él aspecto moruno y de
      vago del mediterráneo.

    • Será mirarlo- responde Guiso
      apartando una mosca que se ha posado en al oreja, se rasca
      con la aleta de la mano la cabeza de foca.

    • Será – responde
      Penas.

    Ladran los perros que les acompañan,
    van empapados dos pasas atrás repletos de barro al haberse
    revolcado en los charcos, juegan ladrando jubilosamente, sus
    dueños hace rato que no hablan, sienten profunda
    inquietud; por la senda llegan a Vall d' Uixó. Bullicio,
    chillidos de niños jugando en los charcos de las calles,
    la gentes agolpada los bares toma café, mendigos rumanos
    tocan el acordeón con miserables céntimos
    desgastados en un trapo tirado en el suelo, dos viejas gitanas
    con bebes colgados del dornajo rebuscan en el contenedor del
    mercadona, los BMW pasan indiferentes con la música
    fuerte, la guardia civil hace ronda.

    Se despiden los dos jóvenes en el
    portal de el Guiso. Frente a las puerta de la finca destartalada
    de dos pisos con cornisa de teja hay cinco moros apoyados sobre
    coches holgazaneando, visten túnicas sucias manchadas con
    salpicaduras sangre de cordero, carecen de ropa interior, las
    mujeres casadas y las viudas miran de reojo con lujuria a los
    moros. Los moros rascándose las barbas dan gracias al
    cielo por qué Cristo inventarán cáritas. El
    cura de Uixó les ha contado a la morería que piden
    comida:

    • sabed moros antes de que os
      llevéis la bolsa con comida, en España nadie
      pasa hambre como en vuestros países ¿Por
      qué? Por qué Cristo fundó
      cáritas, dar gracias por ello, mientras el pagano de
      Ala se dedicaba a fomentar el terrorismo. ¿ quien os
      ayuda cuando no tenéis patrón que os gobierne y
      de faena? ¿Quien? La iglesia Española,
      cáritas. Grande es cáritas.

    Los moros no lo discuten, apoyados desde
    los coches dan gracias a Cristo de forma sincera. El cura pasea
    por el pueblo feliz por la crisis.

    El Guiso mete a los perros en las jaulas
    del terrado, junto a ellas cuelgan toallas y sabanas, en un
    rincón de la azotea está la antena de
    televisión donde un tordo picotea los hierros , sale
    volando al escuchar los pasos.

    Baja el Guiso a su comedor, pequeño,
    pobremente decorado con un aparador, una televisión sobre
    la que hay un marco con su retrato de él vestido de
    militar cuando cumplió con la patria en la legión,
    en una pared cuelga un cuadro de un barco velero luchando con una
    tormenta, en la pared contraria hay una ventana discretamente
    tapada a los ojos de la calle con una cortina color beis, en el
    centro está una mesa de pino con cuatro sillas, en un
    rincón el sofá sobre el que se extiende sin
    ningún pensamiento concreto. Enciende la
    televisión, pasa la mano sobre la calva, suspira.
    Presentadores del telediario con corbata, traje negro, ojos
    azules, rubios, altos, delgados, sin ningún rasgo
    semejante al resto de población hispana relatan las
    noticias:

    • Hemos llegado a cinco millones de
      desempleados, vamos a por los seis, en otro orden de cosas:
      un joven Sevillano junto a otros menores han violando,
      torturando, y prendido fuego a una menor que era amiga suya,
      la victima sufrió indeciblemente, todo apunta a la
      falta de valores de la sociedad, desgraciadamente no tenemos
      las grabaciones de los hechos ya que los acusados no han
      querido facilitar a esta cadena la que hicieron con el
      móvil, solo tenemos las fotos de la autopsia y el
      testimonio de los culpables. Los padres de la menor piden al
      rey que se endurezcan las penas, cadena perpetua sería
      lo razonable, volveremos sobre ello toda la tarde, pero ahora
      demos paso a un huracán en Japón. Lo más
      significativo de este tifón apodado kitty hollow es
      que ha destrozado una central nuclear matando a miles y miles
      de japoneses, no cambien de canal, a continuación
      veremos arrastrándose por la calles a centenares de
      japoneses pidiendo a gritos que les hagan el harakiri. Nos
      confirma la ministra Chacón que España
      ayudará humanitaria a Japón a través de
      la ONG de la guardia civil y el ejercito para rematarles tras
      recibir formación especifica sobre las costumbres del
      país, pero antes de dar paso a la ministra :
      publicidad.

    El Guiso y el Penas como cualquier parado
    de España pasan la tarde entretenidos contemplando las
    noticias. Al día siguiente bajan con los perros, llevan
    ligeras cazadoras que al cabo de 15 minutos se quitarán
    cuando el sol ascienda un poco más. Los perros dan
    pequeños brincos de la alegría del paseo, al
    encontrarse las dos jaurías saltan moviendo el rabo
    frenéticamente, como un muelle vuelven a su sitio cuando
    estiran demasiado debido a la cadena. El Guiso y el Penas se
    resienten en los brazos, les dan bastonazos que no evita que los
    perros vuelvan a repetir la conducta.

    • Luna, Blaqui, Hermes… vale ya
      coño, paf, puf, paf- grita exasperado el Guiso pegando
      a los animales, se bambolea de tanto tirón y es
      arrastrado unos metros hasta tomar las riendas.

    Los moros apoyados en los coches
    ríen de la escena.

    • Ser malo perros, ser malo perros, a Ala
      no gustar perros, ellos no ir al paraíso, nosotros no
      comer perro casi nunca.

    Los parados inician su camino hacia la zona
    adiestramiento de la caza con bastón. La tierra
    está seca, hace calor, los charcos del suelo han
    desparecidos tragados por una gran sed.

    A lo lejos unas sombras avanzan, son varias
    personas de diferentes alturas y edades. Una es asquerosamente
    rubia, alta, de un blancor que molesta, otra es de aspecto
    más respetable, bajita, morena, junto a ellos sin
    llegarles a la cintura van cuatro niños del orfanato del
    pueblo. Los perros se asustan como cualquier animal ante los
    niños, ladran, sacan los colmillo, se les erizan los pelos
    del lomo, se lanza al ataque pero la correa evita la
    agresión. Guiso y Penas se emplean con las varas, sosiegan
    a los asustados animales. Se cruzan los dos grupos.

    El Guiso sonríe ampliamente al
    reconocer a la persona morena y bajita , es el cura del
    pueblo.

    Habla el padre con su voz vinosa casi
    inteligible. En sus palabras siempre hay maldad, prepotencia y
    ofensa. El rubio de su lado, con frente a franjas rojas al igual
    que la nariz tiene los colores de una gamba, escucha atento sin
    comprender casi nada, con ojos de gamba, expresión de
    gamba, mira los perros.

    • Urbi et orbe, benaventure dei, salutem
      Guiso- dice el cura- pasate por al sacristía que tengo
      un paquete con comida para ti, ayer hubo cena con el obispo y
      sobro mucho. ¿Cómo va el empleo, encuentras
      algo hijo mio?- Escudriña el pastor de almas su
      rostro, mira al Penas al que no tiene tratado de
      reojo.

    • No padre, no hay faena, los moros, los
      negros se la han quedado toda- agacha la cabeza penitente el
      Guiso, el Penas hace lo mismo, los perros
      también.

    • No desistas hijo que Rajoy pronto
      entrará- el cura suspira satisfecho con la respuesta,
      hace la señal de la cruz, el rubio que va agarrado de
      la mano de un menor acaricia a un perro de caza que pasea el
      olfato por su entrepierna.

    • Oh mondie, que escuche sobre el
      trabaje, en Francia tenemos muy mucho trabaje para
      españolite, ¿ustedes querer trabajar en
      Burdeos, en la construccioné? – les dice el rubio con
      acento francés.

    • Si señor, cómo no vamos a
      querer trabajar- el Penas y el Guiso contestan la vez mirando
      con grandes ojos al francés con aspecto de
      gamba.

    • Pues tomare nota de los nombre de
      ustedes y contactamos, les diré los que tiene que
      hacer para mua. Magnifique su disponibilite, en casa del
      padre me encontrarán alojado, venir luego.

    Vuelve a acariciar a los perros el
    francés, toma nota de los dos jóvenes, los
    niños parecen absortos e idiotizados, quedan quietos
    alrededor de las piernas del francés y del cura en la
    misma posición que los perros. Se despiden los dos
    grupos.

    El francés bajo su piel gambuna del
    sol español tiene aspecto de un animal instintivo, la de
    esos tipos que disfrutan de la vida a través del placer,
    cosa muy propia de este pueblo degenerado repleto de gente
    viciosa y libidinosa. Semeja su rostro a las litografiás
    del marqués de Sade. Su pelo es largo, blanco
    apermanentado de un volumen de dos palmos, cubre las piernas con
    calzas blancas, calza botas de cuero de montar que le llegan
    hasta las rodillas, lleva pechera con ricos volantes de holanda
    sobre la camisa de franela con chaleco negro y adornos florales,
    bordados en los puños de la camisa donde ha cosido botones
    de oro. Su barbilla está adornada con un enorme lunar
    postizo, esnifa rapé a todas horas provocándole
    estornudos que disimula elegantemente llevando a la boca un
    pañuelo de rica tela blanca.

    Los dos parados contentos caminan hacia la
    balsa de cristal felices por la noticia, miran el paisaje como si
    fuera la última vez que los ven, vuelven a casa. Los moros
    con sus túnicas amplias siguen apoyados sobre el mismo
    coche, las mozas del pueblo les miran de reojo lujuriosas y
    desesperadas por lo que guardan bajo la túnica los
    salvajes circuncisos, arreglan las hembras con discreción
    cita moruna.

    El Guiso y el Penas van a la casa del cura
    al medio día, concretan la oferta de trabajo.

    -Celebremos el trabajo y que todo
    está arreglado- le dice el Penas al Guiso al salir a la
    calle agarrándole del brazo.

    -Lo celebramos- responde el
    Guiso.

    Llegan a casa y sacan algo de ahorros que
    les quedan.

    -¿Donde vamos Penas?

    -Al chino del bufet libre "Flor de
    loto"

    Pasan de camino frente cáritas.
    Largas colas de decenas de personas: moros, cristianos, negros
    suplican comida. La cruz roja colabora lanzando bocatas, la
    guardia civil vigila que no haya tumultos, de vez en cuando sacan
    algún bocata de tortilla de patatas sin hacer cola
    exhibiendo gruesa porra negra. Una ONG de payasos ameniza la
    espera con una piñata repleta de sándwich que debe
    romper preferentemente un parado que haga tres día que no
    coma. Unos mimos representan una función haciendo como que
    comen un bocadillo. Niños, padres, asistentes sociales,
    aplauden la actuación. Al final del rancho traca, fuegos
    pirotécnicos, el himno de Vall d' uxió tocado por
    la banda municipal, fotos y propaganda electoral del partido
    popular y socialista.

    El Guiso y el Penas entran en el Flor de
    loto, no hay nadie más, agarran bandejas y las llenan de
    platos repletos de comida. Empiezan por los rollos de primavera
    mascando hasta el pergamino metido dentro donde se les anuncia su
    destino. En sus estómagos queda oculto los acontecimientos
    del viaje.

    – Ostia ahora que lo pienso ¿que
    hacemos con los perros ?- pregunta el Guiso inquieto.

    – Joder, pues no había pensado-
    responde el Penas con la boca llena de tallarines que le llegan
    hasta la perilla brillante y húmeda por el suco de la
    salsa agridulce.

    Se rascan los cráneos los dos
    jóvenes sin dejar comer.

    El chino madarin propietario del local los
    mira con preocupación, va a la trastienda donde unas
    niñas atadas a una rueca de coser fabrican zapatilla
    adidas para el corte inglés de Castellón. Al lado
    de las niñas se encuentra una estantería que llega
    hasta el techo, junto la imagen de buda y Mao Tse Tung hay
    potingues en frascos con cuerno de rinoceronte, dientes de rata,
    huesos de hipopótamos, y demás porquería
    utilizada en la medicina china. La cocina se encuentra frente a
    la estantería. Una anciana distraída despelleja a
    un gato para hervir, le saca los ojos y los guarda como
    afrodisíaco. El Chino manda a la vieja preparar un laxante
    vomitivo.

    -Y si abandonamos a los perros- dice Guiso
    tras cinco minutos comiendo y pensando.

    -No se, no se, y si caen en manos del
    Chino- dice el Penas mirando unos pelos negros y blancos muy
    largos en la sopa que sorbe relamiéndose.

    • Yo conozco a un anarquista bastante
      perro flauta que igual por algo de pasta los cuida- se le
      ocurre al Guiso.

    El Penas va a hablar cuando se acerca el
    gerente con una tarta en la mano.

    – Glandes senores, como anflitión
    quelel dal a ilustles invitaos a mi humilde restaulante una
    glande solplesa. Talta china espicial para gente especial, comel,
    comel nobles invitados- les dice el chino Yuan Yuan bizqueando de
    su ojo derecho y sudando sobre rostro hepático de
    chino.

    -Ole, ole que grande sois los amarillos,
    gracias chino, venga esas cucharas- dicen al unisono los dos
    chicos contemplando los palos que lleva en la tarta hartos de
    comer con las manos y palillos.

    Yuan yuan llama a su nieta una preciosa
    china de 17 años que trae cucharillas de postre. Siente
    vergüenza ante los extranjeros, mira al suelo de forma
    grácil para no ofender a los varones, sus linda mejillas
    se enrojecen excitando a los jóvenes.

    Tomal- les dice ofreciendo unas divertidas
    cucharillas con un oso panda grabado en el mango.

    -Podrían meterse los putos palillos
    por el culo- dice por lo bajini el Guiso para no ofender a Yuan
    yuan y la chica que se retira.

    -Pero la comida mola¿no?- responde
    Pena.

    -Mola- dice Guiso guiñando ojo a su
    compañero mirando a la niña que entra la
    fábrica cocina.

    -Yo le metería otra cosa a esa por
    el culo- dice el Penas.

    Ríen comiendo la deliciosa tarta
    hecha con gelatina de insectos y roedores.

    Tras varios bocados a la tarta sus rostros
    amarillean semejando a un Bruce Lee cualquiera, el chino Yuan
    Yuan se acerca de inmediato con la factura:

    -Pagal, pagal, pagal.

    Los dos jóvenes pagan y salen
    corriendo a la calle donde arrojan todo los rollos de primavera,
    tallarines, salsas agridulces.

    Las ratas se acercan al vaporoso alimento,
    se escucha en un piso cercano cantar a cristo. Los gitanos
    evangelistas celebran la oración de después de la
    siesta, palomas sobrevuelan el cielo, las campanas repican, el
    cura pasea feliz por la crisis, el francés se siente unos
    de los cien mil hijos de San Luis.

    El Guiso y el Penas repuestos de la comida
    buscan al anarquista para ofrecer el cuidado de los perros. Lo
    buscan por sedes sindicales, casales populares que frecuenta
    junto a otros anarquista para escribir en facebook sobre el
    maltrato animal, hacer caricaturas satíricas de los
    poderosos, preparar conciertos rototomberos, ver pelicular,
    llorar por la clase obrera y beber cerveza.

    Preguntan incansables por el cascabeles,
    pero no lo hallan.

    Al cabo de varios días dan con
    él en un monte con unos amigos preparándose para
    meditar por la paz, ayunar contra la pobreza y la injusticia.
    Como anarquista acepta en un acuerdo rápido sin regateos.
    El cascabeles lo hace por amor a los animales y no por dinero
    destinado a pagarse conciertos anarquistas y la tarifa de una
    ecoaldea solidaria que imparten cursos por 500 euros de como
    vivir sin dinero.

    El Guiso y el Penas van
    organizándose, durante una semana se ocultan, no dicen a
    nadie donde van para no levantar recelos y que les quiten el
    puesto de trabajo, incluso evitan ir a cáritas o de ver al
    cura y Fransua por miedo a decir algo que pueda
    molestarles.

    Finalmente llega el día de la
    partida, con el último que hablan es con el cascabeles. En
    la estación de Nules les aguarda el tren dirección
    Burdeos.

    La estación ofrece
    espectáculo de andenes repletos de gente que va hacia
    Europa, aunque todos disimulan sus intenciones por miedo a que
    les quiten el puesto de trabajo manifestando ir a Andorra por
    lotería.

    El tren va lento, el viaje es pesado, se
    entretienen mirando el paisaje. Una vez están ya por
    navarra cerca de los pirineos el clima tiene aspecto de
    frío con nubes negras, cielo grises, agua por todas
    partes, zonas de pasto que les llaman la atención,
    observan el Bidasoa. El Guiso y el Penas se hacen muecas
    señalando las primeras vacas, al cabo de varias horas se
    acostumbran y se cansan de ver tanto prado y tanta
    vaca.

    Llegan Burdeos, bajan y buscan las
    señas dadas. Las calles son silenciosas. Les asusta tanto
    silencio, esa es la primera señal de que de verdad lo han
    hecho, son emigrantes. Ven algo en esas extrañas calles
    que les es familiar, varios moros apoyados en coches, todos ellos
    hablan juntos en espacio públicos como si estuvieran en la
    medina de Tetuan o de Vall d' Uixó, pero no llevan
    túnica, en Francia está prohibida por qué
    excita a las francesas.

    Miran a los nativos de Burdeos, son
    lechosos, mantecosos, hablan poco, tiene aire soberbio, sus ojos
    son pequeños de embusteros. El Guiso y el Penas intentan
    hablar con un cartero para saber donde está la casa de
    Fransua, muestran la dirección de la rue. El cartero
    francés escupe en el papel y se va maldiciendo a los
    españoles:

    -Va te faire fourdre, fill de
    pute.

    -¿ Que habrá querido decir?-
    dice el Penas al Guiso mirando al cartero con resquemor intuyendo
    algo negativo.

    – dejalo, cosas de franceses, vamos a
    preguntar a esos moros que seguro son más amables- exclama
    el guiso.

    Se acercan a los moros y descubren que son
    paisanos, están junto a griegos e italianos, todos buena
    gente. Se saludan como hermanos y les llevan a la calle que
    buscan: la rue de la fraternite.

    En ella hay una casa a medio construir que
    coincide con las señas, es la de el patrón
    fransua.

    Llaman a un teléfono convenido dado
    por fransua, los dos Españoles se sientan en la acera,
    oyen dentro de la casa ladrar a un perro, al cabo de 20 minutos
    acude el familiar. Mira con desprecio a las dos patéticas
    figuras morenas sentadas en la acera junto a unas bolsas de
    basura y sus maletas, hablan distraídamente los
    españoles tiritando, el francés se planta ante
    ellos tapando con su sombra el poco sol que les calienta. Les
    explica la faena sin apenas presentarse:

    -construir la casa.

    – Muy bien por el trabaje, pero¿ y
    donde dormite nosotros?- pregunta el Penas ya puesto en pie
    mirando al familiar de fransua,, un tipo blanco, gordo, pelirrojo
    con el pelo con trenzas a lo Obelix, de cara redonda, y un gran
    mostacho rubio a lo asterix. Le cae mal de inmediato, el pelo se
    le eriza al Penas y la Guiso.

    – ahí, ahí- les dice
    señalando una sucia cochera que esta a su espalda y pegada
    a la casa. Desde el hueco de la ventana se ve la hormigonera,
    pozales, palas, arena. Desde la casa ladra Milu, el familiar de
    fransua se dirige a ella, abre la puerta y lo saca, los
    españoles aguardan, vuelve con el perro que da la patita a
    los recién llegados.

    -¿En la casa donde está el
    perro no podemos estar nosotros?- dice mirando la vivienda aun
    por terminar pero con partes ya habitables.

    – Oh mondie, no, no, amigue espnyol, Milu
    es muy querite en la casa, para fransua es como su hijo,
    imposiblilite, dormir en cochera ustedes.

    -Pero que putada es esta- dice el Penas con
    rabia- fransua nos prometió a este y a mua
    vivienda.

    -Y habite tenéis amigo espanolite,
    aquí, aquí- le dice sonriendo y señalando al
    cochera.

    – Esto no puede ser, somos gente
    acostumbrada a dormir en casas no en establos- dice el Guiso
    intentado convencerlo.

    El francés levanta hombros con
    indiferencia y les dice de forma cínica
    francesa:

    • Yo comprendite amiguite del sur, pero
      no poder ser, durante unos día vosotres estar
      aquí, aguante un poquite bravo espaniolite, y luego
      todo se arreglite, vosotros trabajar, trabajar y ganar
      dinerite, poquite a poquite, yo tengo que irme, un cordialite
      salute, y bien venidos a Francia, la nación de los
      derechos y la libertité.

    El familiar de fransua se lleva consigo de
    paseo a milu que da saltitos alegres , cierra la puerta de la
    vivienda con llave. El perro da la patita a los Españoles,
    les mueve el rabo y hace sus necesidades sobre sus
    maletas.

    El Penas y el Guiso se quedan
    desconcertados, cansados y hambrientos, miran a su alrededor las
    preciosas casas, los rostros desconocidos, amenazantes de esas
    personas rubias, blanquinosas, mantecosas y repugnantes. Buscan
    pensión donde comer y dormir pero las que encuentran son
    muy caras, en las baratas no permiten perros ni españoles.
    Vuelven a la cochera y se meten por la ventana, se tapan con
    sacos y lo que encuentran. El viento es helado, la cabeza les
    duele los huesos más, maldicen Francia una y otra vez. Al
    día siguiente vuelve el familiar con motivo de pasear a
    Milu y ver que han decidido los españoles. A
    regañadientes empiezan el trabajo, piden dinero y el
    familiar lo deniega afirmando que es con fransua con quien tienen
    que hablar.

    Los españoles aceptan, pasan dos
    semanas, todos los días llueve, el tiempo es frío,
    las setas brotan por los jardines e incluso en la cochera. Se
    sienten engañados y prisioneros de los
    franceses.

    El Guiso y el Penas agotan el dinero la
    tercera semana, entre tanto la relación con los vecinos
    franceses es cada día peor, les acusan de los problemas
    económicos de Francia, de la crisis del euro, les miran
    con desprecio, les insultan llamándoles guarros. El Penas
    y el Guiso van desaliñados, la ropa no tienen donde
    limpiarla, han perdido más 10 kilos cada uno. Los
    gendarmes les cachea diariamente y les aplican multas por vagos y
    maleantes, a veces como a otros paisanos les pegan con la porra,
    apagan cigarrillos en su cuerpo. El guiso y el Penas han
    terminado la casa de fransua, piden jornal nuevamente y el
    familiar se desentiende.

    Pasan los primeros días de hambre,
    buscan alimentos por cáritas , pero allí no
    existe.

    La catedral gótica de Burdeos tiene
    pórtico ojival con imágenes esculpidas en piedra
    tamaño natural de los apóstoles tetramorfos. Bajo
    el León de San Marcos se coloca el Guiso con un cazo con
    la bandera de España, junto a la figura del toro de San
    Lucas se coloca el Penas con una capa y banderillas, va envuelto
    en una manta sucia y lleva puesto un tricornio de torero. El
    centro del pórtico lo preside la figura hierática
    de Cristo en forma de blanco cordero, bajo las pezuñas de
    cristo hay varios argelinos de 20 años de rodillas con los
    brazos en cruz. Los pocos franceses que no son ateos al salir del
    templo les insultan llamándoles vagos y maleantes, les
    pegan cristianamente.

    El Guiso y el Penas viendo que en Francia
    no hay ni cáritas, ni mendicidad y con las tripas
    inflamadas por falta de comida van a los servicios sociales.
    Acuden a un edificio infantil pintado de amarillo que parece una
    guardería, pero son los servicios sociales. Hay columpios
    en el jardín, esculturas de los pitufos junto a una
    fuente, caballitos de madera, norias en la que giran los pobres y
    los tontos. Dentro las paredes están pintadas de azul y
    rojo, las sillas son cómodas y la calefacción
    agradable, pero la burocracia y el desinterés de los
    funcionarios es superior al de España. Se niegan a atender
    españoles, antes tienen preferencia los moros. Los
    españoles les gritan a los funcionarios:

    -Cómo en España, los moros
    primeros y los europeos los últimos, no es justo, los
    moros no cotizan a Francia y nosotros si.

    La sala está llena de
    españoles, desertores de la legión francesa,
    enfermos mentales y toxicómanos. Sentados esperan turno.
    Miran la ventana donde se ve un jardín y a los locos dando
    vueltas a la noria.

    El Penas y el Guiso ven pasar cerca del
    jardín al familiar de fransua con una hermosa mujer
    francesa en minifalda que deja ver unas largas piernas cubiertas
    con medias transparente muy sexy. Rubia, de larga cabellera que
    llega hasta la cintura, delgada, de más de metro ochenta,
    lleva un jersey de lana muy ajustado que marca sus grandes
    pechos. Camina agarrada del brazo del familiar de fransua que se
    atusa el bigote. Ella coqueta deja caer dulcemente su cabeza en
    el hombro del varón. El hombre satisfecho de la vida silba
    la marsellesa, Millu camina al lado de la pareja dando
    pequeños saltitos y moviendo a un lado y otro la cola al
    son de la canción. Las hojas de los robles y
    castaños caen otoñalmente, el suelo esta alfombrado
    de colores rojos, verdes, amarillos.

    – Mira el hijo puta la tía que se ha
    pescado, y nosotros muertos de hambre, apaleados y jodidos de
    verdad, hijo puta, que hijo puta- dice el guiso pasándose
    la manos por la nariz y quitándose los mocos del
    constipado con los dedos.

    • No lo sabéis bien, yo llevo en
      este infierno llamado Burdeos cuatro putos años. He
      pasado de todo, hambre, miseria, malos tratos, incluso me han
      intentado sodomizar más de 12 veces los franceses, es
      gente muy cochina y maricona, nadie lo sabe bien hasta que
      vive aquí, en dos ocasiones lo consiguieron- les dice
      un gordo moreno en edad casi de estar jubilado, les extiende
      la mano presentándose- me llamo "el
      vizcaíno"

    EL guiso y el penas le dan la mano y
    escuchan los consejos de un emigrante veterano:

    • Vine aquí al principio de la
      crisis y sigo igual de arruinado que al principio, he
      trabajado en todo lo que no quieren hacer los asquerosos
      franchutes estos, en el campo, en la obra, en fabricas,
      muchas veces no cobraba, los franceses son peor que los
      judíos, si podéis iros volver a España,
      ir a América, a Perú a Chile, iros, yo en
      cuanto pueda regresaré a España.

    El Guiso y el Penas miran las fracciones
    del vizcaíno, notan en sus ojillos llorones las desgracias
    que el anciano ha pasado, no dicen nada por estar
    conmocionados.

    Los enfermos mentales dan cabezazos contra
    las paredes, los funcionarios franceses ríen, hay varios
    los yonkis chutándose metadona en los urinarios y
    practicando felaciones a ancianos franceses que entran en estas
    instituciones buscando españoles, moros y yonkis para
    prostituirlos.

    • Bueno tengo que ganarme la vida- les
      dice el Vizcaíno yendo hacia los urinarios donde un
      anciano francés le reclama.

    Salen de allí y vuelven a la
    cochera, se colan por la ventana y debaten si irse o
    quedarse.

    -Mira Guiso que lo mejor será irnos
    a España, aquí estamos como perros.

    -Peor que perros, si no mira a Milu que
    bien vive, creo que lo han guardado en el comedor- dice el Penas
    cambiando del tema de la vuelta a España por el
    perro.

    • Voy a ver – sale de la cochera y mira
      dentro de la casa.

    • Milu, milu,- tira una piedra y el
      animal se acerca a la ventana.

    • Cuidado un gendarme, que no nos vean
      que nos detiene por españoles- dice el
      Guiso.

    Se ocultan y el gendarme sigue calle abajo
    tatareando la melodía de casa blanca mientras hace girar
    por el aire el paraguas porra.

    • Milu, milu- susurra suavemente el
      Penas-

    Milu asoma con las orejas levantada y su
    cabecita blanca con una mancha negra. El Penas tira una piedra y
    rompe el cristal, va hacia el animal que le da la patita, lo
    agarra del cuello y con un trozo de ventana lo degüella
    tirándolo al jardín.

    • Venga pasa, vamos a coger lo que
      podamos.

    El penas y el guiso miran que pueden coger
    que es nada, así que abren el gas natural y encienden una
    vela.

    • Nos largamos a España- dice el
      Penas.

    • Cuanto antes mejor- confirma el
      Guiso.

    Pasan a la cochera por la ventana abierta,
    las maletas está hechas, las agarran y se van. El gendarme
    hace ronda de vuelta, los ve y les da el alto.

    • Oh Mondie, vosotres parecer
      espanyolites, dar vise ¿ donde ir tan de
      nochite?

    • A casa gendarme, a casa por navidad– le
      dice el Guiso sarcástico.

    Al instante se produce una tremenda
    explosión, la casa de fransua empieza arder
    propagándose el incendio a la de su vecino que
    también explota. El barrio arde en llamas, el
    policía va a sacar la pistola pero el Penas le mete en el
    hígado dos palmos de acero de albacete, empieza a brotar
    la negra sangre y gime el gendarme. Los dos españoles
    contemplan con satisfacción como muere lentamente, va
    cayendo poco a poco el cuerpo deslizándose del brazo del
    Penas al que se asiste hasta caer al suelo . En la vivienda
    contigua a la de fransua vive un matrimonio con sus dos hijas.
    Arde por los cuatro costados, el techo se desploma sobre el
    matrimonio. En el cuarto de las niñas entran las llamas y
    prenden su tierna carne acurrucada en sábanas. Por
    desesperación las niñas se tiran por la ventana a
    la calle, aun viven mientras andan ciegas ardiendo, sus vecinos
    miran atónitos. El Guiso, el Penas abrazados lanzan hurra
    al cielo. El vizcaíno cómo muchos españoles,
    griegos, moros que están en las cocheras, en bancos de los
    parques, salen de los agujeros a ver el incendio, comprenden que
    es su momento y empiezan a entrar a las casas para robar. Dentro
    de los hogares no solo hay riqueza, si no deliciosas mujeres
    francesas en lencería fina a las que violan y
    después despanzurran con grandes navajas al
    grito:

    • ahora vas a saber francesa lo que es la
      furia hispana, Santiago y cierra España.

    Y zas, cuello francés
    cortado.

    El vizcaíno con varios argelinos
    entran en la casa del familiar de Frasua con antorchas. EL
    familiar se encuentra con la preciosa Birkin, durante un instante
    los hombres al ver solo vestida con el ligero a la
    bellísima mujer quedan quietos admirando la
    perfección. Sus pechos blancos, puros, con los pezones
    sonrosados gruesos en punta frete a ellos y con lagrimas en su
    preciosos ojos azules, hace babear a los argelinos, al instante
    se lanzan sobre ella, el familiar de Fransua aprovecha para
    huir.

    El Guiso y el Penas caminan durante
    días, por el camino se acoplan a una caravana de
    españoles que regresan exhaustos, humillados, a la patria.
    Vienen de Holanda, Austria, Alemania. Al llegar a los pirineos
    besan la tierra. Es fresca, perfumeada, generosa, pacifica,
    hispana. Las ardillas brincan por las ramas, los ciervos
    orgullosos levantan cornamenta y se adentran en la profundidad
    del bosque, los lobos aúllan, los españoles cantan
    soleadas y malagueñas.

    Los parados ya se encuentran en la ribera
    del Bisadoa de aguas frías y lentas. Discurre la noche en
    un silencio arrullado por el lacónico sonido de las aguas
    que sumergen en las profundidades del dolor del alma a los
    emigrantes. Sombríos caserones solitarios en los montes
    parpadean como faros, son los farolillos que iluminan las
    estancias. Los emigrantes van hacia ellos. Agotados llaman a una
    puerta de una caseron construido en piedra. Una anciana con
    zapatos zancos salen a su encuentro, al verlos comprende de
    quienes se tratan: de la flor de España. Se abrazan y
    lloran juntos. Les dan de cenar garbanzos, huevos, quesos. Los
    españoles besan a cada alimento de su tierra y escupen a
    la que está detrás de los pirineos. En los establos
    de los caserones las vacas mugen apaciblemente, el fuego del
    hogar chisporrotea. Al amarecer la caravana parte feliz y
    satisfecha. Por los caminos voluntarios requetés y
    falangistas auxilian a los compatriotas con el noble fin de
    darles ayuda humanitaria. El viento frío aúlla
    feroz en los solitarios prados, los pueblos del
    mediterráneo quedan aun muy lejos, cae una nevada por la
    mañana. Los falangistas localizan la caravana que lleva
    varias horas perdida, la anciana preocupada les ha llamado por
    que las meigas se le han aparecido en el puchero de garbanzos
    anunciando entre las carnes magras hirviendo una gran desgracia
    para estos Ulises.

    -Hermanos, camaradas, venir con nosotros
    que la nevada va a ser grande, y bien venidos todos a la patria,
    sabemos quienes sois y lo que habéis pasado en Europa,
    nuestro deseo es ayudaros- les dicen los fascistas a los
    emigrantes bajo el poncho militar con la orden de calatrava
    bordada.

    La caravana acepta al ayuda, van a una
    masía donde se calientan al fuego, comen garbanzos, la
    nieve cae lentamente.

    -¿ pero decirme, de donde sois?-
    pregunta un voluntario requeté.

    -Nosotros somos de Vall d 'Uixó-
    dice con un hilo de voz agotado el Guiso.

    Cada persona va contando de donde es,
    derrama abundante lagrimas al recordar sus pueblo, lo que han
    dejado atrás y como vuelven.

    Los requetés y fascistas atienden a
    sus compatriotas, junto el fuego todos en el asamblea van
    contando las humillaciones pasadas en Alemania, Holanda,
    Francia…Los fascista como hombres comprometidos lloran con
    ellos, y juran venganza contra alemanes y franceses.

    • Camaradas, compartimos vuestro dolor,
      pero no es tiempo de lamentarse, la patria os necesita. Hemos
      perdido nuestra dignidad, ahora hay elecciones y ganara esa
      derecha capitalista que no nos representa y nos indigna.
      Nosotros somos falangistas, y junto a nosotros están
      los requetés y los regulares moros. Somos el
      único movimiento lo suficientemente fuerte como para
      frenar ese engendro capitalista y anti español de
      comunidad europea. Lo primero que vamos a hacer es atacar a
      franceses y alemanes, espero que nos
      ayudéis.

    Al oír esas sabias palabras al calor
    de un hogar español los emigrantes se abrazan, derraman
    más lagrimas por la emoción y gritan "venganza,
    venganza" sacan las lengua como los saharauis en su ensordecedor
    silbido de guerra. La masía atroná con bellos
    cánticos racistas.

    -Calma calma- grita el voluntario
    requeté que habla, se que queréis vengaros, pero
    debemos ser cautos. En Grecia, en Italia tenemos muchos
    compañeros que están ya matando alemanes, y he de
    confesaros con dicha que lo están haciendo francamente
    bien, al igual que en Yugoslavia, en España vamos un poco
    atrasados, pero ha llegado el momento, el día os lo
    anunciaremos.

    Todos aplauden la idea. Pasan la jornada
    apaciblemente debatiendo. Al día siguiente todos lo
    emigrantes se afilian a falange, reciben armas, bayonetas,
    cuchillos, granadas y siguen su camino entre la nieve con un
    ligero sol, cara el con camisa nueva avanzan sin
    pestañear.

    El Guiso y el Penas llegan a Vall d'
    Uixó, medio pueblo está vació por la
    emigración, hay anuncios por todas partes de las
    elecciones, carteles de esos infames europeistas corruptos del
    partido popular y socialistas, imágenes de Rubalcaba,
    Rajoy ensucian el bellos paisaje de Vall d' Uixó. Los
    parados, los pobres, seres humanos sin dignidad abarrotan las
    aceras anémicos, la guardia civil hace patrulla, las
    viejas gitanas junto el cartel Cayo Lara rebuscan en la basura,
    los perros lamen el agua de los sucios charcos. Los empresarios,
    los comerciante burgueses se pasean con los mercedes diciendo a
    la gente que vote.

    Al llegar a su hogar tras dos meses fuera
    de el, lo primero que hace Guiso es subir al terrado. Llama a los
    perros y los ve muertos en sus jaulas, todos menos uno, la
    perrita Luna, mueve la cola al verlo, se arrastra agotada por la
    jaula fielmente. Al Penas le ha pasado lo mismo, pero a él
    no le ha sobrevivido ninguno.

    -Guiso, Guiso grita el penas por las
    calles, llama a la puerta de su amigo.

    • El anarquista, el anarquista, el
      cascabeles- balbucea jadeante- que no les ha dado de comer,
      maldito sea, vamos a buscarlo.

    Las calles están bulliciosas, el
    tiempo es esplendido, la vida discurre alegre, todo el mundo
    aunque pobre es feliz, sobre todo por no hacer nada. Al fin y al
    cabo en el mediterráneo es mejor pasar hambre que trabajar
    en una azulejera o para los hermanos ventura, al final los
    uxenses se han acostumbrado a ir a cáritas y pasarse el
    día haciendo el amor con la querida. Es el triunfo del
    anarco capitalismo.

    Dan con el cascabeles bebiendo en el bar
    alegría de la huerta con otros amigos suyos.

    -Ye que tal ¿ como os ha ido por
    Francia?- Les dice medio borracho. Música de Deep parple
    suena muy fuerte y apenas es perceptible su voz.

    -Bien- comenta el guiso mirándole
    fijamente- pero los perros están muertos.
    ¿Qué ha pasado?

    El anarquista baja la mirada y balbucea-
    bueno si, es que he tenido mucha faena y no he podido ir, los
    primeros días los atendí muy bien, pero
    veréis… es que me tuve que ir con unos camaradas
    anarquista a un festival alternativo de rock en Benicassin de
    varios día, de allí tuve la oportunidad de trabajar
    de paje en una feria medieval para demostrar la lucha de clases y
    la opresión del régimen capitalista actual, y luego
    me fui a Lugo a trabajar en unos huertos ecológicos que al
    final funcionaban de forma capitalistas, me despedí,
    regrese, y estaban muertos. Yo les puse mucha comida y agua, que
    no han sabido compartir, son ejemplo de capitalismo animal- les
    sonríe de nuevo, pero al ver sus miradas les pregunta
    intrigado ¿No estaréis cabreados conmigo? Yo hice
    lo que pude, no soy un esclavo, soy un hombre libre, un
    anarquista. Bebe más cerveza.

    El Guiso y el Penas callan no dicen nada y
    se van.

    -Esta noche le cazamos, vamos a averiguar
    que es de fransua- dice el Penas sobrepuesto.

    Hacen varias preguntas por el pueblo y
    averiguan que Fransua aun no ha regresado a Francia, lo va a
    hacer al día siguiente para someterse unas pruebas
    médicas de sida, hepatitis, sífilis y un
    tratamiento vitamínico a base de viagra.

    Cae la noche de noviembre, es calurosa,
    suenan los grillos, las navajas brillan blancas de luna. El
    casabeles sale de su casa arreglado en busca de su novia
    panky.

    -¿Que tal cascabeles? de paseo- le
    dice el Penas poniéndole la navaja sobre el cuello
    .

    Mira perplejo a su captor y se mea en los
    pantalones.

    • ¿Oye que hacéis?
      ¿estáis de broma? Es un delito esto, os
      denunciaré a la guardia civil, el coronel es mi
      tío- les dice asustado.

    • Vaya, que me cuentas, hala a pasear con
      nosotros, a tu tío dejalo que va a tener hoy mucha
      faena- le dice el Guiso.

    Partes: 1, 2

    Página siguiente 

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter