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Compilación de lecturas de Fundamentos de Propaganda



Partes: 1, 2, 3

  1. Prólogo
  2. A
    propósito de una historia de la
    propaganda
  3. Comencemos la historia
  4. La
    propaganda revolucionaria
  5. Lo
    fundamental en la propaganda
    revolucionaria
  6. Nuestra propaganda
  7. Las
    comunicaciones y los medios
  8. Dos
    vertientes del cartel en Cuba
  9. El
    papel de los medios de reproducción
  10. La
    comunicación es un diálogo
  11. Otros
    medios
  12. El
    lema
  13. La
    consigna: una fórmula concisa y
    clara
  14. La
    investigación antes, durante y después de una
    campaña de propaganda

Prólogo

Más que necesidad es una urgencia esta
compilación; hecha con la misma rapidez que exige una
premura médica. No hay más espera, se trata de la
calidad de un egresado de la Comunicación Social que ya
está incorporado a la vida laboralmente activa.

¿Qué será de este estudiante
universitario recibiendo un conocimiento científico, sin
libros donde consultar y profundizar?

Será – como dijera el compañero Fidel, al
decir del profesional de la salud sin un texto especializado,
"un cristiano sin Biblia". Por eso, esta breve, pero
útil compilación seleccionada con nuestros propios
esfuerzos y recursos materiales.

En este folleto encontrarás parte de lo esencial
del conocimiento de la asignatura, recogido de la escasa
bibliografía básica y complementaria encontrada en
nuestra provincia de Granma, pero para suerte nuestra, la tenemos
y la hemos agrupado así como una noble contribución
a la Universalización de la Enseñanza
Superior.

Con esta compilación y la utilización de
la Guía de Estudio, adquirirás el conocimiento de
la Propaganda Política y te permitirá al culminar
su aprendizaje a conceptualizar, diseñar y evaluar una
plataforma de campaña.

Incluimos un contenido que forma parte del sistema de
conocimientos de la Publicidad, pero a nuestro juicio sirve a la
Propaganda, pues la comunicación política se nutre,
también, de los métodos, técnicas, medios y
formas de la comunicación comercial.

Para ti estudiante y para bien de otros que se interesen
por la especialidad, este texto.

La autora

A
propósito de una
historia de la
propaganda

Pedro Margolles

"Una mañana de primavera un paseante, que
atraviesa el puente de Brooklyn, se detiene ante un mendigo que
tiende en vano su platillo ante la indiferencia general. En una
pancarta esta inscripción: «Ciego de nacimiento,".
Afligido por el espectáculo, deposita su óbolo y
sin decir nada, vuelve la pancarta sobre la que escribe algunas
palabras. Después se aleja. Al pasar de nuevo el
día siguiente, encuentra un mendigo transformado y
contento que le pregunta cómo pudo llenarse su platillo de
repente. «Es fácil, contesta el hombre, di la vuelta
a la pancarta y puse: « Hoy es primavera y yo no puedo
verla»".

Este ejemplo aparece a menudo en los textos que sobre
publicidad se han escrito y se vienen escribiendo en el mundo
capitalista. Ha devenido el ejemplo clásico en este tipo
de literatura. No es por gusto.

Los burgueses presentan siempre su publicidad o
propaganda con una plena autonomía social. Le conceden una
personalidad propia y se le convierte en un fetiche capaz de
conceder la felicidad, tener las llaves para el bienestar y
seguridad del hombre. 1

Una simple frase bien acuñada puede cambiar la
situación de un pobre ciego. Viene la "felicidad"
traída de la mano de la publicidad.

Todo ello porque se ha utilizado ingeniosamente una
técnica, despojada de toda concepción
política o de clase. La propaganda es concebida entonces
como un fenómeno apolítico, su poder de
convencimiento y persuasión esta dado por la
utilización ingeniosa de diferentes conocimientos de
profesionales publicitarios en forma científica, audaz y
certera.

De ahí que para explicar la historia de la
propaganda lo hagan siempre partiendo de la utilización de
diferentes medios de difusión que han servido de
vehículo de expresión a determinada
propaganda.

Estos intentos historiográficos sobre propaganda
contienen un caudal de tergiversaciones sobre el verdadero
sentido histórico que ha tenido la misma como instrumento
de lucha de clases. Como toda concepción idealista de la
historia se presenta esta actividad como un simple
fenómeno comunicacional entre los hombres desligado de su
ideología. Toda acción social se muestra como el
resultado del capricho de genios deslumbrantes, de situaciones
puramente casuales, que llevaron el acontecer histórico
por un cauce labrado por leyes ciegas, en las cuales las
condiciones materiales de existencia son soslayadas.

Es el hombre a través de diferentes épocas
luchando por comunicar sus ideas en forma cada vez más
depurada, más eficaz. De ahí que se valore y
enjuicie parcialmente la propaganda a través del
desarrollo de simples medios de comunicación.

Esta tendencia burguesa de historiar la propaganda sin
tener en cuenta la lucha de clases, ni el régimen
económico imperante en ese momento en la sociedad, no es
casual. El tratar de explicar la historia de la propaganda a
través de hechos puramente anecdóticos, ingenuos,
"interesantes", o como el desarrollo de una simple
"técnica", es otro método para enmascarar el papel
clasista que juega "la publicidad" en esa sociedad como
instrumento de sustentación política de
dominación ideológica.

Esa tendencia hace también que se examine y
valore la propaganda como una categoría por encima de la
lucha de clases, como un arte que bien utilizado puede cambiar el
curso de la historia, por sí mismo. Mac Luhan, por
ejemplo, a quien se le considera una autoridad en este terreno
del mass media , estima que es tan importante el
fenómeno de los medios y las técnicas en
propaganda, que llega a afirmar que la toma del poder por Hitler
se debió a la forma tan acertada con que la propaganda
fascista utilizó la radio.

De esta forma introduce el criterio de que el
régimen fascista no dominó debido al apoyo que de
las clases más reaccionarias recibió Hitler y a los
métodos demagógicos y chovinistas que lograron
confundir a las masas, sino simplemente al "genio"
propagandístico del Partido Nazi y a la consecuente
utilización de un medio.

Este enfoque despotiza la actividad de propaganda y la
convierte en un simple fenómeno tecnocrático. En
nuestro país algunos especialistas reducen esta
noción según la cual propaganda es sinónimo
de medios y técnicas empleadas en diferentes formas y
estilos para influir sobre determinado "auditorio". Se hace un
análisis ahistórico, que subvierte el contenido de
clase de toda propaganda. No se puede aplicar determinada forma
si se ignora el contenido que le da origen.

El contenido determina siempre la forma. Es la esencia
íntima de todo fenómeno objeto, proceso de la
naturaleza o la sociedad. La forma es el modo de existencia, el
modo de desarrollo, la expresión del contenido. Es la
correspondiente organización y estructuración del
contenido.

La forma también influye sobre el contenido,
desempeña un papel importante y activo, ya que puede
modificar, retardar o acelerar el desarrollo de determinado
contenido. Existe entre ambos una mutua dependencia, pero el
papel rector corresponde al contenido. Este da origen a la forma
correspondiente y la desecha cuando deja de corresponder al nuevo
contenido.

El contenido de toda propaganda, su "esencia
mínima", está determinado por los intereses de
clase que le dan origen. El contenido de toda la propaganda de
los regímenes clasistas explotadores ha sido siempre el
interés por el sojuzgamiento y explotación de la
mayoría por una minoría explotadora. En el
capitalismo está dado por la avidez de ganancias, el
enriquecimiento de los burgueses, el individualismo, el
sojuzgamiento a las clases trabajadoras, y de garantizar siempre
la compra – venta de mercancías. Ese es el contenido
que inspira a la propaganda burguesa, citando el ejemplo
más reciente.

Hacer abstracción de que la propaganda es una
actividad político – ideológica de clase es
convertirla en un fenómeno tecnicista. Decir que
sólo es función de un grupo de profesionales que
aplican sus conocimientos en aras de la mejor comunicación
entre los hombres, es hacerles juego a las "teorías" de la
propaganda burguesa.

En nuestro país este fenómeno se ha
percibido en determinada formas; que se manifiestan en ocasiones
en nuestra propaganda revolucionaria.

A veces se han manifestado viejas formas para un
contenido nuevo.

Porque pretender promover una tarea revolucionaria
recurriendo burdamente al sexo, copiar mecánicamente las
técnicas y estilos de la publicidad burguesa para expresar
nuestras realidades, es desvincular la forma de nuestra
propaganda del contenido que le da origen.

El efectismo, las frases altisonantes y superficiales y
la chabacanería en el lenguaje es el resultado de ver este
problema con un criterio tecnocrático de creerse que la
técnica publicitaria no está determinada por una
esencia eminentemente burguesa. Y por ese camino se llega a la
conclusión de que esa técnica sirve por igual en el
capitalismo que en el socialismo. Entonces es lo mismo "vender"
un producto que "vender" una tarea revolucionaria.

El Che advertía en el socialismo y el hombre en
Cuba: "El socialismo es joven y tiene errores. Los
revolucionarios carecemos, muchas veces, de los conocimientos y
la audacia intelectual necesarios para encarar la tarea del
desarrollo de un hombre nuevo por métodos distintos a los
convencionales y los métodos convencionales sufren de la
influencia de la sociedad que los creó. (Otra vez se
plantea el tema de la relación entre forma y contenido).
La desorientación es grande y los problemas de la
construcción material nos absorben. No hay artistas de
gran autoridad que, a su vez, tengan gran autoridad
revolucionaria". Los hombres del Partido deben tomar esa tarea
entre las manos y buscar el logro del objetivo principal: educar
al pueblo".

A los artistas, redactores y técnicos que
trabajan en nuestra propaganda revolucionaria se les plantea el
desafío de buscar verdaderas formas que sepan traducir el
contenido de nuestra Revolución, que es decir, el
contenido de su propaganda.

Que comprendan que cualquier cartel, valla o
mención para radio o TV que hagan de la tarea que
está acometiendo nuestro pueblo, tiene que corresponder a
formas que en realidad sirvan a ese contenido de modo
consecuente, lo hagan dinámico y en realidad eduquen a las
masas.

Como dijera el Che, el camino no es fácil, y
más en nuestro país donde la situación de
subdesarrollo en el ámbito cultural conlleva en ocasiones
la tendencia a un mimetismo obsesivo en el plano artístico
e intelectual. En el terreno de la propaganda se manifiesta al
pretender copiar las formas de la publicidad burguesa, al recibir
como sentencias bíblicas las consideraciones de autores
burgueses que en definitiva son servidores de su clase y al
concebir mecánicamente muchas veces un cartel por la
revista extranjera de propaganda y no partiendo de las realidades
que dicta el proceso revolucionario, con su calor y dinamismo,
fuente de creación para todos los que trabajan en las
concepciones plásticas de nuestra propaganda.

No hay propaganda sin su sello de clase. No podemos
hablar de propaganda comercial, religiosa o del estado, que
puedan explicarse por sí mismas, sin enmascararlas en el
sistema social que les dieron origen, en la época
histórica que jugaron su papel, sin que traduzcan el
enfrentamiento y sentir de la lucha de clases, presente en todo
momento.

Como explicaran Marx y Engels en La Ideología
Alemana "no se trata de buscar una categoría en cada
período, como hace la concepción idealista de la
historia, sino de mantenerse siempre sobre el terreno
histórico real, de no explicar la práctica
partiendo de la idea, de explicar las formaciones
ideológicas a base de la práctica
material…".

En este sentido hay que explicarse la historia de la
propaganda y sus diferentes formas en el devenir de la humanidad
en el contexto de la lucha de clases, en que unos hombres se
tratan de imponer sobre otros en el campo de las ideas para
garantizar su hegemonía económica. La propaganda
sirve de instrumento a la dominación política de
una clase, presenta los intereses de la clase dominante como los
intereses de la sociedad. Siempre se elabora conforme a un plan,
a una estrategia y táctica políticas trazadas por
los grupos dirigentes de las clases en lucha. Es expresión
siempre del sentir clasista de quien la hace y de la
posición económica que tiene en la sociedad de su
relación en cuanto a los medios de producción y la
distribución.

Es por tanto una actividad
político-ideológica que para su
materialización, para realizarse, utiliza o se vale en
muchas oportunidades de diferentes medios técnicos de
difusión y de especialistas de diferentes ramas del
saber.

Al enjuiciar cualquier tipo de propaganda en una
época histórica determinada, debemos hacernos
siempre esta pregunta: ¿en qué medida defiende,
protege o tutela los intereses de determinada clase?
¿Cuál es el interés político –
ideológico a que está sirviendo esa
propaganda?

Comencemos la
historia

Como que la propaganda hay que verla muy estrechamente
ligada a los intereses de las clases sociales, no pudo haber
existido antes de esa división.

En la comunidad primitiva, donde el desarrollo material
e intelectual del hombre era intrascendente, no podía
existir propaganda. Al no existir propiedad privada, no se
presentaban choques contrapuestos de intereses, que obligaran al
hombre a decidirse por algún grupo en disputa, a tomar
partido. No era necesario que esos hombres acometieran una labor
sistemática con el fin de ganar adeptos. No era necesario
garantizar la integridad política e ideológica de
un determinado grupo social a través de una labor
proselitista. No existía una clase dominante que luchara
porque sus actuaciones, concepciones e ideas fueran tomadas como
válidas por el resto de la comunidad.

Aquellos hombres, urgidos por la necesidad de
subsistencia, estaban obligados a vivir cohesionados en una
completa comunidad de intereses. El interés de un hombre
era el de todos.

Tampoco existía un desarrollo intelectual capaz
de hacer que esos hombres pudieran explicar muchas ideas de modo
pormenorizado y profundo a sus compañeros de comunidad.
Las restringidas condiciones materiales de existencia
imponían un escaso desarrollo de la cultura, las artes y
el intelecto.

La labor de propaganda exige como requisito
indispensable la división clasista de la sociedad y de su
prerrequisito, la propiedad privada, a más de un grado de
desarrollo de la cultura.

Y cuando los hombres se vieron en la necesidad de
mantener la hegemonía política e ideológica
de la clase social que representaban, cuando se plantearon el
imperativo de que para convencer y ganar adeptos no era
determinante la fuerza, las cruentas guerras, sino que para
dominar era imprescindible y necesario persuadir y subyugar en el
plano de las ideas para así poder vencer y dominar, es
precisamente cuando surge la propaganda.

O sea, la propaganda nace como un fenómeno propio
de la sociedad una vez dividida en clases, cuando existían
grupos de hombres contrapuestos por sus intereses
económicos. Emerge a la pelea política sin que
existieran medios masivos de difusión, ni técnicas
depuradas en la comunicación de masas. Era indispensable
hacer propaganda para ganar partidarios, para influir sobre las
gentes, para organizar las luchas políticas por el
poder.

Y los esclavistas comenzaron a hacer propaganda sin
esperar a que se desarrollaran los medios. La posibilidad de
utilizar variados medios de propaganda no era posible por la
propia limitación en la base material de aquel
régimen. Sólo a través de manuscritos, en
ocasiones en representaciones teatrales o religiosas, y
principalmente a través de reuniones donde se
discutían los problemas políticos y
económicos de las llamadas ciudades estados, eran donde se
posibilitaban hacer propaganda por medio de la
palabra.

Pero, como toda labor práctica, cotidiana del
hombre, fue variando en sus formas de expresarse a medida que
iban creciendo la cultura, las ciencias y la técnica en
sentido general e histórico. Por eso para esa sociedad,
era importante, el desarrollo de una técnica de
expresión oral capaz de convencer a las masas.

De esta forma la retórica surge como
técnica para hacer más eficaz la propaganda por
medio de la expresión hablada, es decir, para poder
convencer y persuadir de un modo efectivo. La retórica
nace muy ligada a la defensa de los intereses económicos
de las clases dominantes. Fue en Sicilia, donde Corax y Tisias
tuvieron que ingeniárselas a fin de establecer un
método para convencer a los tribunales de los puntos de
vista de los terratenientes sobre su derecho a la posesión
de parcelas. Después, esta técnica se
extendió a Grecia y a Roma y se utilizó
profusamente en la defensa de los problemas políticos e
ideológicos en esas sociedades. Desde los primeros
momentos la retórica sufre un notable impulso por los
sofistas, quienes la desarrollan extraordinariamente. Los
sofistas griegos se convirtieron en verdaderos maestros de la
retórica. Protágoras y Gorgías se destacaron
especialmente. De hecho han sido los sofistas quienes se ganaron
la paternidad de la retórica. Ellos le dieron su
fundamento filosófico a este modo de hacer propaganda.
Aunque la sofística no es propiamente una escuela
filosófica, sí fue una corriente de pensamiento que
se sustentaba en determinadas premisas generales que la
unificaba, como eran "la concentración del interés
filosófico en el hombre y sus problemas, la
reducción del conocimiento del hombre a la opinión
y del bien a la utilidad, con el consiguiente reconocimiento de
la relatividad de lo verdadero y de los valores morales
"

De ahí que la propia sofística desarrolle
la erística, o sea, la habilidad de defender o refutar al
mismo tiempo tesis contradictorias. Esta impronta que le dan los
sofistas a la retórica como método de hacer
propaganda ha estado vigente en toda propaganda hecha por las
clases explotadoras. Pero, además, ha demostrado
históricamente que toda propaganda debe estar avalada por
un pensamiento, filosófico de clase. Toda propaganda se ve
fundamentada siempre por una elaboración teórica,
un cuerpo de doctrinas que brinde una explicación del
mundo una interpretación de los fenómenos de la
sociedad. En una palabra, la propaganda siempre tiene que tener
una sustentación filosófica para poder fundamentar
su actividad proselitista con cierta lógica, conforme a
una sistemática que la haga aceptable a aquellos a quienes
va dirigida de acuerdo con los intereses de clase que
defiende.

Can claridad meridiana Lenin define esta
condición que implica a toda la propaganda clasista.
Decía: "No se puede ser dirigente ideológico sin la
indicada labor teórica, como tampoco se puede serlo sin
dirigir esta labor con las exigencias de la causa, sin propagar
los resultados de esta teoría…" (Sub. del autor)
(V. I. Lenin, Sobre la agitación y la propaganda,
págs. 25- 26, Editora Política, La Habana,
1966.

Pero si bien la filosofía de una clase nutre su
propaganda, esta no espera por que se perfilen o enuncien de
antemano los postulados teóricos para comenzar su labor
por la defensa de su clase. La propaganda es una actividad
práctica que se desarrolla en la lucha política
diaria que se establece en la sociedad. Tiene que cumplir con las
exigencias que le vienen dadas por el enfrentamiento cotidiano
con sus enemigos de clase. De tal forma que la propia actividad
de propaganda es una fuente para los enunciados teóricos y
filosóficos de su clase.

"…la necesidad, importancia y grandiosidad de la labor
teórica de los social demócratas -decía
Lenin-, en manera alguna quiere decir que esta labor este situada
en primer plano, antes que la labor práctica…
"

''Todo lo contrario. En primer plano, se sitúa
indefectiblemente siempre la labor práctica de propaganda
y agitación, por la por la razón, en primer lugar,
de que la labor teórica da solamente respuesta a las
demandas que plantea la segunda". (N. de Lenin). (V. I. Lenin.
Ob. cit págs. 24·25) .

De hecho se establece una relación
dialéctica entre la teoría y la propaganda. La
filosofía aporta a la propaganda el sustrato
teórico donde se apoya esta. La propaganda como actividad
práctica en el seno de una sociedad determinada, genera
problemas, situaciones y enfrentamientos en el plano
político – ideológico, cuestión esta que
tiene que resolver la teoría. De esta forma se cumple la
interrelación dialéctica entre los principios
teóricos de una clase y su propaganda.

Este principio se vio ya claramente en las primeras
actividades de propaganda que desarrollaron los esclavistas y se
cumple hasta nuestros días en cualquier propaganda que se
realice.

Después del régimen esclavista a la
propaganda le quedaría un largo camino por recorrer para
fraguar su historia. La Iglesia Católica le
bautizaría más tarde al darle nombre a unas de sus
congregaciones: "De Propaganda Fide", del cual se
derivaría la acepción actual.

En las revoluciones burguesas jugaría
extraordinario papel. El desarrollo del capitalismo daría
origen a una aparente nueva versión: la publicidad. Las
revoluciones proletarias, en especial la de Octubre,
crearían un nuevo estilo de propaganda, tanto por su
contenido como por su forma, sería una propaganda de nuevo
tipo.

Queda pendiente pues, abordar en otros trabajos ese
interesante recorrido hasta la actualidad.

1- Utilizamos el término "propaganda", cuando
nos referimos al capitalismo, con la misma acepción que
puede tener la palabra publicidad. Para nosotros propaganda y
publicidad llegan a tal grado de identificación en esa
sociedad que resulta imposible separarlas. Son sinónimas.
Los especialistas burgueses eluden el término propaganda y
hablan de publicidad. Para ellos la propaganda es política
y la publicidad no. La publicidad para estos teóricos
persigue un fin comercial, está dirigida a promover la
venta de un producto específico. De este modo es
presentada como una categoría apolítica, inscripta
solamente en el fenómeno de la promoción de
mercancías.

2- Marshall Mac Luhan (1911) Canadiense. Ha escrito
diversos trabajos sobre medios masivos de difusión.
Profesor de diversas universidades canadienses y norteamericanas.
Ha desarrollado toda una teoría sobre los medios de
comunicación y su influencia sobre los cambios sociales.
Sus posiciones se inscriben en las teorías burguesas sobre
comunicación masiva. Ha instaurado una corriente llamada
macluhanismo, favorable a sus teorías.

La propaganda
revolucionaria

(Estos fragmentos fueron tomados de las conclusiones
efectuadas por el compañero César Escalante, en La
reunión de La COR en la ciudad de Camagüey, el 15 de
marzo de 1963).

''La propaganda revolucionaria -es decir-, la propaganda
sistemática por las tareas, por los objetivos que fija
nuestra Revolución; la propaganda por elevar
constantemente la conciencia revolucionaria de los obreros, de
los, campesinos, de los trabajadores y de todo nuestro pueblo; la
propaganda dirigida a trabajar más y mejor por las metas
que traza nuestra Revolución; la propaganda por formar una
conciencia sólida, una conciencia firme, una conciencia,
en fin, revolucionaria, capaz de impulsar todo nuestro trabajo
hacia adelante, capaz de vencer todos los obstáculos,
capaz de realizar todas las tareas que nos impone la
Revolución, bien en el terreno de la producción, de
la cultura o de la defensa de nuestro país, es sin duda
alguna, una tarea excepcional, importante, y, naturalmente, una
tarea diaria y sistemática de todas nuestras
organizaciones.

"Por eso, compañeros, la propaganda
revolucionaria, que tiene como fin y objetivo primordiales
exponer correctamente las ideas revolucionarias, que tiene como
propósito esencial educar a los trabajadores y al pueblo,
elevando su conciencia revolucionaria; la propaganda
revolucionaria que tiene como fin también promover la
movilización de todo el pueblo para cumplir cada una de
las tareas que se fija la Revolución; la propaganda
revolucionaria tiene como propósito movilizar a todas las
fuerzas revolucionarias populares para la construcción de
la sociedad socialista; por eso, la propaganda revolucionaria
debe ocupar y ocupa un destacado papel.

"Yo creo que podíamos afirmar sin equivocarnos
que la propaganda de nuestras ideas, la popularización de
las tareas de la Revolución, constituye, sin duda alguna,
una tarea de primordial importancia de las organizaciones del
Partido, de los sindicatos, de las organizaciones de masas y de
las secciones de divulgación de los aparatos estatales.
Pero debemos saber y dominar al máximo lo que nos
proponemos, qué objetivos debemos alcanzar, cómo
debemos hacerlo y en qué forma debemos hacerlo. Si no
sabemos esto, si no sabemos realizar adecuadamente la propaganda
revolucionaria, si no dominamos suficientemente los objetivos que
nosotros nos proponemos y la forma de hacerlo, nuestra
propaganda, sin duda, no logrará sus propósitos y
en lo práctico será completamente estéril e
inútil.

"En el pasado, como todos sabemos, la propaganda a favor
de nuestras ideas, de nuestras ideas revolucionarias,
partía siempre de los hechos. Solo mediante los hechos se
persuadía y se convencía a las masas en su lucha
por la independencia, la libertad y los cambios sociales.
Así, de este modo, utilizando los hechos concretos de la
vida practica, los problemas surgidos en los centros de
producción, en las fábricas, en las empresas, en
los centrales azucareros, en la calle, en fin, en todos los
rincones del país, solamente con la utilización de
los hechos concretos para sostener la necesidad de la lucha, de
los cambios sociales, la necesidad de luchar por la independencia
nacional, la necesidad de luchar por la libertad, por los
derechos democráticos, etc., solamente mediante la
utilización adecuada de estos hechos se convencía a
las masas y, en consecuencia, a base de estos métodos y de
estas formas se elevaba consecuentemente la conciencia
revolucionaria de las masas.

"Asimismo, hoy, en las nuevas condiciones, en las
condiciones de la construcción de la sociedad socialista,
hay que persuadir y convencer con los hechos. Esto como
recientemente decía el compañero Fidel, eleva la
conciencia revolucionaria. Y esto es así ante todo, porque
la propaganda a favor de nuestras ideas no es una cosa abstracta,
separada de las tareas prácticas, de las tareas concretas
de la Revolución. Hay, en una palabra, una relación
recíproca entre los hechos y la lucha por elevar la
conciencia revolucionaria.

"A veces suponemos que elevar la conciencia
revolucionaria, o el método, o la forma de elevar esa
conciencia, es simplemente la explicación de nuestra
teoría, la explicación de nuestras ideas, y se nos
escapa algo que es esencial: la utilización adecuada de
los hechos concretos que convencen, que persuaden. Por medio de
la exposición consecuente y de la utilización
adecuada de los hechos es que podemos elevar la conciencia
revolucionaria, y la elevación de la conciencia
revolucionaria, a su vez, asegura el convencimiento y la
persuasión. Por tanto, hay una relación
recíproca, muy estrecha, entre ambos fenómenos.
Esto es fundamental en la realización de nuestra
propaganda revolucionaria en todos los sentidos, en todas las
organizaciones y en todos los lugares,

"EI marxismo leninismo no es una doctrina para
explicarla sólo en círculos y en escuelas. EI
marxismo-leninismo no sólo ofrece una nueva
concepción del mundo y de los fenómenos sociales,
sino que es una guía para la acción
práctica. En las condiciones capitalistas, para liquidar
ese régimen de explotación del hombre por el
hombre; en las condiciones capitalistas, para movilizar, para
persuadir y convencer a las masas en la lucha por los cambios
sociales, por la transformación de la sociedad capitalista
en sociedad socialista; y en las condiciones del régimen
socialista, para construir la nueva sociedad. Es decir,
aprendemos, estudiamos la teoría marxista – leninista con
un fin práctico, con un fin concreto: para construir mejor
la nueva sociedad; para que, a través de esa doctrina,
podamos comprender los fenómenos y las leyes
económicas, los fenómenos sociales en general; para
orientarnos, en una palabra, entre el cúmulo de
dificultades y complejidades que la lucha por la sociedad
socialista nos plantea constantemente."

Lo fundamental en
la propaganda revolucionaria

"Si los compañeros me preguntaran cual es la
tarea principal de la Comisión de Orientación
Revolucionaria de la provincia y de todo el trabajo de
orientación revolucionaria o de propaganda, no solamente
del Partido sino de todas las organizaciones de masas, yo
contestaría a esto diciendo que la principal tarea en el
terreno de la propaganda y de la orientación
revolucionaria consiste en combatir las ideas viejas, en
desenmascarar las ideas viejas que presentan como nuevas y en
promover las ideas nuevas y, al mismo tiempo, luchar y trabajar
porque esas ideas nuevas se apoderen de las masas.

"Yo creo que esta debe ser nuestra orientación
fundamental. Lo que rija la actividad diaria, sistemática,
permanente, de nuestro trabajo de propaganda, debe dirigirse
necesariamente en esta dirección, porque de lo contrario
ocurre lo que ha estado ocurriendo aquí. Los
compañeros hablan, informan de la literatura que
distribuyen, del periódico que envían a tal o mas
cual zona, de la revista que funciona de este o de aquel modo; de
los folletos, de la hora de radio que tienen; del carro
altoparlante que recorre tales o mas cuales zonas; del cartel que
pintan, de las vallas que sitúan a lo largo de la
carretera o que utilizan con el objeto de destacar determinadas
consignas, etc.

"Piensen como ustedes están hablando entorno a
los instrumentos, a los medios que poseemos nosotros para
divulgar nuestras ideas. Ustedes no han hablado de nuestras –
ideas, ustedes no han hablado de las ideas viejas que se
presentan como nuevas y que por lo tanto pueden engañar y
confundir a las masas, y que debemos combatir y desenmascarar.
Ustedes no han hablado de las ideas nuevas que nosotros debemos
promover; ustedes no han dicho nada tampoco de como esas ideas
nuevas que debemos promover, debemos lograr que las masas se
apoderen de esas ideas nuevas.

"Este circuito, por llamarlo así, entre el
combate de las ideas viejas, hasta la lucha porque las ideas
nuevas se apoderen de las masas no está aparentemente, por
lo menos, por lo que he oído aquí, en la mente de
ustedes. No juega como el factor fundamental. Ustedes se
están refiriendo en realidad a los medios, a través
de los cuales nosotros realizamos nuestra labor de
orientación revolucionaria. Ustedes hablan de los
problemas prácticos, más bien prácticos no,
sino mecánicos, de esos medios; pero ustedes no dicen, no
dicen nada, o dicen muy poco con respecto a esas ideas viejas que
debemos desarraigar, que debemos combatir, que debemos liquidar,
que debemos eliminar de las mentes y de la conciencia de las
masas. Ustedes no hablan nada, ni han dicho nada en torno a las
ideas nuevas, que nosotros tenemos que popularizar, que debemos;
promover entre las masas; ustedes no han dicho como las masas se
apoderan de esas ideas nuevas, porque ese es el objetivo al
promover nosotros ideas nuevas, no que se quede en el aire, no
que se queden flotando sobre la ciudad y sobre los campos, sino
que esas ideas nuevas penetren en las masas y las masas se
apoderen de ellas, para qué?, para impulsar todas las
tareas de la Revolución hacia adelante para construir la
sociedad socialista. Me luce que hemos estado sobrevolando, por
así decirlo, sobre las cosas fundamentales, sobre
problemas esenciales, tocándolos, pero no
adentrándonos dentro de los problemas fundamentales de la
labor de orientación revolucionaria, para poder en
realidad resolver los problemas básicos que se enfrenten
en nuestro trabajo diario. Claro, esto tiene su razón de
ser. Esta es la primera reunión que celebramos de esta
naturaleza, No hemos entrado a discutir muchas cuestiones que es
necesario discutir y precisar en el terreno de la
orientación revolucionaria.

"Si bien se ha hablado algo, se ha divulgado algo, se ha
comentado algo en torno a cuáles son las tareas de la
labor de orientación revolucionaria, sin embargo, no nos
hemos preocupado mucho por precisar ideas, por establecer los
principios de nuestro trabajo y esto es muy importante, porque de
lo contrario, que resulta, lo que hemos visto en cierto modo, de
sus propias informaciones, cuando se habla de las publicaciones,
una anarquía bastante pronunciada en el terreno de las
publicaciones, una especie de cuadro abstracto de las
publicaciones, en que no se comprende en realidad en que
dirección dirigimos nosotros tal publicación, que
hacemos con ella.

"No se trata de distribuir miles de ejemplares de tal
revista, de tal periódico, de tal folleto. Ese no es el
problema, o por lo menos ese no es solo el problema, sino su
utilización como instrumento de lucha con las ideas viejas
y de popularización de las ideas nuevas. Por eso,
efectivamente, alguien puede suponer que en cierto modo parece un
poco estéril nuestra labor, un poco de confusión
can respecto a la utilización de esos medios de los cuales
vamos a hablar después.

"Y resulta que cuando vamos a recoger la cosecha, cuando
vamos a pasar la raya para sumar, para comprobar el resultado de
nuestra labor en el terreno de la propaganda y de la
orientación revolucionaria, no sabemos a ciencia cierta el
resultado de esa actividad. No podemos decir si hemos tenido
éxitos en combatir tal idea que ha penetrado en tal lugar.
No sabemos si hemos tenido éxito en la divulgación,
en la popularización de tal idea nueva que debe penetrar
entre las masas. No podemos calcular, no podemos medir, y como no
podemos medir ni calcular, seguimos dando golpes a ciegas.
Seguimos dando golpes en una dirección y en otra, pero sin
saber exactamente en qué dirección tenemos que
dirigir los golpes principales de nuestro trabajo. Por eso, se me
ocurre pensar que debe quedar bien definido en nuestra mente el
problema esencial del carácter y dirección de
nuestro trabajo de orientación revolucionaria".

Nuestra
propaganda

Orlando Fundora

EI trabajo propagandístico del Partido Comunista
de Cuba tiene como fundamento científico la teoría
revolucionaria de la clase obrera: el marxismo-leninismo y por lo
tanto tiene la fuerza incontrastable de la ciencia y la verdad.
Nuestra propaganda es un instrumento de la vanguardia
revolucionaria para desentrañar ante las masas el origen
de su anterior explotación y miseria. No hay mejor maestro
para esta enseñanza que la propia obra de la
Revolución, la eliminación de la
explotación, la desigualdad social, la
discriminación, el desempleo. ¡La profunda
transformación revolucionaria de la sociedad! Su fuerza
radica en que se trata de un diálogo constante con las
masas, en un flujo y reflujo de ideas, donde tratamos de recoger
sus inquietudes, aspiraciones y problemas, para luego,
después de un proceso de síntesis y
elaboración, lanzarlas a las masas para entusiasmarlas y
movilizarlas de forma consciente a cumplir las tareas de la
Revolución.

La sociedad socialista necesita como ninguna otra
formación social, comunicarse constantemente con todos, en
todos los lugares. La tarea de la construcción del
socialismo es la suma de las tareas de todo el pueblo, y en ellas
tienen que participar por igual los habitantes de las grandes
ciudades y de las más remotas regiones del país;
los obreros industriales y los obreros agrícolas, los
campesinos y los estudiantes, los hombres, las mujeres y los
niños. La propaganda de la Revolución tiene que ser
capaz de llevar a todos el aliento de la obra nueva. No hay un
miembro activo de la sociedad cuyas opiniones no sean
importantes, de quien se pueda prescindir.

La importancia y la problemática del trabajo
propagandístico se agudizan en el contexto de las
complejas condiciones contemporáneas. Según nuestro
criterio, estas condiciones están determinadas en primer
término por el incremento y la complejidad de la lucha
ideológica entre el socialismo y el capitalismo a escala
mundial. En esta esfera, no puede existir ningún tipo de
coexistencia con nuestros enemigos de clase. La lucha se agudiza
tanto ante las perspectivas de la distensión, – que
deberá imponerse a los estados imperialistas en virtud de
la nueva correlación de fuerzas favorables al socialismo-
como en coyunturas como la actual, en que se acrecienta la
ofensiva reaccionarla del imperialismo.

EI enemigo en sus hechos y en su propaganda, pretende
reponerse de las grandes victorias del socialismo y de los
movimientos de liberación nacional, de tan irreversibles
derrotas como las sufridas por el imperialismo en Viet Nam y
Angola, con el empleo del más amplio arsenal de recursos:
desde los más burdos y brutales, hasta el más
sutil: el diversionismo ideológico.

No puede estar ausente tampoco, en cualquier examen
sobre el tema, el impacto de la revolución
científico- técnica en toda la vida social, y
especialmente en cuanto concierne a los descubrimientos y
adelantos que permiten hablar de una tecnología moderna de
la información y de la propaganda, con posibilidades que
superan, en grado sumo a los recursos empleados con esta
finalidad hace apenas dos decenios. AI mismo tiempo, en este
período se ha incrementado la aplicación de
diversas disciplinas que tienen como objeto el estudio de la
conducta humana, con el propósito de elevar
cualitativamente la influencia de los medios electrónicos
que actúan como reactores entre los emisores de mensajes
propagandísticos y las masas.

En este sentido nos enfrentamos a un fenómeno
universal del que nadie puede sustraerse, cuyo estudio y
profundización desde las posiciones clasistas del
marxismo-Ieninismo se convierte cada día más en una
necesidad inaplazable.

Monografias.com

Puede afirmarse que las actuales
condiciones establecen la necesidad de combinar de modo
más eficaz, el rigor con la operatividad, en el trabajo
propagandístico, a partir de una base material y
técnica contemporánea y el empleo de nuevos
instrumentos científicos, tales como la psicología
social, la sociología y otros modernos procedimientos de
comprobación de la eficacia de nuestro trabajo. Esta
necesidad se manifiesta tanto en el orden interno – el
enfrentamiento con rezagos de la ideología burguesa y con
la inevitable penetración, por uno u otro medio, de la
propaganda del enemigo – como en el campo
internacional.

Durante los años de república burguesa,
Cuba estuvo abiertamente expuesta a la intensa y múltiple
labor de penetración ideológica y de propaganda del
imperialismo norteamericano. En el marco de la guerra fría
se propagaron los estereotipos más burdos acerca del
comunismo y los países socialistas: "la amenaza roja", el
"terror comunista", "la cortina de hierro", eran esquemas
manejados de acuerdo con principios sicológicos muy
semejantes a los desarrollados por la propaganda fascista. El
propósito era introducir el miedo y el rechazo al
comunismo en la conciencia del pueblo, mientras auspiciaban la
imagen del "mundo libre occidental y democrático". Se
trataba esencialmente de apartar al pueblo de sus propios valores
nacionales, de la realidad de su historia y sus luchas por la
emancipación nacional, a través de la
presentación deformada de los próceres de la
independencia, y aislar a la clase obrera de la influencia de la
ideología marxista, acunando estereotipos anticomunistas
que se difundían profusamente y en forma
sistemática entre la población.

Los medios de difusión masiva eran el soporte
básico con que contaba el imperialismo para la
realización de su actividad ideológica orientada
hacia la "desnacionalización" paulatina de la conciencia
del pueblo, sobre la base de la inyección cotidiana de los
valores contenidos en la seudocultura imperialista.

Las fuerzas revolucionarias y progresistas, y
fundamentalmente el Primer Partido marxista-Ieninista de Cuba
realizaron una extraordinaria labor de concientización de
nuestra clase obrera y de nuestro pueblo, pugnando durante
decenios por romper el cerco de la ideología dominante en
las adversas circunstancias propias de un país
subdesarrollado del hemisferio occidental, donde la
burguesía entreguista cumplía al pie de la letra
los dictados de la embajada de Estados Unidos.

Es un hecho histórico que la influencia del
socialismo científico en los sectores más avanzados
de la clase obrera y la crítica reformista al
régimen imperante por parte de algunos segmentos de la
pequeña burguesía -en ocasiones con notable arraigo
popular- alentaron la lucha de las masas contra el capitalismo o
los gobiernos venales y antipatrióticos, y resumen los
momentos cruciales de la lucha de clases durante todo el
período histórico que antecede al asalto al Cuartel
Moncada, dirigido por Fidel en julio de 1953.

AI producirse el triunfo revolucionario en enero de
1959, la conciencia política y el espíritu
patriótico de las masas había avanzado y
profundizado al calor de la lucha armada, pero desde el punto de
vista ideológico permanecía bajo la influencia de
la ideología burguesa y pequeño burguesa. La
pregunta central que se planteaba en aquel entonces era
cómo transformar el entusiasmo de las masas en una
participación consciente en las tareas de la
Revolución.

Partes: 1, 2, 3

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