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Conceptos de huella ecológica, huella hídrica; situación en Chile



  1. Huella
    ecológica
  2. Huella
    de carbono
  3. ¿Cuánta agua
    gastamos?
  4. La
    huella hídrica como indicador
  5. Situación en el mundo
  6. Situación en Chile
  7. Otras
    noticias

Huella
ecológica

La "huella ecológica" es una creación
(1996) del Suizo Mathis Wackernagel, experto en desarrollo
comunitario, y del profesor Canadiense William Rees, de la
Universidad de Brittish Columbia, Vancouver. Que lo definen como
"el área de territorio productivo o ecosistema
acuático necesario para producir los recursos utilizados y
para asimilar los residuos producidos por una población
definida con un nivel de vida específico, donde sea que se
encuentre esta área".

La huella ecológica es un indicador para lograr
medir, estimar o evaluar el impacto que tienen sobre el
medio ambiente todas las actividades que realizamos
considerando sus contextos específicos y condiciones
particulares. Podemos estimar por ejemplo, la huella
ecológica –de el impacto que tiene sobre el planeta
de actividades simples y en condiciones sencillas, como correr 20
minutos, andar 10 horas en automóvil, tener el ordenador
encendido todo el día o producir una vasija de greda. Pero
la mayoría de la veces los contextos y procesos son
más complejos, dificultando la medición de la
huella, por ejemplo, de consumir en Santiago una hamburguesa
producida en Cody, de ir a dejar a mi hijo único al
colegio en un camión sin carga, de vivir en una gran
ciudad teniendo 40 kilos de sobrepeso, de correr 4 Km por Nueva
York usando unas zapatillas fabricadas en Vietnam, de comprar en
Bolivia un automóvil coreano con piezas chinas, de comer
en Siberia una naranja mexicana, etc.

La huella ecológica considera el
consumo de recursos naturales, de energía, la
generación de desechos y emisiones contaminantes, tanto de
manera directa como indirecta. La medida intenta poner en
evidencia y comparar las "necesidades" humanas con lo que el
planeta es capaz de proveer manteniendo su capacidad de
regenerarlo. Para eso se crea la medida llamada Hectarea Global,
como unidad para medir esta "cantidad de planeta" necesaria para
regenerar lo consumido por una persona, grupo o
país.

Huella de
carbono

Subconjunto de la huella ecológica es la huella
de carbono. El dióxido de carbono, gas
carbónico, anhídrido carbónico o
simplemente CO2 es uno de los gases de efecto invernadero
(GEI, o GHG -Greenhouse Gas- en inglés) que
contribuyen a que la Tierra tenga una temperatura
que posibilite la vida. El exceso de este gas acentúa
el efecto invernadero, reduciendo la emisión de calor
al espacio y por ende provocando un aumento de la temperatura en
el planeta (calentamiento global).

El dióxido de carbono es producido por la
respiración de plantas, humanos, animales, hongos,
microorganismos y todo ser vivo en general, por la
combustión de combustibles fósiles, la quema de
material vegetal y otros procesos químicos, además
de estar presente de manera natural en volcanes y géisers
por ejemplo. Como humanos emitimos carbón sólo por
el hecho de existir, pero esa emisión se ha elevado a
niveles que desestabilizan el equilibrio natural principalmente
por el explosivo desarrollo
industrial después de la revolución del
siglo XIX.

La huella de carbono nace como una forma de medir la
cantidad de Gases de Efecto Invernadero emitidos -directa o
indirectamente- por
fuentes antropogénicas, es decir,  por
un individuo, nación, empresa o proceso humano.

¿Cuánta agua
gastamos?

El agua que gastamos no es solamente la que ocupamos para
ducharnos, preparar los alimentos o beber directamente, pues todo
lo que consumimos (bienes, productos, servicios) requiere de agua
para su producción. Para medir el impacto en las reservas
de agua mundiales, se ha creado un indicador conocido como huella
hídrica o huella de agua, instrumento que permite abrir
los ojos de cuánta agua estamos gastando, con el objetivo
de racionalizar su uso frente a futuras crisis mundiales de agua.
Algo similar al cálculo de la "huella ecológica",
pero esta vez midiendo sólo la cantidad de agua utilizada
por individuos, países o comercios específicos.

Huella hídrica

En 1993, el investigador John Anthony Allan, del King's
College de Londres, acuñó el concepto "Agua
Virtual
", para definir el volumen de agua necesaria para
elaborar un producto o para facilitar un servicio.

Posteriormente, en el año 2002, Argén
Hoekstra profesor de la universidad Twente Holanda
acuñó el término de "huella hídrica"
para obtener un indicador que relacionara el agua con el consumo
a todos los niveles de la población.

La Huella hídrica o Huella de agua
es un indicador que incluye el consumo de agua directo e
indirecto de un consumidor o productor. La huella hídrica
de un individuo, comunidad o un negocio está definida como
el volumen total de agua que se necesita para producir los bienes
y servicios consumidos por los mismos. El uso del agua se mide en
volumen de agua consumida (o evaporada) y/o contaminada por
unidad de tiempo. Una huella de agua puede calcularse para un
grupo de consumidores o productores determinado.

La huella de agua es un indicador geográfico
explícito, que no solo muestra volúmenes de uso y
contaminación de agua, sino también los
lugares.

La huella
hídrica como indicador

La huella hídrica o huella del agua (water
footprint
en inglés), es un indicador de uso de agua
dulce, el cual se compone de un factor interno y externo,
además de usos directos e indirectos de agua dulce. A
diferencia del agua virtual, se discriminan las fuentes de agua,
es decir, se distingue o hace la separación del origen de
esta agua. Es distinta la huella hídrica del agua
azul
(que utiliza agua dulce de las reservas mundiales) o
agua verde (que utiliza las aguas lluvias y la humedad de
la tierra), además de la que contiene cargas contaminantes
(agua gris). Este indicador puede ser empleado para
determinar el consumo hídrico de una nación, una
cuenca, región, por sectores productivos, procesos de
fabricación, productos, personas,
etcétera.

Las unidades en las que trabaja este indicador
dependerán del tipo de huella hídrica que estemos
calculando. Así, por ejemplo, la huella hídrica de
un producto de carne X puede medirse en [m3/kg],
representando la cantidad de agua necesaria para producir un kilo
de carne X en toda la cadena de suministro.

Este indicador puede apoyar mejoras eficientes en las
gestiones de agua y ser un buen soporte para tomar conciencia
acerca de nuestros consumos hídricos.

Situación
en el mundo

El interés por la huella hídrica se
origina en el reconocimiento de que los impactos humanos en los
sistemas hídricos pueden estar relacionados, en
última instancia, al consumo humano y que temas como la
escasez o contaminación del agua pueden ser mejor
entendidos y gestionados considerando la producción y
cadenas de distribución en su totalidad".

Los problemas hídricos están a menudo
íntimamente relacionados con la estructura de la
economía mundial. Muchos países han externalizado
significativamente su huella hídrica al importar bienes de
otros lugares donde requieren un alto contenido de agua para su
producción. Este hecho genera una importante
presión en los recursos hídricos en las regiones
exportadoras, donde muy a menudo existe una carencia de
mecanismos para una buena gobernanza y conservación de los
recursos hídricos. No solo los gobiernos sino que
también los consumidores, comercios y la sociedad en
general pueden jugar un papel importante para alcanzar una mejor
gestión de los recursos hídricos.

Para calcular la huella hídrica de los
países se toman en cuenta varios factores: el volumen
total del consumo (nivel de riqueza del país), los
patrones de consumo de agua (un país que consuma mucha
carne tendrá mayor huella que un país con tendencia
a no comer carne; así como un país que consuma
más productos manufacturados industrialmente tendrá
una mayor huella hídrica que aquellos que no). El clima
también es relevante, porque en regiones más
calurosas (donde el agua se evapora más rápido) se
necesita mayor cantidad de agua para los cultivos. También
se consideran las prácticas agrícolas que ahorren
agua y que sean eficientes en su uso.

Los países con una huella
hídrica mayor son, obviamente, los países
más desarrollados y con más presencia de comercio
internacional: Estados Unidos, Canadá, Italia, Francia,
España, Portugal y Grecia.

Ranking del Agua Virtual

Para precisar estos conceptos, Hoekstra,
holandés, y Chapagain, nepalés, realizaron varios
estudios. Uno de ellos midió cuánta agua virtual
movilizan 356 productos transados en el comercio internacional
(1997-2001). Que en conjunto mueven un billón 263.071
millones de metros cúbicos (m3) de agua.

En primer lugar está el café "no tostado"
y "no descafeinado". Importa esta distinción pues el
café "tostado no descafeinado" ocupa otra
categoría, lo mismo que el café "no tostado
descafeinado" y el café "tostado descafeinado".

El café no tostado y no descafeinado, que ocupa
el primer lugar, mueve 79.855 106 m3 de agua virtual al
año, o sea casi 80 mil millones de m3. Eso equivale al
6,32% del volumen del intercambio de agua virtual en el
mundo.

El segundo producto que más moviliza agua virtual
internacionalmente es el trigo (wheat nes and meslin), el que
empuja 75 mil millones de m3 de agua virtual al año. Lo
que corresponde al 5,99% del total del volumen del comercio
internacional.

En tercer lugar está la soya en granos. Su water
footprint es de 1.800 lt de agua para producir un kilo de porotos
de soya. La producción de porotos de soya mueve 69 mil
millones de m3 al año, representando el 5,5% del volumen
mundial.

Cuarto: los granos de cacao (semillas), enteros o
partidos, crudos o tostados, con 62 mil millones de m3 de agua
virtual, o sea el 4,94 % del flujo mundial.

En quinto puesto está el arroz molido o semi
molido (semi milled o wholly milled, whether or not polished or
glazed), con 51 mil millones de m3 de agua virtual, equivalentes
al 4,09% del volumen total.

En sexto lugar está el algodón no
procesado ni encordado, un caso bastante especial. Como su
cultivo se desarrolla en regiones principalmente secas, su
demanda de agua es feroz, impactando severamente los recursos
hídricos y contaminándolos. Anualmente el agua
virtual para el comercio de algodón totaliza 48 mil
millones de m3, equivalentes al 3,8% del movimiento
mundial.

En séptimo lugar de los productos que más
agua virtual mueven internacionalmente están los aceites y
sólidos de soya, como los queques, que contribuyen en un
3,7% al volumen de intercambio, con 46 mil millones de
m3.

Octavo lugar: el maíz (corn nes). Su comercio
internacional moviliza 38 mil millones de m3 de agua,
equivalentes al 3,08% del total mundial.

En noveno puesto está la carne bovina, cortada,
sin huesos y congelada. Su movilización de agua virtual
entre naciones suma 32 mil millones de m3 de agua, contribuyendo
en un 2,55% en el volumen mundial.

El décimo lugar le corresponde al azúcar
cruda de caña, la que moviliza 32 mil millones de m3 de
agua virtual, el 2,54% del volumen global.

Ahora bien, de los 356 productos recogidos por Hoekstra
y Chapagain según su incidencia en el flujo internacional
de agua virtual, los 10 que menos movilizan son la fibra de
cáñamo procesado pero no hilado más los
desechos de cáñamo, que mueven 12 millones de m3 de
agua virtual. En noveno puesto está el cuero de piel de
cabra o cabrito, con nueve millones. Los pollos, no
domésticos, de no más de 185 gr, con ocho millones.
La espinaca, fresca o refrigerada, también con ocho. Las
legumbres, desenvainadas o no, frescas o refrigeradas, con ocho
millones.

Fibra de cáñamo, cruda o humedecida, con
cinco millones. Cebollas, parcialmente preservadas pero no aptas
para consumo inmediato, con tres millones de m3 de agua virtual
al año. Fibras de textiles vegetales crudos, con tres
millones. Y el que mueve menos agua virtual en el comercio
internacional, según la lista de Hoekstra y Chapagain, son
las frutillas provisoriamente preservadas pero no aptas para su
consumo inmediato.

¿Té o café?

De esta escala es posible, sin embargo, sacar
conclusiones tomando la raíz de un producto por ejemplo,
el café en todas sus formas para ver cuál de ellos
consume más agua virtual. Y aunque el café se
distingue, es el vacuno y el procesamiento de sus derivados lo
que lejos mueve más agua virtual en el mundo.

Vamos por parte. El mundo, para poder tomar café,
necesita 120 mil millones de m3  de agua virtual al
año para el cultivo. El 2% del uso de agua para cultivos
en el planeta va destinado a café. Es entonces en
términos de agua virtual, el producto agrícola
más importante que se comercia internacionalmente. El
café requiere para llegar a llenar una taza, 140 lt de
agua. Esa es su huella hídrica. En cambio, una taza de
té, según Hoekstra y Chapagain, requiere 30 lt de
agua, que en su mayoría proviene de las lluvias, evitando
así el uso del riego, que requiere de reservas
acuíferas, agua embalsada o una parte del caudal de un
río. Entonces, es más sustentable el consumo de
té que el de café.

El segundo caso, el del trigo: para
producir un kilo se requieren 1.300 lt de agua, ese es su water
footprint. Pero algo curioso ocurre con el trigo. Su cultivo
consume anualmente 790 mil millones de m3 del agua mundial, el
12% del total usado para los cultivos, sólo superado por
el arroz. Eso es altísimo. Pero proporcionalmente no es
tanta el agua virtual que mueve internacionalmente. Esto se
explica porque por ejemplo el pan es de consumo
prácticamente local.El water footprint del tercer y
séptimo productos que más agua mueven en el mundo,
la soya, es el siguiente. Para producir un kilo de granos de soya
se demandan 1.800 lt de agua. Y su cultivo total necesita 290 mil
millones de m3/año, o sea el 4,5% del uso global de agua
en la producción de cultivos.

Con respecto al quinto producto, el arroz
blanco, se requieren de 3.400 lt de agua para elaborar un kilo.
Sería menos exigente para el medioambiente consumir arroz
integral, cuya huella hídrica es de 2.300 lt de agua por
kilo. De 1 kg de arroz integral se extrae 0,67 kg de arroz
blanco. Ahora bien, el flujo de agua virtual relacionado con el
arroz en todas sus formas, a nivel planetario, es de 75 mil
millones de m3/año. Y su impacto sobre el medio ambiente
es heterogéneo. La producción de arroz en China,
por ejemplo, usa mucho riego, a diferencia de India, donde la
lluvia es más determinante y reduce la presión
sobre las reservas hídricas.El caso del algodón es
tremendo. Su water footprint: para fabricar una polera de
algodón se requieren 2.700 lt de agua. De este volumen,
45% es producto del riego, 41% se obtiene de lluvias y 14% es
agua que se usa para diluir los residuos que resultan del uso de
fertilizantes en los campos algodoneros y de químicos en
la industria textil.

El impacto nefasto del cultivo de
algodón se nota, por ejemplo, en Uzbekistán, Asia
Central, en donde la irrigación intensiva ha provocado el
desecamiento del Mar de Aral. Desde la década de los 60
este ex mar interior, ubicado lo que queda entre Kazajstán
y Uzbekistán, se ha reducido a tres lagos.

Según las estimaciones de Hoekstra y
Chapagain, el 44% del agua virtual usada para el cultivo y
procesamiento del algodón en el mundo no está
sirviendo al uso doméstico de los países
productores, sino que se exporta, principalmente a la
Unión Europea. Esta alta demanda redunda, según los
analistas, en que la Unión Europea ha contribuido
indirectamente en un 20% al desecamiento del Mar de
Aral.

Como dato referencial, tomados productos de
manera unitaria (un vaso de cerveza, otro de leche, otro de
café, una papa, una manzana, una hamburguesa, un par de
zapatos, un microship), una polera de algodón de 250 gr es
el tercer producto que más agua virtual contiene, con
2.000 lt, de una lista de 20 productos diversos elaborados por
Hoekstra y Chapagain.En el caso del maíz, el octavo
producto que más agua mueve en el mundo, para obtener un
kilo se requieren 900 lt de agua. Su cultivo consume anualmente
550 mil millones de m3 de agua, que es el 8% del total
mundial.

La carne, que en la escala figura en su
presentación deshuesada y congelada. Su huella
hídrica es de  15.500 lt, para producir un kilo. Hay
que hacer un alcance. Los productos derivados de los bovinos son
múltiples. Si los sumamos, es la industria del vacuno la
que mueve más agua virtual en el mundo. Baste citar que el
cuero bovino mueve 28 mil millones de m3; la carne, en cortes,
pero fresca o refrigerada (no congelada), impulsa 18 mil millones
de m3; mientras que los bovinos vivos (excepto los pure-bred
breeding) empujan casi 17 mil millones de m3 de agua virtual al
año. O sea, estos cuatro ítems impulsan 95 mil
millones de m3 de agua virtual.A propósito de los
productos tomados de manera unitaria como la polera de
algodón una hamburguesa, que contiene unos 150 gr de carne
de vacuno, exhibe un water footprint de 2.400 lt de agua. Y un
par de zapatos de cuero bovino, 8.000 lt de agua, siendo el
producto que más agua virtual contiene de esta
sólida lista de 20 que elaboraron Hoekstra y Chapagain.El
water footprint del azúcar: para un kilo de azúcar
refinada de caña se requieren 1.500 lt de agua. Su cultivo
requiere 220 mil millones de m3 de agua al año, que
corresponde al 3,4% del agua usada para cultivos.

Rastreando la huella del
agua

Veamos estos conceptos aplicados a
países y personas. Daniel Zimmer, ex director del Consejo
Mundial del Agua, escaneó el mapa mundial de exportadores
e importadores de agua virtual: "Entre los mayores países
exportadores de agua virtual están Estados Unidos,
Canadá, Tailandia, Argentina, India, Vietnam, Francia y
Brasil. Y entre los mayores importadores están Sri Lanka,
Japón, Holanda, Corea del Sur, China, España,
Egipto, Alemania e Italia".Según un estudio de Hoekstra y
Chapagain sobre intercambio de agua virtual global en
relación con cultivos, productos de animales vivos y
productos industriales (1997-2001), Canadá, por ejemplo,
exporta 48 mil millones de m3 de agua virtual principalmente en
forma de granos, e importa 16 mil millones, lo que hace un neto
de 32 mil millones de m3 exportados. Argentina, también en
granos, exporta casi 46 mil millones de m3 de agua virtual e
importa 3.100 millones, para un neto exportado de 42.900. La
cantidad de productos derivados del ganado que exporta Argentina,
según el estudio, es de 4.200 millones de m3. Australia,
hasta hace poco el mayor exportador de agua virtual del mundo,
hasta la peor sequía de su historia, es un gigante
exportador de agua virtual. En cultivos, 46 mil millones de m3;
en productos del ganado, otros 26 mil millones.

En total, o sea considerando lo importado y
lo exportado, Australia tiene un balance de 64 mil millones de m3
de agua virtual exportada, entre cultivos, ganado y productos
industriales. Argentina, por su parte, exporta 45 mil
millones.

Chile, sumando y restando, es
básicamente un importador de agua con poco más de
tres mil millones de m3 al año (ver recuadro).

Estados Unidos, hoy el principal exportador
de agua virtual, en el estudio figuraba en segundo lugar,
detrás de Australia, con 61 mil millones de m3 de agua
virtual exportada.La huella individual

Estados Unidos es también el
país con la huella hídrica per cápita
más importante del mundo. Para que los habitantes de
Estados Unidos puedan consumir los bienes y servicios que
demandan, se requiere sumar las cantidades de agua contenidas en
todos los bienes y servicios que consumen, sean estos producidos
domésticamente o importados: esa es la huella
hídrica del país. Según el estudio Water
Footprints of Nations, de los mismos autores, la huella
hídrica de Estados Unidos es de 696 mil millones de
m3/año. No obstante, la huella de India es la mayor del
mundo, con 987 mil millones m3/año.

Para calcular la huella hídrica per
cápita se debe dividir el total del país por la
cantidad de habitantes. Fórmula de la que resulta que EEUU
es el récord mundial, pues cada estadounidense consume en
promedio 2.483 m3/persona/año. Algo parecido ocurre con
todos los países industrializados.

La de India, por el contrario, es de
sólo 980 m3 per cápita al año. La de China,
que tiene como país una huella hídrica gigante, es
en el consumo per cápita la más baja del mundo: 700
m3/año. El promedio mundial es de 1.240
m3/capita/año. Para hacerse una idea la de los chilenos es
de 803 m3 per cápita al año (ver
recuadro).

Daniel Zimmer, el ex director del Consejo
Mundial del Agua, afirmó: "Es notable el contraste en el
uso de agua entre los continentes. En Asia, una persona consume
un promedio de 1.400 lt de agua virtual al día, mientras
que en Europa y Norteamérica un individuo consume 4.000 lt
de agua virtual al día".

Es tiempo de racionalizar el uso del
agua

Estados Unidos exporta un tercio de toda el
agua que obtiene de la naturaleza. Pero a un costo medioambiental
altísimo. La extracción de agua de los ríos
Colorado y Grande ha hecho que la mayor parte del año
éstos no alcancen a desembocar en el mar y el
acuífero Ogallala, el tercero en tamaño del mundo,
sufre un descenso vertiginoso de sus niveles.

Eso prende las alarmas pues en algún momento los
países que exportan agua virtual en la forma de alimentos
podrían aplicar restricciones para evitar una crisis
hídrica doméstica. Sin embargo, esto también
abre la ventana para que los conceptos de agua virtual y huella
hídrica sean utilizados para racionalizar el uso del
recurso. Que es justamente lo que se propone hacer con
ellos.

Por ejemplo, que en los países áridos se
apoyen los cultivos que necesitan poca agua, como lo
dátiles. Daniel Renault, de la FAO, citó el caso de
Túnez: "El aceite de oliva es un producto excelente que
puede ser producido en climas áridos (…)
Túnez es el ejemplo de un país que ha conseguido
producir con éxito aceite de oliva para disminuir su
exportación de agua virtual". O Israel, que desincentiva
la exportación de naranjas, por ser intensivas en
agua.

Una posibilidad es que se etiqueten los productos
confeccionados (por ejemplo) con algodón, que son
importados por la Unión Europea, para que se sepa el
impacto que causan en su origen, como el que tiene el
algodón proveniente de Uzbekistán; y que eso
implique un impuesto extra a su importación, como una
forma de desincentivarlo.

Jordania ha tenido éxito importando trigo y arroz
desde EEUU, ambos productos que requieren mucha agua, sobre todo
en un clima árido como el de Medio Oriente.

Con estas medidas se busca ajustar la huella
hídrica, o sea la cantidad de agua que necesita en este
caso un país, para producir los bienes que consume. El
concepto se llama Neutralidad Hídrica y puede ser aplicado
a un individuo, empresa o país, y significa,
básicamente, aplicar medidas para un uso eficiente,
inteligente y sustentable del agua.

Volviendo a EEUU, en donde el consumo de carne el
más alto del mundo es de 120 kg/per
cápita/año. Similar a España, un gran
importador de carne y con ella de agua virtual, con un balance de
14  mil millones de m3 importados al año. Un
comienzo, para buscar la sustentabilidad de los recursos
hídricos mundiales, sería bajar el altísimo
consumo de carne roja, y de paso terminar con la lógica de
que a mayor consumo de agua mayor nivel de desarrollo.

Valores que hacen temblar

Sumando los productos básicos que se
consumen y el cálculo del agua virtual que supone su
producción, se afirma que cada persona gasta entre 2.000 y
5.000 litros de agua por día. Para preocuparnos, miremos
estas cifras:

  • 1 par de zapatos de piel: requiere
    8.000 litros de agua

  • 1 camiseta de algodón: 4.100
    litros

  • 1 vaso de leche: 200 litros

  • 1 vaso de zumo de manzanas: 190
    litros

  • 1 bolsa de patatas fritas: 185
    litros

  • 1 taza de café: 140
    litros

  • 1 huevo: 135 litros

  • 1 manzana: 70 litros

  • 1 naranja: 50 litros

  • 1 taza de té: 35
    litros

  • 1 hoja de papel A4: 10
    litros

Situación
en Chile

Empujado por el sector empresarial, Chile está a
la cabeza de los esfuerzos por medir el impacto hídrico de
producir desde una fruta hasta un lingote de oro.

¿Cuántos litros de agua se
necesitan para producir un kilogramo de uva de mesa? El esfuerzo
para medir la "huella hídrica" de éste y otros
productos de exportación chilenos podría dar frutos
a fin de año. Se trata de un indicador con potencialidades
y limitaciones, afirman especialistas.La huella hídrica es
el volumen total de agua dulce usado en la producción de
bienes y servicios. Se puede calcular para un producto, una
empresa o un país.

"Tal vez la huella de agua no vaya a seguir
la misma ruta crítica de la huella de carbono, pero lo
concreto es que llama a las empresas a repensar la gestión
de sus recursos hídricos", dijo a Tierramérica el
jefe de proyectos de agroindustria de la Fundación Chile,
Rodrigo Acevedo, una entidad que mide ese indicador en este
país sudamericano.

Se trata de "un cambio de paradigma",
según Acevedo, pues obligará a las
compañías a "ir más allá de los
ámbitos legales", como los derechos de aprovechamiento de
agua, y considerar efectos de su consumo en la sustentabilidad de
las cuencas hídricas y de su propio negocio.De momento la
entidad que lidera la definición de estándares es
la Water Footprint Network (Red de Huella Hídrica), una
fundación sin fines de lucro con sede en Holanda que ya
calculó la huella de una taza de café, 140 litros
de agua, o de un kilogramo de arroz, 3.000 litros.

Pero, a diferencia de la globalizada huella
de carbono, que mide la cantidad de gases de efecto invernadero
emitidos a la atmósfera por personas, productos o
empresas, el consumo hídrico no es fácil de
informar ni de comparar, pues tiene una dinámica compleja
y un impacto eminentemente local.

Para hacer el cálculo se consideran
tres "huellas": la verde, que corresponde al aporte de las
precipitaciones, la azul, referida a las captaciones de aguas
superficiales y subterráneas, y la gris, que incluye la
contaminación generada en el proceso
productivo.

Entre los asociados chilenos a la Water
Footprint Network figuran la Fundación Chile, la estatal
Universidad de Chile, la consultora Green Solutions y las
empresas vitivinicultoras Concha y Toro, De Martino y
Errázuriz.

Fundación Chile fue creada por la
estadounidense ITT Corporation –dedicada al agua y el
saneamiento, el armamento, la tecnología satelital y el
transporte–, el Estado chileno y la explotadora de cobre Minera
Escondida, propiedad del grupo minero y petrolero
anglo-australiano BHP Billiton.

Hoy, la Fundación mide en forma piloto la huella
de agua de productos, empresas y cuencas, principalmente en la
norteña región de Atacama, semidesértica,
con escasez hídrica, gran minería y agricultura de
exportación.

 Chile emplea al año 803 m3 de agua per
cápita. El 80% de este gasto corresponde al sector
agropecuario y forestal.

Otros Valores que hacen
temblar

Para producir sólo una copa de vino
se necesitan 120 litros (lt) de agua

Para producir, digamos, 100 gr de queso, se
requieren 500 lt de agua.

Para producir 330 gr de ave, una
ración individual más o menos normal, se necesitan
1.300 lt de agua.

Una rebanada de pan de molde: 40
lt.

Una porción de arroz de 200 gr: 680
lt.

Una tacita de café ha dejado una
huella hídrica de 140 lt de agua.

2.700 litros  para  1 polera de
algodón

140 litros para 1 taza de café

2.400 litros para 100 gramos de chocolate

1.500 litros para 1 kilo de azúcar
refinada

180 litros para 1 kilo de tomates

140 litros para 1 copa de vino

10 litros para 1 hoja de papel

1400 litros para 1 hamburguesa

16.600 litros Para 1 kilo de Cuero

Otras
noticias

Investigadores del INIA quieren determinar las
condiciones de productos agrícolas y pecuarios en regiones
de riego y secano. 

 Expertos del Instituto de Investigaciones
Agropecuarias (INIA) del Ministerio de Agricultura comenzaron a
medir la huella de agua de los nueve productos agrícolas y
pecuarios de mayor impacto comercial y económico del
país, como parte de una investigación que busca
determinar las condiciones en distintos ambientes
agroclimáticos de riego y secano, y así elaborar
fórmulas que permitan utilizar el agua en forma más
eficiente.

 La idea del proyecto es descubrir el volumen de
agua usada y contaminada, la localización
geográfica y el momento del año en que ésta
es utilizada para el cultivo de la palta, uva pisquera, uva de
mesa, carozo, leche de vaca, carne de ovino, remolacha, tomate
industrial y tomate fresco.

 La huella de agua total de un producto considera
la suma de la huella azul (agua superficial o de pozo que se
utiliza para regar), la huella verde (agua de lluvia), y la
huella gris (agua contaminada), y se expresa en términos
de volumen utilizado para producir un kilo de producto. El
indicador puede reflejar, por ejemplo, una sobrexplotación
de las reservas de agua subterránea o mostrar el grado de
polución que sufren los acuíferos. "La idea es que
el agricultor use bien el recurso hídrico y produzca
más con menos cantidad de agua, teniendo un indicador que
le permita medir su huella de acuerdo a la zona en donde tiene
sus plantaciones", comente. Alfonso Osorio, director del
proyecto.

 Alimentos rotulados

Pero además de potenciar el uso racional de este
recurso, la iniciativa permitirá enfrentar las posibles
restricciones que podrían tener los productos chilenos que
no estén rotulados con el sello de huella del agua. "Medir
nuestra huella hídrica puede transformarse en una forma de
diferenciación de la industria agrícola chilena que
exporta. Así podemos decir, por ejemplo, que las
lecherías de Chile son eficientes en el manejo del agua y
eso puede hacer que los mercados internacionales nos prefieran",
dice Francisco Salazar, investigador del INIA Remehue, ubicado en
Osorno.

 

 

Autor:

Pablo Andresrozas
Riquelme

 

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