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Algunas reflexiones sociológicas en torno al desarrollo histórico del Patrimonio Cultural




Enviado por Aida Susel




    Algunas reflexiones sociológicas en torno al
    desarrollo histórico del Patrimonio Cultural
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    Algunas reflexiones
    sociológicas en torno al desarrollo histórico del
    Patrimonio Cultural

    Como concepto, patrimonio es un término que ha
    experimentado un continuo proceso de enriquecimiento, dado su
    carácter abierto. La palabra patrimonio surgió
    vinculada a la propiedad, según el Diccionario de la
    Lengua Española de la Real Academia procede del
    latín "patrimonium, hacienda que una persona ha
    heredado de sus ascendentes
    "; y ofrece como
    acepción actual "bienes propios adquiridos por
    cualquier título
    ".
    La Enciclopedia Encarta 2004,
    por su parte, lo define como "bienes que una persona
    hereda de sus ascendientes
    ".
    Existe recurrente
    coincidencia en el término en lo referido a lo que se
    recibe de los antecesores, lo que denota que en este sentido y
    por origen, el patrimonio comprendió, fundamentalmente,
    los bienes que poseía alguien y que le daba un lugar en la
    sociedad; para lo que fijó su atención en el
    patrimonio familiar, como herencia, aunque luego se amplía
    a los bienes en general que posee una persona natural o
    jurídica.

    En esta última acepción, el patrimonio no
    se limita a un individuo y los bienes materiales que hereda; si
    no que se extiende a un contexto mucho más amplio, que va
    desde la localidad, pasando por la nación, hasta alcanzar
    carácter universal y recoge como parte del mismo, la
    cultura acumulada en forma de conocimientos, tecnología,
    artes, leyendas, tradiciones, creencias, etc. Su evolución
    se amplía de lo personal a los bienes sociales, incluso
    los intangibles.

    Inicialmente, en la antigüedad y hasta
    aproximadamente el siglo XVI, no existía conciencia de
    salvaguardar el patrimonio; de esa manera muchas edificaciones
    del pasado se desmontaron para construir otras, ejemplos: el
    primitivo templo de San Pedro, en el Vaticano, se levantó
    con piedras del Coliseo y la catedral de Santa Sofía, en
    Constantinopla, se construyó con piezas de numerosos
    templos romanos. Las primeras manifestaciones de cuidado
    patrimonial, según consta en documentos, se dieron
    relacionadas con la nobleza, la corte y la iglesia, iniciadoras
    del coleccionismo de obras de arte a partir de un criterio
    cronológico.

    Es entre los siglos XVII y XVIII que la ciudad y los
    espacios urbanos cobran valor, como expresión de poder,
    esplendor, posibilidad de atraer a viajeros y recaudar dinero;
    razones por las que el Estado, indirecta y subconscientemente,
    realiza una valoración económica del patrimonio. Se
    perfeccionan y ordenan las colecciones artísticas; esta
    vez, siguiendo el criterio del valor artístico de la pieza
    e iniciando las prácticas de restauración, las
    normas de protección y el surgimiento de los museos. Esta
    época concluye inmersa en un fenómeno de
    incalculable trascendencia histórica y que marca la
    transición hacia el mundo contemporáneo, la
    Ilustración. La misma lleva al nacimiento del concepto de
    cultura y el interés consciente y académico por la
    historia, que se reflejará posteriormente en el nacimiento
    de las ciencias históricas: la Historia del Arte, la
    Arqueología, etc.; bajo la égida, en muchos casos,
    del gobierno; tal es el caso de las excavaciones
    arqueológicas de Pompeya y Herculano promovidas por Carlos
    III, quien antes de ser monarca de España, fue rey de
    Nápoles.

    Fueron objetos del período de la
    ilustración, también, el estudio y
    catalogación, de manera sistemática, de las obras
    de arte, la definición de los períodos a que
    pertenecían y el estilo empleado en sus construcciones.
    Simultáneamente se gesta un incipiente sentimiento de
    valoración de la naturaleza, de amor al paisaje; ideas
    sistematizadas en la corriente romántica,
    "antecedente directo del concepto ecologista
    contemporáneo y de respeto al patrimonio natural
    ".
    Asunción Hernández (1998: 221).

    La Revolución Francesa, durante la etapa
    insurreccional, repercutió gravemente y de forma directa
    sobre el patrimonio, al propiciar su devastación
    inconsciente, en el intento de destruir las propiedades de la
    derrocada monarquía. Afortunadamente la actitud de la
    Primera República fue totalmente opuesta al desastre y
    desarrolló, oportunamente, un conjunto de acciones para
    legislar su protección, entre las que se destaca la
    creación de las comisiones de monumentos y la
    formulación del concepto moderno de patrimonio, cuya
    autoría le corresponde al diputado Jean Baptiste Mathieu,
    al definirlo como: "una especie de existencia del
    pasado
    ", en un discurso ante la cámara francesa, en
    septiembre de 1793. Asunción Hernández (1998:
    221).

    A partir del siglo XIX, los estados han promovido un
    esfuerzo sistemático, institucional, legislativo y
    cultural para construir el concepto de patrimonio desde la
    práctica de la restauración, concebida y guiada por
    documentos programáticos, llamados "Cartas
    Internacionales". En el XIX se generaliza la idea de que el
    patrimonio es la huella de los pueblos y sirve a estos como
    elemento de identificación nacional, a la vez que se
    desarrolla la restauración moderna y la protección
    legislada del patrimonio

    En el siglo XX la restauración se convierte en
    ciencia, su metodología y criterios se llevan a las
    mencionadas "Cartas Internacionales"; que con periodicidad
    sistémica han perfeccionado y ampliado el concepto de la
    siguiente forma:

    • La Carta de Atenas, 1931: habla de monumentos
      históricos – artísticos y entiende el
      patrimonio como un "monumento
      aislado
      ".

    • La Carta de Venecia, 1964: amplía el concepto
      de patrimonio de monumento al de "entorno" y
      considera que ambos tienen el valor de testimonio de una
      civilización.

    • La Carta Europea del Patrimonio
      Arquitectónico, 1975: mueve el concepto de monumento
      al de "asentamiento", sin que necesariamente
      este tenga que tener una edificación de interés
      excepcional, incluyendo por vez primera los valores
      ambientales al margen del interés excepcional de un
      monumento singular.

    • El Coloquio de la UNESCO, en Quito, 1977, incluye a
      los centros históricos como parte del
      patrimonio.

    • La Carta de Florencia, 1981: consideró como
      monumento a los "jardines
      históricos
      ".

    • La Convención de Granada, 1985:
      insertó dentro del patrimonio arquitectónico a
      los monumentos, "los conjuntos
      arquitectónicos
      " y los
      "sitios".

    • La Carta de Toledo, 1986: establece que toda
      "trama urbana" de las ciudades
      históricas formaba parte del patrimonio.

    • La Carta del Restauro de Roma, 1987: incluyó
      el patrimonio "bibliográfico",
      "documental"
      y en general, "todos los
      objetos de cada época y área geográfica
      que revistan significativamente interés
      artístico, histórico y en general
      cultural".
      En ella se cambia el término de
      monumento por el de "manufactura
      histórica
      ".

    Desde las perspectivas de la actualidad, el concepto
    patrimonio ha sido enfocado de diversas formas. Por ejemplo, para
    el investigador Llorenc Prats, "es una construcción
    social, que incluye, por supuesto, elementos de la cultura y que
    no existe en la naturaleza, ni siquiera en todas las sociedades
    humanas ni en todas los periodos de la historia
    ." (1996:
    294).
    En su visión, el patrimonio comprende objetos,
    manuscritos y elementos monumentales diferentes entre sí y
    que puede ir desde una máscara africana, la
    tradición bailable de un pueblo, hasta un monasterio
    benedictino, con especial énfasis en el carácter
    simbólico; es decir, la capacidad del patrimonio para
    representar mediante un sistema de símbolos una
    determinada identidad.

    Para José Luís García (1992:
    299)
    patrimonio equivale a "recursos que en un
    principio se heredan, y de los que se vive, se pueden modificar,
    evolucionar hacia nuevas formas y hasta desaparecer."
    De
    lo que se infiere que la responsabilidad de legación a sus
    descendientes está siempre en manos de los
    herederos.

    Entre este autor y Prats existe coincidencia en la forma
    de ver la relación cultura – patrimonio, pese a la
    apócrifa paradoja entre el carácter cambiante y
    activo de la cultura y el tradicionalista del
    patrimonio.

    En tanto para Asunción Hernández (1998:
    218)
    el patrimonio se concibe de un modo genérico bajo
    el calificativo de cultural. Esta autora también se
    acoge al término para definir el patrimonio desde una
    visión integradora como: "el testimonio de una
    sociedad, la pasada y la actual"
    y lo vincula con el
    Romanticismo, por la coincidencia en algunos de sus referentes,
    tales como: naturaleza incontaminada, historia,
    inspiración emotiva e historia, etc. Hecho que resulta
    significativo si se aprecia esa naturaleza como
    expresión de posibilidad de subsistencia, la historia como
    expresión del pasado en su relación
    dialéctica con el presente y el futuro y el genio o la
    inspiración
    como las posibilidades individuales que
    trascienden. Por lo que, aunque no es un dogma su cumplimiento,
    cualquier elemento que participe de alguna de estas
    características es susceptible de ser patrimonializado; lo
    que no niega que para lograr su activación funcional han
    de converger ideas, valores, símbolos e identidad. De
    ahí su gran valor como recurso didáctico que puede
    abarcar lo local, lo supranacional e incluso lo
    universal.

    Jesús Estepa, por su parte, lo concibe como:
    "el legado que recibimos del pasado, lo que vivimos en el
    presente y lo que trasmitimos a generaciones futuras."

    (2001: 94).
    Se aprecia así en su definición,
    correspondencia con los anteriores autores.

    Corrientes más abiertas, encabezadas por Querol y
    Martínez, lo definen como: "los compuestos tanto
    por la obra humana, nunca independiente de la naturaleza, como
    por la obra de la naturaleza, nunca independiente de los seres
    humanos."
    (2001: 95),
    donde la tendencia es no hacer
    distinciones entre el patrimonio cultural y el natural. Desde
    esta perspectiva la investigadora cubana Rita M. Álvarez
    de Zayas lo identifica como: "complejo histórico –
    natural – cultural, que se expresa en unos espacios determinados
    y en el que nos hallamos implicados, tanto nuestros antepasados
    como nosotros mismos a través de un proceso temporal, en
    el que logramos salvaguardar ejemplos singulares, tangibles e
    intangibles, que constituyen la idiosincrasia que nos identifica
    como seres sociales."
    (2004: 3).

    De forma general, gran parte de la comunidad de
    investigadores consultados sobre el tema, coinciden de alguna
    manera con la definición que propuso y trabaja la
    Organización de Naciones Unidas por la Educación,
    la Ciencia y la Cultura (UNESCO) desde 1972, según la cual
    el concepto más generalizado ha sido el de Patrimonio
    Cultural
    , derivado del concepto italiano de bienes
    culturales, formulado en la "Convención de La Haya" en
    1954, e integrado por todos los aspectos y cosas hechas por el
    hombre y los espacios habitados en una perspectiva
    histórica y cultural.

    En Cuba, según los postulados y orientaciones de
    la UNESCO, la Constitución de la República, en el
    capítulo V: "Educación y la Cultura", establece en
    el artículo No. 39:

    h) El estado defiende la identidad de la cultura
    cubana y vela por la conservación del patrimonio cultural
    y la riqueza artística e histórica de la
    nación. Protege los monumentos nacionales y los lugares
    notables por su belleza natural o por su reconocido valor
    artístico o histórico
    .

    i) El estado promueve la participación de los
    ciudadanos a través de las organizaciones de masas y
    sociales del país en la realización de su
    política educacional y cultural.

    Para el cumplimiento consecuente del artículo, el
    4 de agosto de 1977, la Asamblea Nacional del Poder Popular,
    promulgó las leyes No. 1 Ley de protección al
    patrimonio cultural, que determina los bienes muebles e inmuebles
    y la No. 2 Ley de los Monumentos Nacionales y Locales, así
    como la Ley de los Museos, aprobada recientemente, que establece
    las normas para proteger y conservar aquellos bienes que, por su
    destacada significación, se declaren monumento nacional o
    local; así como otras leyes dedicadas a la
    conservación de especies de la fauna y la
    flora.

    Lo recogido en la legislación se corresponde en
    su totalidad con la definición propuesta posteriormente
    por Marta Arjona, quien reconoce como patrimonio cultural a:
    "aquellos bienes que son la expresión o el
    testimonio de la creación humana o de la evolución
    de la naturaleza, y que tienen especial relevancia en
    relación con la arqueología, la prehistoria, la
    literatura, la educación, el arte, la ciencia y la cultura
    en general, como son los documentos y bienes relacionados con la
    historia, incluidos los de la ciencia y la técnica,
    así como con la vida de los forjadores de la nacionalidad
    y la independencia, las especies y ejemplares raros de la flora y
    la fauna; las colecciones u objetos de interés
    científico, técnico; el producto de las
    excavaciones arqueológicas, los bienes de interés
    artístico – tales como los objetos originales de las artes
    plásticas, decorativas y aplicadas del arte popular -; los
    documentos y objetos etnológicos y folclóricos; los
    manuscritos raros, incunables y otros libros, documentos y
    publicaciones de interés especial; los archivos incluso
    fotográficos fonográficos y
    cinematográficos; mapas y otros materiales
    cartográficos; las partituras musicales originales e
    impresas y los instrumentos musicales; los centros
    históricos urbanos, construcciones o sitios que merezcan
    ser conservados por su significación cultural,
    histórica o social; las tradiciones populares urbanas y
    rurales y las formaciones geológicas o
    fisiográficas del pasado o testimonios sobresalientes del
    presente, que conforman las evidencias por la que se identifica
    la cultura nacional
    ." (1986: 7).

    Una integración práctica, con
    visión dialéctica del problema, requiere no olvidar
    que las tendencias más actuales en la comprensión
    dinámica del concepto patrimonio, tienden a considerarlo,
    no como un conjunto de bienes, sino como un instrumento para la
    organización racional de grupos humanos y del territorio;
    incluyendo la interpretación de la historia y el mejor
    conocimiento de los pueblos y de cada individuo.

    Así como se afirma que el siglo XIX es el siglo
    de la historia, podemos decir que el XXI se ha iniciado inmerso
    en un contagioso boom patrimonial, que a decir de la
    investigadora Consuelo Domínguez (2000: 80): "Las
    claves que explican en buena parte ese afán desmedido por
    revalorizar los elementos patrimoniales del pasado puede cifrarse
    en dos: por un lado el desarrollo de la industria
    turística, fenómeno al que no le es ajeno el
    despliegue informativo propio de la era de las comunicaciones en
    que vivimos y por el otro lado el deseo de un reencuentro con las
    propias raíces de nuestro pasado histórico, la
    búsqueda de una identidad cultural que se hace
    difícil en medio de un mundo fragmentado."

    Otra barrera que enfrentan los especialistas e
    investigadores, sobre el concepto patrimonio, es lo referente a
    la definición de los elementos considerados o no bienes
    patrimoniales; pues, el continuo enriquecimiento del concepto ha
    posibilitado que se hable de: patrimonio histórico,
    artístico, arqueológico, tecnológico,
    biológico, natural, subacuático material,
    inmaterial, local, nacional y universal. Las numerosas
    definiciones que hoy existen, van desde aquellas basadas en
    posiciones tradicionalistas, reducidas a concebir el patrimonio
    sólo en el ámbito de su conocimiento y salvaguarda,
    hasta las hoy comunes visiones integradoras que lo reconocen en
    los objetos de uso cotidiano, como transversal de la riqueza
    material de un país y a través de los valores
    intangibles, con visiones sobre mentalidades, comportamientos y
    representaciones de la vida social.

    De igual forma se genera confusión a la hora de
    relacionar o aplicar el término por igual a centros
    históricos, incluso a ciudades enteras; grandes monumentos
    como catedrales, castillos; pequeños edificios, obras de
    arte (muebles e inmuebles), piezas arqueológicas,
    productos artesanales, libros, cartas y otros documentos;
    yacimientos minerales y naturales, espacios naturales;
    fábricas, maquinarias de interés histórico y
    tecnológico; costumbres, leyendas. Elementos todos, que si
    algo tienen de común interés, es que todos poseen
    un valor determinado: histórico, natural,
    artístico, etc., por lo que se deben preservar para las
    futuras generaciones.

    Una gran dificultad para los que luchan por conservar el
    patrimonio es el turismo descontrolado, fenómeno iniciado
    en la década de los setenta y que en nuestros días
    alcanza niveles espectaculares, con la atribución, en
    muchos casos, del papel de artículo de consumo a los
    elementos patrimoniales, utilizados como medio de rápido
    enriquecimiento. El hecho está unido al contrabando y robo
    de estos valores.

    Como ejemplo de lo anterior, resulta representativo, lo
    ocurrido con la Muralla China, quien figura entre las siete
    maravillas de la antigüedad y uno de los primeros sitios
    declarado patrimonio de la humanidad. Actualmente y según
    las estadísticas de la UNESCO se encuentra entre los tres
    lugares más visitados del mundo, quizás esta sea la
    razón por la que desafiando su magnificencia y solemnidad
    ancestral, se dispusieran en todas sus áreas, tiendas de
    venta de souvenires, áreas de juego y hasta carritos de
    diversión al estilo Conney Island, para agilizar el
    regreso de los turistas a su base.

    En el caso cubano, aunque también se explota el
    patrimonio con fines turísticos, se prioriza su
    conservación. Esto permite aseverar que si se protege
    adecuadamente, no existe peligro alguno para el sostenimiento y
    defensa de la identidad nacional; si no que por el contrario,
    propicia su divulgación y afianzamiento con el rescate de
    muchas tradiciones perdidas u olvidadas, tal es el caso del
    oportuno, fresco y revitalizante proyecto de la oficina del
    historiador en la Habana Vieja.

    Con el objetivo de preservar el patrimonio mundial, la
    UNESCO trabaja en la elaboración de legislaciones que
    definan el alcance de las medidas de protección más
    convenientes, divididas en dos niveles, nacional e internacional
    y ha desarrollado un conjunto de acciones encaminadas al citado
    fin, con las que el Estado Cubano, como parte de la
    organización, cumple. Algunas de estas medidas
    son:

    • Desarrollo de convenciones:

    • ? Para proteger la propiedad cultural en caso
      de conflicto armado, 1954.

    • ? Sobre las medidas que deben adoptarse para
      prohibir e impedir la importación, exportación
      y transferencia ilícita de bienes culturales,
      1970.

    • ? Sobre protección del Patrimonio
      Mundial Cultural y Natural, 1972.

    • ? Sobre la Protección del Patrimonio
      Cultural Subacuático, 2000. Actualmente se trabaja en
      la preparación de regulaciones para la
      protección del Patrimonio inmaterial e
      Intangible.

    • Protección Nacional e Internacional del
      Patrimonio Cultural y Natural.

    • Fundación del fondo para la protección
      del Patrimonio Mundial.

    • Formulación de programas
      educativos.

    • Creación del Centro de Patrimonio Mundial,
      con los objetivos de:

    • Promover la firma de la Convención de 1972
      por parte de los países y alentarlos a que aseguren la
      protección de su patrimonio natural y
      cultural.

    • Incitar a los estados partes de la Convención
      a presentar sitios de su territorio nacional para su
      inclusión en la Lista de Patrimonio
      Mundial.

    • Incitar a los estados partes a establecer sistemas
      de presentación de informes sobre el estado de
      conservación de los sitios del Patrimonio
      Mundial.

    • Ayudar a los estados partes a salvaguardar los
      sitios del Patrimonio Mundial suministrándoles
      asistencia técnica y formación
      profesional.

    • Garantizar asistencia de emergencia a los sitios del
      patrimonio mundial que se hallen en peligro
      inmediato.

    • Respaldar las actividades dirigidas por los estados
      partes para la sensibilización con respecto a la
      preservación del Patrimonio Mundial.

    • Promover la participación de las poblaciones
      locales en la preservación de su patrimonio cultural y
      natural.

    • Fomentar la cooperación internacional
      respecto a la conservación del patrimonio cultural y
      natural.

    • Creación del Comité de Patrimonio
      Mundial.

    Desde el inicio de las Convenciones, el Comité de
    Patrimonio Mundial ha inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial
    730 sitios:

    563 como sitios culturales.

    144 como sitios naturales.

    23 como paisajes culturales.

    De ellos siete son cubanos.

    BIBLIOGRAFÍA:

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    • 8. Hernández A: El tratamiento
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      1998. (Fotocopia).

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      Protección del Patrimonio Cultural. Compilación
      de textos legislativos. Consejo Nacional de Patrimonio
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      Protección del Patrimonio Cultural. Compilación
      de textos legislativos. Consejo Nacional de Patrimonio
      Cultural. Ministerio de Cultura, 1996.

    • 11. Matozzi, I: La didáctica de los
      bines culturales: a la búsqueda de una
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      1998. (fotocopia).

    • 12. Rumbos recientes para la enseñanza
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      Jiménez: El museo de la escuela. En Cero en Conducta,
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      Historia e identidad. En Anuario publicado por la Casa del
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    • 16.  Venegas, C. y Lílian Peraza: Plaza
      vieja: identidad e historia. En revista Islas No. 70. La
      Habana, 1981.

    • 17. Venegas, C. y Lílian Peraza: Plaza
      vieja: identidad e historia. En revista Islas No. 70. La
      Habana, 1981.

     

     

    Autor:

    Lic. Aida Susel Labañino
    Fernández.

    Ocupación: Especialista en Ciencias de la
    Archivística.

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