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Desarrollo sustentable y sus perspectivas para los países del tercer mundo



Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Surgimiento del
    concepto desarrollo sustentable
  3. El concepto
    desarrollo sustentable. Limitaciones y
    aciertos
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Introducción

Para los países subdesarrollados la
sustentabilidad es un reto para el cual no poseen condiciones
objetivas de lograrlo. Este pretendido modelo de desarrollo
impone exigencias inalcanzables en las condiciones de un orden
económico internacional diseñado para beneficiar a
las naciones más desarrolladas y donde cada día es
más difícil acceder a las tecnologías y los
recursos que requiere el logro de economías
sustentables.

A lo largo del trabajo se evidencia cómo el
concepto desde su surgimiento favorece al norte industrializado y
aliena a los países de menos recursos materiales empujados
a la marginalidad ante una lógica proteccionista a
ultranza donde el hombre no es la especie más importante y
las principales industrias que aportan recursos a los
países pobres, como es el caso de la minería en
América Latina, son consideradas inapropiadas y
desaparecen ante la competencia de las grandes transnacionales
creadas al amparo de la globalización o sencillamente son
cerradas por falta de apoyo institucional o por las
manipulaciones de la opinión pública, que al final
exige "empresas limpias".

En el artículo se analizan los diferentes hitos
que llevan a la sacralización del concepto desarrollo
sustentable y como en ellos no se tienen en cuenta las
identidades nacionales, ante un nuevo paradigma creado por
"encima de las naciones", sus singularidades y desconociendo las
culturas de cada país. Además se reflexiona sobre
la carencia de un análisis socio – histórico serio
sobre el tipo de sociedad donde se puede alcanzar justicia,
equidad y posibilidades para un desarrollo socio político
equitativo que se conviertan en premisas para el logro de
sustentabilidad ecológica y ambiental, que son al final
las categorías fundamentales de un modelo para el cual se
precisan de cambios estructurales profundos en la sociedad global
y en cada nación en particular.

Se plantean, además, las limitaciones propias del
concepto desarrollo sustentable, que como modelo socio
económico no permite realizar un análisis
científico de las verdaderas causas que provocan los
problemas relacionados con el desarrollo, desviando la
atención hacia cuestiones "técnicas de las culturas
industriales", cuando realmente la cuestión del desarrollo
está en el modelo de desarrollo asumido por cada
país, en su orientación socio clasista.

Surgimiento del concepto
desarrollo sustentable

La problemática de los estilos de desarrollo y su
influencia sobre el hábitat de las diferentes especies y
sobre el propio hombre comenzó a formar parte de las
preocupaciones de los científicos y de sectores de la
opinión pública mundial a finales de los
años cincuenta del siglo XX.

La gran mayoría de los científicos y la
opinión pública especializada en general, considera
que el despegue de estas preocupaciones encuentra su reflejo
más profundo con la aparición del libro de R.
Carson "Primavera silenciosa", en el año 1962
; cuando
se publica por primera vez; donde la autora realiza un profundo
análisis de los efectos de las sustancias químicas
sobre los organismos vivos. Especialmente se analizan los efectos
de los insecticidas y pesticidas sintéticos sobre todos
los ecosistemas de la tierra y sobre el propio hombre.

Entre las primeras reflexiones colectivas sobre estos
temas, concretamente el de los vínculos del crecimiento
global y la escasez de recursos naturales, aparecen en el verano
de 1970 cuando un grupo de científicos, investigadores e
industriales de las más diversas esferas de la
producción y la ciencia se reunieron para analizar el
futuro del planeta y de sus habitantes. Este grupo conocido como
el "Club de Roma" elaboró el informe
"Límites al crecimiento" en 1972. El informe se
concentró en cinco factores que limitaban el crecimiento
en el planeta: la población, la producción
agrícola, los recursos naturales, la producción
industrial y la contaminación. Aquí no aparece
ninguna referencia al análisis de los sistemas
socioeconómicos que soportan estas actividades. Este
Informe genera un importante impacto en los círculos
políticos y académicos al emitirse en los albores
de la llamada de la llamada crisis del petróleo y de los
problemas de precios y suministros internacionales de materias
primas.

El argumento central de este estudio es que el
crecimiento económico no sería capaz de mantenerse
debido a que los recursos naturales y energéticos se
agotarían en el plazo de solo algunas décadas, pues
el sistema natural – que es acotado y cerrado -, tiende a la
degradación y a la desaparición de sus recursos.
Ante tal perspectiva, se plantea un cambio en la técnica y
modos de producción de forma de llegar a un modelo de
"crecimiento cero" en que el crecimiento económico
debía detenerse y cambiar cualitativamente.

Un momento importante en la evolución hacia el
término desarrollo sustentable lo ocupa el libro "Una
sola tierra"
de Bárbara Ward y Rene Dubos
donde se analizan los vínculos entre ambiente y
desarrollo, publicado en 1972. En este libro se
describen los intereses que llevaron a la "Conferencia de
Naciones Unidas sobre Medio Ambiente"
de Estocolmo del
año 1972
. Es uno de los primeros libros donde se
insiste que las necesidades humanas no se pueden satisfacer en
detrimento del capital natural y de los intereses de las
generaciones futuras.

En 1972 en Estocolmo, Suecia, se celebró la
primera gran Conferencia mundial sobre problemas ambientales

("Medio Ambiente Humano") que realizó un llamado a
la reflexión sobre cuestiones vinculadas a la
contaminación derivada de la industrialización, el
crecimiento poblacional incontrolado, al surgimiento de
periferias en las superpobladas ciudades del mundo, a la abertura
de la capa de ozono y otros temas directamente vinculados con los
países industrializados.

Esta Conferencia como era de esperar, no se detuvo en
las verdaderas causas de la contaminación ambiental y en
sus vías de solución. Sin embargo, llamó la
atención del mundo sobre la necesidad de revertir los
costos ecológicos de los patrones de producción y
consumo existentes hasta ese momento en el ámbito
internacional. Su mayor importancia es su reconocimiento sobre la
crisis ecológica y la necesidad de abordar estos problemas
de forma prioritaria.

En el año 1974, en Cocoyoc, México, se
celebra la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo,
Naciones Unidas.
Esta Conferencia acuña el
término "desarrollo sustentable", aún cuando este
concepto se ha estado utilizando desde los años sesenta,
especialmente por economistas. La utilización del mismo
reemplaza al término "ecodesarrollo" utilizado hasta el
momento, aunque algunos autores lo continúen citando en
sus producciones científicas.

Como consecuencia de la Conferencia de
Estocolmo
se decidió celebrar en 1976 la
"Conferencia de Naciones Unidas sobre Asentamientos
Humanos
". Esta contribuyó a llamar la atención
sobre el lugar que debe ocupar la satisfacción de las
necesidades básicas del desarrollo, las referidas al
saneamiento, a la atención primaria de salud, a la
cobertura de agua potable y otras necesidades de este tipo. Esta
Conferencia tampoco ofreció soluciones para los problemas
que enfrentaba la humanidad, principalmente para los
países subdesarrollados, pero si quedaba claro que las
políticas para enfrentar los retos de un nuevo modelo
socioeconómico tenían que enfrentar una
redistribución internacional de las riquezas, pero no
indica cómo hacerlo, en ningún momento realiza un
análisis clasista de las causas que provocan las
disparidades sociales en el desarrollo.

En 1980, en la "Estrategia Mundial para la
Conservación"
editada por varias organizaciones entre
las que se encontraban la "Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza" (UICN), el "Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo" (PNUMA) y el "Fondo Mundial
para la Vida Silvestre" (WWF-World Fund), utiliza por primera vez
el concepto "desarrollo sustentable" como un elemento integral
que incluye las dimensiones económica, social y
ambiental.

En 1982 aparece la Carta de la Tierra. El 28 de
octubre de 1982, la asamblea general de las Naciones Unidas, en
su Resolución 37/7, proclamó la "Carta Mundial de
la naturaleza", que en 24 puntos plantea principios generales,
delimita funciones y aspectos de aplicación para el
respeto universal a la naturaleza. La importancia de este suceso
es que aceleró la creación de la Comisión
Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo
y sus debates
posteriores en torno al concepto desarrollo
sustentable.

Es en 1987 cuando por primera vez, la llamada
"Comisión Brundtland" – que debe su nombre a la
Primer Ministro de Noruega, la señora Gro Harlem
Brundtland que encabezó la "Comisión Mundial
sobre Medio Ambiente y Desarrollo"
– en el Informe
"Nuestro Futuro Común" utiliza el concepto
desarrollo duradero, también reconocido como desarrollo
sostenible o viable. Si en Estocolmo (1972) se establecen los
cimientos para la elaboración de políticas de
crecimiento económico sustentable, el informe "Nuestro
Futuro Común" dejaba bien claro que el desarrollo
solamente perduraría si las actuales generaciones
desarrollaban patrones de producción y consumo que no
comprometieran la vida de las generaciones venideras. Sin
embargo, no decía cómo hacerlo, a pesar de que
propone una definición del concepto desarrollo sustentable
que se convierte en la base para la definición de todas
las políticas dirigidas a proyectar la relación del
hombre con la naturaleza.

En Río de Janeiro, en Junio de 1992, en la
"Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y
Desarrollo"
es cuando se plantea el imperativo inmediato del
desarrollo sustentable. Éste se convierte en el primer
mandato de la "Agenda 21" y que a partir de este año llega
incluso a ser incluido en las cartas magnas de varios
países del mundo, entre ellos en la cubana que lo hace en
las modificaciones introducidas en 1992, en su artículo
27.

La llamada "Cumbre de la Tierra" es el momento de
la sacralización del concepto desarrollo sustentable. Lo
más importante de esta Cumbre es el llamado a tener en
cuenta la relación entre el medio ambiente y el
desarrollo.

El concepto desarrollo
sustentable. Limitaciones y aciertos

Como ya se ha dicho en el Informe de la Comisión
Brundtland se plantea la urgente necesidad de promover un
desarrollo de tipo sustentable, entendido éste, no como un
estado de estática armonía, sino como todo un
proceso de cambio en el cual, la explotación de los
recursos, la dirección de las inversiones, la
orientación del desarrollo tecnológico y los
cambios institucionales deberían tomar en cuenta, no
sólo las necesidades actuales, presentes, sino
también las venideras, aquellas que se relacionan con las
generaciones futuras (Gileni, 1994). Dicho de esta forma era algo
realmente esperanzador, sin embargo, no se tenían en
cuenta varios momentos tales como: cuantificar los daños
(cuantitativa y cualitativamente) que el hombre le ocasiona a la
naturaleza sin indicar cómo conocer, ante la magnitud del
daño actual, cuáles serían las necesidades
de las generaciones venideras. Y lo más importante no se
indicaba cuál sería el modelo de sociedad en que
primaría, por encima del consumo y la ganancia, el
interés de preservar condiciones a las futuras
generaciones para satisfacer sus necesidades.

Algunas consideraciones merecen desde un primer
análisis la definición de desarrollo sustentable
que propone la Comisión Brundtland en lo cual coincidimos
con el análisis realizado por (Redclift & Woodgate,
2002) cuando consideran lo siguiente sobre esta
problemática: Cómo entra la cuestión del
desarrollo dentro de la definición propuesta si tenemos en
cuenta que el nivel de desarrollo alcanzado por cada sociedad en
un momento determinado origina necesidades diferentes en cada
cultura y en cada generación. Y lo más importante,
cómo definir las necesidades en cada cultura.

En este sentido es preciso señalar que el logro
de la sustentabilidad desborda los límites de una
comunidad, de una empresa, una región o un país
determinado para convertirse en un problema global que demanda la
atención especializada de toda la humanidad y
especialmente de los organismos internacionales encargados de
trazar políticas de desarrollo.

En la actualidad en la literatura especializada podemos
encontrar cientos de definiciones sobre este problema y
búsquedas incesantes de alternativas racionales para
lograr la sustentabilidad. La gran mayoría coincide en
plantear la necesidad de lograr la armonía entre los
conceptos crecimiento económico y desarrollo humano. A
continuación nos referiremos a algunos de estos enfoques
con el propósito de valorar los elementos positivos de las
mismas para un análisis de la sustentabilidad en el
subdesarrollo.

Autores del Instituto Superior Politécnico
"José Antonio Echeverría" de Cuba, al analizar
cómo alcanzar el desarrollo sustentable, lo plantean a
través de los desafíos que tienen que asumir los
gobiernos nacionales en el diseño de políticas de
gestión encaminadas al logro de los objetivos, es decir el
logro de crecimiento económico, equidad, y
sustentabilidad ambiental
(Valdés & Chassagnes,
1997).

En la revista de la CEPAL, No. 47 de 1992 se
plantea el problema del desarrollo sustentable a través
del análisis de dimensiones, en este caso la
dimensión económica que incluye:
estabilización, ajuste estructural y crecimiento,
solvencia, dimensión nivel de vida,
dimensión política y dimensión
medio ambiente
. Lo más importante, de este enfoque lo
constituye el hecho de referirse al problema del crecimiento
económico y la estabilización. Esto apunta a la
búsqueda de un modelo de desarrollo donde no se puede
detener el crecimiento económico de los más
necesitados, lo cual excluye la posibilidad expresada en algunas
reuniones internacionales de penalizar a los países
subdesarrollados por algunas actividades económicas
agresoras del medio ambiente. Un elemento novedoso lo es, sin
lugar a dudas, el considerarse la política como una
variable independiente. Pero no es precisamente CEPAL la que
ofrezca una salida para edificar sociedades sustentables, no
aparece el análisis del modo de producción como
punto de partida para lograr cambios estructurales en la
sociedad.

Pero lo verdaderamente importante sería poder
contar con un tratamiento de la sustentabilidad donde se tenga en
cuenta desde una perspectiva científica la relación
entre la política y la economía.

En el Informe Meadows presentado en el libro
"Más allá de los límites del crecimiento"
de 1993
aparece una forma muy simple de definir la
sustentabilidad como "… la sociedad… que puede persistir a
través de generaciones, que es capaz de mirar hacia el
futuro con la suficiente flexibilidad y sabiduría como
para no minar su sistema físico o social de apoyo"
(Meadows, 1993:248). Esta definición evade en sus
diferentes proposiciones el análisis de la cuestión
política y de la relación entre la política
y el desarrollo lo cual constituye un resultado lógico de
la orientación de sus autores. Su limitación
fundamental consiste en que no indica que la flexibilidad y
sabiduría necesarias para que las sociedades actuales no
minen sus sistemas sociales y físicos de apoyo se
encuentran mediatizados por el tipo de propiedad sobre los medios
de producción que gobierna sobre todos esos
elementos.

Como se podrá apreciar esta visión
está mediatizada por los intereses del mundo desarrollado
con soluciones al alcance, en los marcos del orden
económico internacional actual, de países con un
alto nivel de industrialización. Las soluciones
están centradas en la aparición de nuevos
sustitutos para los recursos no renovables, el empleo de
tecnologías ecológicas para lo cual se exige de la
reconversión industrial que solamente están al
alcance de las naciones más industrializadas del
planeta.

Roberto P. Guimaraes, especialista de la CEPAL, propone,
un enfoque diferente, en la revista EURE de Santiago de Chile,
"El desarrollo sustentable: propuesta alternativa o
retórica neoliberal , en 1994
. Aquí se
distingue una búsqueda de sustentabilidad desde el
subdesarrollo, la cual, solo será posible si se logra lo
que él llama "componentes" o "contenidos sectoriales".
Para R. Guimaraes la sustentabilidad posee los siguientes
contenidos sectoriales: "sustentabilidad política",
"sustentabilidad ecológica", "sustentabilidad ambiental" y
"sustentabilidad social".

La sustentabilidad política – según
este autor – se encuentra estrechamente vinculada al proceso de
construcción de la ciudadanía, y busca garantizar
la incorporación plena de las personas al proceso de
desarrollo. Ésta se resume a nivel micro, a la
democratización de la sociedad, y a nivel macro, a la
democratización del estado. Evidentemente esto no
podrá alcanzarse en un Proyecto social donde las riquezas
se concentren en un reducido número de personas y la
naturaleza no sea más que un medio para obtener
ganancias.

El primer objetivo supone el fortalecimiento de las
organizaciones sociales y comunitarias, la redistribución
de los recursos y de la información hacia los sectores
subordinados, el incremento de la capacidad de análisis de
sus organizaciones, y la capacitación para la toma de
decisiones; mientras el segundo se logra a través de la
apertura del aparato estatal al control ciudadano,  la
reactualización de los partidos políticos y de los
procesos electorales, y por la incorporación del concepto
de responsabilidad en la actividad pública (Guimaraes,
1994).

Como se aprecia la sustentabilidad política
solamente se puede lograr si se realiza una profunda
transformación estructural de la sociedad y esto no se
puede alcanzar donde la distribución de las riquezas se
realice de forma tan desigual.

La sustentabilidad ecológica, se refiere a
la base física del proceso de crecimiento y promueve la
necesidad de mantener un stock de recursos naturales incorporados
a las actividades productivas. La sustentabilidad en el caso de
los recursos naturales renovables, existe si la tasa de
utilización es equivalente a la tasa de
recomposición del recurso
en los procesos naturales
que tienen lugar en la naturaleza. En el caso de los recursos
naturales no renovables
, la tasa de utilización debe
ser equivalente a la tasa de sustitución del recurso en el
proceso productivo por el período de tiempo previsto para
su agotamiento (medido por las reservas naturales y la tasa de
utilización). Partiendo del hecho de que su propio
carácter de "no – renovable" impide un uso indefinidamente
sustentable, hay que limitar su ritmo de utilización al
ritmo de desarrollo o de descubrimiento de nuevos sustitutos.
Esto demanda, entre otros aspectos, que las inversiones
realizadas para la explotación de recursos naturales no
renovables deben ser proporcionales a las inversiones asignadas
para la búsqueda de sustitutos en los procesos
productivos(Guimaraes, 1994).

Como se puede apreciar, a pesar de su interesante
elaboración teórica, ésta es una propuesta
para naciones con un alto nivel de desarrollo económico,
pues los países subdesarrollados no pueden detener la
explotación de los recursos que poseen, aún cuando
deterioren en mayor o menor grado el medio ambiente.

En un segundo momento la sustentabilidad
ambiental
habla de mantener la capacidad de sustento de los
ecosistemas, es decir, la capacidad de la naturaleza para
absorber y recomponerse de las agresiones antrópicas.
Haciendo uso del mismo razonamiento utilizado en el
análisis de la sustentabilidad ecológica, el de
ilustrar formas de operalización del concepto, dos
criterios aparecen como obvios. En primer lugar, las tasas de
emisión de desechos
como resultado de la actividad
económica deben equivaler a las tasas de
regeneración
, las cuales son determinadas por la
capacidad de recuperación del ecosistema. Un segundo
criterio de sustentabilidad ambiental, sería la
reconversión industrial con énfasis en la
reducción de la entropía, es decir, privilegiando
la conservación de la energía y las fuentes
renovables. (Guimaraes, 1994).

La sustentabilidad ambiental de la que habla el
especialista de la CEPAL, es además muy difícil de
precisar porque la naturaleza posee una real capacidad de
defenderse de las agresiones antrópicas, creando incluso,
mecanismos de defensa. ¿Cómo lograr en estos casos
cuantificar los daños ambientales si los mismos pueden
afectar a un ecosistema por varias generaciones?

La mayor complejidad radica en que no se trata de medir
los impactos de una actividad en lo ecológico y lo
ambiental, el problema es cómo estos impactos influyen en
los sistemas sociales y políticos que los
soportan.

Acerca de la reconversión industrial, como un
elemento de equilibrio ambiental, se puede plantear que la misma
no es una opción para los subdesarrollados, esta es una
variante de alto agregado tecnológico que requiere de
transferencia de tecnologías a las cuales estos
países no pueden acceder en las condiciones de la
globalización neoliberal. Es un elemento objetivo que
estos países necesitan primero desarrollarse y para ello
demandan de recursos naturales.

La sustentabilidad social, la cual, persigue como
objetivo el mejoramiento de la calidad de vida de la
población donde se haría efectiva la
distribución equitativa de las riquezas de que la sociedad
dispone, a partir de la equidad y la justicia social. Los
criterios básicos tienen que ser los de justicia
distributiva, para el caso de la distribución de bienes y
de servicios y de la universalización de la cobertura de
educación, salud, vivienda y seguridad social (Guimaraes,
1994).

Evidentemente sin sustentabilidad social no podrá
existir la sustentabilidad, porque el elemento central de
cualquier modelo de desarrollo, con justicia y equidad, tiene que
ser el hombre. Por eso en primer lugar; se precisan de
políticas sociales que garanticen la satisfacción
de las necesidades básicas de toda la población,
condición básica para poder enfrentar los retos de
un modelo nuevo como es el desarrollo sustentable.

En el tratamiento de la "Comisión del Sur"
nos encontramos con un enfoque más totalizador del
desarrollo, más cercano a las posiciones de los
países subdesarrollados, donde se integran valores
materiales y espirituales. Este enfoque ve el desarrollo como
"… un proceso que permite a los seres humanos utilizar su
potencial, adquirir confianza en sí mismos y llevar una
vida de dignidad y realización. Es un proceso que libra a
la gente del temor a las carencias y a la explotación. Es
una evolución que trae consigo la desaparición de
la opresión política, económica y social"
(Comisión Sur, 1991:20). En este trabajo no se le llama a
este modelo desarrollo sustentable, pero evidentemente, sus
fundamentos teóricos, coinciden con los atribuidos a este
modelo, al menos con la intención que se plantea en el
Informe Brundtland y como se asumió por Cuba.

Este tratamiento tiene varios puntos de contacto con los
anteriores, pero se hace particular énfasis en la
desaparición de la opresión económica,
política y social y en el logro de una confianza del
individuo en sí mismo, lo cual, lógicamente se hace
extensivo hacia las comunidades de las cuales es miembro, pasando
por las diferentes formas de organización social que las
mismas poseen.

De interés para este artículo lo es, sin
dudas, la definición que sobre desarrollo sostenible
propone la FAO, la cual dice textualmente: "El desarrollo
sostenible es el manejo y la conservación de la base de
recursos naturales y la orientación del cambio
tecnológico e institucional de tal manera que asegure la
continua satisfacción de las necesidades humanas para las
generaciones presentes y futuras" (Milian, 1996:53).

Lo más interesante en esta definición es
que analiza la variable tecnológica como clave para el
manejo y conservación de los recursos naturales. Si no
existe una nueva orientación hacia el cambio
tecnológico, en el sentido del empleo de
tecnologías apropiadas, no se podrá aspirar al
logro de un desarrollo sustentable.

Otra visión sobre el problema que toma como base
la definición clásica ofrecida en el Informe
"Nuestro Futuro Común" de la "Comisión Brundtland"
la ofrece Luis Herrero en su libro "Medio ambiente y
desarrollo alternativo
". Para este autor el desarrollo
sustentable "… encierra dos conceptos fundamentales: a) el de
necesidades, en particular las esenciales de los pobres, a los
que se debía otorgar prioridad preponderante, y b) la idea
de las limitaciones que imponen los recursos del medio ambiente,
el estado actual de la tecnología y de la
organización social…" (Herrero, 1989:37-38). Aquí
están presentes elementos analizados en definiciones
anteriores, sin embargo, llama la atención el
vínculo que el autor establece entre las necesidades de
los sectores más desfavorecidos en los diferentes
países y la relación recursos naturales –
tecnología.

Por su parte, The Hague Report ofrece una
definición que si bien tiene puntos de contacto con todas
las anteriores aparecidas a partir del "Informe Nuestro Futuro
Común", en esta nos encontramos con elementos novedosos.
El desarrollo sostenible es un modelo que ha sido diseñado
para "… generar un desarrollo que sea sostenible
económica, social y ecológicamente. Esto significa
que también deben efectuarse inversiones suficientes en la
educación y en la salud de la presente población,
de forma tal, que no se creen deudas sociales para las futuras
generaciones. Y que los recursos naturales deben ser utilizados
de forma tal que no creen deudas ecológicas al
superexplotarse las capacidades productivas y de soporte de la
tierra…" (Pronk & Nabub, 1992:6).

La introducción en esta definición por
primera vez del término deudas sociales, crea una
perspectiva más objetiva para enfocar desde la
visión de este artículo, el problema del modelo
económico que consideramos se adecua a las condiciones de
los países subdesarrollados.

Pero lo más importante es tener bien definido que
estas deudas sociales se pueden originar directamente a
partir de proyectos de desarrollos que no tengan en cuenta las
dimensiones del desarrollo sustentable de forma inmediata. Es
decir aquellos proyectos donde no exista equidad en la
distribución de las riquezas y aparezcan sectores
excluidos del desarrollo.

Éste debe ser el objetivo de los modelos
económicos que privilegian la protección de la
naturaleza en la misma medida que las deudas sociales poseen una
estrecha relación con las deudas ecológicas.
Las generaciones actuales tendrán que continuar utilizando
los recursos naturales, en algunos países, incluso, por
encima de los niveles tolerables por la capacidad de sumidero de
las diferentes regiones.

El razonamiento realizado para el caso de las deudas
sociales es válido para las deudas ecológicas.
Estas se crean como consecuencia del uso indiscriminado de un
recurso por encima de su capacidad de recomposiciones de forma
inmediata o de forma mediata, derivadas del desequilibrio
originado por la desaparición de los ecosistemas asociados
a los recursos agotados, sin mecanismos sociales de
compensación.

José Mateo Rodríguez y Carmen
Suárez Gómez, dos autores cubanos definen este
modelo de desarrollo utilizando el término "sostenible",
sin establecerse precisiones entre "sustentable" y "sostenible".
Para ellos, "por sostenibilidad se entiende la durabilidad y la
persistencia de un sistema, la capacidad de reproducir material y
simbólicamente un sistema como resultado de las
interacciones estructurales, funcionales, dinámicas y
evolutivas. La sostenibilidad ambiental sería así
el balance entre varios niveles o tipos de sostenibilidad: la
geoecológica, la social, la económica" (Mateo &
Suárez, 2000:732).

Esta definición ofrece una visión de la
sustentabilidad como proceso, como interacción de
diferentes elementos del tejido social. Es una forma abierta de
entender la sustentabilidad que se corresponde con la manera en
que estos autores definen el medio ambiente, como
interacción de elementos ecológicos, ambientales y
sociales. Es un enfoque más integrador de la
sustentabilidad que tiene como punto de partida el
análisis de los fenómenos ambientales en sistema,
en interacción dialéctica.

Una definición que presenta una mayor similitud
con las que toman como referencia la de la "Comisión
Brundtland", la ofrece el propio José Mateo
Rodríguez en una publicación en idioma
portugués, donde utiliza la palabra sustentable para
definir el modelo que estamos analizando. En esta ocasión
afirma: "O desenvolvimento sustentavel é aquele
que:

  • utiliza os recursos e serviços ambientais
    abaixo de sua capacidade de
    renovação;

  • distribui atividades no territorio de acordo com seu
    potencial;

  • pratica atividades de tal maneira que a
    emissão de contaminantes seja inferior a capacidade de
    assimilação" (Mateo, 1997:55).

Lo más valioso de esta definición lo
constituye la importancia que se le atribuye a la necesidad de
promover el desarrollo sustentable acorde con el potencial del
territorio, es decir, con sus capacidades. Esta
interpretación es importante en la misma medida que la
concentración de la población en determinados
núcleos urbanos o la construcción de industrias en
territorios con abundantes recursos naturales constituyen modos
no sustentables de encarar el desarrollo por dos razones
diferentes. La primera de ellas porque se produce una
saturación casi inmediata de los sumideros y la segunda
porque el afán desmedido de explotar recursos en una zona
aparentemente con abundantes reservas termina por agotarlos en un
tiempo menor del previsto por los expertos.

Una óptica coincidente con la perspectiva del
primer mundo es la de Herman Daly, un conocido
teórico del desarrollo sustentable, defensor de las
posiciones del Banco Mundial, quien define el modelo de la
sustentabilidad de la siguiente forma: "Sustainable development
is "development without growth", where:

  • (a) growth means increase in size by the
    addition of material through assimilation or accretion (i.e.,
    quantitative increase).

  • (b) Development means expansion or realization
    of potentialities; bringing gradually to a fuller, greater or
    better state (i.e., qualitative improvement).

In other words, sustainable development is qualitative
improvement without quantitative increase beyond some scale that
does not exceed carrying capacity – – i.e., the capacity of the
environment to regenerate raw material inputs and absorb waste
outputs" (Daly, 1990:195).

Este punto de vista, concretamente, privilegia el
desarrollo entendido este como crecimiento cualitativo, sin
adición de materiales, es decir, se promueve un desarrollo
intensivo, sin extraer mayores cantidades de materias primas.
Aquí la tendencia es hacia la desmaterialzación,
hacia el empleo de menos materias primas para producir servicios
con la misma calidad con que se realizaban anteriormente. Como se
puede observar este tipo de desarrollo solamente se podrá
alcanzar a partir de un mayor empleo de la ciencia y la
tecnología que facilite la concreción de fuerzas
productivas cada día más eficientes.

Visto desde esta óptica los países
subdesarrollados no tienen posibilidades de acceder al desarrollo
sustentable, éstos no disponen de las tecnologías
necesarias para acometer modelos intensivos en la
producción. Por el contrario, la mayoría de los
también llamados países periféricos,
exportadores de materias primas, se apoyan en modelos productivos
basados en técnicas tradicionales extensivas, con gran
empleo mano de obra barata y generadoras de desechos más
allá de los llamados mínimos permisibles de
absorción, establecidos por las instituciones
oficiales.

Conclusiones

  • El concepto desarrollo sustentable propone un tipo
    de sociedad que se va por encima de la organización
    estructural de la sociedad, se sitúa al margen de los
    intereses clasistas de los diferentes actores sociales que
    participan en el desarrollo de un país, y esto es una
    utopía irrealizable. No concreta las vías para
    garantizar democratización del aparato estatal y de
    las organizaciones comunitarias. En este sentido es una
    utopía más que se puede alcanzar solamente en
    sociedades donde los recursos se distribuyan de forma
    equitativa, donde exista una voluntad política de
    concertación ciudadana.

  • El concepto como elaboración teórica
    ofrece un complejo panorama de análisis en tanto
    incluye un subconcepto al cual no le dedica ningún
    espacio de reflexión. Se trata de la categoría
    "necesidades" la cual por sí sola exige un tratamiento
    independiente dado su carácter dialéctico y su
    estrecha vinculación con el nivel alcanzado por las
    fuerzas productivas en cada sociedad. Las necesidades son
    cambiantes y que en cada cultura y generación son
    diferentes y no queda claro en el concepto cómo
    definirlas en cada generación y cultura.

  • En la forma en que se ha planteado el concepto
    desarrollo sustentable esconde una lógica neoliberal,
    lo que hace falta hacer sostenible es el desarrollo y por
    tanto la cuestión está en mantener un tipo de
    desarrollo que irremediablemente favorecería a los
    países desarrollados, a los que tienen la posibilidad
    de maximizar las ganancias en el uso de la naturaleza, es
    decir a los que se desarrollaron, incluso a cuenta del
    sacrificio de sus recursos naturales, pero especialmente del
    saqueo de otras naciones. El concepto traslada sutilmente la
    cuestión de la sostenibilidad de la naturaleza al
    desarrollo convirtiendo a esta en el factor crítico
    que se hace imprescindible vigilar (Sachs,
    1997:65)

  • Las sociedades sustentables tienen que promover la
    participación real de los ciudadanos en el desarrollo,
    entendiendo por participación la capacidad de estos de
    decidir en los diferentes procesos socio políticos en
    que intervienen con conocimiento de causa y con poder de
    decisión. Los países subdesarrollados con altos
    niveles de analfabetismo, insalubridad, sin sistemas de salud
    al alcance de todos, con probada exclusión social no
    están en condiciones de construir sociedades
    participativas. Primero necesitan formar ciudadanos que
    puedan llegar a las instituciones por las vías
    concertadas socialmente, en aquellos países donde
    existen; y luego decidir cómo construir una sociedad
    concreta con igualdad de oportunidades para todos, que es en
    última instancia el aparente llamado que realiza la
    sustentabilidad. La mayoría de los países
    subdesarrollados no tiene condiciones reales para encarar
    estos retos.

  • Los países subdesarrollados, en las
    condiciones actuales no tienen condiciones para asumir los
    retos que el desarrollo sustentable impone hasta tanto no
    cambie el orden económico internacional establecido.
    De ahí que es imprescindible repensar la
    cuestión de los modelos de desarrollo, adaptarlos a
    las condiciones concretas de nuestras naciones, incluso;
    sí es necesario proponer nuevas variantes, de forma
    tal que permitan desarrollarnos en todos los sentidos, que
    faciliten la reinserción equitativa de sus
    economías en el mercado mundial sin perder la riqueza
    cultural de su diversidad, algo que se pierde en las
    elaboraciones teóricas que hemos valorado.

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