Buenos días Bizancio, tu sol me
arropa, el salitre del mar que te abraza perfora mi piel, me
empapo del paisaje milenario, cargado de aromas de oriente,
impregnado del recuerdo de los dioses, cuando aún
convivían con vosotros.
Bizancio en ruinas, Bizancio violentada,
Bizancio postrada, Bizancio sólo ilusión. ¿
Dónde atesoras la grandeza del ayer? La perdiste
¿verdad? Eres nostalgia, ilusión del viajero que
cree encontrar en tus entrañas el fuego robado al Olimpo,
destello áureo cuya presencia generaba belleza.
Guardas tesoros, restos del ingenio sublime, pero todo
son recuerdos del naufragio, copias estériles , secas y
sin vida, imagen de lo auténtico.
El arte en la actualidad es así, una ciudad
convertida en reducto de tiempos felices, heroicos, donde se
guarda el germen de la Belleza pero también se crea y
repite sin lógica ni originalidad, imitación que se
imita, se mezcla, desfigura o recrea; la originalidad está
yerma.
Es necesario un segundo advenimiento, donde la sangre
nueva acabe con esta postración, que los bárbaros
se acuerden de nosotros, aqueos modernos que arrasen Creta,
roguemos porque surja un nuevo Perseo y acabe con el Minotauro de
la fealdad, que devora la vida y hermosura aún
presentes.
Nuestro estado está muy bien
descrito en el poema de Kavafis Esperando a los
Bárbaros, que transcribo aquí:
¿ Qué esperamos agrupados en
el foro? Hoy llegan los bárbaros.
¿ Por qué inactivo
está el Senado e inmóviles los
senadores no legislan? Porque hoy llegan los
bárbaros
¿ Qué leyes votarán
los senadores? Cuando los bárbaros lleguen darán la
ley.
¿Por qué nuestro emperador
dejó su lecho al alba, y en la puerta mayor espera ahora
sentado en su alto trono, coronado y
solemne?
Porque hoy llegan los
bárbaros.
Nuestro emperador aguarda para recibir a su
jefe. Al que hará entrega de un largo
pergamino. En él escritas hay muchas
dignidades y títulos.
¿ Por qué nuestros dos
cónsules y los pretores visten sus rojas togas, de finos
brocados; y lucen brazaletes de amatistas,
y refulgentes anillos de esmeraldas
espléndidas?
¿ Por qué ostentan bastones
maravillosamente cincelados.
En oro y plata, signo de su
poder?
Porque hoy llegan los
bárbaros; y todas esas cosas deslumbran a los
bárbaros.
¿ Por qué no acuden como
siempre nuestros ilustres oradores a brindarnos el
chorro feliz de su elocuencia?
Porque hoy llegan lo bárbaros
que odian la retórica y los largos
discursos.
¿ Por qué de pronto esa
inquietud y movimiento? ( Cuanta gravedad en sus
rostros)
¿ Por qué vacía la
multitud calles y plazas, y sombría regresa a sus
moradas?
Porque la noche cae y no llegan los
bárbaros. y gente venida desde la frontera
afirma que ya no hay bárbaros.
¿ Y qué será ahora de
nosotros sin bárbaros? Quizá ellos fueran una
solución después de todo.
Bizancio en su solar todavía transmite esperanza,
puede provocar un nuevo Renacimiento, no todo está
agotado, pero esta vez ha de ser más profundo, ha de
viajar la creación hasta los oscuros orígenes de
nuestra cultura mediterránea, cuando los balbuceos eran
los primeros sonidos con el cual el ser humano dotaba de nombre y
cualidad al entorno, palabras mágicas que creaban y
destruían, época dorada de los inmortales,
creación en estado puro, explosión
divina.
Hemos de atraer a los dioses del arte, el rey cojo debe
morir para renacer de nuevo, así el Grial podrá
hacer su efecto.
¿Entiende el lector lo que aquí escribo?
Muchos no, tal es el estado de postración cultural en que
nos hayamos. Dedúzcase en estas líneas lo que se
quiera.
Cabalgando en el limo y la sangre del
delfín, espíritu tras espíritu ¡
Rompen la inundación los dorados herreros del Emperador!
Mármoles de la pista de baile
Rompen furias amargas de
complejidad,
Esas imágenes que
todavía
Nuevas imágenes
engendran,
Ese mar que el delfín
laceró y el gong atormentó.
Del poema BIZANCIO de W.B.
YEATS.
" La pintura es
magia y la magia poesía "
LA MAGIA DEL INSTANTE EN LA
PINTURA
R. Catalá en la Galería
Ceferino Navarro
La obra de R. Catalá es de sobra conocida. Su
impronta estilística se caracteriza por un detallismo
minucioso, hiperreal, de los bordados y composiciones en sus
obras, envueltos por una luz limpia, de origen indeterminado,
como verbo generador de construcciones matéricas exhalado
en luminosas radiaciones, que salva de un entorno oscuro,
tenebroso e informe, las telas y objetos
representados.
En esta exposición el pintor va más
allá del estilo a él asignado, aclarando el entorno
mediante tonos cálidos y agradables,
descubriéndonos en algunas de las piezas colgadas
qué se ocultaba en la oscuridad, apareciendo los suelos
antes ignorados.
Transciende los materiales tradicionales para conseguir
mejorar el grado de dicción plástica, estilizando
el detalle y condensándolo en tenues trazos que resumen la
realidad atrapada, surgiendo matices nuevos en cada una de sus
obras. Sublima el dibujo para dar más protagonismo al
color, a la cuatridimensionalidad, ya que incluye el tiempo y su
devenir en cada uno de sus cuadros. Más aún, en
alguno de ellos reproduce la tensión del movimiento,
observando en el breve instante infinito que sugiere el
cinetismo, atrapando el ambiente, el halo de la atmósfera
serena que llena la estancia, la fuerza gravitatoria que sujeta
todo y dirige los movimientos.
Ha ganado R.Catalá, en esta exposición,
riqueza cromática, dimensionalidad, siendo más
sutil su vocabulario pictórico, también en agilidad
de expresión, resumiendo con economía la
complejidad que la imagen encierra.
EL OCASO DEL
TIEMPO
Manuel Domínguez en la
Galería Cefe rino Navarro
La sombra del tiempo extiende su faz sobre personas,
objetos y edificios, dejando una impregnación rancia de
sabor agridulce, según sea el recuerdo que encierra en la
mirada de quien los observa.
La nostalgia surge en la memoria al contemplarlos,
generando múltiples emociones que motivan el estado de
ánimo del espectador.
Para conseguir transmitir en un dibujo estas sensaciones
hay que saber con claridad qué se quiere representar,
saber elegir el escenario y distribuir armónicamente en
éste las personas y objetos.
15
M.Domínguez crea un cosmos acogedor, denso,
polvoriento, cribado por el transcurrir del tiempo, agobiante a
veces, barroco y exuberante, donde se describen sensaciones y
recuerdos, añoranzas de épocas pasadas, el mensaje
que los dueños han depositado en ellos, que a veces se
convierten en murmullo interminable, oraciones al vacío o
caótico universo de pasiones declamadas en letanías
que quieren ser voz.
El pintor logra transcribir en sus cuadros este profundo
mar de sensaciones mediante un dibujo preciso, una
conjunción de colores vibrante pero no estridente, variado
y elegante, portador de la idea del tiempo que se
extingue.
Obras abarrotadas, ricas en historias relatadas en
ellas. Cada vez que se contempla una nueva toma protagonismo,
surgiendo al final la misma conclusión: nos aferramos a la
fugacidad del instante queriendo ser eternos.
Conjunto de piezas poseedoras de una excelente calidad
artística, interesante para contemplar, es la que ha
expuesto M.Domínguez en esta Galería.
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