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La epopeya chiclayana



  1. Miguel
    Angel Diaz Torres y sus relatos
  2. Una
    vida apacible y el recibimiento
  3. Las
    defensas de una ciudad a punto de ser
    sitiada
  4. El
    fulgor de los cañones y fusiles
  5. La
    victoria

RELATO DE FICCIÓN BASADO EN
HECHOS HISTÓRICOS

Miguel Angel Diaz
Torres y sus relatos

Parece que cuando Miguel Ángel Díaz
dejó Chiclayo, hace unos treinta años,
empezó a interesarse en recopilar artículos
periodísticos y fotografías relativos a su ciudad
natal, en el empeño, tal vez inconsciente ,de continuar en
cierta forma viviendo en ella. La aspiración, si tal fue,
no es inusual y, en ciertos autores , ha dado textos como el
cuento de Julio Cortázar en que París y Buenos
Aires aparecen misteriosamente conectadas. Pareciera que al
trasladarse a vivir en otra ciudad o lugar el individuo no puede
desprenderse del todo de su espacio original y, en la instancia
de los sueños, donde se transparentan tantas cosas, los
tiempos y los lugares aparecen y reaparecen como señales
de que el paso del tiempo no los ha borrado y que de alguna
manera los seres humanos vivimos no sólo en el presente
inmediato sino también en el pasado lejano,
particularmente el que corresponde a los años de nuestra
formación.

La recopilación a la que nos hemos referido
terminó por llevar a Miguel a los terrenos de la Historia
que, como sabemos, no se reduce a una reunión de papeles
dispersos sino que consiste en construir a partir de los
documentos disponibles una visión del proceso
histórico en el que los hechos se van desenvolviendo sin
término ,formando una madeja de relaciones de diversa
índole (sociales, culturales, económicas, etc.),
dentro de la cual nos ubicamos. Miguel advirtió que lo que
hacía era algo más que un pasatiempo y que se iba
convirtiendo en una dimensión importante de su manera de
vivir. No sólo trabó contacto con los documentos
sino también con gente muy diversa aunque ligada a los
estudios históricos y comenzó a producir textos que
él mismo se encargó de publicar.

Pero con el tiempo, llegó también a
entender que el habitual texto histórico sólo era
de interés para un círculo muy limitado de personas
y que había que tratar de encontrar una manera de llegar a
más personas, incluyendo gentes de todas las edades y
condición.Así, le ha parecido que esa manera
podría ser la de elaborar relatos de ficción
basados en hechos históricos, en los cuales los elementos
del discurso histórico estuviesen envueltos en un ropaje
narrativo ,procedimiento que desde muy antiguo y en todas las
sociedades ha tenido una notable aceptación
social.

Así lo intentó en "Cuando la peste nos
visitó" y lo intenta ahora con "La epopeya chiclayana". En
los dos casos ha cuidado de ser fiel a la materia
histórica evitando el riesgo de que las licencias que debe
tomarse un autor de relatos para dar una forma narrativa a su
texto lo lleven demasiado lejos. Pretende que al término
de la lectura los lectores tengan una idea vívida de lo
que ocurrió y comprendan que tenemos un pasado por conocer
y que algo o mucho de lo que conocemos o vivimos hoy tiene sus
raíces en esas épocas todavía neblinosas
para la mayoría de los chiclayanos.

Luis Rodríguez Castro

octubre de 2011

LA EPOPEYA CHICLAYANA

CAPÍTULO 1

Una vida apacible y
el recibimiento

Corría el año de 1867, ya en sus
últimas semanas. La vida del joven Manuel Seclén
transcurría sin sobresaltos, siempre con la misma rutina:
ayudando a su familia en los quehaceres hogareños,
llevando preparados de botica a los domicilios que los
requerían , ayudando al boticario en la preparación
de emplastos, dosis con esencias "mágicas" para aliviar el
"cólico miserere" o llevando en brazos el frasco para
realizar "sangrías".

Una tarde de comienzos de diciembre , estaban reunidos
en la casa de su madre, de la calle "San Francisco" # 79,
amistades como la Sra. Teodora Pantoja de la calle "Las
Mercedes", don Gregorio Farro de la calle "De la Amargura" y don
Pedro Altuna, quienes hablaban del tema del
día:

-¿Se han enterado de que el Coronel Balta
está en Cajamarca y ha vencido al Coronel Iglesias?-
preguntó don Gregorio Farro mientras se cogía la
barbilla como preocupado .

Don Pedro Altuna comentó de inmediato
:

-Ese coronelillo , siempre causando problemas
….

Doña Teodora Pantoja lo atajó
diciendo:

– Cómo puede hablar así don Pedro si
cuando Balta estuvo por acá de subprefecto acabó
con los ladrones.

–¡Tonterías! -replicó don
Pedro- .Sólo porque terminó con las bravatas del
zambo Ruiz al que el pueblo le cortó la cabeza en el
parque principal.

Don Gregorio terció :

-No podemos desconocer que él, con trabajadores
de las comunidades agrícolas de Chiclayo,
Ferreñafe, Monsefú, Eten y Reque, desvió la
acequia que corría dentro de la ciudad y evitó las
inundaciones .

La dueña de casa ,doña Nicolasa Limo,
tenía su propio punto de vista:

– Ay ,tan guapo que estaba en esa oportunidad don
José Balta ,todavía me parece verlo con su poncho
de listas rojas y blancas ,con flecos dorados ,pantalón
negro estilo "waterloo" y sombrero de junco y alón .Y
cuando el alcalde Juan del Carmen Gálvez lo declaró
"Nuevo hijo de Chiclayo" ,se mostró muy sencillo . Es muy
querido .

Don Pedro Altuna, descontento con lo que habían
dicho sus amigos, volvió a intervenir :

-Lo único que les puedo asegurar es que este Sr.
Balta nos va a traer problemas ; yo sé lo que les digo .Es
igual de revoltoso que el Coronel Marco Barrantes ,derrotado
felizmente hace un par de semanas en Lambayeque.

-No se exprese así mi querido amigo –
insistió Gregorio Farro- Es sabido que Ud. y don Eladio
Medina no tienen a Balta como santo de su devoción pero
hay que reconocer que por estos lares es muy querido.

Nadie pudo añadir nada porque en ese momento
irrumpió en la habitación el joven Manuel
Seclén , todavía agitado por haber estado corriendo
.Entrecortadamente, alcanzó a decir:

-¿Saben la última noticia? .El Coronel
Balta está viniendo a Chiclayo y la gente piensa darle un
gran recibimiento.

La noticia los dejó callados pero sólo por
un momento .Pronto, la mayoría reaccionó con
alegría. Sólo don Pedro Altuna dejó en claro
su rechazo:

-Malos aires se acercan a Chiclayo.

La ciudad fue una fiesta durante los tres siguientes
días .La gente preparó banderas , coronas, cintas y
varios arcos triunfales ;una banda de músicos se puso a la
espera y en la tarde del 6 de Diciembre cuando Balta hizo su
ingreso con doscientos hombres maltrechos fue recibido con
aplausos y vivas por los chiclayanos, hombres y mujeres de toda
edad y condición social. Entre ellos se encontraba Manuel
Seclén, sumado al pelotón que con su caudillo al
frente se dirigía al parque principal .

En el transcurso de ese desplazamiento, el coronel
advirtió la conveniencia de establecer su cuartel general
en el local del colegio de "San José", amplio y
estratégicamente ubicado.

-Señores- dijo poco después a los que se
congregaron en el parque principal- estoy dando la orden para que
mis oficiales procedan a formar las tropas de voluntarios y de
civiles militarizados ; los que deseen pueden inscribirse
.

El parque se convirtió en un griterío
dentro del cual se podía oir voces como : "Chiclayo
está contigo hasta el triunfo" ,¡Hurra por el
coronel Balta¡".

De pronto, una voz estentórea se dejó
escuchar :

-Dentro de dos días se celebra la Purísima
, ¿qué vamos a hacer?

Balta respondió sin titubear:

-Si ustedes postergan la celebración de la
Purísima, patrióticamente me comprometo a regalar
para la virgen un riquísimo manto de modo que luzca
buenamoza el próximo año. Consulten con su
mayordomía , mañana vengan por la tarde con la
respuesta. Gracias .

Como era de esperarse, el coronel ingresó a
continuación a su flamante cuartel general en
compañía de sus oficiales y de algunos ciudadanos
que, como Manuel Seclén, lograron ingresar a
empujones.

Ya instalado en una amplia oficina el coronel dio
órdenes a sus oficiales : El coronel Silvestre
Gutiérrez ,el comandante Rafael Venturo y los jefes Felipe
Matute, Lorenzo Sotomayor y Francisco Alzamora .

-Bueno -dijo Balta- ,a todos los oficiales chiclayanos
que se han unido a esta causa les pido lealtad .Después,
con el triunfo sabré recompensar su valentía. Por
favor, al decir el grado , griten su nombre :

-"¡Comandantes!" :

La respuesta fue inmediata:

"¡Ramirez!","¡Rivadeneyra!",
"¡Zuzunaga!".

-"¡Sargentos mayores!" :

– "¡Juan Peredo!", "¡Benito
Peredo!","¡José Santiago Corrales!".

-"¡Capitanes ¡" :

-"¡Felipe Ugaz!" ,"¡Luis
Herrera!"

-"¡Tenientes!" :

-"¡Timoteo Montoya!" ,"¡Pedro
Ruiz!"

Cuando Balta oyó el último nombre,
preguntó:

-¿Es Ud. el inventor ?

-Si, mi coronel. Soy el teniente Pedro Ruiz Gallo
natural de la Villa de Eten .

Balta abrazándolo le dijo:

– Teniente Ruiz cuando salgamos triunfantes le
daré todas las facilidades para que desarrolle sus
proyectos– y haciendo círculos con su mano alzada
continuó diciendo: – que de seguro le dan vueltas en su
cabeza .Me agrada la gente inventora teniente.

Emocionado Pedro Ruiz solo atinó a
decirle:

– Gracias mi coronel, gracias.

Y el coronel Balta continuó dando los grados y
los chiclayanos dando a conocer sus nombres.

Transcurrió una hora. El coronel Balta
salió al parque principal ocupado por sus soldados y
voluntarios .Mandó hacer silencio y dio la siguiente
proclama:

"El jefe supremo político y militar de los
departamentos del norte a las fuerzas de su mando: SOLDADOS : El
noble pueblo de Chiclayo, haciendo justicia a vuestro valor y
decisión por la causa de la legalidad, os ha recibido en
medio de la más entusiasta ovación. Las coronas con
que me han obsequiado os pertenecen de derecho, porque las
habéis conquistado en heroicos combates…

Al terminar, los aplausos y las hurras y arengas fueron
incesantes, la algarabía del pueblo se desbordaba y
confundía con la de su ejército.

Balta regresó a su oficina y ordenó a uno
de sus jefes:

-Realice un inventario de nuestro armamento y el
número de voluntarios con que contamos.

-Muy bien , mi coronel – le contestó y se
retiró.

Manuel Seclén aprovechó el momento para
acercarse a Balta y pedirle con mucha decisión y
firmeza:

-Sr. coronel, quiero ser parte de su
ejército.

Al ver la convicción del jovenzuelo y tratando de
no herirlo le preguntó:

– ¿En qué me podrías ser
útil muchacho? Eres tan joven.

-Mi coronel- le respondió Manuel Seclén :
-tengo experiencia trabajando con un boticario y corro
velozmente; estoy seguro de que le puedo ser muy
útil.

-Bien , muchacho, me has convencido. Vas a ser ayudante
de nuestros doctores: Moncayo , Vélez y
Núñez y además serás mi emisario con
los puntos de combate; pero sin arriesgarte demasiado,
¿Comprendido?

Manuel Seclén bajando la cabeza le
respondió, ya más calmado: -Lo prometo mi coronel
.

-Como primera tarea – le dijo Balta :- Vas a recorrer
todas las tiendas comerciales y les solicitarás de mi
parte todas las armas blancas que tengan en venta, que yo
después reconoceré la deuda.

Salió el muchacho a cumplir su misión ,
logrando reunir muchos objetos cortantes ,ya que la
población sabía que esas eran las armas con las que
iba a combatir y defender la ciudad.

Al dia siguiente, el coronel Balta continuó
haciendo las coordinaciones con sus oficiales. Por el inventario
que había ordenado elaborar se enteró de que sus
fuerzas disponían de doscientos fusiles de marcas "Minie"
y "Winchester", cien de diferentes marcas ( propiedad de los
voluntarios chiclayanos) además de dos cañones de
los llamados "pedreros". Y como las municiones eran escasas ,
ordenó que se improvisara una maestranza en el mismo
colegio de "San José ",la que quedó a cargo del
maestro don Juan Sierra ,agregando Balta : "En ella se
repararán las armas ,se fabricará pólvora y
se harán los proyectiles ".

Balta reunido con su oficialidad deliberaba sobre el
asunto de la postergación de la fiesta de La
Purísima .Toda su oficialidad estuvo de acuerdo con
excepción del coronel Gutiérrez que
fundamentó así su oposición::

-Mi coronel, es muy peligroso quitarle las celebraciones
a esta gente; estos chiclayanos son muy fiesteros .Al saber que
no van a tener fiesta, misa , cohetería y procesión
no sabemos cómo van a reaccionar.

A lo que Balta contestó:

-No tema; cuando se actúa con patriotismo y sin
engaños , cuando se lucha por la justicia y por la
recuperación de los derechos conculcados, el pueblo sabe
por inspiración propia lo que le conviene.

Pidió a sus oficiales que lo acompañasen a
dialogar con la mayordomía que esperaba en el parque
cercano rodeada del pueblo chiclayano. Y saliendo al parque hizo
frente al gentío que aceptó su propuesta y lo
despidió con aplausos y vivas a la revolución
.

De vuelta en su cuartel general, el coronel Balta
palmeó el hombro al coronel Gutiérrez al tiempo que
le decía:

-Ya ves Silvestre; mi corazón me decía que
no debía temer y además es de mal agüero temer
a un pueblo por más religioso que sea.

CAPÍTULO 2

Las defensas de una
ciudad a punto de ser sitiada

Balta preparaba la defensa de la ciudad. Ordenó
que las calles "Las Mercedes" ,"San Cayetano" y "Del
Paraíso" quedaran libres aunque con las bocacalles o
calles transversales cerradas con todo lo que hubiere a la mano
,especialmente con hileras de adobes extraídos de las
paredes cercanas que no tuvieran techo. Además, dispuso
que en el colegio de "San José", las torres de la Iglesia
Matriz y los altos de la casa Maradiegue, ubicada en la calle "De
las Mercedes" ,se colocaran adobes y sacos de arena. Mandó
también que se abriera una trinchera cerca a la capilla de
"La Verónica" y que cada vecino colocara en los techos de
las casas que rodeaban el parque principal sacos de arena. Todo
esto se cumplió con el trabajo de más de mil
personas entre hombres, mujeres y niños.

El día 10 de diciembre Balta salió a
recorrer la ciudad a fin de verificar las defensas. Estando en la
calle "Del Paraíso" encontró a un numeroso grupo de
personas morenas que culminaban las defensas y lo hacían
con tal dedicación y alegría que les
dijo:

-Muy bien amigos , esta alegría que reflejan nos
da energía para continuar en la lucha.

Un grupo de ellos se le acercó y una negra alta
le dirigió la palabra:

-Señor coronel , su lucha la sentimos como
nuestra – y volteando, preguntó al medio centenar de
personas que le acompañaban:- ¿No es cierto
amigos?- a lo que todos en coro respondieron:- ¡Contigo
Basilia siempre!

Al darse cuenta Balta del liderazgo de aquella mujer le
dijo:

-Basilia , como jefe político y militar del norte
te doy el título de oficial de mando.

La negra emocionada, agradeció a Balta por tal
designación y fue aclamada por los presentes.

Los accesos al parque principal habían sido
restringidos y los vigías se encontraban atentos a
cualquier acontecimiento desde sus puestos de
observación.

En la mañana del doce de diciembre se
escuchó la voz de:"¡ Alto¡
¿Quién es?", por parte de los centinelas apostados
en las entradas al parque principal :

-Soy un vigía del puesto del lado sur y traigo
una información urgente.

Le fue permitido el paso e ingresó a la oficina
del coronel Balta que estaba con sus oficiales preparando la
estrategia de defensa de la ciudad.

-Mi coronel- dijo el vigía : -Vengo a informarle
que las tropas gobiernistas han hecho su ingreso al pueblo de
Reque. Están compuestas por una división de tres
batallones y dos brigadas de artillería ; son como dos mil
soldados bien armados y traen cuatro cañones y carretas
con abundante munición.

-Bien, vigía -le respondió Balta- regrese
a su puesto y manténgame informado.

El coronel Balta colocó su mano izquierda en la
frente y apoyándose con el codo en su escritorio
quedóse pensando un momento y súbitamente ,
poniéndose de pie, dijo a los oficiales con él
reunidos:

-Estamos próximos a demostrar que el amor propio
y el honor de un pueblo junto al ideal de su caudillo
vencerán al ejército más poderoso que nos
haga pelea.

Todos los oficiales gritaron juntos:

– ¡Por el triunfo de la justicia y nuestra
revolución¡

Ese día tres soldados desertaron de las tropas
gobiernistas para unirse a Balta.

A las siete de la mañana del trece de diciembre,
las tropas gobiernistas ingresaron por el lado sur de la ciudad,
al mando del coronel Mariano Pío Cornejo, ministro de
guerra del general Prado. Se detuvieron en el molino del Sr. Solf
cuyo propietario en persona salió a hacerles saber su
oposición a que tomasen el molino como Cuartel General. El
coronel Pío Cornejo fue terminante:

-Mire Sr. Solf, tengo órdenes directas del
señor presidente de la república. Con o sin su
consentimiento vamos a tomar el molino.

El Sr. Alfredo Solf, alterado y a gritos le
respondió :

– Voy a presentar mi queja al cónsul americano ,
Sr. Montjoy, ya que tres de sus compatriotas laboran y pernoctan
en este molino.

El coronel Pío Cornejo, en el mismo tono
arrogante que ya había empleado,
respondió:

-Quéjese si desea al presidente americano o a su
káiser- y dándole la espalda se dirigió a
sus oficiales:

-Tomen posesión del molino y emplacen las tropas
a su alrededor y en la huerta contigua que me han comunicado que
es de un tal Zamora y también en la compuerta.

Tal era el panorama militar. Por su parte, el pueblo
chiclayano tenía fe en Balta y Balta tenía fe en su
pueblo.

A las 9 de la mañana, un alférez de
caballería con bandera blanca hizo su ingreso a la
población, siendo conducido al cuartel general:

-Señor Balta por orden de mi superior el coronel
Cornejo le traigo este sobre .

El alférez sacó un sobre de su
quepí, en cuya cubierta se leía: "Señor
Balta .Presente", y lo entregó a su destinatario. Balta se
limitó a verlo y a devolverlo:

-"Lleve Ud. su nota señor oficial y diga a sus
jefes que soy el jefe supremo político y militar de los
departamentos del norte o, por lo menos, el señor coronel
Balta. Que sea así rotulado y será leído"
.Puede Ud. retirarse.

Nunca se comentó entre la oficialidad, ni se supo
del contenido de la carta , por la energía y seriedad que
puso Balta en el incidente.

CAPÍTULO 3

El fulgor de los
cañones y fusiles

A las 6 de la mañana del 14 de diciembre las
tropas gobiernistas atacaron por las calles "De las Mercedes" y
"San Cayetano", con el objetivo de capturar la casa Maradiegue,
llamada también "Fuerte Maradiegue. Encontraron una severa
resistencia de parte de los soldados de Balta quienes lograron
rechazarlos después de tres horas con la ayuda de
voluntarios chiclayanos de la calle "San Francisco". Otro grupo
de soldados gobiernistas trató de avanzar hacia el parque
principal pero fue repelido por el fuego de fusilería
procedente del colegio de "San José" y la Iglesia Matriz ,
optando el enemigo por la retirada ya que tenían ochenta
muertos y a su jefe, el coronel Cornejo ,herido levemente en la
sien derecha.

Balta salió de su cuartel general a recibir al
Coronel Gutiérrez herido levemente y a dos soldados
más, ordenando a sus médicos su atención
inmediata. Llamó a un oficial y le
preguntó:

-¿Oficial; hizo el recuento de las
bajas?

-Si mi coronel , son veinte los muertos en nuestras
filas.

Balta regresó al colegio de "San José"
,pensativo y apenado por las pérdidas de vidas humanas,
sabiendo que esto era sólo el comienzo.

Por la tarde cuatro mujeres pidieron audiencia con el
coronel Balta .Eran la negra Nevado, la mamá Jacoba, la
negra Pitinga y la ñata Fidela. El coronel las
recibió de inmediato y les dijo:

-¿Qué se les ofrece a mis guapas
chiclayanas?

La negra Nevado, que era la más habladora y
despierta, le respondió por todas las
demás:

-Venimos donde su merced a presentarnos como
soldaos-pero al ver que el Coronel Balta se sonreía
agregó:- no queremos cocinar, ni lavar, queremos echar
balas y meter cuchillo.

Balta las abrazó y reunió a sus oficiales
para informarles:

-Serán mis ayudantes de órdenes: Tú
Nevado irás a la compañía del Comandante
Venturo, Jacoba a la de Peredo , Pitinga a la de Luis Herrera y
Fidela a la de los Perales. Uds. serán mis ojos .Cierren
bien la boca y todos los días a las seis vengan a darme
cuenta de todo.

-Gracias- dijo la Nevado y cuadrándose
militarmente agregó:- Semos mujeres , pero semos muy
hombres.

Observaba el pintoresco nombramiento, un
fotógrafo que se encontraba dentro del cuartel general
.Pidió permiso para tomar una foto al Coronel Balta pero
solicitó que primero le permitiesen fotografiar a la
Nevado que tanta impresión le había
causado.

Pidió un fusil y una canana a un soldado, se los
dio a la negra y así la fotografió. Al coronel
Balta lo captó de medio cuerpo , como para resaltar su
chaqueta militar y su quepí:

-Gracias, coronel Balta; con estas fotos han quedado
perennizados dos personajes importantes de esta revolución
.

Y todos los presentes se echaron a reir.

El quince de diciembre, las fuerzas baltistas y el
pueblo chiclayano sufrieron el más inmisericorde e
indiscriminado bombardeo.

¡Boom¡¡ Boom¡, las bombas
caían en toda la ciudad .Balta, en su lugar de combate,
esperaba el ataque de los soldados gobiernistas ,pero no
aparecieron. Sólo apareció el batallón
"Arequipa" con una bandera blanca. Su representante dijo a
Balta:

-Señor coronel venimos para pasarnos a sus filas.
Yo soy chiclayano como muchos de los que conforman este
batallón. Hemos conversado también con el resto de
los compañeros y nos apoyan. No podemos luchar contra
nuestros paisanos , sino al lado de ellos.

Balta le contestó:

– Está bien, pero como Uds. comprenderán,
debemos tener absoluta seguridad de su lealtad. Tendrán
que entregar sus fusiles y bayonetas y sólo
dispondrán de puñales para la lucha.

Los soldados del Batallón "Arequipa" dieron su
conformidad:

-Estamos con Ud. Coronel Balta , sus ordenes
serán acatadas.

Al día siguiente. el capitán Luis Herrera
con su patrulla interceptaron a un emisario gobiernista que
llevaba dos cartas ;una de ellas llevaba la firma del coronel
Cornejo e iba dirigida al Gral. don Luis La Puerta, encargado de
la presidencia ,al que le daba cuenta de los acontecimientos y le
solicitaba refuerzos y pertrechos para aplastar la
rebelión. Ese día se registró dos civiles
heridos y un soldado muerto.

Entretanto, en el "fuerte" Maradiegue los disparos se
daban de ambos bandos. La negra Nevado y la ñata Fidela
habían subido al segundo piso donde batieron
pañuelos y banderas, quemaron cohetecillos , gritaron
amenazas y bailaron la "puerca raspada" al compás de la
banda de músicos del maestro Luis Lafora que la alternaba
con la marinera "La Conga".

Los soldados gobiernistas que se encontraban como a 200
metros de distancia , en la prolongación de la calle "De
los Salazares " se quedaban boquiabiertos al ver el arrojo de
esas mujeres a las que no les importaba que las balas cayeran muy
cerca de ellas.

El día dieciocho , a las cinco de la
mañana ,Balta dispuso el asalto a las trincheras
gobiernistas. En esa acción, el teniente Juan Peredo fue
capturado y fusilado de inmediato.

En los siguientes seis días la ciudad
sufrió un intenso cañoneo. Murieron quince personas
incluyendo dos mujeres y tres niños, además del
teniente Isidro Perales y hubieron siete heridos. De allí
hasta fin de año , los días se caracterizaron por
un constante tronar de cañones.

El día treinta, a las tres de la tarde, la
trinchera de "La Verónica" , defendida por el comandante
Venturo ,fue atacada por doscientos soldados gobiernistas que
después de dos horas recibieron el refuerzo de dos
compañías de Infantería, aunque al promediar
las 7 de la noche, las tropas atacantes fueron derrotadas gracias
a la acción de cien hombres del "fuerte" Maradiegue que
con sólo puñales los sorprendieron por la
espalda.

Balta ordenó a los suyos dejar las trincheras
pero entusiasmados con la victoria que acababan de conseguir
atacaron los emplazamientos gobiernistas del otro lado de la
acequia. Las fuerzas baltistas sufrieron una de sus mayores
derrotas ,muriendo el Comandante Venturo, el capitán Ugaz
,los tenientes Pantoja y Ruiz y veinticinco soldados;
además, quedaron heridos el mayor Peredo ,la negra Nevado
y once soldados.

Llegó el año de 1868.Un día, el
joven Manuel Seclén se acercó a corriendo al puesto
de Balta y le informó:

-Coronel Balta, han fusilado a unos campesinos que
traían víveres al pueblo.

-Pobre gente- respondió Balta- aunque no eran
soldados eran parte importante en la contienda ya que ayudaban a
no dejar desabastecida la ciudad. Estoy agradecido a todos ellos,
especialmente al Sr. José Mesones Ubillús que
contribuye diariamente con ganado y víveres frescos
además de dinero.

En ese momento, llegaron soldados con muchos heridos
entre los cuales se encontraba en grave estado el oficial Luis
Herrera. De inmediato, el doctor Vélez empezó a
atenderlo y al ver al joven Seclén le
pidió:

-Manuel ,de prisa, trae más gasas fenicadas y las
llevas al doctor Núñez para que atienda a otros
heridos de bala.

Los días pasaron con escaramuzas de ambos bandos
hasta que en la madrugada del cinco de enero el coronel Cornejo
lanzó el ataque decisivo considerando que las tropas
baltistas estaban bastante debilitadas. Atacó con intenso
fuego de artillería todos los puntos militares como eran
el colegio de "San José" ,la Iglesia Matriz ,el "fuerte"
Maradiegue y la única trinchera de "La Verónica"
que continuaba ocupada.

El coronel Balta reunido con su oficialidad les
dijo:

-Ha llegado la hora , ordenen que se haga mediana
resistencia en el "fuerte" Maradiegue y en la trinchera de "La
Verónica" y luego retrocedan hacia el parque principal.
Nuestro objetivo es hacerles creer que nos están
derrotando para poder llevar a cabo nuestro plan
secreto.

-Sí, mi coronel- respondió el oficial
Corrales- la etapa preparatoria ya se ha cumplido con la
colaboración de los oficiales Zuzunaga y La
Rosa.

-Bien , señores -exclamó Balta-
sólo estén atentos a la señal

CAPÍTULO 4

La
victoria

Al caer el "fuerte" Maradiegue en poder de las tropas
gobiernistas , Balta hizo la señal convenida y desde la
torre de la Iglesia Matriz se hicieron dos disparos seguidos con
el único cañón "pedrero" que estaba
operativo. Y no bien los disparos impactaron en el "fuerte" se
produjo una gran explosión ya que los baltistas
habían minado previamente el patio principal , hacia el
lado izquierdo y cerca a la escalera de acceso a los altos. La
explosión hizo saltar los techos del edificio , se
derrumbaron las paredes del segundo piso y murieron todos los que
habían capturado el hasta ese momento llamado "fuerte"
Maradiegue.

Lo que quedaba del "fuerte" fue ocupado nuevamente por
las tropas de Balta después de una feroz lucha con los
gobiernistas.

Pese a todo, la suerte del enfrentamiento todavía
no estaba definida. A la una de la mañana del siete de
enero las tropas gobiernistas lanzaron un nuevo y furibundo
ataque sobre las posiciones baltistas. Después de tres
horas, y ante la lluvia de balas , humo y polvo las fuerzas
baltistas comenzaron a ceder posiciones y desde los puntos de
defensa retrocedieron hacia el parque principal .

La situación convenía a los planes de
Balta que esperaba concentrar al enemigo en el parque principal
.Además, así se disimulaba también la
escasez de municiones que los afectaba al punto de que sus
soldados tenían que apoderarse de las municiones de sus
compañeros heridos o de los muertos de ambos
bandos.

En la oscuridad de la noche soldados gobiernistas se
disparaban entre ellos confundiendo a sus compañeros con
enemigos. Otro grupo quemaba la puerta del colegio de "San
José". La batalla era encarnizada. Dieron las cinco de la
mañana cuando Balta martillando su revolver dijo a sus
hombres:

-Este es el momento que esperaba , la victoria depende
de este instante.

El cañón baltista hizo un disparo y al
escucharse el estruendo todas las puertas de las casas que
rodeaban al parque principal ,las de la calle "De la Merced" y "
San Cayetano" se abrieron concertadamente y de ellas salieron
hombres que con puñal en mano y cubiertos con sus ponchos
atacaron ferozmente al enemigo, mientras cantan versos como
:

-¿Qué dice del gallo el
cocorocó?/Dice viva Balta, Cornejo corrio" / Ahora si la
Conga ¡Ahora!.

Mientras tanto Balta y sus hombres defendían sus
posiciones desde las torres de la Iglesia Matriz .Balta
bajó en busca de más municiones y estaba por
regresar cuando su secretario , el joven Ricardo Palma, le
preguntó;" ¿Y cómo está el
combate?".

-¿No oye la Conga?-le contestó Balta ,
dirigiéndose a su puesto de batalla.

Hora y media después había triunfado la
revolución de Balta. Un reguero de sangre era visible en
las calles "De la Merced" y "San Cayetano" marcando la ruta de
fuga de las tropas gobiernistas que dejaban tras suyo más
de un centenar de muertos.

Balta ordenó que los doscientos veinte heridos
gobiernistas fuesen atendidos tan diligentemente como los heridos
de su tropa y que a los más de doscientos hombres hechos
prisioneros no se les maltratase.

Cinco horas más tarde, Balta lanzó su
proclama de victoria:

"El jefe supremo político militar del norte al
pueblo de Chiclayo : Habéis alcanzado la más grande
de las victorias que alcanzar puede un pueblo casi
indefenso… … CHICLAYANOS : Las balas de
cañón arrojadas por las fuerzas del dictador han
dejado en escombros a la ciudad; por todas partes se encuentran
huellas de su destructora acción……
¡Amigos! A vosotros deberá la república el
restablecimiento del principio constitucional…
…"

Después llegó a oídos del coronel
Balta que los desbordes populares habían producido el
asalto e incendio del molino Solf. Le preguntó al coronel
Silvestre Gutiérrez :

– ¿Qué puede decirme de esto?

– Que está bien hecho – respondió
Gutiérrez – por haber ayudado y acogido a las tropas
gobiernistas; desde allí se hicieron los planes y se
cañoneó la ciudad

Balta replicó, convencido:

-No puede ser , conozco a los gringos Solf, Edmundo y
Alfredo y de seguro no tuvieron otra alternativa. Para que esto
no vuelva a ocurrir ordeno que se castigue severamente a los que
cometieran nuevos desmanes.

-Si , mi coronel- Gutiérrez salió a hacer
cumplir la orden.

Las tropas derrotadas de Mariano Pio Cornejo se
retiraron de Chiclayo sin haber sufrido molestia o
persecución posterior, por orden del mismo Balta ,
reconociendo el enemigo su decencia personal y su nobleza
militar.

Tres días pasaron desde el triunfo de la
revolución cuando Balta, acompañado de su
secretario Ricardo Palma, dejó el cuartel general y se
dirigió a pernoctar en la casa de la familia Perales,
después de haber ultimado todos los detalles de su
victoria como era la ubicación de prisioneros, el recuento
de armas y municiones , el abono de sueldos y pagos diversos
.Conforme iba caminando por la ciudad , observaba la
destrucción de la misma, las casas destruidas algunas casi
totalmente. En esas circunstancias vio a Manuel Seclèn que
se acercaba a saludarlo .Balta le dijo:

-Manuel , el valor de los puñales que
proporcionaron las casas comerciales y que tú reuniste, ya
fueron cancelados ,gracias muchacho por todo- le estrechó
la mano y lo abrazó en señal de
despedida.

Ya instalado en casa de los Perales dictó un
decreto por el que reconocía la destrucción de la
ciudad y señalaba que era obligación nacional
reparar los daños para lo cual debía crearse una
junta valorizadora de tales daños.

Don José Balta se retiró de Chiclayo con
sus hombres, rumbo a Lima. Al pasar en su caballo por la esquina
de la calle "San Cayetano" con el parque principal , seguido
más atrás por la negra Nevado, un viejo chiclayano
de mostachos le dijo, señalando a la mujer:

-Coronel , se va a la capital a hacer otra
revolución- a lo que Balta contestó:

-Sí, la llevo para que aprenda hacer la
revolución…. caliente para rechinar los
dientes.

Todos los allí reunidos soltaron la carcajada y
Balta agregó :

-Le prometí a la morena llevarla a Lima para que
se pasee.

Así terminó esta revolución. No
mucho después, Balta llegó a ser presidente del
Perú cumpliendo con lo ofrecido a los chiclayanos , y
éstos estuvieron orgullosos de su presidente.

Monografias.com

NOTA:

Cuando me propuse hacer este relato, mi intención
–tal como sucedió en un relato anterior ("Cuando la
peste nos visitó"2010 )-fue respetar el trasfondo
histórico de lo relatado.

En la búsqueda de información sobre la
revolución de Balta es poco lo que he encontrado. El
único trabajo extenso al respecto que conozco es "La
revolución de Balta" de Augusto León
Barandiarán (1949 ) que no es un trabajo propiamente
histórico ,ya que su autor no era un historiador sino un
literato. De paso, al decir lo anterior no trato de desmerecer su
importante contribución sino que busco subrayar que su
perspectiva era diferente a la de un historiador. Otro es el caso
de Jorge Zevallos Quiñones cuyo libro "Historia de
Chiclayo" (1995 ) dedica algunas páginas a estos hechos;
esas páginas me han servido para definir el espacio
histórico dentro del cual podía moverme sin que las
licencias asumidas (por ejemplo, al inventar un diálogo)
alterasen las líneas maestras del evento
histórico.

No está de más recordar que en
conversaciones amicales sostenidas hace varios años con el
Sr. Zevallos Quiñones en Trujillo, él me dio a
conocer que en su juventud le habían mostrado la foto de
la Nevado y que además conocía quién
tenía la foto de Balta con chaqueta militar , versiones
que me sirvieron de punto de partida para imaginar un pasaje del
relato.

Otras informaciones las he obtenido de artículos
periodísticos de NIXA , Pedro Delgado Rosado y otros que
escribieron sobre el tema aunque se advierte que buena parte de
la información que ellos manejaron la debían al
trabajo de León Barandiarán y ,claro está, a
"La Conga", una de las "Tradiciones Peruanas" de Ricardo Palma
quien, como sabemos, se desempeñó por un tiempo
como secretario de Balta.

Espero que al concluir la lectura de este relato, los
lectores conozcan un poco mejor la que quizá sea la
única "epopeya" chiclayana y que sepan, por ejemplo,
cuál es la razón de que la avenida Balta y la calle
7 de Enero tengan tales nombres, con la emoción de alguien
orgulloso de su pasado .

 

 

Autor:

Miguel Angel Diaz Torres

 

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