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Hospedantes y distribución de la -Pudrición Texana- (Phymatotrichum omnivorum) en Sinaloa



Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Materales y métodos
  4. Resultados y discusiones
  5. Bibliografía citada

Resumen

La "pudrición texana", causada por
Phymatotrichum omnivorum, es una de las enfermedades de
plantas más destructivas y ataca a más de 2000
especies dicotiledoneas, pero no afecta a
monocotiledóneas. En recorridos de las zonas
agrícolas de Sinaloa, de 1985 a 2002, esta enfermedad se
encontró distribuida en casi todos los municipios,
afectando a 27 especies de plantas tanto cultivadas como
silvestres y siendo un factor limitante para el desarrollo de la
alfalfa, algodón y mango, principalmente. La enfermedad se
manifiesta de marzo a octubre, coincidiendo con temperaturas
mayores a 27°C, por lo que los cultivos de
otoño-invierno escapan al ataque. Las malas hierbas
susceptibles que se desarrollan cuando las temperaturas son
apropiadas para el ataque de P. omnivorum peden mantener
viable a este hongo por tiempo indefinido, haciendo ineficaces
las rotaciones de cultivos. Los viveros son la principal fuente
de diseminación de la "pudrición texana" debido a
que: 1) en muchos casos se utiliza suelo infestado, el cual no se
esteriliza adecuadamente; 2) porque algunos de los vivero
están ubicados en áreas infestadas por el
patógeno; y 3) debido a que se utilizan plantas
rompevientos susceptibles que sirven como fuentes de
inoculo. En suelos limosos las plantas de mango mueren
más rápidamente que en suelos arcillosos y las
hojas permanecen adheridas después de que las plantas
mueren. Por el contrario, en suelos arcillosos o arcillo las
plantas mueren más lentamente, ya que como reacción
de defensa se desfolian rápidamente, lo cual les permite
soportar el ataque del patógeno durante más tiempo.
La enfermedad se disemina localmente, en un mismo lote o huerto,
debido a que no se toman medidas de control preventivas o
erradicantes y porque se intercalan cultivos anuales susceptibles
entre árboles frutales, lo cual conecta las raíces
enfermas con las sanas y el patógeno se disemina de esta
forma.

Introducción

La "pudrición texana"es causada por el hongo
Phymatotrichum omnivorum (Shear) Duggar
[también conocido como Ozonium auricomum
Link, Ozonium omnivorum Shear y Phymatotrichopsis
omnivore
(Duggar) Hennebert] ( ). Debido a que nunca
se ha observado un estado sexual para el P. omnivora, su
colocación apropiada dentro del reino de los hongos ha
sido fuente de debate desde su identificación original. La
mayoría de los primeros investigadores consideraban que
era un basidiomycete; sin embargo, en 2005, las secuencias de ADN
se usaron para construir el árbol filogenético,
indicando que P. omnivorum pertenece a los ascomycetes, dentro
del orden Pezizales ( ). Esta enfermedad afecta
severamente el rendimiento y calidad de la fibra del algodonero
en Arizona y Texas, causando perdidas hasta del 100% (23, 25,
26), la mayoría de las hortalizas cultivadas durante el
verano, en las regiones del norte de México y suroeste de
los Estados Unidos, son susceptibles al patógeno (11, 30).
En la Comarca Lagunera se estimó, en 1968, que el 3.9% de
la superficie cultivada de algodonero estaba afectada por la
"pudrición texana", provocando perdidas por 22 millones de
pesos (17). Dentro de los frutales, las drupáceas,
pomáceas, cultivos de nuez y la vid son muy susceptibles a
este hongo, reportándose huertos o viñedos que han
sido eliminados completamente en pocos años (9, 16). En
regiones de La Laguna, los daños en frutales,
principalmente nogal y vid, han sido severos, reportándose
en 1980 que el 96% de los huertos de nogal se encontraban
afectados en mayor o menor grado por la enfermedad. Los huertos
de nogal más afectados eran los que tenían una edad
de 5 a 13 años (12, 18, 28). En regiones semitropicales
como Veracruz y Sinaloa el hongo ha sido reportado en mango,
tamarindo, laurel de la india, alfalfa, algodón y otras
especies de plantas cultivadas o silvestres (4, 5, 15, 27).
Más recientemente la "pudrición texana" fue
encontrada en huertos de aguacate de Michoacán (13) y
Sinaloa (5). Aunque la incidencia de la enfermedad sea baja en
algunos lugares, su presencia representa un riesgo alto de
diseminación a las áreas libres del patógeno
con las consiguientes perdidas económicas, debido a lo
costoso y lo difícil que es controlar este patógeno
y a la limitación del terreno infestado para cultivar
especies de plantas dicotiledóneas
susceptibles.

La enfermedad se ha reportado en México desde
1922, detectándose ampliamente en los Estados de Norte y
Noroeste como Tamaulipas, Nuevo León, Chihuahua, Sonora,
Sinaloa, Durango, Baja California y Baja California Sur. En forma
más aislada sea reportado en los Estados del centro y sur
del país como Zacatecas, Aguascalientes, San Luis
Potosí, Guanajuato, Guerrero, Michoacán, Hidalgo,
Veracruz y Tabasco. (2, 3, 9, 10, 22, 24, 27). Es interesante
mencionar que P. omnivorum se ha detectado
últimamente con más frecuencia en las regiones
tropicales del sur y sureste de México, las cuales son muy
diferentes a las condiciones áridas en las que normalmente
se había detectado esta enfermedad. También se han
detectado daños significativos por la enfermedad en las
regiones de Casas Grandes, Chihuahua y el Estado de Sinaloa en
suelos con pH de 6.2 – 6.6, diferentes a los comúnmente
presentes en los suelos del norte y noroeste de México (5,
9). En algunas especies frutícolas importantes de
México se han reportado ataques considerables por esta
enfermedad. Así, en la región manzanera de
Canatlán, Durango, se encuentran infestadas 504
hectáreas (22) y en vid en la localidad de Luís
Moya, Zacatecas, un 23.6% de los huertos (10). Asimismo, esta
enfermedad se ha reportado afectando al cultivo de nogal en el
área norte de Coahuila y en la región de Delicias,
Chihuahua, con un 5.5% de árboles con síntomas (7,
29). Recientemente P. omnivorum se ha reportado
afectando al cultivo del mango en el estado de Sinaloa (5) y la
zona central de Veracruz, estimándose su presencia en un
3.3% de los huertos muestreados (27).

Los síntomas de la enfermedad son similares en
todos los frutales (5, 7, 19, 21, 29). La enfermedad es evidente
en los meses calurosos del año y los síntomas
principales consisten en un amarillamiento tenue seguido por
marchites y secamiento repentino del follaje. Las hojas se tornan
de un color café claro, permaneciendo adheridas a la
planta. Asimismo, los frutos también llegan a secarse
quedando, también, adheridas a la planta. Sobre las
raíces de las plantas afectadas pueden observarse los
rizomorfos (cordones miceliales) del hongo, los cuales son de
color crema o café. Las raíces afectadas se pudren
completamente y se desprenden con facilidad de la corteza al
tratar de arrancarlas. Las plantas afectadas se observan
generalmente en un patrón circular y después de un
periodo de alta humedad del suelo, causado por exceso de riego o
lluvia, puede aparecer sobre el suelo, junto a las plantas
afectadas, formaciones costrosas de color blanco o
café.

P. omnivorum (Shear) Duggar es el agente causal
de la "pudrición texana" y presenta tres estados
biológicos: micelio, conidias y esclerocios (1, 19, 20,
21). Las hifas que constituyen el micelio son largas, septadas y
poseen algunos núcleos; al entrelazarse forman cordones
miceliares (rizomorfos) que pueden observarse sobre las
raíces infestadas. Los cordones miceliares o rizomorfos
son estructuras de reposo y una de las formas de
diseminación más importantes; de éstos
cordones se desarrollan hifas en forma de cruceta, las cuales
constituyen las características peculiares de
identificación del patógeno. El micelio, al
contactar las raíces, invade y penetra los tejidos para
causar la infección. Este hongo produce una masa de
conidias (formaciones costrosas de color blanco) sobre la
superficie del suelo cerca del hospedante, cuando prevalece un
clima caluroso y húmedo. Estas conidias han sido
considerados estériles (24), pero se sospecha que pueden
servir para establecer nuevas fuentes de infección (14).
Los esclerocios consisten de un conjunto de hifas agrupadas
estrechamente y su forma varía de elongada a
esférica; son estructuras de supervivencia, con una
viabilidad mayor de 12 años y requieren ciertas
condiciones de pH del suelo para su formación (8, 12, 24).
Estas estructuras al igual que los cordones miceliares
constituyen el estado de reposo del hongo.

OBJETIVOS

Considerando la información anterior sobre la
distribución, amplio rango de hospedantes y la severidad
de los daños causados por P. omnivorum en las
diferentes regiones agrícolas del país,
principalmente en el norte y noroeste de México, se
plantean los siguientes objetivos: 1) determinar la
distribución y los hospedantes silvestres o cultivados de
P. omnivorum en el estado de Sinaloa; 2) conocer en que
pH y textura del suelo la enfermedad es más agresiva; 3)
determinar la época del año cuando se presenta la
""pudrición texana"" y algunas condiciones ambientales que
le favorecen; 4) demostrar que los cultivos de plantas
dicotiledóneas de invierno son susceptibles a la
"pudrición texana"; y 5) conocer las condiciones
fitosanitarias de los viveros más importantes del valle de
Culiacán.

Materales y
métodos

Distribución y hospedantes de la
"pudrición texana
". Ya que determinar la
distribución de la "pudrición texana" es de
primordial importancia para la implementación de
cuarentenas que contribuyan a la restricción del
patógeno a determinadas áreas geográficas,
para no permitir su diseminación a aquellas áreas
libres de la enfermedad, se procedió a determinar los
lugares infestados haciendo recorridos de todas las zonas
agrícolas de Sinaloa durante los meses de enero, abril,
julio y octubre de 1985 al 2002. Para determinar los hospedantes,
tanto silvestres como cultivados, de la "pudrición
texana", se colectaron raíces de plantas que presentaban
síntomas de marchites o muerte, las cuales se colocaron en
bolsas de plástico con papel absorbente humedecido. Las
plantas silvestres afectadas por "pudrición texana" se
buscaron en los lugares donde había plantas cultivadas
afectadas por esta enfermedad. La diagnosis de la
"pudrición texana" se hizo observando la
sintomatología y los signos de la enfermedad. Las plantas
que presentaron marchites y pudrición seca de
raíces, en las cuales se encontraron rizomorfos y/o los
esclerocios de P. omnivorum, se diagnostico que la
enfermedad era "pudrición texana". Las estructuras del
patógeno, como son los rizomofos y esclerocios, se
montaron en lactofenol azul (lactofenol + azul de metileno) para
observar posteriormente sus características
morfológicas bajo el microscopio biológico. La
diagnosis de la enfermedad, en algunos casos, se
complementó con la observación de la fase conidial
del patógeno, la cual se encontró en la superficie
del suelo húmedo donde se desarrollaban las plantas
enfermas. Esta fase del hongo se manifestó en forma de
manchas costrosas, las cuales en un principio eran de color
blanco brillante, pero con el tiempo adquirieron un color
café, semejante al color del suelo.

pH y textura del suelo. Ya que se reporta que el
tipo del suelo y pH del mismo son factores importantes para la
agresividad de P. omnivorum, se procedió a tomar
muestras de suelo de los sitios en donde se encontraban plantas
enfermas de "pudrición texana". Se tomaron muestras de 2
Kg a 10-40 cm de profundidad y el día siguiente se
procesaron para determinar su pH y textura.

Época de incidencia de la "pudrición
texana".
Con el fin de determinar la época del
año cuando se presenta la "pudrición texana" y
algunas condiciones ambientales que la propician, se tuvieron en
observación dos lotes de alfalfa y dos de algodón,
en los cuales anteriormente se había presentado la
enfermedad, y se llevaron registros diarios de temperatura y
humedad relativa durante doce meses. Lo anterior se
comparó con la época de incidencia de la enfermedad
en otras zonas en donde había cultivos susceptibles. Los
registros de temperatura y humedad relativa se llevaron a cabo
con un higrotermógrafo (Rossbach), el cual se
colocó en los lotes de observación.

Susceptibilidad de los cultivos a la
"pudrición texana".
Ya que en el Estado de Sinaloa se
siembran en el invierno muchos cultivos reportados en otros
lugares como susceptibles a P. omnivorum, se
procedió a comprobar si estos cultivos escapan al ataque
del patógeno debido a la falta de condiciones ambientales
adecuadas para el desarrollo de la enfermedad. Para tal
propósito se escogió un lote de terreno severamente
infestado con P. omnivorum, en el cual se sembraron, en
el mes de junio de 1986, dos surcos de 25 m de cada una de las
especies dicotiledóneas que se cultivan en el estado de
Sinaloa.

Fuente de infección. Ya que es de
primordial importancia asegurar que las plantas del vivero que se
van a llevar al campo estén libres del patógeno, se
procedió a determinar las condiciones fitosanitarias de
los viveros de la Facultad de Agronomía y de la
Secretaría Agricultura y Recursos Hidráulicos, en
1986. En los viveros donde había plantas rompevientos con
síntomas de marchites, se analizaron las raíces
para determinar la presencia de P. omnivorum. Las
raíces de plantas marchitas que presentaron rizomorfos y/o
esclerocios del hongo se diagnosticó que la muerte de la
planta se debió al ataque de "pudrición texana".
También se hicieron estudios para determinar la presencia
de P. omnivorum en el suelo de macetas de vivero, en
1987. Para tal objetivo se tomaron 100 macetas de donde iban a
desarrollar plántulas de mango, pero en vez de ello se
sembró alfalfa como planta indicadora de la enfermedad. Se
diagnosticó como positivo cuando hubo muerte de plantas de
alfalfa y además se observaron rizomorfos en las
raíces.

Resultados y
discusiones

Distribución y hospedantes de la
"pudrición texana
". En los recorridos que se hicieron
de las zonas agrícolas del estado de Sinaloa, tanto de
riego como de temporal, para detectar la presencia de P.
omnivorum,
este patógeno se encontró
diseminado en los municipios de El Fuerte, Ahome, Guasave,
Angostura, Culiacán, Elota, Mazatlán, El Rosario,
Concordia y Escuinapa. La mayor incidencia de la
"pudrición texana" se observó principalmente en los
terrenos cercanos a los ríos Culiacán y
Petatlán en donde se cultiva, desde hace mucho tiempo,
algodón, alfalfa y mango, lo cual da la idea de la
susceptibilidad y la importancia de la enfermedad en estos
cultivos. P. omnivorum se encontró afectando 27
especies de plantas cultivadas y silvestres entre las que
sobresalen por su importancia económica, la alfalfa,
algodón, soya, mango, aguacate, y malezas comunes de
muchos cultivos como son: lengua de vaca, toloache, girasol
silvestre, golondrina y otras especies de maleza (Cuadro
1).

Cuadro 1. Lista de hospedantes cultivados y silvestres
atacados por el hongo P. omnivorum en el estado de
Sinaloa.

1. Mango (Mangifera indica L.)
a

2. Aguacate (Persea gratísima
Gaerta)a

3. Toronja (Citrus peradisi
Maci)a

4. Tamarindo (Tamarindus indica
L.)a

5. Higo (Ficus carica L.)a

6. Casuarina (Casuarina equisefolia
L.)b

7. Laurel de la índia (Ficus
bengalesis
L.)b

8. Pinguica (Ehretia
tenuifolia
)b

9. Poma rosa (Eugenia iambos
L.)b

10. Tabachin (Delonix regia
Raf.)b

11. Guajillo (Leucaena glauca Benth)b*

12. Amapa (Tabebuia sp.)b*

13. Sauce (Salís
sPhymatotrichum
)b*

14. Piracanta (Pyracanta sp.)c

15. Rosal (Rosa sp.)c

16. Girasol silvestre (Helianthus
tuberosus
L.)d

17. Toloache (Datura stramonium
I.)d

18. Sacamanteca (Solanum bicolor
willd)d

19. Lengua de vaca (Rumex pulcher
L.)d

20. Golondrina (Euphorbia
sp.)d

21. Algodón (Gossypium barbadence
L.)e

22. Alfalfa (Medicago sativa
L.)e

23. Cacahuate (Arachis hipogaea
L.)e

24. Soya (Glycine max
Merrill)e

25. Ajonjolí (Sesamun indicum
L.)e

26. Jamaica (Hibiscussa sabdariffa
L.)e

27. Cafeto (Coffea arabica
L.)e

a, Arbol frutal; b, árbol de sombra; c,
ornamentales; d, plantas silvestres y malas hierbas; y e,
cultivos anuales.

Todos los hospedantes en donde se encontró P.
omnivorum
mostraban síntomas de marchites y
posteriormente morían. En la mayoría de los casos
las hojas permanecían adheridas, pero, en el laurel de la
india, huajillo, amapa, poma rosa, aguacate y sauce las hojas se
desprendían conforme las plantas iban muriendo. En
árboles de mango, las hojas se desprendían
solamente cuando este frutal se estaba desarrollando en terrenos
arcillosos o arcillo arenosos de temporal. Los árboles que
se encontraban en suelos limosos de riego las hojas
permanecían adheridas durante mucho tiempo y la muerte
ocurría repentinamente (Figura 1).

En los cultivos anuales, la enfermedad se
encontró atacando plantas en manchones circulares
distribuidos principalmente en una parte del lote. En
árboles frutales, como en el mango y aguacate, se puedo
constatar que la enfermedad se encontró atacando grupos de
plantas o plantas individuales, pero siempre distribuidas al
azar, lo cual da la idea de que el hongo se ha estado diseminando
en plantas de vivero. Esto último fue comprobado en las
plantas de alfalfa desarrolladas en suelos de vivero.

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Figura 1. Arboles de mango afectados por la
"pudrición texana". A = Muerte lenta provocando
defoliación. B = Muerte rápida quedando las hojas
adheridas.

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Figura 2. Diferentes especies de plantas afectadas por
Phymatotrichum omnivorum en Sinaloa: A) aguacate
(Persea gratísima), B) mango (Mangifera
indica
), C) olivo negro, D) laurel de la índia
(Ficus bengalesis), E) algodón (Gossypium
barbadence
) y F) alfalfa (Medicago
sativa
).

En todos los casos se observó que el sistema
radical de las plantas presentaban rizomorfos del hongo sobre la
superficie externa de la corteza de las raíces (Figura
2-A), lo cual indica que cuando se vaya a muestrear para detectar
P. omnivorum es necesario tomar las raíces con
todo y corteza. Los rizomorfos eran robustos y se pudieron
observar a simple vista cuando las plantas afectadas se
encontraban en suelos limosos de riego, mientras que cuando las
plantas que se encontraban en suelos arcillosos de temporal, los
rizomorfos eran delgados y solamente se pudieron distinguir bajo
el microscopio estereoscópico. La fase conidial solamente
se presentó en suelos de aluvión húmedos y
se observó en forma de manchas costrosas de color blanco
brillante, en un principio, pero posteriormente adquirían
un color café, al igual que el color de la superficie del
suelo en donde se encontraban (Figura 2-C). La diagnosis de la
enfermedad se confirmó observando los rizomorfos (Figura
2-B) y esclerocios de P. omnivorum en el microscopio
biológico. Ya que no hay otro hongo reportado que presenta
las características morfológicas de P.
omnivorum
, se consideró que para su diagnostico es
suficiente observar los síntomas de las plantas enfermas y
los rizomorfos del hongo con sus hifas en forma de crucetas
(Figura 2-B).

La "pudrición texana" es un factor limitante para
algunas especies de plantas cultivadas como son la alfalfa,
algodón y mango, ya que en algunos lotes se han dejado de
sembrar estos cultivos debido a la presencia de P.
omnivorum
. En Guasave se abandonó el cultivo del
algodonero en los terrenos de aluvión cercanos a los
ríos y lo trasladaron a terrenos arcillosos en donde el
ataque de la enfermedad es menos severo o el hongo no se
encuentra tan ampliamente diseminado. En el municipio de
Culiacán ocurrió algo similar, cuando los terrenos
estaban muy infestados, el cultivo de alfalfa se trasladó
a otras zonas no infestadas, se cultivó solamente durante
la época del mes de noviembre al mes de mayo o se
sembraron zacates forrajeros o sorgo. En el cultivo de mango, el
huerto más infestado se detectó en el "El
avión", municipio de Elota, en donde, en 1985, alrededor
de 500 árboles (80%) habían muerto a causa de la
"pudrición texana"; en este huerto, en años
anteriores, se acostumbraba intercalar el cultivo de alfalfa en
el huerto de mango, lo cual indica que esto fue lo que
propició la rápida diseminación local del
patógeno; en la actualidad ya no se cultiva mango en estos
terrenos. Esta practica de intercalar cultivos altamente
susceptibles en los huertos de mango ya infestados, equivale a
conectar todas las raíces de los árboles, lo cual
propicia que el patógeno se disemine por todo el huerto.
La región más infestada se localizó en el
margen izquierdo del Río Culiacán, en donde se
pudieron observar huertos de mango y cultivos de alfalfa
severamente afectados. Las plantas de Ficus sp.
originalmente plantadas en el camellón central de la
carretera Culiacán-Navolato han sido casi totalmente
destruidas por P. omnivorum, las cuales se sustituyeron
por olivos negros y otras especies de árboles de hoja
ancha, pero también están siendo infectadas por
este patógeno. En este caso la solución
más viable sería plantar especies de palmeras o
bambú, ya que no son susceptibles a P. omnivorum.
Estos ejemplos ilustran la magnitud de la importancia que ha
llegado a alcanzar la "pudrición texana" en el estado de
Sinaloa, lo cual será de mayores proporciones si el
problema no se atiende en forma adecuada por las autoridades
correspondientes.

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Figura 2. , agente causal de la "pudrición
texana". A = Rizomorfo sobre la corteza de raíces
afectadas. B­ Rizomorfo visto al microscopio,
acompañado por hifas en forma de cruz. C­ Fase
conidial del hongo, formando manchas costrosas blancas sobre la
superficie del suelo.

El cultivo de soya, ajonjolí, cacahuate y
así como también el de alfalfa y algodón no
se deben sembrar en terrenos infestados, ya que su periodo de
desarrollo coincide con los meses calientes que propician el
ataque de la "pudrición texana". Otra alternativa es
buscar cultivos que puedan desarrollarse durante los primeros
días del mes de noviembre a los ultimaos días del
mes de abril o a más tardar hasta el 15 de mayo, ya que
esto les permitirá escapar al ataque del patógeno
debido a que en estos meses se presentan temperaturas menores de
27°C durante la mayor parte del día. Para los
árboles frutales y ornamentales susceptibles a la
"pudrición texana" es recomendable que no se establezcan
en terrenos infestados, ya que es muy probable que sean afectados
por la enfermedad. Se sugiere que antes de establecer el huerto
se siembre alfalfa durante los meses calientes, con el fin de
detectar la presencia del patógeno en esos terrenos. Las
malezas que se encontraron atacadas por "pudrición texana"
fueron la lengua de vaca, toloache, girasol silvestre,
sacamanteca y golondrina (Cuadro 1); sin embargo, existen otras
plantas cultivadas y malas hierbas comunes que son hospedantes
potenciales de la "pudrición texana", como son: el quelite
(Amarantus caudatus), retama (Psrkinsonia
acauleata
), higuerilla (Ricinus communis), etc.
(Cuadro 2 y 3). Las malezas que se desarrollaron cuando las
temperaturas fueron apropiadas para el ataque de P.
omnivorum
pudieron mantener viable al hongo por tiempo
indefinido y, por lo tanto, hacer inoperante las rotaciones de
cultivo, ya que estas plantas se desarrollan año con
año en los suelos infestados.

Cuadro 2. Lista de plantas silvestres potencialmente
susceptibles al ataque de P. omnivorum (Shear) Duggar y
que son comúnmente encontradas en el Estado de
Sinaloa.

1. Quelite (Amarantus caudatus
L.)

2. Retama (Parkisonia aculeata
L.)

3. Higuerilla (Ricinus communis
L.)

4. Chile piquín (Capsicum annum
L.)

5. Paralizo (Melia azedarach
L.)

6. Nopal (Opuntia sp.)

7. Choya (Opuntia sp.)

8. Frijolillo (Phaseolus acutifolius A.
Gray)

9. Cardo (Argemone mexicana)

Malezas comúnmente encontradas en los
cultivos.

Cuadro 3. Lista de plantas cultivadas en Sinaloa que son
potencialmente susceptibles al ataque de P.
omnivorumr.

1. Almendro (Prunus amiygdalus
Batsch)

2. Amapola (Papaver somniferum
L.)*

3. Atmosférica (Lagerstroemia
indica
L.)

4. Belén (Impatiens balsamina
L.)

5. Remolacha (Beta vulgaris
L.)

6. Camote (Ipomea batata L.)
Lam.

7. Calabacita (Curcubita
sPhymatotrichum)*

8. Durazno (Prunus americana
March)*

9. Eucaliptos (Eucalyptus
sPhymatotrichum
)

10. Fríjol (Phaseolus vulgaris
L.)*

11. Garbanzo (Cicer arietinum
L.)*

12. Girasol (Helianthus annuus
L.)*

13. Granada (Punica granatum
L.)

14. Laurel (Nerium oleander
L.)

15. Melón (Cucumis melo
L.)*

16. Marihuana (Cannabis sativa
L.)*

17. Pepino (Cucumis sativus
L.)*

18. Tomate (Lycopersicom esculentum
Mill.)*

19. Toronjo (Citrus paradisi
Macf)*

20. Zanahoria (Daucus carota
L.)

*Cultivos de importancia económica.

La enfermedad también se ha encontrado en algunas
áreas abiertas por primera vez al cultivo (en
algodón), lo cual da la idea de que el hongo ha estado
presente desde hace mucho tiempo en plantas silvestres de la
región. P. omnivorum no necesariamente tuvo que
haberse diseminado de Texas hacia Sinaloa. Es probablemente que
el hongo sea nativo de toda una gran área ecológica
en donde hay condiciones ambientales favorables de suelo,
temperatura, humedad y vegetación silvestre que propician
su desarrollo.

pH y textura del suelo. El pH, la textura y
humedad del suelo estuvieron relacionadas con la agresividad de
P. omnivorum, ya que el ataque fue más severo en
suelos húmedos de aluvión con pH neutro o alcalino
que en suelos arcillosos de temporal y pH ácido. El tipo
de suelo (aluvión) y pH (neutro o alcalino) más
apropiados para el desarrollo de la "pudrición texana" se
encontró localizado en los terrenos agrícolas
cercanos a los ríos. En suelos húmedos de
aluvión se observó que las plantas de mango
murieron más rápidamente que en suelos arcillosos
de temporal y las hojas permanecieron adheridas después de
que las plantas se secaron. En suelos arcillosos o
arcillo-arenosos de temporal, las plantas de mango murieron
más lentamente y se desfoliaron rápidamente, lo
cual se interpretó como una reacción de defensa de
la planta al ataque del hongo y se relacionó con el pH
ácido y la baja humedad de suelo. La muerte lenta de las
plantas de mango posiblemente se debió a que el pH y la
humedad del suelo no fueron apropiados para el desarrollo del
patógeno, lo cual le permite a la planta tirar sus hojas y
tardar más tiempo para morir debido a la baja
transpiración y la consecuente poca pérdida de
agua. Estas plantas, después de pasar la época de
calor, entre noviembre y abril, comenzaron a rebrotar; sin
embargo, al iniciarse el siguiente verano cuando las temperaturas
fueron mayores de 27°C, las plantas murieron. Las plantas que
tiraron las hojas cuando se les practicó una poda severa
rebrotaron como si estuvieran sanas, lo cual se debió
posiblemente a que las raíces que estaban más o
menos sanas fueron suficientes para proveer de agua y nutrientes
a un determinado follaje de la planta. Cuando las plantas
reaccionan en esta forma, es posible que las aplicaciones de los
funguicidas benomi1 (Benlate y Promil),
tiabendazol (Tecto 60), carbendazim (Bavistin)
y propiconazole (Tilt) u otros productos tóxicos
al hongo puedan mantener con vida al árbol frutal durante
más tiempo, lo cual no sucede con las plantas que sufren
marchites repentina. En los suelos limosos húmedos, los
rizomorfos del hongo fueron más abundantes y gruesos que
en suelos arcillosos secos, pudiéndose observar
fácilmente a simple vista; mientras que, en suelos
arcillosos solamente fue posible distinguirlos con lupa o
microscopio. Los esclerocios solamente se encontraron en alfalfa
cultivada en suelos de aluvión y pH neutro o ligeramente
alcalino.

Época de incidencia de la "pudrición
texana".
Ya que P. omnivorum requiere de
determinadas condiciones ambiéntales para atacar a sus
hospedantes y debido a que en el estado de Sinaloa estas
condiciones son variables durante el año, se
procedió a tomar diariamente los registros de temperaturas
y humedad para correlacionarlos con la incidencia de la
enfermedad y así poder determinar la época del
año cuando las plantas susceptibles son atacadas por
P. omnivorum. La "pudrición texana" solamente
atacó plantas dicotiledóneas que se desarrollaron
durante los meses más calientes del año. La
enfermedad se hizo evidente en los cultivos anuales como son la
alfalfa y algodón a partir de los últimos
días del mes de marzo y hasta el mes de octubre
coincidiendo con temperaturas de 27°C en adelante; mientras
que, del mes de noviembre al mes de abril, los cultivos que son
susceptibles a la enfermedad se desarrollaron normalmente. Estos
datos confirman: 1) que P. omnivorum requiere de
temperaturas altas para su desarrollo; 2) que estas condiciones,
en el estado de Sinaloa, son adecuadas durante gran parte del
año (marzo-octubre) y provocan que el hongo prospere con
gran facilidad; 3) y que muchos cultivos dicotiledóneos no
puedan desarrollarse durante los meses calientes en terrenos
infestados con P. omnivorum.

Durante el mes de noviembre, cuando las temperaturas
empezaron a bajar se notó claramente, en los cultivos
anuales, que la enfermedad cesó su ataque permitiendo el
desarrollo normal de estos cultivos. Los árboles frutales
y ornamentales que fueron infectados en abril y mayo, murieron en
los próximos meses, agravándose el problema durante
los meses más calientes y lluviosos como julio y agosto.
Los árboles que fueron afectados durante septiembre y
octubre lograron sobrevivir hasta el siguiente periodo, pero
murieron cuando las condiciones de temperaturas fueron
críticas. De lo anterior, se puede deducir que la
temperatura alta es el factor principal que estimula el
desarrollo de la enfermedad y que la humedad del suelo, aunque
influye en la severidad de la enfermedad, no es un factor
limitante, ya que el hongo puedo atacar en cualquier rango de
humedad del suelo en el que se desarrollaron sus hospedantes.
Cuando hubo lluvias en invierno la enfermedad no se
presentó, mientras que en verano la enfermedad fue
evidente tanto en terrenos húmedos como en terrenos
secos.

Susceptibilidad de cultivos a la "pudrición
texana".
Todos los cultivos invernales que se sembraron en
los lotes infestados con P. omnivorum, en el mes de
abril fueron susceptibles a este patógeno y se
observó una variación en el periodo
fenológico cuando las plantas mostraron los
síntomas (Cuadro 4). La alfalfa presentó los
síntomas en estado de plántula; el algodonero y
soya, en el periodo de floración; el cártamo en el
estado de floración y fructificación; mientras que
el ajonjolí mostró los síntomas hasta la
fructificación.

De acuerdo con los resultados obtenidos podemos afirmar
que los cultivos dicotiledóneos de invierno que se
siembran en Sinaloa, son susceptibles a P. omnivorum,
pero escapan al ataque de este patógeno porque en invierno
las condiciones de temperatura, menores de 27°C, no son
adecuadas para el desarrollo de la "pudrición texana". Lo
anterior deberá tomarse muy en cuenta para los cultivos
anuales que se pueden desarrollar tanto en invierno como en
verano. Para estos casos se deben seleccionar los terrenos que no
estén infestados (cuando las siembras se tengan que hacer
en verano), ya que de esto dependerá en gran parte el
éxito que se pueda tener en dichos cultivos durante esta
época.

Cuadro 4. Estado fenológico de algunos cultivos
en el cual mostraron los síntomas de "pudrición
texana".

Monografias.com

La fecha de siembra se llevó a cabo el 20 de
abril de 1986.

Fuentes de infección. En los viveros que
utilizan casuarinas como plantas rompevientos, se observó
que muchas de ellas presentaron síntomas de marchites y
rizomorfos característicos de P. omnivorum en las
raíces. Esto indica que es importante que en los viveros
no se utilicen plantas rompevientos susceptibles a la
"pudrición texana", ya que las plantas enfermas
serán una fuente de inoculo que infectará
progresivamente las plántulas del vivero que se encuentren
próximas a ellas. Generalmente las raíces de las
plántulas del vivero se ponen en contacto con las
raíces de las plantas enfermas que sirven de rompevientos,
adquiriendo la enfermedad de esta manera. En los estudios que se
hicieron para determinar la presencia de P. omnivorum en
suelos de vivero, utilizando la alfalfa como planta indicadora,
se encontró que el 2% de las macetas estaban infestadas
con este hongo. Sin embargo, las plántulas de mango no
mostraban los síntomas de la enfermedad. En el valle de
Culiacán, en los viveros se utiliza suelo de
aluvión traída de la cercanía de los
ríos. Estos suelos generalmente están infestados
con P. omnivorum y en muchos casos el suelo no se
esteriliza adecuadamente. Las plántulas de vivero
infectadas por P. omnivorum generalmente no presentan
los síntomas de la enfermedad, lo cual hace pensar que
están sanas; sin embargo, cuando se planta el huerto se
observan plantas enfermas distribuidas al azar, las cuales se
constituyen en nuevas fuentes de inoculo del patógeno
estratégicamente distribuidas en el campo. La
desinfestación inadecuada del suelo, en los viveros
muestreados fue una práctica común, ya que en
algunos casos se encontró que no es suficiente utilizar
una libra de bromuro de metilo en 10 m2 con espesor de 15 a 20
cm. Lo más recomendable para evitar la infección de
plántulas de vivero, es tratar el suelo con vapor de agua
caliente a 80ºC durante 30 minutos en el centro de la
muestra de suelo, y luego llenar los vacíos microbianos
con microorganismos benéficos que controlen enfermedades
del suelo, como es Bacillus subtilis.

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