Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Criminología (página 2)



Partes: 1, 2, 3

DIFERENCIA EN EL ASPECTO PSIQUICO
ENTRE EL HOMBRE Y LA MUJER

Monografias.com

Criminalidad Masculina y Femenina.-

Entre las razones que explican por qué la
criminalidad femenina es realmente menor que la masculina, se
hallan los caracteres propios de cada sexo. El hombre es
más activo y participa más en la vida social. Lo
que puede significarle mayor número de oportunidades y
tentaciones de delinquir, es más agresivo, actitud para la
cual está mejor dotado por su propia
constitución.

La mujer es más pasiva ante la vida, más
débil, se halla más sujeta al control de la familia
y de la vecindad. Hay ciertos delitos que casi solo los hombres
cometen (violación, secuestro, seducción, etc.) en
el que la mujer es tomada en cuenta como víctima. Otros
por estar más aproximados a su trabajo, los funcionarios
públicos. A más de las antropológicas, hay
enorme importancia en los factores sociales.

A pesar de la mayor actividad de la mujer hoy
día, en las relaciones extra hogareñas no dio
incremento con relación a los varones. Constancio Bernaldo
de Quiroz hace notar que dividimos la delincuencia en
común social y política.

Las mujeres cometen delitos que escapan con mayor
facilidad a las estadísticas o que son de difícil
descubrimiento y prueba (aborto, violación, vicio
comercializado, etc.)

Hay que hacer notar la disparidad de los motivos del
delito, de acuerdo con las características de cada sexo,
el hombre delinque movido por motivos relativos a su predominante
tendencia agresiva, activa y frecuentemente ligados con
circunstancias económicas, la mujer se mueve impulsada por
factores relacionados con el hogar, la adquisición y
conservación de la familia, la alimentación de los
hijos, el amor, etc. La mujer difícilmente mata a hachazos
o cuchilladas, estrangulamiento o sofocación.

Los delitos sexuales.-

Denominados así por los códigos penales,
como el homicidio y las heridas por sadismo o venganza, robos y
hurtos que resultan del fetichismo:

Causas;

  • a) Funciones Sexuales Fisiológicas:
    salidas moralmente no recomendables (concubinato,
    prostitución, estupro, la violación y el
    secuestro)

  • b) Condiciones Sexuales Patológicas:
    Puede llevar a incrementar ciertas formas especiales de
    prostitución; pero en otras ocasiones, los contactos
    aberrados implican o traen por consecuencia variados delitos,
    que van desde el asesinato hasta la corrupción de
    menores, satiriasis, sadismo, ninfomanía, fetichismo
    que ocasiona robos y hurtos (cleptomanía)
    etc.

  • c) Desorganización Familiar y de la
    Vecindad: Son antesala de faltas y delitos sexuales, sobre
    todo en la temprana edad de la pubertad, creando
    oportunidades para la corrupción de los hijos por
    personas extrañas.

  • d) Situación Económica: En los
    casos de extrema riqueza o pobreza, sobre todo en la
    seducción y corrupción de menores.

  • e) Desorganización Social General: La
    comisión de delitos sexuales, crisis políticas,
    desmoralización general de la
    población.

  • f) El Vicio Comercializado: Tras de él
    se hallan muchos delitos, sobre todo de corrupción de
    menores, incitación a la prostitución, juegos
    prohibidos, expendio de estupefacientes y trata de blancas,
    etc.

Criminología de la
prostitución

Concepto de prostitución.-

Ejercicio de comercio carnal mediante precio. Por regla
general es practicado por la mujer en una relación
heterosexual, pero también cabe admitir que se realiza en
una relación homosexual, así como también
que la prostitución sea masculina en una relación
heterosexual y más frecuentemente homosexual.

El derecho positivo castiga al que con ánimo de
lucro promueve o facilite la prostitución. Se trata de un
delito contra la honestidad y su gravedad puede atenuarse en
razón de la edad de la víctima, abuso de autoridad,
etc.

La prostitución y Sexo.-

La prostitución se halla estrechamente
relacionada al sexo, lo estudiamos desde el punto de vista
sistemático, también podría
estudiárselo en la parte correspondiente a
Sociología Criminal, pero, nos interesan sus caracteres y
repercusiones criminales por las siguientes razones:

  • 1) Porque en algunas partes del mundo, su
    ejercicio es un delito.

  • 2) Porque aún donde no lo es, se halla
    en estrecho contacto con el delito y la comisión de
    ellos (trata de blanca, corrupción de menores,
    encubrimiento, expendio ilegal de alcoholes, estupefacientes,
    bandas de traficantes, contagio venéreo,
    homosexualidad, etc.)

  • 3) Porque es equivalente a delito, una mujer en
    vez de delinquir puede dedicarse a la
    prostitución.

Las Mujeres Prostitutas y
Delincuente
.-

Lombroso pensó que los criminales tienen una sola
salida, el delito, la mujer tiene dos, el delito y la
prostitución, generalmente prefiere esta última,
porque no se sanciona. Las prostitutas natas tienen caracteres de
los criminales y costumbres propias del primitivismo y del
salvajismo, tales como la promiscuidad (mezcla, confusión)
También Lombroso consideró que hay factores
ambientales naturales del delito –clima, sociales. "Casi nunca se
los puede atribuir una causa única sin relación con
otros". GORING desechó la teoría lombrosiana del
criminal nato.

¿Qué es prostitución? Para
que exista prostitución se requieren las siguientes
condiciones:

  • Que haya relaciones sexuales normales o anormales
    (homosexuales) Pollitz considera que solo puede hablarse de
    prostitución cuando una mujer ejerce su comercio con
    varones. Sin embargo, creemos que no debe excluirse el caso
    de la homosexualidad en vista de que existe desde hace tiempo
    una verdadera profesionalización de este tipo, sobre
    todo en las grandes ciudades.

  • Que los actos se realicen por una
    remuneración; no se debe tener en cuenta solo el pago
    en dinero, sino también el que se hace por cualquier
    otro medio e implique una recompensa traducida en ventajas
    materiales.

  • Que los actos sexuales sean frecuentes.

  • Que exista como elemento más
    característico un cierto número de personas con
    las cuales el acto se realiza.

Causas que llevan a cometer delitos
sexuales.-

La satisfacción sexual aún de las personas
normales, que ofrecen medios de satisfacción a tendencias
anormales de los clientes, al mismo tiempo que da salida a los
impulsos de quienes viven de la profesión; no es raro
encontrar casos de ninfomanía entre ellas, muchas se
dedican para tener un medio de vida o para aumentar las entradas
conseguidas mediante trabajos normales. La mujer muy pobre no es
raro que se venda para subsistir; luego no hay dificultades para
continuar en el oficio, toda vez que la prostitución es
jamás rendidora que la mayoría de los trabajos
honrados y sin el esfuerzo que ellos implican, a algunas mujeres,
les proporciona un estado de independencia y desahogo que es
difícil de renunciar.

Parte de las prostitutas se reclutan entre muchachas que
viven en la calle prácticamente, porque el hogar es
excesivamente miserable e incómodo y no invita a quedarse
en él. A veces son los propios padres lo que empujan
más o menos directamente a sus hijas hacia la
prostitución (hogares desechos, disputas frecuentes,
madres que trabajan, etc.)

El hecho de que exista indiferencia frente a la
prostitución suele traer por consecuencia el que
celestinas, rufianes, prostitutas, no experimenten ningún
remordimiento y crean que ejercen una industria tan respetable y
útil como cualquier otro.

La debilidad mental suele arrastrar hacia la
prostitución o por complejos de inferioridad o carencia de
perfecciones. Las publicaciones y revistas pornográficas
obran como estímulos para dar el primer paso en la
carrera.

Características de las
prostitutas.-

Hay diferencia entre las de burdel y las libres, las
primeras que se halla más sujetas a defectos y más
ligadas con ciertas formas delictivas. Las prostitutas tienden a
una vida parasitaria, se revela en el odio al trabajo continuado,
lo que se traduce en dificultades para su reforma.

La prostituta libre que trabaja y hace de la
prostitución una fuente de entrada suplementaria. La
propensión al despilfarro es resultante de su falta de
espíritu de previsión y de ahorro, consecuencia a
su vez muchas veces de la debilidad mental; aman la
ostentación y el lujo. El abotagamiento mental puede ser
causa de la prostitución pero también efecto de la
misma, a raíz del alcoholismo, estupefacientes, excesos
sexuales, etc. característica de las de burdel.

Bonhoeffer; En sus estudios sobre prostitutas
reclusas encontró dos tercera parte del número
total investigada eran anormales mentales.

Las prostitutas libres no se hallan tan ligadas estos
efectos; en cuanto a la sexualidad, se ha hecho notar que entre
las prostitutas son más frecuentes que en la
población normal, los extremos de frigidez y de
hipersexualidad.

La criminalidad y
la edad

Importancia de la edad en la causación de la
criminalidad.-

La personalidad –la totalidad humana- posee
capacidades de acción y reacción que varían
a medida que el tiempo pasa para ella. Por eso, para comprender
la conducta de cada individuo, no basta conocer los caracteres
generales del ser humano, sino que es preciso detallar los que
asume en las sucesivas etapas de su vida.

Caracteres de las distintas etapas
vitales
.-

La vida humana puede dividirse en cinco etapas:
Infancia, juventud, adultez, madurez y senilidad.

  • a) Infancia. Etapa que abarca desde el
    nacimiento hasta los 12 años de edad aproximadamente,
    carece de capacidad de abstracción (entendimiento)
    depende de imposiciones de la familia. La infancia dentro de
    los límites que lo hemos señalado, se halla
    fuera del Derecho Penal. Lo primero que el niño
    necesita es adaptarse al medio ambiente, a fin de conservar
    la propia vida.

  • b) Juventud. Etapa que va desde la
    infancia hasta la adultez; es un período de ocho a
    diez años que se divide en tres subperíodos:
    pubertad, adolescencia y juventud propiamente dicha. En
    él existen caracteres distintivos de esta etapa: 1) el
    desarrollo corporal; 2) la madurez sexual; 3) la capacidad de
    pensamiento abstracto y 4) la responsabilidad social.
    Está propenso a cometer delitos, generalmente en
    cuadrillas o grupos asociados, sin prever las consecuencias.
    Según Holligwotch el adolescente a de buscar su propio
    camino para llegar a ser el adulto que quiere; las actitudes
    rebeldes al mundo que es real o imaginariamente opresivo y
    producen malas conductas en el adolescente; por el que
    Holligwotch ha podido decir que la rebeldía y los
    intentos de autodeterminación llevan a "la
    delincuencia, la invalidez fingida y el suicidio".

  • c) Adultez. El adulto está en la
    plenitud de sus fuerzas, por lo cual rinde mucho en beneficio
    de la comunidad; al mismo tiempo, se desarrollan en él
    los llamados mecanismos de compensación
    psíquica, que facilitan su adaptación social,
    sin mayores conflictos. Dura hasta los 45 años en la
    mujer y hasta los 50 en el hombre, más o menos.
    Característica general típica es la
    adaptación en la sociedad.

  • d) Madurez. Se extiende por los 10
    años posteriores a la adultez, aproximadamente.
    Durante esta etapa cesan o, por lo menos, se debilitan
    considerablemente las actividades genitales normales, la
    crisis es más aguda en la mujer que en el hombre.
    Estos años por el apasionamiento y desequilibrio,
    recuerdan a los de la juventud. Las tendencias
    egoístas adquieren gran significación y suelen
    manifestarse a través de epicureismo
    extremado.

  • e) Senilidad. Sigue a la madurez. En la
    senectud, tiene tanta importancia el sentirse viejo, como el
    serlo. Desde el punto de vista de la criminalidad. Las
    funciones fisiológicas y psíquicas disminuyen
    tanto en cantidad como en calidad. Las aptitudes personales
    decaen precisamente cuando se ocupa el apéndice de la
    figuración social o intelectual resultan comprensible
    la tendencia al temor de la competencia de los más
    jóvenes, los odios y las envidias. En el viejo
    predominan la tristeza y el miedo, (inseguridad y
    desconfianza)

Entre los jóvenes y adultos hay una notable alza
de la criminalidad, pero luego se presenta un rápido
descenso. Entre las mujeres, el alza no es tan grande, pero el
descenso es mucho más lento.

Edad y delitos.-

La edad influye en el delito en tres aspectos
principales: el número, la forma de comisión y la
clase y tipo de delictivo. La mayor cantidad de delitos cometidos
se halla entre el fin de la juventud y el comienzo de la adultez
(de los 19 á 25 años) se ha observado que, hasta
los 40 á 45 años, las personas constituyen una
mayor proporción entre los delincuentes que en la
población normal. Los jóvenes tienen más
oportunidades de emprender actividades sociales y moralmente
peligrosas; son proclives a la desorganización y la
desmoralización. La vejez disminuye la agresividad y la
fuerza; además, la pena de muerte y las condenas de
prisión de larga duración, van retirando de la
circulación a muchos de los delincuentes más
peligrosos.

Edad y especies de delitos.-

Se destaca el predominio de los delitos de fuerza en la
juventud, se ha notado la influencia grande de la familia, la
vecindad, la pandilla, la escuela, etc. carece todavía de
la capacidad adecuada para cometer estafas, defraudaciones,
quiebras, falsificaciones, pues estos delitos requieren de cierta
especialización y destreza en un oficio, por otro lado, la
sexualidad despertada, no controlada ni dirigida por los causes
debidos es otra de las grandes fuentes de la delincuencia
juvenil.

La edad adulta supone equilibrio. Se tiene la fuerza
para cometer delitos violentos, pero también la capacidad
de inhibir los impulsos de actuar de tal forma, época de
mayor actividad social, los altos puestos que se alcanzan,
posibilitan a cometer los delitos antes numerados
difíciles para el joven.

La madurez coincide con una grave crisis corporal y
anímica, la actividad social comienza a disminuir lo mismo
que las fuerzas; la filia, los hijos se dispersan. La crisis
sexual se manifiesta principalmente en las mujeres, las que
tienden a una criminalidad peculiar.

En la senilidad, las fuerzas han decaído; el
anciano se aparta de la sociedad. Se presenta la criminalidad
típica de los débiles, se parece mucho a la de la
mujer (injuria, calumnia, incendio, encubrimiento y contra la
moral).

El factor
económico y la criminalidad

La Economía en Nuestra
Cultura.-

El tipo de valor que se coloca en el trono, dominado a
los demás, varía según el momento cultural
en que se vive; si lo religioso ocupó el centro de la vida
individual y social en la Edad Media y si lo estático fue
lo más altamente apreciado en ciertos momentos del
Renacimiento, hoy lo económico se ha convertido en eje de
la vida, sobre todo social, fuente de polémicas
teóricas y de contraposiciones
prácticas.

El factor económico ha de tener enorme
repercusión en la conducta humana general, incluyendo el
crimen. Lo mismo sucedía con lo religioso en la Edad
Media, o los nacionalismos del siglo pasado.

No se trata sólo de teorías. La propia
realidad nos muestra ejemplos de pobreza exagerada o de
exageradas acumulaciones de dinero; críticas que suelen
llegar al terreno de los hechos; huelgas y represiones
frecuentemente conducidas fuera de los causes de la legalidad;
actividades delictuosas -por lo menos formalmente delictuosas-
contra el estado y las autoridades, para imponer tal o cual
sistema económico y reemplazar al que se considera caduco
e injusto; crisis más o menos periódicas que
provocan cierres de fábricas, quiebras y desocupaciones
gigantescas; padres que, al no poder sostener a su familia,
pierden autoridad y provocan la desunión en la misma;
procesos inflacionarios y -raramente- deflaciones; alzas de
precios y baja real de los salarios; clima de descontento
propicio al desorden y tantas otras condiciones sociales que sin
duda se hallan estrechamente ligadas con el régimen
económico, aunque no exclusivamente con
él.

Sin embargo, aunque importante, el factor
económico no es el único que determina la conducta
humana; a su lado, coactuando, se encuentran otras fuerzas
sociales que, a veces, en el caso concreto, pesan más que
la economía y sus inmediatas consecuencias; y, desde luego
están también las causas biológicas y
psíquicas.

Pobreza y Delito.-

La insuficiencia de medios económicos con que
cubrir las necesidades, sobre todo si son elementales, ha sido
comúnmente acusada de aumentar el número de delitos
y de conductas antisociales en general.

La desproporción entre lo que se necesita y la
capacidad para alcanzarlo tiene consecuencias mucho más
complicadas que las que se podría pensar en un primer
momento.

Ya el siglo pasado, Von Mayr creyó descubrir una
estrecha relación entre el precio del trigo y el
número de hurtos; para él cada real de aumento en
el precio del primero se manifiesta en un hurto más; y al
revés, cuando el precio del trigo descienda. Si se compara
los índices comerciales -que no depende de un solo dato
sino de la combinación de varios- es hoy posible comprobar
una relación proporcional entre tales índices, por
un lado, y los delitos contra la propiedad, y la
prostitución como por otros.

Por ejemplo, en la primera posguerra, la malta y la
cerveza eran caras y de mala calidad; por tal razón, se
las consumía menos y se produjo una baja en la
delincuencia causada por el alcoholismo.

En la apreciación de la pobreza y de la baja de
los precios hay que considerar también los casos de
desocupación colectiva; entonces hay precios bajos; sin
embargo sus influencias beneficiosas sobre la criminalidad son
anuladas y hasta superadas porque no se cuenta ni siquiera con lo
necesario para cubrir esos precios bajos.

Sin embargo, Barnes y Teeters han demostrado que los
delincuentes pobres son también relativamente más
que en la colectividad. Estos datos tienen, sin duda, mucho peso;
pero hay que guardarse de otorgarle valor decisivo en
demostración de la tesis, ya que los pobres, en general,
se inclinan a delitos violentos, más fáciles de
descubrir y probar, mientras las clases acomodadas tienden a la
criminalidad fraudulenta, fácil de encubrir y
difícil de probar. También existen diferencias
notables en cuanto a los recursos de que pueden valerse ante los
tribunales, sea en cuanto a influencias que pueden ejercer o a la
calidad de la defensa que sumen.

Burt considera que existe, como causa de delincuencia,
una que podría llamarse pobreza relativa o sea la
insuficiencia de los medios en relación con los deseos y
las ambiciones; así se dan delitos que obedecen al ansia
de figuración, al lujo desmedido, más que a la
pobreza tal como usualmente se la entiende.

La pobreza relativa se da en quienes tienen lo
suficiente para mantener su vida, pero sienten que hay un abismo
entre lo que poseen y lo que desearían poseer; la codicia
es entonces el impulso principal para cometer delitos. Esta
situación es particularmente notoria hoy, en una sociedad
consumista, en que la propaganda impresiona mucho y en que cada
uno quiere tener y aparentar mas que los otros. Esta pobreza
relativa se da, obviamente, también en las sociedades
ricas en que los pobres constituyen, a veces, una minoría
muy pequeña.

Parmelee destacaba al decir que la pobreza opera a
través de la mala habitación con todas sus
consecuencias dependientes, de la desnutrición,
disgregación de la vida familiar, carencia de descansos
adecuados, pocas posibilidades de progreso cultural, enfermedades
que no son bien combatidas.

Crisis Económicas y Delito.-

Este es otro método para determinar la
relación entre situación económica y delito;
tiene la ventaja de permitir mayores comparaciones, ya que
generalmente las investigaciones abarcan ciclos enteros
influyendo momento de auge y de crisis; así se puede
seguir en verdaderas ondas en la marcha de la economía y
del delito.

Pero no baya a creerse que la incidencia en la mayor
criminalidad sólo se encuentra en los momentos de
depresión y de desempleo; el auge en el empleo completo
tiene su propia delincuencia.

La depresión conduce directamente al desempleo.
Este, a su vez, produce migraciones internas y externas en busca
de trabajo; así, la crisis actual a través del
aumento de la movilidad, efectuada en las peores
condiciones.

Como consecuencia de la crisis, suele presentarse un
proceso de inflación, frecuentemente exagerada, lo cual
contribuye a la inestabilidad general; se produce la ruina de los
que tenían ahorros, de los jubilados, de los tenedores de
bonos o títulos de valor fijo, públicos o
privados.

Es natural y explicable que las necesidades primarias
urgentes conduzcan a muchos a cometer delitos de los cuales, de
otro modo, se hubieran mantenido alejados. En relación con
estos fenómenos y tentaciones, hay que observar que parece
más peligrosa que la pobreza continuada, la que se
presenta como consecuencia de cambios bruscos, sobre todo en
sectores sociales enteros que estaban acostumbrados a ciertos
bienestares.

Lugar preferente merecen las repercusiones
psicológicas de la crisis. Los obreros parados se vuelven
nerviosos, irritables, prontos a la reacción violenta o
totalmente abatidos; pero aún en el abatimiento, y a
través de mecanismos fáciles de comprender, suelen
presentarse momentos explosivos; se despiertan sentimientos de
repudio hacia la sociedad; el padre y el marido pierden su
autoridad de tales, toda vez que no pueden cumplir sus funciones
de mantenedores del hogar; los suelen separarse, mientras uno
busca trabajo lejos del hogar; éste se coloca en
vías de deshacerse, porque los hijos se lanzan a la calle,
donde integran pandillas infantiles y juveniles dedicadas a robar
para obtener lo que el hogar no les da.

Prosperidad y Delito.-

Desde antiguo, pudo comprobarse que las condiciones
sociales tienen influencias contradictorias; si a la pobreza, la
crisis periódica, la desocupación favorecen la
aparición de ciertos tipos de delitos, es también
verdad que la prosperidad, social e individual, provocan el
incremento de otros tipos delictivos.

Ya Lombroso hacía notar que el buen salario
ocasionaba el que los obreros debieran más y cometieran,
por tal razón, más delitos violentos.
También observó que la riqueza posee su
criminalidad peculiar pues ofrece determinadas oportunidades y
especiales incentivos entre los cuales no deben descuidarse las
mayores probabilidades de impunidad.

Ya el simple sentido común nos inclina a creer
que las estafas, las defraudaciones, los fraudes en general,
aumentan en los períodos y entre las personas
prósperas; allí se presenta la oportunidad para
cometerlos. Por otra parte, es en las clases
económicamente más poderosas donde se dan delitos
típicamente capitalistas, tales como: destrucción
de materia prima para lograr alzar de precio, propaganda desleal,
trusts y monopolios, etc.

Barnes y Teeters han demostrado, además, que es
en las etapas de auge cuando florece las pandillas de
delincuentes; eso puede explicarse porque existen más
oportunidades de dinero fácil y menos desconfianza de
parte de las personas que poseen bienes; confianza que sufre
agudos retraimientos durante los períodos
depresivos.

El hecho de que el delito descienda durante las
épocas de prosperidad y se dé en menos
proporción en la clases acomodadas y ricas pueden
corresponder a una tendencia general de la realidad; pero
también se debe, sin duda, en buena parte, a fallas
estadísticas, la que no se refieren a delitos realmente
cometidos si no a los condenados judicialmente; ahora bien: ya
sabemos que la policía y los Jueces son menos estrictos en
épocas de prosperidad; y de los ricos que comenten delitos
difíciles de descubrir y probar y cuentan con defensores e
influencias políticas que pueden anular la justicia
aún en casos en que la culpabilidad es clara.

Criminología de la delincuencia o
violencia juvenil

Violencia juvenil.-

Al enfocar el tema sobre la violencia juvenil conviene
mencionar: que la agresividad del hombre es algo innegable. La
agresividad es uno de los componentes afectivos humanos, se
manifiesta más o menos veladamente.

Durante largo tiempo se pensó que el niño
era una criatura blanda y pura y se minimizaron sus reacciones
agresivas. En nuestro tiempo o en la actualidad sabemos que desde
muy temprano se manifiestan sus pulsiones agresivas.

La agresividad puede considerarse como un periodo
pasajero o como parte de la evolución de la persona, sin
embargo vemos que el ambiente tiene importancia ya que influye en
el comportamiento agresivo.

Los delitos de violencia parecen haber aumentado en
niños y adolescentes en gran proporción dada que la
tasa de frecuencia de la delincuencia juvenil son a veces
demasiado elevadas en el mundo entero.

Según algunos investigadores este alto y severo
incremento de la delincuencia y violencia juvenil coinciden sobre
todo con los primeros años de las posguerras. La violencia
va íntimamente unida a la delincuencia juvenil y para
comprender este problema tenemos que considerar los factores
sociales, el ambiente familiar y la organización propia
del delincuente. Al hablar de delincuencia juvenil estamos
mencionando un subgrupo de jóvenes cuya conducta no se
guía por unos cauces socialmente aceptados ni sigue la
misma pauta de integración de la mayoría sino que
por el contrario da lugar a un tipo de actividades que los
sitúa en franca oposición con la
legalidad.

Estas actividades o delitos mayores son los asaltos,
homicidios, violaciones, drogadicción, etc. o delitos
menores por robos, apropiación de vehículos,
etc.

La conducta delictiva juvenil suele comenzar hacia los
13 ó 14 años y alcanza su punto culminante entre
los 17 y 19 años. Que la delincuencia continúa
ligada a la miseria, su práctica se ha extendido
últimamente a los grupos socioeconómicos medios y
altos.

Sabemos que los jóvenes se sienten
atraídos por las masas porque al integrarse al grupo
afirman su personalidad a través de las acciones del grupo
y además logran conseguir lo que quiere ya que en las
masas, confluyen la violencia organizada de los miembros y la
actividad delictiva más o menos planificada y dirigida a
un fin.

Esta labor con los jóvenes es realmente
difícil ya que la reinserción no será eficaz
si en ella no colaboran todos los estamentos sociales que puedan
aportar ayuda y facilitar la incorporación del joven a la
vida pública.

Transición moral.-

Al adolescente se le plantea la independencia como algo
que debe conquistar para poder entrar a formar parte del mundo de
los adultos y dejar atrás la etapa infantil. Un adulto
toma sus propias decisiones, elige su vestuario, decide que
quiere comer, cuando ha de dormir y que va a comprar. El
adolescente se preocupa por conseguir que estas conductas
independientes pasen a formar parte de su propio repertorio, con
la esperanza de que le aseguren una posición en el mundo
de los mayores.

Dos son las principales fuentes de esta poderosa
motivación que le inspira la búsqueda de la
independencia: por una parte, las presiones sociales, y por otra
parte, la identificación con la independencia que observa
en los modelos adultos. Pero sus demandas chocan fuertemente con
la arraigada conducta de dependencia propia del estado infantil,
convirtiéndose en motivo de permanentes conflictos que
hacen que los jóvenes se sientan inseguros y confundidos
ante tan anhelada libertad. Así pues, aunque la desean
fervientemente, no desean menos conservar la seguridad y la falta
de responsabilidad que va ligada a la situación
dependiente (pero ciertamente confortable en otros aspectos) del
niño.

Tres son las libertades básicas que los
adolescentes exigen a sus padres: libertad de salidas y horarios,
libertad para adoptar y defender una ideología propia y
libertad para elegir y vivir un amor y una
profesión.

Estas libertades que los adolescentes anhelan dependen
de los límites que los padres establezcan con sus hijos,
de las relaciones padre-hijo. Que tendrán consecuencias en
el desarrollo de los adolescentes ya sean positivas o negativas
de acuerdo al tipo de límites impuestos.

Significado de moralidad.-

Moralidad deriva de la palabra latina moralis; Quiere
decir "costumbre, maneras o pautas de conducta que se conforman a
las normas del grupo".

En toda edad, se juzga al individuo por el grado en que
se aproxima a las normas del grupo; la mayor o menor conformidad
hace que se lo tilde de "moral" o "inmoral". Las expectativas del
grupo están definidas en sus reglas y leyes; ambas de
basan en las costumbres que prevalecen en el grupo.

Si el adolescente se conforma a las reglas y leyes de la
sociedad, el medio lo considera una persona moral. Incluso cuando
está en desacuerdo con tales prescripciones, a menudo se
adecua a ellas porque se da cuenta que es la actitud más
cuerda.

La persona inmoral es aquella que deja de conformarse a
las costumbres, reglas y leyes del grupo porque no está de
acuerdo con los estándares de este o porque se siente poco
obligada a su respecto.

Principios de la transición a la moralidad
adulta.-

La moralidad se desarrollo y puede ser controlada y
dirigida de manera que el individuo adquiera la capacidad de
conformarse a las expectativas de su grupo.

Para alcanzar la moralidad adulta se requiere de dos
hechos esenciales: primero, el adolescente debe cambiar las
actitudes y valores que componen sus conceptos morales de manera
que satisfagan las exigencias más maduras de una sociedad
adulta. Y segundo, él mismo, debe asumir el control de su
conducta.

Cambios en los conceptos morales.-

De sus padres, de los adolescentes y de otras personas
revestidas de autoridad el niño aprende lo que se
considera correcto y lo que se tiene por incorrecto. Los adultos
interpretan para él los códigos morales de la
comunidad y le aplican castigos cuando los viola. Los principales
cimientos de los códigos morales se echan en el hogar, si
bien la escuela y la iglesia también
contribuyen.

No importa cómo se forman los códigos
morales del niño – en el hogar, la escuela, en la
iglesia o en los cursos dominicales -, ellos no son adecuados
para satisfacer las necesidades más maduras del
adolescente. Deben ser revisados para conformarse a los
códigos que guían las vidas de los miembros adultos
de la comunidad. Esto es especialmente cierto en lo que respecta
a los códigos morales que tienen fundamentos religiosos.
Por ejemplo: el niño aprendió que Dios lo observa y
le dice que hacer y qué no hacer, y que luego lo
recompensa si obedece sus directivas y lo castigo si las
desobedece, ya no aceptara este concepto cuando comience a dudar
de sus creencias religiosas infantiles.

Clases de cambio.-

Los conceptos morales de la infancia deben modificarse
de muchas maneras para adecuarse a las necesidades del
adolescente. Entre otras cosas, se espera que el joven generalice
sus primeros conceptos.

La generalización de conceptos morales
específicos y su incorporación a un código
practicable de uso en cualquier situación es un proceso
gradual que continua durante los años de la
adolescencia.

Cuando el adolescente evalúa diferentes clases de
conducta en función de conceptos morales, es probable que
para él algunos tipos sean menos desagradables que otros.
Las cosas que eran malas en sus días infantiles ya no lo
son tanto.

Ahora atribuyen grados de importancia a diferentes
acciones; algunas de las cosas, que cuando era niño,
aprendió a ver como incorrectas, las ve ahora con mayor
tolerancia.

Finalmente, los conceptos morales deben cambiar si han
de adecuarse a las necesidades adolescentes en el sentido de que
debe haber una mayor preocupación por los motivos que
impulsan a una acción. Los niños tienden a
considerar un acto como bueno o malo sin tener en cuenta a
qué razón obedece. Ejemplo: Si creen que mentir es
reprobable condenan todas las mentiras y se niegan a reconocer
que en ciertas ocasiones podría justificarse no decir la
verdad.

Control interno de la conducta.-

El adolescente debe asumir el control de su propia
conducta de modo tal que la disciplina externa ya no sea
necesaria.

Este cambio redunda en beneficios del individuo y
también beneficia al grupo social. Cuando llegue al estado
adulto, el adolescente será considerado responsable de sus
actos; Ya no contara con padres y docentes para que le digan que
hacer y qué no hacer. Habrá de decidir por
sí mismo y luego actuar de conformidad con su
decisión.

El difícil control de la crisis
adolescente.-

La crisis es, ante todo un periodo de inseguridad, una
encrucijada que pone al sujeto en la necesidad de decidirse para
una dirección u otra.

El adolescente vive esta crisis que empieza con una
serie de conflictos, con los padres. No soporta más que se
le trate como a un niño, que no se le tenga confianza, que
no se le dé dinero y libertad. No soporta, sobre todo, que
se le controlen sus amistades, sus lecturas, sus diversiones, su
tiempo libre.

Los padres que quieren prolongar su niñez con
actitudes educativas hiperprotectoras y paternalistas, se
encuentran frente a una resistencia. En realidad, se ponen en
contra de una exigencia de espacio libre. El adolescente siente
que tiene que tomar él las decisiones sobre su porvenir.
La fuerza que le impide esta libertad aumenta su rebeldía
que terminará por romper las relaciones de sumisión
y dependencia.

Estos adolescentes, a los que no se ayuda a superar un
tipo de vida hedonista y se les abandona a sí mismos
cuando todavía son incapaces de auto controlarse, un
día, al enfrentarse con la seriedad de la vida,
serán incapaces de aceptar autoridades o tendrán
tendencias irracionales hacia los demás, y obraran como si
no existieran normas morales.

En los dos casos en adolescente no podrá
sostenerse y crecer. La pandorga a la que no se le concede el
hilo que pide según el viento que la lleva, empezara a
colear y caerá a pique en el suelo. Si por el contrario,
se le da demasiado hilo, se aflojara incapaz de sostenerse. Hay
que concederle solamente el hilo que necesita de manera que,
sosteniéndola en su empuje, se le permita ganar altura
según el viento.

Función de la disciplina en el desarrollo
moral.-

Disciplina quiere decir enseñanza o
instrucción, y su principal objeto es enseñar al
individuo a conformarse a las expectativas sociales hasta un
grado razonable. Además, le enseña que el mundo
responde a sus acciones personales de una manera ordenada, que
ciertos comportamientos siempre son seguidos de castigos y que
otros son elogiados por la sociedad.

La disciplina ayuda a los adolescentes a controlarse y
dirigirse con el objeto de tomar decisiones prudentes.

Elementos esenciales de la
disciplina.-

Si el adolescente tiene que aprender lo que la sociedad
espera de él, y sentirse motivado a controlar su conducta
para conformarla con las expectativas, la disciplina tiene que
incluir cuatro elementos esenciales: enseñanza de los
conceptos morales, recompensa por la conducta aprobada
socialmente, castigo por actos perversos intencionales y
coherencia de las expectativas sociales.

Enseñanza de los conceptos
morales.-

Muchos adolescentes creen, que cuando uno llega a la
adolescencia ya ha aprendido lo que el correcto e incorrecto y
que no necesita una preparación moral adicional. Esta
opinión está muy alejada de la verdad. A medida que
los horizontes sociales del adolescente se amplían, los
adolescentes deben conocer cuáles son los límites
en muchas nuevas situaciones y hasta donde llega la tolerancia de
la sociedad. La función de las reglas y leyes es la de
instruir al adolescente acerca de esos límites, no solo la
de restringir una conducta indeseable.

Si el adolescente aprende que no se puede fumar dentro
de la escuela, que está obligado a llegar a su casa antes
de las 11 cuando va a la escuela nocturna y que hay cierto
límite de velocidad para conducir un auto dentro de la
ciudad, sabe entonces que es lo que se espera de él. Es
posible que no esté de acuerdo con estas normas legales y
que intente violarlas, pero es consciente de que va a tener que
enfrentar algunas consecuencias si lo hace.

Recompensa por la conducta socialmente
aprobada.-

Las recompensas tienen dos fines: son instructivas,
porque informan al adolescente que su conducta ha tenido la
aprobación social y que se la considera "buena"; y afirman
el yo porque estimulan al adolescente para que continué
actuando de la misma manera.

Algunos adultos creen que las recompensas hacen sentir
vanidosos y otros piensan que las amenazas de castigo, más
bien que los premios, son una motivación más
poderosa para el mantenimiento de la buena conducta.

Pero de acuerdo con las evidencias, las recompensas no
traen malas consecuencias, por el contrario, proporcionan una
fuerte motivación para conformarse a las expectativas de
la sociedad. Sin embargo, las recompensas deben ser adecuadas a
la etapa evolutiva.

Las recompensas materiales (ropa, dinero, música,
etc.) son aceptables en general para el adolescente si tienen un
valor prestigioso para el grupo de pares. La mejor recompensa
para los adolescentes es el elogio. Muchas veces los comentarios
de los padres y adultos sobre los adolescentes son más
críticos, por lo tanto, una actitud amable es un alivio
para el adolescente. La alabanza no solo afirma al yo sino que
tiene un gran valor educacional.

Castigo de las malas acciones.-

El castigo tiene dos funciones principales: disuade de
repetir acciones socialmente indeseables y muestra al adolescente
que es lo que el grupo social considera una mala acción.
Si el castigo ha de incitar al adolescente a evitar una conducta
que la sociedad no aprueba, el debe considerar el castigo como
justo y merecido. De otra manera, su resentimiento debilitara su
deseo de no reincidir en el futuro. La severidad del castigo,
debe ser coherente con la gravedad de la mala acción, por
ejemplo, el castigo no debe ser tan severo por llegar tarde a
clase como por cometer fraude.

Con demasiada frecuencia, el castigo es impuesto por un
adulto que está enojado por la acción del
adolescente. En tal caso, la severidad de la pena refleja
más el estado emocional del adulto que la gravedad de la
acción. Además, los adultos suelen juzgar las malas
acciones en función de sus propios valores (no de los del
grupo de pares) y aplican castigos de conformidad con
ellos.

Si se desea que el castigo ayude al individuo a obtener
el autocontrol, entonces debe reunir determinadas
características:

  • 1. Debe tener relación con la mala
    acción.

  • 2. Ha de ser cierto y coherente.

  • 3. Ha de ser limpio y justo a juicio del
    adolescente.

  • 4. Debe ser impersonal.

  • 5. Tiene que ser constructivo y llevar al
    control interno.

  • 6. Debe ser demorado hasta que se comprenda el
    motivo del infractor.

  • 7. No debe suscitar un indebido acceso de
    temor.

  • 8. No debe significar la imposición de
    trabajos extraordinarios no relacionados con el acto que
    provoca el castigo.

El castigo se aplica con menor frecuencia a medida que
los adolescentes se acercan a la madurez legal. Los varones de
toda edad sufren más castigos que las chicas y
también tienden a ser más rebeldes que estas
respecto de las normas legales y los reglamentos.

Cuando el adolescente piensa que el castigo es justo y
merecido tienden a aceptarlo y no guarda rencor ni interpreta que
el correctivo es una señal de desamor por parte de sus
mayores, tampoco busca vengarse aunque muchas veces el
adolescente rebelde e inmaduro mientras más se le
castigó más desobediente es.

Coherencia de las expectativas
sociales.-

La importancia de la coherencia en la disciplina reside
en que el adolescente se informa cuáles son sus
límites y libertades. Proporciona al adolescente una
sensación de seguridad y elimina la confusión. Le
enseña que existe un ordenamiento moral en el mundo. La
falta de coherencia hace que el joven pierda el respeto tanto a
quienes lo disciplina como a sus reglas.

Métodos disciplinarios.-

Los métodos para el control de la conducta
juvenil pueden ser distribuidos en tres sistemas generales: el
autoritario, el democrático, el permisivo. Difieren por la
forma en que tratan de controlar la conducta y actúan de
manera distinta sobre el adolescente.

La elección de algunos de los sistemas de control
depende en gran parte del empleado cuando el adolescente era un
niño. Ejemplo: Si sus padres estuvieron convencidos de que
el control autoritario era el mejor método para educar a
los niños o también si concurrió a una
escuela donde las normas eran severas, hay probabilidades de que
sea sometido a un control análogo como
adolescente.

Los métodos disciplinarios varían
según el lugar de residencia de la familia, su
composición, su status socioeconómico y muchos
otros factores.

a) Disciplina autoritaria:

Poco o ningún intento se hace de explicar al
adolescente el fundamento de la regla que debe obedecer. Se
supone que la violación de reglas es intencional y que el
adolescente no tiene oportunidad de explicar su conducta. El
castigo es casi siempre corporal, a menudo riguroso y a veces
cruel. No se dan recompensas (ni siquiera palabras de elogio) por
la buena conducta.

b) Disciplina democrática:

Existe el convencimiento de que el adolescente tiene
derecho a saber porque se le impone determinada regla. Antes de
la administración de un castigo, el adolescente tiene la
oportunidad de explicar porque ha actuado contra la norma. La
pena tiene relación con el acto cometido y su severidad
iguala la gravedad del acto. En los casos de buena conducta el
adolescente recibe recompensas, principalmente en forma de
elogios.

c) Disciplina permisiva:

Los padres o los docentes no establecen regla alguna; se
permite que el adolescente haga lo que considera correcto. El
castigo es raro porque no existen reglas que puedan violarse.
Existe el convencimiento de que el infractor aprenderá de
las consecuencias de su proceder que este es incorrecto. No se
dan recompensas por las buenas conductas; se cree que la
aprobación social será suficiente
recompensa.

Hacia una moral autónoma y
responsable

El adolescente deja de seguir una moral impuesta y
recibida, para llegar a una libre aceptación de aquellas
normas morales que él piensa justas y necesarias. Su
capacidad de razonamiento y de comprensión, que le hacen
inteligibles las normas abstractas y generales, permiten al
adolescente ser más independientes en sus juicios. El
proceso de independencia de los padres y de los adultos hace que
asiente sobre nuevas bases, los valores morales y la conducta
correspondiente.

Pero, en correlación con las experiencias
sociales de grupo, el adolescente tiende en los primeros tiempos,
a asemejarse a los amigos o compañeros y a compartir la
escala de valores que el grupo vive.

Progresando mas, da el paso, de una regla impuesta por
el ambiente social, a una regla interna que brota de la
conciencia autónoma. La conciencia de obediencia y
obligación del niño, se convierte en conciencia del
deber. El adolescente no llega de improviso a una moral personal.
Tres son las fases de este proceso:

  • Rechazo de la moral familiar.

  • Conformismo con la moral del grupo.

  • Con su propia escala de valores.

Al desarrollarse la imagen ideal de sí mismo, el
adolescente desarrolla también una conciencia moral que no
se mantiene por el miedo al castigo, sino que se funde con el
deseo de realizar un ideal propio.

Si ha elegido una carrera, sabe que ha de esforzarse
para seguirla, sabe que si falla en esto, está actuando en
contra del estilo de vida que él mismo ha escogido. El
centro de gravedad de la conciencia moral se ha centrado
finalmente en el Yo: "Yo obedezco únicamente a mi propia
conciencia".

Significado de los valores.-

Un valor es parte del comportamiento de la persona que
lo ayuda a portarse bien o mal. En la vida existen valores como
por ejemplo:

  • Lo bueno y lo malo.

  • La verdad y la mentira.

  • Lo honesto y lo deshonesto, etc.

¿Cómo se forman los
valores?

Los valores se van formando desde la niñez paso a
paso hasta llegar a la adolescencia, para eso es necesario
orientar mediante:

* Mensaje a los padres.

* Educación en la casa.

* Educación en la escuela.

* Relación con los amigos.

El adolescente como parte de su crecimiento y
aprendizaje cuestiona y rechaza algunos valores que padres,
profesores y personas mayores le inculcan y enseñan. Es
una forma de encontrar independencia y es precisamente en esta
etapa que trata de imitar otras formas o modelos de
comportamiento que ve en los artistas, líderes, y donde
muchas veces se ve influenciado equivocadamente. Por tal motivo
es que es necesario formar estos valores desde etapas iniciales
de la vida.

La nueva personalidad: intereses- ideales-
valores.-

¿Que desea, que espera, que sueña el
adolescente? Las esperanzas de los adultos y de la sociedad, el
influjo del ambiente, las oportunidades que se les ofrecen, los
valores e ideales del grupo en que se siente identificado,
explican solo en parte lo que él sueña.

"Durante la infancia el niño actúa
imitando los modelos que se les ofrecen. Más tarde, asume
una importancia extraordinaria él estimulo que viene de
las recompensas prometidas o esperadas".

Pero el adolescente es capaz de ampliar este estrecho
horizonte. Es él quien se construye ahora otra escala de
valores, se ve distinto de cómo lo ven los padres o
maestros y educadores. Espera hallar un camino que le conduzca a
la conquista de su propia identidad y le capacite para realizarse
según un plan o un proyecto suyo propio.

El adolescente quiere ser "él"
mismo.-

El idealismo es una cualidad frecuente y elogiable, pero
muchos de los adolescentes son tan elevados que forzosamente han
de terminar en una amarga desilusión. Cuando sea
más maduro, pondrá la imagen o ideal de sí
mismo y sus aspiraciones, más al nivel de la realidad
encontrara el equilibrio entre lo real y lo ideal, cuando
aprenda, de los fracasos y las desilusiones lo que le es
realmente posible.

Hasta los niños en la edad escolar, sueñan
con ser pilotos, exploradores, campeones de fútbol o
capitanes de navío, etc.

Pero, solamente en el adolescente mayor, estos proyectos
empiezan a aterrizar y orientar la personalidad todavía
inmadura.

Causas de la falta o exceso de
límites en la adolescencia.-

Las fechorías

Al final de la infancia y de manera gradual aumenta el
deseo de alcanzar la independencia del control adulto y de
obtener la estima del grupo de pares. Si la autoridad adulta se
hace más estricta, la conducta del joven seguirá
siendo perturbadora.

La mala conducta no obedece a una única
causa

Al adolescente le importa mucho mas conformarse con los
ideales y normas del grupo, que quedar bien ante los adultos.
Estos están del "otro lado". Los amigos constituyen para
el adolescente, un válido apoyo porque le ofrecen
solidaridad, amistad y sobre todo apoyo afectivo en los momentos
en que sufre por la separación de los padres. En el grupo,
se comparten los mismos problemas, temores, aspiraciones y se
crean lazos profundos.

Es la edad en que los muchachos hablan mucho entre
sí, confiando pensamientos y estados de ánimo,
ofreciéndose recíprocamente la utilidad de un
desahogo emotivo. El grupo de adolescentes se forma de manera muy
distinta del grupo de muchachos de la edad escolar. Aquí,
lo que vale no es la vecindad o ser compañeros de estudio,
sino la identidad de ideales, aspiraciones, tendencias y
afinidad. Es muy propia de estos grupos la discriminación
en razón de la clase social, ideologías
políticas, etc.

Con los amigos, el adolescente encuentra y comparte
valores y modelos nuevos de vida, para sustituir a los recibidos
en familia. Es real el peligro de que el grupo de jóvenes
degenere en la delincuencia o en actitudes antisociales como la
drogadicción, el desgaste de las fuerzas físicas
por el abuso de bebidas, relaciones sexuales desordenadas,
etc.

Por eso, habría que favorecer la formación
de los grupos juveniles de carácter artístico,
deportivo, social y religioso, cultural o de
investigación. Estos grupos animados por ideales nobles y
elevados, favorecen enormemente el desarrollo de una personalidad
madura.

Causas de las fechorías
adolescentes.-

  • Ignorancia de lo correcto y de lo incorrecto:
    La falta de preparación o la preparación
    defectuosa en el hogar o en la escuela causa confusión
    y lleva a la comisión de fechorías,
    especialmente en los adolescentes jóvenes y en los de
    grupos socioeconómicos inferiores.

  • Frustraciones: las grandes frustración
    experimentadas en el hogar o en la escuela llevan muchas
    veces a cometer malas acciones "para cobrárselas" los
    hechos mal intencionados son comunes entre quienes sufren el
    rechazo o el menos precio de sus pares.

  • Búsqueda de atención: El
    adolescente a quien no se presta la atención que
    ansía, puede violar reglas con la esperanza de
    despertar admiración por su audacia. Incluso es
    probable que se canse de sus acciones y exagere su
    perversidad.

  • Deseo de excitación y emoción:
    cuando la vida parece aburrida, el joven puede tratar de
    conseguir algunas emociones cometiendo actos prohibidos, como
    la ingestión de alcohol y de drogas.

  • Afirmación de independencia: para
    convencerse a si mismo y a sus pares de que es independiente,
    es probable que el adolescente haga ostentación de
    autoridad, a menudo como consecuencia de un desafió
    interpuesto por aquellos. En este caso, los actos reprobables
    se utilizan como vehículos para magnificar la
    personalidad y obtener la estima de los pares.

Formas comunes de fechorías.-

Las fechorías comunes en la adolescencia se
pueden distribuir en cuatro grupos, de acuerdo con las reglas que
en cada caso se violen:

  • A) En el hogar: incluyen la
    desobediencia intencional y el desafió a la autoridad
    paterna. Otras acciones objetables son las agresiones
    verbales a los hermanos, los estallidos temperamentales, la
    destrucción y vuelco de cosas, el tratamiento rudo de
    amigos de la familia y de parientes, el hábito de
    mentir, hurtos menores en perjuicio de padres y hermanos,
    lentitud en el cumplimiento de tareas rutinarias, la
    evasión de responsabilidades, la discusión con
    los padres y la fuga del hogar.

  • B) En la escuela: los actos de
    este tipo que se registran con mayor frecuencia son: el
    abandono de la clase, las llegadas tarde o faltas no
    justificadas, la falsificación de la firma del padre
    en una nota de excusa, la conversación e
    interrupción a otros en clase, el fraude, la falta de
    preparación de los trabajos encargados, las amenazas a
    otros estudiantes en especial a los de físico o
    pequeño, a miembros de grupos minoritarios o buenos
    alumnos, la rudeza e insubordinación, fumar, ingerir
    bebidas alcohólicas, las peleas, el tirar objetos, la
    mentira y los actos sexuales ilícitos.

  • C) En la universidad, los actos
    con similares que en la escuela secundaria.

  • D) En la comunidad, la
    mayoría de estos actos de inconducta o
    trasgresión a las normas de conducta tiene que ver con
    actividades recreativas y ocurre por lo general cuando los
    adolescentes no se encuentran en el hogar ni en la escuela. A
    menos que los jóvenes tengan responsabilidades
    hogareñas u ocupaciones que los mantenga atareados
    después de clase, en los fines de semana y durante las
    vacaciones, la abundancia de tiempo libre es propicia para la
    comisión de hechos reprobables. En muchas comunidades
    los adolescentes se quejan de que no hay nada que hacer,
    luego, para lograr cierta excitación intervienen con
    frecuencia en hechos enojosos para los
    demás.

Muchas de las recreaciones de los adolescentes
más jóvenes en especial del sexo masculino son
perniciosas aunque no entren en conflictos con la ley, cosas como
hacer la rabona, fumar, beber, viajar a dedo, ser agresivos con
el sexo opuesto o con miembros de otra camarilla. Se entregan al
juego suicida de tenderse en las carreteras y la
conducción de autos a grandes velocidades.

Delincuencia juvenil.-

Se llama delincuencia a una serie de conductas que son
condenables por la ley. La familia y la estructura social pueden
ser los responsables de la violencia. La delincuencia es
considerada más que todo un problema social y es un
fenómeno cada vez más evidente, en nuestro
país, en todo el mundo y en especial en
occidente.

En muchos casos la actividad delictiva comienza a
manifestarse por pequeños robos a los compañeros,
en la escuela, en el colegio o en el supermercado. Luego, se hace
más intensa y se llega a los actos delictivos más
graves. En otros casos, la delincuencia esta en relación
con la situación socioeconómica de la familia y del
país: problemas familiares, como padres
alcohólicos, divorciados, con graves conflictos
conyugales, con trastornos de personalidad, personas con pocas
expectativas para el futuro, con poca preparación
académica, sin trabajo entre otros.

Algunos de los hechos delictivos más comunes son:
robos, estafas, homicidios, intimidaciones, fugas, violaciones,
etc. Se puede concluir que la delincuencia es el producto de
crisis en el hogar, la escuela y la sociedad.

Los actos delictivos de los jóvenes son
manifestaciones de venganza contra la autoridad, el
egoísmo, la intransigencia. Esta forma de manifestarse en
contra de lo que le parece injusto se debe a que el adolescente
no posee dominio de sí, le atraen las emociones fuertes y
el grupo influye poderosamente sobre él.

El joven generalmente, rechaza los consejos de los
padres y demás adultos por considerarlos anticuados, por
estas en el "viejazo", sin embargo, tiene una gran necesidad de
cariño, comprensión, ayuda y comunicación
con sus padres u otras personas mayores.

Influencia social en la delincuencia
juvenil.-

La delincuencia y sus expresiones violentas se explican,
muchas veces, por el cuadro social.

La sociedad de consumo tiene una especial influencia
sobre la juventud con el fin de conseguir cosas. El auto, la
moto, el equipo de sonido, ropa de marca, teléfonos
celulares, son algunos de los productos que se ofrecen
constantemente en el mundo comercial a los jóvenes. Todo
esto sumado a los cambios fundamentales de las condiciones de
vida, los cambios en los valores sociales, éticos, y
morales, la inseguridad sociopolítica y económica,
producen tensiones que facilitan el paso de los jóvenes a
la delincuencia.

Está claro que la pobreza no es sinónimo
de delincuencia pero es más probable que lleve a ella por
necesidades.

El alcohol y las drogas.-

Los adolescentes pueden estar envueltos en varias formas
con el alcohol y las drogas legales o ilegales. Es común
el experimentar con el alcohol y las drogas durante la
adolescencia. Desgraciadamente, con frecuencia los adolescentes
no ven la relación entre sus acciones en el presente y las
consecuencias del mañana. Ellos tienen la tendencia a
sentirse indestructibles e inmunes hacia los problemas que otros
experimentan. El uso del alcohol o del tabaco a una temprana edad
aumenta el riesgo del uso de otras drogas luego. Algunos
adolescentes experimentan un poco y dejan de usarlas, o
continúan usándolas ocasionalmente sin tener
problemas significativos. Otros desarrollarán una
dependencia, usarán drogas más peligrosas y se
causarán daños significativos a ellos mismos y
posiblemente a otros.

La adolescencia es el tiempo de probar cosas nuevas. Los
adolescentes usan el alcohol y las otras drogas por varias
razones, incluyendo la curiosidad, para sentirse bien, para
reducir el estrés, para sentirse personas adultas o para
pertenecer a un grupo. Es difícil poder determinar
cuáles de los adolescentes van a desarrollar problemas
serios. Los adolescentes que corren el riesgo de desarrollar
problemas serios con el alcohol y las drogas son:

  • Con un historial familiar de abuso de
    substancias.

  • Que están deprimidos.

  • Que sienten poco amor propio o
    autoestima.

  • Que sienten que no pertenecen y que están
    fuera de la corriente.

  • Falta de límite por parte de los padres y
    otros adultos desde la niñez.

Los adolescentes abusan de una variedad de drogas, tanto
legales como ilegales. Las drogas legales disponibles incluyen
las bebidas alcohólicas, las medicinas por receta
médica, los inhalantes (vapores de las pegas, aerosoles y
solventes) y medicinas de venta libre para la tos, la gripe, el
insomnio y para adelgazar. Las drogas ilegales de mayor uso
común son la marihuana, los estimulantes (cocaína),
LSD, los derivados del opio, la heroína y las drogas
diseñadas (éctasis).

El uso de las drogas ilegales está en aumento,
especialmente entre los jóvenes o adolescentes. La edad
promedio del que usa marihuana por vez primera es 14, y el uso
del alcohol puede comenzar antes de los 12 años. El uso de
la marihuana y el alcohol en la escuela superior se ha convertido
en algo común.

El uso de las drogas está asociado con una
variedad de consecuencias negativas, que incluyen el aumento en
el riesgo del uso serio de drogas más tarde en la vida, el
fracaso escolar, el mal juicio que puede exponer a los
adolescentes al riesgo de accidentes, violencia, relaciones
sexuales no planificadas y arriesgadas y el suicidio. Los padres
pueden ayudar en la educación a temprana edad acerca de
las drogas, estableciendo comunicación, siendo ejemplo,
modelo y reconociendo desde el comienzo si hay problemas en el
desarrollo.

Algunas de estas señales de aviso pueden
también ser señales indicativas de otros problemas.
Los padres pueden reconocer las señales de problemas pero
no se espera que ellos hagan el diagnóstico. Una manera
eficaz para los padres demostrar su preocupación y afecto
por el adolescente es discutir francamente con éste el uso
y abuso de las bebidas alcohólicas y de las otras
drogas.

El primer paso que los padres deben de dar es el
consultar con un médico para estar seguros de que las
señales de aviso que descubren no tengan causas
físicas. Esto debe de ser acompañado o seguido por
una evaluación comprensiva llevada a cabo por un
psiquiatra de niños y adolescentes.

Sociología
y
psicología criminal

Definición y concepto de
Sociología.-

Son muchas las definiciones que se han ensayado con el
objeto de delimitar el concepto de Sociología:
Littré, la define como la "ciencia del desarrollo de las
sociedades humanas"

Max Weber, como una ciencia que se propone entender el
obrar social interpretando su sentido. Bouman la define como la
"ciencia de la vida humana tal como se desarrolla en grupos u
otras referencias sociales"; otros autores la denominan
sencillamente "ciencia de la sociedad" o "ciencia de las
sociedades". Augusto Comte, su creador, la ideó a la
manera de una "física social", que se encarga del estudio
de las entidades sociales, de las sociedades humanas tal y como
son, pero no como debieran ser, esto es, prescindiendo de todo
juicio de índole normativo o axiológico, a la
manera de las ciencias naturales, causales explicativas, que se
caracterizan por el empleo del método denominado
"positivo". Quiere esto decir que la Sociología no
pretende encauzar en forma alguna la vida de las sociedades, sino
realizar el estudio ordenado, sistemático,
científico, de los fenómenos sociales – de los
cuales el delito es sin duda el más grave e inquietante –
de la misma manera que la física se encarga de estudiar la
mecánica de los cuerpos, y la química las
combinaciones y reacciones de las substancias.

Consideraciones sobre Sociología
Criminal.-

La sociología criminal es una ciencia
todavía en gestación; todos los ilustres
sociólogos han expuesto hasta atrevidas teorías
pero todas ellas tienen un fondo de incertidumbre, sobre todo
cuando tratan de enumerar las verdaderas causas de la
criminalidad. Algunos autores sostienen que en el acto criminal
entran un complejo de factores algunas veces difíciles de
determinar.

Otros como Lombroso dicen que la causa del acto criminal
está constituida por las condiciones anómalas del
criminal; para Maxwel, esa causa consiste en dos elementos:
individuo y sociedad, otros sostienen que es la falta del libre
arbitrio, y por último, hay quienes digan que las
únicas causas de la criminalidad están constituidas
por la suma de las tres categorías de factores
estudiados.

Manzini nos dice que la "Sociología Criminal es
la ciencia descriptiva que realiza la historia natural de la
delincuencia".

"En su rama biosociológica, la Sociología
Criminal estudia los caracteres individuales del delincuente, con
el fin de determinar las causas del delito y su grado de
temibilidad social; en su rama jurídica, estudia la
legislación preventiva y represiva de la
delincuencia".

Según su fundador, Enrico Ferri, la
sociología criminal es una ciencia de observación
positiva que, fundándose en la antropología, la
psicología y la estadística criminal, así
como el Derecho Penal y los estudios penitenciarios, llega a ser
la ciencia sintética de los delitos y las
penas.

La sociología criminal no estudia el problema de
la criminalidad más que en uno de sus muchos aspectos. Se
ocupa sólo de la relación que existe entre el autor
del delito, como sujeto activo, con la sociedad. Estudia el acto
delictuoso como un acto puramente objetivo. Las condiciones
internas que motivan el hecho, y la manifestación de la
voluntad, son del resorte de otra ciencia, la Psicología
Criminal, importante auxiliar de las demás ciencias que
con el problema que venimos estudiando se relacionan.

La sociología criminal se diferencia de la
sociología general en que, mientras la primera se ocupa
únicamente del fenómeno de la criminalidad, la
segunda estudia todos los fenómenos en general que
influyen y modifican el desarrollo y progreso evolutivo del
organismo social.

La infracción es un término que significa
la violación de una ley o de un precepto de la autoridad,
por lo que se incurre en una sanción penal.

La sociología criminal se auxilia de las
siguientes ciencias para poder cumplir bien su cometido: de la
Antropología Criminal, Etnografía,
Psicología Criminal, Psiquiatría,
Neurología; en fin, de la Estadística Criminal,
base ordinaria y eficaz de todas las observaciones
sociológicas.

Arguye Ferri que la sociología criminal es una
ciencia positivamente de observación, realista. La
considera como síntesis y fundamento de las ciencias
anteriormente enumeradas y aún del Derecho Penal. Es
decir, constituye una ciencia en la que se resumen el delito, el
delincuente y la pena. Al asentar la etiología de la
criminalidad otorgándoles toda importancia al influjo de
los factores antropológicos, físicos y sociales,
rechaza la teoría del libre albedrío como base del
derecho penal, y, al proclamar que el delincuente es un ser
anormal física y psíquicamente, sugiere las bases
de la responsabilidad social.

Por último Ferri, elabora una
clasificación de los delincuentes desde el punto de vista
de su constitución física, más bien de sus
funciones orgánicas y psíquicas. Cree que el tipo
del criminal nato es característico que el criminal
habitual encuentra en el medio social las circunstancias
propicias que accionan sobre su anormalidad para llegar a la
comisión del acto delictuoso, como el loco y el
congénito, que carecen del sentimiento social y moral.
Asegura también que los delincuentes pasionales y por
ocasión, se caracterizan por su escaso dominio para evitar
en determinado momento la realización de un delito. Quien
delinque, dice Ferri, lo hace presa de una anormalidad ya
congénita o adquirida.

Rafael Garófalo también considera que la
criminalidad tiene su gestión en el ambiente social y en
contribución a las condiciones naturales del individuo,
por lo que toda misión represiva del delito debe tener muy
en cuenta que la criminalidad es un fenómeno social,
debiéndose estimar y considerar de extraordinaria
importancia los datos que los estudios antropológicos,
físicos y sociales proporcionen. Buscar las causas que
originen el delito es la misión de la Criminología,
síntesis de la ciencia del delincuente y de la ciencia de
la sociedad en relación con el delito.

 Aspecto social de la
criminalidad.-

Maxwel hace un ligero resumen sobre el aspecto social de
la criminalidad, en su obra "El Crimen y la Sociedad". El
carácter esencial de todo acto criminal dice, es el de ser
definido por la ley escrita o consuetudinaria y el de tener
señalada una sanción represiva. Este
carácter no es absoluto, sino relativo, pues varía
de acuerdo con las costumbres que profese cada sociedad. Los
actos que antiguamente se castigaban con la pena de muerte, hoy
no se castigan, y al contrario, actos que anteriormente no se
castigaban, hoy se castigan con penas demasiado
severas.

La noción de la criminalidad de un acto, depende
del juicio que se haya formado la mayoría de los miembros
del grupo social, acerca del acto que se ha reputado como
criminoso; la opinión de la mayoría es un
término medio y corresponde a las ideas y sentimientos
aceptados por la mayor parte de los ciudadanos. Toda idea o acto
contrario a esa opinión son considerados como punibles y,
por consiguiente, criminales. Pero todo depende de haberse
expresado la idea o cumplido el acto. La concepción de la
criminalidad es esencialmente relativa, y su realidad está
en relación con cada una de las sociedades existentes y
con el grado de evolución de las mismas.

Como consecuencia de lo anteriormente expuesto, es
fácil concluir que la concepción de la criminalidad
no puede tener una uniformidad variable, su uniformidad es apenas
aparente y sus elementos esencialmente variables como todo ser
viviente, están sometidas a la benéfica ley de la
evolución. La evolución en una sociedad se
manifiesta de diferentes maneras: ella prepara a veces la
modificación de ciertos caracteres étnicos y la
acción de condiciones comunes dotadas de energía
sobre la plasticidad de los seres. Este hecho es más
fácil de observar que el de la evolución
intelectual mucho más importante desde el punto de vista
criminológico. El cambio rápido y sorprendente que
algunas veces se lleva a cabo en los sentimientos e ideas de un
pueblo, es un fenómeno de observación fácil,
permanece como indeleblemente grabado sobre las ideas que ese
mismo pueblo se ha formado acerca de la criminalidad. Estas
modificaciones en la conciencia pública, tienen como
resultado trascendental, elevar ciertos actos a la
categoría de criminosos, como también el de dar ese
carácter a otros actos que, hasta cierto tiempo,
habían permanecido como indiferentes a la luz de la
justicia.

En un movimiento incesante, la opinión
pública se encarga de clasificar y desclasificar las
infracciones, y llega muchas veces hasta inventar nuevos delitos;
si nosotros llamamos progreso este movimiento, este intento de
cambiar las costumbres existentes, sin prejuzgar si estas
designaciones son verdaderas de una manera absoluta, tenemos que
reconocer necesariamente en la aparente uniformidad de la
criminalidad en una época y en una sociedad determinada,
dos elementos bien diferentes el uno corresponde a aquellas
infracciones a las que el progreso conservará su
naturaleza criminal, y el otro, a aquellas que, por el progreso,
pierden la citada naturaleza. Se pueden citar ciertos actos que
teniendo en cuenta el lugar, tiempo y época fueron actos
de marcado carácter criminoso y que el tiempo los ha
tomado en grandes virtudes. Sócrates quien fue un criminal
a los ojos de los jueces Atenienses y condenados a tomar la
cicuta, ha permanecido en la historia como un modelo de virtudes.
Otro ejemplo lo encontramos en Galileo, condenado a retractarse
por lo que había escrito acerca del movimiento de la
Tierra. El fenómeno inverso se observa en la
reprobación del poder social al delito criminoso, el cual
es más terrible hoy que en épocas
anteriores.

En realidad, la noción del acto de
carácter criminal es contingente y relativa.
Garófalo trata de establecer el delito natural y lo define
en relación con la piedad y la probidad, porque, por la
evolución, estos sentimientos se vuelven criminales y es
preciso que ellos hieran, no sólo la parte superior y
más noble de los demás sentimientos, sino
aún, en la proporción misma y en el aprecio de que
gozan dentro de la misma comunidad, ya que esto es indispensable
para la adaptación del individuo en la
sociedad.

La criminalidad según algunos autores, puede
definirse, como el mayor o menor grado de nocividad que sobre un
acto se forme juiciosamente, la mayoría consciente, de un
conglomerado social.

Delmas y Boll dice: "El perverso en toda ocasión
pretende burlar las leyes o violarlas, su mayor placer
está en hacer el mayor daño posible, en destruir
cuanto encuentra a su paso, y en inducir a todos los que le
rodean a sus tendencias criminales".

La criminalidad, entendiendo por tal concepto la
infracción de la ley penal, se nos revela como un
fenómeno de la naturaleza social, en el sentido de ser el
fruto de la vida en sociedad, pues el hombre en el estado de
aislamiento absoluto, no podría llegar a ser un criminal,
pues el individuo en estas condiciones gozará de derechos
absolutos sin deberes correlativos, y su conducta no
podría ser considerada ni social ni antisocial. La
voluntad del individuo criminal pierde el sentimiento de la
solidaridad y se coloca en franca rebeldía contra esa
voluntad colectiva expresada por medio de una ley, un
hábito o una costumbre.

¿Estando en el más completo aislamiento,
puede el peor de los criminales cometer un asesinato? Seguramente
que no, pues para que exista el delito es menester la presencia
de un agresor y una víctima. "Julio Verne en su novela "la
Isla Misteriosa", nos relata que Ayrton, criminal escapado de
Norfolk y pirata, una vez que fue descubierta su identidad se le
amenazó con entregarlo a las autoridades inglesas, pero
él prefirió ser abandonado en una isla desierta del
Pacifico, donde jamás volvería a tener tratos con
los hombres. Vivió en su aislamiento doce años
aquel criminal, naturalmente sin cometer un solo delito.
¿A quién podía lesionar injustamente, si
vivía en el más completo aislamiento? En cuanto vio
a Albert uno de los componentes de la expedición que iba a
rescatarle, pretendió darle muerte".

Por todo lo hasta aquí expuesto, es un hecho
innegable que el crimen, social en su origen, se torna antisocial
en sus consecuencias.

En la criminalidad podemos observar un verdadero
conflicto de voluntades: de un lado, la voluntad perversa del
hombre delincuente, siempre dispuesto a atentar contra la vida,
honra y bienes de sus conciudadanos, y de otro lado, la voluntad
de la colectividad, siempre alerta a defender no sólo el
patrimonio económico sino también el patrimonio
moral de todos los elementos que la constituyen. La
infracción es, pues, el producto de dos factores: factor
individuo y factor sociedad. Cada uno de estos factores tiene una
acción propia y caracterizada en la evolución y
producción del fenómeno sociológico y
criminal.

Psicología
Criminal.-

Ciencia que estudia el alma del delincuente sus
facultades y operaciones en relación con el delito o con
la propensión a delinquir. Constituye pues, un aspecto de
la criminología.

La psicología criminal ha rebasado el
límite de la observación individual del sujeto
antisocial extendiéndose hacia estudios de la conducta
criminal y de los factores psicológicos que influyen en la
criminalidad, ya sean individuales o colectivos.

Se reconocen cuatro ramas científicas para la
observación psicológica de la
personalidad:

  • 1. La Psicología Criminal: trata
    de averiguar de conocer qué es lo que induce a un
    sujeto a delinquir, qué significado tiene esa conducta
    para él, porqué la idea de castigo no le
    atemoriza y le hace renunciar a sus conductas criminales; la
    psicología criminal trata de averiguar su significado
    de manera histórico-genérica.

  • 2. La Psicología Judicial: que
    estudia su comportamiento en cuanto es imputado de un
    delito.

  • 3. La Psicología Penitenciaria:
    que lo estudia mientras está condenado, expiando una
    pena carcelaria.

  • 4. La Psicología Legal: que
    coordina las nociones psicológicas y
    psicopatológicas que ocurren par la aplicación
    de las normas penales vigentes sobre las condiciones del
    menor, del enfermo mental, del sordo mudo, del
    alcohólico así como de las circunstancias
    agravantes o atenuantes.

Diversos aspectos del psiquismo del
delincuente.-

  • 1) Longilíneo esténico:
    Estatura algo mayor que la media; buen desarrollo muscular y
    óseo; es más bien delgado, sin grandes masas
    musculares; la microesplacnia no es notable; son
    ágiles y esbeltos; de cráneo
    mesaticéfalo o braquicéfalo; en el aspecto
    hormonal, hay hipertiroidismo a veces combinado con
    hiperpituitarismo; buen desenvolvimiento sexual.

  • 2) El longilíneo asténico:
    Caracterizado por la delgadez, poco desarrollo óseo y
    muscular; no da la impresión de esbeltez que es propia
    del tipo anterior, sino más bien de flacura; notable
    micro esplacnia. En lo Endocrino, variedades puras y
    entremezcladas, casos de hiposuprarrenalismo, hipogenitalismo
    y más raramente hipoparatiroidismo; es clásico
    el hipetiroidismo.

  • 3) El brevilíneo esténico:
    Predominio de las medidas horizontales sobre las verticales;
    megaloesplacnia no exagerada; buen desarrollo óseo,
    muscular y sexual. Hay variedades
    hipotiroideo-hipersuprarrenales, hipergenitales e
    hiperpancreáticas.

  • 4) El brevilíneo asténico:
    Predominio de las medidas horizontales sobre las verticales;
    talla variable; poco desarrollo en el pecho; mucho en el
    abdomen. Adiposidades frecuentes y notables. Existen
    variedades hipopituitarias e
    hipotiroideo-hipopituitarias.

En el aspecto psíquico, los longilíneos
son taquipsíquicos; de reacciones rápidas;
sumamente inestables e irritables y con mayores exageraciones en
los tipos extremos. Los brevilíneos son
bradipsíquicos reaccionan lentamente y poseen una gran
estabilidad general.

Alcoholismo y
criminalidad

Importancia.-

Es de real importancia dentro de la criminología,
por eso es que se justifica el dedicarle una lección
aparte, las realidades entre el alcoholismo como causa, por una
parte, y las enfermedades mentales y la criminalidad como
consecuencias, sobre los estudios importantes realizados sobre la
materia, las opiniones emitidas por los autores son
uniformes.

En el siglo XVIII Montesquieu ya se preocupaba cuando
refiere a la distribución de los vicios y los delitos en
Europa Meridional, corresponde un mayor alcoholismo en la Europa
Septentrional, el alcoholismo y el delito se compensan, el
primero es equivalente del segundo. Tiene relación directa
con la delincuencia, es una droga tóxica, afecta a tejidos
y al sistema nervioso central.

Efecto del alcoholismo.-

Grado de atracción que el alcohol ejerce sobre el
individuo. Esta variación, varía desde una notoria
inclinación hasta una invencible repugnación,
producida la embriaguez será diferente según la
atracción o la repugnancia.

Sensibilidad individual frente al alcohol.
También aquí se dan grados que van del individuo
que puede ingerir cantidades relativamente grandes de alcohol sin
sufrir grandes alteraciones corporales o
psíquicas.

Cantidad y calidad de las bebidas. Este es un dato
puramente objetivo, dentro de estas atracciones ha podido
comprobar, por ejemplo que las bebidas destiladas ejercen una
influencia mayor en la aparición de la embriaguez que el
vino y la cerveza, lo mismo sucede con las especies de bebidas
los cuales pueden tener agregados al alcohol, otros elementos que
ejerzan una acción similar que se suma a la del primero,
la multiplica o lo disminuye (son los casos de whisky, el
ajenjo)

Causas del alcoholismo.-

  • 1) La herencia. La inclinación
    porque su influencia es frecuentemente sostenida y
    todavía no se ha dado pruebas para prescindir de ella,
    más puede suceder, como se explicará en la
    parte criminológica que se deba hallar principalmente
    de influencias congénitas ambientales, por ejemplo: un
    niño nacido en un hogar de alcohólicos se
    encuentra desde pequeño en condiciones adversas para
    llegar a desarrollarse normalmente desde el punto de vista
    corporal y psíquico.

  • Partes: 1, 2, 3
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter