Monografias.com > Historia
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La Guerra por Malvinas




Enviado por Matias Andres Prieto



Partes: 1, 2, 3

  1. Introducción
  2. Geografía de las Islas
    Malvinas
  3. Organización
    Política
  4. Historia de las Islas
    Malvinas
  5. El
    conflicto. Las razones que llevaron a la
    guerra
  6. La
    visita del Papa Juan Pablo II
  7. Crímenes de guerra
  8. Situación de las Malvinas después
    de 1982. Relación entre argentina y Gran
    Bretaña
  9. La
    cuestión de Malvinas en la Organización de
    Estados Americanos
  10. La
    cuestión Malvinas en la Asamblea General de las
    Naciones Unidas
  11. Anexos
  12. Conclusión
  13. Bibliografía
  14. Sitios Web usados

Introducción

  Hace ya 29 años, el 2 de
Abril de 1982, Argentina ponía en marcha una
operación naval y desembarcaba en las Islas, de esta forma
echaba a los ingleses de las Islas Malvinas.Pocas semanas
después, Londres envió una flota a recuperar el
honor y las tierras, y lo logró tras una guerra breve y
vertiginosa de 74 días, que terminó el 14 de
Junio.Las estadísticas dicen que en el conflicto
combatieron más de 12000 argentinos que lo dieron todo y
700 no volvieron a casa.Me parece importante resaltar que la
Guerra de Malvinas fue la única guerra que libró la
Argentina en el siglo XX.

En estas páginas tratare de mostrar
de diferentes fuentes, uno de los episodios mas crueles de
nuestra historia, la Guerra de Malvinas, donde el poder
político implementado por la fuerza (gobierno de facto),
recurre a lo más profundo del sentimiento argentino, para
lograr sus mas oscuros objetivos: Perpetuarse en el
Poder.

No se podría desvincular las causas
internas de las externas, que llevaron al pueblo argentino a
semejante situación. Partiendo de las causas internas,
donde se muestra la decadencia de un gobierno de facto que ha
fracasado en lo político, económico y social con
una escasa visión de la política internacional,
provocando heridas muy difíciles de cerrar ante el dolor
de las desapariciones de miles de personas, sumándole
además las muertes de esta guerra.

Las causas externas, con su más fiel
reflejo en los intereses de las grandes potencias de seguir
colonizando y muy especialmente las tierras del Sur, con pruebas
a la vista, la instalación de bases militares extranjeras
en nuestro territorio.

El recorrido por un pasaje histórico
de las islas, su situación geográfica, las causas y
consecuencias de la decisión de ir a la guerra, nos
permitirán llegar a una conclusión, que obviamente
no será definitiva, porque los historiadores seguramente
tendrán mucho mas que aportar, pero lo que no se
podrá dejar de citar es la invasión permanente de
las grandes potencias hacia Latinoamérica , como en el
resto del mundo, y las secuelas sobre todo en lo social que dejan
las guerras: muerte, desazón y
destrucción.

La Guerra de Malvinas golpeó
duramente al país, a los que vivimos en él, a los
argentinos en el mundo y originó muchas polémicas
en todos los sectores.

Sobre todo después, cuando
despertamos a la dura realidad, y se empezó a analizar
esta guerra que ha puesto de manifiesto la crisis en la que se
encuentra un modo de pensar la política y la
historia.

Seguramente deberá pasar mucho
tiempo, decisiones políticas de por medio, para combatir
la usurpación, para reivindicar a nuestros verdaderos
héroes, no los chicos, sino Nuestros Soldados, que
dieron su vida, que no es poco y allá quedaron, y por los
que vendrán para que esa sangre no haya sido derramada en
vano, se cambie el rumbo de las políticas, para que la
soberanía, la libertad y el trabajo sean los ejes de la
construcción de un país.

El violento despojo ocurrido en las Islas
Malvinas en 1833 constituye otra de las cuestiones aún no
resueltas en materia de "soberanía territorial" que afecta
profundamente el sentimiento argentino.

Geografía de las
Islas Malvinas

Ubicación

El extenso archipiélago denominado
Islas Malvinas se halla ubicado en el Atlántico Sur, a
unos 550 Km., al este de las costas patagónicas
argentinas. frente a las costas de la República Argentina,
en la misma latitud que la provincia de Santa Cruz. Está
comprendido entre los paralelos 51 y 53 de latitud sur y entre
los meridianos 57 y 62 de longitud oeste de Greenwich La
Patagonia Argentina es el territorio continental más
próximo al archipiélago. Se vincula al continente
por alzarse sobre la misma plataforma continental submarina,
conocida como mar epicontinental argentino. Se encuentra a unos
399 kilómetros de la isla de los Estados.

Las Malvinas se encuentran dentro de la
plataforma continental argentina y el cordón submarino que
une ambas orillas tiene una profundidad que no supera los 170
metros. Tanto por el Norte como por el Sur de este verdadero
cordón umbilical, que une a la hija con la madre, el talud
se hunde inmediatamente a más de mil metros. Este es un
título indiscutible de valor geográfico a favor de
la Argentina

Composición

Está integrado por dos Islas
principales: Soledad (al este) y Gran Malvinas (al oeste)
separadas entre si por el Estrecho de San Carlos (que tiene una
anchura media de 15 Km.) y un enjambre de islas, cuyo
número pasa de cien, entre ellas, Borbón, Trinidad,
Sebaldes, del Pasaje, Goicochea, San Rafael y San José (en
torno a Gran Malvina) y Bougainville, de los Leones Marinos,
Pelada, Jorge y Águila (en torno a Soledad).

Superficie

La superficie total de las islas es de 11.410 Km. La
Isla Soledad tiene 4.353 Km. y la Gran Malvina 6.307. Es decir,
que el resto de las pequeñas islas ocupan sólo
1.058 Km. La Isla Soledad tiene una longitud de 156 Km. y la Gran
Malvina 143 Km.

Su relieve es del tipo "maduro", es decir, aplanado por
un largo proceso de erosión, ya que las Islas están
constituidas por formaciones del Paleozoico. Está
constituido por planicies, a veces, onduladas y cerros
redondeados cuya altura media no llega a los 700 mts. Los rasgos
más destacados son:

  • Las planicies occidentales, con asomos rocosos que
    constituyen el tipo de relieve predominante en las Malvinas,
    como la muy extensa que forma la porción meridional de
    la Isla Soledad.

  • Algunas serranías que recorren las dos islas
    principales y se proyectan hasta los archipiélagos
    periféricos. Por ser montañas viejas son bajas,
    con formas generalmente redondeadas, aunque algunas fracturas
    le han otorgado aspereza a las cumbres en citrus parajes. En
    la isla Soledad las serranías se extienden desde la
    bahía de La Anunciación, donde se halla Puerto
    Stanley, hacia el Oeste hasta alcanzar el estrecho de San
    Carlos; es la sierra de Wickham, que culmina en el monte
    Osborne, de 685 mts. En la Gran Malvina se mantiene la misma
    orientación y allí se levanta el monte Adam, de
    688 mts, la mayor altura al archipiélago.

  • Las rocas más abundantes en todas estas
    montañas son areniscas, cuarcitas y
    pizarras.

  • En general, se trata de un relieve que presenta
    todas las características de un intenso y prolongado
    desgaste erosivo, llama la atención, asimismo, la
    presencia de bloques, de piedra que habrían sido
    arrastrados por la fusión de los glaciares a
    través de los lechos de antiguos ríos hoy
    desecados. Son los llamados ríos de piedra.

Población

Los habitantes malvineros, tienen la
ciudadanía británica. La mayoría vive en
Puerto Argentino (que los mencionados lo denominan Puerto
Stanley) y el resto en granjas o en los islotes del
archipiélago. Ellos decidieron que, hasta que nuestro
país deje de reclamar la soberanía, los argentinos
serán los únicos que no podrán ingresar a
las Malvinas.

De acuerdo al Censo Nacional e 1980, la
población alcanzaba sólo a 1.800 personas, sin
contar el destacamento militar permanente que albergaría a
unos 4.000 efectivos en la actualidad.

Debe señalarse que el proceso
demográfico de las Malvinas es muy particular. Todo gira
alrededor de las migraciones; de modo que poco influye en las
cifras la natalidad y mortalidad, se trata de una
población inestable que se desplaza hacia y desde las
Islas Británicas.

La Tasa de crecimiento demográfico
es negativa desde 1921 con la sola excepción de 1931.
Desde esta fecha hasta 1980 la población disminuyó
en un 6 por mil anual.

En cuanto a la distribución de la
población diremos que la mayor concentración se
encuentra en Puerto Argentino (Puerto Stanley) ubicada en el
extremo nordeste de la Islas Soledad. La población rural
(pastores), se halla diseminada en los contornos de las islas. La
tasa de masculinidad es similar a la de algunas provincias
argentinas (rurales), es decir, elevada, aunque inferior a la
patagonia. Se estima que se mantiene en 123 varones cada 100
mujeres.

En cuanto a la nacionalidad de origen de la
población estable, la mayoría son nativos de Gran
Bretaña.

Clima

Las duras condiciones climáticas,
sobre todo la ausencia de una estación cálida, y
los fuertes vientos impiden que se puedan desarrollar actividades
agrícolas destacadas. Así, la agricultura en las
islas está limitada a una escasa producción de
avena y cebada, dos cereales resistentes.

Vegetación

Su vegetación es como la de bosques
subantárticos del sur de Santa Cruz y de Tierra del Fuego.
Pero la intensidad de sus vientos impide el desarrollo de
árboles. Siendo esta bien densa, constituida por arbustos
y pastos en forma de matas, alternando con verdaderas alfombras
de color verde grisáceo en el verano y amarillo en el
invierno, parecida a una formas arbustiva.

En los terrenos impermeables abundan los
musgos, donde se forma la turba, que es el combustible de los
isleños. Hay gran cantidad de pastos de poca altura,
generalmente duros.

Su fauna pertenece al distrito
zoogeográfico patagónico. La fauna posee gran
cantidad de especies. La variedad de aves, terrestres y
acuáticas son grandiosas.

Organización
Política

Su sistema político es que el jefe
de gobierno es el gobernador designado por la Corona
británica, quien cuenta con un Consejo asesor de siete
miembros. El Poder Legislativo se compone de once miembros, de
los cuales solamente cuatro son elegidos por el pueblo.
Funcionan, igualmente dos tribunales (La Suprema Corte y el
Tribunal Secundario o de Paz) que constituyen el poder
judicial.

Economía hoy

El mar que rodea a las islas Malvinas es
una rica fuente de recursos. Particularmente importante para la
industria local es el calamar, en sus especies Illet y Loligo,
cuya captura alcanzó, en 1996, 141.162
toneladas.

Las difíciles condiciones
climáticas de las Islas -ausencia de estación
cálida y fuertes vientos- limitan la actividad
agrícola al cultivo de cereales altamente resistentes como
la cebada y la avena. La gran mayoría de los pobladores se
ocupan de pequeñas huertas al aire libre o en
invernaderos, donde cultivan productos para consumo
familiar.

La actividad ganadera más importante
es la cría del ganado ovino, que se distribuye en las
grandes planicies. Además de ser la principal fuente de
alimento de los malvinenses, (es la base de la producción
de lana merino que se exporta a Inglaterra, los Países
Bajos y Japón) la que se complementa con la cría de
algunas aves de corral en las huertas.

El producto bruto interno, que asciende a
60.067 dólares per capita, es el más alto de
América. Los isleños o kelpers, gozan de un alto
nivel de vida.

Años atrás se
construyó un gran invernadero con miras a la
producción hortícola. Actualmente produce una buena
cantidad de verduras frescas como por ejemplo lechuga, arvejas,
ajíes, coliflores y tomate, de los cuales se producen 450
kilos por semana. Este invernadero constituye un gran avance en
la economía local, sobre todo si se tiene en cuenta que
éstas son verduras que la gente que vive en Puerto Stanley
(Puerto Argentino) no conocía.

La turba es la materia orgánica
producida por descomposición de musgos y líquenes
en los pantanos. Es el combustible clásico de uso
doméstico en las Malvinas, además de constituir un
buen abono para los cultivos.

Historia de las Islas
Malvinas

Descubrimiento

Todo estudio sobre la disputa de las Islas
Malvinas comienza indefectiblemente con el tema del
descubrimiento. En vista de la importancia que el tema ha cobrado
en ocasiones como sustento para sus reclamos, los países
reclamantes presentan como evidencia absoluta el descubrimiento
del archipiélago por tal o cual navegante de su
país. Paradójicamente, los estudios y
teorías sobre los posibles descubridores concuerdan en que
es casi imposible determinar con exactitud quien fue su verdadero
descubridor. Lo que sí se sabe es que fueron avistadas por
primera vez en el siglo XVI. No obstante, el misterio es parte
del descubrimiento de las islas, donde navegantes de tres
países han sido acreditados como los primeros que
avistaron las islas. No sorprende que toda controversia surja en
razón de lo primitivo que eran los instrumentos de
navegación y la incompleta cartografía empleada por
los navegantes del siglo XVI.A partir de la literatura existente
es posible elaborar una lista de las diversas expediciones que
unos y otros consideran como descubridoras:

1. Américo Vespucio
(1501/1502); origen español.

2. La expedición de
Magallanes de 1520; origen español

3. La nave Incógnita y Alonso
de Camargo, 1540; origen español

4. John Davis, 1592; origen
ingles

5. Richard Hawkins, 1594; origen
ingles

6. Sebald de Weert, 1600; origen
holandés

1. Américo
Vespucio:

En su carácter de primer navegante
en visitar el Atlántico Sur, Américo Vespucio ha
sido señalado como el primer descubridor de las islas. En
una carta, el navegante relató que habiéndose
alejado de la costa de lo que hoy es Patagonia debido a un
temporal, en medio de la tormenta, avistó "una tierra
nueva sin puerto ni habitantes.

Pero sus determinaciones geográficas
son tan imprecisas y sus noticias tan vagas, que hace imposible
una estimación exacta de su itinerario.Por tal motivo la
idea que este navegante fue el primer descubridor carece de
sustento.

2. La expedición de
Magallanes:

Si bien es cierto que su expedición
de 1519-1520, "permitió el relevamiento
cartográfico de toda la costa patagónica", este
navegante, "no estableció la geografía ni de Tierra
del Fuego, ni las Malvinas". A ello se agrega la ausencia total
de un testimonio del descubrimiento

3. La nave Incógnita y Alonso de
Camargo:

Historiadores señalan como el
más probable descubridor de las islas Malvinas a una nave
que el primero bautizó con el nombre de Incógnita,
a falta de su verdadero nombre. La expedición tenía
por objeto la colonización de la zona del Estrecho de
Magallanes Pero allí sufrieron un temporal y la
Incógnita se separó del grupo. En los
últimos días de enero, la nave llega a lo que se
cree que son las Malvinas.

Posteriormente la cartografía del
estrecho que figura en el texto Islario de Alonso de Santa Cruz,
publicado poco después del retorno de la Incógnita
(1541) incorpora dos pequeñas islas en línea
paralela al Estrecho de Magallanes. Esto apoyaría la
adjudicación del descubrimiento a esta nave.

4.John Davis:

Los británicos señalan
rotundamente como el verdadero descubridor de las islas a John
Davis. Por razones poco claras la Desire (nave en la que viajaba
Davis) se separó de la expedición y empujada por
una tormenta, el 14 de agosto de 1592 descubrió las islas
Malvinas.

Los críticos de este descubrimiento
sostienen que el relato se parece notablemente al Islario antes
mencionado, que no se acompaña ninguna descripción
de las tierras avistadas, que los detalles son muy imprecisos y,
que el relato apareció después del regreso a
Holanda del navegante Sebald de Weert.

5.Richard Hawkins:

Pocos años después que Davis,
en junio de 1593, zarpó el corsario inglés Richard
Hawkins en la nave Dainty. Su misión era atacar
poblaciones y establecimientos en el Pacífico.
Según su relato posterior, el 2 de febrero de 1594, cuando
la nave alcanzó aproximadamente los 48° S. de latitud,
avistaron una tierra que no figuraba en ninguna carta.

En general se le aplican las mismas
críticas que a su predecesor, además del hecho que
las Malvinas se hallan más al sur de la latitud
señalada por él.

6.Sebald de Weert:

Finalmente, le cupo a un navegante
holandés el primer avistaje comprobado y no objetado.
Sebald de Weert al mando de la nave Geloof descubrió tres
islas que bautizó como Sebaldinas.

Durante todo el período hasta 1764,
las islas fueron visitadas por marinos holandeses, franceses e
ingleses. Pero nadie ocupó o utilizó las islas de
ningún modo hasta que los franceses lo hicieron en 1764,
172 años después del alegado descubrimiento
británico por John Davis.

Ocupación o Utilización de
las islas

En octubre de 1689, la nave Welfare, bajo
el mando de John Strong partió de Inglaterra con destino
al Pacífico. En enero de 1690, empujado por los vientos
alcanzó las Malvinas. Al día siguiente,
desembarcó para aprovisionarse de focas y pingüinos.
Esta operación produjo el primer desembarco de ingleses en
las islas. Para algunos historiadores este desembarco no tuvo
ninguna consecuencia legal dado que no hubo toma de
posesión formal de las islas u
ocupación.

Por otra parte desde 1493 a través
de la bula papal "Inter Cietera" y del Tratado de
Tordesillas
, celebrado entre España y Portugal en
1494, el archipiélago estaba dentro de la
jurisdicción de la Corona española

La Guerra de los Siete Años
(1756-1763) había concluido catastróficamente para
Francia que perdió casi todo su imperio colonial a manos
de los ingleses. A España tampoco le había ido
bien, especialmente en Norteamérica. Allí,
también a manos de los ingleses, perdió Florida y
todas las posesiones al este del Mississippi. De inmediato,
Francia intentó comenzar a reconstruir su imperio colonial
a expensas de España y el gobierno de aquel país
consideró entre otras propuestas, colonizar a las
Malvinas. Para emprender la tarea, se ofreció Antoine
Louis de Bougainville, a quien las islas le eran familiares por
las historias de los navegantes y por haber leído el libro
de los viajes de Anson. Con el consentimiento de su gobierno,
Bougainville preparó una expedición que
zarpó de Saint. Maló el 15 de septiembre de 1763.
El 31 de enero del año siguiente arribaba a las islas. En
la isla Soledad fundó la primera colonia en las Malvinas,
Puerto Louis, el 17 de marzo de 1764. Con fecha 5 de abril de
1764 toma posesión formal de las islas en nombre del rey
Luis XV. Hacia principios del año siguiente, la colonia
alcanzaba los 150 colonos. La noticia del asentamiento de una
colonia francesa en las islas disgustó y preocupó a
la corte española que visualizó el peligro
potencial que significaba. Si España autorizaba la colonia
en el Atlántico Sur, seguramente los británicos
seguirían el ejemplo y se abriría la región
al enemigo

Cabe recordar que ya en el año 1706
marinos franceses le habían dado a las Islas el nombre de
Malouines pero que los españoles alteraron la
denominación por Malvinas. Ante tales atropellos
España reaccionó con energía. Reclamó
a Francia por la presencia de Bougainville.

En septiembre de 1764, España
comenzó las negociaciones con Francia. El gobierno
francés accedió rápidamente a las peticiones
españolas y sugirió a dicho gobierno que negociase
directamente con Bougainville. Así lo hicieron en agosto
de 1765. En abril de 1766, el marino francés aceptó
como indemnización de España el pago de una suma de
618.000 libras tornesas para su
compañía.

A partir de entonces los franceses nunca
más reclamaron derecho alguno sobre las islas. El 1 de
abril de 1767 España se hizo cargo formalmente de Puerto
Luis, inmediatamente cambiaron su nombre por el de Puerto
Soledad. La nueva colonia pasó a depender de la
gobernación de Buenos Aires, en ese momento ocupada por
Francisco P. Bucareli. Fue designado gobernador de la nueva
colonia Felipe Ruiz Puente. De esta forma, los españoles
agregaron a sus derechos, además del reconocimiento
francés, los reconocidos por Francia basados en ser los
primeros ocupantes. Ello mejoró, desde el punto de vista
del derecho, el reclamo español sobre las islas.Mientras,
los ingleses tampoco habían perdido su interés por
las islas. El 21 de junio de 1764, es decir, tres meses
después de la fundación de Puerto Luis,
partió de Inglaterra una expedición bajo el mando
del comodoro John Byron a bordo de la nave Dolphin. Esta vez, la
expedición fue preparada en el mayor secreto para evitar
los reclamos españoles. En enero de 1765, Byron
arribó a las islas y estableció una base en un
lugar que bautizó como Puerto Egmont, en la parte noreste
de la isla Gran Malvina. Byron escribió: "Tomo
posesión de este puerto y de las islas adyacentes en
nombre de su Majestad el Rey Jorge III de Gran Bretaña, y
las nombró Islas Falkland". El comodoro se limitó a
explorar las costas vecinas y no tuvo noticias obre la existencia
del asentamiento francés. En junio de 1765 llegaron a
Inglaterra las noticias del éxito de Byron y dado su
entusiasta informe, se decidió enviar otra
expedición con el fin de establecer una colonia
permanente. El 8 de enero de 1766 arribó a Puerto Egmont
la segunda expedición británica bajo el mando del
capitán John Macbride. Los ingleses continuaron ignorantes
de la presencia francesa en las islas hasta que en marzo de 1766,
le informan a Macbride de la existencia del establecimiento
francés.

Finalmente, el 2 de diciembre de 1766, los
ingleses encuentran el asentamiento francés. En febrero de
1768, con posterioridad al traspaso de la colonia francesa a
España, la corte española ordenó a Bucareli
combatir y expulsar cualquier asentamiento británico. En
noviembre de 1769 los españoles e ingleses se encuentran.
En febrero de 1770, una fragata española, al mando de
Fernando de Rubalcava localizó finalmente Puerto Egmont.
Se cruzaron amenazas entre él y el capitán
inglés, Hunt. Ambos reclamaban para su propio rey los
derechos de posesión de las islas y se acusaban mutuamente
de ocupar territorio que no les correspondía y se
ordenaban la evacuación inmediata. Para poner fin a la
situación, Bucareli organizó desde Montevideo una
fuerte expedición para expulsar a los británicos y
la puso al mando de Juan Ignacio de Madariaga. Sus órdenes
eran terminantes. El 4 de junio el escuadrón
español se presentó ante Puerto Egmont y luego de
intercambiar mensajes con los ingleses y de no obtener una
respuesta favorable decidió actuar. El 10 de junio Puerto
Egmont se rindió luego de algunos disparos. Cuando la
noticia llegó a Inglaterra todo el hecho se
transformó en una cuestión de honor y no de
derechos. Para agosto de 1770, Inglaterra y España estaban
preparándose para la guerra. Francia se mostraba
dubitativa respecto de apoyar a España, a lo que estaba
obligada de acuerdo con el Pacto de Familia. Ante la duda
francesa, España comenzó a ceder y ofreció
negociar sobre los hechos y no sobre la soberanía. Gran
Bretaña se mostraba aún difícil. Entonces,
el rey de Francia recomendó a Carlos III, rey de
España que aceptara el compromiso de reponer las
posesiones británicas como eran antes del 10 de junio de
1770.

La capitulación se firmó el
día 10. con ello se restablecía la Soberanía
de España en las Malvinas.

Impuesto de la ocupación de Puerto
Egmont. Marquez Grimaldi dio a conocer al Gobierno de
España que si se satisfacía el honor de Inglaterra,
ésta posteriormente le devolvería las
Islas.

Dado que España no podía
hacer frente con su flota a la poderosa Armada británica,
debía ceder, por lo que manifestó por intermedio de
Grimaldi, que el Rey desautorizaba la expedición de
Bucarelli y apreciaba devolver Puerto Egmont, siempre y cuando no
afectara la Soberanía española sobre las Islas y
quedaría entonces como antes de la expulsión.
Además los españoles solicitaban la
desautorización de Hunt o el abandono de la
posesión por parte de ambas naciones; esto no se
aceptó. El espectro de la guerra se hacía cada vez
más nítido.

El tiempo transcurría y los
españoles estaban cada vez más escépticos,
ya que el estricto cumplimiento de los pactos no era precisamente
una característica de los ingleses.

Lo único que le importaba a
España era que los ingleses desocuparan Puerto Egmont de
una vez, ya que la Soberanía de España igualmente
había estado resguardada; ello se había dejado en
claro en las declaraciones firmadas el 22 de enero de
1770

El 23 de abril de 1774 arribó a
Puerto Egmont el buque de abastecimiento "Endeavour", con la
orden de evacuación del establecimiento, que fue recibida
con optimismo por la dotación inglesa porque eso
ponía fin a la soledad, a las privaciones, al viento, al
frío y a las paupérrimas condiciones de vida en las
Islas. Los ingleses dejaron sus marcas, nombres e inscripciones,
y a fines de mayo de 1774, siendo Gobernador el Capitán de
Fragata Don. Francisco Gil de Lemos y Tabeada se alejan de las
Islas, que vuelven a integrar el patrimonio de la
Soberanía de Buenos Aires. Y otra vez España
asienta su total Soberanía y prestigio que durante tantos
años fue acometido por la codicia del inescrupuloso
imperio británico.

Luego de la evacuación definitiva de
este asentamiento, no se intentó ninguna nueva
fundación inglesa ni tampoco volvió a discutirse la
cuestión de la soberanía o los derechos
españoles A partir de ese momento, desde Puerto Soledad,
España ejerció la administración absoluta e
ininterrumpida del archipiélago hasta febrero de 1811.
Durante ese período, actuaron 18 gobernadores.En un
principio, la principal tarea de los gobernadores de las islas
fue la de inspeccionar anualmente Puerto Egmont, con el objeto de
verificar que los británicos no se habían
reinstalado. No obstante, el lugar continuó siendo
visitado por loberos y balleneros de ese país a los que
posteriormente se les agregarían los norteamericanos. A
comienzos de 1780, dada la situación de guerra que se
vivía por la intervención española en apoyo
de los rebeldes de América del Norte, el Virrey
Vértiz ordenó a uno de los buques que
partían para el abastecimiento y relevo de las islas
arrasar a los restos del ex-asentamiento inglés.Anualmente
zarpaba desde el puerto de Montevideo una expedición de
aprovisionamiento. Además, en previsión a amenazas
portuguesas o inglesas, dicho puerto contaba con una fragata de
guerra que debía relevar a otra similar con
estación permanente en las islas. Un signo de la
decadencia española fue que a medida que
transcurría el tiempo, la unidad naval iba decreciendo en
porte hasta llegar a ser una simple sumaca. En las islas no
había colonos y la población permanente
consistía en oficiales, tropa y presidiarios. Las
condiciones de vida en las islas eran precarias.

Quedó establecido que según
la percepción oficial británica de la década
de 1920, los títulos británicos anteriores a 1774
habían perdido su validez en 1790, de donde la supuesta
legitimidad de la posterior toma de las Malvinas de 1833 debe
basarse en otros argumentos (por ejemplo, que la Argentina no era
el Estado sucesor de España en esas tierras)Para el tiempo
de la Revolución de Mayo, el gobernador de Montevideo,
Gaspar de Vigodet, resolvió concentrar las fuerzas
militares para enfrentar el levantamiento y ordenó evacuar
la estación de las Malvinas. En enero de 1811, el
último gobernador español de las islas, Pablo
Guillén, cumplió con las órdenes y
evacuó el personal, cañones, documentos y otras
pertenencias. Al igual que los británicos años
antes, colocó una placa de plomo en el campanario de la
capilla con la siguiente inscripción:

Esta isla con sus Puertos, Edificios,
Dependencias y cuanto contiene pertenece a la Soberanía
del Sr. Fernando VII Rey de España y sus India, Soledad de
Malvinas 7 de febrero de 1811 siendo gobernador Pablo
Guillén.

Dos días más tarde los
españoles zarparon y abandonaron las islas con el
propósito de volver, luego de 37 años de
ocupación indiscutida del archipiélago.

El período 1811-1833

Con la partida del personal español
de Puerto Soledad las islas quedaron nuevamente
deshabitadas.

Durante ese tiempo, las Malvinas
sólo fueron visitadas por buques balleneros de diversas
nacionalidades en búsqueda del refugio que ofrecía
su recortada geografía costera.Recién en 1820 el
gobierno de las Provincias Unidas realizó una
demostración de soberanía enviando a la fragata
Heroína, al mando del coronel Daniel Jewett (de origen
norteamericano), a tomar posesión de las islas. El 6 de
noviembre de 1820, Jewett, desde Puerto Soledad (ex-Puerto
Louis), formalizó la posesión de las Malvinas en
nombre del gobierno del Río de la Plata.

El oficial actuando en nombre del gobierno
de Buenos Aires ocupó las islas invocando el principio de
uti possidetis. Este principio, según lo entendían
los estados latinoamericanos a principios del siglo pasado,
definía la soberanía territorial en base a los
antiguos límites administrativos coloniales. Los juristas
europeos y norteamericanos no aceptan, en general, este
principio. Para ellos el criterio de soberanía esta dado
por la ocupación efectiva del territorio. A partir de la
acción de Jewett, los buques extranjeros de la zona fueron
informados que se encontraban en territorio de las Provincias
Unidas. Por lo tanto, estaba prohibido pescar y cazar en las
islas. En caso contrario, los infractores serían enviados
a Buenos Aires para ser juzgados, esta declaración tiene
implícito un problema: el límite sur del Virreinato
del Río de la Plata nunca había sido especificado,
por lo que los reclamos de dominio de las Provincias Unidas hacia
el sur corrían el peligro de convertirse en
ilimitados.Es importante señalar que la noticia de la
toma de posesión por la Argentina fue publicada tanto en
España como en los Estados Unidos en agosto de 1821. Este
hecho no generó la protesta de Gran Bretaña. En
1825 este país firmó un Tratado de Amistad,
Comercio y Navegación con las Provincias Unidas y a la vez
reconoció su independencia, y en ambos actos tampoco se
hizo referencia alguna a la ocupación de las islas por
parte del estado sudamericano.

En 1823, para reforzar la soberanía,
fue nombrado Pablo Areguati como gobernador. Al mismo tiempo, el
mismo gobierno concedió a Jorge Pacheco y a su socio Luis
Vernet (francés naturalizado argentino) el derecho a
explotar ganado vacuno y pesca en la Isla Soledad. Un primer
intento de Pacheco por establecerse en las islas fracasó.
El segundo intento, realizado personalmente por Vernet, tuvo
éxito en 1826. De modo que hasta esta fecha no
había existido un establecimiento de las Provincias Unidas
en las islas.Poco más tarde, a principios de 1828, a
raíz de un informe enviado a Buenos Aires por Vernet, el
gobierno de Buenos Aires le concedió el derecho exclusivo
de pesca en las aguas adyacentes y amplió la
concesión de Pacheco. La colonia fue declarada libre de
tributos excepto para el mantenimiento de las autoridades
locales.El 10 de junio de 1829, Vernet fue nombrado con el cargo
de Primer Comandante Político y Militar de las islas. El
texto del decreto es importante porque en él se exponen
claramente los presupuestos del gobierno del Río de la
Plata que justifican la posesión del
archipiélago:

"Cuando por la gloriosa
revolución del 25 de mayo de 1810 se separaron estas
provincias de la dominación de la Metrópoli, la
España tenía una posesión material en las
islas Malvinas, y de todas las demás que rodean al Cabo de
Hornos, incluso la que se conoce bajo la denominación de
Tierra del Fuego, hallándose justificada aquella
posesión por el derecho del primer ocupante, por el
consentimiento de las principales potencias marítimas de
Europa y por la cercanía de estas islas al Continente que
formaba el Virreinato de Buenos Aires, de del que Gobierno
dependían. Por esta razón, habiendo entrado el
Gobierno de la República en la sucesión de todos
los derechos que tenía sobre estas Provincias la antigua
metrópoli, y de que gozaban sus virreyes, ha seguido
ejerciendo actos de dominio en dichas islas, sus puertos y costas
a pesar de que las circunstancias no han permitido ahora dar a
aquella parte del territorio de la República, la
atención y cuidados que su importancia exige, pero siendo
necesario no demorar por más tiempo las medidas que pueden
poner a cubierto los derechos de la República,
haciéndole al mismo tiempo gozar de las ventajas que
pueden dar los productos de aquellas islas, y asegurando la
protección debida a su población."

Resumiendo, la Argentina fundamentaba sus
derechos en cuatro puntos, a saber,

1. que España poseía las
islas previamente.

2. que esta posesión había
quedado justificada por el derecho de
ocupación.

3. que las principales potencias
marítimas así lo habían
reconocido.

4. que las islas en cuestión se
hallaban próximas al territorio del antiguo
virreinato.

Por este acto, Vernet se había
convertido en funcionario de un estado encargado de hacer cumplir
las leyes del país.En el momento del reclamo
británico la caza de focas había alcanzado un grado
tal de depredación que Vernet a partir del 30 de agosto de
1829 comenzó a comunicarles a los capitanes de los buques
pesqueros en el área las nuevas disposiciones por medio de
una circular. Es importante recordar que se le había
otorgado a Vernet el derecho exclusivo de la caza de focas, por
lo que una disminución en las loberías afectaba
directamente sus intereses. Por este motivo, las actividades
debían cesar de inmediato bajo amenaza de ser apresados y
enviados a Buenos Aires para ser juzgados. Se dice que los
pesqueros extranjeros parecían no tomar el aviso
seriamente. Bajo estas circunstancias, se produce la captura de
tres buques pesqueros norteamericanos. Este incidente ha cobrado
gran importancia histórica porque el proceso culmina con
la ocupación británica de las islas.

En agosto de 1832 el Almirantazgo
británico solicitó a la oficina extranjera, enviar
al almirante de la zona sudamericana, con el fin de ejercer el
derecho de soberanía de la corona sobre las islas. El
Primer Ministro Palmerston aceptó. Gran Bretaña
buscaba reafirmar un derecho que, según su
interpretación, estaba claramente establecido. Gustafson
señala al proceso como "fluido", en donde el problema
residía, en ese momento, en que "las islas no eran res
nullis, sino que no estaban claramente reconocidas por la
comunidad internacional como bajo la soberanía de un
estado". Esta situación fluida ayudaría a los
ingleses. El 20 de diciembre de 1832 arribó a lo que fue
Puerto Egmont la corbeta Clio y más tarde se le
uniría el buque Tyne. El capitán del primero,
Comandante Onslow, además de fijar un aviso de
posesión, intentó reparar las ruinas del viejo
fuerte. Más tarde, el 2 de enero del año siguiente,
la corbeta ancló frente a Puerto Soledad. El comandante
Onslow informó a Pinedo que había arribado para
ejercer los derechos de soberanía sobre las islas en
nombre de Su Majestad Británica. Según una orden
escrita, Pinedo debería arriar la bandera argentina al
día siguiente y reemplazarla por la inglesa. Al no
cumplirla, los británicos lo hicieron por
él.

Finalmente el día 5 de enero de
1833, Pinedo y unos cuantos habitantes abandonaron las islas a
bordo de la nave Sarandi.

Cuando el gobierno argentino supo de lo
acontecido en las islas, el ministro de relaciones exteriores
Maza citó a su despacho al representante británico,
quien nada sabía aún.

Según aquel, "el gobierno de Buenos
Aires no podía ver en ellos sino un gratuito ejercicio del
derecho del más fuerte… para humillar y rebajar a un
pueblo inerme e infante".Gran Bretaña justificó sus
acciones en base a tres argumentos:

1. ella continuaba con la
jurisdicción que habían ejercido durante el siglo
XVIII;

2. que nunca había reconocido
derecho alguno del gobierno de Buenos Aires a los nombramientos
de Vernet y Mestivier;

3. las islas se habían convertido
en res nullíus, bajo ninguna autoridad, tanto por el
abandono de la isla en 1811, como por la destrucción del
asentamiento de Vernet por los norteamericanos en 1831. En
consecuencia, ello permitía la ocupación por parte
de cualquier poder que pudiera sostenerla.
A partir del 17 de
junio de 1833 se estableció el patrón de
discusiones diplomáticas entre ambas países para
los años sucesivos. En esa fecha, Manuel Moreno,
representante argentino ante el gobierno inglés,
presentó la protesta de su gobierno en la forma de un
largo documento escrito tanto en inglés como en
francés. Principalmente, la "Protesta", como se la conoce,
desarrolla los fundamentos ya expuestos en el controvertido
decreto de nombramiento de Vernet del 10 de junio de 1829. Las
Provincias Unidas del Río de la Plata, como comunidad
política independiente, reconocida por Gran Bretaña
y otros estados, sucedió a España en los derechos
territoriales de ésta en esa
jurisdicción.

Las Malvinas habían sido claramente
patrimonio de la Corona española. Por lo tanto, dado que
la soberanía española sobre las islas había
cesado por la independencia de sus territorios en América,
Gran Bretaña no tenía derecho a reclamo alguno,
"por derechos ya extinguidos". La respuesta británica
tardó en llegar. Seis meses más tarde, 8 de enero
de 1834 Palmerston le respondió a Moreno. En lo
fundamental, el ministro inglés reitera que los derechos
de Su Majestad Británica nunca se extinguieron, porque su
Majestad Católica había restablecido el
asentamiento inglés en 1771 y que al abandonar Puerto
Egmont, por causas de austeridad, se habían dejado
señales de la pertenencia a la Corona Británica. A
partir de los hechos y de las opiniones de los actores resulta
fácil visualizar esta circunstancia como una en la que un
país en formación reclamaba como propio un
territorio cuya situación aún no se había
resuelto plenamente. Gran Bretaña y España se
habían enfrentado por las islas en el siglo anterior,
aunque la primera no consideró que valieran una guerra.
Con la desaparición de España de la escena y su
reemplazo por un estado en formación y por lo tanto
frágil, con títulos débiles, y contando con
el apoyo de los Estados Unidos, fue sencillo reclamar nuevamente
el territorio para sí, sin arriesgarse a un enfrentamiento
serio. Así, "el título fue transferido a Gran
Bretaña porque ésta conquistó las islas y ha
mantenido sin interrupción su control sobre ellas". Con
respecto al desarrollo de estos acontecimientos, algunos autores,
agregan que, históricamente se critica a los Estados
Unidos por no haber aplicado la Doctrina Monroe frente a la
acción británica de enero de 1833. Sin embargo, la
inacción norteamericana parece demostrar que éste
país consideraba al territorio de las islas no como una
nueva colonia, esto demostraría también que los
Estados Unidos nunca tomó en serio los reclamos
argentinos. Los analistas norteamericanos también
sostienen que los Estados Unidos consideran a la doctrina Monroe
como una declaración de política a la que puede
renunciar unilateralmente.

Reclamos argentinos

Desde la usurpación de 1833, perpetrada por los
ingleses en las Islas Malvinas, como es natural, la Argentina no
ha cesado en sus reclamos y protestas que, si bien fueron a lo
largo de 150 años, materialmente infructuosas, sostuvieron
siempre, jurídica y moralmente nuestra actitud de lucha
por la no aceptación de la violación a nuestros
derechos, y el enjuiciamiento que de ello surge y que la
razón y el honor imponen.

Partes: 1, 2, 3

Página siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter