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Medio ambiente en la República Dominicana



  1. Introducción
  2. Reseña
    histórica
  3. La
    vegetación natural de la República
    Dominicana
  4. Importancia de los bosques
  5. Los
    bosques dominicanos
  6. Recursos de agua
  7. Contaminación
    ambiental
  8. El
    ruido
  9. Radiación
    atómica
  10. Importancia de los animales
  11. Leyes
    relativas al medio ambiente
  12. Conclusión

Introducción

Esta investigación referida al medio ambiente en
la República Dominicana Tiene por objetivo conocer y dar a
conocer a grandes rasgos nuestro medio Ambiente y su importancia,
haciendo hincapié en las leyes y decretos que se han
evacuado con la finalidad de protegerlo.

En cuanto a su estructura, se presenta formalmente con
una portada, hoja de presentación, titulo, índice,
introducción, objetivos, desarrollo en capítulos,
conclusión, recomendaciones y las referencias
bibliográficas.

En el entendido de la necesidad que tenemos todos y cada
uno de los Dominicanos, para obtener un verdadero conocimiento de
nuestro medio ambiente, para protegerlo dar una vida útil
a nuestra generación y a las futuras evitando la
depredación inmisericorde de nuestra flora y nuestra
fauna.

Esta investigación es puramente
bibliográfica y nos facilita el conocimiento
jurídico, para la protección del medio ambiente con
la aplicación de nuestras leyes y decretos.

Propósito de la
investigación

Objetivos generales

  • Analizar el medio ambiente y sus
    aspectos jurídicos.

Objetivos específicos

  • Establecer las premisas
    históricas del medio ambiente de la república
    dominicana.

  • Explicar la biodiversidad medio
    ambiental de la república dominicana.

  • Enunciar las leyes, decretos y acuerdos
    existentes en la república dominicana acerca del medio
    ambiente.

Reseña
histórica

Lo primero que conviene tener en cuenta es que la isla
de Santo Domingo – llamada Haití por los indios
taínos que la habitaban – era un espacio
relativamente domesticado cuando llegaron los primeros europeos
hace 500 años. Cuando Colón desembarcó en la
isla en 1492, el espacio insular había experimentado los
efectos de la acción humana continua a lo largo de casi
4,000 años.

En las cartas de Colón y en las crónicas
españolas del siglo se hace notar que los taínos
componían una sociedad que practicaba extensamente la
agricultura de "tumba y quema" con una tecnología de coa.
Los taínos cultivaban extensamente yuca, maíz,
batata, maní, tabaco, ají y piña, entre
otras plantas, y utilizaban técnicas de amontonamiento de
la tierra en canteros especiales para facilitar la
fertilización, el reguío y la
oxigenación.

En las crónicas hay indicios de que algunas de
las extensas sabanas de la isla eran el resultado del fuego
inducido por seres humanos. También existen noticias de
que había zonas de la isla que estaban intensamente
cultivadas. Al observar la intensidad de los cultivos,
Colón comparó la zona norte de Haití con los
campos agrícolas de Granada.

Como se ve, los españoles no ocupan una isla
virgen y primitiva, sino todo lo contrario, una isla cuyo espacio
había estado sujeto a la intervención humana
durante un largo período de tiempo.

A juzgar por lo que sabemos de las crónicas,
debió haber nichos ecológicos de larga
ocupación humana en los cuales la naturaleza había
sido transformada por la sustitución de plantas nativas
por plantas importadas de América del Sur. Sabemos que el
maíz, el tabaco y la yuca no eran plantas nativas y, por
lo tanto, su introducción en la isla, varios miles de
años antes de la llegada de Colón, marca el inicio
de la agricultura aborigen.

La antigüedad de la agricultura aborigen no debe,
sin embargo, llevarnos al error de creer que toda la isla estaba
habitada homogéneamente, como creen algunos historiadores
contemporáneos. Lo que sabemos es que la
distribución de la población aborigen era bastante
extensa, pero que las comunidades tendían a concentrarse
en aquellos puntos en donde había agua, pesca y
cacería abundante, y en donde esos recursos podían
combinarse fácilmente con buenos suelos para cultivar yuca
y maíz, que eran las principales fuentes de carbohidratos
de los taínos.

El impacto de la población nativa sobre el medio
ambiente fue más duradero debido a su antigüedad y
continuidad que debido a su intensidad. Es importante recordar
que en 1492 la población taína no sobrepasaba el
medio millón de personas y, por lo tanto, la
relación hombre/tierra era extremadamente baja. Esta baja
relación hombre/tierra permitía la
recuperación de terrenos afectados por los desmontes y los
fuegos, y por ello la isla que encontraron los españoles
en 1492 – al tiempo que era una isla domesticada –
también contenía grandes espacios vírgenes y
deshabitados.

El choque de la dominación española hizo
desaparecer casi todos los indios en menos de treinta
años. Ya en 1520 apenas quedaban menos de 1,000 indios en
toda la isla. Para entonces, la población española
apenas pasaba de 4,500 personas, pues ante la crisis de la
desaparición de la mano de obra muchos españoles
decidieron abandonar la isla.

La aparición de la industria azucarera
marcó una importante transición en la
evolución ecológica de la isla, pues aunque los
ingenios construidos entre 1520 y 1535 eran pequeños, y
aunque el área sembrada de caña nunca podría
compararse con las plantaciones modernas, lo cierto es que
ejercieron un importante impacto en las zonas bajo su
influencia.

El efecto más importante de la primera industria
azucarera colonial sobre el medio ambiente fue la
deforestación de las zonas en donde se establecieron las
plantaciones. Hubo que tumbar montes para sembrar la caña
y hubo también que tumbar montes para abastecer la
leña a las casas de caldera de los ingenios. Aunque los
pequeños ingenios eran pequeñas unidades que no
producían más de 100 toneladas de azúcar por
año, su continua operación durante casi todo el
siglo 16 contribuyó a la deforestación de las zonas
periféricas de las plantaciones.

Esta deforestación temprana no parece haber
tenido consecuencias permanentes, pues al colapsarse la industria
azucarera española a finales del siglo 16 los antiguos
campos de caña volvieron a ser cubiertos por la maleza y
el espacio de los antiguos bosques talados volvió a ser
cubierto por la foresta tropical.

Al desaparecer la industria azucarera a principios del
siglo 17, los espacios naturales que habían sido afectados
por la acción humana empezaron a recuperarse. Sin embargo,
no todo el territorio insular se cubrió nuevamente de
bosques pues todavía quedaban las antiguas sabanas
cubiertas de pasto, ahora utilizadas por el ganado. La
documentación de la época menciona que durante el
siglo 17 la cacería de ganado cimarrón se
convirtió en la actividad principal de los habitantes de
la isla. Al quedar la isla casi despoblada (un máximo de
7,5000 habitantes a mediados del siglo 17), el ganado tuvo la
oportunidad de multiplicarse ampliamente.

Así tuvo lugar el poblamiento de la parte
occidental de la isla en la segunda mitad del siglo 17, pues a
medida que el ganado se fue extinguiendo los bucaneros se fueron
sedentarizando y se fueron convirtiendo en cultivadores de
tabaco.

En la parte oriental controlada por los
españoles, entretanto, el único cultivo en gran
escala que se quiso introducir fue el cacao en las cuencas de
algunos ríos cercanos a las ciudades de Santo Domingo,
Higüey y El Seibo. Las plagas acabaron con esas primeras
plantaciones de cacao, que tuvieron una vida bastante corta, pues
las más antiguas comenzaron en 1640 y no llegaron a
persistir más allá de 1666.

En la parte occidental, el tabaco fue la actividad
agrícola predominante durante la segunda mitad del siglo
17. Los franceses, que terminaron dominando ese territorio,
fueron inicialmente pocos y su actividad agrícola apenas
afectó el medio ambiente. Estando despoblada la parte
occidental de la isla, los pioneros franceses se asentaron en las
zonas más fértiles, en donde mantenían sus
cultivos. Algunos incluso aprovecharon las sabanas para criar
ganado manso y vender carne a los demás
cultivadores.

Esta situación empezó a cambiar en 1698
cuando se instalaron los primeros ingenios azucareros franceses
en la parte occidental de la isla. A partir de entonces, todo
cambió.

Puede decirse que el siglo 18 es el período de la
gran depredación francesa de la isla, pues no solamente
sucumbieron los bosques a la demanda de leña de los
ingenios azucareros, sino también a la demanda de madera
preciosa de los ebanistas y constructores europeos que
descubrieron la caoba de la isla y demandaban cada vez mayores
cantidades de ésta y otras maderas.

En la República Dominicana […] las cosas
evolucionaron en forma diferente a Haití debido a la
diferente dotación de recursos de ambas zonas de la isla,
a la escasez inicial de población y a la diferente
herencia colonial.

Ya hemos mencionado que la colonia española de
Santo Domingo no fue una colonia de plantaciones que
demandó leña para fabricar azúcar, ya que
sus empresarios no se interesaron por sus bosques de maderas
preciosas como hicieron los franceses en Saint-Domingue. En
realidad, las primeras exportaciones de caoba comenzaron a
realizarse en Santo Domingo entre los años de 1805 y 1809
bajo el gobierno francés de Louis Ferrand, quien,
necesitando moneda fuerte para pagar importaciones, abrió
los primeros cortes de caoba dominicana.

La caoba se convirtió en un importante
renglón de exportaciones durante los primeros 60
años del siglo 19 y su explotación se
acentuó durante los 22 años en que la parte
dominicana fue gobernada desde Puerto Príncipe entre 1822
y 1844. Durante este período, los cortes de caoba
dominicana sirvieron para exportar un promedio de 4 millones de
pies cúbicos anuales.

A partir de la independencia, en 1844, y durante los 30
años siguientes, los cortes de caoba continuaron, aunque
cada vez más alejados de los cauces de los ríos o
de los centros poblados más importantes. Los documentos
del siglo 19 muestran que los cortes de caoba que se iniciaron en
las cuencas de los ríos del sur de la isla, luego se
movieron al norte y más adelante al oeste. Todavía
en 1870 y 1880 había empresarios que estaban abriendo
nuevos cortes de caoba en el norte y noroeste de la
República.

Además de la caoba, otros empresarios cortaban y
exportaban guayacán y Campeche. Montecristi, por ejemplo,
funcionó en la segunda mitad del siglo 19 como un
importante centro maderero en donde operaban varias
compañías explotadoras de los extensos bosques de
Campeche de la cuenca del río Yaque del Norte. La cuenca
del Yuna también fue colonizada por explotadores de madera
en la misma época.

La escasa población de la parte dominicana y su
concentración en las tierras llanas del país
favoreció la preservación de los suelos en las
zonas madereras durante el siglo 19 pues solamente muy pocos
individuos se quedaban viviendo en las áreas deforestadas
y éstas eran subsecuentemente cubiertas de
vegetación y bosque secundario poco tiempo después.
Las tierras llanas, en cambio, sí estuvieron sujetas a un
intenso proceso de cultivo, particularmente en las zonas
tabacaleras inmediatamente al oeste de Santiago y en las zonas
productoras de alimentos en el Cibao Central.

A finales del siglo 19, cuando se iniciaron los grandes
desmontes en el Cibao Central y Oriental para dar paso a la
creación de inmensos cacaotales y cafetales, el bosque
primitivo fue sustituido por los nuevos bosques de cacao y
café que crecían al amparo de árboles de
amapola y gina, especialmente sembrados para dar sombra a las
nuevas plantas. En las zonas de café y cacao, la
deforestación no llevó necesariamente a la
erosión catastrófica, como ocurrió en
Haití y como ocurriría más tarde en muchos
de la República Dominicana.

Históricamente, pues, la dinámica del
cambio ecológico dominicano difiere de la haitiana en el
siglo 19 en las siguientes características: a) menos
población, aunque las tasas de crecimiento
demográfico son más rápidas; b) más
tierra disponible por habitante, al tiempo que la calidad de los
suelos es mucho más alta pues en general la mayoría
de los suelos que entran en explotación son
vírgenes; c) más tierras llanas para cultivos, lo
cual retrasa la intervención humana en las laderas y
montañas; d) tardía explotación de los
bosques de pino; y, e) ausencia de una industria azucarera en
gran escala, lo cual hizo que la explotación del bosque
para el uso de leña fuera más
tardía.

Con todo, poco a poco, a medida que la población
dominicana fue creciendo y que se ampliaron sus necesidades
económicas, la demanda de madera para leña y
carbón, así como la necesidad de espacio para
plantaciones comerciales y para la producción de
alimentos, fueron afectando los bosques. En la segunda mitad del
siglo 19, por ejemplo, los dominicanos residentes en las zonas
llanas de Azua, Baní y San Cristóbal desarrollaron
una vigorosa industria de aguardiente y raspaduras y llegaron a
mantener funcionando unos 240 trapiches azucareros que
consumían grandes cantidades de leña de los bosques
circundantes.

A partir de 1875, con la entrada de los primeros
ingenios semimecanizados que funcionaban con máquinas de
vapor, la demanda de leña fue aún mayor. Bajo el
empuje de los grandes ingenios modernos, los bosques de las
grandes llanuras del este de la isla empezaron a desaparecer. Una
parte desaparecieron para dar paso a las plantaciones de
caña, mientras otras fueron consumida en las calderas de
los centrales azucareros y de las locomotoras que movían
sus trenes.

La industria azucarera que se desarrolló a partir
de 1875 y que se expandió desmesuradamente a principios
del siglo 20, hizo desaparecer los bosques de las mayores
llanuras del país. El paisaje llano y sin árboles
de San Pedro de Macorís, La Romana y El Seíbo se
repitió más tarde en Barahona, Azua y Puerto
Plata.

Mientras tanto, los bosques del interior del país
quedaron virtualmente intocados, apenas explotados por los
artesanos del Cibao que requerían madera de pino para
fabricar muebles y viviendas urbanas pues las viviendas rurales
se fabricaban de tablas de palma. Aunque hubo algunos esfuerzos
en Santiago y La Vega orientados a explotar los bosques de pino
de la Cordillera Central en la segunda mitad del siglo 19, esa
explotación fue mínima y todavía en 1910 los
viajeros se admiraban del estado prístino de los pinares
dominicanos. Según informes de la época, en 1916
había 46 millones de tareas de bosques de distintos tipos
en el país.

La introducción de máquinas de vapor
favoreció la instalación de pequeños
aserraderos en La Vega, Santiago y Santo Domingo a principios del
siglo 20 y es entonces cuando puede decirse que el país
dejó de importar madera de pino para construcciones. Un
nuevo informe de 1922, firmado por el Dr. Canela Lázaro,
dió cuenta detallada de la situación de la foresta
dominicana en la Cordillera Central y de la importancia de
conservarla. Canela Lázaro pidió la creación
de áreas reservadas en los nacimientos de los principales
ríos del país, y lo mismo hicieron varios viajeros
que participaron con él en varios de sus viajes
exploratorios por las sierras de la Cordillera
Central.

La apertura de las carreteras durante la
ocupación militar norteamericana contribuyó al
descubrimiento del valor potencial de los bosques dominicanos
pues las carreteras acercaron la tecnología maderera a los
bosques de pino. Al llegar Trujillo al poder en 1930, ya
había varios importantes aserraderos funcionando en
Santiago y se señalaba la capacidad del país para
ser autosuficiente en madera.

Trujillo descubrió el verdadero valor
económico de los bosques dominicanos después de los
cálculos que realizó Carlos Chardón, un
experto puertorriqueño que preparó para el gobierno
un informe en el cual evaluaba la situación y valor de los
recursos naturales del país en 1939. A partir de entonces,
Trujillo se hizo también industrial maderero
asociándose con personas que ya estaban en el negocio o
colocando testaferros al frente de nuevos aserraderos de su
propiedad.

La Era de Trujillo fue la catástrofe para los
bosques dominicanos que cayeron en manos de una oligarquía
de aserradores asociados con Trujillo, quienes devastaron en
menos de 20 años varios millones de tareas de bosques que
habían tomado miles de años en formarse. Estos
individuos y sus compañías madereras deforestaron
las zonas de San José de las Matas, Jarabacoa, Tireo, El
Río, Constanza, La Horma, El Rubio, San Juan de la Maguana
y Restauración, entre otras, y no se molestaron en
replantar el bosque que talaban.

La deforestación industrial de la Cordillera
Central dió lugar a la colonización de los valles
intramontanos de Constanza, El Río, Tireo y Jarabacoa,
así como al repoblamiento de las zonas de la sierra al
oeste de San José de las Matas hasta llegar a
Restauración, pasando por El Rubio. Liquidado el bosque,
quedaron los trabajadores de los aserraderos convertidos en
campesinos itinerantes al servicio de los terratenientes
ganaderos, que les entregaban tierras taladas pero cubiertas de
bosque secundario, para que las talaran de nuevo y sembraran
frijoles o papas por dos o tres años, a cambio de
entregarles los fundos sembrados de pastos cuando la
pérdida de la fertilidad del suelo los obligara a moverse
a otro lote para comenzar de nuevo.

Así fue despoblándose la Cordillera
Central de sus pinos originales, que fueron suplantados
gradualmente por pastizales que secaron las fuentes de agua e
hicieron morir las cañadas y los arroyos en un proceso que
se repite y se ha repetido durante años en toda
América Latina.

Durante años, los dominicanos pudimos presenciar
como en tiempos de cuaresma, que es una época de
sequía estacional, las montañas dominicanas
quedaban a merced de los fuegos intencionales pegados por los
campesinos y ganaderos en una lucha sin cuartel contra el bosque
para convertirlo en pastizal. Este proceso se repitió
miles de veces en todas partes del país y para finales de
la Era de Trujillo ya sus efectos eran evidentes: las
montañas sin bosques y los ríos sin agua. En 1967,
seis años después de la muerte de Trujillo, se
calculó que apenas quedaban 9 millones de tareas de
bosques en la República Dominicana, en contraste con los
46 millones que había en 1916.

Los pinares fueron los bosques que más sufrieron
la acción de los aserraderos. En el 1939, Chardón
calculó que había en el país 12 millones de
tareas de pinos. En 1967, cuando el gobierno dominicano por fin
clausuró los aserraderos, apenas quedaban 3.5 millones de
tareas de pino.

Con todo, la República Dominicana todavía
goza de ciertas ventajas en relación con Haití. Su
territorio es más llano y recibe más lluvias; sus
tierras están mejor conservadas y son todavía
más fértiles; su economía es más
diversificada y su población es más rica; y sus
gobiernos han tenido más éxito en controlar la
depredación de los bosques, aún cuando las
evidencias indican que son precisamente las autoridades y los
grupos asociados a ellas quienes más han participado en la
devastación forestal en los últimos 25
años.

La
vegetación natural de la República
Dominicana

La clasificación de la vegetación en la
república dominicana, de acuerdo a los parámetros
de Holdridge produjo un mapa ecológico donde se ilustra la
distribución de cada zona de vida (en el 1967 la OEA
dividió la república dominicana en zonas de
vida).

Las zonas de vida son agrupaciones de vegetaciones de
acuerdo a la precipitación promedio anual y a la
biotemperatura; no considera el suelo la geología ni la
fauna.

  • a) Bosque húmedo subtropical, es la zona
    de vida mas representada en nuestro país ocupando
    22,794 kilómetros cuadrados (47.42%). Incluye las
    planicies costeras del sur desde el oeste de san
    Cristóbal al este del cibao y otros lugares
    observables en el mapa ecológico de la
    república, con un volumen de evapotranspiración
    de 1000- a 2000 mm la precipitación, promedio anual y
    de 18 a 24 la biotemperatura. Arboles endémicos
    están la caoba y la palma real.

  • b) Bosque seco subtropical con 9,962 kilometro
    cuadrados (20.72%)

  • c) Monte espinoso subtropical es la zona de
    vida que ocurren en las áreas más secas del
    país y se extiende desde el lago enriquillo hasta
    puerto viejo en azua. Pequeños tramos de esta zona d
    vida se localizan en cabo rojo, bahía de ocoa y punta
    salina. El monte espinoso llueve menos de 500 mm al ano y la
    biotemperatura es de 18 y 24 grados centígrados; la
    evapotranspiración potencial es de 2 a 4 veces mayor
    que el volumen de lluvia.

La vegetación predominante en el bosque
subtropical son las cataceas entre ellas la guasábara, las
alpargatas, la palma, yarey y la baya onda.

Importancia de
los bosques

Un bosque es una agrupación de plantas en la que
los arboles son predominantes, y esto constituyen un ecosistema
de suma importancia para la humanidad, ya que estos son un
recurso renovable que junto al suelo, la fauna, los ríos,
los mares forman el conjunto de recursos naturales cuya
explotación racional es evitar para la preservación
del futuro de la población mundial.

Esto producen aire mediante el proceso de
fotosíntesis, nos dan alimentos, purifican el aire
cargándolo de oxigeno y lo descontamina absorbiendo el
dióxido de carbono. Además tiene una
participación activa en el ciclo hidrológico del
planeta ósea desprende aguan en forma de vapor que luego
se condensa en la atmosfera y cae en forma de lluvia.

Tiene extraordinaria importancia en el proceso de la
salud. Ej la quinina sirve contra el paludismo; evitan la
erosión protegiendo los suelos.

En cuanto a su importancia en la fauna miles de especies
tienen su hábitat en el bosque, los arboles les brindan
refugio y alimento; en cuanto al clima constituyen una autentica
pantalla protectora que reduce la intensidad de las radiaciones
solares y son responsables en gran medida de la humedad relativa
del aire y reducen el calor absorbiendo dióxido de
carbono.

Los recursos forestales usados racionalmente nos brindan
la madera para construcciones y mueblería, fibras
vegetales para nuestro vestidos, alimentos, aceite, tintes,
etc.

Los bosques
dominicanos

De acuerdo al ultimo inventario realizado por la FAO, un
18.3 del territorio de a república dominicana esta
cubierto de bosques de ese total el 5.1 de bosques sin afectar y
el 13.2 de bosques afectados o degradados esto equivale a 242,000
hectáreas y 629,000 hectáreas respectivamente,
además el inventario referido reporta 647,000
hectáreas de vegetación leñosa latiofoliada
y 224,000 hectáreas coníferas.

Existen 300,000 hectáreas con potencial para
producir leña y carbón pero con un rendimiento
bajo. Esto amenaza con agotar esos recursos.

El suelo es uno de los más importantes recursos
naturales de la humanidad. En la república dominicana la
erosión del suelo es uno de los mayores problemas, el
conuquismo, la tala y quema de arboles para leña y
carbón, así como la inundación de los valles
o ríos muy sedimentados han disminuido la fertilidad del
suelo; cerca d 2 millones de hectáreas son apta para la
agricultura identificándose unos 24 tipos de suelo con
potencial agrícola de moderado a elevado, como suelo
elevado para aptos cultivos de arroz se han cuantificado 131,300
hectáreas y aun mayores son las áreas potenciales
para cultivo de café y cacao, por otro lado existen
1,197,000 hectáreas dedicadas a la
ganadería.

La erosión puede eliminar hasta 3 libras de suelo
por cada hectárea por ano en condiciones naturales, pero
si esta deforestada la perdida puede ascender a mas de 30
toneladas por ano.

La minería en gran escala comenzó en la
república dominicana con la explotación de la
bauxita con la alcoa exploration company en el ano 1950, otros
depósitos mineros han sido explotados además de la
bauxita de pedernales son el ferroníquel en bonao y el oro
en cotúi. Paralelamente la explotación de estos
grandes depósitos mineros, hemos tenido una minería
mas baja escala explotando, ambar, sal, yeso, mármol,
caliza, arena y larimar.

Recursos de
agua

El sistema hidrológico de la república
dominicana es el más grande de las Antillas. Se ha
estimado en unos 3000 kilómetros de rio agrupados en 108
cuencas o redes fluviales. Un inventario de los cuerpos de agua
lenticas hecho por el centro de investigación de
biología marina de la UASD cuantifico 270 lagunas y
charcos. El promedio anual de lluvia al ano es de 1500
milímetros con ocurrencia de ciclones, huracanes y
tormentas en los meses entre julio y octubre. De las cuencas
fluviales las más grandes son las de los ríos Yaque
del norte, Yaque del sur, artibonito, Yuna y Ozama. Entre los
cuerpos de agua lenticas se destacan el lago enriquillo con 265
kilómetros cuadrados con una profundidad máxima de
8m y agua de hasta 75% de salinidad, la laguna de rincón y
Cabral con 28.2 kilómetros cuadrados, la laguna de Oviedo
con 31.05 kilometro cuadrados y laguna redonda aproximadamente
6.75 kilómetros cuadrados.

Además del uso domestico y el abastecimiento de
agua potable, el agua se usa en la industria para riego, en
pecuaria, en la mina y en la generación de energía
para la hidroeléctrica, la demanda de agua potable es de
920 millones de metros cúbicos mientras que hay 250,000
hectáreas de bajo riego teniendo uno 250 canales en
operación.

El lago enriquillo tiene un alto nivel de salinidad; la
peca en la laguna de rincón es
abundante(tilapia,viajaca,guabina,lisa y lebranchos) ; en la
laguna de Oviedo la pesquería es menor y se pescan
aproximadamente 20 toneladas al agua predominando la tilapia, el
sábalo y tiene gran importancia por el anidamiento en sus
playas de varias especies de tortugas marinas; la segunda en
volumen de pesca es la laguna redonda siendo predominante la
tilapia y el robalo, otros recursos pesqueros de nuestras lagunas
es el ostión de manglar.

El sistema nacional de aéreas protegidas; un
logro importante de todos los dominicanos ha sido la
ampliación del sistema de protección de
áreas silvestres, la ley de parques fue promulgadas en el
1974 dándole continuidad y mayor carácter
jurídico a la iniciativa tomada en los anos 50.

En la actualidad el 11.2% de a superficie del territorio
nacional esta comprendida dentro del sistema nacional de
áreas protegidas incluyendo 20 parques 10 reservas
científicas, 4 reservas biológicas, 8 monumentos
naturales, 2 reservas antropológicas, 1 santuario, 6
refugios de fauna silvestres, 10 vías de área
panorámica y áreas nacionales de recreo.

Los parques nacionales de recreo y las reservas
científicas son las principales categorías de
áreas protegidas, lo primero son extensiones relativamente
grandes como: Parque J.Armando Bermúdez, José del
Carmen Ramírez, Jaragua, Cierra de Baoruco, Los Haitises,
Parque del Este, Isla de Cabritos, Montecristi,Cabo
Francés Viejo, Arqueológico histórica de la
Vega Vieja, Submarino la Caleta, Litoral sur santo domingo,
litoral norte Puerto Plata y como reserva científica:
laguna del rincón, valle nuevo,villa elisa,laguna redonda
y limón e Isabel de torres, santuario de las ballenas
jorobadas (banco la plata),ebano verde.

Contaminación
ambiental

Existe contaminación cuando ciertas sustancias
toxicas se concentran en el ambiente causando efectos nocivos
tanto en las personas, fauna, flora y en las cosas
inanimadas.

Los desechos animales, los cambios climáticos y
las erosiones volcánicas fueron factores de
contaminación desde antes de la aparición de los
seres humanos en el planeta sin embargo el progreso de los seres
humanos ha conllevado a un desarrollo que ha contaminado
aceleradamente el ambiente en la tierra. Los principales tipos de
contaminación son: atmosféricos, terrestres,
acuáticos y ruido. Para poder vivir los seres humanos
necesitan aire limpio, por esta razón es tan grave la
contaminación atmosférica, las principales
causantes de estas son: la industria, el transito vehicular, el
transporte publico, carros en mal estado, junto a los desechos
sólidos y los gases desprendidos de las chimeneas, han
minado la atmosfera por lo que en muchas ciudades dominicanas
como santo domingo y Santiago ya se puede notar.

Entre los principales contaminantes están:
dióxido de carbono, óxido de nitrógeno y los
ácidos, estos últimos causan bastantes estrados
provocando las lluvias acidas que matan las vegetaciones de los
países subdesarrollados.

La tala y quema de arboles ha aumentado
considerablemente la circulación de gases contaminantes en
el ambiente, provocando una pantalla de refracción de
redacciones, dando lugar al fenómeno conocido como Efecto
Invernadero.

Aumentando grandemente el calor en el
planeta.

La contaminación del agua es tan grave como la
atmosférica, consiste en la adicción de materiales
extraños que alteran la potabilidad.

Numerosos contaminantes pueden adicionarse al agua:
microorganismos patógenos, detergentes, plomo, basura,
insecticidas, etc. además la contaminación del agua
de consumo humano con heces fecales ha sido causa de muchos danos
y muertes.

La descarga de desechos industriales en ríos y
lagunas unidos a la contaminación de pesticidas y abonos
inorgánicos causa mortandad en su fauna, impide el uso de
sus aguas por las poblaciones humanas y daña el suelo de
las partes más bajas. La presencia en el agua de metales
pesados como el plomo y de insecticidas como el DDT reviste mucha
importancia debido a su utilidad.

El
ruido

Es muchas veces considerado como un sonido desagradable,
las ondas sonoras viajan a través de los diferentes medios
con velocidad variable llamado frecuencia y se expresa en ciclos
por segundos (herzt).

La contaminación por ruido ha aumentado en la
última década producto de la proliferación
de aparatos eléctricos sonoros y las costumbres de las
personas de escuchar música alta. Plantas
eléctricas, altos parlantes de vendedores y
políticos, vehículos en mal estado, y maquinas
industriales que lo causan frecuentemente.

Radiación
atómica

También existe la contaminación por
radiación atómica, que son los desechos radiactivo
que dejan la plantas atómica y en algunos casos la
radiación por explosiones atómica que en han
realizado los países poderosos para realizar pruebas,
poniendo en peligro a toda la humanidad; en nuestro país
trataron de ingresar lodo cloacales de plantas radiactiva y
gracias a la lucha de algunos grupos políticos de avanzada
se pudo desechar esa idea de corrupción gubernamental del
momento.

Importancia de
los animales

Los animales al igual que las plantas comparten los
diferentes sistemas de la biosfera, conocer la función de
cada especie que nos rodea es fundamental para preservar el
equilibrio ecológico lo que a su vez es nuestro propio
equilibrio.

El estudio de los animales ha proporcionado datos
importantes para el estudio en sicología,
sociología, medicina, ingeniería, salud publica,
veterinaria, y otros campos.

Por otro lado los animales nos brindan alimentos,
vestido, medicamentos, y otros beneficios también los
animales pueden poner en peligro el bienestar, la agricultura y
la salud humana.

La diversidad de la fauna dominicana revela la
existencia de 558 especies de vertebrados identificados, de estos
70 especies son de agua dulce ,60 anfibios, 141 reptiles,254 aves
y 33 mamíferos. Entre los factores responsables de la
nuestra biodiversidad se encuentran los puentes terrestres que
existieron entre el continente de América y las islas del
Caribe así como la existencia de 2 paleo isla que estaban
separadas por un canal que corría a lo largo de lo que es
el valle de Neiva y el cool de zac (en Haití). Entre los
reptiles tenemos diversidad de lagartos y ranas, gran diversidad
de peces.

Leyes relativas
al medio ambiente

  • Ley No. 174-09 Que modifica Ley de Tránsito
    de Vehículos, No. 241 del 1967, y sus modificaciones;
    No. 1474 del año 1938, modifica la Ley 202-04
    Sectorial de Área Protegidas.

  • LEY 202-2004 Sectorial sobre Áreas
    Protegidas

  • Ley No. 179-03 que establece un período de
    treinta (30) horas en actividades de reforestación en
    los lugares que disponga la Secretaría de Estado de
    Medio Ambiente y Recursos Naturales, como requisito
    indispensable para poder obtener el titulo de
    Bachiller.

  • LEY 64-2000 General sobre Medio Ambiente y Recursos
    Naturales.

  • LEY 146-1971 Minera de la República
    Dominicana.

  • LEY 123-1971 Prohíbe la extracción de
    los componentes de la corteza terrestre llamados arena,
    grava, gravilla y piedras.

  • LEY 5852-1962 sobre dominio de aguas terrestres y
    distribución de las aguas públicas.

  • LEY 5914-1962 Sobre pesca, y deroga y sustituye la
    Ley No. 1518 del 18 de junio del año 1938 sobre pesca
    y sus modificaciones.

  • LEY 4890-1958 Que modifica los artículos 1,
    4, 5, 10 de la Ley No. 4371 del año 1956, que declara
    de interés nacional la repoblación forestal en
    la República.

Decretos relativos al medio ambiente

  • DEC. 1288-2004 Aprueba el reglamento para el
    comercio de Fauna y Flora Silvestres.

  • DEC. 145-2003 Establece el procedimiento de cobro de
    tarifa ambiental para el sistema de control de los
    componentes de la Corteza Terrestre.

  • DEC. 1090-1986 Que prohíbe durante todo el
    año la comercialización de ciertas especies
    marinas. Barracuda, etc…

  • DEC. 2515-1972 Que prohíbe con
    carácter permanente la captura, pesca, apresamiento,
    matanza y comercialización de la hembra del
    cangrejo.

  • DEC. 1006-1967 Prohíbe la caza de paloma y
    otras aves migratorias en el litoral de la provincia de
    Altagracia, La Romana, El Seibo, incluyendo la Isla Saona y
    los islotes adyacentes a esa región.

Conclusión

El tema de medio ambiente y su actualidad social nos
nutre básicamente a nosotros los dominicano yen termino
general a toda la humanidad de es una herramienta, tanto de
conocimiento como base para la creación de leyes y
reglamentos que protegen la supervivencia de nosotros y toda la
humanidad ante la hecatombe de desarrollo que se ha desatado en
todos los ámbitos ya sea en el aspecto Químico,
Industrial, Atómico y biológico.

Por otra parte nos ayuda a ejercer una función de
equilibrio natural en base a los conocimientos y la
aplicación de los mismos para el desarrollo del
hombre.

Posibmenlemte el manejo racional del medio ambiente sea
la solución a los problemas de gran parte de la humanidad,
para satisfacer sus necesidades

Es necesario mantener y conservar el uso vigilado de la
biodiversidad de nuestros ecosistemas ya que esto compone el
patrimonio natural y cultural de nuestra nación Dominicana
y garantiza la flora y la fauna de nuestro país

 

 

Autor:

Ing.-Lic. Yunior Andrés
Castillo

Santiago de los Caballeros,

República Dominicana

2011.

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